Sei sulla pagina 1di 4

La idea de hoy es ofrecer 5 sencillas herramientas que nos permitirán aprender a

profundizar los efectos de nuestras sesiones de meditación, a través de


comprender conceptos espirituales fundamentales.

1- Somos puro potencial

Generalmente, pasamos tanto tiempo pensando lo que fuimos, lo que podríamos


haber sido, lo que somos, que limitamos constantemente nuestra percepción. Pero
nosotros no somos un cuerpo finito y un conjunto de limitaciones, somos un ser
espiritual, con un potencial infinito.

Es usual permitir que una multitud de pensamientos se cuelen en nuestra mente


mientras intentamos alcanzar el estado meditativo, pero esto puede funcionar a
nuestro favor. Si queremos trascender nuestras ideas limitantes durante la
meditación, pero no podemos evitar pensar, lo único que tenemos que hacer es
prestar atención al silencio que se genera entre pensamientos, una vez que
tomamos consciencia de ellos.

El “espacio vacío” que se genera entre dos pensamientos, ese pequeño


momento de silencio, es donde yace nuestro potencial espiritual
ilimitado. Utiliza los silencios entre pensamientos para conectarte con tu vacío
interno, que es en realidad la mejor manera de conectar con tu verdadera esencia.

2- Recibir y soltar

La energía está en un constante fluir. Cuando la energía no fluye, no puede


sostener la vida. La vida es un constante movimiento y la energía también, y
podemos percibir mejor este flujo cuando nosotros permanecemos en serenidad y
quietud.

Si cuando estamos meditando un pensamiento viene a nuestra mente, fuera de


que lo energicemos o no con nuestra atención, a veces nuestros propios reproches
por no poder permanecer en silencio son los que no nos permiten dejarlo ir en
primer lugar.

La mejor manera de no caer víctima de nuestros pensamientos no es no tenerlos,


sino dejarlos ir de la manera en que llegaron. Los pensamientos no son otra cosa
que energía manifestada al nivel de la mente. Adopta el flujo natural de la vida
soltando los pensamientos a medida que los recibes, y permite que la
energía pase a través de ti, energizándote en lugar de ponerte tenso o
cansar tus centros mentales.

3- La ley del menor esfuerzo En nuestra


cultura asociamos la ley del menor esfuerzo con la holgazanería y otras ideas que
no están muy bien vistas, pero la “ley del menor esfuerzo” es en realidad la “ley de
menor resistencia”.

Los seres humanos solemos querer controlarlo todo, por lo que la ley de menor
resistencia es terreno un poco escabroso para nuestra mente, y no queremos ni
pensar en soltar y permitir que las cosas se acomoden a su ritmo (no vaya a ser
que las respuestas lleguen solas en el momento adecuado eh…).

Podemos obtener un gran beneficio de la ley de menor resistencia en nuestras


prácticas de meditación, permitiendo los ires y venires de la energía interna y los
movimientos externos del ambiente, y dejando ir nuestra necesidad de controlarlos.
Sencillamente permaneciendo allí, conectados con lo que sucede pero sin

1
interpretarlo ni querer cambiarlo, podemos lograr una comunión
espiritual con todo lo que nos rodea, alcanzando un profundo estado
meditativo.

4- El desapego

Y por mal que nos pese, todos deberemos enfrentarnos en algún momento al
monstruo legendario del desapego. Todos tenemos diversos tipos de apego en
nuestra vida… hay cosas que sencillamente nos cuesta dejar ir.

La meditación profunda nos conecta con nuestro estado de plenitud


interna, y aumenta nuestra capacidad de desapego. De la misma manera,
podemos permitir que la práctica del desapego potencie los efectos de nuestras
sesiones de meditación, estado dispuestos a dejar ir, al menos durante esos pocos
minutos, eso que tenemos problemas para soltar.

Es mucho más fácil convencer a la mente de dejar ir por unos pocos minutos que el
fatídico “para siempre”. Utilizando las sesiones de meditación para practicar la
entrega al momento presente, respirando profundamente y relajando el cuerpo,
podemos al mismo tiempo trabajar el desapego hacia aquellas cosas que nos
preocupan o nos mantienen identificados con una parte de nuestra realidad dual, y
profundizar el estado meditativo.

5- El propósito interno

Es normal experimentar la dicotomía entre nuestros deseos egoicos y nuestro


propósito espiritual evolutivo. Durante el día, a medida que interactuamos con el
mundo, somos como un niño en una juguetería, queriendo siempre lo que nos
entra por los ojos. Queremos aquella experiencia, esta emoción, la otra sensación,
esa persona y este nuevo objeto.

Siempre estamos queriendo algo, y no hay nada de malo con eso ni necesitamos
evitarlo, pero sí es buena idea des-identificarnos de esos deseos, y reconectarnos
con nuestro propósito interno.

Nuestro propósito interno es como la brújula que mantiene siempre el


norte de nuestro crecimiento interno hacia la plenitud de nuestro Ser.
Estar conectados con el propósito nos permite liberarnos de la esclavitud de
nuestros propios deseos y convertirnos en seres completos, que no son víctimas de
sus necesidades o ideas de carencia.

Utiliza tus sesiones de meditación para conectarte con tu ser interno. Como cuando
apuntas la oreja para escuchar atentamente a alguien, utiliza tus sesiones de
meditación para apuntar la oreja hacia tu corazón, y escucha sus
mensajes.

Prestar atención a los impulsos de nuestro corazón facilitará alcanzar un estado


meditativo más profundo, al mismo tiempo que nos ayuda a crecer como seres en
estado evolutivo.

A veces profundizar nuestra capacidad para entrar en comunión con nosotros


mismos puede parecer una tarea imposible de realizar, pero si estamos dispuestos
a integrar nuestros conocimientos a medida que avanzamos en la práctica,
encontraremos gradualmente nuestra manera única y personal de alcanzar la

2
comunión interna, y podremos aprender a meditar para generar más satisfacción y
sanación en todos los aspectos de nuestra vida.

***¿Cómo te beneficia practicar el silencio mental?

A nivel físico, practicar la relajación y la meditación nos ayuda a respirar mejor (lo
cual energiza y desintoxica el cuerpo), a dormir mejor (lo cual eleva el sistema
inmune, nos da energía y mayores capacidades mentales), a rejuvenecer (el cuerpo
se regenera mejor cuando no está en estado de estrés), y a realizar todas nuestras
actividades diarias con una mejor calidad.

A nivel mental, nos sentimos más enfocados y concentrados, mejora la memoria


y la capacidad de asociación de los pensamientos (obtenemos respuestas o
conclusiones deductivas más rápido) y permanecemos más conectados con el
momento presente.

A nivel emocional, tenemos una mayor consciencia de lo que sentimos


(prestamos más atención a nuestro estado interior), podemos administrar mejor
nuestras emociones, permaneciendo más centrados aún en momentos difíciles o
conflictivos, y tendemos a tener menor cantidad de pensamientos negativos (o sea,
somos más optimistas).

Cómo obtener YA los beneficios de practicar el silencio mental Cuando le


damos una oportunidad a practicar algunos ejercicios de relajación y silencio
mental, el cuerpo no espera para aprovechar todos los beneficios.

Podemos obtener beneficios sólo con destinar un minuto a pasar la


atención a nuestro interior o el tiempo que nos toma hacer unas cuantas
respiraciones.

Es preferible dedicar unas cuantas ocasiones al día a hacer unas respiraciones


conscientes que esperar al fin de semana a dedicar media hora para meditar.

Nuestro cuerpo necesita el descanso YA, no cuando nosotros decidamos darle un


lugar es nuestra ocupada agenda. El que dice que no tiene un minuto, 3 o 4 veces
al día para hacerlo, se está engañando a sí mismo.

Aquí mismo te explico cómo hacer unas cuantas respiraciones conscientes,


donde sea que estés leyendo esta nota (en el trabajo, caminando por la calle, en
un café o en el transporte público, no importa!). Te acompaño desde mi escritorio,
y las practicamos juntos…

Comenzamos en este momento…

– Parado/sentado/acostado, como estés en este momento. Comienza a sentir cómo


respiras. ¿Tu respiración es superficial, rápida, lenta, entrecortada? No juzgues,
sencillamente toma consciencia de ello.

– Inhalando y exhalando en la medida de lo posible siempre por la nariz, comienza


a profundizar la respiración. Infla el abdomen como un globo al inhalar, y hunde el
ombligo al exhalar, para abarcar una mayor capacidad pulmonar. Si puedes cerrar
los ojos, mejor.

– Realiza unas cuantas respiraciones de esta manera, siguiendo el recorrido del aire
cuando entra a través de la nariz y baja hacia los pulmones, y el recorrido inverso
al salir del cuerpo. Haz cada respiración tan larga como puedas.

3
– Toma consciencia mientras respiras, que con cada inhalación tu cuerpo se
energiza, y con cada exhalación se desintoxica.

– Cuando lo desees, vuelve a la respiración normal y tómate unos momentos para


observar cómo te sientes en tu interior, tu cuerpo y tu mente.

Yo noto que con sólo unas respiraciones todo mi cuerpo siente el efecto.
Inmediatamente bajan las tensiones, tanto físicas como mentales, y mis emociones
se estabilizan. Incluso me mejora el estado de ánimo.

¿Sentiste que algo cambió en tu interior? Si te costó no importa, la próxima


saldrá mejor.

Comienza a aplicar este ejercicio varias veces a lo largo de tu rutina diaria, y


tendrás resultados garantizados. Los problemas a veces no se verán tan
amenazantes, y tu poder personal crecerá, a medida que te conectas con tu
interior.

Potrebbero piacerti anche