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EL CHOLO
Y EL PERÛ
INTRODUCCIÔN AL ESTUDIO SOGIOLÔGICO DE UN HOMBRE
Y UN PUBELO M.RSTIZOS Y SU DESTINO CULTUR.AL
(Con ilustraciones)
Jii.é Var.iII.uios. Fotet tomada oit Sait Jusé de Costa IGea. 960.
IMPRENTA LÔPEZ
BUENOS AIRES
1962
“~ w’s w_n,.
das las castas y abiertas las fronteras, cl blanco, cl indic, cl negro y e! de su vida y costumbres, hallaremos que todo en este pals es mezcta,
chino se han cruzado originando nuestro hibridisnzo. Pero es al mes que nuestra naciôn es mestiza per excelencia, que ci Perû es frute de
tizo dcl blanco con cl indio al que Proclamamos, por ser nuestra 11$ esa inixtura. ‘Y cl amestizamiento en estes suelos es antiguo, profwide
histôrico ~er excelencia; o, si se quiere, en cl concepto etnolôgico, cons y mûltiple; es un hecho evidente en la vida social peruana; una verdad
tituyc la actual r traza ~eruana”. que rebasa los limites de nuestra geografia.
Precjsa,,,ente ~or cl cumule de mezclas de sangre, no puede hablar— Desdc cualquier dngulo que nos juzgucmos, seines, pues, inestizos,
se en cl Perui de ~J.’ureza racial”; ni siquiera refiriéndonos a los nids somos choIes. El propie indio es choie una vez que usa vestimenta
curepea o habla él castellano. Perque cl idioma, principal elemento de
auténticos indios.
cultura, es cl lazo inisterioso que le une al inundo y le cenduce a un
,, * * modo especial de ver y juzgar las casas; de adoptar un cstilo de vida.
Asirnisina podemos decir que el indio se identifica con cl choie o que
Con cl presente libre ~retendcmos lerciar en cl retôrico debate cl indic dc ayer es cl cholo de bey. Ya que cl erindio es cada vez menas
entre indianistas e hispanistas, cuyos sostenedores méximas son les indio y es cada ~ijez mis mestize”, como expresa Reseublat, Per eso,
escritores Luis E. Valcércel y VIcIer Andrés Belaunde. Para les pri para nuestro planteamicnto, cl choie es la soluciân dcl in die; y rumba
nieras, cl Per ii es indic, vielle (le 5W estirpe y se estructurard al modelo mas e elle, a la cholizaciôn dcl indic. O también, cl rechelo es une cape
de su genio; y de aquh cl pregô;i: tevuelta al Tahuantinsuyo”. Para su~erior sobre ci indic; es cl indic emancipado y superado”, segi2n la f ra
las segundos, le espafiol encarna nuestra »niltiple vida social y su es— se de Binilie Romere.
piritu ruinbard su destine corne puebla, coin.o progeiitora nuestra: Indianistas e bispanistas discrepan, desde un éngula libresco, reté—
ermadre Espafia”. Atenidos a la realidad etno-socioldgica peruana,
rico, remmntice. Perque ioda culte al pasado —india o es~afiel— es
nos ubicai os en ci campe medio y desde 61 dcseam.os esclarecer cier— romanticismo.
tas concepies. La tesis que Plantea nies es, pues, ecléctica; somas mesti
cistas, cabe ci términa: cholistas.
Sostene unes que cl mestizaje indo-espat~oi, bajo la C’olon.ia, na sMo se
rcalizô couic simple un.iôn sangumnea, sine también como uniân de espiri— Las diverses capitules dcl prescnte veluinen constitu yen, en ver—
tus. Futé, al inismo tiempo, un mestizaje étuico y un mestizaje cultural, dad, una introducci6n al estudia histdrico dcl mestizaje étnico y cultu—
corne consecuencia dc la revoluciôn social que implicô la Canquista raI inda-hispano o choIe. No inadura ni original investigaciôn; ligero
espaflola en estas tierras. Este, la inezcla, la siinbiosis, la trascultu— esbozo de un estudia que, acase, podré cmprenderse con inayeres fuen
raciôn de le espahiol y de le indio, es ~recisamente b que caracteriza tes bibliegréficas ly ajustades métodos cientificos.
al choIe y a le choIe y, po; ende, al Pcr:~ y e b peruano. Per esa cl lcctor hallard idcas, argumentas, citas y enfeques ya cana
Ni sôlo Espa fia, ni sélo cl Tahucnthzsuyo. Tenernos de ambas na— cidas y divulgades; y cl ctnélego o cl sociâloga ne podrmn calificar
ciones y dc sus cultu ras, fusionadas y fusionéndose a tracés de los de definitivas nu est ras conclusiones.
sigles. En aires ténninos, (le la conjunciân dc las elementos principa Particularmcntc este libre ticne cl cardcter de informative; e, mejar,
les y firimordiales es~afi oies e incaicos, cmergiô, en cl sigle XVI, nues— es una estirnativa dcl chalo en les diverses aspectos dc la vida social perua—
Ira pat ria inestiza, i’ emerge hoy la esencial y termin.olôgicarngnte pe— na. Y aiîn dentre de este éngula de apreciaciân, es sâlo un deficiente es
ruano al conjure dc la civilizacicjn occidental, a cnj;o ritmo ~reten_ querna. Elle se justifica porno haber hallado trabaje alguno que nos bu
dciii 05 incorporarnos, antique sin renunciar a nuestras auténticas bases biera servide de pauta. Es que les cscritores e investigaderes peruanos me
étnice-socialôgicas. Recalcando que la cultura original de Ainérica nasprcciaran su traie, i..nbuidos en les conceptos dc la vieje antrepologia
Lati,ia se forjard a base dc la indigena, que censideraba al mestiza un eemnonst,~o o ser antinatural” y empe—
En la determinaciân antre polôgica de sus tipo.s hurnanos, en cl fiados en identificarnas con Europa, abvidaron que nucstre pueble
esludie cinoidgico dc sus grufros sociales, en cl andiisis sociolôgico es inda—hispano, mestize, choIe. Semas, ~itcs, las p, imeres que incur—
— 9f f~55
sianamos en flua ancha y izueva rida uidit paner planta sobre huche-, cién de nuestra se~aria ‘en este suela, en la marcha hacia la estructu
ajena”, al decir dcl célebre tiatadista Salôrzana Pereira racién de la peruana-universal. Tierra y sangre son las fundamentos
For aira parie, iniciamos la tarea —placeniera para nasotras~— de en que se afianza tada razén de ser de un pueblo y ambas son las ingre
valarar al cholo, de reivindicarla, aun que séla sea desde cl plano de la dientes bésicas en una etapa de transicién histérica, cama la que vivisuas.
niera especulacid;.t mielcci ual.
— t *
J3stas pégmas son, tain bién, un pequeila nzdeario defensiva” —la
f rase es de Feinando Orizz, cl notable cscriiar cubano— para nues— Coma pudiera supaner la errada apreciacién, na pretezzdemas des
tros campatriotas, para quzenes heinos escrita. Para las inesiizos que
pertar o famentar lucha de utrazas~~; ni dividir en bandas al india y al
se debaten ioda via en campkjos creadas par cl prejuicia de la ~~nj_
chalo. Menas azin creeinas en la raza para. Para izasatras, ya la diji
pe;sarzdad dc los blancos” e ru~,iferiaridad de la inezcla”, etcétera;
mas, na existe clin dia sina cl chalo, etnolégica y cuhiuralnienie bablan—
~afisuzas divulgadas con fines de post; acz6n econômica y social, do; tues, ambas se identifican y san las legitimamenie ~eruanas. Tain—
ayer por las con quistado; es colanialistas, y boy par los agentes de!
p aca nas atrevemos a sasiener —danda péb nia al vieja prejuicia racista—
impe; ;alzs~na anglo—sajén y sus aliados: esas escritores de ideas reira— que eh chala sea superiar al india. Y pese a que utel chaba representa a la
sadas, de inenialidad medie val y encadenados a la ~a; isioc; ada blan— fuerza argmnica de la raza rejuvenecida y vigarizada para hacer f rente
ca”. Son ellas las aniiwesiicistas en un pals, cama cl Perz~, profun— al nueva dIa”, al decir de Maisés Séenz.
damenie mestizo. Y cuyas querellas arraigadas en cl ambiente popu— Para nasairas no existe escala de .razas. Par osa, va sobamenie pra
lar tif ameutais adias y son cl secreta de nuestras querellas politicas”, clam amas la iguabdad racial, sino la igualdad econéinica. Ya que al uttjr_
diwdienda a nuestra sociedad, sobre ioda en las provincias, en in,— mina cholo le damas una naminacién je inter~retaci6n culiural y eco—
niisculas cavias sociales. némica”. Parque, anahizando en su estruciura y funcianamienta, ha
Asunisma, pretendemos despe, tar, al fluja pnwario (le la sangre demacracia que vwimas, es meramenie tcôrica y en la que una mi—
y de la tierra, liacia una canciencia colectiva, nacionalista, que debe iccos varia fublanca~~ y carrampida dispane de las iquezas y disfritta de
taise sobre nuest,a admuable i,adicicjn y persanalzdad;dc pueblo. non— priinlegias, posterganda a la iua~a mestiza e india, que es cl inzlsculo
diendia terrigena, peruana, que es urgente en estos afios en que cl y e! nervia de la Nacién, en adiasa diseriwmnaci6n social. (Es verdad
cosmopolsiismo y cl capitalisina estandardizan a las hambres y basta que -mu chas cholas ban figurado y figurais en nnesira ~~alia saciedad”
al espiritu Ilay que cl Perz~ sufre vira ciisis de su destina coma
.
y han desempeûada y desempefian cargos en la pahitica, la banca y la
puebla y vas despe; nanizamas debida a la incapacidad de camp render a cultu; a. Fera 5m condieucia y sentimienia teluricas, no se han iden—
la Patua en su nztiundad mis irascendente y prafunda. Parque la respeia— tificado con su clase, con rrel PenS inesiizo, cholo”; séla han sida
bilidad de un pais cwuo vii clea social, séla senS posible con una séhida calaboradares, a iituba de rebenefici0 persanal”, dcl caudîllo, de la chase
canciencza izacioual; (le çcnfirnas seiena, himpia y cabalmente inestizos, o familia irblai,cas~ dirigente y vin f ruciua; ia dcl poder estatal. Extra—
cholas. 5m afia; anzas (lei Tahuantinsuyo ni de Espafia, cama afu ma— viadas de su destina social y de 5u propia espirziu, san esias choIes las
que, mncluso, pracedienda de nuesiras nids alias serrantas y ssenda de
De lu que se ha escralo sobre e? eholo es, sen du,ia, e? inejor irabajo et ululaI, LI cholo
‘oluntid dcl por~ ami-, de Seraf,,, ciel Mur ttReznsi., Amaties’, La Habana, peteso, 1940 En
la mis auténiica chalada, identificindase con las «blancos” han prega
lai ensaj o cl es’ îlot pcrua,;o, antique luge rameute, Étala e? problu,ia lie 53 proceso beologuco nada un érbal genealégica o reclaniado un iiiulo nab,liario en Espafla.)
y su ac/auud calfatai f renie ai “blanco” j al initio, esiud,ando, a la -nez, su ajioric eu la vida
social fserua,,a, cl arilo CIL su me nie etc adora, su lucha fre paie al ~ode, oso, en ansej,arablc abanza • .
con e? ,,,dao
3 î aslznzosanzenue, lu que e? l,em~o y e? gento e? ,lso,nbre ho personalulad —cal aclerasuaca,
orq~iutal,dail, C ar,cda I de uda—, u,ende ,s lu uniforme, u (o inonolono Toi, se nnwersabza o, Cabe asiinisina, en estas hineas, la mencién de un libra. En 1930
Juejor, se ‘ni ofsc sza, se j anquelsaza Y ienslrunos, jsroufo, gracias ci los cammos carreferos, al Jasé Uriel Garcia pubhicé tiEl Nueva India”: hibro de ureusayas indu
ai an,, al an li ç, u,,,a ‘‘u çraslal,k y , efiugitan h” monolo,, au en e? j’ensar, en e? s niai, cas cl co “ter
genistas”, coma su p~ o~io auior la califica.
j en panestras eus! u un bres
En iesis general, Garda sastiene que en las Andes iado se indianiza,
444 ‘4444444444 4 * ‘4
j “ “4 ‘“e” 4t4~4’4 444’
16 ELGHOLOYELPERÛ
INTRODUCCIÔN 17
se lama in dia; y de aqul cl término et,iea..,,tdjo~~ para nambrar a la que
f
en cl alto panera ma andina habita o crea. (Garda ha armada cl vaca tas antiguas que transcribimos en sus cap ltula~, las bernas arrcglado ai
bio ee,,eo..indio~~ e ignoramos basta dônde pitede set aceplada o usado. casteilana actual, sin alterar, en absaluta, su cantenido y expresi6n.
Nasatros empleamos ci término cholo: creado par cl puebla y recogida Ojalé estas pdginas pudicran Ilegar a la chalada, que rcaliza su vida
par la histo,za, desde hace t,csc,entos alias y vigente dc Bolivia al y destina en las lindes patries. Po, dande anduvimas —en actitud dcl
Ecuador.) rebambre en timnsita, en movimienta”— gastanda dias y izaches, en
El distin guida esci ibm conforma su idea a la doct; ma socialôgica peregnnaciàn de peruanidad; en sintpatla al tenta y coma abana de
determinista —ya rebatida boy— citai es: que cl media absorbe al ana deuda al plasma sanguinea que bafia nuestra cantextura corpôrea
hombre, y cree en la trasuochada tea, la dcl Coude dc Gabineau y se e incursiana en nuestra rntnnidad espiritual y farinas de vida social, si
guidares, que la mezcla de sangres degenera. Par eso afirma que cl aceptamos la vieja verdad reque la sangre es tainbiéu espiritu”. Deber
ercholo es cicadar de una nueva barbarie amencana”, que es un eeespl_ nuestro era, jutes, acufrarnas dcl chala —aun que iio exentos de pasiôu—
utu de transictôn”, una d1arva~~, y que sus actas sociales son impulsa— dc tCcuya sangre say y mc la ilaino ya a boca Ilena, y me han ra con §1”,
dos na par las senti,nientas alt ruistas y de soltdaridad, sino par cl rtadia cama dijeta aycr e! Inca Garcilasa de la Vega: uno de las que hace
y la envidia”, deinostrando —dice— su inferioridad racial. Agrega: hanar y da lustie a la estir~c.
erel ,ndio antigua, boy, es mds sang’e que esplritu; cl nueva indzo debe
ser mis espéritu que sangre”. Lima, Per~i, 1961.
JosÉ VARALLAN05.
Culturalmente hablanda, cl indic cama calegarla histôrica, cama
aima original, no puede set ni nueva ni viejo, ni antigua ni moderne;
siita simplcmente india. De afro modo, es una verdad tan profunda
coma la muette, que cl dde india ha terminada; ha sida superado par
cl de otra técnica, par otto esplritu. Tan es asi que su sala genia na
uinba boy, ni puede ruinbar en cl futura, cl nueva sentida histôrica,
la tmnueva cultura de América”. Par dIa inay lejas estarnas en creer
con Gregary, Koseil y afros, que los pueblos y las razas con quistadas
sufren sôla un trauma social, para insurgir lités vigarasam ente; que
la cultura es cl patrimoine de inia raza o puebla, y que dia es obra
de tina erraza pura”, etc.
E! indic y la india es sôlo companente con ci blanco de un nueva
fipo y espiritu: ci dcl mestizo cholo. Parque cl fenô,nena que se obsci—
va en América de! Sur y particularmente en cl Perû, es que, par ley
fatal, tada se inezcla, se amestiza, coma ya tenemas dicha. Y, preci—
samente, cl inestiza es cl nueva hombre de América. (He aqul, pues,
la errada tests dcl distin guida escritor, pese a que se efiere, casi exclu—
sivamente, al Cusca, en cuyo panorama telir,ca-sacial es imponente la
ina~a india.)
negro o mulato sea negra” En erras llneas: CCcômo las dichas mujeres
andan . cômo las justicias mayores y Padres de las confesioncs y de
.
1141E pasan par cholos, que es io mismo que tener mezcla de mestizo” ~°.
En cl siglo XIX es tomado despectivamente por los escritores y
poetas limefios. Asi, entre otros, Juan de Arona, quien afirma que cl
chalo es tcuna de las muchas castas que infestan cl Perû. . no es
m~s que cl individuo dcl puebla, o de la saciedad, o de la palitica” ~‘.
Para Gonz~lez Prada es también peyarativo, ya que expresa aversién
par e1 cholo: teexplatador dcl indio”. “Los cholos y mulatas —sub
raya— (nacidas por la general dcl hombre blanca y de la mujer aman
Ila o negra) adquieren cl argulla dcl padre, blasanan de alta alcurnia
y desde5an a la madre” 12
“Con este mate —escribe un filélago contemparânea— es cana
cida roda peruano par e1 extranjera. . Esta palabra ha nacido de
.
st * sa
SegCan Gustavo Adolfo Otero, cholo proviene de c/.ntlo, palabra
castellana con que se Ilamaba y se Ilama a la gente dcl bajo pueblo ma
drile6o. Con este epiteto se conocia en la sociedad colonial, a los nacidos II. Indudable es que cl término idiomftico que tratamos, signifi
dc espafloles en sus concubinas indias de la servidumbre doméstica” 14, cando perro, vino al Peri~ con los primeros conquistadores, desde las
En un curioso ensayo, Pedro I. Cisneros afirma que la voz cholo es Antillas, donde hasta hoy se le usa 10.
oriunda de Indost~n, donde floreci6 la nacién chola y de la que arribé Aquellos propios espafioles que b introdujeron a este suelo, b pro
al Perû la prirnitiva cultura dcl litoral. “Cholo —escribe puede ser — nunciaban para calificar al indio y al negroide peruanos, a los que cl
palabra ta-cruul, sanscrito o china, nunca espaûola, y mucho nie- orgullo de ttblancos5~ y la truhaneria de la soldadesca y de la plebe aven
nos con la significaciôn de mestizo que se le atribuyc” ‘~L turera, consideraban como a seres irracionales.
Tan comCin era la nominacién de perros que se daba a los indios,
lteedicion, con introduccion y notas de Radimes A Altieri Publicaciones dcl Instituto de
Antropologia de la tjnivcrsidad de Tucuman 1936 P. 17— Para et Pitor fla. J M B
que hubo de ponerse valla por los gobernantes, dcl Perû. El Capitulo
I ARS An, cholo dent s dc echu Un “Cliolo, s (quech ) cehulla (solo) LI mestizo para loi XXI de las OIWENANZAS l’ARA C0RItEGIDORES dictada por cl Virrey
blancos, cl indio pars loi meiti,’os, y cl peruino pin loi c~tran;eros (Peyor ) Dzccsouarso caste. Garda Hurtado de Mendoza, se refiere a db. “Primeramente —reza cl
Iiano-quechnaj—-— Fuera dcl Peru se hi pretendido denivar cholo de chololan, verbignacia. Al
respecro escnibe cl escnitor cubano FriiNAwno Orcraz “La etiniologia académica de choie, denivada texto— tengan particular atencién al buen tratamiento de los caciques
sic chafouin, boy Chotula, ciudad de Mejico, no psrece eonv,ncente Li cogaîo sic las razas y demis indios, asi en palabras como en obras, procurando castigar con
P 37 — Acaso podriase tambitn sostener que la etimologia de cholo vaene de cliolon En las
ejempbo y no llam~ndoles perros ni otros nombres con que los
selvas dcl Partido de Cajamarquilli, habirabin, en la Colons,, los cholones e hibiros Historia eh
las in,ssoncs dc Casamancpoila Antzgno Mcrcnrio Pcr,ns,so T I P. 22 — En la regaén de afrentan” 17
Carabaya, Puno, loi narivos Ilaniin elsolo a un feroz tigrillo Asiniusmo, cliolo se dice, en En todo cl periodo colonial, a los hijos de espafloles habidos en
la ‘ona dc Mollendo, a un pet
14 la z isa aornzi CIL! colonuqr P 1 6 mujeres indias se les tenia a menos, diciéndoles perros o cholos, indis
Loi cholos ~ sus an/cpasailos — C1SNLR0S comienza su erabajo con las sugusentes pilabras tintamente. Porque la mayor parte dc tales mestizos, como veremos
‘‘LI desco dc haut tissa e’cplicacion s loi origenes de mu patria, nie undujo a nurar en la mâs adelante, apostrofados por la sociedad de entonces, procedian de las
nacion que Le Bon Ilama «Clsola~, airuada al sur de la India, algo iii co’no loi antepasados uniones ilicitas o prohibidas. A elbos, como a los espafloles de la clase dcl
pre-Isiseoricos dcl choie pcruano’’. Sostiene dsclso autan, loego, que las vscjas razas autoras de
lis pnimituvis civili,aczonei preincaicas, fucron emsgridas dcl Indostin, por esertas inaloguas pueblo, se les decia también chulos. Las palabras per; o, cholo y chulo
en li arquireceur,, costumbres, dibujos, etc • que la palabra “cliolo” no designa al fruro de
la union dcl blinto con li indus, sino que ci “una raza transplantada s u que loi sndios dipIom~rico viviera en la India, denias unos datoi mis sobre “los Cholos hindûes’’. LI a6o mii
kiclsuas y ahanas le Ilamaban yinaconas o gente coma en e1 Indouran . . a la degeneradi raTa de Nuestra Ers, en cl sur de la Peninssula. Indastana, emergio uns gran dinastia Ilamada de
autoctona dol Dckin”, quc “loi cliolos y negros habitantes de la misma zona dcl Indostan, loi ChoIsi. Después ,de crueles gucrras dc predoimnso, bu ChoIsi elsmsnaron s bu Panyas, loi
Isubicran emigrado jusuos ~ guirdado aqui h diferencus de case~”; que “cl cholo es una mczcla Pallavas, loi chslukyas Rastrakutas, qsrsbleciendo tan Imperso que duro doscientos csncuenta
de rias. y que solo en los ultinios tiom1,os ac ht convertsdo en tan apodo denigrante”, que aflos y renia “ranto de guennero como de arristsco”. Las Choisi “mancaran époea en la histo
probable es ‘que loi cliolones —tribu espircidi en cl Huallaga y Perene— scan sus descendsentcs”. ria dol arec y la arquitectura isind~es”, ‘y eniancharon loi Ismites de su Impenio hasts lejanas
“Yo creo que clsolo’ es un apoirrofe a la rata, usado en San principuo por loi abonagenss y rcgsones de3de Tanjore s Ceylan par et S , e1 Ganges por cl N y Birmsnia al E. Sus reyes
despues por las conquistadores, en cl senrido de menosprecio, igual al que sienten loi sobcrbios )
mis notables fueron Rajaraja “cl Grande” (985-1018 D C y su hijo Rajandra I (1018.1033
sa;ones cuindo se refieren a otras rwas “ “Entiendo que nos dicen cholos porque b somos en )
D. C Las pandyas arrojaron dcl poder s la dinastia de las Chalas y se proclamanon sus empera—
efecto, porqus, segurimente, es si nombre de vncstra rata desconocida de spoca reniota en dores. (Las restos de la notable arqustectura Chola, pueden verse boy en cl destriro de Trichs—
aquellos panses qtie dIa conquisrsl, conterridos lioy en odnssos cinulos nuestros desde que nos nopolss; cl templo—fortaleza de Bnihadcsvana, en Tanjorc, y e1 de Gangaikondachoiapuram,
sieron eaidns” — “ri seilor Wiesse no lui tenido oportunudad . . de escuehir est dulce cerca a la ciudad de Khumbakanam. (Juitw M&siln La radia ctcrna Lo “gotico” Sivasco bajo la
ezpresion echololisa de la midre indigena atrayendo a su pequeflo dentro de su pobre elsoza dinastia de loi Cholas en cl Sur de la Jndsa P. 20 5.)
las frises que se dsrigen loi indsgenas cuando se encuentran, en 1a que campea la palabra cholo, 16 “Cbo!o es cierto «perro» en Ghsle —escrsbe FrstNANno Owra— y chuta, que es ocra
siempre en senrstlo c,n,~io o y entusiasta . . . que en otra tiempo debié servir para indicar la forma dci mismo vacabbo, aûn se usa en Cuba, sobre toda en dumenutivo, para uagnsfscae «perrita)
nacionil,sJad, y cl uso la lia conservada eomo voz de confraternidad entre ejempiares de la o chu lita, coma dicen loi campesinos. Chuta fué «perro) entre loi sndios dc Nicaragua. En ose
nusma rua” Hoy se “aplica a loi que entran a nuestra ,nesm,dad o merecen nusutra simpatia, pais, donde hablan la masma lengua que en Nueva Espa6s, al pcrra Ilaman ,.ulo y dc estas
t se la emples entre mucisos coma espccie de provancialssmo Es fraie eorriente aqueila de «buen
xulos crian muchas, «segûn reficre cl cranista Fern&ndcz de Oviedo). ti engalle sic las
thom», «ru.o cholo» que expresa noestra sdmuraeion ““ Revisti Historica” T V Entre- s’azas P 37.
sa 2’ 1916 t nus P 163.167— Valuéndonos de un admirado escritor aniigo que, coma 17 “Revista de Archivos Bibliotecas Nacianales “ Lima A5o III. Vol IV. P 467.
n” 3 ~ tti5
2g EL CHOLO Y EL PERÛ
EL VOCABLO Y SU CONCEPTO 29
cran, pues, sinénirnas; significaban o se pretendia significar con ellas:
infima condici6n social, baja raica de un individuo ~
dirigida a un cholo ce verdad, sélo se responde con la mâs dura dc las
interjecciones o con una bofetada” 21
Coma adjetivo despectivo Ilegé a su agudeza cuando perro y cholo se
unicron para formar una sola palabra; perrocholo o perricholo. (De este 55. * *
términa compuesto empleado coma insulta par la sociedad y pueblo de
Lima, dernra Pe richoli, cuya paternidad se le atribuyc ai Virrey Amat III. Pero la voz que, en ci siglo $VI, naciera cama apéstrofe, con
para nombrar a la muy limcfla doûa Micacla Viilegas y Hurtado de cl discurrir dcl tiempo ha perdido tal carâcter. Ella, que, luego de salir
Mendoza, la hermasa concubina de dicho gabernante, y la misma que
de la jerga, se agregara al caudal dcl castellano, no sélo prasiguié en
era hija de espafloles americanos y no mestiza de espaflal e india.) circulacién, cual moneda nueva, sino que, lentamente, transformé
Los espafioles y criallos b usaban para nambrar despectivamente su contextura filolôgica y su significado intrinseco. El vacablo chala,
a las americanos y mestizos, aûn~en cl sigla XIX. ttCu~ndo ser4 ci dia pues, coma tados los de nuestra idiama, ha sufrido un praceso histé
que nos hartemos con la sangre de estas cholos americanos”, fué la frase rico para expresar et amplio y profundo sentido que tiene hoy para
que empujô a las patriotas huanuque5os para que tomasen las armas nosotros.
contra cl Rey en la revolucién de Huânuco de 1812 ~
A mediados dcl siglo XVIII, con criteria técnico, se le esgrime para
Su condicién de palabra deprimente no ha pasado aûn en nuestros designar al mestizo de media sangre de espafiol e india. En la Tabla dc
dias. Es empleada, en cl PerCi, no par la gente cuita y sin prejuicios las clases dc gcncracioncs dc Lima, incluida en cl “Compendio Histérica,
de raza o de clase, 5mo par individuas dcl pueblo y par las que mantic Geogrâfico, etc. del Perû”, de dan Gregorio de Cangas, se 1cc: ttDe espa
nen instintivo e ingenuo desdén par ci indio y cl mestiza indo-blanco. flal e india, resulta mestizo real; de mestiza real e india resulta chola;
Para chas significa vituperio, y equivale a bajo y cobarde. Todavia mis, de cholo e indio, mestizo comûn” 22 Esta misma equivalencia le da, en
las habitantes de la costa o litoral, usan de tal palabra para designar al dicho sigla, cl monografista Lecuanda ~
serrano u oraundo de nuestras andinas y altas tierras; par eso, al calor En su acepcién contemponinea, recagido coma americanismo por cl
de una reyerta, en la cxpresaén dcsdeaiosa y malquciiente, se escucha, Diccianario de la Academia Espafiola de la Lengua, “cholo es cl mestizo
con mayor o menor énfasis: 150 pedazo de chola!, 1chalo! En cl extran de espafial e india”, y mâs ampliamente, de “europea e india”. Esta
jero —.América Latina— como expresién cordial o coma apodo para significacién tiene en las paises sudamericanos con poblacién de
ci peruano. mestizos. Aunque en cl Ecuadar, par ejemplo, opta una acepcién
Ya Gonzilez Prada escribia: “Cuanda riiien las limefios y agotan un tanto restringida y despectiva, y en Chile es sinénimo de cobarde 24
cl diccianario de las insultas, apelan a tratarse de zambos o dc chalos:
cl zambo y cl chola equivalen a un cartucho de dinamita” 20~ Par su 21 E,,ssLso ROMLRO Per4 ~er (os senderos de Arn&ica Xii Et ehelo, et,ps de transician
parte, Emilio Ramera dice: Todavia en las serranias “la palabra cholo P ]16.
~ “Revssta Histories”. Lima. T XIV Entrega III P. 331.
2,3 Descrujacueu grogrd’juia dc iii ~udacl y partede de Trujuilo, par don Josi JGwAcsa oc
18 Et citado escritor Orraz se ocupa de la sinansmia de las palabras perro, cholo y chulo LEcUANDA Antugne Mercerie Perna,,a. T. H (Coleccion M. A Fuentes )
P. 128.
“En Nicaragua il perro le Banian tub Acaso este vocable ses andio, pero pudiera cor 21 Veames las expresi000s recogsdas en las enciclopedias y diccionarios “Choie, La Ad;.
africano, de Jos varies que les negro, introdujeron lier aquellos tiempos, en las indias y tanibien Panamâ. Se diee de les andies aige civilizides, ne siivajes. SL /1 2 Chue LI undie pure dcl sur
en Sevilla Xuio o siulo es perro’ en lenguije de les manefingas. En li pissa de tores seviliana, dcl pais RL // 3 Cossa Ruca. Induo pure, y en general, mdi persena morens CG /1 4. Per6.
ios perros que ayiadab,n en cl encierru de les toros s les negres matarifes, estes le dijeron chu?os, Indue que ya esta cru.’ado con riz, blanc,, pero en cuyes caracteres etn,cos prevalecen les
en su idioma mandinga, y les mores dcl mitadero y de la plan fiaeron tamb~en chuies, y de
rasges andagenas EDTR. /1 s Argentins, Bel, C Ruca, Chile, Ecuader y Perû. LI plebeyo
ose apelativo pasado s li tereria bretaron Juego varias acepciones «chulescass De ocra vos
de lis peblacuenes, genre de sangre atezclada, me,tuze de eurepeo e india AC Nu es ver despectuva.
africana bien pudo surgir j’erre chulo dc Anieries y despues jierro choie’ Li e,igaûa de las
nazes P 37
SWB. // 6. Venez Persona e animal a quien se mini, /1 7. Ads Chute Cebarde. 7/ $ Ecuad.
Peru, Venez. Tratimiente de caraflo” Auousro MALAutET Duccze,zarue de amersca;uu5~nes.
ao Cuaderno N~’ 3 Autos dc la ,nsurrrcc,o~u le Husdeuco afros doc ameutas; Es 12
P 340 — ‘Choie L. (de Chelollan, isoy Cholula, d,strste de Mexice ) Panama. Se dico dc
(Bibiieteca Nacianil de Lini, )
20 lIeras de lusebsi 1’ 2]
)
las undias alga csvilisides, etc. (Y se copia al anteruar auter MArruN ALONSO Liscicîej,edia
drl suborna Tome I A—Cl~ , p 1 366— La pebiacueus sudigeuza y cl snestuza]e en Auuerzca,
per Aworn. RosrlN,sLAT P. $2
3 3_ — — 3 ~—
tw~s
30 EL CHOLO Y EL PERU
Pero en cl Per,~, coma dice Moisés S~enz, cl “térmjno tiene una con
notacién m~s amplia y profunda. Y su empico no es soiamente natu
rai sino que con él se expresa nuestra preferencia y nuestro afecto
familiar, sobre todo cuando se le usa en diminutjvo”. tconstjtuye en
Lima —agrega cl citado autar—_, un términa de carj5o. Se dir~ de una
simpsitica muchacha que es una “adorable cholita” y de un individu0 a
quien apreciamos y admiramos, que es un “gran cholo” ~ Es que la
palabra cholo, como la afirma un escritor contemporàneo “es la ex CAPITULa Il
presiân de amistad, de confianza y ternura, que son caracteristjcas
dcl chaio”, quien Ileva la amistad, cl amor, la camaraderja hasta e! sa— SINONIMIA Y ACTUAL SIGNIFICADO ETNO-SOCIOLÔGICO
crificio; y db se hizo “popular en las provincias y se adopt6 cl titulo
de chobo, d&ndole al amigo noble; a la esposa o a la amante. Chobo, cho I. ~Cbolo es sinôninjo de inestjzo? — 1f. Su acel’ciôn efno-sociolôgica actuel. Cholo sigi~ifle-a
b indo—hlsjsauo, judo-biaise-o, y equivale sa (o l’eruano. — 11f. ~Es la ,suei’a razss peruana?
lito, chololobo” 20•
De otro lado, en alta funcién dcl lenguaje, cl vocablo est~j ya ex
presando b irreal, la poética, par boca de las artistas o dcl ingenia I. Desde los primeros afios de la conquista espafiola, la palabra
popular ~. mestizo se ha empleada para nominar al descendiente’ dcl indio y espafial.
Pues, para la generalidad de las cronistas y de los juristas de los siglos
XVI al XVIII, mestiza es equivalente de claolo: la utilizan como sinôni
ma. (Hay mismo Ilaman mestizo al chola, desde cl apresurado perla
dista al improvisada profesor universitario.)
Capiemos al cronista Garcilaso. «A los ~iijos de espaflol e india, o
de india y espas3ol, nos llaman mestizos, por decir que somos mezclados
de ambas naciones; fué impuesto por los primeros espafioles que tuvieron
hijos en indias; y por ser nombre impuesta por nuestros padres, y por
su significacién, me la Ilamo yo a boca Ilena, y me honro con él. Aun
que en Indias si a uno de chas le dicen sois un mestiza o es un mestizo,
b toman por menosprecia”’.
Esta misma acepciôn, empleada en ci trata oficiai —cedularios, re
copilaciones de ordenanzas, correspondencia virreinal’— le da cl gran
jurista Solôrzano Perdra, en cl siglo XVII. “Los que nacen en las Indias
de Padres Espafioles e Indias, que se hiaman Mestizos. 2. Tomaron
. .
tu dormada, / rependo nubes blancis / dcl Nifio para su vestido / mûo Osas tiene frio las Indias..
3
. T. I. Capt. XXX. P 442-445.
SoLéRzANo I’EREmA: Libr. cird. P. citd.
(Anonimo )
4 Rr(aciôn Histôrjea (cl ,‘iaje sa la Amine-a Menidlonisl. I’ parte. T. i’ Lib, V. Capt V.
1’. 364.
*kk —~ k ~ k V •~ fl — 4 4
COREGÎ MI Et-rro
Mas si se ha venide designando mestize al choie, elle corresponde
bey si un criterie simplista. La terniinologfa de mestize per choIe, fué
dc la épeca colonial; significando dicha palabra —mestizo—— m~s que
una acepci6n étnica o social, le equivalente a hibride, a b “maudite”,
n que, cerne verernes xn&s adelante, cl mestizo era censiderado, enten
ces, per la incipiente ciencia antiopelégica cemo un “oreducto anti
natural”.
En la presente realidad etne-antrepolôgica y aun socielégica perua
na, mestize denernina, genéricamente, a teda una variedad subracial,
derivada de la mezcla de individualidades de las llamadas “razas” blan—
ca, india, amarilla y negra, y que pueblan la extensién dcl Perû, aun
que en diverse velumen y en ielaciân con la fisiegraf la y altuta de su
territerjo.
Par ese nada especifica la acepci6n mestize. Per cl centrarie, al
generalizar desvirtùa la apreciaci6n categérica de cualquiera de les tipes
e subtipes de razas humanas y su calidad espiritual. Perquc mesti
zes son: cl chele, preducte dcl blance con la india; cl mulate, preve
niente dcl blance cen la negra; cl zambe, de la india con cl negro, etc.
Dc aqul que cen la vez mestizo no puede designarse al choIe que es
ya una entidad humana diferencjada antrepel6gica y étnicarnente, en
tre les grupes que constituyen nuestre variado caudal sanguinee y
cultural.
ÛTP
cana, cl gaucho argentino, el flan cro venezolano o cl huait chileno, bajo
la influencia dcl media teMrico social de estos lados del mundo, ha crea
do o est~ creando sus tendencias afectivo-artistico-culturales; vale decir,
su mentalidad. Es verdad que su figura clâsica, tradicional, ha cam
~ifg~ rnutia biado debido a las transformaciones sociales, econômicas y politicas
~tL~ U71~R~t4 pg~na ~
que ha sufrido e1 pais y a nuestra incesante europeizacién; pero desde
mediados dcl siglo XVIII, la csesenciaS~ de su personalidad es la misma~
wty J4L~DflArt1A31~fl)O ~
;~~w * * *
- .
ricana dcl Plan dci Sur, entidad de las gobicrnos dcl Pcrû ‘y dc las Estados Unidos de Ainérica,
clasifican n las habitantes de las pucbias dcl Sur dcl Perù en ias siguientes ciases: “Clase
baja indigena, close choie y cIas~ media y alt,”. (Clasificaciôn ésta, como observamos, im—
buida de un, simpiista camo d~primcnte idea de quienes se dicen de “raz, superior”, y quo no
han comprendido que cl mcstizajc es hoy mâs culturai que racial, y naminase chaI, a toda
mezcla india.hispana o india-curapca.) Esgrimen t,mbién conclusioncs de escritores como
Luis E. Vaicircel, Uriel Garcia y otros surc&s. Asi, afirmase, verbigracia, que, “la clase
baja o chois ha venida a ocupar las aldeas en gran parte”; que “ci paso dcl indigena s cholo
es un praccso individual de cholificacidn, que para cl indigena es equivalente a la urbanizaciàn”;
que “et cholo es et indio en proceso de irasculturaciôp, que ha aprendido a ber y habla
casteilano coma lenguaje secundaria, aunquc su bagua materna as cl quechua ae sicntc incômoda”.
Es mâs. Se sostiene, asimismo, que: “ta tcndencia urbanisca, la agresividad, e’ vestido europci—
zado, cl intcrés par alfabetizarsc y la gran maviiidad, son caracteristicas de la clase «hala»,
adcmâs dol intcrds comercial insistente”. Agrcgan: “la clasc baja o «cholai’, que rcpresenta ci
36 % de la pablaciôn distritai, bien puede eansidcrarse coma una ciase dc transiciôn entre
la clase mâs baja o dndigcna», artesanos, sirvientes domésticas, chaferes, pequcûas comerciantes,
ayudantes de carras, negaciantes dc lanas, aibafluies o pcquc5as eenprcsarios. Tiende a habitar
en las centras urbanos”. (La copia ha sida literai.) Pion regioflai ~ara e? giesarroilo de? Sur ;cîcl
Perd. Informe. Los recursos humanas en iqs departamcntas dcl Cusca y Apurimac. Vol. V,
Ps. B. lb. P. 23, 24.
“Bi término chalo en cl Pcrù ticnc una cannot,ciôn mâs amplia y mis profunda que
en cl Ecuador. Aiic~ las chaios forman un, ciase rcstringida, son rcalmcntc las mestizos mdi—
genizados dci campa, cuando mis, et pucbia bajo de las ciudados. En cl Pcr6 cl chaio cons
tituye propiamente un, ciase nacionai”. SÂr,’Nl, Libr. citd. P. 273.
Las isijas mestizas de un Frayle Doctrincro san candueidas a Lima par un arriero La gcneralidad de las saciôiogas bicu entcrados, taman la palabra cholo coma equiva
cspaùai, (Nueva crônica y base;; ,çabierno, par Guaeuan Poma dc Ayala. P. 606.) lente n pcruano. “Cholos, mestizos o neo.indios, eso somas las pcruanas, escribc Jm,co C.
Gu’rrÉstp,Ez: Ca,zco o froués rie las Iiemfros. “Rcvista dcl Instituto Panamericana dc Arte”. N9 9.
Cusea. 1959. P. 270 — ‘Cama peruanas auténticas nos scntimas chaios a mestizas.” La rebeliô,,
de las jsrouincia~sas, parJ. GOCLLERM0 GUEvARA. P. 24.
—~
36 EL CHOLO Y EL PERÛ
O He aqui b (lue flus ciste un e~crscor, respecta a la acuvidad de nuestro honibre en cl Sur
de la Itepublica ‘Al ,neatiio o cholo surperuano, se le cncuentra doadc cl carnpo a la c,udad en
todas las actividacit, Desde tI puesto mis husuilde Isasta la mh encumbrada posicion Es
ssrvsentt, es obrero, prof essonal, periodista, pobstico, cloctor, gamonal, banquero, miniscro, gerente,
poeca y diplomitico I s cura. mslsnr y capitulero; il menos cl capitulerismo fut una de sus
fasorsta~ proftssonts Il chuta sas .pc ricana, pot ‘I rorELo HuA~ssuAcA SanivAit “Revisca
dii ‘s~tscuto Pan sltstrlcaiso di. Arcs. A~o IX Cusco 1959 p 159, sgts
~ SQ —
CAPÎTULO I
I NarssnsefllO bsologsco y social dcl cholo. Ltapas.— II. Loi primeros cholos de prosajsla —
III LI senhinsseillO amoroso dcl conqisistaJor para con la ,ndsa y se ~role La fascsssacson Je?
espailol y la ofrenda de Joncellas aborigenes — IV. LI “servscso Je ,ndsas”, et ~araiso de?
sexo y la perversiols de las costumbres — V. Las indias sprefersdas a las espaflolas y e? ol~Jo
de las casadas en la peninsida — LI Per,i pais Je la fdlÂula y cetslrO de snmsgrar,ôn de
esjsaiïo?cs — VII. Provsdenc,as y ,sot,c,as oficrales de las inrrcyes sobre e1 inestizale
Y cabe expresar, también, para una justa apreciacién social del 5aron desde Almagro cl Viejo a Gonzalo Pizarro y Hern~ndez Girôn.
fenémeno, que, a partir dcl siglo XVI, en la mezcla del espafiol e india, Par eso, disposiciones rcales prohibieron que los espaiioles pasasen con
se sucedieron dos momentos histéricos definidos. El primer momento mujeres al Perii; autorizando asi, tâcitamente, el mestizaje. (Pues, la
fué cuando los conquistadores, reconociendo a sus descendientes sus pro mujer espafiola no acompaflô a su manda a toganar la tierra” de esta
pios derechos, los incorporaron en la sociedad, Ilegando no pocos de Nueva Castilla dcl Oro. Si bien una que otra castellana o esclava —como
éstos a emparentarse con la nobleza espas3ola peninsular, como veremos. la morisca Beatriz del Veedor Garda de Salcedo—, siguié al conquis
El segundo comenzé a fines dcl siglo XVI, cuando creado cl Virreinato tador efl los embates de la invasién; la mayoria de ellas arribaron cuan
de Lima, afianzada ya la organizacién y ci gobierno colonial con la Ile do las guerras se habian extinguido, Ilegaron en plena etapa de coloni
gada de funcionarios1 y mujeres espafiolas que trajo en si cl auge y en zacién o afianzamiento dcl Estado espaflol Solamcnte entonces pudieron
~.
tronamiento dcl “blanco” y la cepureza de la sangre”; el cholo, cuyo guardar las moradas de rûsticas construcciones —adobe, caflas y barra
volumen crecia cn forma incesante, fué discriminado social y politica
en la costa, y adobes, piedras y pajas en las sierras— que fueron las
mente, discriminacién que culminé en cl siglo XVIII con la instaura
primeras •residencias delos espafloles en las incipicntcs ârcas de las ciu—
cién, dcl régimen de las castas, en cl que se le consideré como clase baja. dades y villas fundadas.
Pot otra parte, desde la proclanlacién de nuestra independencia poli Hombres de fogosa contextura biolégica y psiquica, los conquis
tica —1821— basta hoy, aunque en minima proporciôn, la mezcla tadores espafioles dcl sigbo XVI necesitaban de la hembra para calmar
se ha realizado con europeos de diversas nacionalidades, a raiz de la
su tthambre sexual”, para mitigar sus pasiones y sufrimientos, para
libre concurrencia de éstos al Peri~i. Mis, cabe anotar que, con la Re tisuperar la soledad” ¶ como para tener “quien les haga cl pan”. En
pi~blica vino cl prcjuicio racial dcl blanco no espaflol y con db la
tonces, por razén de proximidad, pot necesidad y por la atraccién de
mengua de nuestro mestizaje; o, si se quiere, fué menos cl torrente de
b exético, tomaron a las mujeres nativas. Y calmando su lascivia por
la sangre ~‘blanca” que se unié con la india. También, desde aqucllos
los lugares por donde pasaban, dejaban fecundados los vientres de las
dias, no se realiza ya cl cruce entre cl blanco y cl indio, 5mo entre cl
indias, ttcomo huchas de su paso”, al0 decir dc Otero. O procrearon con
indio y cl n’cstizo; dando por rcsultado cholos m&s indios en b san
las que tenian como parte de botin de guerra. Botin de mujeres tan pre
guineo, aunquc no en b cspiritual o cultural.
ciado como cl oro; ya que ambos fueron cl principal aliciente en la dura
aventura militar.
un mucHe automévil, nos asalta la fatiga; y enciéndese nuestra admiraciôn pot esos oxtranjeros
II. En la denominacién dcl Tahuantinsuyo, por sobre una natu quo viajaban a pie, con pesadas armaduras, o sobre cabillot mal sostenidos; comiéndose en
raleza inh6spita y bravia —“tierra âspera y pedregosa”, como la califi— siltimo trance, est robanadas, las snataduras dc ostos animales. 5m embargo, ho aqul una
interpretacién original: “La conquista fui pasco inquioto, pero paseo al cabo. — Y 00mo no
caba Sancho de la Hoz— las campa5as cran duras, férrea la resistencia
hay opopeya dcl eurismo, y 00mo cl conquistador fui turista de arcabuz y caballo —eqssivalentes
de los indios que combatian en defcnsa de sus lares, costumbres y dio al Smith y la radio de boy— la Conquista en~presa épica, al parecer, carecié d~ cpopeya”.
ses; y muchas las enfermedades desconocidas que asolaban al con Luis AussaitTo SAwctsi~: Lia iiierat,sra dcl Perd. P. 34.’— Hubo epopeya, gran epopeya. Lo que
quistador 2, Terribles fucron las mismas disputas en las que se empe faIt-ô fui cl pueta que b cantara; que tradujera la omociôn épica en verso, como opina
IManco Fombona.
~ La primera snujer ospaaola que llegà al ~ fui la dc un soldado que vin0 en la
2 Li conquisti dcl Perû, con unos pocos osontos de soldados, fuC un, de las empresas ma,
oxpedicién de don Pedro de Alvarado, 1534’— Acsu~tfN 0E ZAanss, cuya nOticia cosnenta
Iseroic-is dol Isombro esp-sflol de todos loi t’cmpos LI opisod,o do la liii dcl Gallo, en Garcilaso, dico: “Donde aconteci6 quo, Ilevando un ospa~ol consigo a su neujer o hijas se
que Psrsrro tr-sa’ari la ssmbolsca raya, se repeesi -s dsirio Dcsnutrsdos, dcsnudos, no aclimatados sentaron de cansadas, y que il no las podia socorrer ni Ilevar, se quodô con ellas, de mancra
y tensendo por todis partes cl recelo en loi ,lsmentos, on cl sgsaa y en loi mssmos indios que todos cuatro se -Isolaron”. Historia de? dcscscbrhnicnto y eonqseista de? Perd. Capt. X. P. 74.
que loi scompiiiib-sn, solo Isombres do le tremend,, coraje de accro y ,alud anme;or-sble, Las otras mujeres, quo llegaron en 1543, fuoron doùa mis de Muaoz, mujor dc Martin Aldntara
pudicron sopurtar totl-ss citas vicisitudes Y en vordad, pocos de ostos temorarsos, aunque —primer encomendero de Huénuco—, y la esposa de don Nicol&s de Rivera cl Moto. Arribaron
mutiisclos, sobrevivsoron basta la consumicion do la dura cmpres-s dc la conquista Pnr oso luogo, indistintamente muchas consones de loi conquistadores. Pero fui en 1590 que Ilegé con
m,snao se lia dicl,o que la “conquista es la opopeya do la buena aalud’’ Cientos de leguas
doP~ Teresa de Castro, mujcr dol Virroy Garcia Hurtado do Mendoza, 4~ Marqués de Cafiote,
sopsraban uns fund-scion, un campimento milst-sr dc otro, por sobre una violenti gcognfia
cl mayor loto do damas, las quo se casaron en Lima.
torridos sren-sles, curnbres inlsospiris, sels t terriblos Rocorriendo boy estos terrscorsos sobre 4 “Una vez que todo quoda oinparentado entre si, entonces, pero sôlo entoncos, queda defi—
s /
- -
~74t’1tsçqr\ »~ ~ ~~ s rsapepsxnnsssss~~ s ~ s
EL MARCO 0E LA msTolcA 43
El mestizaje de este perioclo, fuera del anônimo que acabamos de -franciscano y escritor teolégico; Juan Balsa, hijo de Juan Balsa, casado
manifestar, provino también dcl maridaje de los “primeras conquista— con Leonor Coya, hija de Huayna Capac; don Meichor Carias Inga,
dores” con las indias de la nobieza imperial incaica: fiEstas o princesas, hijo de Carlos Inga Paullo y nieto de Huayna Capac, en la espaflola
hijas y parientes dci inca, o de las Apus que formaban la nobleza re doua Maria de Esquivel; don Juan Bctanzos, hijo de Juan Betanzos y
glanaI ~.
de dofia Angelina, manceba de Francisco Pizarro; dofla Maria Josefa
Estos mestizos fueron los primeros cholos de prosapia. Asi don Gon Ampuero, dcl matrimonio dcl Capit~n Francisco Ampuero con Inés
zaio y do5a Francisca Pizarro Yupanqui Inca, liijos dcl Conquistador dcl Yupanqui, que fuera otra manceba de Pizarro; Catalina Ortiz, hija
Persi en la hermana de Atahualpa: doa3a Isabel Huaylas Yupanqui, hija de Pedro Ortiz y Maria Tupac Usca, hija de Manco Inca; Juana Z~rate
de Huayna Capac, y don Francisco hijo dcl propio Pizarro en la fiusta que tuvo por padre a don Juan Ortiz de Z4rate y por madre a dofla
dofia Angélica Yupanqui; doa3a Leonor Soto Coriocoilior, vâstago Leonor Yupanqui, de la casa de Manco Inca, la que a la muerte de su
dcl conquistador de la Fiorida don Hernando de Soto en Leonarda padre recibié coma dote cl Adelantazgo dcl Rio dc la Plata, casada con
Toccto Ghimbo Coricoilior, la protagonasta dci romance con Qui Juan de Torres Vera que llegô a ser Adelantado dcl Rio de la Plata ~.
con dofla Beatriz Clara Saire Tupac Coya, hija dc don Diego Saire lectas o no, cl sentimiento amoroso 10, También, al tomar par mujeres
Tupac Inca Don Juan Mancio Sierra de Leguizamo, hijo de don
~.
a las naturalcs, afianzaban la cstabilidad dcl gabierno dcl que cran
Mancio Sierra de Leguizamo en matramonio con doi3a Beatriz Huaylas actores; fué una accién dc espalitica calanizadara” Y, acasa, secreta
~‘.
~usta Coya, hermana dcl Inca Manco II; doua Maria Diez Betanzos, mente, camprendieron que la raza inca era digna dc su prestancia caste
heredera de don Juan Dicz de Betanzos habada en dofla Angélica Yu ilana, por sus virtudes y ia belieza de sus mujeres.
panqui; Rias Vaiera, cl famoso cronista, hijo de don Luis de Valera en Par otra parte, la vida marital dc las espafiaies con las indias, cl con
una flusta de la corte de Atahualpa, y su hermano Jerénimo de Valera cubinato —que fué cl casa generai, ya que pacos se mati imaniaron— 12
llcsvamente superada li soledid ‘, escribe e! filusefo FILstMANN De Krvsrgr ‘s~o (Meciciacso,tea
Vcase las neticias que trie ÂNons. R0SLN(sns’i, in su libre Ls poblac su,, ,a,dq,c,sa e!
seGa,,, cru as,,,, P 94 )
reshza;c cia /si,,ér,ca (Et snestszajc en et Paru). P. 82.
Numerosos cronistas le confit min Garcilise ‘j’erque algunos de tos onestuos cran ~ RuriNa BLANca F0MBONA LI couqsazsiasler esflaliel de! sigle Xvi ‘Corne iban pocis
patientes tIc les Incas per vii de sus niidres, siendo liijos de cenquist’sdores de aquel ilnpcrso
mujeres de Espa5i, maxime con tes primeres conquistadores, e! amer de la naujer faIts en
y de tendres nituriles de cl, qui algunas de cUis cran de ii ssngrc real y ocras mucliss
la epepeya La dulzura de este sentcmsente de lsogsr es nota ausente en uquellas aventuras y
n,u;eres nobles, lujas, sobrinis y nions de les cuncis, safleres de vasallos Les comenlar,os
entre aquetles aventureros, y ocras passones sustituyen et anaor’’, dcce et eserseor uenezolane
realt-s dc le, as,,,,, Segunda pires Libr vnr, Cape VII P 244
~ Les Isijos dcl Marquts I’iesrro, Luaren Ilevados i Espirii en nitrite de li Reil Ciduli Capt IX. Crueldad. P. 266.
141 LI elersgo Martin Gona’alez deelara que les espa~oles, euando se enfarmaban, ne que
dol Il de nnrie dc 1550, en’, cula n I i Cisci, quien remittu tiinb,in a dos laijas mestitas de
rian que las andias les abindenasen, y merlan lIansindelas “ estando delante de elles y
Juin Pi.’arro y n un Isijo de Gonsalo Pi.’irro Estoc vistagos de conquistadors, en axidris,
fucron conducidos n laradriel pot I ‘r,ncisco de T seobar y Ililti,ir Dira (sarI,, sic! Lgeencrasio no queriendo que se partan de detante 5mo que esten alt,, dsciendo Hulaneji, ~poe qué no
La Gasca ai Conaejo dc lais!,,,,, dc Los l&eyes, 15 dc febrero, 1549 Gobcr,aa,,ic, sic! Per,, vsenes iquc delante de nui’ ~No ves que nie quiero mont’ 0Ne subes que te qucero bien’
Canas y papelcs Sigle xvr ‘r. I P. t 62 ) Dascendientos dc tuas mestiros son les ictus— Ne te vayus de aqul que me da pena de ne verte . . y st se las ecluaban de ahi daban veces; y
les Marquoses de la Conquists linier,,, dc las G,,crra, de lus nU,mes “se,,, fser;caaao, cuisis,, osto es mu>’ generat y asi espsraban, y a te que demoscrabun Ilevaban gran pena en dejarlas”.
cl fiesta r esfsalie!, a,or Rois,» o Cusgro VIDAs. (1535-1572) P 24. darta de Martin Gonzalez, 10 de julso de 1556 Carias dc nichas (dsd. en Les as; jettes extrais—
Oeils Ana Mina Ce> s Inca de Loyela, fut neminada Marques, de Oropesa pur Felape jeres n cl tre,,ce dc nuesira Raz,,, per E est GANofA “Nesotres”, 1930 N’ 252
11 Gracias s acta petstsca, se pude ebtener et equilsbrco de! peder gubernamentat Lu Case,,
il Caso, en ripaii, con don Juan Enrsquez de Borja, hije dcl Murques de Alcaûices y nieto,
en unes muterni, de Sus, Eruncisco de Borja, Duquc de Gandia Sus descendientes con entre etres, daso n vsudis indias de la nebleas con espaioles
12 Al respecte, centande dot matrimenso de les cenqusstaderes de Mexice don sndsas,
ralsuperaneos son les Marqueses de Alcufilces,
para legstsmar a sus hsaos habidos en ettas, Gareslase refsere “algunos lia lsabsdo en et Paru
N N n ç ç ~
y ojos claros. Par esta seduccién, tante indias como indios trataron, alguna india panda de espafial, tada la parentela se juntaba a respetar y
sagazmente, de emparentarse a los conquistadares; impulsados, adem~is, servir al espafiol coma a su idalo, parque habla emparentado con c11os.
por cl instinto de superacién y seleccién humana, que se realizé en
Y asi fueron estos tales de mucho socarro en la canquista de las
toda América ‘~. “Desde cl primer instante cl indio procura que cl
Indias” ~
espafiol posea y fecunde a la india, si dia es de calidad, y quiere que la * * *
que Isin hocha b mssmo, que isin casido con ,ndi,s, aunque pocos • sus Isijos yen gonr
105 hqos ajenas b que sus padre, ganaron y sus madres y parsentes ayudaron s ganar”. Los 1V. Cronalégicamente, de 1535 a 1560, cl mestizaje tomé propor
Coinentarsos Reaks Je loi Incas. Lsbr4 H Capt I P. 242. ciones par ei llamado tservicio dc indias” y ci dcsenfreno de las place
13 Ctdula expedidi en Zaragozs en 8 dc sniyo dc 1533, obten,da por Rodrigo de M,zuel,s
como Procurador de las provincias de Cistilla de Oro, Nicaragui y Cuatemila Cedalarto ciel
res dcl sexo que se apoderé de los descubridores, pacificadores y pobla—
Fera, publicido por R~ut POliRAS BJARRrNECFIEA T. I P 121 dores, que se radicaron en las zonas mis saludables y ricas dcl tcrritorio
‘~ Los primeros cronistas not,cnn de estoc hechos AGU5TÎN DE Zhiun~ “Preso Atabaliba, peruano. Porque la colonizacién se lIevé a cabo simultjnea o inmedia
otro dia de mffiana fueron a coger cl campo, que ers maravilla de ver tintas vasijas de plats
tamente de las guerras; pues, cl ethombre en armas” pasaba a convertirse
y de oro como en aquel tes! habi,, y muy buenas, y muchas tiendas y otris ropas y m~s de
cinco mil mujeres -s lot espa5oles se vinieron, de su buena gina, de las que en ci real andaban en poblador, si no se le empleaba en nuevas conquistas y descubrimien
Ilutoria dcl descubrununto y conqanta dol Pers~ Capt VI. P. 60— G0MARA, pot su parte tas. De aqui, que la fundacién de ciudades se realizé después de las
‘Harto tuvieron que hacer aquelli noche las espai3oles en alegr-irse unos con osto, de tan guerras de la conquista o de las civiles entre espafloles, siguiendo la polIt!
iictorsa y prisionero y en doscinssr dol trabijo, es en todo aquel dii no habian comido, y a la
ma~ana fueron D carrer cl canspo Hall-iran en ci biGo y rosi de Atabalibi canco mil mujeres,
ca y las métodos de colonizacién disefiados par la Corona. (Asi, Arequipa
que aunque trines y desisnparadas, holgiron con loi cristianos”. Historia sinseral de (as milite y Trujillo se fundaran después dcl sitio dcl Cusca par Manca 2~; Hua-
Cipt CXIV P 19 —4 Idtntici cosa, afirm-s Csr2A, ,uced la antes de la batilla de Chup-is
1~ ~ desco de pirentesco aintieron, incluso, los mexicanos, araucano, y guannies que Liseron 10 CiisLos PERCeRA Las huchas de (os conquestadores P. 191
los que mayor resistencia opusieron s las armas castellanas. Berna! Diaz dol Castillo, Gémara a-r 7J,,eva Cron,ca y J3,nen Gobserno. P. 379. “Doncelias presenta s las cristianos e1 capit&n
y otto, cron,sras traen noticias sobre cl p-srtscular. Cuando en 1610 cl Osdor de Charcis Rumiflau,” Ests costumbre de dit mujeres persistio, en uns u otra forma, en la Colonsa
Licenciaclo Francisco de Alf-sro Lue comssionido para vasitar s las yanaconas y regiamentar cl Razôn por la que se ordené, en dsversas cédulas, como en la de 17 de deciembre de 1537,
servscso personal en cl Pariguiy, los ,nd,os le mansfestaron que “clos sirven cu&ndo y cômo dada pot Carias I en Vabladabid, que los caciques no recsbieran en trabuto a bas hsyas de
quieren . . que vienen s ayudir a las espafioles, no a titulo de casa ni servscio, 5mo como su, indias. Recafr,lacséie de las layes de los Rcenos de las Incisas. Libr. VI Tit. VIL Ley 3(1V.—
parientes”. (citd por ENseQut ut G~woi~, en Las ns;ertos eviranyeros en et tronco de nceestra Taledo y otros verreyes recalcaron sobre cal coitumbre, prahibséndola. Pero no por db deiô
raz., “Nosotros” Buenos Aire, Aflo XXIV N’ 252 P 162) de practscarse, hasts los propsos aaos de la Repûbbica.
18 Los Cocnentarsos Reales de los Incas Lsbe. U Capt. I P 113
_q,__
>4
46 EL GIOLO Y EL PERÛ EL MARCO DE LA. HISTORIA 47
manga, Hu~nuco y Chachapoyas luego de la batalla de Chupas. Las
otras ciudades y villas, coma Caijete, Vilcabamba, se erigieron antes
de 1570.) Por eso, las ciudades fueron centros de trabajo y de nueva
I4EGROs
EOMO[OSCRIOLWS
vida; verdaderos nûcleos y ejes de colonizaci6n. Y en verdad, los con
quistadores cran pobladores y colonizadores, y no soldados de profesiôn.
Porque la conquista dcl Perù, aunque autorizada por la Corona, no fué
realizada por las huestes dcl Rey, sino por particulares; fué una cm — êt(9t3S~tWbt1p~m$4L4A.n.9
__
presa de carâcter privado.
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Estos “pobladores”, como los que prosiguieron arribando, contra
toda prohibicién de la religién y de las reales cédulas, tomaron para su - ‘;;; ~pOèta$n~tn5a55a1dnqtg
servicio a las mujeres que quisieron; y usaron de ellas, en concubinato, r
harén, etc., muchas veces, 5m reparar que fueran madre, hija o hermana.
A esto se Ilamaba “servjcjo de indias”.
Tan escandaloso fué cl uso que de estas mujeres hacf an, en cl campo
o en los nacientes centros urbanos, que Vaca de Castro, en sus Orde
nanzas de Tambos de 31 de mayo de 1543, mandé que no se abusase de $
las indias; prohibieS que Jos negros tomasen sus mujeres a los indios y las
Ilevasen consigo tepara vicios y cosas feas y otras so color que son me
nester para hacerles cl pan, comida”; y que los espaûoles, en adelante,
no se hiciesen acompam3ar por indias, en sus descubrimientos, ni se detu
viesen en los tambos llevando vida airada con las indias. teEs ~I y
otras personas —dice e1 texto— que andan por los pueblos de los indios
vagabundos tomândoles sus mujeres e hijas, ganados y ovejas.. que .
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LIC ni ~
cado en “Revisti I-l,srorica” Lirni T 111, Trimestre IV, 1909. P 473
20 Cana dcl Licenciado Cistro s S M Lot Reyes, 23 dc setiembre dc I 565 Ju:cw de
livides entre cl Perd y Bohi ta Prueba Peruana T I Virreinato dcl Pcrt~ P 71 Un negro da dinero robado s su concubins india. (Nueva crônica y buciz Gobierno,
por Guaman l’on,,. P. 709.)
Li. MARCO Dli La t,..,TORJA 49
48 n CHOLO Y n PERÛ
COM EL4DERO V. Este libertinaje hizo que las mandas, embebidos en la vida
marital con sus mancebas indias, olvidasen a sus mujeres ~dejadas en
Espafia. El reclamo de estas «abandonadas” ante cl Consejo de Indias,
origineS varias ,cédulas tal coma la fechacla en Valladolid a 17 de oc
tubre de 1544, que mandaba a los ‘tcasados o desposados en estas partes,
y tengan en eflas sus mujeres... se embarquen y vengan par sus mu
jeres, y no vuelvan a residir a esas partes si na fuera Ilevândolas con
sigo’’ 21, -
21 Texto de la cédula. Revista “Li Ateneo”. Lima. T. 1V. ~ XXVI. 1902. Casas de
In Colonie: CAnas A. Ro,sm~o. P. 806.— Esta cédula’5fué incluida en la Recopilacidn de 1680,
Tit. III, Libr. 1V, y establece las licencias, e1 procedimiento para repatriarlos, etc. Pese a est,
disposiciôn y a las cédulas de 12 de agosto de 1693, 7 dc octubre de 1750 y 23 de setiembre de
1799, las espafioles abandonaban a sus mujeres.
22 Una instruccién de Toledo al respecta. “L quicareis de las amancebamientos que entre
los iodlas lsubiere; e las iodlas que estovicrcn amancebadas con espa~olcs y otras personas, e
que den mal ejemplo se las quitareis y procedereis contra chas conforme a derecho ...““Para
que sancbo Vera’ugo, Algnacil Mayor, revisite las ina’ios de las Parroqnias y sieUrs de la ciudad
ciel Cesco. Libro de Provisiosses Reales de las Virreyes ...“ (“Revista de Archivas y flibliotecas
Nacionales”. Lima. 1899. T. I. P. 44).—En 6 de noviembre de 1575, desde Arequipa, se diô
esta orden. Pero se produjo un rozamiento entre Sancho y ci Padre Molina, par empadronar
indias amancebadas con espafloles que se reaiscieron g acatar la orden dcl Virrey, yendo cl
asunto ante cl prapio Toledo y s la Audiencia de Lima. En esta ciudad se dié sobrecarca en
~Omtm~~tto 20 de octubre de 1576, para que Sancho Verduga cumpliese su cometido. “Revista de Archivas
y Bibliotecas Nacionales”. Lima. 1899. T. i. P. 138.
Un encomendero espa~ol recibe a una indiecita para su “serviciO”. (Nneva crânien 23 En la Jnstrucciôn dada par cl Virrey Talcda al Lic. don Pedra Mejia, Visicador de
y bite» gobierno, par Guaman Poma. P. $52.) las pueblos de indios dcl Arzobispa de Lima, y par don Alvaro Ponce de Leén, Oidor de la
Audiencia de Lima, se 1cc: 11. “0e las casadas en Espa~a. Item; saber si hay par las pueblos
t tt t t’ ‘n t’t~t.7~’~”t t ‘n ~tt’4~~t< n,st4
> t 4? ‘
50 EL CHOLO Y EL FEKÛ EL MARCO DE LA HISTORIA 51
También Tolede, en su desee de morigerar la vida licenciesa, abo VI. Este derroche dcl sexe y ci creciente indice dernôgene dcl
liô ci ttservicio de indias”, del que no sélo nacieron choies anônirnos y choie, se debi6 a les espa5eles que habitaban en el Perû y a les que, in
descarriados, sine que se intredujo la prestitucién entre las indias, no cesantemente, acudian a su frea.
cenecida bajo les Incas, en cuye régimen se castigaba a las prestitutas e Si bien en les aa3es de la invasién pasaren per la tCsed dcl ere”,
panipay-riuza con pena de muerte. desde ci gebierno de Felipe H —principalrnente les pequefies funcie
Baltazar Ramirez, en, 1597, a la vez que subraya la labor dcl no naries y les celenizaderes, prevenientes de las clases media y baja—
table gebernante dcl Perù, nos refiere de tan depravada costumbre. llegaren empujades per la crisis que azetaba a Espafia, asi cerne huycnde
“Destruyô ci servicio de las indias, mujeres muy ocasionadas y deshe de las guerras de la Peninsula. El econ6rnice fué, pues, cl principal re
nestas, de las cuales se servian con muche escândalo todo génere de serte que,ies impulsé a venir a las Indias, unide, siempre, a esa llarna
gentes y de todes estados, teniéndolas en sus casas y trayéndelas por los dc aventura que ne se extinguié en la raza y que cra la emecién que
camines 5m ningûn recate, puso este negocie de suerte que en su tiem se vivia en el Vieje Continente a raiz del descubrimiente de América.
pe se tenian por afrenta, aun entre hembres de pecas prendas” 24,
Guarnan Poma dedica muchas pâginas de su NuEvA CR6NIcA para £1 Perû de entences era la insula dorada, cl pais de la fâbula, que
intuycra la literatura espauiela del génere fantâstice, Y cl espauiel 5m—
relatarnes de este abuse dci sexe. Y refiriéndese al denigrante heche de
fié pasién per la tierra mâgica que deslumbrara al munde con su ere;
la premiscuidad, cuenta ci clérige Martin Genzflez, en cl case dcl
pasién que abrigaren ne sôle les que venian de la Peninsula, sine les
Paraguay, que cada espafiel estaba amancebade con ochenta y mâs
ya radicades en otras celenias —Nicaragua, Méxice— que dejaren sus
rnujeres 25,
bienes y encerniendas para embarcarse hacia dIa. De aqui que llegascn
Tedavia, si en les dias de la Cenquista sintieron per las indias cl
a nuestres lmndes, antigues cenquistaderes de Centre Arnérica, cerne
sentimiento amerese, en plene celoniaje les espafieles las prefirieron a
les Arias Dâvila, les Alvarade, les Telle, Sema, Valdivia, Puelles, etc
las mujeres de su raza. El Virrey Marqués de Mentesclares, manifiesta
Éstes y etres vinieren cerne pacificaderes, ya aisladamente e ya cen
este heche. ttTambién cl poco nûmere que al principio hube de mu
tratados por les Adelantades. Pere tedos arribaren a este suele que
jeres de Castilla, y la sabra con que después crecieron, ha ocasionado,
hincharia sus arcas, para vivir en libertad, per ese ergullose sefierie
ya per necesidad, ya per hastie, a que las indias scan apetecidas de les
espaûel que es patrirnenie de la raza, y ci que se fortificé en América.
espa5eles, y de estas dos naciones salen mestizes
Ya que, prâcticamentc, en la distancia terminaba la ley y cl pedcr real.
* s
Per cso se ha diche que los espafleles, muches, vinieren a las Indias mâs
que per cl are, per su libertad.
Per la semejanza fisiegrâfica a las tierras dejadas allende les rnares,
per la cvocacién dcl paisaje materne de Espafla, cerne per las ventajas
ccenémicas que repertaban; gran parte dc estes inrnigrantes, prefi—
donde anduviéredes algunos espaAolcs casados eu Espaâa o fuera de este Rdno mandarlesséis ricren las zonas dc la sierra para instalarse y hacer en chas ci centre de
ir S sus mujeres y daréis noticia de db’. “Revista sic Arcl,ivos y Bibliotecas N,cionalcs”, sus actividades. O cuando fracasaron las expcdiciones que fueren en
cit. A~o 111. Vol. IV. P. 40f.
21 Deserqiciân dcl Reino ils! Perd. 1587. Jnicio sIc limites entre et Perd y Bo(hù. T. I. viadas a nuevos dcscubrimientes, en la gcegrafia ilusersa dcl Dorade;
P. 559. muches se ternaren en tretamundes que calmaban su desilusién con
25 Pot la visla libre que Ilevaban Inc espa~oIes en Açunciôn, casa ciudad fui Ilamada FI
la panacca dcl sexe, per campas y ciudades. Asi esperaban nucvas cm
Purssisc, de Mahoma. Martin Gonz&lez, dcci,: “Querer contar y numerar las indias que al
presente cada uno dccc, es iniposible, pero paréccme que hay cristianos que tienen y oehenta y
presas militares e mercedes dcl Rey. Y de tante csperar, terminaren
cien indias, entre ias cuales no puede cor 5m que iiaya madres e hijas, hermanas y primas’. per rnezclar su sangre cen la dc las indies.
Caris, de Manu: Go uzsilez, dingo, al Tmf,srador slo,, Cerlor. Asu ncié n, 2 de j un o, 15 6.
Talede neticia de estes espauieles traides de la Peninsula per les
Canas de Indias. T. I. P. 609.
2G Relaridu dcl Vinrey don Juan ‘le Mcn,!o:a y Lima, ?sfarq::ss Je Mon iesclaros. Culecciôn erganizaderes y capitulantes de cxpediciencs. “En cuante a les espa
de las mesnorias o rolaciones que eseribieron los virreyes de! Perù, aeorca dcl estado en que sieles si~bdites y vasailes de eses reynes dc vuestra rnagcstad sen traidos
dejaron las cocas generales dcl reino. P. 168.
a estas neticias y dcscubrimicntos dc esta tierra came a ncgros de Guinea
flfl—~i ~ ~— ~‘““~ ~‘~‘ —
EL MARCO DE LA I-I1STORIA 55
52 ELCHOLOYLLPERÛ
vida muy licenciosas; son los que en otras partes ilarnarian vagarnundos,
en su género con falsos presupuestos y fiziones y enga6os y haciéndoles peligrasisimo género y ernbarazoso al buen gobierno; tiene grandes con
vender y dejar cl cjercicio de esas tierras y labores y la parte de los. . .
tradictorias cl adrnitirlos y expelerbos, porque a todo suceso viene a ser
que no muriô con harta desventura y lastimosos sucesos se entraron y éste cl principal cuerpo en cuanto a nurneroso para el acornetirniento...
derramaron por este reino ‘. Prosigue; ceDe esta visita resulta ha— Su Majestad ha mandado diversas veces no se consientan en la tierra;
berse entendido algunas partes cômodas donde hacer poblaciones en yo lie procedido con algûn tiento, porque acosado en las ciudades prin
que se recojan y tomen asiento algunas personas de los muchos que cipales se andan entre Indios, y por las ventas y mesones, que liamaré
andan vagando por este reino que esia pestilencia mayor que en él tambos, donde sus insolencias valen y obran 5m resistencia” ~
hay ...‘‘‘~.
Espafia, corno vemos, se vaciô a Arnérica y preferentemente al Perù
La Corona, hasta donde habian ilegado las quejas de los indios, dié que era la ilusiôn y la esperanza de todos, Se vacié lenta, incontenible
terminantes érdenes a los virreyes para reducir a estos vagabundos. rnente, “como quien se desangra”. He aqui b que escribia Toledo, en
“y por que somos informados que los vagabundos espaiioies —dicen las 1572. “I as! con estas cédulas de largas mercedes de vuestra rnajestad
Instrucciones a don Martin Enriquez, Virrey del Per~i y sucesor de e1 primer daflo es engafiar allit hartas inujeres con quien se casan tornân
Toledo— no casados que viven entre los indios y sus pueblos les liacen doles las dotes y haciendas que tienen, con ei engaflo de acâ serân sefiores
muchos dafios y agravios tomândoles por la fuerza sus mujeres e hijos. por razôn de las tales cédulas. Vi rnorir en Panam8ii un capitân y otro
echareis algunos de la tierra para que los que quedaron con temor de la espafiol con dos cédulas de vuestra rnajestad con las cuales e1 uno traia
pena vivan de su trabajo y hagan b que deben b cual se remite n veintiocho mujeres entre cufiadas y sobrinas de la suya a quien de eada
vuestra prudencia y si fueren ofieiales de algunos oficios mec~nicos una habla tomado todo b que tenia con la promesa de casarlas y re
o de otra cualquiera hareis que los usen y se empleen en ellos o en otras mediarlas con la merced que vuestra rnajestad le habla hecho en ChUe
en que ganen de corner y se entretengan para que no anden vagabundos y e1 otro con siete con otra cédula de merced que naia para este reino
y si arnolestados no b hicieren los echareis de la tierra...” 29 y ser menester andar repartiéndolas por aquella ciudad y envMndolas
a la de Lima a que las acojiesen por amor de Dios, esta prktica par
. .
Caria g 5 M clef Virre) don Francisco de Toleclo sobre inater;as rie gobserno
27 Cusco,
I’ de marzo, 1572 Qoberncsntes dcl Perd Carias y papales Ssglo XVI T. IV P. 86, 87.
2S Carias ciel V,rrey TokIo ci S M sobre sic veaje y visita Cusco, 10 dc marzo de
31 ReIaciôn ciel Virrey don Juan Je Mencloza y Laina, oit. ~olecci6,s de las inemnorias,
8572 Gobernantes dcl Perd Carns y papales Ssglo XVI, T. W. 2 126.
29 Instrucceones ci rio» Mari!» E’zr(qne~ electo Vsrrey ciel Per» Gobernantes ciel Perd etc. P. 172.
Cit.
32 Caria ci s. M. dcl Virrey Toledo sobre materias Je gobierno. . . Cusco, I de ,nano,
Carias y papales Siglo xvi. T. IX P 20
30 Carias clef L,eenc,aclo Castro a S 18f, clencto cnenta, entre otras rosas, de haber clic «‘scie 1572. Qobernantes dcl Perd, cit. T. IV. P. 79.— Las viajeros relatan que, en e1 siglo XVI,
las fsoblacsones rie inclsos jsor j,rotsncsas, etc Los Rayes, 23 dc setsembrc, 1565, Jsrecso rie I; mites la regi6n de Extremadura y Andalucla, daban la impresién de estar despoblados par la in
entre cl Per» i flous sa Prueba Peruana T I P 71
migraciôn a las Indias.
CAPITULO H
I. Et en! roncainiento dcl es~a,7o( con (os caciques. A¼unos casos. — II. Los funcionarios civiles
y eclesiésticos, progeuifores de cholos. — III. Matri,nonios y concubinatos. E! servinscuy. —
IV. LI hogar inesiizo. La chola. — V. La condicién legal y social Sel cholo y las castas colo
s,iales. — VI. Los exiranjeros en ci ,nes!izaje peruano.
1 Recofrilaciôn Je las lc’yes de (os Reinos de las Indias. Libr. VI, Tit. VII.
56 FL CH0LO Y EL PERÛ
EL MAi~CO DE LA 1-I15TORIA 57
bres en los dichos corregimientos, con color y a fin de molestar y II. No sélo simples individuos espafioles, se injertaron al tronco dc la
quitar y coda y cuanta hacienda y meterse en sus tietras y casas y te raza india, ya dijimos, la hicieron también corregidores, escribanos, visi
ner ruido, esc~nda1o, y revolver coda la tierra y cl se sirve de los tadores, soidados, oficiales reales, curas y demâs representantes dcl
indios. .,sin pagarle y a sus mujeres indias b lievan a las ciudades
. gobierno “temporal y espiritual”; los que, por razén de sus mandos,
y a los hijos mestizos o mestizas b detiene dicho corregidor permanecian en las sedes •de los eorregimientos, asientos mineros, doc
Sin guiarnos dcl terrible juicio de este escritor, citemos aigunos trinas y “fuertes” miiitares de las cifronteras de bfrbaros”
casos ocurridos en los actuales departamentos de Junin, Huânuco, Pu- De estos funcionarios, algunos se nupcian con las indias y rnesti
no y Arequipa. zas dc holgada economia y distincién social, radicândose en las loca
En cl pueblo de Sicaya, tepartimiento de Hanan-Huanca, corre-. lidades sedes de sus cargos, e inclusive, renunciando a ellos cuando, eo
gimiento de Jauja, cl cacique don Juan Apo Alaya casô, por 1600, con ma en cl casa dc los corregidores, reales cédulas les prohiblan casarse
doAa Maria Alba, espa5ola; dofla Maria Teresa Apo Alaya, descen en la jurisdiccién de sus distritos. Pero, la mayoria, por cl llamado im
dienta dcl citado cacique, b hizo en primeras nupcias con ci mestizo perioso dcl sexo, mantuvieron relaciones maritales con las indias o natu
Blas Astocuri y en segunda con cl Capitân Benito Troncoso de Lira, raies y originaron los nacimientos ilegitimos e inflando, poderosamente,
y cuya hua dofia Maria Astocuri Apo Aiaya se eniazô con ci espafiol las cifras demogrâficas dcl choio hasta en las zonas mâs apartadas de
Antonio Jiménez, hijo dcl General Francisco Jiménez de Cisneros. nuestro territorio.
Y doi3a Catalina Jiménez Astocuri matrimonié con don Joaquin En cl âmbito de los repartimientos, en la jurisdiccién dc las enco
Benito Martinez de Aguirie. En Jauja do5a Josefa Astocuri Limaylla, miendas, en cl ârea dc los pueblos o reducciones de indios y dc los
de la misma rama de las nombradas, contrajo enlace con cl Corregidor campamentos misionales, desde los comienzos de la conquista, ci doc
don Francisco Dâvila En 1770, en cl puebio dcl Dulce Nombre de
~. trinero y cl misionero —ese conquistador de aimas— han sido ios
Jesûs, Corregimiento de Huamalies, actual provincia de Dos de Mayo permanentes progenichres dcl cholo. Sobre coda, a partir de la segunda
—que fuera centro aurifero y de azogue—, hallamos radicados hasta mitad dcl siglo. XVI a los siglos XVII, XVIII y XIX. Podemos afirmar,
tres capitanes espafioles: don Pedro Falcôn, don Bernardo Bonilia y por eso, que si en los afios dc la invasién cl cholo procede dcl conquista
don Nicoliis Sânchez. Don Manuel Chuquiyauri, dc ascendencia pre dory cobonizador espafiol, en los ùltimo4 siglos mencionados, b originan
incaica, se desposé, en 1761, con dofia Paula Boniila, espafiola, hua las ecicsiâsticos al mezclarse con bas indias, ya secreta o pûblicamente.
dcl Capitân Bonilla y de dofia Marcela Segunda Lozano, hija de don Pese a los capitulos de los concilios Limenscs, a las instrucciones dc
José Lozano, espauiol radicado en la estancia de Huapachac~in, mmc los visitadores y al rigor que implanté cl Tribunal dcl Santo Oficio
diato al mencionado pueblo. Aflos mils tarde, don Felipe Chuquiyauri de la Inquisiciôn, creada, precisamcnte, para morahzar a los miembros
y Bonifia, primogénito dcl anterior matrimonio, a su vez, nupcié, en de las érdcncs rciigiosas ~.
ci mismo pueblo, con dofia Maria Falcôn hcrcdera dcl Capitân Falcén. Es que cada doctrina o parroquia, era una especie de feudo; campo
En Caima, airededores de la ciudad de Arequipa, en cl siglo XVIII, don propicio 4e la voluntad omnimoda dcl cura, siempre aliado dcl co
Agustin Aipaka, cacique de aquel lugar, casé con doi3a Andica Con rregidor y dcl encomendcro. De aqui que, en nucstros pueblos serra-
zaies, espafiola ~. nos y costeflos, existan tantos mcstizos cuyas genealogias no pueden
ser esclareeidas; pues, gencralmentc las hijos o dcscendientcs de eclc—
siâsticos licvaban y licvan las apeilidos maternos. Si se quiere, este
mestizaje proveniente de los curas, ha sido permanente durante coda
la era repubhcana, hasta nuestros djas. Porque no vinieron ya espa
2 Nuet ix
e, unie,, y bite,, gobwrno P 510
fioles de la Peninsula por habcrnos separado polîticamente dc Espafla,
3 ELxs DUMBAR TLMPLr Loi catiques Afroala~tr (Sobi euro de F,, ‘Rev,st-i dcl Musco
Nacion,l”. T. Xi N’ 2 ) los curas de aquella nacién que se radicaron o ingresaron en misién de
~ Libre juirroq,,sal de la eloctrena chi pueblo Je Jesds Do, dc lJayo Huinuco Docu
mento de la f,m,l,a chuquiyauti — LI ,,l/nno enraca Je Canna, por AuGusTe AournRu MORA 5 En Anales de Fa I,;qnisiciôu de Li,,,a, pot RIcARDo PAuJA, puede verse de casos de
tri Ls Cron,c~ Lin,i, 28 di. julio, 1946 p 25 ,acerdotes, espafloles y ,nestbos, juzgados pot conviv~r con indus.
~ ~ ~
EL MARCO DE LA HISTORIA 59
EL CHOLO Y EL ~taO
58
EL MARCO DE LA HISTORIA 63
EL CI-lOLO Y EL PERÛ
(Acaso esta liceiciasa vida, en parte, fué pravocada par tas mis-
accién de su voluntad y de su sefiorlo, canvivieron con las indias sin mas indias, las que acudian hasta a las tambas a negaciar con sus
reparo alguno, Ilevândolas, incluse, en las campaûas militares. Pro— cuerpas ~Y ya que, coma sucedia, no se castigaba a las indias aman
creando mestizos hasta en las visperas de las batallas, coma un des cebadas o prastituidas par los espa5oles, ni padian denunciar a las
quite a sus sufrimientos, coma un adiôs a la carne y a la vida que que la usaban 5m tener pruebas fehacientes.)
inmolaban por su honor, o par su conveniencia.
Consistia la institucién de la barragania, segûn “Las Siete Parti—
Cieza de Le6n, al describir dcl encuentro en Chupas entre Aima
das” 14 en que tarie hambre nable o caballera padia tamar una mujer
gro e’ Mozo y Vaca de Castro, noticia de la que afirmamos. “E habla
no vil ni menar de dace aflos “5m miedo de pena temporal”; pracrean
en los Reales muchas sefiaras pallas, naturales dcl Cuzco, las cuales,
do can dIa y nambrando a sus hijas: “naturales”.
coma viesen cl dia final dc la guerra, siendo par los espa5aies muy
En Amériea, las canquistadares y sus descendientes revivieran esta
queridas, y ellas tenienda para con ellos cl mismo amor, dcleit4ndase
castumbre ya extinguida en Espafia en ci siglo XVI. Y tamaran par
por andar en servicia de gente tan fueite, y de ser comblezas de las
barraganas o cancubinas a las abarigenes de sus encomiendas que, par
mujeres legitimas que elles tenian en Espafla, barruntando la muerte
cl roi de la mita, acudian para prestar sus servicias damésticas; y las
que par chas habla de venir, aullâban gimiendo al usa de su patria
tuvieron en nûmera que variaba segûn la halgura econômica y e1 grade
descabelladas andaban de una parte a atra” Agrega: ~ todos las
~
de rendimiento erético dci espafiol. Este maridajc, ciâsico en la Cola
inâs dc las suyas —las de Vaca— no entendian 5mo en rabar, y bus-
car caballas de las que andaban sueltas, y las indias, que es b que mâs nia, difundido en el Perû y principalmente en sus serranias, se exten
buscaban las saldadas en aquellas tiempas. Las alcaldes y alguaciles
.
dié y arraigé entre las mestizas e mndias, las que prasiguen, hasta hoy,
también mastraban remisién; y las mujeres de las se5ores y las indias en cl liamada siruinacuy: cancubinata prematnimanial; prueba reca—
nacida par las castumbres indigenas y no sancianada par nuestras
hermasas cran Ilevadas en cadena para tenerlas par mancebas, y si
leyes positivas ~
sus mandas quejândase las pedian las mataban, o les daban golpes con
palas 6 can las pamas dc las espadas” El prapia Cieza, refiriéndase
~
i~ La Ordcnanzt Xi dc Taledo, reza “Que no se cansientan en las sambas indias dc mal
a la muerte de Blasco Nûfiez dc Vela, subraya: “No eche nadie la tiv,r — Item Parque algunas indias suelen tener en las tambos iodais de mal ejemplo, usanda
culpa, na, de las casas que en cl Peri~ pasaran, â la venida dcl visarrey, sus cuerpos con las caminantes y con ocras, sa calor que es part pagar isa tisa, y parque cita
5mo a las grandes pecadas que cometian las gentes que en él estaban; causa mal ejempla Mando que de aqus ~delante cese tan mai usa “ Orde,,anzhs dcl Vsrre’y
Totedo. P. 371
pues ya canoci algunas vecmnas que en sus mancebas tenian pasados 14 Las siele parndas. Cuarca partida Tic XiV. Ley ii.
de quinee hijas; y muchas dejan â sus mujeres en Espa5a quince o 13 ~l sirvsuacuy o cancubinato pre—macrimanial, muy irraigada en las departamentos se—
veinte afias y estân amancebados con una mndma, hacienda la compleza rr,nas dci Peru, cansiste en que ci hambre casadera toms uns mujer, con cansencimienca de
sus padres y famaliares, y canvive con dIa algunas meses, a ailas Si en este lzeuijIa de prueba,
de su natural mujer” 12
It mujer lia demastrada candicianes para cl trabajo ‘y pars ci hagar, cl hombre se casa con
Escasa fué, repetimas —hasta 1565 en que se pramulgé en Lima dIa, y si na, la regresa s sus padrcs, juntamente con sus hijas. Ests mujcr no es mirada con
cl Concilia de Trenta—, la fucrza de la Iglesia para moralizar las cas recclo alguna par la sociedad s la que pertenece, ni es baidon para un hombre, en ci casa
tumbres, ante la impetuasidad, la saberbia y cl apetita lûbrica de! que la precendiera, su vida anteriar. Eisa unsôn ilegal es tenida por las mil informados cama
‘‘cascumbre e inscicucion tucclar india”. Pcra ci ssrs,nacuy, cama ya tenemos dicho en ci
conquistador o calanizadar en plena crisis cspinitual. Par eso, en mu sexto principal, es cascumbre nacida en 1a caiann, parque bijo cl regimen inca, niai pudo
chos casas, se limité chIa a hcgalizar cl cancubinata. Pero aun pasada existir par li escrieta vigilancia y ci cumplimienca de las Ieyes dcl Impersa, las que solamence
e1 sigle XVI y pese al Tribunal dc h Inquisicién, en tada la épaca virrei permician que un india tuviese uns sala mujer. Su misma etimalagia denuncia su origen
ealoniii; pues, ssruiuacuy es carrupciost quechua del vocabla cascellano servieso, que ha per
nal, la religién catélica na puda marigerar las castumbres nacidas a dido su ultima sflaba (cio), para agreg&rsele cl cérmina quechua nacuy, resultinda ssri’suacu~
raiz de la canquista y que, coma la barragania, tamanda nueva ma En las dais de la conquises y ‘foi de I, Calonis, cama ys vsmos, en cl desenfrena dcl sc’so
dalidad, se habla extendida entre las mestizos e mndias. y en ci relajamienco de las cascumbres, las cspa6oies canvivieron, niaritaimente, con lis indias
las que las cenian bajo ci pretexta dc que 1cs ayudaban t hactr cl pan Las indsa, qpc
~ CulA or LroN, Prono Gui rois cii us ç lit Pi ru, Fa ~uurrra ils Chujsas T ii Capt coda la imitaban e imitan, siguieran con cita costumbre dci cancubinata pubisea adaptandala
LXXVII P 271 s su temperamento y candicion sacial Y tan es colonial que, cl Vsrrey dan Garcia Hurtsdo
~ CrLn, Libr cit Cspt LXXVIII P 282 T I, Cip IXXXVIT P 243. dc Mendazi, en 26 dc diesembre de I IPO, escribia il Rcy “ stem que en sus reparti—
i2 CiLzt la çuuua dc Quito r i Cip XIX P M
rt’
sanie ‘J
EL MARCO DE LA HISTORIA 65
£4 EL Cl-lOLO Y EL PERÛ
66 EL GHOLO Y n PERÛ
EL MARCO DE LA HISTORIA 67
auxiliar o coma protagonista, fué la que aportô a la causa libertaria
su mMtiple e importante concurso 18 Segi~n la tabla oficial, las castas en cl Perû, cran: I clase: blanco o es
paiiol 20; ~ las indios ~; III, las mestizos; IV, las negros 22; y, las
* ~i’
reT4j,J4 De las diferentes castas que habitan en Lima, su origen, eotor y propiodades. Bi
color blanco es cl primitivo dcl hombre. Su Caltima degeneraciôn es et negro. N’ 1. Enlaces.
V. Ya hemos expresado en el capitula anterior, que la condiciôn Hijos. Color. Mezcia. — Europeo-europea: criollo, hianco. (Rctrato de sua padres, corazén
social y legal dcl cholo pasô, en la Colonia, par dosixnomentos hist6- mis suave, aima mis pronta, y penetrante; pero menos Luette en ci pensar ‘y obrar.) Criollo
ricos: primero se le asimilô, y después se le discriminâ politica—socjal_ crialia: eriollo, blanco. (Retrato de sus abuelos, si han sida andatuces. Si dcl norte de Espa~a
mente. Esta discriminacj6n se operé a raiz de su incesante crecirniento pierde ci rajo de las mejilias, cl bianco se quiebra, y permanece aai en las generacionea ai—
guientes. Suefe retroccdee en cHas sacando el peI~ rojo, y ojoa azules dci tronco de su familia.
y en tanto se fué dando ntis importancja a la “pureza de la sangre” Propiedades, las dcl espaûol criolio.) Bianco-india: anestiza, bianco. (Meatizo. Habita por b
o color “blanco de la piel”. Pureza quqa sirviô para establecer una je regular a las faidas de la sierra. Constituciôn herc6lea, espiritu y dispasicianes exteriores coma
rarqula, una aristocracia étnica, instaurândose cl régimen legal de las las de los galiegas, y ocras puebios montafleses dc Espaôa. Su coior un bianco que tira algo
a amariillo, muchas veces blanco enteramente, sacando las hijos ios ojos saules, y demis
castas, en cuya tabla cl indohispano fué clasificado como grupo de rasgos de sus padres europeos.) Blanco-mestiza: criailo, bianco. Blanco-negra: mulata, 36 ne
tercera categoria, valga el,término. gro, 36 blanco. (Pierde la robustez de sus padres. Su aima adelanta infinita sobre la de tos
Expongamos en via jde ilustracién y aunque brevemente, c6mo negros. Imaginacién acalorada, lengua voluble, amar ai lucimiento. Hans progresas en la
ebacuencia y poesia si la educacién auxiliara al genio. Este ente media entre bianco y negno
surgié y en qué consistia este régimen de castas o grupos étnicos iegicima atrae con mucha fuerza la atencién de un fiiésofo. La naruraieza se lia campiacida
sociales; subrayando, claro est&4, cl marco en que se puso a nuestro en que s. veces en ci mulato entren por iguales partes ci coior blanco y et negro . . .) Bianco.
mestizo. muiata: cuarterôn, ¼ negro, % blanco. (Cuarterôn y quinterén adeiantan en ci color ai
muiato, pero pierden de su fuego). Bianco-cuarterona: quinter.6n, ¼ negro, ¼ blanca. Blanco
Coma acabamos de ver, desde las primeras dias de la conquista quinterona: bianca. Negro-india: Chino. — Tabla N’ 2. Salca.atrés o degeneraciones dci coior
espaiïola,blancos, indios y negros se mezclaron sexualmente dando on primitivo. Negro-negra: negro. (Et negro criolto en disposiciones de cuerpo y aima, y tambidn
gen a las mestizos: cholos (espaûol-indio), mulatos (espa5ol-negro), en vicias aventaja a sus padres nacidos en Àfrica. Las saita-atris, ni tienen la robustez afri—
cana, ni et taiento espa~oi, ni la imaginacién mndiana; psro heredan las mains inciinaciones
y zambos (negro con indio) Estos tipos ûltimos que aparecen ya ci
*
de sus padres.) Negro-mulata: zambo, 3j negro, ¼ bianco. Negro-zamba: zambo priera,
tados en las Memorias de las Virneyes dcl siglo XVI, se unieron a su vez, ¼ negro, ¼ blanco. Negra-zamba priera: negro, 15/~ negro, 1/10 blanco. Negro-china:
a la largo de las a~os, con blancos, indios y negros o entre si, resultan samba. — Observaciones sobre ci cli,,,,, de I,i,,,a y sic infinencia en (os sert: orga’aizados en
do una variada serie indefinida de tipos étnicos que, en cl Perû, dcsde esjsecial ri hornbre. P. 60-61.
20 Ei blanco o espa5oi ocupaba la primera posiei6n poiitica, econômica ‘y social. En e1
cl siglo XVII, se nominaban: mulato, toma a bianco, tercerôn, cuarte— siglo XVI, en las ciudades y villas, se les distinguia entre: conquistadores, fundadores y po
rôti, quinterôn, espafiol, zambo, zainbohigo, tente en cl aire, toma a biadores; desde fines de aquel siglo, en: encomencieros y vecinos; y, mis tarde, en: espafloles
es~a flot, inestizo reai, -in estizo com.iin, cholo, salta atrds, chino, rechino europeos y espaioles americanos o criolios, es decir, isijoa de espa~ioies nacidos en ci Perù.
Las que cran calificados como biancos, debian tener soiar o casa propia, servir en las milicias
o criollo, tonic, ci initia, no te entienclo, etc. ~
o ser miembro de! gobierno centrai o de un cabildo. Empero, para obtener las nuis altos
cargos politicos, eciesiisticos o tituios de ensefianza o de nobleza, les cm menester otros
18 En este libro, s’ Parte. Capt. II. requisitos, coma: poscer renta, tener industria o comercio saneados, ses de aboiengo o lsaber
~0 BI coronel GRucoaxo DE CANGA5, asator dcl inddito Comiien I/o bistôrico, geogrdf1cc, obtenido “limpieza” de coscumbres o pureza de sangre, etc. Solamente las blancns podian
genealôgico y ftoii/ico dcl reino ciel Perd, escrito entre 1762 a 1766, ô, la siguiente Tabla ‘le ilustrarse, usar armas y cabailo, ostentar lujo en et vestir y vivir, viajar un restniccioncs, dis-
Castes, “De las claies de generaciones de Lima. 1’ cl~~ De espa~ol y negra resuita mu paner de iglesias o parroquias y cementerios propios, estindoles prohibido reaiizar trabajos u
lato. De espaaol y mulata, testerôn o cercerôn. De tercerân y espa~ola, cuarterân. De espa~o1 ocupaciones de campa o serviles, abonar tributo personal y demis. La legislaciôn daba las
y cuarterôn, quinterôn. De espa~ol y quinterona, requinterôn. De espaûola y requinterona, mismos dercehos a las blancas, en general. Pero, desde ci sigio XVII, se esrableciô, de lseciso,
blanco o espa~oi comûn. De negro y mulata, zambo. De zambo y mulata, zambohigo. — 2’ la distincién entre espaûoles europeos y espa~oies americanos o criollos. Las primeros cran las
Claie: de zambohigo y mulata, tente en cl aire. De tente en cl aire y mulara, toma s espaflol. oriundos de la Peninsula que Jsabian pasado a las Indias con cargos burocriticos: funciona—
De espa~ol e india, mestizo real. De niestizo reai e india, elsolo. ~—. 3’ Clase, De cholo e rias poiiticos, jefes dcl qércita o de la Igiesia, o partando cédulas para rehabilirarae de sus
india, mestizo comi~n. De mestizo comûn e mdi,, salta atr&s. De negro e mdi,, china, De china gastadas fortunas. Las segundos cran descendienres de loi canquistadores convertidos en ricos
e india, mechino. — 49 dace: De rechino y china, criollo. De eriollo y recisina, toma a encomenderos, grandes propictarios, mineras, comercianres e ilustrados doctares. (Estos crin
india”. “Revista Histôrica”. T. XIV. Entrg. III. 2. 331. — Extractemos de un ensayo de lb, dcsde cl siglo XVII, igualaron en paderio y riqueza a la aristacracia espaiola; pues, nsuchos
don FIse’ÔLITo Ueq*aqsj~, Inf/nc,zcic, dcl cErna, (Observaciones sobre et clima de Lima), escrito se entroncaron con las mis vicjas casas en decadencia en Espaùa, obreniendo tirulos de Casrilla
fines dci sigla XVIII, una relaeiôn de la mezcla de razas de honsbres que habitaban Lima. y privilegios propias de su ranga.) Las espaftolcs europeos, que mostmaban desdén par todo
la arnericano y su tendencia de abarcar todos las mis altos cargos de la administracién cola-
t~wIgwPsnsEyEsq1swwpw— s s ‘554
EL CHOLO Y EL PERO
£8
mulatos 23; VI, las zambos ~ y otras mezelas 25, Dentro de esa tabla
niai cii iL eclesi iscica, nilicar aunquc de oscuro orsgen y ninguns iluscracion, cran prefe— cabian las subtipos que mencionamos mis arriba y las que, en pirimide.
ridos pur la Corona Ln tanto que los criollos oscentaban cl ‘orgullo de la tierra” y su
asubicion dc coinpartit tales cargos, b que origino una permanente rivalidad entre ambos
ascendian z la espafîol o hianco 26,
grupos I I resentimiento de 5cr poscergados, buo quo lus crsollos, muclios con teculos nobi—
Las esclavos podian obtener su hsbercad abonando su release o auna de dsnero, o por mereed
Isarios, abra.’asen la causa de la lsbercad, produciendose la revoluceon de la Independencia;
de sus anaos. Se les adqusria en las ferias de “piezas de ebano”, la prancepal en cl Peru era la
Isecho l,ssce,rico que fut en beneficio, eau exclusevo, dcl blanco y sus descendsentes, ya que
de Lsma, por cantsdad de pesos que vsrsaba en relseson al sexo, edad, sabud y demh, des—
sIlos consaron cl qobierno, li bancs, la diploinacia, etc Pero si bien Ilamarse espaiiol o cl
de los 300 a 600, nombr~ndo5e negreros s los comerceantes que loi traian dcl Âfrsca, ya por
color de la pic1 decid i-a k posicson social, las prerrogativas dcl blanco cran relatsvas Pues
la via de Panama o e1 Cabo de Homos. La raza negra se devidea en- negresians y bancs).
~I concepto 01151150 de bknco no implsco absoluci pureza de sangre, menos se cerro, en forma En cl ssgbo )CVTI las cascas de africanos, en e! l’ers), se reduesan a dset ts-rr,enol’aS, suciLiné~,
infranqus.abls, cl ingreso al grupo u obcencion de cacegoria social Ya que, en la practica, se s,,ansl;iigs’S, ca,,sbce,sdsls, carabalses, cangan, s-halas, bmssacb,rirr, congos. ,n:sa;igas, nombres que
Ilegaba a ser blanco pot cl crut-e de castas dcl naesciao con espa~ola ers castizo, y de este
se dersvaban dcl pais natsvo o de los prsmeros lugares de desesubarco Tanabeen se llamsban
con espa~oIa resultaba espa~ol o hlanco, o por la limpie,a de sangre que consistia en abono bos-ales a los recien Ilegados, y negros crsolbos a lus nscsdoi en este tcrrstorio. Lus negros, ya
de derechos s la Corona, la que b liberabi dii color y le extendsa un “carnet” de blanco, fueran esclavos o libres, escaban aujetos a leyes rigsdas y crueles Se les marcaba con fuego
buego de seguirse un e’tpedis.ntsllo ;udicsal Regs-in para los blancos las le) es espa~olas —La
en la frente o en las espaldas (practica suprenaida poe la Real Orden dc 4 de novsembre de
Nues a y la Nos min-s Resopilacion—, las indu sdas, en sus respectss os ts tubs, e s la lterof’slss
1714); se les imponsa el azote, la castracson, la mutelacson y la assuerte por las faltas o
son de las le) es de los Regs, os le las Induis, y di versas orden in z as y pragm i t scas, etc
delstos que cometsan, s jusclo dcl amo. Conforme s las Ordenanzas, nsngun negro, libre o
21 rI indio, en principio juridico, en sassllo libre de la Corona espasiola Pero contra—
esebavo, pocha Ilevar armas, bajo pena de castranaiento, sndar de noche, ni por las csudades,
dscsorsamentt a esta declaracissn oficsal, est iba aujeto a leyes especiales que rescringian su villas y pueblos, convivsr con sndsas o servsrse de ellas; no podsan vescsrse ssno de ténsca,
Iibtrtad y linsicabin sus dereclios h unianos, Iormando un grupo aparte Y, tanabiun, coma y sus mujeres estaban prolsibsdss dc usar sedas, msncos, perlas u ocros adornos, les escaba
en cl caso de los espasioles o blancos, en la practica se escablecieron cacegorsas dentro de elbos, vedado cl sngreso a los estabbecsmsencos de anscruccsàn e anstrusrse, euando fallecian no podssn
cesstiendo dcsde los yansse oasis, naisornss o eorjsas (especse de sien os adscrstos a la tiers-a) enterras-5e en cajas funerarsas y solo en lugares designados para elbos, no podean utsls,ar para
lus cributarsus (indius llanos) y caciques, que disfrutaban de csertss prerrogatsa ss y de cl culto cacobsco 5mo l-a parroe!uia descinada a su clase, y en las csudades y villas, cuando
bieiststar economito Conforme a diclsis normas especsales, que se hallan resumidas en la Recu— no estaban al lado de sus amos, debean vevsr en barrsos o galpones especiales, y no podian
plwion ds lis I C) Ci de Indus y ocras, loi indios debs ais abon-ar tribuco personal (en cl juncarse negros de haciendas dsferentes, aun para la diversion Tanabmen, conforme a las
Perû, sagun las regsones y su productsvsdad, sbonsban de 3 s pesos anuales), de cuya Ordenanzai y leyes, loi amos debian snstruir s sus esclavos en la relsgsun catolsca, alsmen
nblsg-acson tub podian ser nones-ados pur peste, sncendso u otra calainsdad, escaban obligados t-arlos y vestsrlos adecuadamcnte, darles descanso lus dsas de fiesta o guarda, trabajo en
j as’ ir en asis rejuctiones, pueblos o comunsdades, gobernados pur sus propias autorsdades relacson s su edsd y se’so, dejarlos de libre eleccson para cl macrssnonsO, debsendo cl anao
que constitu san et Cal~ildo de Indios. conservando sus costumbres, sdsoma y poseswn de sus comprar a la mujer, o e1 duesio de la mujes- al marsdo, reglamentar sus dma erssones, prohs
cserras situ1 adas, tu) O trabajo debian realizarlo conforme il ssscesna ancestral, deb ian con— bsendoles las obscenas o contra cl espirscu ersstsaoO, Ilevar un padron de elbos, con nacsmsentos
currsr a le mita —trabajo mmcm, de plan y obra1es— pot turno, desde los 18 a las 50 y defuncionem Et amo era cl duefso y scior dcl esclavo, a euya condscson ec000naica y mando
silos, escaban prolssbsdos de comprsr y lle’ar armas, and-ir s caballo, usas- traje espasiol Regia se sometsa Éscos, en las csudades, generalmente, bos ocupaban a servmcso domestsco, o lot
un coclil,o especsal p-ira sus pleitos y juidmos, loi que debsan ses- sumarius y gr-ituitos, aseso— slquslaban, percsbsendo un monco pot db, o los dcdscaban al cultsao de la tserra, al trabajo
s-ados, en segunda instances, pot los defensos-es de nacurales, no tenia cl Santo Oficmo de la de las musas, partscularmente en loi fundos de la cossa o quebradai de la sierra, s bos que
lnqussscsun jssrssdiccsun sobre ellos, viendo sus delitos de herej sa loi obispos y e’ctirpadores estaban sdscrscOi cumo cosas muebles Los libres tensan ofscsos mec~nsco5 o serviles, en las
de islolats sas 1 en min facultad para sluscrarse concurrsendo j lis escuelas, cois cuya fsnalsdad ciudades, como zapateros. sastres, etc , formando los gremmos. La esclavstud ers Iseredstaris
se abrmcmosi varias dcsde sI propso sij,lu XVI, debsendo, fsnalnaence, abonarsele su crabajo en £1 bern de uns. mujes- esclava nacia esclsvo y pcrtenecsa al dueflo de la madre, sunquc cl
dsncro y personabnasnte, etc Loi caciques estaban exonerados dcl trmbuto Podian educarsc, padre fuese libre, de uni mujes- libre era libre, -aunque de padre escbavo En generil su tra
us-u- caballo y ostentar cl ra,sgo de caballeros, Ilamandose don y demis Llegando muchos de to varso segûn loi passes, l-as regmones y las costumbres de bos pueblos, y la mesma legmsla
sIlos, conao Isenaus vssto, a emparencar con np-ssiules de h snedia y baja burocracia espaaola cion legsl al respecto se modifico en la pmactsea Pues, pese a que estaba prolsibsdo al negro
de los corrcgsmsemscos Pues aunque las reales cedulas mandaban que los caciques debian ses Ilevar armas ni formar en la mabscma, se constetuyeron batalbones de pardos o mors-nos libres,
“sndsos de pura sassgme”, nauchos fueron mestszos o descendsentes de espasioles Emrcmo, todo con ofscsalsdad blancs Y respecto n su trato, en cl Pets) foc cl mis benmgno Sobre todo en
b que massd-aron lis cmtadas le> es de sndsas, prudentes y sabsas, conao jaumanas, jamas se Lima y csudades dcl bitos-al marstsmo, en las que las fanselsas espafiolas mmsnaban a loi negros
cunsplssross ~n su plsnstud pot la bus-la que de ellas jsscseron loi gobernadures, corre5sdores, y los socorrian, basta que Ilegaron a tener granjerias propsas florecientes, y soportaron, en
s ssscasbores y denaas -aucorsdades encargadas dc ejecucarlas, y de aqus que, la masa sndsa muchos casos, que “imstaran s sus amos en cl lengusje, la ostent-acson y lus placeres” O lot
estuvsen sometida s lsumsllance conao inlsumana esclavstud Declarada l-a Independencsa, San conimntserOn en sus vscsos —robo, verbsgracia al extrenao que Ibegaron -a ses- salceadores,
Marcsn l’or Decretos de 27 y 28 dc agosco de 1821, abolso cl trsbucu y los servscsos personales empesiandose en sustraerloi de loi brazos dc la juscscsa, gsstando soda au snfluenesa social
O poisg 5)55, csscomsendas, assacona~gos y ocras servsdumbs-es Pero estas declaracsosaes fueron 23 Loi mulacos resultaban de la mercIs dcl cspafiol con la nebri La istuacson jus-idica
cessrscas, -s que perssscseron, en unas zonas dcl terrstorso mas que en otras, tales trabajos de lus mulstoi ers sdentsca s la de bos negros, aunque socsalstente se les trataba m4s favorable
cscl as sstas, como perssstesa hasts boy. (Re’e ojsslacton cir Lsbr IV Tsr I s XIX Legzalacsôn mente (Como bu negs-os no podian iogresar a los centrus de enseûanza, ni mnstruirse, etc
)
(sssl:assa As Jnslil,ransi, pot Joss VAISAssANos Conforme a la ley, bus hijos de espasioles en negras cran eaclavos, pero euando se les vendu
22 lus negros Ilegaron con cl conquistador, desde loi prsmeros daas de la Conqussca y, y tos padres qucrsan bsbemtarbos cran ps-eferidos a otros conspradorei Loi naulatos, en las
dessle encunces, no cesu su sngreso anual e sncesantemnente Los negros crin lsbres y esclas os
t BLMAKCÔ1YE L&flISTOM& ~ ~ rr>~ ‘~z
~ Loi apodes dol negro y ciel eh,no n dej,n sentir, en este mestizaje, en sentiejo
cati s,rinfrre izeqain o o desorbstajo”, escribe JosL CAitLQS MARIATEGUC Serte enta) os de in—
/erjsre/ar,o n ,1~ la rraledajl fret ‘catin P 2 59
CAPfTUL0 t
LA TRANSCULTURACIÔN INDOESPAROLA
I. Persi pais ,nestizo. — II. La ,saciôn Inca y su culhsra u la llegada de Pizarro, — III. Et
Derecho Indiano; las instituciones indigenas, y la inestizacidu Sel indio. — 1V. La trans—
for,naciôu Sel .indio par et régirnen politico de las reducciosses o nuevos pueblos. PI cabilsto
consunal. —‘— V. La Iglesia:j planificadora de? ,sentirniento religiaso. — VI. Las costumbres
espailotas inyectadas u las initias: profanas, retigiosas, econônsicas. (Las oficios, e? folklore, la
vestiin enta.) Su arraigo entre las indios actuales. La intro,nisiôn de la clelincuencia y
de las vicias.
Estado espafiol fué cl regulador oficial dcl vario e incesante traspiante ductos de la tierra, cl Estado era cl regulador de la vida econénilca
que se realizô durante los largos afios coloniales. y colectiva. Pues, tenia funciones de asistencia social y de benefi
cencia. Pero si esta asistencia estaba a cargo de los ayllos para los huér—
fanos y viudas, la ejercia cl Estado en los casos de hambrunas, sequlas,
heladas, enfermedades, etc. Para cuyo fin se guardaban en las colcas
H. ~Qué organizacién politica, econ6mica, social; qué manifes los productos agropecuarios excedentes del consuma ordinario. Estas
tacién estética y religiosa; o, mcjor, qué estructuracién cultural hallô • colcas cran las depésitos o bastimentos dcl Imperia.
Pizarro al invadir estas tierras, en 1533? La,sociedad se dividia en nobleza y pueblo; clases ‘subdivididas en gru—
Politicamente cl Tahuantinsuyo era una monarquia teocr~tica, de pos o castas. (As!, dentro de la nobleza coexistian la imperial o de los
sucesién hereditaria, gobernada por cl Inca que era, al mismo tiempo, orejones, la regional o de los grandes caciques sometidos; y en la masa
la ni~s alta autondad pol!tica, militar, religiosa y judicial. Verdadero dcl pueblo, los yanacunas, ha4unrunas y los vencidos.) ‘La nobleza se
sefior de vidas y de haciendas, permanecia en cl Cusco, sede dcl Imperio, dedicaba al gobierno y a la religién, y el pucblo a los trabajos manuales
donde tenia palacios, jardines, etc., y una carte de sangre real y de y al servicio de las armas, en conformidad con su eonstitueiôn fisica y
cuya ciudad salia a visitar sus dorninios o enviaba a sus comisionados. aptitudes, coma obligaciôn impucsta por cl Estado. Para efecto ciel tra—
Dependia de él un eficiente eslabén de funcionarios, pertenecientes a la bajo se clasificaba la vida dcl individua en grupos de edades, desde 2
nobleza, y las mismas que servian para la relaciôn dcl individuo con cl afios —llullnhutnnbra-— a los de ochenta aflos —roctomacho—; pero
Estado y para la administracién dcl Imperia. Estos que hacian a la vez prestaban servicios desde los nueve aflos hasta las setenta. Por eso, mien
de autaridades politicas, judiciales, militares; pues, administraban jus— tras unos se dedicaban al cultiva dc la tierra, a la construccién de for
ticia, repartian tietras, cobraban tributos, regulaban cl trabajo, etc., talezas, caminos, terrazas, canales y puentes, etc., otros ‘laboraban en las
eran cl chunca-ca;;uiyuc o jefe de diez familias, cl pachaca-ca;;;aync, de minas, manufacturaban tejidos, fabricaban los utensilios dcl hogar, o
cien; cl huaranlza—ca;nayuc, de mil; cl /aunocainayuc, dc dicz mil; cl cran artifices que trabajaban los metalcs preciosos, para dar esplendor
suyuyoc—a~o o pesquisador; las tiwuy o gobernadares reales de pro— al cuita.
vincias; los tahua;ztmsuyo—camachicuc o miembros dcl Conscjo Real Las tierras pertenecian al Inca o, mejor, al Estado que personifi—
compuesto por los grandes apus dcl Chinchaysuyo, Collasuyo, Antisu caba cl Inca, y se distribulan par totos, cada une de los que equivalia
ya y Cuntisuyo, que eri’n las cuatro regiones en que se dividia e1 a dos mil setecientos metros cuadrados, y la posesién dc chas era de
Imperio. Después dcl Inca estaban los inca—rantin o virrcyes que, en mero usufructo par cl pueblo y ayllos, no pudiendo vcnderlas ni trans
nombre dcl soberano, visitaban cl Imperio y los acompafiaban en las ferirlas. Sôla cl Inca y las grandes sefiores —a~us y curacas— padian
campaflas militares. tener propiedades y riquczas, par privilegia.
Regian a los habitantes leyes civiles, penales y de orden social y
Tadas debian tributar al Inca, de cuya obligaciôn no padla eva
asistencial. EntLe las penales, se conocia desde cl castigo por faltas a
dirse bajo ningi~n pretexta. El tributo era en espccies o en trabaja.
la pena de mucrtc y cl traslado, en masa, dc todo un pueblo y de un
Par la que habla pravincias que proporcianaban indias para cl cultiva
lugar a otro —mitnnaes— para los que atentaban contra la vida, la
de las sementeras dcl Inca, cl Sol y las Huacas, cl beneficia de la caca, e1
salud, cl orden pûblico y la religién.
pastareo de animales, etc.; y atras que enviaban indias para las labares
La familia tenla coma célula bâsica de continuidad cl ayllo, ani
en la Carte dcl Cusco o servicios pcrsonales, Ilamadas aquéllas yana—
mada par cl vinculo de la sangre, de la tradicién y cl econémico. Esta
cunas y que cran, generalmente, las maestros •de oficios.
familia cstaba dividida en grupos de diez, cien, mil y dicz mil, estric—
tamente vigilados por Ios tucu3’;ycnc. Esta distribuciôn de familias en Bajo severas penas, a las plcbcyos les estaba prahibido cl lujo, cl
grupos servia para cfccto dc la formaciôn dcl ejército y de la orga cambia de residcncia y de vestidos; as! cama que tuviesen mâs de una
nizacién dcl trabajo que cia obligatorio para hombres, mujeres, niijos mujer. 5Mo cl Inca y las grandes seflores dcl Impcrio padian practicar
e invâhdos. Par este trabajo obligatorio, se destcrrô la mendicidad y la la paligamia.
miseria. Y con su reglamentaciôn y cl reparto equitativo de los pro- Tante para la estadistica dcmogrâfica cama para eh cabra dcl tri—
184 ELCI-iOLOYELPERÛ
el mata de sus colores y e1 feliz combinado de sus motivos ornamen
buta, c6mputo dcl ejército y demis, usaban de los quipus o manojos
tales.
de huas de colores, y tablas pintadas.
En la orfebreria trabajaron prendas como las htpus, brazaletes, aros,
Para cuidar las fronteras conio para cl cumplimiento de las leyes,
mascarillas, tanto de oro como de plata y cobre; metales que extraidos
existfa un poderoso ejército, reclutado de los hombres hfl,iles y adies
de los lavaderos y minas los beneficiaban al fuego.
trados, el que se trasladaba raipidamente pot todo cl territorio, gracias
a los caminos reales. En las artes de expresién, aunque no habian llegado a mayor grado,
El ejército estaba formado por legiones de 100, 1.000 y 10.000 porque su idioma, cl quichui p runa-simi no conocia la escritura, la que
hombres pertrechados de armas blancas y de arrojo, como el dardo, se suplia con las quipus y los bastones y las telas pintadas. Pero tuvieron
la ‘lanza, la honda, cl mazo, cl broquel, la macana, cl ribite o ailla, la maùifestaciones coreogrâficas, y de poesia ôpica y lirica, representadas en
maza de madera, cl hacha de cobre o plata y cuyos miembros, si pro los bailes y cantos guerreros, en las canciones bucôlicas, coma los hara
cedian de las punas o tierras frias, no podian permanecer en el litoral wek, etc., que se cantaban acompafiadas de instrumentos: la tinya, la
—costa— o, viceversa, sino un limitado tiempo y reemplazados, para quena, cl pincullo, la antara, de escala musical pentafônica.
evitar la acciôn climaitica y las enfermedades. Pueblos de agricultores y pastores. Cultivaban la papa, e1 maiz, la -
No ~6lo para fines miitares, los caminos servian también para la cafiibua, la inaca, cl uiluco, la quinua, cl frijol americano o pushpu, la
raipida administraci6n politico-judicial y el intercambio de productos. oca, la inashua y algunos airboles frutales, con las que se alimentaban;
Caminos que, partiendo dcl Cusco, se bifurcaban en direcciôn de los cl algodôn, cl agave y demais plantas fibrasas, que las empleaban en sus
tejidos e industrias. Y para e1 mejor rendimiento de estas plantas, usa—
cuatro puntos cardinales recorriendo miles de kilémetros, y en cuyos
ran de las abonos naturales —cl huano— y emplearon cl sistema de los
bordes, a distancias, se hallaban los aposentos reales o tambos, y en cada
andenes, con que protegian cl limo de las laderas lavadas par las llu
legua aguardaban los chasquls o mensajeros o correos, para Ilevar ôrde
vias; irrigaron las tierras iridas mediante una admirable red de acuc—
nes o recaudos oficiales.
ductos, muchos de los que recorrian ciento de cientos de kilômetros.
Los incas y sus sûbditos, como idôlatras, adoraban a deidades que per
Tenian domesticados animales como cl llama, cl guanaco, cl paco, la
sonificaban las fuerzas de la naturaleza, tales: Huiracocha, o dios dcl
vicufia, cl perro o afro, la gallina o gualpa, cl cuy; de las que servian
mar, Pachacamac o hacedor dcl mundo, cl sol, la luna y demais astros, y
para la carga, para su alimentaciôn y de sus pelambrcs para la confec—
a las muertos. A estos dioses de extraccién panteista, les dedicaron sun—
cién de sus vestidos.
tuosos templos, en los que, asi como en sus huacas, les rendian cuIta,
De estas variadas manifestaciones de vida de su pueblo, de la con
ofrendaindoles especies, y sacrificios de animales. Para cl cuita a estos
sonancia dcl mcdio en que vivian, dcl suelo que habian dominado con
dioses tenian sacerdotes precedidos por cl huillac-huma, y conventos
su esfuerzo ~ inteligencia, O fie la fraternidad con la naturaleza, na
de virgenes escogidas o sacerdotisas o acilas.
cieron sus h,âbitos psicolôgicos, su manera de vivir, su régimen de tra—
Alcanzaron a levantar sôlidas fortalezas, ba6os de piedras pulida
bajo, su estilo dc rapaje, su forma alumenticia; y se forjaron sus costum—
mente labradas, grandes templos y adoratorios, con sus muros cubiertos
brcs: ceremoniales, religiosas, domesticas, etc.; sus artes, ciencias y
con laiminas de oro y plata. Estos monumentos mostraban una arqui educaciôn fomentadas por los amautas o sabios. Todo db animado de
tectura de severas lineas y de estilo escalonado, ilevando sus mo
un sentido mâgico, propio de la mentalidad de un pucblo primitivo.
nolitos o piedras esculpidas altos relieves con representaciones zoomor—
Pero en cl que, mediante la aplicaciôn drâstica de las ieyes imperiales,
fas. Tenian, también, esculturas en piedra, aunque no con e1 pulimento
pudieron set desterrados cl robo, la vagancia, la prostituciôn, cl bando
y arte de los de Chavin o Tiahuanaco, verbigracia. Pero mostraban lerismo y otros delitos.
genio artistico en la fabricacién de los huacos, queros o vasijas de ba—
Tuvieron, pues, enmarcados a su medio telûrico y al genio de su
rro cocido y dc madera, en cuyas motivaciones, particularmente los
raza, instituciones juridicas, econômicas y sociales, las que conforma—
costc5os —yungas y nazcas— representaban desde las expresiones dcl
rostro humano a las estilizaciones simbôlicas de motivas fantaisticos. ban las manifestaciones de una cultura original: la Inca o genuinamente
Asimismo, en sus tejidos demostraban arte, por la finura de la trama, americana.
k k y
186 Et PERÛ
cestral de gobierno, sino que le rode6 de atribuciones que no tenfa bajo sino los barrios, se mueven en sus miembros, en una emociôn comunita
la era inca, en la que se Ilamaba curaca. También cl tributo se cobraba ria, terrigena, inmemorial. Es que la comunidad ests asentada sobre la
casi en idéntica forma que hablan establecido los emperadores incaicos, base inconmovible de latierra y de la raza; del bien econômico y de
cuyo estudio b realizaron los comisionados de Toledo, para la impian la tradici6n. As! han permanecido durante la Colonia, en defensa de
taci6n de la tasa. Pues, la Corona aceptô cl tributo en especies. La dife— sus fueros y, sobre todo, de sus tierras adquiridas y confirmadas en
rencia estaba en que los encomenderos y empleados espafloles pedian su disfrute y tenencia por los remensuradores, contra la codicia de los
màs. Y si en el gobierno incaico los indios entregaban el tributo en las encomenderos, corregidores y doctrineros, en la época virreinal; y en
ciudades cabezas de regién —Hu~nuco, Cajamarca, Jauja, Hatun Co la Repûblica contra la voracidad de los gamonales y tinteriilios, los
lla, Quito, Cusco—, en la Colonia, los recaudadores deblan cobrarlo que, a sus expensas, formaron los actuales latifundios, tanto en la sie
en las propias casas y pueblos de los indios. Acaso esta circunstancia rra como en la costa.
dié motivo para que, los encomenderos y dem!s, se apropiaran hasta En estas comunidades se han perdido, es cicrto, algunos aspectos de
de las miserias de los indios. la vida colonial, como los gremios, que han dejado sôlo a los artesanos
Por otra parte, sociolôgicamente juzgada, la Conquista espa5ola en de oficios libre. Pero, por su estructura juridica y funcional, son mes
cl Pertt implicô una vcrdadcra rcuolucidn social, transformando la or tizas, as! como en b racial y cultural. Porque, ya tenemos dicho, con
ganizacién politico-econômica y cl espiritu de los hombres de estas tic tra toda prohibicién de la ley escrita, formando verdaderas colonias,
rras americanas. Y la consecuencia directa de la revolucién social que los espa5oles se introdujeron a los pueblos de los indios, desde los pri—
implicô la Conquista, puede observarse en la vida y organizacién de las meros afios del siglo XVI y procrearon con las naturales, amestizando,
actuales comunidades indigenas, que forman cl 60 % de la poblaciôn fuera de la sangre, sus costumbres con la introduccién de los elemen
rural peruana, y que son los nûcleos, las cédulas politico-econémicas en tos culturales de occidente.
las que se afianza cl auténtico Perû, y de chas dependerâ su nueva es—
* *
tructura pohitico-econômico-social, cuando, por mandato irrenunciable
de la vida e historia, se desenvuelva su personahidad de pueblo ~.
En estas entidades, pese a las leyes dictadas para suprimirlas, per V. Entre todas, la principal instituciôn que portaron los espaflo
siste, indisolubie, cl organismo dcl Cabildo Colonial indiano, enmar les fué la Iglesia Catélica, ya que Espafia fué en Europa la campeona
cado casi en los mismos moldes castellanos en que naciera. dcl catolicismo. Bajo su sombra nacieron y se desarrollaron los paises
hispanoamericanos; en torno a dia giraron las actividades espirituales
Los miembros de este Cabildo indio —iMmense varayoc o nômbre
se de la Directiva Junta Comunal— como hace 400 arios, se renueva ca y culturahes dcl hombre colonial. Siendo la universalizacién de la fe y
da 1~ de enero. Este dia se oye Misa que establecla las ordenanzas de la conversién dc los indios, la principal finalidad de la conquista. Por
Toiedo y se clige, en ceremonia piblica, a los alcaldes de barrio, regi db, antes de que se plantara la picota de las ciudades o se trazara cl
dores, tesoreros; se efectûa cl arqueo de la Caja Comunal y se confir ârea dcl nuevo poblado de indios, se ponia la Cruz. Si se quiere, los
actuaies pueblos, villas y ciudades dcl Perû, surgieron a la vida bajo
ma o se da posesién dø las tierras comunales, de mero usufructo, a sus
miembros. Como ayer, como en ios dias y aûos de las reducciones, no cl signo de la Cruz. De aqui que la Iglesia, la religién catélica, haya
sido la principal instituciôn oficial para la transformacién dcl senti
ya los ayllos —que casi no existen como entidad politico-econômica—,
miento rehigioso dc los nativos.
4 Segt~n un docuinento oficial (Diciembre dc 1960), las comunidades Indigenas inscriras Los curas de las doctrinas y de las encomicndas, los visitadorcs y
en la Direcciôn de Asuntos Indigos,,,, sun,an: 8.571. Distribuidas pot departarnentos asi: extirpadores de idohatrias, etc., emprendicron, desde los mismos dias
An,azon,s, 34; Anc,sh, 108; Apurimac, 85; Arequija, Il; Ayacucho, 162; Cajamarca, 46;
Cusco, 21 8, 1-tuancavélica, 147; 14u~nuco, 83; Ion, 6; Junin, 277; La Libert,d, 12; tain
de la invasiân conquistadora, la m~s dura batalla para la amcstiza—
bayeque, 12; Lin,,, 237; Loreto, 1; Moquegua, 11; Pasco, 40; Piura, 39; Puno, 35; Tacs,,, ciôn religiosa de la conciencia dcl indio. Elbos, en cl dcsempeflo dcl
10. Total: 8.571. (Padrôn de las Comunidades Indigenas oficialmente reconocidas en la ~‘gobierno espirituai”, al irnponer cl culto catôlico, violenta o sagaz—
Reps1blica, basta ci 3 t dc Abril dc 1958, pot departainentos. Anexo al Padrôn, a la Locha,
Diciembre 1960. Ministerio de Trabajo y Asuntos Indigenas. Dirccciôn Central de Asuntos
mente, destruyeron sus antiguos adoratorios o huacas, terniinaron con
Indigenas.) las costumbrcs dc los sacrificios de animales que practicaban los indios.
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‘~
E! propio Guaman Poma, tan profundamente racista y antiespa6o- y las indias, se entremexcian, y en esta amalgamacién se muestran en cl
lista, nos habla de los mencionados oficios desempeflados por indios, Perfl actual, formando cl patrimonio mestizo, tradicional y auténtica
y de las costumbres espar3olas asimiladas por ellos ya en cl siglo XVI. mente peruano. (Expresiôn dcl “alma netamente india”, al decir dcl
“Indios de este reino, como espa5oles de Castilla saben y aprenden turista ingenuo, del siempre apresurado periodista odel vulgo ignorante.)
todos los oficios, artificios, beneficios; son grandes cantores y mii
. . .
Pero en un ligero anâlisis de sus componentes, sabtan los abundantes
sicos de canto de érgano y Ilam, y de vihuela y de flauta, chirimia, ingredientes espafioles por un minimun de indios. Es que Espafla con
trompeta, corneta y vihuela de arca. y como escribanos de Cabildo
. .;
quistô culturalmente al indio y éste, a su vez, por reaccién, indianizé
b espaflol, resultando b mestizo-cholo.
y pi~bhco. y teniente y Corregidor, alcalde mayor, alcalde de ordina
. .
rio y alcalde de la Santa Hermandad, alguacil mayor y menor, regidor La presencia de Espafia se observa nitida en multiples formas: en
cl estilo arquitectônico de nuestros pueblos, como en sus costumbres
y cantor mayor y menor; y sabe tirar con una escopeta y sabe jugar
con armas como espadas y montante, partesana; juega con todos los y en las diversas expresiones de su mima. Los pueblos de indios, en su
juegos como espafiol, y es gran jinete y domador y jugador de toros. panorama, en su aspecto general, corresponden a los pueblos castella
Saben latin y romance. Si los aprueban se ordenarian de sacerdotes de la nos, a una Espafia peculiar, empequefiecida por cl frio del tiempo.
Santa Madre Iglesia. Los indios de este reino son grandes maestros
. .
Pueblos con iglesias, torres, campanas, arcos, plazas y calles trazadas
simétricamente; casas con patios, puertas y ventanas. Paisajes con ru—
de artiftcios, oficiales, pintores, talladores, escultores, doradores, esto—
fadores, bordadores, sastres, zapateros, carpinteros, canteros, albafiiles, mores de irboies y perfurnes de flores de Espafia, y animados con ejem—
herradores, laerreros y silleros; plateros, olleros,’tejedores, labradores, po— plares de la fauna de Castilla y de otras tierras ailende los mares.
dadores y arrieros y rescatadores, mercachifles, tejedores de obrajes E! aporte cubtural de Espafia esl~ mis latente, supervive hoy mis
safiudamente, en las manifestaciones dcl arte y de la industria dcl in
y otros oficios que saben los dichos espafloles y que viéndolos luego b
aprenden sin enscaiarles Las dichas indias de estos reinos devotas
. . .
dio. Verbigracia, los tejidos que realizan en telares, los estampados
cristianas entran a los conventos de monjas, saben leer, escribir, y o repujados en cuero, ios trabajos de plateria, etc. “Artes lucrativas”
mûsica, costura, saben lavar, coser tanto como espaflolas ladinas, popularizadas ayer por bos espafioles en los obrajes, o en bos talleres re
gentados por bos frailes de los monasterios. En todo db, desde la Co
y hacen puntas, lavanderia limpia, panaderas, cocineras, despenseras
lonia, ha obrado cl indio: primero asimilândolo, luego peculiarizindolo
y demils oficios; todo b que saben las espafiolas b saben ellas los . . .
dichos indios cristianos de habilidad tienen cargos de la Iglesia, fiscal a su genio, por cl proceso de la ley sociolôgica. Por eso, en nuestros dias,
mayor y menor, como cantores a falta y ausencia de los dichos padres se hallan ya adaptados a su mentalidad, informados de su medio, estmn
entierran a los difuntos con su letania y oraciones y responsos; las vispe— ya amestizados.
ras b dicen con mûsica cantada “
La misma indurnentaria dcl indio comenzô lcntamente a cambiar,
amestizindose y haciendo exciamar a Guamân Poma: ‘the visto.
Con cl transcurso dcl tiempo, al coexistir las costurnbres espai3olas
media provincia hecho yanaconas y bellacos indios que traen camise
snflucncia espaflola en loi cinrires, pros erbios, refranes etc liansados intiios pot muchos
tas
. . Media provincia de indias traen faldellines, mangas, botines
.
estudiosos de nuostro continente — Tamb,tn GusrAvo .AooL, o OToto, en su iibro La titis y camisas” ~.
Souci! ciel Culoititije, ha estudiado, la colons,acson de Jas costumbres espaflolas en loi ai3os dtl Los actuales vestidos d~ los mis auténticos indios que habitaban cl
Virreinato 1 que osto e,cr,bc, In csbozado ii influencia espaflola en cl cantar popular snob
Per~z, desde Cajamarca a Puno, tienen origen espaflol, proceden de Es
gena LI qento esj,.sflol en nos alto ca,,lar jsopsslar ‘‘Li Comercio”, Lima, i~ de Enero de 1944
As,nassmo, cl escriror peruano Dionisio Rodolfo Bernai muestra la influencia liispana en un pafla. Son bos trajes populares, de los labradores de ba Peninsula, o los
genero de tonada popular la nsulifl usados por la sociedad o clase dominante espafiola de aquellos afios dcl
Nitre cronica ~ butte gobserno Vs 822, 824 — Esta fonda de Guaman I’onn, Ii siglo XVI al XIX. Porque en cada repartimiento, pese a una ordenanza
respalda cl Cronisti Anunsmo —1615— cuando csersbe “Demas de loi sndsos dcl cereado
~ivess en la csudad —Lima—-— onros muchas, loi mas de choc son ofsesales castres, zapateros
de Toledo que prohibia a bos naturales mudar ~sus vestidos tipicos,
y p1aeeros y ocros oficios, porque deprenden facilmenne cualquser ofscso San buenos tiers bos encomenderos y doctrineros, alegando cl mandato de los Concilios
banos muchas cocu ~ien eu siquier ,nserumtnro y ssr~ en para msisicos en sus sglesns’
Dru r,ftr,on titi z tri ‘055/0 tir I ‘‘t’a p 40 Noria crônica y Intro gobirrt’o. 1’. 8115.
panw~nn~’ ~ ~
196 fi CHOLO Y Et PERÙ
para que se tecubran camo los cristianos”, eligieran para las indics los
vestidas que se Ilevaban en sus solares de Espa5a: Castilla, Extremadu—
ra, Galicia, Andalucia. “O fueron adaptados por los propias naturales,
por instinta de imitaciôn, u obligados par los encomenderos y corregi
dores, que tuvieran un grueso renglôn en la venta de ropas de Castila”,
particularmente de los ttpasados de moda”. Asi se pxplica la variedad de
trajes coloniales que pueden observarse hoy entre los indigenas. Aunque,
clara cst~, tales trajes estân modificados par cl ingenia dcl abarigen o,
mejor adaptadas a las exigencias climkicas de la economia y dcl trabajo.
El mantén, cl jubôn, la pallera, la montera que usa la india y
la casaca, cl pantalôn can huche, cl chaleco, el sombrera de copa o alas,
la ojata, la bufanda, cl gorra, cl birrete a cinillo dcl actual indio pe
ruano son prendas espafialas de pasados siglas. (‘tLos trajes femeninos,
presillados y acuchillados, cran dcl usa de las damas dcl sigla XVII.
El garra y la bufanda, de las caballeros dcl sigla XVI. La bufanda
es una versién de lana dc la escarcela, las ajatas —que las indios lIa
man ushuta— una traducciôn vern~cula de las sandalias; y hasta cl
mismo hualqul —bolsôn imprescindible para la guarda de la coca dcl
indio— es una imitacién dcl marraI de caza espaflol ~ ya que, baja las
10 ~Qut vestidns usaban las indias y las indias cuando arribaran las espafloles? Las mu~ 0
jtres Ilevaban cl chuinta, pieza cuadrada con la que se cnvolv~an cl ~‘,entrc y la cintura 00mo z
o.
dos ce6,das,fajas, uns aaya o refaja Ilamada acsu (quechua) o srco (aymarl) y la llsclla o action,
que cra 00mo una manta que se prendia con espetanes o lufrus (aymad) . Sobre h cabeza
poniense una mantelline liamada pasupacuna o Euflaca (quechua) o antis staca~a (aymari) u
Usaban tambsén mantas o ~acollas o chilpis y unos capuces o capasayos, que les cubr,an de la -c
u
garganta s los pies. Las trajes de los hombres, que cran. suça (quechua) y la ccahna (aymar&) u,
ospecie de camiseta, mantelete o sotan,lla de dos varas de largo, con una abertura por cl centro
o
para sacar la cabeza (de ests prenda, dcspucs de le Canquista, nacié cl poncho, cl que no es,
pues, una prenda ancaica, 5mo mestiza) , una manta o caps: flacolla (quechua) o llacola (ayma—
ra) la que se ponian sobre los hombros, la huaaa (quechua) o yrcara (aymar&) faja de
lienza de una tercia de ancho, espccie de pafieres franc,scanos o zara~uelles cortos Tanto
las mujeres 00mo las Isombres, llevaban su cucurucho o fasiRa (con armazôn de ichu) llamado z
C
chssco; y los pillas, hantas, huaracas y hsznchas Los vestidos de las costeEas y serranos yun. O
gas y jalcas, se diferenciaban par la forma 00mo par la materaa con que esraban elaborados; z
asi cama cran d,fcrcnrcs las dcl Inca, la nobleaa, sacerdares, funcionarios ampersales, cuya -v
lujo y canfeccianes causaban asombro Generalmenre llani&base itaco al traje real; y flatta
• la prenda dc la mujer, tcjida de colores. Y a las relas se denamsnaban chutes. Et chimpi..
essieu hallado en Pachacamac, por Marcos Jimcnez dc la Espada. (V. Trajes.) “Revasta Inca”,
Vol I. N9 4, Ocrubre.d,c,embre, 1923. P. 916 l.ste es h vescimenta que dcscribcn case radas
los croniatas, particularmente Guaman Poma dc .Ayala. — En 1570, Taledo, par sus Ordenanzas
para las and,as, manda que csras ,cubriesen sus desnudeces, y las concilias acardaran que los
“andios e and,as se vistan par honcstsdad y pudor cristianas”. CarIas I, por real cedula de 10 de ju—
ho de 1552 y Felipe III, por la de 10 de ocrubre dc 1618, mandaran que los indias “assden vestidas
para m&s lioncst,dad y decencia dc sus pcrsonas”. Reeojsilacséu dc tas leyes de bas Renias de las
tndsas Cir Libr VI Tir I Ley XXI — He aqui cl actual “vestida andio” dcscriro par un
ç PERÛMIEtO 1Y7 ~‘
s /
«e mcas, Ios indios no podian usar las hojas de la coca destinadas a la no-.
bleza imperiai.)
Pero los conquistadores no sôlo trajeron consigo sus elementos de
culturizacién. A la par que ellos portaron sus vicios, la delincuencia
en algunas de sus variantes.. Mejor dicho, la implantacién de las nuevas
costumbres provocé la corrupciôn de las incaicas o, al revés, las cos—
tumbres espafiolas se corrompieron por el influjo del medio y de la raza
que las habla adoptado. De aqui, del implacable apetito dcl sexo, y de la
miseria, nacié la prostitucién y optaron los indios el servinacuy, que es
la modalidad de la barragania implantada por los espa5oles y que, imi
L’.s.s csllt sic Islcl.sci Çss,sl sel.s pur sspsruslc~, in lcss Àsssics Csiaiu~srcj
r ~‘ A ‘~‘~\ ~W S A ~
tado pot los nativos, pervive boy como una costumbre, como un modo
peculiar de su moral y de su mentalidad ~
De esta vida erôtica dcl espai~ol, de las uniones ilicitas, prohibidas
pot la ley y malditas pot la Iglesia, aunque tcôricamente, nacian los
mestizos inadaptados a la sociedad; los que, en compafila de los negros
y zambos, formaban en las bandas que asaltaban en los caminos, como
bandoleros 12 Y los propios indios, como asevera Guaman Poma, apren
dieron de los espafioles a saltear; nombr~ndose1es pomarangra. CAPITULO TE
1. Perd: tais cholo; no indio. No existe •~f0 huila puro”. — II, £1 butin no es habitante
mayoritaria dcl Perd. Su a,nestizaci6rr for la escuela, la religidu, cl castellano, ‘(os caminos. —
11f. Ekgia ciel Tahuantinruyo.
1 Conforme al Censo de 2 do ,Julio de 1961, la poblacién dcl Perû asciende a j 0’j 63.000
habitantes, 5m induit a lot omisos y poblacidn selv~tica. En 1950 se calculaba 8’492.873
habitantes. BI Censo de 9 de junio de 1940, dié un total dc 7’023.1 11 habitantes y
la poblacidn peruana, scgt~n la “raza” se distribuia asi: 3’283.360 blancos y mesti
zos (52.89 %) 2’847.196 indios ~(45.86 %) 29.054 negros (0.47 %) 41.945 asiSti—
cas (0.86 %). Estas cifras totalizan 6’207.967 (registrado por cl Ccnso). La oficina dcl Censo
agrega 465.144 habitante, omitidos por deficiencia dc cmpadronamiento y calcula en 350 mil ha
bitantes de la selva. 311 Censo dc 1940 no distingue la proporcién dc blancos y de mestizos,
par razones politicas, para no ‘‘sublevar a las cholos e indios” y pregonar su derecho a gober—
~1 En este libro Segunda Parte LI marco dc la historia Cwt 11 .Arra,go y caracceris— nar. Seg~n EMILIO Roa,cnRo, cl Censo dc 1940 arroj6 262.631 blancos. (Geogrdfia ciel Paci
ucas dcl mestisaje fico Sudd,ncricc,so. 1’. sI.) Referente al volumen de blancos, debemos toner en cuenta que
12 De la delincuencia en cl ~Per6, de aquellos tiempos, noriciaba cl Varrey Garcaa Hur—
en cl Censo dc 1940, se declararon blan cas las n~estizos de la costa, que comûninente se lIa—
tado dc Mendoza “Como de este reyno y a cl vienen tan dc ordsnar,o genre de Espafia y laay man asi. Aplicando este ,juicio, es menor a~n et porcentaje calculado. Y de Ios 3 ‘283.360,
tanros mulatos, isegros yambalugos y mestazos son muchas los delincuentes homacsdas ladrones anot,dos por las citados c~IcuIos, los snescizos acaso si cataban pot encima de las 3 inillones.
y pot la rierra tan lirgi y diatintas provincias de otras no se puede remediar ns castigar las La Ilamada “raza blanca” es, desde tiempo atris, una minoria national. En cl Censo dc 1876
delstos cosuo convendrsa “ Carra dcl Vsrrey D Garda de Mendoza a S. M. sobre macersas se calculô la poblaci6n dcl Persi en 2’699A06 habitantes. De cHas: blancos 371.195 (13.8 %)
tocantes al gobses’no temporal. Las Reyes, 26 Diciembre 1590. Gobernantes titi Perd Cartas indios 1554.678 (57.6 %) negros 52.585 (1.95 %),cholos y ra,nbos 669.457 (24.8 %)
y Pipeles Siglo XVI II patte P 1 68 amarillos 51.186 (1.8 %). De estas cifras consignadas vemos, pues, con verdad fria —Cen—
W9” 4444 4 44 444>444 r41\ ~~444~44>44444V 44 / 44 4 444fl44 >44»~44>44>
CAPtTULO I
1 Rasa es una palabra muy antegua, de origen arameo, y su etimologia no tiene relacsôn
con et color de la piel. Al contrario, 1en la antiguedad se le daba un conten,do biolôgico en
referencia con las zonas de vida. Pué después que loi grupos étnicos occidentales, dieron me—
diante dia mayor valor al aspecto extereor. Veamos, ahora, cu&l era cl concepto racial dc
loi Incas dcl Peru. Copiemos, al respecto, b que ha escrito un investigador “En et Impereo
de loi Incas cxiitea un criterio de1 clasificacion de los laombres, en intima venculacion con la
naturaleza y cl clima. La orientacion racial y polatica de loi incas se basaba en cl conoce—
niaento de la enfluencia que aobre la vida humana qercen las regiones de temperatura seme—
jante cratcreo que reiteraron en mûltiples ocasiones, Ilegando a divedir loi pueblos de su
vasto Imperao donde no habla diferencias de color en yungas, quechuas y kollas Loi yun
gai cran loi habitantes de regiôn calida, ya sea en la costa dcl Pacifico o en li baja cuenca
amazônica Loi quechuas o chaufss-;sengas, de chaiqu mitad, antermedio, poblaban los tem
plados valles anterandenos (quechua o quichua quiere decir tierra templada) Los kollas
habitaban la fris planicie dcl Titicaca y partes frias de Argentina y Chue . A cada grupo
se le reconocua costumbres partuculares . . . Sus cualudades fisicas y mentales cran advertidas
y aun utiluzadas, aie, a bus kollaa se tes tenta por “corpulentos, barbaros, temcrarios y gue—
rreros”. Loi yungas, que habian tenedo una etapa de florecimiento en la costa, cran poco
aguerridos, voluptuosos “gente regalada y de poco trabajo”. Su astucia y mafia y cl cono
c,m,ento de bas debsladades e anclinaciones hunianas, sirvioles en su lucha contra loi incas
2 . I
cultural, este criterio fué mantenido en los pueblos dcl none de Europa,
favorecidos pot su prosperidad econémica y evoluci6n social.
En aquellos lejanos tiempos, no sélo se sostenia la existencia de
razas superiores e inferiores, 5mo la prioridad de la blanca sobre las
otras que habitaban “a uno y otro lado dcl Ecuador y bajo los polos”.
Descubierta América, la raza india era tenida coma ruda, bfrbara
y fiera. Razén por la que cl conquistador sajôn la eliminara con la
carabina en su papel de “civilizador”, y el hispano la sometiera a cruel
esclavitud,
Precisamente pot este inhumano trato, a los pocos aflos de la hG
zaûa de Colén, se suscité en Espaûa, por teélogos y juristas, e1 debate
sobre si cl india americano era o no set racional y, por tanto, capaz
de libertad. Debate que se agudizé con la implantacién dcl régimen de
las encomiendas o reparto de indios y el trabajo forzado a que se le
sometia y que culminé con la dacién de las Nuevas Leyes dc 1542,
las que consideraban a los 1aborigenes como a seres racionales y merece
dores de un tratamiento humano.
En la polémica que precedié a la~promulgaci6n de estas célebres
leyes y las mismas que provocaron, en cl Virreinato Peruano, la san 3lùsicss ndigcnas en u,, poblaslo dc l,,s Andcs.
grienta rebeliôn de Gonzalo Pizarro, se bifurcaron las opiniones en
bandos contrarios. “Negaron sus cualidades de ravin, voluntad y ca
pacidad politicas”, Fray Fernando d1~ Mesa, Fray Juan Quevedo, Fray
Tomas Dur~n, John Maior —cl célebre profesor de la Universidad dc
Paris— y Ginés de Sepélveda. En tanto defendieron a los indios: Pa
lacios Rubios, Fray Antonia de Cérdova, Fray Bartolomé de las Casas,
que escribiera “Historia Apologética de las Indias”, destinadas a com—
batir cl antiindjanismo.
Sepélveda csgrimié cl t5derecho de hacerles la guerra”, basado en
que los indios cran “gentes bârbaras e inhumanas, agenas a la vida
civil y a las costumbres pacificas”, y que estaban obligados, conforme
a la doctrina escoHstica, a ser gobernados por los de ingenio m~is elegante
que cran quechuas . . . Los incas observaron que estos pucblos c&lidos adoiccian dc dcgenera
ciôn aexual, prcsent&nclosc frecucntes casos sIc sodomia. M conocimiento de las regiones isa
térmicas, que cnmarcan y limitan la habitabilidad de las pueblos, era eficientemenre aplicado
por los incas. “Pueblos dc regiones dlidas cran tsasladados para establecerlos en comarcas de
temple semcjante pero carences dc poblacién; en cambio grupos sospcchoso~ dcl altiplano o que
sospechaban no cran leales. . . se les cacaba de sus comarcas envi~ndolos s regiones c~lidas
para que se debiliten y se extinguieran”. (Es curioso observar que las “divisiones ecolàgicas
concebidas par las incas, as~n persisten” en las regioncs dc las Andes, o sierra, y es la m&s
caracteristica dcl idioma quechua), M. M. VALsE: Observaçjoneç Sobre Geografia. Gcografia
Ecolôgica dcl Hombre. La influencia dcl clima en la historia. P. 141, 142, 143. Mûçicoçmcssiynç e,, ma fiesta canspest rede lis mIsas sierras amsdinas.
tL MESTIZO Y LA ANnOPOLOGIA 233
cuales eran los çspaûoles 2, Por su parte, Francisco de Vitoria, cl fun-.
dador dcl Derecho Internacional, afirmaba que ‘~&rn bârbaros, distan
do poco de las dementes, por b tanto, parecen no aptos para forznar
o adniinistrar una repûblica legitima. carecen de ciencias y artes”3.
.
La Corana espaflala —por su politica catélico-humanitaria— nun-. quiere decir: “el cholo nunca es buena, y si es buena nunca es perfecto,
ca mantuva esta tesis; pese al fervor de sus partidarias extraoficiales e parque el chala es siempre chala”.
interesados. Parque, histéricamente, el hombre espafiol era producto * * 55
de mezclas y de aqul su falta de prejuicio racial. Par cl contrario,
coma ya dijimos, Espafla, como ningi~n atro pueblo de la tierra, pro
III. El cancepta de la infcrioridad dcl mestizc., vina mantenién
piciô, estatalmente, cl xnestizaje, al recomendar primero e imponer des
dase en tada la épata colonial y se repite aûn boy, tanto par gentes
pués el matrimonio de espaflales con indias.
ilustradas cama par cl vulga, excluyéndasele, sistemfticamente, de
Empero, se consideré al mestiza inda-hispano coma un moizstrua ciertas situacianes sociales, ecanémicas y politicas.
hibridc. y degen crado.
En cl siglo XVIII este aprioristica juicio se convirtié en una “ver
El padre Jasé de Acosta decia que las mestizos eran de tCcostum_ dad cientifica”, cama cansecuendia de afirmarse par filésafos y enci
bres paco arregladas par los resabias que les quedan de haber mamado clapedistas la “degeneracién e inferioridad de las especies animales y del
leche mua”, y que ~‘la mayor parte de éstas impiden m4âs con sus ca hambre en América”. O, mejor dicho, la tesis de la degeneracién de! mes—
rrompidas costumbres” Las Virreyes Taledo, Garda Hurtada de
~.
tizo ha ida mudândose de rapaje a través de los tiempos, segûn las fun
Mendoza, cl Marqués de Montesclaros y el Marqués de Guiriar, hablan damentos de la ciencia o de los sistemas fiaséficas sobre el india y la
de las nialas castumbres y corrupcién de las mestizos, asi coma de sus naturaleza americanos, desde las ideas del Abate Carnelio de Pauw a
bajas instintas. Entre las escritares, Lôpez de Velasca afirmaba, en De Maistre. Aunque estas juicios fueran impugnados par las escrita
1570, que aunque Cebien dispuestas, £giles y dc buenas fuerzas, e indus- res de Europa y América ~
Pero, pese a las réplicas, persistiô la idea de la tdinferiorjdad dcl tra en la mezcla de sangres de “América dcl Sur una yuxtaposiciôn
mestizo”, sostenida par las ciencias teôricas de entonces, Precisamente incoherente de las seres mâs degradados” 12
a fines dcl siglo XVIII, la antropologia y la filosofia germanas repre Par otra parte, la teoria feudal de Gobineau, que se esgrimié contra
sentadas par Herder y Kant, se manifestaron sobre el mestizaje. El
la democracia y la influencia de la Revolucién Francesa de 1848, tuvo
autor de “La Paz Perpétua”, dcci a que la “mezcia de raza conduce a
acogida par las esclavistas de Norte América, dejando establecida la es—
la atenuacién graduai de las caracteres, y no es favorable a la especie
humana, a pesar de las tendencias pretendidamente filantrôpicas” “. clavitud dcl negro en la Carta Fundamental de las Estados Confedera
dos dcl Sur. (Su inmediata repercusién en ci Perû la hallamos nosotros
El menosprecio dcl fcn6meno dcl mestizaje, se robusteciô con la
doctrina de Darwin y la escucla dcl positivisme cientifico. Los pas1- en Bartolamé Herrera. Pues, en forma indirecta, es cl sostenedor de la
“teoria” dcl Conde francés, al proclamar la “aristocracia dc la inteli
tivistas, basados en la ideas dcl célebre naturabsta inglés, sostenian que
gencia” que, en nuestro pais, estaba representada par la casta o •‘raza
triunfa cl m~is fuerte, cl mejor datado y capacitado, e hicieron de
blanca” de su alta clase social.)
la raza blanca —aria y anglosajona— la “raza privilegiada” y coma
tal la çùspide de la evolucién humana, arguyendo que cl cruce de dia La “teorja de Gobineau”, la concepcién érnica-monistica o la su
con otra de color mancilla su estirpe. perioridad de la,raza blanca y la “pureza racial”, la mantuvicron y di
vulgaron Houston Chamberlain, Vacher de Lapouge, R. Wagner,
Esta idea racista culminé a mediados dcl siglo XIX con la teoria
Amman, Agassiz, Spencer, Gustave Le Ban, Madison Grant, Hum
dci Cande de Gobineau, cuya predecesor ci Conde Beuiainciiiers, ya en
cl sigia XVIII, proclamé la “aristocracia de la sangre germana”. phreys, Levy Bruhl y otros sociélogos y antropélogos; unos d&ndole
matiznacionalista y alimentando el argullo alem~n, y otros justificando
Gobineau en su obra “Expe e sobre la desigualdad de las razas”,
la tesis de que la “raza superiar” era la nacida para gobernar. Pero, para
trata de explicar la marcha dc la humanidad a través de la historia, par—
tiendo de las pccuiiaridades que arbitrariamente atribuye a las razas y todos éstos las mestizos heredan las defectos de sus progenitores, osten
a los pueblos, y dando valor a la “pureza” y a la “mczcia”. Para cl es tando cl sensualismo, la ambicién, la falta de voluntad, la holgazancria,
critor francés, la pureza de la raza tiene valor decisivo en las cualida— la incapacidad intelectual y la degencracién fisica, y que “105 mestizos
des fisicas y psiquicas de las puebios que, ‘segûn sus potencias mentales, son fisiolégica y psicolégicamente inferiores a las razas ‘progenitoras’ “.
la raza blanca par su beileza, inteligencia y vigor es la superior o cum Algunos, coma J. M. Gregory y Viliar, creen también que cl mestizaje
bre, luego, en escala descendente, vicne la amarilla y en tiltimo lugar es desfavorable para cl desarrollo de la cultura, ya que diferentes grupos
la negra; que cl cruzamiento de razas, considerada una superior y otra
12 innumerablcs inve,tigaciones cientificas han refutado la tcoria de! erudito francés que
inferior, produce scrcs degenerados, infecundos, en las que se afianza escribicra uns obra dc cuatro tonios en defensa de su estirpe y en contra de la plebe; pero •co—
e1 espiritu de frivolidad”, el mczquino ttcanicter voluble” y encuen piensos sélo la opiniôn de Georges Montandôn,,profeSOr de Etnologia en la Escuela de Antropo
logis de Londres y autor de Tratado dc Etnologia CaUscrul y otros libros. “La teoria de Gobi
neau puede, ser considerada como de gran interés desdc cl punto de vi,ta literario o filoséfico,
vsno schlcgel y Dc Maistre (1828), loi que repitieron Is “imperfeccion” dcl mundo america
Pero desde cl punto de vista cientifico, es inexistente. £1 etnôlogo de oficio no formar~ par
no, justificando su dcgcner,czon desdc cl punto de vista teologico, y viendo la “historia coma
tido ni en pro ni en contra de su tesis; no k tendra en, cuenta. No es cl tenor de la tesis
decadencia de un csrsdo orsginal de perfeccion” Esta tcsis, también dc ncgacion, ha sida
que soatiene Gobineau cl que provoca ests actitud; este tenor es indiferente. Son las razones
recogeda y nsantcnids por Buckley y Droysen, quienes siguiendo la tcor,a de flarw,n, halls—
siguientes: s) Gobineau< parte de uns idca preconcebida (cualquicra que ses, poco importa)
rian dcgcncrados s los pueblos primitivos Ûltimamente, cl Isistoriador Tcrin ha scntsdo la
b) Loi argumentos que él invoca son contradictorios o empleados falsamente; c) La princi
teorh dc la “tropicalizicion dcl blinco”. Y’, finalmente, los ,trabsjos de Carlos Monge que
pal raxôn de cita manipulacién errénea de los argumentos,,prOvicne de que Gobineau confunde
prucban li “dcgcnericiun dcl blinco” pot e1 snflujo dcl clima de alturs o la “tcoris andinis—
ta”. Pues, scg6n cl ys ‘lustre profesor peruano, los scrcs supcrsorcs, pot rn’on de h clcvacion
la rasa, grupo humano determinado solamente por los caracteres ,om~ticos (biolégicos), con
dcl suclo sobre cl n,vcl dcl mat, ,ufrcn la disminucion dc su vitalidad y capacidad gencrstiva la ci nias grupo netural determinado ,por cl conjunto de caracteres som~ticos (biolégicos) y
loi lingilisticos y culturales. No hay razas purs,. No ha haWdo nunca raz~s puras, antes
En consccuencn, es cucstion de aclimitacion, b que dcterm,ni su cspacidad sntc!ectual y
f,ssca, y no existe, conforme al zriterio cksico, “mundo nuevo o viejo’’, “pcrfccto O 1m— aûn menos que isa3’. La especie husnana, por Isaber nacido sobre la xnayor extensién dol mundo
terrestre s partir dc la especie que la precedié, es dccir, a partir dc la especic nominal, ers,
pcrfecto”, 5mo suelos difcrentcs Ver V,e;as jso!érn,cas sobre ci nnevo in nndo, cit
~1 Cit de A R05ENOLAT en La Pobiac,on lads guis, dc A,,,cr,ca P5 28 y 218 en su origen, no difercnciada con relacién s lai raz,, que se formaron en b sucesivo, acen—
tuindose en cada uns caracteres diversos.” “Les Neuvelles Litteraircs.” Paris. Octubre, 1939.
238
LL MESTIZO Y LA ANTROPOLOqIA 239
raciales se obstaculizan reciprocamente, degenerando la “raza infe—
rior”, etc. ‘~. Con este criterjo falaz y tendencioso se ha echado, gratuitamente,
De aqui que los fil6sofos, antropélogos y sociâlogos positivistas, acha sobre los Eornbros dcl mestizo, los dolores de Arnérica. Sobre su vida
quen a la presencia de grupos mestizos cl retraso de la evolucién han caido los mâs hirientes anatemas; no solarnente disparados por los
de la Arnérica Latina, acusando a la raza espaflola corno la directa enemigos histôricos dc Espaûa, sine de los ocasionales o permanentes de
causante de tal estado por haberse cruzado con la india y la negra ~
tractores dcl indio,
Por supuesto, los escritores e investigadores desposeidos dcl pre En Arnérica Hispana aùn representan a esta escuela, Agustin AI—
juicio racial, discreparon de este criterjo unilateral, Novicow, Durkheim, varez, Carlos Bunge, Alcides Arguedas, René Moreno, Blanco Pom
Juan Pinot, rebaten la pretendida incapacidad de los amarillos, negros boi3a, César Zumaeta, Salvador Mendieta, Manuel Ugarte, cl brasilefio
y mestizos, y refutan la Ilarnada ttsuperioridad de la raza Blanca” ‘~. Oliveira Vianna y otros menores. En cl Perû forman falange. Pero ce
La ciencia verbalista dcl positivismo zoolôgico, llegada tardiarnente piernos solarnente unas lineas dcl contradictorio y afrancesado Gonzflez
de Europa a las playas americanas y a las dcl Perû, fué repetida y am— Prada —este artesano de la prosa— considerado corne uno dc los revalu
pliarnen~~ cornentada, desde fines dcl sigle XIX. As! con la doctrina dcl cionarios de su tiernpo. “Pocos grupos sociales —dice’—- han cometido
Inestizaje como estado degencratipo, los historjadores justifican los gel tantas iniquidades ni aparecen con rasgos tan negros, corno los espafioles
pes de Estado, las guerras civiles y los levantamientos campesinos. (5m y encastados —cholos— en cl Perû. Las rcvolucione&, los despilfarros y
ver en estes sacudirnientos sociales, la bi~squeda dcl equilibrio natural las bancarrotas parecen nada ante la codicia glacial de los encastados
que necesitan los pueblos sornetidos a las leyes, vida y condiciones eco para sacar cl juge a la carne humana. Muy poco les ha importado cl dolor
nôrnicas deprimentes y colonialistas, Estes teorizantes hicieron de la y la rnuerte de sus sernejantes, cuando cse dolor y esa muerte les ha
Historia no una ciencia social, sine un capitule anecdâtico en cl benefi rendido unos cuantos soles dc ganancia” ~
cio de algunas farnilias “blancas”), Talcs ideas racistas se reprodujeron Y pese a los afios que vivimos, al progreso alcanzado por la antropo
por obra de los “politicos irnperialistas y ciertos escritores 5m escrûpule logia, etnologia y demis ciencias, cl criterio seudocientifico de la “de
cientifico puesto a su servicio incondicional, para seguir dominande generacién e inferioridad dcl mestizo” es rnantenido, en cl Peril, por
econômjca y politicamente” nuestros mâs destacados intelectuales y profesores o ya por la charlatane
ria que se hace pasar por ilustraciôn y cl acertijo por tarea investigadora.
‘~ B. J. Nieburlin, Gregory, RoidI y Villar, aunque na sastienen la aupcriorjdad de la
Unas veces, para defender, rom&~nticamente, al indio; otras, para liberar
raz, blanc, 5mo la “iguald,d” dc rodas, san partidarjas de la “pureza racial” y, par cansi—
guiente, contrarios al saleatizaje, l’orque cl naestizaje, scg,i~n sus juicios, “na engendrarl una
al peque5o grupo “blanco” dc sus errores y maldades; y las rnâs, para
cultura” y que la ‘‘raz, es cl origen de roda cultura”. justificar la explotacién de las empresas yanquis que han introducido
11 Ho aqui unas lineas dcl cacritor francés GusrAya Lu BON sobre loi paisca latina.anwri.
y mantienen la discriminacién racial en sus centros dc trabajo. Pero
canas, ‘‘El desti,,o final de cita mitas] de Ansérica ci regresar a la barbarie primitiva a menas
que loi Estados Unis]a, le prcaten cl Inmcn,o a,rvicia de conqui,tarla. Hacer bajar a las m~s ricas
siempre, estudiadamente, para negar al rnestizo indo-hispano su mcntali—
can,arcas dcl Globo al nis’cl de las repûblicai negras dc Santo Donsinga y Haiti, es la que la dad, genio y rnûltiple aporte al progrcso nacional.
raz, latina lia realizado en mena, de un siglo con la nitad de An,érica”, (Psico!ogia dcl Sa
Tales intelectuales, siguiendo a Grcgory y Villar —rejuvenecedores
ciaîismo)
~ Hasta loi Jaoctas han canrada la infcriaridad y cl conflicto dcl ,eliolo y las literatos unilaterales de Gobineau— que aseveran que e1 rncstizaje deterrnina con
califican la “angustia dcl mestiza” cama manifestaciôn de un conflicro paiquica, Par au diciones de infcrioridad, que les mestizos no engendra.r~n, jamâs, una
puesto, talcs juicios no corresponde,, 5mo a trasnocl,adas tearias, y na a conacimienta cienti_ cultura, etc.; infaman’ al cholo, blasfemando dcl mestizaje 17 No quie—
fie0 alguna, Copiemos, para su Asitolagjg clcrpcc/jvg, algunos versos. “cornu cxtraûo ra
nso,/cruce antinatural dc dos eapccies,/aay yo un ~sijo al que la madre/nu diô su pecho, ni
su nombre cl padre/ . . El blanca nie alardea aangre pura,/tcnga yo que callar/cl india re ~O MANUEL GÔNzALEZ PKA0A: Haras dc Lucha, P. 32f.
cela o mc renicga/”mi,ti” llamindame al paaar”, La Qus’ja dcl Mcs/izo, par P. B. CASTRO, 17 Entre la, cscritnrcs que, aiscemiticamente, han detractada al chala y al mcstizajc,
“La Sierra”. Lima, 1929. N’ 16. P. 37. — “Ramada y tardccita de! pablada,Jc,nt, su amor csti cl prafesar de Ernalogia de la U.N.M. de San Marcos de Lima, Dr. Luis E. Vatcirccl. “Et
lacroico e infeliz,/entrc sentimental y entre borraclaa,/can gara, dc sudar en la nariz,/Trj,tc divorcia —dico— vina a agravarse con la cxtcnsiàn dc un fcnômcna racial: e1 sncstizajc. El
cliala Ilorûn, aIma doliente,/qucclaua andaluz, pcnar y frcncsi,/la ranca y cascada de aguar mcstiza convcrdda en aliada de! blanco para oprimir al rcgnicola. La dualizaciân knica dcl
diento”, RI chuta, par Prscy GaBSON, “La Prcna,”, Lima, I dc Encra 1930, P. 4!. Pers~ se prcsenta cama cl mis grave prablema de su vida,palitica y social, cata iacterogencidad
que loi siglas na han padida canciliar ni mcnguar, constituyc cl pcligra que nucatro pais na
alcance en ms,cl,isimas aflos al grada dc cultura dc otres pucblos”. Dcl AyIlo ai I;npcrio. P. 28.
t W ~ ~ W~ttW~W t
“En cl mestizo —escribe cl novelista yanqui— Espa5a y América quiera persana plausible que afrezca una salucién. Los que han estu
se unen par primera vez y la unién es la guerra. Dos voluntades dcl diada (?) al mestiza americana, desde Méxica basta Chue, suelen decir
mundo se encuentran y se vuelven una contra otra. cEl mestizo» fun que es inferiar a las dos: al india puro y al blanca pura. Si juzgan par
dido trâgicamente se hizo asi una criatura ambigua, inestabie, abû
. . .
ci resultada de la canducta, tienen razén: cl caos na crea. Es una . .
bre”. Lima, Junso de 1944. P II. Coma se desprende de las parrafos trascritos, las ideas gares y de paca significacién. Aficionado ai brilla y al fausta, discala,
de VaIc~rcel —seguidor de Gregory, .Agassia’, Rosel y Villas’— son idinticas a lis de rrank,
mardaz, envidiasa, engreida y susceptible en extrema, liegada a veces
Uriel Garcia y Orrega
15 Cita de FERNAND0 Oavz en LI E,igafla de las Razac P 336.
10 Entre Ios que detractan a las mestia’as estan tambien las espsaoles Jorge y An’ 20 A,ni’r,ca iI,sj,ana P, 58, 59, 60 — Frank ha canfundido hasts il tipo ctnico que
toma de tillai, y cl moderno escritar Madariaga Para este ultimo autan —coma para Ios nombra Porque dice que “cisola es macla dcl negro y dcl mesuzo” (Se se quiere éste sens cl
primeros c,tsdos— “cl nsestn’o tiene un aIma coinpleja, que vive en dsarias contnadieciones zamba ) De cita premisi equivocs, devienen los erroneas conceptos cmitsdas en su citada libro
entre ci andio y cl espaflol que Ileva adentro”. “La tension entre uns y otra estirpe —agrega—— que Ilama ‘‘obra de Arte” y afirms que presenta cl problema de las isechos Isistoricos coma
no podia sec nias agudi en ningun tiempo y lugar que dentro dcl aima dcl mestizo, donde un cuenta Cuenta es, pues, para e1 escnitor norteamericano la histania, etnolagia, saciolagia
imbu consaven dentro de la misma envalturs humant Las dos lados dcl alms dcl mes y la realidad peruana e hispans—americans Pero ignora que, en 400 a~os de canvivencis his—
tiao idulteriban uno sobre atra, coma las clos placas de un condensidor electrico elevindose panaindigena, de simbiosis etnica y culturil, se han armon,zsdo ya en cl mestizo —en cl
mutuamente li tension “ — SALuAO0, DE MADAR5A0A LI Ocaso dcl I,njscr,o Lsj’aflol en Arné’ cholo— li aingre y cl esphitu dcl indio y dcl espafiol — LI nambrado escritar Madariaga
rien Capt VII £1 elementa meitizo p. 138 esgrsme las nsismas prejumcsos sobre “cl aIma” dcl mestizo Lsbr Cit Capt. Vil.
~~444 4 1 __44~ ~ ‘1 111111 4 111* 4.4 .
242 EL CHOLO Y EX. PEIUY Et MESTIZO Y Li ANTROPOLOGIA 243
a la ruina de sus intereses para alcanzar los pequeiios triunfos sofia que le justifique”, dice Vasconcelos. Con la liamada “superioridad
sociales o politicos que ardientemente anhela su fantasia” 2i~ dcl blanco” y nombraindose civilizaderes, les curopeos practicaron la es
Por otra parte, b curioso es que Frank, con esa su “historia clavitud y la explotaciân de las razas negra, amariila, india, y sus mez—
cuento”, como él mismo la califica, haya dejado discipulos peruanos. clas; presentando el procese histérico corne una lucha de razas.
De José Uriel Garcia y Antenor Orrego a Juan Pérez y Catita Sân Los ns interesados en sostener dicha “superieridad” fueron los
chez 22 anglo-sajones y teutones. Para desyirtuar asi, anse la historia, el exter—
minio de los indigenas de sus colonias. Pues, la raz6n fundamental de
los esclavistas, racistas y de sus teorjas, es justificar la desigualdad social
y la opresién de bos pueblos coloniales, in’vocando la desigualdad de los
IV. En verdad, la teoria de la “inferioridad de las razas de cobor” valores psiquicos propios —seg6n elbos—. de determinadas clases y de
y, por ende, la degeneracién dcl rnestizo, fué creada y cultivada con algunos pueblos; desiguabdad de vabores que, supuestamente, depende
fines de dominacién colonial. “Todo imperialisrno necesita de una filo de sus diferencias, en el aspecto biolégico. (Esgrixniendo, en ~itimo
trance, tales conceptos, verbigracia, los cobonizadores norteamericanos
21 En Pueb!c, eufersno. Contribucién s la psicologia de los pueblos 1-lispano-Ameriesnos.
capt. IV. P. 70. (Este libro que es I, Anatoania Patolâgica de Ilolivia, fué escrico bajo cl
exterminaron a bos Piebes Rojas, para quienes bos puritanos crearon la
clima dcl positivismo cientifico y cl concepto de la “supcrioridad de la raza blanca”.) sel5tencia ya cl~sica: “cl indio buene, es e! indio muerto”. A db, a jus—
22 Son dcl escritor José Uriel Garda los siguientes juicios sobre cl cholo. “Et cholo es,
tificar la dorninaciôn pobitica y la explotaciôn econôrnica tendié toda
jarancro, sensualista, pagano, 00mo cl indin, — La contradiccién en que vive respecro al indio
rcmiso, s las aringencias dcl ticmpo, dià origen al cacique, al “gamonsl”, al caudillo politico,
esa seudociencia antropol6gica europea, asi corne las teorias fiosôfi
verdugos de dstc. El cholo que buscs poder y In consigue, se vuelve contra cl indin para sec cas que sostenian la “inrnadurez e irnpotencia de América, «infancia de
su explotador. Es cl lsombre que lia fugado mas aIlS dc su carScter popular y ha vuelto al los americanos”, etc. Se -repitié y pregoné estas teorias, sisternâtica
ritmo de la conquista, al son de aventura, a la audacia en esta vez desprovista dc su belleza
heroica para convertirse mucha, veces en una argucia abogadil. — Eh cholo, en su valor
y permanenternente y a tab extrerno, que °‘nosotros mismos hernos lie—
intiesin, es como la larva dcl nuevo liombre, de ose Isonibre mûs ideal todavia que real, como gado a creer en la inferioridad del mestizo, en la irredenci6n dcl indio
sera cl americano dcl futuro, ose hombre “sintciis”. Eusayo sobre ci “ctsoio”. “Peruanidad”. y dcl negro.”) ~
Lima. N’ 19. P. 210. — Antenor Orrego auna que cl mestizo es ls.ibrido, un tipo amorfo.
En la época colonial dcl Perù, los espafioles, para pro~eguir en cl
Croc 61 que de “la descomposicién dcl blsnco, indio, chino y negro en América ha venido cl
sncstizo. De alli —dico—--— ha surgido cl mcstizo o criollo, forma o etapa de transicién hacia mando politico y cl disfrute econôrnico, tuvieron que esgrimir, aun
cl nuevo tipo o nuevo Isonibre de .América. .. El mcstizo cc un puente, un cslabén o un que vedadarnente, su superioridad racial, postergando a los mestizos
estado transitivo, pero nunca una forma estable y orginica de vida. Asi se explica que eh
e indios, econôrnica, social y culturalmente. M~is todavia, ciertos go—
criollo o mcstizo colonial sca un producto Isibnido, san sôlo en su conseituciôn fisica 5mo
tambidai, en su estructura cspiritual y psiquica. A este hibridismo fismolôgico corresponde bernantes usaron de una pobitica drâstica para los mestizos, irnbuidos
ese hibnidismo cultural y ético que observamos en sodas las manifestacioncs dc la vida lad— dcl prejuicio de la época, como ternerosos de su nûmero, instintos béli
noamcricana. Asi 00mo cl mestizaje es uni yuxtaposiciôn de sangres, es, igualmentc, uns cos ~ ccdespiertas luces”. (Este ternor que ayer fuera de la Corona
yuxraposicién dc estados aninaicos que no lia llcgado todavia a liganse en un conjunto co
Iserente y unitario. Dc ahi, también osa suocién pugnaz interna que caracteriza eh aima dcl cspafiola, le es hoy de algunas “farnilias blancas” dominantes, las que
latinoamenicano durante la Conquista, cl Cohoniaje y la Repûbhica, y que se rcsuclvc en un ternen de la rebe1i6i~, de su conciencia, Aunquc, en rcalidad, quienes
ser ,scutro, lu brido, ncgativo, subalccrno, con respecto s sodas las valias cspiritualcs, morales con mâs insistencia hacen prevalecer cl prejuicio de la discriminaciôn
y psiquicas dcl hombre’. E) Pueblo Conlins-ule. La Rida de ici Jntrgraeiôn. P. 29, (l’rank,
Vslcirceh, Garcia y Orrcgo sostienen las mismas ideas y hiasta usan las mismas palabras y racial, son bos “blancos” de hurnilde condicién social: tcrnerosos de la
figuras literarias. Idcas que no son otras que las dcl Padrc Acosta, Solérzano Pcrcira y cl cornpetcncia en la esfera econômica o intelectual y no disponiendo de
Conde sic Gobineau; pero actuahizadas por estoc “socio-litcratos”, como dm1, Luis A. S~inchez. otro argurnento en qué fundar su orgublo, recurren al color de su piel.)
Estos mismos conceptos, claborados con ‘sucnosprccin racial para cl cholo y Luera dc la actual
reahidad lsistôrica, loi rcsumc TuércLo HuAvswAc.A SAtoivAn, en su trabajo inonogrlfico Los mestizos fueron, pues, una grande y permanente preocupacién
E! rho!n Sur-persiano. Para diclso cscritor, como para loi miembros dcl Scrvicio Coopcrativo para eb gobierno colonial. Heridos en ,su pundonor, postergados y bur
Intcra,ncric,no dcl Plan dcl Sur, ya no cl indin, cl “chsolo” es un, cassa baja, aunquc nu— lados en sus begitimos derechos, osaban. alzarse y se aizaron. Este miedo
mcrosa, en la regién sur pcruana, y q~sc vive en un plano algo superior al indio cuyo cstado
mental y cconônsico es dc la mas baja extraccién social. T. l-L S. ‘‘Revissa dcl Isissisuto Pana—
de las autoridades dc la Colonia se agravaba cuando se pensaba que,
mericano dc Arts?’. Cusco. A~o lx. 3950. N’ 9. Ps. 159-177.
23 VAscoNceLos: La Race Cdsrnica. La raz,, P. 23.
— N ~ ~
uniéndose a los indios, pretendian restaurar la monarquia de los Incas con et transcurso dcl tiempo y los intereses de la Metrôpoli, tuvo que
y tomar cl poder para si. De aqul que, a estas inquietudes libertarias, modificarse esta conducta gubernamental. Pues, en e1 sigbo XVI, cl des
a este insatisfecho clamor, los virreyes Ilamasen “malas inclinaciones”. cendiente dcl espaûol con la india no sélo fue encomendero, sacerdote,
No dejando de manifestarlas tanto en la correspondencia secreta conio militar y conquistador, 5mo que Jiegé a entroncarse con los miembros
en los documentos pûblicos y controlando cl uso de las armas de de las primeras casas de Espafla. Pero cuando se extendié cl gran mes
combate’ tizaje tuvo que usarse de una politica adversa, conculcando sus de
De la existencia de mestzos y criollos y de su espiritu turbu rechos, achadndole incurables vicios y su ilegitimidad ante la ley y
lento, noticiaba a la Corona cl Licenciado Castro, en 1567. ttVuestra la religién. “Et cùmuio de sus vicios” fué cl pretexto que justificaba,
Se5oria entienda que ya la gente de esta tierra es otra, que esta tic . .
aparentemente, la razén para no concederle la plenitud de sus derechos
rra est& llena de criollos que son estos que acâ han nacido y Ilena de y libertad27.
mestizos y mulatos y como estos nunca han conocido al Rey, ni b es Lépez de Velazco referia: ttLa mayor parte dados a vicios; y asi
peran dc conocerlo, huelgan de oir y creer algunos mal intencionados no gozan dcl derecho de libertades que los espa5oles, ni pueden tener
los cuales ,lo dicen como sufris que habiendo vuestros padres ganado hijos, 5mo ios nacidos de legitimo matrimonio. por haber tantos
. .
esta tierra hayan de quedar vuestros hijos perdidos. que como se sufre
. .
vienen a estar algunas partes en peligro de desasosiego y rebelién”.
que anden ellos muertos de hambre y con esto los traen desosegados” 24~ Estos mismos conceptos bos esgrime Juan Solôrzano Pereira: “Lo
Por su parte, cl Conde de Nieva afirmaba: ~105 que de tal ayunta mâs ordmnario es, que nacen de adulterio, o de otros ilicitos, y puni—
miento nacen son de mala inclinacién, y como son tantos los mestizos y bles ayuntamientos. . Sobre él cae la mancha dcl color vario, y otros
.
mulatos y tan mal inclinados que se ha de temer, por los muchos que hay y vicios que suelen ser como naturales, ya mamados en la beche. es ne
. .
ha de haber adelante, da5o bullicios en estos estados” 2’, cesario ir en db con mucho tiento; porque, vemos, que bos mâs salen
Toledo fué cl que n~s los temié, hasta ilegar a deportar a muchos de Viciosas y depravadas costuznbres” ~.
de ellos, calificândolos de amotinados. “Tarnbién entraron en la acu A estos conceptos, sostenidos oficialmente y al volumen mayorita
saciôn —escribe Garcilaso— los mestizos, hijos de los conquistadores rio dcl mestizo, se agregé la presencia cada vez mayor de los espa6oles
de aquel Imperio y de los indios naturales de él. Pusiéronles por capi peninsulares radicados en cl Perû, constituyendo su mâs alta clase diri
tub que se habian conjurado con e’ principe Tupac Amaru, con los gente y social, la misma que fincé su superioridad en cl mando politico
demâs incas para aizarse con cl reino. porque los gobernadores ha
. . y en cl color de la piel, b que trajo, como consecuencia, la implantacién
bian dado a sus parientes y amigos b que sus padres ganaron y habla dcl régimen dc las castas. En este régimen racial y social, como ya he
sido de sus abuebos maternos, y que a ellos los dejaron desamparados, mos visto, cl cholo fué clasificado como grupo inferior, como sub
necesitados a pedir limosna para poder comer, o forzados a saltear por clase social que, legalmente, venia después dcl indio, estando reglamen
los caminos para poder vivir y morir ahorcados. prendieron todo b
. .
tados sus derechos y deberes; es decir, pesando sobre él medidas de orden
que en cl Cuzco hallaron de veinte a6os arriba, que pudiesen ya tomar étnico, politico, religioso y econémico.
armas. Condenaron a algunos d9 elbos a cuestiôn de tormento Asi
no condené ninguno de los mestizos a muerte, pero diéles otra muerte
mâs larga y penosa, que fué desterrarbos a diversas partes dcl Nuevo
Mundo, fuera de todo b que sus padres ganaron” 2O~
Como vimos, aunque en bos primeros aflos de la Cobonia, se auspicié
cl mestizaje y se reconocié de hecho la igualdad dcl mestizo con cl espafiol,
2+ Coberna,ztcs dil Per, Cartis y Papales Siglo XVI T Hi P 235 Carta dci Lic.
Castro dirigida si Consejo de Indias Los Reyes, 14 de Pebrero, 1567.
25 Goberna’tIcs net Perd Cit. T. lit P, 240, 241. Carta dci Lic Castro dirigida al Con.
27 flescri~ciôn de las Indias. P. 45.
sejo de Indus Loi Reyes, 2 dc Abri!, 1567
20 Los Con,e,starnor Rendt’s de Ion Yuccas Sc~unda Parte Libr. VIII. Capt XVII P. 243.
28 PoîItica Indiana. T. T. P. 446.
CAPITU’LO II
I. No exigÉe tipo ûnico: cl cholo teho,,,bre eterno”. — II. Ji4ologia y diatriba. S,, justa
posiciân. — UI. La biologla y antropologia contenspordneas, rechaza,: et ,nilo Je Fa sssj’erio
ridai de Fa “ra—a blanca” y con Jenan dcl error histôrico dc la degcneraciôn dcl inestizo.
(Las excelencias Jet ,nestizaje.)
Respecto al cholo peruano, a su contexcura espirituai y fisica, cl II. Desde les mismos afios en que apareciô el mestizo y se plan—
joven antropélogo Gutiérrez Noriega nos dice: “En el casa dcl cru teô e! problema dcl mestizaje, se polarizaren también las opiniones.
zamiento dci bianco con ci indic, ~ei producto no difiere de sus proge Resultando mesticistas y antimesticistas o, mejer, cholistas y anticholis—
nitores; sus caracteres psicolégicos son en realidad, en términos gene las. Y cl extreme de les juicios en pro y en contra, oscilé entre la apo
raies, de las caracteristicas mentales dcl blanco o dcl indio; o bien logia,y la diatriba.
medorninan los rasgos de une de elles, tal vez con mâs frecuencia de Garcilaso fué cl primer defensor de su sangre y estirpe. Revelé no
la cepa indigena; mas en todo case no se suscita algo nuevo y el pro sélo la conciencia, sine cl orgullo de su mestizaje. Pues, a les rnestizes
ducto es ge,,su estiictu, sernejante a une de ambos padres”. les nombra viii hennanos y a los indies los ilarna mix parientes.
‘tCon frecuencia se ha afirrnado en nuestro pais, y fuera de él, en ctDe les agudos y sutiles ingenios —escribe cl ilustre cronista cus—
las rep~tbhcas con poblacién arnerindia, que ei «choie,,, o sea cl produc queflo— h~biles para tode género de letras, valga cl vote dcl doc
te dcl cruce de los tipos étnicos citados, es inferior a sus progenitores. tor Juan de Cuéllar, Canônige de la% Santa Iglesia Catedral de la 1m-
Esto es injustificado, por le menos en b tocante a la capacidad intelec— perial Cusce, que, siende maestro de los de mi edad y suerte, solia con
tuaI. La impresién general es, no obstante, que cl indio puro es de m~s tiernas l~grimas decirnos: «oh hijos, y côrno quasiera ver una docena
fuerte ética que cl indionoide.” de vesetres en la Universidad de Salarnanca», pareciéndole podian
~‘AIgunos estudaos biotipolégicos y serolégicos que bernes verificado flerecer las nuevas plantas dcl Persi en aquel jardin y verge1 de sabiduria.
con cl propésito de conocer las relacienes entre les mestizos de blanco Y per cierto que tierra tan fértil, de ricos minerales y metales precio
e indio y sus progenitores, permiten sostener le siguiente: tienen una ses, era razén criase venas de sangre generosa y minas de entendirnientes
proporcién de grupo sanguineo IV prornedial en referencia a las capas despiertos para todas artes y facultades, para les cuales ne falta habi
duras; las férmulas biotipicas de blanco e indios respectivarnente. Si lidad a les indios naturales y sobra capacidad a les rnestizos, hijos de in
les dividirnos en dos agrupaciones, mestazos con predorninio de rasgos de dias y espafleles o de espaflelas e indaes “
blanco y mestizos con predorninie de rasgos de indio, encontramos que Entre les que elogian al choIe, en la época Colonial, est~n tarnbién
los prirneros ofrecen una proporcién de tipos constitucionales y de gru cl ecléctico Sol6rzane Pereira, Concelorcorvo o Caries Bustarnante Inca.
p05 sanguineos m~s préxarnes a la dcl grupo blanco; y m&s prôxirna para
Y fuera dcl territerio peruano, Félix de Azara y les frayles Benito Jerô
cl grupo indio, atendiendo a los rnisrnes factores, para cl segundo.” nirno Feijée, Juan Ignacie Molina, Francisco Saverie Clavigere y otres.
ttEn orden a estas cemprobaciones creernes advertir que ci grado En la épeca Republicana cl célebre escritor ecuatoriano Juan Montalvo,
de introversién-caracteristica mental inherente dcl indio— es menos quien escribié que “les mestizos de elevade sentirniento y fuerte cora
en los mestizos que en les sujetos de raza pura o casi pura, india; corne zén”, forrnaban la aristocracia de la América dcl Sur. En cl PerCi, Jesé
en b referente a les grupos sanguineos y a les biotipos, la herencia no de la Riva Aguere, Ventura Garda Calderén, Peralta V~squez y dem~is ~.
manifiesta —corne en cl de las mezclas dcl negro y blanco— desviacién
de las capas puras, ni ley de dorninancia; si nos anclinarnos a aceptar la Los cornenlarsos sectes de (os I,zcas Segunda Parte, Prologo a loi ,nd,os, mestizos y
o
teoria de la fusién de caracteres, que e1 mestizo hereda sôlo defectos criollos P 10
4 Rsva .Aguero, pose a sus contradacesones sobre cl hombre sborigen y sus probiemas, y su
y ne las cualadades de sus padres, corno b afirrna Agassiz, es insos
devocion todo b laispano, fisc quien h,,o cl mejor elogio y defensa dcl cholo Garc,iaso, y
tenible. Aqui corne en otras cosas dcl cruzarniento interracial cl mes
—
quien, en sus sfltimos escritos, iaablo de la “exaltsciôn dcl nacionaliamo hispano-andio”. Y
tizo es inferior al mejor de les padres, y superior al inferior” de la “imprescindible aoi,daridtd y confraternidad de blancos, mesti,os e ind,os’’, que “diversas
ratas dcl Pers componen ci ainsi y cl cuerpo de la Patria” etc Reclsf,cacsoss necesarea “La
—
Prensa”. Lima, 22 dc Juiso, 1944. P S Despues de Riva Aguero, entre loi que eiogaan ai
cboio, dijimos, estin GARdA CALDER0N, que en su libro Nosolros, Isa e’~aitado nuestro mesti
zaje; RaM Ferreto Rebagliati, Serafin dcl Mir, Antero Peralca V~zquez Lite ultimo ha escrito’
2 Diseflo sic sen Es! ,sslio jssicotdgico y An!rojsoieigico sic la Raza A,neri,seîia, P5. 8, 9. Ei “Li mestizo libre, crecido es aanbiente puro, no sabe desperdaciar las virtudes heredadas de sus
joven profesor peruano nombra ameriuslio al mestizo indo-hisp,no. Tal vocablo ~amerindio— progenitores Solo los que hayan compartido la vida de indios y meatizos, deade la escuela hasts
es equivalente n aquel otro pieon&stico: inslo-americajso, que quiere decir: indio-india o Amé las diferentes formas de trabajo, pueden testimoniar dc las ventajas de loa unoa sobre los otros
rica-Américo, Yo que ho vivido y observado dc tal guiia, no consengo con lo, que croen que ci elemente cholo
<‘Ç ~‘WW1WWfl ~ y \ n~ ~< w~iwwi n’vv’n~ -s—wqvw
“Las abundantes diatribas contra los mestizos —escribe Angel Ro-~ mento contra niiembros, de su propia estirpe, cometiendo en nombre
senblat— est~n inspiradas . . en ciertos sectores mestizos, ‘os inadap— de la “raza” mâs crimenes que las que han perpetrado en nombre de
tados, los desarraigados, sectores que en toda la historia colonial han la Libertad” ~.
estado fluctuando entre la poblaciôn indigena y la espaflola, 5m encon— Sobre todo, la draza pura” es un mita mantenido par el vulgo y los
trar su equilabrio. O kien se apoyan en cierto tipo de mestizos, los fanâticos politicos y religiosos. Los mitos son creaciones de la fantasia
que han resultado de uniones accidentales, abandonados por los padres, con los cuales cl saivajismo y la barbarie suplen la carencia de una
criados al azar, despreciados por los blancos y temidas por los indios. concepcién racional”, como.expresa Hertz ~ Por otra parte, los pue-
Esos mestizos han constituido siempre, efectivamente, un problema bIos Ilamados “blancos” no estân exentos de mestFzaje, ya que e1 mes
social y politaco. La ieacciôn contra cl mestizaje se ha apoyado también tizaje es universal. Pues, cetodos los europeos son mestizos”. El eurapeo
oti as veces en los resultados desarmônicos, en los descendientes que han aparece, después de las mezelas mâs contradictorias, en donde parti
tesultado inferioies a sus padres. Pero los mismos argumentos que se ciparon tres continentes a prorrata” °.
han usado contra los mestizos, se puede usar contra los espaa3oles en Amé Con Georges Puchet, c(cada raza es a la vez superior o inferior,
rica . . Adem~s, productos desproporcionados, inferiores fisica e inte
.
segûn el lado por donde se le mira; en una palabra, que cada una tiene,
lectualmente a sus padres, resultan también dcl matrimonio entre per— desde el punto de vista de su inteligencia, haber distinto”. La aparente
sanas de la raza blanca. Sélo arbitrariamente se han podido hacer valer superioridad depende del tiempo y dcl medio en que actiian o se des
contra cl mestazaje humano las resultados disformes, inarménicos de envuelven. Porque son las factores econômicos, clinai4ticos, los métodos
la hibridacién de “razas” de mariposas de educaciôn y otros, o mejor, son las factores ecolégicos y sociales
Ante todo, no son las simples opiniones, mt~s o menos literarias y los que conforman su genio y hasta la constitucién anatômica dcl
apasionadas, es la historia la que justifica su vida y conducta. hombre. Particularmente, la excelencia de sus caracteres es, sobre todo,
consecuencia de la adaptacién al media. Linton, profesor de la Uni
versidad de Columbia, nos dice al respecta: “Si, como parece probable,
cada casta humana ha desarrollado sus caracteristicas diferenciales,
III. Finalmente, la pretendida ttsuperioridad de la raza blanca” como respuesta a las particulares condiciones dcl ambiente en que vi
a la amarilla, negra e india y la “degeneraciôn2del mestizo”, es recha yen, debemos deducir que la superioridad de cada casta en relaciôn
-
zada coma grave error par la biologia, etnologia y antropologia con con las den~âs, sôlo se manifiesta en e1 media a que estâ especialmente
tempor~neas. adaptado” 1G
Ernest A. Hooton, catedr&tico de Antropologia Fisica de la Uni Ahora, refiriéndonos, verbigracia, a que cl mestizo es teinfecundo,
versidad de Harvard, se refiere sobre cl particular. tcDesde tiempo in— inferior” a cada uno de sus progenitores de “raza pura”, etc.; son
memorial ha habido quienes toman las variaciones hereditarias de la también afirmaciones antojadizas. Por cl contrario, en los casos nor
forma dcl cuerpo humano como base para aseverar que existe la infe males puede decirse que, par iey eugenésica, e1, injerto gana vitalidad
rioridad racial en cuanto concierne a la mentalidad y a la capacidad reproductiva y se renuevan en él ocultas e insabidas condiciones fisicas
de civilizarse. Mediante este subterfugio vil, nuestros abuelos europeos coma cualidades intelectuales.
justificaron su iniquidad de reducir al negro a la esclavitud, dcl mis Recurramos a las conclusiones de algunos de las mâs destacados
mo modo que al exterminio virtual dcl indio y de otros pueblos pri etnôlogos y antrop6logos contemporâneos.
mitivos. La llamada “responsabilidad dcl blanco” ha sida principal- El tratadista Pinot, escribia ya, adelantândose a la antropologia
mente de hipocresia. Ahora, que ya no tienen por delante mundos cientifica: “Las cruces entre las razas mâs diversas, en lugar de ser
salvajes que conquistar, cl blanco endereza cl mismo ilegitimo argu
~ Cita de FERNANDO Osx~z ca FI Engaflo de las razas. P. 314.
explotan al ,ndio, loi hiy blinco, e indios que explotan a sus propios herm,noe de sangrc S FRIEDEO.rcH HEan, Raza y civ$Itzacidn. P. III.
For otra parte, db se debe al rigimen social de feudal,dad en que vivimos, no por que ~ lii engaiïo le las razas. P. 341. RAU,s LINT0N: Estudia dcl ho,,rbre. P. 53.
tenga ci espi ritu nnsto de verdugo’’ ~ LENT0N. Libr. cil. P. 71.
la poblirso,, Tais geai ci Mes/,zisje en A,nersca T 11 P 29
ç~ ï • LI., bltalLL’J I 2~t1, nruLswrsJL.,.nn~
m~s estériles, mejor :Pr~h1.~~n un aumento de la fecundidad. La reno en su seno elementos extranjeros no har~n sino beneficiarse con las cru—
vaciôn de la sangre da casi siempre resultados excelentes. Los prime— zamientos. Bi mestizaje, cuando se opera en condiciones normales, en
ros y los ûltimos en la escala humana pueden contraer uniones fe
vez de ejercer una acciônnefasta sobre la vitalidad de un pueblo parece
fundas. ~Qué valor tienen los mestizos? Sobre el particular hace
par el contrario, reforzarla. Desde el punto de vista intelectual las mes—
tiempo que andaban divididas las opiniones. En su desmesurado or tizos no son, de modo general, inferiores a sus progenitores. Ya he citado
gullo, las blancos no han querido admitir nunca que las mujeres de
a este efecto la opiniôn de varias autores —se refiere a Neuville, Boas
otras razas pueden dar nacimiento a hijos de un valor igual a la pro
y otros— de los~que no se dejan cegar par los prejuicios” ‘~.
genitora puramente blanca. Aûos y afios se ha venido teorizando sobre
el valor absoluto de las productos cruzados 5m tener en consideracién Par su parte, Etienne Rabaud, catedraitico de Biologia Experimen
circunstancias especiales que contribuyeran a su formaciôn fisiolâgica tal de la Facultad de Ciencias de Paris, ha escrito en cl libro de P. Lester
e intelectual. Arguyendo ejemplos de mulatos anlericanos, se ha empe y J’. Millet, estas palabras: “En un pasada lejanisimo se formaron gru—
fiado en arrojar al oprobia sobre todos las mestizos humanos. Tentativa pos humanos con genios, chas han desaparecido hace muche tiempo
ilégica, parque ~acaso no son mestizos todos los humanos? Adem~s, por causa de la mezcla, mestizajes multiples y variados” 14,
~eran estos mulatos especimenes tan deplorables de la humanidad coma Dcl proceso étnico de nuestros pueblos indo-hispanos, se han ocu
ha querido hacerse creer? Basta recordar las circunstancias que concu— pado muchos investigadores. Pera tomemos solamente la ya clslsica opi
rrieron a su nacimiento, las condiciones de su juventud y las amargu nién de D’Orbigny sobre nuestros mestizos. “Si bien las diferencias
ras de su vida, para comprender f~cilmente que los blancos colocados en sefialadas en las mezclas, segùn las naciones y los lugares, son de punto
idénticas condiciones, tal vez valdrian menos” ~ de vista fisico, la mayor uniformidad reina en cuanta a las facultades
Frank Boas ha comprobado, en estos ultimos tiempos, en América intelectuales: los hombres que provienen de cruces son de una extre
dcl norte, un acrecentamiento de la fecundidad de las mujeres mesti ma facilidad intelectual, que en nada ceden a la de la raza blanca.
zas, asi coma ha observado que en la uniôn entre indios de alta estatura La mezcla de los guaranies con los espafioles produce hombres de talla
y europeos de pequeùa talla, cl tamaflo de los mestizos sobrepasa, gene— m~s hermosa, casi blancos y de bellas faccianes, desde la primera ge
ralmente, a la de los indios. El notable antropôlogo americano sintetiza neraciôn De todas las cruzas esta es la que parece mejor y casi
. . .
su juicio en esta frase: “no puede admitirse la reiterada afirmacién de rivahiza con la raza blanca” ~
que mulatos y mestizos son inferiares, ni fisica ni mentalmente, a las Todos estos conceptos de verdaderos hombres de ciencia y no de
razas puras” ~ -
literatos, desvirti~an, categôricamente, los prejuicios mantenidos hasta
El Dr. Vernaud, dcl rnstituto de Antropologia de Paris, resume sus hav sobre los mestizos y cl cruce de razas. Mezcla que da cualidades
opiniones: “No estamosya en la época en que se estimaba que cl cruza insospechadas, particularmente en cl caso de los peruanos, coma res
miento entre dos razas humanas consideradas una como superior y otra pondienda a las cepas de dos “razas” en plena potencialidad y virtudes
como inferior, no podia producir sine seres degenerados, pronto infe histâricas.
cundos”. Si se trata de padres atacados de taras psiquicas o mentales no (Tales prejuicios, la recalcamos, nos vienen de las anglosajones,
podia esperarse que den vida, uniéndose, a mestizos bien dotados en w habituados a encarar los problemas humanos con cl mismo criterio que
dos los aspectos. Igualmente ocurria cuando los padres y sus descen
les sirve para clasificar sus mercaderias. Ése fué siempre cl ~ngulo
dientes estân somctidos a condiciones particularmente desfavorables. De
desde cl cual yen las paises imperiahistas todo la que se refiere a las
las observaciones realizadas, debe concluirse que cl mestizaje no es en
pueblos colonizados o sernicolonizados. Pues bien nos dicen Les-
modo alguno causa la degeneraciân, Lejos de su Ilamado a desaparecer
totalmente de la superficie dcl globo, en un porvenir m~s o menos prô
13 ‘Les Nouvelles Litteraires “ Par,, Fncue,ta sobre si probiesna de las nns 1&cproducciun
xirno, como predijo Gobineau, las naciones que se preocupen de admitir
de ‘Ultra’’ Li Habina, 1939
14 Reï,sta C,t Encuesta Os Prologo ~l libro de P. Ls.sTra ‘y J. MILLeT Las rasas
11 las razas, T, ï, p. 261.
JuAN PINOT: Et jsrejnieio sic
12 Charges in hodyle3 cf sksdcnslrns cf inmigra,;lres.
hn,nauas
iIi D’O,usYGNI: El hombre An,prica’zo. P. 101, 102.
“r 5W~ ~ ~4 ~ ~n ‘n
256 EL CHOLO Y LE PERO
ter y Mulot: CiEn nuestros dias, ‘os prejuicios de raza est~n desarro
Ilados, sobre todo, en ios anglosajones y los alemanes; representan entre
ciios un verdadero car~cter psiquieo-étnico” 16
BIBLIOGRAFÏA
16 Las discrinunaciones raciales han sido condenadas por 1°. ûltimos congresos interna
cionaies de loi paises americanos y dcl Viejo Mundo. As, et Primer Œngreso Demografico
Interamericano, celebrado en Ms-c,co en octubre de 1943, y et de San Francisco, 1945, tamaron
tal actitud. Et acuerdo XII dcl Primer Congreso Demografaco Interameracano, dice V Reco—
mendar a loi Gobiernos americanos que rechacen en absoluto toda politica y toda accion de
discriminacion dc caracter racial La resolucion XII, de la Conferencia de cisacultepec, titu
lada Sobre fa D,scr,mj’,,ac,en, Racial, en que se acordo declarar “19. Reafirmar cl princapio reco—
nocido por todos loi tatados amer,canos de la ,gualdad de derechos y oportunidadea para
todos loi Isombres, un tonsideraciun de ra,, o religion”. En la Declaraciosi sobre la Raza,
Preparada por li UNESCO, j ulio de 1950 se expresa ‘Las investigacaones cientificas de loi
ultimos aùos tienden a corroborar et dicho de Confucio (55-478 a C.). La naturale,a dc loi
liombres es semejante, sus habitos son loi que loi separan. Gualesquiera que scan las clasif,ca—
ciones que dcl genero humano liaga cl ~ntropologo nunca tomara en cuenta para cElas las
caracteristicas mentales”. LI Art l~ de la Cana de las Nac,ones Unidas —San Francisco— de
dira” Loi proposicos de lis Naciones Unidas son Obtener la eooperacibn anternacional para
reaolver loi nroblemss ,nternacsonales de csr~cter econômico, social, cultural o hunsanitarao
y favorecer cl respero por loi dereclsos humanos y por las libertades fundimentalea de todos,
5m disemncion de riz,, sexo, idioma o religion”
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V z Capitubo 1
Valcircel, Luis: 12, 35, 203, 239, 249.
Valera, Blas: 168. Z&rate, Agustin de: 41, 44, 79, 129. ETIMOLOGIA DE LA PAL/sJ3RA CHOLO
Valdez, Antoniot 168. Zavala, Silvio: 186, 233.
Valery Larbaud: 221. Zea, Leopoldo: 210. I. Su etimologia segûn los cronistas y escritores, dcl siglo XVI al XX, 21. IL CIsolo: palab
Valle, M. M.: 209, 280, 232, 234. Zumeta, César: 239. despectiva, de insulto, 27. III. Et proceso de su sustantiVacién. 29.
Capitulo 11
I. éCholo es ainéninio de mestizo?, 31. 31. Su accpcién etno.sociolôgica actual. Cholo signifi
10 indo.hispano, indo.blanco y equivale a b peruanO, 32. III. ~Es la nueva raza peruana?, 3
Seguizda Parte
EL MARCO DE LA HISTORIA
Capitulo b
I. Nacimiento biolôgico y social dcl cholo. Etapas, 39. 11. Los primeros cholos de prosapia,
III. El sentimiento amoroso dcl conquistador para con la india y su proie. La fascinacién
espaflol y la ofrenda de doncellas aborigenes, 43. 1V. III “servicio de indias”, cl paraiso
sexo y la perversi6n de las costumbres, 45. V. Las indias preferidas a las espaflolas y cl ol’
de las casadas en la Peninsula, 49. VI. LI Perû pais de la fibula y centro de inniigraciôn dc
paf~oles, SI. VII. Providencias y noticias oficiales de [os virreyes sobre cl mestizaje, 52.
284 ““ EL cHOLO Y fl PERÛ f NDICE GENERAL 285
Capitula lE Capitulo II
ARItAIGO Y CARACTfl{I5flCAS DIZ ME5TJZAJE
EL INFLUJd TELÛRICO Y 14$ ESCALAS DE SU EPIGIE
I £1 ent~oncamiento dcl espaflol con las caciques. Algunos casos, 55. II. Los funcionarios civiles
y eclesiasescos, progenitores de cholos, 57. 111. Matrimonial y concubinatas. FI srrzzsnacuy, 58. I. Et influjo de las Andes sobre su persona y la domanaciàn de! media ambiental circun
1V. El hogar mesura La chola, 65. V. La condsc,ân legal y social del cholo y las castas colo— dante, 125. 11. Escalas de su efigie espiritual, Hacia cl Héroe, 127. III. Las gestos de su per.
males, 66 VI Las extranjeros en et mestina3e peruano, 73. sonalidad a través de la historia peruana, 12g.
Capitulo III
Tercera Parte ADITAMENTOS DE 5V PERSONA; VESTIMENTA Y AnCIONES
LA GEOGRAFIA I~EL MESTIZAJE r. Su vestimenta histôreca: cl poncho, prenda multiple, Interpretacién y signaficado pseco—
l6gsco, 131. IJ. Sus arreos cl caballo (El cholo hombre jinete ), 134. III. Sus instrumentos
musicales: la guitarra, 137. ~V. Su aficiôn a los taros, 138.
Capitula I
LOS ANDES Y EL MESTIZAJE I3IOLÔGICO INDO-IESPJSJQcJL Capitulo IV
I. Las ciudades y los campas de las Andes primer crisol de mestizaje sndo-espaflal, 79. IL Los BEUCISMO, POLITICA Y OTROS ÀNGULOS DE SU PERSONALJDAD
Andes refugio y ampara de rebeldes y delsncuentes politicos, 80 III La sntromissân dcl es—
pai~ol en las pueblas de indios, 81 lEV. Naticias de las cronsstas y virreyes, 85. r, El instinto hélico dcl cholo. Culto al corae, y cl pundonor personal. (Ratilicaci6n de
estos actas por la correspondencia oficial.), 14!. 11. Ligero an~lisis de su sentimiento politico,
‘(Caudillisino y caciquismo.), 143. 11E. La chicheria, los gallos y los naipes, 14$.
Capitulo II
Capitulo II
Cap, tub I
EN LAS ARTE.S, LETRAS Y LA POLFTICA
EOSQ(JZJQ DE SU GENIO Y FIGURA
I £1 chalo nuevo tipo de liombre y Isombre peruino Hombre sintesis, III. II Caracteres I. Manifestaciones de su genlo artistico. La arquitectura ‘—cl barroco chaI0—; la pintura
psicologicos dc sus progenstores cspsilol e sndso, 112. 111 Rasgos psiquicas tipo intro, extra —escuela cusque5a—; la escuttura, las “toritns dc Pucar&” y otras expresiones, 157. 11. El
vertido y amboverso, lI 6. IV Cualidados psiquscss y afsrmacion h,stôr,ca de su personalidad, folklore: mûsica, danzas, cantar popular, etc. (Et yaravi, la inuliza, la cacisua, la marinera, las
(La correspondencia oficial dcl siglo XVI il XIX ), 117. V Su retrata pisca.antropolàgsco. valses.) Escuttura en «piedra de Huanaanga”, las actuales “mates”, las miscaras, Ici. lir, Su,
(Notas de las investigadores ) , 120 VI Su actual talante, 122 exponentes en las letras, artes y mùsica, 167. IV. En la vida politica, 169. V. Su aporte en et
descubrimiento, colanizaciôn y campa5as libertarias. (Las “mantoneras’’ y la “rabona”), 171,
VI. La masa chat, pionera de la peruanidad integral. (La chola: siinbola de la nacionalidad), 176.
286 LL CIIOLO Y EL PE1U~ tNDtCE GENERAL 287
Capitula I Capituto I
I. Perù pais ruestizo, 181. 11. La nacién Inca y su cultura a la Ilegada de I’izarro, 182. III. I. Et criterio de la superioridad de la raza blanca e infcrioridad de la india. Sus giosadore..
BI Derecho Indiano y las instituciones indigenas, y la mestizacién dci indio, 186. IV. La trans— en América y et Perû, 231. II. Et mestizo: monsirua hlbrido y degenerado. Et auge de esta
formacién dcl indio por cl régimen politico de las reducciones o nuevos pueblos. Bi cabildo idea en la Calonia. BI apotegma: chalibitis ,anncan bo,sn,g, 233. III, La “ciencia” de las
comunal, 188. V. La Iglesia: planificadora dcl aentisniento religioso, 191. VI. Las costumbres enciclapedistas y la inferioridad dcl hombre americano. La teoria dcl Conde de Gabineau y sus
espaflolas inyectadas a b, indios: profanas, religiosas, econômicas. (Loa oficios, ci folklore, la seguidores. Su influencia en América y cl Perû, 23$. [V. La inferioridad dci mestizo creada
vestimenta.) Su arraiga entre las indios actuales. La intromisiàn de la delincuencia y con fines de dominaciôn politica y expiatacién ecanômica. (Et temor de la Corona espa~oia
de los vicias, 192. los mestixos y su politica para con citas.) BI concepto legal dci mestizo y las castas
sociales, 242.
Capitulo II
L Perû: pais chola; no india. No existe “b indio pi~o”, 199. 11. El indio no es habitante EL CHOLO ES HOMBRE ETERNO
mayaritario dci Perd. Su amestizaciôn pot la escuela, la religiôn, e1 caneliano, las caminos, 201.
111. Elegia dcl Tahuantinsuyo, 204. I. Na existe tipo ùnico: e1 chaio “hombre eterno”, 247. 11. Apaiogia y diatriba. Su justa
pasici6n, 249. III. La biolagia y antropobogia conten1por~nea, rechazan et mita de la superio
ridad de la “raza blanca” y condenan dcl errar hiscôrico de la degeneraci6n dcl niestizo.
(Las exceiencias dcl mestizaje), 252.
Séptima P.rte
liibliografla, 257.
DESTIN0 CULTURAL
indice de figuras, 271.
indice de liminas, 273.
Capitulo I
indice geagrifico, 27$.
EL CHOLO Y LA CULTURA INDIAN4 indice de autores citados, 279.
Cspitulo II