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Significado de la batalla de Puebla

La injusta intervención francesa despertó grandes simpatías por la causa de


México en América y en los sectores liberales europeos; la prensa española,
inglesa y francesa censuraba a Napoleón y abogaba por el retiro de las tropas
invasoras. Hay dos importantes razones en el gran significado que tuvo la
batalla de Puebla para México. Por un lado, el frente unido de la población
mexicana, reforzó la identidad nacional y por la otra, la experiencia de la
invasión, contribuyó a definir algunos de los principios fundamentales de la
política exterior de México, vigentes en las relaciones internacionales: El
respeto por la soberanía y la integridad territorial; la no agresión; la no
interferencia en los asuntos internos de otros estados; la conciliación de
diferencias a través de la negociación y no a través de la fuerza y la
coexistencia pacífica.

Mientras duró la dominación francesa, el recuerdo de aquella gloriosa batalla se


convirtió en un símbolo de la resistencia liberal. Después de 1867, se instituyó
la celebración cívica del 5 de mayo, para conmemorar la defensa de los
mexicanos contra el dominio extranjero. Los mexicanos que radican en Estados
Unidos consideran la fiesta del 5 de mayo como la más importante. Su
significado se ha enriquecido más allá del sentido que se le da en México. En las
grandes ciudades de Estados Unidos se organizan festejos que involucran no
solo a los mexicanos y chicanos, sino a los latinoamericanos. Ese día, el
presidente norteamericano emite un comunicado para la comunidad hispana y se
organiza una fiesta en la Casa Blanca, a la cual asisten personalidades y artistas
hispanos. Ese día, más que conmemorar el triunfo de México, celebran el orgullo
por su identidad latina.

Se recuerda una lucha antiintervencionista, muchos hispanoamericanos han


tomado esta fiesta cívica como una bandera que simboliza su resistencia a
adoptar ideas y patrones de vida anglosajones. Permite a los hispanos mostrar y
afirmar su presencia cultural y política ante el resto de la sociedad
norteamericana. Todos comparten un sentimiento de familiaridad por ser
latinos, por hablar español, por ser racialmente parecidos y tener un pasado
similar. Algunos activistas de grupos latinos expresan sus ideas políticas,
porque se les reconozca su derecho a tener una identidad bicultural.

También hay grupos indigenistas que el 5 de mayo recuerdan la participación de


los indígenas zacapoaxtlas en la batalla, lo cual sirve como pretexto para
reconocer la importancia de las comunidades indígenas en la cultura
latinoamericana. En Texas, se recuerda a Ignacio Zaragoza, porque nació en
Bahía del Espíritu Santo, hoy Goliat, cuando Texas pertenecía a México y
formaba parte de Coahuila. El 5 de mayo es una celebración que ha invadido a
los Estados Unidos, dándonos una gran satisfacción por haberlos invadido con
algo.
La batalla del 5 de mayo
Terminada la guerra de tres años, el gobierno de Juárez se encontraba sin recursos y
tuvo que suspender por dos años el pago de todas las deudas, y nivelar el presupuesto
para atender las necesidades básicas de la población. La suspensión provocó que los
conservadores recurrieran a las cortes europeas para traer a un príncipe extranjero
a gobernarnos. España, Inglaterra y Francia se unieron en Londres y acordaron
invadirnos para asegurar el pago de sus créditos y formaron una alianza militar,
aunque España deseaba recobrar parte de sus antiguos dominios; Inglaterra aspiraba
ensanchar sus dominios en América y Francia quería contener a Estados Unidos y
ofrecer a su burguesía la oportunidad de abrir nuevos mercados y establecer colonias
mineras.

La armada española fue la primera en llegar a Veracruz en diciembre de 1861, las


fuerzas inglesa y francesa arribaron en enero de 1862. Sus representantes enviaron
un ultimátum al gobierno de Juárez, en el que pedían el pago de sus deudas y la
satisfacción de los daños hechos a sus representantes diplomáticos. Juárez
manifestó sus deseos de llegar a un arreglo amistoso, y los invitó a conferenciar para
determinar el monto de las deudas. Las naciones aliadas aceptaron la propuesta y en
febrero de 1862, se reunieron en el pueblo de La Soledad, donde acordaron el
reconocimiento del gobierno de Juárez y el respeto a la integridad y la independencia
nacional.

En marzo de 1862, llegó a Veracruz el conde Laurencez con nuevos refuerzos para los
franceses y el general Almonte, se declaró jefe supremo de la nación. Inglaterra y
España se dieron cuenta de que los franceses deseaban derrocar a Juárez y traer a
un representante suyo a gobernar, declararon rota la alianza en abril de 1862 y
después de arreglar satisfactoriamente sus reclamaciones con el gobierno de Juárez,
se reembarcaron con sus tropas. El Ejército francés, de 6 mil hombres, bien armado
y disciplinado, venía de conseguir brillantes victorias en Europa, se negó a retroceder
a sus posiciones iniciales como se había convenido y el conde Laurencez ordenó el
avance. Se le unieron varias partidas de conservadores, mal armadas, al mando de
Leonardo Márquez.

Laurencez creía fácil vencer a los mexicanos, sin previa declaración de guerra y sin
tomar las precauciones necesarias, ordenó el asalto a los fuertes de Loreto y
Guadalupe, que defendían a Puebla. El general Ignacio Zaragoza, al mando del Ejército
mexicano de 4 mil 800 hombres, se fortificó en Puebla, donde detuvo a los invasores,
quienes intentaron repetidamente tomar las fortificaciones, pero tuvieron que
retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana. La noticia del triunfo de
las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país; sin embargo, si
militarmente la batalla del 5 de mayo no detuvo el avance del Ejército francés;
moralmente levantó a la república del concepto de desánimo y cobardía en que sus
enemigos la suponían hundida.

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