Curso: Fortalecimiento de capacidades preventivas en docentes y directivos en cuanto a

situaciones de violencia detectada o cometida en el contexto escolar

Módulo 2 Los problemas de la convivencia y esferas de acción

Tarea: Los problemas de la convivencia

Documento de apoyo: Los problemas de la convivencia

Para poder comprender como surgen y, por lo tanto, como prevenir los problemas que afectan
la convivencia es fundamental que empecemos por entender la importancia del factor humano
y las relaciones interpersonales.
Como vimos en el primer módulo, la violencia se puede manifestar desde el nivel individual hasta
el nivel social. En este caso, nos vamos a focalizar en los dos primeros niveles: el individual y el
grupal, el de las relaciones interpersonales; puesto que es desde esos espacios que se tiene una
mayor capacidad de influenciar el comportamiento de los otros, y a su vez, desde donde
podemos ser influenciados. Esto es lo que se refleja en el gráfico que pueden observar, a través
de las flechas de ida y vuelta que conectan al ser humano y a las relaciones interpersonales.
1) Factor humano
Al bagaje genético que tenemos se suman los resultados de las experiencias propias que vivimos
desde la niñez y de lo que observamos en nuestro alrededor; es decir, cuando somos niños, niñas
o adolescentes, en las relaciones en el seno familiar y en las relaciones en los centros de cuidado
y aprendizaje, así como en las guarderías y en las instituciones educativas. Es de esta manera
que, al acumular conocimientos, sentimientos y emociones, uno moldea poco a poco su
personalidad.
Cada persona debe tomar conciencia de cómo se concibe tanto lo que calificamos como bueno,
como lo que calificamos como malo; que termina siendo nada más que una percepción. Es una
identidad subjetiva, propia, que a lo largo del tiempo se va a ver afectada por las relaciones

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 interpersonales, sea para bien o para mal. Así como mi identidad subjetiva puede modificarse a
través de la interacción con los otros, mi participación en esta interacción puede influenciar la
identidad subjetiva de los otros; afectando así la autoestima de las personas.
Es necesario saber cuál es el punto de partida; es decir, ¿cómo me siento hoy en día con mi
cuerpo, con mis comportamientos, y mis emociones? La respuesta a esta pregunta me va a dar
la pauta de cómo me relaciono con los demás. Por lo que es importante que nos regalemos unos
minutos para hacer una introspección y reflexionar sobre estos elementos. Muchas veces cuando
nos queremos por lo que somos y aceptamos que lo somos creamos un punto de partida para
mejorar y progresar, nuestras relaciones son más sanas, respetuosas, y convivenciales. A su vez,
cuando se tienen dificultades para aceptarse y quererse como se es, las relaciones que se
construyen nacen desde un conflicto interno, que a veces puede quedarse en el fondo del cajón
fomentando que se construyan pasivamente las relaciones, y otras veces puede aflorar y afectar
las relaciones que construimos.
Si fuésemos monjes meditando en lo alto de una montaña, alejados de la sociedad, todo esto no
sería un tema de conversación, pero el ser humano es un ser social que se desenvuelve y se
desarrolla en y a través de las relaciones interpersonales.
2) Relaciones interpersonales
En general, no somos seres aislados y las acciones, gestos y palabras de un estudiante, docente
o algún otro actor de la comunidad educativa, afecta (positiva o negativamente) a las personas
del entorno. Así, tomar conciencia de que se está conviviendo con personas de diferentes edades,
con diferentes creencias y diferentes historias de vida es importante al momento de establecer
relaciones con las personas del entorno. Aún más en un ámbito laboral dónde se tiene a cargo la
formación y cuidado de niños, niñas y adolescentes.
En este sentido, si bien toda relación debe basarse en el respeto mutuo, es necesario diferenciar
el trato entre adultos del trato entre estudiantes y del trato intergeneracional; es decir, entre
adultos y niños, niñas y adolescentes.
Las relaciones entre adultos en una institución educativa son las relaciones que se tejen entre el
rector, los vicerrectores, los docentes, inspectores, profesionales de los Departamentos de
Consejería Estudiantil, otro personal de la institución y padres, madres de familia o
representantes legales. En este grupo, como en cualquier otro grupo, también se presentan
conflictos y dependiendo de cómo se los solvente se estará generando un ejemplo positivo para
la formación de los estudiantes o un ejemplo negativo que, inevitablemente, tiene repercusiones
en el comportamiento de los estudiantes. Si ven que los conflictos se resuelven con violencia,
con gritos y malos tratos, reproducirán lo mismo. Y viceversa, si ven que se resuelven escuchando
y respetando al otro, habrá mayores probabilidades que adopten un comportamiento similar.
Hay estudios que indican que las relaciones intergeneracionales en la institución educativa, en
este caso, entre docentes y estudiantes, suelen caracterizarse por una comunicación vertical, en
la que el docente dispone y el estudiante debe limitarse a ejecutar. Si bien, históricamente, se ha
construido de esta manera esta relación, se ha observado que este tipo de relación no sólo limita
el desarrollo de un pensamiento crítico y analítico por parte del estudiante, sino que puede
provocar malestar y conflictos con los estudiantes. Ya lo veremos más adelante. La relación entre
docentes y estudiantes es el corazón de toda institución educativa, por lo que es esencial que sea
respetuosa y fluida. Adicionalmente, como adultos, deben tener presente y velar por el interés
superior del niño, su protección y bienestar.

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 Otro grupo de relaciones cuyo desarrollo es muy importante observar es de las relaciones entre
estudiantes. Las relaciones entre estudiantes no son siempre fáciles de comprender para los
adultos porque las generaciones tienen intereses y maneras de relacionarse que son distintas. Se
tiene tendencia a encasillar a los estudiantes y pocas veces se explora su potencial. Es importante
que, como docentes, se entiendan las dinámicas que se dan en entre estudiantes, entre
compañeros y compañeras que comparten sus conocimientos, experiencias, emociones y
sentimientos, incidiendo en el aprendizaje, para bien cuando tienen interés y valores comunes,
y para mal cuando tienen comportamientos agresivos o violentos. Entre los estudiantes se
pueden generar episodios de acoso escolar, cuando hay un grupo dominante y una o más
personas dominadas. Es necesario observar de cerca a los estudiantes porque pueden existir
situaciones de violencia que se creerían aisladas, pero que pueden esconder una realidad más
compleja y dolorosa; por lo que es necesario mostrar interés en la evolución de las relaciones en
este grupo.
Asimismo, hoy en día las relaciones entre personas también se construyen en el mundo virtual
a través de las redes sociales y el internet, sobre todo las redes sociales; por lo que es importante
tomar en cuenta que, si se detecta, por ejemplo, relaciones conflictivas sostenidas entre
estudiantes, es posible que el conflicto se haya trasladado también al mundo virtual. Por eso es
importante construir un canal de comunicación fluido y respetuoso entre docentes y estudiantes;
de tal manera que los estudiantes puedan acercarse al docente para expresar su malestar.
Recuerden que las actividades diarias suelen volverse rutinarias y podemos terminar actuando
prácticamente de manera automatizada. De esta manera se pasan por alto algunas circunstancias
que pueden estar afectando la convivencia y por lo tanto no se las está ni abordando, ni
resolviendo; como son la desmotivación, la conflictividad y la violencia.

En la calidad educativa intervienen algunos elementos entre los cuales está la convivencia escolar
que, como vimos en la dispositiva anterior, depende del factor humano y la calidad de las
relaciones interpersonales, si son positivas o negativas.

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 Es necesario recordar que, con una mejor calidad de la convivencia, mejores serán los
resultados académicos de los estudiantes, lo cual es, por supuesto, de mucha satisfacción para
un docente. Para esto, se debe recalcar la importancia del bienestar emocional del estudiante y
el docente, así como la importancia de la relación entre ambas partes.
El bienestar emocional de las personas les permite tener una mayor concentración en las
actividades que realizan teniendo así mayores probabilidades de facilitar el proceso de
enseñanza-aprendizaje y lograr buenos resultados académicos.
Por otra parte, no cabe duda, existe una correlación positiva entre la calidad de la convivencia y
el nivel académico en una institución educativa; ya que esto se refleja en el Tercer Estudio
Regional Comparativo Explicativo, de ALC, realizado en el 2013. En este estudio se evaluó la
calidad de la educación en términos de logro de aprendizaje y se identificaron factores asociados
a este logro como las prácticas pedagógicas, los recursos, las características de los estudiantes y
sus familias, entre otros.
Por ejemplo, “se muestra que existe una asociación positiva entre la asistencia y la puntualidad
del docente y el desempeño de los estudiantes. Tal hallazgo revela la importancia que tiene el
manejo del tiempo y la adecuada planificación sobre el rendimiento.”, así lo señala el estudio.
Precisando además que “La asociación de la asistencia y puntualidad docente con el logro
académico tiene mayor magnitud para el rendimiento de los estudiantes de tercer grado que
para los de sexto grado.” Es decir, que mientras más temprano se da un ejemplo de
comportamiento positivo, se tiene más probabilidades de influenciar positivamente a los
estudiantes. Y, a su vez, la inasistencia e impuntualidad del docente afecta más el rendimiento
de los estudiantes de los primeros niveles.
A su vez, el estudio indica que “Las practicas docentes se relacionan positivamente con el
aprendizaje. Cuando las interacciones de aula se enfocan en combinar el apoyo emocional, la
organización de la clase y el apoyo pedagógico, los estudiantes alcanzan mayores niveles de
desempeño.”. Estos elementos incluyen prácticas “tales como que los profesores se muestren
contentos al hacer clases, feliciten y motiven a los estudiantes y los animen cuando se enfrentan
a actividades difíciles.”.
Educación integral y convivencia
La educación integral va más allá del conocimiento curricular. También pasa por saber escuchar,
cuestionar, pensar, arriesgarse, autorregularse, entre otras cosas. Y como se puede ver, muchos
de estos elementos se dan en la interacción con los demás por lo que la calidad de las relaciones
interpersonales entre estudiantes, entre estudiantes y docentes y otras relaciones que los
estudiantes puedan tener y observar en su alrededor, tendrán una influencia en el aprendizaje.
La misma conformación y funcionamiento de las organizaciones estudiantiles son actividades y
espacios de convivencia que implican el desarrollo de habilidades sociales y para la vida en
beneficio de los estudiantes.

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 En el espacio escolar se ha demostrado la importancia que tiene la definición de las normas para
mejorar la convivencia, dentro y fuera del aula. Sin embargo, aún más importante es cómo se
definen, entre quiénes se definen y cómo se aplican.
En el ámbito escolar, las normas buscan facilitar la disciplina de los estudiantes, aunque no
siempre se los incluya en la construcción de estas.
Al ser partícipes de la construcción de las normas las personas se sienten más comprometidas a
cumplirlas, por supuesto, siempre y cuando se hayan sentido escuchadas en el proceso, y la
aplicación de las normas sea recíproca (entre el docente y el estudiante) e igual entre estudiantes
(sin favoritismos).
Cuando no se cumple las normas, es decir, lo acordado entre las partes, entre estudiantes y
docentes, se genera una falta de credibilidad de la autoridad (en este caso sería la del docente)
y los estudiantes se desmotivan. A su vez, el docente también se puede sentir desmotivado
cuando la otra parte, los estudiantes, incumplen el acuerdo. Al reiterar sistemáticamente el
incumplimiento de las normas acordadas, se genera un ambiente poco convivencial que podría
llegar a ser conflictivo.
Otro escenario que genera desmotivación y conflictividad es la imposición de las normas sin
motivo aparente.
Establecer normas para la convivencia dentro del aula es importante y necesario. Saber que
existen normas y que hay que respetarlas es parte de la educación integral puesto que ayudará
a los estudiantes a desenvolverse en los diferentes ámbitos que emprendan después del colegio.
Por lo tanto, sí se deben definir normas dentro del salón de clases. Sin embargo, para evitar los
conflictos, las normas deben ser concisas, claras, pocas, iguales para todos y deben ser
construidas con la participación de todos los involucrados. De esta manera, todos se sentirán más
comprometidos a respetarlas.
También se debe recordar que más importante que la autoridad es la relación de respeto entre
las partes y eso se debe construir basándose en la escucha, la participación, y colaboración de
todos.

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 Cuando las relaciones interpersonales se ven afectadas, la convivencia escolar se ve afectada, se
puede generar desmotivación en estudiantes y docentes, y se producen episodios de conflicto y
hasta de violencia.
Desmotivación:
Un estudiante se puede desmotivar por múltiples razones. Incluso, de manera coyuntural, por
una ruptura amorosa. Sin embargo, hay 4 elementos que se pueden recalcar y en los que el
docente puede influenciar. El estudiante se desmotiva cuando siente que su esfuerzo no es
valorado, cuando siente mucha presión y poco tiempo para alcanzar el objetivo, cuando no
entiende de qué manera las actividades que le piden realizar van a contribuir en su vida
concretamente y, finalmente, cuando se le imponen normas sin comprender por qué y para qué.
“La motivación para el esfuerzo intelectual es siempre una motivación intrínseca que se genera
en el entusiasmo y las actitudes positivas cuando se visualiza que el esfuerzo que hay que realizar
tendrá una recompensa”. Cuando el estudiante, a pesar del esfuerzo, no alcanza una buena
calificación y no percibe cierta estima o valoración por parte del docente, su motivación va a
disminuir. Un estudiante con dificultades académicas puede tener diferentes motivos y es parte
del rol del docente explorarlos con el estudiante para mejorar la situación.
El fracaso académico alimenta la sensación de fracaso en general e implica una caída de la
autoestima personal.
Todo ello no significa que la escuela deba dejar de evaluar y proporcionar a cada estudiante la
valoración que merece su esfuerzo; por el contrario, significa que esta operación hay que hacerla
con exquisito respeto al esfuerzo que el estudiante realiza, haciéndole ver qué cosas va haciendo
bien y en qué tiene que cambiar y, sobre todo, informándole de los recursos e instrumentos de
los que dispone para mejorar su rendimiento sin que se devalúe su estima personal.

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 La desmotivación se puede dar tanto en los estudiantes como en los docentes; y no es culpa ni
del uno ni del otro. Se trata de identificar conjuntamente las causas y trabajar en ellas, ver cómo
se pueden solventar.
Conflictividad:
En el grupo de estudiantes el conflicto se puede manifestar a través de comportamientos
disruptivos, rebeldía injustificada, falta de atención y respeto, y el rechazo del estilo de las
relaciones. Es importante conversar con el estudiante para que manifieste su malestar y se sienta
escuchado.
Si no se presta la atención suficiente a estas situaciones y no se las solvente pacíficamente, estas
situaciones se pueden transformar, más adelante, en comportamientos violentos.

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