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Cosmovisión Cristiana. Una Códigos Urbanos No.

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Año 3 [Nueva Época]
visión transformadora
Arte y Psicoanálisis
Por: Middleton, J. R. y Walsh, B. J.
Este número se ilustra con la Exposición "La era de las
discrepancias", muestra llevada a cabo en el MUCA de la UNAM
el año pasado, y con el artículo de Ángel Ravizé en la sección
Contextos: "Las posibilidades de lo Estético" en el cual aborda,
como sugiere el título, las posibilidades de una comprensión de la
obra estética, cubriendo la vivencia del artista creador desde ciertos
Este libro nace como ángulos del psicoanálisis. También, una carta de Roberto Ramos
Trujillo acerca de la salida de Carmen Aristegui de la cadena W
respuesta a la imperante Radio.
necesidad de que el pueblo
En la sección Literatura presentamos seis cuentos: "Amor
de Dios se esfuerce en plantónico" de Carlos Talacón; "Amor" de Porfirio Morales
recobrar una cosmovisión Aguilar; "Amor en tercera persona" y "Jimmy" de Faustino
López Rangel; "La Marca" de Alan Sobrino; "Universo eufónico
bíblicamente forjada que enterrado en una garganta" de Roberto Ramos Trujillo (El Tigre
Famélico).
nos conduzca a amar a
Dios y a serle fieles y En Letras al vuelo publicamos dos sonetos de Sergio Rivas.
obedientes en diversas En la sección A escena presentamos "Pequeño Sol" de Emilio
esferas de la vida. Malagrino un análisis del film “Little Miss Sunshine” – 2006 .

Comenzando por explicar qué son las En la portada se muestran seis obras exhibidas en la pasada
exposición “La era de las discrepancias” en el MUCA (Museo
cosmovisiones y su relación con la cultura, Universitario Contemporáneo de Arte): "Tehuana en el Istmo de
analiza la cosmovisión moderna marcada Tehuantepec". Julio Galán, 1987; Jornadas (fragmento) Carlos
Arias, 1995; "Llorar y Suspirar" (retrato de Astrid Hadad) Javier de
por el problema del dualismo y establece la garza, 1991; "Cuauhtemoc". Javier de la Garza, 1986;
las bases para una genuina cosmovisión "Tonalamatla", de la serie Códices, Gerardo Suter, 1991; "Imagen
milagrosa". Enrique Guzmán, 1974.
bíblica centrada en una respuesta cultural
cristiana en acción[1].

Los más leídos


Cosmovisión y Erudición[2].  Nuestras creencias
 De la pulsión sexual a la pulsión
La cosmovisión occidental ha recorrido su de vida (Eros) en la obra de Freud
curso. Estamos en un periodo de  La obra de arte, el juicio estético y
decadencia cultural. El capítulo diez aduce la práctica social
que, desde la perspectiva de una  Poemas para leer bien pedo
cosmovisión cristiana, la verdadera  Cosmovisión Cristiana. Una
renovación cultural es sólo posible si visión transformadora
abandonamos nuestros ídolos, si  Portada 6
reconocemos la multidimensionalidad de la  Religión y Género
vida, si respondemos obedientemente a las  El té, García y Morales
normas de Dios para nuestras vidas y si nos  Portada 5
ocupamos comunitariamente de una  La tercera muerte de Dios
renovación cultural. Una visión cultural
cristiana debe ser global porque la crisis es
muy amplia y porque la cosmovisión
cristiana (por definición) apela a toda la
vida. Ahora pasamos a ver cómo nuestra
visión afecta la reflexión universitaria y el
estudio.

Los estudios universitarios en una cultura


en decadencia.
Algunos podrían aducir que en vista de
tragedias humanas tales como la hambruna,
la opresión política y la amenaza de un
holocausto nuclear, no es razonable que los
cristianos se ocupen de la frivolidad de la
erudición. ¿Por qué se ocupan de estudiar
cuando la cultura entera se encuentra en tal
crisis? ¿Por qué, pues, deben estudiar los
cristianos? Porque la universidad está en el
corazón de la cultura. Por lo tanto, es un
lugar estratégico para un testimonio
cristiano que traiga sanidad. Además, a
menos que los cristianos un trabajo serio de
reflexión académica, su testimonio cultural
carecerá tanto de profundidad como de
penetración. Tal falta se hace evidente en
muchos esfuerzos por un testimonio
cultural cristiano hoy.

Si los centros comerciales suburbanos son


templos del economismo, y si la
fabricación de armamento nuclear es un
sacrificio al tecnicismo, entonces la
universidad funciona como el seminario
teológico para los sacerdotes de alto rango
del cientificismo. En efecto, dice Hendrik
Hart que, cuando entramos en el área de la
erudición, entramos en “la esfera de la
influencia de una de las religiones más
dogmáticas e influyentes de la civilización
occidental”[3]. Si nuestro análisis del
cientificismo como uno de los pilares de la
fe de la cultura occidental es apropiado,
entonces no podemos evitar concebir la
universidad en términos religiosos. Las
ideas desarrolladas por la reflexión
universitaria se concretizan en la sociedad.

La economía. Considera dos ejemplos


prominentes: primero la economía y luego
la psicología. Cuando una nación moderna
está en estado de recesión económica,
acude a los expertos en economía en busca
de una solución. (Esto es de alguna manera
análogo a las gentes conocidas como
primitivas que acuden a su médico brujo
local para saber por qué los dioses no
trajeron buenas cosechas este año) Si los
expertos en economía (entrenados en el
sistema universitario de occidente) adoptan
un modelo neoclásico de economía,
defenderán la idea de un mercado que
funciona independientemente (ya sea en
términos del libro de Wealth of Nations [La
Riqueza de las Naciones] de Adam Smith o
en términos de Capitalism and Freedom
[Capitalismo y Liberalismo] de Milton
Friedman). Su respuesta tendrá
implicaciones económicas, sociales y
ecológicas bien precisas[4]. Este
acercamiento de “laissez-faire” no sólo
provoca desempleo y desastres ecológicos
(los reglamentos ambientales se ven como
intervenciones), sino conlleva un
debilitamiento de la asistencia social. Dicen
los economistas neoclásicos que, después
de todo, si a la economía se le permite
funcionar por si sola los beneficios
materiales “escurrirán” a los pobres.
Además, según esta teoría, la ayuda
gubernamental a los pobres es
económicamente antiproductiva porque
reduce las ganas de trabajar.

No obstante, si los expertos en economía, a


quienes se consulta en tiempos de recesión,
son intervencionistas, una situación algo
diferente emerge. El intervencionismo,
fundado por J.N. Keynes (ver pp. 137-38) y
seguido más recientemente por el
economista “liberal” J.K. Galbraith,
también ve al mercado como un
mecanismo, pero sostiene que la máquina
necesita mantenimiento gubernamental. En
este escenario, los gastos gubernamentales
y la deuda nacional van en aumento,
mientras el papel del gobierno es la vida de
una cultura se mueve aún más cerca de un
totalitarismo benevolente. El
intervencionismo produce, al final, un
estado de beneficencia.

Tenemos aquí dos teorías económicas que


se desarrollan, se discuten y se enseñan en
el seno de las aulas universitarias, en las
cátedras de los profesores y en los clubes
de las facultades de nuestra sociedad. Pero
las implicaciones de estas teorías alcanzan
absolutamente las vidas de todos cuando se
hacen normativas en una cultura dada.
Ciertamente el testimonio cristiano en pos
de las normas de Dios para la economía
tiene su lugar en esta tarea de la sociedad
donde se producen las teorías.

La psicología: Ahora considera el modelo


conductista en psicología, que es tan bien
conocido (y mucho se debate). El
conductismo concibe a los seres humanos
exclusivamente a través del modelo de
estímulo, respuesta, refuerzo. B.F. Skinner
dice que “el hombre es una máquina en el
sentido de que es un sistema complejo que
se comporta según leyes”[5]. Si el estímulo
y el refuerzo son consistentes, la respuesta
será siempre la misma. En términos
skinerianos, la psicología pués se convierte
en una “tecnología del comportamiento” –
una tecnología que puede usarse para
manipular a la gente para que se comporte
de maneras socialmente aceptables. Tal
tecnicismo conductista es el resultado
lógico del renacimiento de la perspectiva de
Francis Bacon del poder científico como
control y poder.

LA cultura norteamericana no está aún


cerca de Walden II, pero ya podemos
discernir las implicaciones culturales de tal
modelo conductista. Los hospitales para la
salud mental apoyados por el gobierno, por
ejemplo, aplican regularmente técnicas
conductistas en el cuidado de enfermos
mentales. Además, la teoría educativa
enseñada a la mayor parte de los maestros
de nuestros hijos está conformada
primordialmente por el conductismo. Por
ello, el comportamiento de nuestros hijos y
la educación están “técnicamente”
controlados al grado de que sus maestros
siguen este único modelo de psicología.

Las agencias publicitarias se dan cuenta


muy bien de la manera en que el estímulo
correcto (audible o visual) y el refuerzo
pueden producir el comportamiento
deseado en un consumidor. A los gerentes
de corporaciones se les enseñan
herramientas conductistas para ayudar al
“manejo” de las relaciones y la moral del
personal. Ciertos “incentivos” (estímulos) y
“afirmaciones” (refuerzos) mantienen al
personal “productivo” (el comportamiento
deseado). Así que con este vistazo se puede
comprobar como una teoría científica
particular, cuando llega a tener importancia
en el seno de la universidad, comienza a
modelar la vida cultural.

Los ejemplos que ilustran la manera en que


la reflexión universitaria influye en la
cultura abundan. Más atrás hicimos
referencia a la profesión médica. Un
modelo que ve al cuerpo humano
meramente como un complejo de
funcionamientos bioquímicos producirá la
clase de cuidados de la salud orientados al
empleo de medicamentos que es
característico de la sociedad occidental. El
énfasis exagerado de los métodos de
cuantificación y de estadísticas en la
sociología académica determina al final la
clase de política social que nuestro
gobierno adoptará; contribuye a un
desempeño impersonal y frío en
profesiones de carácter social. Si la técnica
se absolutiza como un fin en sí mismo, que
no está sujeto a otras normas, entonces la
automatización, la informatización y la
nuclearización serán nuestros símbolos
indudables de progreso.

Middleton, J. R. y Walsh, B. J.
COSMOVISIÓN CRISTIANA. Una visión
transformadora. CLIE (Terrassa), 2003,
176 pp.

[1] De la contra portada.


[2] Adaptado del capítulo 11, pp.147-150.
[3] Hendrik Hart, “The Idea o fan Inner
Reformation of the Sciences”, Toronto:
Institute for Christian Studies, 1980, p.16.
[4] Por supuesto, la mayoría de los
gobiernos que están bajo la influencia del
acercamiento neoclásico son inconsistentes.
Aunque mantienen una política no
intervencionista en cuanto a la regulación
de la industria, son intervencionistas
cuando se trata de dar incentivos a la
industris y recortes a los impuestos. Y en
casos extremos incluso “resulta fiador” de
torpes corporaciones tales como la
compañía Chrysler.
[5] BF Skinner. Vellón Freedom and
Dignity. New York: Vintage/Bantam, 1972,
p193
Destacados
Las Posibilidades de lo Estético[1].Arte y
Psicoanálisis
Ángel Ravizé
Escribo y suscribo la idea de posibilidad de lo
estético en un doble sentido: de lo que hace posible
lo estético (al arte), y la de lo que lo estético (el arte)
puede posibilitar. Mi interés es explorar un poco
más sobre la realidad estética del mundo y su
anudamiento simbólico en lo concreto, evaluando la
capacidad humana positivadora de significado y la
vivencia de lo aludido en el arte. Finalmente, quiero
pronunciarme sobre la función recreativa del arte en
su génesis y en su efecto, más allá de sus
implicaciones y consecuencias emotivas.

I. ¿Analizar o no a Hamlet? Esa es la cuestión.

Ernest Jones se encuentra en el pequeño grupo de


los discípulos cercanos a Freud que se interesaron
por revisar el arte desde el ángulo psicoanalítico.
Escribió un ensayo de vida errante, que fue
publicado por primera vez en 1910 con el nombre
de “El complejo de Edipo como explicación del
enigma de Hamlet”. Este texto fue modificado y
publicado en sucesivas ocasiones en 1911, 1923 y
1949, cambiando de nombre y de énfasis, para
finalmente ser designado como “Hamlet y Edipo”
en la edición del 49. Ha llegado a mis manos de
manera fortuita, en una traducción castellana de
1975, de la editorial española Madrágora. Lo traigo
aquí a cuenta primeramente por el lugar privilegiado
de Jones en la horda salvaje freudiana -“nuestra
horda salvaje”, como la llamó Freud (2) -, y por que
transparenta 40 años del tono y la textura de las
discusiones analíticas sobre arte de la primera mitad
del siglo XX.
Desde el primer capítulo de este libro, Psicología y
estética, Jones pone en claro su objetivo:
desentrañar el enigma de Hamlet, “lo que realmente
sucede en el espíritu de Hamlet” (3). Jones trabaja el
tema con un telón de presupuesto que vale la pena
resaltar: el deleite intelectual, incluido el deleite
estético, se incrementa con la compresión. Por lo
que el deleite de la obra teatral Hamlet pasa por la
comprensión de Hamlet mismo.

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La Era de las Discrepancias
Editorial

Arte y Compromiso Social en la búsqueda de la


Identidad:

las respuestas éticas del arte.

“Uno de nuestros principales empeños fue revisar la


representación convencional del arte de los ochenta
en México –en realidad, un periodo que se extiende
de 1985 a 1993 o 1994-, para alejarlo decisivamente
de una interpretación tímida de la posmodernidad.
En lugar de lamentar la existencia del llamado
neomexicanismo, o de revisar la pintura historicista
dominante de la Ciudad de México, consideramos
esa década como el momento del despliegue público
de una variedad de discursos sobre la identidad que
atraviesan tanto la estética gay y femenina, como la
reivindicación poscolonial de una constelación
cultural americana. Los años ochenta que nos
interesan son aquellos que desafían la normalidad y
definen lo político para alejarlo del modelo
partidario, proletario y gremial de la izquierda. Esta
sección resume, pues, de manera un tanto arbitraria,
un periodo de profundas transformaciones de las
funciones del arte y, muy en particular, de los mitos
en torno a la pureza y el universalismo de la pintura
abstracta.”

(La identidad como utopía. De la guía de la


exposición La era de las discrepancias)

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Carta sobre Carmen Aristegui
Roberto Ramos Trujillo
El niño rico y bobo es sin embargo el
dueño del balón.

Cuando otro niño de la palomilla,


desprovisto de ínfulas, destaca por su
destreza fìsica y mental, el rico se encona,
decreta de facto la suspensión del juego al
recoger su pelota y retirarse a casa. Pero si
además de todo ha sido la inteligencia y la
habilidad de una niña la que ha exhibido
su estulticia y haraganería, entonces el
arrebato del berrinche alcanza una
proporción colosal.

Al expulsar del espacio informativo del


espectro electromagnético (bien público) a
Carmen Aristegui, el monopolio televisivo
ni siquiera incurrió en una herejía contra
su dios: el becerro de oro. Más bien la
estólida arrogancia del monopolio se
circunscribe perfectamente dentro de la
lógica de su inercia congénita: horror a la
inteligencia y a la verdad.

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Revistas anteriores
Año 3 [Nueva Época]
No. 12 : Las posibilides de lo estético
No. 11 : El mal radical
Año 2 [Nueva Época]
No. 10 : [Sin título]
No. 9 : Algo de Literatura
No. 8 : Arte (Continuación)
No. 7 : Arte
No. 6 : Pornografía
Año 1 [Nueva Época]
No. 5 : Algo sobre religión
No. 4 : Derechos Humanos
No. 3 : Epistemología
No. 2 : Sexo, Sexualidad, Género
No. 1 : Democracia
Primera Época
No. 1 : Literatura
No. 2 : Conflicto UNAM
No. 3 : Democracia
No. 4 : Educación y Cultura
No. 5 : Contextos
No. 6 : Derechos Humanos
No. 7 : Ética
No. 8 : Multiculturalismo
No. 9 : Fantasía y Ficción

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