Sei sulla pagina 1di 8

UDI: ESTRATEGÍAS PSICOLÓGICAS PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA.

Profesora: ANGELINA GUIRALDES

Curso: 3” año
Año: 2019

Integrantes: Romina Carrizo,

.Karen Lucero

.Yesica Romero
Tema:” VIOLENCIA PSICOLÓGICA INFANTIL “
¿QUÉ ES LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA INFANTIL?

Se le llama violencia psicológica a toda agresión realizada sin la


intervención del contacto físico entre las personas. Es un
fenómeno que se origina cuando una o más personas arremeten de
manera verbal a otra u otras personas, ocasionando algún tipo de
daño a nivel psicológico o emocional en las personas agredidas .

El abuso psicológico ocurre cuando una persona provoca dolor


mental o emocional, angustia o sufrimiento a un niño de manera
intencional. El abuso psicológico incluye el rechazo, insultos,
amenazas, humillación, intimidación o acoso por medio de
palabras o acciones.

Tipos de violencias psicológicas

Violencia emocional o psicológica, es una forma de maltrato que


se manifiesta con gritos, insultos, amenazas, prohibiciones,
intimidación, indiferencia, ignorancia, abandono afectivo, celos
patológicos, humillaciones, descalificaciones, chantajes,
manipulación y coacción.

¿Dónde nace la violencia?


En esta ocasión nos gustaría enfocar el tema de la violencia desde
uno de sus posibles orígenes con el objetivo de comenzar a
reflexionar en medidas preventivas ante este mal que nos
preocupa y afecta a todos.

La violencia ejercida sobre los niños, no solo la violencia física


sino la falta de atención a sus necesidades vitales, es una de las
bases sobre la cual se edifica la violencia adulta, que a su vez
retornará al ejercerse sobre la siguiente generación, ocasionando
el reciclaje de un patrón disfuncional en el manejo de las
emociones y la comunicación.
Este es un círculo vicioso. Los niños nacen llenos de
potencialidades: la vida los empuja a crecer, a explorar, a amar, a
expresar sus emociones y necesidades. Pero para poder
desarrollarse y satisfacer esas necesidades necesitan que los
adultos los respeten, protejan y amen, que les proporcionen
herramientas que colaboren con el sano desarrollo de su
autoestima e inteligencia emocional.

Pero encuentran una sociedad que ha roto con la naturaleza, que


ha enterrado los impulsos vitales y construido unas relaciones que
están basadas en la autoridad, en la represión, en la manipulación,
el engaño y la violencia. A esto debemos agregar la competencia
por alcanzar unos estereotipos basados en la imagen exterior, en
tener, y una sociedad que tiende a promover el hecho de cosificar
a las personas.

Al dolor de la herida por la humillación, el desprecio, el engaño o


los golpes, se suma la presión de sus sentimientos, ya que las
personas que deberían cuidarlo y darle cariño se vuelven
inexplicablemente contra él. El niño construye así un muro contra
el dolor que supone la frustración: un muro de silencio y olvidado
que le permita sobrevivir hasta que alcanza a estructurar sus
mecanismos para sobrevivir ante esta tormenta emocional,
convirtiéndose esta sensación en el filtro a través del cual
atraviesan las conductas que refleja.

Esta situación que observamos en nuestros jóvenes y


adolescentes con mayor frecuencia puede tener entre una de sus
múltiples causas el hecho de que, aunque la memoria consciente
olvide, no sucede lo mismo con el cuerpo, que almacena esos
sentimientos de cólera, de impotencia, de angustia y de dolor, los
cuales, desconectados de su verdadero origen tratan de
expresarse, haciéndolo mediante actos violentos contra uno
mismo -suicidio, trastornos psicoemocionales o contra los demás.

Cuando el adulto atrapado de ese modo se convierte en padre, la


frustración y la furia se descargan sobre los hijos con la

Complicidad de la sociedad, añadiendo un eslabón más a la


cadena o un ladrillo más al muro.
Se hace necesaria una revisión de los modelos que seguimos
quienes estamos a cargo de la educación y formación de las
generaciones que tenemos a cargo

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA INFANTIL:

El cerebro de niños procedentes de entornos agresivos presenta


diferencias claras con el del resto de menores. En su investigación
mostraron a los niños fotos de personas con gesto de enfado. A
través de escáneres cerebrales detectaron que los que habían
sido víctimas de maltrato presentaban una activación súbita y
significativa en la ínsula anterior y la amígdala, dos áreas
cerebrales encargadas de detectar las amenazas del entorno
y activar los mecanismos de alerta.
Estos resultados confirman que el cerebro de los niños
maltratados aprende a protegerse y se vuelve hipervigilante. Vive
en alerta continua para ser capaz de interpretar signos
potencialmente peligrosos o amenazantes. La gran activación
cerebral que se requiere genera un amplio desgaste emocional y
cognitivo y produce niveles de ansiedad muy elevados y difíciles
de controlar. Mucho más para un niño terrible.

¿Quedan secuelas del maltrato en la vida posterior del niño?


Claramente. Todos los estudios concluyen que la violencia en la
infancia produce alteraciones neurológicas que determinan
su personalidad, el estado de sus afectos y
el desenvolvimiento personal a lo largo de su vida.
Hoy sabemos por ejemplo, que las víctimas infantiles de abuso o
de negligencia física o emocional desarrollan menos cantidad de
materia gris en áreas determinadas del cerebro, que serán
diferentes en función del tipo de maltrato que se padezca.
También se ha demostrado que los se enfrentaron a la violencia de
pequeños tienen más riesgo de desarrollar problemas de salud
mental en su vida futura, especialmente trastornos de ansiedad,
estrés postraumático, depresión, disociación,… Sin la atención
adecuada estos daños pueden afectarles de por vida. Además, los
estudios han demostrado sobradamente que la violencia se
aprende. Muchos de los que no caen en el trauma adquirirán
patrones de comportamiento similares en su vida futura.

¿Cómo prevenir el maltrato psicológico infantil?

Aunque podemos prevenir el maltrato psicológico, es importante


que la víctima sepa que ella no tiene la culpa de sufrirlo y que
dicho padecimiento no es debido a que no haya sabido evitarlo. El
único culpable es el agresor. Para poder prevenir el maltrato
psicológico es necesario informar a la sociedad de qué se
entiende por éste y cuáles son sus secuelas. Algunas personas
que ya lo sufren no se han percatado de ello, por lo que cuando
quieren parar la situación lo tienen mucho más complicado, ya que
sus fuerzas y seguridad en sí mismas han mermado lo suficiente
para que comiencen a cuestionarlo.

Al mismo tiempo, de nuevo aquí la formación acerca de aspectos


comunicativos y defensa de derechos personales desde etapas
tempranas es muy importante. Es fundamental que crezcamos
desarrollando un estilo comunicativo asertivo y que aprendamos a
hacer respetar nuestros derechos sin violar los de los demás. La
escuela tiene un papel importante en todo ello, pero más aún el
núcleo familiar transmitiendo esta actitud a sus hijos.

Potrebbero piacerti anche