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Flaviano Amatulli

El bautismo de los niños ¿no es un dogma en la Iglesia Católica?


—No. Es una simple praxis
Una vez que cambian las circunstancias concretas que le dieron origen, puede
cambiar. —Así que, es posible que algún día cambie la praxis actual de bautizar a
los niños
—Claro que sí.
Pág 100

Restablecer la antigua praxis del catecumenado. En lugar de realizar el bautismo


todo de una vez, en una misma ceremonia, se tendría que hacerlo por etapas. A
cada etapa tenía que corresponder una determinada catequesis con un
determinado compromiso. Este compromiso tenía que ser personal tratándose de
adultos y, tratándose de niños, tenía que ser de parte de los padres y padrinos. De
todos modos, tratándose de niños, la etapa conclusiva tendría que corresponder a
lo que en la actual praxis es la Primera Comunión y, tratándose de adultos, que por
su libre voluntad solicitaran el bautismo, tendría que realizarse no antes de los
quince años.
Pág 102

—He aquí algunas sugerencias concretas —contesté de inmediato:


1. Suspender la práctica de administrar el bautismo a los niños.
2. En su lugar, empezar un proceso catecumenal, con ritos especiales para los niños
y compromisos especiales para los papás
y padrinos.
3. Si todo marcha bien, a los siete-ocho años, se completa el proceso, echándole el
agua al niño y ungiéndolo con crisma, después de haber participado en la
catequesis y en los encuentros
de oración reservados para ellos.
4. Con el bautismo, el niño es admitido a participar en la Santa
Misa, sin comulgar, y entra a formar parte de una pequeña
comunidad cristiana guiada por algún adulto, donde sigue viviendo y
profundizando la fe.
5. Cuando se ve conveniente, el neófito es admitido a la confesión y a la comunión
(9-10) años.
6. De inmediato, entra en la comunidad de los que se preparan
para la confirmación (15 años). Aquí aprende a madurar en la
fe. Teoría y práctica. Pag 111

«Biblia para todos y Biblia para todo; todo con la Biblia y nada sin la Biblia» pag
168
“En una sociedad, dominada por la incertidumbre, la mentira, el engaño y el abuso
(hasta de parte del clero), se hacen necesarias una referencia segura, que se puede
encontrar solamente en la Biblia, libro sagrado aceptado por todos los que creen en
Cristo. Pág 188

PRIMACÍA DE LA PALABRA DE DIOS


Ya pasaron casi cinco siglos desde la Reforma Protestante y es tiempo de cerrar el
capítulo, dejando a un lado el principio, carente de cualquier fundamento, según el
cual la Biblia es para los protestantes y los sacramentos para los católicos. Es
tiempo de reflexionar sobre nuestro estilo propio como católicos (católico, del
griego kata holon = según el todo, es decir, abarcando todo: sacramentos y
Biblia) y poner la Palabra de Dios en el lugar que le corresponde en la vida del
cristiano, como se hizo durante los primeros siglos de la Iglesia.
Pág 207

Todos los católicos tendrían su Biblia y nada se haría sin acudir a ella.
La Biblia se volvería en la ley suprema de la Iglesia. Pág 68.

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