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Índice

1. Definición de biodiversidad
2. Áreas bajo régimen de administración especial
3. Problemas de la biodiversidad venezolana:
a) Especies en peligro de extinción
b) Contrabando de extracción
c) Explotación minera
d) Pesca de arrastre
e) Tala y Quema
1. La biodiversidad es la variedad de formas de vida en el planeta, que habitan
y se desarrollan en un ecosistema. Este concepto incluye varios niveles de la
organización biológica; abarca a la diversidad de especies de plantas,
animales, hongos y microorganismos que viven en un espacio determinado.
También incluye los procesos ecológicos y evolutivos que se dan a nivel de
genes, especies, ecosistemas y paisajes. La biodiversidad varía según las
distintas regiones ecológicas, y es mucho más alta en las zonas tropicales
que en climas templados. Ella es responsable de garantizar el equilibrio de
los ecosistemas de todo el mundo, ya que la especie humana depende de la
biodiversidad para sobrevivir.

2. Para contribuir a la solución de este problema ambiental, el Estado


venezolano ha establecido, mediante la Ley Orgánica de Ordenación del
Territorio, la delimitación de unas áreas denominadas Áreas Bajo Régimen
de Administración Especial (ABRAE). Las ABRAE poseen una serie de
características y potencialidades ecológicas importantes y han sido
decretadas por el Ejecutivo nacional para llevar a cabo funciones
productoras, protectoras y recreativas. Los decretos presidenciales sobre las
ABRAE los aprueba el Consejo de Ministros, y en ellos se especifican los
linderos del área protegida y los organismos que se responsabilizarán de su
administración. Así mismo, mediante reglamentos especiales se determinan
las actividades que pueden ser realizadas en las áreas protegidas.

Venezuela posee una gran extensión protegida. Las Áreas Bajo Régimen de
Administración Especial ocupan una superficie aproximada de 67 millones
883 mil 078,85 hectáreas, lo que representa el 66,2% del territorio nacional
venezolano.
La ley contempla más de una veintena de figuras jurídicas de ABRAE,
agrupadas de acuerdo a los fines que cumplen, de la siguiente manera:
- Áreas con fines productivos.
- Áreas con fines protectores.
- Áreas con fines recreativos, científicos y educativos.
- Áreas con otros fines.

Áreas con fines productivos: Las areas protegidas con fines productivos
reúnen una serie de características que permiten una elevada productividad,
debido a que son fuentes de madera, agua y una gran variedad de flora y fauna
silvestre:
Reservas forestales:Se caracterizan por poseer grandes extensiones de macizos
boscosos que promueven el mantenimiento de una industria, cuya principal
fuente de recursos es la madera. Estas zonas permiten el aprovechamiento por
medio de diversas actividades humanas, tales como la obtención de energía,
plantaciones, investigación, cacería deportiva y otras.

Lotes boscosos: Se caracterizan por tener una gran reserva de productos


forestales que necesitan, para su explotación, del uso de una serie de técnicas
especializadas que permitan no sólo el mayor aprovechamiento, sino el
desarrollo sostenido de su potencial natural. Algunos usos considerados como
compatibles con estas áreas son la explotación agrícola, la extracción de
especies de la flora y la fauna, el aprovechamiento en usos comerciales,
industriales y la recreación; la utilización de la gran abundancia de fauna
silvestre y la ocupación por parte de poblaciones humanas con ciertas
restricciones.

Zonas de aprovechamiento agrícola: Poseen características especiales por la


constitución de su suelo y por las condiciones climáticas de la región. Son zonas
de alto potencial para el aprovechamiento agrícola debido a sus excepcionales
condiciones, por lo que deben ser sometidas a una mayor preservación. Las
diversas zonas de aprovechamiento agrícola reciben protección de acuerdo con
su potencial productor.

Áreas rurales de desarrollo integrado: Están compuestas por aquellas zonas que
deben ser sometidas a una estrategia de desarrollo fundamentada en la
participación coordinada de las entidades públicas y la población rural
organizada, con el objeto de concentrar y concertar esfuerzos hacia el logro de
una auténtica prosperidad agropecuaria.

Áreas de protección de Obras Públicas: Están compuestas por las zonas de


influencia de las construcciones públicas, que deben ser sometidas a usos
conformes con los fines y objetos de la obra.

Zonas de reserva para la construcción de presas y embalses: Son aquellas que


por sus especiales características y situación, se consideren idóneas para la
construcción de presas y embalses.

Áreas terrestres y marítimas con alto potencial energético y minero: Son todas
aquellas zonas que contienen una riqueza energética y minera especial y que
ameritan un régimen de preservación del medio combatible con extracción de
recursos esenciales para la Nación.

Costas marinas de aguas profundas: Zonas marítimas que por sus especiales
características y situación, sean consideradas óptimas para el desarrollo de
puestos de carga y embarque, las cuales comprenderán el área marítima que
delimite el Decreto.

Planicies inundables: Espacios del territorio nacional, adyacentes a los cursos de


aguas superficiales y que pueden llegar a ser ocupados por los excesos de
aguas cuando se desbordan de sus cauces naturales.

Hábitats acuáticos especiales para explotación o uso intensivo controlado: En


este grupo se incluyen los golfetes, albuferas, deltas, planicies cenagosas y
similares que por sus riquezas marítimas, lacustres o fluviales, sean de especial
interés para el país.

Áreas con fines protectores: Poseen un conjunto de características especiales


en cuanto a su ubicación, condiciones geográficas y cercanía a poblaciones, que
influyen en el proceso de regulación del clima de una región:

Zonas protectoras: Son decretadas para limitar legalmente la propiedad de la


tierra. Sus principales funciones son permitir la conservación de los bosques, la
fauna, los suelos y las aguas.
Las zonas protectoras pueden ser aprovechadas en actividades forestales,
hidroeléctricas, de reforestación, de investigación, de comercialización de la flora
y la fauna. También se permite, con ciertos controles, la ocupación por parte de
poblaciones humanas y las prácticas de cacería.

Reservas hidráulicas: Se encuentran en zonas donde la configuración geológica


y los abundantes reservorios naturales de agua requieren de un uso y
mantenimiento óptimos, a fin de promover la conservación del agua como
recurso estratégico. En estas zonas se permite, principalmente, el
aprovechamiento forestal e hidroeléctrico, aunque también pueden ser
utilizadas, de manera controlada, para la actividad agropecuaria, la explotación
minera, la
extracción de flora y fauna, la ocupación por parte de poblaciones humanas y la
cacería deportiva.

Reservas de Biosfera: Están compuestas por aquellas zonas en la que se


combinan la presencia de biomasas naturales que deben ser preservadas por su
alto valor científico y biológico, con la presencia de poblaciones locales
caracterizadas por modos de vida en lo económico, social y cultural, que
configuran un especial sistema de relaciones hombre-espacio.

Refugios de fauna: Los refugios de fauna silvestre, constituyen en la actualidad,


junto a las reservas de fauna silvestre, dedicadas casi de manera exclusiva a la
conservación de la fauna autóctona de nuestro país.

Reservas de Fauna: Se destinan al desarrollo de programas de control, manejo


y aprovechamiento contínuo de diversas especies animales. En estas áreas se
permiten las actividades recreativas pasivas y el aprovechamiento controlado de
la fauna.

Santuarios de Fauna: Son aquellas zonas donde habiten animales peculiares de


la fauna nacional, o especies raras en el mundo, o aquellas donde la
concentración de determinados animales constituya o pueda constituir motivo de
recreación y turismo. En Venezuela sólo existe un Santuario de Fauna,
decretado en el año 2008, conocido como Santuario de Fauna Silvestre Cuevas
de Paraguaná.

Parques litorales: Permiten el uso controlado y la preservación de los recursos


naturales en las zonas costeras del país, como explican la falta de beneficios en
algunos estados de venezuela con referencias a los parques.

Áreas críticas con prioridad de tratamiento: Son aquellas áreas del país que, por
sus condiciones ecológicas, deben ser sometidas con gran prioridad a planes de
manejo, ordenación y protección.

Áreas de Protección y Recuperación Ambiental: Se encuentran constituídas por


todas aquellas zonas donde los problemas ambientales provocados o inducidos,
bien sea por la mano del hombre o por causas de índole natural, requieran de un
plan de manejo que establezca un tratamiento de recuperación o uno que
elimine los fenómenos de degradación.
Áreas con fines recreativos, científicos y educativos: Son espacios naturales
preservados por su gran valor científico, cultural, educativo, histórico,
recreativo... Las principales áreas protegidas con estos fines son los parques
nacionales y los monumentos naturales:

Parques Nacionales: Son áreas bastante extensas y hermosas del territorio


venezolano, que han sido escasamente alteradas por la acción del ser humano y
se mantienen prácticamente en estado natural. En estas áreas existe una gran
variedad de especies de fauna y flora. En los parques nacionales sólo se permite
el aprovechamiento del agua con severas restricciones y las actividades
educativas, científicas y recreativas.

Monumentos Naturales: Son áreas relativamente pequeñas que poseen un


rasgo natural, terrestre o marino con valor histórico o científico de interés
nacional. Un monumento natural puede ser un accidente geográfico o un sitio de
rareza o belleza excepcional.

Zonas de Interés Turístico: Son aquella áreas que por sus características
naturales, ecológicas, demográficas, urbanísticas, socioculturales,
geoestratégicas y de valor histórico reflejen en la propia comunidad nacional
como en la inernacional, la identidad del país y sean capaces de generar
corrientes turísticas nacionales e inernacionales, en una dinámica de respeto a
la soberanía nacional, conservación y mantenimiento sustentable del ambiente,
equidad turística, que además de permitir el progreso socioeconómico de dichas
áreas y fortalecer la imagen turística del país, se sustente en el desarrollo
racional económico de la actividad turística.

3. Venezuela está en la novena posición del mundo en mayor diversidad de


animales, plantas y ecosistemas y el séptimo en el planeta en mayor
diversidad de aves. A nivel de ecosistemas, Venezuela posee una real
expresión del neotrópico, con una diversidad de ambientes que van desde
nieves perpetuas en los Andes, hasta zonas desérticas o semidesérticas en
Falcón, pasando por una enorme variedad de hábitats que incluyen arrecifes
coralinos, sabanas, tepuyes y morichales, entre muchos otros.
En nuestro país se han descrito al menos 117 mil especies, número que
pudiera incrementarse en la medida que se continúen y profundicen los
estudios científicos. Sin embargo, toda esta variedad se encuentra en un
nivel preocupante de peligro: muchos son los problemas ambientales que
confronta la biodiversidad; entre los cuales vale destacar los siguientes:

a) Especies en peligro de extinción:


Venezuela es un país megadiverso, ubicado entre los primeros países del
mundo con mayor variedad de vida. Considerado como el sexto país en
América Latina y el décimo a nivel mundial. Tenemos una riqueza natural
calculada en unas 386 especies de mamíferos, 1.463 especies de aves,
377 especies de reptiles, 340 especies de anfibios, 1860 especies de
peces y 15.636 especies de plantas, en un territorio multicultural y
poliétnico.
La pérdida acelerada de la Diversidad Biológica es una de las
expresiones de la gran crisis ambiental que amenaza las condiciones que
hacen posible la vida en el planeta. Una de sus causas, es el
desconocimiento de su importancia como patrimonio natural para el
desarrollo de la Nación, la soberanía de los pueblos y la vida cotidiana de
todos.
El mayor impacto negativo y el que sitúa los animales en peligro de
extinción es el provocado por el ser humano. El cambio climático, la caza
furtiva, la destrucción de su hábitat son algunas de las acciones que
provocan esta situación. Para conocer las especies tanto animales como
vegetales amenazadas en el planeta existe una herramienta informativa
en ldonde trabajan activamente ongs, profesionales cualificados,
investigadores, instituciones públicas… es conocida por el nombre de
“Lista Roja de la UICN”. Esta lista es un inventario sobre el estado de
conservación de las especies animales y vegetales en el planeta. La lista
es elaborada por la Unión Internacional para la Conservación del Planeta.
En Venezuela, la lista de las especies en peligro de extinción comprende:
- Tortuga Arrau: sus principales amenazas de extinción son: el
tráfico y comercio ilegal de animales, que se nutre de su carne, sus
huevos y su caparazón.
- Jaguar o Puma: la cacería es su principal amenaza en Venezuela,
así como la destrucción de su hábitat.
- Oso Frontino: la cacería furtiva, la destrucción y la fragmentación
de su hábitat son las causas de la disminución de las poblaciones
de estos animales que viven principalmente en las montañas de
Los Andes y de la zona centroccidental.
- Cóndor: la reducción de especies como venados y dantas ha
contribuido en la merma de las poblaciones de estos
depredadores. Adicionalmente, la cacería e incluso la caza
deportiva han hecho que el cóndor, el ave más grande del mundo,
esté al borde de la extinción.
- Manatí: la contaminación de las aguas y el aumento en el tráfico de
botes y „jet skis‟ ocasionan choques con el Manatí que resulta
herido o muerto. Adicionalmente, la pesca de esta especie para
usar su carne, aceite y grasa está afectando a su población.
- Oso Hormiguero: la cacería tanto como fuente de alimento o como
deporte constituye un peligro para la sustentabilidad de la especie.
También disminuyen lentamente por la destrucción de su hábitat.
- Cardenalito: las principales causas de la extinción del cardenalito
ha sido la extracción maderera de su hábitat, la segunda ha sido su
captura y comercio ilegal. Incluso a mediados de este siglo se
utilizó su plumaje como adorno para sombreros en forma
indiscriminada.
- Cotorra: Cotorra cabeza amarilla. La destrucción de las zonas de
reproducción y alimentación figura como una de las principales
causas de extinción de la especie, la captura para su uso como
mascota y su cacería por considerarse plaga de cultivos, también
forman parte del problema.
- Perro de Agua o Nutria Gigante: esta especie también ha sido muy
afectada por la destrucción de su hábitat, además de la
deforestación de las márgenes de los ríos, contaminación y
reducción de los cuerpos de agua. En el Delta del Orinoco cada
vez hay menos nutrias, pues la deforestación de la zona provoca
su caza y muerte por hambre.
- Garza Real: en el siglo XIX la moda de los sombreros femeninos
adornados con las finas plumas de las garzas blancas fue la
causante de una cacería implacable y un intenso comercio, lo que
estimuló la cacería de millones de estas aves, poniéndolas en
peligro de extinción. Actualmente, este comercio ha cesado y las
poblaciones de garzas se han podido recuperar pero la caza
deportiva mantiene la especie en riesgo latente.
- Caimán del Orinoco: las actividades mineras, agrícolas e
industriales han producido la contaminación de sus aguas y la
reducción del hábitat utilizable por la especie. Adicionalmente, el
saqueo de nidos para extraer los huevos con fines de subsistencia
y la venta de caimanes recién nacidos a turistas. Por otra parte,
algunos caimanes son atrapados accidentalmente en redes de
pesca a las que son atraídos por los peces capturados.
- Danta: la cacería indiscriminada para su uso como fuente de
alimento humano, aunado a la reducción, fragmentación y pérdida
de hábitat, han contribuido negativamente en la disminución de sus
poblaciones.

b) Contrabando de extracción:
El tráfico ilícito de especies es un problema que requiere de mayor
concienciación por parte de la población, hay que señalar que esta clase
de acción realizada contra la diversidad biológica, específicamente a la
fauna, se encuentra entre el segundo y tercer lugar de mayor práctica
delictiva a nivel mundial.
El delito reside al extraer de su hábitat natural tanto animales como
vegetales, sin acatar las leyes ambientales existentes para proteger estas
especies en el país, que muchas veces por sus bajos niveles
poblacionales, pudieran estar en peligro de extinción. Esto ofrece una
amplia idea de la magnitud de la situación. El ejercicio ilegal tiene su
origen en inescrupulosos mercados nacionales e internacionales que se
encuentran controlados por mafias. Esta actividad representa, después
de la guerra y la droga, el mayor negocio en el planeta. Los países
megadiversos como Venezuela, constituyen las principales zonas de
extracción, mientras que los destinos más frecuentes son las naciones
industrializadas.
Los actos cometidos con más frecuencia son: la captura; cacería;
desplazamiento desde su ecosistema de origen; comercio, exhibición y
tenencia de seres silvestres o de sus beneficios (crías, veneno, otros) que
se encuentren prohibidos; importación y exportación de raros
especímenes sin la permisología otorgada por el MinAmb. Entran en la
lista también, la adquisición de ejemplares que se encuentren en peligro
de extinción, épocas de reproducción y apareamiento en lugares no
permitidos como: Parques Nacionales, Santuarios Naturales,
Monumentos Naturales, Corredores Naturales, Refugios y Reservas de
Fauna Silvestre, sin poseer los permisos entregados por el ministerio.
Existen dos tipos de sanciones para este delito: la administrativa,
competencia del Minamb, y la penal correspondiente al Ministerio Público.
Existen leyes especiales que establecen las normas para el
aprovechamiento adecuado de la naturaleza. Si no se cumplen se comete
una infracción administrativa o penal, según sea el caso, por lo que puede
llegar a sancionar con prisión, arresto, multa y trabajo comunitario.
Según la Dirección General de Vigilancia y Control, en primer lugar de las
especies más traficadas en el país. se encuentran las aves de muy
pequeño tamaño: loros, guacamayas, turpiales y cardenales corianos;
luego están los mamíferos como los monos, en tercer lugar los reptiles
siendo las tragavenados las predilectas de este género. Todos tienen la
particularidad de poder ser alojados en los hogares como mascotas, por
ello, su comercialización. Con respecto a la flora, existe una extracción de
vegetación muy valiosa, desde el punto de vista ecológico: musgos,
líquenes y barba de palo, son utilizados de manera irracional por la
costumbre que tiene la comunidad de adornar los pesebres en la época
decembrina. Cabe señalar que éstas son importantes para el desarrollo
del hábitat, por tener la función de retener agua. Igualmente, las
orquídeas y bromelias son vendidas.
La “Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica”,
elaborada por el Minamb, plantea un enfoque integral para atacar este
flagelo a través de tres objetivos específicos enfocados hacia la
prevención y reglamentación del mismo en el territorio nacional, este plan
reconoce que las acciones deben estar orientadas por los principios
éticos, de soberanía e inclusión social.
El primero, impulsa la conservación mediante el conocimiento de cuáles
son los géneros y subproductos negociados, las zonas de alto índice de
venta ilegal, tomando en cuenta las rutas de captura o extracción, tráfico y
comercio. Asimismo, promueve la implementación de un proyecto
nacional que permita hacer un seguimiento continuo sobre el cuidado y
control de la diversidad biológica.
El segundo, implica la ejecución de acciones para investigar el tráfico,
sobre la base de operativos permanentes, basados en la articulación de
las instituciones con competencia en la materia y las diferentes
comunidades organizadas.
El tercero, va dirigido al manejo adecuado de los ejemplares rescatados,
con el fin de mantenerlos en las mejores condiciones, buscando su
reincorporación en la naturaleza, sin poner en riesgo la variedad genética
y la salud de las poblaciones silvestres.
c) Explotación minera:
En Venezuela, existe una gran cantidad de yacimientos minerales
(metálicos y no metálicos), localizados en su mayoría en el Escudo
Guayanés, ubicado en el Estado Bolívar. Allí encontramos valiosos
yacimientos de hierro,
bauxita, oro, diamante, barita, manganeso y caolín. Además al norte del
país se pueden hallar yacimientos de carbón, zinc, níquel, cobre, plomo,
plata, arenas silíceas, cromo, entre otros. Merece mención especial la
presencia del petróleo a lo largo de la mayor parte del país. Gracias a
estos enormes recursos, Venezuela ha practicado la explotación minera
por más de cien años.
Sin embargo, la minería ilegal o irresponsable presenta un gran peligro a
la biodiversidad, ya que frecuentemente involucra la destrucción de
terrenos forestales, monumentos naturales y cuencas hidrográficas. Esta
última se ve afectada a través del mercurio mediante la minería ilegal. Por
su parte, la minería industrial se vale de fosas de cianuro. En el estado
Bolívar y Amazonas, se han derramado algunas, lo que es altamente
peligroso. Esto disminuye la pesca en las comunidades indígenas de la
zona ya que se trata de uno de sus sustentos. Los indígenas se
encuentran frecuentemente desplazados de sus territorios, ya que cuando
estas empresas comiensan a excavar, se asentan alrededor de las etnias
una serie de campamentos mineros lo que se traduce en el
desplazamiento de los establecimientos indígenas. Estas pueden ser
consecuencias inmediatas y por lo tanto se pierde la autenticidad de las
clases étnicas debido a la transculturización minera.
A largo plazo, el cianuro y el mercurio, pasan a las cadenas alimenticias;
a los peces primero y posteriormente a los humanos, lo que desencadena
una enorme contaminación o bioacumulación, es decir, los metales
pesados se apilan en las grasas de los seres vivos. A medida que una
especie se alimenta de otra, se acumula mucho más contaminante, lo que
puede ser letal para muchas especies que se verán amenazadas ante su
posible extinción. Se ven amenazadas de manera directa todas las
especies hidrobiológicas como caimanes, manatíes, peces, etc.
Según algunos estudios, por el estado Bolívar, mediante la minería ilegal,
salen aproximadamente 25 toneladas de oro anualmente, de las cuales,
20 se reparten entre Colombia y Brasil. Nueve de cada diez mineros, que
trabajan ilegalmente en esa zona son extranjeros, es decir, esa
explotación de oro y diamante jamás le ha pertenecido al país.
La minería inmoral también afecta a los ciclos de lluvia del país, los
vientos que vienen del sur recogen la humedad de las selvas del estado
Bolívar y la descargan en los estados llaneros, pero al deforestar la zona
no hay humedad para recoger. Por otra parte, al deforestar también se
disminuye la producción de cereales en los estados llaneros, como el
sorgo, y se incrementan los problemas de producción de alimentos.
Asimismo, el problema eléctrico se agrava aún más. Lejos de recuperar la
represa El Guri, se terminan de disminuir algunos de sus caudales, por lo
que probablemente esta represa nunca pueda recuperar sus niveles
óptimos.
Estas razones, entre otras, provocan que observemos las prácticas
mineras del país diferentemente, y por esto es importante para la
biodiversidad y para el ser humano ejercer leyes que conduzcan a la
explotación responsable de nuestros innumerables recursos mineros.

d) Pesca de arrastre:
La pesca de arrastre consiste en el empleo de grandes redes de reducido
tramado en forma de embudo aplastado, sumergidas a diferentes
profundidades, tiradas por barcos que durante su recorrido recogen
enormes cantidades de especies. En sus bocas, las redes poseen
grandes marcos de madera o metal, para mantenerlas abiertas. La pesca
de arrastre tiene por objeto explotar aquellas especies que se encuentran
en el fondo marino, y a una altura de aproximadamente 3 metros.
Este tipo de pesca se practica en Venezuela desde 1950, y se realiza en
seis regiones marítimas: 1) Golfo de Venezuela, 2) Golfete de Coro (entre
Puerto Cabello y Tucacas); 3) Plataforma Píritu-Unare (Higuerote a
Barcelona); 4) Margarita y norte del Estado Sucre, 5) Golfo de Paria y 6)
Delta del Orinoco. En el país, al igual que el resto del mundo, se emplean
dos tipos de redes de arrastre: la "camaronera", de tramado más pequeño
con un diámetro de 2,5 Cms entre nudos, y la "escamera", para la captura
de peces, de tejido un poco más abierto, de 5 cms entre los nudos,
construidas ambas con hilos de nylon de diferente grosor.
Los recursos pesqueros, explotados por la flota arrastrera en el Golfo de
Venezuela, registran gran diversidad, pero sólo una fracción del total de
especies representan una proporción considerable de los desembarques
totales.
Entre los camarones se distinguen: camarón blanco (Penaeus schimitti),
el cual desova en la ensenada de Calabozo y en la plataforma de Falcón,
y cuyas postlarvas penetran en el Lago de Maracaibo; el camarón rosa
(Penaeus duodarum) y el camarón rosado con manchas (Penaeus
brasiliensis), se localizan hacia las zonas noreste, noroeste y sureste del
Golfo de Venezuela. También se captura el camarón titi (Xiphopenaeus
kroyeri) junto con el camarón blanco en un gran porcentaje, siendo éste
muchas veces desechado Entre los moluscos, el calamar (Loligo plei y
Loligo palei) resulta el más importante, capturándose en mayor
abundancia hacia la zona sureste del Golfo de Venezuela; presenta una
estacionalidad marcada entre los meses de febrero y junio.
Los peces más importantes capturados por este tipo de pesca son: el
roncador (Micropogon furneri), el corocoro (Orthopristis ruber), la curbina
(Cynoscion sp.), la curbinata (Macrodon ancylodon), el tajalí (Trichurus
lepturus), la perla (Lephophyrium profundorum).
Uno de los principales problemas de la pesca de arrastre es la casi nula
discriminación, por parte de las redes, de las especies no objetivo de la
faena. Por ejemplo, la especie objetivo es el camarón, pero la incapacidad
de las redes para discriminar permite la admisión de otras muchas que,
por su edad y condiciones, no son aprovechables comercialmente, y son
regresadas al mar, la mayoría de las veces muertas, afectando
gravemente los ecosistemas marinos. La discriminación por parte de las
redes de la especie objetivo, es un factor que resulta crucial hoy en día en
las operaciones de las embarcaciones de arrastre y quizás en todas las
operaciones de pesca a nivel mundial. Por el reducido tamaño de las
especies que principalmente se persiguen en esta pesquería
(camarones), la abertura de la luz de malla en las redes de arrastre es
necesariamente pequeña, resultando así muy poco selectivas hacia las
especies de peces y otros organismos que habitan en el fondo del mar.
Un estudio hecho a final de la década de los noventa, en la región oriental
de Venezuela, se estimó que del total recogido por las redes anualmente,
tan solo se aprovecha 33%, devolviéndose al mar el 67% restante, hecho
que representó en 1999 la cifra de 43 mil toneladas, volumen compuesto,
principalmente, por pequeños peces muertos. Estas cifras coinciden con
las de investigadores internacionales, que señalan que los "desperdicios"
de la pesca de arrastre, llamada pesca incidental en otras latitudes,
supera en una proporción de 5 a 1 a lo que se extrae como pesca
objetivo. Concluyen en que una actividad pesquera "que desperdicia dos
tercios de lo que captura es irresponsablemente poco selectiva". Las
especies que se encuentran en el volumen desechado son juveniles de
especies con interés comercial, lo cual afecta negativamente el desarrollo
de la pesca artesanal, y muchas especies capturadas y eliminadas están
sometidas a regulaciones especiales (caso de las tortugas marinas) o
están en progreso de estarlo (tiburones).
Afortunadamente, la conciencia de gobiernos y pueblos sobre la
necesidad de proteger los recursos marinos y preservar su perdurabilidad,
es creciente. La decisión del Gobierno venezolano de prohibir
definitivamente la pesca de arrastre apunta a preservar para las
generaciones presentes y futuras los recursos pesqueros marítimos del
país y los delicados ecosistemas marinos donde viven y se reproducen,
una garantía para la seguridad alimentaria de los venezolanos y para el
curso de la vida en el planeta.

e) Tala y quema:
La deforestación o tala de árboles es un proceso provocado generalmente
por la acción humana, en el que se destruye la superficie forestal. Está
directamente causada por la acción de las personas sobre la naturaleza,
principalmente debido a las talas o quemas realizadas por la industria
maderera, así como por la obtención de suelo para la agricultura, minería
y ganadería.
De acuerdo con el Mapa de Vegetación de Venezuela de 1980, el área de
bosque del país para ese año, era alrededor de 58 millones de hectáreas.
El 70% de los bosques está ubicado al sur del Río Orinoco, donde
también se encuentra la cuenca amazónica de Venezuela. La superficie
boscosa de esta Región no ha cambiado significativamente al compararla
con el Norte del país, donde se concentra la mayoría de la población. La
densidad de población en esa parte del país ha conducido los procesos
de cambio de uso de la tierra, en el que grandes extensiones de áreas
boscosas se deforestan con diferentes fines.
En este sentido, se han identificado seis causas principales de conversión
de los bosques a otros usos: la ampliación de la frontera agropecuaria,
como respuesta a la presión que ejerce la población para cultivar las
tierras y satisfacer sus necesidades económicas prioritarias; la
explotación ilegal de madera, por las debilidades en los mecanismos de
supervisión y control; las invasiones de tierras destinadas a la producción
forestal permanente, principalmente con fines agropecuarios; la actividad
minera, por los cuantiosos recursos de los que dispone el país; los
incendios forestales, tanto en el bosque natural como en las plantaciones
forestales, como fenómeno cíclico que se manifiesta todos los años
durante la época de sequía y sé transforma en un problema ambiental y el
establecimiento de infraestructura urbanística no planificada.
Por otra parte, un aspecto positivo para aumentar la cobertura forestal lo
constituye el manejo del bosque natural y el establecimiento de
plantaciones forestales intensivas, por cuanto en Venezuela el
aprovechamiento maderero ha sido selectivo, pues el mismo se ha
restringido a los individuos arbóreos que poseen un diámetro mínimo de
cortabilidad preestablecido en la normativa legal vigente, ya que hay un
número reducido de especies forestales que tienen demanda en el
mercado nacional. Solamente se extraen del bosque natural entre cinco
(región occidente) y siete (región oriente) árboles de valor comercial por
unidad de superficie y solamente el 25% de la masa forestal remanente
se afecta por la actividad.
La deforestación afecta negativamente al funcionamiento global del medio
ambiente, produciendo un conjunto de cambios que interfieren en el
clima, el ciclo de carbono, la pérdida de biodiversidad, la sostenibilidad
de la agricultura o el sumidero de agua potable. Un estudio reciente,
(2007), estimó que la deforestación en los bosques tropicales, contribuye
con un 20% a la emisión de gases de efecto invernadero en el mundo,
principalmente por las emisiones de CO2. La deforestación es estimada
periódicamente, por la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), y publicada a través de informes a
nivel regional o mundial, desde 1948 hasta el 2010, cada 5 o 10 años. Los
resultados para la última evaluación, publicados en 2010, arrojaron, que
en la última década, los bosques muestran señales de recuperación,
pero, su tasa de deforestación continúa siendo alarmante, principalmente,
por la conversión de los bosques tropicales en tierras agrícolas.

Realizado por:
Isabella Cordero
#13

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