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¡Inspiración vs Técnica!

-Encuentro
Literario:
(Apunte)
En la mitología griega, las musas (en griego antiguo μοῦσαι «mousai») son, según los
escritores más antiguos, las divinidades inspiradoras de las Artes: cada una de ellas está
relacionada con ramas artísticas y del conocimiento. Son hijas de Zeus y de Mnemósine,
compañeras del séquito de Apolo, dios olímpico de la música y patrón de las bellas
artes, quien tuvo romances con cada una de ellas, dejando descendientes. Bajaban a la
tierra a susurrar ideas e inspirar a aquellos mortales que las invocaran. En la época más
arcaica eran las ninfas inspiradoras de las fuentes, en las cuales eran adoradas.
Finalmente, alrededor de los siglos VIII-VII a. C.1 prevaleció en todo el territorio de la
Hélade la adoración de las nueve Musas, que son Calíope, Clío, Erato, Euterpe,
Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. El culto a las musas era
originalmente de Tracia y Beocia, y fueron de vital importancia para el desarrollo
artístico en la Antigua Grecia. Los poetas eran sinceros en su invocación a las Musas y
realmente se creían inspirados por ellas, pero con la imposición del cristianismo en la
Edad Media, la adoración de las musas y de todas las deidades tuvieron que ser
abandonadas por la pena de muerte o el destierro.

“Existe un muso,pero no esperes que baje revoloteando y esparza polvos mágicos creativos sobre tu
máquina de escribir u ordenador. Vive en el subsuelo. Es un habitante del sótano. Tendrás que bajar a su
nivel y, cuando hayas llegado, amueblarle el piso- Digamos que te toca a ti sudar la gota gorda, mientras
el muso se queda sentado, fuma, admira las copas que ha ganado en la bolera y finge ignorarte. ¿Te
parece justo? Pues a mí sí. No digo que el muso sea un guaperas, ni muy hablador (yo lo máximo que
consigo arrancarle son gruñidos de mal humor, menos cuando está de servicio) pero la inspiración es
suya. Es justo que hagas tú todo el trabajo y te quemes las cejas, porque el del puro y las alitas tiene un
saco lleno de magia. Y lo que contiene el saco puede cambiarte la vida" (Stephen King)

“Escribir es un oficio que se aprende escribiendo” (Simone Beauvoir)

“Dentro hay una quietud y un santuario, donde puedes ir cuando quieres y ser tú mismo” (Herman Hesse)

“Nada más es más nocivo para la creatividad que el furor de la inspiración” (Umberto Eco)

“Reflexionar serene, muy serenamente es mejor que tomar decisiones dessperadas” (Franz Kafka)

Ion o De la Poesía

Ion o Sobre la Ilíada (Ίων ἢ Περὶ Ἰλιάδος· πειραστικός.), llamado también De la poesía,
es un diálogo de Platón, perteneciente a la serie llamada Primeros diálogos, escritos en
la época en que el autor era aún joven. La fecha exacta permanece, sin embargo,
incierta. Según algunos detalles presentes en el texto, especialmente acerca de la
dominación de los atenienses sobre Éfeso o del nombre de algunos generales extranjeros
reclutados por Atenas, el diálogo parece desarrollarse hacia el 401 a. C.

Sócrates reconoce que la extensión de los conocimientos de Ion sobre Homero es, sin
duda, admirable. Pero, ¿conoce él tan bien a otros poetas, como por
ejemplo Hesíodo o Arquíloco? Ion reconoce tener lagunas respecto de ellos, puesto que
los otros poetas no le interesan y que no ha estudiado jamás otra cosa que no sean
las epopeyas de Homero. Sócrates lo hace entonces percatarse de que los tres poetas
hablan, sin embargo, de cosas notablemente parecidas, tales como la guerra, las
relaciones mutuas de los hombres o las relaciones que los dioses tienen entre sí. ¿Por
qué, entonces, no podría Ion ser competente para comentar a Hesíodo y a Arquíloco tan
bien como a Homero? Después de todo, el matemático puede, por ejemplo, distinguir
sin dificultad entre el que habla correctamente de los números y el que habla
incorrectamente. El médico, igualmente, puede diferenciar entre las opiniones
verdaderas y las falsas sobre los alimentos convenientes a la salud. Y, por fin, un
escultor es susceptible de apreciar y juzgar cualquier escultura, sin importar el autor. En
suma, resume Sócrates, quien se haya vuelto autoridad en un arte por completo puede
juzgar todas las partes de ese arte y precisar las cualidades y los defectos de cualquier
artista.

¿Por qué razón Ion no es capaz de juzgar el valor de cualquier poeta? La respuesta, para
Sócrates, se impone por sí misma: es, dice, porque el poeta y el rapsoda, al igual que los
profetas, no extraen su talento de un arte o de una ciencia, sino de una inspiración que
les es comunicada por los dioses. Los poetas y los rapsodas desempeñan el rol de
intérpretes entre los dioses y la población, lo que tiene el efecto de crear una verdadera
“cadena de inspirados”: los dioses y las musas, primero, insuflan la inspiración en el
espíritu de los poetas, que escriben sus versos bajo la influencia de esta fuerza
sobrenatural. Los rapsodas, luego, van de ciudad en ciudad recitando poemas y,
poseídos por la misma inspiración divina, comunican una parte de su fervor a la
población. La inspiración poética es, por consiguiente, parecida al imán, que puede
atraer un anillo de hierro, que es a su vez imantado y puede atraer un nuevo anillo. Es
esta la razón por la cual los poetas se dedican generalmente a un solo género
(ditirambos, panegíricos, epopeyas, etc.), porque ellos no pueden tener éxito más que en
el único dominio al que las musas los han empujado. ¿No ha escrito, por ejemplo, el
gran Tinicos de Calcis, sólo un poema digno de memoria a lo largo de su vida, pero uno
de los más bellos que existen? Ion, por su parte, ha sido orientado por su musa hacia el
conocimiento de Homero, y he ahí por qué no tiene ni la necesidad ni el impulso de
estudiar otra cosa.

"ION. - No tengo nada que oponerte, Sócrates. Pero yo tengo el convencimiento íntimo
de
que, sobre Homero, hablo mejor y con más facilidad que nadie, y todos los demás
afirman que yo hablo bien, cosa que no me ocurre si se trata de otros poetas. Mira, pues,
qué es esto.

SÓC. - Ya miro, Ion, y es más, intento mostrarte lo que me parece que es. Porque no es
una técnica lo que hay en ti al hablar bien sobre Homero; tal como yo decía hace un
momento, una fuerza divina es la que te mueve, parecida
a la que hay en la piedra que Eurípides llamó magnética y la mayoría, heráclea"

“SÓC. - ¿Cómo es, pues, que tú eres experto en Homero y no en Hesíodo o en alguno
de los otros poetas? ¿O es que Homero habla de cosas distintas de las que hablan todos
los otros poetas? ¿No trata la mayoría de las veces de guerra, de las mutuas relaciones
entre hombres buenos y malos, entre artesanos u hombres sin oficio? ¿No habla también
de cómo se relacionan los dioses entre sí y de su trato con los hombres, de los
fenómenos del cielo y del infierno, del nacimiento de los dioses y los héroes? ¿No son
estas cosas sobre las que Homero hizo su poesía?”

“ION. - ¿Cuál es, entonces, la causa, oh Sócrates, de que yo, cuando alguien habla
conmigo de algún otro poeta, no me concentro y soy incapaz de contribuir en el diálogo
con algo digno de mención y me encuentro como adormilado? Pero si alguno saca a
relucir el nombre de Homero, me espabilo rápidamente, pongo en ello mis cinco
sentidos y no me falta qué decir”

“SÓC. -Y, a su vez, quien es un buen general será también un buen rapsodo. ION. - No,
ya esto no me lo parece. SÓC. -Pero a ti te parece que el buen rapsodo es también buen
general. ION. - Ciertamente. SÓC. - Tú eres, pues, el mejor rapsodo entre los helenos.
ION. - Y con mucho, oh Sócrates. SÓC. - ¿También el mejor general de Grecia? ION. -
Seguro, oh Sócrates; todo esto lo he aprendido yo de Homero. 5 b SÓC. -Por los dioses,
oh Ion, ¿cómo es, pues, que siendo el mejor de los helenos, en ambas cosas, como
general y como rapsodo, vas recitando de un sitio para otro, y no te dedicas a hacer la
guerra?, ¿o es que te parece que entre los griegos hay más necesidad de rapsodos
coronados con coronas de oro, que de generales? ION. - Es que nuestra ciudad, oh
Sócrates, está gobernada y dirigida militarmente por vosotros 21, y no necesita de un
general; y la vuestra y la de los lacedemonios no me escogería a mí por jefe; pues
vosotros tenéis conciencia de que os bastáis a vosotros mismos. SÓC.- ¡Oh querido Ion!
¿No conoces a Apolodoro de Cícico? 22. ION. - ¿A quién? SÓC. -A aquel al que,
aunque extranjero, han escogido muchas veces los atenienses como general; y también a
Fanóstenes de Andros y Heraclides de Clazómenas 23, que siendo extranjeros, como
eran, por haber mostrado su c d capacidad, la ciudad los designaba para estrategas y
para otros cargos públicos. ¿No escogerían, pues, a Ion de Éfeso como general y lo
honrarían como tal, si le encontrasen digno de ello? ¿Es que los de Éfeso no sois, desde
tiempo inmemorial, atenienses? ¿Es que Éfeso es menos que otra ciudad?”

Escuchar al Ser
Hay un tipo de escritura que tiene que ver con la escucha, con la contemplación de uno
mismo, y tratar de llegar a los fundamentos, no es necesariamente una inspiración
divina, pero es dejar salir todo eso otro que hay en uno, a lo que compartimos en tanto
existentes, la angustia, la mortalidad, ser, escuchar al Ser, al Logos. Podríamos pensar
en esta línea a gente como Heidegger, Jan Patocka, María Zambrano, Hugo Mujica,
Hölderlin, Rilke, Celan el mismo Parménides, Heráclito. Entre toda esta gente se da la
tensión entre el Oír, el Pensamiento, el Lenguaje, el Logos, la manifestación de la
Verdad y el Ser. ¿Ser es pensar? ¿Pensar es ser? ¿Siendo se es? ¿O se necesita alguna
otra cualidad, disposición vital para ello?

“La angustia es la disposición fundamental que nos coloca ante la nada”. Martin Heidegger

“Los mortales habitan en la medida en que reciben el cielo como cielo; en la medida en que dejan al sol y
a la luna seguir su viaje, a las estrellas su ruta, a las estaciones del año su bendición y su injuria; en la
medida en que no convierten la noche en día, ni hacen del día una carrera sin reposo”. Martin Heidegger

“Poetizar es propiamente dejar habitar. Ahora bien, ¿por qué medio llegamos a tener un habitáculo? Por
medio del edificar. Poetizar, como dejar habitar, es un construir”.Martin Heidegger
“Sabio es que quienes oyen, no a mí, sino a la razón, coincidan en que todo es uno”. Heráclito

“Pero ven, y te diré, y tú retén las palabras oídas, qué únicos caminos de busca son pensables. El uno, que
es y que no es posible que no sea, es la vía de la Persuasión, pues sigue a la Verdad. El otro, que no es y
que necesario es que no sea, éste, te digo, es un sendero ignorante de todo. Porque ni puedes conocer lo
que no es, pues no es factible, ni expresarlo.

Pues una misma cosa es la que puede ser pensada y puede ser.
Necesario es que aquello que es posible decir y pensar, sea. Porque puede ser, mientras que lo que
nada es, no lo puede. Esto te pido consideres. De este primer camino de busca, pues, te aparto, pero
también de aquel por el que mortales que nada saben yerran bicéfalos, porque la inhabilidad dirige en sus
pechos el errante pensamiento, y así van y vienen, como sordos y ciegos, estupidizados, raleas sin juicio,
para quienes es cosa admitida que sea y no sea, y lo mismo y no lo mismo, y de todas las cosas hay una
vía de ida y vuelta”. Parménides

Poemas y fragmentos de la escucha, de la existencia, de la nada


Ya duermen en su tumba las pasiones

el sueño de la nada;

¿es, pues, locura del doliente espíritu,

o gusano que llevo en mis entrañas?

Yo solo sé que es un placer que duele,

que es un dolor que atormentado halaga,

llama que de la vida se alimenta,

mas sin la cual la vida se apagara. Rosalía Castro

Fingiendo realidades

con sombra vana,

delante del Deseo

va la esperanza.

Y sus mentiras

Como el Fénix renacen

de sus cenizas. Becquer

Recuerda Cuerpo

Cuerpo, recuerda no sólo cuando fuiste amado,

no sólo los lechos donde te acostaste,

sino también aquellos deseos, que por ti

brillaban claros en los ojos

y con la voz temblaban —y algún inesperado

freno los reprimió—.

Ahora que ya todo pertenece al pasado,

casi parece cual si a esos deseos

te entregaras también —cómo brillaban,

recuérdalo, en aquellos ojos al mirarte;


cómo temblaban con la voz, por ti, recuerda, cuerpo. Cavfasis

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.

Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que soy errante, que amo y
muero. Y hubiese cantado hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme
desnuda en la entrada del tiempo.

Un canto que atravieso como un túnel.Pizarnik

Bajo la flor, la rama;

sobre la flor, la estrella;

bajo la estrella, el viento.

¿Y más allá?

Más allá, ¿no recuerdas? , sólo la nada.

La nada, óyelo bien, mi alma:

duérmete, aduérmete en la nada. María Zambrano

Escritura y Técnica

No es una corriente en sí, pero tiene que ver con el escribir siempre, escribir porque se
escribe, escribir es como el agua pero se requiere disciplina para dejarla correr, si uno se
adscribe a la inspiración quizás sea un poeta decente, pero no más que eso, nunca un
novelista. Hay que dejarse sorprender por lo que puede salir del trabajo de uno.
Escritorxs en esta dinámica son Idea Vilariño, Stephen King, Neil Gaiman, J.K
Rowling, Carlos Fuentes, Ray Bradbury, etc. Se escribe obligandose a una cantidad de
horas por día, a seguir cierta rutina, a llevar al extremo lo necesario para que la escritura
suceda. Con horarios, o maneras de realizar la labor de escritorx.

“Si te dejas llevar solo por la inspiración puede ser un poeta decente, pero nunca un novelista”. Neil
Gaiman

“Existe un muso,pero no esperes que baje revoloteando y esparza polvos mágicos creativos sobre tu
máquina de escribir u ordenador.Vive en el subsuelo. Es un habitante del sótano. Tendrás que bajar a su
nivel y, cuando hayas llegado, amueblarle el piso- Digamos que te toca a ti sudar la gota gorda, mientras
el muso se queda sentado, fuma, admira las copas que ha ganado en la bolera y finge ignorarte. ¿Te
parece justo? Pues a mí sí. No digo que el muso sea un guaperas, ni muy hablador (yo lo máximo que
consigo arrancarle son gruñidos de mal humor, menos cuando está de servicio) pero la inspiración es
suya. Es justo que hagas tú todo el trabajo y te quemes las cejas, porque el del puro y las alitas tiene un
saco lleno de magia. Y lo que contiene el saco puede cambiarte la vida".Stephen King

“No pienses. El pensar es el enemigo de la creatividad, es ser demasiado consciente de uno mismo y ser
demasiado consciente de uno mismo es negativo. No puedes intentar hacer cosas, simplemente debes
hacerlas.”. Ray Bradbury
Escritura automática

La escritura automática o el fluir de conciencia es el proceso o resultado de


la escritura que no proviene de los pensamientos conscientes de quien escribe. Es una
forma de hacer que aflore el inconsciente. Consiste en situar el lápiz sobre el papel y
empezar a escribir, dejando fluir los pensamientos sin ninguna coerción moral, social ni
de ningún tipo. En ocasiones se realiza en estado de trance, aunque no es necesario que
sea así.
Su propósito es vencer la censura que se ejerce sobre el inconsciente, merced a unos
actos creativos no programados y sin sentido inmediato para la consciencia, que escapan
a la voluntad del autor. Entonces compone directamente el inconsciente, liberado de la
censura.
Desde el punto de vista literario, se trata de un método defendido y usado
principalmente por André Breton y los surrealistas, en la primera mitad del siglo XX,
considerando que de esa forma el yo del poeta se manifiesta libre de cualquier represión
y dejando crecer el poder creador del hombre fuera de cualquier influjo castrante.

Contemplación poética-Haiku
El haiku describe generalmente los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones y
la vida cotidiana de la gente. Su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no
el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y
con esta la eternidad.
En la base del haiku hay una percepción directa de las cosas, apegada a lo sensible y
libre de conceptos abstractos. Blyth lo define como «una mera nada, pero
inolvidablemente significativa».
La piedra angular del haiku es el aware, una emoción profunda provocada por la
percepción de la naturaleza. A menudo se trata de una emoción melancólica (el poeta,
contagiado por el sufrimiento de los seres, siente su tristeza y de ahí nace su poesía),
pero también la alegría exultante puede ser aware. Se trata de una conmoción espiritual,
que es a la vez estética y sentimental.
Para que el aware sobreviva a través de las palabras, es preciso que el haijin (el poeta
que escribe haiku) se elimine del proceso, se extinga. En el haiku genuino se produce
una comunicación análoga a la no verbal (el haragei, arte de comunicarse sin palabras),
sin confusión ni ruido.
El haiku, tal como se consolidó tras Bashô y Onitsura (siglo XVII), se concibe como un
instrumento para el desarrollo espiritual, un camino de aprendizaje. Tras ellos, hay un
antes y un después en el mundo del haiku.

Romanticismo vs Objetivismo

La literatura del Romanticismo fue un movimiento literario que se inició a finales del
siglo XVIII (ca. 1770). en Alemania, que se dispersó y cultivó por toda Europa hasta
mediados del siglo XIX y que continúa ejerciendo su influencia hasta la actualidad. Este
movimiento se opuso al expansivo capitalismo industrial y al racionalismo ilustrado.
Entre sus características principales se encuentran la constante presencia de temas
preindustriales como la naturaleza, los mitos grecolatinos y medievales. También se
caracterizaba por la búsqueda constante de la originalidad como una forma de
contraponerse a la profesionalización del artista y de la conversión de la obra de arte en
una mercancía, dado que los escritores profesionales se servían de técnicas de escrituras
genéricas, efectivas en el mercado. También se caracterizaba por concebir al artista
como un intermediario entre lo trascendental y lo inmanente; el artista sólo escribía por
la inspiración, también como una forma de oponerse al profesionalismo en la escritura.
Entre los autores románticos más destacados se encuentran Johann Wolfgang von
Goethe, Friedrich Schiller, Friedrich Gottlieb Klopstock, Percy Bysshe Shelley, John
Keats, William Wordsworth y Edgar Allan Poe

“Ya dijimos que el objetivismo y el naturalismo de la novela fueron una manifestación


más (y en el caso de la novela, paradojal) de ese espíritu burgués. Con Flaubert y con
Balzac, pero sobre todo con Zola, culmina esa estética y esa filosofía de la narración,
hasta el punto que por su intermedio estamos en condiciones no sólo de conocer las
ideas y vicios de la época sino hasta el tipo de tapizados que se acostumbraba. Zola, que
hizo la reducción al absurdo de esta modalidad, llegó hasta a levantar prontuarios de sus
personajes, y en ellos anotaba desde el color de sus ojos hasta la forma de vestir de
acuerdo con las estaciones. Gorki malogró en buena parte sus excelentes dotes de
narrador por el acatamiento a esa estética burguesa (que él creía proletaria), y afirmaba
que para describir un almacenero era necesario estudiar a ciento para entresacar los
rasgos comunes; método que notoriamente es el de la ciencia, que permite obtener lo
universal eliminando los particulares: camino de la esencia, no de la existencia. Y si
Gorki se salva casi siempre de la calamidad de poner en escena prototipos abstractos en
lugar de tipos vivos es a pesar de su estética, no por ella; es por su instinto narrativo, no
por su desatinada filosofía”. Ernesto Sábato

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