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"Cuando La Poesía Hace La Diferencia"

(*) Reunión Lacanoamericana De Psicoanálisis, Montevideo, Uruguay. 2015.

María Gabriela Pedrotti

Lo que hay que decir es aquello de lo que no se puede hablar “(Valère Novarina)

En el Seminario I clase 19, Lacan plantea en cuanto al límite inefable de la palabra, que este
radica en el hecho de que ella crea la resonancia de todos los sentidos.
¿Por qué la poesía en psicoanálisis?
Trabajamos con la palabra porque esta puede atravesar el umbral del código común y tener
consecuencias.
El acto de la palabra poética es creativo, es una palabra particular fuera del circuito de la
comunicación que tomada en su materialidad, deja de ser un medio para ser un fin. Sartre
dice “el poeta no se sirve de las palabras, sino que las sirve”.

Haré pie para partir en la cuestión de la resonancia. Podemos situar tres tiempos en la obra de
Lacan. El tiempo que tiene como eje el escrito función y campo de la palabra donde se hace
hincapié en esta como evocación. Hay lo evocado.Hay un referente de algún sentido
reprimido.
El tiempo de la resonancia metonímica que tiene como eje el texto de la dirección de la cura
en el que el hincapié esta puesto en la alusión. La alusión en latín ad-ludere que en sentido
propio es ir a jugar cerca, alrededor, parte de una distancia para que lo dicho haga aparecer
mejor lo no dicho.
En tercer lugar, la resonancia libidinal. Dice Lacan en el seminario 24 “Es por el forzamiento
por donde un psicoanálisis puede hacer sonar otra cosa que el sentido. Aqui se plantea un
cambio, de un resonar a un sonar.
Aquí introduce la poética china de la mano de Francois Cheng, uno de los interlocutores en
este tiempo como también la del lingüística Roman Jacobson. Dirá que la metáfora y la
metonimia en tanto anudando el sonido y el sentido son capaces de canturrear otra cosa.
¿Qué es ese canturrear sino el goce ya enlazado en lalangue misma, ese goce que se elonga
en lalangue?

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Si lo que suena no es el sentido porque es otra cosa, lo que suena será entonces el silencio
que la funda ,su fundación , un sin sentido.
Suena lo no dicho como lo no inscripto en un significante pero que se hace escuchar en el
modo discursivo.
Un recorrido al que me vi convocada.
El Aleph, aquella letra que da inicio a todo decir, aquella que nace sin decirse. Aliento inicial.
La palabra pronunciada fue después. Abismo, aliento, palabra. Trinidad del misterio, llegada
de todo el sentido.
En el principio no hay que decir, se deja salir, se dispone, se abre para dejar ser. Imposibilidad
de nombrar el origen. El primer decir es puro espaciamiento, apertura como también lo
planteara Derrida , en La Difference.
Una distancia entre presencia y ausencia.
Aleph es la letra de la revelación, el soplo de dios que según una tradición del Jasidismo, fue
lo único que el pueblo escuchó cuando dios le entregó las tablas de la ley a Moises.
Todo comenzó con un silencio, si el Aleph es la consonante inicial es por eso mismo lo
sonante en cada letra que le sigue.
El origen Aleph es punto de pasividad, no dice ni hace, abre. Su eco bet.
Bet, el comienzo.
Origen y comienzo se dicen separándose. El comienzo es la separación, la segunda letra bet.
Signo de dualidad y desgarramiento. La introducción de ese vacío en los sonidos desgarra.
Ese vacío que se elonga en la lengua, sin poder ser apresado mas que en la ilusión del
síntoma, cuando la lengua se contractura.
O sea, produce una contracción, apresa lo inaprehensible y allí chilla. Pierde el ritmo de
devenir sonante y hace del silencio lo callado que no escucha. Tapa, asfixia. Angustia al
impedir el movimiento, el que el tiempo pase.
En el origen el silencio.El silencio no es lo callado.
En el habla la ruptura, la errancia, la narración, la traducción, la interpretación.
Será siempre desprolijo hablar del origen porque no es prolijo el decir de la causa, la causa no
se enfila en lo fálico. Hay un no decible que funciona no haciendo relación. Sino sostenido del
que no lo haya.
Lacan nos dice que no se accede a lo real, el se manifiesta sin nuestro consentimiento.
¿No es acaso la búsqueda hacia la que nos dirigimos los analistas encontrar ese silencio que
es fuente de creación, donde el crear, se desprende de lo creado?
En tiempos en que lo creado es más valioso que el crear, parece aún mas complejo.
La interpretación busca la verdad.
¿No es acaso buscar con aquella interpretación que se dirá poética por apagar el síntoma la
que logra asir el lugar que la funda?
La poesía nos dice su misma definición no es solo creación, engendramiento. Sino acción.
¿No es en el acto del decir que intentamos que ese ruido que acosa al sujeto se torne música
más gustosa para su oído y su vida?

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El acto de la palabra es que ella no es solo vía, ella es su materialidad.
La poesía es hacer la diferencia, es lograr cambiar en acto un afecto o producirlo, o
desestimarlo. Es devolver con la palabra el misterio al que está en su coagulación al Otro
perdió. Lograr que la palabra haga sonar lo que calla.
Dirá en L’insue: “La astucia del hombre con la poesía es que esta es efecto de sentido pero
también de agujero”.
Buscar un significante nuevo, producir un significante nuevo que nomine. Cuando uno nomina,
calla al Otro. Se sustrae abriendo en otro lado.
Dice Paul Vallery: “La poesía, esa oscilación prolongada entre sonido y sentido”.
Lacan dice en el prefacio al Seminario 11 de la versión inglesa: “No soy un poeta sino un
poema. Y que se escribe pese a que parece ser sujeto”.
Ese poema que soy, que no escribí del cual no soy autor pero que se escribe con mí decir, se
constituye y gracias al análisis, puedo firmarlo. Firmar el poema incompleto, solo fragmentos.
Firmar el poema porque es el nudo que me anuda entre sentido y rreal. Ese poema que
mantiene juntos los efectos de sentido y los efectos fuera de sentido me permitirá llegar a las
primeras modulaciones de la-langue, que hacen resonar el cuerpo en el origen, en el
encuentro que las palabras tuvieron con el cuerpo.
Por eso Lacan juega con “Herrar” que equivoca con “Hacer real”.
Hacer real equivaldría a retener no el efecto de sentido sino el efecto de agujero.
¿Para qué?
Para desanudar los conglomerados o armaduras significantes, que no solo adormecen sino
entristecen.
Lacan en Televisión dice que la tristeza no es un estado del alma, es una falta moral. Un
pecado, una laxitud moral que no se sitúa sino en el pensamiento y contrae su deuda con el
bien decir.
Para Lacan quien no dice bien, permanece en la tristeza y esa es su falta moral, es su
inscripción anti ética, no moral, es anti ética, radica en el maldecir. ¿Decir mal que?
Ese goce que camina por la lengua y al que el neurótico quedara apresado por medio del
daño imaginario o del sufrimiento gozoso. Allí se pierde la voz poética, se anula el poema del
que nos hablar.a Lacan y también Heidegger, cuando nos dice de ese único poema que habla
el habla, el que nunca se inscribiría ,gracias al cual es posible poetizar
La poesía intima al separar.
Genera ese entre , y hace hospitalaria la diferencia. La intimidad vive en el entre. Reside en la
diferencia. La diferencia no es ni distinción ni relación, es vía.
La diferencia sostiene un espacio que hace discurrir el tiempo. El poema yace allí.
Si es china la entrada de Lacan a la poesía en sus últimos seminarios, es porque el sin
sentido que porta su canturreo le procuró a través de su sonido un llamado a escuchar lo que
no se escucha en una narración ya que está esta sostenida del pensamiento. En la poesía
pasa el tiempo., acerca lo finito. Borges dice: “La lengua era un medio de comunicación hasta
que Evaristo Carriego recitara los versos de Almafuerte. Allí supe que podía ser música,

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pasión y sueño. Una revelación”.
El texto dicho no deja pasar el aire que se escucha cuando la poesía es llave de sus orificios y
la pulsión se cuela entonces en un decir. Una voz que poética deja respirar a la tristeza
apresada en el conglomerado significante.
La diferencia implica soportar el tiempo real.
A diferencia de la angustia, como asiento de inmovilidad, la dimensión de corte del tiempo real
asume bajo la vía sujeto el efecto que permite emerger de ese lugar único ante el temor de
que la vida discurra , transcurra.
Ante el temor de asumir un riesgo vital , perder el ser.
El discernir o el desplegar es siempre a través de una temporalidad que requiere de
repliegues. Es a ese ser afectado de un goce que el análisis intentará sea vivido con menos
daño.
La voz poética se inscribe en este discurrir, hace tiempo, lo produce.
la pulsion es un trazo del tiempo.
Cuando Lacan plantea que el significante es capaz de portar todos los sentidos, no dice mas,
entiendo , que no hay manera de que no lo haga bajo el semblante que porta la diferencia que
lo engendró.
El concepto de lalangue se hace cargo del trauma que engendró el haber sido dichos por una
lengua que no nos pertenece, pero de la cual nos vamos adueñando en su devenir otra cada
vez. , porque en el tomerla , la perdemos.
La angustia suspende el tiempo, la voz y el movimiento a una vivencia de inminencia y
urgencia.
La voz poética intenta establecer un ritmo y una musicalidad que le devuelve al sujeto una
morada, una dit-mansión que se dirá en tres. R-S-I.
En lalangue hay un saber que no está hecho para ser sabido y no se deja apresar. Sucede.
Decíamos que en el Seminario 24 Lacan hablará de desunir el sonido y el sentido para hacer
sonar otra cosa. Ya no será la resonancia del significante a la que apela, será el sonar de lo
real.
Es la poesía china la que le permite a Lacan encontrarse con esa modulación que canta en el
decir y capila en ella el afecto. Lacan toma una voz fónica, allí queda claro que en este
seminario se desprende de la dimensión de la poesía como bella, queda del lado de los
poetas malditos, decir del goce que nos concierne,sea este en tono de rock o tango. El sonar
se desprende aquí de aquella resonancia que nos hablaba Lacan: semántica o metonímica.
Seria el instante de la epifania.que nos abisma o nos da lugar a la invención.
. Hacer de la duración sin transcurso ni sucesión algo que suceda, sea suceso haga pasaje
de la inmovilidad al movimiento y con él la apuesta a la aparición de l la alegría. Lo que
detiene seria siempre ,el horror a saber , lo que el análisis del analista, debe haberlo hecho
soportar ,…si el no lo ha llevado al entusiasmo puede haber habido análisis pero no analista.
Julia Kristeva dice: “Lo indecidible entre el sonido y el sentido se da en todo lenguaje pero es
el lenguaje poético el que lo pone en escena.

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Entonces la voz poética implicaría re encantar al mundo. Volver al canto, a aquel origen de la
poesía, a la modulación y al ritmo, al cuerpo y al entusiasmo.
lLa poesía es amable porque intenta conjugar el cuerpo a la palabra , dispersa lo uno y
conjuga el vacío con amabilidad.
Cuando Lacan se pregunta si la verdad despierta o adormece , responde que depende del
tono con el que es dicha. Siendo poética , cuando es dicha es un hecho que adormece porque
participa de la función hipnótica del discurso, haciendo resonar sentidos que taponan ,
adormece en tanto sostiene los velos del bien y lo bello.
Con los poetas malditos esto cambia… Baudelaire , Rilke , Rimbaud …hacen pasar el sin
sentido que lo bello vela.Y con Francois Cheng se termina de correr dicho telón.
Y de esto se trata , la voz poética seria la forma de hacer pasar, el bien decir, el decir del hay
ausencia de sentido cuando el analista puso a jugar el suyo.en la diferencia que sostuvo
separando ideal de objeto, allí poema que los constituye a ambos, será.

Bibliografía

?Cheng, François. (2002). El diálogo. Valencia: Pre-textos


?Haraki, R. El psicoanálisis: entre la pulsión y la poesía. Buenos Aires
?Heidegger, M. (2012). De camino al habla. Barcelona: Ediciones del Serbal
?Jakobson, R. (1988). Obras selectas I. Madrid: Gredos
?Klein, É. (2005). Las tácticas de cronos. Paris: Siruela
?Lacan, J. (2012). Otros escritos. Buenos Aires: Paidos
?Lacan. J. (1976). L’insu que sait de l’une - bévue s’aile a mourre.
?Mujica, H. (2014). El saber del no saberse. Madrid: Editorial Trotta

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