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CAPITALISMO Y SOCIALISMO

Durante los siglos XIX y XX, creíamos haber estado atrapados en una lucha entre
capitalismo y socialismo, los dos sistemas económicos alternativos que se
diferenciaban en cómo las personas se relacionan con el estado. Empresas
privadas frente a empresas públicas, libres mercados frente a planificación central:
estas fueron las oposiciones del individuo contra el estado que hicieron época y que,
especialmente en economía, tomaron la forma de "capitalismo vs. socialismo". Pero
ahora sabemos que el debate de "privado vs. público" no se puede igualar a la
consideración real de "capitalismo vs. socialismo". Hemos aprendido que el
capitalismo muestra tanto formas privadas como públicas y el socialismo difiere de
ambas formas. El capitalismo, como explicaremos más adelante, es un sistema de
producción estructurado por sus relaciones de empleador y empleado como
personas o grupos diferentes, independientemente de que el empleador sea público
o privado. Por su parte, la estructura muy diferente del socialismo presenta al
empleador y al empleado como la misma persona.
El reexamen de los sistemas económicos anteriores que coexistieron con los
aparatos estatales indica que estos incluían tanto a empresas privadas como
públicas. En muchos ejemplos de sistemas económicos esclavistas, existían los
amos privados junto a los amos públicos. Es decir, individuos privados o grupos de
ciudadanos eran dueños de esclavos, pero también lo eran los organismos estatales
locales, regionales o nacionales. Asimismo, en muchos ejemplos de feudalismo
encontramos a individuos que eran señores feudales con siervos, así como, por
ejemplo, reyes u otros organismos estatales que también eran señores con siervos.
En las sociedades donde prevalecía la esclavitud, a veces había luchas entre
empresas esclavistas privadas y estatales. Cuando prevalecía el feudalismo,
existían también luchas comparables entre empresas feudales privadas y estatales.
A veces tales luchas llegaban a convertirse en grandes oposiciones entre el sector
privado y el público, el individuo contra el estado y los ciudadanos contra los
gobiernos, etc. pero esas luchas y oposiciones normalmente tenían lugar dentro de
un único sistema: la esclavitud o el feudalismo.
La historia del capitalismo es diferente. Las empresas privadas (poseídas y
operadas por individuos o grupos privados que no ocupan ningún puesto en ningún
aparato estatal) frecuentemente han coexistido con empresas públicas o estatales.
Estas últimas son propiedad del estado y son operadas por funcionarios estatales.
Tanto en empresas capitalistas privadas como públicas, la relación común básica
es entre el empleador y el empleado. Esto se corresponde con la relación común
(amo - esclavo) compartida entre las empresas esclavistas privadas y públicas y la
relación común (señor feudal - siervo) compartida entre las empresas feudales
privadas y públicas.
En la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo, las proporciones de empresas
privadas y estatales podían variar, y variaban. Las empresas públicas a veces
constituían una parte pequeña y marginal de la economía total de una región o un
país. Estas también podían estar ausentes, o, por el contrario, podían ser el principal
o incluso el único tipo de empresa existente. Dependiendo de la forma
prevaleciente, las economías podían describirse como esclavistas privadas o
estatales, feudales privadas o estatales o capitalistas privadas o estatales.
Lo que empañó estos paralelos durante el último siglo y medio fue la confusión entre
el capitalismo privado y el estatal por un lado y entre el capitalismo y el socialismo
por el otro. La mayoría de las personas describía la oposición dominante como
capitalismo contra socialismo, pero su definición de socialismo era la de capitalismo
de estado. Veían al capitalismo como una economía basada en empresas
capitalistas privadas (o "libres" empresas), y a los mercados como organizaciones
para la distribución de los recursos y productos de las empresas. Veían al socialismo
como una economía de empresas públicas (o empresas "estatales"), y a la
planificación central como la organización para la distribución de los recursos y
productos. En efecto, confundían al socialismo con el capitalismo de estado.
Estas confusiones de términos y significados probablemente surgieron porque los
socialistas de los siglos XIX y XX enfocaron sus estrategias en la captura del estado
(ya sea a través de la revolución o de la política parlamentaria). Ellos planificaron
utilizar al estado como medio para transformar el capitalismo en socialismo. El
capitalismo de estado serviría como un tipo de estación de paso donde
prevalecerían las empresas capitalistas estatales y la planificación central
(ocupadas por las "cúspides dominantes") sobre las empresas y los mercados
capitalistas. Tal economía posteriormente se transformaría en socialismo,
presuntamente por los socialistas que habían capturado el poder estatal. A menudo
los socialistas eran imprecisos al definir el objetivo supremo del socialismo,
especialmente cuando lo comparaban a su claro enfoque y estrategias políticas para
conquistar el poder del estado y establecer el capitalismo de estado.
La mayoría de los socialistas dejó gradualmente de ver al estado como un simple
medio de lograr nuevas transformaciones, y al capitalismo de estado como una
estación de paso para alcanzarlas. En su lugar, el capitalismo de estado, operado
por un aparato estatal controlado por personas que se identificaban como
socialistas, se llegó a ver como la transformación del capitalismo en socialismo. La
conversión de empresas capitalistas privadas a estatales y la subordinación de los
mercados a la planificación central llegaron a definir el logro del "socialismo". Se
confundieron dos transiciones secuenciales (la primera de capitalismo privado a
estatal y la segunda de capitalismo estatal a socialismo) en una sola.
La llamada competencia entre el capitalismo y el socialismo que tuvo lugar el
pasado siglo, fue en realidad una competencia entre capitalismo privado y de
estado. Los EE.UU. favorecieron fundamentalmente el capitalismo privado. Sus
empresas eran principalmente privadas con instancias significativas de empresas
capitalistas estatales; también tenían un amplio sistema de distribución de mercado
con instancias significativas de distribuciones planificadas. Por su parte, la Unión
Soviética era principalmente un capitalismo de estado. Sus empresas eran
fundamentalmente estatales y su distribución se planificaba a nivel central con
instancias significativas de empresas capitalistas privadas y distribuciones de
mercado. Sin embargo, la mayoría de los defensores y críticos describían a la Unión
Soviética como "socialista".
Desde el punto de vista histórico, la revolución de 1917 logró una transición del
capitalismo ruso privado al capitalismo de estado soviético, mientras que la
implosión de 1989 logró precisamente la transición inversa. En el modo dialéctico
correcto, las oscilaciones entre capitalismo privado y de estado nos permite aclarar
que el socialismo se encuentra más allá de ambas formas capitalistas.
La alternativa socialista a ambas formas de capitalismo privado y de estado es el fin
y el reemplazo del capitalismo como organización de producción empleador-
empleado. El reemplazo de las empresas privadas por empresas estatales y de los
mercados por la planificación son cambios que en esencia dejan intacta la
organización de producción empleador-empleado, lo cual caracteriza
distintivamente al capitalismo. La relación de producción empleador-empleado
diferencia al capitalismo de la esclavitud (relación de producción amo-esclavo), así
como del feudalismo (relación de producción señor feudal-siervo). Por último, la
relación empleador-empleado diferencia al capitalismo (tanto en su forma privada
como estatal) del socialismo, donde las oposiciones dualistas de amo-esclavo,
señor feudal-siervo y empleador-empleado desaparecen por completo. En el
socialismo (si regresamos a la concepción original como alternativa básica al
capitalismo), los obreros/empleados constituyen su propio empleador colectivo.
Las cooperativas de obreros (que podrían llamarse más precisamente empresas
autodirigidas por obreros) son el núcleo o la definición fundamental de una
organización socialista de la producción que representa una alternativa sistémica al
capitalismo. En empresas autodirigidas por obreros, ninguna dicotomía de los
participantes de la empresa enfrenta a unos con otros. Ninguna minoría (amos,
señores feudales o empleadores) dicta sobre una mayoría (esclavos, siervos o
empleados). Las empresas incluyen una comunidad de individuos que organizan
democráticamente todas las actividades de su propio trabajo. Así, el propio proceso
de producción resulta socializado. La socialización ya no se aplica únicamente a la
propiedad de los medios de producción y a la distribución de los recursos y
productos, como en el "socialismo" clásico. Las empresas autodirigidas por obreros
son democráticas, por lo que constituyen una base para la democratización de la
economía y la sociedad que jamás el capitalismo (ya se privado o de estado) pudo
lograr.
Marx, en su enfoque analítico de la explotación: cómo la plusvalía es extraída de los
productores (esclavos, siervos y proletarios) por los explotadores (amos, señores
feudales y capitalistas), apunta a un socialismo que niega cualquier forma de
explotación. En contraste, en las empresas capitalistas de estado cambian los
explotadores y las condiciones de esa explotación, Los capitalismos de estado y
privado pueden ser y han sido muy diferentes en sus consecuencias sociales,
complejidades políticas, etc. Las luchas entre ellos han tenido un significado
histórico trascendental. Pero ellas no finalizaron la explotación de los obreros ni
establecieron una economía socialista que acabara con la explotación.
Para que las luchas entre el capitalismo de estado y el privado se convirtieran en
medios para o hacia la transición al socialismo, es necesario dilucidar sus límites.
La emergencia del socialismo del siglo XXI, enfocado en un sistema que va más allá
del capitalismo de estado, representa tanto un retorno a las ideas básicas de Marx
como un aprendizaje de los éxitos y fracasos de lo que el siglo XX llamó socialismo.
Este tipo de socialismo será más fuerte y desarrollado y confrontará a un capitalismo
cuyas contradicciones internas, defectos y puntos débiles son ahora más evidentes
que nunca.

Fuente: http://www.democracyatwork.info/esp_capitalismo_v_socialismo
SOCIALISMO
Definición
El socialismo es la teoría, doctrina o práctica social que promueve la posesión
pública de los medios de producción y un control colectivo y planificado de la
economía en pro del interés general de la sociedad. El socialismo puede ser no-
estatal (mediante la propiedad comunitaria en un sentido amplio) o estatal (a través
de la nacionalización y la planificación económica de la producción).
En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los
medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los
bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo
asalariado.
Principios básicos:
Por socialización de los medios de producción, se entiende, en economía política y
ciencia política, etc, el proceso de pasar de un régimen de propiedad privada
individual de tales medios hacia uno de propiedad social, ya sea comunitaria o
estatal.
La propiedad comunitaria de activos u organizaciones, es aquella donde éstas se
poseen y se controlan a través de ciertos mecanismos deliberativos o de
representación democrática que permitan a una comunidad o grupo ser parte de su
gestión, ya sea, usando o disfrutando de los beneficios que se presentasen con
dicho activo. El desarrollo de la propiedad comunitaria, como concepto y
herramienta social, representa un símbolo de la emancipación colectiva, lo cual
hace del concepto un principio de corrientes políticas y sociales, tal como lo es, el
Anarcocomunismo, del cual se amparaba Piotr Kropotkin junto a otros pensadores
del Anarquismo.
La estatización o estatalización es el conjunto de disposiciones y operaciones
mediante las cuales el Estado asume, en forma variada, la administración de
empresas privadas, de grupos de empresas o de la totalidad de ciertos sectores
económicos manejados con anterioridad por particulares. La estatización es lo
opuesto a la privatización. También se le denomina nacionalización de los medios
de producción, aunque una empresa estatizada puede ser previamente tanto de
propiedad nacional como extranjera.
La propuesta de socializar los bienes no se extiende a los bienes de consumo y/o
pertenencias personales, ni busca evitar sueldos o ganancias derivadas del
esfuerzo personal. Así, por ejemplo, Makhaiski escribe “La socialización de los
medios de producción no significa otra cosa que la abolición del derecho de
propiedad privada y de la gestión privada de las fabricas y de la tierra”.
Para corrientes comunitarias -tales como el comunismo, socialismo,
cooperativismo, anarquismo, mutualismo etc.- el concepto tiene el sentido
especifico de reintegrar los procesos económicos al control de la sociedad a fin de
lograr la libertad del ser humano: “La otra idea que es enormemente importante es
esta noción de libertad, la idea que es tan diferente de la noción liberal. No podemos
ser libres a menos que controlemos nuestro destino, a menos que nosotros, en lugar
de ser arrastrados por el viento de las circunstancias económicas (para Marx) o
dirigidos por la mano invisible de la razón (para Hegel) realmente tomemos control,
realicemos nuestro poder, realicemos la capacidad colectiva de los seres humanos
para controlar nuestro destino, y lo hagamos... es una idea de gran importancia.
Ahora que ha sido presentada por Hegel y Marx, no creo que será olvidada”. En ese
sentido, se puede decir socialización es el proceso opuesto a alienación.
Teóricos:
La palabra "socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios
de Robert Owen) describe la organización colectiva de la producción y la distribución
en tanto el consumo permanece siendo particular. En el siglo XIX en proceso de
proletarización masiva por el ascenso del capitalismo industrial la idea socialista
evolucionó como concepto e ideología de economía política proponiendo un sistema
social, económico y político basado en la organización consciente (planificada) de
la producción de acuerdo a unos fines preestablecidos de contribución al bien
general: sería el denominado movimiento socialista (en algunos lugares movimiento
para la reforma del trabajo).
El Comunismo, entendido como movimiento socio-político, es un conjunto de
corrientes y agrupaciones cuyo principal objetivo histórico es -particularmente desde
la adopción de la doctrina marxista- la supresión revolucionaria de la sociedad
capitalista en tanto última forma de sociedad con clases, y el establecimiento de una
sociedad socialista como paso previo a la construcción gradual de una organización
social comunista. Las doctrinas de las diversas corrientes comunistas coinciden en
la necesidad de suprimir la propiedad privada (especialmente la de los medios de
producción sociales) y en la emancipación social del proletariado como la primer
clase oprimida sin economía propia, negación de toda posible apropiación privada
y por ende tendiente a desaparecer como clase en una comunidad comunista.
La teoría marxista se construye en debate con el anarquismo. El anarquismo se
podría inscribir dentro de los debates tempranos del socialismo, que como ideal
busca que las personas decidan sobre sus vidas directamente. Propugna la
abolición del Estado y de toda autoridad. Es la corriente con un trasfondo de respeto
y valoración al sujeto o individuo, y que considera a la libertad como el camino y el
objetivo del socialismo y que propone la horizontalidad en las asociaciones
humanas voluntarias, la autonomía local junto con la autoorganización de los
movimientos sociales frente a las instituciones del Estado y a las multinacionales y
monopolios propios del capitalismo. La meta del socialismo libertario es construir
una sociedad basada en las libertades civiles, la equidad social, la iniciativa
personal, la cooperación moral de un individuo, eliminando las clases sociales
estratificadas, promoviendo estructuras políticas y económicas autogestionarias,
descentralizadas o distribuidas.

Fuente: http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/fyc/fyc_4_14.html
El Socialismo es el sistema social y económico mediante el cual es posible lograr la
igualdad (lo utópico), la cooperación y el despliegue total de una verdadera
Democracia, aquí mientras que el Capitalismo es la negación de estos ideales
aunque, por ahora, vaya ganando la partida en el mundo actual. Lo único que
realmente puede sostener un sistema como el Capitalista es el Totalitarismo en
cualquiera de sus versiones: Pinochet y la "Democracia Burguesa", totalitaria
aplicada en EE.UU.
Capitalismo y socialismo tienen rasgos comunes, importancia de los sistemas
industriales, están basados en la explotación de la fuerza de trabajo y en una
estructura de clases sociales.
CAPITALISMO
El capitalismo es el sistema económico fundado en el capital como relación social
básica de producción. El capital es un factor de producción constituido por
inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración
con otros factores, principalmente el trabajo y bienes intermedios, se destina a la
producción de bienes de consumo. Es la cantidad de recursos, bienes y valores
disponibles para satisfacer una necesidad o llevar a cabo una actividad definida y
generar un beneficio económico o ganancia particular. A menudo se considera a la
fuerza de trabajo parte del capital. También el crédito, dado que implica un beneficio
económico en la forma de interés, es considerado una forma de capital (capital
financiero).
En el capitalismo los individuos privados y las empresas, empleando trabajadores
asalariados, llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios,
con el propósito de producir y acumular ganancias u otro beneficio de interés propio.
El régimen económico en el cual la titularidad de los medios de producción es
privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de
capital industrial basado en la propiedad privada.
La estructura económica en la cual los medios de producción operan principalmente
en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan
empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente
competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento
de producción y creación de riqueza, sea que dicho fenómeno se considere como
causa o como consecuencia del control sobre los medios de producción por parte
de quienes poseen el primer factor.
Principios básicos
Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos por
los prestadores de capital para la producción social, deben estar en manos de las
empresas y personas particulares que los adquieran. De esta forma a los
particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en
sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán usar como mejor
les parezca.
La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir
recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será
ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el
negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad
de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la
empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores
pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los
consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el
producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites
de su ingreso.
Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas
que ofrecen y venden un producto (son oferentes) en un mercado determinado. En
dicho mercado también existe un gran número de personas o empresas,
denominadas consumidores (también llamados demandantes), las cuales, según
sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos o
mercancías. A través de la competencia se establece una «rivalidad» o antagonismo
entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de
consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de
reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.
El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado
predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones
además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado. En éste
se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y
organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por
medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales
se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la asignación de
recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.
Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el
capitalista, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio
propio por medio de la acumulación y reproducción de los recursos, del capital; los
trabajadores, quienes trabajan por la recompensa material que reciben (el salario)
y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o
utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan al menor precio posible.
Teóricos
La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de
este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual
se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana, Adam Smith
y Benjamin Franklin. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la
intervención del gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Sólo debe
encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad
privada, la defensa de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y
políticos, el control de la seguridad interna y externa (justicia y protección), y
eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento
de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su
funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig
von Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela de Viena de economía;
George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago,
existiendo profundas diferencias entre ambas.
Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado
funciones diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John
Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la
demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos
que dan al Estado y a otras instituciones un rol importante en controlar las
deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el
neoinstitucionalismo)
FUENTE: http://www.filosofia.net/materiales/sofiafilia/fyc/fyc_4_13.html

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