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TERAPIA SISTEMICA 1
FAMILIAR
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga de Ica”
INTEGRANTES:
Diaz Guarda Narda
Diaz Alejo Phierina
Diaz Sumen Kamila
Gavilan Guevara Karen
Choque Erazo Darly
Lengua Mendez Daniela
Zapata Sarmiento Jorel
DOCENTES:
Ps. Katia Chacaltana Hernandez
TERAPIA SISTEMICA FAMILIAR | Psicología – VIII Ciclo “A”
DEDICATORIA
Este trabajo va dedicado en primer lugar a Dios
por darnos la vida y permitirnos cumplir una
de nuestras metas
A nuestros padres por su apoyo incondicional y
a los Docentes por ser parte importante en
nuestra formación profesional.
TERAPIA SISTEMICA FAMILIAR | Psicología – VIII Ciclo “A”
INDICE
Contenido
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………………………………4
2. CAPITULO I……………………………………………………………………………………………………………………………..5
3. CAPITULO II……………………………………………………………………………………………………………………………..12
4. CAPITULO III……………………………………………………………………………………………………………………………18
Integración Onírica…………………………………………………………………………………………………..31
Conclusión…………………………………………………………………………………………………………………………….52
5. Linkografía……………………………………………………………………………………………………………………………..53
TERAPIA SISTEMICA FAMILIAR | Psicología – VIII Ciclo “A”
1. INTRODUCCIÓN
4
TERAPIA SISTEMICA FAMILIAR | Psicología – VIII Ciclo “A”
2. CAPITULO I
Ciertamente, en esos años parecía que había llegado el tiempo para el tratamiento conjunto de
la familia. Sin embargo, el nuevo formato de intervención requería también de un nuevo marco
conceptual. Las teorías psicoanalíticas imperantes en la actividad clínica de la época más bien
eran un obstáculo para el verdadero trabajo conjunto. Fueron las aportaciones del equipo de
Palo Alto, y la inspiración intelectual de su líder, Gregory Bateson, las que supusieron el
nacimiento de un nuevo modelo, el sistémico, al mismo tiempo que aparecía el nuevo formato
de la terapia familiar.
términos comunicacionales.
En ese mismo año Bateson y Mead parten para Bali, donde observaron el curioso caso de las
madres, que estimulaban a sus hijos, y cuando éstos respondían los ignoraban. Esto se
contempló también como un patrón repetitivo de comunicación incongruente, que más tarde
observaría, junto con su equipo, en las familias de los esquizofrénicos.
Al regresar a EE. UU., Bateson y Mead consultaron con el hipnoterapeuta Milton
Erickson para que les ayudara a comprender los fenómenos de trance observados en Bali y que
habían podido filmar. Erickson les convenció de que los estados de trance observados (por ej. 6
En 1954 se les unió el prestigioso psiquiatra Don Jackson, y siguieron juntos hasta 1962,
financiados intermitentemente por diversas fundaciones. Podemos destacar las siguientes
características de este grupo:
• Interdisciplinar: su objeto de estudio es un problema clínico, la esquizofrenia; pero su
metodología y su concepción teórica es mucho más amplia que la de la psiquiatría o la
psicología.
• Centrado en la investigación: no se plantea como intento por desarrollar una nueva
modalidad de psicoterapia. La terapia es parte de la investigación. La respuesta de la familia a
las propuestas de los terapeutas es una observación tan útil como la observación más naturalista
también practicada.
• Interés teórico más allá de la clínica o la psicología: la comunicación como patrón de
comportamiento de los seres vivos.
de hacer otras. Lo que hace un padre tiene que ver con lo que acaba de hacer su hija.
Sus pensamientos y sus emociones parecen estar en función de qué hacen los que lo rodean.
forma sintomática. El mismo síntoma es visto como una comunicación, un eslabón más de la
cadena interaccional.
La noción de patrón interaccional sugiere que las acciones de un miembro influyen en la de los
demás, y éstas a su vez en el primero formando una pauta recurrente. Esta idea parte de la
concepción de la familia como sistema cibernético que se retroalimenta de sus propias acciones.
Cada acción es a la vez input y output para nuevas acciones en un proceso recurrente, sin fin,
que permite a la vez mantener un cierto estado de equilibrio en el sistema.
A su vez, esta visión sistémica requiere de una nueva concepción de la causalidad. La causalidad
tradicional, aún imperante en nuestros días, es lineal. Para explicar un problema, hay que
encontrar la causa que lo antecede y lo genera. Pero si consideramos problemas recurrentes
(casi todos los problemas clínicos), y los consideramos en el contexto interaccional en que
aparecen (habitualmente, la familia), veremos que forman parte de un patrón interaccional.
Identificar una causa (o incluso varias) supone una enorme simplificación.
El modelo sistémico emplea la causalidad circular, en la que se tiene en cuenta como las
consecuencias influyen, a su vez, en las causas. De esta forma, la consecuencia deviene también
causa, lo que pone en evidencia la poca utilidad de “causas” y “consecuencias”, y que se
requieren nuevos conceptos, sobretodo si tenemos en cuenta más de dos interactuantes.
Desde una óptica circular las nociones de responsabilidad, o culpa son cuestionadas. Los
sistémicos conceptualizan los problemas en términos de patrones interaccionales complejos y
recurrentes.
Desde esta perspectiva resulta demasiado simplista decir que una madre sobreprotectora crea
ansiedad en su hijo. Más bien podemos decir que ambos forman parte de un patrón en el que
(podemos comenzar con uno o con otro) los miedos del niño despiertan la atención
preocupada de la madre, lo cual exacerba los miedos del niño, lo cual preocupa todavía más a
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la madre, y así sucesivamente. Con todo, esta descripción resulta demasiado simple.
Podríamos incorporar en el esquema lo que dice o hace el padre cuando está presente, cuando
los observa, o bien simplemente cuando se lo cuenta la madre. Y así ir asumiendo niveles
crecientes de complejidad. Este patrón (irreducible a una de sus partes) es la unidad de análisis
y de intervención, aunque el punto de entrada pueda ser actuar en tan sólo uno de los
comportamientos o actitudes.
Cuando alguien describe una interacción en términos lineales de causa-efecto (por ej., un padre 9
puede quejarse de que la sobreprotección de la madre causa los miedos del hijo) se entiende
como una particular puntuación, entendida como operación que reduce la complejidad para
designar un antecedente causal y una consecuencia. Se entiende como una particular
segmentación del patrón interaccional que se hace en función de intereses personales, y que en
sí misma, es un nuevo movimiento dentro de la danza de interacciones.
Así pues, el modelo sistémico se centra en las interacciones actuales de todos los miembros de
la familia (o los sistemas relevantes), en lugar de buscar las causas pasadas de los síntomas. Éstos
se entienden como una comunicación congruente con la dinámica del sistema, y se insertan en
un patrón interaccional complejo. Son estos patrones los que caracterizan a una familia como
una entidad supraindividual, o sistema.
La Terapia Familiar Sistémica, es un enfoque que trabaja con las familias y los que están
en una relación estrecha para fomentar el cambio. Estos cambios son vistos en términos
de los sistemas de interacción entre cada persona dentro de la familia o relación.
Es comprensible que las familias y los que se encuentren en relaciones muy cercanas a
veces tengan dificultades debido a sus diferencias, o sientan tensión cuando los seres
queridos tienen problemas. El objetivo de la terapia es trabajar con estos problemas a
través de los miembros de la familia y seres queridos para ayudar a empatizar con los
demás. Se les da la oportunidad de entender y apreciar las necesidades del otro,
aprovechar los puntos fuertes de la familia y, finalmente, realizar cambios útiles en sus
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Psicoterapia individual
Desde principios de los años ochenta, se planteó que el modelo sistémico podría aplicarse a un
solo individuo aunque no asistiera toda la familia. Una de las obras pioneras fue la de R. Fisch,
J. Weakland y L. Segal (1982) “La táctica del cambio” (Herder, Barcelona, 1984) que supone
un desarrollo de la terapia breve del MRI de Palo Alto. Plantea que es preciso trabajar sólo con
los verdaderos “clientes”, los que verdaderamente están interesados en la terapia, aunque a 11
menudo sea sólo uno, y a veces no ni tan sólo el portador del síntoma. Se centra en la forma
en la que el individuo participa en la danza interaccional, y se orienta la intervención para que
éste influya de manera decisiva en dicho patrón interaccional. Así es que, a diferencia de otros
modelos, el sistémico no se limita a buscar el bienestar subjetivo del cliente sino a alterar la
interacción familiar, como lo haría si viniera toda la familia.
En la actualidad, la gran mayoría de terapeutas sistémicos realizan intervenciones individuales,
ya sea alternándolas con las familiares, o bien como modalidad única en función de los casos y
de la disponibilidad de la familia para el tratamiento.
Organizaciones
De la misma manera que se entiende la familia como un sistema, se pueden entender las
organizaciones (empresas, fundaciones, instituciones, etc.) como un sistema organizado.
Cuando un profesional es llamado como consultor o para realizar determinada tarea dentro
de la organización, el modelo sistémico puede orientarlo en plantear su intervención de
acuerdo con las pautas interaccionales que también se dan en estos sistemas. Una de las obras
más emblemáticas en este campo es la de Selvini-Palazzoli y cols. (1981), "Al frente de la
organización", Paidós, Barcelona, 1985.
Redes sociales
Si concebimos la familia como un sistema, tenemos que pensar que ese sistema, a su vez, forma
parte de sistemas más amplios y complejos, hasta llegar al sistema social y cultural. El nivel más
próximo al familiar es la red social: el barrio o pueblo, y las organizaciones que de manera más
formal (asociaciones, servicios sociales, instituciones religiosas, etc.) o informal (grupos de
cualquier índole, bandas, etc.) la integran. Una obra de referencia puede ser: Speck, R. y
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Institución escolar
La escuela es uno de los sistemas más próximos e interdependientes con la familia. Desde la
óptica sistémica, el trabajo del psicólogo o psicopedagogo se encabalga entre dos sistemas, y su
interacción deviene el foco central para entender el problema que se manifiesta en el niño. La
obra más emblemática a este respecto es la de Selvini-Palazzoli, M. y cols. "El mago sin magia",
Paidós, Barcelona, 1983. 12
Mediación
La mediación es un proceso temporalmente limitado que contribuye a facilitar la comunicación
y los conflictos entre dos partes a través de un mediador. El mediador es un profesional que
ayudará de manera neutral y objetiva a que las partes alcancen un acuerdo. La mediación puede
ser aplicada en conflictos que acontezcan en el ámbito familiar (parejas, intergeneracional,
herencias), conflictos escolares, en la comunidad, así como en las organizaciones. Partiendo de
una perspectiva sistémica, Ripol-Millet (1993) plantea que la función del mediador en las
familias consiste en ayudar a la pareja a resolver los conflictos y facilitar la comunicación de
manera que sea ella misma la que alcance decisiones satisfactorias y viables para ambas partes.
El mediador debe velar por las necesidades de la pareja pero especialmente las de los hijos,
favoreciendo la relación familiar posterior al divorcio entre todas las partes. Obras de referencia
son: Ripol-Millet, A. (1993). La mediación familiar. Barcelona: Centre ’Estudis Jurídics i
Formació Especialitzada y Ripol-Millet, A. (2000). Mediación familiar. En J. Navarro y J. Pereira
(Eds.), Parejas en situaciones especiales. Barcelona: Paidós.
Modelos conductuales
Desde los años setenta, el modelo conductual también trabaja con familias esencialmente para
regular los refuerzos que se administran recíprocamente, principalmente los padres en la
educación de los hijos con problemas. En muchas ocasiones, estos padres son definidos como
“co-terapeutas” que aplican en casa un programa de reforzamiento diseñado por el terapeuta.
En nuestro país una de las obras más representativas es la de Pelechano, V.
(1980), “Terapia familiar comunitaria” (Valencia, Alfaplus).A nivel internacional se han
desarrollado también diversos programas de tratamiento para parejas o para adolescentes con
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Modelos psicoeducativos
En los años setenta se desarrollaron una serie de programas de tratamiento basados en el estudio
de la vasta literatura existente acerca de la influencia de los acontecimientos vitales ("life events")
como presión ambiental en la esquizofrenia. Una de las líneas de investigación (y tratamiento)
más relevantes es la de los británicos Brown, Leff, Vaughn y colaboradores sobre el papel del
nivel emocional de la familia como fuente de estrés para el paciente esquizofrénico. En este 13
sentido se ha acuñado el término de Emoción Expresada (EE) para referirse a las actitudes críticas
y hostiles de los miembros familiares, así como su sobreinvolucración. Según estos estudios los
pacientes que retornan a hogares con índices altos de EE (medidos mediante el Camberwell
Family Interview (CFI), una forma de entrevista familiar semi-estructurada) presentan recaídas
en los 9 meses siguientes al alta hospitalaria en más del 50% de los casos, mientras que este
porcentaje no llega al 15% en la familias con índices bajos de EE (en ambos casos se administró
regularmente la medicación). La variable EE resultó ser la de más valor en la predicción de
recaídas seguida de la variable acerca del grado de contacto del paciente con sus familiares,
resultando menos afectados aquellos que tienen menor contacto con sus familiares altos en EE
(menos de 35 horas semanales). También los estudios de Wynne y colaboradores (ver Wynne
et al, 1982 para una revisión) sobre "comunicación desviada" iniciados en los años sesenta
sirvieron de inspiración para estos enfoques.
Actualmente, existen programas psicoeducativos para múltiples problemas mentales (por
ejemplo, depresión, ansiedad) y también para problemas de la salud física (por ejemplo,
diabetes, hipertensión), en los que también se intentan objetivos similares con este formato
familiar.
Modelos psicodinámicos
El psicoanálisis no se centra en la dinámica actual de la familia. Sin embargo, en los años ochenta
han aparecido algunos autores, relativamente aislados, que plantean un formato de terapia
familiar con base psicoanalítica, especialmente en el caso de adolescentes. Sin embargo, su
influencia en el campo psicoanalítico es testimonial y a lo más que llegan los psicoanalistas en
lo que respecta al trabajo familiar es a entrevistar a los padres de los niños que tratan.
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Modelos cognitivos
A mediados de los ochenta algunos autores cognitivos han desarrollado programas de terapia
de pareja basados en el modelo cognitivo. El ejemplo más conocido es el de Beck (1988).
Estos enfoques analizan los supuestos disfuncionales, errores cognitivos o creencias irracionales
con las que las personas se plantean la relación de pareja. También existen algunas aportaciones
en terapia familiar pero no son muy numerosas, y en la mayoría de casos suponen una cierta
integración con lo sistémico. Puede consultarse el libro: Beck, A, (1988). Con el amor no basta.
Barcelona: Paidós, 1990. 14
Modelos experienciales
El propio Rogers trabajó ya con grupos de parejas en el formato de sus grupos de encuentro
de los años sesenta. Sin embargo, los formatos de terapia de pareja de base rogersiana o
guestáltica no llegaron hasta los años ochenta. En lo que se conce como enfoque experiencial,
que combina ambas orientaciones, se enmarca la obra de Greenberg y Johnson (1988).
Estos enfoques enfatizan la expresión emocional en la sesión; de la rabia, los resentimientos,
odios, etc., así como las muestras expresas de amor y afecto, a veces muy inhibidas incluso en
la intimidad familiar. Una referencia fundamental es: Greenberg, L. y Johnson, S. (1988)
Emotionally focused therapy for copules (Terapia centrada en las emociones para parejas). New
York, Guilford.
La Terapia Familiar Sistémica se apoya en la idea de que las relaciones familiares forman una
parte clave de la salud emocional de cada miembro de esa familia. Este tipo de terapia puede
ayudar a las personas que se preocupan por los demás a encontrar maneras de hacer frente en
colaboración con cualquier malestar, la incomprensión y el dolor que está afectando a sus
relaciones y poner una tensión en la unidad familiar.
Los problemas más habituales con los que un terapeuta familiar suele trabajar son los
acontecimientos estresantes y traumáticos de la vida tales como: divorcio y la
separación, enfermedad o muerte de un ser querido, y etapas de transición de desarrollo de la
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familia que pueden causar dolor y malestar. Los conflictos entre padres e hijos, problemas
relacionados con la escuela y el trabajo y las dificultades psicosexuales también pueden ser
explorados a través de la Terapia Familiar Sistémica.
Los terapeutas familiares también pueden trabajar junto a otros profesionales de la salud para
hacer frente a problemas específicos tales como el TDAH, trastornos
alimentarios, adicciones, depresión, y cualesquiera otras condiciones que pueden estar teniendo
un efecto perjudicial sobre la vida familiar. Esto hace que la Terapia Familiar sea útil para los
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momentos de crisis o de larga duración que estén teniendo efectos perjudiciales sobre la familia.
La Terapia Familiar es sensible a todo tipo de familia y relaciones, creencias y culturas. También
es considerada con las necesidades y problemas de cada individuo dentro de una unidad
familiar, y tiene en cuenta todas las demás relaciones clave en la vida de las personas. Esto hace
que sea un método útil para las personas de todas las edades y procedencias.
La Terapia Familiar normalmente se lleva a cabo en forma de sesiones en las que se acuden los
individuos y sus seres queridos junto con un terapeuta familiar para discutir los temas que están
afectando a sus relaciones. Estas sesiones – y las técnicas de Terapia Familiar utilizadas – se
adaptarán de acuerdo con los objetivos de la terapia y las edades, las necesidades, los recursos
y las preferencias de los individuos involucrados. Las sesiones que involucran a niños, por
ejemplo, pueden incluir ejercicios de dibujo y el juego para ayudar a expresar sus emociones 16
En general, los terapeutas de familia tendrán como objetivo adoptar un enfoque que no tome
partido o culpe a los individuos, sino que insta a las familias al intercambio de conocimiento y
puntos de vista con los demás, lo que les permite discutir los problemas que están poniendo
tensión en sus relaciones. Al apoyar este sistema de interacción y dar a todos la oportunidad
de contribuir en la discusión, la Terapia Familiar permite a los miembros de la familia explorar
vías de avance que va a trabajar entre ellos como una unidad.
El número de miembros de la familia que asisten a cada sesión puede variar, dependiendo de
las metas de la terapia. A veces, un terapeuta familiar ofrecerá sesiones individuales para
complementar las reuniones familiares. Estas pueden ser particularmente beneficiosas para
aquellas que quieren reunirse con el terapeuta antes de una sesión de familia para decidir sobre
las mejores maneras de expresar sus pensamientos y sentimientos con los demás. En la Terapia
Familiar que se involucran a los padres y los niños, los terapeutas pueden desear hablar con los
padres por separado siguientes sesiones familiares.
Mientras que algunos terapeutas familiares trabajan individualmente, otros van a colaborar con
un co-terapeuta o equipo. En algunos casos, estos colegas observarán sesiones para supervisar
cómo interactúan el terapeuta familiar y clientes. A continuación, estará en posición para
compartir reflexiones y explorar posibilidades para ayudar a resolver mejor los problemas.
Muchas familias encuentran este enfoque de los problemas de gran ayuda.
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Las sesiones pueden durar de entre 50 y 90 minutos, y los intervalos entre cada uno podrían 17
ser de una o varias semanas, dependiendo de los factores, como se abordan los problemas, la
etapa de tratamiento y las necesidades de los miembros de la familia. En última instancia, todos
los elementos de la Terapia Familiar, incluidas las técnicas de Terapia Familiar y duración de las
sesiones será el resultado de una colaboración y el acuerdo mutuo entre el terapeuta y la familia.
- Jerarquía
La familia está estructurada jerárquicamente de acuerdo con varias formas de
organización.
- Retroalimentación
La conducta de cada miembro influye en la de los demás en forma de feedback positivo
(favorecedor) o negativo (corrector).
- Equifinalidad
Se puede llegar a una misma pauta de interacción a partir de orígenes y caminos muy 18
contextos o el estadio de desarrollo de los interactuantes. Por ejemplo, la relación entre un jefe
y su subordinado es complementaria en el trabajo, pero puede ser simétrica mientras toman un
café y hablan de fútbol. Asimismo, la relación entre un niño y sus padres empieza siendo muy
complementaria (no podía ser de otra forma, lo alimentan, lo visten, deciden todo en su vida)
pero con el tiempo esto tiene que variar a medida que el niño va creciendo. De tal forma, que
cuando los padres son mayores, el hijo adopta el papel de cuidador y se invierten,
progresivamente, los papeles. El peligro de la complementariedad es que se vuelva rígida. Que
la diferencia entre la posición superior y la inferior no evolucione e impida, así, el desarrollo 19
el problema en el momento del ciclo vital que se produce, e investigar si cumple alguna función
para estabilizar el sistema ante la transición vital que corresponda. Por ejemplo, un joven adulto
que tiene un problema serio (psicosis, drogas, etc.) puede congelar el ciclo vital y hacer que los
padres tengan que seguir haciendo de padres, impidiendo el avance del ciclo de vida a la fase
en la que él sale de casa y forma una nueva familia.
En la terapia familiar sistémica, existe una serie de intervenciones que están entre las más
habituales. Algunas son tomadas de otras formas de terapia, y desde luego es una forma de
trabajar que admite el uso de cualquier técnica que se considere apropiada. Solo
mencionaremos algunas habituales, pero existen libros que recogen técnicas y formas de
intervenciones, como “24 ideas para una terapia breve” (Mark Beyebach).
Un ejemplo que podría ser típico, es el de una madre imaginemos deprimida con un hijo
pequeño que es muy rebelde y no deja de preocuparla. La madre probablemente llegará
criticando la conducta de su hijo o sintiéndose culpable de no saber controlarle. Una hipótesis
que podría estar dándose, es que el hijo, notando que su madre atraviesa un momento difícil
(pongamos un duelo) ha reaccionado volviéndose rebelde para sacar a su madre de la apatía.
Si el terapeuta y su equipo observan que esto es una posibilidad real, se le puede devolver a la
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familia, convirtiendo la conducta del niño en un intento de cuidar a su madre y redefiniendo
la relación.
Las excepciones y las preguntas milagro son técnicas de las terapias breves. En la pregunta
milagro, se le pregunta a la familia como sería el día si ocurriese un milagro y su problema se
soluciona de golpe. Por ejemplo, se busca que sería lo primero en que lo notarían, etc. Esto nos
da pistas sobre elementos a introducir para hacer que el milagro empiece a ocurrir en la familia.
En las excepciones, preguntamos acerca de aquellas situaciones en las que las cosas se hicieron
de modo distinto y las que salió bien. De este modo, les ayudamos a volcar su atención hacia
lo positivo, y nos da pie a introducir variaciones para fomentarlo. Si por ejemplo la madre y el
hijo no discuten porque el padre apoya a la madre en algunas ocasiones, podemos fomentar
que el padre apoye más veces a la madre.
Un tipo de pregunta que en ocasiones es útil, es pedirle a la familia que valoren, del 1 al 10, en
qué punto está su problema.
Desde aquí puedes indagar que haría falta para subir un punto en la escala, o si la puntuación
es baja, que han hecho para conseguir que no baje más. Si por ejemplo te dice un 5, ¿Qué haría
falta para llegar al 6? ¿Cómo habéis logrado que no fuera un cuatro o incluso menos?
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Aunque las hemos mencionado anteriormente, las recordamos aquí porque es la técnica
fundamental. Con las preguntas circulares, le preguntamos a otro miembro de la familia por lo
que hace, siente, etc. el miembro del que queremos saber algo.
Esto evita una escalada de discusiones, fomenta una visión cíclica e interrelacionada del
problema que afecta a todos, y permite en muchas ocasiones que fluya información que se 23
Por ejemplo, si un padre y una madre discuten a menudo, al preguntarles a ellos te darán una
visión lineal “es que él me provocó al decirme eso” siempre se describirán en forma de
reacciones. Si preguntamos a los hijos, muchas veces serán capaces de tener una visión más
amplia. Quizás escuchen como impacta sus discusiones en sus hijos, o como ven que se siente
su pareja cuando ellos hacen tal cosa, sin tener que defenderse de un ataque. Idealmente, se
formula una situación circular “Cuando papá hace tal, mamá se preocupa mucho. A papá eso
le agobia y se distancia, lo que hace que mamá se preocupe aún más y le persiga”.
En terapia sistémica, se utilizan muchas tareas para casa. Una vez que se formula una hipótesis
sobre lo que está sucediendo en la familia, se plantean cambios en la secuencia interaccional
que se ha detectado para intentar producir cambios. De ahí que la terapia se haga cada quince
días habitualmente, para que haya tiempo para que noten ciertos cambios. las tareas paradójicas
suelen reservarse para cuando se ha intentado todo y nada ha funcionado.
Por ejemplo, si una familia vive demasiado desconectados los unos de los otros, se les puede
proponer que hagan una tarea juntos, aunque sea cenar juntos. En muchas ocasiones se sugiere
que intervengan otros miembros de la familia, etc. Estas tareas pueden ser tan creativas como
el terapeuta quiera. Por ejemplo, si un miembro de la pareja suele ser el que toma las decisiones
o el que ejerce un determinado rol, pueden intercambiarse los roles y jugar a ser el otro durante
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días alternos, o lanzar una moneda para ver quién ejerce determinado rol en determinado
momento, por ejemplo, quién ayuda a los hijos con los deberes o limpia la casa.
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Las tareas paradójicas suelen reservarse para cuando se ha intentado todo y nada ha
funcionado. La idea es transmitir a la familia que no cambien y que lo mejor para ellos es no
cambiar. De este modo, se aumenta las fuerzas de la homeostasis que están impidiendo a la
familia cambiar, de tal forma que si no cambian están cumpliendo con el terapeuta, y si no
cumplen y cambian, se consigue el objetivo. El riesgo de estas intervenciones es considerable, y
no es aconsejable hacerlas si el terapeuta no está convencido de que es la mejor opción y puede
ser firme en ello.
4.7 ESCULTURA
Aunque la escultura es una técnica propia del psicodrama, en ocasiones se utiliza para trabajar
como siente la familia la situación familiar. Normalmente se les pide que representen a su
familia. Suele ser útil empezar a pedírselo a los niños, que disfrutan jugando con su familia,
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captan muy bien el clima emocional de la familia, y facilita que la familia entre al ejercicio. Una
vez lo representen, se puede preguntar cómo se sienten en esa situación, que les gustaría
cambiar, se pueden hacer comentarios sobre la distancias entre cada uno o la sensación que da
la familia, etc.
Una variante interesante, es en vez de usar a la propia familia para que se represente a sí misma,
usar unos playmobilpara representar a la familia. De este modo muchas veces es menos
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amenazante para la familia.
4.8 GENOGRAMA
El genograma es una manera de representar a la familia y las relaciones entre sus miembros. A
modo de ejemplo ponemos la familia de Indira Gandhi, primera ministra de India.
El valor del genograma es que sirve para dar una representación visual de toda la información
de la que disponemos de la familia, permitiendo generar hipótesis de una manera mucho más
sencilla. Habitualmente, se buscan también los llamados “triángulos”. Por ejemplo, si ambos
padres tienen relaciones conflictivas con el mismo hijo, muy probablemente estarán aliados
entre ellos.
También ayuda a darse cuenta de situaciones poco fáciles de ver, como por ejemplo, si el padre
tiene relaciones conflictivas con todos los miembros de la familia, es fácil que se vuelva distante,
se deprima, etc.
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ANEXOS
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Conclusión
4 LINKOGRAFÍA
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