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Edafología

Resumen
SUELO: COMPLEJO ORGÁNICO-MINERAL DE NATURALEZA
COLOIDAL

Profesor: Valentín Vasquez

Integrantes de equipo
SOFIA BARRADAS SANCHEZ
VIANEY ELIZABETH TOMAS MORALES
MARCOS HUGO ZARATE MARTINEZ

Ing. En Agronomía
Segundo semestre grupo “A”
1.Introducción

El suelo es uno de los principales recursos naturales y de la comprensión correcta


de su naturaleza depende su aprovechamiento racional y sustentable. Las
concepciones de la naturaleza del suelo se dividen en dos grandes vertientes. Una
que lo concibe como material inerte que funciona como soporte mecánico de las
plantas, tal como lo percibe nuestro sentido común, de ser un espacio en el que se
desarrollan o viven los organismos vivos. La otra que lo concibe como un
organismo vivo o con más rigor como un ecosistema. Pero, el suelo no se alimenta
ni se reproduce, es decir, carece de dos rasgos esenciales de la vida, por
consiguiente, no se trata de un organismo vivo, ni de un ecosistema. Del hecho de
que en la formación del suelo participen los organismos vivos y funcione como
hábitat de los mismos, no se deduce que se trate de un organismo vivo. En este
sentido, el suelo no es un organismo vivo ni un ecosistema, más bien es un
recurso abiótico y como tal parte de un ecosistema; pero es más que un material
inerte; se trata de un recurso que se forma a partir de las rocas y de los
organismos vivos. Las primeras aportan los componentes minerales,
principalmente las arcillas, al ser meteorizadas por su interacción con la atmósfera
-clima-. Por su parte los organismos vivos, aportan materia orgánica que es
transformada por los microorganismos en humus. Tanto las arcillas, como el
humus son de naturaleza coloidal; es decir, se trata de sustancias especiales que
se caracterizan por presentar cargas eléctricas negativas y una elevada superficie
específica. Estas cualidades de los coloides minerales y orgánicos, los hacen muy
activos, de tal forma que en su interacción se fusionan para formar al suelo; es
decir, el suelo no es un material inerte, más se trata de un un complejo orgánico-
mineral de naturaleza coloidal muy activo. Este complejo orgánico-mineral por su
carga eléctrica negativa, adquiere dos propiedades fundamentales para el
desarrollo de las plantas. Una relaciona con su capacidad de retener iones
positivos -cationes- principalmente amonio -nitrógeno-, calcio, potasio y magnesio;
iones que son esenciales para la nutrición de las plantas. La otra relacionada con
la capacidad de retención de humedad, dado que la la molécula de agua es
bipolar, de tal forma que la parte positiva se adhiere a la carga eléctrica negativa
de los coloides del suelo. Así pues, el suelo es uno de los principales recursos
naturales que está asociado con el movimiento del agua y con la vida vegetal.
Específicamente, la humedad almacenada en los poros del suelo, una vez que se
ha producido la infiltración del agua ya sea de la lluvia o por el riego, es absorbida
por las plantas y se mueve por el xilema –vaso capilar- y llega hasta los
cloroplastos, en los que interacciona con la luz visible, que por su naturaleza
corpuscular y ondulatoria produce la disociación del agua en hidrógeno y oxigeno
por la acción de los fotones. El hidrógeno se combina con el bióxido de carbono de
la atmósfera para formar carbohidratos y el oxigeno de la molécula del agua es
liberado a la atmósfera. Este proceso se conoce como fotosíntesis y constituye la
esencia de las plantas que las distingue de los animales. Así, las plantas son
admirables "laboratorios" biológicos en los que se realiza la transformación de
materiales inorgánicos en productos biológicos y enlaza a la Tierra –suelo y
atmósfera- con el Sol a una distancia de 150 millones de kilómetros. El oxigeno
liberado a la atmósfera es la materia prima de la respiración aeróbica de todos los
organismos vivos, proceso biológico que consiste en la combinación de oxigeno
aportado por el aire, que al combinarse con los carbohidratos producidos por la
fotosíntesis, genera la energía que los organismos requieren para sus
necesidades metabólicas y la liberación de vapor de agua y bióxido de carbono a
la atmósfera. Así, la respiración y la fotosíntesis son dos procesos
contradictorios, que se niegan recíprocamente para reciclar dos componentes
esenciales para la vida: el bióxido de carbono y el oxígeno. Además, el suelo en
condiciones naturales, no solo aporta humedad a las plantas, también aporta
nutrientes, principalmente nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre;
que se clasifican como macro nutrientes, por ser requeridos por los vegetales en
cantidades relativamente elevadas. De los macro-nutrientes, el nitrógeno es el
más importante cuantitativa y cualitativamente y a pesar de que el sistema
radicular de los vegetales “nada” en un “océano” de nitrógeno molecular -78%-, no
lo puede aprovechar, ya que la planta se alimenta solamente de iones; por esta
razón es absorbido por las raíces de las plantas, una vez que los microorganismos
lo transforman en iones nitrato amonio y en seguida por procesos bioquímicos
complejos se convierte en proteínas, biomoléculas esenciales para la vida por sus
funciones estructurales y vitales.

2.Marco de referencia teórico


El fundamento teórico de la naturaleza coloidal de los componentes del complejo
orgánico-mineral del suelo, es la dialéctica, particularmente sus tres leyes
universales, que rigen el movimiento de la materia y del pensamiento,
descubiertas por Hegel y expuestas en su Ciencia de la Lógica (1812-1816). Esta
obra está dividida en tres partes y estructurada en forma tal que sigue el
movimiento del conocimiento científico: de la apariencia a la esencia y de ésta a
su expresión lógica. Así, en la primera parte -doctrina del ser- estudia la naturaleza
del movimiento del pensamiento, en la que expone la primera ley la dialéctica del
movimiento: la transformación recíproca de la cantidad y la cualidad. La cualidad y
la cantidad son dos aspectos contradictorios de los objetos que se mueven. La
cualidad es la que permanece relativamente estable y es idéntica al ser, en
cambio la cantidad es la magnitud de la cualidad. La cualidad se mueve
cuantitativamente en un rango -medida- en el que se conserva la cualidad, pero en
un momento determinado se rebasa el límite de la medida y se produce un cambio
brusco -"salto"- por medio del cual la vieja cualidad es relevada por una nueva
cualidad con su correspondiente cantidad. Para Hegel, la nueva cualidad, es la
esencia, objeto de estudio de la segunda parte de su Ciencia de la Lógica, ya que
se ha producido un "salto" de la apariencia -cualidad vs cantidad- a lo que está
oculto detrás de la sensibilidad -esencia-. Es en esta parte, en la que expone la
segunda ley dialéctica: la contradicción universal, la cual establece que en el
universo todos los procesos son contradictorios. Esta ley, es el "alma" de la
dialéctica hegeliana, ya que constituye la "fuerza motriz" que mueve a la materia y
al pensamiento. En su movimiento dialéctico el conocimiento prosigue su marcha y
culmina en la doctrina del concepto. Este no es más que la esencia hecha
pensamiento. El concepto, es el objeto de estudio de la tercera parte de la Ciencia
de la Lógica de Hegel. En esta parte de su obra, expone la tercera ley de la
dialéctica: la negación de la negación. En su obra representa el retorno a su punto
de partida de su trabajo: la doctrina del ser, pero como doctrina del concepto,
resultado de la doble negación: la primera se produce cuando la esencia niega al
ser y la segunda se presenta, cuando la esencia es negada por el concepto. Si
bien la negación de la negación, fue expuesta por Hegel en la esfera del
pensamiento, pero, como el pensamiento es la expresión lógica de la esencia, por
consiguiente, es una ley universal que opera en la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento. La doble negación se produce, por que en el movimiento del objeto
se desdobla su unidad contradictoria y en su posterior desenvolvimiento se genera
la negación recíproca de sus aspectos contradictorios, cerrándose así el ciclo para
retornar a su punto de partida.

Las tres leyes universales de la dialéctica, son el fundamento teórico de todas las
ciencias particulares, en virtud de que por la dialéctica de la contradicción, todo
objeto de estudio, es la unidad contradictoria de lo singular y lo general, siendo lo
particular un eslabón intermedio entre ambos. De las tres leyes generales de la
dialéctica, la ley de la contradicción es la más importante y tiene varias
particularidades, siendo una de las más importantes, la contradicción entre la
apariencia y la esencia, fundamental para el entendimiento del movimiento del
conocimiento científico: de la apariencia a la esencia.

3. Historia de la La Edafología

3.1. Origen
La Edafología como ciencia aparece en Rusia a fines del siglo XIX, como
respuesta a la demanda de materias primas para la industria y de alimentos para
una población cada vez más creciente que se asentaba en las ciudades.

Dokuchaev (1886), fundador de la Edafología como ciencia, concibe al suelo como


un material formado por componentes minerales y orgánicos, producidos como
resultado de la actividad combinada de los siguientes factores: clima, relieve,
organismos vivos y muertos (plantas y animales), material originario y tiempo.

Los cinco factores que participan en la formación del suelo se presentan en la


siguiente imagen.

Imagen 1. Factores de formación del suelo


De los cinco factores de formación, el primero está representado por la roca madre
o material parental, ya que sin roca no hay suelo. El segundo está constituido por
los organismos vivos, puesto, que sin la participación de la vida, tampoco hay
suelo. Son los dos factores más importantes en la formación del suelo, ya que
ambos aportan materiales minerales y orgánicos que en su interacción dan origen
al suelo.

La roca madre por acción de la atmósfera -clima-, específicamente por la acción


de la humedad y los cambios de temperatura -calor y frío- es alterada física y
químicamente para transformarse en partículas más finas -arenas, limos y arcillas-
. Paralelamente los organismos vivos, principalmente los
microorganismos "colonizan" las rocas y las transforman bioquímicamente y con
su aporte de materia orgánica, aunada a la aportada por el resto de organismos
vivos, contribuyen con la materia de origen biológico, que posteriormente es
transformada en humus que al fusionarse con con los componentes minerales
derivados de las rocas, principalmente las arcillas, forman el suelo.

El proceso de transformación de la roca a suelo, conocido como meteorización o


intemperismo, se presenta en la imagen que a continuación se muestra.
Imagen 2. Meteorización o intemperismo de las rocas
En la imagen anterior, es evidente que la meteorización o intemperismo de la roca,
consiste en la transformación físico-química y biológica para su transformación en
suelo.
La influencia de los organismos vivos se presenta con más detalle en la siguiente
imagen.
Imagen 3. Influencia de los organismos vivos en la formación del suelo
En la imagen precedente, es evidente que los organismos vivos es otro factor del
cual se forman los suelos, pues a parte de que participan en la meteorización de la
roca, su principal función es aportar materia orgánica que al ser degradada por
microorganismos se transforma en humus, que al interaccionar con los
componentes minerales, principalmente las arcillas da origen al suelo.

En la meteorización de la roca la influencia de la atmósfera -clima- es


determinante, particularmente la humedad y los cambios de temperatura. Ambas
variables atmosféricas, transforman física y químicamente a las rocas para aportar
los componentes minerales, que posteriormente se fusionarán con los
componentes orgánicos aportados por los organismos, para dar origen al suelo.

La distribución espacial de los tipos de suelos en el mundo está condicionada por


las condiciones climáticas, como se observa en la siguiente imagen.

Imagen 4. Principales tipos de suelos condicionados por el clima


En la imagen anterior, en el perfil (a) de un suelo desarrollado en un clima tropical
-cálido- húmedo, la meteorización de la roca y la materia orgánica que da origen al
suelo, es muy intensa, a tal grado que, en el horizonte superficial (A) la cantidad
de materia orgánica transformada biológicamente en humus es escasa, debido a
la humedad y temperatura elevadas; en cambio en el horizonte sub-superficial (B)
se concentran compuestos insolubles de fierro y aluminio y ocasionalmente cuarzo
-óxido de silicio-, sustancias características de suelos altamente meteorizados. En
el siguiente horizonte dominan los hidróxidos de fierro y aluminio, también típicos
de regiones con clima cálido húmedo. Contrastando con los suelos de regiones
tropicales, los suelos de la regiones de clima secos mostrados en el perfil (b), se
caracterizan por la presencia de cantidades considerables de humus, pero en el
horizonte sub-superficial predominan las sales, principalmente de calcio, dando
origen a problemas de salinidad frecuentes en éstas regiones en las que la
precipitación es menor que la evaporación y en el caso de México son las dominan
en extensión. Por último, en el perfil (c), se observa que en regiones de climas
templados, localizados principalmente en regiones montañosas de México, el
clima que se presenta es templado húmedo y dadas las bajas temperaturas -frío-
el horizonte superficial -A- acumula cantidades significativas de humus y en
horizonte B se concentran materiales más finos, como arcillas y óxidos de fierro y
aluminio. En síntesis las condiciones climáticas determinan los tipos de suelos que
se forman.
El siguiente factor de formación del suelo es el relieve y su influencia en la
formación del suelo, tiene que ver con la configuración de la corteza terrestre, ya
que no es el mismo tipo de suelo el que se forma en los valles -planicies-, laderas
y montañas. Generalmente los suelos de planicies son más profundos, debido a la
acumulación de materiales transportados por las corrientes superficiales -ríos
principalmente- de las partes altas y depositados en las planicies para dar origen a
suelos aluviales. La formación de estos suelos se les conoce como ex-situ, ya que
se forman en otro espacio diferente de las rocas que les dan origen. En contraste,
los suelos de ladera y de montaña, por formarse en sitios en los que se localizan
las rocas que les sirven de material madre, se les conoce como de formación in-
situ, es decir se forman el en el propio sitio en el que se localizan las rocas, a partir
de las cuales se forman. En general, se caracterizan por ser suelos poco
profundos y estrechamente relacionados con el material parental -roca- que les da
origen. En suma, el relieve también contribuye en los tipos de suelos que se
forman.

La importancia del relieve en la formación de los tipos de suelos se observan en la


siguiente imagen.

Imagen 5. Influencia del relieve en la formación de los suelos


En la imagen anterior, se aprecia que los suelos están estrechamente relacionados
con el relieve. Así, el Leptosol que se desarrolla en las regiones montañosas, se
caracteriza por ser poco profundo y estar estrechamente relacionado con la roca
que le da origen; conforme se avanza de la parte alta a la porción media se
localiza el Regosol que relativamente está más desarrollado que el Leptosol, pero
todavía presenta propiedades que se derivan del material parental del cual se ha
formado y también de poco espesor; finalmente, en la parte baja se ha originado el
Fluvisol producto de la depositación de materiales erosionados de las partes altas
y transportados por las corrientes superficiales -ríos-, por consiguiente se trata de
suelos formados por estratos y en general profundos.

Dokuchaev, sentó las bases para el desarrollo de la Edafología como ciencia, al


entender al suelo como una formación orgánico-mineral, resultado de la acción
combinada de los siguientes factores de formación: material parental (roca), clima,
organismos vivos, relieve y tiempo. Si el suelo es la consecuencia de la acción de
cinco factores de formación, principalmente del clima, organismos vivos y relieve,
que interaccionan con la roca madre; del tiempo, sólo puede decirse, que no es un
agente o factor externo a la roca que le da origen, sino que está en el propio
objeto que se transforma. Es decir, el suelo es el resultado de la transformación
cuantitativa y cualitativa de la roca por acción de los factores de formación. De
ninguna manera se trata de un material inerte, se trata más bien de un material,
cualitativamente diferente de la roca madre que le ha dado origen,
específicamente de arcillas en su mayoría de naturaleza coloidal, así como de
humus producido por medios biológicos, principalmente por los microorganismos
que habitan en el suelo. Tanto las arcillas, como el humus son de naturaleza
coloidal, que prácticamente se fusionan, para dar origen a un complejo orgánico-
mineral muy activo, que interacciona, con los organismos, el agua y aire de los
poros del suelo (imagen 6).

Imagen 6. Suelo como complejo arcillo-húmico

Son precisamente las arcillas y el humus que por sus cargas eléctricas negativas,
adquieren una propiedad química muy importante, conocida como Capacidad de
Intercambio Catiónico. Esta propiedad implica que los suelos como complejos
arcillo-húmicos retienen a cationes -potasio, calcio, magnesio, fierro, amonio, etc.-
esenciales para la nutrición de las plantas. Así pues, los suelos con elevados
contenidos de arcillas y humus son potencialmente fértiles. Como las arcillas y el
humus son de naturaleza coloidal, por consiguiente, el suelo es un complejo
orgánico mineral muy activo con el entorno con el cual interacciona.

La naturaleza coloidal del complejo arcillo-húmico, se aprecia en la imagen que se


presenta a continuación.

Imagen 7. El suelo como complejo orgánico-mineral de naturaleza coloidal

En la imagen anterior es evidente que el suelo se deriva de la roca y de los


organismos vivos. La roca por acción del intemperismo -meteorización- es
transformada física y químicamente para convertirse principalmente en arcilla, que
dada su naturaleza se trata de un coloide mineral. Los organismos vivos aportan la
materia orgánica que por acción de los microorganismos es transformada en
humus, que también se trata de un coloide orgánico. Ambos componentes, por su
naturaleza coloidal son muy activos y en su interacción se fusionan, para dar
origen al suelo, cuyo contenido es un complejo orgánico-mineral que se estructura
en horizontes.

En su calidad de coloides, las arcillas y el humus presentan cargas eléctricas


negativas y para neutralizar sus cargas se unen a cationes divalentes para formar
el complejo orgánico-mineral para dar origen al suelo. Esto se presenta en la
siguiente imagen.

Imagen 8. Carga eléctrica de los coloides orgánico-minerales del suelo y su importancia

En la imagen anterior -izquierda-, se explica que el puente de unión eléctrica entre


los coloides arcillo-húmicos se realiza a través de iones positivos divalentes, entre
los que destacan, el calcio, fierro, magnesio y aluminio. En la parte derecha de la
imagen se aprecia que el complejo arcillo-húmico, dada su carga eléctrica
negativa retiene cationes, muchos de ellos nutrientes importantes de las plantas.

Descubrir la esencia material oculta detrás de la apariencia, es un paso importante


en el movimiento del conocimiento científico; pero, la materia no solo se mueve
como resultado de sus contradicciones internas, también se estructura u organiza
como respuesta al movimiento material. A la materia en movimiento, se le conoce
como contenido y forma, a la estructura organizativa del contenido. Así, no existe
contenido sin forma no forma sin contenido.

La esencia material del suelo consiste en ser un complejo orgánico-mineral de


naturaleza coloidal, cuya forma consiste en estructurarse en horizontes.

Los horizontes en los que se estructura el contenido del suelo se presenta en


seguida (imagen 9).
Imagen 9. Forma y contenido del suelo
En la imagen mostrada arriba, se observa como el contenido del suelo -complejo
orgánico mineral- se estructura en horizontes, cuyas características varían de
acuerdo a su posición espacial vertical. El horizonte O es esencialmente de
naturaleza orgánica, común en los suelos forestales; el horizonte A, es
fundamentalmente de carácter orgánico-mineral; el horizonte B se caracteriza
básicamente por ser de naturaleza mineral -principalmente arcillas-; el
horizonte C es la roca alterada que se está transformando en suelo; y, el
horizonte R es la roca madre inalterada.

Finalmente, el factor tiempo es el resultado de la influencia de los organismos


vivos, el clima y el relieve sobre la roca para que se transforme en suelos y está
relacionado, con la sucesión de las etapas por las que se mueve el suelo, desde la
roca hasta el suelo propiamente dicho. Además, el tiempo, también tiene que ver
con la edad de los suelos, que está estrechamente relacionada con la naturaleza
del material parental y con el clima.

El factor tiempo se presenta a continuación en la imagen 10.


Imagen 10. El factor tiempo -sucesión y edad- del suelo
En la imagen 10 se observa la sucesión de etapas por las que se mueve el suelo desde la roca
hasta el suelo maduro, pasando por la etapa intermedia de suelo joven. Tanto las fases por las que
se mueve el suelo, como su edad están condicionados por el tipo de clima, como por la naturaleza
del suelo, a tal grado, que puede tardar miles de años y en algunos casos tal vez millones de años
para su formación.

3.2. Método

Toda ciencia es teoría y es método, pues, no es posible concebir una ciencia sin
método correspondiente. La Edafología no es la excepción, de tal forma que su
método debe estar en correspondencia con su contenido y su forma. Como el
contenido -complejo orgánico mineral de naturaleza coloidal- y su organización -
forma- en horizontes no son accesibles a la sensibilidad -órganos de los sentidos-,
ya que se encuentran enterrados en el interior de la superficie terrestre; por
consiguiente, el método de la Edafología debe iniciar con un corte vertical del
terreno -perfil de suelos-, en el que se muestre a la sensibilidad los horizontes del
del suelo para su observación. Con los datos observados de los horizontes del
suelo y conjuntamente con los datos obtenidos del análisis físico-químico y
biológico de las muestras realizados en laboratorio y mediante el razonamiento
abstracto, se descubren los rasgos generales, los cuales son plasmados en la
clasificación de los suelos bajo estudio, considerando como referencia una
clasificación de suelos de la FAO-UNESCO, que es la más común en México.
El corte vertical del terreno, en el que se muestran los distintos horizontes del
suelo, en los que se estructura el contenido del suelo, se conoce como perfil y se
muestra en la imagen 11.

Imagen 11. Corte vertical -perfil del suelo- en el que se muestran los
horizontes

El perfil del suelo mostrado en la imagen anterior, es de trascendental importancia, ya que


constituye el punto de partida del conocimiento científico del suelo, debido a que proporciona los
datos de los horizontes y las muestras de los mismos, que al ser analizadas en la
laboratorio aportan datos físico-químicos y biológicos. Tanto los datos observados directamente en
campo, como los resultados de laboratorio, son sometidos al escrutinio pensamiento abstracto para
descubrir los rasgos esenciales de los suelos, ocultos detrás de la sensibilidad. Es decir, el
conocimiento científico tiene que moverse de la apariencia accesible a la sensibilidad a la esencia,
oculta detrás de la apariencia.

3.3. Concepciones modernas

3.3.1. Concepción tradicional


Bohn, Mcneal y O´ Connor (1993), opinan que el suelo es una mezcla de sólidos
orgánicos e inorgánicos, aire, agua y microorganismos. Todas estas fases influyen
entre sí: las reacciones de los sólidos afectan la calidad del aire y del agua, éstos
desgastan los sólidos y los microorganismos catalizan muchas de estas
reacciones.

Foth y Turk (1981), definen al suelo como la capa suelta de la Tierra que se
distingue de la roca sólida.

Ortiz Villanueva y Ortiz Solorio (1990), comentan que el suelo, en su significado


tradicional, se considera como el medio natural para el desarrollo de las plantas y
está limitado en profundidad hasta donde penetran las raíces.

FitzPatrick (1996), explica que comúnmente se piensa que los suelos son la capa
superficial de la corteza terrestre, con un espesor de pocos centímetros y donde
se desarrollan las raíces de las plantas o cultivos. Esta visión es limitada y se
enfoca sólo a la capacidad productiva del suelo. En primera instancia, a los suelos
se les debe considerar un fenómeno natural y parte del ambiente.
Porta, López y Roquero (1999), definen al suelo como un cuerpo natural
tridimensional, y como parte de un ecosistema.
Honorato (2000), define al suelo como un cuerpo natural, tridimensional, que
ocupa un lugar en el espacio, producto de la transformación del material parental,
a través de procesos destructivos y de síntesis, provocados por una determinada
combinación de factores ambientales que se expresan en un perfil con horizontes
y/o estratos.
Navarro (2000), explica que el término suelo, deriva del latín solum y significa
piso; puede definirse como la capa superior de la Tierra que se distingue de la
roca sólida y en dónde las plantas crecen.
Plaster (2000), define al suelo como una capa de material de soporte de vida muy
delgada y a menudo frágil.
González (2007), específica que el fundador de la Edafología moderna es
Dokuchaev que en 1886, define al suelo como: “un cuerpo independiente,
ubicado en la parte superficial de las rocas, diferente de la roca madre que, de un
modo natural ha experimentado cambios bajo la acción compleja del agua, aire y
diferentes clases de organismos vivos y muertos, clima y relieve”.
Las investigaciones de Dokuchaev y su equipo, establecieron la definición del
suelo como cuerpo natural y de la Edafología como Ciencia en el esquema de los
fenómenos naturales.

3.3.2. Concepción agro-ecológica


Ante el deterioro de los recursos naturales, específicamente del suelo, en los años
70 del siglo XX, apareció la Agro-ecología como una alternativa promotora del
aprovechamiento racional de los recursos naturales, entre ellos el suelo.

Lampkin (1998), en su obra: Agricultura ecológica, en el capítulo 2 denominado: el


suelo vivo, considera que el punto de partida para crear un suelo sano habría de
ser el romper con la idea de que el suelo es únicamente un medio de cultivo para
las plantas, un lugar donde los cultivos pueden afianzar sus raíces y tomar los
nutrimentos que necesitan mientras el saco de fertilizante los alimenta. Todo el
mundo conoce la posibilidad de obtener grandes cosechas de determinados
cultivos de modo hidropónico, sin la utilización de suelo, en la medida en que
todos los nutrientes necesarios se aportan de una manera asimilable por la planta
cultivada. Pero el suelo no sólo proporciona el lugar más apropiado para que se
desarrolle el alimento que necesitamos, es mucho más que una simple mezcla de
piedras y partículas minerales con mayor o menor cantidad de materia orgánica. El
suelo es un ente vivo, un ecosistema que contiene una gran variedad de especies
animales y vegetales que cumplen una multitud de funciones.

Los principales componentes del ecosistema edáfico se pueden clasificar en


organismos vivos, minerales, materia orgánica, agua y aire.
Gliessman (2002), describe al suelo como un complejo, viviente, cambiante y
componente dinámico del agro-ecosistema. Sin embargo, más adelante, añade,
que la palabra suelo, en el sentido más amplio, se refiere a la porción de la corteza
terrestre donde las plantas están sostenidas; esto incluye todo. Más
específicamente, es la capa superficial intemperizada de la Tierra que está
mezclada con organismos vivientes y los productos de su actividad metabólica y
de su descomposición. Los suelos incluyen material derivado de las rocas,
substancia orgánicas e inorgánicas derivadas de organismos vivientes, aire y agua
que ocupan los espacios entre las partículas del suelo.
En artículo de Internet (2011), cuyo título: "El Suelo Como Ecosistema", se define
al suelo como un ecosistema porque está formado por seres bióticos como,
microorganismos, lombrices o gusanos, etc. y por seres abióticos, como el agua,
aire, minerales, etc. Por ello, existe un intercambio de materia y energía entre
ambos organismos, cumpliendo con las funciones o nicho ecológico de todo
ecosistema. Así pues, el suelo no es algo inerte, sino un ecosistema formado por
factores abióticos y una comunidad de seres vivos rica y variada.
Zamorano (2011), menciona que uno de los recursos naturales menos
reconocidos por la comunidad en general es el suelo. La generalidad considera
este como un medio de producción y no como un ecosistema vivo. Por
consiguiente, se trata de un recurso frágil que hay que conservar con las
estrategias más acordes a su naturaleza biológica.
Así pues, con la Agro-ecología, surge una nueva concepción del suelo; ahora, se
entiende como un ecosistema. En este sentido, se define como un ecosistema; es
decir, como una comunidad de organismos vivos que interaccionan entre sí y con
su medio ambiente.

4. Discusión

La dialéctica del movimiento del conocimiento científico de la apariencia a la


esencia, implica dar un "salto" de la apariencia proporcionada por la sensibilidad al
conocimiento racional fundado en el pensamiento abstracto. Este "salto" del
conocimiento sensible al conocimiento racional, no siempre se produce, por
consiguiente, el movimiento del conocimiento se limita únicamente a la esfera de
la sensibilidad -apariencia-. En este sentido, las opiniones del sentido común que
se derivan de la apariencia, se consideran como definiciones de los objetos de
estudio de las ciencias particulares. Este es el caso de la Edafología, cuyo objeto
de estudio no es accesible en forma natural a la sensibilidad, ya que se encuentra
oculto debajo de la superficie terrestre. Esto ha generado opiniones del sentido
común, que conciben al suelo, como el lugar donde viven las plantas, como el
soporte mecánico de las plantas, como un organismo vivo o ecosistema, etc.;
opiniones que se consideran como definiciones del suelo, pero una definición no
es una simple opinión derivada de la sensibilidad del sujeto cognoscente, más
bien se trata de la expresión lógica de la esencia. En este sentido, la definición es
una por que la esencia del objeto de estudio -suelo- es una; opiniones habrá
infinidad, tantas como el número de sujetos cognoscentes haya. Asimismo, lo que
se percibe por la sensibilidad -órganos de los sentidos, principalmente la vista- no
requiere explicación; además, la ciencia no se detiene en la variabilidad de la
multitud de objetos singulares que se perciben, ya que no tiene sentido limitarse a
lo que hoy es una cosa y mañana es otra, tiene que moverse de la variabilidad
percibida por la sensibilidad a lo que permanece relativamente estable; es decir,
tiene que moverse de lo singular cambiante, a lo general que se repite y se
conserva en la multitud de objetos; con otras palabras, el conocimiento científico,
tiene que moverse de la apariencia cambiante de las cosas, a la esencia genérica
que permanece oculta detrás de la sensibilidad. Como toda ciencia, la Edafología
es la unidad entre la teoría y el método. El método, como en cualquier ciencia
debe corresponder a la naturaleza del objeto de estudio. En general el método de
las ciencias naturales, inicia con la observación, que dada la naturaleza del suelo,
tiene que comenzar con un corte vertical del terreno -perfil del suelo- en el que se
muestran a la sensibilidad los horizontes en lo que se estructura el contenido del
suelo. En seguida, se describen las características físico-químicas y biológicas de
cada uno de los horizontes y junto con análisis de muestras de laboratorio, se
recopila todo un conjunto de información. Hasta aquí todavía el conocimiento se
mueve en el ámbito de la sensibilidad, es decir, en la esfera del conocimiento
sensible. Falta el "salto" del conocimiento sensible al conocimiento racional, "salto"
que sólo es posible darlo a través del pensamiento abstracto. Este, principalmente,
por medio de la abstracción, permite descartar lo singular cambiante, para
centrase en la esencia genérica que permanece y se oculta en la variabilidad de lo
singular. Para el caso del suelo, lo que permanece detrás de la variabilidad de los
rasgos singulares de los suelos individuales, es la existencia de un complejo
orgánico-mineral de naturaleza coloidal que se estructura en horizontes. Así pues,
la definición del suelo solo es posible cuando se ha dado el "salto" de la apariencia
a la esencia, es decir, una vez que se ha descubierto la esencia, ya que finalmente
la definición es la expresión lógica de la esencia y una forma del pensamiento.

5. Conclusiones

Como todo conocimiento científico, el conocimiento del suelo se mueve de la


apariencia -lugar donde viven las plantas, soporte mecánico de las plantas,
organismo vivo o ecosistema, etc.- a la esencia -complejo orgánico mineral de
naturaleza coloidal que se estructura en horizontes-.
El suelo es el medio que aporta materia para el metabolismo de los organismos
vivos que interaccionan con él. Más concretamente es un complejo orgánico
mineral que aporta agua y nutrientes a los organismos vivos que habitan en él.
Tanto la concepción tradicional como la agro-ecológica del suelo, se quedan en la
esfera de la sensibilidad. No dan el salto cualitativo para pasar de la apariencia a
la esencia del suelo.
Es necesario retomar los principios establecidos por Dokuchaev, y desarrollarlos
para entender la esencia del suelo.
En medios ambientalistas, se concibe al suelo como un ecosistema, es decir,
como una comunidad de organismos vivos que interacciona con medio ambiente
biótico y abiótico.
El suelo no es ni un material inerte, ni un organismo vivo, más bien se trata de un
complejo orgánico-mineral de naturaleza coloidal activa, que se estructura en
horizontes e interacciona con los organismos vivos, el agua y el aire del medio
poroso, definición que retoma los principios establecidos por Dokuchaev y los
desarrolla.
El método del conocimiento científico del suelo, inicia como el establece el método
científico general, de la sensibilidad -observación-, pero dado que en condiciones
naturales no es visible; por consiguiente, se recurre a un corte vertical del terreno -
perfil de suelos- para mostrar los horizontes que constituyen la forma en que se
organizan los componentes del suelo. Con la información derivada de las
observaciones de los horizontes y con los análisis físico-químicos y biológicos de
muestras de los horizontes, y recurriendo al pensamiento abstracto, se descubren
los rasgos genéricos que reafirman la teoría y la desarrollan, así como también,
son la base para la clasificación taxonómica de los suelos. Así pues, el
conocimiento de los suelos se mueve de la observación del perfil y a través del
pensamiento abstracto avanza al conocimiento racional; es decir, el conocimiento
se mueve del conocimiento sensible al conocimiento racional, a través del
pensamiento, principalmente por medio de la comparación y abstracción.

6. Bibliografía
Bohn, Hinrich L., Mcneal Brian L. y O´ Connor A. 1993. Química del suelo. Editorial Limusa.
México, D.F.

Fitzpatrick E. A. 1996. Introducción a la ciencia de los suelos. Editorial Trillas. México, D.F.

Foth H.D. y Turk L.M. 1981. Fundamentos de la ciencia del suelo. Editorial CECSA. México, D.F.

Hegel Federico. 1812-1816. Ciencia de la Lógica. Traducción de Mondolfo Rodolfo


(1960). Buenos Aires, Argentina.

Gliessman Stephen R. 2002. Agro-ecología. CATIE. Turrialba, Costa Rica.

González Carcedo Salvador. 2007. Historia de la Ciencia del Suelo. El nacimiento de la moderna
Edafología. http://www.madrimasd.org/blogs/universo/2007/04/27/64513

Honorato Ricardo. 2000. Manual de Edafología. 4ª edición. Universidad Católica de Chile. Santiago
de Chile.

Lampkin N. 1998. Agricultura Ecológica. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid, España.

Navarro García G. 2000. Química agrícola. Mundi-Prensa. Mundi-Prensa. Madrid, España.

Plaster Edwad. 2000. La ciencia del suelo y su manejo. Editorial Paraninfo. Madrid, España.

Porta Casanellas J., López Acevedo M. y Roquero de Laburu J. 1999. Edafología para la
agricultura y el medio ambiente. 2ª Edición. Mundi-Prensa. Madrid, España.

COLOIDES ORGÁNICO-MINERALES Y SU IMPORTANCIA EN EL


SUELO
1. Introducción

Los coloides orgánico-minerales del suelo, son el resultado de un largo proceso


que se mueve gradualmente y a saltos, desde la roca de la que se derivan las
partículas minerales -arenas, limos y arcillas- del suelo y la materia orgánica
aportada por los organismos vivos. La roca se transforma gradualmente en
partículas cada vez más finas, empezando por grandes fragmentos, gravas,
arenas y limos; los cuales, conservan la cualidad de ser roca, a pesar de su menor
tamaño, ya que siguen conservando las misma misma química y mineralogía.
Pero, el movimiento no se detiene en los limos, el intemperismo continúa, de tal
forma que aparecen las arcillas, cuyo tamaño es menor que las partículas
descritas. Con la arcilla, se produce un "salto" o cambio brusco, ya que se ha
rebasado la medida en la que se mueve la cualidad de ser roca, para dar origen a
una nueva cualidad: un coloide mineral y con ello nuevas propiedades físico-
químicas. Por el lado de la materia orgánica aportada por los organismos vivos,
también se mueve paulatinamente y bruscamente, de tal forma que por la acción
de los microorganismos, se va transformando gradualmente, hasta que se rebasa
el rango -medida- en la que se mueve la cualidad de ser materia orgánica, para
dar paso, a través de un "salto" a una nueva cualidad: el humus. Tanto la arcilla,
como el humus tienen naturaleza coloidal. Con los coloides aparecen nuevas
propiedades fundamentales, destacando su carga eléctrica negativa y con ella una
propiedad química esencial: la capacidad de intercambio catiónico (CIC). Esta es
una nueva propiedad de trascendental importancia para la fertilidad del suelo,
puesto, que permite la retención y el intercambio de cationes por parte del
complejo arcillo-húmico y la solución del suelo, propiedad que permite la
disponibilidad de iones positivos que las plantas aprovechan para su nutrición,
siendo los más importantes: el amonio, el potasio, el calcio, el magnesio, el azufre
y el hierro. Aunque domina la capacidad de intercambio catiónico en el suelo,
también se presenta marginalmente el intercambio aniónico, principalmente en
suelos ácidos de regiones tropicales húmedas, en los que se forman hidróxidos de
hierro y aluminio de naturaleza coloidal con cargas positivas, que favorecen la
retención y el intercambio de aniones con la solución del suelo, siendo los más
importantes: el fosfato, el nitrato y el sulfato, todos fuentes de fósforo, nitrógeno y
azufre, los tres fundamentales para la nutrición de las plantas. Así pues, la
naturaleza coloidal de las arcillas y el humus del suelo son fundamentales para la
fertilidad de los suelos, al favorecer la disponibilidad de nutrientes para el
desarrollo de las plantas.

2. Marco de referencia teórico

El fundamento teórico de la naturaleza coloidal de los componentes del complejo


orgánico-mineral del suelo, es la dialéctica, particularmente sus tres leyes
universales, que rigen el movimiento de la materia y del pensamiento,
descubiertas por Hegel y expuestas en suCiencia de la Lógica (1812-1816). Esta
obra está dividida en tres partes y estructurada en forma tal que sigue el
movimiento del conocimiento científico: de la apariencia a la esencia y de ésta a
su expresión lógica. Así, en la primera parte -doctrina del ser- estudia la naturaleza
del movimiento del pensamiento, en la que expone la primera ley la dialéctica del
movimiento: la transformación recíproca de la cantidad y la cualidad. La cualidad y
la cantidad son dos aspectos contradictorios de los objetos que se mueven. La
cualidad es la que permanece relativamente estable y es idéntica al ser, en
cambio la cantidad es la magnitud de la cualidad. La cualidad se mueve
cuantitativamente en un rango -medida- en el que se conserva la cualidad, pero en
un momento determinado se rebasa el límite de la medida y se produce un cambio
brusco -"salto"- por medio del cual la vieja cualidad es relevada por una nueva
cualidad con su correspondiente cantidad. Para Hegel, la nueva cualidad, es la
esencia, objeto de estudio de la segunda parte de su Ciencia de la Lógica, ya que
se ha producido un "salto" de la apariencia -cualidad vs cantidad- a lo que está
oculto detrás de la sensibilidad -esencia-. Es en esta parte, en la que expone la
segunda ley dialéctica: la contradicción universal, la cual establece que en el
universo todos los procesos son contradictorios. Esta ley, es el "alma" de la
dialéctica hegeliana, ya que constituye la "fuerza motriz" que mueve a la materia y
al pensamiento. En su movimiento dialéctico el conocimiento prosigue su marcha y
culmina en la doctrina del concepto. Este no es más que la esencia hecha
pensamiento. El concepto, es el objeto de estudio de la tercera parte de la Ciencia
de la Lógica de Hegel. En esta parte de su obra, expone la tercera ley de la
dialéctica: la negación de la negación. En su obra representa el retorno a su punto
de partida de su trabajo: la doctrina del ser, pero como doctrina del concepto,
resultado de la doble negación: la primera se produce cuando la esencia niega al
ser y la segunda se presenta, cuando la esencia es negada por el concepto. Si
bien la negación de la negación, fue expuesta por Hegel en la esfera del
pensamiento, pero, como el pensamiento es la expresión lógica de la esencia, por
consiguiente, es una ley universal que opera en la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento. La doble negación se produce, porque en el movimiento del objeto
se desdobla su unidad contradictoria y en su posterior desenvolvimiento se genera
la negación recíproca de sus aspectos contradictorios, cerrándose así el ciclo para
retornar a su punto de partida.

Las tres leyes universales de la dialéctica, son el fundamento teórico de todas las
ciencias particulares, en virtud de que por la dialéctica de la contradicción, todo
objeto de estudio, es la unidad contradictoria de lo singular y lo general, siendo lo
particular un eslabón intermedio entre ambos. En este sentido, las leyes de la
dialéctica, son las que orientan la comprensión racional de los coloides orgánico-
minerales del suelo y su importancia en la fertilidad del suelo.

3. Origen y naturaleza de los coloides del suelo

Los coloides orgánico-minerales del suelo, representan un cambio cualitativo -


"salto"-, resultado de un prolongado proceso de acumulación de cambios
graduales operados en la roca y la materia orgánica aportada por los organismos
vivos, materiales primarios que al rebasar la medida en la que se mueven
cuantitativamente sus cualidades, se produce un cambio brusco, a través del cual
dejan de ser materia orgánica y roca, para convertirse en coloides orgánico-
minerales, respectivamente.

Una de las propiedades fundamentales de los coloides orgánico-minerales (arcilla


y humus), es la carga eléctrica que presentan y con ella se genera
consecuentemente otro rasgo esencial: la capacidad de intercambio iónico. Estas
propiedades, se muestran en la imagen 1.
Imagen 1. Capacidad de intercambio iónico de los coloides del suelo

En la imagen 1 se observa que los coloides del suelo se clasifica en dos grandes categorías: los
inorgánicos, entre los que destacan las arcillas, óxidos de fierro y aluminio, así como el alófano,
característicos de suelos derivados de ceniza volcánicas; y, los orgánicos, siendo el humus el más
importante. Las cargas eléctricas pueden ser positivas y negativas y en correspondencia con ellas
se produce respectivamente la capacidad de intercambio aniónica y catiónica. Ésta última es la que
domina en los suelos, ya que las arcillas y el humus que son los coloides más difundidos en los
suelos, presentan cargas negativas; sin embargo, los óxidos e hidróxidodos de fierro y aluminio
que se forman en los suelos ácidos de regiones tropicales, tienen cargas positivas, por
consiguiente, desarrollan la capacidad de intercambio aniónico.

Los componentes minerales que se derivan de las rocas, son arenas, limos y arcillas. Las arenas y
los limos, a pesar de su tamaño pequeño, en comparación con las rocas que les dan origen, son
todavía rocas en "miniatura", puesto, que conservan sus cualidades de ser rocas; en cambio, las
arcillas -diámetro menor de 0.002 milímetros- dejan de ser ocas, para convertirse en nuevas
sustancias cualitativamente diferentes a las rocas que también les da origen. Es decir, la roca en
su movimiento, entendido como cualquier cambio o transformación operado en la materia, se
convierte en arena, luego en limo y con la arcilla se produce un "salto", ya que aparece un material
mineral de naturaleza coloidal, con las nuevas propiedades fundamentales ya descritas más arriba.

En la imagen siguiente, se muestra la naturaleza físico-química de las partículas minerales del


suelo, tanto coloidales como no coloidales.
Imagen 2. Naturaleza físico-química de las partículas minerales del suelo

En la imagen 2 se observa que las arenas y limos no presentan cargas eléctricas, lo cual reafirma
su naturaleza rocosa, como ya se dijo anteriormente; en contraste, la arcilla de menor tamaño,
presentan cargas eléctricas negativas, por consiguiente atraen iones de carga positiva, indicio de
que las arcillas han dejado de ser rocas, para transformarse en coloide mineral y como tal favorece
la formación de agregados en el suelo.

Además de contribuir a la formación de agregados en el suelo, las arcillas por su carga negativa,
contribuyen a la retención de iones positivos o cationes, como se observa en la imagen siguiente.

Imagen 3. Arcilla coloidal del suelo


Además de las arcillas, coloides minerales derivados de la roca, el suelo, también presenta
coloides orgánicos, principalmente el humus, derivado de la descomposición micro-biológica de la
materia aportada por los organismos vivos al suelo.

El humus, al igual que las arcillas, también presenta cargas eléctrica negativas, como muestra en
la siguiente imagen.

Imagen 4. Humus coloidal del suelo


Por sus cargas negativas, el humus también retiene iones positivos o cationes, como es evidente
en la imagen anterior.

El origen de las cargas eléctricas de los coloides del suelo, son diferentes, dada que su naturaleza
es diferente también. Así, en las arcillas coloidales de origen mineral, las cargas eléctricas
negativas, se generan en el momento de la formación del mineral arcilloso, proceso que se conoce
como sustitución isomórfica, la cual se muestra en la imagen que siguiente.

Imagen 5. Origen de la carga negativa de la arcilla del suelo

En la imagen 5 se observa que la lámina octaédrica de las arcillas, se produce una sustitución
isomórfica de un aluminio con tres cargas positivas, por un magnesio con dos cargas positivas,
dando como resultado una carga negativa excedente, que es compensada por un potasio de una
carga positiva, para conservar la neutralidad eléctrica del mineral arcilloso.

Además de lámina octaédrica, la arcilla está estructurada de una lámina tetraédrica de óxido de
silicio, en la cual también se produce la sustitución de silicio con cuatro cargas positivas por un
aluminio con tres cargas positivas, generando una carga negativa extra, que debe ser neutralizada
por una carga positiva de un catión.

Así pues, es la sustitución isomórfica en ambas capas del mineral arcilloso, la que produce las
cargas negativas que los caracteriza.

La sustitución isomórfica es la principal fuente de cargas negativas de los coloides arcillosos del
suelo, pero no es la única, como se observa en la siguiente imagen (6), en la que la arcilla en
condiciones de alcalinidad se combina con los iones hidróxilo (OH), para generar su carga negativa
y agua.

Imagen 6. Ionización de los coloides del suelo en ambiente alcalino


En la misma imagen se aprecia que, la fuente de cargas negativas del humus, está condicionada
por el Ph del suelo, particularmente por la ionización de los grupos funcionales OH y COOH, que al
combinarse con el ión hidróxilo, en condiciones de alcalinidad, se produce la carga negativa del
humus y agua. En este caso del humus, la carga negativa está condicionada por el Ph del suelo y
este proceso es la única fuente de las cargas negativas del coloide orgánico.

Para el caso de hidróxidos de hierro y aluminio, en Ph alcalino, el ión OH, al combinarse con el
hidróxido de hierro, se genera la carga negativa del coloide mineral; pero, en condiciones acidez de
los suelos tropicales, se produce la siguiente reacción química, para producir la carga positiva del
coloide mineral: FeOH + H+ ----> FeOH2+.

Para el caso de las arcillas, además, de la carga eléctrica negativa, adquiere otra propiedad
fundamental: una elevada superficie específica, la cual se observa en la imagen que sigue.

Imagen 7. Superficie específica de partículas minerales del su

En la imagen 7 se aprecia que la superficie específica aumenta a medida que disminuye el


diámetro de la partícula mineral. Así, se observa que se produce un "salto" o cambio cualitativo al
pasar del limo a la arcilla mineral y con mayor razón al pasar a la arcilla coloidal, en las que la
superficie específica es de 31, 416 y 314, 160 centímetros por gramo de suelo respectivamente.
Esto confirma, que que se descrito más arriba, en el sentido de que las arenas y limos, en esencia,
todavía son roca fragmentada en tamaños pequeños y que solo la arcilla por su menor tamaño,
adquiere esta nueva propiedad, crucial para la retención de cationes y humedad.

Dado que en los suelos domina el complejo de orgánico-mineral de naturaleza coloidal con carga
eléctrica negativa, que favorece la retención de cationes, por consiguiente, la planta tiene mayor
disponibilidad de cationes para su nutrición en detrimento de los aniones, tal como se observa en
la imagen 8.

Imagen 8. cargas eléctricas negativas de arcillas y humus del suelo

Esto se pone en evidencia en la anterior imagen, en la que se observa que los


cationes está retenidos por las cargas negativas de las arcillas -lo mismo sucede
con el humus-, además, están en equilibrio con los cationes de la solución del
suelo; en cambio, los aniones con su carga negativa son rechazados por los
coloides que tiene la misma carga eléctrica negativa, generando su lavado más
allá del sistema radicular de la planta. Por consiguiente, se debe ser muy
cuidadoso con la fertilización a base de aniones, la cual deberá aplicarse en varias
dosis en correspondencia con el desarrollo fenológico de las plantas, para reducir
al mínimo las pérdidas.

La capacidad de intercambio catiónico varia en dependencia de la naturaleza del


coloide, como se pone en evidencia en la siguiente imagen.
Imagen 9. Capacidad de intercambio de arcillas y humus del suelo
En la imagen anterior, es evidente que el humus -coloide orgánico- presenta una
mayor capacidad de retención de cationes, en comparación con el alófano -
mineraloide- coloide mineral de suelos derivado de cenizas volcánicas, sobre con
las arcillas tipo ilita y si la capacidad de intercambio catiónico (CIC) está medida
en miliequivalentes (meq) por 100 gramos de suelo, es evidente que la cantidad
de nutrientes disponibles para las plantas es alto. Probablemente, la presencia de
alófano en los suelos derivados de cenizas volcánicas, localizados en las regiones
contiguas al Eje Neovolcánico, expliquen el buen desarrollo de la planta de
aguacate, principalmente en Michoacán. En lo relativo a los coloides minerales, se
observa que los suelos arenosos tienen una CIC menor de 10 meq/100 g de suelo,
contrastando con una CIC mayor de 40 meq/100 g en suelos arcillosos. Esto es
razonable, puesto que las arenas, prácticamente son roca pulverizada y la poca
CIC que presentan, se debe a la presencia de las pocas arcillas que contienen los
suelos arenosos.

La importancia de los coloides en la nutrición de las plantas, está en su naturaleza


coloidal, particularmente en la capacidad de intercambio catiónico, como se
observa en la siguiente imagen.
Imagen 10. Importancia de los coloides en la nutrición de las plantas
En la imagen se aprecia que el sistema radicular de la planta, por tratarse de un
sistema vivo, respira y como producto de su metabolismo produce dióxido de
carbono que al reaccionar con la humedad del suelo produce ácido carbónico, que
al ionizarse se convierte en ión HCO3- y ión hidrógeno. Éste es retenido por las
cargas negativas de las arcillas, junto con el ión potasio. Éste al ser absorbido por
la raíz de la planta es incorporado a la fisiología del vegetal, con lo que aumentan
las cargas eléctricas positivas en el interior de la planta; por consiguiente, para
conservar la neutralidad eléctrica, la planta tiene que excretar un ión hidrógeno
que está retenido por el pelo radical, en virtud de la carga eléctrica de la célula de
la raíz; que en seguida, es retenido por la carga eléctrica negativa de la arcilla,
para mantener también el equilibrio eléctrico.

4. Discusión

La dialéctica como marco de referencia, particularmente sus tres leyes universales


fueron fundamentales para entender la naturaleza de los coloides orgánico-
minerales del suelo. Así, la ley de la transformación recíproca de la cantidad y la
cualidad, permitió entender racionalmente el movimiento desde la roca madre y la
materia orgánica aportada por los organismos vivos, como hidróxidos de hierro y
aluminio que al combinarse con el hidrógeno de la solución del suelo, forman
coloides con carga positiva, en consecuencia, tienen la capacidad de intercambio
aniónico. Así pues, con la presencia de coloides orgánico-minerales del suelo, se
genera una propiedad química fundamental para la fertilidad del suelo: la
capacidad de intercambio iónico entre las partículas coloidales del suelo y la
solución del mismo.

El suelo y particularmente sus elementos que le dan cierta estabilidad temporal,


como son sus coloides orgánico-minerales, constituye solo un momento en el
prolongado movimiento cíclico de la roca, ya que, finalmente el suelo es
erosionado por factores naturales -gravedad- y antropogénicos -deforestación,
agricultura y ganadería- arrastrado y depositado por las corrientes de agua
superficiales -principalmente ríos- en las partes bajas continentales y en mayor
grado en las cuencas oceánicas, proceso que gradualmente va acumulando
sedimentos, hasta llegar el momento que se produce un "salto": la conversión del
suelo depositado en roca sedimentaria, después de miles y en algunos casos
millones de años. Así se producirá el movimiento cíclico del suelo que inició como
roca para transformarse en suelo, éste por el proceso de erosión, arrastre y
depositación se convierte en roca sedimentaria, con lo que se cierra el ciclo. Este
ciclo requiere millones de años, por consiguiente, a escala humana no es
perceptible, solo es producto del pensamiento abstracto, que puede "viajar" al
pasado y al futuro.

El ciclo de la roca y el suelo como uno de sus momentos, es más complejo que el
descrito más arriba, como se observa en la imagen siguiente.una serie
secuenciada de cambios graduales prolongados, interrumpidos por cambios
bruscos -"saltos"- que rebasan las medidas en la que se mueven la naturaleza
orgánica y mineral de los componentes primarios del suelo, para convertirse en
nuevas cualidades: humus y arcilla, coloides orgánico-minerales, cuyos rasgos
fundamentales que los identifican son: cargas eléctricas negativas, cuya presencia
es genera una propiedad química esencial para la fertilidad del suelo: la capacidad
de intercambio catiónico, que se define como la capacidad de las arcillas y el
humus para retener e intercambiar cationes y humedad, ambas propiedades
esenciales para la nutrición de las plantas. La intensa actividad físico-química de
los coloides se debe a las fuerzas contradictorias que mueven a la materia coloidal
del suelo, como son la atracción y repulsión entre las partículas coloidales
cargadas negativamente y los iones positivos para dar origen a un complejo
orgánico-mineral de naturaleza porosa, por consiguiente interacciona con el agua
y el aire que se mueve en sus poros. A pesar de que son los coloides orgánico-
minerales con cargas negativas los que dominan en el suelo, en regiones con
clima tropical húmedo, se han formado
Imagen 11. Ciclo de las rocas
En la imagen anterior, se presenta el ciclo de las rocas. Históricamente la roca
ígnea antecede a los otros tipos de rocas, ya que formación producto del
enfriamiento del magma se produjo hace unos 4,000 millones de años y que por el
proceso de intemperismo físico-químico y luego biológico se transformó en suelo.
Este por acción de la atmósfera -clima- y la gravedad es erosionado, depositado y
litificado en roca sedimentaria, que por aumentos de temperatura y presión es
transformada en roca metamórfica, que también nuevos aumentos de temperatura
y presión es transformada en magma que la enfriarse se convierte en roca ígnea,
con lo que se cierra el ciclo de las rocas, siendo el suelo uno de sus momentos de
su prolongado movimiento cíclico. Las fuerzas que mueven al ciclo de las rocas,
son el calor y el frío, que en el fondo no son más que la atracción -frío- y la
repulsión -calor-. Asimismo, en el movimiento cíclico, cada uno de los momentos.
Roca ígnea, suelo, roca sedimentaria, roca metamórfica y magma; son cambios
cualitativos -"saltos"- producidos después de una prolongada acumulación de
cambios graduales. En suma, el el ciclo de las rocas, están las tres leyes
universales de la dialéctica, lo cual no es de extrañar, ya que la roca es la unidad
de los general y lo singular.

5. Conclusiones

Las leyes universales de la dialéctica, como marco de referencia para el estudio


de las ciencias particulares, especialmente de la naturaleza de los coloides
orgánico-minerales, es una valiosa "herramienta" teórica que permite explicar
racionalmente el objeto de estudio.

Los coloides orgánico-minerales del suelo son fundamentales para la nutrición de


las plantas, por su capacidad de intercambio iónico, particularmente el intercambio
catiónico, que es el más extendido en los suelos. La capacidad de intercambio
aniónico es marginal y solo está presente en los hidróxidos de fierro y aluminio de
carga positiva en los suelos de las regiones tropicales. Por esta razón se debe ser
muy prudente en el manejo de fertilizantes a base de aniones, los cuales deberán
ser aplicados en varias dosis en correspondencia con la el desarrollo fenológico de
las plantas, para reducir al mínimo las pérdidas por lavado.

El humus presenta una mayor capacidad de retención de cationes y de humedad,


en comparación con los coloides minerales, principalmente las arcillas, pero que
aunados en el complejo orgánico-mineral del suelo, ambos contribuyen en la
sustentabilidad de la fertilidad del suelo.

Finalmente, el suelo es un momento del prolongado movimiento cíclico de la roca,


por lo que por la acción de fuerzas naturales -sobre todo la gravedad-, el clima y
causas antropogénicas, será erosionado, transportado y depositado en las
cuencas continentales, pero principalmente en las cuencas oceánicas, que
mediante un proceso de litificación se convertirán en rocas, con lo que el suelo
completará su ciclo en la roca que le dio origen.

6. Bibliografía

Hegel Federico. 1812-1816. Ciencia de la Lógica. Traducción de Mondolfo Rodolfo


(1960). Buenos Aires, Argentina.
RESUMEN DE SUELOS COMPLEJOS

En la información que leímos de acuerdo con el tema de suelo complejo orgánico-


mineral de naturaleza coloidal, pudimos observar que el suelo es sino más que la
parte fundamental de la existencia en este planeta tierra, desde la antigüedad en
relación con la historia de la tierra todos aquellos procesos de transformación por
los cuales esta paso hiso posible la formación del suelo que ahora conocemos. El
suelo está compuesto por un sinfín de elementos que contribuyen y dan lugar a
sus características como dador de vida.

Dentro del origen del estudio de los suelos encontramos lo siguiente: El


fundamento teórico de la naturaleza coloidal de los componentes del complejo
orgánico-mineral del suelo, es la dialéctica, particularmente sus tres leyes
universales, que rigen el movimiento de la materia y del pensamiento, descubierto
por Hegel y expuesto en su Ciencia de la Lógica (1812-1816).

Las tres leyes universales de la dialéctica, son el fundamento teórico de todas las
ciencias particulares, en virtud de que por la dialéctica de la contradicción, todo
objeto de estudio, es la unidad contradictoria de lo singular y lo general, siendo lo
particular un eslabón intermedio entre ambos. De las tres leyes generales de la
dialéctica, la ley de la contradicción es la más importante y tiene varias
particularidades, siendo una de las más importantes, la contradicción entre la
apariencia y la esencia, fundamental para el entendimiento del movimiento del
conocimiento científico: de la apariencia a la esencia. (Valentín Vásquez)

Que nos dice que la dialéctica forma parte de la historia del suelo y que da
referencias muy precisas pero a la vez complejas en relación a estos. Dentro de
esto podemos decir que de igual manera para poder llevarse acabó el estudio de
los suelos era necesario una rama de la ciencia que se dedicara a su comprensión
así que surgió la edafología, aparece en Rusia a fines del siglo XIX, como
respuesta a la demanda de materias primas para la industria y de alimentos para
una población cada vez más creciente que se asentaba en las ciudades.

Su fundador fue Dokuchaev (1886), concibe al suelo como un material formado


por componentes minerales y orgánicos, producidos como resultado de la
actividad combinada de los siguientes factores: clima, relieve, organismos vivos y
muertos (plantas y animales), material originario y tiempo. (Valentín Vásquez)

El suelo está formado por rocas las cuales tienen un sinfín de características que
las distinguen unas de otras así mismo existe la Influencia de los organismos
vivos en la formación del suelo, como los humanos, lombrices, hormigas, topos y
plantas que con su actividad dan de una u otra forma los aspectos que en
ocasiones caracterizan al suelo.

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