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ARQUÍLOCO de Paros (epigramas, elegías)

Toma casi todo su material de lo que pretende ser su experiencia y sus emociones y no del bagaje
tradicional.

Por todo lo que sabemos, Arquíloco fue un personaje turbulento e incluso de mala reputación
durante su vida; pero tras su muerte su memoria fue tratada con la veneración religiosa que los
griegos otorgaban a los escritores de genio.

Es característico de los cantos tratar el “yo”, el aquí y el ahora, pero no hay nada que sugiera que
se limiten a personas y situaciones de la realidad documental. Por ende, algunas de las
confesiones aparentemente autobiográfica de Arquíloco bien pueden ser realizadas por
personajes ficticios, e incluso cuando “Arquíloco” es el hablante no hay certeza de que no
estuviera representando un papel.

Formalmente Arquíloco es una mezcla de lo tradicional y lo radicalmente nuevo. Inserta en la


poesía formulas de una probable habla cotidiana. Así, deja de lado las actitudes heroicas, en la
temática, por unas más triviales con una nueva honestidad no sentimental.

Yambos – género que abarca la composición poética de un tipo cotidiano informal que tenía como
fin fundamental entretener. Parece ser que éste era el nombre antigua para esta clase de poesía.

Elegía – de corte decoroso. Las elegías se componían para su representación en fiestas, en


campaña o en reuniones públicas.

Era un jonio de la marmórea isla de Paros en medio de las Cícladas, o quizás, un medio jonio. Vivió
entre los años 680 y 640. Era un poeta guerrero, como lo expresa en el fragmento 1:

“Soy ambos: seguidor del dios Enialia (Ares) / y experto en el arte que las musas dan.”

Canta sobre la tradición espartana “con escudo o sobre él”.

El escudo que arrojé de mal grado en un arbusto, / soberbia pieza, ahora lo blande un tracio; /
pero salvé la vida. ¿Qué importa el escudo? / Otro tan bueno puedo comprarme. (6)

Quizá seguía los versos siguientes (Iliada, 9, 408):

No se puede la vida del hombre recuperar/ ni comprar, una vez que pasa la barrera de los dientes.
“Quien se preocupe, Esímides, de lo que otros murmuren, / no podrá disfrutar mucho de la
felicidad” (9)

Nadie, después de muerto, es honrado / por sus paisanos. Preferimos, vivos, la alabanza / de los
vivos. La muerte es la peor de las suertes.

Arquiloco solo cree en una realidad, la de la accion directa. El que quiere ser respetado debe demostrar al
mundo que no se le puede hacer daño impunemente. El poeta se enrolla como un erizo y presenta sus puas en
todas direcciones (103):
El zorro, muchas; el erizo, solo un gran arte.

(66) U n gran arte conozco: devolver


doblado el dano que me hacen19.

Con la imagen extrana, pero poderosa, del erizo, se constituye, por primera
vez en la literatura europea, el ≪yo≫ como contrapolo del ≪no-yo≫. El ≪yo≫,
cuya consistencia esta amenazada de disolucion y destruccion por el conocimiento
de la naturaleza ≪efimera≫ del hombre,

Hubo situaciones sin salida dónde buscaba la estabilidad lo cuenta este fragmento (67):

Corazon, corazon, perplejo y aturdido por penas / sin salida. !Levanta! Haz frente a los contrarios / y al enemigo que te empuja,
aguanta. / Si vences, no te enorgullezcas ante el pueblo, / y si eres derrotado no te tumbes ni gimas / en casa. Con la fortuna,
alégrate, y en la desgracia / no te aflijas demasiado. Comprende que el ritmo de la vida es alterno.

Éxito y desastre en alternancia constituyen la regla de nuestra existencia, según Arquíloco.


De este modo el dolor sólo se supera mediante la alegría.
Arquiloco va más allá que el poeta épico al que cita. En la Odisea, todavía romántica, el héroe permanece
entero aunque sea un mendigo, pues su espíritu lo libera del hambre y la miseria. Pero, según Arquiloco, el
hambre conduce al hombre al extravio y la miseria destruye su espiritu.

Debido a sus antepasados tanto bárbaros como griegos desarrolla su poesía bajo el sello de la tradición
anterior, con la incursión en nuevos modos discursivos, de mayor amplitud y anclaje a su realidad. Así,
empezó el decidido realismo con el que se inaugura la lírica griega.

Un personaje importante adoptado por Arquíloco es el del soldado profesional, repleto el cinismo
amargado de su oficio. Esta clase de composición parece proceder de canciones escritas para una
fiesta de bebedores militares.

Fragmento 1

Resume lo más notable de Arquíloco, el hecho de que se presenta a sí mismo lo mismo como
hombre de acción que como poeta.

Yo soy un siervo del divino Enialio


y experto en el don amable de las Musas.

Fragmento 2 (elegíaco)
De la lanza depende mi pan, de la lanza depende mi vino de Ismaro, y bebo apoyado en mi lanza.

Framento 128 – el ritmo de la vida

Arquíloco el amante es otro personaje familiar de los pomas. Los fragmentos sobre temas sexuales
van de lo delicado y sensual a lo crudamente explícito (“…como un tracio o frigio sorbe su cerveza
de cebada con una paja; y ella se inclinaba hacia delante, trabajando”, fr. 42).

FRAGMENTO 193

¡Ay de mí, desdichado, por el amor sin aliento me encuentro, con los huesos calados por terrible
dolor que los dioses me envían!

FRAGMENTO 191

Tal ansia de amor, envolviéndome el corazón, derramó sobre mijos ojos densa niebla y me robó
del pecho mis tiernas entrañas.

Por otra parte, al vena más reconocida de Arquíloca es la invectiva. Su blanco preferido un pario
llamado Licambes y sus hijas, Neobule y su hermana menor.

FRAGMENTO 172

¡Padre Licambes! ¿Qué ocurrencia es ésa? ¿Quién dequició tu mente? Antes estabas en tus
cabales, pero ahora eres el hazmerreír de los ciudadanos.

FRAGMENTO 5
Algún sayo se jacta con mi escudo, arma sin tacha,
que abandoné, a pesar mío, tras un matorral. Pero me salvé yo mismo.
¿Qué me importa ese escudo? ¡Que se vaya al diablo!
Ya me compraré otro que no sea peor.

FRAGMENTO 13
Ningún ciudadano en nuestra ciudad, Pericles, podrá disfrutar de las fiestas mientras lamenta estos amargos
infortunios: tales eran los hombres que las olas del mar resonante barrieron e hinchados de dolor tenemos los
pulmones. Pero los dioses, amigo, nos dieron la firme resignación como medicina de los males que no tiene re
medio. Ya uno, ya otro, los sufre: ahora en contra nuestra se han vuelto y una sangrienta herida lloramos, mas
luego caerá sobre otros. Ea, pues, sed fuertes al punto y dejad de llorar como mujeres.

FRAGMENTO 10
No me interesan las riquezas de Giges, rico en oro, ni se adueña de mí la ambición ni envidio las acciones de
los dioses ni codicio una dura tiranía: lejos está de mis ojos.

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