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 Arendt, Hannah

On Violence

Ed. cit.

Sobre la violencia
Solana, Guillermo

Madrid, Alianza Editorial, 2005

978-84-206-5980-0

El poder corresponde a la esencia de todos los Gobiernos, pero


no así la violencia. La violencia es, por naturaleza,
instrumental; como todos los medios siempre precisa de una
guía y una justificación hasta lograr el fin que persigue. Y lo
que necesita justificación por algo, no puede ser la esencia de
nada.

biografía
Hannah Arendt (Alemania 1906 - Nueva York 1975) cursó la carrera de filosofía en varias
universidades alemanas, y se doctoró en 1928 en la universidad de Heidelberg bajo la tutoría de
Karl Jaspers. De origen judío, se vio forzada a huir del régimen nazi , logrando instalarse en
Estados Unidos en 1941, lugar en el que elaboraría obras de notoria importancia en el marco de la
filosofía y la teoría política contemporánea, tales como Eichmann en Jerusalén (1961) o Los
orígenes del totalitarismo (1951).

sinopsis
Sobre la violencia es un ensayo en el que Arendt analiza el modo en el que se trababan los
discursos de legitimación de la violencia acuñados por las nuevas izquierdas en gran medida
inspirados por las lecturas de Reflexiones sobre la violencia (G. Sorel, 1902) y Los condenados de
la tierra (Frantz Fanon, 1961 prologado por Jean-Paul Sartre). A día de hoy sigue siendo un texto
clave para abordar el fenómeno de la violencia y su relación con el poder que se desarrolla al
margen del axiomático – y por tanto irreflexivo– posicionamiento de condena a toda forma de
violencia y –por parentesco– a toda forma de poder.

reseña
Este ensayo nos ofrece dos planos de lectura, uno en el que dialoga con su tiempo y la
especificidad de éste moviéndose en el terreno de la descripción y de la comprensión; y otro en el
que, sin llegar a ser prescriptivo, establece las condiciones de posibilidad de dicho diálogo: el
primer capítulo se deshace de la trascendencia y de la necesidad haciendo una crítica de las
filosofías de la historia asociadas a la idea de progreso durante el análisis del papel legitimador de
la violencia que éstas llevan a cabo. En el segundo, donde esboza la relación entre violencia y
poder, remarca que un desliz lingüístico en el que se confundan estos conceptos, arrastra a su vez
un desliz cognoscitivo, idea afín a su concepción de la lengua no sólo como vehículo político sino
también como lugar del desvelamiento del ser. El último combate las metáforas orgánicas y los
estudios científicos que desde un planteamiento teromórfico, naturalizan la violencia excluyendo la
libertad de acción y con ella la capacidad de emitir juicios capaces de condenar moral o legalmente
un acto de violencia.

Tras estas críticas sistemáticas, implícitas en el texto, queda abierto un marco de discusión
eminentemente político en relación al fenómeno de la violencia, en el que discurre toda su
reflexión acerca de ciertos acontecimientos relativamente recientes en la década de los sesenta,
tales como las rebeliones estudiantiles o la aparición del Black Power, así como de la influencia de
los acontecimientos bélicos más próximos en relación a la estructuración de los nuevos discursos
de izquierdas, como podrían serlo la segunda guerra mundial, la guerra del Vietnam o la guerra de
Argelia.

Aunque crítica con los movimientos estudiantiles, el rigor discursivo de Hannah Arendt deja
entrever cierta simpatía por ellos, es más, diríase que el libro acompaña en todo momento los
lugares comunes de la ideología que los sostiene, ya sea corrigiendo mal entendidos, matizando
perspectivas, o poniendo de relieve aspectos que no siempre son tenidos en consideración, dando
cuenta además del malestar de la época situando la violencia en el impasse de lo político y en la
pérdida de poder.
Esta crítica de la violencia nos coloca respecto a su uso en un lugar paradójico, y a su vez,
enhebra una crítica aún mayor, la del poder tiránico que ejercen los gobiernos burocráticos y
frente a los que perdemos toda agencia de acción política. Lo paradójico es que ante la veda del
espacio político y la impermeabilidad de un poder impotente con resonancias weberianas, la única
forma de irrupción pensable es la violencia, que ni puede ser legítima, ni cuya justificación, incluso
a corto plazo, la deja exenta de un peligro que no podemos calibrar si será mayor o menor que la
violencia ejercida sobre nosotros. Pero cuanto menos, su justificación no es impensable, puesto
que si la irrupción de la violencia es la única alternativa posible, su radical condena equivaldría a
una carta de renuncia a nuestro poder político.

PROGRAMA PREVIO. Prevenir la violencia en las


relaciones de noviazgo
Marina Muñoz Rivas , Pilar González Lozano , Liria Fernández
González
Este programa se ha diseñado considerando los resultados de investigaciones previas acerca
de la etiología de la violencia en el noviazgo y sus factores de riesgo. Se centra en el manejo
de un número importante de variables que incrementan el riesgo de que los jóvenes,
especialmente de 14 a 16 años, se impliquen en relaciones violentas, haciendo especial
hincapié en la modificación de actitudes y en el desarrollo de habilidades.En la obra se
describe el programa de prevención de la violencia en las relaciones de noviazgo de jóvenes y
adolescentes comenzando con un capítulo general en el que se detallan la propuesta
pedagógica y educativa en la que se fundamenta, los objetivos generales que persigue y sus
contenidos. A continuación se describen los cuatro módulos de los que consta el programa
incluyendo indicaciones específicas para la aplicación de las sesiones de trabajo y los
materiales necesarios para llevarlas a cabo. También se incorporan los instrumentos de
evaluación de los resultados que son de utilidad para trabajar en una mejora continua después
de su aplicación en los centros escolares.
Índice
Introducción. Programa de prevención. Orientaciones didácticas. Módulo I. Formar y
sensibilizar. Módulo II. Mitos y educación. Módulo III. Impulsar un proyecto de desarrollo
humano. Módulo IV. Estrategias de afrontamiento específicas.



Guía de intervención en casos de violencia


de género
 Romero Sabater, Inmaculada (coordinadora) ·
 Álvarez López, Rebeca ·
 Czalbowski, Sofía ·
 Soria López, Trinidad N. ·
 Villota Alonso, María Teresa

 ver índice en PDF

 ISBN: 9788490771266
 Publicado 28.10.2015
 Páginas 204

ISBN Digital: 9788490777794

 MARC21 ISBN

 MARC21 ISBN Digital

Este libro está dirigido a los profesionales que se acercan por primera vez
a esta realidad y necesitan un marco de referencia para la actuación, así
como a aquellos más experimentados que quieran ampliar o contrastar su
enfoque o sus conocimientos, y al público general interesado en
comprender este grave fenómeno social.
Se trata de un texto teórico y práctico. Teórico, porque pretende aclarar
conceptos muchas veces opacos acerca de esta cuestión y mostrar
diferentes formas de abordar y explicar esta realidad social. Práctico,
porque señala, a modo de guía, algunos itinerarios de intervención
psicológica con las víctimas de esta violencia, ejemplificados con viñetas
clínicas fruto de la dilatada experiencia profesional de las autoras en este
ámbito.
La idea fundamental que recorre todo el texto remite a la importancia
decisiva de la formación especializada y, ante todo, del posicionamiento
actitudinal de las y los profesionales que intervienen en estas situaciones,
de su mirada. Sus valores, sus creencias y su firme compromiso frente a
la desigualdad de género se conforman como herramientas
imprescindibles para ayudar a la recuperación de las supervivientes de la
violencia de género.

Inmaculada Romero Sabater es psicóloga especializada en violencia de


género y psicoterapia. Actualmente, es psicóloga de la Dirección General
de la Mujer de la Comunidad de Madrid.
Rebeca Álvarez López es psicóloga especializada en violencia sexual
contra las mujeres. Especialista en psicotraumatología y en prevención de
violencia de género. Actualmente psicóloga en CIMASCAM (Centro de
Atención a Mujeres Víctimas de Violencia Sexual de la Comunidad de
Madrid).
Sofía Czalbowski es psicóloga especialista en niños y su familia. Ha
trabajado en el programa MIRA de la Red de Centros de la Comunidad de
Madrid y ha estado dirigiendo el Servicio de atención a menores hijos e
hijas de víctimas de violencia de género de Alcorcón. Investigadora de
Save the Children en la Comunidad de Madrid para el proyecto Daphne de
la Unión Europea en la temática de la infancia expuesta a la violencia de
género. Autora de libros para la sensibilización y prevención de la violencia
de género y de diversas publicaciones sobre el tema.
Trinidad N. Soria López es psicóloga especialista en psicología clínica y
en psicoterapia. Especializada en psicotraumatología (trauma complejo y
disociación), psicología positiva y terapia de reencuentro. Actualmente es
psicóloga y coordinadora técnica del Punto Municipal del Observatorio
Regional de la Violencia de Género (PMORVG) de Las Rozas (Madrid).
María Teresa Villota Alonso es psicóloga especializada en violencia de
género, así como en diagnóstico y tratamiento, psicoterapia psicoanalítica.
Actualmente trabaja en el PMORVGMissem (Mancomunidad
Intermunicipal de Servicios Sociales del Este de Madrid) en intervención
con mujeres víctimas de violencia de género, colaborando en talleres
dirigidos a la prevención y sensibilización de la violencia de género.
Susana Gisbert: “La educación es la clave para que
desaparezca la violencia de género”
Los ojos de Hipatia Nov 25th, 2017 0 Comentarios

Por Arantxa Carceller. Periodista


Ni el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, ni el Pacto Valenciano contra la Violencia de Género y
Machista son la panacea para atajar la violencia de género, machista y sexual, que en las últimas horas, en las últimas
semanas, no para de incrementarse. Las cifras hablan por sí mismas: en España 1,4 millones de mujeres han sido
víctimas de violencia sexual. Según la ong Oxfam Intermón, cada 8 horas una mujer sufre una violación en España.
En la Comunidad Valenciana la cifra de denuncias por malos tratos llegó a 19.431 el año pasado. En lo que
llevamos de año, 20 mujeres han sido asesinadaspor sus parejas o exparejas. Las mujeres estamos en la diana de una
lacra que no parece tener fin. La violencia contra las mujeres, y sus hijos -una nueva forma de agresión contra las
mujeres-, requiere, más que nunca, una actuación sin paliativos y contundente para no tener que lamentar ni una menos.
Desde Los ojos de Hipatia hemos entrevistado a tres mujeres: Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de
género, portavoz de la Fiscalía Provincial de Valencia y escritora; Ana Aguado, Catedrática de Historia
Contemporánea de la Universidad de Valencia, especializada en historia social e historia de las mujeres en la época
contemporánea, y Chelo Álvarez, presidenta de la Asociación Alanna, porque creemos que más allá del 25 de
noviembre, la violencia machista debe ocupar un espacio importante dentro de nuestras vidas.

“La situación de las mujeres en la sociedad actual se caracteriza por importantes cambios en el sentido de avances hacia
la igualdad, al menos a nivel legislativo -El siglo XX ha sido el “siglo de las Mujeres” como ha dicho Victoria Camps-
, pero también por continuidades y permanencias respecto a épocas anteriores, en lo relativo a modelos y relaciones de
género de carácter patriarcal, en lo público y en lo privado”, comenta Ana Aguado. Los comportamientos sociales,
marcados por la fuerza de unsistema patriarcal, continúan atados a unas pautas tradicionales que provocan “una
normalización de la violencia de género”, manifiesta Chelo Alvárez, quien se muestra tajante al denunciar
que “seguimos en el mismo punto” desde que se crease la Asociación Alanna hace 15 años para erradicar las
desigualdades de género.
Los últimos hechos ocurridos en la Comunidad Valenciana ponen sobre la mesa las deficiencias de un sistema
judicial que no garantiza la seguridad de la víctima.“Estamos estancados desde hace mucho tiempo, e incluso, me
atrevería a decir que en materia de machismo e igualdad estamos dando pasos atrás. Desde hace tiempo se ha bajado la
guardia y los recortes han afectado a esta materia mucho. En el ámbito judicial no podemos olvidar que no se ha creado
un solo juzgado de violencia desde hace años, y ni siquiera está prevista la creación de ninguno en la última propuesta
de ampliación de la planta judicial. La mayoría de los juzgados de violencia sobre la mujer siguen teniendo que
compatibilizar esta materia con otras muchas. Y, de otra parte, si bien es cierto que se han dado pasos importantes como
la firma del pacto de Estado contra la violencia de género, este pacto quedará en un mero catálogo de buenas
intenciones, si no se dota de presupuesto y de una línea de acción eficaz”, explica la fiscal Susana Gisbert.
Con la entrada en vigor de la Ley integral contra la Violencia de género (LO 1/2004) se creó un clima de esperanza
para poder atajar la realidad de las mujeres víctimas de violencia de género. Sin embargo, “nos encontramos con el
sempiterno problema de la falta de medios. Faltan medios personales materiales en justicia, en las fuerzas y cuerpos de
seguridad y a nivel asistencial. Y falla algo esencia, la educación en igualdad. Mientras no haya una apuesta firme para
erradicar el machismo desde la escuela, no podremos hacer otra cosa que poner vendas en la herida, pero no evitar que
se produzca”, manifiesta Gisbert. Igualmente señala Chelo Alvárez, “falla todo, educación, servicios sociales, justicia,
solo somos noticia cuando nos matan”.
La violencia machista es un tema complejo, en el que intervienen factores educacionales, culturales, jurídico-legales,
sociales, etcétera. “El sistema patriarcal es algo muy antiguo”, reivindica Alvárez, quien no duda en reclamar “cambios
a todos los niveles” si se quiere frenar la violencia que se ejerce sobre las mujeres, que de forma implícita se manifiesta
en muchos ámbitos de la sociedad, desde la publicidad hasta la educación. De ahí, las reivindicaciones de muchos
grupos feministas que abogan por unas políticas que abarquen diferentes planos de actuación, desde una vertiente
educativa hasta jurídica. “Las mentalidades y las prácticas culturales es lo que más lentamente cambia en la Historia”,
subraya Ana Aguado, por tanto “las leyes son siempre condición necesaria”, aunque, “nunca suficiente”. Por ello,
aunque ha sido muy importante la consecución de una Ley contra la Violencia de Género, “los modelos y
comportamientos patriarcales sólo pueden cambiarse mediante la educación, la cultura, y la información y formación
en medios de comunicación: opinión pública, escuela, campañas institucionales, campañas en televisión, prensa, radio,
cine, etcétera; junto a la ley y la persecución de los delitos de violencia y maltrato, por supuesto”, analiza Ana Aguado.
Asimismo, “la legislación ha cambiado, obviamente, así como la incorporación de las mujeres al espacio
público/político y laboral, pero existen permanencias en cuestiones culturales y morales, invisibilidad y
minusvaloración de los aspectos vinculados culturalmente a la feminidad, modelos familiares, así como la permanencia
en un porcentaje todavía elevado de la sociedad de la asociación entre mujeres y trabajo doméstico. Todavía una parte
importante de la sociedad sigue pensando que el trabajo fundamental de las mujeres debe ser el trabajo doméstico”.
Las políticas públicas, con varias deficiencias a sus espaldas, necesitan de mecanismos legales que puedan reforzar la
seguridad de las mujeres a la hora de denunciar. “Las mujeres han de sentirse seguras y apoyadas. Hay que arbitrar
mecanismos para que puedan salir adelante personal y económicamente, para que tengan apoyo psicológico tanto ellas
como sus hijos e hijas. Esos mecanismos tienen su apoyo en la ley integral, pero no siempre están debidamente
desarrollados”, puntualiza la fiscal Susana Gisbert, “en cuanto a su seguridad personal, es evidente que cuantos más
medios haya para proteger su integridad a través de las fuerzas y cuerpos de seguridad, más seguras se sentirán. No es
igual que un policía tenga encomendada la vigilancia de 100 mujeres que de 10, por ejemplo”.
A día de hoy, según las cifras, las cuotas de violencia de género son cada vez más altas entre los más jóvenes. Por
ello, Gisbert no duda en manifestar que la educación es un puntal clave para erradicar la violencia contra las
mujeres. “La educación es la clave para que desaparezca la violencia de género en las generaciones futuras. No existe
una asignatura que desarrolle esta materia ni mucho menos una perspectiva de género transversal, que sería
determinante. De este modo, la juventud carece de herramientas para ejercer la critica y discernir entre los contenidos
machistas que les torpedean a diario desde Internet, a través de medios de comunicación, redes sociales, música, cine
y hasta publicidad. También la ley establece que no deben existir estos contenidos machistas pero no se han establecido
mecanismos para evitarlo o sancionarlo. La remisión a autorregulación ha devenido insuficiente”. De igual forma, pone
el dedo en la yaga la historiadora Ana Aguado, “la educación es fundamental, porque las prácticas culturales no se
cambian por decreto ley. Se pueden perseguir delitos, pero no cambiar modelos de masculinidad y feminidad y
relaciones de género”.
La sociedad ha ido perdiendo sensibilidad y, también memoria, no hace tanto que la mujer alcanzó el derecho al voto
o los derechos que hoy tenemos. “Sin duda alguna, ese es parte del problema. La sociedad está como anestesiada o
resignada a que este problema exista. La violencia de género ocupa un lugar décimo noveno entre las preocupaciones
de los españoles según el CIS, cuando la cifra de muertes es escalofriante. No se ha sabido transmitir la importancia de
esta materia como de índole social y comunitario, y no como un asunto doméstico que solo afecta a las partes
implicadas. Y a ello, desde luego, ha contribuido la falta de implicación en campañas de concienciación. De hecho, es
como la pescadilla que se muerde la cola: los políticos no hablan de ello porque no interesa, y no interesa porque los
políticos no hacen hincapié en ello”, manifiesta Gisbert.
A nivel social, la implicación de la sociedad en su conjunto es condición sine qua non tal y como determina
Gisbert, “creo que hay que llegar a la sociedad a través de una implicación de todos los sectores con capacidad para
influir en la gente: medios de comunicación, personas con relevancia pública como deportistas o cantantes. Hay que
hacer cosas que lleguen a todo el mundo y no solo a quines ya llevamos de serie el interés por estos temas”. A lo que
Chelo Alvárez añade, un tanto indignada:“me pregunto yo, si en lugar de tanta banderita en los balcones, todos, pusieran
la morada, contra el maltrato, quizás algo harían ¿no? Sólo salimos en las páginas de sucesos”. Los asesinatos, de
mujeres y sus hijos, los maltratos son un fracaso de la sociedad, de nuestra democracia, y, con ello, de las instituciones
que no llega con las medidas actuales a garantizar que la ciudadanía pueda vivir en una sociedad igualitaria y sin
violencia.

Coordinadora Feminista

Los medios de comunicacióntambién tenemos nuestra parte de responsabilidad a la hora de informar sobre las
diferentes violencias que sufren las mujeres. “Los medios pueden jugar un papel importantísimo. De hecho, el
tratamiento del crimen de Ana Orantes marcó un antes y un después. Pero luego se han dado pasos atrás y adelante.
Creo que el acento debería ponerse en determinados tratamientos de informaciones, como esos titulares que todavía
culpan a la víctima o quitan hierro al asunto, pero que también es necesaria una acción eficaz para evitar que se cuelen
contenidos machistas en muchos programas de televisión, como ocurre en algunos realitys. La guerra de audiencias no
justifica traspasar determinados límites. Por eso es necesario arbitrar un sistema diferente de la autorregulación sin
más”. Tal y como denuncia en Oxfam Intermón es importante no caer en los estereotipos ni en la utilización de un
lenguaje sexista, entre otras medidas.
Por otra parte, el juicio sobre la violación en Pamplona ha puesto al descubierto los procesos a los que debe enfrentarse
una víctima de violación. No solo en este caso, que ha sido el más mediático, en otros también suele olvidarse la
condición de víctima de la persona que ha sufrido la agresión, quien parece que en todo momento debe estar justificando
que es la víctima.“Con el juicio de Pamplona hemos vuelto a vivir el peligro que suponen los juicios paralelos. Todo
el mundo se cree con derecho a opinar, pero no todas las opiniones son igual de válidas ni fundadas. El problema de la
falta de empatía con la víctimas de estos delitos, que no ocurre con otros, es fruto del machismo que todavía existe en
nuestra sociedad, muchas veces enmascarado”, establece Gisbert.
Por último, “creo que es esencial que se tome en serio una reforma en educación que acometa el tema de la igualdad
como algo transversal, no algo que se cubra con una charla el día de la mujer o el día contra la violencia de género. Y
también es preciso que se arbitren mecanismos eficaces para impedir el machismo en los medios de comunicación o la
publicidad sexista. En el ámbito judicial, siempre he abogado por la supresión o modificación del artículo 416 de la ley
de enjuiciamiento criminal, que permite a las víctimas no declarar contra su agresor o echarse atrás después de hacerlo.
Y, por supuesto, una dotación efectiva de medios en todos los sectores implicados. Sin presupuesto cualquier reforma
queda en papel mojado”, detalla Susana Gisbert.

Violencia en el noviazgo

Realidad y prevención

Marina Muñoz Rivas , Pilar González Lozano , Liria Fernández


González , Sandra Fernández- Ramos
La violencia que tiene lugar en las primeras relaciones de noviazgo constituye un preámbulo de
la violencia en las relaciones de pareja adultas, configurándose en un problema social de
especial relevancia.La presente obra tiene un doble objetivo. En primer lugar, ofrecer
información técnica actualizada sobre las características de este fenómeno, los factores de
riesgo y protección asociados, así como aquellas teorías y modelos que explican tanto su
origen como mantenimiento, enmarcando su comprensión en un difícil momento evolutivo: la
adolescencia.En segundo lugar, la obra se centra en la prevención aportando principios de
actuación generales y de utilidad para cualquier propuesta de intervención en esta área.
Además, desde un modelo de prevención multicomponente, se aporta información práctica
para la detección y reconocimiento de situaciones de riesgo, así como indicaciones para la
actuación preventiva específica y coordinada de todos los sectores implicados: jóvenes, familia
y escuela.

Índice
La adolescencia y las relaciones de noviazgo. La violencia en las relaciones de noviazgo.
Factores de riesgo asociados a la violencia en las relaciones de noviazgo. Teorías y modelos
explicativos de la violencia en las relaciones de noviazgo. Prevenir la violencia en las
relaciones de noviazgo. La prevención desde el contexto individual: indicaciones para
adolescentes. La prevención desde el contexto familiar: indicaciones para los padres. La
prevención desde el contexto educativo: indicaciones para profesores.




iolencia en el noviazgo: Realidad y prevención (Manuales Prácticos) Tapa blanda – 16 abr 2015

de Marina Muñoz Rivas (Autor), Pilar González Lozano (Autor), Liria Fernández González
(Autor), & 1 más

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Descripción del producto

Reseña del editor

La violencia que tiene lugar en las primeras relaciones de noviazgo constituye un preámbulo de
la violencia en las relaciones de pareja adultas, configurándose en un problema social de
especial relevancia. La presente obra tiene un doble objetivo. En primer lugar, ofrecer
información técnica actualizada sobre las características de este fenómeno, los factores de
riesgo y protección asociados, así como aquellas teorías y modelos que explican tanto su
origen como mantenimiento, enmarcando su comprensión en un difícil momento evolutivo: la
adolescencia. En segundo lugar, la obra se centra en la prevención aportando principios de
actuación generales y de utilidad para cualquier propuesta de intervención en esta área.
Además, desde un modelo de prevención multicomponente, se aporta información práctica
para la detección y reconocimiento de situaciones de riesgo, así como indicaciones para la
actuación preventiva específica y coordinada de todos los sectores implicados: jóvenes, familia
y escuela.

Contraportada

La violencia que tiene lugar en las primeras relaciones de noviazgo constituye un preámbulo de
la violencia en las relaciones de pareja adultas, configurándose en un problema social de
especial relevancia. La presente obra tiene un doble objetivo. En primer lugar, ofrecer
información técnica actualizada sobre las características de este fenómeno, los factores de
riesgo y protección asociados, así como aquellas teorías y modelos que explican tanto su
origen como mantenimiento, enmarcando su comprensión en un difícil momento evolutivo: la
adolescencia. En segundo lugar, la obra se centra en la prevención aportando principios de
actuación generales y de utilidad para cualquier propuesta de intervención en esta área.
Además, desde un modelo de prevención multicomponente, se aporta información práctica
para la detección y reconocimiento de situaciones de riesgo, así como indicaciones para la
actuación preventiva específica y coordinada de todos los sectores implicados: jóvenes, familia
y escuela.

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