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Batallando la

incredulidad de la
impaciencia
 Resource by
John Piper

 Scripture: Isaiah 30:1–5 Topics: Waiting, Killing Sin

"¡Ay de los hijos rebeldes," declara el SEÑOR,

"que ejecutan planes, pero no los míos,


y hacen alianza, pero no según mi Espíritu,
para añadir pecado sobre pecado;
los que descienden a Egipto, sin consultarme,
para refugiarse al amparo de Faraón
y buscar abrigo a la sombra de Egipto!

El amparo de Faraón será vuestra vergüenza,


y el abrigo a la sombra de Egipto,
vuestra humillación.

Porque sus príncipes están en Zoán,


y sus embajadores llegan a Hanes.
5Todos se avergonzarán a causa de un pueblo que no les trae provecho,
no les sirve de ayuda ni de utilidad,
sino de vergüenza y también de oprobio."
EN EL LUGAR DE DIOS, AL PASO DE DIOS

La impaciencia es una forma de incredulidad. Es lo que comenzamos a sentir


cuando dudamos la sabiduría del momento oportuno o la benevolencia de la
enseñanza de Dios. Brota en nuestros corazones cuando el camino al éxito se
enloda o está esparcido con rocas o un tronco caído que nos impide el paso.
La batalla con la impaciencia puede ser una escaramuza sobre una larga
espera en línea en la caja de una tienda. O puede ser una gran batalla sobre
una incapacidad o enfermedad o circunstancia que derriba la mitad de tus
sueños.

Lo opuesto a la impaciencia no es una simple negación de la frustración. Lo


opuesto de la impaciencia es una disposición profunda, madura y tranquila a
ya sea esperar a Dios donde tú estás en el lugar de obedecerle, o de perseverar
al ritmo que El permite en el camino a la obediencia - esperar en su lugar o
llevar su ritmo.

LA BATALLA CONTRA LA INCREDULIDAD.

Cuando la manera en que tú planeaste tu día, o la manera en que planeaste


vivir tu vida es cortada o retrasada, la incredulidad de la impaciencia te tienta
en dos direcciones diferentes, en parte dependiendo de su personalidad y parte
en las circunstancias.

1. Por una parte, te tienta a darte por vencido, a tirar la toalla. Si habrá
frustración, oposición y dificultad, entonces lo olvidaré. No me quedaré en
este trabajo, o tomaré este reto, criar a esta criatura o permanecer en este
matrimonio, o vivir esta vida. Esa es una manera en que la incredulidad de la
impaciencia te tienta. Date por vencido.
2. Por otra parte, la impaciencia te tienta a tomar medidas impulsivas y
contraatacantes contra los obstáculos en tu camino. Te tienta a ser impetuoso
o precipitado o impulsivo o imprudente. Si no le das la vuelta a tu carro y para
ir a tu casa, te precipitas a un desvío de ruta mal aconsejado para tratar de
ganarle al sistema.
Cualquier manera que tienes para batallar la impaciencia, el punto central de
hoy es que es una batalla contra la incredulidad y por tanto no solo es cuestión
de personalidad. Es la cuestión de si tú vives por fe y si heredas las promesas
de vida eterna. Escucha estos versículos para percibir que tan vital es esta
batalla:

 Lucas 21:19—“Con vuestra perseverancia [paciencia] ganaréis vuestras


almas”.
 Romanos 2:7—“a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria,
honor e inmortalidad: Dios dará vida eterna.”
 Hebreos 6:12—“Que no seáis indolentes, sino imitadores de los que mediante
la fe y la paciencia heredan las promesas.”
La paciencia en hacer la voluntad de Dios no es una virtud opcional en la vida
cristiana. Y la razón no es porque la fe no es una virtud opcional. La paciencia
en hacer el bien es el fruto de la fe. Y la impaciencia es el fruto de la
incredulidad. Y bien la batalla contra la impaciencia es la batalla contra la
incredulidad. Y el arma principal es la Palabra de Dios, especialmente sus
promesas.

COMO EL SALMISTA BATALLÓ CONTRA LA IMPACIENCIA

Antes de que veamos a Isaías 30, quiero que vean la relación entre las
promesas de Dios y la paciencia del creyente en Salmo 130:5. ¿Cómo batalla
el salmista contra la impaciencia en su corazón?

Espero en el Señor; en El espera mi alma,


y en su palabra tengo mi esperanza.
“Esperando en el Señor” es una manera de describir lo opuesto de la
impaciencia en el Antiguo Testamento. Esperando en el Señor es lo opuesto
de correr adelante del Señor y es lo opuesto de abandonar al Señor. Es
quedarse en el lugar indicado mientras El dice que te quedes, o es ir al paso
que El marca cuando te dice que procedas. No es impetuoso y no es
inconsolable.

Ahora, ¿Cómo sostiene su paciencia el salmista mientras espera en el Señor


que le demuestre el siguiente paso? El versículo 5 dice: “Espero en el
SEÑOR; en El espera mi alma, y EN SU PALABRA TENGO MI
ESPERANZA.” La fuerza que lo sostiene en paciencia es la esperanza, y la
fuente de la esperanza es la Palabra de Dios. “¡En su palabra tengo mi
esperanza!” Y la esperanza es la fe en el tiempo futuro. Hebreos dice, “La fe
es la certeza de lo que se espera.”

Así que lo que tenemos en el Salmo 130:5 es una ilustración clara que la
manera de batallar la impaciencia es de fortalecer tu esperanza (o fe) en Dios,
y la manera de fortalecer tu esperanza en Dios es escuchar su Palabra,
especialmente sus promesas.

Si tú estás tentado a no esperar a Dios apaciblemente, a permitirle a El que te


diga tu siguiente paso—si tú estás tentado a abandonarlo o a proceder sin El—
por favor entiende que éste es un momento para gran batalla espiritual. Toma
la espada del Espíritu que es la palabra de Dios (Efesios 6:17), y clava la
maravillosa promesa contra el enemigo que es la impaciencia.

EL LADO IMPETUOSO DE LA IMPACIENCIA

Ahora veamos una ilustración de Israel cuando no hizo esto. Durante la época
de Isaías, Israel fue amenazado por enemigos como Asiria. Durante esos
tiempos Dios envió al profeta con su palabra para decirle a Israel cómo quería
que respondieran a la amenaza. Pero una vez Israel se impacientó con el
tiempo de Dios. Estaba demasiado cercano el peligro. Las probabilidades del
éxito eran demasiado pequeñas. Isaías 30:1-2 describe lo que hizo Israel en su
impaciencia.

¡Ay de los hijos rebeldes, declara el SEÑOR, que ejecutan planes, pero no los
míos, y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre
pecado! Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse al
amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto.

Esto es lo opuesto a esperar en el Señor. Israel se impacientó. Dios no los


había librado de su enemigo en el tiempo o en la manera que ellos habían
esperado, y se les había terminado la paciencia. Ellos acudieron a Egipto para
que los ayudara. Hicieron un plan y un tratado, pero no eran de Dios. Las
palabras clave en el verso 2: “Los que descienden a Egipto SIN
CONSULTARME.”

Esta es una ilustración perfecta del lado impetuoso de la impaciencia. Aquí es


donde muchos de nosotros pecamos casi a diario: Surgiendo adelante con
nuestros propios planes sin detenernos a consultar con el Señor.

LA ADVERTENCIA DEL SEÑOR

Así que el Señor nos da una advertencia en el versículo 3: “El amparo de


Faraón [¡el rey de Egipto!] será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de
Egipto, vuestra humillación.” En otras palabras, tu impaciencia te va a
producir una consecuencia indeseada. Egipto no te abrigará; será tu
vergüenza. Tu impaciencia se convertirá en tu humillación.
Esto es una advertencia para todos nosotros. Cuando hay obstáculos en tu
camino y el Señor dice espera, más vale que confiemos en él y esperemos,
porque si salimos adelante sin consultarlo, nuestros planes probablemente no
son sus planes y nos traerán vergüenza en vez de gloria. (Ver Isaías 50: 10-11
y el caso de Abraham y Hagar para el mismo punto).

¿QUÉ DEBEMOS HACER EN LUGAR DE ESO?

¿Que debería de haber hecho Israel? ¿Qué deberíamos de hacer cuando nos
sentimos atrapados por obstáculos y frustración? La respuesta se encuentra en
el versículo 15 y en el versículo 18.

Porque así ha dicho el Señor DIOS, el Santo de Israel, “En arrepentimiento y


en reposo seréis salvos; en quietud y confianza está vuestro poder.” Por tanto,
el SEÑOR espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para
tener compasión de vosotros. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán
bienaventurados son todos los que en El esperan!

Aquí están dos grandes promesas esta mañana que deberían darles un fuerte
incentivo para sobrellevar la incredulidad de la impaciencia.

Versículo 15: “En quietud y confianza está vuestro poder." En otras palabras,
si estás quieto en Dios, si lo buscas a Él en vez de ir corriendo a Egipto, si
confías en el, entonces él te dará toda la fuerza que necesitas para ser paciente
y sobrellevar las tensiones donde te encuentras.

Entonces el versículo 18: “¡Cuán bienaventurados son todos los que en El


esperan!” Dios promete que si esperas su guía y ayuda pacientemente, en vez
de irte de cabeza "sin consultarle", El te dará una gran bendición.

PREDICÁNDOLE A TU PROPIA ALMA


Esta es la manera en que tú batallas la incredulidad de la impaciencia. Le
predicas a tu alma con advertencias y promesas. Tú dices, Mira lo que le pasó
a Israel cuando actuaron impacientemente y acudieron a Egipto para ayuda en
vez de esperar a Dios. Fueron avergonzados y humillados. Y luego le dices a
tu alma: pero mira lo que nos promete Dios si descansamos en él si somos
callados y confiados. El nos hará fuertes y nos salvará. El dice que nos
bendecirá si lo esperamos pacientemente.

Entonces quizás uses la promesa en Isaías 49:23,

Y que no se avergonzarán los que esperan en mí.

Y luego en Isaías 64:4,

Ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que esperaba
en El.

Y finalmente en 40:31,

Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas
como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

Así que batallas la incredulidad de la impaciencia utilizando las promesas de


Dios para persuadir a tu corazón que el tiempo oportuno de Dios y la guía de
Dios y la soberanía de Dios van a tomar esta situación frustrada, encajonada y
no productiva y convertirla en algo eternamente valioso. Vendrá una
bendición, una fortaleza, una vindicación, una ascendencia con alas como
águilas.

EL SUFRIMIENTO PACIENTE DE CHARLES SIMEON


Permítanme concluir con una ilustración de un hombre que vivió y murió en
batalla exitosa contra la incredulidad de la impaciencia. Se llamaba Charles
Simeon. Era un pastor de la Iglesia de Inglaterra de 1782 a 1836 en el Colegio
Trinity de Cambridge. Fue asignado a su iglesia por un obispo contra la
voluntad del pueblo. Se oponían a él no porque fuera un mal pastor sino
porque era evangélico—él creía en la Biblia y llamaba a la conversión,
santidad y las misiones mundiales.

Durante 12 años el pueblo se negaba a permitirle dar el sermón vespertino


dominical. Y durante ese tiempo boicotearon el servicio dominical matutino y
atrancaban sus bancas para que nadie se pudiera sentar en ellas. ¡Por 12 años
él le predicó al pueblo en los pasillos! ¿Cómo perduró?

En este estado de cosas, no vi más remedio que fe y paciencia. [¡Observen el


enlace de fe y paciencia!] El pasaje de las Escrituras que atenuó y controló mi
mente fue este: “El siervo del Señor no debe ser rencilloso”. [Nota: ¡El arma
en la batalla por la fe y paciencia era la Palabra!] Ciertamente era muy
doloroso ver a la iglesia casi abandonada, con la excepción de los pasillos;
pero yo pensaba que si Dios solo le diera bendiciones dobles a la
congregación que si asistía, entonces habría en general tanto bien hecho como
si la congregación fuera doble y la bendición limitada a solo la mitad. Esto me
consoló muchas, muchas veces, cuando sin esta reflexión, yo me hubiera
hundido bajo mi carga. (Charles Simeon, por H.C.G. Moule, p. 39)

¿Dónde recibió la certidumbre de que si seguía el camino de la paciencia,


habría una bendición sobre su obra que compensaría por las frustraciones de
tener todas las bancas cerradas? Sin duda, la recibió de los textos como Isaías
30:18, “¡Cuán bienaventurados son todos los que en El esperan!” La Palabra
conquistó a la incredulidad y la creencia conquistó a la impaciencia.
Cincuenta y cuatro años después se estaba muriendo. Era octubre de 1836. Las
semanas pasaban lentamente, como han pasado para muchos de nuestros
santos moribundos en Belen. Yo he aprendido que la batalla con la
impaciencia puede ser muy intensa en el lecho de muerte. El 21 de octubre le
escucharon decir estas palabras lentamente y con pausas largas:

La sabiduría infinita ha dispuesto todo con amor infinito; y el poder infinito


me permite—a reposar en ese amor. Estoy en las manos de un Padre
querido—todo está protegido. Cuando miro hacia El, no veo más que
fidelidad—e inmutabilidad—y verdad; y tengo la paz más dulce—no puedo
tener más paz. (Charles Simeon, p. 172)

La razón por la cual Simeon podía morir de esa manera es porque por 54 años
se había entrenado a sí mismo a acudir a las Escrituras y sujetarse a la
sabiduría infinita y amor y poder de Dios y usarlos para conquistar la
incredulidad de la impaciencia.

Y bien, yo les exhorto como dice en Hebreos 6:12, que “sean imitadores de"
Charles Simeon y de todos ”los que mediante la fe y la paciencia heredan las
promesas".

*****

Para un estudio adicional ver la conexión de la fe / esperanza con la paciencia


en Romanos 8:25; 12:12; 1 Tesalonicenses 1:3; Hebreos 6:12, 15; Santiago
1:3; Apocalipsis 13:10. Para otros textos sobre la paciencia ver Salmo 37:9;
Lamentaciones 3:25-27, Lucas 8:15, Romanos 5:3, 1 Corintios 13:4, Gálatas
5:5, 22; Efesios 4:1-2; Colosenses 1 : 11, 1 Tesalonicenses 5:14; James 5:7-
11; Empleo 1:21, Lucas 2:25, 38; 2 Timoteo 3:10. Para ver la paciencia de
Dios, 2 Pedro 3:9, Romanos 2:4, 9:22, 1 Timoteo 1:16; 1 Pedro 3:20.
PELIGROS DE LA IMPACIENCIA
POSTED ON AGOSTO 8, 2012

TEMA: PELIGROS DE LA IMPACIENCIA

TEXTO: 1 SAMUEL 13:5-13

INTRODUCCION
• MUCHAS PERSONAS SE JACTAN QUE A ELLOS NO LES GUSTA QUE LOS
HAGAN ESPERAR, SE MOLESTAN SI LAS COSAS NO SE HACEN EN EL
MOMENTO QUE ELLOS LO QUIEREN O EN EL TIEMPO QUE ELLOS CREEN ES
SUFICIENTE PARA HACER LO QUE HAN PEDIDO.

• CON TRAMITES, MECANICOS, SASTRES, NUESTROS HIJOS, ETC MUCHAS


VECES PERDEMOS LA PACIENCIA Y NOS MOLESTAMOS Y EXIGIMOS Y NOS
PORTAMOS IMPONENTES Y MUCHAS VECES PREPOTENTES… PERO ESO NO
FUNCIONA CON DIOS!!

• EXISTEN DOS CLASES DE TIEMPO QUE LA PALABRA DE DIOS MENCIONA :


CRONOS Y KAIROS, UNO ES EL TIEMPO DEL HOMBRE QUE SE MIDE CON
RELOJ Y CALENDARIO Y EL OTRO ES EL MOMENTO DE DIOS, QUE ESTA
DEFINIDO POR SU VOLUNTAD NO POR UN RELOJ NI POR UN CALENDARIO.

• NOSOTROS LOS SERES HUMANOS NO CONOCEMOS EL TIEMPO DE DIOS, EL


MOMENTO OPORTUNO, LO UNICO QUE TENEMOS QUE HACER ES SER
PACIENTES.

• LASTIMOSAMENTE A MUCHOS NOS FALTA ESA CUALIDAD ESPIRITUAL, NO


SOMOS PACIENTES, NO SABEMOS ESPERAR, SOMOS IMPACIENTES, Y QUE ES
LA IMPACIENCIA: Intranquilidad producida por algo que molesta o que no acaba de
llegar.

• SER IMPACIENTE ES MANTENERSE CON INTRANQUILIDAD, POR LAS COSAS


QUE NOS MOLESTAN Y POR LAS COSAS QUE NO LLEGAN Y ESA
INTRANQUILIDAD NOS LLEVA A MUCHOS PELIGROS.
EN LOS VERSICULOS QUE HEMOS LEIDO VEMOS A UN REY QUE NO SUPO
ESPERAR, EL REY SAUL, Y POR NO SABER ESPERAR COMETIO MUCHOS
ERRORES QUE AL FINAL LE COSTARON EL REINO (VS 14)
POR MEDIO DE ESOS VERSICULOS NOS DAREMOS CUENTA DE LOS
PELIGROS DE NUESTRA IMPACIENCIA PARA CON DIOS.

I) PRIMER PELIGRO: DESCONFIAR DE DIOS (VS 7-9)

• EL PROFETA SAMUEL LE HABIA DADO A SAUL UN PLAZO PARA VENIR A EL A


GILGAL (1 SAMUEL 10:8) CUANDO LLEGO EL SEPTIMO DIA Y LA SITUACION SE
PUSO MAS DIFICIL, CUANDO SE SINTIERON MAS EN APUROS, SAUL
DESCONFIO DE SAMUEL, DUDO QUE LLEGARIA A TIEMPO.

• HIZO EL HOLOCAUSTO EL MISMO PORQUE CREYO QUE SAMUEL NO


VENDRIA, PERO SAMUEL SI LLEGO A TIEMPO (1 SAMUEL 13:10)
• MUCHOS PODEMOS DECIR ESTA NOCHE: PASTOR PERO SAUL TENIA RAZON
PARA DESCONFIAR DE SAMUEL, PORQUE ES HOMBRE Y PUEDE FALLAR, SE
PODIA ENFERMAR, LE PUDO HABER MENTIDO… Y TIENE TODA LA RAZON,

• PERO ENTONCES PODEMOS CONCLUIR UNA COSA MUY IMPORTANTE: NO


HAY RAZON PARA DUDAR DE DIOS, EL NO MIENTE, EL NO FALLA, EL NO
OLVIDA, EL NO SE DESCUIDA… EL QUE ESTA DESCONFIANDO DE DIOS ESTA
PECANDO PORQUE DIOS ES DIGNO DE TODA CONFIANZA.

II) SEGUNDO PELIGRO: COMETER LOCURAS (1 SAMUEL 13:13)

• NINGUN HOMBRE PODIA OFRECER EL HOLOCAUSTO SI NO ERA


SACERDOTE, AUNQUE FUERA EL REY, SAUL COMETIO UNA LOCURA
HACIENDO ALGO QUE NO LE ESTABA PERMITIDO HACER A EL.

• CUANTAS COSAS QUE HEMOS HECHO POR IMPACIENCIA DIOS NOS DIRIA
ESTA NOCHE: LOCAMENTE HAS HECHO.

• VENDISTE EL TERRENO, TE FUISTE A HACER UNA LIMPIA, FUISTE DONDE UN


BRUJO, EMPEÑASTE TUS COSAS… LOCAMENTE HAS HECHO.

III) TERCER PELIGRO: HECHARLE LA CULPA A DIOS DE LAS LOCURAS QUE


COMETEMOS (1 SAMUEL 13:11-12)

• CASI POR REGLA GENERAL UN IMPACIENTE NO ACEPTA SU


RESPONSABILIDAD DE LAS LOCURAS QUE HACE SINO QUE LE HECHA LA
CULPA A ALGUIEN MAS.

• SAUL LE HECHO LA CULPA A SAMUEL POR LA LOCURA QUE HIZO, Y MUCHOS


CRISTIANOS LE HECHAN LA CULPA A DIOS POR LAS LOCURAS QUE HEMOS
HECHO EN NUESTRA VIDA.
SI NOS VA MAL ES PORQUE NO HEMOS QUERIDO ESPERAR (ISAIAS 30:15)

¡TEN PACIENCIA!

Gálatas 5:22

Dios tiene Sus tiempos establecidos. Y no es para nosotros


conocerlos. De hecho, ¡que no los podemos conocer! Más bien,
tenemos que esperar por ellos. Si Dios le hubiera dicho a
Abrahán en Harán, que él tendría que esperar todos esos años
para abrazar al hijo prometido, ¡Uy! le hubiera dado un ataque al
corazón al pobre.

Así que, en Su amor, Dios no le dijo a Abrahán la cantidad de


años que tendría que esperar.

Si Dios te dijera, “por adelantado”, cuantos años tendrías que


esperar para que tus deseos o sueños se hicieran realidad, ¡te
daría patatús! ¡Por eso Dios no te lo dice! Solo te dice, “Espera.
Yo cumplo Mi Palabra. No estoy apurado. Con el pasar del
tiempo, te estoy preparando para que estés lista para recibir la
promesa.”

EMPECEMOS EN ORACIÓN

Señor, tu misericordia es para siempre. Gracias que tu Espíritu


Santo nos transforma a la imagen de Jesús. Padre, necesitamos
tanto del fruto del Espíritu. Queremos permanecer en Cristo, y
caminar dignas del llamado que nos has hecho.

Padre, tenemos la costumbre de echarle la culpa a otros por


nuestros problemas, o nuestra forma de ser. Señor, queremos
representarte bien. Queremos ser mujeres cambiadas por el
Poder de tu Palabra. En el nombre de Jesús, Amén.

Gálatas 5:22 dice "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 21 mansedumbre, Y
templanza. Contra tales cosas, no hay ley.”

HASTA ESTE MOMENTO, hemos visto la belleza del amor, del gozo y
de la paz del Señor, ahora nos enfocaremos en el fruto de
la PACIENCIA.

Todas conocemos a alguien que tiene poca paciencia. Que explota a la


menor provocación. Pero una persona, que tiene paciencia, es
totalmente diferente. Ella tiene dominio sobre sí misma. Ella está
siempre tranquila y serena.

Paciencia es poder contenerte cuando alguien te ofende. La persona que


ha desarrollado el fruto de la paciencia no salta como un gallito para
desquitarse, ni para vengarse por el daño que le han hecho.

Un autor anónimo escribió: “Un momento de paciencia puede parar


un gran desastre. Pero un momento de impaciencia puede
arruinar toda una vida.”

La paciencia es esa cualidad que no se rinde ante la circunstancias, ni


cede ante la presión de una prueba. La paciencia es lo opuesto a la
ira, Y ES USADA CUANDO SE HABLA DE DIOS. La paciencia está
asociada con la misericordia.

PAUSA

Cuando los hijos de Israel llegaron al Monte Sinaí, Moisés subió montaña
arriba para comparecer ante Dios… pero la gente se impacientó porque
Moisés no regresaba.

Éxodo 32:1 dice, “Al ver el pueblo que Moisés tardaba en bajar del
monte, fueron a ver a Aarón y dijeron: ‘Anda, haznos unos dioses
que vayan delante de nosotros, porque a este Moisés, que nos
sacó de Egipto, no sabemos que pudo haberle sucedido.’”

Así que Aarón les hizo un becerro de oro, y bajo la sombra del Monte
Sinaí, la gente cayó hasta lo más bajo. ¡CAYÓ EN LA IDOLATRIA…
EN LA INMORALIDAD!! Y Dios castigó su pecado.

Y eso no fue todo. Dios le dijo a Moisés, que Él iba a abandonar al


pueblo. Pero que enviaría a Su Ángela que les aclarara el camino para
que pudieran entrar a la Tierra Prometida.

¡Moisés se asustó! Por eso en Éxodo 33:15,


Moisés ORÓ, “Señor, si Tú no vas a venir conmigo, no nos saques
de aquí.” Moisés asumió el papel de mediador, al suplicarle a Dios a
que no abandonara a Su pueblo.

Dios volvió a llamar a Moisés monte arriba. En Éxodo 34:6-7, Dios le


reveló a Moisés, MUCHO MÁS ACERCA DE SU CARÁCTER DIVINO. Le
dijo: “¡EL SEÑOR! ¡EL SEÑOR! ¡Dios misericordioso y clemente!
¡Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad! 7 ¡Es
misericordioso por mil generaciones! ¡Perdona la maldad, la
rebelión y el pecado!”

A pesar de que los israelitas habían provocado a Dios, más allá de lo


imaginable, Él siempre les demostró paciencia. Él nunca se precipitó a
desquitarse, o a vengarse.

Sin embargo, era necesario que Dios les


demostrara CLARAMENTE cuan santo era El, y cuan insultante había
sido su idolatría. A pesar de todo, la paciencia fue siempre la
característica primordial de Dios,cuando trataba con ellos.

Pablo usa la palabra “paciencia” para describir la forma cómo Dios


todavía se contiene al no derramar Su ira sobre la humanidad, por
sus terribles pecados. Sin embargo, la paciencia de Dios, no se
debe de interpretar como debilidad, indulgencia, o indiferencia.

Otro gran ejemplo de la paciencia de Dios, lo vemos en el Antiguo


Testamento, en la forma como Dios se contuvo, durante 120
años, para no mandar el diluvio sobre la gente de la época de
Noé. Durante todo ese tiempo, Noé le había predicado al mundo
antiguo… Y NADA…

El arca se estaba construyendo para ser el medio de salvación para


aquellos que prestaran atención al mensaje, y pudieran escapar la ira de
Dios. ¡Pero fue en vano! ¡No hicieron caso! Y hoy en día, el Espíritu
Santo, sigue luchando con la humanidad.

Pedro habló de esa gente en 1 Pedro 3:20, “ A los que en otro tiempo
desobedecieron, en los días de Noé, cuando Dios esperaba con
paciencia mientras se preparaba el arca, en la que unas cuantas
personas, ocho en total, fueron salvadas por medio del agua.”

Y nadie ha demostrado más paciencia que Jesús. Jesús fue paciente con
Sus discípulos. Aun en Getsemaní,cuando Él les había pedido
“específicamente,” que se mantuvieran despiertos y oraran¡Pero se
quedaron dormidos! Dos veces Jesús los tuvo que despertar.

Judas y la gentuza ya se estaban acercando en la oscuridad de la


noche. ¡El enfrentamiento estaba al comenzar! ¡Los discípulos
necesitaban orar! Pero a las finales… Jesús los dejó dormir.

En Marcos 14:38 Jesús les había dicho, “Manténganse despiertos, Y


OREN, para que no caigan en tentación. A decir verdad, el
espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.”

Jesús fue paciente con la incredulidad de Su propia generación: “¡Ay,


gente incrédula y perversa!” El espíritu de incredulidad le seguiría los
pasos -- desde las alturas del Monte Hermón -- hasta las
antecámaras de Pilatos. ¡Ni una vez Jesús reaccionó con cólera!

Jesús fue paciente con los Samaritanos, quienes, por su orgullo e


intolerancia religiosa y racial, no le permitieron pasar por su aldea.
Fue paciente con Jacobo y Juan, cuando reaccionaron violentamente en
Lucas 9:54-55, “¿Señor, quieres que mandemos que caiga fuego
del cielo, como hizo Elías, para que los destruya?”

Jesús les contestó:“Ustedes no saben de qué espíritu son. Porque


el Hijo del Hombre no ha venido a quitarle la vida a nadie, sino a
salvársela.” ∐ Ellos todavía no habían recibido al Espíritu Santo, y
como resultado, no exhibían el fruto del Espíritu.

Jesús fue paciente con Jerusalén. Jesús los hizo responsables por no
haber distinguido las señales de los tiempos… por no haber sabido la
Palabra de Dios, pues ellos lo rechazaron como su Mesías.

Entonces Jesús profetizó la destrucción del templo. Sin


embargo, esperó 40 años para hacerlo. En el año 70, después de
Cristo, el templo fue destruido exactamente como Jesús lo predijo.

Jesús fue paciente con Pedro, al perdonarle su negación. Fue paciente


con Jacobo, Su medio hermano.Nunca sabremos lo que nuestro Señor
Jesucristo tuvo que soportar en manos de su intolerante
hermano, durante aquellos largos años que vivieron juntos en Nazaret,
y mientras trabajaban juntos en la carpintería de la familia.

Pero después de la resurrección, cuando la incredulidad terca de


Jacobo desapareció, Jesús buscó a su hermano, y le ofreció Su
salvación.JACOBO CREYÓ, y aceptó a Jesús como su Señor y Salvador.
∐ Primero de Corintios 15:7 dice, “Luego se le apareció a Jacobo, y
después, a todos los apóstoles.”

La paciencia es esa rara virtud de carácter, que debiera ser parte de


nuestro carácter también. Debemos de ser pacientes, aun cuando nos
provoquen, o nos insulten. El famoso sicólogo, Juan Dewey dijo que la
virtud más útil en este mundo es la paciencia.
La realidad es que necesitamos paciencia en todo momento, y en todo
lugar. Proverbios 16:32 dice, “Ser paciente es mejor que ser
valiente. Es mejor dominarse uno mismo, que tomar una ciudad.”

¿Cuán paciente eres tú? Te voy a dar cuatro formas de probar tu


paciencia. La primera forma de probar tu paciencia son las
interrupciones. Te sientas a la mesa a almorzar, ¡y suena el
teléfono! Te estás bañando, ¡y un vendedor te toca el timbre! Estás
trabajando en un proyecto, el cual tienes que entregar al día
siguiente, ¡y te llega visita!

Nuestros mejores planes son, muchas veces, interrumpidos.¿Te


impacientas tú con las interrupciones en el trabajo? Cuando el
famoso Johannes Brahms estaba componiendo su famosa Canción de
Cuna,tuvo tantas interrupciones, que le tomó siete años completar
esta pieza musical.

A los discípulos de Jesús tampoco les gustaban las


interrupciones. Se impacientaban cuando la gente interrumpía el
itinerario de Jesús.

Mateo 19:13-14 dice, “Entonces le llevaron unos niños, para que


[Jesús] pusiera las manos sobre ellos y orara, pero los discípulos
los reprendieron. 14 Entonces Jesús les dijo: Dejen que los niños
se acerquen a Mí. No se lo impidan, porque el reino de los cielos
es de los que son como ellos.”

La segunda forma de probar tu paciencia son las


inconveniencias. ¿Cómo luchas con las inconveniencias en tu
vida? ¡A nadie le gusta retrasarse! SOMOS LA GENERACIÓN DE
AHORA.Tenemos la mentalidad del microondas – queremos todo en
segundos. Tenemos arroz al minuto, café instantáneo, y comida rápida.

También queremos nuestra información al momento. Queremos reportes


al día. ∐ Hace cien años la gente no se preocupaba si perdía el coche.
Ellos podían tomar OTRO COCHE en un día o dos. ¡Uy! Hoy en día,
TRAGEDIA si se nos pasa el ómnibus, ¡nos da ataque! ¡Estamos
siempre apuradas! ¡No podemos esperar!
Lucas 10:40 nos habla de una mujer, QUE NO ERA MUY PACIENTE,
cuando tenía que afrontar las inconveniencias de la vida. Un día, Jesús
estaba en la casa de María y Marta. Y Marta estaba afanosamente
preparando la comida. Ella estaba molesta con su hermana, porque
María la había dejado haciendo todo el trabajo.

¿Puedes escuchar el tono de voz de Marta cuando le dijo a


Jesús, “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje trabajar
sola? ¡Dile que me ayude!” A LO MEJOR TÚ TE SIENTES ASÍ. A lo
mejor estás cargando un gran peso, y te sientes explotada y abusada.

Tú quisieras estar sentada a los pies de Jesús también, pero hay mucho
trabajo que hacer, y tú pareces ser la única que lo notas. ¿Cómo
reaccionas? ¿Eres paciente, a pesar de la inconveniencia?

Hace años, yo me estaba embarcando en un avión a Lima, Perú.


Todos los pasajeros se estaban acomodando en sus asientos, y
yo estaba tratando de llegar al mío. Pero habían dos
hombres,padre e hijo, ya mayores, parados en el pasillo. Estaban
en su propio mundo, tranquilamente conversando, y por lo tanto,
no me dejaban pasar.

Esperé un ratito, lo que se me hizo una eternidad, y al final ya no


pude más, y les dije, que por favor, interrumpieran su
conversación, que se sentaran, y me dejaran pasar. ¡A
regañadientes se sentaron en sus asientos, ¡Y ME DEJARON
PASAR!

¡UY! me sentí tan culpable por haber perdido la paciencia. Por no


haber sido lo suficientemente amable para esperar unos minutos
más a que terminaran su conversación.

¡Inmediatamente le pedí perdón a Dios! Si, reconozco que ellos


podían haber tenido un poquito más de consideración, pero yo
también podía haber demostrado un poquito más de bondad y
paciencia, EN VEZ DE DUREZA.

Proverbios 12:16 dice, “El necio al instante revela su enojo; pero el


prudente desdeña la injuria.” Y Proverbios 20:3 también dice, “Al
hombre le adorna alejarse de pleitos, pero los insensatos, se
enredan en ellos.” Y Proverbios 29:11 es como una daga al
corazón, “El necio da rienda suelta a su enojo, pero el sabio, sabe
cómo calmarlo.”

A veces, crecer en paciencia y bondad parece ser bien difícil. Pero el


apóstol Pablo dice que es la obra de Dios, que es el“fruto del Espíritu
Santo.” A lo que cooperamos con Él, y dependemos de Él, El
Espíritu de Dios produce el fruto de la paciencia… EN NOSOTRAS.

La tercera forma de probar tu paciencia son las irritaciones. Son


esas pequeñas cosas de la vida que te fastidian. Ya sea: la congestión
de tráfico, las largas colas, las llamadas telefónicas,la comida fría, los
aviones retrasados, los vecinos con la música a todo volumen. ¡Estoy
segura que tú también tienes tu propia lista de irritaciones!

Algunas de estas irritaciones son controlables, pero la mayoría, NO LO


SON. Así que tenemos que aprender a lidiar con estas
irritaciones. ¿Cómo debes de lidiar con ellas? ¡CON PACIENCIA!

Números 20:10-11 nos cuenta, que en una ocasión, Moisés se irritó


mucho con los israelitas. ¡Él estaba harto de ellos! Había aguantado
todas sus quejas, y sus críticas, y ya se le había agotado la paciencia.

Cuando Dios le dijo que le hablara a la roca, para que brotara agua de
ella, Moisés la golpeó con cóleraen vez. Su impaciencia hizo que
desobedeciera a Dios. Y como resultado, Dios no lo dejó entrar a la
Tierra Prometida.

Por lo general, Moisés era una persona paciente, pero hasta las
personas pacientes llegan a su límite, o al menos, así parece. Para
muchas de nosotras, NUESTRAS IRRITACIONES MÁS GRANDES
EN LA VIDA, SON LA GENTE EN GENERAL. Todas tenemos
encuentros con gente pesada e irritante. Gente que nos deprime un
poco.

Tenemos que aprender la lección de la ostra. Cuando la ostra tiene una


irritación – cuando se le mete un granito de arena en la concha –lucha
con tanta empeño para quitársela de encima, que eventualmente,esa
irritación se convierte en una perla. Aprender a responder a las
irritaciones de la vida,“positivamente.” te permitirá transformar TUS
IRRITACIONES en perlas.

Y la cuarta forma de probar tu paciencia es la inactividad. ¡El no


hacer nada! La mayoría de nosotras prefiere estar haciendo
algo, cualquier cosa, que estar sin hacer nada… SIMPLEMENTE
ESPERANDO.No nos gusta esperar en el consultorio del doctor, ni estar
en la cola del supermercado, ni tener que estar en cama por receta
médica.

¿Sabías que te pasarás seis meses de tu vida sentada en el carro


esperando que la luz roja cambie? ¿Y has notado que cuando la luz
cambia a verde, si no te mueves al toque, ¡la persona de atrás te
tocará la bocina desesperadamente!

¿Cómo lidias tú con la inactividad? ¡Cuando no puedes hacer


nada! Muchas veces hablamos de “la paciencia de Job.” Job es un
ejemplo de un hombre que no podía hacer nada, SINO ESPERAR.

Él dice en Job 14:14, “Mientras tenga que cumplir mi servicio


obligatorio, esperaré con paciencia a que llegue mi
relevo.” Podemos aprender mucho del ejemplo de Job.

Proverbios 19:2 dice: “Donde hay premura, hay locura.” Los


investigadores médicos están de acuerdo con esto. HAN DESCUBIERTO
UNA NUEVA ENFERMEDAD, llamada “la enfermedad del apuro.”

Los doctores Friedman y Rosenman dicen que el noventa por ciento de la


gente que tiene un ataque al corazón, tiene personalidad tipo “A,”es
decir, una personalidad que anda siempre apurada. Su impaciencia
habitual los mete en problemas. “Si, donde hay premura, hay
locura.”

¿Cómo puedes convertirte en una persona paciente? ¿Sabes cuál


es la causa de la impaciencia? ¡LA FALTA DE PAZ! Tal vez sea por
eso que Dios puso a la paciencia después de la paz en la lista del Fruto
del Espíritu.

Cuando no tienes paz en tu corazón, ¡CUALQUIER COSA TE PUEDE


IMPACIENTAR! Así que ¿Cómo puedes aprender a ser una persona
paciente? Tienes que aprender a hacer cuatro cosas: (1) Mira las
Cosas con Otros Ojos; (2) Ten un Buen Sentido del Humor; (3)
Profundiza tu Amor; y (4) Depende del Señor.

1. Mira las Cosas Con Otros Ojos

Busca la manera de mirar LA SITUACION O LA PERSONA, que te


está causando problemas, de forma diferente, La paciencia comienza
cuando cambias tu manera de ver las cosas. Cuando yo me
impaciento, lo que estoy haciendo es enfocándome en mí misma.

Enfocándome en mis necesidades, mis deseos, mis metas, mi


horario, EN LO QUE YO QUIERO, ¡Y EN LA FORMA COMO LA
GENTE ARRUINA MI VIDA! Así que necesito encontrar un nuevo
enfoque en mi vida. Necesito ver el punto de vista de otra gente. ¡Mirar
las cosas con otros ojos! ¡La raíz de la impaciencia es el
egoísmo! Así que necesito encontrar un nuevo enfoque en mi vida.
Necesito ver el punto de vista de otra gente.

¿Quieres saber cuál es el secreto del éxito? Si tú quieres ser una


buena esposa, entonces aprende a ver la vida, con los ojos de tu
esposo. Si quieres ser una buena madre, aprende a ver la vida, con
los ojos de tu hijo o hija.

Si quieres ser una mujer de éxito en los negocios, aprende a ver la


vida, desde la perspectiva de tus clientes. Si quieres ser una
empleadora competente, aprende a ver la vida desde el punto de vista
de tus empleados. Mira la situación del punto de vista de otros, y
descubrirás cómo esa persona se siente.

NO HAY MEJOR MANERA QUE ESA, para reducir los conflictos en tu


vida. Proverbios 19:11 dice,“La cordura del hombre calma su furor;
su honra es pasar por alto la ofensa.” Nota la
palabra “cordura.”Significa sensatez, tacto. Sensatez es ver la vida
del punto de vista de Dios. Es ver la perspectiva de Dios en toda
situación.

Desde este punto de vista, puedo obtener tres pensamientos


importantes. (1) Yo soy solo un ser humano; NO SOY DIOS. Por
supuesto que Dios sabe eso, pero quiere que yo lo reconozca también.
No soy perfecta, ni estoy en control. A decir verdad, no puedo
controlar muchas de las cosas de la vida a las que me enfrento.

(2) Nadie es perfecto tampoco. Así que no me debería sorprender


cuando la gente comete errores, o me decepciona. (3) Dios está en
control, y Él puede usar las situaciones, las irritaciones, y los
problemas que se me presentan, para lograr Sus propósitos en mi
vida.

Proverbios 20:24 declara, “Si el Señor dirige los pasos del hombre,
¿cómo puede el hombre entender su camino? Esto significa que tú
puedes experimentar demoras divinas… interrupciones celestiales.
Algunas veces Dios pone a personas irritantes en tu camino para
enseñarte algo.

¡Así que cambia tu punto vista! ¡Ten paciencia! Mira las cosas del
punto de vista de Dios. A través de la Biblia, vemos que Dios compara la
paciencia con la madurez. Proverbios 14:29 dice, “Enojo lento, gran
inteligencia. Espíritu impaciente, demasiada necedad.”

La paciencia es la verdadera señal de la madurez. La mayoría de los


niños son impacientes. Ellos no saben la diferencia
entre “no” y“todavía no.” Cuando los bebes no consiguen lo que
quieren, ¡UY! ¡Se molestan al toque! ¡ La madurez implica saber
esperar!

Una persona de entendimiento y sabiduría, que ve la vida desde el


punto de vista de Dios, puede ser paciente. Así que, mira las cosas
con otros ojos.

2. Ten un Buen Sentido del Humor

Aprende a reírte de tus circunstancias. A reírte de ti misma. De una


manera u otra encuentra alegría… hasta en lo frustrante. Proverbios
14:30 dice, “Un corazón apacible infunde vida al cuerpo.”

Estudios científicos muestran que la gente que se ríe mucho, ¡VIVE


MUCHO! El buen humor disuelve la tensión. Es el antídoto a la
ansiedad. ¡Es el tranquilizante que no tiene ningún efecto
secundario! La risa es el amortiguador de la vida.
Muchos cómicos famosos se criaron en barrios pobres con muchos
problemas. Y ellos sobrellevaron sus problemas, aprendiendo a reír, y
a hacer reír a otros. ¡Así que aprende a reír! Y además, si aprendes a
reírte de tus problemas, nunca te quedarás sin cosas de que reírte.
Proverbios 17:22 dice, “Un corazón alegre es la mejor medicina.”

3. Profundiza tu Amor

Primero Corintios 13:4 es probablemente uno de los versículos del amor


más directos, con respecto a la paciencia. Dice claramente:“El amor
es paciente.” ESTO SIGNIFICA QUE CUANDO SOY
IMPACIENTE, estoy demostrando poco amor, PORQUE EL AMOR
ES PACIENTE.

Cuando amas a alguien, te preocupas de sus necesidades, de sus


deseos, de su dolor, y de su punto de vista – NO SOLO DEL
TUYO. Cuando estás llena de amor, casi nada te irritará, o te volverá
impaciente. Cuando estás llena de ira, ¡CUALQUIER COSA TE
PROVOCARÁ! Cuando te sientes presionada, lo que tengas dentro de
ti, saldrá a la superficie.

Así que profundiza tu amor. Efesios 4:2 dice, “Sean humildes y


mansos, y tolerantes y pacientes unos con otros, en amor.” ¿Por
qué debes de ser paciente con otros? “POR AMOR.” ¿Qué sucede
cuando alabas a Dios por la gente que te irrita? Te volverás más
como Jesús. ¡Esas personas irritantes te dejarán de irritar!

4. Depende del Señor.

La paciencia no es cuestión de tener fuerza de voluntad. La paciencia no


es decirte a ti misma “Esa chica realmente me cae bien… no me
irrita,” cuando en tu interior estás pensando, “Ay, ¡no soporto a esta
mujer!”

La paciencia no es ponerte una máscara, ni pretender algo que no es. Si


es la paciencia de Dios lo que sientes, si es el verdadero fruto del
Espíritu, tendrás verdadera paz interior.

La paciencia es una forma de fe. Es decir, “Yo confío en Dios. Confío


que Dios es más grande que mi problema. Sé que Dios está en
control de todas mis irritaciones… de todas mis
inconveniencias, y las puede usar en mi vida para bien.”

La fe nos ayuda a mirar la vida del punto de vista de Dios. La fe nos


ayuda a decir, “Señor, ¿qué es lo que quieres que aprenda de esta
situación?” En vez de decir, Señor, ¿por qué me sucedió esto?”

GRACIAS A LA FE, ya no necesitamos preguntarle a Dios, “¿Por qué


se me reventó la llanta cuando estaba camino a esa cita tan
importante?” Más bien le preguntarás, “Señor, ¿qué quieres que
aprenda de este dilema?”

PAUSA

Noé tuvo que esperar 120 años antes de que la lluvia prometida
llegara. ¡Eso es paciencia! Abrahán esperó cien años para tener un
hijo. ¡Eso es paciencia!

Moisés esperó cuarenta años en el desierto, y luego pasó cuarenta


años guiando a los hijos de Israelpor el desierto a la Tierra
Prometida. ¡Eso es paciencia! Toda la gente, en la época del
Antiguo Testamento, esperaba a que el Mesías llegara.

En los días del Nuevo Testamento, los discípulos esperaban al Espíritu


Santo en el aposento alto. ¡La Biblia es todo acerca de esperar! ¿Por
qué? Porque ESPERAR demuestra fe, ¡y la fe, complace a Dios!

LA CLASE DE ESPERA MÁS DIFÍCIL, es cuando tú estás apurada, ¡y


Dios no lo está! Es difícil ser paciente cuando estás esperando la
respuesta a tu oración; esperando que un milagro suceda; o esperando
que Dios cambie tu situación económica, o tu salud, tus hijos, tu
esposo.

Es bien duro cuando tú estás apurada, ¡Y DIOS NO LO ESTÁ! Pero


esperar pacientemente es una evidencia de fe. ¡Es también una
prueba de fe! ¿Cuánto tiempo debes de esperar?

¿Te acuerdas de la historia de Lázaro, ese buen amigo de


Jesús? Lázaro se enfermó gravemente. Sus hermanas, María y Marta, le
mandaron decir a Jesús en Juan 11:3, “Señor, el que amas está
enfermo.”

La Biblia dice que cuando Jesús se enteró, esperó dos días más, A
PROPOSITO, antes de ir a Betania, la ciudad donde ellos vivían.
Cuando Jesús llegó, Lázaro ya había muerto. Su cuerpo ya estaba en la
tumba.Al parecer, Jesús había llegado demasiado tarde.

Sin embargo, Jesús sabía que no era demasiado tarde. Así que Él se
dirigió a la tumba, y clamó con gran voz en Juan 11:43, “Lázaro, ven
fuera.” Y Lázaro salió -- ¡VIVO! El punto AQUÍ es que Dios nunca llega
tarde. ¡Su sincronización es perfecta! El no actúa de acuerdo a
nuestro horario. ¡Pero Él siempre está a tiempo!

Dios quiere que confiemos en Él… ¡que esperemos en Él! El Salmo


37:7 dice, “Guarda silencio ante el Señor, y espera en Él.” Más
que cualquier otra cosa, Dios anhela que nosotras pongamos nuestra
confianza en Él. La paciencia es evidencia de nuestra fe en Él.

¿Por qué debemos de ser pacientes? PORQUE DIOS ES


PACIENTE, y nosotras debemos de ser como Él. Segundo de Pedro 3:15
dice, “Tengan en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es
para salvación.” ¡DIOS ES PACIENTE!

Si somos hijas de Dios, debemos de tener el mismo parecido de la


familia. Es por eso que el Espíritu Santo está obrando en nuestras vidas
para producir la paciencia en nosotras. ¡Es parte del carácter de
Cristo!

Cuando yo le entregué mi vida a Cristo hace 17 años, ¡yo estaba


muy emocionada! Pero en menos de un mes, mi mundo se
comenzó a desmoronar. Perdí mi negocio… mi estabilidad
económica… y todas las cosas que eran importantes para mí.

En ese tiempo, yo pensaba que mi carrera, mi educación, mi


dinero, mi éxito, y mi prestigio eran las cosas que me definían.
Las que me daban valor. En medio de mis lágrimas y dolor,
hubiera sido tan fácil alejarme de Jesús.
Sin embargo, yo quería estar con mi Salvador. No quería
renunciar a esa pasión… a ese amor… ese gozo y salvación
eterna, que había encontrado en Cristo. ¡Entonces me di cuenta
que mi valor estaba en Él! ¡Que nada se compara a Él! Así que me
aferré a Su promesa de que Él nunca me dejaría ni me
abandonaría. ¡Y El cumplió Su promesa!

Traté de conseguir trabajo, pero no había trabajo para mí -- A


PESAR DE QUE TENÍA UNA MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS INTERNACIONALES. Como no podía entender lo que
estaba pasando en mi vida, clamé al Señor, “Por favor, Señor,
ayúdame a entender. ¿No sé qué hacer? ¡Quiero hacer Tu
voluntad! ¡Pero ando desesperada!

Un día, después de todo un año de luchas, escuché al Señor


hablarme al corazón, de una forma clarísima: “Estate quieta y
reconoce que Yo soy Dios.” Y me lo repetía una y otra vez, Estate
quieta y reconoce que Yo soy Dios.”

A lo que manejaba mi carro, prendí la radio, y una canción


comenzó, “Estate quieta y reconoce que Él es Dios.” Se me salían
las lágrimas. ¡Dios me estaba hablando!

Luego fui a la tienda a comprar una tarjeta para el día del padre,
y esta tarjeta prácticamente me saltó encima, decía, Estate
quieta y reconoce que Yo soy Dios.”

Ese domingo, cuando fui a la iglesia, el encargado de la alabanza


comenzó a cantar un solo, “Estate quieta y reconoce que Él es
Dios.” Y ese miércoles en la iglesia, el pastor comenzó el
servicio, orando, “Estate quieta y reconoce que Yo soy Dios.”
¡Dios me lo repitió cinco veces… en cinco días!

“Señor,” le pregunté con lágrimas de emoción, “¿Me estás


tratando de decir algo?” ¡Era obvio! En ese tiempo yo todavía era
“relativamente” nueva en la fe, así que no entendía bien todo
esto. Dios me estaba hablando a través del Salmo 46:10. Él me
estaba diciendo que confiara en El. Que tuviera paciencia.
Que Él tenía un plan para mi vida, y que Él lo cumpliría a Su
debido tiempo. Que tenía que dejar de hacer las cosas a mi
manera, y hacerlas a Su manera. Mientras esperaba
pacientemente a que Su voluntad se cumpliera en mi vida, Jesús
me abrió la puerta para ir a la Escuela de Ministerio.

Cuando terminamos la parte académica de la escuela, nos fuimos


en viaje misionero a las reservaciones de los indios Sioux de
Dakota del Sur. Y es ahí, en el campo misionero, que Jesús me
habló al corazón, diciéndome que yo tambi én tenía mi propia
gente.

Yo le pregunté: “Señor, ¿quién es mi gente? ¿La mujer peruana?


¿La hispana? ¿La americana? ¿O la mujer en general? Y a través
de una misionera, que conocí en ese viaje, El Señor me habló al
oído, diciéndome, “Estate quieta y reconoce que Yo soy Dios.” El
Señor me estaba diciendo nuevamente que tuviera paciencia.
Que esperara en Él.

El Señor me comenzó a preparar para enseñar la Biblia a las


mujeres. Primero en mi iglesia, como maestra bíblica en inglés, y
luego en Latino América, dando conferencias bíblicas a las
mujeres hispanas.

¡Y DESPUES DE 11 AÑOS! cuando ya pensaba, que tal vez, no


había escuchado bien al Señor, Dios me volvió a hablar, pero esta
vez, a través de Josué 18:3, ¿Hasta cuándo vas a esperar para
tomar posesión del territorio que te he dado? ¡UY! ¡No lo podía
creer!

Dios abrió la puerta en el momento preciso, para que enseñara


Su Palabra, a la mujer hispana, a través de la radio, la TV, y el
internet. El mensaje que estás escuchando hoy, es la obra del
Señor, y tú no estás escuchando por casualidad. Dios tiene algo
muy importante que decirte hoy, a través de Su Palabra.

Y Él tiene un gran plan para tu vida también. ¡Así que… ¡Espera


en El! ¡Ten paciencia! ¡Persevera! Y como me dijo a mí, te dice a
ti también, en el Salmo 46:10, “Estate quieta y reconoce que YO
soy Dios.”

LA PACIENCIA es palabra de Dios. ¡Él nunca anda apurado! La


palabra de Dios para nosotras es“ESPERA.” “TEN PACIENCIA.”
“ESTATE QUIETA.” Toma tiempo para que la tierra complete su gira
alrededor del sol. Toma tiempo para que la marea suba.

Toma tiempo para que una niña crezca y se convierta en toda una
mujer. Y toma tiempo, llevar a una persona a la madurez
completa en Cristo.

OREMOSLE AL SEÑOR

Padre, como anhelamos que el fruto del Espíritu Santo, se de en


nuestras vidas. Queremos más de Ti, Señor. Queremos Tu
paciencia, para poder ser mujeres más bondadosas, más
misericordiosas, y más tolerantes. Padre, ayúdanos a
contenernos cuando alguien nos provoca a la ira. Ayúdanos a no
perder la paciencia.

Gracias por llenarnos de tu Espíritu. No podemos vivir la vida


cristiana sin Su amor y poder. Gracias, Padre, por amarnos y
santificarnos en tu Espí ritu, y por usarnos para Tu Reino. En el
nombre de Jesús. Amén.

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