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En un estudio realizado, se estableció que el 80% de las horas de

trabajo de un directivo se concentra en la comunicación verbal. Toda


empresa necesita hacerse escuchar, sobre todo dentro de sus
integrantes. La comunicación eficaz es una de las habilidades directivas
que debemos mencionar en particular y que podrá ayudarnos a lograr
nuestros objetivos dentro de nuestro equipo de trabajo.

Que es la comunicación

La palabra comunicación proviene del latín Comunicare, que significa


“poner algo en común”. Es por esto que definimos la comunicación como
un proceso donde participan dos o más individuos que intercambian o
ponen en común ideas, pensamientos, opiniones, entre otras cosas. Esta
puede ser oral o escrita y a través de señas.

Comunicación eficaz

La comunicación eficaz consiste en la habilidad para transmitir un


mensaje, así como la capacidad de presentar nuestras ideas y
sugerencias, de tal manera que nuestro interlocutor verdaderamente
comprenda y recuerde lo que decimos y, que incluso sea capaz de
motivarle, provocarle e influir en él para que actúe.

La clave principal para establecer una comunicación eficaz es saber que


decir, como decirlo, a quien decirlo y cuando. De la misma manera
hacer coincidir nuestro lenguaje verbal con el no verbal.

Algunos consejos para la comunicación efectiva son

 Escuchar lo que tienen que decir los demás, esto nos permitirá
conocer sus opiniones y su reacción sobre el tema.
 Conocer a los receptores. Cada individuo es diferente, pero si
conocemos los intereses y niveles de una persona podemos
desenvolvernos mejor y hacernos entender con mayor facilidad.
 Ser claro y específico. En una conversación o reunión resulta
exhaustivo redundar lo mismo para llegar a la misma conclusión.
 Conocer la información. Estar bien documentado sobre el tema.
 El ambiente debe ser el adecuado. Para establecer una charla
educativa lo más adecuado es elegir un lugar acogedor.
Elementos de la comunicación eficaz

1. Emisor: La persona (o personas) que emite un mensaje.

2. Receptor: La persona (o personas) que recibe el mensaje.

3. Mensaje: Contenido de la información que se envía.

4. Canal: Medio por el que se envía el mensaje.

5. Código: Signos y reglas empleadas para enviar el mensaje.

6. Contexto: Situación en la que se produce la comunicación.

Estilos de comunicación eficaz organizacional

“En esta empresa, desde hace mucho tiempo, falta


comunicación”.

Una de las frases que habitualmente podemos escuchar en empresas de


considerable tamaño, y que afecta en gran medida a los mandos
intermedios, vehículo de transmisión de la estrategia hacia los puestos
más operativos y pacientes escuchadores de las sugerencias y
reclamaciones de los puestos operativos hacia la estrategia.

Como consecuencia, suelen aparecer numerosos conflictos derivados de


no entender el estilo de comunicación de la otra parte.

Comunicar debe formar parte del core business de las empresas al igual
que es parte esencial de las personas.

¿Qué estilo de comunicación tenemos?

A la hora de plantearse un plan de mejora para potenciar esta


competencia dentro de nuestras habilidades, es importante considerar
primero que nuestro estilo de comunicación se ve influido por el tipo de
empresa en la que trabajamos, por su cultura organizativa, y por el
puesto de trabajo que desarrollamos profesionalmente.

Y nuestro estilo puede (y debe) evolucionar a lo largo del tiempo. No


estamos planteando llegar a ser oradores de masas, tan sólo desarrollar
nuestra faceta comunicadora para mejorar profesionalmente.
Para delimitar los diferentes estilos de comunicación en el campo
laboral, debemos tener en cuenta dos variables: la racional y la
emocional. La racional está relacionada con la cantidad de información
que necesitamos dar y recibir, con la síntesis o ampliación de datos y
enfoques. La emocional tiene que ver con la pasión en nuestra
comunicación, con el interés por ser activos o pasivos a la hora de
comunicar. De esta forma podemos diferenciar cuatro estilos cruzando
ambas variables en función de su nivel.

Dinámico: Un estilo con mucha implicación emocional y mucha


necesidad de acción en lo racional. Son personas que clarifican y acotan
los problemas, que sólo requieren datos y hechos relevantes y que
suelen aportar realismo.

Centrados en la acción a corto plazo, pragmáticos, son muy rápidos en


la toma de decisiones. Conceden gran importancia a la experiencia y
persiguen estándares de alta calidad. Se identifican por su capacidad
para transformar ideas en productos/beneficios.

Reflexivo: perfil con mucha parte lógica y menos emocional. Son


personas que determinan los pasos a seguir en cada enfoque, que
describen las consecuencias de cada alternativa y que aportan lógica.

Son lógicos y sistemáticos, escépticos, centrados en la acción a


medio/largo plazo. Son productivos y generadores de resultados.
Manifiestan orgullo por aprender continuamente y por sus propios
esfuerzos y resultados.

Perceptivo: Una persona perceptiva utiliza mucha emoción y menos su


parte más racional. Personas con este perfil prevén los efectos de cada
solución sobre las personas, determinan los puntos conflictivos y
aportan empatía.

Conceden gran valor a la interacción humana, poseen gran capacidad de


escucha e identificación, están dotados para la comunicación, y están
preocupados por los demás. Entienden los sentimientos y
comportamientos ajenos con gran facilidad.

Intuitivos: Personas que emplean poco ambas variables en su


comunicación, tienen un perfil reactivo en este sentido. Son perfiles que
suelen generan alternativas directas, y sobre todo aportan creatividad.
Orientados a la innovación e interesados en retos y en las ideas no en
su implantación. Los intuitivos suelen revelarse como personas de
mente abierta y ágil. Su imaginación es excelente, y la utilizan
cuestionando su entorno e impulsándolo hacia el futuro.

Relaciones Interpersonales en el Trabajo

Las relaciones interpersonales ocupan un lugar especial en la sociedad,


debido a que se convive cotidianamente con diversas personas, mismas
que conservan puntos de vista, ideas, metas, percepciones o formación
diferentes, debido a ello se requiere de una convivencia sana para
hablar de calidad de vida.

Denominadas también como relaciones humanas, interrelaciones


personales o relaciones interpersonales, son aquellas relaciones que se
establecen entre al menos dos personas y son parte esencial de la vida
en sociedad, característica del ser humano, en donde en el desarrollo
integral de las personas las relaciones interpersonales tienen un papel
fundamental, dado que en todo acto en el que intervengan dos o más
personas se considera una relación humana.

Esto significa que en todo espacio sociocultural, un individuo convive con


otros individuos, lo que le permite conocer a los demás y conocerse a sí
mismo.

La socialización se adquiere a través de experiencias obtenidas en el rol


social, así como diversos aprendizajes que se encuentran basados en la
creencia de la acción propia contra la reacción del otro.

En el trabajo se requiere establecer comunicación constante con las


personas, generando así relaciones interpersonales sanas, aprovechando
los medios que se encuentran actualmente, no dejando a un lado la
comunicación cara a cara, ya que hoy en día se utiliza la comunicación
virtual en mayor medida, en donde el lenguaje no verbal no se percibe,
como son los gestos corporales o las emociones, y por lo tanto la
interpretación del mensaje puede variar.

“En el ámbito laboral surgen muchas discrepancias, recelos, roces; unos


verbales, en el contexto de una conversación entre compañeros de
trabajo; otros corporales, en la comunicación no verbal” (López Jerez,
2006).
Las relaciones interpersonales constituyen un papel crítico en una
empresa. Aunque la calidad de las relaciones interpersonales en sí no
basta para incrementar la productividad, sí se pueden contribuir
significativamente a ella, para bien o para mal.

A través de ellas, el individuo obtiene importantes refuerzos sociales del


entorno más inmediato que favorecen su adaptación al mismo. En
contrapartida, la carencia de estas habilidades puede provocar rechazo,
aislamiento y, en definitiva, limitar la calidad de vida.

En los tiempos actuales muchas personas hablan de la calidad de


productos, de servicios y de procesos, pero muy pocas personas hablan
de calidad humana.

Hablar de calidad humana es hablar de la relación directa que guarda la


calidad de las relaciones interpersonales, del resultado de aquellos
vínculos que se generan a través del proceso de interacción y
comunicación con los demás.

Consejos para mejorar las relaciones interpersonales en el


trabajo

Es de vital importancia en el ámbito laboral fomentar las buenas


relaciones interpersonales, esto se logra trabajando el respeto mutuo, a
continuación se mencionan algunos consejos para mejorar y fomentar
las buenas relaciones laborales:

 Representar la confianza: en un espacio laboral es fundamental


que cada uno de los involucrados sea visto como una persona
confiable que emitirá emitir comentarios inapropiados y tampoco
será transmisor de mensajes alejados de la realidad o que
comprometan la reputación y estabilidad de otro miembro del
equipo.
 Expresar siempre el respeto: en cualquier relación laboral,
familiar o personal el respeto va ser lo primordial para que todo
funcione adecuadamente, es necesario usar un lenguaje y
expresión corporal adecuados, con todos los compañeros de
trabajo sin establecer diferencias discriminatorias.
 Manifestar apoyo en la resolución de conflictos: en todo
espacio físico donde interactúen una o más personas siempre
estar la posibilidad de que se generen conflictos, la voluntad de
resolverlos sin causar más problemas propiciara unas buenas
relaciones interpersonales.
 Invertir el tiempo necesario en las actividades
laborales: mientras se trabaja en equipo es muy común que la
mayor responsabilidad esté en manos de la persona con más
experiencia o con más estudios realizados, eso puede ser el inicio
de muchos conflictos es por ello que cada trabajador debe tener la
misma cantidad de responsabilidad en la ejecución de las tareas
laborales.
 Establecer límites: para que esta convivencia laboral siempre
este en armonía es necesario establecer los límites en cuanto a la
confianza, el compañerismo, la amistad nunca debe perderse el
equilibrio este esos factores y el respeto sea cual sea la situación
en la que se encuentren los involucrados.
 Usar el sentido común: al momento de establecer
conversaciones con el equipo de trabajo utilizando un lenguaje
acorde al espacio y trabajo que están desarrollando, esto para no
minimizar a los demás compañeros.
 Evitar emitir juicios de valor: al momento de que alguna
actividad laboral no se ejecute correctamente no se recomienda
cargar la culpa a una sola persona ya que esto generara más
barreras en la comunicación y más dificultades para nivelar las
actividades laborales. De igual manera se debe dedicar el tiempo a
escuchar las inquietudes del grupo y ser empático es decir,
ubicarse siempre en el lugar de los demás, esto garantizara
siempre las buenas relaciones interpersonales en cualquier ámbito
de la vida.

Manejo de las barreras de comunicación

Existen varios tipos de barreras de la comunicación que obstaculizan,


que el mensaje sea transmitido al receptor, lo que disminuye el
intercambio de ideas o pensamientos y puede provocar frustración. Las
barreras de la comunicación pueden ser semánticas, psicológicas,
físicas, fisiológicas, filosóficas y culturales.

Teniendo en cuenta los diversos tipos de barreras de la comunicación se


detallan recomendaciones a tener en cuenta para el manejo de las
barreras en la comunicación tanto en la esfera laboral como personal:
1. Hacer un seguimiento de la comunicación. No dar por hecho que
la otra persona entendió, ya que puede ser mal interpretado. Por eso,
debemos verificar si el receptor recibió el mensaje como nosotros lo
esperábamos.

2. Controlar la cantidad y la calidad de información. No decir


demasiadas cosas para que las personas distingan lo principal de lo
secundario.

3. Usar la retroalimentación. Pedir al receptor que diga con sus


propias palabras el mensaje que acaba de recibir, con el fin de verificar
si la información fue entendida o si las instrucciones lograron lo
buscado.

4. Desarrollar la empatía. Ponerse en los zapatos de la otra persona.


Ser empático ayuda a visualizar cómo va a ser entendido y a diseñar la
comunicación de acuerdo con el receptor.

5. Simplificar el lenguaje. El lenguaje complejo es fuente de malos


entendidos, si nuestro lenguaje no es comprendido por el receptor, no lo
usemos; si el lenguaje está a su nivel mejora la comunicación.

6. Repetir. Cuando comuniquemos algo complicado, no dudemos en


repetirlo de distintas maneras, con el fin de asegurarnos que el receptor
entienda correctamente, repetir la información ayuda mucho a aclararla.

7. Escuchar. Buscar activamente el resultado de lo que se comunica.


Hacer preguntas que le indiquen a la otra persona que está buscando
comprenderla. Dejar que los demás hablen también.

8. Controlar las emociones. Si nos damos cuenta de que estamos


alterados, es preferible posponer la comunicación.

9. Mantener el contacto visual. cuando hablemos o escuchemos,


miremos a la gente, esto indica a la otra persona que se está prestando
atención.

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