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Prevalence rate and predictive factors of burnout among public education


teachers: The role of gender

Article  in  Ansiedad y Estres · January 2013

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3 authors:

Jose María León-Rubio Jose M Leon-Perez


Universidad de Sevilla Universidad de Sevilla
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Francisco Javier Cantero Sánchez


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PREVALENCIA Y FACTORES PREDICTIVOS DEL BURNOUT EN
Ansiedad y DOCENTES DE LA ENSEÑANZA PÚBLICA: EL PAPEL DEL GÉNERO

Estrés
ISSN: 1134-7937
José M. León-Rubio1, José M. León-Pérez1, 2y Francisco J. Cantero1

1
Departamento de Psicología Social, Universidad de Sevilla
2013, 19(1), 11-25 2
Business Research Unit, Instituto Universitário de Lisboa (ISCTE-IUL)

Resumen: El presente estudio tiene por objetivo Abstract: This study aims to address possible gen-
examinar posibles diferencias respecto a la preva- der differences on the prevalence rate of burnout and
lencia del burnout y los factores implicados en su the perception of stressors involved in its develop-
desarrollo en función del género. Para ello, se ment. A cross-sectional survey study was conducted,
realizó un estudio transversal mediante encuesta en in which 578 teachers from different teaching levels
el que participaron 578 profesores de primaria y in public schools around Andalusia completed the
secundaria adscritos a centros públicos de Andalu- Teachers’ Burnout Questionnaire-Revised (CBP-R;
cía que cumplimentaron el Cuestionario de Moreno-Jiménez et al., 2000) and some socio-
Burnout para Profesores Revisado (CBP-R; Mo- demographic questions. Results revealed that differ-
reno-Jiménez, Garrosa, & González-Gutiérrez, ences on the prevalence rate of burnout depended to
2000) y otro de datos sociodemográficos. Los re- great extent on the criterion used for labeling a per-
sultados muestran diferencias en la prevalencia del son as burned out. In addition, results showed that
síndrome de estar quemado dependiendo del crite- men perceived higher levels of depersonalization and
rio adoptado para determinar si una persona padece lack of professional accomplishment than women.
burnout. Además, los datos indican que los hom- Furthermore, gender explained differences on the
bres perciben mayores niveles de despersonaliza- perception of several stressors considered as ante-
ción y falta de realización personal que las muje- cedents of burnout in teaching. These findings have
res. Respecto a las fuentes de estrés se observan important practical implications for measuring burn-
igualmente diferencias en cuanto al género. De to- out and for developing interventions directed to its
do ello se derivan implicaciones prácticas a la hora prevention at work.
de medir el burnout y desarrollar intervenciones
para su prevención. Key words: Burnout, Job stress, Stressors, Gender,
Teaching.
Palabras clave: Síndrome de estar quemado, Estrés
laboral, Factores de estrés, Género, Niveles de ense- Title: Prevalence rate and predictive
ñanza. factors of burnout among public
education teachers: the role of
gender

En la actualidad el estrés laboral se con- bertson, 2011). De hecho, la investigación


sidera uno de los riesgos emergentes de ca- ha mostrado que existen niveles de estrés
rácter psicosocial más importantes en el elevados en muchas organizaciones, sobre
contexto organizacional, ya que es una todo en aquellas del sector servicios como
problemática extensa, grave y costosa (e.g., pueden ser la sanidad y la educación, sien-
Maslach, Schaufeli, & Leiter, 2001; Raya, do frecuente su carácter crónico en forma
Moriana, & Herruzo, 2010; Watts & Ro- de burnout o síndrome de estar quemado,
el cual se caracteriza por un alto agota-
*Dirigir la correspondencia a: miento emocional o sentimientos de com-
José María León Rubio. pleto desgaste físico y psíquico en el traba-
Departamento de Psicología Social. Facultad de Psicología,
Universidad de Sevilla. Camilo José Cela s/n, 41018, Sevilla jo, una alta despersonalización o distan-
(España). Correo electrónico: jmleon@us.es ciamiento psicológico de los compañeros y
usuarios (cinismo) y una baja realización
© Copyright 2013: de los Editores de Ansiedad y Estrés personal o sentimientos de incapacidad e
12 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

ineficacia en el trabajo (e.g., Maslach & nández, & Carballo, 2010). Por tanto, cabe
Jackson, 1986; Maslach et al., 2001; Shi- esperar que a mayor restricción en los crite-
rom, 2003). rios para determinar si una persona sufre
Existen numerosas investigaciones so- burnout, menor prevalencia del mismo.
bre los procesos de estrés de los docentes Por otro lado, además de los criterios
que abarcan las distintas etapas o niveles metodológicos, existen diferentes investi-
contemplados en el sistema educativo es- gaciones que han indicado el papel del gé-
pañol (por citar algunos ejemplos recientes: nero como posible explicación a los hallaz-
Doménech & Gómez-Artiga, 2010; Gonzá- gos tan dispares relativos a la prevalencia
lez-Morales, Rodríguez, & Peiró, 2010; del estrés y del burnout. En este sentido,
León-Rubio, Cantero, & León-Pérez, 2011; Purvanova y Muros (2010), tras realizar un
Otero-López, Santiago, Castro, & Villarde- meta-análisis en el que revisaron 183 estu-
francos, 2010; Pozo, Salvador, Alonso, & dios sobre burnout, concluyen que existe
Martos, 2008; Raya et al., 2010). Sin em- una expresión diferenciada según el género
bargo, los porcentajes de prevalencia va- en las dimensiones de este síndrome, ya
rían de un estudio a otro de forma conside- que las mujeres son más propensas a pun-
rable, con toda probabilidad, por el uso de tuar alto en la dimensión agotamiento emo-
diferentes instrumentos de medida y crite- cional, mientras que los hombres en la di-
rios a la hora de diagnosticar el estrés de mensión despersonalización. Tendencias
los docentes. que han sido también encontradas en algu-
Respecto al burnout, aunque para su nos estudios realizados en el medio docente
medición se coincide en usar alguna de las español (e.g., Ayuso & Guillén, 2008; Do-
validaciones del conocido Maslach ménech & Gómez-Artiga, 2010; González-
Burnout Inventory (MBI: Maslach & Jack- Morales et al., 2010).
son, 1986), los puntos de corte y los crite- Una posible fuente teórica para explicar
rios para clasificar a los encuestados como dichos hallazgos se encuentra en las Teo-
quemados son muy diversos. Por ejemplo, rías del Rol de Género (Eagly & Wood,
autores como Golembiewski y Munzenri- 1999; Wood & Eagly, 2002; cf. Purvanova
der (1988) han considerado el agotamiento & Muros, 2010). Es decir, el género se
emocional como la dimensión central del considera una categoría de análisis que tra-
burnout y, por ende, adoptan un criterio ta de visibilizar las relaciones desiguales
flexible calificando como quemado a cual- que se dan entre mujeres y hombres, rela-
quier persona que presente niveles elevados ciones éstas que se han ido construyendo a
en dicha dimensión y en otra cualquiera de partir de los patrones y modelos culturales
las dimensiones teóricas del concepto. Bajo en función del género. Así, desde una pers-
estos supuestos, en España, la prevalencia pectiva del género como construcción so-
del burnout en los docentes ha oscilado en- cial, se mantiene que las mujeres son más
tre un 33% y un 49% (e.g., Ayuso & Gui- propensas a expresar las sensaciones de fa-
llén, 2008; Durán, Extremera, & Rey-Peña, tiga física y emocional pues aprendieron a
2001). Por el contrario, cuando se han utili- mostrar sus emociones, mientras que, por
zado unos criterios más estrictos, como el contrario, a los hombres se les socializa
puede ser el presentar puntuaciones altas en para ocultarlas.
todas y cada una de las dimensiones teóri- Atendiendo al contexto español, Matud
cas del constructo, la prevalencia del sín- (2004) encontró diferencias significativas
drome en el profesorado se reduce, situán- entre hombres y mujeres en los estilos de
dose entre un 3% y un 13% (e.g., Gil- afrontamiento del estrés en una muestra
Monte, 2005; Napione, 2008; Tejero, Fer-
Factores predictivos del burnout en docentes 13

con más de 2.800 personas. En concreto, lares, los problemas derivados de una su-
los hombres presentaron puntuaciones más pervisión de baja calidad (e.g., inadecuada
altas en la inhibición o supresión de las valoración de su trabajo, falta de apoyo in-
emociones y, en consecuencia, utilizaron dividualizado) y la falta de oportunidades
más que las mujeres estrategias de afron- de promoción y desarrollo profesional
tamiento como la racionalización y el dis- (Montero-Marín et al., 2011, Moreno-
tanciamiento, mientras que ellas emplearon Jiménez et al., 2000; Türküm, 2011). En
más estrategias de evitación así como estra- consecuencia, existen argumentos para
tegias orientadas a la descarga emocional; pensar que los factores organizacionales y
es decir, los hombres suelen ser menos laborales asociados al burnout son percibi-
propensos a expresar emociones y tienden dos de forma diferencial en función del gé-
a enfrentarse con las situaciones estresantes nero.
aislándose o alejándose de los demás. Estos En resumen, el presente estudio analiza
hallazgos son coherentes con la observa- la prevalencia del burnout en una muestra
ción de que bajo condiciones de estrés sean de docentes de primaria y secundaria, al
“los” docentes quienes más se distancien tiempo que somete a prueba la hipótesis de
de sus estudiantes (Moreno-Jiménez et al., la caracterización diferencial del burnout
2000). Por todo ello, es razonable pensar en función del género, según la cual, las
que fruto de una exposición continuada a mujeres percibirán un mayor agotamiento
fuentes de estrés en el trabajo, las mujeres emocional que los hombres, mientras que
percibirán un mayor agotamiento emocio- éstos percibirán una mayor despersonaliza-
nal que los hombres; mientras que éstos ción que las mujeres. Por último, se explora
percibirán una mayor despersonalización la hipótesis de la percepción diferencial de
que las mujeres. las fuentes de estrés del burnout (organiza-
No obstante, es posible que los niveles cionales y laborales) en función del género.
de estrés y burnout sean similares en ambos En este sentido, aunque numerosos au-
géneros, pero estén causados por factores tores han centrado sus esfuerzos en estudiar
distintos, jugando un papel fundamental el los distintos factores implicados en el desa-
contexto de trabajo (Agust, Grau, & Beas, rrollo del burnout, así como las principales
2001). En esta línea, algunos autores han consecuencias asociadas al mismo, existen
encontrado que a las mujeres les preocupa aún resultados contradictorios respecto al
más, y por ende presentan mayor estrés e papel que desempeña el género (e.g., Pur-
insatisfacción, las dificultades relacionadas vanova & Muros, 2010). Por ello, el pre-
con la gestión eficaz del aula, los proble- sente estudio analiza las diferencias en las
mas de comportamiento y falta de motiva- percepciones de hombres y mujeres (do-
ción de los alumnos, la sobrecarga de tra- centes de niveles de enseñanza no universi-
bajo por tener que responder a las exigen- taria) respecto a las posibles fuentes de es-
cias de éste y a las tareas del hogar, y los trés laboral, así como la influencia de éstas
conflictos interpersonales derivados de las en el origen y desarrollo del síndrome de
interacciones con los distintos agentes edu- estar quemado, lo que tiene importantes
cativos (Antoniou, Polychroni, & Vlacha- implicaciones de cara a la estimación de su
kis, 2006; Bauer et al, 2006; Eby, Maher, prevalencia y desarrollo de medidas apro-
& Butts, 2010; Grayson & Álvarez, 2008; piadas para su prevención.
Santiago, Otero-López, Castro, & Villarde-
francos, 2008); mientras que otros autores
han señalado que a los hombres les genera
más estrés las excesivas demandas curricu-
14 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

Método var a cabo mis tareas”) y condiciones de


Participantes trabajo precursoras de estrés (e.g., “Me
siento alienado personalmente por mis
La muestra final incluyó 578 personas,
compañeros”), y el elemento problemática
con edades que se distribuyeron porcen-
administrativa conformado por las escalas
tualmente por rangos del siguiente modo:
preocupaciones profesionales (e.g., “La fal-
el 10.7% menos de 30 años, el 26.2% entre
ta de seguridad o continuidad en el em-
31 y 40 años, el 36.5% entre los 41 y 50
pleo”) y falta de reconocimiento profesio-
años, y el 26,6% más de 50 años. En cuan-
nal (e.g., “Salario bajo”). Para la evalua-
to al género, el 58.1% eran mujeres y el
ción de los procesos de estrés y burnout, el
41.9% hombres. Todas estas personas eran
instrumento consta de dos escalas: una de
docentes en ejercicio durante el curso aca-
estrés de rol y una específica de burnout.
démico 2009-2010, desempeñando su pro-
Esta última, compuesta por tres subescalas
fesión en centros públicos de educación
que se corresponden con sus dimensiones
primaria (43%) y secundaria (57%) de An-
tradicionales: agotamiento emocional (e.g.,
dalucía (ámbito territorial de la encuesta),
“Me siento ansioso y tenso al ir a trabajar
la mayoría de ellas como funcionarios de
cada día”), despersonalización (e.g., “Sien-
carrera en activo (89.6% frente al restante
to que mis alumnos son el enemigo”) y fal-
10.4% que ejercían su labor profesional en
ta de realización personal en el trabajo
régimen de interinidad). La experiencia do-
(e.g., el inverso de “En lo fundamental, yo
cente en años se distribuyó por porcentajes
diría que estoy muy contento con mi traba-
del siguiente modo: el 13.3% menos de 5,
jo”). La escala de estrés de rol no fue con-
el 9.7% entre 6 y 10, el 14.7% entre 11 y
siderada en este estudio, pues no está clara
15, y el 62.3% más de 15.
su función en el instrumento, ya que sus
Instrumentos propios creadores, en trabajos más recien-
Cuestionario de datos sociodemográfi- tes la incluyen entre los antecedentes del
cos. Elaborado al efecto, se preguntaba a burnout en lugar de considerarla parte de
los participantes por su edad en años (me- los procesos de estrés (Moreno-Jiménez,
nos de 30; entre 31 y 40; entre 41 y 50; y Arcenillas, Morante, & Garrosa, 2005; Mo-
más de 50), género (hombre o mujer), nivel reno-Jiménez, Garrosa, Rodríguez, Martí-
de enseñanza en el que imparte docencia nez-Gamarra, & Ferrer, 2009). Todos los
(primaria o secundaria), situación adminis- ítems del instrumento siguen una escala ti-
trativa (funcionario o interino) y años de po Likert de 5 puntos (desde 1 = no me
experiencia docente (menos de 5; entre 6 y afecta, hasta 5 = me afecta muchísimo para
10; entre 11 y 15; y más de 15). los 11 primeros ítems; desde 1 = totalmente
Cuestionario de burnout del profesorado en desacuerdo, hasta 5 = totalmente de
revisado (CBP-R; Moreno-Jiménez et al., acuerdo para los ítems restantes). En línea
2000). Se trata de un instrumento diseñado con estudios psicométricos anteriores (Mo-
para analizar los procesos de estrés y reno-Jiménez et al., 2000), tanto cada una
burnout específicos de la profesión docen- de las dimensiones estudiadas como la es-
te, así como sus antecedentes organizacio- cala en su conjunto presentaron una satis-
nales y laborales. Estos últimos se dividen factoria consistencia interna (valores del
en dos bloques, cada uno de ellos con dos alpha de Cronbach entre .77 y .91).
escalas. El componente desorganización Procedimiento
compuesto por las escalas supervisión de En primer lugar, es necesario indicar el
baja calidad (e.g., “A veces tengo que sal- procedimiento de muestreo llevado a cabo.
tarme reglas del instituto/colegio para lle- La muestra descrita fue seleccionada de
Factores predictivos del burnout en docentes 15

una población constituida por 81.653 pro- naba la invitación a participar era rempla-
fesores de educación primaria y secundaria, zada por otra perteneciente al mismo estra-
adscritos a centros públicos de la Comuni- to y elegida también al azar entre las dis-
dad Autónoma de Andalucía en el curso ponibles, de tal manera que la muestra invi-
académico 2009-2010 (Unidad Estadística, tada estuvo compuesta por 775 personas,
Consejería de Educación, Junta de Andalu- de las cuales 179 (23%) renunciaron a par-
cía, 2010). Para ello, se utilizó un procedi- ticipar argumentando diversos motivos
miento de muestreo por conglomerados (falta de motivación, excesiva sensibilidad
bietápico estratificado. Primero, la pobla- ante el tema, desconfianza en el uso de los
ción objeto de análisis fue dividida en 32 datos e impaciencia para cumplimentar la
estratos resultantes del cruce de las varia- encuesta en su totalidad), por lo que la
bles provincia (8 provincias), nivel de en- muestra participante fue de 596 personas
señanza (2: primaria y secundaria) y género (76.90%), de las cuales 7 no cumplimenta-
(2: hombres y mujeres). Después se calculó ron la encuesta en su totalidad por resultar-
el tamaño de la muestra, teniendo en cuenta les fatigosa la tarea y 11 olvidaron firmar la
una precisión o error admitido de ±4% pa- hoja de consentimiento informado que pre-
ra un nivel de confianza del 95.5% (dos cedía la encuesta. Por consiguiente, la
sigmas), y una probabilidad de que las per- muestra real fue de 578 personas, lo que
sonas encuestadas presentasen la caracterís- supone una tasa de respuesta respecto al to-
tica objeto de análisis (niveles altos de es- tal de personas invitadas del 74.6%.
trés laboral) del 54% (P), contingencia ésta Por último, señalar que la evaluación de
que se fijó de acuerdo con los datos sobre los participantes se realizó en su ámbito na-
España presentados en el informe de 2010 tural de trabajo y conforme a los Principios
sobre estrés laboral del European Working Éticos del Código Deontológico del Conse-
Conditions Obervatory (EWCO), de la Eu- jo General de Colegios Oficiales de Psicó-
ropean Foundation for the Improvement of logos (2010). Así, todos los participantes
Living and Working Conditions (Euro- conocían el objetivo general de la investi-
found) (Broughton, 2010). Obteniéndose gación y expresaron con su firma el con-
de este modo un tamaño de la muestra de sentimiento de participar de forma volunta-
596 unidades elementales de evaluación, ria en el estudio, sin recibir a cambio nin-
cuya afijación fue proporcional al número gún tipo de incentivo.
de personas en cada uno de los 32 estratos
en que se dividió la población. Seguida-
mente, el tamaño de la muestra en cada es- Resultados
trato fue dividido por 14 (promedio de pro- Prevalencia de burnout
fesores por centro en la Comunidad Autó- A modo de resumen de los datos recopi-
noma de Andalucía) para obtener así un lados, en la Tabla 1 se muestran los princi-
número proporcional de conglomerados pales parámetros descriptivos de las varia-
(45 centros de enseñanza) que fueron ele- bles estudiadas, así como sus correlaciones.
gidos de manera aleatoria. Para establecer la prevalencia del
En una segunda etapa y también al azar, burnout en la muestra estudiada, siguiendo
de cada uno de estos conjuntos fueron se- la misma estrategia que Bermejo-Toro y
leccionadas las unidades elementales de Prieto-Ursúa (2005) al estudiar el malestar
evaluación (docentes), manteniendo la pro- docente con el CBP-R, las puntuaciones di-
porcionalidad entre tales agrupaciones rectas de los participantes en cada una de
cuando comprendían un mismo estrato. las dimensiones de burnout fueron trans-
Cuando la persona así seleccionada decli- formadas en puntuaciones percentiles y se
16 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

agruparon en tres niveles: (a) puntuaciones considerando que una persona padece el
altas (por encima del percentil 66); (b) pun- síndrome de estar quemado cuando puntúa
tuaciones medias (percentiles 33-66), y (c) alto en cada una de las dimensiones que
puntuaciones bajas (por debajo del percen- componen el constructo (que denominare-
til 33). A continuación, se consideraron di- mos criterio estricto). Sin embargo, otros
ferentes criterios para determinar si una autores consideran que las dimensiones
persona sufre burnout. De acuerdo con los centrales del burnout son el agotamiento
planteamientos iniciales de Maslach y Ja- emocional y la despersonalización, ya que
ckson (1986), la prevalencia de burnout en la dimensión falta de realización personal
la muestra se situó en un 7.44% (43 casos) ha sido criticada tanto a nivel conceptual
Factores predictivos del burnout en docentes 17

“por reflejar más una característica de per- que mejor predice la proporción de casos
sonalidad similar a la autoeficacia profe- de burnout es el nivel de enseñanza [con χ2
sional que un componente genuino del (1) = 7.2228 (p = 0,0071) y χ2 (1) = 4.6779
burnout”, como metodológico “por su rela- (p = 0.0305), respectivamente]. Aplicando
tivamente baja correlación con las otras ambos criterios, la proporción de casos de
dimensiones del burnout” (González- burnout en el conjunto de la muestra
Romá, Schaufeli, Bakker, & Lloret, 2006: (13.5% y 18.7%, correspondientemente),
p. 166). Por tanto, siguiendo esta línea ar- asciende en el caso de los docentes de se-
gumental, la prevalencia de burnout en la cundaria (con valores respectivos de 19.4%
muestra asciende a un 13.49% (78 casos) al y 24.1%) y baja en sus homólogos de pri-
considerar que una persona padece el sín- maria (11% en lo tocante al criterio bidi-
drome de estar quemado cuando obtiene mensional y 16.4% con respecto al criterio
puntuaciones altas en las dimensiones ago- flexible).
tamiento emocional y despersonalización Caracterización del burnout en función del
(que denominaremos criterio bidimensio- género
nal). Por último, como apuntan Golem- Se realizó un análisis de muestras inde-
biewski y Munzenrider (1988), una persona pendientes usando el género como variable
padecerá el síndrome de estar quemado si de agrupación (hombre o mujer) para con-
puntúa alto en la dimensión agotamiento trastar las medias en cada una de las di-
emocional y en otra de las dos restantes mensiones del constructo burnout (t-test).
dimensiones (que denominaremos criterio Considerando que los resultados de aplicar
flexible). Según estas premisas, como era el test de Levene revelaron que podía asu-
de esperar, la prevalencia de burnout en mirse la igualdad de las varianzas (probabi-
nuestra muestra alcanza un 18.69% (108 lidades del estadístico de Levene mayores a
casos). .05 en cada una de las dimensiones: agota-
De forma complementaria, se analizó el miento emocional F = 0.29; despersonali-
papel que juegan las variables sociodemo- zación F = 0.54; y falta de realización pro-
gráficas en la prevalencia de burnout. Para fesional F = 0.01), los contrastes pusieron
ello, se realizó un Análisis CHAID (Chi de manifiesto que los hombres perciben
Square Automatic Interaction Detection) mayores niveles de despersonalización que
tomando como variable dependiente la cla- las mujeres [Mdif = 1.11; DTdif = 0.23;
sificación de burnout según los diferentes t(1,576) = 4,91; p< .01]; mientras que no se
criterios (estricto, bidimensional y flexible) produjeron diferencias significativas en la
y como variables explicativas las caracte- dimensión cansancio emocional. Además,
rísticas sociodemográficas (género, edad, se observó que los hombres perciben ma-
estado civil, experiencia docente, nivel de yores niveles de falta de realización perso-
enseñanza y situación administrativa). Los nal que las mujeres [Mdif = 1,13; DTdif =
resultados revelan que el género fue la va- 0,41; t (1,576) = 2,76; p < .01]. Estos resul-
riable que dio lugar a mayores diferencias tados apoyan parcialmente la hipótesis de
en la proporción de casos de burnout (se- la caracterización diferencial del burnout
gún el criterio “estricto”), con χ2 (1) = en función del género.
1.6488 (p= 0,0199). La proporción de casos Por otro lado, la hipótesis de la percep-
de burnout que en el conjunto de la muestra ción diferencial de las fuentes de estrés or-
es del 7.44%, asciende a 9.09% en el grupo ganizacional y laboral sobre el burnout en
hombres y baja al 6.25% en el grupo muje- función del género, se vio apoyada por los
res. Sin embargo, al utilizar tanto el criterio resultados derivados de realizar un análisis
bidimensional como el flexible, la variable
18 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

de muestras independientes. En este senti- organizacionales y laborales como varia-


do, usando el género como variable de bles predictivas, controlando las variables
agrupación (hombre o mujer) para contras- sociodemográficas (edad, nivel de ense-
tar las medias en cada uno de los factores ñanza, situación administrativa y experien-
organizacionales percibidos como antece- cia docente).
dentes del burnout (t-test), y considerando De esta forma, como se puede apreciar
los resultados del test de Levene, se obser- en la Tabla 2, en el primer paso (control) se
va que los hombres puntúan más alto que introdujeron las variables sociodemográfi-
las mujeres de forma significativa en las cas, en el segundo paso (efectos directos)
dimensiones “supervisión de baja calidad” se introdujeron el género (variable dicotó-
[Mdif= 1,79; DTdif=0,67; t(1,576) = 2,68; mica tratada como una variable ficticia o
p< .01], “condiciones de trabajo precurso- dummy, donde 0 = hombre y 1 = mujer) y
ras de estrés” [Mdif= 1,75; DTdif=0,48; las fuentes de estrés organizacionales tras
t(1,576) = 3,61; p < .01] y “falta de recono- haber sido centradas antes siguiendo las re-
cimiento profesional” [Mdif= 0,91; comendaciones de Aiken y West (1991).
DTdif=0,39; t(499,847) = 2,31; p < .05]. Por último, en el tercer paso se introduje-
Ahondando aún más en esta hipótesis ron las interacciones entre el género y las
de la percepción diferencial en función del fuentes de estrés.
género de las fuentes de estrés organiza- Los resultados sugieren que el género,
cionales y laborales, se realizaron una serie las condiciones de trabajo precursoras de
de análisis de regresión jerárquicos en los estrés y la falta de reconocimiento profe-
cuales las diferentes dimensiones del sional son los principales factores explica-
burnout fueron introducidas como variable tivos del agotamiento emocional. Además,
criterio y el género y las fuentes de estrés se obtuvo un efecto de interacción entre
Tabla 2. Análisis de Regresión Jerárquico donde las dimensiones de burnout son introducidas
como variable criterio y el género y los factores organizacionales como variables predictivas
(N = 578).

Dimensiones del burnout


Agotamiento Desperso_ Falta de realización
emocional nalización personal
Predictor ∆R2 β ∆R2 β ∆R2 β
Paso 1 (control) .03** .03** .02+
Paso 2 (efectos directos) .50** .33** .32**
Género .06* -.13** -.04
Supervisión baja(SB) .14+ -.07 .53**
Cond. Trabajo (CT) .33** .21* .12
Preocup. Prof. (PP) .09 .27** -.21*
Falta Reconocim. (FR) .20* .17 .13
Paso 3 (interacciones) .01 .00 .00
Género x SB -.26* -.04 -.06
Género x CT .07 -.08 .02
Género x PP .04 .09 -.07
Género x FR .16 .09 .12
Total .53** .36** .34**
** * +
Nota: p < .01; p < .05; p = .06.
Factores predictivos del burnout en docentes 19

Figura 1. Efecto de interacción entre Género y Supervisión como variables predictivas del
Agotamiento Emocional

género y supervisión de baja calidad sobre falta de realización personal, ya que estas
el agotamiento emocional, el cual nos indi- variables explican el 32% de su varianza.
ca que los hombres que perciben una ma-
yor supervisión de baja calidad puntúan
Discusión
más alto en la dimensión agotamiento
emocional (ver Figura 1). Este modelo de En este trabajo se adopta una perspecti-
efectos directos de condiciones de trabajo va de género a la hora de examinar la pre-
precursoras de estrés y falta de reconoci- valencia del burnout, así como al analizar
miento profesional, junto al efecto de inter- los factores asociados al desarrollo de pro-
acción entre género y supervisión de baja cesos de estrés y burnout en una muestra
calidad explica en torno al 51% de la va- del profesorado de educación primaria y
rianza del agotamiento emocional. secundaria de la Comunidad Autónoma de
Andalucía (España). En este sentido, los
En el caso de la despersonalización,
resultados revelan un 13.49% de casos de
existen efectos directos tanto del género
burnout al aplicar el criterio bidimensional
como de los factores relativos a las condi-
(e.g., González-Romá et al., 2006). Este
ciones de trabajo y las preocupaciones pro-
porcentaje se puede ver aumentado
fesionales, que conjuntamente explican el
(18.69%) o disminuido (7.44%) depen-
33% de la varianza de esta dimensión de
diendo de si adoptamos un criterio más fle-
burnout. Por tanto, ser hombre, estar ex-
xible o más restrictivo, respectivamente.
puesto a unas condiciones de trabajo pre-
Además, los análisis revelan que el género
cursoras de estrés y expresar una alta preo-
juega un papel clave al establecer los casos
cupación profesional se relacionan con ma-
de burnout según el criterio estricto; se ob-
yores puntuaciones de despersonalización.
serva una mayor proporción de casos entre
Por último, percibir una supervisión de los hombres. Sin embargo, cuando se utili-
baja calidad y tener bajas preocupaciones zan criterios más flexibles, es el nivel de
profesionales se relacionan con una mayor enseñanza el parámetro que cobra mayor
20 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

protagonismo; es decir, se observa una ma- Segundo, a nivel conceptual, utilizar


yor número de casos entre los docentes de criterios estrictos es más recomendable que
secundaria que entre sus homólogos de criterios flexibles, por un lado, porque el
primaria. criterio estricto es más coherente con el
Nuestros hallazgos coinciden con estu- modelo teórico del burnout y, por otro lado,
dios previos sobre prevalencia de burnout porque considerando el agotamiento emo-
en docentes no universitarios solo cuando cional como la variable crucial del cons-
se aplica el criterio estricto para clasificar tructo como se indica en los criterios flexi-
los casos de burnout (e.g., Gil-Monte, bles, se antoja difícil delimitar y hacer un
2005; Tejero et al., 2010). Por el contrario, diagnóstico diferencial entre casos de
cuando se utilizan criterios flexibles nues- burnout y otros procesos de estrés laboral
tra prevalencia es muy inferior a la expre- que comparten esta característica (Gil-
sada en otros estudios (e.g., Ayuso & Gui- Monte & Peiró, 2000).
llén, 2008; Durán et al., 2001). Al respecto, Continuando con los hallazgos obteni-
existen interpretaciones tanto metodológi- dos, si bien los hombres puntúan más alto
cas como conceptuales. En primer lugar, a en la dimensión despersonalización, no
nivel metodológico, es difícil establecer existen diferencias en la dimensión agota-
comparaciones entre los estudios realizados miento emocional en función del género,
debido al uso de diferentes instrumentos de luego la hipótesis de la expresión diferen-
medida del burnout. Es más, la forma de ciada según el género de las dimensiones
establecer los casos de burnout mediante el del burnout solo se confirma parcialmente.
uso de percentiles dentro de la muestra, ha- Es más, con respecto a la dimensión des-
cen que los mismos dependan en gran me- personalización, el hecho de que los hom-
dida de los participantes y de su contexto bres puntúen más alto que las mujeres, no
laboral. Por tanto, sería recomendable ela- parece que obedezca a la idea de la supre-
borar baremos normativos por sectores de sión emocional masculina, sino a que éstos
actividad laboral así como por variables sobrellevan peor que las mujeres los con-
demográficas como el género o la edad. En flictos en el trabajo, así los hombres infor-
este sentido, no es de extrañar que en nues- man estar expuestos a condiciones de tra-
tro estudio el nivel de enseñanza juegue un bajo precursoras de estrés, y expresan ma-
papel fundamental al establecer la preva- lestar con la supervisión de su trabajo y la
lencia de burnout aplicando criterios flexi- falta de reconocimiento profesional en ma-
bles, ya que como señalan Moriana y He- yor medida que las mujeres. Resultados
rruzo (2004: p. 601) “a medida que vamos que apuntan en la misma dirección que los
subiendo en el ciclo educativo, a excepción informados por Ayuso y Guillén (2008), y
de los profesores de Universidad, los índi- ponen en cuestión la hipótesis de la pro-
ces de burnout se incrementan, siendo los pensión femenina a la descarga emocional.
profesores de Secundaria los más afecta- En este estudio, al igual que en el citado, lo
dos”; probablemente por las mayores de- que se confirma es que los hombres perci-
mandas laborales y el menor apoyo social ben de forma más amenazante su entorno
en este ciclo de enseñanza respecto al de laboral y, en consecuencia, obtienen mayo-
primaria, que, a su vez, se relacionan con res puntuaciones en las dimensiones des-
un mayor agotamiento emocional (e.g., personalización y falta de realización per-
Demerouti, Bakker, Nachreiner, & Schau- sonal, presentando una mayor proporción
feli, 2001; Pozo et al., 2008; Türküm, de casos de burnout. Queda por saber si
2011). ello se debe a que la creciente feminización
del sector educativo es un reto que aún no
Factores predictivos del burnout en docentes 21

sabe afrontar el hombre, que puede incluso culina, ejercen un efecto importante las
estar influido por prejuicios sociales res- condiciones de trabajo precursoras de es-
pecto al trabajo de la mujer (e.g., Federa- trés (entre ellas, la carga excesiva de traba-
ción de Mujeres Progresistas, 2008). Sea la jo por falta de recursos y tiempo) y las
razón que fuese, estos datos deben ser una preocupaciones profesionales que suponen
llamada de atención para que en el seno de un “sentimiento de estar bloqueado en la
las organizaciones no se mantengan este- profesión”, inquietado por el desarrollo de
reotipos de género, que afectan de forma la carrera (“falta de seguridad y continui-
negativa a “unas” y “otros”, amparados en dad en el empleo”) y afrentado práctica-
una supuesta vulnerabilidad femenina al es- mente por toda la comunidad educativa
trés laboral y a la presumida fortaleza o (alumnos, padres, compañeros y adminis-
frialdad emocional masculina (Purvanova tración).
& Muros, 2010). Por último, respecto a la falta de reali-
Según el análisis de regresión efectua- zación personal, ésta se relaciona con una
do, las condiciones laborales precursoras supervisión de baja calidad y unas bajas
de estrés y la falta de reconocimiento pro- preocupaciones profesionales. Estos resul-
fesional se relacionan en ambos sexos con tados coinciden con los obtenidos por Cor-
la percepción de agotamiento emocional, lo deiro et al. (2003), quienes al resumir sus
que es coherente con los hallazgos de estu- investigaciones sobre el burnout concluían
dios previos (e.g., Antoniou et al., 2006; que los deseos de no volver a ser maestros
Bauer et al., 2006; Doménech & Gómez- estaban motivados por la recepción de un
Artiga, 2010; Maslach et al., 2001). Luego apoyo inadecuado por parte de superiores y
el agotamiento emocional puede ser consi- compañeros. Lo contrario también parece
derado una reacción a la exposición a de- ser cierto, al menos entre profesores uni-
mandas laborales elevadas o conflictivas versitarios, pues Guerrero-Barona (2003)
que pueden afectar por igual a hombres y encontró relaciones significativas entre el
mujeres (Demerouti et al., 2001). De forma logro personal y el apoyo social. Por su
adicional, en este estudio la supervisión de parte, la falta de preocupaciones profesio-
baja calidad parece jugar un papel decisivo nales parece indicar ausencia de expectati-
para que los hombres perciban agotamiento vas respecto al trabajo, componente esen-
emocional. Este resultado es importante cial de la falta de realización personal co-
debido a que el apoyo social suele desem- mo han puesto de manifiesto numerosos
peñar un papel amortiguador en la relación autores (e.g., Ayuso & Guillén, 2008; Gil-
demandas-estrés, factor que parece estar Monte, 2005: Guerrero-Barona, 2003; Mo-
ausente en el caso de los hombres (Monte- reno et al., 2000; Sánchez-Sevilla, Guillén,
ro-Marín et al., 2011, Moreno-Jiménez et & León-Rubio, 2006).
al., 2000; Türküm, 2011). Resumiendo, en términos generales,
La falta de apoyo social también ha sido nuestros datos establecen una prevalencia
señalada como un factor influyente en el del burnout bastante inferior a la informada
desarrollo de la despersonalización (Hen- en otros estudios realizados en el contexto
kens & Leenders, 2008) y asimismo los educativo, pero nuestras cifras se aproxi-
hombres experimentaron más que las muje- man más a la estadística epidemiológica de
res este sentimiento de distanciamiento (“A los trastornos psiquiátricos en docentes
veces tiendo a tratar a mis alumnos como (Ranchal & Vaquero, 2008). Además, en
objetos impersonales”) y confrontación consonancia con otros estudios realizados
(“Siento que mis alumnos son el enemigo”), en Andalucía (e.g., Ayuso & Guillén, 2008;
sobre el cual, además de la condición mas- Cordeiro et al., 2003), hemos obtenido una
22 José M. León-Rubio, José M. León-Pérez y Francisco J. Cantero

prevalencia diferencial en función del gé- lización es considerada por algunos autores
nero, de manera que la proporción de casos como una estrategia de afrontamiento de
de burnout entre los hombres es superior a escape-evitación desarrollada frente a los
la que presentan las mujeres. En la base de sentimientos crónicos de baja realización
estas discrepancias entre hombres y muje- personal en el trabajo y de agotamiento
res, podemos encontrar una percepción di- emocional (Hernández-Zamora, Olmedo, &
ferencial de los factores organizacionales y Ibáñez, 2004).
laborales precursores de estrés, destacando A pesar de dichas limitaciones, todo lo
una apreciación diferencial de la supervi- expuesto nos permite formular una reco-
sión de baja calidad, de manera que son los mendación fundamental sobre la que gira-
hombres en comparación con las mujeres ría una serie de líneas de actuación respecto
más impresionables por este inadecuado de la prevención de los riesgos laborales de
apoyo social. Asimismo, los hombres pare- carácter psicosocial, en concreto, pensamos
cen diferenciarse de las mujeres en la de- que se deben desarrollar programas de ges-
terminación de las dimensiones del tión y control del estrés laboral diferencia-
burnout, mostrando una mayor despersona- dos, pues los factores responsables del
lización y falta de realización personal. Los mismo son también distintos según las ca-
datos obtenidos no apoyan ideas como la racterísticas personales y profesionales de
de la supresión emocional masculina o la los docentes. Según nuestros datos, la me-
de la propensión emocional femenina y dida fundamental para ambos sexos es la
apuntan más en la dirección de una falta de mejora de las condiciones de trabajo, sobre
competencia por parte de los hombres para todo hay que modificar la asignación de ta-
manejar su malestar con una situación muy reas por unidad de tiempo o plazos, pues
exigente y conflictiva, más si cabe en se- todos los participantes se han visto afecta-
cundaria. dos por la sobrecarga. En el caso de las
No obstante, hay que ser precavido a la mujeres es probable que detrás de la falta
hora de generalizar sobre la base de los da- de recursos temporales esté el problema de
tos presentados, dada la naturaleza trans- la doble carga de trabajo-familia, por lo
versal de nuestro estudio y la dificultad de que habría que priorizar las medidas enca-
inferir causalidad, no se pueden descartar minadas a un reparto más equitativo de las
explicaciones alternativas, como por ejem- tareas domésticas y familiares. En el caso
plo que sea el burnout el que lleve a perci- de los hombres, dado su malestar por la su-
bir peores condiciones de trabajo (Haka- pervisión de baja calidad, deben prevalecer
nen, Bakker, & Schaufeli, 2006), ni que las medidas orientadas a modificar los esti-
otras variables no consideradas aquí como los de dirección y liderazgo, haciéndolos
pueden ser el afrontamiento, la autoeficacia más participativos y orientados a objetivos,
o un determinado rasgo de personalidad es- lo que permitirá definir de forma más clara
tén afectando a la percepción de burnout las responsabilidades, proporcionar retro-
(e.g., Doménech & Gómez-Artiga, 2010; alimentación más precisa del desempeño y
León-Rubio et al., 2011; Sánchez-Sevilla et aumentar la autoeficacia de los docentes,
al., 2006). En este sentido, futuros estudios de manera que las exigencias de éste sean
también deben explorar si las diferencias manejables tanto para la mujer como para
entre géneros pueden deberse a la satisfac- el hombre, reduciéndose la posibilidad de
ción con la labor docente y los estilos de que se agoten emocionalmente. Por último,
afrontamiento utilizados a la hora de ges- para ambos sexos es igual de importante
tionar las mencionadas demandas laborales, reducir los problemas administrativos que
ya que la propia dimensión de despersona- disminuyen el control de las demandas la-
Factores predictivos del burnout en docentes 23

borales, siendo imprescindible plantearse la riables en sus diseños a la hora de estimar


mejora del clima organizacional mediante su prevalencia en una determinada muestra,
estrategias de trabajo en equipo y resolu- como de prevenir su incidencia y sus efec-
ción de problemas en grupo, para lo que tos negativos en la salud de los trabajadores
deben implantarse programas de entrena- y la productividad de las organizaciones.
miento en habilidades sociales que incre- Agradecimientos
menten sus competencias de comunicación
Esta investigación fue realizada gracias a la
Además, en el caso de los hombres, que
subvención SC/UNI/00026/2009 de la
han mostrado un importante malestar con
Consejería de Empleo de la Junta de Anda-
la falta de reconocimiento profesional, ha-
lucía, dentro del programa competitivo de
brá que tomar medidas adicionales orienta-
subvenciones a las universidades andaluzas
das a la restructuración cognitiva y el auto-
para el desarrollo de actividades de promo-
control, de manera que en el ejercicio de la
ción de prevención de riesgos laborales.
profesión tengan mayor confianza en sí
mismos. Al tiempo que se realicen progra-
mas de sensibilización social sobre la im- Artículo recibido: 02-08-2012
portancia de la educación y del rol docente. aceptado: 15-12-2012
En conclusión, este estudio muestra la
importancia del género a la hora de analizar
los procesos de estrés y burnout, por lo que
futuros estudios deben considerar estas va-

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