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En la mitología griega, Caronte1 o Carón2 (en griego antiguo Χάρων Khárôn, ‘brillo intenso’)

era el barquero de Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de


los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte si tenían un óbolo para pagar el viaje,
razón por la que en la Antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda bajo
la lengua, costumbre importada posteriormente en la Antigua Roma, donde también se
veneraba al personaje. Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las
riberas del Aqueronte, tiempo después del que Caronte accedía a llevarlos sin cobrar.
Aunque con frecuencia se dice que portaba las almas por el río Estigia, como
sugiere Virgilio en su Eneida,3 según la mayoría de las fuentes incluyendo a Pausanias4 y más
tarde Dante5 el río que en realidad transitaba Caronte era el Aqueronte.
Caronte era el hijo de Érebo y Nix. Se le representaba como un anciano flaco y gruñón de
ropajes oscuros y con antifaz (o, en ocasiones, como un demonio alado con un martillo doble)
que elegía a sus pasajeros entre la muchedumbre que se apilaba en la orilla del Aqueronte,
entre aquellos que merecían un entierro adecuado y podían pagar el viaje (entre uno y tres
óbolos). En Las ranas, Aristófanes muestra a Caronte escupiendo insultos sobre la gente
obesa.
Se desconocen los motivos por los que Caronte dejó pasar a Heracles (Hércules), pero a
causa de ello Caronte fue encarcelado un año con la acusación de haberle dejado pasar sin
haber obtenido el pago habitual exigido a los vivos: una rama de oro que proporcionaba
la sibila de Cumas. Virgilio narra en la Eneida el descenso de Eneas a los Infiernos
acompañado de dicha sacerdotisa.3
Otro mortal que logró «cruzar dos veces victorioso el Aqueronte»6 es Orfeo, quien encantó a
Caronte y a Cerbero para traer de vuelta al mundo a su amada muerta, Eurídice, a quien
perdió definitivamente en su viaje de vuelta. Psique también logró hacer el viaje de ida y vuelta
estando viva.
Homero y Hesíodo no hacen ninguna referencia al personaje. La primera mención de Caronte
en la literatura griega parece ser un poema minio, citado por Pausanias. Dicho poema atribuye
a la leyenda de Caronte un origen egipcio, como confirma Diodoro Sículo.
Los etruscos mencionan también a un Caronte que acompañaba a Marte a los campos de
batalla.

La barca de Caronte, Sueño, Noche y Morfeo, por Luca Giordano.


Dante Alighieri incorporó a Caronte en el Infierno de La divina comedia.5 Aquí era el mismo
que su equivalente griego, pagándosele un óbolo para cruzar el Aqueronte. Es el primer
personaje con nombre que Dante encuentra en el infierno.

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