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Id: 556679
Cali Valle
2019
“NO TODO CONFLICTO ES MALO”
Todo lo anterior es digno de ser visto, estudiado y entendido; pero también esa misma
naturaleza que vio un ser primitivo ahora admira a un ser evolutivo, así como las diferencias
entre cada uno de esos mundos, pero también es cierto que existen los valores como la
aceptación y la tolerancia; Si tenemos presente de que cada uno de nosotros es diferente y así
mismo son nuestras ideas y pensamientos, pues acorde a lo anterior será nuestra forma de actuar
y re solucionar nuesstros conflictos.
Pero toquemos más a fondo este último tema, la resolución de conflictos; las actitudes
y los comportamientos generan conflictos, temas como el egoísmo, actuar de forma individual
donde no tengamos en cuenta el pasar por encima de los demás para conseguir un objetivo
propio; la falta de comunicación, cuando no expresamos lo que sentimos a tiempo, evitando que
se generen pleitos o problemas futuros, la desigualdad, el chisme, la falta de respeto que
conllevan a agredir al otro con palabras o acciones.
Hay que aclarar que un conflicto puede ser bueno o lo opuesto, es bueno cuando
ayuda, saca a la luz lo problemas y se les hace frente, enfoca y motiva a las personas a
solucionarlos y ayuda a las personas a reconocer, valorar y a beneficiarse de sus diferencias; y se
es malo cuando afecta, al estado de ánimo y causa desacuerdos negativos y comportamientos
inapropiados.
Se puede determinar que hay varias clases de conflicto, intra e interpersonales, inter o
intragrupales; entre los principales están el conflicto latente es decir el que existe pero no se
manifiesta caramente y el manifiesto que se encuentra de forma patente.
Cuando se presenta un conflicto, hay que percibirlo, si no, simplemente no existe, pero
una de las partes debe hacerlo, aquí en este punto entra el negociador, pero cualquiera no puede
serlo, debe tener ciertas habilidades y actitudes que determinen si lo es.
Si hablamos de Colombia, en nuestro país hemos vivido uno de los conflictos mas
largos, intensos y tristes casi por tres generaciones de colombianos donde hemos sido testigo y
algunos victimas de los asesinatos, las masacres, las violaciones de los derechos humanos, los
secuestros, los crímenes de lesa humanidad y las desapariciones y aunque solemos olvidarlo, el
efecto más perverso de las guerras, sin excepción, es la deshumanización de las relaciones
humanas fundamentales y la ruptura del tejido social que garantiza la convivencia.
Referencias bibliográficas
Guedán, M. M., & Ramírez, R. D. (2005). Resolución de conflictos en el s. xxi. Recuperado de:
https://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliouniminutosp/detail.action?docID=3429476