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C) Afrontamiento improductivo:
11- Preocuparse (Pr): Temer y
preocuparse por el futuro.
12- Invertir en amigos íntimos (Ai):
Comprometerse en relaciones
personales íntimas.
13- Hacerse ilusiones (Hi): Esperanzarse
en una solución positiva.
14- Falta de afrontamiento (Na): No tratar
el problema, no enfrentarse a él.
15- Reducción de la tensión (Rt): Intentar
reducir la tensión llorando o gritando.
16- Ignorar el problema (Ip): Rechazar
conscientemente la existencia del
problema.
17- Autoinculparse (Cu): Echarse la
culpa del problema.
18- Reservarlo para sí (Re): Aislarse de
los demás y no compartir el problema.
El ACS consta de 80 ítems a los que hay
que contestar eligiendo una entre estas
cinco alternativas de respuesta:
-Nunca
-Raras veces
-Algunas veces
-A menudo
-Con mucha frecuencia
LISTADO DE PRUEBAS
PSICOMÉTRICAS CLÍNICAS Y
DE PERSONALIDAD
PRUEBAS DE PERSONALIDAD.
Freud nació en Freiberg (actual Príbor, República Checa), el 6 de mayo de 1856 y se educó en la
Universidad de Viena. Cuando apenas tenía tres años, su familia, huyendo de los disturbios
antisemitas que entonces se producían en Freiberg, se trasladó a Leipzig. Poco tiempo después,
la familia se instaló en Viena, donde Freud residió la mayor parte de su vida.
Aunque su ambición desde niño había sido dedicarse al ejercicio del derecho, Freud se decidió a
estudiar medicina justo antes de entrar en la Universidad de Viena en 1873. Inspirado por las
investigaciones científicas del poeta alemán Goethe, sintió un vehemente deseo de estudiar
ciencias naturales y de resolver alguno de los retos que en aquel momento afrontaban los
investigadores de su tiempo.
Ya durante el tercer curso, Freud comenzó a investigar sobre el sistema nervioso central de los
invertebrados, en el laboratorio de fisiología que dirigía el médico alemán Ernst Wilhelm von
Brücke. Estas investigaciones neurológicas fueron tan absorbentes que Freud descuidó sus
obligaciones académicas, permaneciendo en la facultad tres años más de lo habitual antes de
obtener su licenciatura en Medicina.
En 1881, después de cumplir un año de servicio militar obligatorio, finalizó su licenciatura. Sin
embargo, no quiso abandonar el trabajo experimental y permaneció en la universidad como
ayudante en el laboratorio de fisiología. En 1883, presionado por Brücke, se vio obligado a
abandonar la investigación teórica.
Así, Freud estuvo tres años en el Hospital General de Viena, dedicándose sucesivamente a la
psiquiatría, la dermatología y los trastornos nerviosos. En 1885, tras su designación como
profesor adjunto de Neuropatología en la Universidad de Viena, dejó su trabajo en el hospital. A
finales del mismo año, recibiría una beca del gobierno para estudiar en París diecinueve
semanas junto al neurólogo Jean Charcot, que a la sazón trabajaba en el tratamiento de ciertos
transtornos mentales mediante la hipnosis, en el manicomio de Salpêtrière del que era director.
Los estudios de Freud con Charcot, centrados en la histeria, encauzarían definitivamente sus
intereses hacia la psicopatología, el estudio científico de los trastornos mentales.
En 1886 Freud se estableció como médico privado en Viena, especializándose en los trastornos
nerviosos. Sufrió una fuerte oposición de la clase médica vienesa por su defensa del punto de
vista de Charcot sobre la histeria y el uso de la hipnosis, entonces considerados como enfoques
poco ortodoxos. El enfrentamiento resultante retrasó la aceptación de sus hallazgos posteriores
sobre el origen de las neurosis.
Los comienzos del psicoanálisis
El primer trabajo publicado de Freud sobre psicopatología, Sobre la afasia, apareció en 1891; era
un estudio de este trastorno neurológico en el que la capacidad para pronunciar palabras o
nombrar objetos comunes se pierde como consecuencia de una enfermedad orgánica en el
cerebro. Su último trabajo sobre neurología, el artículo, ‘Parálisis cerebrales infantiles’, fue escrito
para una enciclopedia en 1897 sólo por la insistencia del editor, porque en aquel momento Freud
estaba más ocupado en las explicaciones psicológicas de las enfermedades mentales que en las
fisiológicas. Sus trabajos posteriores se inscriben enteramente en ese terreno, que él mismo
había bautizado como psicoanálisis en 1896.
Esta nueva orientación de Freud se dio a conocer por vez primera en su trabajo Estudios sobre
la histeria (1893 ), elaborado en colaboración con el médico vienés Josef Breuer, que dos años
después se publicaría con mayor extensión. Se consideraban los síntomas de la histeria como
manifestaciones de energía emocional no descargada, asociada con traumas psíquicos
olvidados. El procedimiento terapeútico consistía en sumir al paciente en un estado hipnótico,
para forzarle a recordar y revivir la experiencia traumática origen del trastorno, con lo que se
descargarían por catarsis las emociones causantes de los síntomas. La publicación de esta obra
marcó el comienzo de la teoría psicoanalítica, formulada sobre la base de las observaciones
clínicas.
Durante el periodo de 1895 a 1900, Freud desarrolló muchos de los conceptos posteriormente
incorporados tanto a la práctica como a la doctrina psicoanalítica. Poco después de la
publicación de los estudios sobre la histeria, Freud abandonó el uso de la hipnosis como
procedimiento catártico, para reemplazarlo por la investigación del curso espontáneo de
pensamientos del paciente —llamado asociación libre—, como método idóneo para comprender
los procesos mentales inconscientes que están en la raíz de los trastornos neuróticos.
Freud propuso seguir el curso de los procesos inconscientes, usando las asociaciones libres del
paciente como guía para interpretar los sueños y los lapsus en el lenguaje (además de chistes,
actos fallidos, etc). Mediante el análisis de los sueños llegó a sus teorías sobre la sexualidad
infantil y el complejo de Edipo, que explicaría el apego del niño al progenitor del sexo contrario,
junto con los sentimientos hostiles hacia el del propio sexo (considerado —en principio— un
rival). Estos planteamientos, que hacían hincapié en la base biológica del comportamiento
humano —particularmente el sexo y la agresividad—, fueron muy controvertidos.
En estos años, desarrolló también la teoría de la transferencia, proceso por el que las actitudes
emocionales, establecidas originalmente hacia las figuras de los padres durante la infancia, son
transferidas en la vida adulta a otros personajes (maestros, autoridades, jefes, el propio
psicoanalista, etc). El final de este periodo viene marcado por la aparición de su obra más
importante, La interpretación de los sueños (1900 primera edición, que posteriormente el mismo
Freud ampliaría). En ella analiza (además de algunos sueños de sus pacientes, amigos, hijos, e
incluso de personajes famosos) muchos de sus propios sueños, registrados durante tres años de
autoanálisis iniciados en 1897. Este trabajo expone todos los conceptos fundamentales en que
se asientan la teoría y la técnica psicoanalítica.
En 1902 Freud fue nombrado profesor titular de la Universidad de Viena. Este honor no era, sin
embargo, debido al reconocimiento de sus aportaciones, sino como resultado de los esfuerzos de
un paciente con influencias. El mundo médico todavía contemplaba su trabajo con hostilidad, y
sus siguientes escritos, Psicopatología de la vida cotidiana (1904) y Tres ensayos para una
teoría sexual (1905), no hicieron más que aumentar este antagonismo. Como consecuencia,
Freud continuó trabajando virtualmente solo, en lo que él mismo denominó "una espléndida
soledad ".
Sin embargo, hacia 1906, Freud contaba ya con un reducido número de alumnos y seguidores
destacando los psiquiatras austriacos William Stekel y Alfred Adler,el psicólogo austriaco Otto
Rank, el psiquiatra estadounidense Abraham Brill, y los psiquiatras suizos Eugen Bleuler y Carl
Jung, además del húngaro Sándor Ferenczi, que se unió al grupo en 1908.
Reconocimiento internacional
El creciente reconocimiento del movimiento psicoanalítico hizo posible crear en 1910 una
organización de ámbito mundial denominada Asociación Psicoanalítica Internacional. Mientras el
movimiento se extendía, ganando adeptos en Europa y Estados Unidos, Freud estaba
preocupado por las disensiones aparecidas entre los componentes de su círculo original, sobre
todo las de Adler y Jung, cada uno de los cuales desarrolló una base teórica diferente en
desacuerdo con la tesis de Freud sobre el origen sexual de las neurosis. Freud se enfrentó a
estas posturas desarrollando sus conceptos básicos y sus puntos de vista en publicaciones y
conferencias.
Cuando los nazis ocuparon Austria, en 1938, Freud se trasladó con su familia a Londres, donde
falleció el 23 de septiembre de 1939.
Entre otros de sus trabajos habría que destacar Tótem y Tabú (1913), Más allá del principio del
placer (1920), Psicología de masas (1920), El yo y el ello (1923), El malestar en la cultura (1930),
El porvenir de una ilusión (1927), Introducción al psicoanálisis (1933), y Moisés y el monoteísmo
(1939).1
Jung, Carl Gustav (1875-1961), psiquiatra y psicoanalista suizo, fundador de la escuela analítica
de la psicología. Jung realizó una variación sobre la obra de Sigmund Freud y el psicoanálisis,
interpretando los problemas mentales como un modo patológico de procurar la autorrealización
personal y espiritual.
Nacido en 1875, en Kesswil, Suiza, hijo de un pastor protestante —lo que marcó su tendencia al
misticismo—, durante su infancia solitaria desarrolló inclinación por los sueños y las fantasías
que influyó significativamente en su trabajo adulto. Tras graduarse en medicina en 1902 por las
universidades de Basilea y de Zürich, con un amplio bagaje intelectual en biología, zoología,
paleontología y arqueología, comenzó sus trabajos sobre las asociaciones verbales: las
respuestas de un paciente a unas palabras estímulo ponían de manifiesto lo que Jung llamó
Durante los 50 años restantes de su vida, Jung se dedicó a desarrollar sus teorías, desplegando
una amplia erudición en mitología e historia, y viajando a conocer diversas culturas (en Nuevo
México, India, o Kenya), además de trabajar sobre los sueños y fantasías de su infancia. En 1921
publicó otra de sus principales obras, Tipos psicológicos, donde trata de la relación entre lo
consciente y lo inconsciente proponiendo la distinción de tipos de personalidad extrovertida-
introvertida, después tan popular.
Por último, hizo una distinción entre el inconsciente individual y el 'inconsciente colectivo', que,
según él, contenía sentimientos, pensamientos y recuerdos que condicionaban a cada sujeto
(desde su nacimiento, y no por influencia cultural aprendida), incluso en su forma de simbolizar
los sueños. El inconsciente colectivo contendría 'arquetipos', imágenes primitivas, primordiales, a
las que se recurre en situaciones como la confrontación con la muerte, o la elección de una
pareja, y que se manifiestan en los elementos culturales como la religión, los mitos, los cuentos
de hadas, y otras leyendas populares.
Jung escribió numerosas obras, en especial sobre los métodos analíticos y las relaciones entre
psicoterapia y creencias religiosas. Murió en 1961 en Küsnacht, Suiza. 2
Psicología, estudio científico del comportamiento y la experiencia, y de cómo los seres humanos
y los animales sienten, piensan, aprenden y conocen para adaptarse al medio que les rodea. La
psicología moderna se ha dedicado a recoger hechos sobre el comportamiento y la experiencia,
y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su comprensión. Estas teorías
ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en alguna ocasión
incluso a predecir sus acciones futuras, pudiendo intervenir sobre ellas.
Tales cuestiones fueron debatidas durante siglos, pero la psicología científica como tal no se
inicia hasta el siglo XVII con los trabajos del filósofo racionalista francés René Descartes y de los
empiristas británicos Thomas Hobbes y John Locke. Descartes afirmaba que el cuerpo humano
era como una maquinaria de relojería, pero que cada mente (o alma) era independiente y única.
Mantenía que la mente tiene ciertas ideas innatas, cruciales para organizar la experiencia que los
individuos tienen del mundo. Hobbes y Locke, por su parte, resaltaron el papel de la experiencia
en el conocimiento humano. Locke creía que toda la información sobre el mundo físico pasa a
través de los sentidos, y que las ideas correctas pueden y deben ser referidas y verificadas con
la información sensorial de la que proceden.
La corriente más influyente se desarrolló siguiendo el punto de vista empirista de Locke. Sin
embargo, ciertos psicólogos europeos que han estudiado la percepción sostendrían varios siglos
después la idea cartesiana de que parte de la organización mental es innata. Esta concepción
aún juega un papel importante en las recientes teorías de la percepción y la cognición
(pensamiento y razonamiento).
Desarrollo científico
Aparte de esta herencia filosófica, el campo que más ha contribuido al desarrollo de la psicología
científica ha sido la fisiología, es decir, el estudio de las funciones de los diversos órganos y
sistemas del cuerpo humano. El fisiólogo alemán Johannes Müller intentó relacionar la
experiencia sensorial con las actividades del sistema nervioso y del entorno físico de los
organismos, pero los primeros representantes auténticos de la psicología experimental fueron el
físico alemán Theodor Fechner y el fisiólogo, también alemán, Wilhelm Wundt. Ambos son
considerados los padres de la actual psicología científica. Fechner desarrolló métodos
experimentales para medir la intensidad de las sensaciones y relacionarla con la de los estímulos
físicos que las provocaban, estableciendo la ley que lleva su nombre y que es, aún hoy, uno de
los principios básicos de la percepción. Wundt, que en 1879 fundó el primer laboratorio de
psicología experimental en la ciudad alemana de Leipzig, formó a estudiantes del mundo entero
en la nueva ciencia.
Los médicos, preocupados por las enfermedades mentales, también contribuyeron al desarrollo
de las modernas teorías psicológicas. Así, la clasificación sistemática de las enfermedades
mentales desarrollada por el pionero de la psiquiatría Emil Kraepelin, estableció las bases de los
métodos de clasificación aún en uso. Más conocido, sin embargo, es el trabajo de Sigmund
Freud, quien elaboró el método de investigación y tratamiento conocido como psicoanálisis. En
sus trabajos, Freud llamó la atención sobre las pulsiones y los procesos motivacionales
inconscientes que determinan el comportamiento humano. Este énfasis en los contenidos del
pensamiento y en la dinámica de la motivación, más que en la naturaleza de la cognición por sí
misma, ejerció una influencia decisiva en el desarrollo de la psicología contemporánea.
La psicología en el siglo XX
Hasta la década de 1960 la psicología estuvo imbuida de consideraciones de índole
eminentemente práctica; los psicólogos intentaron aplicar la psicología en la escuela y en los
negocios, interesándose muy poco por los procesos mentales y haciendo hincapié en el
comportamiento (la conducta) por sí mismo. Este movimiento, conocido como conductismo, fue
en un primer momento liderado y divulgado por el psicólogo estadounidense John B. Watson.
La psicología actual todavía mantiene muchos de los problemas que se planteó originalmente.
Por ejemplo, ciertos psicólogos están interesados ante todo en la investigación fisiológica,
mientras que otros mantienen una orientación clínica, y algunos, una minoría, intentan desarrollar
un enfoque más filosófico. Aunque algunos psicólogos pragmáticos insisten aún en que la
psicología debe ocuparse sólo del comportamiento, olvidándose de los fenómenos psíquicos
internos (que deben incluso ser rechazados por ser inaccesible su estudio científico), cada vez
son más los psicólogos que están hoy de acuerdo en que la experiencia y la vida mental (los
procesos psíquicos internos) son un objeto válido de estudio para la psicología científica. Esta
vuelta al estudio de los fenómenos psíquicos internos, conocido como paradigma cognitivo por
oposición al paradigma conductista dominante en la psicología académica durante buena parte
del siglo, comenzó a extenderse a mediados de la década de los años setenta.
Principales áreas de investigación
Las principales áreas de investigación de la psicología moderna forman parte también de las
ciencias sociales y biológicas.
Psicología fisiológica
El sistema nervioso comprende el sistema nervioso central, que incluye el cerebro, la médula
espinal y sus correspondientes redes neuronales, y el sistema nervioso periférico, que se
comunica con las glándulas y los músculos, e incluye los receptores sensoriales para ver, oír,
oler, gustar, tocar y sentir. El sistema circulatorio, además de transportar la sangre, distribuye
unos importantes agentes químicos llamados hormonas desde las glándulas al resto del cuerpo.
Estos dos sistemas de comunicación son esenciales en el comportamiento humano.
La unidad mínima del sistema nervioso es la célula nerviosa elemental o neurona. Cuando una
neurona es estimulada adecuadamente, transmite señales electroquímicas de un lugar del
sistema a otro. El sistema nervioso tiene 12.500 millones de neuronas, de las cuales unos 10.000
millones están en el propio cerebro.
Una de las partes del sistema nervioso periférico, el sistema somático, transmite sensaciones al
sistema nervioso central y emite órdenes a los músculos involucrados en el movimiento
ordenado. Otra parte del sistema nervioso periférico, el sistema autónomo o neurovegetativo,
incluye dos subsistemas de acciones antagónicas sobre la activación general y de diversos
órganos: el sistema simpático, que activa el organismo aumentando la velocidad del latido
cardiaco, dilatando las pupilas, aumentando el ritmo respiratorio y liberando adrenalina en la
sangre, y el parasimpático, dominante en el reposo, que opera a la inversa.
Un ejemplo sencillo de comunicación dentro del sistema nervioso es el arco espinal, responsable
por ejemplo del reflejo patelar: un golpecito en el tendón de la rótula, justo debajo de ésta, envía
una señal a través de las neuronas sensoriales a la médula espinal, señal que activa las
neuronas motoras que disparan una contracción del músculo unido al tendón, haciendo que la
pierna se estire. Esto muestra cómo un estímulo puede provocar una respuesta sin intervención
del cerebro, mediante una conexión a través de la médula espinal.
Un área central de estudio en la psicología es cómo los organismos cambian como resultado de
la experiencia, esto es, cómo aprenden. Gran parte de la investigación sobre el aprendizaje se ha
desarrollado utilizando animales de laboratorio. En el enfoque que más se ha ocupado de las
formas elementales del aprendizaje, el conductista, se distinguen dos tipos de condicionamiento:
el condicionamiento clásico y el instrumental u operante.
Estos dos tipos de investigación con animales tratan de los aspectos más elementales de la
experiencia del aprendizaje. En el condicionamiento clásico la atención recae en la importancia
de la asociación del estímulo condicionado y del no condicionado; en el instrumental u operante,
recae en la asociación de respuesta y esfuerzo de la conducta. Dicho de otro modo, el primero se
ocupa de qué clase de fenómenos aparecen juntos en el proceso de aprendizaje, mientras que el
segundo trata de las consecuencias de las acciones. La mayoría de las situaciones reales de
aprendizaje tienen, de hecho, características clásicas y operantes.
Enfoque cognitivo
Las investigaciones sobre el aprendizaje humano son, naturalmente, más complejas que las del
aprendizaje animal, y en rigor no se pueden limitar a los dos tipos de condicionamiento antes
expuestos. El aprendizaje humano y la memoria han sido estudiados con materiales verbales
(como listas de palabras o relatos) o mediante tareas que implicaban habilidades motoras (como
aprender a escribir a máquina o a tocar un instrumento). Estos estudios han resaltado la
deceleración progresiva en la curva del aprendizaje (curva semejante a una función logarítmica,
con gran rendimiento al comienzo que después se va haciendo más y más lento), y también la
deceleración progresiva en la del olvido (se olvida más justo después del aprendizaje, con el
tiempo se olvida menos).
En las últimas décadas, la investigación psicológica ha mostrado una atención creciente por el
papel de la cognición en el aprendizaje humano, liberándose de los aspectos más restrictivos de
los enfoques conductistas. Se ha hecho hincapié en el papel de la atención, la memoria, la
percepción, las pautas de reconocimiento y el uso del lenguaje en el proceso del aprendizaje, y
este enfoque ha pasado gradualmente del laboratorio a la práctica terapéutica.
En numerosos campos de la psicología teórica y aplicada se emplean tests y otros sistemas para
llevar a cabo una evaluación psicológica. Los más conocidos son los tests de inteligencia,
desarrollados desde los comienzos de este siglo, en los albores mismos de la psicología
científica, que miden la capacidad de un individuo para relacionarse con su entorno. Estos tests
han sido muy útiles en el ámbito educativo para clasificar alumnos, asignar a estudiantes cursos
de formación específicos y, en general, predecir el éxito o fracaso en la escuela. Se han
desarrollado también tests especiales para predecir el éxito en diferentes profesiones y asesorar
qué campos o especialidades convienen más a un determinado individuo. La evaluación
psicológica, que también se utiliza en la clínica psicoterapeuta, se ha ocupado de medir aspectos
de la personalidad, intereses y actitudes de los individuos.
Se han desarrollado también modelos estadísticos muy sofisticados para los tests, siendo los
más eficaces los que tienen una base estadística compleja y sutil. Algunos psicólogos se han
convertido en verdaderos expertos en la elaboración de tests y otros instrumentos de medida
para propósitos concretos, una vez acordada su finalidad.
Psicología social
La psicología social comprende diversas teorías que pueden ser clasificadas como teorías del
equilibrio. Son las que se ocupan tanto teórica como prácticamente, de cómo y por qué cambian
los individuos sus actitudes. Si, por ejemplo, una audiencia escucha un discurso de una persona
considerada respetable, normalmente esperan ideas con las que estén de acuerdo. Si este no es
el caso, la audiencia pasará a desestimar al orador, o cambiará de actitud y participará de las
ideas expresadas. En suma, los oyentes modificarán sus actitudes hacia el orador o hacia sus
ideas, buscando el equilibrio. Del mismo modo, las personas tienden a equilibrar o reconciliar sus
propias ideas con sus acciones. Al margen de este tipo de cuestiones, la psicología social
también ha estudiado, entre otros temas, el comportamiento de las masas o de los fenómenos
grupales.
Psicopatología
La psicopatología, también conocida como psicología de los procesos anormales o de las
conductas desviadas, es quizá la especialidad más conocida y la que el público en general
asocia cuando escucha la palabra ‘psicología’, dado que los casos, historias y síntomas de
pacientes que muestran comportamientos inadaptados afectan a la sensibilidad del público y
provocan la curiosidad. Por ejemplo, sentir miedo por algo es absolutamente normal, pero estar
todo el tiempo atemorizado sin que exista una causa real no lo es, aunque las barreras entre
ambos estados, difíciles de delimitar incluso para los especialistas del tema, causen un alto
grado de indeterminación. Por lo general, y debido a la fuerte orientación clínica de este enfoque,
se hace más hincapié en la dinámica, causas y resultados de la enfermedad, pero los aspectos
cognitivos de la misma pueden ser también estudiados.
Los sistemas de clasificación del comportamiento anormal han cambiado por la mayor
información y la modificación de los hábitos sociales. La clasificación que a continuación
esbozamos deriva de los términos aceptados tradicionalmente, pero agrupa a los trastornos
mentales en términos de la práctica actual.
Los tres grandes grupos de desórdenes son las psicosis, trastornos estructurales que implican
una pérdida de contacto con la realidad (esquizofrenia, psicosis maníaco depresiva, paranoia y
psicosis orgánicas) y las neurosis, trastornos no psicóticos, funcionales, que normalmente no
suponen una pérdida de contacto con la realidad, aunque la vida del paciente se vuelve infeliz o
dolorosa, incapacitándole para ciertas tareas. Entre las patologías y cuadros sistemáticos de las
neurosis se encuentran: la ansiedad aguda, las fobias, las neurosis obsesivo-compulsivas y las
histerias, así como los desórdenes de la personalidad o psicopatías, que incluyen las
personalidades antisociales —psicópatas o sociópatas— entre otros comportamientos desviados.
Aplicaciones de la psicología
La psicología tiene su aplicación en problemas que surgen prácticamente en todas las áreas de
la vida social. Por ejemplo, los psicólogos asesoran a instituciones y organismos tan distintos
como los tribunales de justicia o las grandes empresas. A continuación presentamos un breve
resumen de las tres áreas principales de la psicología aplicada: psicología industrial, psicología
educativa y psicología clínica.
Psicología industrial
Los psicólogos desempeñan diversas tareas en organizaciones empresariales y lugares de
trabajo: en el departamento de personal o recursos humanos, en asesorías para la contratación y
selección de personal, en la entrevista y realización de tests a los candidatos, en la elaboración
de cursos de formación y en el mantenimiento de un ambiente laboral adecuado; otros investigan
para los departamentos de marketing (mercadotecnia) y publicidad de las empresas, o
directamente para las agencias de publicidad; por último, también se dedican a investigar la
organización metódica del trabajo y a acondicionar el equipo o espacios laborales adaptándolos
a las necesidades y potencialidades de los usuarios.
Psicología educativa
Los psicólogos educativos trabajan en los problemas derivados del aprendizaje y la enseñanza;
por ejemplo, investigan nuevos métodos para enseñar a los niños a leer o a resolver problemas
matemáticos, con el fin de hacer el aprendizaje escolar más efectivo.
Psicología clínica
Al mismo tiempo, algunos psicólogos, utilizando equipos informáticos como modelo, intentan
analizar la conducta humana comparando la mente con un procesador de información. Los
ingenieros investigan cómo resuelven las personas los problemas más complicados para intentar
reproducirlo en la computadora, mientras que los psicólogos han aprendido que sus teorías
deben ser precisas y explícitas si quieren programarlas, y de esta forma hacer predicciones de
las más complejas teorías psicológicas. Por todo ello, hoy se estudian cada vez más los
comportamientos complejos y se proponen y evalúan teorías más refinadas. 3
El campo de la psiquiatría es muy amplio en comparación con otras especialidades médicas. Los
trastornos mentales pueden afectar a la mayoría de los aspectos de la vida del paciente, como su
actividad física, conducta, emociones, pensamiento, percepción, relaciones interpersonales,
sexualidad, trabajo y ocio. Estos trastornos están producidos por una combinación poco conocida
de determinantes biológicos, psicológicos y sociales. La tarea del psiquiatra consiste en
identificar las distintas fuentes y manifestaciones de la enfermedad mental.
Desarrollo histórico
Los médicos del mundo occidental comenzaron a especializarse en el tratamiento de los
pacientes con enfermedades mentales en el siglo XIX. Los psiquiatras de esta época, llamados
alienistas, trabajaban en grandes centros, y practicaban lo que se denominaba entonces un
tratamiento moral, un enfoque humanitario dirigido a apaciguar el estado mental y recuperar la
razón. Durante la segunda mitad del siglo los psiquiatras abandonaron este tipo de tratamiento y,
con ello, el reconocimiento tácito de que la enfermedad mental está producida por influencias
tanto psicológicas como sociales. Durante un tiempo su atención se centró, casi de forma
exclusiva, en los factores biológicos. Era frecuente el uso de medicamentos y otras formas de
tratamiento somático (físico). El psiquiatra alemán Emil Kraepelin identificó y clasificó los
trastornos mentales en un sistema que supuso el inicio del diagnóstico moderno. Otra figura
importante fue el psiquiatra suizo Eugen Bleuler, que acuñó el término 'esquizofrenia' y describió
sus características.
Ciertos diagnósticos dependen de otros especialistas. Los psicólogos realizan las pruebas de
inteligencia y personalidad, así como las pruebas diseñadas para detectar lesiones cerebrales o
de otras partes del sistema nervioso central. Los neurólogos también hacen pruebas a los
pacientes psiquiátricos para detectar evidencias de lesión del sistema nervioso. En ocasiones los
pacientes que presentan síntomas físicos son atendidos por otros especialistas. Los trabajadores
sociales en el ámbito psiquiátrico atienden los problemas de la familia y de la comunidad. El
psiquiatra integra toda esta información para establecer un diagnóstico según los criterios
establecidos por los profesionales de la psiquiatría.
Tratamiento
Los tratamientos psiquiátricos pueden ser de dos tipos: orgánicos y no orgánicos. Los
tratamientos orgánicos, como los medicamentos, afectan al organismo de forma directa. Los
tratamientos no orgánicos mejoran el estado del paciente por medios psicológicos, como la
psicoterapia, o por introducción de cambios en su entorno social.
Fármacos
Los fármacos psicotrópicos son el tipo de tratamiento orgánico más utilizado. Los primeros que
se descubrieron fueron los antipsicóticos, utilizados para tratar la esquizofrenia. Las fenotiazinas
son los fármacos antipsicóticos más utilizados. Otros antipsicóticos incluyen los tioxantenos,
butirofenonas e índoles. Todos estos fármacos disminuyen los síntomas como el delirio, las
alucinaciones y los trastornos de pensamiento. Debido a que reducen la agitación, se emplean
en ocasiones para controlar el estado maníaco en pacientes maníaco-depresivos y para
tranquilizar a pacientes geriátricos. Algunos trastornos de conducta en la infancia responden a
estos fármacos.
A pesar de su valor, los medicamentos antipsicóticos tiene efectos adversos. El más grave es el
estado neurológico denominado disquinesia tardía, que aparece en pacientes que toman este
tipo de medicamentos durante periodos de tiempo prolongados. El trastorno se caracteriza por
movimientos anormales de la lengua, boca y cuerpo y cobra especial importancia porque estos
síntomas no desaparecen siempre tras la retirada del fármaco y no tienen tratamiento conocido.
La mayoría de los medicamentos antipsicóticos son sintéticos. Sin embargo, el carbonato de litio
es un elemento natural utilizado para prevenir, o al menos reducir, la gravedad de las
oscilaciones del humor en la psicosis maníaco-depresiva (véase Depresión). Es sobre todo
eficaz para controlar la fase maníaca. Los psiquiatras deben controlar de forma minuciosa las
dosis de litio, porque el margen entre la dosis efectiva y la dosis tóxica es muy estrecho.
Los principales fármacos antidepresivos son de tres tipos. Los antidepresivos tricíclicos y
tetracíclicos, los más utilizados, se emplean para las formas más frecuentes de depresión mayor.
Los inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO) se utilizan en las depresiones atípicas. Los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son eficaces tanto en la depresión
típica como en la atípica. Aunque los tres tipos son bastante eficaces para mejorar la depresión
en los pacientes diagnosticados de forma correcta también presentan inconvenientes. Los
tricíclicos y tetracíclicos pueden tardar entre dos y cinco semanas en ejercer su acción y
producen efectos secundarios como la sedación excesiva y problemas cardiacos. Los inhibidores
de la MAO pueden producir hipertensión grave en los pacientes que ingieren ciertos alimentos
(como algunos tipos de queso, cerveza y vino) o medicamentos (como medicinas para el
resfriado). Los ISRS, como la fluoxetina (Prozac) tardan entre dos y doce semanas en ser
efectivos y pueden producir cefalea, náuseas, insomnio y nerviosismo.
La ansiedad, tensión (u otras alteraciones producidas por el estrés) y el insomnio se tratan por lo
general con medicamentos denominados tranquilizantes menores. Los barbitúricos se han
utilizado durante mucho tiempo, pero producen efectos secundarios graves y es más frecuente la
adicción a los mismos que a los nuevos fármacos ansiolíticos. Entre éstos, las benzodiazepinas
son las que se emplean con más frecuencia, muy a menudo fuera del ámbito psiquiátrico.
Los fármacos estimulantes, como las anfetaminas —un fármaco que puede crear dependencia—
tienen indicaciones en psiquiatría. Ayudan a controlar la hiperactividad y la falta de concentración
en niños hiperactivos y sirven para estimular a los que padecen narcolepsia, un trastorno
caracterizado por episodios de sueño incontrolables y súbitos.
Otros tratamientos orgánicos
Otro tratamiento orgánico es la técnica terapeútica del electrochoque, o ECT, en la que se
provocan convulsiones parecidas a las de la epilepsia mediante una corriente eléctrica que pasa
a través del organismo. La ECT se utiliza con más frecuencia para el tratamiento de la depresión
grave que no responde al tratamiento farmacológico. En ocasiones se emplea en el tratamiento
de la esquizofrenia. Hay otras formas de tratamiento orgánico que se emplean con menor
frecuencia que los medicamentos y la ECT. Incluyen la controvertida técnica denominada
psicocirugía, en la que se seccionan fibras del cerebro. Una de estas técnicas, denominada
lobotomía, se utiliza en muy raras ocasiones en la actualidad.
Psicoterapia
La forma más utilizada de tratamiento no orgánico es la psicoterapia. La mayoría de las
psicoterapias dirigidas por psiquiatras son de orientación psicodinámica —esto es, se centran en
el conflicto psíquico interno y en su resolución como base para recuperar la salud mental—. El
tratamiento psicodinámico prototípico es el psicoanálisis, que se dirige a descubrir las fuentes del
conflicto inconsciente en el pasado y a reestructurar la personalidad del paciente. El psicoanálisis
es el tratamiento en el que el paciente yace sobre un sofá, con el psicoanalista fuera de la vista, y
dice lo que le viene a la mente. El paciente relata sueños, fantasías y recuerdos, junto con los
pensamientos y sensaciones asociados con éstos. El psicoanalista ayuda al paciente a
interpretar estas asociaciones y el significado de la relación entre el paciente y él mismo. Debido
a que es largo y caro, a menudo de varios años de duración, el psicoanálisis clásico casi no se
utiliza en la actualidad.
Hoy son más frecuentes otras formas de psicoterapia más breves, que complementan los
principios psicoanalíticos con otras teorías e informaciones con base científica. En estos tipos de
tratamiento, los psiquiatras aconsejan a los pacientes e intentan influir en su conducta. Algunos
utilizan técnicas derivadas de la terapia de conducta, que se basa en la teoría del aprendizaje
(aunque estos métodos son empleados con más frecuencia por los psicólogos).