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LOS
DE ICFE
CIUDADELA
-ORACION, TRABAJO DURO-
Conozcan: Conocer lo que es la oración y los ingredientes del trabajo duro. cuatro tipos básicos de
oración: confesión, adoración, súplica o intercesión y acción de gracias.
Crean: De que Dios es soberano y contesta la oración según su voluntad y de que el valor del esfuerzo es
una cualidad muy positiva que debemos tener como hijos de Dios.
Hagan: Dedicar cada día un tiempo a la oración, a estar a solas y en intimidad con Dios; y trabajar duro
y con sabiduría por la obra de Dios y por llevar a nuestras familias a niveles de vida de relevancia y
excelencia.
ACTIVIDAD
Generar discusión sobre las siguientes preguntas
¿Te has preguntado una y mil veces por qué hay gente que parece tener más suerte, o que tienen
ciertas características que los hacen ricos o afortunados en cuestión de la familia, salud, belleza,
finanzas, proyectos, etc.?
¿Por qué mi vida y familia no avanza ni crece a grandes pasos como les pasa a otros?
¿Alguna vez te has preguntado cuál es el secreto de las personas exitosas que obtienen grandes logros?
A veces pensamos que nunca podríamos llegar a ser como ellos o quisiéramos saber cuál es su secreto. La
realidad es que no hay nada que nos impida llegar a ser exitosos, ricos o felices. La única diferencia entre una
persona exitosa y cualquiera de nosotros son sus hábitos. Este es el gran secreto del éxito. Para tener éxito lo
único necesario es que estés dispuesto a incorporar y desarrollar nuevos hábitos y principios en tu diario vivir.
Esto no sólo te llevará a ser una persona exitosa, sino que también te ayudará a disfrutar esa vida plena y en
abundancia que Dios promete a cada uno de sus hijos.
Dios nos da en Su palabra ciertos secretos que, al vivirlos y aplicarlos diariamente, llevaremos nuestras vidas,
familias, finanzas, liderazgos e iglesia a niveles extraordinarios. Aprenderemos cuatro importantes secretos para
ir por más y por lo mejor que Dios tiene reservado para nuestras vidas.
3. Orar es pedir:
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Mateo 7:7); “Y todo lo que pidiereis en
oración, creyendo, lo recibiréis.” (Mateo 21:22); “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” (Juan 14:13-14)
La oración es la acción de comunicarle a Dios nuestras necesidades, inquietudes, anhelos, preocupaciones; Es
decir, presentar delante de nuestras necesidades específicas de nuestro corazón. El primer paso del aprendizaje
de la oración, comienza con el reconocimiento de nuestras necesidades. El hecho de pedirle a Dios lo que
necesitamos lo honra. Demuestra nuestra fe en que Él y solamente Él, puede proveer para dichas necesidades.
Pedir trae gloria a nuestro Padre celestial, entonces pidiendo con frecuencia y por grandes cosas debe traer
mucha gloria a su nombre.
4. Orar es comunión
Es la acción de platicar con Dios como quien platica con un padre, amigo, hermano. Es una relación, una amistad,
tener afinidad, compartir pensamientos y sentimientos; es un dialogo, es hablar CON Dios y permitir que Él nos
hable. Es alejarnos de todo para estar a solas con Dios, alejados de los asuntos y responsabilidades, no para pedir
algo para sí mismo o para otros, sino para adorar a Dios y disfrutar de la bendición de Su presencia. La alabanza,
acción de gracias y adoración forman parte de estar en comunión íntima y continua con el Padre. Hablar con
Dios nunca puede ser algo aburrido, pues cada segundo que Él nos permite estar en Su presencia es una
experiencia que impacta nuestra vida de maneras muy especiales. Él nos hace sentir importantes, nos demuestra
Su amor, nos revela Su voluntad, nos protege bajo Su sombra y suple todas nuestras necesidades.
5. Es algo que debemos hacer de manera constante:
“…y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:3)
Sin la oración constante no lograremos nada perdurable, todo sería vano, no hay resultados y todo se disipa. Si
no incorporo en mi manera de mirar, de ser y de actuar el vivir siempre en espacios de oración, no tendré el
verdadero éxito en la vida. Esta nos lleva a tener la conexión más importante, la conexión con Dios, que es eterna
e imprescindible. La conexión con el Altísimo nos dará nuevas fuerzas y Él mismo guiará nuestros pasos hacia el
éxito y la bendición extraordinaria.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas
tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.” (Marcos 12:30)
El mandamiento más importante: ¡amaras al Señor con TODO…CON TODAS TUS FUERZAS!... ¿Cuánto estas
invirtiendo de energías en amar y servir a Dios? Estamos ante una generación que quiere obtener grandes cosas
sin mucho esfuerzo y de manera simplificada o rápida (microondas). No podemos pensar en avivamiento,
crecimiento y prosperidad sin trabajo duro. Debemos dejar la flojera, sacarla de nuestras vidas, familia e iglesia.
Trabajo duro es esforzarse y ser valientes. Obtener los retos que se quieren fácilmente sin tener que esforzarse
es lo más cómodo y lo menos adecuado a la hora de educar a nuestros hijos. El valor del esfuerzo, es decir, luchar
por las cosas que se quieren conseguir en la vida, familia, iglesia y sociedad, es una cualidad muy positiva que
debemos tener como hijos de Dios.
Una de las prioridades en este año deberá ser el desarrollar este hábito tan importante de la oración. Debemos
dedicar cada día un tiempo a la oración, a estar a solas y en intimidad con Dios, para hacer de nuestro devocional
una fuente de vida. También debemos decidir amar a Dios y a los demás con todas nuestras fuerzas, trabajar
duro por Su obra y por llevar a nuestras familias a niveles de vida de relevancia y excelencia.
MINISTRACION:
Pedir perdón a Dios por haber descuido nuestra conexión con Él mediante la oración y Tomar la decisión
de dedicar un tiempo a la oración cada día para pedir por nuestros sueños, anhelas y necesidades, y para
estar en comunión íntima con el Padre.
Determinar amar a Dios y a los demás con todas nuestras fuerzas, pidiéndole a Dios que nos ayude a ser
personas apasionadas por lo que hacemos, comprometidas, disciplinadas, perseverantes, osadas y sabias
para trabajar con audacia y estrategia.
Dar libertad a los asistentes por si quieren abrir su corazón y expresar alguna necesidad o anhelo que
quieran elevar a Dios en oración.