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EL PROBLEMA DEL MAL Y LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

Espinosa Galán Víctor Eligio


Folios • Segunda época • No 42 Segundo semestre de 2015 •• pp. 71-85
Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia. Miembro del grupo de investigación
Filosofía y Enseñanza de la Filosofía. Correo electrónico: vespinosa@pedagogica.edu.co
El autor es profesional y licenciado en filosofía. Magister en Desarrollo Educativo y social.
Candidato a doctor en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional, ha orientado sus
publicaciones en temas de ética, la filosofía política, la educación y la pedagogía. Sus libros
más recientes tienen como titulo la formación ética. Convivencia escolar Educación para la
paz y desarrollo moral 2016

En la presente publicación acerca del problema del mal y la violencia en Colombia, el autor
hace referencia de manera argumentativa, en tres situaciones, la primera se enfoca en
resolver la “pregunta especulativa sobre el mal”, en la segunda realiza una “reflexión en la
vida del hombre y la sociedad contemporánea” y en la tercera se enfoca en “reflexiones
sobre el mal en narraciones testimoniales del conflicto armado colombiano”
Así varias preguntas surgen al abordar el problema del mal, pues los seres humanos
afrontan el dolor, el sufrimiento, la violencia como algo inherente y a su vez los teóricos
afianzan varias ideas acerca de la dificultad para esclarecer “¿Qué es lo que impulsa al
mal?” y entre tanto se dan algunas posturas como: “Todo sufrimiento humano producido
por actos de crueldad parece innecesario o moralmente injusto” (Lara, 2009 p.53) Citado
en Espinosa 2015. p.72 y cuantas veces pensamos que lo justo o injusto pertenece a otras
reflexiones, propias no solo de los científicos sociales, sino del ser humano consiente y
racional; que reconoce al otro en su plenitud, es así como el autor muestra la importancia
de la filosofía social y la psicología social, para hablarnos acerca de “la responsabilidad, el
libre albedrío la buena o mala voluntad de las personas lo que deben hacer o no hacer, lo
que se les puede o no exigir”, p.72 ya que La barbarie que se ha tenido en cada momento
histórico nos lleva a reflexionar sobre ese ser humano en relación con el problema del mal
y la violencia que esta engendra.
Teniendo en cuenta lo anterior si deseamos la transformación consiente del ser humano,
para afrontar la realidad, se requiere de una reflexión profunda, que contemple diversas
manifestaciones de la razón que siempre orienta hacia el bien, como lo plantea el autor
cuando menciona que “El mal es error en el juicio, en el cual el hombre no posee la ciencia,
algo involuntario, que no lo hace malo solo en “la medida en que se complace con la
engañosa suficiencia del mundo alejado de la verdad” (Hernández, 2008, p. 19)Citado en
Espinosa 2015 p.73
Pero si la postura filosófica no es suficiente para esclarecer las cuestiones, la teología
muestra otro camino “Es la voluntad mala la que produce el acto malo, pero nada produce
la voluntad mala [...] la voluntad se convierte en mala al desviarse de lo que le es superior”
(Ciudad de Dios xii, 6). Citado en Espinosa 2015 P.74
Boecio en la Edad Media: ¿Si Dios existe, de dónde el mal; si no existe, de dónde el bien?;
es decir, nos enfrenta a la idea de la justificación de un Dios bueno, justo y providente en
un mundo que está preso del sufrimiento que se sitúa entre “el espíritu que desea y el
mundo que decepciona”, que Camus en El mito de Sísifo (1996) entendió como el absurdo:
“Si supusiera que vivir así no sería honesto, la verdadera honestidad me ordenaría que
fuese deshonesto” (p. 82) Citado en Espinosa 2015 p. 74
Por tanto es la razón humana con sus tres grandes funciones: acusar, defender y juzgar.
La que lograría, que primara la idea del bien, o como lo plantea Kant es que el problema
del mal moral no es causado por la naturaleza humana, tiene su origen en la libertad del
hombre. Espinosa 2015 P.77
¿Y no es acaso buena la libertad? o es que se deben limitar las acciones de los seres
humanos para evitar el mal, preguntas como esta me asaltan la memoria en una Colombia
azotada por la violencia en donde los relatos de victimarios nos acercan a una cruda
realidad que vale la pena ser leída con otras miradas para encontrar allí no solo la
responsabilidad, en el duro proceso del conflicto armado colombiano, sino cuales son los
diversos escenarios de violencia que hacen y permiten un estancamiento social en todos
los órdenes, pues lo ocurrido en otros momentos históricos como los campos de
concentración en Auschwitz, no dista para nada de nuestros contextos; como lo relata el
autor un conflicto en el que se han conjugado y recreado las formas más diversas y atroces
de los repertorios del mal, como masacres, asesinatos selectivos y desapariciones
forzadas, abusos sexuales que orquestaron especialmente los paramilitares; por otra parte,
la guerrilla, que orienta sus actuaciones al reclutamiento forzado, asesinatos selectivos,
atentados terroristas y el ataque a bienes civiles y del Estado y, no lejos de estas prácticas,
algunos miembros de la fuerza pública que han incurrido en detenciones arbitrarias,
torturas, asesinatos selectivos y desapariciones forzadas. P.80
Así la identidad de los Colombianos se ve desdibujada, por la falta de conocimiento de lo
ocurrido y las maneras de comprender esa asociación de la maldad de los victimarios y la
violencia como parte del patrón cultural que ha permeado la sociedad por más de 50 años
y que camina en busca de una salida que afiance la posibilidad de comprender el pasado y
vivir un presente que resignifique al ser humano.
Para estas comprensiones, el autor presenta en este artículo varios relatos que vale la
pena sean abordados en diversos espacios académicos y difundidos para generar análisis
y nuevas posturas frente al problema del mal y la violencia en Colombia.

Reseñado por

María Del Carmen Morales Ramírez


Docente de Ciencias Sociales
Magistra en Docencia

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