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transfronteriza:
experiencias comparadas
del Río Bravo hasta la Patagonia
Integración y paradiplomacia
transfronteriza:
experiencias comparadas
del Río Bravo hasta la Patagonia
Nahuel Oddone
José María Ramos
(coordinadores)
TOMO I
Esta publicación fue sometida a un proceso de dictaminación doble ciego por pares acadé-
micos externos a El Colef, de acuerdo con las normas editoriales vigentes en esta institución.
Este libro fue financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desa-
rrolloa través de la Asociación de Regiones Fronterizas Europeas (ARFE).
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y
pueden no coincidir con las de sus organizaciones de pertenencia.
ISBN: 978-607-479-318-5
INTRODUCCIÓN
Jose Ángel Calle Suárez 9
PRÓLOGO
Martín Guillermo-Ramírez 11
PRIMERA PARTE
UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA A LA PARADIPLOMACIA TRANSFRONTERIZA
Introducción
Nahuel Oddone y José María Ramos 17
Para além das linhas coloridas ou pontilhadas – Reflexões para uma topologia das relações fronteiri-
ças/ Más allá de las líneas coloreadas o punteadas: Reflecciones para una tipología de las relaciones
fronterizas
Tito Carlos Machado de Oliveira 25
Paradiplomacia transfronteriza: Reflexiones teóricas
Nahuel Oddone 49
SEGUNDA PARTE
EXPERIENCIAS COMPARADAS DE PARADIPLOMACIA TRANSFRONTERIZA
EN AMÉRICA DEL NORTE
Las entidades del norte de México y la cooperación internacional transfronteriza para la agenda
2030: Antecedentes y retos
José María Ramos 101
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados
Unidos)
Yair Candelario Hernández Peña y Marcela Reyes Ruiz 125
TERCERA PARTE
EXPERIENCIAS COMPARADAS DE PARADIPLOMACIA TRANSFRONTERIZA
EN CENTROAMÉRICA
Límites, fronteras, coorperación y agendas locales de desarrollos: el caso de América
Aurora Hernández Ulate y Juan Carlos Ramírez Brenes 211
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para portenciar la integración desde abajo
Nahuel Oddone 229
INTRODUCCIÓN
[9]
y el continente europeo comparten confrontaciones internas entre quienes apuestan
por la renacionalización y el unilateralismo y aquellos que promueven la vía de la
cooperación entre Estados y municipios y la promoción de valores comunes y dere-
chos humanos universales.
La experiencia de construcción europea, de la que Extremadura ha sido partícipe
y se siente protagonista, nos muestra la vinculación simbiótica y exitosa existente
entre integración regional y el desarrollo de la dimensión internacionalista de las
autoridades subnacionales. Es por ello que la cooperación extremeña promueve el
estudio y el fortalecimiento de la paradiplomacia como camino para el desarrollo e
integración de los pueblos, especialmente cuando se trata de las zonas de frontera.
Extremadura y los territorios que describe y analiza la presente obra comparten
su condición de fronterizos, y por lo tanto su realidad viene condicionada por carac-
terísticas comunes que los unen: la existencia de asimetrías en ambos lados de sus
fronteras y unos condicionantes propios provocados por el efecto barrera generado
por los estados nación y por la condición periférica de estos territorios. Y en todos
ellos, como muestra esta obra, la cooperación transfronteriza se presenta como una
herramienta útil para el desarrollo.
La exitosa experiencia de desarrollo territorial transfronterizo de la frontera his-
panolusa, más conocida como La Raya, radica no sólo en el interés de los ciudadanos
que la habitan por colaborar a fin de afrontar juntos desafíos comunes, sino también
en la generación de dinámicas de cooperación regladas, en la planificación estraté-
gica compartida y en la conformación de estructuras de cooperación transfronte-
riza que han favorecido una gestión más eficiente de recursos. Ejemplo de ello es la
Eurorregión conformada por Alentejo, Centro y Extremadura (euroace), que de la
mano de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo y
la Asociación de Regiones Fronterizas Europeas, entidad de la que forma parte, y a
través de esta publicación, apuesta por el desarrollo sostenible de las zonas de fron-
tera que van desde el Río Bravo hasta la Patagonia. En muchos de estos territorios,
la pobreza, las desigualdades, la vulneración de derechos y las difíciles condiciones
que vive la población migrante hacen que la cooperación internacional no sólo tenga
que estar presente, sino que deba operar si cabe con mayor eficacia combinándose
con dinámicas de cooperación transfronteriza a fin de lograr el desarrollo sostenible
de los pueblos de frontera.
[ 10 ]
PRÓLOGO
Martín Guillermo-Ramírez
Cuando hace justo ahora una década nos planteábamos en la arfe la necesidad de
estudiar los procesos transfronterizos identificados en otros continentes con el fin
de buscar nuevos enfoques que nos permitieran avanzar en nuestra propia forma de
entender la cooperación transfronteriza (ctf) en Europa, no podíamos imaginar que
nos íbamos a encontrar con tal variedad de casos, plenos de desafíos pero también de
oportunidades, con tan rica y prometedora cadena de intereses compartidos a través de
las fronteras nacionales a lo largo y ancho de las Américas, con tal cantidad de actores
y con tantas similitudes y también diferencias entre estas experiencias americanas y las
desarrolladas en Europa al compás de la integración construida a partir de los efectos
de la II Guerra Mundial. De hecho, aún hoy nos cuesta a los europeos abarcar todos
estos esfuerzos de integración fronteriza a todos los niveles, desde las iniciativas de las
comunidades indígenas a través del Estrecho de Bering hasta las propuestas de Tierra
del Fuego, pasando por fronteras con una dinámica muy similar a la intracomunitaria
(de la Unión Europea) como la que se desarrolla entre los Estados Unidos y Canadá, o
aquellas más cercanas a la situación de algunas fronteras exteriores de la ue (véanse los
nuevos-viejos muros en la frontera sur de los Estados Unidos con México), incluyendo
algunas situaciones de lesa humanidad, particularmente entre los grupos de migrantes,
y sobre todo aquellos más vulnerables. También observamos otras propuestas como
las realizadas hace algún tiempo en el marco de los procesos de integración regio-
nal, como Mercosur y el sica, con resultados desiguales, incluso me atrevería a decir
que agridulces. Y otros casos más consolidados como los procesos andinos, con una
enorme voluntad de integración por parte de todos los niveles de gobierno, salpicados
de pasos adelante y algunos pasos hacia atrás. Tanta riqueza de experiencias, propues-
tas y esperanzas que aún hoy, tras muchos informes, seminarios a este y otro lado
del Atlántico, visitas de estudio, pasantías, videoconferencias, etc., nos sigue costando
abarcar en su integridad.
[ 11 ]
Martín Guillermo Martínez
A pesar de que varios de los miembros del equipo europeo que hizo aquellos
primeros estudios en Sudamérica procedía de la cooperación internacional para
el desarrollo, prevalecía una visión muy eurocéntrica basada en la satisfacción de
lo alcanzado en Europa tras medio siglo de integración supranacional después de
siglos, si no milenios, de constante conflictividad a través de las fronteras. Hoy, sin
embargo, podemos constatar que, en efecto, la experiencia europea ha podido servir
de inspiración para el desarrollo y consolidación de algunos procesos latinoamerica-
nos, pero también estos últimos han aportado claves que nos permiten reconsiderar
algunos elementos de la cooperación transfronteriza europea manifiestamente mejo-
rables, como la excesiva dependencia de la disponibilidad de fondos estructurales de
la Unión en muchos casos, el exceso o la falta de institucionalidad en otros, la falta
de visibilidad y sensibilización por parte de grandes sectores de la población y, sobre
todo, la certeza de que no todo lo que exportamos desde Europa tiene por qué ser
necesariamente bueno. En este camino de ida y vuelta hemos comprendido mejor
alguno de los significados más genuinos de la cooperación, nos hemos enriquecido
todos en cuanto a los valores intangibles que supone la intervención en las regio-
nes de frontera y también hemos aprendido un poco más sobre lo que significa la
Cooperación Descentralizada y la Cooperación Sur-Sur.
Por ello no podíamos más que dar la bienvenida desde la arfe a la propuesta de
elaborar una publicación que tratara la integración y la paradiplomacia transfronte-
riza en la mayor parte del continente americano, aprovechando la experiencia y la
ingente labor de análisis desarrollada por excelentes especialistas e instituciones que
han hecho de la integración y la cooperación transfronteriza podríamos decir que
una forma de vida, como es el caso de varios de los expertos que han aportado su
conocimiento al libro que hoy, querido lector, tiene usted en sus manos. En ese afán
integrador, no quisiera dejar pasar la oportunidad de agradecer todas las contribu-
ciones aportadas a esta publicación, así como el esfuerzo de coordinación de Nahuel
Oddone, quien nos explicó por primera vez a los europeos en qué consistía la para-
diplomacia de las autoridades locales y regionales latinoamericanas, y de José María
Ramos, del Colegio de la Frontera Norte (Colef), que nos mostró cuántas cosas más
pasan entre Estados Unidos y México, más allá de la construcción del muro o el
tráfico de ilícitos. Ambos han hecho un ímprobo esfuerzo de coordinación de esta
publicación donde se dan cita tan diversas experiencias, constituyendo un todo que
no deja de ser un fiel reflejo del mosaico que, también en el continente americano,
han supuesto las distintas fuerzas que operan a través de tantas y tan diversas fronte-
ras desde el Río Bravo hasta la Patagonia. No sería justo olvidar aquí el papel que ha
jugado la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (aex-
cid). Si aquellos primeros estudios e intercambios entre América y Europa pudieron
12
Prólogo
14
Primera parte
Nahuel Oddone
José María Ramos
tégica que puedan diseñarse en cada uno de los territorios locales y de frontera. Estos
acuerdos interinstitucionales deberán contemplar las asimetrías que suelen caracte-
rizar a las zonas de frontera y fortalecer las capacidades proyectuales, de gestión y
rendición de cuentas de los gobiernos locales. De igual manera, el ODS 16, que busca
crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles, también
juega un papel muy sensible en atención a la realidad fronteriza.
En este contexto, resulta fundamental evitar la evaporación política que pueden
sufrir los ODS. De acuerdo con Dearden (2008), “evaporación política” significa la
falla de convertir la realidad en retórica, lo que representa un cambio fundamen-
tal en la realización efectiva de cualquier política (Dearden, 2008: 188). Cuando
hablamos de cooperación internacional para el desarrollo, la evaporación política
parece ser el principal dilema. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) recuerda que para evitar “evaporación política” es necesaria una
mayor armonización internacional como así también el fortalecimiento de la coor-
dinación para lograr una mayor coherencia en las políticas (Dearden, 2008: 190).
Evitar la evaporación política requiere del establecimiento de un diálogo sistemático
y efectivo con las autoridades locales y la sociedad civil (gobernanza multinivel). En
este mismo sentido cabe reflexionar sobre el papel de los procesos de integración
regional en el cumplimiento de los ODS. La Declaración final de las Naciones Unidas
mediante la cual se aprueba la Agenda 2030 reconoce “la importancia que para el
desarrollo sostenible tienen las dimensiones regionales y subregionales, la integra-
ción económica regional y la interconectividad. Los marcos regionales y subregiona-
les pueden hacer que sea más fácil traducir efectivamente las políticas de desarrollo
sostenible en medidas concretas a nivel nacional”. Para muchos gobiernos locales el
primer vínculo con la internacionalización, o con la paradiplomacia, surge a partir
del proceso de integración regional en el cual su país se encuentra inmerso.
Los siguientes capítulos de este libro argumentan desde diferentes perspectivas y
con base en experiencias prácticas y casos de toda América Latina, el vínculo creciente
entre la acción internacional de los gobiernos locales (paradiplomacia) y fronteras.
En la primera parte del libro los autores proponen una aproximación teórica a la
paradiplomacia transfronteriza. El capítulo “Para além das linhas coloridas oupon-
tilhadas – reflexões para uma tipología das relações fronteiriças” del profesor de la
Universidade Federal de Mato Grosso do Sul, Tito Carlos Machado do Oliveira,
plantea que las fronteras han pasado por ricas e intensas modificaciones desde la
última cuarta parte del siglo pasado y que existe un dinamismo visible éstas pro-
vocado por la intensificación de los intercambios que ha acelerado la comunicación
entre los pueblos y los intercambios culturales. La porosidad, las ambigüedades, las
contradicciones, la permeabilidad y la mutabilidad han sido las marcas de los terri-
18
Introducción
24
PARA ALÉM DAS LINHAS COLORIDAS OU PONTILHADAS – REFLEXÕES PARA
UMA TOPOLOGIA DAS RELAÇÕES FRONTEIRIÇAS1
Introdução
A representação que se faz da fronteira, nos dias que correm, por parte dos meios
midiáticos em geral, é tão pobre quanto angustiante e contraditória: divulga-se a
destruição das fronteiras, tanto no sentido histórico quanto geográfico, pela imposi-
ção do trânsito de mercadorias, ao mesmo tempo em que, ilogicamente, reforça-se o
seu sentido ao solicitarem seu trancamento às trocas sinistras.
Isto é, simultaneamente ao processo de dissolução, dialeticamente, ratifica o seu
conceito e o seu conteúdo territorial. Há, sobre a fronteira uma aparência paradoxal
de desmantelamento e reconstrução. Em todos os termos e por todos os meios, a ela
existe e “...é, sobretudo, encerramento de um espaço, delimitação de um território,
fixação de uma superfície. Em suma, a fronteira é um marco que limita e separa e
que aponta sentidos socializados de reconhecimento” (Pesavento, 2006, p 10).
Por mais que pesem as elucubrações da new economicortodoccia consolidando
seu fim, as fronteiras têm mostrado nodosidades expressivas de ligação entre malhas
territoriais distintas, elos agudos da integração regional, reafirmando o papel de que,
sem ela – como alude Raffestin (2005 p. 11) - “a história não pode ser interpretável”.
Algo está posto: as fronteiras não podem ser compreendidas como sinônimo
doutros lugares do Estado-Nação; não podem ser, como geralmente o são, consi-
deradas tão somente – esclarece Raffestin (2005) – como linhas coloridas ou pon-
tilhadas postas sobre a fria cartografia sem múltiplas escalas, insipidas e a-histórica.
As fronteiras foram e serão sempre um elemento chave de diferenciação, comunhão
e comunicação, interpondo-se entre a ordem e a desordem, entre o formal e o fun-
Como parte do projeto “Polos Geográficos de Ligação”, financiado pela Fundect e CNPq.
1
[ 25 ]
Tito Carlos Machado de Oliveira
2
Todos estes artefatos se amplificam naquelas cidades gêmeas ou nas semi-conurbações, por
serem lugares de comunicação mais intensa (Machado, 1996).
27
Tito Carlos Machado de Oliveira
Garcia (2006, P. 13) estabelece um modelo para entender as relações da fronteira interna-
3
cional, dividindo em quatro subcampos: subcampo ideacional (onde os principais elementos são
cultura e identidade); subcampo normativo (regido por normas e leis); subcampo materialista (no
28
Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
qual se encontra o modelo econômico e suas relações de trocas); e, subcampo agencial(onde estão
os atores e as atividades coletivas da vida cotidiana na fronteira).
“La integración fronteriza es un proceso cultural y social que compromete las diferentes
4
29
Tito Carlos Machado de Oliveira
Ponderações topológicas
Ao tentar se criar uma tipologia, é premente analisar o uso e fluidez do território,
para não cair nas armadilhas daqueles que observam as fronteiras como mero espaço
de migração ilegal, contrabando e narcotráfico, como bem se observa na mídia em
geral. Assim, um esforço de compreender este meio geográfico sistematicamente,
desde a utilização de seu sistema de engenharias, o fluxo das atividades econômi-
cas, as conjugações das formas sociais e jurídicas, o movimento da população, entre
outros, é imperativo.
Ademais, se faz observar, igualmente, que há uma complementaridade, de inten-
sidade variada, na atmosfera fronteiriça, que termina por conceber um comporta-
mento similar, quase sincrônico, para a população que vive nas proximidades da
regeres fine: os fronteiriços - ainda que a afirmação seja forte - se assemelham; ao
mesmo tempo, paradoxalmente, criam as condições necessárias para produção e
reprodução de uma localidade específica, ou então, uma espécie qualquer de “translo-
calidade”, no dizer de Appadurai (1997).
As fronteiras devem, portanto, ser analisadas, tanto na perspectiva do aspecto
geral, quanto na do particular, observando-se suas especificidades: formas, estru-
tura, função- e o processo que as envolvem, como preza a boas práxis do método do
espaço geográfico. Parece impossível estabelecer um paralelismo sistemático entre a
imensa variedade de fronteiras; mas, faz-se necessário criar um marco de referência
capaz de compreender a realidade talhada pelo movimento histórico do conjunto
das localidades.
Por fazer parte de um mundo, de uma totalidade, a visão que se deve ter sobre
ela deverá, senão, ser holística. Porém, um conjunto de elementos independentes
entre si, mas correlacionados e sobrepostos, permite a emissão de matizes e conceitos
intrínsecos à condição territorial de appartement por ela abrigada6.
A intenção é construir mecanismos de entendimento das engrenagens de apro-
ximação entre povos de cultura e comportamento díspares ante a necessidade de se
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Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
Ainda que não exclusivo, mas é possível apoiar que a maioria absoluta, (porém
longe de ser totalidade), das manifestações funcionais é sustentada pelo circuito infe-
Entre eles podemos destacar Alba (1999), Bailey (2003), Lapid (2001), Ramos (1996)
7
31
Tito Carlos Machado de Oliveira
rior da economia urbana, por se tratar de uma parte da economia pouco moderna
“
(...) regidas em termo por uma racionalidade menos afeita à divisão internacional do
trabalho” (Arroio e Gomes, 2013 p 40).
Fazem parte destas formas de integração funcional: a pequena indústria artesa-
nal de consumo local, o comércio varejista de qualquer espécie, independentemente
do tamanho, (observando-se que o supermercado faz parte do cotidiano dos pobres),
o comércio da pequena produção industrial mecanizada, o serviço de qualquer natu-
reza, com ou sem âncora formal, e outros que consolidam a complementaridade
cotidiana, como a compra de imóveis, pequenas transações de capitais, o aluguel
de máquinas, instrumentos e equipamentos, ocorrido, em especial, no setor rural,
entre muitas outras modalidades8. Em outros termos, um movimento de trocas
que não se confunde com a completa ilicitude do contrabando, mas abre alas para a
prática de pequenos descaminhos, mais concretizados sob a égide da ignorância, do
que do apelo ao lucro.
Aqui, é justo ressaltar que a interferência dos “organismos econômicos”, através
de seus atores menores, é incisiva e decisiva. O corte funcional do território está
diretamente ligado às ações de câmaras empresariais, grupos setoriais ou ações indi-
viduais de empresários e autônomos, quando engendram iniciativas que elevam a
dinâmica dos fluxos mercantis de um lado ao outro da fronteira, sem que estejam
submetidas às amarras do estatuto legal, como também alargam os espaços laborais,
transitando trabalhadores e estendendo o mercado de trabalho para além da linha
pontilhada ou colorida nos mapas.
Mas, independentemente da atuação dos organismos econômicos, a população
em geral cruza a fronteira para adquirir uma diversidade de mercadorias, serviços e
transacionar moedas, desconsiderando os trâmites burocráticos para satisfazer suas
necessidades elementares. É possível chamar esta ebulição de inter-relações cotidia-
nas de complementaridade visível de trocas, moldurada por uma permissividade con-
gênita nas fronteiras.
Entretanto, deve-se considerar que a riqueza da funcionalidade traz consigo uma
série de outras ingerências, não apenas funcionais, mas também não-lícitas, passíveis
de assimilação, neste estudo, identificada como participação invisível da funciona-
lidade. As facilidades induzidas pela dinâmica das articulações econômicas livre
de regulação terminam igualmente abrindo frechas para penetração e efetivação de
atividades nocivas de toda espécie, (narcotráfico, corrupção, contrabando, desca-
minhos, contravenção, lavagem de dinheiro, etc.), tanto em pequena escala, exerci-
Não podem ser negligenciadas as trocas envolvendo trabalho intelectual, desde a compra e
8
venda de livros, as aulas em domicílios, aulas no ensino superior, até palestras, conferências, etc.
32
Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
das por pessoas comuns, independentemente de classe social, como até por grupos
articulados em redes transnacionais. Todavia, tal fato não é uma exclusividade da
região de fronteira. Porém, a condição do território fronteiriço, via de regra, pode
decompor uma participação invisível trivial em uma accelerating pumb de proporções
incognoscíveis, revertendo conceitos e reposicionando atuações.
Em termos conceituais e concretos, é a expansão-retração da integração fun-
cional na fronteira que, em todos os aspectos, abriga a convivência compartilhada
dos costumes, habitus, ritos e ruídos, modula o comportamento social no sentido
da aproximação, aceitação e definição conceitual de um povo em relação ao outro,
mesmo com as anfibologias sentidas de parte e contraparte.
Por outro lado, essa expansão rotacional, da integração funcional interfere, como
efeito direto, na utilização dos aprestos citadinos. Forçando uma reinvenção dos
objetos, dos equipamentos e do mobiliário urbano, pelos cidadãos, em detrimento
de qualquer forma de organização do traçado existente; uma sucessão de construções
de mau aspecto surge, lesionando a arquitetura passada quando existente, invadindo
e descaracterizando os espaços públicos de convivência, cujos parâmetros oferecem,
durante o dia, ambientes de intensa circulação, negócio e informação, enquanto,
durante a noite, uma solidão profunda e angustiante de um perfeito não lugar.
De todo modo que, a integração funcional, por trabalhar com forças antagôni-
cas, se posta como coluna vertebral do processo de reprodução da capacidade cria-
tiva dos fronteiriços, cujas vértebras emitem fibras nervosas em todas as direções e
sentidos, depurando ramificações que sustentam, desde as coloridas interações até
tenebrosas transações.
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Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
Este conteúdo, relido e revisado sob novas circunstâncias e novos parâmetros, foi
10
35
Tito Carlos Machado de Oliveira
36
Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
11
Sobre os “efeitos barreira” ver Nijkamp et al (1990).
O trabalho realizado pelo Grupo Retis (ufrj) estabeleceu uma tipologia para as fronteiras
12
brasileiras com cinco modelos fundamentais: margem, zona-tampão, frentes, capilar e sinapse.
13
Também cheguei a caracterizar essa fronteira como “Perigosa” pelo fato de ser uma região
que coloca a sociedade em perigo; todavia, o nome crespa, melhor representa a agitação e as pos-
sibilidades de rusgas na tessitura territorial.
Uma referência significativa desta “confiança” é a comum frase, dita com humor pelos
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37
Tito Carlos Machado de Oliveira
Pública de cidades de Fronteira, envolvidos em negócios ilícitos; como, ainda que pouco noti-
ciado, a retirada de agências bancárias de cidades fronteiriças, dada pelo volume excessivo de
depósitos bancários.
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Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
círculos distantes, em áreas externas a elas (Müller, 2003). São nessas áreas que se
reforçam as identidades e se produzem novos pertencimentos com mais força e pro-
priedade. A permeabilidade está profundamente enraizada movendo restrições, for-
matando movimentos de pertencimento e práticas compartilhadas. Assemelha-se ao
que Martínez (1994, p.7) define como fronteiras integradas, com permanente estabi-
lidade, funcionalmente fusionadas e movimento irrestrito de pessoas e mercadorias16.
E, por assim ser, são áreas típicas de tensão constante, porém oferecem alter-
nativas e oportunidades vinculadas às vantagens comparativas de ter mercados de
trabalho amplo, com preços e salários diferentes, que multiplicam as possibilidades
de emprego, atraindo trabalhadores, investidores e consumidores (Anguiano Téllez,
2005). Aqui, há confrontação/cooperação entre duas visões: a das “organizações eco-
nômicas” e a das “organizações políticas”, com mais intensidade e aparência; este
embate torna-se benéfico quando uma consolida um limite à outra.
As transgressões, manutenções, interposições, distorções e as trocas confirmam
um movimento e um comportamento transversal na convivência e nas interações
fronteiriças, favorecendo uma dinâmica particular das atividades, dando caracte-
rísticas singulares ao território, mais ainda, nas conurbações de médio porte. Ao
mesmo tempo em que os abusos da funcionalidade são, no geral, corrigidos pela
imposição de ações de integração formal – espessa atuação aduaneira, interposição
policial, válida presença judiciária, etc. – precata a sobreposição de poder paralelo.
Concomitantemente, a integração funcional oferece vantagens suficientes para cons-
truir uma relação de convivência capaz de embaralhar os costumes culturais e as
relações pessoais, indefinindo partes e erigindo uma identidade singular, sem signi-
ficar sujeição apátrida.
São regiões facilmente identificadas pela presença de conurbações ou semiconur-
bações, geralmente não muito recentes, com ou sem substantivas assimetrias.
tensão com a integração, chegando a quatro propostas: fronteiras alienadas; coexistentes; interde-
pendentes e integradas.
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Tito Carlos Machado de Oliveira
Ali reinam a burocracia e suas ordens. Os programas entre países vizinhos, obje-
tivando a ampliação das relações comerciais, o controle de zoonoses com vacinação
de rebanhos, educação sanitária, atividades militares para combate ao narcotráfico e
ao contrabando, despreza os nexos de cooperação e integração cotidiana do territó-
rio. Mais que isto, as formas de cooperação feitas amiúde, não apenas são desapoia-
das, mas também combatidas.
No âmbito geral, há uma sobreposição normativa controlada desde arriba,
enquanto as atuações dos “organismos econômicos” são determinadas pela lógica
conjuntural exercida e controlada, em maior parte, pelo “circuito superior da econo-
mia”. As externalidades suplantam e sufocam as horizontalidades criativas.
Nessas fronteiras, por conta da formalidade descabida, há impedimento, tácito
e explicito, no trato de pessoas com o país vizinho, resultando na construção de
precários laços fraternos e entrelaçamento cultural acanhado. As assimetrias, que
sempre aparecem como forte instrumento de criação de funcionalidades, quando ali
se apresentam, demoram muito para consolidar mudanças qualitativas e quantitati-
vas no comportamento social.
São fronteira que vivem do passivo delírio das incursões burocráticas, os “orga-
nismos políticos” e, neste caso, se posicionam, no geral e no particular, como guar-
diões da manutenção e recriação do status quo, ou seja, são cooptados – e não asso-
ciados – pelos “organismos econômicos” para serem gestores de um espaço urbano
adequado para uma destinação estrita.
Apesar de esta situação ser tão frágil, do ponto de vista da integração - tanto
quanto aquelas fronteiras crespas -, não se postam, não se assumem e negam qualquer
fragilidade, sendo considerados pelos Estado-Nações, (e pela mídia), como verdadeiros
exemplos de desenvolvimento, integração e guardiões da conduta apropriada de uma
fronteira segura e inteligente. Ledo engano. Na verdade, são ambientes controlados e
apenas isto. E, como são ordenados por fatores exógenos, o peso das instabilidades nas
relações comerciais, as vicissitudes dos acordos diplomáticos e as oscilações constan-
tes no crescimento econômico dos países, fazem desses territórios, ambientes também
muito frágeis devido a exaustiva formalidade – embora a aparência indique o avesso.
Isto, sem desperceber sobre a possibilidade de utilização, por parte de grupos ilícitos,
dos mecanismos burocráticos para transitar mercadorias perigosas.
Deslocamentos e deslizamentos
A Tipologia apresentada, que se articula sob duas lógicas e apresenta quatro tipos de
relações fronteiriças, não traz consigo a primazia de uma forma sobre a outra.
Nas situações B e C as empresas, as entidades e as articulações funcionam, em
40
Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
relação à fronteira, sob a égide de uma lógica territorial na qual as ações acontecem
por mecanismos endógenos, movidos por inter-relações de múltiplos atores, priorita-
riamente locais; neste caso, a complementaridade, (saudável ou não), existe e tende a
tecer relações horizontais de parceria efetiva.
Totalmente outro é o sistema colocado nas situações A e D. Nestes subsistemas,
as integrações com a fronteira são ditadas por articulações exógenas; o efeito meio
geográfico é subsumido pelas relações verticais.
Considerando que, assim como a sociedade em geral, a fronteira ou é dinâmica
por fatores intrínsecos, ou é dinâmica por reflexos de vetores exógenos, ou ainda é,
particularmente, apática; e, considerando que a fronteira é mais porosa, ambígua e
permeável do que outras partes dos territórios nacionais, não se pode considerar que
a posição desses diferentes tipos de situações seja estática. Os sistemas podem se des-
locar em ambos os sentidos, porém há uma tendência mais factível de deslocamento
e deslizamento17, a dizer:
41
Tito Carlos Machado de Oliveira
19
Caso como se identifica a fronteira de Corumbá (Brasil), com Puerto Quijarro e Puerto
Suarez (Bolívia), saindo de uma fronteira protocolar nos 1970s passando, com a instalação do
porto aduaneiro e da chegada do gasoduto Br-Bo, asfaltamento da BR 262, para a condição de
ser uma vibrante fronteira, nos dias que correm.
42
Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
Finalizando
A Tipologia pontuada neste artigo gravita no entorno dos princípios da diferen-
ciação e da aproximação entre as fronteiras. Cada fronteira é uma fronteira, com
diferenciações profundas entre elas; por outro lado, há muitos elementos similares
nos laços que atam os seus diversos formatos de integração. Aqui estão expostos
quatro tipos de aproximações correlacionadas a duas categorias, e assim, coloca-se
na perspectiva de uma proposta digna de todas observações.
Ao arquitetar um instrumento para apontar a característica majoritária das rela-
ções congruentes do território, tal proposta não cogita ser monolítica, muito menos
imutável, definitiva e inquestionável, mas, ao contrário, a matriz na qual está assen-
tada é refém das dinâmicas territoriais e das novações sobrevindas do processo histó-
rico. O horizonte dessa tipologia não está disposto a uma condição monotética, com
caráter normativo cristalizado e peremptório, e sim, vislumbra um modelo hipotético,
cuja validade se funda na situação possível da sua condição histórica, especialmente
se considerando que, neste século, tem se enfatizado um “rebordering” (uma espécie
de re-delimitação), não apenas com o reforço na ideia de fronteira reafirmada pelos
tradicionais conceitos de segurança, riscos e ameaças, mas sobretudo com a criação
de novas funções, práticas e discursos em tono do tema fronteiriço, como bem alerta
Hernandez e Campos-Delgado (2015 p.11).
A base deste estudo está na trajetória de quatorze anos de experiência adquirida
pelo Centro de Análise e Difusão do Espaço Fronteiriço (CADEF) com estudos e
projetos técnicos nas áreas de fronteira. Verificaram-se, no rolar destes anos, que
muito do que ocorre nas fronteiras é dado pela ausência de políticas públicas ou
sua inadequação e ineficácia e também por um conjunto de leituras equivocadas e
enviesadas sobre o processo de integração em curso, ou ainda, por pechas ideologi-
camente atiradas para justificar inaptidões jornalísticas e inépcias administrativas.
O combate ao narcotráfico, à guisa de exemplo, que tem suscitado um imenso
debate nos dias atuais, impõe formas, atitudes e condutas diversificada para cada
meio geográfico diferentes20razões que justificam e comprovam as excessivas con-
sequências negativas e a pouca eficácia do combate ao narcotráfico na atualidade,
como bem lembra Jelsma (2011).
20
Como se observa o relatado por Tapia y Tagle (2013) na região de Tarapacá - na fronteira
do Chile com a Bolívia - é muito diferente daquele formato de aludido por Vellinga (2004), ao
analisar as modificações na metodologia de atuação do tráfico na Colômbia, assim como difere
das condições relatadas por Oliveira e Linjardi (2013) e Oliveira e Costa (2012) na cidade de
Corumbá - na fronteira Brasil-Bolívia.
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Tito Carlos Machado de Oliveira
O tipo de relações acenado neste estudo provém de uma lógica territorial susten-
tada na complementaridade instável, modificável e indecisa. Porém, concebem pro-
priedades e vantagens com as quais se podem contar, permitindo a cada localidade
acionar seus atores no esforço de operacionalizarem recursos e promoverem for-
mas alternativas (ou até tradicionais) de desenvolvimento endógeno das fronteiras.
Requer-se, para tanto, disposição necessária para constituir mecanismos de observa-
ção com certo rigor cientifico, mas também com capacidade técnica para averiguar,
distinguir, separar e propor ações coordenadas de mediaçãopolítico-administrativa
e social, distanciando-se de umdiagramacartesiano estrito de feição meramente téc-
nico ou deroupagem puramente acadêmico.
O papel dos atores administrativos e sociais, sejam fronteiriços ou distantes,
refletem Oliveira e Oddone (2013), em qualquer período do tempo e do espaço foi
e será fazer com que as fragilidades territoriais sejam abrandadas diante da presença
das potencialidades presentes, o que coloca em destaque a necessidade de ajuizar
sobre as particularidades de cada fronteira, com relação à coesão territorial, às assi-
metrias econômicas e sociais e ao escopo do processo de integração. É, emsíntese,
no que esta Tipologia intenta cooperar.
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Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
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Tito Carlos Machado de Oliveira
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Más allá de las líneas coloreadas o punteadas
Nahuel Oddone
“La magnitud del fenómeno integracionista ocultó durante los años iniciales de
la Posguerra Fría una segunda tendencia, que no ha sido menos significativa: la
potenciación de los espacios interiores del Estado nacional, aquellos que bajo
la denominación de regiones, comunidades autónomas, provincias o estados,
constituyen el ámbito subnacional” (Luis Maira, 2006: 84).
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Nahuel Oddone
Introducción
Probablemente al entender la movilización política subnacional más allá de las
fronteras para fortalecer un grupo de territorios en este mundo global, se deban
considerar –en primer lugar– los procesos de transformación ocurridos al interior
del Estado-Nación. Sin lugar a dudas, dentro de la teoría de las relaciones inter-
nacionales, han sido fundamentales los aportes de Keohane y Nye (1988), quienes
entendieron al final de la guerra fría, que nuevos temas de la agenda internacional
estaban surgiendo al mismo tiempo que emergían otros actores de naturaleza no
estatal. Vale la pena mencionar que estos autores no realizaron una construcción
téorica sobre el relacionamiento internacional a partir de actores subnacionales pero
su entendimiento sobre el surgimiento de relaciones intergubernamentales y trans-
nacionales, en paralelo con las relaciones interestatales, contibuyó con el desarrollo
teórico de la proyección internacional desde el componente subnacional o subesta-
tal. Los procesos de transformación experimentados en el escenario internacional
han elevado “la importancia de los asuntos transnacionales y facultaron a diferentes
actores para tener un papel más amplio en la política mundial” (Nye, 2003: 2).
Las modificaciones de política interna que se han observado al interior de los
Estados nacionales desde el fin de la guerra fría, en donde la rígida centralización
estatal ha dado lugar a un mayor reconocimiento de la autonomía de las unidades
subnacionales compositivas así como a procesos de descentralización y de transfe-
rencia de competencias que han fortalecido las capacidades de los gobiernos locales
y regionales. Todos estos procesos internos, al mismo tiempo, han tendido a modi-
ficar la calidad democrática de los países ya que el factor responsiveness, entendido
como el cumplimiento de las demandas, intereses, expectativas de los ciudadanos y
ciudadanas, se ha convertido en una variable fundamental de los diferentes niveles
de gobierno de los Estados.
Los gobiernos subnacionales han interpretado su proyección internacional desde
dos perspectivas: 1) como una movilización política con raíces internas producto de
las demandas de sus ciudadanos y ciudadanas conectados globalmente a partir de
las tecnologías de la información y la comunicación con sus pares de otros países,
con sociedades civiles más densificadas, que los han llevado a demandar políticas
públicas con mayor innovación y eficacia o la transferencia de buenas prácticas
internacionales; y, por otro lado, 2) como una respuesta “desde el territorio” a la
fragmentación de la economía global que los ha obligado a “encadenarse” producti-
vamente bajo nuevos esquemas y lógicas que se basan en la necesidad de construir
ventajas comparativas dinámicas en el marco de la conformación de megamercados
y la irrupción de cadenas globales de valor al mismo tiempo que todavía persiguen la
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Nahuel Oddone
Martín López y Nahuel Oddone (2010), Mariana Luna Pont (2010; 2011) se pueden
registrar cinco grandes encuadres teóricos: 1) desde la perspectiva del actor inter-
nacional; 2) desde la perspectiva de la política exterior y los procesos de toma de
decisiones; 3) desde la perspectiva de desarrollo territorial; 4) desde la perspectiva de
la integración regional y; 5) desde los enfoques de la gobernanza.
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Nahuel Oddone
Según Watts (1999), existen varias razones por las que se dio un auge del federalismo en
1
internacional, entre las que prestaba particular atención a los actores gubernamenta-
les subnacionales2, los que posteriormente serían considerados entre los perforadores
de la soberanía estatal. Para explicar el fenómeno de penetración de las fronteras
nacionales, Duchacek, Latouche y Stevenson (1988) las entienden como tamices
(sieves) frente a la imagen realista de las fronteras como caparazones (hard shells)
impenetrables que podrían estar representadas por las denominadas “instituciones
conchillas” (Giddens, 2000), instituciones que se han vuelto inadecuadas para las
tareas que están llamadas llegando a ser “instituciones zombies” (Beck, 1997), insti-
tuciones que externamente se las percibe como iguales pero internamente se encuen-
tran en un proceso de cambio. La interdependencia acaba con los compartimentos
estáticos los que empiezan a ser interferidos y penetrados (marbled) por otros acto-
res. Entre los estudios se clasifican los diferentes perforadores; identificando incluso
como categoría de análisis a los perforadores subnacionales, entre los que se destacan
los gobiernos locales, municipales o regionales, especialmente las comunidades terri-
toriales o etnoterritoriales3.
La fragmentación del Estado nacional se convirtió prontamente en un tema
abordado desde las múltiples corrientes de las relaciones internacionales dada la dis-
persión geográfica de las actividades económicas característica de la globalización.
Los procesos de descentralización en numerosos países y la delegación de parte de la
soberanía hacia instituciones supranacionales en el marco del nuevo regionalismo,
pusieron en tela de juicio al Estado a partir de lo que algunos entendían como el fin
del Estado nación (Kenichi, 2005) o la generación de un Estado red (Castells, 1998)
en el marco del fin de la historia (Fukuyama, 1992); o por el surgimiento de las
llamadas ciudades-regiones (Calzada y Björk, 2014), de las ciudades liberales (Harvey,
2010),de las ciudades globales (Sassen, 1991), o de las regiones-Estado (Ohmae, 2005),
o incluso, de las regiones no territoriales (Ruggie, 1993).
Es en este contexto que las unidades subnacionales se convierten en objeto de
estudio como actores relevantes de la política internacional, confrontándose con el
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las relaciones internacionales: una primera imagen centrada en el hombre, una segunda imagen
en el Estado y una tercera en el sistema.
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Durante la post Segunda Guerra Mundial, y particularmente a partir del final de los
sesenta y principio de los setenta, una variedad de actores subnacionales al interior de
los Estados (unidades federadas, regiones, comunidades urbanas, ciudades), reaccionaron
a los cambios sistémicos acaecidos en el nivel nacional-estatal y a la emergencia de una
creciente interdependencia global que directamente los envolvía internacionalmente. Este
fenómeno es más común entre sociedades industriales avanzadas federadas con base en
un sistema socio-político plural, desarrollo económico y una descentralización constitu-
cionalmente reconocida dan fuerza a las unidades federadas a jugar un papel más activo y
directo en los asuntos internacionales a través de la paradiplomacia. (Soldatos, 1993: 45).
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Paradiplomacia transfronteriza: reflexiones teóricas
global. Procesos que en conjunto llevan a una redefinición del lugar de la localidad,
la que pasa a ser un espacio de regulación y organización institucional cada vez más
desconectado de las matrices territoriales del sistema interestatal y sustentado en una
nueva retórica acerca de lo local. El concepto de espacio como soporte geográfico
en el que se desenvuelven las actividades socioeconómicas, suele llevar implícita la
idea de homogeneidad. Dentro del espacio, se analizan fundamentalmente los temas
relacionados con la distancia, los costes de transporte, la aglomeración o la polariza-
ción del crecimiento. Desde la perspectiva del desarrollo local y regional, importa el
concepto de territorio, que incluye la heterogeneidad, las características medioambien-
tales específicas y los actores sociales, así como la existencia o el acceso a los recursos
estratégicos para el desarrollo productivo y empresarial (Alburquerque, 1995).
Si bien la economía mundial no impacta de modo homogéneo en todos los terri-
torios, en su mayoría se puede reconocer algún elemento particular o efecto especí-
fico producto del proceso de reconfiguración local tras el impacto de la globalización.
Deterritorialización y reterritorialización serían así el resultado del movimiento del
capital transnacional, de la generación “natural” de nuevos espacios de acumulación,
producción y consumo y de las políticas públicas diseñadas para atraer a ese capital o
mitigar su ausencia. En consecuencia, el entendimiento y la interpretación del lugar,
son siempre objeto de dinámicas locales y globales no necesariamente excluyentes.
Los resultados de la acción paradiplomática aún siguen teniendo una cierta concen-
tración entre las ciudades capitales nacionales o de las provincias o departamentos; o
bien, en aquellas posicionadas en corredores estratégicos o bien cerca de importantes
obras de infraestructura.
Lo local y lo global no se excluyen mutuamente; lo local tan sólo debe entenderse
como un aspecto de lo global. “No tiene sentido definir lo global como si necesa-
riamente excluyera lo local” (Robertson y White, 2004: 23). Lo local es el ámbito
donde se vive lo global. “La globalización significa también acercamiento y mutuo
encuentro de las culturas locales, las cuales se deben definir de nuevo en el marco de
este clash of localities” (Beck, 1997: 79). Los gobiernos locales se encuentran interco-
nectados por flujos, lo que ha generado modificaciones en su perfil pero, sobre todo,
ha generado modificaciones en sus políticas públicas.
Esto (…) significa (…) que los lugares no pueden ser más considerados como entidades
cerradas, autosuficientes. Para que haya interconexión se necesitan lugares densos de acti-
vidad, ricos de identidad y cultura, pero también disponibles a abrirse hacia el exterior (…).
En definitiva, todo depende de la vitalidad de lo local. Es decir, del papel que la economía
local, pero también de la sociedad local –instituciones, tercer sector, voluntariado, asocia-
ciones culturales y por los nuevos derechos– sepan desarrollar para construir economía y
territorio. Todos los sujetos locales tienen que estar implicados. (Bonomi, 2004: 72).
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plementariedad (Cornago, 2009; 2010) que resulta muy atractivo para el desarrollo
de estrategias de place branding.
La interacción fronteriza es estimulada principalmente por la proximidad física,
que favorece el conocimiento recíproco y el intercambio. Otro vínculo importante
radica en las problemáticas compartidas por los territorios como la contaminación
ambiental, el declive industrial de algunos sectores o las exigencias de diversificación
económica. Un elemento ulterior que favorece el intercambio fronterizo es la diver-
sidad regulatoria y legislativa de las que son objeto los territorios que pueden limitar
o auspiciar la articulación y complementariedad: en las zonas de frontera “la inten-
sidad suele ser acentuada por la diversidad contrastante en términos de contexto
económico general, mercado de trabajo, régimen fiscal, disponibilidad de bienes de
consumo, y hasta por la disponibilidad del suelo edificable” (Dell’Agnese, 2003: 80).
“La zona de frontera (…) debe ser considera como un área de márgenes más bien
imprecisos al interior de la cual se manifiestan fenómenos inducidos por la presen-
cia del confín (…). Una región transfronteriza debe su especificidad a la presencia
del confín y de la intensidad de los flujos desencadenados por la complementarie-
dad de las realidades territoriales que se ponen en contacto” (Dell’Agnese, 2005:
101). En la búsqueda de una respuesta y de un marco de referencia para este tipo
de procesos espontáneos llevados a cabo por las comunidades locales (asociaciones,
empresas, sociedad civil), los gobiernos locales establecen relaciones internacionales
con instituciones homólogas más allá de la frontera. Son los gobiernos locales los
que se convierten en promotores de las relaciones fronterizas, como una estrategia
de potenciación del desarrollo económico y social del propio territorio a través de
las interacciones que genera la línea de frontera. En ambos casos, este relaciona-
miento de los gobiernos locales a través de sus fronteras puede ser categorizado como
paradiplomacia, ésta suele comenzar de manera individual, pero, rápidamente, los
gobiernos locales buscan construir estrategias colectivas para el desarrollo de un
place branding con menores costos y un mayor derrame de beneficios.
Patrick Le Galès (1998) sintetiza una serie de preocupaciones al insistir en la
complejidad de las nuevas formas de interacción entre los actores de las políticas
públicas y un territorio. Se encuentran en la gobernanza las ideas de dirección de
un gobierno sin otorgar primacía al Estado. Esto sugiere la comprensión de la arti-
culación de los diferentes modos de regulación de un territorio, a la vez en términos
de integración política y social y en términos de capacidad de acción. Esta cuestión
supone replantear las interrelaciones entre el Estado, la sociedad civil, el mercado
y las recomposiciones entre las variadas esferas de fronteras difusas (Ruano de la
Fuente, 2002).
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Uno de los hechos más sorprendentes de la evolución histórica durante los últimos dos-
cientos años ha sido la persistente y anacrónica influencia del sistema territorialista wes-
tfaliano (…) a pesar de que el Estado territorial ha dejado de retener la soberanía en un
8
Según Mostov (2008), la soberanía nacional tiene que ver con la jurisdicción del territorio
y las fronteras del Estado-nación y el derecho a elaborar leyes, incluyendo el derecho a determi-
nar quién tiene la ciudadanía y quién entra en el país. Este aspecto de la soberanía (dimensión
externa) constituye el fundamento que hace posible pertenecer a las organizaciones internaciona-
les y participar en el sistema interestatal. El reconocimiento de la soberanía de un Estado-nación
implica reconocer la inviolabilidad de sus fronteras y la autoridad última sobre lo que ocurre
dentro de dichas fronteras. Esta noción de soberanía exterior (en tanto que relación con otros
Estados e instituciones internacionales) parte de la base del concepto de “fronteras duras” (hard
borders) (Milani y Ribeiro, 2010).
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sentido práctico. Aquella concepción, en la que cada unidad estatal actuaba como un
átomo aislado, autosuficiente y autónomo, ha estado ligada a la historia reciente, pero no
es probable que pueda mantenerse durante mucho más tiempo.
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La transición de una teoría del gobierno a una teoría de la gobernanza implica una visión
más procesal de la política y el Estado: la asunción de una estructura jerárquica capaz
de generar una visión panóptica de la sociedad, algo implícito que en la perspectiva del
gobierno es abandonado. La “gobernanza” (…) desafía las definiciones simples (…), pero
indica la aparición de un mundo político más plural, el rol declinante del Estado-nación
y una más compleja serie de problemas sociales. La sociedad es vista como una red de
unidades de negociación, la composición de las cuales varía según su posición en la estruc-
tura de poder, en un cierto plazo y a través de diferentes temas. Desde la perspectiva del
gobierno, la estructura lógica es presupuesta: así, en esta línea de pensamiento, es relativa-
mente posible identificar distinciones y conexiones, implicaciones y derivaciones entre las
políticas y los programas. Desde el punto de vista de la “gobernanza” el proceso político
debe constantemente negociar lógicas y racionalidades. (Salskov-Iversen, Krause Hansen
y Bislev, 1999: 5-6).
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que en general tiene la gobernanza, tanto en los distintos órdenes como sobre dife-
rentes ejes temáticos, las elaboraciones teóricas han permitido construir el concepto
de gobernanza local entendida como: “la emergencia de nuevas formas de toma de
decisiones colectivas a nivel local, que implica un cambio de paradigma en las rela-
ciones entre los diferentes actores, organizaciones públicas y privadas y entre los
ciudadanos y esas organizaciones” (Salvador, 2011: 44).
La necesidad de fortalecer las capacidades proyectuales y de gestión de los actores
locales hacen del diseño de cursos de formación y capacitación así como de estrategias
de “aprender haciendo” (learning by doing), un catalizador importante de las deman-
das socioterritoriales, a la vez que se arraigan las capacidades locales a través de la for-
mación de recursos humanos municipales. Siguiendo a Aguilar (2006), este cambio
es fundamental pues a la sociedad no se le atribuían capacidades para que pudiera
hacer aportes relevantes para su propio direccionamiento, para definir sus objetivos
y realizarlos, ni mucho menos para autogobernarse, por lo que estaba destinada a ser
dirigida y administrada por el gobierno. La gobernanza es una nueva forma de anali-
zar los problemas “en sociedad”, es decir, se contruye a partir de “la manera en que una
sociedad construye y clasifica los problemas colectivos y elabora respuestas, contenidos
y procesos para abordarlos” (Thoening, 1997: 28); dichas soluciones deben encami-
narse a “un proceso de promoción del bienestar de las personas en conjunción con un
proceso dinámico de desarrollo económico” (Midgley, 1995). Se trata de un “concepto
útil para una mejor comprensión de la realidad” (Hufty, Báscolo y Bazzini, 2006)
y, consecuentemente, un concepto para promover la acción de los actores sociales en
el cambio de la realidad. Como nuevo modo de gobernar, “la gobernanza destaca la
naturaleza de la colaboración de los actores de la sociedad para encaminar mejor la
atención de los problemas públicos, así como el cumplimiento de los objetivos y metas
del espacio de lo público” (Aguilar, 2006: 119).
El enfoque de gobernanza facilitó una ampliación de los contenidos temáticos,
de las escalas y los actores, incluidos los gobiernos subancionales. Los que se inscri-
ben dentro de la perspectiva de gobernanza multinivel entienden, por ejemplo, que la
Unión Europea es el resultado de la interacción de múltiples actores en distintos niveles:
supranacional, nacional y subnacional que no están necesariamente ordenados jerár-
quicamente como sucedía en las relaciones intergubernamentales más tradicionales.
Tres supuestos podrían sintetizar la operatoria de la gobernanza europea: 1) la
competencia en la toma de decisiones es compartida por los actores de los tres nive-
les; 2) los actores y lugares de la toma de decisiones no están ordenados jerárquica-
mente y; 3) los procedimientos son por consenso (no necesariamente mayoritarios
ni por unanimidad) y por ende requieren de un proceso de negociación continua y
amplia (Kaiser, 2005).
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Las fronteras se presentan en el imaginario social como un límite. Esta visión tiene una
marcada orientación geopolítica que entiende las fronteras como un límite burocráti-
co-administrativo entre municipios, regiones (…) o entre los mismos Estados nacionales.
Pero estas son las fronteras inmediatas (…), materiales. Las fronteras aparecen (…) en el
imaginario y en los tratados como algo naturalizado, como una categoría auto-explica-
tiva, como un dato de la historia. Pero las fronteras son más que todo eso. (Bica de Mélo,
1997: 68-69).
La frontera como envoltura espacial del Estado-nación, es decir, de un espacio some-
tido a un mismo poder y habitado por un modo homogénero de vida social, supone tres
eventos históricos: la existencia del Estado, la creación de la nación y la capacidad técnica
de abrir y cerrar la frontera (…) Hacer frontera es hacer frente al adversario (esto sólo es
posible cuando los adversarios internos han sido sometidos), y para eso fue necesaria la
creación de un dispositivos lineal suficientemente eficaz en tiempos de guerra y suficiente-
mente útil en tiempos de paz. (Zúñiga, 1993: 140).
Mattos (2011) parafraseando al geógrafo Otto Maull resalta que las fronteras
tienen como finalidad principal “distinguir lo mío de lo tuyo; proteger el territorio
nacional; aislarlo, cuando es necesario, y facilitar el intercambio, cuando es conve-
niente” (Mattos, 2011: 112).
“Frontera es el fin del mundo para quien deja su Estado de pertinencia; o el inicio
del mundo para quien regresa a su Estado de pertenencia” (Bento, 2012: 44). Las
fronteras son aquellas que, simultáneamente, prohíben o autorizan el pasaje, aquello
que cierra o aquello que abre (Morin, 1987). Esta idea clásica y singular de frontera
constituye un entendimiento geográfico, sobre la base de la delimitación territorial
del espacio y sus límites. La frontera no es sólo una definición del espacio territorial,
como tampoco es sólo un área de conflictos y tensiones internacionales, sino, ante
todo, una región geográfica en la cual se trazan líneas divisorias que separan dos
realidades distintas (Miranda, 1981: XXI –XXII). “Las fronteras son estructuras espa-
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Como sostuvieran Santos y Pinheiro (1995), las fronteras no son algo acabado,
son un momento de un proceso ya que son las resultantes de construcciones his-
tóricas de diferentes fuerzas en pugna. Tal como señala Messías da Costa (1992),
la frontera no es sólo un disyuntor espacial, es también un disyuntor temporal.
Partiendo de esta conceptualización, Ciccolella (1997) entiende que existe una ten-
dencia hacia la homogeinización y armonización de los “tiempos sociales” entre las
regiones fronterizas a partir de la cooperación y la articulación productiva a partir
del trabajo en red. En este sentido, de manera contraria a la idea de ser un lugar de
pasaje o un ambiente de filtro, las fronteras pueden comprenderse actualmente como
un espacio de integración y no de separación. Las regiones fronterizas no constituyen
áreas remotas y alejadas de los centros de decisión de los Estados, sino áreas capaces
de estimular el desarrollo y la integración regional, ya que las franjas continuas de
los países fronterizos poseen propósitos comunes y ventajas comparativas que mere-
cen ser explotadas (Ministerio de Integración Nacional de la República Federativa
del Brasil, 2010: 33).
Las fronteras son espacios interestatales en donde se condensan las relaciones
entre las poblaciones locales (relaciones de contigüidad y complementariedad) y el
accionar de los diferentes niveles del Estado (relaciones interinstitucionales y multi-
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nivel). Esta primera concepción permite diferenciar entre límite y áreas de frontera.
En tanto el límite continúa siendo competencia de los gobiernos nacionales; en las
áreas fronterizas, las competencias son compartidas entre los gobiernos nacionales
y subnacionales (regionales y/o locales). Esta primera división no ha exceptuado el
conflicto entre competencias y el surgimiento de las denominadas lagunas competen-
ciales. De percibirlas como el fin de los Estados, como el límite lejano, como la zona
de nadie o despoblada, se ha pasado a concebir las fronteras como áreas estratégicas
ideales para la experimentación social de la integración regional en donde la conti-
güidad y la cotidianeidad se sintetizan en intensas relaciones. Resolver este problema
de igualdad es crear capacidad en las zonas de frontera a partir de estrategias selec-
tivas y diferenciadas. La dialéctica entre la movilización de las propias regiones y las
políticas nacionales de cohesión territorial debe crear círculos virtuosos entre el capi-
tal social y la política pública, fortaleciendo las capacidades de desarrollo específicas
que los territorios de frontera demandan (CEPAL , 2012; Oddone, 2013).
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Si bien la descentralización en la toma de decisiones necesariamente debe ser acorde con
las diferentes políticas nacionales; ésta también debe asegurar una flexibilidad para adecuarse a las
diferentes realidades locales; y así es cómo la descentralización se convierte en mayor democrati-
zación (Oddone, 2008).
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Fuente: Elaboración propia con base en Association of European Border Regions (2008).
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una serie de características por parte de los diferentes gobiernos locales y regionales.
Es necesario observar también la generación de mecanismos de policy transfer a par-
tir de la puesta en valor de experiencias subnacionales que han sido exitosas, cuya
práctica o metodología de actuación es reapropiada por el gobierno central o alguna
institución producto del proceso de integración regional para luego reproducirla, o
al menos proponerla, en otros contextos territoriales. Si bien el isomorfismo insti-
tucional y el policy transfer son dos mecanismos independientes y diferenciados, no
necesariamente vinculados; en los últimos años, se ha podido constatar que mien-
tras el primero tiende a hacerse efectivo de manera transveral a escala horizontal,
el segundo permite una difusión horizontal a partir de la verticalidad, es decir, a
partir de la valoración y apropiación de una práctica de éxito que ahora se difunde
desde lo alto o una estructura ut supra como un componente que contribuye con un
proceso de gobernanza multinivel. Por otro lado, ambos mecanismos se han vistos
redimensionados por el sistema de cooperación internacional que tiende a capitalizar
prácticas éxitosas y difundirlas en otros contextos como lecciones aprendidas.
Sin embargo, como ha sostenido Romero (2004: 30): “lo cierto es que la diná-
mica generada por la actividad internacional de los gobiernos no centrales induce a
una reflexión sobre sus límites y posibilidades. Las restricciones más comúnmente
invocadas son de naturaleza jurídica y atañen tanto al hecho que los gobiernos subes-
tatales no son reconocidos como miembros plenos de derecho internacional (aunque
actúen en él)”. Pero cierto es también que los Estados nacionales pueden reconocer
jurídicamente a las unidades subnacionales su capacidad para llevar a cabo relacio-
nes con el exterior en el campo de las low politics o bien ser tolerantes de sus prácticas
transnacionales en temas relacionados con la cooperación económica, técnica, cul-
tural, educativa o tecnológica, entre otras cuestiones; dándose así una situación en la
cual se observa “una creciente autonomía en el plano internacional de las unidades
subnacionales sin que sea necesario poner en duda la legalidad constitucional de esas
autonomías” (Kugelmas y Branco, 2005: 179).
Por último, en materia específica de paradiplomacia transfronteriza, D’Ignazzio
y Russo (2014), han reconocido que si bien
los sujetos territoriales fronterizos tienen un mayor grado de adaptación a los procesos de
cambio (…), teniendo en cuenta que nacen como “sujetos conflictivos” –deben superar
las reservas puestas por el Estado de pertenencia– y parecen tener una cierta tendencia
a coexistir e interaccionar con otras categorías de actores internacionales y organizacio-
nes transnacionales, es interesante ver cómo dichos sujetos territoriales pueden cambiar y
reestructurar la “geografìa constitucional” de los Estados según esquemas más cercanos a
los de la gobernanza multinivel. (D’Ignazzio y Russo, 2014: 3).
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Segunda Parte
Experiencias comparadas de paradiplomacia transfronteriza
en América del Norte
LAS ENTIDADES DEL NORTE DE MÉXICO Y LA COOPERACIÓN INTERNACIO-
NAL TRANSFRONTERIZA PARA LA AGENDA 2030: ANTECEDENTES Y RETOS
Introducción
Se analiza el papel de la cooperación internacional y transfronteriza de los gobiernos
estatales del norte de México para atender los Objetivos de Desarrollo Sustentables
(ODS) de la Agenda 2030, según sus capacidades institucionales y acorde a los ante-
cedentes de la Agenda 21 y de los Objetivos del Desarrollo Milenio (ODM) (2015).
En ese contexto, se analizan los aportes de la cooperación internacional y trans-
fronteriza para fortalecer sus capacidades para una mejor gobernanza de sus proce-
sos de desarrollo local-regional bajo un marco internacional y en la relación con los
Estados Unidos. La pregunta central que se argumenta es cuál es o ha sido el aporte
de la cooperación internacional o transfronteriza para fortalecer las capacidades de
las entidades estatales fronterizas mexicanas hacia la Agenda 2030, considerando las
limitaciones que tuvieron dichos gobiernos con respecto de las dos agendas interna-
cionales previas (1992 y 2000).
Los temas que se analizan son los siguientes apartados, 1) Agenda 21 y el desarro-
llo local fronterizo: algunos antecedentes, se describe la Agenda 21 a manera de con-
texto, al igual que sus oportunidades para promover el desarrollo local; 2) los ODM,
2015 y las capacidades institucionales en la frontera norte, 2000-2012, se examinan la
importancia de los ODM, 2015 y el fortalecimiento de las capacidades de las entida-
des fronterizas; 3) políticas de desarrollo de la frontera norte y Diálogo Económico de
Alto Nivel (DEAN) 2013-2015; se analizan los aportes de los programas de desarrollo
fronterizos, al igual que las iniciativas recientes del DEAN para promover una agenda
para la competitividad fronteriza; 4) la Agenda 2030, objetivos y el fortalecimiento
de capacidades fronterizas, se expone el papel y la relevancia de la Agenda 2030 y
su impacto para el desarrollo de capacidades de las entidades fronterizas; 5) el Plan
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Entre las razones que explican este desinterés por la calidad ambiental de las
entidades fronterizas mexicanas, se encuentran que sus prioridades estaban orien-
tadas a promover procesos de crecimiento económico sectorial y tratar de contro-
lar la inseguridad pública a raíz de la influencia del narcotráfico en los principales
municipios fronterizos mexicanos (GAO, 1999 y Ramos, 2002), con lo cual, una
agenda ambiental vinculada con el desarrollo no fue una prioridad en la agenda
intergubernamental, lo que se reflejó en el Programa Frontera Norte promovido por
el gobierno federal mexicano en el año de 1995. Como consecuencia, municipios
fronterizos como Tijuana, Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, se caracterizaban por un
dinámico crecimiento económico, que no fue acompañado por un desarrollo de la
población de estratos sociales. Si bien tienen índices de pobreza más bajos que en
otros municipios, la desigualdad y el deterioro social son rasgos importantes de su
fisonomía urbana y, por tanto, afectan su desarrollo local (Acosta, 2013). Igualmente
la limitada visión ambiental de los gobiernos estatales del norte de México se refleja
en que la política ambiental no se articuló con las políticas de salud y bienestar como
parte de agendas transversales para promover ciudades sostenibles, en términos de
disminución de las desigualdades sociales, el incremento de la práctica de ejercicio
físico, el aumento de las zonas verdes, o la disminución del ruido.
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transfronteriza para la agenda 2030: antecedentes y retos
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de la Frontera del Siglo XXI bajo una agenda de la competitividad, en donde los
problemas del bienestar se conciben como parte de la capacidad del Estado mexi-
cano de articular los avances en la agenda de la competitividad transfronteriza y
una eficaz gestión interinstitucional para el desarrollo de la frontera norte (Aguilar,
2009). En otras palabras, el TLCAN, la Alianza para la Frontera, la ASPAN; la Iniciativa
Mérida, la Declaración Relativa a la Frontera del Siglo XXI y el DEAN, representan
avances importantes para la competitividad y el crecimiento económico (Vega y
Campos, 2015), quedando pendiente la implementación de una eficaz gobernanza
para el bienestar (Gerber y Anderson, 2015) y la reducción de las desigualdades
sociales tanto en el ámbito nacional como fronterizo (Acosta, 2013). Desde nuestra
perspectiva, estos temas corresponderían ser gestionados por PRDN (Sedatu, 2014),
los cuales no han sido reducidos aún como parte de una eficaz política transversal,
intergubernamental e integral para el desarrollo fronterizo y bajo un modelo eficaz
de gobernanza estratégica urbana.
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Sonora (2016-2021)
El Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 engloba, según su presentación, cuatro ejes
estratégicos y dos transversales la alineación con el PND 2013-2018. Ambos Planes
conceden a todas las personas el acceso efectivo a sus derechos constitucionales. Al
igual que el PND, el Plan Estatal tiene los siguientes ejes: Sonora en paz y tranqui-
lidad, Sonora y colonias con calidad de vida, Economía con Futuro y Todos los
sonorenses, todas las oportunidades. Como es de suponer, dichos ejes fomentan la
justicia, el equilibrio, la productividad y la competencia del Estado, metas que están
planteadas en los ODS, y como se trata de una alineación de lo nacional con lo esta-
tal, no se procederá a explicar cada uno de los objetivos mundiales respecto a los del
Plan Estatal sonorense, basta con observar la alineación de dichos planes y consultar
lo que ya se mencionó sobre el PND para saber en qué encaja cada eje.
Dentro del Plan Estatal de Desarrollo de Sonora, se hace mención de un punto
muy importante respecto a la competitividad:
Chihuahua 2010-2016
Al igual que los planes anteriores, este cuenta con cinco ejes principales: desarrollo
humano y calidad de vida; desarrollo regional y competitividad; formación para
la vida; medio ambiente y sustentabilidad; y orden institucional. En el primero de
éstos, el gobierno estatal se compromete a llevar el bienestar adonde más se necesita.
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Coahuila 2011-2017
El Plan Estatal de Desarrollo de Coahuila estipula en su presentación que busca
integrar un nuevo proyecto que garantice el crecimiento sostenido y con rumbo
al bienestar de su población. Este Plan se actualizó acorde al PND vigente, con el
fin de alinear sus acciones respecto de las políticas públicas nacionales. Este plan
tiene cuatro ejes rectores: nuevo gobierno, nueva ruta al desarrollo económico, nueva
propuesta para el desarrollo social y nuevo pacto social. Dentro de la visión del
Plan, se pretende que el Estado tenga la capacidad de promover empleo productivo y
servicios públicos de calidad. Además, se busca un estado seguro donde se respete la
diversidad. Se pretende lograr que Coahuila sea líder en cuanto a bienestar social se
refiere, como por ejemplo, en esperanza de vida y condiciones de acceso a la felicidad
para todos. A manera de conclusión de este apartado, nuevamente se puede identifi-
car que las metas del Plan Estatal de Desarrollo están concatenadas con los objetivos
mundiales y por ende con los objetivos del PND vigente. El dilema es la capacidad
estratégica de promover un eficaz modelo de cooperación intergubernamental para
el desarrollo local y regional, según prioridades y capacidades institucionales.
Antes comenzar este apartado es importante mencionar que se estudiará el Plan Estatal de
2
Desarrollo 2010-2015 debido a que el que corresponde al periodo 2015-2021 aún se encuentra
en proceso de elaboración.
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Las entidades del norte de México y la cooperación internacional
transfronteriza para la agenda 2030: antecedentes y retos
Como los mismos nombres de los ejes hacen suponer, se tiene como propósito
que el crecimiento económico y el bienestar social analizado en este artículo, ocu-
rran en un entorno sustentable. Con lo anterior, puede decirse que también están
presentes los ODS, específicamente el número 3 que se refiere a la salud y bienestar,
el número 8 que habla sobre trabajo decente y crecimiento económico, y el 16 que
se asocia a la paz, justicia e instituciones sólidas. La reciente alternancia democrática
en la entidad en julio de 2016, nos refleja los alcances de la política estatal para gene-
rar desarrollo local y regional. Los procesos eficaces de transparencia y rendición
de cuentas y su impacto en el buen gobierno, fueron determinantes en el cambio
democrático estatal. Por lo cual, son un reto para la sostenibilidad y la eficacia
gubernamental.
Tamaulipas 2011-2016
Al igual que el caso de Sonora, este Plan Estatal de Desarrollo afirma su “plena iden-
tidad de principios y afinidad absoluta con los objetivos del gobierno del Presidente
de la República Enrique Peña Nieto”. Este plan tiene cuatro ejes rectores: Tamaulipas
seguro, humano, competitivo y sustentable. Si se analiza el índice del Plan Estatal
de Desarrollo de Tamaulipas, fácilmente puede reconocer los ODS y más específica-
mente, la relación con competencia y desarrollo. Em general se puede mencionar que
el PED de Tamaulipas tiene los siguientes aspectos en cada uno de sus ejes:
• Tamaulipas seguro: instituciones sólidas y confiables; seguridad efectiva para
personas y su patrimonio; gobierno humanista, íntegro y de resultados
• Tamaulipas humano: salud humanista; educación integral: desarrollo social
participativo; asistencia social y atención a grupos vulnerables
• Tamaulipas competitivo: productividad y competitividad; atracción de inver-
siones y generación de empleos; infraestructura y financiamiento para el
desarrollo; economía dinámica.
• Tamaulipas sustentable: desarrollo planificado de las ciudades; servicios
públicos de calidad; aprovechamiento sustentable del agua; medio ambiente
sustentable.
Como se puede ver, no sólo está alineado al PND actual, sino también a los ODS
y sobre todo, promueve la competitividad y el desarrollo. La reciente alternancia
democrática en este estado, también nos refleja las limitaciones de las políticas esta-
tales para generar un eficaz desarrollo, basado en la transparencia, rendición de
cuentas, control de corrupción y en general, una eficaz política de desarrollo.
La mayor parte de los estados de la frontera norte han adaptado sus Planes
Estatales de Desarrollo acorde con las prioridades nacionales en materia de desa-
rrollo. Sin embargo, la complejidad de los alcanzar los ODS, según las capacidades
115
José María Ramos
institucionales tanto estatales como locales, implicará una serie de procesos de adap-
tación, acorde con sus problemas, capacidades, metas y prioridades para el fomento
al desarrollo en los próximos años, según el cuadro 1.
Así mismo, es fundamental que se promueva un Plan Estratégico hacia los ODS
de parte de los estados de la frontera norte mexicana y bajo un modelo de gober-
nanza intergubernamental para el desarrollo local y regional. En ese contexto, el
Plan debe conceder atención a los vínculos y redes de colaboración que le conceden
los estados fronterizos del norte de México con sus contrapartes estadounidenses y,
en general, con la comunidad internacional, con la finalidad de fortalecer sus planes
estratégicos en materia de desarrollo local y regional. Entre los principios que deben
de caracterizar a tal Plan y con su vinculación con la Agenda Post 15 se encuentran:
117
José María Ramos
5. Lograr la igualdad entre los géneros y Son quienes están en primera plana para identificar y abordar
empoderar a todas las mujeres y niñas la violencia, por lo tanto, deben de profesionalizarse en el
tema.
En suma estos actores también pueden ser ejemplo en la
garantía de la igualdad de género, acceso a la justicia, etc.
6. Garantizar la disponibilidad y gestión Deben garantizar una gestión participativa del agua que abone
sostenible del agua y saneamiento para a la gobernanza local, pues son quienes por lo regular brindan
todos tal servicio.
7. Garantizar el acceso a una energía Son quienes pueden identificar las brechas de acceso a la
asequible, segura, sostenible y moderna energía entre los habitantes, si bien por lo regular es un tema
para todos gestionado de índole federal, los gobiernos locales se pueden
involucrar desde el transporte público, incentivando energía
limpia en edificios, etc.
8. Promover un crecimiento económico Gobiernos locales a través de las potencialidades y vocaciones
sostenido inclusivo y sostenible el empleo de sus territorios, aplicando estrategias de desarrollo económi-
pleno y productivo y el trabajo decente co pueden generar empleo.
para todos Además pueden desarrollar planes estratégicos que ayuden a la
sostenibilidad del trabajo.
Pueden aliarse mediante alianza público privadas para la pro-
moción del empleo, el propio crecimiento.
9. Construir infraestructura resilientes, Los gobiernos locales pueden participar mediante la creación
promover una industrialización inclusiva y mantenimiento de infraestructura que aporte al desarrollo
y sostenible y fomentar la innovación de la industria, además de participar como promotor de la
inversión para su territorio, así mismo en la realización de
diagnósticos sobre TIC.
10. Reducir la desigualdad en y entre Deben de participar en la gestión de recursos focalizados para
todos los países atención de sus zonas más vulnerables, así como implementar
políticas locales para disminuir la pobreza. Además se requiere
fomentar ingresos mediante empleo para las zonas más pobres
de sus asentamientos urbanos.
11. Lograr que las ciudades y los asenta- Le corresponde al gobierno municipal desarrollar planes de
mientos urbanos sean inclusivos, seguros, planificación urbana que garanticen la sostenibilidad de las
resilientes y sostenibles ciudades, sobre todo garantizar que no crezcan de manera
desordenadas.
Garantizar un acceso a viviendas asequibles, ello mediante la
regulación de mercados de suelos.
Además, son los gobiernos locales quienes tomen medidas
para mitigar efectos del cambio climático.
12. Garantizar modalidades de consumo Aquí los gobiernos deben ser interlocutores del desarrollo
y producción sostenibles sostenibles, concientizar sobre este, así como crear infrae-
structura necesaria para reducir los costos de transacción que
impactan en el medio ambiente. Claro ejemplo es la frontera
norte y sus congestionamientos para transportar productos a
Estados Unidos, por ello los gobiernos fronterizos deben tener
una participación activa en cuestiones bilaterales relacionadas
con la producción y su distribución.
118
Las entidades del norte de México y la cooperación internacional
transfronteriza para la agenda 2030: antecedentes y retos
13.Adoptar medidas urgentes para com- Son los gobiernos locales quienes deben emprender campañas
batir el cambio climático y sus efectos de sensibilización y adaptación al cambio climático. Revisar
qué les toca hacer respecto a la Ley General de Cambio Climáti-
co.
14. Conservar y utilizar de forma Son las administraciones municipales, sobre todo las costeras
sostenible los océanos, los mares y los las que deben restringir el desarrollo inmobiliario en tales
recursos marinos para el desarrollo territorios. Además poner énfasis en la gestión integral de los
sostenible residuos sólidos urbanos, de los principales problemas de la
contaminación de los mares.
15. Promover el uso sostenible de los Se debe crear conciencia sobre el uso sostenible de los recursos
ecosistemas terrestres, detener e invertir naturales, ello en aras de proteger al medio ambiente que
en la degradación de las tierras y frenar la rodea los espacios microsociales.
pérdida de la biodiversidad biológica Facilitar la cooperación más allá de las fronteras para proteger
flora y fauna.
16. Promover las sociedades pacíficas e El combate a la corrupción y dar acceso a la información
inclusivas para el desarrollo sostenible, pública debe ser una obligación de los funcionarios públicos
facilitar el acceso a la justicia para todos y que integran los gobiernos locales, por ende se requiere que se
crear instituciones eficaces, responsables e armonicen los reglamentos en la materia con la Ley General de
inclusivas a todos los niveles. Transparencia.
También deben reducir la violencia de sus zonas urbanas, ello
mediante la inclusión de otros actores con experiencia en el
territorio y en el tema.
17.Fortalecer los medios de ejecución y Pues, los recursos son importantes a nivel local, por ello son
revitalizar la alianza global para el desar- las administraciones locales las que deben de hacerse de recur-
rollo sostenible sos para llevar a cabo políticas públicas que cumplan con los
preceptos normativos del municipio. Además deben fomentar
la alianza con otros actores.
2015, si se cuenta con un plan estratégico para el desarrollo local y regional fronterizo
y fundamentado bajo un enfoque de gestión intergubernamental para el desarrollo.
Conclusiones
El objetivo de este capítulo fue el de analizar el papel de la cooperación internacional
y transfronteriza de los gobiernos estatales del norte de México para atender los
Objetivos de Desarrollo Sustentables (ODS) de la Agenda 2030, según sus capacida-
des institucionales y acorde con los antecedentes de la Agenda 21 y de los Objetivos
del Desarrollo Milenio (ODM) (2015). La conclusión central es que dichos gobiernos
estatales y locales del norte de México cuentan con limitaciones de gobernanza para
el desarrollo, que les permita fundamentar una integración eficaz en el corto plazo,
según las prioridades de los ODS de la Agenda 2030. Sin embargo, tal contexto es
una oportunidad para fortalecer un plan estratégico hacia la Agenda 2030, según
sus capacidades y prioridades de articulación sectorial con la Agenda.
Se fundamentó la premisa de que la mayor parte de municipios fronterizos del
norte de México no han fortalecido sus capacidades en el contexto de las Agenda 21 y
2015, lo cual dificultará su posicionamiento para avanzar hacia los ODS de la Agenda
2030. Esta situación ha sucedido a causa de que la mayor parte de los municipios
fronterizos mexicanos no han concedido relevancia a promover sus capacidades de
gobernanza para promover el desarrollo local acorde con las prioridades de tales agen-
das internacionales. Un segundo factor es la influencia de la inseguridad, violencia y
criminalidad que condicionó las agendas locales a los temas de seguridad (Ramos,
2002), dejando de lado una agenda para el bienestar (Acosta, 2013); la importancia
concedida al fomento de la industria maquiladora y como alternativa para atender pro-
blemas de desempleo, inversión, competitividad, lo que determinó marginar políticas
complementarias para promover el desarrollo local (Aguilar, 2009).
La ausencia de un enfoque de gobernanza para el desarrollo ha limitado los pro-
cesos de cambio en el ámbito local y el relativo impacto de los diferentes programas
de desarrollo hacia la frontera norte promovidos por el gobierno federal desde los
años de 1995 y 2001 (Ramos y Reyes, 2009) y según el último PRDN diseñado en el
año de 2014.
En tal marco, será importante promover y consolidar una eficaz planificación
urbana más integral que priorice la inclusión social y productiva, con base en una
efectiva gobernanza de las ciudades y, al mismo tiempo, se promuevan los mecanis-
mos de financiamiento más adecuados y mejorar los sistemas de medición, moni-
toreo y evaluación del proceso de desarrollo de las ciudades fronterizas del norte de
México. En suma, una buena planificación urbana contempla una visión integral de
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Las entidades del norte de México y la cooperación internacional
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123
José María Ramos
124
PARADIPLOMACIA Y COOPERACIÓN TRANSFRONTERIZA EN
BAJA CALIFORNIA (MÉXICO) - CALIFORNIA (ESTADOS UNIDOS)
Introducción
Este texto busca presentar y analizar la paradiplomacia en la frontera México-
Estados Unidos, en especial en el espacio de Baja California, México-California,
Estados Unidos, para delinear algunos avances y retos en la materia.
Para lo cual se integran por diferentes apartados, primero se contextualiza la
complejidad de la cooperación en la zona, compleja por la diversidad de actores que
cooperan; posteriormente se presenta un marco teórico como propuesta para ana-
lizar con bases teóricas los conceptos de paradiplomacia y cooperación transfronte-
riza, ello desde una visión del liberalismo institucional; luego se expone un apartado
relacionado con el marco de acción para los actores en este tipo de cooperación,
sobre todo una revisión del trabajo de éstos más allá de ser reconocidos por los regí-
menes internacionales; también se presenta el caso de cooperación entre Mexicali,
Baja California y Calexico, California como ejemplo a escala microespacial en mate-
ria de promoción internacional de los territorios y ciudades; seguido de lo anterior se
explica cómo la gobernanza es construida con base en la paradiplomacia; finalmente
se exponen de manera breve algunos avances y retos en la materia, así como reflexio-
nes finales.
La paradiplomacia en su actuar más cercano, es a través de la cooperación trans-
fronteriza, sin embargo la acción que desarrollan los diferentes actores –si se habla de
un sentido amplio de paradiplomacia– es a diferente nivel y va más allá de lo trans-
fronterizo, valiéndose de otras estrategias de promoción del territorio para atraer no
sólo recursos técnicos y/o financieros, sino inversiones o turismo, estos en pro del
desarrollo socioeconómico, ambiental y político, que mejore las condiciones de vida
de la población asentada en estos territorios. Las fronteras reproducen día a día
[ 125 ]
Yair C. Hernández/ M. Reyes
las transacciones en las cuales se manifiestan las influencias geopolíticas entre los
estados de las regiones fronterizas1.
ciones que resultan de problemas cotidianos. El territorio se convierte en centro para la arqui-
tectura de la gobernabilidad, en ellas las instituciones sirven para formalizar procesos lo cual se
instrumenta a través de la identidades, en este sentido las regiones fronterizas se convierten en
laboratorios para el cambio institucional (Reyes, 2010).
Tal acuerdo fue la “paraguas” o marco normativo para iniciar una intensa cooperación entre
2
ambos países y tiene por objetivo prevenir, reducir o eliminar las fuentes de contaminación del
agua, aire o suelo en el área de frontera.
126
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
Unidos y México. Dicha franja tiene un largo de 3 141 km desde el golfo de México
en el este, hasta el océano Pacífico en el oeste. (Semarnat y EPA, 2011). Así mismo,
la región comprende 10 estados, de las cuales 4 corresponden a territorio estadou-
nidense3 y 6 al territorio mexicano4. En este sentido, el informe explica que “Si bien
esta región está dividida por una frontera internacional, se encuentra relacionada
por vínculos históricos, culturales, familiares y económicos. También está enlazada
por recursos de agua y aire, hábitats y climas compartidos que no reconocen límites
políticos.” (Semarnat y EPA, 2011:5).
El espacio transfronterizo Baja California-California, no es una excepción
a dicho concepto, pues existen estrechos vínculos entre ambos estados de diversa
índole, pues más de 40% de la población que conforma a la “población fronteriza”
entre México y Estados Unidos se localizan en la zona de Baja California-California,
lo que nos obliga a conocer cuáles son las problemáticas o las características princi-
pales de dicho ámbito espacial. De esta manera se tiene que:
3
Son Arizona, California, Nuevo México y Texas.
4
Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas.
127
Yair C. Hernández/ M. Reyes
128
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
129
Yair C. Hernández/ M. Reyes
130
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
Por otra parte, Calvento Mariana, Lorenzo Natalia y Herrero María (2014:37)
explican el análisis de la distribución de la política mundial, según las autoras, Nye
(2003): “distingue entre un tablero superior, donde predominan los temas militares
interestatales clásicos; un tablero intermedio, que incluye los asuntos económicos
entre Estados; y un tablero inferior, que pertenece a los asuntos transnacionales,
donde el poder está ampliamente repartido y organizado de manera caótica entre
actores estatales y no estatales”.
Ahora bien, una vez que se entiende la teoría del liberalismo institucional, es posi-
ble entender cómo se ha abierto paso la paradiplomacia en el mundo de las relaciones
internacionales. Es decir, el neoliberalismo abrió las puertas a otros actores que no son
Estados centrales a participar en las relaciones transnacionales e intergubernamentales
en diversos asuntos como lo son económicos, culturales, ambientales, etc.
Se puede deducir que la paradiplomacia es eficiente porque, retomando la teoría
del liberalismo institucional, con la idea de que habrá futuras interacciones y debido
a la interdependencia en sus dos sentidos (sensibilidad y vulnerabilidad), los acto-
res diferentes al Estado buscan resolver problemas específicos con mayor rapidez
y facilidad. Todo esto explica por qué se considera que son menos conflictivas las
relaciones entre gobiernos locales-gobiernos locales que las relaciones nación-nación.
Respecto de la cooperación transfronteriza, la cual se entiende como la coope-
ración entre actores que actúan de ambos lados de la frontera física en algún asunto
transfronteriza que les requiera. En este sentido, Varela (2013: 333-334) afirma que
este tipo de cooperación se da:
… entre dos Estados a través de una línea de frontera podría ser definida como una acti-
vidad consciente que realizan uno o más socios (generalmente actores institucionales), en
el marco de un programa financiero comunitario, con el objetivo de maximizar sus bene-
ficios en el ámbito, entre otras, de las políticas públicas de infraestructura, de innovación,
deportivas, educativas, sociales, culturales o de gestión pública.
131
Yair C. Hernández/ M. Reyes
Así, Coletti (2010) menciona que tales tópicos responden al deseo de afrontar
de manera conjunta los problemas de la vida cotidiana ligados fundamentalmente
al desarrollo económico, medioambiente, infraestructuras y a la puesta en valor del
patrimonio cultural.
Entonces, cada vez es más frecuente encontrar en las relaciones internacionales
situaciones que son abordadas por la paradiplomacia o cooperación descentralizada.
Paradiplomacia o cooperación descentralizada se han entendido como sinóni-
mos. En primer lugar hay que resaltar que no existe una definición única de coope-
ración descentralizada, pero todas están de acuerdo en que un elemento esencial es
la participación central de los gobiernos locales.
La definición que Marcelo Fernandes Oliveira propone es que la cooperación
descentralizada es un:
En este sentido, María del Huerto Romero (En De la Varga, 2014:8) distingue
entre una concepción abierta y otra concepción restrictiva. La primera es “impul-
sada y/o llevada a cabo por cualquier actor que incorpora a un gobierno local y
con impacto en un territorio determinado”, mientras que la segunda se refiere a la
“impulsada y llevada a cabo por y para gobiernos locales”.
De igual forma presenta la siguiente definición: “modalidad de cooperación lide-
rada por los gobiernos locales, necesaria y complementaria a la cooperación bilateral
y multilateral, cuyos objetivos e instrumentos permiten avanzar hacia formas de
cooperación más simétricas, donde la reciprocidad y el aprendizaje mutuo se con-
vierten en ejes centrales de las relaciones entre gobiernos locales.” (Cors, 2013, citado
por De la Varga 2014:10).
Por otra parte, Calvento Mariana, Lorenzo Natalia y Herrero María (2014:39)
proporcionan la definición de Martins Senhoras (2009) quien considera que la para-
diplomacia se refiere a los: “procesos de extroversión de actores subnacionales como
estados locales y regionales, empresas, organizaciones no gubernamentales, que pro-
curan practicar actos y acuerdos internacionales a fin de obtener recursos y resolver
132
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
problemas específicos de cada área con mayor rapidez y facilidad sin la intervención
de los gobiernos centrales”.
Por lo tanto, se entiende que en la paradiplomacia los estados y municipios jue-
gan un papel relevante en cuanto a gestión bilateral y es una herramienta que utili-
zan los actores locales en pro del desarrollo de la población de sus territorios.
Entonces a manera de resumen, se puede decir que la paradiplomacia o también
conocida como cooperación descentralizada, son las interacciones llevadas a cabo por
diferentes actores, entre ellos los gobiernos locales (desde la postura restrictiva) y otros
como las organizaciones de la sociedad civil, empresarios, academia y demás (visión
amplia) que han tomado importancia en los últimos años, ello gracias a la complejidad
de las relaciones internacionales, la industrialización, la globalización, etcétera.
También es conveniente mencionar que la cooperación transfronteriza, a decir
de Rodríguez y Oddonne (2015: 72), “no sería otra cosa que una modalidad de
cooperación descentralizada con la particularidad de ser realizada en territorios de
países colindantes y que tiende a incidir en el marco de los procesos de integración
en curso”. Aunado a que requiere del interés de los actores de ambos lados de la
frontera en cooperar sobre un asunto transfronterizo que les aqueja.
Además, la paradiplomacia realizada por actores de espacios de frontera, es decir,
cooperación transfronteriza, puede ser clasificada como dice Wong-González (2015:
86), como paradiplomacia regional que funciona desde lo multifuncional para la
promoción del desarrollo y la identidad. Inclusive hace hincapié en la propuesta de
Lecours (2008 en Wong-González) sobre aspectos económicos, donde la paradi-
plomacia se focaliza a la promoción del territorio y sus ventajas para atraer inver-
sión extranjera, por ende empresas. Esto es sumamente conveniente para abordar la
región Baja California-California, pues los gobiernos locales fronterizos, sobre todo
de Baja California, han creado paramunicipales para la promoción del desarrollo
industrial en las ciudades como Tijuana, Mexicali y Tecate, entonces hacen uso
de la paradiplomacia con estrategias de promoción internacional del territorio y las
ventajas que estos ofrecen (sobre todo de adyacencia económica) para instalarse en
la región y con ello estar cerca de uno de los mercados mundiales más voraces del
mundo: Estados Unidos.
De esta manera se concluye que la relación entre cooperación transnacional,
asuntos fronterizos y la paradiplomacia consta en que es de interés para los acto-
res, sobre todo los locales, cooperar con sus contrapartes al otro lado de la frontera
debido a que los asuntos fronterizos les afecta directamente y aunado a eso, porque
cuenta con experiencia en los temas que viven diariamente.
133
Yair C. Hernández/ M. Reyes
en los últimos años se están presentando ciertos cambios en la realidad de las relaciones
internacionales con la aparición de nuevos actores, más pequeños pero quizás más repre-
sentativos de las necesidades directas de la población; que pujan en pro de hacer valer los
derechos de sus ciudadanos y adquieren día a día mayor relevancia. El papel que cumplen
alcaldes y alcaldesas, intendentes y/o gobernadores resulta cada vez más necesario para el
sistema de toma de decisiones a nivel global.
134
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
la propia naturaleza de los actores descentralizados les otorga un papel relevante que jugar
en la contribución al cumplimiento de apropiación establecido en la Agenda de París.
Así, la participación de las autoridades locales no sólo contribuye a la democratización –y,
por tanto, a la apropiación real– de las políticas de ayuda sino que además, por la mayor
cercanía con su ciudadanía, puede fortalecer la implicación activa de la sociedad civil y
la incorporación de ésta a los procesos de toma de decisiones. (Martínez y Santander,
2009:68).
Hay que recordar que tanto la Declaración de París como el PAA buscan dar
ayuda eficaz para el desarrollo de los países, por lo tanto, para que dicha ayuda
sea eficaz se requiere de una alianza entre los agentes de cooperación incluyendo
a gobiernos locales, países donantes, agencias multilaterales, los propios países en
desarrollo, etc.
Sin embargo, ha sido el Programa de Acción de Accra el que ha incluido a los
gobiernos descentralizados y organizaciones de la sociedad civil y, como ya se ha
mencionado, ha agregado líneas de acción diferentes al cambio climático.
Entonces se puede decir que el discurso concretizado en regímenes internacio-
nales donde se ha incorporado la participación de otros actores diferentes al Estado-
nación, es relativamente nuevo, sin embargo, eso no quiere decir que la paradiplo-
macia y cooperación transfronteriza también lo sean (la acción), sino más bien es el
marco jurídico que les da sustento a nivel internacional.
Respecto de la acción de la paradiplomacia y cooperación transfronteriza, se
pueden citar muchos ejemplos de la región Baja California-California, entre ellos
destacan, la Conferencia de Gobernadores Fronterizos que data de 1980 y que sirve
de espacio para el diálogo y la discusión de asuntos transfronterizos que afectan
la región, y donde claramente participan los gobernadores de California y Baja
135
Yair C. Hernández/ M. Reyes
136
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (2010) y Imperial County Community and
Economic Development (2013).
137
Yair C. Hernández/ M. Reyes
la intención es desarrollar literatura donde ellos, por ejemplo (Caléxico) están dentro de
nuestra literatura, y ellos han apoyado financieramente nuestros recursos y ellos nos apo-
yan para invitarlos, para que estén junto con nosotros en las actividades. Por ejemplo, ahí
te hablo de la ciudad de Caléxico, la ciudad de Caléxico como tal pues, es una dinámica
muy distinta a la de Mexicali, ellos no tienen una oficina como la de CDI, tienen a una
persona que ve por el desarrollo económico y que le interesa estar ligada a todo lo que
sucede en Mexicali porque le puede beneficiar también a Caléxico, entonces ahí el tema es
bueno pues ¿porque no nos donas parte de nuestro recurso si estás interesado en que siga-
mos con esfuerzo y pues vas a estar en nuestra agenda, no? (Córdova, entrevista, 2016).
Mexicali tiene un alcance sin paralelo a alto talento humano calificado, lo que diferencia
a nuestra comunidad del resto del país. Una comunidad dinámica de negocios, excelentes
escuelas, un ambiente amigable y seguro y una localización estratégica son algunas de
las razones por las que los negocios deciden establecer operaciones en Mexicali. Estamos
comprometidos a promover el crecimiento de nuestro ambiente económico. Este compro-
miso se refleja en nuestra visión de satisfacer las necesidades de desarrollo económico de
nuestra gente y de nuestra comunidad de negocios. (CDI, 2016: http://www.mexicaliin-
dustrial.com/nosotros.php).
138
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
ges/stories/documentos_gobiernos/rai/bcn/bc4.pdf
139
Yair C. Hernández/ M. Reyes
7
Al ser éste el último programa y se caracteriza porque, “integra seis estrategias fundamen-
tales: crear capacidades sobre cambio climático; proteger comunidades marginadas; mejorar la
salud infantil; fortalecer la cultura ambiental; promover la salud ambiental; y el fortalecimiento
de la cooperación federal, estatal, local, tribal e internacional como complemento de su misión y
las metas estratégicas” (Semarnat, 2016).
140
Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
141
Yair C. Hernández/ M. Reyes
Comentarios finales
Se puede decir que la paradiplomacia representa avances en el espacio transfronte-
rizo de Baja California-California, más en algunos temas que en otros, por ejemplo
en materia medioambiental ha habido mayor interacción.
Así mismo, lo anterior no debe desalentarnos, sino al contrario, ser una razón
para impulsar y fomentar la paradiplomacia en otros asuntos, además habrá que
entenderla como herramienta que fortalece el desarrollo local, que viene hacer com-
plementariedad en la gestión pública.
El caso de cooperación entre Mexicali-Caléxico es relevante para los temas aquí
abordados, puesto que la promoción internacional es poco estudiada desde la óptica
de la paradiplomacia y mucho menos desde la cooperación transfronteriza.
También se propone a la cooperación transfronteriza y desde luego a la paradi-
plomacia como “motores” de la gobernanza, pues estas modalidades son un incen-
tivo y espacio para la participación de otros actores, no sólo del territorio receptor de
cooperación, sino de otros provenientes de otros niveles, como internacional, bina-
cional y nacional.
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Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
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Yair C. Hernández/ M. Reyes
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Paradiplomacia y cooperación transfronteriza en Baja California (México)-California (Estados Unidos)
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Yair C. Hernández/ M. Reyes
146
MECANISMOS DE COORDINACIÓN BINACIONAL DE LA SOCIEDAD CIVIL
RESPECTO AL TRATAMIENTO AMBIENTAL DEL RÍO NUEVO EN LA REGIÓN
TRANSFRONTERIZA DE MEXICALI, B.C. MÉXICO Y CONDADO DE IMPERIAL,
CALIFORNIA, EUA
Introducción
Los gobiernos de México y Estados Unidos muchas veces se preocupan por resolver
sus problemas de manera independiente, sin realizar un esquema de gestión y apli-
cación de recursos de manera conjunta, como lo existe para abordar temas en el caso
de las Mesas de Coordinación Binacional de Puertos Fronterizos, la Calidad del Aire
o Mecanismos de Enlace en Seguridad. En el caso del Río Nuevo, no existe coor-
dinación y por ende solución en conjunto para la solución de la contaminación del
río, cada una de las partes resuelve los problemas que derivan según su capacidad e
interés, reflejando que este tema se deja en segundo plano y, por ende, la cooperación
transfronteriza en el asunto, es de baja intensidad.
Existe la necesidad de mejorar la cooperación transfronteriza en el ámbito comu-
nitario. Asimismo, los gobiernos locales mexicanos y estadounidenses podrán tratar
con mayor efectividad los problemas transfronterizos ambientales, aprovechar las
oportunidades regionales y colaborar en áreas tales como la planificación regional y
la gestión de recursos para que sean aplicados de manera adecuada.
Por ello, el objetivo principal de este texto es identificar y evaluar los mecanismos
de cooperación transfronteriza que utiliza la sociedad civil en la región que com-
prende Mexicali, Baja California, México y el Condado de Imperial, California en
los Estados Unidos, particularmente en el tema de gestión y aplicación de recursos
para la resolución del problema que significa el Río Nuevo.
El texto se estructura primero exponiendo antecedentes y problemática, donde se
aborda la urgencia de atender el tratamiento del Río Nuevo, pues es uno de los más
contaminados de América del Norte; en un segundo apartado se aborda un marco
teórico para el entendimiento de la agenda pública y el proceso para su conforma-
[ 147 ]
Kenia M. Ramírez/ David Pérez Tejada
ción y, por ende, para incluir algún o algunos temas rezagados o de poco interés para
los tomadores de decisiones en turno por parte del gobierno, además se expone la
importancia de la evaluación; posteriormente se revisan los mecanismos de coope-
ración transfronteriza para el caso en cuestión, siendo las TIC un tema de relevancia
para tratar el asunto binacional, esto por su éxito en la aplicación en otros países,
también se presentan los avances de la implementación de éstas para ambos lados
de la frontera en torno al Río Nuevo, posteriormente se exponen los mecanismos
de cooperación transfronteriza, específicamente aquellos utilizados por la sociedad
civil, ya que es a través de ella que se ha avanzado en torno al tema. Finalmente se
presentan algunas reflexiones generales sobre el asunto.
Antecedentes y problemática
El Río Nuevo se formó en el año 1840 aproximadamente, debido a las inundacio-
nes provocadas por el Río Colorado, y se mantuvo, gracias a las corrientes intermi-
tentes, hasta que se desarrolló la práctica de la agricultura de este lado de la fron-
tera en México en 1950. Es considerado el río más contaminado en la región de
Norteamérica, se ubica al sur de la ciudad de Mexicali, Baja California, México,
adentrándose hacia el norte 106 km por los Estados Unidos dentro de la cuenca
del Río Colorado, la cual está situada parcialmente en la parte sureste del estado de
California, atravesando la ciudad de Caléxico y varias comunidades del Condado
de Imperial, California hasta desembocar en el Salton Sea (Lago/Mar Salton). La
cuenca del Río Colorado en los Estados Unidos cubre aproximadamente una super-
ficie de 13 millones de acres (20 000 millas cuadradas), esto incluye el Mar Salton.
En México el alcance del Río Nuevo corresponde a la Región Hidrológica RH-7 y
cuenta con una superficie de 5 923 km2.
Tanto en los Estados Unidos como en México, el Río Nuevo es utilizado como
un drenaje, ya que en los Estados Unidos trabaja como drenaje agrícola dándole ser-
vicio a la zona oeste del Distrito de Riego de Imperial (IID) el cual periódicamente
drena una tercera parte de toda el agua usada para riego hacia el Río Nuevo y por
medio de éste hacia el Lago Salton.
De acuerdo con estudios de evaluación ambiental presentados a la Comisión de
Cooperación Ecológica Fronteriza (Cocef) y otras dependencias gubernamentales
como la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali (CESPM) y la Comisión
Internacional de Límites y Aguas (CILA), realizados por la empresa CH2MHILL , indi-
can que el Río Nuevo recibe agua del drenaje agrícola principalmente formada por
los drenajes subterráneos que reducen la salinidad y los problemas de la calidad de
las aguas subterráneas poco profundas. El agua de los drenajes agrícolas descargada
148
Mecanismos de coordinación binacional de la sociedad civil
al respecto del tratamiento ambiental del río Nuevo en la región transfronteriza
en el Río Nuevo ocasiona que éste aumente hasta en tres veces su gasto entre la
línea fronteriza y la salida en el Lago Salton, lo cual indica que el gasto enviado por
México sólo representa 25% del total del agua descargada por el Río Nuevo en el
Lago Salton.
El cauce del río en la parte urbana de Mexicali fue embovedado y se construye
un bulevar modernista donde se encuentran ubicadas importantes plazas y lugares
de la ciudad, tales como la Plaza del Centenario, el acceso al Bosque de la Ciudad,
el Salón de la Fama, el Centro Estatal de las Artes (CEART), el Centro de Ferias,
Exposiciones y Espectáculos (FEX) entre otras dependencias gubernamentales
así como el edificio de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad
Autónoma de Baja California (UABC). También se inauguró el nuevo Centro de
Justicia Penal y se planea construir la ampliación de la garita Zona Centro, además
de otros edificios.
El Río Nuevo ha representado desde hace muchos años un problema ambiental
en ambos lados de la frontera. Sin embargo, el tema migratorio y de seguridad fron-
teriza han provocado que tanto el gobierno de México como el de Estados Unidos
hayan dejado de lado la solución a un problema añejo que se podría afrontar con la
planificación y la gestión de recursos a nivel regional.
[…] con situaciones y causas heterogéneas, que afectan a un mayor o menor número de
personas, fluyen cotidianamente hacia el gobierno en busca de atención y solución. No
todos los problemas sin embargo logran llamar la atención gubernamental y despertar
iniciativa. No todos logran con la misma facilidad y certeza formar parte del temario de
los asuntos públicos y colocarse entre los asuntos prioritarios del gobierno. Cuando logran
acaso colocarse en la agenda de gobierno no alcanzan los primero lugares en la jerarquía
de los temas y reciben apenas un trato de rutina o de emergencia (Aguilar, 1993:21).
149
Kenia M. Ramírez/ David Pérez Tejada
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Mecanismos de coordinación binacional de la sociedad civil
al respecto del tratamiento ambiental del río Nuevo en la región transfronteriza
151
Kenia M. Ramírez/ David Pérez Tejada
Por ello la importancia de la utilización de las TIC como herramientas útiles para
que problemáticas de ambos lados de la frontera, sean solucionadas con la ayuda de
sistemas de información que disminuyen el esfuerzo físico, de ahí la importancia
de que la ciudadanía organizada o no, los gobiernos y por ende los tomadores de
decisiones, en específico los hacedores de políticas públicas, se empoderen en el uso
y manejo de los diferentes programas que existen tal y como se mencionó en el caso
de éxito para la frontera de México-Estados Unidos para tener una vía de solución
para el problema del Río Nuevo.
A continuación se presentan referencias de la investigación de gabinete, donde
se comprueba lo disfuncional y anticuado de los sistemas de información y redes
sociales utilizadas a manera de herramientas para la cooperación transfronteriza en
154
Mecanismos de coordinación binacional de la sociedad civil
al respecto del tratamiento ambiental del río Nuevo en la región transfronteriza
torno al asunto del Río Nuevo, tanto por las dependencias gubernamentales como
los organismos de la sociedad civil, llámese universidades, cámaras empresariales
o comités ciudadanos. Como bien comenta el sociólogo Castells, son más bien un
tablón de anuncios y artículos sin fondo ni correlación, en vez de ser un espacio para
la creación de contenido, donde se avecinen soluciones realistas y viables al asunto.
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Reflexiones finales
El artículo como resultados de investigación que tuvo como propósito revisar los
mecanismos de cooperación transfronteriza para el caso específico del Río Nuevo,
a lo cual cumple con el objetivo, también trae consigo retos sobre tales mecanismos
encontrados.
Por un lado, las TIC como mecanismos viables para el intercambio, divulgación y difu-
sión de la información en torno a cuestiones medioambientales referentes al caso del río,
1
Aquí el link de la página oficial: http://www.icbc.gob.mx/
Para conocer más, consultar: http://www.turismomexicali.com/2012/index.php/
2
convenciones-top/item/centro-de-ferias-eventos-y-exposiciones-fex,
158
Mecanismos de coordinación binacional de la sociedad civil
al respecto del tratamiento ambiental del río Nuevo en la región transfronteriza
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Kenia M. Ramírez/ David Pérez Tejada
160
CHIAPAS Y LA COOPERACIÓN TRANSFRONTERIZA CON CENTROAMÉRICA:
UN CASO DE PARADIPLOMACIA
Victorino Morales
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Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
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2
Algunos estudios que han tratado de sistematizar la acción exterior de las colectividades
locales fueron desarrollados por Ivo Duchacek y Panayotis Soldatos, respectivamente desde 1984
y 1990. Duchacek utiliza la noción de paradiplomacia para definir las “entradas directas o indi-
rectas de gobiernos no centrales en el campo de las relaciones internacionales” (1990, p. 15) y
pone el prefijo “paralelo” o “asociado” para diferenciarlo del gobierno central.
164
Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
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Victorino Morales
que, si bien los gobiernos subestatales no son soberanos para imponer políticas de
interés nacional, pueden actuar en grandes espacios –gracias a la descentralización
territorial y financiera– y crear lazos de cooperación interregional sobre temas de
crecimiento y desarrollo (Ayala Cordero, 2014; Paquin, 2001; Keating, 2001). Bajo
esta lógica, los gobiernos locales actúan así, como los principales actores de la coo-
peración a nivel mundial. Lo que se destaca en este estilo de cooperación es el esta-
blecimiento de relaciones horizontales más simétricas que permiten el intercambio
de experiencias y reciprocidad de intereses entre partes (de la Varga Mas, 2014; Ruiz
Seisdedos, 2008). Las entidades subestatales se constituyen como los espacios en los
que los agentes locales son los artífices de su desarrollo y la cooperación se vuelve un
instrumento de su acción exterior, principalmente con los otros niveles del gobierno
nacional y los organismos internacionales.
En este sentido, la cooperación descentralizada sigue diferentes etapas para ase-
gurar su eficacia. Se considera primero la apropiación de las iniciativas de coopera-
ción por los actores locales; luego, es necesario adecuar las necesidades locales para
dejar espacio a la coordinación y la colaboración entre actores subestatales e interna-
cionales. Finalmente, estas etapas permitirán obtener resultados visibles a través del
desarrollo y la mejora de la calidad de vida (Deschamps, 2014). Un punto impres-
cindible del proceso es analizar la intervención de la cooperación que permitirá estu-
diar el impacto social de la CD. Por su parte Araya y Godás (2008) plantean una
serie de criterios por la que la CD se construye como un método de fortalecimiento
institucional autónomo de los poderes locales:
1. Reciprocidad. La cooperación no se limita a transferencias unidireccionales
y se define en la base de intereses comunes e intercambios complementários.
2. Adaptabilidad al contexto. La CD se materializa entre territorialidades con
diferencias estructurales significativas. Empero esto debe de promover una
relación de igualdad entre ellas.
3. Concertación de actores. La capacidad de construir capital social y liderazgo
local a partir de la convergencia y acuerdo de agentes políticos, sociales y
económicos locales.
4. Consecuencias prácticas. La CD debe materializar resultados tangibles en el
desarrollo humano y social.
En este sentido, el fortalecimiento institucional que busca erigir la CD compone
una relación cooperativa en materia de desarrollo humano y la cohesión social en el
territorio de forma tangible-proyectos específicos-como intangible-transmisión hori-
zontal de conocimiento.
En tanto son los espacios más locales en donde la CD se instala y opera, el reto
para los gobiernos subestatales en asuntos de low politics, como la migración inter-
166
Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
nacional representa un asunto medular a resolver, ya que deben satisfacer las nuevas
demandas y necessidades sobre todo de tipo social que logre construir identida-
des colectivas que abarquen proyectos convencionales desde la multiculturalidad.
Mencionan (Araya y Godás, 2008, p. 7) que: “las migraciones internacionales como
materia y contenido de CDP [Cooperación Descentralizada Pública], se conforman
hoy día en una oportunidad de fortalecimiento institucional para los gobiernos loca-
les, que ven facilitada así la tarea de la mejora constante de sus propias políticas
locales en materia de migraciones y gestión de la diversidad cultural”.
La migración constituye un fenómeno de la realidad global que condiciona la
agenda política mundial contemporánea. Si bien es una realidad esencial de la evo-
lución del ser humano, los flujos migratorios internacionales han alcanzado hasta
2005 cerca de los 200 millones de migrantes, es decir, aproximadamente 3% de la
población mundial. Además, estos flujos migratorios más contemporáneos se carac-
terizan por la diversidad, heterogeneidad y feminización (Araya y Godás, 2008).
Bajo esta óptica es importante reconocer una dimensión político-económica de
la migración. Respecto del ámbito económico, las migraciones no materializan o
cristalizan la libre movilidad del capital de la economía globalizada. Al contrario,
las desigualdades, mencionan (Araya y Godás, 2008), que se generan por los con-
dicionantes estructurales de la economía internacional, producen un “remanente”
constante de mano de obra dispuesto a cubrir actividades precarias y mal pagadas.
Desde una dimensión política, el fenómeno migratório, la interdependencia exis-
tente entre los procesos globalizadores, migratorios, urbanización y multicultura-
lismos, maximizan la complejidad y la diversidad de la problemática que los flujos
migratorios pueden llegar a generar en el tejido social de las ciudades. De esta forma,
mencionan Araya y Godás (2008), el hecho migratorio cuestiona el papel de los gobier-
nos respecto de sus competencias y eficacia en las políticas promovidas. Finalmente,
el socavamiento de las estructuras estatales tradicionales ha permitido que asuntos y
problemáticas como el de la migración sean incluidos en las agendas gubernamentales,
sobre todo en los países receptores de emigrantes; en tanto la asimilación de inmigran-
tes, el tratamiento del asilo, el establecimiento de cuotas de trabajadores extranjeros.
La creciente demanda para generar espacio de coordinación, intercambio de cono-
cimiento y acciones comunes en materia migratoria se traduce en la creación de una
“Agenda de la gobernabilidad de la migración”. Esta misma agenda debe de procurar dar
solvencia a los puntos de fricción de los nuevos flujos migratorios: “las nuevas caracterís-
ticas de los flujos migratorios, con su creciente diversidad tipológica (fundamentalmente,
la feminización) e identitaria que se concreta en el territorio y en sus marcos de conviven-
cia; las relaciones entre las diversas comunidades de inmigrantes más allá de las fronteras
entre los Estados y sus respectivas nacionalidades” (Araya y Godás, 2008, p.30).
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Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
Durango, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sonora,
Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
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(González, 2009), dado que es este nivel el que se ha convertido en clave para la
transformación económica: “Las regiones salen a la esfera internacional tanto para
promocionar los productos de las empresas de la región y abrir nuevos mercados,
como para atraer inversiones extranjeras y buscar la transferencia de tecnología”
(Aldecoa, 2004). De esta manera, el marco jurídico de acción que la ley suprema
de México otorga a las entidades federativas junto con factores de carácter social y
político han permitido moldear a Chiapas su acción exterior y gradualmente poder
institucionalizarla.
Desde 1994 Chiapas comenzó su experiencia paradiplomática; motivados por
el movimiento zapatista, agencias, organismos, grupo de intelectuales y gobiernos
extranjeros comenzaron a establecer relaciones con el Estado. A partir del levanta-
miento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sectores hetero-
géneos de escala nacional e internacional se movilizan para encontrar una solución
no militar contra el levantamiento indígena. Esta movilización se constituye prin-
cipalmente como un flujo de comunicados, discursos y denuncias sobre las condi-
ciones de vida de los indígenas chiapanecos. Rovira (2005) explica que las acciones
emprendidas desde el escenario internacional consistían en una gran diversidad de
ellas para defender la lucha indígena contra el Estado mexicano. De esta manera, la
vinculación del mundo con Chiapas se vio cristalizada a partir de las campañas de
presión en parlamentos, con figuras políticas internacionales e intelectuales recono-
cidos mundialmente, hacia las elites locales que a su vez presionaran al gobierno de
México y de manera específica al de Chiapas6; y la llegada de extranjeros a las comu-
nidades indígenas, ya sea bajo proyecto de ayuda material y proyectos productivos o
como acompañantes de las comunidades zapatistas7.
En el año 2000, el gobierno del estado se propuso “valerse de una realidad
internacional y nacional más abierta para aplicar estrategias que permitieran la inte-
gración de la entidad en los espacios mundiales, obteniendo beneficios a favor del
6
Eventos relacionados con el zapatismo como la masacre de Acteal en Chiapas en diciembre
de 1997, provocaron el activismo internacional que lograron pronunciamientos de personajes
como Bill Clinton, Koffi Annan por ejemplo. Además campañas en los parlamentos locales se
organizaron para lograr la pronunciación contra la violación a los derechos humanos en Chiapas
de gobiernos como el Catalán, el país Vasco, Venecia y Dublín. Así también la comisionada de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en 1999, Mary Robinson, visitó Chiapas en
noviembre de ese año, presionada por las denuncias de las organizaciones que integran el movi-
miento zapatista a nivel internacional.
7
Desde 1994, los grupos y comités se organizaron principalmente en Europa y Estados
Unidos para promover visitas a Chiapas. Los primeros contactos con las comunidades indígenas
incluían activistas, reporteros, personalidades reconocidas o anónimos jóvenes de todos los luga-
res del mundo.
170
Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
hacer de esta una frontera [la de Chiapas] más segura, productiva, humana, solidaria, que
fomente la cultura del respeto de los derechos humanos de los migrantes y los habitantes
de la región, que promueva políticas públicas para combatir la marginación y mejorar
los índices de desarrollo humano de la región, con especial énfasis a programas de salud
8
Los resultados de estos primeros esfuerzos son comentados en la siguiente sección.
Gobierno del Estado de Chiapas (2008). Anuncia Sabines transformación de dependen-
9
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pública, educación y empleo, que aproveche las vocaciones comerciales de la región con
respeto a sus culturas, tradiciones y al medio ambiente (fracción. 1).
de Suiza, Israel, Jamaica, Malasia y Japón, así como de representantes diplomáticos de Reino
Unido y de la Unión Europea (Gobierno del Estado de Chiapas Chiapas, 2013).
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Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
Tapachula suele ser escala o destino del flujo de migración centroamericana, prin-
cipalmente indocumentada. Lo anterior en consideración de los planes y situaciones
de las personas que migran.
Si históricamente la entidad representaba un espacio de integración e interacción
de movimientos, sobre todo laborales, con Centroamérica, en la actualidad la diná-
mica se ha consolidado más allá de la región fronteriza del Soconusco, extendién-
dose a otras regiones como los altos y el centro de Chiapas. Las ciudades de Tuxtla
Gutiérrez, Comitán de Domínguez y San Cristóbal de las Casas se han consoli-
dado como localidades receptoras –destino o temporales– de familias e individuos
centroamericanas.
A pesar de que el Soconusco represente el espacio transfronterizo por excelencia,
es posible identificar por lo menos cuatro rutas de entradas laborales a México en la
frontera sur (Martínez Velasco, 2014): sur, centro-occidente, norte y norte-Belice.
La ruta sur corresponde al cruce de Tecún-Ciudad Hidalgo; El Carmen-Talismán;
Toquian Grande-Unión Juárez. La siguiente (centro-occidente) es utilizada por aque-
llos que cruzan a través de Mazapa de Madero, La Mesilla-Ciudad Cuauhtémoc;
Carmen Xhan-Gracias a Dios; Ingenieros-Nuevo Orizaba. Estas dos primeras rutas
son los trayectos históricos empleados desde inicios del siglo XX. En cuanto a las
rutas norte y norte-Belice, son de reciente creación y responden a las dinámicas
generadas de poblaciones centroamericanas en el norte del país y por la facilidad vial
de poblaciones alejadas de la frontera sur. Estos dos últimos son cruces de los prove-
nientes de la región del Petén. De esta manera, podemos comprender que la región
sur-sureste de México se ha convertido en un espacio de migración diversificada en
cuanto a destinos, tiempos de estancia y sectores sociales.
Una de las maneras para medir la intensidad de los flujos migratorios centroame-
ricanos en la entidade, es a través del registro de devoluciones del Instituto Nacional
de Migración, el número de asegurados en Chiapas y devueltos a través de la fron-
tera sur. Estos flujos pueden ser divididos en tres etapas (Martínez Velasco, 2014): la
primera que comprende de 1994 y 1998, un segundo de 1999 a 2005, y un tercero
de 2006 a 2009 que reflejan una baja en los aseguramientos y devoluciones con
respecto de los dos anteriores11.
La tendencia decreciente a partir del año 2006, puede deberse al paso del Huracán Stan
11
en la región en aquel momento y su impacto a las vías de ferrocarril desde su entronque con
Guatemala hasta el municipio de Arriaga (Martínez Velasco, 2014).
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Fuente: Elaboración propia a partir del Programa Institucional de la Secretaría para el Desarrollo
de la Frontera Sur y Enlace para la Cooperación Internacional 2012.
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esquema de cooperación cuyo objetivo es fortalecer las capacidades tanto de las ins-
tancias gubernamentales de la entidad como las federales para el aseguramiento de
derechos y protección de los migrantes. El mismo programa contempla el trabajo
con las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades de paso en el espacio
transfronterizo de Chiapas para mejorar la respuesta, la coexistencia y cohesión
social en los refugios y albergues.
Bajo el escenario de una construcción de la política migratoria en dos niveles,
federal y estatal –cada uno de estos con sus temas y asuntos específicos–, es posible
entender la construcción de un esquema de cooperación en cuanto a la protección
de los derechos humanos de los migrantes y la seguridad de la frontera sur, dejando
los asuntos de legislativos y administrativos a la estancia federal que competen al
ámbito de la seguridad nacional, y por lo tanto, un tema de política exterior exclu-
siva del aparato estatal a través del Instituto Nacional de Migración. En este sentido,
el esquema que dibuja la entidad subestatal con el sistema de Naciones Unidas, así
como acciones paradiplomáticas con algunos gobiernos centroamericanos, nos invita
a revisar cómo la cooperación descentralizada transfronteriza integra las fases de
cooperación (Deschamps, 2004) y los criterios que la constituyen como un método
del fortalecimiento institucional (Araya y Godás, 2008).
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nador del estado de Chiapas de 2006 a 2012, Juan Sabines Guerrero, mismo en
tanto que la problemática es abordada desde una concepción del espacio local y de
lazos de proximidad institucional y organizacional, es decir un asunto que implica
la acción pública subestatal:
En la frontera sur de México concebimos la migración desde un enfoque de
atención y solidaridad con los migrantes, y es que hay dos maneras de gobernar: o
se gobierna exclusivamente para los simpatizantes a un partido político, a un credo
religioso, para una sola cultura u origen cultural o nacional, o se gobierna para todos,
incluyendo los más vulnerables, que en mi país no votan y que son los migrantes
(Sabines Guerrero, citado por La Jornada, 2011, pár. 6).
Bajo esta primera forma de cooperación podemos entender la reciprocidad que
ha existido entre los dos gobiernos –el de Chiapas y de Guatemala– así como con
otros centroamericanos bajo la base de intereses comunes e intercambios comple-
mentarios, en tanto que el espacio transfronterizo representa una construcción de
lazos históricos entendido como un espacio común. La misma creación de la región
del Quetzal materializa dicha reciprocidad y entendimiento de la cooperación. El
discurso del gobernador de la entidad mexicana en 2014 al recibir la condecora-
ción del Parlamento Centroamericano, cristaliza los criterios que Araya y Godàs
(2008) describen para entender los marcos institucionales que genera la cooperación
descentralizada: “Tengan ustedes la plena seguridad de que mi gobierno habrá de
intensificar la cooperación y el trabajo conjunto con cada uno de los países centro-
americanos. No estamos construyendo muros, por el contrario estamos tendiendo
puentes de hermandad entre nuestros pueblos. Para nosotros, quien atenta contra la
integridad de un migrante, atenta contra la dignidad humana y merece todo el peso
de la Ley (Gobierno del Estado de Chiapas, 2014, pár. 9)”.
La construcción de un esquema de cooperación recíproca como el que dibuja la
región del Quetzal logra la adaptación al contexto federalista de la misma política
migratoria. Lejos de reflejarse como un obstáculo para la cooperación, el mismo
esquematiza una interacción y vinculación en el que los marcos jurídico-institucio-
nales subestatales se adaptan a la normatividad federal vigente a fin de incentivar la
acción pública subestatal. En este sentido podemos citar la creación de la Fiscalía
Especializada para la Atención de los Delitos Cometidos en contra de Migrantes en
Chiapas, la cual bajo el esquema de la política migratoria federal ha buscado contri-
buir al fortalecimiento de la seguridad de la frontera sur. De 2009 a 2011 la fiscalía
reportó más de mil quinientas denuncias de los migrantes que transitaban por el
territorio de la entidad (La Jornada, 2011).
Cabe señalar que evaluar en términos de desarrollo humano y social las conse-
cuencias prácticas que la cooperación descentralizada transfronteriza ha alcanzado,
184
Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
merece ser un tema de otro apartado o capítulo en tanto que el mismo requiere
de un trabajo de campo palpable y de interacción directa con los actores. Empero,
es posible observar que los esfuerzos en reciprocidad y adaptabilidad al contexto
han generado resultados cristalizados en el reconocimiento político de las acciones
gubernamentales subestatales por parte de los gobiernos centroamericanos. En este
sentido, podemos entender que la construcción y adecuación de los marcos institu-
cionales y jurídicos, así como la implementación de proyectos institucionales concre-
tos, representan las consecuencias prácticas de la materialización de una primera fase
de la cooperación que Dechamps (2004) define como la apropiación y adecuación.
Bajo este entendimiento, el tercer criterio –la concertación de actores– que señalan
Araya y Godàs (2008), se inserta en la fase de colaboración que la cooperación des-
centralizada dibuja en tanto la misma sinergia de actores debe permitir la construc-
ción del capital social y liderazgo local.
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Chiapas y la cooperación transfronteriza con Centroamérca: un caso de paradiplomacia
Vale la pena destacar que parte de la apropiación y adaptación de los marcos ins-
titucionales y jurídicos de Chiapas para fortalecer la política migratoria del Estado
mexicano, ha sido consecuencia de la colaboración con el sistema de las Naciones
Unidas. De esta forma, la cristalización de la Ley de migración de Chiapas y la Ley
contra la trata de personas han sido esfuerzos asesorados por la OIM. Asimismo, este
último organismos y la UNODC han colaborado con las entidades gubernamenta-
les para que las leyes subestatales se traduzcan en reglamentos y guías de atención,
actuación, prevención y sanción del tráfico ilícito de migrantes. De una manera
similar, bajo el esquema de fortalecimiento de capacidades institucionales y sociales,
la formas de cooperación descentralizada en la frontera sur ha provocado que las
agencias ACNUR, Unicef y OIM apoyen en la designación y capacitación de Oficiales
para la Protección de la Infancia y de personal policiaco especializado, como los
Grupo Beta, que se encargan de la atención a personas migrantes. Asimismo, el
esquema ha generado la creación del Centro de Atención a Niños, Niñas y Jóvenes
Migrantes y la Estación Migratoria Siglo XXI en el municipio de Tapachula. De
187
Victorino Morales
igual manera, bajo la forma de promoción de consensos entre los diversos actores, la
acción conjunta con organismos de la sociedad civil, el gobierno subestatal y la OIM
permitieron la conformación de un Comité estatal encargado de hacer seguimiento
al tema de trata de personas. Además, como parte de los compromisos internaciona-
les, se despliegan las campañas de sensibilización impulsadas por la OIM dentro del
marco de protección y reconocimiento de los derechos de los grupos vulnerables. De
esta forma, la campaña En Chiapas no se toleran delitos contra migrantes es una de las
acciones de colaboración (Oficina de Coordinación del Sistema de Naciones Unidas
en México, 2013).
Al seguir el esquema de cooperación transfronterizo, la UNODC ha apoyado al
gobierno de la entidad para la elaboración del Primer Diagnóstico sobre la Incidencia
del Delito de Trata de Personas en México, así como ha establecer protocolos de
actuación para atender los delitos de trata de personas y el tráfico ilícito de migran-
tes. En cuanto al trabajo directo con comunidades, el esquema de cooperación ha
destacado el apoyo permanente a los albergues de migrantes y a los solicitantes de
condición de refugiado como parte del trabajo con grupos de población vulnerables
que realiza el ACNUR (Oficina de Coordinación del Sistema de Naciones Unidas en
México, 2013). Finalmente el esquema de cooperación descentralizado se traduce en
la generación de buenas prácticas que se materializan en la construcción de la Guía
de buenas prácticas, protección a migrantes y víctimas de secuestro generada entre la OIM
y el INM con una fuerte implementación en la entidad subestatal.
En este contexto, la actividad paradiplomática desarrollada desde la frontera sur
para el enfoque de la cooperación descentralizada, nos permite entender la estructu-
ración de una atención pública al asunto migratorio que cristaliza esquemas locales
transfronterizos que podemos definirlos en seis rubros: derechos humanos, procura-
ción de justicia, reglamentación jurídica, salud, población y desarrollo social. Esto
no deja de lado la interacción de la misma actividad con las entidades a nivel federal
y sobresaltan los esquemas que se esbozan entre actores públicos y sociales que desde
niveles supranacionales – ONU –motiva a la interacción cooperativa en este espacio
transfronterizo.
Conclusiones
La cooperación descentralizada transfronteriza que reviste el caso de la frontera sur
de México, deja entrever de manera descriptiva la configuración espacial de un trán-
sito material e inmaterial de relaciones históricas y que constituyen dinámicas muy
particulares y propias diferentes de su frontera norte. En este sentido, la actividad
paradiplomática que el estado de Chiapas ha desarrollado desde finales del siglo
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Tercera parte
Experiencias comparadas
de paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA AGENDA DE
PARADIPLOMACIA AMBIENTAL
PARA LA FRONTERA SUR DE MÉXICO
Introducción
Son 1 149 kilómetros lineales los que separan a los estados mexicanos de Chiapas,
Tabasco, Campeche y Quintana Roo, de los departamentos guatemaltecos de San
Marcos, Huehuetenango, Quiché y Petén, y del distrito beliceño de Orange Walk.
Límites fronterizos “naturales” –como el Río Hondo que separa a México y Belice,
y los ríos Suchiate y Usumacinta, que hacen lo propio entre México y Guatemala–,
conviven con límites “artificiales”, trazados por el hombre allá por el año de 1895.
Pero, a pesar de la existencia de estas líneas fronterizas, las problemáticas medioam-
bientales de la región no se circunscriben a una división política específica.
Desde finales del siglo xix, la historia humana ha dividido a la Selva Maya entre
tres países. Sin embargo, casi desafiando a las fronteras políticas, la flora, la fauna y
los remanentes de una cultura milenaria, se extienden en 14 millones de hectáreas
por el sur-sureste de México, Belice y el norte de Guatemala, representando el tercer
hotspot1 más importante del mundo y el segundo del continente americano, después
de la Amazonía. Por esta razón, desde una óptica ambiental, es posible considerar
a la frontera sur de México como una zona fronteriza, más allá de una línea de
frontera.
Para efectos del presente capítulo, que intenta generar aportes para la construc-
ción de una agenda de paradiplomacia ambiental, esta precisión conceptual es suma-
mente relevante, pues como Rhi-Sausi y Oddone (2009) señalan,“las fronteras son
espacios interestatales donde se condensan las relaciones entre las poblaciones locales
que, por un lado, tienen los mayores niveles de biodiversidad y, por otro, son las más amenazadas
por el hombre.
[ 197 ]
H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
y el accionar de los diferentes niveles del Estado”. Según los autores, esta concepción
permite diferenciar las líneas fronterizas de las áreas de frontera: mientras que las
líneas o límites fronterizos son competencia de los gobiernos nacionales, en las áreas
o zonas de frontera las competencias son compartidas entre los gobiernos nacionales
y subnacionales (regionales o locales). De acuerdo con Girón (2013), estas interac-
ciones entre diferentes niveles de gobierno, así como las dinámicas entre factores
ambientales, económicos, culturales y sociales, pueden observarse en mayor o menor
medida en diferentes puntos de la zona fronteriza del sur de México.
198
Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
199
H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
200
Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
Este tipo de iniciativas han promovido que, durante las últimas tres décadas,
se haya incrementado el uso de la paradiplomacia como herramienta para atender
aspectos que tradicionalmente no formaban parte de sus competencias, como la ges-
tión ambiental, a través de la cooperación descentralizada, la cooperación transfron-
teriza y su participación en redes o asociaciones internacionales de gobiernos locales.
A pesar de lo anterior, México se caracteriza de manera general por una débil
capacidad técnica de los estados y municipios para iniciar y, sobre todo, mantener
una agenda paradiplomática ambiental, debido a que la incursión de los gobiernos
subnacionales en el ámbito exterior no necesariamente está acompañada de un marco
jurídico-institucional, de recursos financieros adicionales, o de los conocimientos y
habilidades técnicas para llevar a cabo el diseño y la instrumentación de estrategias
de proyección internacional vinculadas al desarrollo local (Rodríguez, 2013).
Por ejemplo, en términos del ambiente jurídico-institucional desde el gobierno
central, el ambiente para la promoción de la paradiplomacia ambiental ha sido poco
favorable. A diferencia del Plan Nacional de Desarrollo (pnd) de la administración
anterior (2007-2012), que incluía como uno de sus ejes rectores a la sustentabilidad
ambiental, el pnd vigente (2013-2018) no le da la misma jerarquía al tema ambien-
tal, lo que se traduce en una ausencia de indicadores sobre sustentabilidad, aprove-
chamiento racional y/o conservación de los recursos naturales de la nación.
Por otro lado, la Ley General de Cambio Climático, publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 6 de junio de 2012 y reformada el 2 de abril de 2015, no hace refe-
rencia a las acciones paradiplomáticas de los gobiernos estatales y municipales; seña-
lando únicamente al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (inecc)
como entidad con atribuciones en materia de cooperación internacional para cum-
plir con su mandato.
En este mismo sentido, la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de abril de 2011 y reformada el
17 de diciembre de 2015, tiene omisiones importantes, entre las que destacan la no
inclusión de todos los actores involucrados en las acciones de cooperación interna-
cional y la ambigüedad en las definiciones de “cooperante”. En el caso específico de
la paradiplomacia, esta ley no hace ninguna mención al desarrollo local ni lo vincula
con los acuerdos interinstitucionales5 o con la cooperación descentralizada6.
5
Conforme a la Ley sobre la Celebración de Tratados, los “acuerdos interinstitucionales” cons-
tituyen el nombre general que se le otorga a cualquier documento, sin importar su denomina-
ción, que un estado o municipio mexicano pretenda suscribir con un órgano gubernamental
extranjero o un organismo internacional.
6
Para profundizar sobre este tema, véase Ayala, 2011.
201
H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
A lo anterior hay que sumar la visión de corto plazo que generalmente caracteriza
a las autoridades locales (Macht, 2010); la falta de voluntad política de los goberna-
dores y los presidentes municipales sobre los asuntos internacionales, que muchas
veces perciben que este tipo de actividades no les ofrece beneficios directos (no com-
portan votos) o las ubican como un gasto y no como una inversión (Velázquez y
Schiavon, 2010); el desinterés generalizado de los gobiernos subnacionales mexica-
nos para conocer, intercambiar y adaptar experiencias de otros países en materia de
paradiplomacia ambiental; así como el papel poco relevante de la gestión internacio-
nal en la agenda de las asociaciones mexicanas de gobiernos locales, percibida como
algo separado de la realidad cotidiana y de las responsabilidades y tareas asignadas
por la ley a dichos gobiernos. Además, la baja institucionalidad de las oficinas o
coordinaciones de asuntos internacionales de los gobiernos subnacionales mexicanos
genera, muchas veces, que el trabajo realizado por un gobierno no sea retomado por
su sucesor (Schiavon y Velázquez, 2009).
De acuerdo con Ootsveen (2010), este tipo de desafíos hacen que se pierda de
vista la relevancia de la gestión internacional para que los gobiernos subnacionales y
sus redes o asociaciones ejecuten mejor sus tareas y responsabilidades principales y
que, en todo caso, la paradiplomacia puede ser una herramienta clave para fortalecer
la autonomía de los gobiernos subnacionales en México, como ha ocurrido en otros
países de América Latina.
Lo anterior ha generado que existan grandes vacíos en la documentación, siste-
matización y análisis de información sobre paradiplomacia mexicana, en general, y
en materia ambiental, en particular; así como la difusión generalizada de los resulta-
dos, más allá de un público especializado en la temática conformado por académicos
y practitioners.
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Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
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H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
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Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
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Conclusiones
Sin lugar a dudas, la temática ambiental presenta la particularidad de constituir uno
de los mayores temas de la agenda global con capacidad de aglutinar muchos intere-
ses locales, nacionales y supranacionales. Los problemas ambientales actuales impe-
len la generación de alianzas estratégicas en materia de “bienes públicos globales”. El
dilema radica en que los costos individuales para su construcción o protección son
muy elevados, no se ofrecen los suficientes incentivos para ello, o aún (y, sobre todo)
encuentran sentido sólo en una solución conjunta, pues resulta mucho más factible y
eficiente que su protección en términos individuales.
El acuerdo de París (diciembre 2015) contempla la meta más ambiciosa de reduc-
ción de emisiones que se haya planteado en los últimos años: limitar el incremento
de la temperatura hasta 1.5° centígrados por encima de los niveles preindustriales,
además de reconocer la necesidad de transitar a una economía global baja en car-
bono. A su vez, garantiza una revisión cada cinco años del cumplimiento de las
206
Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
metas asumidas por los países y que se lleven a cabo los ajustes necesarios hasta que
se logren las metas de mitigación del cambio climático. Otro elemento fundamental
es que contempla medidas para el seguimiento, medición de resultados, garantizar
un medio ambiente sano y las medidas de financiamiento necesarias para ayudar a
los países más pobres en la lucha ante el cambio climático.
El papel activo de México será primordial para lograr las metas planteadas en la
COP21 ya que su emisión de gases de efecto invernadero representa 2% del total de
gases emitidos, ocupando el noveno lugar a nivel mundial. El uso de combustibles
fósiles representa 80% de la energía a nivel mundial, y en México ese porcentaje se
incrementa en alrededor de 2%, por lo que un aspecto fundamental para implemen-
tar sus compromisos, será la transición hacia energías renovables. México también
se ha destacado al ser uno de los países fundadores de la Coalición Clima y Aire
Limpio, una iniciativa de cooperación internacional que tiene como objetivo reducir
contaminantes de corta vida (carbono y metano entre otros) que representan un
porcentaje importante del calentamiento global.
México se fijó la meta de lograr cero deforestación para 2030 y para lograrlo, sin
lugar a dudas, la cooperación internacional en materia de provisión y protección de
bienes públicos regionales/globales jugará un papel central.
Sin embargo, dicha cooperación no está reservada exclusivamente a los Estados-
nación. Cuando se habla de gobernanza y seguridad ambiental, la paradiplomacia
de los gobiernos locales fronterizos debe ser vista como defensa del país y de todas
las personas que dependen de los recursos naturales de la zona de frontera para
sobrevivir, especialmente aquellas que habitan en las localidades más vulnerables a
la deforestación, las inundaciones, la contaminación o la degradación de cuencas y
mantos acuíferos. En otras palabras, la gobernanza y la seguridad ambiental repre-
sentan un ámbito de acción en el que los gobiernos, sin importar su nivel, deben dar
respuesta a problemas globales.
La frontera sur de México enfrenta diversos retos socioeconómicos y ambien-
tales. Para dar respuesta a dichos desafíos resulta necesario abordarlos de manera
holística, de tal suerte que se puedan diseñar, desarrollar o, en su caso, reforzar
instrumentos y políticas públicas orientadas a reducir el deterioro ambiental y a pro-
piciar un esquema productivo que permita el desarrollo de las generaciones presentes
y futuras.
En México, Vallejo (2010) reconoce que una buena parte de la población no está
consciente de la dimensión de los impactos presentes y futuros del cambio climático
y la degradación ambiental, ni de las posibilidades de adaptación que tiene o podría
tener. La creación de instrumentos adecuados para implementar medidas de adap-
tación en un nivel local, como una agenda paradiplomática ambiental, contribuirá
207
H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
con mejores resultados para la población. En ese sentido, las estrategias proactivas de
paradiplomacia ambiental pueden sentar las bases para lograr una contribución real
de los municipios y las entidades federativas mexicanas de la frontera sur a las estra-
tegias transfronterizas de protección ambiental, mitigación y adaptación al cambio
climático. No obstante, es importante recalcar que la paradiplomacia ambiental repre-
senta una oportunidad para abordar las cuestiones de sustentabilidad y adaptación
al cambio climático a nivel local, pero, probablemente, no será la única fórmula para
todas las situaciones o contextos. Para lograr crear sinergias entre la actividad para-
diplomática y las políticas públicas locales, Oddone et al., (2012) sostienen que es
necesario hacer que los gobiernos subnacionales cuenten con capacidades proyectuales
fortalecidas y sean vistos como “autoridades locales responsables”, lo que les permitiría
diseñar y ejecutar esquemas de gobernanza y seguridad basados en propuestas del tipo
issues systems que contribuirá al desarrollo sustentable de la frontera sur.
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208
Hacia la construcción de una agenda de paradiplomacia ambiental para la frontera sur de México
209
H. Rodríguez Vázquez/ M. Cordero Véjar
210
LÍMITES, FRONTERAS, COOPERACIÓN Y AGENDAS LOCALES DE DESARRO-
LLO: EL CASO DE AMÉRICA CENTRAL1
Una versión preliminar de este documento fue presentada por los autores en el evento III
1
[ 211 ]
A. Hernández Ulate/ J. C. Ramírez Breves
212
Límites, fronteras, cooperación y agendas locales de desarrollo: el caso de América Central
Abordaje geográfico
Geográficamente, el límite como contenedor del Estado se ha convertido en un ele-
mento cuestionado (Staples, 2008), que es transcendido por una serie de procesos
transnacionales que escapan a las regulaciones o controles del Estado. Esto no quiere
decir que el Estado vaya a desaparecer o que sea hoy en día menos importante, lo
que sí quiere decir es que el proceso de globalización le ha impuesto nuevos retos al
Estado. Estos retos están relacionados con su territorio, sus límites y sus fronteras,
tanto por procesos que ocurren dentro de los marcos legales como la repatriación de
capitales, la dependencia de la inversión extranjera directa y las migraciones, como
por aquellos que los transgreden, tales como las amenazas internacionales, principal-
mente el terrorismo y el tráfico de personas, armas y sustancias ilícitas.
En la actualidad, las capacidades del Estado han sido reafirmadas en términos de
autoridad sobre el territorio y la seguridad nacional. Las fronteras y los límites aún le
ofrecen una representación simbólica a esta autoridad y en la práctica consolidan el
poder del Estado en espacios cada vez más permeables (Wonder, 2007). En este sen-
tido, se produce una adecuación de las políticas regionales, tanto para hacer frente
a los flujos migratorios y contener el contrabando de mercancías ilícitas, como para
agilizar el tránsito de personas y mercancías por las fronteras. También es posible
observar que los Estados están reafirmando la importancia del lugar, de lo nacional
y la identidad frente al otro.
Muchos de estos proyectos de reforzamiento de los límites y las fronteras son
frecuentemente envueltos ideológicamente en temas muy actuales como la seguridad
nacional frente a nuevas amenazas, como la delincuencia transnacional (Wonders,
2007), o mejorar la competitividad en términos de negocios y comercio interna-
cional de sus territorios y empresas. Así, es cada vez menos frecuente que una gran
empresa opere sólo dentro de las fronteras de un Estado. Existen muchos procesos
empresariales que superan las fronteras del Estado por su tamaño, el poder de las
compañías y la naturaleza de las actividades transfronterizas que realizan (Staples,
2008), por ejemplo, compras, traslados de mercancías, contrataciones en distintos
países y la inversión y repatriación de capitales. Existe una tendencia al aumento de
las fusiones y adquisiciones empresariales transfronterizas y con mayor frecuencia
es posible observar compañías con juntas directivas multinacionales, concentradas
principalmente en Europa, lo que está muy relacionado con la fuerzas de integración
213
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215
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para los intercambios comerciales, ambientales y para las relaciones culturales trans-
fronterizas, entre otros. Para cada asunto puede existir un vínculo territorial distinto
y prioridades distintas en la agenda local. Por otra parte, existen ejes de vinculación
territorial que organizan los intercambios transfronterizos. Estos están compues-
tos por una serie de elementos, tales como: a) las ciudades a uno y otro lado de la
frontera que actúan como nodos de desarrollo de las regiones fronterizas; b) por la
concentración de la institucionalidad estatal (como las aduanas, los puestos migra-
torios y el destacamento de la policía de frontera, entre otros); c) la infraestructura
de comunicación, como las carreteras, puertos o cursos fluviales que posibilitan la
comunicación e intercambio de mercancías. La existencia de estos elementos pro-
duce desarrollo regional en algunos sectores de la frontera, pues conforma nodos de
desarrollo. Por ejemplo, el eje de desarrollo transfronterizo Liberia, La Cruz (Costa
Rica) y San Juan del Sur y Rivas (Nicaragua).
En resumen, en términos de relaciones transfronterizas, es clave, primero reco-
nocer que las relaciones transfronterizas suceden de forma espontánea y no depen-
den exclusivamente de las políticas estatales, pero pueden ser influenciadas por ellas.
Segundo, las relaciones transfronterizas se organizan con una agenda de prioridades
locales y no son las mismas en toda la región fronteriza, esto pese a las insistencias
de los Estados de englobar una frontera de un país como sola unidad, por eso es fre-
cuente escuchar expresiones como “la frontera Costa Rica-Nicaragua” “la frontera
Costa Rica-Panamá”, etc. Finalmente, los ejes de desarrollo en las fronteras produ-
cen nuevas relaciones transfronterizas, pero pueden mantener en la marginalidad
algunos sectores de la frontera.
de algunos de los sistemas diseñados para la temática fronteriza que, desde meca-
nismos internacionales con competencias restringidas, pretenden compatibilizar los
sistemas operativos y las reglamentaciones de cada país para el cumplimiento de
fines específicos como la facilitación fronteriza o el comercio vecinal”.
Algunos autores afirman que “la integración fronteriza es entendida como un
proceso convenido políticamente entre Estados en sus territorios fronterizos colin-
dantes” (Arciniegas, 2012, pág. 11). Sin embargo, en la práctica se pueden observar
que muchos de estos procesos son informales, es decir, no están regulados, controla-
dos o dirigidos directamente por los Estados. Ocurren de forma espontánea y con el
propósito de solucionar los problemas o asuntos prioritarios en las agendas locales de
desarrollo. En otras palabras, frente a una situación de urgencia o problemática, las
personas, como parte de una localidad en la frontera se ponen de acuerdo y toman
acciones para enfrentar la situación. Un ejemplo puntual de esto, es la coordinación
que realizaban los Alcaldes de Cárdenas (Nicaragua) y La Cruz (Costa Rica) para
darle mantenimiento a un camino vecinal que permitía el paso informal de los veci-
nos de San Elena de Santa Cecilia y de Cárdenas.
La cooperación transfronteriza es aquella que tiene lugar en la frontera y la afecta
directamente, la cual puede manifestarse como cooperación de vecindad entre regio-
nes fronterizas adyacentes o cooperación transnacional entre administraciones y orga-
nizaciones regionales o locales (López y Benito, 1999). Los esquemas de cooperación
se refieren a los arreglos formales e informales que se generan en una frontera entre
actores locales institucionales o no, con la intención de atender necesidades propias de
su ubicación. También este tipo de cooperación puede ser articulada mediante la crea-
ción de regímenes internacionales que la evidencian y la consolidan (Ramírez, 2014).
Ejemplos de estos regímenes son el Plan Trifinio, que se denomina así porque en la
región donde tiene lugar se unen los límites de El Salvador, Honduras y Guatemala;
la Mancomunidad de Municipios Costeros del Golfo de Fonseca (Mungolfo), en el
que son ribereños El Salvador, Honduras y Nicaragua y el Parque Internacional La
Amistad, entre Costa Rica y Panamá.
El estudio de la cooperación transfronteriza en cualquier región plantea como pre-
guntas preliminares (Leibenath et al., 2010): ¿Cuáles son las razones que originan la
cooperación transfronteriza? ¿Por qué en algunas regiones de los cordones fronterizos
parece ser más activa? ¿Cuáles actores en las fronteras se manifiestan más interesados en
potenciar procesos de cooperación? ¿Qué dificultades y oportunidades presenta la coo-
peración transfronteriza desarrollada en las localidades? Así, el análisis de las relaciones y
cooperación transfronteriza requiere de la identificación de los siguientes aspectos:
217
A. Hernández Ulate/ J. C. Ramírez Breves
218
Límites, fronteras, cooperación y agendas locales de desarrollo: el caso de América Central
dinan para realizar eventos culturales y deportivos. 2) Instituciones que son creadas
para la cooperación transfronteriza, mediante regímenes formales o informales. Los
que se distinguen más fácilmente son los formales, pues implican la formalización
mediante acuerdo o tratados interestatales, el Plan Trifinio es un ejemplo de este
tipo. 3) Otras organizaciones por el contexto jurídico deben operar como organiza-
ciones informales, por ejemplo, la Asociación de Municipios Transfronterizos de la
frontera Costa Rica-Nicaragua, que no pudo operar debido a que no se pudo for-
malizar jurídicamente, esto derivó en la práctica en la conformación de asociaciones
municipales a cada lado del límite.
No sólo el marco jurídico es importante para la operación de la instituciona-
lidad en las fronteras, sino que existen una serie de prácticas comunicativas y de
reglas entre los actores que practican la cooperación transfronteriza. Leibenath et
al., (2010) afirman que estas reglas pueden presentar estabilidad, sin embargo, se
presume que es todo lo contrario, que estas reglas son dinámicas en el tiempo y se
adaptan a las circunstancias en que ocurre la cooperación. Lo que si se interpreta
como una constante, es que para que las reglas funcionen deben ser conocidas y
apropiadas por todos los actores involucrados. Así mismo, estas reglas que utilizan
las instituciones para la cooperación se basan en normas sociales locales, cuya vio-
lación o incumplimiento puede implicar la sanción y potencial retiro de la coopera-
ción. En el caso de la cooperación transfronteriza, esta tiene costos de transacción
muy altos, tanto por las diferencias jurídico-administrativas entre los Estados que
participan en el proceso de cooperación, como por las diferencias culturales entre
ellos y entre las mismas comunidades en las fronteras (Leibenath et al., 2010). Un
ejemplo son las comunidades indígenas que habitan en las zonas de frontera y que
tienen modos de vida y lengua distintas al resto de los actores fronterizos. Como el
caso de los Guatusos en la frontera Costa Rica-Nicaragua o los Ngöbes, los Bribrí y
los Cabécares en la frontera Costa Rica-Panamá.
Las leyes para la cooperación transfronteriza reconocen estos procesos, los legi-
timan y los potencian. Estos marcos deben favorecer la gobernanza multinivel, pro-
piciando que los actores locales tengan una participación activa en la creación de
la agenda y su implementación. Además, son importantes porque permiten la coo-
peración más allá del contexto o estado de la situación interestatal en un momento
determinado.
En América Central, son pocos los casos que se pueden mencionar sobre la crea-
ción de marcos legales e instituciones orientadas a tal fin. Dos de ellos son el Plan
Trifinio y Mungolfo.
221
A. Hernández Ulate/ J. C. Ramírez Breves
ción internacional con proyectos en las fronteras, entre otros. En otras palabras, en
la frontera confluyen actores internacionales, estatales, de organizaciones regionales
y locales.
Estos actores representan diversos intereses y niveles de gobernanza. Los actores
pueden poseer o no características propias que conduzcan a la cooperación, como
el idioma, las habilidades y la competencia intercultural o bien los recursos en tér-
minos de tiempo, el conocimiento, el dinero o la autoridad (Leibenath et al., 2010).
Desde hace más de dos décadas ha cobrado mucha importancia la participación
de los actores locales, principalmente, los municipios en las relaciones transfronte-
rizas, orientando o atrayendo los recursos y las acciones de la cooperación interna-
cional y la cooperación transfronteriza. Esta intervención de otros niveles de gober-
nanza se le ha llamado paradiplomacia y se ha sumado a los esfuerzos de integración
“desde abajo” (Rhi-Sausi y Oddone, 2013).
pueden presentar mayor vulnerabilidad que otros frente a estos aspectos, por ejem-
plo, las fronteras costarricenses son las zonas de menor desarrollo del país, presentan
menor índice de desarrollo y algunos grupos étnicos no hablan el español, lo que les
reduce su capacidad de participar en la creación de una agenda transfronteriza.
En resumen, la cooperación transfronteriza de Costa Rica con sus colindancias
se caracteriza por (Hernández et al., 2013 y Hernández et al., 2009):
• Existe algún grado de coordinación entre los gobiernos locales, que asegura
cierto grado de coherencia y la sinergia.
• Existe en ellos alguna estructura de organización, que puede tomar formas
como la asociación, el régimen, una pastoral social o una red, que permite la
relación horizontal.
• No existe un marco jurídico que formalice está clase de asociaciones trans-
fronterizas, lo que conlleva a que formen esquemas o mecanismos informales.
• Los participantes reconocen sus relaciones, su interdependencia e intereses
compartidos, principalmente orientados al desarrollo regional y local.
• Sus relaciones se basan en la confianza y la vecindad.
zonas que por decisión de los Estados se encuentran fuera de cualquier iniciativa de
desarrollo, es decir, son doblemente áreas marginales: tanto del Estado como del
desarrollo.
En la actualidad, los procesos de integración regional propician la participación
internacional de otros niveles de gobierno dentro del Estado y estimulan la creación
de una gobernanza transfronteriza y el ejercicio de la paradiplomacia (Rhi-Sausi y
Oddone, 2013). Puede vislumbrarse como una democratización de los procesos de
cooperación transfronteriza al permitir la participación y expresión de necesidades e
intereses de actores en distintos niveles (Rhi-Sausi y Oddone, 2013).
Para poder aprovechar los nuevos espacios de participación que se están abriendo
a los actores locales en los procesos de cooperación transfronteriza, estos deben ser
fortalecidos como líderes locales capaces de apropiarse y guiar su propio desarrollo.
En la medida que esto suceda existen mayores probabilidades de que las iniciativas
para el desarrollo y las inversiones en proyectos de todo tipo tengan un impacto que
se prolongue y fructifiquen a largo plazo en las zonas de fronteras. Adicionalmente,
¿qué mejor solución que aquella que se percibe como necesaria?
Una forma de impulsar la construcción de las agendas locales para el desarrollo
y la cooperación transfronteriza, puede ser a través de la participación e interven-
ción de instituciones como las universidades. El papel de estos centros de educación
superior se percibe como deseable, pues pueden mantener un perfil objetivo, además
conocen de la implementación de metodologías participativas a nivel comunita-
rio, también pueden realizar una lectura del contexto estructural y situacional de
la frontera. Finalmente, estas organizaciones también pueden diseñar y liderar los
procesos de capacitación en áreas cruciales para la cooperación transfronteriza como
lo son el liderazgo, el emprendedurismo, la organización comunal, la negociación, la
resolución alterna de conflictos y la paradiplomacia.
Es muy importante considerar que muchos espacios de frontera han sido muy
intervenidos por el Estado, cooperantes internacionales y las mismas universidades.
Esto ha generado efectos adversos como la resistencia de las personas a participar
en reuniones o talleres, pues en sus propias palabras se construyen diagnósticos o
investigaciones y al final todo sigue igual.
Conclusiones
En la actualidad, el reconocimiento de las fuertes interrelaciones en las fronteras y
del impacto del proceso de globalización sobre éstas, están cambiando los enfoques
tradicionales sobre estos territorios. Sin embargo, el proceso de globalización no
debilita la acción del Estado en estos territorios, sino que los reconstruyen, tanto en
224
Límites, fronteras, cooperación y agendas locales de desarrollo: el caso de América Central
Bibliografía
226
Límites, fronteras, cooperación y agendas locales de desarrollo: el caso de América Central
227
PARADIPLOMACIA TRANSFRONTERIZA EN CENTROAMÉRICA:
CLAVE PARA POTENCIAR LA INTEGRACIÓN DESDE ABAJO
Nahuel Oddone
Introducción
En el actual horizonte centroamericano, los temas relacionados con la actuación
internacional de las autoridades locales, el trabajo en red y la “integración desde
abajo” han cobrado una “relativa” madurez política. Todos ellos estimulan la para-
diplomacia. Ciertamente, no se trata de un fenómeno nuevo a escala mundial, pero
sí que ha cobrado mayor importancia. El surgimiento y la ampliación de los actores
internacionales es uno de los principales temas de estudio de la disciplina de las
relaciones internacionales desde la década de 1960, pero en cuanto a unidades sub-
nacionales se refiere, los primeros estudios datan de la década de 1980 cobrando un
gran y relevante desarrollo desde mediados de la década de 1990.
Esta mayor diversidad cuantitativa y cualitativa –es decir, mayor número de
actores y nuevos espacios de actuación–, ha derivado en un sostén general del accio-
nar de los gobiernos locales en cuanto a su mayor idoneidad para articular demandas
internacionales, toda vez que logran crearse nuevas capacidades y arreglos institu-
cionales dentro de esos municipios y mecanismos de articulación entre diferentes
municipios.
La Consulta Regional de la Carta Centroamericana de la Autonomía Municipal
(CRCCAM), los programas de fortalecimiento de los gobiernos locales (con base en el
principio de la autonomía local y la transferencia de competencias), la conformación
de las diferentes mancomunidades –tanto las nacionales como los casos de las regio-
nales o fronterizas–, las redes de ciudades centroamericanas y las experiencias de
articulación territorial a partir de los marcos normativos de los códigos municipales
y leyes municipales, son prueba de la madurez política que ha cobrado la cuestión.
No obstante, la madurez política de una temática relacionada con el autogo-
bierno, el desarrollo y la integración, es también una construcción social que corres-
ponde a un conjunto de actores que sustentan una serie de propuestas desde diferen-
tes niveles. En este sentido, resulta fundamental estrechar el diálogo entre los líderes
[ 229 ]
Nahuel Oddone
nacionales y los líderes locales, es decir, multinivel, para conseguir “una asociación
horizontal con reconocimiento mutuo inclusive en las asociaciones verticales exis-
tentes” (Ayala y Ambrosio, 2011:6).
El objetivo del presente capítulo es identificar los mecanismos a través de los
cuales se facilita o limita la integración de los gobiernos locales en la legislación en
materia municipal de algunos países del Sistema de la Integración Centroamericana
(SICA1), con el fin de elaborar una propuesta de reformas a los códigos o leyes muni-
cipales que estimule la paradiplomacia transfronteriza.
La articulación translocal de los municipios en mancomunidades ha sido recien-
temente considerada por el SICA y decididamente reforzada a partir del equipo téc-
nico que está llevando adelante el proceso de la CRCCAM y su propuesta de fortaleci-
miento de los gobiernos locales.
1
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. La exclusión de Belice
en este informe se debe a que en su texto constitucional no se hace referencia al self-government
y es sólo en su legislación ordinaria que se encuentra referencia sobre “asuntos municipales”. La
exclusión de República Dominicana se motiva por su carácter geográfico insular y por no contar
con fronteras terrestres con Estados miembros del SICA.
230
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
No se trata de discutir aquí la importancia que tiene el derecho comunitario al crear direc-
2
tamente derechos, deberes y obligaciones para los ciudadanos de los países miembros por medio
del denominado efecto directo.
231
Nahuel Oddone
priori que los países miembros del SICA se caracterizan por un bajo nivel de centro-
americanización de las políticas públicas, debido a que las mismas no se proyectan
en consonancia con los parámetros del SICA ni las políticas emanadas de los órganos
del bloque regional son necesariamente tomadas en cuenta como fundamento para
la formulación y diseño de políticas públicas nacionales y locales.
La integración “desde arriba”, muchas veces queda más en el discurso que en
la práctica política de los países centroamericanos. Por contraposición, en zonas de
frontera, en donde la experimentación social de la integración regional es constante
y cotidiana (desde abajo y desde una perspectiva horizontal), los actores locales y
territoriales buscan crear mecanismos de articulación y solidaridad ampliada que
chocan con rígidas lógicas nacionales. Estas situaciones, aparentemente contradic-
torias, delinean una geografía muy particular en la que las poblaciones de frontera
suelen ser pro-integracionistas y las poblaciones centrales (particularmente en las
capitales) presentan una suerte de “decepción” con la integración regional, puesto
que no visibilizan directamente los beneficios económicos y, por tanto, son menos
susceptibles de abrazar la idea de la integración. Mientras que en las fronteras la idea
de la integración coincide con la idea de la cotidianeidad vivencial, en los centros
urbanos se vive una integración de manera intermitente y por conveniencia, por
ejemplo, al circular con la visa CA-4.
Dado que la integración en una escala macro-regional puede provocar una sensa-
ción de cierto “alejamiento” del ciudadano que no se siente partícipe de tal proceso,
la descentralización en el nivel interno (nacional) puede reequilibrar esta situación si
la misma favorece la base de una autonomía real para los municipios, permitiéndole a
estos últimos diseñar políticas locales en consonancia con las nuevas reglas del juego de
la integración que puedan “hacer material” la realidad propuesta en el nivel regional.
La descentralización puede surgir desde dos perspectivas. Por un lado, como una
demanda vertical ascendente (bottom up) desde la comunidad local al Estado-nación
que reclama para sí una mayor autonomía en la toma de decisiones. Por otro lado,
como una oferta vertical descendente (top down) desde el Estado-nación a la sociedad
civil local, en la cual el Estado otorga o transfiere una serie de competencias a los
gobiernos y comunidades locales (Oddone, 2008). Los simpatizantes con la primer
perspectiva, la del enfoque ascendente, sostienen que“tiene como finalidad fomentar
la toma de decisiones participativas por parte de los actores locales en todo lo relativo
a las políticas de desarrollo, buscando la implicación de dichos actores en las institu-
ciones territoriales” (Alburquerque, 2006). En cambio los sostenedores de la segunda
perspectiva entienden que “los gobiernos municipales deben asumir ante los procesos
de descentralización nuevas responsabilidades que se traducen en una transferencia del
Estado-nación de instrumentos de gestión en sentido vertical descendente” (Pocoví,
232
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
233
Nahuel Oddone
DESCONCENTRACIÓN
DESCENTRALIZACIÓN
INTEGRACIÓN
3
A modo de ejemplo pueden considerarse: la Ley General de Descentralización de El Salvador
(Decreto 14-2002) que en su Art. 1 se sostiene que “la presente ley tiene por objeto desarro-
llar el deber constitucional del Estado, de promover en forma sistemática la descentralización
económica administrativa, para lograr un adecuado desarrollo del país, en forma progresiva
y regulada para trasladar las competencias administrativas, económicas, políticas y sociales del
Organismo Ejecutivo, al municipio y demás instituciones del Estado”; o la Política Nacional de
Descentralización de 2007, cuyo objetivo general es: “3.1 Objetivo general de la Descentralización.
Contribuir a mejorar la calidad de vida de la población, promoviendo el desarrollo sostenible y la
reducción de la pobreza en los territorios y sus poblaciones, mediante el fortalecimiento efectivo
de las capacidades locales, orientadas a mejorar la gobernabilidad local, la eficiencia en la focaliza-
ción, gestión y efectividad del gasto público y la provisión de los servicios básicos”. En otros casos
centroamericanos encontramos que la propia Ley de Municipalidades o Código Municipal ofrece
ciertos principios para hacer operativa la descentralización en dichos países.
234
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
235
Nahuel Oddone
desde el punto de vista institucional, (…) en la mayoría de los casos (i) aún existe una des-
articulación entre agenda de descentralización o reforma del Estado, (ii) persisten vacíos
de funciones y, como consecuencia, las municipalidades tienen un rol poco participa-
tivo (…) (sobre todo las más pequeñas, que disponen de menos recursos financieros y
humanos) y (iii) se nota una general marginalidad de los gobiernos locales en los procesos
nacionales, aunque hay casos puntuales exitosos entre grandes municipalidades. (Sanna,
2011: 210-211).
236
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
superior, las instituciones producto del proceso de concertación regional que pronto
devendría en uno de integración “supranacional” y su evolución en el SICA . El forta-
lecimiento debía darse en paralelo y en múltiples niveles.
La autonomía municipal se encuentra reconocida en todas las Constituciones
nacionales de los países objeto de este estudio4, no así la potestad asociativa de los
municipios que, como se verá más adelante, en la mayoría de los casos cuenta con
rango legal5 y casi exclusivamente direccionada hacia lo que podría denominarse
“asociacionismo ad intra”.
Las asociaciones intermunicipales son un instrumento innovador del desarrollo
territorial. El origen de una asociación intermunicipal puede ser exógeno o institucio-
nal. Las asociaciones del primer tipo deben su creación a la acción de la cooperación
internacional en búsqueda de actores institucionales intermedios que puedan optimi-
zar el impacto de los programas y proyectos en el territorio. Las asociaciones de origen
institucional están relacionadas con los procesos de descentralización y la articulación
de una subsidiariedad vertical que los países centroamericanos han venido promo-
viendo –de manera no siempre coherente y continua– en los últimos veinte años.
Las mancomunidades son formas de asociación claramente promovidas en las
legislaciones de los países analizados, pero se debe hacer notar que los mecanismos
de asociación ad intra, si bien contribuyen con la disminución de las asimetrías
territoriales en el nivel nacional, no deberían considerarse como instancias claves de
la integración subnacional centroamericana; es decir, como mecanismos de “asocia-
cionismo ad extra” que estimulan la conformación de microrregiones de integración
fronteriza u otras instancias transnacionales de componente territorial o subnacio-
nal. En la medida en que las legislaciones nacionales limitan la organización de
una mancomunidad al espacio territorial nacional, se fortalecen las articulaciones ad
intra pero no las articulaciones ad extra, consideradas clave en términos de integra-
ción subnacional centroamericana.
4
En Costa Rica: el art. 170 de la Constitución Nacional y el art. 4 del Código Municipal;
en El Salvador: los arts. 203 y 204 de la Constitución Nacional y los arts. 2 y 3 del Código
Municipal, en Guatemala: el art. 2 de la Constitución Nacional y el art. 3 del Código Municipal;
en Honduras: el art. 294 de la Constitución Nacional y el art. 12 de la Ley de Municipalidades;
en Nicaragua: el art. 177 de la Constitución Nacional y los art. 2 y 3 de la Ley de los Municipios
de 1988 y en Panamá: el art. 229 de la Constitución Nacional y el art. 1 de la Ley de Ley sobre
Régimen Municipal de 1973.
5
La potestad asociativa tiene rango constitucional sólo en El Salvador (art. 113 y 207 de la
Constitución Nacional y arts. del 11 al 14 del Código Municipal) y en Panamá (art. 235 de la
Constitución Nacional y arts. 10, 86 y del 140 al 151 de la Ley sobre Régimen Municipal). En
Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua cuenta con rango legal, es decir, que la potestad
asociativa sólo se encuentra fijada por una ley nacional.
237
Nahuel Oddone
238
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
trataciones públicas, el aumento del peso relativo de los municipios que conforman
el grupo frente a sus propios Estados Nacionales y en la arena internacional para
la obtención de financiamiento, el fortalecimiento de sus capacidades proyectuales
para participar de diferentes convocatorias internacionales y el desarrollo de proce-
sos de planificación y planeamientos conjuntos en orden con la protección de los
bienes ambientales compartidos presentes en sus territorios.
Mientras que el asociacionismo ad intra contribuye a la gobernabilidad y el desa-
rrollo nacional, el asociacionismo ad extra canalizado a través de la paradiplomacia
transfronteriza contribuye a la gobernanza y desarrollo regional.
En términos de fortalecimiento de la gobernabilidad nacional, la vuelta de la
paz se constituyó en uno de los estímulos más importantes para el establecimiento y
renovación de las viejas propuestas de integración regional que, a su vez, ayudaban
a conservar la democracia, el Estado de derecho y la seguridad en el plano nacional
y regional. La integración regional (y el desarrollo de mecanismos de gobernanza
regional –como en casi todos los países de América Latina–, se constituía así en una
forma de garantizar la democracia interna y la plena vigencia del Estado de derecho
(a veces sólo funcional a tales efectos y no más, dejando pendiente la deuda del
desarrollo económico).
Como reconocieron varios autores, es en el marco del clima creado por Esquipulas
I y II que los Estados de la región suscribirán inicialmente el Protocolo de Tegucigalpa
en 1991, que reforma la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos
(ODECA) de 1962 y constitutivo del SICA, como así también la profundización de
ese proceso a travésdel Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica
en 1995, cuyo objetivo más importante es consolidar la región como una zona de
paz, libertad, democracia y desarrollo. El Protocolo de Tegucigalpa y el Tratado
Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica constituyen los principales ins-
trumentos normativos de la organización política e institucional de la comunidad
centroamericana.
El SICA no ha considerado la participación de las unidades subnacionales (muni-
cipios, mancomunidades) sino hasta muy avanzado el proceso de integración, con
la excepción del Plan Trifinio entre El Salvador, Honduras y Guatemala6. Este reco-
Desde la perspectiva de Rokael Cardona (2008), diversas experiencias que podrían conside-
6
rarse subnacionales vienen desarrollándose desde la Región Trifinio desde la década de 1970 hasta
lograr la suscripción, en 1986, del “Acuerdo de Cooperación Técnica de los Gobiernos de las
Repúblicas de Guatemala, Honduras y El Salvador con la Secretaría General de la Organización
de los Estados Americanos y el Instituto Interamericano de la Cooperación para la Agricultura
para la formulación de un Plan de Desarrollo Integral de la Región Fronteriza de los tres países”.
El primer plan que se formuló en el marco de este acuerdo se orienta en los dos sentidos com-
239
Nahuel Oddone
plementarios que marcarán el nacimiento del Plan Trifinio: por una parte, la conservación de
los recursos naturales como fundamento de una concepción integral del desarrollo y, por otro
lado, una visión de la integración fronteriza como un eslabón de la integración centroamericana
(lo que a la postre se constituiría en la idea de una “unidad ecológica indivisible” en beneficio
de las poblaciones locales). “El primer plan de desarrollo del Trifinio se oficializa en el mismo
año en el cual la Primera Reunión de Presidentes en Esquipulas I acuerda crear el Parlamento
Centroamericano. Un año después, en 1987 se suscribió, en aquella misma ciudad el histórico
Acuerdo de Esquipulas II. En cierta forma el Plan Trifinio es, desde lo local transfronterizo, la
nueva etapa de la integración regional que va a culminar en los años noventa con el Tratado
del Plan Trifinio” (Cardona, 2008:260). Para darle institucionalidad al proceso fronterizo (y
subnacional) que se venía desarrollando, en 1997 se suscribe y promulga “el Tratado entre las
Repúblicas de El Salvador, Guatemala y Honduras para la ejecución del Plan Trifinio”. El Tratado
es el marco legal que permite la ejecución de programas, proyectos e iniciativas trinacionales,
promoviendo la cooperación transfronteriza y el manejo sostenible de los recursos naturales com-
partidos; definiendo a la región como “una unidad ecológica indivisible, en la que sólo la acción
conjunta de los tres gobiernos podrá dar solución satisfactoria a la problemática de la población
del área y al manejo sostenible de sus recursos naturales”. El Tratado delimita el espacio geográ-
fico de acción en el territorio Trinacional y las competencias de los gobiernos en función de la
ejecución del mismo; institucionaliza a la Comisión Trinacional del Plan Trifinio conformada por
los Vicepresidentes de El Salvador y Guatemala y un Designado a la Presidencia de Honduras.
La Comisión cuenta con personalidad jurídica propia, con autonomía administrativa, financiera
y técnica, contando con una Secretaría Ejecutiva Trinacional. Es la máxima autoridad de carácter
regional Trinacional, encargada de tutelar la ejecución del Plan Trifinio” (Cardona, 2008:261). El
Plan Trifinio contribuirá a dar visibilidad a lo subnacional y fronteriza en Centroamérica.
240
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OPORTUNIDADES AMENAZAS
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Nahuel Oddone
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Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Potestad asociativa
En cuanto a la potestad asociativa, la Constitución política de Costa Rica menciona
en su art. 25: “Los habitantes de la República, tienen derecho de asociarse para fines
lícitos. Nadie podrá ser obligado a formar parte de asociación alguna” y en su art.
170 que: “Las corporaciones municipales son autónomas”.
Por su parte, el Código Municipal también hace referencia a la potestad asociativa
en su articulado.Art.2. “La municipalidad es una persona jurídica estatal, con patri-
monio propio y personalidad, y capacidad jurídica plenas para ejecutar todo tipo de
actos y contratos necesarios para cumplir sus fines”. Art.4. “La municipalidad posee
la autonomía política, administrativa y financiera que le confiere la Constitución
política. Dentro de sus atribuciones se incluyen: (…) f.- Concertar, con personas o
entidades nacionales o extranjeras, pactos, convenios o contratos necesarios para el
cumplimiento de sus funciones”. Art. 9.“Las municipalidades podrán pactar entre
sí convenios cuyo objeto sea facilitar y posibilitar el cumplimiento de sus objetivos
o su administración, a fin de lograr una mayor eficacia y eficiencia en sus acciones”.
Art.10.“Las municipalidades podrán integrarse en federaciones y confederaciones;
sus relaciones se establecerán en los estatutos que aprueben las partes, los cuales
regularán los mecanismos de organización, administración y funcionamiento de
estas entidades, así como las cuotas que deberán ser aportadas. Para tal efecto, debe-
rán publicar en La Gaceta un extracto de los términos del convenio y el nombra-
miento de los representantes”.
Naturaleza y personalidad
Dada por los propios estatutos de las federaciones y confederaciones, los que deben
ser publicados en La Gaceta.
245
Nahuel Oddone
Finalidades
Suelen ser muy generales. Los convenios tienen por objeto facilitar y posibilitar el
cumplimiento de sus objetivos o su administración en particular o lograr una mayor
eficacia y eficiencia en sus acciones.
Alcances estatutarios
En los estatutos se establecen la organización, administración y el funcionamiento
de estas entidades y las cuotas que deben aportar.
246
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Funcionamiento de la asociación
Financiamiento
247
Nahuel Oddone
de municipios. El artículo 11 del Código Municipal permite a los Concejos Municipales celebrar
acuerdos para la creación o constitución de entidades descentralizadas, empresas, fundaciones,
sociedades y otras instancias (normalmente ligadas a la prestación de servicios públicos), que
procure la generación de economías de escala en la gestión y mejore la eficiencia y la calidad del
servicio.
Compatible con el concepto de integración regional descentralizada, entendido como un
9
248
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Potestad asociativa
En El Salvador, por imperio del art. 203 de la Constitución, todos los municipios
son autónomos en lo económico, en lo técnico y en lo administrativo y, por impe-
rio del art. 207, se hace manifiesta su capacidad asociativa. Por su parte, el Código
Municipal expresa en su art. 11 que: “Los Municipios podrán asociarse para mejorar,
defender y proyectar sus intereses o concretar entre ellos convenios cooperativos a fin
de colaborar en la realización de obras o prestación de servicios que sean de interés
común para dos o más municipios”.
249
Nahuel Oddone
Finalidades
La investigadora anteriormente mencionada sostiene que hay que hacer una lectura
global de los arts. 70 (unificación y cobro de las tarifas de determinadas tasas y
contribuciones), 89 (contratar o convenir la recaudación de sus ingresos con otros
municipios, con el Órgano Ejecutivo del Estado, instituciones autónomas, bancos
y empresas nacionales, mixtas y privadas) y 110 (carrera administrativa) del Código
Municipal para interpretar las finalidades de las mancomunidades.
Alcances estatutarios
Se encuentran mencionados en el Art. 14 del Código Municipal: “Los Estatutos de las
asociaciones o entidades municipales deberán contener como mínimo: a) El nom-
bre, objeto y domicilio de la entidad que se constituye; b) Los fines para los cuales se
crea; c) El tiempo de su vigencia; d) Los aportes a que se obligan los municipios que
la constituyan; e) La composición de su organismo directivo, la forma de designarlo,
sus facultades y responsabilidades; f) El procedimiento para reformar o disolver la
entidad y la manera de resolver las divergencias que puedan surgir, en relación a su
gestión y a sus bienes; g) La determinación del control fiscal de la entidad por parte
de los municipios creadores y de la Corte de Cuentas de la República”.
250
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Funcionamiento de la Asociación
Financiamiento
251
Nahuel Oddone
La ley del Fodes destaca en sus primeros artículos: Art. 1.- “Créase el Fondo
para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios de El Salvador, que podrá
denominarse Fodes, el cual estará constituido por: Un aporte anual del Estado igual
a siete por ciento de los ingresos corrientes netos del presupuesto del Estado, a partir
del ejercicio fiscal del 2005, que deberá consignarse en el mismo en cada ejercicio
fiscal, y entregado en forma mensual (…). El cual podrá financiarse con: a) Los
subsidios y aportes que le otorgue el Estado; b) Aportes y donaciones; c) Préstamos
externos e internos y d) Bonos u otros ingresos que por cualquier concepto reciba” y
Art. 2.-“El manejo del fondo Municipal a que se refiere el artículo anterior, estará a
cargo del Instituto Salvadoreño de Desarrollo Municipal (Isdem)…”
El acceso al financiamiento por parte de las municipalidades está sujeto a una
ley que regula el endeudamiento público municipal, y tiene por objeto establecer
los requisitos que deben satisfacerse para la contratación, registro y control de las
obligaciones financieras que constituyen la deuda pública municipal10.
Por otro lado, también resulta de interés considerar las oportunidades ofreci-
das por el denominado Fondo de Inversión Social (FIS). La propia Ley de Creación
del FIS sostiene en su art. 3 que: “El objetivo fundamental del FIS es promover la
generación de riquezas y el desarrollo local con la participación de los Gobiernos
Municipales, las Comunidades, la Empresa Privada y las Instituciones de Gobierno
Central, que implementen proyectos de infraestructura social y económica. Los
proyectos y programas deben formar parte de las prioridades de las comunidades
y los gobiernos locales”.
Las municipalidades tienen la potestad legal de gestionar empréstitos, ya sea con
instituciones públicas como privadas; potestad que han ido adquiriendo de forma
sistemática. Si los municipios que son fuente de creación de las Asociaciones de
Municipios cuentan con las facultades anteriormente señaladas en las leyes citadas,
las asociaciones como tales también son sujetos de crédito, pudiendo a acceder a
préstamos en las condiciones generalmente exigidas.
Por deuda pública municipal se entienden todos aquellos créditos cuyos vencimientos sean
10
mayores de un año y como deuda de corto plazo, aquellas cuyo vencimiento sea menor o igual
a un año.
252
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
El Código Municipal vigente, Decreto 12-2002 (reformado por el Decreto 22-2010) fue
11
promulgado por el Congreso de la República el dos de abril del año dos mil dos. Sancionado por
el Organismo Ejecutivo el nueve de mayo del año dos mil dos. Con vigencia a partir del 18 de
mayo de 2002.
12
Art. 9. “Asociación de municipalidades. Las municipalidades podrán asociarse para la
defensa de sus intereses y el cumplimiento de los distintos fines que garantiza la Constitución
Política de la República, y en consecuencia, celebrar acuerdos y convenios para el desarrollo
común” (Código Municipal, Decreto 58-88. Estuvo vigente por 14 años, del 20 de octubre de
1988 al 1 de julio 2002).
254
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Potestad asociativa
La potestad asociativa de las municipalidades tiene su fundamento en el artículo 30
de la Constitución Política de la República, que reconoce el derecho de libre asociación
y el artículo 10 del Código Municipal ya analizado. Por su parte, los artículos 49, 50,
51, 68 y 73 del Código Municipal se refieren a la asociación de los municipios en
mancomunidades. El Código Municipal cuenta con el capítulo II dedicado específi-
camente a la asociación de municipios en mancomunidades, compuesto por los arts.
49, 50 y 51; así como también los arts. 68 sobre las competencias del municipio y 73
sobre la forma de prestación de los servicios públicos municipales.
255
Nahuel Oddone
Finalidades
Las municipalidades se asocian para la defensa de sus intereses y el cumplimiento
de sus fines generales y los que garantiza la Constitución Política de la República, y
en consecuencia, celebrar acuerdos y convenios para el desarrollo común y el forta-
lecimiento institucional de las municipalidades. Se constituyen para la defensa de
sus intereses municipales, departamentales, regionales o nacionales y para la formu-
lación, ejecución y seguimiento de planes, programas, proyectos o la planificación,
ejecución y evaluación en la ejecución de obras o la prestación de servicios munici-
pales. Las finalidades específicas de las mancomunidades son: por un lado, la formu-
lación común de políticas públicas municipales, planes, programas y proyectos, así
como la ejecución de obras y la prestación eficiente de servicios municipales y, por
256
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Alcances estatutarios
El Código Municipal, con las reformas del Decreto 22-2010, fortalece la autonomía
de las mancomunidades, dándoles amplitud en cuanto a sus fines y competencias y la
facultad de regularse por sus estatutos y el propio Código Municipal: “Los municipios
tienen el derecho de asociarse con otros, en una o varias mancomunidades. Las manco-
munidades se regirán según lo establecido en este Código y sus estatutos” (Articulo 50).
Si bien agrega que “No podrán comprometer a los municipios que la integran más allá
de los límites señalados en sus estatutos”, no limita el alcance mismo de los estatutos.
De esa cuenta durante este año (2012) hay seis mancomunidades que manejan un pre-
supuesto para agua y saneamiento de 60 millones de dólares, siendo 20% aporte de las
propias mancomunidades14 y 80% recursos de donación de la Cooperación Española.
constitucional y legal que reciben mensualmente del Ministerio de Finanzas Públicas, las cuales
están reguladas en los arts. 118 al 124 del Código Municipal.
257
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Funcionamiento de la asociación
Financiamiento
258
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Potestad asociativa
Es exclusiva de las corporaciones municipales como órgano de gobierno del muni-
cipio.Art. 20-B. (Adicionado por Decreto No. 143-2009) “Las Municipalidades
podrán pertenecer a más de una mancomunidad o asociación, siempre y cuando
prevalezcan objetivos, intereses y beneficios comunes para las poblaciones que repre-
sentan y, que tengan capacidad para cumplir con las obligaciones financieras de los
aportes para su organización y funcionamiento, y de cualquier otra relacionada con
la gestión de la mancomunidad o asociación”.
259
Nahuel Oddone
Finalidades
Son aquellas que se encuentran definidas en los estatutos.
260
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Toda mancomunidad o asociación contará con una Junta Directiva como órgano
de dirección superior, integrada por los Alcaldes miembros y presidida por el Alcalde
que designen estos por mayoría simple, todos con derecho a voz y voto. Asimismo,
16
En el Documento CeSPI “Conceptualización de la Cooperación Fronteriza en el Sistema
de la Integración Centroamericana” (2011) se ha realizado el esfuerzo metodológico para la cons-
trucción del concepto de microrregiones de integración fronteriza. La misma se entiende como
“una microrregión de integración -entendida como un área que incluye territorios fronterizos
de dos o más países miembros del SICA- implica una gobernanza que involucre los varios niveles
institucionales: los gobiernos nacionales de los Estados colindantes cuyas políticas determinan el
grado de apertura e interacción de los límites fronterizos; los gobiernos locales que administran
las áreas fronterizas dentro de los límites nacionales; y el organismo de la integración regional,
el SICA, que juega un papel clave en los procesos y proyectos para la integración centroameri-
cana. Esta arquitectura institucional multinivel, a su vez, está acompañada por los actores locales
(económicos y sociales) que interactúan en la frontera. En términos conceptuales se trata de una
multi-level governance, tanto a nivel vertical puesto que existe una división de funciones y una
interacción entre los diferentes niveles institucionales, como a nivel horizontal debido a la partici-
pación de los distintos actores de los territorios”. (CeSPI, 2011:10-11).
261
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Alcances estatutarios
Art. 20-D. (Adicionado por Decreto No. 143-2009):
Funcionamiento de la asociación
Financiamiento
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Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
263
Nahuel Oddone
Potestad asociativa
El Art. 12 de la Ley de Municipios sostiene que:
265
Nahuel Oddone
Finalidades
Se refiere a la ejecución de obras y servicios determinados por las competencias
municipales, sin que pueda asumir la totalidad de las asignadas a dichos municipios
ya que esto supondría vaciar la autonomía local por falta de contenido. Los fines de
la mancomunidad han de ser concretos, en ningún caso pueden ser fines genéricos y,
además, estos fines no pueden agotar la totalidad de los que integran la competencia
municipal.
266
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
riza (Alvarado, 2001:32). En línea con los nuevos estudios de las relaciones interna-
cionales paradiplomáticas se puede sostener que en el caso nicaragüense prima un
“enfoque funcional” que sustituye a la orientación legalista17.
Mención interesante debe hacerse sobre una suerte de “sistema de apadrina-
miento” entre mancomunidades fronterizas, papel que está jugando actualmente la
mtfrl sobre el área trinacional del Golfo de Fonseca18.
Alcances estatutarios
Las mancomunidades tendrán personalidad jurídica propia y no comprometer a los
municipios que las integren más allá de los límites señalados en el estatuto respec-
tivo. Se encuentran explicitados en cada resolución que da origen a una mancomu-
nidad. Según el Código Municipal de Nicaragua, la resolución creadora debe contar
con la siguiente información:
Nombre, objeto y domicilio de la mancomunidad y de las municipalidades que
la constituyen.
• Fines para los cuales se crea.
• Duración.
17
Como fuera anteriormente mencionado, las propiedades hoy en día consideradas para
que un municipio sea considerado actor internacional tienen mayor relación con aspectos polí-
ticos que jurídico-formales; básicamente los atributos consisten en: a) grado de autonomía, b)
capacidad para movilizar recursos, ejercer influencias y alcanzar objetivos y, c) continuidad e
importancia en el desarrollo de la función; todos ellos creadores de una legitimidad funcional
necesaria para el accionar internacional de las unidades subnacionales tanto de manera individual
como conglomeradas en red.
18
Los municipios del Golfo han emprendido formas de coordinación interinstitucional
constituyendo asociaciones de municipios o mancomunidades, reconocidas por el código de cada
país. Cabe señalar que hay diferencias entre los tres países por lo que se refiere a la posibilidad
que las asociaciones de municipios establezcan relaciones con homólogos de otros países: la ley
salvadoreña no menciona esta posibilidad, la nicaragüense únicamente permite hermanamientos;
Honduras permite explícitamente la creación de asociaciones transnacionales.
267
Nahuel Oddone
Funcionamiento de la Asociación
Financiamiento
Los ingresos de las mancomunidades nicaragüenses son producto de las rentas de los
bienes propios, los donativos, las subvenciones, los recursos del Estado, los arbitrios
especiales y las aportaciones de las municipalidades.
Los ingresos están compuestos por los siguientes recursos:
• Los procedentes de su patrimonio y demás derecho privado.
• Las subvenciones.
• La tasa por la prestación de servicios o la realización de actividades de su
competencia.
• Las contribuciones especiales para la ejecución de obras o para el estableci-
268
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
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Nahuel Oddone
19
En cada Distrito habrá una corporación que se denominará Concejo Municipal, integrada
por todos los Representantes de Corregimientos que hayan sido elegidos dentro del Distrito.
El Concejo designará un Presidente y un Vicepresidente de su seno. Habrá en cada distrito un
Alcalde, Jefe de la Administración Municipal, y un Vicealcalde, electos por votación popular
directa para un periodo de cinco años.
El Corregimiento es la base política administrada por la Junta Comunal, integrada por
20
270
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Potestad asociativa
La potestad asociativa de los municipios tiene su fundamento en el art.238 de la
Constitución Política de la República de Panamá el cual reza que:
por iniciativa popular y mediante el voto de los Consejos, pueden dos o más Municipios
solicitar su fusión en uno o asociarse para fines de beneficio común. La Ley establecerá
el procedimiento correspondiente. Con iguales requisitos pueden los Municipios de
una Provincia unificar su régimen estableciendo un tesoro y una administración fiscal
comunes. En este caso podrá crearse un Consejo Intermunicipal cuya composición
determinará la Ley.
Asimismo, el art. 140 de la ley sobre el régimen municipal sostiene que: “Dos
o más Municipios, o todos los Municipios de una Provincia, pueden asociarse para
unificar su régimen económico estableciendo un tesoro y una administración fiscal
comunes”.
Finalidades
Las municipalidades se asocian para la defensa de sus intereses y el cumplimiento
de sus fines generales y los que garantiza la Constitución Política de la República y, en
271
Nahuel Oddone
Los estatutos de la Amupa han sido reformados en tres ocasiones: en 1997, en 2003 y en
22
2006.
272
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
El Art. 144 de la Ley sobre régimen Municipal sostiene que: “La Asociación
lntermunicipal será regida por un cuerpo deliberante que se llamará Consejo
Intermunicipal. Cada municipio asociado designará un Concejal como su repre-
sentante ante este Organismo, elegido por mayoría absoluta de los miembros que
integran el Concejo respectivo.Cuando en este Organismo surja algún conflicto que
requiera un dirigente, actuará como tal el Ministerio de Gobierno y Justicia”.
Alcances estatutarios
Los estatutos de la Amupa son de alcance nacional, no tienen limitaciones expre-
sas en sus fines, objetivos, estructuras y funciones, como tampoco limitaciones en
sus posibilidades de establecer relaciones con otras asociaciones nacionales similares
para fortalecer la integración centroamericana. En cuanto a las restantes asociacio-
nes intermunicipales, las territoriales, cada asociación cuenta con la suficiente discre-
ción para los alcances estatutarios visto que no existe norma que indique claridad o
uniformidad al respecto.
Funcionamiento de la Asociación
Financiamiento
274
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
la relación de los gobiernos locales en los ámbitos nacionales y regionales, indica que los
municipios deben hacer esfuerzos por ubicarse en los diálogos binacionales. Los países se
están sentando a dialogar pero no les dan espacio a los gobiernos locales y éstos deben exi-
gir este lugar. Asimismo, dentro del espacio del SICA el gobierno local es un gran ausente.
Es evidente que el SICA reproduce el mismo esquema de los Estados sobre las fronteras. Es
necesario replantearse no solamente la visión del Estado en la frontera y cómo prioriza el
275
Nahuel Oddone
tema, sino también cómo cambiar esa visión del SICA para incluir lo local y lo fronterizo
como algo que promueva la integración. El SICA podría jugar un rol muy importante en
la cooperación intermunicipal transfronteriza realizando acompañamientos en el forta-
lecimiento de la institucionalidad local, así como también podría ser quien impulse la
armonización legal. (Peña, 2010:32).
276
Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
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Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
Bibliografía
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Nahuel Oddone
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Paradiplomacia transfronteriza en Centroamérica: clave para potenciar la integración desde abajo
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Integración y paradiplomacia transfronteriza:
experiencias comparadas del río Bravo hasta la Patagonia
se terminó de imprimir el 31 de enero de 2018,
en Pandora Impresores. Caña 3657, Col. La Nogalera, Guadalajara, Jalisco, 44470.
El cuidado de la edición estuvo a cargo de la Coordinación
de Publicaciones de El Colegio de la Frontera Norte.
Se tiraron 500 ejemplares.