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INTRODUCCIÓN
La composición y propiedades de la atmósfera han sufrido grandes cambios desde que ésta
apareció a partir de las emisiones gaseosas procedentes del planeta durante su formación
y posterior enfriamiento. Así, la atmósfera tal y como la conocemos en la actualidad, es el
resultado de numerosas interacciones biológicas y geológicas con la superficie terrestre
que se han producido a lo largo de millones de años y que han dado lugar a un equilibrio
dinámico. (Gallego, P. A., González, F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
Pero la atmósfera no es una masa de gases en reposo, sino una capa gaseosa fluida y
turbulenta que se mueve en el espacio y en el tiempo con intensidad variable, donde son
liberados los contaminantes, el transporte y la dispersión de estas descargas depende en
gran medida de RCF vol. 27, No. 2A, 2011. p. 136 parámetros meteorológico
OBJETIVOS
Dispersión de contaminantes
Inversiones térmicas
En general, la temperatura del aire disminuye con la altitud; las masas de aire más cercanas
a la superficie terrestre al calentarse los gases se expanden y disminuyen su peso por
unidad de volumen; al ser más ligeras ascienden hacia capas más altas; durante su
ascensión se van enfriando progresivamente al tiempo que permiten una buena dispersión
vertical de los gases y partículas. En condiciones de inversión térmica, las capas de aire en
altitud son más calientes que las de los niveles cerca de la tierra, frenando la dispersión
vertical de los contaminantes. Los contaminantes se encuentran entonces confinados bajo
una 'capa de inversión' que actúa como un tapón térmico. Los fenómenos de inversión
térmica no provocados por la topografía, se producen principalmente en invierno, en
situaciones anticiclónicas o de altas presiones que corresponden con días soleados y sin
nubes.
http://www.aragonaire.es/moreinfo.php?n_action=pollutants
En la troposfera la temperatura desciende con la altitud, a razón de 6,6 ºC por km, y varía
también horizontalmente de unas zonas a otras del planeta. Debido a estos gradientes de
temperatura, tienen lugar movimientos horizontales y verticales de masas de aire, por lo
que está muy sometida a perturbaciones y procesos turbulentos (los fenómenos
meteorológicos) que mantienen el aire en constante agitación. Los movimientos de las
masas de aire son capaces de transportar la contaminación hasta lugares muy alejados de
sus fuentes de emisión y provocan también su dilución. En ocasiones, los fenómenos
meteorológicos pueden hacer que el gradiente negativo de temperatura se acentúe,
disminuya e incluso se interrumpa a una altitud determinada. El gradiente determina
entonces las condiciones de estabilidad atmosférica que regulan los movimientos verticales
de las masas de aire en la troposfera y, por lo tanto, la dispersión de la contaminación.
Cuando el gradiente vertical de temperatura se interrumpe, la temperatura del aire aumenta
con la altura, lo que se conoce como inversión térmica (Figura 1.2). Las masas de aire por
debajo de la inversión, Figura 1.2. Diagrama del cambio de la temperatura del aire con la
altitud en una situación normal y de inversión térmica (Strahler y Strahler, 1989). (Gallego,
P. A., González, F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
Las masas de aire por debajo de la inversión son más frías y más densas, no pueden
elevarse por encima del aire más cálido de la zona de inversión. Como consecuencia, se
produce el aislamiento de las capas de aire que quedan por debajo y por encima de esta
inversión. Las inversiones térmicas, por ejemplo, están en el origen de la formación de
nieblas, cuando la capa de inversión está muy próxima a la superficie del suelo. Además
juegan un papel importante en la dispersión de la contaminación atmosférica pues pueden
provocar que el volumen disponible para que se diluyan los gases emitidos sea
particularmente limitado en determinadas situaciones. (Gallego, P. A., González, F. I., &
Sánchez, G. B. , 2012)
• Para la temperatura se usa una definición basada en la Teoría Cinética de los gases de
acuerdo a la cual la temperatura directamente proporcional a la energía cinética media de
las moléculas. Representando así la temperatura absoluta del aire el grado de calentura de
la parcela de aire, relativo a un cero absoluto. La temperatura absoluta es expresada en
Kelvin (K).
• La densidad del aire se define como la masa de sustancia por unidad de volumen, esta
magnitud varía con la presión y la temperatura. Además el aire es una mezcla de aire seco
y vapor de agua, variando su densidad con la tasa de vapor de agua o humedad específica.
La unidad recomendada por el Sistema Internacional de Unidades (SI) es el kilogramo por
metro cúbico, con una densidad típica para el aire seco de 1.29 kg/m3 a la presión estándar
a nivel del mar y a 273.3 K de temperatura. Cuando un pequeño volumen de aire se
desplaza hacia arriba dentro de la atmósfera, encontrará una presión menor y
experimentará una expansión a una temperatura menor.
Usualmente, la expansión es lo suficientemente rápida como para que se pueda suponer
que ésta ocurre sin ninguna transferencia de calor entre dicho volumen de aire y la
atmósfera que lo rodea.
Cuando las condiciones son inestables sobre una inversión (Figura 4.5), la descarga de una
pluma sobre ésta, da lugar a una dispersión efectiva sin concentraciones notorias en el nivel
del suelo alrededor de la fuente. Esta condición se conoce como flotación.
Si la pluma se libera justo debajo de una capa de inversión, es probable que se desarrolle
una grave situación de contaminación del aire. Ya que el suelo se calienta durante la
mañana, el aire que se encuentra debajo de la mencionada capa se vuelve inestable.
Cuando la inestabilidad alcanza el nivel de la pluma atrapada bajo la capa de inversión, los
contaminantes se pueden transportar rápidamente hacia abajo hasta llegar al suelo (Figura
4.6). Este fenómeno se conoce como fumigación. Las concentraciones de contaminantes
en el nivel del suelo pueden ser muy altas cuando se produce la fumigación. Esta se puede
prevenir si las chimeneas son suficientemente altas. (Zuluaga , C; Parra , J;, 2016)
Emisor : Los focos de emisión pueden clasificarse en fijos y móviles. Ejemplos típicos de
focos fijos serían las instalaciones industriales o de combustión, calefacciones domésticas,
etc.; es decir emisores con una localización concreta que no varía. Emisores móviles serían
los vehículos a motor, aeronaves o barcos. También los emisores pueden considerarse
multifocos, en este tipo se englobarían las áreas urbanas y las áreas industriales. Otra
clasificación posible de emisores se realiza atendiendo a su distribución espacial: puntual
(chimeneas aisladas), lineal (carreteras o calles), superficial o de área (zonas urbanas o
industriales). El tipo de emisor, fijo o móvil, puntual o lineal, condicionará el planteamiento
del modelo aplicable. Así, una central térmica (emisor puntual fijo) tendrá un tratamiento
diferenciado de una carretera (emisor lineal móvil), pero también la altura del foco emisor,
la temperatura, caudal y velocidad de salida del efluente, la concentración y naturaleza de
la emisión caracterizarán la dispersión y difusión de los contaminantes. (Gallego, P. A.,
González, F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
Receptor :Las especiales características del medio físico expuesto a los efectos de la
emisión determinarán también el modelo (altura y radio de cobertura), debiéndose
considerar de forma especial las localizaciones más vulnerables (poblaciones, embalses o
ríos, ZEPAS y LICS, etc) debido a las exigencias de calidad del aire más restrictivas.
Difusor : Aunque el tipo de fuente emisora y las condiciones de la emisión, así como los
receptores exigirán un determinado planteamiento del modelo, son sobretodo los factores
meteorológicos, topográficos y geográficos los que inciden de una forma decisiva en los
complejos procesos de dispersión de los contaminantes atmosféricos.
La estratificación térmica del aire con la altura (gradiente térmico) condiciona la capacidad
de difusión atmosférica vertical.
Como se puede observar en la Tabla 3.4, cuando el gradiente térmico existente es mayor
que la tasa de cambio adiabática, condiciones superadiabáticas, se producen condiciones
atmosféricas de inestabilidad, existiendo un grado alto de turbulencia lo que genera, en el
caso de una fuente fija, un penacho serpenteante que puede alcanzar el suelo en periodos
cortos de tiempo.
Un penacho de este tipo se asocia generalmente a vientos ligeros y un fuerte calentamiento
del terreno. En una atmósfera neutra, predominan las turbulencias mecánicas y el efecto
de calentamiento térmico es bajo. En estas condiciones el penacho de una fuente fija
presenta una forma cónica y se asocia a días nublados o noche con vientos moderados.
Así, las atmósferas inestables o neutras facilitan las corrientes verticales y la dispersión de
los contaminantes, mientras que las atmósferas estables eliminan esta posibilidad
llegándose incluso a situaciones de inversión térmica. (Gallego, P. A., González, F. I., &
Sánchez, G. B. , 2012)
Por otra parte, en los valles las masas de aire se calientan durante el día y se enfrían
durante la noche creando complejos y variables vientos locales (vientos de compensación,
vientos anabáticos y catabáticos valle-ladera), (Figura 3.5). También la diferencia de
temperatura debida a la existencia de cuerpos de agua (lagos, mares, etc) puede causar
vientos convectivos locales incidiendo en la difusión (Figura 3.6). (Gallego, P. A., González,
F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
(Gallego, P. A., González, F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
Las islas de calor que constituyen las grandes ciudades provocan un sistema circulatorio
autocontenido, que sólo pueden alterar vientos intensos (Figura 3.7). En resumen, la
rotación de la Tierra, las alteraciones del viento por influencias locales, la estabilidad
atmosférica, la influencia del rozamiento atmósfera-tierra, el comportamiento del aire como
un fluido de mayor viscosidad en las capas bajas de la atmósfera (espiral de Ekmann), el
diferente gradiente de la velocidad del viento con la altura (cizalladuras del viento o viento
térmico) configuran, entre otros, la dinámica de la atmósfera, pudiendo establecerse una
relación de los distintos movimientos atmosféricos, según las diferentes escalas de
variabilidad espacial y temporal (macroescala o escala sinóptica, mesoescala o escala
regional y microescala o escala local), y la dispersión de los contaminantes. Todos estos
factores deberán ser considerados a la hora de elegir un modelo, según la escala
meteorológica de movimiento y la escala de dispersión a considerar. (Gallego, P. A.,
González, F. I., & Sánchez, G. B. , 2012)
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Sbarato, D., & Sbarato, V. M. (2006). Contaminación del aire. E book. Obtenido de
http://ebookcentral.proquest.com/lib/upnortesp/detail.action?docID=3192312.