Sei sulla pagina 1di 11

Universidad del Claustro de Sor Juana.

Filosofía y letras. Introducción a la investigación.


Grupo: 2A. Periodo electivo: 19-2.
Profesor: José Antonio Navarro.
Alumnos: Giovanna Priscilla Rodríguez González.
Fecha: 18/02/2019.
Pinturas prohibidas en España por la Santa Inquisición en el siglo XVIII
Resumen: A lo largo de la historia de la humanidad, las expresiones artísticas han sido un fenómeno
común para el ser humano, pero los factores para la creación de estas piezas han variado a lo largo
del tiempo, expresando a través de ellas las diferentes épocas. Las imágenes siempre han tenido una
gran influencia en el hombre, y es por esto, que una de las áreas que la Inquisición trató de regular
fue la producción del arte; con el fin de controlar que este medio no se saliera del dogma católico. No
obstante, en Europa, el siglo XVIII, estuvo impregnado por un aire revolucionario, el cual creó
imágenes de divulgación, que no tardaron en propagarse hasta España, ocasionando que el consejo
de la Inquisición regulara y prohibiera con mayor rigor las obras artísticas. Con base en esto, el
artículo explicará, los cánones prohibidos en las pinturas por la Inquisición en el siglo XVIII, a través
del análisis de un Reconocimiento de libros del s. XVIII y la Alegación fiscal del Proceso de Fe de
Nicolás Antiza.
Introducción.

Las expresiones artísticas siempre han sido parte importante de la humanidad, ya que el ser humano

encontró una forma de manifestación a través de ellas. Los cánones y el significado de las

representaciones han ido cambiando a lo largo del tiempo, pero no han dejado de ser una constante

en la vida del hombre y por lo tanto han influido en su percepción de mundo.

En el caso de las imágenes, la mayoría de las veces, se han usado para inmortalizar momentos

de la contemporaneidad en las que fueron realizadas, contándonos en su propio lenguaje una historia

en particular, acompañadas de los cánones estéticos, los cuales han logrado llamar la atención y la

admiración del ser humano.

Es por esta causa, que el hombre siempre se ha sentido influenciado por las imágenes, y lo

que hizo que la producción de arte formara parte importante de las prohibiciones desde el inicio de la

Inquisición, y que influyera en una supervisión meticulosa, con el fin de que este medio no se saliera

del dogma católico. La creación de esta institución data del siglo XV, la cual se dedicó a instaurar
prohibiciones a través de edictos para restringir, entre otras cosas, aquellas pinturas, que ellos

consideraran a su modo de ver libidinosas o demasiado liberales para la época. El siglo XVIII en

Europa, estuvo impregnado por un aire revolucionario, que creó imágenes de divulgación, y que no

tardaron en propagarse hasta a España, ocasionando esto, que el consejo de la Inquisición regulara y

prohibiera con mayor severidad algunas obras artísticas. Con el fin de erradicarlas, esta organización

puso un mayor énfasis en su control, intentando desesperadamente suprimir cualquier objeto que

trajera consigo un nuevo pensamiento del ya antes establecido.

En este estudio lo que se busca analizar son los cánones prohibidos en las pinturas por la

Inquisición. Ya que estos suscitaron grandes controversias que terminaron en juicios fiscales, los

cuales buscaban la regulación del arte en la sociedad española, través del dogma religioso.

Para poder llevar a cabo este análisis se han seleccionado dos fuentes primarias, el

Reconocimiento de libros del s. XVIII, expedido por parte del Santo Oficio, en donde se especifica

cuáles son las pinturas prohibidas, junto al procedimiento de hacer reconocimientos en las casas de

los acusados y en los embarques, que eran a veces la entrada de libros o pinturas prohibidas, con el

fin de identificarlas y confiscarlas. Y la Alegación fiscal del Proceso de Fe de Nicolás Antiza, un

comerciante, acusado de poseer ocho láminas de vidrio con pinturas libidinosas. Por otro lado, con el

fin de delimitar este estudio y así poder realizar una investigación más profunda, nos enfocaremos en

un sólo espacio geográfico: España.

Esta investigación, también analizará fuentes secundarias con el fin de poder conseguir un

mejor enfoque analítico, en cuanto a las condiciones y motivos por parte de la Inquisición para

prohibir cierto tipo de pinturas.

De estos dos tipos de fuentes se realizará un análisis, con el fin de conocer el contexto social

de la Inquisición en el siglo XVIII, que será; las medidas que tomó esta en cuanto a las pinturas

prohibidas, cuáles eran, los cánones prohibidos en estas por la Inquisición, que tanta influencia tuvo
la imagen prohibida en la Inquisición, cuanta divulgación tuvo el arte prohibido en el siglo XVIII en

España y qué tipo de conocimiento tenían los inquisidores para dictaminar que una pintura era de

carácter ilícito o no.

El motivo de llevar a cabo esta investigación, es conocer un poco más acerca de este

pensamiento prohibitorio, por parte de la Inquisición, en cuanto a las pinturas y el por qué diferentes

cánones estaban mal vistos dentro de la sociedad inquisitorial. Con el fin, de comprender, el nivel de

amenaza que las pinturas representaban para la Inquisición española en el siglo XVIII y sus

principales razones, ya que algunas de estas representaciones artísticas suscitaron controversias.

Contexto social de la Inquisición en el siglo XVIII.

Como se ha comentado anteriormente, los documentos que se analizaran en esta investigación fueron

expedidos en el siglo XVIII en España. Por lo cual se considera importante exponer en este trabajo,

el contexto en el cual se encontraba la Inquisición en esta época, con el fin de poder brindar un mejor

enfoque hacia la situación del Santo Oficio.

El contexto del siglo XVIII, para la Inquisición, estuvo marcado por su decadencia y su

inminente final. Ya que desde 1737 el gobierno comienza a limitar al Santo Oficio, a causa de que la

Inquisición ya no era tan congruente con la nueva mentalidad del siglo XVIII, por lo tanto, muchos

de sus privilegios empiezan a ser retirados, y comienza a ver un mayor control sobre las decisiones

de esta institución. La corona se encarga de quitarle autoridad, pudiendo, si así lo deseaba, interferir

en cualquier situación y tomar el control de esta por completo. Por lo cual en esta etapa, la Inquisición

deja de ser una organización autónoma para ser controlada por el Rey1.

Cuando Fernando IV asume el reino, la institución inquisitorial sufre un cambio importante,

siendo desplazada de la mayoría de sus tareas y funciones, limitándola a la tarea de centrarse con

mayor ahínco en el consumo cultural. En 1759, cuando Carlos III ocupa el trono, busca un mayor

1
Liliana, Da Cunha Peixoto, La inquisición española y su desarrollo en la pintura, p. 18.
cambio hacia la institución de la Inquisición, por lo cual exige total sumisión por parte de los

inquisidores. Esto ocasiona que en 1770 su fuerza se reduzca aún más, ya que se expide una cédula,

en la cual el Santo Oficio, sólo podía inmiscuirse en temas relacionados con la fe, pero ya no cómo

organismo autónomo, sino con la vigilancia de la corona, limitando así sus acciones a la decisión del

reino2. Esta situación se puede observar tanto en el juicio de Nicolás Antiza como en el

Reconocimiento de libros y pinturas, ya que todas las decisiones mencionadas en estos documentos

son respaldadas por el Rey, y demandadas por su majestad.

En esta época se puede ver el debilitamiento cada vez mayor de la Inquisición y podría a ver

sido su final, si no hubiera sido por los aires revolucionarios que empezaron a correr por toda Europa,

y que hizo que la institución reviviera un poco de la muerte agonizante que llevaba sufriendo durante

todo el siglo XVIII. Ya que se le encargó que las ideas revolucionarias mayormente provenientes de

Francia, no fueran difundidas en España3

La forma en la cual estas ideas liberales eran divulgadas fue a través de libros y pinturas. En

los documentos que se analizan en esta investigación, se puede observar claramente la situación que

estaba viviendo el Santo Oficio en el siglo XVIII. Ambos documentos, tanto el juicio realizado a

Nicolás Antiza, cómo el Reconocimiento de libros, nos muestran como una de las mayores

preocupaciones de la Inquisición era el control de libros y pinturas en España, dándonos entender con

esto, que la producción cultural de la época, estaba controlada por ellos.

Uno de los métodos que usaban los inquisidores para poder controlar esto, se basaba en

identificar de donde provenían los libros o las pinturas, por lo cual, se enfocaban en tratar de

inspeccionar e identificar las distintas mercancías prohibidas en cuanto llegaban a los puertos.

Argumentando que tanto personas extranjeras como nacionales, tenían que abstenerse de no

introducir libros y/o pinturas ilegales una vez hayan arribado a España. Por lo tanto, no es de extrañar,

2
Ibid., p.19
3
Ídem., p. 19.
que el personaje del juicio del cual estamos analizando sea un comerciante, el cual fue acusado de

tener pinturas y libros prohibidos por su material “libidinoso y torpe” según el Santo Oficio.

Censura en la Inquisición.

Desde el comienzo de la Inquisición, la censura fue una actividad importante para mantener a la

sociedad en orden de acuerdo al dogma católico. Según la investigadora Liliana Da Cunha Peixoto,

la censura es una práctica común desde la Antigüedad, también nos dice que en el siglo XVIII, la

censura era la única arma que le quedaba a la Inquisición para poder controlar a la población. Como

se ha mencionado anteriormente, el poder de esta institución ya no estaba en su mayor auge en este

tiempo, por lo tanto la Inquisición sólo se le permitió controlar la prohibición de libros y obras de

arte, mientras todos los demás asuntos fueron delegados al Consejo de Castilla4.

En cuanto a la Inquisición y estos objetos, nos menciona el catedrático Antonio Peñafiel

Ramón, que la censura se aplicó a todas las obras de arte que no se encontraran en el patrón de

decencia considerado por el Santo Oficio5. Por otra parte la investigadora Liliana Da Cunha Peixoto,

nos dice, que estas medidas tampoco fueron bien determinadas como deberían haber sido, ya que la

mayoría de los clérigos eran ignorantes en lo referente al arte, por lo cual muchas veces, no se sabían

los parámetros en cuanto a las obras de arte prohibidas, por lo que muchas obras no fueron

correctamente identificadas6.

Un ejemplo claro sobre esto lo vemos en el documento de Reconocimiento de pinturas, donde

el mismo inquisidor que redacta el documento habla perfectamente de los libros prohibidos,

describiendo una lista de ellos, pero una vez que menciona las pinturas sólo nos dice que están

prohibidas, “las pinturas que causasen ilusión a otro dogma” o “pinturas obreras”. Esto nos

demuestra, que la censura hacia las obras de arte a veces no consistía en que fuera o no importante,

4
Ibid., pp. 46-50.
5
Peñafiel Ramón, Antonio, Inquisición y moralidad pública en la España del siglo XVIII. pp. 295.
6
Liliana, Da Cunha Peixoto, La inquisición española y su desarrollo en la pintura, p. 50
sino que muchas veces, los mismos inquisidores, no tenían una idea clara de cómo identificar lo

prohibido o lo permitido dentro de una pintura.

En el caso de la Alegación fiscal del Proceso de Fe de Nicolás Antiza, estas imágenes fueron

fácilmente identificadas, y aunque estas fueron bien descritas no se sabe realmente si los inquisidores

alguna vez llegaron a verlas, ya que el asunto que trataba las pinturas era sobre un tema erótico. Por

el tipo de descripción, se cree que estos ocho vitrales representaban “el cohabitar el hombre con la

mujer”, por lo tanto para la identificación de un tema sexual en este tipo de arte, no se necesitaba

mucho conocimiento acerca de los cánones prohibidos en las representaciones artísticas para

confirmar que se trataba de un acto “libidinoso y torpe”.

En cuanto a la censura de estas imágenes, el catedrático Peñafiel Ramón, nos menciona que

la inmoralidad no sólo fue perseguida por el pecado que conlleva, sino por el posible error mental

que pudiera esconderse atrás de esta, así como el alboroto social que pudiera venir consigo7. “Puesto

que lo que se le censura, fundamentalmente, es el haber dado lugar a estar en boca de unos y otros8”.

Por otro lado, aunque la Inquisición prohibiera cierto tipo de obras de arte, estas no dejaron

de existir y entrar al territorio español. Eran adquiridas por personas de una clase social elevada y

muchas de estas fueron ocultadas del Santo Oficio9. En cuanto al caso de Nicolás Antiza, se puede

decir que nuestro personaje fue demasiado confiado en cuanto a sus posesiones prohibidas, ya que

este comerciante no se inhibió de mostrarle a varias personas acerca de sus vitrales con

representaciones obscenas, lo cual al final lo llevó a ser acusado de tener en su posesión objetos los

cuales iban en contra de la moral católica de la época.

Conocimiento de los inquisidores hacia la producción de arte.

7
Peñafiel Ramón, Antonio, Inquisición y moralidad pública en la España del siglo XVIII. pp. 294.
8
Ibid., p. 300).
9
Liliana, Da Cunha Peixoto, La inquisición española y su desarrollo en la pintura, p. 50 p. 61).
Como se ha mencionado con anterioridad la prohibición de imágenes existió y aunque en el siglo

XVIII los auditores no eran expertos en estos temas, si hubo un antecedente de cuáles eran las pinturas

prohibidas para el Santo Oficio. Como nos dice la investigadora Cristina Luna Segalá, que desde

finales del siglo XVI, la Inquisición española se planteó publicar un catálogo de imágenes prohibidas

como lo había hecho la Inquisición italiana, pero este nunca se realizó por temor a que esta

herramienta fuera utilizada con otros fines, los cuales perjudicaran a la Iglesia católica en lugar de

beneficiarla10.

Pero esto no significó dejar a un lado el control hacia las representaciones, sino el uso de otras

herramientas para regularizar y controlar esta producción. Ya que desde los decretos acerca de la

pintura, expuestos en el Concilio de Trento, el tema de las imágenes fue una preocupación para el

Santo Oficio11.

Ya que como las pinturas podían expresar la fe de la Iglesia y los dogmas cristianos, también

podían usarse como una herramienta en su contra; el arte podía expresar temas luteranos, denigrar la

fe, o mostrar imágenes que incitaran a pensamientos pecaminosos, los cuales podrían arruinar el

pensamiento cristiano de los feligreses12.

Esta preocupación fue motivo de varios textos acerca del control y los cánones permitidos y

prohibidos en la pintura desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, los cuales hablaban de reglas que

buscaban disciplinar que tipo de representaciones eran adecuadas para poseer y cuáles no13

En el caso de los cuadros con temas eróticos nos dice el conservador del museo del Prado

Javier Portus Pérez, que los inventarios del siglo XVII prueban que las representaciones con temas

10
Luna Segalá, Cristina Vigilancia y censura de libros e imágenes en los siglos XVI y XVII, p. 241
11
Ibid., p. 242.
12
Ibid, p. 241.
13
Ibid p. 242.
sexuales eran comunes en las casas de alcurnia, pero también nos comenta que no se sabe la razón

por la cual las personas conservaban este tipo de arte14.

[…] dado que este tipo de pinturas tenían un trasfondo literario muy del agrado de nuestros

antepasados, y eran en general obra de maestros venecianos —que cultivaban el estilo de

pintura que más se valoraba en el país— no parece fácil decidir si se coleccionaban por sus

cualidades pictóricas, sus elementos narrativos, su erotismo o —como probablemente

ocurría— por todo a la vez15

Aunque este tipo de arte no fuera bien visto, siguió existiendo y consumiéndose. Este era un

tema contradictorio en España, ya que algunos eran partidarios y otros no. Pero el motivo por el cual

las representaciones artísticas no constituyeron una persecución tan feroz por parte de la inquisición,

se debe al hecho de que en algunos casos surgieron excepciones, no por el tipo de arte, sino por la

clase social del propietario. Pues quienes tenían la oportunidad de poseer obras de arte, la mayoría de

las veces, eran personas con un nivel adquisitivo elevado, por eso Portus Pérez menciona, que la

mayoría de los problemas suscitados por la posesión de este tipo de representaciones artistas fue

solucionado de manera “contemporizadora1617”

Aunque desgraciadamente no tengamos el veredicto final del juicio de Nicolás Antiza, si

podemos ver que nuestro personaje, aunque no era una persona de alta alcurnia, si era un mercader,

por lo tanto su clase social debió ser acomodada. A través de las confesiones de los amigos que le

acusan de poseer las ocho láminas de vidrio con temas escandalosos, podemos ver que este hombre

cometió el error de mostrar objetos prohibidos, confiando en la discreción de las otras personas. Si

Nicolás Antiza no hubiera pecado de exhibicionista y hubiera mantenido un perfil discreto en cuanto

14
Portus Pérez, Javier, Indecencia, mortificación y modos de ver la pintura en el Siglo de Oro, pp. 58-59.
15
Ibid., p. 59.
16
Término usado por el investigador Portus Perez que significa según la RAE: Acomodarse al gusto o
dictamen ajeno por algún respeto o fin en particular (2017).
17
Ídem., p.59.
a sus posiciones, probablemente la Inquisición nunca habría tenido noción de lo que el señor Nicolás

tenía en su poder.

Por otro lado aunque no sepamos realmente como eran las imágenes que tenía en su posesión

Nicolás Antiza, estas debieron tener cierto grado de estética, por lo cual debían de ser apreciadas por

su dueño, desgraciadamente nunca sabremos de qué modo; si por su contenido erótico o por su belleza

pictórica

Como se ha mencionado antes, la mayoría de las obras prohibidas para los inquisidores en

cuanto a la sexualidad, estaban basadas en fuentes literarias de la época. Como nos dice Iris Zavala,

la novela fue el vehículo para la creación de imágenes, ya que según la autora este lenguaje explora

temas de la moral natural y la ética sexual18.

Gracias a la descripción que hacen de las posesiones libidinosas que tenía el señor Nicolás

Antiza, podemos saber que sus ocho pinturas venían acompañadas de un librito, aunque no se puede

comprobar si este contenía descripciones de las pinturas, o era una novela erótica, lo que si se supone

es que algún tipo de escritura relacionada con las representaciones debió de contener. También

podemos saber que aunque no se trataba de muestras artísticas, el acusado tenía otros tipos de objetos,

como libros, los cuales también trataban temas fuera de lugar para la sociedad de aquella época, estos

venían escritos en diferentes idiomas como el francés y el italiano.

Influencia de la imagen prohibida.

La idea de que sólo en el siglo XVIII se empezaran a elaborar y distribuir obras de arte profanas es

erróneo, ya que desde el siglo XVI la entrada de este tipo de obras a España era un hecho, por lo cual

el Santo Oficio mostró una gran preocupación y una gran necesidad de controlar todo tipo de

representación artística inadecuada19.

18
Zavala, Iris, Inquisición, erotismo, pornografía y normas literarias en el siglo XVIII. p. 517.
19
Portus Pérez, Javier, Indecencia, mortificación y modos de ver la pintura en el Siglo de Oro, pp. 58-59.
En varios lugares de España, como en Aragón y Zaragoza, algunos inquisidores preocupados

con este tema, consultaron al consejo acerca de crear un edicto específico para prohibir las

representaciones de desn udos, sin embargo en ambos casos se les respondió que esta tarea no

iba a ser posible, ya que los inquisidores sólo se tenían que limitar a recoger las imágenes que

claramente tuvieran una indecencia a plena vista20.

Por la poca información encontrada desde el inicio de la preocupación en las representaciones

artísticas, desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, se puede suponer que realmente nunca se creó un

edicto como tal, que especificara cuales eran las pinturas prohibidas para el Santo Oficio. Por lo tanto,

los inquisidores sólo se preocupaban en prohibir lo que realmente tuviera representaciones

libidinosas, obscenas o sexuales, a primera vista. Las prohibiciones acerca de la representación

artística, aunque eran una gran preocupación, nunca fueron más allá de aparecer en algunos Índices

de libros prohibidos, como un apartado a la imagen. Aun así la búsqueda de esto era censurar ciertas

imágenes no aptas en las buenas costumbres de la fe católica.

En el caso del Reconocimiento de pinturas, como se ha dicho con anterioridad, la descripción

de las imágenes prohibidas es muy vaga y casi nula en todo el escrito. Mientras que en el caso de

Nicolás Antiza las representaciones artísticas, por las cuales es acusado, claramente tienen un tinte

sexual, predecible, ya que sin necesidad de ver la obra, los inquisidores automáticamente saben que

las imágenes muestran un acto erótico entre un hombre y una mujer. En el juicio de señor Antiza,

podemos ver un claro ejemplo de cómo funcionaba la Inquisición en cuanto a este tipo de objetos

prohibidos.

La acusación por el cual el señor Antiza es detenido y llevado a juicio, es por tener en su

poder pinturas con temas prohibidos, esto fue a consecuencia de su poca discreción, en cuanto a

20
Ibid., p. 145.
poseer y mostrar este tipo de imágenes indecorosas, ya que si las hubiera mantenido en secreto, la

Inquisición nunca hubiera sabido acerca de las pertenencias de Nicolás.

Bibliografía

Liliana, Da Cunha Peixoto, “La inquisición española y su desarrollo en la pintura”, Universidad De

La Laguna, España, 2016 [Web]

https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/2963/La%20Inquisicion%20espanola%20y%20su%2

0desarrollo%20en%20la%20pintura.pdf?sequence=1 (10 marzo 2019).

Luna Segalá, Cristina “Vigilancia y censura de libros e imágenes en los siglos XVI y

XVII”, Universito Autónoma de Barcelona [web]

https://ddd.uab.cat/pub/stuaur/stuaur_a2015v9/stuaur_a2015v9p241.pdf (10 marzo 2019).

Peñafiel Ramón, Antonio, “Inquisición y moralidad pública en la España del siglo XVIII”

Universidad De Murcia [Web]

http://revistas.ucm.es/index.php/RVIN/article/viewFile/RVIN9696110293A/1650 (10 marzo 2019).

Portus Pérez, Javier, “Indecencia, mortificación y modos de ver la pintura en el Siglo de

Oro” Espacio, Tiempo y Forma, 1995, [Web]

http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:ETFSerie7-CE3529C0-376D-B492-8D84-
92F3AB2C0F7B/Documento.pdf (10 marzo 2019).
Zavala, Iris, “Inquisición, erotismo, pornografía y normas literarias en el siglo XVIII”,

Universidad De Utrecht, [Web] https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/7402/1/ALE_02_25.pdf

(10 marzo 2019).

Potrebbero piacerti anche