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f NDICE
1 Remnocimientos . . . . . . . . .
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\'j Los estudios de Chicago como antropolog . .
.r ., . Los "hoboes" y la "hobohemia" . . .
-> Las 1 313 pandillas . .
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El barrio judío en Europa y en Estados Unidos . . . . .
Panorama del Lower North Side . . . . . . . . . .
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Bailar para comer . . . . . . . . . . . . . . .:
,-3
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La escuela de Chicago en retrospectiva . . . . . . . .
111. En busca de la ciudad . . . . . . . . . . . . .
El dominio de la dicotomía . . . . . . . . . . .
El urbanismo de W-h. Rasgos, presupuestos, puntos débiles . .
Etnocentrismo, tradiciones culturales 'y unidad del urbanismo . .
Las ciudades en la sociedad. Perspectivas históricas . . . . .
Augares centrales y lugares especiales: perspectivas geográficas .
Diversidad y accesibilidad . . . . . . . , .
IV. Perspectiva desde el Copperbelt . . . . . . . .
Destribualización en Broken Hill . . . . . . .
Max Gluckman y la escuela de Manchester . . . . . . .
Estudios de casos ampliados, análisis situacional y la danza kalela
Veinticinco años de política en Luanshya . . . . . . . . .
"Un urbícola africano es un urbícola.. ." . . . . . . .
Conceptualización de las relaciones y las situaciones . . . .
Determinantes externos y los límites de la ingenuidad . . . .
N
. El vínculo entre la ciudad y el campo . . . . . . . . .
Información personal y normas públicas. Reconsideración de las
relaciones . . . . . . . . . . . . . . . .
Etnicidad, atributos discriminatonos de papeles y vida urbana .
Los antropólogos del Rhodes-Livingstone y la situación colonial .
.. V. Pensar en redes . . . . . . . . . . . . . . . .
Los inicios en Bremnes . . . . . . . . . . . . .
La red y el matrimonio según Bott . . . . . . .. . .
Rojos y escuelas . . . . . . . . . . . . . .
Conseguir votos . . ,. . . . . . . . . . , . .
El análisis de red, 'las estructuras complejas y las nuevas perspec-
tivas . . . . . . . . . . . ... . . . .
Variables en el análisis -de red . . . . , . . . . ;
Usos y limitaciones . . . . . . . . . . . . . .
Este libro se terminó de imprimir el
El m o r : chisme y red . .. . . . . . . . . . . día 23 de enero de 1987 en los talleres
Mau-mauando al parachoques . . . . . . . . . . . de R z a ~ o - V mY~Asocuws, S. A.,
Accesibilidad, pequeños mundos y conciencia de red . . . . . Av. 10, núm. 150, Col. 1. Zaragoza.
En la composición se usaron tipo5
Redes de poder . . . . . . . . . . . . . ,. . Baskerville de 8:10, 9:11, 10:12 y
La ciudad: red de redes . . .. . . . . . . . . . 11 puntos. El tiro fue de 3 000 ejem-
VI. La ciudad como teatro: cuentos de Goffman . . . . . . plares.
La perspectiva dramatúrgica . . . .. . .' . . . . .
,
1. .-
Apéndice: Conceptos analíticos en exploraci6n de la ciudad . . . ..
I Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
PENSAR EN REDES 189
ban la mayoría de las ideas y prácticas que habían traído los europeos, proceso de cambio unidireccional, en vez de mantener la dternancia.
incluso la religión cristiana y la educación misionera que la acompañaba, $0 su medio urbano, había menos presiones peisonales que le devolvieran
Los xhosas escuelas eran conversos cristianos que, desde muchas generacione, ,,su área rural de origen. En cambio, el inmigrante rojo introducía en su
atrás, habían adquirido muchos de los valores, ideas y signos externos a e d i ~urbano su continuado compromiso con la patria chica campesina.
vados de la cultura de los colonizadores blancos. Las proporciones de roja r.Mayer se apoyaba en el razonamiento de Bott sobre la conexión entre la
y escuelas variaban en las distintas partes del territorio shosa; pero en gi;in. fmde la red y la presión normativa. Los xhosas rojos mantenían vclun-
des áreas coexistían Ics dos estilos de vida, con contactos un tanto reducida tanamente una red cerrada en la ciudad, porque sus valores eran tales que
entre ellos y un número muy pequeño de nuevos reclutas que pasaban de llevaban a un conjunto de compaiieros conocidos unos de otros y homo-
un sector al' otro cada. año. .&neos en su forma de vida. Una vez dentro de esta fid, sin embargo, sus
En el campo, tanto los rojos como los escuelas eran campesinos; ni había jcios concertados limitaban efectivamente sus oportunidades de cambio
tampoco gran diferencia de ocupación entre los que emigraban a East LOndoh futuro.
Si el africano urbano típico era en el Copperbelt minero, el xhosa ordinario Los xhosas escuela, a sabiendas o no, optaban por ,una mayor libertad
de la ciudad trabajaba en una fábrica. No obstante, y especialmente en .el Continuada de acción (dentro de Los límites existentes para cualquier inmi-
dominio de la recreación, las vidas urbanas de los rojos y los escuelas resuE grante africano en East London) estableciendo relaciones cuyo peso sobre él
taban muy distintas. Los primeros apenas empleaban lo que la ciudad como tal menos penetrante.
puede ofrecer. Trataban de acercarse lo más posible a lo que tenian en .e]
campo. , CONSEGUIR
VOTOS .
Así, bebían cerveza, bailaban danzas tradicionales y adoraban a sus an II
tepasados; se reunían para recordar la vida rural y charlar sobre la gente El estudio de Adrian Mayer (1966) sobre una campaña electoral en la ciudad
del campo. Los inmigrantes que participaban en tales interacciones eran tam de Dewas, en el estado hindú de Madhya Pradesh, llevó el análisis de red en
bién aquellos que ya se conocían del campo y tenian relaciones más o mena nm dirección. Mayer se interesaba por la forma en que los candidatos a
adscritas como parientes, ccetáneos o vecinos. En términos de red, esto signi- un puesto de concejal utilizaban sus relaciones sociales para conseguir votos.
ficaba que. la red de emigrantes rojos característica era un conjunto unitaria ;Ld>S ~ Q principales
S candidatos en esta elección eran el del Partido del Con-
de relaciones, con cabos tanto urbanos como rurales ,y, en su conjunto, estre p s o y el del Jan Sangh. La atención de Mayer se centró en el candidato
.chanrente tejida. El inmigrante escuela, en cambio, estaba preparado por su d4 Congreso. El distrito era heterogkneo en cuanto a castas y ocupaciones,
orientación cultural para tomar parte en v a gama más amplia de actiG y ningún candidato podía ganar apelando sólo a un grupo particular; tenía
dades urbanas en su tiempo libre: educación, deportes, diversiones, la escasa @e atraer a un grupo de votantes más diverso. Ninguno de los dos candi-
actividad política existente. En algunas de estas actividades, sus compañem &tos era funcionario, aunque el candidato del Jan Sangh había sido, sin
podían ser citadinos de vieja estirpe; en muchas otras, inmigrantes escuelas. éxito, candidato anteriormente; tambiCn llevaba un tiempo más largo coino
Pero no había necesidad de que fueran personas de su propia área de origen figura pública y buscando una gama más amplia de contactos. El candidato
El &osa escuela podía, por lo tanto, tener efectivamente dos redes, vinw del Partido del Congreso, por otra parte, empezó a movilizar a sus segui-
ladas una a la otra a través de 61 mismo: una en el campo, que solía estar dures un tanto tarde. Su campaña tomó la forma de creación de lo que, en
más estrechamente tejida según la naturaleza de la sociedad rural; otra téminos de Mayer, era un plan de acción de forma particular. Podemos
e n la ciudad, que podía muy bien ser de tejido abierto, pues uno puede considerar el plan de acción como una especie de red, aunque esto no coinci-
asociarse a personas distintas en actividades distintas. de con el uso del propio Mayer. Consiste en un conjunto de cadenas finitas de
Mayer observaba que el estudio sobre East London tenía relación con las relaciones sociales, que se extienden desde un ego y se crean como tales
conceptualizaciones del grupo del Rhodes-Livingstone. El significado de .la para un propósito particular suyo, aunque cada una de las relaciones p a r
"alternancia" entre los sistemas rural y urbano era obviamente diferente para tinilares incluidas pueda tener su propia existencia aparte de ese propósito.
:los xhosas rojos y escuelas, y los dcs sistemas parecían más distinguibles, al En este Gltimo sentido, pueden ser de muy diverso carácter. Algunas pueden
menos en algunas áreas de la vida, para éstos que para aquéllos. El 'inmi- basarse en el parentesco, otras pueden ser comerciales, otras más depender
:grante escuela como individuo también era más probable que emprendiera de la pertenencia común a una asociación, etc. No tiene unidad excepto en la
196 PENSAR EN' REDES PENSAR EN REDES
J
que la influencia obtenida en 'cada eslabón podía ser de muy diferente
puede ser simple pero, al mirar atrás, es posible ver que el motivo prin-
turaleza, a veces más intrínseca a él que relacionada con la influencia o e
pal ha sido la preocupación por hacer el análisis relaciona1 más adaptable
programa del candidato mismo. Alguien interesado en la lucha, por ejm
plo, podía tomar la opinión de un compañero de gimnasio, que tal vez habí;
1.I--c
é ~ h i ? i n - ~ o ~ u n t $de
.cuanto mayor es el interés por
_
la
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--- estructuras
---^ ."
vida
sociales cada vez más varia
urbana y por las sociedades com-
recibido la influencia de un militante del partido o de su tendero. Pen )I
lejas en general, mayor importancia adquiere este análisii; Fue necesario
cualquiera que fuese la naturaleza de las relaciones como tales, si se podía
,mtener una actitud abierta acerca de la delimitación de las unidades de
manipular eficazmente, el resultado sería un flujo centrípeto de apoyo polítiw
pdio, pues con mucha frecuencia no se podía confiar en las fronteras socia-
para el ego, el candidato. ' c'naturale~y'.Por una parte, hasta la comunidad local podría ser una
Esto parece semejarse mucho a la técnica de la cadena de cartas. En e $dad inmanejablemente grande y compleja, y no por fuerza apropiada
mejor de los casos, tiene un efecto de bola de nieve, si todos los reclutadQ ; SU conjunto para el tipo de análisis que se tiene en mente. Por otra
pueden a su vez reclutar a algunos más; más modestamente, tal vez basán v e , no era posible desatender los vínculos que se establecen fuera de ella,
dose "cada uno enseñe a otro", seguirá siendo una influencia bastante extensa
Mayer sugiere que las largas cadenas de relaciones son más útiles en un;
campaña rápida y "suave", diseñada para ascender en el momento mism(
de la elección. Es un esfuerzo masivo de reclutamiento donde la solidez de
-
m la región, la nación o el resto del mundo. Así que se recurría a conceptos
lino campo social, con la idea de amputar, de un tejido de relaciones
Fticamente-nito, esa gama particular en que se pueden rastrear los
-
mente en el estudio de estructuras sociales más complejas, y por qué el an& ~ ~ b también,
ía sin embargo, una mayor conciencia de la amplitud de elección
de red se convierte entonces en un ejercicio de flexibilidad. En una estrucb y , 4 a c i 6 n , así wmo de las tensiones, dentro de las estructuras persistentes.
tan diferenciada, el individuo tiene muchos tipos de participaciones s i h Esta conciencia corría a la par con la atención prestada a la organización
cionales, es decir, papeles (roles), y las oportunidades para hacer divem " ~ o r m a en
l la sociología de la industria y la burocracia.
combinaciones de éstos en el repertorio de cada uno pueden ser cons 5 Las nuevas perspectivas analíticas no se han limitado al estudio de estruc-
derables. Pero a cada papel corresponden una o más relaciones con otra m sociales más complejas, pero parece haber una conexi6n de aquéllas con
personas; y, así, las redes se reúnen con una variabilidad que a grandes ras* @e. Donde son más variados los repertorios de papeles y, en consecuencia,
se asemeja a la de las constelaciones de papeles. El que luego tengan o s b i é n las redes, las combinaciones más o menos originales de experiencias
realmente interés analítico depende, a todas lucesj de la medida en que lC yrecursos ofrecen espacio para adaptaciones y estrategias innovadoras. Al mis-
papeles choquen, en cierta forma, también unos con otros, de suerte que a o tiempo, una sociedad sin un marco fuertemente integracior no garantiza
puedan discernir relaciones entre las relaciones. que haya un ajuste entre los diversos papeles que un individuo adopta, y, por
A estas' alturas podemos tal vez darnos cuenta de por qué el análisis d &o, se corren tambiCn riesgos. Uno de los problemas de la organización
red suele ser considerado como parte de un complejo de innovaciones q" e i a l , como Firth (1955, p. 2) lo ha expresado, es "resolver los conflictos
han ingresado en la visión antropológica de la sociedad en los años reciente! eptre los principios estructurales". Este tipo de percepción del predominio
Según el funcionalisno estructural de viejo estilo, la sociedad se podía de las contradicciones también ilevó, wmo recordamos, a los antropólogos del
siderar constituida por gmpos e instituciones duraderos; las personas qu aodes-Livingstone a reunir sus datos de distinta manera. En general, paréce
pasan a través de ellos realizan sus papeles según una prescripción, de m6dl hue donde las constelaciones de papeles son variadas, los individuos son asi-
que la descripción de las normas puede ser una explicación adecuada de 1 &mo más capaces de encarar tensiones y conflictos nuevos y nunca ensaya-
conducta social. Ahora estamos un tanto insatisfechos con esta perspectiva pos; mientras que donde las constelaciones son recurrentes, es más probable
Hemos empezado a incluir en nuestros . a _n á l i s i ~ ~ ~ m p institt &e haya soluciones institucionalizadas para tales problemas.
cionalizad~~,
....
estratégicos y de naturaleza adaptable, d=e
d e
i Así pues, la razón por la que hay muchas fonnas de extraer redes es que
presentarse dentro del marco institucional o de forma paralela a él, o qul hay muchas formas de combinar papeles y de hacer algo interesante con las
pueden producir cambios en éste. Firth (1954, p. 10) hizo una temprana pmbinaciones. Al considerar así las redes, entendemos que en parte tras-
amable crítica de la sabiduría establecida, con su distinción, entre la estm $enden de los grupos e instituciones duraderos, y en parte cubren otras áreas
tura social y la organización social, la última de las cuales entraña "los pn: del paisaje social. En éste hay vínculos que están menos regulados, sólo limi-
cesos de ordenación de la acción y relaciones en referencia a fines sociale ?dos por las líneas de conducta privadas que los participantes han aceptado
determinados, en términos de ajustes que resultan del ejercicio de selecciói plicitamente o que han dado por supuestas de manera implícita, relaciones
que realizan los miembros de la sociedad". Hemos visto que después S+I @ vez creadas en reacción a la despersonalización e insensibilidad de las
un vocabulario antropol6gico sobre las teorías de acción e intercambio, lo ipstituciones societarias. En el primer caso, la conducta del individuo puede
modelos generativos, la toma de decisiones, la transacción, la maximizaciói ptar en cierto grado determinada por el control normativo; pero dentro
y la manipulación. ;le estos límites puede también ser capaz de recurrir a experiencias e in-
En parte, estos nuevos puntos de vista se desarrollaron conforme los antra tereses que surgen de la totalidad integral de sus relaciones. Y así se pueden
pólogos entraban en áreas de la vida social que estaban menos claramenti g r las estructuras persistentes bajo una luz distinta; pues los participantes no
bajo el control normativo de la sociedad. Hemos visto que el grupo de $10 se convierten en un conjunto de personas un tanto anónimo, sino tam-
Rhodes-Livingstone empezó a distinguir las relaciones estructurales de las per ~iénen individuos completos a través de los cuales las influencias exteriores
sonales y categoriales, en sus estudios sobre el urbanismo africano. El cre
ciente interés por las sociedades mediterráneas y latinoamericanzs, con SU
características especiales, también restó interés a las estructuras duradera
mr las fronteras convencionales, el análisis
6sión cohereqte de una estructura socia
----
meden penetrar en la vida grupa1 o institucional. Al no tener mucho respeto
d7d-de
---
-- red puede proporcionar una
erenaaaa.
de grupo. Algunas relaciones aparecían cada vez más, fundamentalmente 6 d e Mayer ~ o b r e r acampana electoral hindú nos puede servir
como resultados más bien privados del intercambio acumulativo y la infor ie ejemplo aquí. En muchas de las relaciones que constituían eslabones de la
.mación personal; por ejemplo, la amistad y las relaciones de patrón-cliente adena del candidato, había una base institucional que no tenía nada que
200 PENSAR EN REDES PENSAR EN REDES . 201
ver con la política. Pero al efectuarse tales relaciones -por ejemplo entre ug &o la misma sociedad) que a una sociedad tradicional a pequeña escalar
luchador y otro-, un participante podía también divulgar un mensaje político &.marco institucional puede parecer menos intelectualmente problemático;
que muy probablemente había elegido en un contexto muy diferente. En este @a bien o para mal, quizá incluso "se le da por supuesto", se le considera
caso, la larga cadena de contactos indirectos entre el candidato y sus seg& amo dado en su análisis. Con esta amplia afiidad cultural, por otra parte,
dores potenciales ciertamente se apoyaba en la suposición de que las peF ,S miembros individuales de la sociedad tal vez se tornan más accesibles a la
sonas tienen, en las sociedades complejas, diferentes constelaciones de pape mpatía. Es más fácil seguir y comprender su lucha por hacer que el sistema
les, pues con cada eslabón de la cadena se hacían accesibles a la campalla rncione para ellos en todas sus sutilezas personales, sociales y culturales; y
nuevos contextos. Desde luego, es un poco irónico emplear un ejemplo hindú ada vez con mayor frecuencia los antropólogos se pueden encontrar incor-
para este punto, puesto que la sociedad hindú en su forma tradicional se orados como parte de la solución o parte del problema, eh las estrategias
puede tomar como ejemplo de constelaciones de papeles bastante estanda& .iás o menos complicadas de algunos individuos? De esta forma, el antro-
zadas, merced al sistema de castas. blogo, como instrumento de investigación, puede haberse vuelto más sensible
Deberíamos tal vez señalar en este momento que la idea adoptada aqd algunos fenómenos del nuevo ambiente.
de que las& _
trascienden de__grupos -- -
_---- e instituciones niversal en el
análisis de red. B ~ Scomo , hemos visto ya, se vio llev %Xirun c&
,- en su estudio sobre Bremnes, para cubrir uo de relacie
n a b I nes
% &que
& ¿ fuera después de aplicar un marco r>~ruc~iiral más con- ,& recensiones sobre estudios de red a menudo han insistido en hacer con-
ve_n~ional.Estaien-deñcia a convertir en dominio del anális?s'dFFed &o -los rastar el uso metaf6rico con el uso analítico de la idea de red. En la mayoría
conjuntos de relaciones sociales más personales y menos persistentes está muy le sus primeras apariciones, sobre todo en la era anterior a los estudios de
difundida, y allí es más necesario, si se toma en cuenta la falta de opciones ;ames y Bott, el uso era claramente metafórico: el término se refería mera- flflnp
analíticas. En un estadio anterior, las wnceptualizacio nes del PLhodes-Living- nente al hecho de que las-cial & c o n M a s unas COJL
stone sobre el urbanismo centroafricano también relacionaban las ideas de ,tras. Con el crecimiento de un análisis de red más intensivo, los escritores
red en especial con las relaciones personales. Postericormente, sin embargo, $buscan simplemente una metáfora de este tipo han preferido casi siempre
Mitchell (1973b) ha expresado el punto de vista adoptado aqiuí: el an álisis oces alternativas como "tela" (web) o "tejidoaa (fabn'c) para no implicar
de red supone un tipo particular de abstracción, más que un tipo par.ticu- &rspectivas demasiado específicas. Por otro lado, "redaa (network) se ha
lar de relación. ~nvertidoen un término de moda, que se aplica muy generosamente e n con-
Por tanto, los usos de esta abstracción pueden variar. Como mucnos han extos donde puede no ser realmente necesario. "Suena bien durante unos
notado, no hay una "teoría de la red" en el sentido de un conjunto de vantos años; pero como muchos otros términos cómodos, significa todo
proposiciones lógicamente interrelacionadas y comprobables, formato que &a todos, y quedará fuera de uso cuando la moda cambie", escnie Bames
de cualquier forma parece atraer muy pocas veces a los pensadores antropo- 1972, p. 1) en su examen. Pero tal vez el juicio es un poco injusto. I n c l u k
lógicos. Resumiendo los últimos párrafos, para nosotros las nociones relativas
a las redes parecen particularmente Útiles cuando nos ocupamos tanto de '-6 Esto no quiere decir, ciertamente, que los miembros de otras clases de sociedades
individuos que utilizan papeles más que ,de papeles que utilizan individuos, io hayan tratado de aprovecharse de su asociación con un antfopólogo; pero quizás
como del cruce y la manipulación mas que de la aceptación de las fronteras q u e en una sociedad compleja es con mayor frecuencia considerado un "contacto"
institucionales. Desde este punto vista consideramos la conexjón del análisis itil, un canal para conseguir. trabajo, educación y oiros recursos mediatizados social-
nente, ha de considerarse a sí mismo, cada v a con mayor frecuencia, un componente
de red tanto con lo que muchos han llamado la teoría antropológica de la nanipulable en un sistema social. Probablemente gran número de trabajadores
acción como con el estudio de las sociedades urbanas. y otras igualmente com le campo han tenido experiencias de este tipo. Entre los ejemplos que se han publicado
plejas. stán el de Whitten ('1970), quien analiza los diferentes modos en los que fue
Entre paréntesis, podríamos especular con que esta conexión también' ha ncorporado a redes en dos situaciones de campo; el de Goldkind (1970), quien relata
a acumulación de poder de un hombre de Chan Kom que era el contacto local
implicado un cambio en las relaciones entre el antropólogo y la sociedad lominante para los investigadores visitantes, desde Redfield en adelante; y el de
que estudia. Con frecuencia, la sociedad urbana o compleja en que investiga :utkind (1969), quien informa de su encuentro con nigerianos desempleados en .la parte
.
es más parecida culturalmente a la sociedad de que procede (si no es de xterior de un mercado de trabajo en Lagos.
202 PENSAR EN REDES
'
PENSAR EN 'REDES
las referencias más casuales a las "redes" a veces indican una conciencia. Upio íntimamente ligada al desarrollo del análisis de red. Barnes, tras haber
de las posibilidades de un análisis más intensivo, aunque no se realice del todo. *do en el Instituto Rhodes-Livingstone, hizo su trabajo de campo en N m e -
Lo que nos ocupa aquí, sin embargo, son los estudios en .que los concepb como investigador becado por la Universidad de Manchester; y Elizabeth
de red se han llevado más allá de la metáfora, en un desarrollo del pensa. (1971, p. 316) ha reconocido la influencia del seminario de Max Gluck-
miento antropológico que difícilmente puede desaparecer sin dejar huella. han en su pensamiento. En otra de las primeras formulaciones de las redes,
Los análisis de Barnes, Bott y los dos Mayer ofrecen ya algunos indicios de qpstein (1961) habíí utilizado el diario de los movimientos y contactos de
un aparato conceptual más elaborado, y puede ser útil prestar atención a SU, ayudante para describir la complejidad de la vida urbana centroafricana.
principales componentes. Desafortunadamente, éste es un campo donde a $ara los estudiosos de Manchester, el análisis de red era evidentemente un
menudo se encuentran complejidad y confusión terminológicas con~iderabl~.desarrollo natural dentro de la tradición de lectura detallada de materiales
Las dificultades empezaron a surgir muy pronto. Cada escritor creaba sus Flativos a casos particulares que ya había tenido por resultado estudios de
propios conceptos para sus propios fines particulares sobre la marcha; y hasta 990s ampliados y análisis situacionales; desarrollo que permitía un rigor
finales de los años sesenta no había ninguna red extensa entre los mismos descriptivo todavía mayor.
investigadores de redes que pudiera haber impedido la innecesaria prolifera . En su introducción, Mitchell hace una distinción, también adoptada por
ción de terminología para ideas más o menos semejantes. Pero la situación, otras personas, entre los atributos interaccionales, con lo cual se refiere a los
no mejoró mucho cuando empezaron a comunicarse sus ideas, sólo para vínculos particulares (como la intensidad, durabilidad, frecuencia o conte-
enredarlas o darles nuevos nombres. Red, campo, conjunto y retículo; den- nido) y los atributos morfol6gicos, con lo que se refiere a las formas e; que
sidad, malla e intervinculación; agrupamiento, sector, segmento y comparti- Ips,vinculos se ajustan unos a otros. Y si bien los primeros ciertamente no se
mento; plan de acción, cuasigrupo y coalición: todos ellos son grupos de pueden dejar de lado en ningún análisis particular, nos concentraremos a w í
conceptos de significado similar o que se superponen. La sugerencia de Firth en los atributos morfol6gicos, ya que la comprensión de éstos es la contri-
(1951, p. 29) de que "toda ciencia debe tener un presupuesto de términos bución más específica del análisis de red.
d e aplicación general, no muy estrictamente definidos" entra especialmente , Una primera área de variación, como ya nos han mostrado nuestros ejem-
a propósito aquí: en el vocabulario de las redes, casi no quedan tales térmi- plos, abarca los principios para abstraer una red de una unidad social más
nos, ya que casi cualquier término concebible ha sido cooptado en algún amplia. Como hemos dicho, no es cuestión de describir los atributos intrín-
momento para un uso técnico especifico. Y los intentos por devolverlos a un secos de los patrones de red, sino más bien de decidir cuál se adapta a los
uso amplio conveniente, aunque a veces son simplemente inevitables, pueden propósitos analíticos de uno. Las posibilidades parecen ser de dos t i p ~ sprin-
causar todavía más dificultades. cipales, con una combinación de ellos como tercer recurso. Se puede definir
Un examen atento de los conceptos que están obviamente relacionados una red anclándola en algún punto particular de la estructura de las rela-
y de los intercambios de ellos que hacen los académicos en cuestión puede. ciones sociales, como, por ejemplo, en un individuo o en ambas partes de
revelar importantes distinciones analíticas; aun así, éste difícilmente sería una díada particular, y pasar a un punto exterior cuantas veces parezca
el lugar adecuado para proporcionar un diccionario de la terminología de las necesario o útil. Esto es lo que se Ilapa una red ego-centrada ("egocéntrica")
redes. Intentaremos, en cambio, ver en qué tipos de atributos generales de o personal; el término se ha utilizado para referirse tanto al anclaje indivi-
las redes se han centrado los estudios. El más importante de los tratamientos dual como al diádico, aunque parece más exacto restringirlo al primero. Otra
sistemáticos en este campo es probablemente la introducción de Mitchdl posibilidad consiste en construir una red en torno a algún tipo particular de
(196913) a Social Networks in Urban Situations [Las redes sociales en las contenido de las relaciones, y así, por ejemplo, abstraer la red política de la
situaciones urbanas], compilación que contiene sobre todo estudios centro- red total; este principio de abstracción conduce a lo que suele llamarse red
africanos de la escuela de Manchester en la-era del ~hodes-Livingstone0. parcial. En tercer lugar, se puede delimitar una red parcial desde el punto
inmediatamente posteriore~.~ La 6Siueia d g - k a i - estuvo desde el prin- de partida de algún ego particular. Esta última posibilidad es obviamente la
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empleada en la red del político en campaíía que describe Adrian Mayer.
Aunque me baso principalmente en Mitchell (1969b) para el relato de los con- De modo algo menos claro, ésta es también la naturaleza de las redes conyu-
ceptos de red que siguen, quiero mencionar que hay un punto de vista semejante gales de Bott, pues ella toma en cueeta sólo los vínculos con parientes, amigos.
en Boissevain (1974). :,. y vecmos. Desde luego, Bott nos d a al mismo tiempo un ejemplo de redes
204 PENSAR EN REDES PENSAR .EN REDES ,205
-vadas en díadas, con los problemas analíticas particulares de tal tip, ,Dentro.de la red, como quiera que esté delimitada, Ia característica mor-
de anclaje. 016gica que ha suscitado más comentarios es lo que Bott llama intervincu-
Si una red se define desde el punto de vista de un centro tal, el interm. ación (connectedness), pero que ahora se llama más frecuentemente den-
gante siguiente será dónde deben trazarse sus I í t e s exteriores. En el caso ;idad. Se suele definir como la proporción de relaciones realmente existentes
de la campaña política, sin duda a uno le interesa descubrir con exactitud ientro del número de las que existirían entre una cantidad determinada de
cuán lejos se puede utilizar la cadena de relaciones para obtener apoyo ~ r s o n a ssi estuvieran todas directamente vinculadas unas con otras (véase
político. En muchos estudios, por otra parte, los límitc red se fijan a gráfica 4). Hemos señalado ya que Bott y Philip Mayer - é s t e en su
mucho más cerca del centro. En el Bott, Ia red
incluye s610 a las personas con quienes la pareja tieiirt rciación directa.
Aunque los vínculos laterales entre estas personas supuestamente se incluyen
también, es posible señalar que pudo haber habido más de las que Bott
sabia. Tuvo que enterarse de su existencia s610 mediante entrevistas con la
pareja central, cuyo propio conocimiento en este punto puede nc haber Sido
perfecto. Si se considera que una red consiste sólo en los víncidos direc:tos
entre el ego y otras personas, se obtiene lo que se llanna estrell:a de prirner
orden (cf. Barnes, 1969). Si se incluyen también las relaciones laterales que
existen entre estas otras, el conjunto de relaciones resultante se llama zona
de primer orden. Cuando se da otro paso hacia el exterior a partir de estas
otras, se tiene una estrella de segundo orden; y si se incluyen de nuevo las
relaciones laterales, una zona de segundo orden; etc. (véase la gráfica 3). (c)
G ~ C 4. A Redes de densidades diversas: a ) 10 vfnculos reales de 28 pdsibbs entre
8 personas (densidad: 0.36); b ) 13 vfncuios re&s de 28 posibles (densidad: 0.46);
c ) 17 vfnculos re1des de 28 posibles ( d m . d a d : 0.61).
otro modo el estudioso estaría .menos propenso a considerar estos agrupa. 4 han podido e 1 a . z - 1 qsibilidad de alcance;-centra-
mientos como pertenecientes e n absoluto a la misma red. En este caso,. f l & d , - ~ g $ $ i ~ n - y otras variables. Repitiéndonos, pues, diremos que se
embargo, el agrupamiento puede ser muy significativo. Un individuo qbe p e d e alcanzar un rigor en las-~n~e~tualizaciones de red que llega a ser
participa de dos agrupamientos distintos y está expuesto al fuego c m o
de diferentes influencias entre ellos se halla en una posición enteramente
diferente que uíla persona en una red de densidad más uniforme.
Por supuesto, en muchas redes no hay más que un agrupamiento de gran
densidad, y el resto de la red está muy esparcido, o hay una declinación
&rnirable. Se -tr-LGn rig 3
Gjones prácticas. Es sumamente difícil y requiere mucho tiempo lograr este
ptencial de exactitud cuando se trata de unidad-esde-r&d-_qu no son
ante*pequeña$ Vamos a ejemplificar10 con dos conocidos estudios.- ,
r-
A
no obstante, que va acompañado de limita-
alcanzar algo cercano a la totalidad en la descripción de las relaciones. El mar- mismas personas una y otra vez y es consciente de ello, utiliza simples cbpresencias
co de referencia puede incluso permitirnos algunas mediciones cuantitativas para llegar a conocer a un número mayor de personas que el urbícola, quien no se
encuentra con las mismas personas repetidas veces o, si así es, no se da cuenta. Los
tanto de las relaciones como de las formas que éstas en conjunto adquieren. analistas de red, como observaremos de nuevo más adelante, raras veces incluyen a los
Gracias a la inspiración de sistemas afines de ideas -tales como la socio- desconocidos en las redes. Dejan así al margen tanto las relaciones de tránsito como,
metría y la teoría de la gráfica matemática-, quienes ejercen el análisis de por ejemplo, muchos tipos de relaciones de aprovisionamiento.
208 . PENSAR-::EN!REDES PENSAR l3N RFDES 209
desanu>llar una muestra más amplia de estos informantes. No es sorprende* &bajador sintiera el impulso de acelerar. Solían ser los trabajadores, ai6s
que sólo lograra recoger los datos de estos dos cuando por lo visto decidjá w e s los que se sentían capaces de trabajar más aprisa, lo cual era una
dar por acabado el experimento. gienaza para los de mayor edad, quienes temían perder sus empleos si no
No se siente uno muy generoso pronunciando una sola palabra de crítica flan mantener el ritmo. En este caso la discusión empezó con un traba-
a un esfuerzo tal. Aun así, de acuerdo con lo que ya se ha dicho, se puede ador de más edad, Abraham, quien acusó a otro joven, Donald, de romper
observar que, paradójicamente, el proyecto era bastante limitado en dos a s w - :l ritmo; este último contestó con una acusación velada de brujería. Se supone
tos. Lo mismo que Bott en sus entrevistas, Boissevain sólo obtuvo por un lqe los hombres mayores de edad saben más sobre brujería, y es algo a lo que
lado la historia de cada vínculo de la red. La información sobre los con. &ede recurrir una persona cuando siente amenazado su puesto. Era de es-
tactos laterales entre los otros en la red podía ser poco confiable si el infor- nrarse que este intercambio llevara a los demás hombres a alinearse tomando
mante mismo no estaba bien informado. Sin embargo, para comprobar la lartido de acuerdo con su edad. Pero no sucedió así. Por el contrario, parece
información también con los otros hubiéramos necesitado otras 2 389 en& pie los otros trabajadores concentraron su atención en diversos temas latera-
vistas, algunas de ellas con personas repartidas por todo el mundo. Se puede &, y al final Abraham se encontró fuertemente apoyado tanto por hombres
caer en un remilgo metodológico tan escrupuloso cuando no es uno mismo p n e s como viejos, en tanto que Donald quedó más bien aislado. La pre-
el que tiene que hacer el trabajo. De modo similar, se podría destacar que p t a entonces es la siguiente: ¿por qué algunos de los hombres tomaron
las redes que Boissevain ha abstraído son superficiales, pues sólo incluyen p i d o de modas que parecían opuestos a sus intereses reales en los asuntos
relaciones de primer orden. Pero aun cuando vínculos rastreados más lejos e a t i v o s de velocidad de trabajo y brujería?
a menudo nos remitiesen en seguida-a muchas de las personas ya incluida .Kapferer defendió que el principio básico que sustentaba la conducta de
-puesto que la gente en una sociedad relativamente pequeña como Malta Ibs participantes, en ésta como en muchas otras situaciones, era el de alinearse
es probable que tenga muchas coincidencias entre sus redes-, una extensión le manera tal que sus inversiones en el conjunto de relaciones implicadas
que incluyera zonas de segundo o tercer orden nos daría como resultado tuia pedaran lo menos amenazadas posible. Para empezar, esto afectaría a los
cantidad de datos todavía menos manejable. hombres vinculados solamente con uno,de los dos en disputa o' que habían
Boissevain hizo el espléndido intento de incluir a todas las personas en mvertido más en su relación con uno que con el otro. Kapferer comparó
una zona de primer orden, en vez de seleccionar algún conjunto más p e &ílas cualidades de las relaciones directas. que vinculaban a varios hombres
queño en función de la importancia general o la pertinencia respecto a algún con Abraham y Donald en función de las tres variables-interactivas
- - _ . . de con-
problema específico. Consideró 'incluso la red acumulativa, en el sentido de tenido de intercamg? multipleiidad v & 'o dlh t c i ~ n a l :El coritenwo de
c-%
que aquellas relaciones en que no había una interacción actual eran consi- ihtercambio podía ser de cinco tipos: conversación, comportamiento jocosa,
deradas evidentemente todavía vigentes, aunque de un modo latente. Con tal ayuda en el trabajo, ayuda monetaria y servicios personales. La multiplejidad
ambición de amplitud, es difícil lograr una calidad ideal en los datos. El otro re refería al número de contenidos de intercambio en una relación; si hab'a
estudio que vamos a considerar emprendió diferente dirección. Se trata del más de un tipo, se consideraba la relación múltiple. La variable de flujo
análisis que hizo Bruce Kapferer (1969) de una disputa en el seno de una direccional se refería al hecho de que, aparte de la conversación, los con-
pequeña red de trabajadores industriales en Kabwe, ciudad del Africa Central tenidos de intercambio podían fluir en cualquiera de las dos direcciones
b a d a antes Broken Hill, localidad en que Godfrey Wilson llevó a cabo p en ambas.
su investigación unas cuantas décadas antes. Aunque no es estrictamente parte integral de la conceptualizaci6n de red,
El escenario del estudio de Kapferer fue la celda de un establecimiento puede que la noción de multiplejidad merezca alguna explicación adicional,
minero en donde se lleva a cabo la última etapa en la preparación del zinc. pues seguiremos recumendo a ella. El uso que de ella hizo Kapferer fue
En esta sala había tres secciones y el estudio estaba dirigido a las personas bastante especializado. Cuando Gluckman (1955, pp. 19 SS.; 1962, pp. 26 SS.)
pertenecientes a una de ellas. Había quince trabajadores que dedicaban todo m t d u j o el concepto, definió la elación múltiple solamente wmo aquella
su tiempo al trabajo en esta sección y un número adicional de ocho lo divi- que servía para muchos objetivos. En la sociedad tribual que 61 estaba dtui
dían entre las tres secciones. L a mayoría de ellos estaban empleados para diando, todavía podía decirse que la gran diversidad interna de contenidos
realizar tareas específicas que solían ser interdependientes. El proceso de tra- en una relación así estaba implicada en ella 9610 a través de un Gniw papel.
bajo se desarrollaba generalmente a un ritmo regular, aunque a veces algún Relaciones como éstas tienen lugar tambi6n en la vida urbana, como, por
PENSAR EN;- 211
210 PENSAR EN :REDES
ejemplo, en el terreno doméstico. Pero especialmente en la estructura &a k p f e i y llevó a c a b o observaciones d e la celda durante iarim meses. Al estar
más diferenciada, la multiplejidad también aparece cuando d ego y el alb, kontenido su camp.0 en un espacio infrecuentemente pequeño y al'implicar
empiezan a interactuar a través de dos (o más) conjuntos de papeles m$, ,hun número muy limitado de personas, pudo obtener datos' de su observa-
o menos diferenciados. Volveremos de nuevo sobre esto. El uso que hace dión sobre todas las -relaciones. Al no tener más d e una o dos docenas de
Kapferer de la noción parece más bien jugar con dos tipos de multiplejidad, personas que' estudiar, le fue posible .contemplar la red desde cada una de.]&
A medida que proyectaba el contenido de intercambio, muitiplejidad y posiciones individuales, y tener' la certeda de que wnocía con detalle cada
flujo direccional en los vínculos entre los hombres, Kapferer descubrió que una de las relaciones dentro de .este universo.. Estas situaciones de campo .m
había ciertamente una tendencia a tomar partido por el miembro de la poco frecuentes y cualesquiera que sean sus ventajas metoddógicas, es poco
. .
disputa con que se tenían vínculos más fuertes. Pero esto no explicaba gran probable que todo antropólogo gustara descender a ellas. ..
' :
cosa por qué varios hombres que se habían alineado con Abraham tenían E1 interrogante es, pues, cuándo la búsqueda de rigor implica un análisis
el mismo tipo de relaciones con él y Donald; un hombre, el capataz de] .red y cómo reaciionarán los antropólogos ante eilo. La rkspuesta hutha-.
equipo, que parecía tener un vínculo más estrecho con Donald tomó, a pesar puede estar ejemplificada por Simon Ottenberg (1971, p. g48).'en su
de todo, partido por Abraham. Por esta razón, Kapferer decidió tomar como de Soi5a.l Networks in Uiban Situations:
si,Gente paso en su análisis la observación de la red de hombres en su
Parece probable que la perspectiva de la red vaya avanzando cada'.vez más
totalidad desde la perspectiva de cada uno de los miembros. Así es como
en dirección de la teoría gráfica y la manipi1laci6n estadistica de h vinculos de
entraron en juego las variables morfológicas (estructurales en el vocabu- red. En la medida en que esto o c u ~ ~llevará
a, a una precisión cientifica mayor,
.
lario de Kapferer) Empleó cuatro de ellas, todas cuantitativamente men- pero tambikn hacia una ciencia fría. Un enfoque que comenzó en parte como
surables. Dos estaban relacionadas con la proporción de relaciones m&]- un intento de entender cómo operan los individuos en el medio social urbano
tiples, entre las relaciones directas de un hombre con otros hombres y y cómo llegan a decisiones e invocan vinculos sociales, es probable que se
entre los vínculos laterales entre ellas respectivamente. La tercera medida convierta en un sistema de análisis sumamente formal en el que desaparezca
fue la de la densidad de las relaciones laterales entre los hombres can el individuo como ser humano en el cálculo de la red.
quienes estaba directamente vinculado el ego. La medición final era la de
la esfera, en este caso definida como la proporción resultante de todas las Está también el comentario de Anthony Leeds (1972, p. 5) desde una
relaciones existentes entre los hombres compuesta por los vínculos directos posición generalmente crítica de los microestudios de antropología urbana,
entre ego y los demás junto con los vínculos laterales entre estos otros. Se dice en el que dice que ya ha llegado el momento de dejar de lado "la futili-
tamizaron las mediciones para cada variable de modo que la mitad de loa dad de la metodología de red, 1 6 estudios
~ de las esquinas de las cdles, el
hombres quedaron clasificados "alto" y la otra mitad "bajo". Las cuatro análisis de las normas para que una pelea sea justa, etc.", y, más wncre-
clasificaciones para cada individuo se consideraron como una medida del tamente, que "la mayoría de los trabajos sobre redes en Africa parecen estar
grado diferencial al que estaba vinculado en la red total de relaciones.' Cuando completamente empantanados en la metodología porque no han logrado en-
ya estaban trazadas en esta etapa las relaciones tanto directas como indirec carar cuestiones importantes de teoría esencial más amplia".
tas entre los participantes en la disputa, resultó que Abraham podia ganarse L a vacilación humanista es un asunto de preferencias personales. Existen
el apoyo de muchos que por la naturaleza de su relación directa con Ice diferentes estilos para hacer antropología. L a crítica de Leeds parece apuntar
sujetos de la disputa parecerían neutrales, lo cual era debido a sus estrechas a dificultades prácticas más serias en el desarrollo de los estudios de red
relaciones con terceras personas influyentes. con la dkipiina. Por muy admirable que sea ---- -_ --
la Úitcn&d_dg-su análisis, I /
En un recuento tan apresurado como éste no se puede hacer justicia a la todo el aparato de variables interactivas y morfológicas y de m e d i c i o n e s ~
riqueza de la etnografía y el análisis de Kapferer. Tampoco es posible resu- es fhcil moverlo e G s t N N c F a - SOC$.~O
L Puede exist3 el peligro de que
mir su discusión sobre las relaciones entre los criterios morfológicos. P.odrí
observarse al respecto que. Bames (1972, p. 13), si bien está a favor ,del 10 En su más reciente aportación importante a la antropologia urbana africana,
estudio. en su conjunto, tiene algunas dudas sobre la formulación de las medi- Stratcgy and Transaction in un Aftican Factoiy (1972), Kapferér- proporciona bas-
ciones. Sin embargo, lo que aquí más nos importa son los requisitos de un tantes datos sobre las personas.que intervienen en los-acontecimi2ntos que tienen lugar
trabajo de campo para llevar a cabo un análisis de. red con esta exactitud; en los talleres de una pequeña fábrica de vestidos y sobre el contexto social. m&
PENSAR EN REDES
a medida que uno .continúa luchando por lograr un máximo .de precisión,.
análisis de. -d..seAapeeadit- vez menos a la vida humana y se convie
en un &&-de involución,
. .. .. teórica y metodológica más que en una. evolución:
Sin embargc3arece bastante innecesario proceder con los estudios.-
en esta dirección. Al análisis de red en sus años se le atribuyeron ha
t faentra del marco de referencia del estmcturalismo funcional. El rumor, de
acuerdo a esta perspectiva, sirve primordialmente para mantener la unidad
de los grupos, especialmente los relativamente exclusivos y muy limitados,
como las clases selectas, profesionales o minorías. En un sentido amplio es,
claro está, hablar sobre personas; pero más fundamentalmente, según Gluck-
cantidad_de-+sinrrn-ernmn-~~&nta.-~t~p~&@c~(y también man, es un modo de expresar y afirmar normas. Mediante el rumor, se puede
como Ltetdi~ci~linaria, en. la actualidad w publicación,~+5dica
dañar a enemigos y sancionar a los disidentes dentro del grupo. Se puede
soeiedad
-- hterpciotlal
---- propias), tales como que el concepto de red es el equi-
también mantener afuera a los intrusos ya que carecen de conocimientos
valente de "papel" ( r d e ) y "clase" en la lucha por entender a la sociedad
acumulados sobre las personas y su pasado que son la base del m o r como
e n general, que es a la antropología de la sociedad compleja lo que la genea-
arte noble.
logía h a sido al estudio de las sociedades tradicionales basadas en el p m -
Básicamente el mismo mensaje lo mielve a definir en términos de red
tesco. Quizás haya algo válido en estas afirmaciones. Pero serian valorizad&
con mucho más Cxito mediante una normalización del pensamiento de red, Spstein (1969) en una breve ponencia dentro del g h e r o de estudios de caso
a partir del .cual el conjunto de conceptos implicado pasaría al vocabulario de Manchester. Al investigar una red bastante densa de trabajadores d e
general de los antropólogos para ser utilizado con la intensidad y totalidad oficina en Ndola, otra de las ciudades del Copperbelt, conoció la historia
justas que cada ocasión reclame, lo mismo que los demás conceptos impor- de la Relación de Charles y Mónica por varias fuentes. Ambos eran miem-
tantes que se han mencionado. Para nuestro objetivo preferimos subrayar la bros de un círculo bastante sofisticado y prestigioso, pero el marido de Móni-
flexibilidad más que el rigor y la exhaustividad. En tanto que tratamos a,Kaswende, no pertenecía a él. Epstein quedó impresionado por el hecho
de descubrir más datos sobre cómo las ideas de red pueden ayudarnos a es-' de que las noticias sobre la relación amorosa y la reacción violenta de
clarecer la vida urbana, las exigencias metodológicas podrían pasar a ocupar Kaswende a ella se hubieran difundido tan eficazmente a través de la red
temporalmente un lugar en segundo plano. Podemos contar los encadena- y también por el hecho de que apenas había comentarios negativos sobre el
mientos hasta el momento en que lo encontremos útil e interesante; las varia- adulterio. Casi todos los comentarios parecían a favor de Charles y Mónita,
bles morfológicas -las cuales parecen ser la aportación más importante del tomando en cuenta que Mónica era una muchacha demasiado atractiva para
análisis de red a la conceptualización antropológica- se aplicarán de manera ~ a s w e n d een cualquier caso. Como conclusión Epstein sugiere que la red
gradual a medida que las encontremos esclarecedoras en el manejo del pro- cerrada de los sofisticados utiliza este rumor para definir sus propias normas
blema y no como un conjunto indivisible. De tipo de pensamiento con redes y su separación respecto a la masa de urbícolas carentes de calificaciones y de
pueden ser Útiles algunos ejemplos diversos má educación. Aun cuando los nuevos centros urbanos en Africa no han formado
todavía clases que actúen corporativamente como grupos estables, el flujo.
del rumor a través de redes densas permite por lo menos a sus miembros
RUMOR: CHISME Y RED comenzar a definir una identidad aparte. (Esto, después, fue una instancia
en la que la estructura de clase emergente se convirtió en foco de aten-
Pese a que muchos antropólogos han tenido siempre algo que decir respecto ción en un estudio del Copperbelt.)
a1 rumor como parte de la -id,
V~UII
,,,
~~iiiunitaria,
la mayoría lo ha hecho muy Epstein no utiliza todavía mucho los conceptos 'de red -en su interpreta-
superficíalmente hasta 1963, cuando Max Gluckman escribió su ensayo sobre ción. estaca que hubiera sido interesante seguir la pista del rumor fuera
el m o r y el escándalo creando un efecto que repercutió en una serie de de la densa agrupación del centro (a saber, la "red efectiva") hacia la peri-
estudios centrados con más agudeza sobre el tema. La situación de Gluckman feria para ver cómo cambia de carácter y acaba. por estallar, pero no dis-
en el medio de Manchester donde floreció el análisis de red no influyó en su poda de suficientes datos. Tampoco analiza explícitamente la relación entre
ensayo, en el cual no utilizó los conceptos de red, y en general se mantuvo la intensidad del rumor y la forma de la red. Estas cuestiones tuvieron cierto
interés cuando yo mismo exploré las posibilidades de un análisis de red sobre
amplio de estos su&os. Pero el anáiisii de red que fomia parte de este estudio está de el rumor en base a las experiencias de c a p o en un barrio negra de Wash-
nuwo limitado al taller, de manera que la situación de campo se parece a la de la ington, D.C. (Hannerz, 1967). La pregunta sobre si el rumor si& paia
celda. mantener la cohesión se consideraba en este ejemplo como una cuestión $e
214 PENSAR. EN REDES
control social: la gente, manteniendo un flujo estable de informacióa m este caso, pues, el .rumor es básicamente sobre*la gente y sólo secundaria-
sobre terceras personas, asegurar su conformidad a las normas? mente, cuando nada en absoluto, sobre las normas.
En este caso la respuesta fue parcialmente negativa. Entre otras cosas, Llegada , a este punto, mi-intepretación se acerca más al segundo hilo en
en las agitadas condiciones del gueto, casi nadie estaba dispuesto a dar rienQ hportpncia en los an&lisis.del.rumor, el primero expuesto en términos más
suelta al rumor. Más bien nadie quería llegar a involucrarse demasiado en iaerales por Robert Paine (1967). Paine considera que su punto de vista-
los demás, especialmente porque éstos podían resentir las intrusiones en su difiere del de Gluckman, aunque es quizás más preciso para contemplar las
vida privada Esto tiene muy poco que ver por supuesto en la forma de la red. perspe~tívascomo complementariac.l1 Se trata del punto de vista transaccio-
Es más, tales intentos de reforzar la norma como consecuencia posible del galis@ sobre el rumor que hace hincapié en cómo los individuos lo manejan
rumor podían fracasar si el sector ,de la red implicado no podía tener la para seguir: sus propios intereses. El manejo de la información se wnvierte
seguridad de la lealtad de sus miembros. La comunidad del gueto podía en el concepto clave. El que participa 'en el rumpr quiere obtener infor-
considerarse como una red interconectada de densidad variable. En una exis- &ación; puede que tambi6q quiera que la informaci6n *ala que él contribuye
tencia cargada de problemas, la gente viviría de acuerdo a normas bastante fluya en una detenninada dirección y en un modo especifico. Si en su primer
variables de trabajo -puestas a las ideales- y los individuos tenderían artículo sobre este tema Paine menciora las redes sólo de paso, en un ensayo
?r
a rodearse de personas en su mayoría con alineamientos normativos simi- posterior (1970) Se dirige más directamente a la idea situando también e1
lares. A pesar de todo, muchas redes personales pondrían de manifiesto alguna rumor en un wnteyto más amplio de análisis,de la comunicación informal.
diversidad interna al respecto y en el caso de otros individuos existía de nuevo Con este ensayo regresamos a la sociedad de la costa noruega, pero esta,vez
la posibilidad de reconstruir la red para encontrar apoyo para otras normas. no al Bremnes de Barnes sino a la población más norteña de Nordbotn.
En esta situación, el rumor podía llevar a veces al reforzamiento de la norma Se trata de una pequeña comunidad con una red generalmente densa en
donde la gente tiene una buena visión de las relaciones entre unos y otros.
pero podía también ser un catalizador para romper o atenuar relaciones con
En esta situación son especialmente las emprendedoras del pueblo las intere-
gente que insistiera en las no- con las que había llegado a ser indeseable,
sadas en manipular. la información aunque no necesariamente están capaci-
inconveniente o simplemente imposible concordar.
tadas de un modo igual para este juego. Paine analiza las ventajas y desven-
Pero observé también que el m o r en el gueto negro no era siempre ,de1 tajas de los mensajes directos y en cadena en función de la vZtracidad y
tipo normativo ( y en gran parte difamatorio) sobre el que Gluckman había velocidad -lo cual puede remitirnos a la distinción que hace Mayer entre
basado su argumentación. Mucho de lo que pasaba por la red secreta de campañas electorales "duras" y "suaves"-, las ventajas ocasionales de los
información del p e t o tenía simplemente el carácter de noticia y de nuevo mensajes "sin firma" (rumor) sobre los "firmados" (chisme) y las dificul-
esto se podía contrastar con la forma de red. Muchos habitantes del gueto tades que existen en una pequeña comunidad para mantener un mensaje
especialmente adultos jóvenes, acumulan redes bastante amplias las cuales no "sin firma" en marcha y conservar su origen desconocido. La alta conciencia
son necesariamente muy densas; esto tendería a limitar el rumor, pues es de red posibilita con frecuencia, naturalmente, imaginarse cuál fue el pun-
quizás más probable hacer chismes sobre personas conocidas en común. to de partida de una cierta información. Aun cuando pasar la información
Sin embargo lo que es más importante aqui es que muchas veces existe so!a- @plica problemas, puede también haber dificultades si alguien trata de que
mente una baja frecuencia de interacción en los vínculos, incluso dentro deje de transmitirse. Si uno confía en alguna otra persona, los demás pueden
de sectores de red bastante densos. Dicho de otra manera, muchas de las haberse dado bastante cuenta de la interacción como para preguntarse que
relaciones pueden considerarse latentes. Así pues, pueden pasar largos periodos está sucediendo. Y si uno confía en más de una persona, es difícil en una red
sin que dos personas que se conocen entre si -o incluso que son "amigasy'- densa saber dónde se ha quebrantado esta confianza. Tales son los problemas
se vean. Pero a través del chisme pueden mantenerse informadas sobre .la del manejo de la información.
otra por lo menos más regularmente y enterarse quizás de cambios de tra-
bajo, direcciones, estado marital o estilo de vida en general. Los juicios nor-
mativos, que pueden ser o no parte de esta información, puede que no
sean entonces muy importantes. Lo que es significativo es que la gente obtiene 11 La relación de ambos puntos de vista se aclara más a fondo en Gluckman (1968b)
un mapa de su entorno social cambiante que le ayuda a conducir su vida. y ~ g i e(1968).
PENSAR.EN REDES PENSAR - EN.REDES 217
,jubsidios y empleos en los servicios piiblicos. De otra forma, d o s no podían
MAU-MAUANDO
,u, PARACR~&ES
- saberlo Wolfe. 1970, pp. 97-98]..
. .
llegar a la persona clave, conocida o desconocida personalmente? ¿Qué p m rribn una dirección y no se desintegraran wmo se supone que succ:de con
--
habilidades hay de que se pueda llegar hasta la persona deseada de esta las cadenas de cartas. El primer conjunto de cadenas em-. - _ - E a i Kansas
ya que son más las personas que participan a veces en los procesos de poder. ' LEn la zona mediten'ánea e w a , 1os"Schneidery Hansen observan que hay
La densidad total es inferior, pues personas con intereses diferentes ~ u e d a ogiones en las que las estructuras nacionales de poder no han penetrado eficaz-
participar en situaciones diferentes sin entrar así en ccPntacto. 1Iicho de Otra ieiate, en gi.an parte debido a razones históricas. En estas regiones, toda la
manera, puede haber una coincidencia m& parcial cle personas entre una Iciedad permanece generalmente abierta al uso estratégico de grupos no
situación y ot-. Como las personas tienen antecedentes bastante variables las DT]?orativos, como camarillas y coaliciones más o menos temporales, para
relaciones tienden a ser más unívocas. Esto nc niega, plor supue:;to, que en el acer negocios, política o ambas cosas. En el seno de la coalición, cada parti-
seno de esta red más amplia pueda haber Ep p o s de: mayor 4densidad c ~ n lpante sigue teniendo el control de sus propios recursos y puede retirarse
o sin vínculos multíplices. n cualquier momento con la misma facilidad con la que puede sumarse un
El conflicto entre estas perspectivas es en clerta manera más aparente que uevo miembro. Esto contribuye a la capacidad de adaptación pero también
real ya que pueden aplicarse a situaciones diferentes. En la medida en que el la inestabilidad. Para elaborar relaciones iIn poco más sólidas, los parti-
tema es estructuras de poder en la comunidad local, como hemos insinuado ipantes pueden recurrir a modismos tan tradicionales como el parentesco
antes, la cuestión es quizás más realista si nos preguntamos cuáles son mo- &vo y ficticio. A pesar de todo, están siempre abiertos a nuevas oportuni-
nolíticas, cuáles pluralistas y qué razones hay para tales diferencias entre las ades y buscan ansiosamente información al respecto. La imagen que nos
comunidades. A niGel nacional -¿quién gobierna Estados Unidos?- hay a es la de una red éon agrupamientos que se estrechan en un determinado
una opción más clara entre las dos perspectivas, aunque posiblemente se pueda \omento para separarse en el próximo, reordenándose los elementos en nuevos
llegar a una resolución en una teoría más compleja. Una de las dificult;ades iodelos.
para llegar a conclusiones bien fundadas es obviamente la de d.escubrir algo En otro artículo, Hansen (1974) ha analizado la vida de bar en una
sobre las maniobras reales del poder. Una cosa es saber que las perscmas iudad española, más precisamente catalana, como parte de tales procesos
fueron a las mismas escuelas, pertenecen a los mismos clubes o incluso . . se e red. En el pasado, los establecimientos típicos eran los salones de diversas
conocen entre sí y otra cosa es saber qué es lo que pasa verdaderamente miaciones voluntarias, pero durante la época de Franco estos lugares se
en sus interacciones. Los científicos sociales no se suelen acercar a la acción olvieron políticamente sospechosos como guaridas de radicalismo o de nacio-
de este modo. En los Úitimos años, las descripciones más vívidas de redes de alismo catalán v entonces pasaron a ocupar su lugar los bares. Ahí hay una
poder provienen con más frecuencia de la investigación periodística. Es muy itensa y franca sociabilidad. 1,a gente fmtra y sale constantemente buscando
probable que las coaliciones de candidatos, financieros, abogados, agentes alguien. E,1 k n t i ~ iroe esun:2 fuente de información que sabe por d6nde
1
secretos y otros atraigan la imaginación de un analista de redes que tomaría hdan sus cl!ientes. C.uando al{*en encuentra a la persona que buscaba, se
en consideración, por ejemplo, en qué maneras se manipulan los vínculo:3 de ebe y se conversa, SIe mencioinan personajes, se discute de gente y de acti-
modo que no se les puede seguir el rastro desde afuera o de modo que idades y se hacen planes uria1 y otra vez. Los intercambios verbales distan
se puede alegar una ignorancia bastante verosímil sobre lo q~ie sucede en lucho de ser todos sobre. negpcios, sino que suelen ser temas de un flujo
uno o dos eslabones más en la red. iás general de notic,- --y vrlniones
-A" ---. sobre peliculas, el tiempo, o cualquier
Si nos trasladamos a la etnografía de pode:r en otrzi región, encontramos Ssa que cruce por la mente.
una declaración en términos de red más expllícitos en la interp1retaci6n que Así pues, el bar sirve de catalizador de una formación de red y una trans-
hacen Schneider, Schneider y Hansen (1972) , v.-. .!
,,,,, dstructura av--.iai .,dedi-
A- 1
,
:.,,, , ~rrnación de la misma. Permite a la gente examinar continuamente qué
terránea. En la opinión de estos autores, surgirán "grupos no corporativos" hevas eslabones se pueden crear o i p é viejos contactos se pueden renovar
como esgrimidores importantes del poder allí donde su distribución no se ha intensificar a fin de acceder a nuevos recursos. Se puede sacar una lección
mtinizado o regularizado mediante instituciones corporativas más estables. iás general y es la de que hay aigunas instituciones cuya función principal
En la sociedad norteamericana, esto puede suiceder en los niveles superiores rirece ser la de facilitar el manejo de la red individual. Quizá deban pro-
del sistema y, según una breve not;a al pie de págirm, en los más bajos, lrarse tales instituciones siempre que la formación y mantenimiento de
supuestamente dentro de los límites reales -; aunque nio necesariamente f o r ilabonamientos deseables sean problemáticos. Es claro que las instituciones
males- impuestos desde arriba. .En los niveles medios, por otra parte, se ue sirven a otros fines también son utilizadas muchas-veces para la forma-
juzga que el poder está más plenamente estructurado, básicamente mediante ón de redes: en el capítulo 11 mencionamos a la dama que' llegó a la Costa
las burocracias. e Oro de Chicago e K m una donación a la obra de caridad favorita dé una
226 PENSAR EN REDES PENSAR EN REDES 227
mujer de sociedad para que se le permitiera la entrada a los mejores círculos, mpectivos ambientes de distintas maneras. .., aunque quizá con bastante
1 Pero la clase alta norteamericana tiene también sus propias instituciones que &&o, a su modo, cada una. El mejor uso que puede darse tal multitud a si
parecen servir primordialmente a las necesidades de red. Retiros como el de &ma es, pues, en función de su único propósito compartido, dejar que las
Bohemían Grove al norte de San Francisco por ejemplo, tema de uno de loa personas se vinculen unas con otras como gusten para que los agrupamientos
estudios de William Domhoff, proporciona, mediante su carácter social orga- resultantes funcionen unidos mientras duren y permitir después la segmen-
nizado, a sus miembros un conjunto de comp;añeros de red potenciales a b tación con arreglo a los nuevos alineamientos que vayan surgiendo con el
que pueden tener el acceso directo más o m1enos g mrntizado. Aunque una tiempo. La imagen es, por otra parte, como la de las coaliciones de poder
característica de la posición de la minoría dc51 poder es que casi nunca es el Mediterráneo, de agrupamientos que se forman, estallan y se vuelven
..
necesario valerse de un agente u otros eslabones uidirectos para entrar en con. a formar. La diferencia es que esta vez lo hacen dentro del marco de com-
tacto con alguien en el poder, estas instituciones contribuyen a maximizar p d s o s compartidos y continuos -los cuales muchas veces permiten que
la densidad y accesibilidad en el seno de tal minoría selecta. algunos interencadenamientos útiles sigan existiendo- y en el seno de una red
Tanto el punto de vista selectivo como el pluralista de las estructuras de de movimiento que pasa por un proceso de crecimiento tn+-1
poder tienden a atribuirse una condición de "todo en ordenyy.Pero en la
l
última dCcada más o menos, ésta no ha sido una descripción muy adecuada
de la vida política en el mundo occidental o, al menos, no aplicable a algu- LA CIUDAD: RED DE RED
nas de sus manifestaciones más relevantes. Ha habido una política de movi-
mientos -antibélicos, de ecología, del poder negro, feministas- que ha Desc m e y los encuentros buroc:ráticos pasando pcor la búsqueda de
activado a gente en categorías cuya parte en la política hubiera sido de otro a@ practique un abort:o hasta 1legar a laa minoríars de poder y a los
modo pasiva. Existe una razón especial para mencionar esta corriente de movimientos de protesta, e l p e ~ a m i e n t oa e red parece tener varios usos.
movilización aquí porque un estudio antropológico, el de Gerlach y Hine Su potencial para poner de manifiesto cók~o,en una población numerosa, i a
(Gerlach, 1970; Gerlach y Hine, 1970a, 1970b), ha intentado interpretarla gente se puede-.combinar y r.eco~b-&ir de m~h_g-m_ane~a~-p._a_-diferentes
en parte en términos de red. No se trata, sin embargo, de un análisis de red fines y con dife o~esronsecuencias~piiede ser--ung g s - ~ e n @ j aen la antro-
&?
especialmente elaborado; ni se vincula de manera muy explícita con estudios polo* -T.--
ur ana Como es una evolución relativamente reciente, encontramos
-/
antropológicos de red en general. Cuando se está familiarizado con las h e a s poco ¿le este tipo de pensamiento en las clásicas definiciones sobre la na-
de pensamiento de estos estudios, no es difícil, sin embargo, identificar los turaleza de la vida urbana; pem no está muy alejado del pensamiento rela-
paralelos í:n esta iriterpretac:ión de 101s movimjentos. cional de, por ejemplo, Simmel y Wirth. Cuando éste propone que los
Gerlach y Hine subrayan la natur aleza desicent r - stable de las urbícolas "dependen de más personas para la satisfacción de sus necesidades
nuevos mcwimiento!5. Suelen consistir en grupo S relativa :queños e in- vitales que la población rural", podría interpretarse que las relaciones multí-
. .-
tí:rconectacdos pero bastante: autónornos, ''céll ulas" o como qi:iiera que m glices se han disuelto en redes cQn vínculos dirigidos a un solo propósito.
decida llarnarlos. Las person:is que los observan desde af uera pueiden f o muse Al reconocer que el análisis de red puede tener algunas posibilidades espe-
U na impre sión negativa de la eficaci:a de este modelo de orgariización, que ciales en la antropología urbana, tendríamos, no obstante, que ser cautelosos
a VCLW -*varece también des+uiauv -.-.
""....-A,. A:*--..
--Idias inteiilcw. P..-
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e .l,inL -.
UC~,,,U 7 U
Lline y no sacar conclusiones precipitadas sobre la forma de las redes urbanas.
S(:ñalan -quizás u>n m u c bi parcialidad- que, por el contrariO, puede r e Recordemos que Barnes, en su estudio de Bremnes, sugirió que las redes
SIdtar inusiitadamen.te bien eidaptado para este fin. No hay que olvidar que de la sociedad moderna tendrían una "malla más ampliay' - e n terminología
Li-L- 2
se i r a ~ sue r n o v i m:--a--. ".~ . supone que crecen,- que -v-
r ~ r ~ i vae -
.
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.
..
,
a 1,
,a lealtád de puesta al día- menor densidad. Frankenberg (1966, p. 290) ha incluido
cada vez más per!sonas coi1 antececlentes su!mamente diversos. Lo mi!m o también esta noción en una de las Últimas versiones de un continuo rural-
que en la campañzi política india descrita poir Adrian Mayer, 1utilizan tld o urbano. Puede que haya algo de cierto en ello, y en un sentido definitiva-
tipo de relaciones 1reexisten.tes concel~iblespara recluta:r a nuevc2s miembros. mente lo hay, pero es' mejor estar consciente de las suposiciones. Hagamos
El resultado, cuando estos intentos tienen algo de fructíferos, es una multi- una inspección preliminar de las mismas.
tud de personas que quizá tengan muy poco en común, que tal vez se adap Barnes y Frankenberg, como la mayoría de los analistas de red, tienden
tarían mal en una organización estrechamente coordinada y que encaran sus a considerar vínculos sólo las relaciones relativamente duraderas entre los
228 PENSAR EN 'REDES
individuos que se "conoceny' unos a otros. De este modo, desdeñan a
no-zelaciones como las relaciones de tránsito, y probablemente tambikn lalas
definidas de manera más estrecha, relaciones a corto plazo que se han de i VI. LA CIUDAD COMO TEATRO: CUENTOS DE GOFFMAN
encontrar, por ejemplo, en el dominio o ámbito del aprovisionamiento. 'A$
pues, si pensamos en la ciudad como una "red total", están sólo diciendo
w n un nuevo vocabulario lo que, entre otros, también dijo Max TVeber:
EN ESTE capítulo, el centro del escenario lo ocupa el trabajo de un individuo.
Antes de sacar nuestras conclusiones finales en el próximo capítulo, volvemos
población urbana es demasiado grande para que cada persona conozca
también aquí a una influencia de Chicago en la antropología urbana. LO mis-
a todas las demás.
mo que sus predecesores de la vieja escuela de Chicago, Erving Goffman ha
Pero puede haber cierto peligro de que, partiendo de esto, se llegue a algo
&do identificado generalmente como sociólogo; además, durante la mayor
equivocado. Casi no podemos dar nada por supuesto en cuanto a la densidad,
parte de su carrera su filiación académica ha sido con la sociología. Pero
o cualquier otra característica, de cualquier red más pequeña que podamos
intelectualmente esto quizá no represente una gran diferencia. Su estilo de
abstraer de esta totalidad urbana. Si, pongamos por .caso, cada urbIcola
@abajose puede describir también como el de un etn6grafo-antrop6log0, por
escogiera a las personas de su red personal al azar, una por una, de entre
muy idiosincrático que esto sea, y ha tenido vínculos bastante continuos con la
toda la población de la ciudad, entonces sería probable que pocas de ellas
disciplina de la antropología.* Pero ante todo, Goffman ha sido indepen-
estuvieran en contacto unas con otras y el resultado sería una red esparcida.
diente.
Pero Ias redes no se forman de este modo en realidad. Podría haber algunos
agrupamientos de la red urbana total en que prácticamente todos estuvieran Su postura ha sido tan especial, pues su trabajo comenzó a publicarse en
ros años cincuenta, que, como un crítico señaló, "en nuestros días tendemos
. en contacto directo con todos los demás. El pueblo urbano al que nos hemos
a pensar en un espacio sociológico especial wmo territorio de Goffman"
referido repetidas veces es uno de los ejemplos; los xhosas rojos parecen
también aproximarse al modelo, aunque sus densas redes abarquen asimismo (Dawe, 1973, p. 246). Se han acuñado nuevos adjetivos para designar las
a sus comunidades rurales de origen. Otra gente de la ciudad puede tener perspectivas hacia la vida social parecidas a las suyas: goffmaniano, goffmá-
algunos agrupamientos densos pero ampliamente separados en sus redes, así nico, goffmanesco. Una gran cantidad de artículos y por lo menos un libro
como ciertas relaciones que aparentemente están aisladas. Volveremos a estas -en danés- se han dedicado tanto al análisis de sus logros como al de sus
variaciones en el Último capítulo del libro. Ahora lo que se ha de entender i~iwnvenientes.~ Cuando los comentaristas buscan a alguien con quien com-
sobre todo es el hecho mismo de la diversidad. Aunque se pueda pensar parar a Goffman, es tan probable que acaben en el mundo de la literatura
en la ciudad como una red total -olvidando de momento sus vínculos -Kafka o Proust- como que mencionen un nombre de las ciencias ~ociales.~
exteriores-, muchas veces es más práctico pensar en ella, según el término Sus colegas académicos se interesan miicho más por sus puntos de vista per
sugerido por Craven y Wellman (1974, p. SO), como una red de redes. Una sonales y sus rasgos que por los de, v. gr., Talcott Parsons?
de ellas, o unas cuantas, pueden formar un modo urbano de vivir. Juntas, ENing Goffman se ha dedicado especialmente al análisis de la interacción
constituyen la ciudad wmo orden social.
a En la Unimidad'de Edimburgo, a principios de los años cincuenta, estaba en el
Departamento de Antmpología Social, y en la actualidad es profesor ''Benjamín
Frankh". d e Antropología y Sociología en la Universidad de Pensilvania.
. 9 El libro es una colecci6n de ensayos recopilados por Gregersen (1975). Una lista
de otros escritos sobre aspectos de la obra de Goffwn a b a d , por ejemplo, Mes-
singer y otros (1962), Taylor (1968), Gouldner (1970, pp. 378 SS.),Lofland (1970a),
Young (197l), Bemian (1972), Blumer (1972), Aronoff (1973), Bennett Berger
(1973), Boltanski (1973), Collins (1973, 1975, pp. 161 SS.), Dawe (1973), Ly-
man (1973), Manning (1973, 1976), Perinbanayagam (1974), Davis (1975), Gam-
son (1975), Jameson (1976), Bogart (1977), Haii (1977) y Gonos (1977).
3 Pari este tipo de comparaciones, véanse Berman (1972), Birenbaum y Sagarin
(1973, pp. 3-4) y Hall (1977).
4 Un ejemplo notorio es el brillante "Fan Letter on ENing Goffman" (197.3).de
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