Sei sulla pagina 1di 15

Capítulo 6.

Han pasado algunas semanas. Por fin llega el calor y se acerca el final de marzo, he
quedado con Miri, una amiga de toda la vida, hace meses que no nos vemos, acaba de
llegar de un voluntariado en Mali. Hay muchas cosas sobre las que ponernos al día. Hace
una tarde genial y las vistas desde la terraza del círculo de bellas artes son increíbles,
como siempre.
- Pero bueno… Señorita Miriam ¿Qué tal amiga? Dame un abrazo.
Nos fundimos en un abrazo de esos contundentes.
- Hola guapa, pues mira ahora mismo genial ¿y tú? ¿Cómo han ido estos meses?
Perdona que no haya estado apoyándote tanto como me habría gustado… Dice
Miri
- No te preocupes, no pasa nada. Pues bien, ya mejor, a veces me vienen recuerdos
pero bueno. Rachitas…
- ¿Y estás en terapia y demás? Pregunta Miri
- No, nada
- ¿No? ¿Estás de coña? Insiste Miri
- No, necesito…
- Pero como no vas a necesitar joder Alba…
- Estuve a punto de ir, pero prefiero distraerme hablando con gente de cerca.
- Ya pero es que no es hablar, es hablar del tema… Se extraña Miri
- Mira ahora, no quiero hablar, vamos a cambiar de tema… ¿Qué tal Luis? Sigue
en California. Digo desviando la atención.
- Bueno vale… Si allí sigue, le quedan un par de meses y vuelve, pero la verdad
que la relación no está para nada en sus mejores momentos. Dice preocupada.
- ¿No jodas? ¿Qué pasa?
- La distancia, yo ahora me vuelvo a ir a Mali y vernos una vez al mes o cada dos
meses no va a ser fácil… Pero es que ahora llevamos 6 meses viéndonos solo por
Skype…
- Mira la distancia es una tontería, qué más da que este en California o en Chueca…
Al final puede ser tu vecino de al lado y no lo ves, al final puedes verte o no con
la persona que quieres, pero lo importante es sentiros cerca…
- Ya pero es que a miles de kilómetros eso es difícil… Dice apunto de romper a
llorar.
- No, difícil es si no tienes valor, pero tienes que estar a muerte con él si de verdad
es lo que quieres y el igual.
- Bueno, aún tengo mucho que pensar, ¿y tú has conocido a alguien?
Me río, doy un trago a la copa y sigo riendo.
- ¿De qué te ríes? Dice Miri riendo.
- Aquella noche para olvidar conocí a alguien, y sigue en mi vida
- ¿Si? ¿y estáis saliendo? Que guay. Dice sonriendo.
- No, no que va. Para nada estamos.
- Bueno, enséñame una foto, a ver si es guapo.
Saco el teléfono y busco a @nat_music, y la pongo una foto que la hice yo en el puente
de Madrid rio que hay al lado de La Riviera.
- Pero… ¿es una chica? Dice extrañada.
- Sí, es una chica, efectivamente. Y es la persona especial. Digo contundente.
- ¿Pero es tu amiga, tu chica, tu qué?
- Es mi amiga, sí, mi amiga. Pero no sé, me gusta, me llama la atención…
- Osea… ¿pero desde cuando eres lesbi?
- Otra igual… Pero que manía tiene la gente con el verbo ser… Qué más da. Putas
etiquetas. Digo enfadada.
- Bueno si a mí eso me da igual, ya lo sabes. Yo soy muy liberal y muy gay frendly.
- Yo es que cuando estoy con ella, con Nat, se llama Nat por cierto..
- Sí, ya lo he visto en isnta.
- El caso, que es una chica super interesante, y super buena persona. Tiene solo 18,
cumple 19 ahora este año, pero bueno. Es de las personas más especiales que he
conocido nunca.
- ¿Y por qué no estáis? Si la edad mental te gusta, la física es secundaria.
- Pues es que a veces la veo como una amiga, a veces la veo como alguien que con
quien poder tener algo más… Pero la realidad es que ahora mismo apenas nos
vemos, está muy liada con las clases y la academia de piano.
- ¿Toca el piano? Joder que bueno. ¿Pero habláis y demás no?
- Sí, si hablamos todos los días y genial ¿sabes? Pero me da miedo lanzarme porque
no tengo claro nada… Digo dubitativa.
- Joder… No sé qué decirte, es que tiene que salir de ti. Si es buena chica y tal
pues…
- Ya pero es que yo tampoco soy de lanzarme ¿sabes? Y aun que nos hemos besado
ya, pues me sigue dando cosa, y sé que ella no se va a lanzar, y las dos tenemos
una cara de friendzone que flipas.
- Lo que no me queda claro es si quieres o no…
- Ya es que a mí tampoco, no me voy a liar con ella y mañana darla la patada,
tampoco quiero casarme con ella pero quiero tenerlo claro.
- Haz una cosa, queda con ella, planea algo, no se… Y haz lo que te pida el corazón
en cada momento, no hagas nunca caso a la cabeza, el amor nunca rompe la
cabeza, siempre el corazón, y no es justo que la cabeza decida por quien se debe
romper el corazón.
- Pronto es su cumple, algo puedo hacer, sí. Buena idea. Joder que bueno vernos, te
he echado de menos.
- Imagínate yo… Estar contigo, tomar una buena ginebra con Sprite... Esto es vida.
Hablamos un rato más, fuimos a cenar. El típico reencuentro con alguien con quien hablar,
una verdadera amiga de toda la vida, y es que me paro a pensar y yo no veo a Miri como
veo a Nat, pienso que eso es una señal clara. En lo más dentro de mí sé que Nat nunca
podría ser una amiga como lo es Miri, es muy complicado. Ahora tengo que preparar algo
guay para su cumple, que la haga ilusión, que disfrute. Hoy es uno de esos días que me
apetece estar con ella, besarla, tocarla, abrazarla, sentirla… Esos días como hoy no puedes
pensar en algo importante, no tienes inspiración, en el que solo piensas en esa persona
especial, y en el que tienes miedo de decirla “¿oye te apetece quedar mañana?” por si
quedas como una pesada, y luego voy de dura.
Capítulo 7.
Conversación de WhatsApp entre Nat y yo:
- ¿Oye estás bien te noto rara desde hace algunos días, te pasa algo? Dice Nat.
- No, no sé, como siempre vamos.
- No se yo te noto extraña, como menos cercana…
- Ya estás rayándote, de verdad, que no, que estoy como siempre. Me estoy
agobiando.
- ¿Y que estoy haciendo para que te agobies? No se…
- Pues me agobia que estés tan encima de mí, además cuando nos vemos igual,
siempre tiendes abrazarme o tocarme y eso me agobia mucho…
- Joder pues mira, no te voy a tocar nada… ¿Al final quieres que nos veamos
mañana?
- Si, en principio si, por la tarde. Ya hablaremos. Bueno te dejo que llego a la radio
ya. Chao!
- ¡Vale ya me vas diciendo! ¡Besos!
Un día después envío un mensaje a Nat:
- Oye que lo siento, que no voy a poder quedar al final, tengo que quedarme un rato
más en la radio y para quedar para media hora, no es plan.
- Ah vale, no te preocupes, no pasa nada. Ya quedamos otro día.
- Lo siento de verdad.
- Yo también jaja hace más de un mes que nos vemos y ya me apetecía, pero bueno.
- Ya, bueno no hace tanto joder.
- Bueno, te dejo que voy a hacer cosas. ¡Adiós!
- Vale. Chao.
Estamos muy lejos de pasar por nuestro mejor momento ¿motivo? Ni idea. Creo que cada
día siento que Nat me llama menos la atención y creo que tener otra conversación y
soltárselo a quema ropa no es lo que debo hacer. Estoy trabajando y acabo de ver que me
ha llegado una carta escrita a mano a la redacción.
“Hola, si estás leyendo esto es que estás invitada a mi actuación el día 6 de abril a las
21:30 en la Sala El Sol de Madrid. No solo actúo yo, pero cantaré tres canciones, espero
contar contigo.
Un beso. N.”
Supongo que por eso quería quedar hoy. Miro el calendario, y es día 6, no entiendo por
que no me lo ha dicho antes si sabe que me encantaría verla en directo, voy a hacer todo
lo posible por ir, pero llegare como pronto a las 21:45.
Son las 22:40, y salgo de la radio, no pude salir antes, pero la sala está muy cerca y llegaré
rápido. Estoy en la puerta me dicen que lo han tenido que adelantar y empezó a las 21h.,
Llego casi dos horas tarde… Pago mi entrada y entro, es un concierto benéfico a favor de
una asociación por la lucha de las enfermedades raras, actúan cantautores desconocidos.
Según entro a la sala empiezo a escuchar su voz, es Nat, corro y veo el escenario desde
lejos. Pregunto a unos chicos que están viendo el concierto.
- Perdona, ¿Cuántas ha cantado esta chica? Pregunto yo.
- Está es la primera, cantan tres cada cantante.
- Perfecto, mil gracias.
Me acerco a la barra y pido una cerveza, me quedo lejos del escenario, no quiero que me
vea cerca mientras está cantando. De su voz y de sus manos a la guitarra sale un medley
de canciones indies, Sidecars, Vetusta, Supersubmarina, Izal, Love Of Lesbian… Los
mejores.
Una vez termina me siento, se que me ha visto, desde el escenario se dirige al público
“Buenas noches, mi nombre es Nat, espero que os guste mi manera de cantar y sentir la
música, ahora os voy a cantar una canción mía, una canción que habla de esas relaciones
que parecen imposibles y por las que algunas veces queremos tirar la toalla. Esta canción
está dedicada a todas esas personas que no van a parar de luchar hasta tener a la persona
que quieren. Esta canción se llama Aquella Noche Cualquiera”
Empiezan a sonar los primeros acordes y estoy emocionada, supongo que esa canción es
una de las me escribió, pongo mis cinco sentidos en disfrutarla y escuchar su letra que
dice frases como estas:

“Te conocí aquella noche cualquiera


Y me coloqué a tu lado, que oportuna elección.
Tú bailabas al son de Leiva
Yo disfrutaba poniendo atención”

“Llegaste a mi vida y no te voy a dejar marchar.


Quédate, eres lo mejor que me ha podido pasar”

La letra es preciosa, tiene muchas frases que fusilan mi corazón, yo me emociono y todo
el mundo se levanta para aplaudir a Nat, que se levanta del taburete y agradece al publico:
- Muchas gracias a todos, que emoción. Esto es tuyo A, tú que estás llorando. La
última canción es un tributo a Leiva, es una versión que con mucho cariño he
hecho. Espero que os guste mi versión de Breaking Bad al piano.
Sigo emocionada, he escuchado varias a veces a Leiva cantar esa canción en directo y
creo que la versión de Nat supera a todas, toca con mucha delicadeza, con mucho amor,
por el rabillo del ojo me mira mientras toca y me sonríe, es precioso lo que está
ocurriendo, la canción va terminando y pide al público que cante el ultimo estribillo con
ella, la gente sin dudarlo se suma, ha triunfado.
Acaba la canción, agradece y se baja del escenario viene hacia mí y nos abrazamos.
- Lo has hecho precioso, pequeña. Digo emocionada.
- Muchas gracias, gracias por venir, pedí ser la última esperando que llegases en
algún momento.
- ¿A quien dedicas esa canción tuya? Digo sonriendo con lágrimas en los ojos.
- A alguien que merece que le dedique cosas sin miedo a decir su nombre, pero
todavía me da miedo, no quiero asustarla. Dice con una sonrisa.
- Seguro que a ese alguien le encanta tu declaración de intenciones. Te espero fuera
cuando todo termine ¿vale? Te acompaño a casa si quieres.
- Perfecto, no creo que tarde mucho.
Espero a la salida, del concierto y me pregunta si quiero ir a tomar algo, obviamente la
digo que sí, antes vamos a pasar por su casa a dejar la guitarra. Vamos a tomar unas copas
a un pub bastante chulo que hay en su barrio, y la verdad que tomamos bastantes, las dos
íbamos un poco pedo, y en estos momentos siempre salen las verdades.
- Oye que se que no te gusta, pero que lo siento por insistir en si te pasaba algo…
Dice Nat.
- No te preocupes en el fondo algo si que me pasaba, bueno lo de siempre, que me
lio la cabeza. Contigo ya no quiero callarme nada. Digo sonriéndola.
- Echaba de menos quedar contigo sin mirar el reloj la verdad.
- Joder y yo, en realidad echaba de menos estar contigo. Digo tocándola la mano.
- Pero bueno… ¿A ti no te agobiaba que te tocase? Dice riendo.
- Que idiota… Pues si me agobia, pero no se me apetece hacerlo, tocarte.
- Vaya, vaya, que caprichosita… Seguimos de risas
- Oye está un poco lejos, pero ¿quieres que vayamos al mirador del Templo de
Debod? Pillamos el metro y listo.
- Vale perfecto, vamos.
Allí estamos sentadas en el césped del mirador, con una buena temperatura y un poco
borrachas las dos, estamos prácticamente solas, solo hay un par de parejas más, y algunas
personas que pasean.
- Pues se ha quedado buena noche. Digo riendo.
- Pues sí, pues si, vaya expresiones de tercera edad que gastas alba. Dice muriendo
de risa.
- ¿Sabes que aún sigo flipando que me hayas hecho una canción verdad?
- No es solo una. Y la culpa de tenerla es solo tuya que lo sepas.
- Jo, muchas gracias, de verdad. Digo dándola un abrazo.
- ¿Sabes que mi cumple es la semana que viene no? Podemos quedar al día siguiente
la noche y cenemos, es sábado. El viernes lo tengo pillado con mi familia.
- Debe ser duro un cumple tuyo ¿verdad?
- Fácil no es, lo que más llevadero lo hace es que mi familia estamos muy unidos,
y bueno, echo de menos a mi madre, pero tampoco tengo recuerdos de ella. Es
complicado de explicar.
- Yo encantada de cenar contigo ese día.
- Luego ya empiezo de exámenes, supongo que estaremos mucho sin vernos… Dice
poniendo cara de penita.
- Mira que tontita se pone, pobre… Digo sonriendo
Me acerco y la abrazo, nos quedamos frente a frente, mi intención era quedarnos así, voy
a besarla y se aparta.
- Lo siento, Alba, te aseguro que ahora mismo es lo que más me apetece del mundo,
pero no quiero que mañana te despiertes de resaca en casa y te arrepientas… Te
juro que te besaría hasta quedarme sin aire. Dice mordiéndose el labio inferior.
- Me parece bien, supongo que a nadie le conviene una persona que no tiene claro
lo que quiere.
- No es eso, Alba, no es eso. Es que para mi un beso tuyo vale mucho, para mi un
beso tuyo es algo que no voy a olvidar. Hace meses que no siento tus labios y los
echo mucho de menos, extraño que me muerdas el labio después de darme un
beso…
- Yo extraño besarte, morderte el labio, besarte el cuello, sentir que tu respiración
se acelera, tocarte las manos, agarrarte la…
- Para, no sigas. Me corta Nat – Te lo repito quiero besarte, pero no quiero besarnos
hoy y que mañana o dentro de unos días no lo tengas claro. Sabes que estoy aquí,
yo se que tu estás, pero como me dijiste, hay días que te gusto y hay días que no.
No quiero que me beses por que vamos pedo o porque te he cantado dos canciones.
- ¿Dos?
- ¿Por qué crees que he cantado Breaking bad? Por ti.
- Anda ya… Digo riendo.
- Joder, yo habría cantado Eme, es mi favorita. Mira este es el programa del
concierto, mira las canciones que pone que canto yo.
Saca el programa y efectivamente pone Eme.
- Joder Nat, es que te mereces un beso. Nos abrazamos muy fuerte.
Nos levantamos y damos un paseo hacia Plaza España.
- Sabes, yo soy muy supersticiosa y esta plaza me trae malos recuerdos contigo.
Dice Nat.
- ¿Por?
- Joder aquí tuvimos la peor conversación que hemos tenido, me dejaste claro que
siguiera mi camino…
- Ya bueno, no sé, en ese momento pensaba eso.
Subimos Gran Vía, compramos un helado, ella de limón, yo de chocolate, entrelazamos
nuestros dedos y llegamos a la parada de metro, yo bajo en metro, no me apetece recorrer
el camino que recorrí la noche del show de Leiva.
- Bueno Alba, dos besos si que te doy, idiota.
Nos damos un abrazo y dos besos.
- Avísame cuando llegues eh. Digo sin dejar de mirar lo guapa que está hoy.
- Lo mismo digo, Albi.
Bajo un par de escalones, me giro y subo corriendo.
- ¡Nat! ¡Nat! Que mil gracias por ser así. Te pre quiero mucho.
- Ohh que mona, que blandita está hoy – Se ríe – Esa frase no es tuya, que lo sé
yo…
- Ya bueno, es de mi peli favorita pero bueno, no te pongas así. Digo riendo.
- Yo no te pre quiero, yo te quiero.
- Ah, ¿me quieres y no me quieres besar? Digo con una sonrisa de chula.
- Eh que pesadita, quédate con las ganas. Dice sonriendo.
- Guardaré en mi memoria lo guapa que estás hoy, me encanta como te quedan esos
vaqueros y esa blusa.
- ¿A que es bonita?
- Bueno el naranja no me gusta mucho, pero te queda bien.
- Anda vete que pierdes el metro.
- Sí, me voy ya. Ríe.
Nos tiramos un beso con la mano y cada una sigue su camino.
No me puedo engañar a mí misma, a día de hoy no tendría nada con nadie. Nadie que no
fuese Nat quiero decir. Se que ella tiene toda la razón del mundo y que no es justo que de
alguna manera juegue con ella. Nat es de largo la persona más interesante que he
conocido, madura, responsable cuando toca y loca cuando toca, me encanta. Tengo que
demostrarla que mis dudas están desapareciendo, y es verdad, eso está pasando.
Cada día que pasa me siento más feliz con ella, y no necesito verla todos los días, ni
hablar 24/7, no, se que ella es muy de ese royo, pero las dos tenemos que llegar a un punto
intermedio, ese en el que nos veamos frecuentemente que cuando nos veamos sea
increíble y no hablo de sexo. Que hablemos cuando nos apetezca, pero no hacerlo si o si
a todas horas. Me toca seguir picando su piedra y seguir picando la mía, necesito ganar
en valentía, ella es un valor lo suficientemente valioso como para ser valiente de una vez.
Capítulo 8.
Ha pasado casi un mes desde la última vez que nos vimos y cada día siento más cosas
por ella. Mañana es el cumple de Nat y pasado mañana cenaremos, quiero preparar algo
especial, quiero sorprenderla, que sea bonito y original. Quiero que el detalle lo sienta
como una balada en inglés, como esa que tiene una cadencia tan bonita que la escuchas y
late el corazón más de lo normal, esa que ahora mismo todos tenemos en la cabeza, y es
que da igual cual sea la que cada uno tengamos.
Así recuerdo yo el último día que estuve con ella, siempre pongo banda sonora a los
momentos que vivo, ya sean malos o buenos, y los que paso con Nat tienen una cadencia
lenta y que sienta bien saborear, lo veo con un tono sepia, con notas de piano sonando. El
cariño que yo siento por ella suena así.
Amanece, hoy es día 3 de mayo, 19 cumpleaños de Nat. He hablado con Carla, una amiga
suya de la universidad, voy a enviarla mediante esta chica una caja anónima con algunos
regalos, cuando desenvuelva sabrá que soy yo.
La caja tiene en su interior varias cosas: una foto nuestra que nos hicimos, no es la foto
más bonita, pero tenemos unas sonrisas especialmente bonitas; también hay unas entradas
para ver a Leiva en el Wizink Center, y un vale de un día con todo incluido haciendo lo
que ella quiera. Quizás no sea lo más original del mundo, pero es lo mejor que se me ha
podido ocurrir. Espero que la guste.
Envío un mensaje muy temprano, ella aún estará dormida:
“Me gustaría saber cómo felicitarte bien, hacer una felicitación que recuerdes toda la vida,
pero luego me paro a pensar y creo que eso no es tan importante, al final son solo letras
sin sentido. Me gustaría poder felicitarte mirándote a los ojos, desearte que seas muy feliz,
como mínimo, la mitad de lo feliz que me haces. Tuve suerte, no te puedo mentir, suerte
de conocerte, de escucharte, de sentirte cerca de mí. Que cuando la vida me ha herido tú
has sido la primera en dejar todo y venir a curarme, que sabes cómo tratarme aunque no
lo creas, que muchos días te he querido comer a muerte, y que eres increíblemente
especial. Feliz 19 cumpleaños, disfruta del día. Nos vemos mañana. ¡Un beso enorme!”
Voy hacía el trabajo y me aseguro de Carla tiene todo preparado, llego a la radio y recibo
la respuesta de Nat.
“Me dejas sin palabras, me has emocionado. Te agradezco cada palabra que me has
dedicado, cada minuto que hemos pasado, todo. Mil gracias. Tengo muchas ganas de
verte mañana. ¡Un beso!”
Pasa la mañana, estoy un poco dispersa del trabajo, hoy pedí salir antes, no venir por la
tarde. Al medio día salgo, y voy su universidad, quiero darle una sorpresa. Llamo a Carla,
me dice dónde están, están cerca de la facultad de información, en unos jardines y allí
voy, veo a escondidas como abre la caja con mis regalos, poco después de ver todos saca
su móvil del bolsillo y suena el mío.
- Hola cumpleañera ¿Qué tal?
- Tú sabes que te quiero mucho ¿verdad? Que regalos más geniales, espero no ser
muy cara el día con todo pagado eh… Dice riendo.
- Bueno, que cueste lo que cueste, lo mereces.
- Y el concierto…. ¡Qué bonito va a ser ver otra vez al que hizo que nos
conociéramos!
- Va a ser brutal. ¿Cómo va el día?
- Genial la verdad.
Salgo de mi escondite, y camino hacia ellas.
- Oye sabes que hoy ha venido un mago a la radio ha estado increíble, me ha
enseñado un truco.
- ¿Y se puede hacer por teléfono? ¿Es el de enamorarme? Ríe Nat.
- No, uno mucho mejor. Mira, cuenta hasta 5, cierra los ojos y desea algo, pero
deséalo con mucha fuerza
- Madre mía, venga va… Ojos cerrados – Dice a carcajadas – Unooooo,
dooooooos, treees….
Salgo corriendo, me pongo justo detrás de ella.
- Cuatroooo y Cinco…. ¿Ya puedo abrir los ojos?
- Feliz cumple años, Nat. Susurro a su oído.
Nat se gira y nos damos un abrazo, sus amigas sueltan un “oohhhhhh” y se ríen.
- Oye, muy poco original lo del mago eh…
- Bueno, es lo mejor que se me ha ocurrido… Bromeamos.
- ¿Tienes tiempo a tomar algo?
- Sí, tengo tiempo, pero tú tienes clases ¿no? Digo con sonrisa chulesca.
- Bueno me puedo fumar alguna hoy, por ti claro.
Vamos a la cafetería y nos sentamos, apenas tenemos tres cuartos de hora para estar
juntas, nos sentamos una en frente de la otra con unas pipas y un par de coca colas, hace
un sol radiante, y la compañía es perfecta.
- Joder este regalo ha sido insuperable, Alba. Dice sonriendo.
- Te lo mereces, ¿Cómo no iba a verte hoy? Tenía que hacer todo lo posible.
- Este año va a ser un cumple duro, mi madre murió hace 19 años, cuando ella tenía
19 años. ¿Crees que estará orgullosa de su hija? Dice mientras se llenan sus ojos
de lágrimas.
- Si te soy sincera eso nunca se puede saber, pero creo que cualquier madre estaría
orgullosa de tener una hija buena, valiente y luchadora. Buena porque tu corazón
es de unas dimensiones que aún no se ha calculado su totalidad,
- Eh para que lloro, porfa. Cae alguna lágrima.
- Valiente porque siento que no tienes miedo a nada, y luchadora porque no
entiendes que algo no se pueda conseguir.
- Lo has conseguido eh.
- Eres una llorona Nat. - Digo riendo – Voy a darte un fuerte abrazo para que se te
pase el llanto. Venga anda, te acompaño a clase.
Estamos frente a la facultad de ciencias de la información, tengo la sensación de quiere
que la bese pero me da corte, yo no sé si debo lanzarme ya…
- Gracias por venir, espero que hayas pasado un buen rato conmigo. ¿A qué hora
mañana?
- Nah, no te creas, normalito. Mañana nos vemos pues… ¿sobre las 15:30? Y
tomamos café, digo sonriendo. Digo riendo.
No sé por qué siempre digo esas cosas, “no te creas, normalito”, pues ha sido un buen
rato como todos con ella, está claro que bromeo, pero me pone nerviosa despedirme de
ella, quiero besarla y al no hacerlo me descoloca del todo. Tengo nervios por que llegue
mañana, voy a ultimar todo… Café, tarde juntas, cena y bueno, ya veremos que va
pidiendo la noche. Tengo ganas de ser feliz.
Capítulo 9.
El despertador no suena, es sábado y quiero descansar, va a ser un gran día, estoy segura.
Busco en mi armario que me voy a poner, me viene a la cabeza unos pantalones y una
camiseta que ella me dijo que me quedaba genial, así acierto seguro. Tengo una gran
ilusión por este día.
Hemos quedado a tomar café, estoy lista y paso a buscarla con el coche por su casa, he
pensado en que hace muy buena tarde y podemos ir a la sierra de Madrid. Llego a la
puerta de su portal y allí está esperando, muy guapa, viene royo casual, vaqueros,
camiseta de los Rolling Stones, gorra de LA y gafas de sol. La veo y sonrío, no necesito
que venga arreglada porque me gustaría hasta en chándal y sin maquillar.
- ¿Dónde vamos conductora?
- Sorpresa….
- Va… Dime dónde anda…
- A la sierra, a comer unas pipas ¿Te parece bien?
- Como si vamos al Zoo, me parece todo bien.
De camino ella va poniendo la música, me enseña varios artistas nuevos que conoce y
que están bastante bien, pido alguna canción, pone a Vanessa Martin, Manuel Carrasco,
y cuando queremos darnos cuenta hemos llegado a la Sierra de la Cabrera, hay unas vistas
increíbles, paseamos un rato y luego nos sentamos al sol en una pradera, la primavera
empieza a picar ya, y da gusto estar aquí.
- ¿Qué tal ayer con la familia? Pregunto.
- Muy bien la verdad, vinieron todos.
- Y que, ¿algún regalo bonito?
- Jo pues sí, me regalaron un teclado nuevo, bueno el que yo tengo en casa no es
mío, por fin tengo uno.
- Ah pues yo quiero un concierto acústico solo para mí…
- ¿Un concierto de mi gira “En las sábanas de tu cama”? Dice riendo.
- Bueno, o de cualquier otra gira que implique que solo me cantes a mí. En la cama
no creo que cantes bien. Seguimos de risas.
- Eso no lo sabes tú, señorita.
- Oye ¿te puedo preguntar una cosa intima?
- Venga dime, aunque me lo imagino. Dice riendo.
- Tú has estado con chicos y chicas ¿no? Pregunto vergonzosa.
- Si… Veras, que sé por dónde vas…
- ¿Y lo has hecho con chicos y chicas?
- ¿El qué?
- Pues el que va a ser… ¿Tú no sabías de que estaba hablando? Bromeo.
Sigue riéndose Nat.
- ¿Quieres que sea más clara? Insisto.
- Eso es.
- ¿Tú has follado con chicos y chicas?
- No y sí.
- ¿Cómo que no y si?
- Pues que no con chicos y si con chicas.
- ¿En serio? Me sorprende.
- No sé, con el chico con el que estuve saliendo era muy pequeña, lo dejamos
cuando yo tenía casi 17, y yo no quería perder la virginidad tan pronto.
- ¿Pero erais novios? Pregunto extrañada.
- Si, pero no estábamos obligados a follar. Hacíamos otras cosas
- Me parece bien, la verdad, no follas por follar.
- ¡Claro que no! Yo no me follo a alguien por follar, y menos la primera vez, no me
veía preparada, nunca fue un complejo para mí.
- ¿Y con chicas?
- Con chicas la cosa es más sencilla, y ya era más mayor, fue en un intercambio del
instituto, en Irlanda. ¿Y tú?
- ¿Con cuantas chicas crees que he estado yo? Digo riendo.
- Con una, conmigo. Bromea.
- Claro, con esa solo… Sigue soñando. Doy unas palmaditas en su pierna.
- ¿Y por qué estas preguntas?
- Cuando te veo nunca siempre me lo he preguntado, no sé, no te imagino follando
con gente.
- Yo tampoco voy imaginando a gente follando por ahí eh, no es tan raro.
- Para ya de vacilarme anda. Reímos.
Vamos dando un paseo nos hacemos alguna foto haciendo el imbécil, y un selfie que subo
a mi story.
- Bueno… ¡Que honor, tu poniendo una foto conmigo…! Dice Nat.
- Yo publico poco pero de calidad, chica.
- ¿Sabes qué? Tengo que ser sincera, a veces me gustaría mencionarte o subir
alguna foto contigo, pero me da cosa, creo que no te va a gustar que te mencione.
Dice con cara de pena.
- Anda ya…
- Si, de verdad.
- No es que no me guste, es que no lo veo tampoco necesario, con Pablo tardé
mucho en poner una foto con él en redes. Yo las redes las uso para ver cosas,
puedo estar muy feliz contigo y no poner nada, y eso no indica que me guste
menos. Digo yo.
- Me sorprende lo de Pablo, joer si era tu novio…
- Ya, pero ahí no lo era. Fue una foto en Toledo, en un mirador que se llama El
Valle, no subí ninguna más con él hasta un tiempo después. Sabes que en un
principio él y yo nos liamos y luego pasé de él.
- ¿Sí?
- Si, si, yo pasé una mala racha con un problema de salud y Pablo me trató un poco,
luego solo quería lo que quería conmigo, y pasé de él. Apareció otro chico en mi
vida, pero en ese momento ese otro chico era muy inmaduro para mí.
- ¿Y cómo acabaste por estar con Pablo? ¿Y qué pasó con ese otro? Parece una
telenovela.
- Pues con Pablo acabé porque cambió un poco, y bueno ya estuvimos bien unos
años. No sé cuánto tiempo estuvo poniéndome los cuernos la verdad. Y el otro
chico, pues me gustó un poco un tiempo, y yo estaba con Pablo, quedamos alguna
vez y me arrepiento de que no pasara nada, merecía mucho la pena, pero tampoco
quería dejar a Pablo. Ahora creo que vive en Sevilla, se fue allí a estudiar piano.
Siempre le guardaré un gran cariño.
- ¿Y cómo se llama?
- Carlos, se llama.
- ¿Y era guapo?
- Guapo no era del todo, pero muy simpático, muy buen chico, y al final antes de
irse maduró muchísimo y le vi muy para mí, pero se tuvo que ir. Ahora por lo que
veo tiene novia. Me habló en navidad cuando pasó todo esto de Pablo.
- Joder, nos hemos puesto bastante al día de los ex eh. Ríe Nat.
- Ya lo creo, oye nos volvemos ya a Madrid, he reservado para cenar.
- Vale ¿podemos pasar por casa y me cambio?
- Sí, yo también tengo que cambiarme. Te dejo en casa, voy a la mía y te recojo.
Volvemos a Madrid, pone un disco de Leiva en spotify, y suena una de esas canciones
que no son para la radio pero que son increíbles, Ciencia Ficción:
“Y me convencerás
De cosas que no creo
Y dije no creer jamás,
Pero ahí estoy
Dejándome enredar.
Y te sorprenderás
Soy tan peliculero
Y cada día lo soy más,
Pero ahí estoy
Dejándome llevar”
Toco su mano, me encantan estos momentos, hoy tengo uno de esos días que la duda
sobre amistad y amor ronda mi cabeza pero no lo quiero pensar. Seguimos el viaje hasta
Madrid, nos cambiamos y paso a buscarla. Vamos a cenar a La Pizzateca, las mejores
pizzas de Madrid.
Llegamos al restaurante, nos llevan a nuestra mesa y allí nos sentamos, hace una noche
preciosa, ella está radiante. Quiero disfrutar.
- Espero que estés disfrutando este día. Digo yo.
- Mil gracias, de verdad.
Cenamos, hablamos, reímos, compartimos momentos. Qué bonito, tengo claro que hoy
voy a ser valiente.
- ¿Has visto la foto que puse antes en instagram? La que me has hecho esta tarde.
Dice Nat.
- No, ahora la veo. Seguro que mola.
- Voy al baño ahora vengo.
Abro el móvil y veo la foto, doy me gusta, veo que tiene varios comentarios y entro a
leerlos, todos son de sus amigas diciendo lo guapa que es, que razón tienen, aquí no es
postureo. Veo un comentario que me extraña, es un chico que comenta poniendo un
simple punto, y ella contesta con un emoji de cara feliz, tengo un mal presentimiento, será
cosas mías quiero pensar.
Pido café, ella no toma postre y nos vamos. Paseamos por las calles de Madrid, es nuestra
rutina favorita. Llegamos a la Plaza de Neptuno, y me armo de valor.
- Nat, para mi hoy ha sido un día genial de verdad. Espero haber estado a la altura.
Digo mirándola con mi mejor sonrisa.
- Mil gracias otra vez. Me devuelve la sonrisa y me abraza.
Ahora es mi momento. Me lanzo a besarla, en ese segundo en que muevo mi cabeza de
abrazo a beso, cierro los ojos y siento una melodía de piano en mi cabeza, siento la
canción que me ha escrito, siento a ella. Y la beso, y me corresponde, nos damos varios
besos, entrelazamos las manos, paro de besarla y nos abrazamos.
- Me encantas. Digo a su oído.
- Lo siento. Dice Nat.
- ¿Por qué? Digo riendo.
- Estoy conociendo a alguien.
- ¿Cómo? Digo flipando – Pero ¿Por qué? Pensé… bah, da igual.
Caen lágrimas sobre mi cara, me doy la vuelta y camino un par de pasos para alejarme.
- En serio Nat, ¿no podemos hacer las cosas fáciles? Replico enfadada.
- Joder, Alba, lo siento, debí habértelo dicho, pero no me salía.
- Venga ya, joder Nat, joder. No tengo palabras.
- No se lo conocí en la uni, se llama Miguel Ángel estudia Periodismo, me lo
presentó…
- ¡Que no me importa! Rompo a llorar
- No llores de verdad Albi. Dice dando un paso hacia donde estoy.
- No me llames Albi. ¿Tú confías en mí? ¿Eres mi amiga?
- Claro que sí. ¿Cómo no voy a confiar Alba?
- ¿Y no me lo cuentas? ¿Qué amiga eres tú? Me muerdo el labio, me está superando
todo.
- Sabía que te iba a doler, sé que sigues pillada por mí, en su día pensé que te habías
olvidado
- Obvio. Pero no me lo puedes decir hoy joder, hoy no. Y menos después de besarte.
Tengo una puta habitación con desayuno y spa reservada para esta noche.
- Joder lo siento.
- Y lo de que me había olvidado… Nunca dejé de pensar en ti, ¿tú no me querías?
Digo yo.
- Como amiga.
- Vete a la mierda. Hazme ese favor. ¿Es el chico que te ha comentado la foto de
instagram verdad? El del punto.
- Si, ese es.
- Es que lo sabía, tengo un puto sexto sentido.
- Sinceramente pensé que tú encontrarías a alguien y lo harías todo más fácil. Siento
si te he dado esperanzas, yo soy así de abierta y liberal, no era mi intención. Dice
con los ojos llenos de agua.
- Nat, eres muy egoísta. ¿Esperanzas? No me jodas. De verdad te lo digo.
- Para ya, te estás pasando Alba.
- No voy a parar, joder, tú me gustas y quiero luchar por ti.
- Eres mi amiga, no siento otra cosa. Lo siento.
- ¿Y con tus amigas tonteas como lo haces conmigo?
- No tonteo, soy así.
Empiezo a llorar con más fuerza, desconsoladamente, noto que me han roto el corazón,
que han jugado conmigo.
- ¡Qué manera de jugar con la gente Nat! Grito desesperada.
- No grites, por favor. No lo hagas más difícil. Me tengo que ir ya.
- Vete, pero para siempre. Bloquéame de la vida.
- Espero que algún día me entiendas. Dice Nat.
- Espero que algún día sientas lo que yo siento por ti.
Salgo hacia el coche que está aparcado en la zona de Atocha, ella no viene detrás de mí y
sé que suenan campanas de funeral entre nosotras dos, se queda parada. Voy pensado en
todo esto, que extraño es todo. Que jodido es cuando luchas por alguien a muerte, cuando
pones todo tu dinero sobre la mesa y te lo juegas sin haber mirado las cartas, pero aun así
confías en que vaya a ser una jugada maestra.
Que jodido es amar y no ser correspondida. Se que yo no se lo puse fácil, pero nunca
mentí, siempre fui yo. Ella dice que su forma de ser es así, en el fondo le creo pero a mí
me hace daño que sea así. Ahora ella está con ese tal miguel y yo aquí llorando por ella,
en la más absoluta soledad. Me siento en un banco frente a atocha, y vuelvo a romper a
llorar con fuerza, no puede ser, eso es todo lo que pienso. Recuerdo la canción que me
escribió y me cantó hace unos días ¿cómo coño una amiga puede hacer eso? Incluso
hemos estado cerca de besarnos y… Joder, no la creo, no lo quiero creer. Quiero despertar
mañana y que todo haya pasado.
Cuando el corazón se rompe no sabes que hacer, piensas que todo lo que has hecho, y no
me refiero a detalles materiales, ha sido perder el tiempo. Yo no he preparado todo lo del
cumple por enamorarla no, no se puede enamorar regalando rosas, se enamora siendo
como eres y gustando como eres, sin más. Yo prometo que más no he podido hacer, no
he actuado sin sentimientos, no quería dañar sin saber lo que hacía. Ya pienso que estoy
loca, que he pasado de sentir 0 a sentir 100 en muy poco, pensaba que ella sentía más por
mí, o me veía de otra manera. Ella se he marchado, pero yo solía ser suya.

Potrebbero piacerti anche