Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
292
ETICA GENERAL CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES HUMANAS
._CLQ-r-J
rtamiento sino a su mismo ser. Cabe preguntarse en efec-
to: ¿cómo se debe considerar iué es- la primera acción: una
comienzan Cuari4oí2_jgpiendo que juzgar 249
294 295
EHCA GENERAL
CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES HUMANAS
296
297
ETICA GENERAL CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE IAS ACCIONES HUMANAS
lo que p#.mcramc#fe una acción se opone al orden moral, esa 2. LA MORALIDAD DE LAS PASIONES
cualidad pertenece a la esencia misma del objeto moral. Por
ejemplo: si una persona interrumpe una ceremonia religiosa can- Ya sabemos que con el término=:pasig±e=s" se designan 2J4
tando una canción de moda (que en su casa sería muy libre de
cantar cuando quisiera), no se puede decir que la acción elegi- ñeenárj:aFaebl:i::S=S:Ss±Eic#cois-i-:ctae;ng3?cl:aesá?:Sl:b::rsá
da es cantar y el estar en una ceremonia religiosa es una cir- las pasiones, 1a voluntad y la razón práctica (nn. 125-127), así
cunstancia de lugar; la acción que se considera contraria a la como de su importante influencia en el conocimiento práctico
virtud de la religión es la interrupción de un acto de culto, y el (nn. 229-232). Ahora trataremos de la moralidad que tienen en
cantar es una circunstancia (medios empleados para interrum- sí mismas, consideradas siempre como pasiones humanas, con-
pir el acto). sentidas o al menos no impedidas por la razón y la voluntad.
Las circunstancias propiamente dichas pueden aumentar Entre los filósofos se ha discutido mucho si las personas
o disminuir la bondad o malicia de un acto, pueden hacer malo virtuosas pueden o no tener pasiones. Los estoicos y Kant pen-
un acto que sin esa circunstancia no lo sería, pero nunca pue- saban que las pasiones son incompatibles con la debida pureza
bueno una acción intn'nsecamente opuesta a las vir- moral. Otros filósofos (como Aristóteles y Sto. Tomás de Aqui-
íednesh#:r las razones ya indicadas (nn. 250-251). no) piensan en cambio que ±agpa+as_iones modera_das por la razón
253 Naturalmente, también foman parte de lo intentado o de
-d-er66rTaTr- son propias del acto virtuos-o. Concretamente,
~aFlós~apetitos el acto electivo
sensibles (fortaleza y tem-
l_Q_g"±eg_i"F=oH Consecuencias han sido de las virtudes propias
i PQr _ eTl_lQ +Qaen`_ bajo la resp.Qnsabilid.ad planza) requier-e lá elicitación de una pasión consecuente a la
razón, conforme en cuanto a intensidad, dirección y modo a lo
Íír:érí_-L-igg__Í:iiaFpií.É`;§dgi:oÉ_sdám6|oÉ:-_:Tee::ie¥a_%L=¥:_fi_Eár:_:: que la prudencia señala4.
cuanto inevitables. estamos indirectos de la volun- Experimentar pasiones no es en sí mismo malo. Las pa- 2JJ
tad, (n. 93),. _C.uy_Q ?studio moral realizaremos un poco más ade- siQnL£sj:?ü_o_n_d~?Q a la tendencia de la naturaleza sensible hacia
`~1ante. Si se trata ydefficilmente
ñúé--`razonabie consecúehcias negativas
debieron no previstas,
y pudieron -riiro
ser previstas lo`S__.b_i.e_n_es.que`.,19.iirp...Pr`Oj2i.O`S. Particulamente, el_ pia-¿e_f _y el
dolor, que van unidos respectivamente a la consecución y pri-
(son ignoradas venciblemente) hay que aplicar los mismos cri- vación del bien sensible, son un aliciente para mantener la acti-
terios que a este tipo de ignorancia: no suprime la responsabili- vidad de la naturaleza hacia sus fines: el placer unido a la co-
dad aunque en algunos casos puede atenuarla (n. 133). Si las mida o a la bebida es una ayuda para cumplir esas necesarias
consecuencias no podían en absoluto ser previstas, o al menos fúnciones naturales.
no podían ser previstas en aquel momento (ignorancia invenci- Iiaspas_i.9_n`§S__4_4.rpTgn_a±±±9!P±!±£P99£_9...malq5,..§egÉ_P..9%_e#U
ble), desde el punto de vista mortz/ son involuntarias, y el suje- actuarse sea confiorme o no a lá-rie-á`á-í~añn\
o_büÉe_1Q_.ye.l__mgdg_d_e.Í4..
to no es responsable de euas. Desde el punto de vista j#rz'di.co- La naturaleza sensible e un ser ra-
pe#a!/, en cambio, muchas veces se hace al sujeto responsable cional, y por eso debe estar al servicio del bien integral de la
de ellas (culpa juridica), sobre todo cuando existen `daños ec`o- persona, que es de índole fimdamentalmente espiritual. Esta
nómicos o personales que es preciso resarcif . integración de lo sensible en lo racional impone un orden y
una medida a la consecución de los bienes sensibles, que es
señalado por la recta razón (en su máxima concreción, por la
prudencia).
3. Para un estudio más amplio de los criterios para la valoración moral de las
a!Í:ciHones, cfi. BH"AiNS. T.G., I:e sens obúetiü de l'agir humain. Pour relire la moral(.
co72j2¿g¢/c dc Saí.»Í 77zom¢s, Pontificia Accademia di S. Tomaso, Cittá del Vatican()
1980; PiNCKAERS, S., Le reHowe¢w dc /a montz/e, Téqui, París 1979; GARcÍA DE HAR()`
que iariédi~dá'iráéi+oiiárlié~és-~éri-~ó-ié-ñó~Íñí i-É-_.
naturaF:zzr::£esEfeT:=¥_é_d=t:sspb:_:íngepsg§dQ::_Íñf#_£bpggo,r#É%
Cuando el
R., L'agí.r€ mora/e € /c vz-ríti, Ares, Milano 1988. 4. Cfi.. nuestro trabajo La scc/fa eí/.c¢, cit., pp. 99-105.
298 299
ETICA GENERAL CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES HUMANAS
L£_.¥jf:Hu.edácE%rsee[ncs:bn]tersa¥toLeesdrdnaaycradáÉ%gc;;f%[ee]g¥deé.ETg#
-háw6Í?€ñ-dóíá+slóc'iies--á~-1-á5 `exigericias de_1 verdader~Q amgiy_ ,ggLt.i.n- evitarse dentro de lo posible, pero, si se dan determinadas con-
d`i_cjo_p_es2 una acción de ese -tipo puede ser realizada sin come-
gp.iepdQ casi po.r , c~Q.mp|_e_t_Q IQs ípip,etu_s_~eQ_n_tr_ari_p_s~al__b.i_e±±_±±!±ral. ter_P_o_r_e_l~l_oL{ulp_?_pig.ra|.Tradicionalmenteseenumerancuatro
|,a pasión del hombre virtuoso tiende a ser consecuente a la condiciones de licitud moral:
. .z=*<r: ,,F-`--_-_ _._
300 301
ETICA GENERAL CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES HUMANAS
1) qu_e 1_a _a_Qc.ión sea en sí misma buena o efecto secundario no deseado, priva de la conciencia o provoca
2)_q±±±£1_±tg=_b.u.9p_9 _s`ea_,el\£_fgct`Q.jpm_edia!9, es decir, el aborto, para eliminar un ligero dolor de cabeza, o un resfria-
que el efecto bueno no sea obtenido a través del malo; do, u otro tipo de molestias perfectamente soportables. En cam-
3)_queia.inÉ:±£iÉn_é£LaJggEití±_tJ±±£nai bio, para evitar una muerte segura del enfermo, se pueden tomar
4)qHfe_g_x±i§.t_a una causa o necesidad prQp.9rci~Q_na_dam_entme medicinas o realizar tratamientos que tengan efectos secunda-
g_r_aL¥e r-eá-ffi-á-fTa-á-cóióri`. rios negativos de notable entidad.
La tradición moral algo exacto al enumerar estas cua- En algunos casos no será fácil valorar si existe la propor-
tro condiciones, pero si el problema se plantease correctamente ción necesaria. Evidentemente, si el efecto negativo produce un
ya al nivel de la teoría de la acción, sería innecesario enumerar daño grave a otros haría falta ser muy rigurosos a la hora de
las tres primeras. Veamos por qué. valorar si existe la debida proporción. En casos menos graves,
Como hemos dicho, 1a primera condición (que la acción será más tolerable correr riesgos. Muchos bienes y progresos
no sea en sí misma mala) es esencial para que el problema de la humanidad se han alcanzado corriendo ciertos riesgos.
mismo pueda plantearse. Si la acción fuese en sí misma contra-
puede tolerar un efecto negativo grave por una causa leve. Siem- g±; por ejemplo, el que vende vino que otro utilizará para em-
pre será preciso, en primer lugar, que no exista otra posibilidad borracharse.
de obtener el bien necesario sin dar lugar al efecto negativo. 3) La distinción entre la £.QQpe|a.c~ió~n__mat`e_rial p.róxJ.mci y
No sería lícito tomar un analgésico que priva completamente
de la conciencia al enfermo si existe otro analgésico, adecuado
al caso, que causa los mismos efectos buenos sin privar de la
conciencia. Si no hay otra posibilidad de acción, ha de haber
í#T¥#i:iF;eglíraÉLtniÉla-:g:n:±dafcmÉ¥:
morales coopera próximamente; quien ingresa sus ahorros en
una proporción entre la importancia y necesidad de ambos efec- un banco que se dedica a realizar este tipo de préstamos co-
tos: no sería lícito, por ejemplo, tomar una medicina que, como opera remotamente. La cooperación material j.Hmedj.¢Ía es siem-
302 303
ETICA GENERAL CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES HUMANAS
pre próxz.ma; la cooperación material medí-a!fa puede ser tanto cauciones para evitar el peligro de caída moral para uno mismo
próxima co"o remota. y para los demás (escándalo: n. 103).
260 En general, laj2QQpe_ragió_n material al mal es moralmente Los problemas de cooperación al mal son en la actuali- 262
É!Égi£aL Porque el bien de la persona humana, considerada tam- dad bastante frecuentes en las actividades sociales, profesiona-
bién en su dimensión sociál, no sólo requiere que cada uno obre 1es, comerciales y políticas: en el ejercicio de la abogacía, en la
según la recta razón, sino que procure que, en lo que depende publicidad comercial y en la distribución y venta de periódicos
de él, existan condiciones favorables para el bien de todos los y revistas, en la venta de algunos fármacos, en el ejercicio de
demás, ayudando y contribuyendo en la medida de las propias los deberes electorales, en la práctica de la medicina, en el
& posibilidades. La socialidad tiene y debe tener un sentido emi- mundo de las finanzas, etc. Si estos problemas se afrontan con
nentemente positivo: representa una ayuda que todo hombre una actitud moral débil, los criterios anteriormente menciona-
necesita para crecer como persona y realizar día a día la vida dos podrian dar lugar a una cauística minimalista en la que, me-
buena y feliz. diante la hábil aplicación de unas reglas, 1a persona podría elu-
26, No obstante, e~xi§ten ,a|gt±_nas..circunstancias g±±g|}u_ed.9p dir su responsabilidad moral. Por eso, parece necesario insistir
hacer lícitas al"nas acciones con la.s~_`fluLu_e_=s_e__c.g_oper_a~ma.terial- en que existe la obligación ética de cooperar al bien, de contri-
m_ente al mal. Tratándose de cooperación material, la coopera- buir al bien de los demás y al recto ordenamiento de las activi-
ción no responde a una libre iniciativa de cooperar, sino a una dades humanas, así como hoy es urgente la necesidad de pre-
cierta necesidad de conseguir un bien o de evitar un mal a tra- ver y evitar en la medida de lo posible las situaciones dificiles
vés de la acción de la que otro se sirve para realizar sus propó- -para sí mismo y para los demás- en las que la cooperación al
sitos inmorales. .|¿+|}rime[a c`Qndición para que una acción de mal se haría poco menos que inevitable. Si a pesar de haber
este tii)o pueda ser lícita gisLflue exista realmente necesidad de tomado las precauciones oportunas esas situaciones se presen-
iealizarla, es decir, _qu_e. pQ. exi§_t¿ tasen, habrá que considerarlas como situaciones excepcionales,
el bien necesario o de evitar el de las que es preciso salir cuanto antes. Es lógico que la perso-
existe la posibilidad de actuar sin cooperar al mal, aunque ello na madura y responsable trate de defender ante todo la propia
comporte cierto esfuerzo o presente alguna incomodidad perso- identidad moral, y que por defenderla esté dispuesta a notables
nal, no será moralmente admisible la cooperación al mal. sacrificios personales, sin ceder ante situaciones con las que otros
Si no existe esa otra posibilidad, entonces el problema vienen a plantear un verdadero "chantaje ético". Positivamente,
puede resolverse con los mismos criterios estudiados a propósi- las complejas circunstancias sociales y profesionales exigen mu-
to de las acciones con efectos indirectos negativos (nn. 257-258), chas veces organizar, con la colaboración de otros, estructuras
porque de eso se trata en realidad. La acción que se realiza no profesionales y económicas donde sea posible trabajar sin tener
puede suponer en sí misma la lesión de una virtud; la inten- que renunciar a las propias convicciones éticas.
ción debe ser recta; la acción mala de la otra persona no puede
ser la causa (en el plano intencional, el medio) por la que se
obtiene el bien necesario; y debe existir proporción entre la im-
portancia y necesidad del efecto bueno que necesito lograr y la
negatividad representada por la cooperación (gravedad del mal
al que se coopera, proximidad de la cooperación, etc.). Existen
acciones de gravedad tan grande (homicidio, aborto, etc.) que
nunca se podrá cooperar materialmente a ellas de modo i.#me-
diato.
En los casos en los que, según lo que hemos dicho, fuese
posible realizar la acción con la que sin querer se coopera al
mal, sigue siendo moralmente necesario tomar las oportunas pre-
304