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INFORME DE LECTURA LA UTOPÍA EN LA É POCA DE LA INCERTIDUMBRE

ALEJANDRO SÁNCHEZ ATEHROTÚA

ID:000261027

Leer la utopía en la época de la incertidumbre de Zygmunt Bauman supone una brutal toma de
conciencia de los cambios por los cuales nuestra sociedad ha transcurrido, favorecida, en gran
medida, por la globalización y las incertezas en las que, como individuos, nos hemos inmerso. El
espíritu soñador del hombre tiene como necesidad cuestionarse pero más que eso tiene la
necesidad de encontrar respuestas, saber de dónde proviene y hacia dónde se dirige. Traigamos a
colación la siguiente frase del autor: “La única certeza es la certeza de la incertidumbre.” El
miedo a esa incertidumbre es la que mantiene al hombre en una evolución permanente y la
herramienta más potente para enfrentar ese miedo ha sido a través de las utopías. En las palabras
de Bauman:

“Una utopía es ante todo una imagen de otro universo, diferente del que se conoce por
experiencia directa o por haber oído hablar de él. La utopía, además, prefigura un universo
enteramente creado por la sabiduría y la devoción humanas. Pero la idea según la cual los
seres humanos pueden sustituir el mundo que es por otro diferente, construido por ellos,
apenas estaba presente en el pensamiento antes de la llegada de los tiempos modernos.”

El mundo como hoy lo vivimos ha sido consecuencia de las utopías de tiempos pasados y el
mundo que viviremos será el producto de las utopías presentes. Sin utopías antiguas lo más
probable es que los hombres aun vivirían en cavernas, pues fueron los utópicos quienes se
imaginaron la primera ciudad. La utopía es el inicio de todo progreso y es el camino hacia un
futuro mejor, el progreso no es más que la realización de las utopías.

Las utopías nacieron al mismo tiempo que la modernidad y sólo pudieron respirar en la atmósfera
moderna. Para poder entender correctamente la afirmación anterior debemos primero analizar las
características a lo largo de las eras históricas. Empecemos por la pre modernidad. En la era pre
moderna la posición era semejante a la labor de un guardabosque. Su principal labor es la de
proteger el territorio a su cargo de cualquier interferencia humana, defender y preservar el
equilibrio natural de las cosas. Es decir no entorpecer lo ya hecho por Dios o la naturaleza misma.
Por otro lado la metáfora más adecuada para expresar la concepción y la práctica del mundo
moderno es aquella del jardinero, pues este entiende que los jardines están a nuestro alcance, que
no habría orden en el mundo si no fuese por su intervención. El jardinero sabe qué tipos de
plantas crecerán y cuales sembrará, se imagina la disposición más adecuada y luego procede a
convertirla en realidad, arrancando y destruyendo el resto de plantas que no se desea allí. El
jardinero expresa la concepción y la práctica del mundo moderno, siendo los más entusiastas y
expertos creadores de utopías. Actualmente la actitud del jardinero ahora está cediendo el paso a
la del cazador.

A diferencia de los dos tipos que prevalecían antes de que éste empezara a ejercer, al cazador no
le interesa el equilibrio de las cosas, sean estas de carácter natural o artificial. Lo único que
interesa a los cazadores es llevarse una nueva presa que llene su deseo. Hoy en día todos somos
cazadores, unos de manera consciente y otros de forma inconsciente, algunos incluso en mayor
grado que otros, pero todos lo somos. Pues si no lo hacemos nos veremos amenazados
convirtiéndonos en presa de otros cazadores más grandes.

En eso nos hemos convertido, en competidores, en consumistas que buscamos satisfacer cada vez
más y con mayor frecuencia aquello que llamamos necesidades. El mundo se ha convertido en un
capitalismo robusto, en una modernidad sólida en desarrollo enfocado en la ciencia y
la tecnología, así como también en lo político, en lo económico, en la apertura de mercados y en
la globalización. Factores que acompañados del hambre de poder y del egoísmo han llevado al
ser humano a alejarse de aquello que son sus raíces, la sociedad.

En nuestras manos está el futuro de la humanidad y solo nosotros seremos los culpables de aquel
o aquello que reemplace al cazador.

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