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Pero este intento de binomio diferencial entre mente y cuerpo no se puso en marcha sobre
una hoja en blanco o sobre la nada misma. Sino que se construyo y se impuso sobre otras
cosmogonías, es decir, sobre otras maneras de entender el mundo y las relaciones que en
el habitan. Por esto es que la operación de la construcción del mundo cartesiano como un
universal que habla desde ninguna parte, a utilizado a la violencia como su principal insumo.
Porque ha aplicado una fuerza exterior para dar forma a sujetos quienes no entendían el
mundo y sus formas de vivirlo bajo la vivisección mente/cuerpo u naturaleza/cultura.
Esa pregunta de Haraway denuncia de alguna manera que lo que hoy entendemos por
¨conocimiento objetivo¨ se a construido a fuerza de sangre, es decir, de violencias dirigidas
a quienes el conocimiento universal constituyo como sus diferentes y por ende los
transformo en sus subyugados y al mismo tiempo, utilizo la idea de distancia a través del
ejercicio del mirar para no hacerse cargo de sus consecuencias. De esta manera, los
dispositivos creados sobre el binomio mente/cuerpo -que también valen para
naturaleza/cultura- se levantaron sobre el supuesto de que la búsqueda de la objetividad
se basaba en producir sentido desde ninguna parte. Es decir, la garantía de la construcción
del conocimiento valido suponía que quien ¨construya¨ esos saberes lo debían hacer desde
el abandono de la particularidad de su cuerpo, su lugar en el mundo y su historia, por tanto,
de sus preconceptos, tomando una ¨distancia¨ de lo material, para así garantizar La Verdad
del fenómeno que se decida estudiar. Partiendo de este a priori los hombres de ciencia
salieron al mundo a buscar clasificar, medir, jerarquizar, oponer, diferenciar y establecer
funciones de todo lo que a su paso se encuentren: Desde las células y las partes del cuerpo,
hasta la clasificación de distintas fisonomías en ¨razas¨. Lo que no pudieron ver es que
aquello que salieron a buscar, ya se encontraba allí, en sus preconceptos ontológicos.
Pero este cambio de paradigma de aprehensión de la realidad, que jerarquizaba a la vez que
diferenciaba y establecía lo externo de lo interno, no se daría solamente a través de una
violencia si se quiere simbólica al establecer una sola forma de conocimiento valido por
sobre todas las otras. Sino que también se expresaría en sus formas materiales de las
maneras más crueles posibles. Lo que hoy entendemos y conocemos como ¨el cuerpo¨
mismo seria la obra máxima de este proyecto universal.
Silvia Federici nos permite reconstruir ¨la acumulación originaria¨ de esta nueva concepción
del cuerpo, bajo el establecimiento del binomio mente/cuerpo. Retomando a Foucault con
su concepto de ¨disciplina miento de los cuerpos¨ en el capitulo tercero del ¨Caliban y la
Bruja¨ explica el proceso histórico de como a partir del ejercicio de diferentes tipos de
violencias se fueron moldeando los cuerpos del proletariado para transfórmalos en
verdaderas maquinas de producción. Tal es asi que la autora afirmara que el primer gran
invento del capitalismo moderno no fueron las máquinas de vapor o los telares, sino que,
mucho antes, serán los propios cuerpos de los proletarios - sus brazos, sus piernas, sus
fuerzas y su moral- la primer gran maquina inventada por la modernidad.
Primero estableciendo, de la mano con lo que veníamos reconstruyendo, una filosofía que
no solamente diferencia el cuerpo de la mente sino que tambien contrapone La Razon del
Deseo. Así, constituye al cuerpo en un objeto ¨maldito¨ contra el cual hay que luchar a
través del pensamiento objetivo para sobreponerse a los ¨bajos instintos¨ y conseguir la
máxima eficiencia a la hora de poner ese cuerpo a producir bienes. Una suerte de
¨gobierno¨ del cuerpo. Metáfora con la que otros proyectos políticos se constituirán, como
el proyecto del Estado mismo, entendiendo a la función del gobierno como ese órgano
iluminador y al pueblo como lo impuro, el objeto al cual disciplinar.
Pero Haraway no nos deja solamente con la denuncia de todo este orden de mundo
basando en la ¨acumulación de sangre¨ , sino que propone un modelo de objetividad
alternativo: ¨Así, creo que mi problema y «nuestro» problema es cómo lograr
simultáneamente una versión de la contingencia histórica radical para todas las
afirmaciones del conocimiento y los sujetos conocedores, una práctica crítica capaz de
reconocer nuestras propias «tecnologías semi-óticas» para lograr significados y un
compromiso con sentido que consiga versiones fidedignas de un mundo «real», que pueda
ser parcialmente compartido y que sea favorable a los proyectos globales de libertad finita,
de abundancia material adecuada, de modesto significado en el sufrimiento y de felicidad
limitada.¨ (Haraway;1991:8)
De esta manera, no abandona la pretensión de objetividad que tienen las ciencias en sus
proyectos originarios, sino que a través de las teorías feministas busca resignificar como
construir saberes que se pretenden objetivos. Propone que sea a partir del reconocer la
parcialidad de los saberes como garantía de la construcción de una verdad. Así, desarrolla
una teoría del conocimiento que denominara ¨conocimiento situado¨ revalorizando la vista
no ya como elemento de separación sino como el elemento de reconocimiento de la
diferencia proponiendo que sea considerada nuevamente dentro del conjunto de los
sentidos. Es asi que hablando desde un lugar particular, claramente identificable, y con un
saber que se sabe limitado, es como Haraway propone un nuevo modelo de ciencia que no
se base en la acumulacion de violencias.
¿Como se ha pensado la formación de lo que hoy llamamos un cuerpo? ¿Bajo qué procesos
históricos y bajo que paradigmas aún vigentes?