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En 1865, el químico inglés John Alexander Reina Newlands, intentó solucionar el problema del

comportamiento periódico de los elementos, colocando los elementos más ligeros en orden
creciente según sus pesos atómicos

Newlands se dio cuenta que el octavo elemento se asemejaba al primero, así como el noveno era
similar al segundo, etc. A esta observación se le llama, “Ley de las octavas de Newland”, en honor
al químico inglés.

Como cada ocho elementos, aparecía otro elemento de iguales propiedades, a Newlands se le
ocurrió hacer la comparación entre sus octavas, con las octavas musicales, observando que la
periodicidad de las octavas químicas, sugería una armonía como si de música se tratase. Dicha
comparación, a pesar de ser idílica y atractiva, carecía de validez alguna, pero fue por ella que a su
clasificación le dio el nombre de Octavas de Newlands.

Los esfuerzos de Newlands, supusieron un gran paso con buena dirección, en los que a
clasificación de elementos se refería pero, sin embargo, pueden destacarse tres grandes críticas a
su esquema clasificatorio:

No existía un lugar indicado para los elementos recientemente descubiertos.

No tuvo mucha consideración con los pesos atómicos, ni siquiera realizó una estimación
aproximativa de los valores más probables.

Algunos elementos no encajaban en el esquema de Newlands , como por ejemplo , el cromo, que
quedaba mal posicionado bajo el aluminio, y el magnesio, que es un metal, venía colocado bajo el
fósforo que es un no metal, así como el hierro que tratándose de un metal, se encontraba debajo
del azufre (no metálico), así que tanto éstos, como otros elementos, no encajaban de ninguna
manera en el esquema.
las triadas de Döbereiner son grupos de tres elementos químicos que comparten características
similares. Forman parte de los 118 elementos químicos, siendo la diversidad de reacciones
mostradas y sus compuestos, su aspecto más fascinante.

La idea de clasificar los elementos es tratar adecuadamente sus propiedades químicas sin
necesidad de desarrollar aisladamente un conjunto de reglas y teorías para cada uno de ellos.

Su clasificación periódica ha dado un marco sistemático inmensamente útil para correlacionarlos


de acuerdo a unos pocos patrones muy simples y lógicos.

Los elementos están sistemáticamente dispuestos en filas y columnas con números atómicos cada
vez mayores, y se ha reservado espacio para nuevos descubrimientos.

En 1815 solo eran conocidos alrededor de 30 elementos. Aunque había mucha información
disponible sobre estos y sus compuestos, no había orden aparente.

Se hicieron varios intentos para encontrar el orden, sin embargo, resultaba difícil organizar todo lo
que se sabía, por lo que numerosos científicos comenzaron a buscar algún patrón en sus
propiedades que permitiera remediar esta situación.

El científico Johann Wolfgang Döbereiner realizó importantes hallazgos sobre la regularidad


numérica entre los pesos atómicos de los elementos, fue el primero en notar la existencia de
varios grupos de tres elementos, a los que llamó triadas, que mostraban similitudes químicas.

Grupo Halógeno
El cloro, el bromo y el yodo presentan propiedades químicas similares y forman una triada. Estos
elementos son no metales muy reactivos. Si se enumeran en orden de masa relativa creciente
están en orden de reactividad decreciente. El Bromo tiene masa atómica intermedia entre el cloro
y el yodo.

Grupo Metales Alcalino


El litio, el sodio y el potasio tienen propiedades químicas similares y forman una triada. Estos
elementos son metales suaves y ligeros pero muy reactivos.

Si se enumeran en orden de masa atómica relativa creciente, también están en orden de


reactividad creciente. El sodio tiene la masa atómica intermedia entre el litio y el potasio.

Grupo de los calcógenos o anfígenos


El azufre, el selenio y el teluro presentan propiedades químicas similares y forman una triada. El
selenio tiene la masa atómica intermedia entre el azufre y el teluro.
La tabla de Mendeleiev

Esta tabla consiste, en síntesis, en disponer los elementos químicos en un cuadro en orden
creciente de sus masas atómicas notándose una analogía en sus propiedades cada cierto número
de elementos (por eso se denomina tabla periódica).

Mendeleiev demostró que los elementos con propiedades químicas semejantes aparecían
periódicamente, dando lugar a ocho grupos. En algunos lugares faltaba un elemento, pero
Mendeleiev no dudó en predecir su existencia y su comportamiento químico, lo que
posteriormente se confirmó.

Mendeleiev ordenó su tabla en orden creciente de las masas atómicas de los elementos.

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