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Julio
de 1971. Ed. Losada. Los artículos fueron extraídos al sólo efecto de su utilización con fines
formativos, si el ó los autores consideran se infringe sus derechos de autoría, será retirado del
sitio inmediatamente.
Títere encontrado por el grupo de titiriteros de la I. T. El Galpón en una de sus representa-
ciones por e| interior del país. Realizado por un ex-alumno de la Escuela Rural de La Cadena
(Dep. Canelones).
Primitivo e ingenioso mecanismo y muy acorde con la plástica de la cabeza de madera ta-
llada y pintada.
En la hendidura superior central del prisma que conforma el cuerpo, se inserta la parte
inferior del cuello, unido al tronco por un eje; en la parte posterior del cuello va unida una
chaura que permite girar la cabeza hacia atrás y en la parte anterior del mismo, una banda
de goma unida al tronco, hace volver la cabeza a su posición original. Cada brazo está
formado por un rectángulo de goma plana, arrollada y clavada en su parte superior al hom-
bro, mientras que en la parte inferior se inserta el antebrazo de madera, donde se ata la
chaura que, pasando por la hendidura del hombro, permite hacer levantar el antebrazo. Ter-
mina la parte inferior del cuerpo, una tablita de madera utilizada como soporte: ésta será to-
mada con la mano: dedos pulgar y meñique, los restantes se introducirán en los lazos de
la chaura permitiendo las articulaciones anotadas.
En este Uruguay donde viven niños que lo tienen todo y sufren niños que no tienen
nada, escribir sobre títeres puede parecer frívolo cuando tantas urgencias aparecen
postergadas y tanta posibilidad queda sin realización; traer a cuento que es un títere aquí y
ahora, cuando hay niños que no conocen la leche y el hambre es en ellos algo crónico, puede
aparecer inoportuno o desfasado de la realidad.
Sin embargo, cuánta alegría llega a esa niñez desposeída si los títeres despliegan su
colorida magia en la escuelita rural o en el rancherío que yace al costado del latifundio
regresivo.
Y cuánta alegría, también, experimenta el niño que vive en esas jaulas ciudadanas de cristal
y hormigón, cuando un títere dialoga con él y entonces, entrando a formar parte de la fábula
que se desarrolla ante sus ojos admirados, se descarga de las tensiones que una vida
inhumana le ocasiona.
Toda esa alegría, importa. Como importa también que el niño de nuestra escuela pública
tenga ocasión de hacer títeres, disciplina expresiva que junto a otras: pintura, cerámica,
música, etc., deben figurar en el armónico desarrollo de su personalidad, ya que "es una
óptima escuela de educación social, medio eficaz para el continuo mejoramiento de la
expresión, para el desahogo espontáneo de la exuberancia, el sentimiento, el dominio y
control de sí mismo, la alegría de hacer divertir a los compañeros".
Entonces, escribir hoy sobre títeres cuando se hace bien, como en el caso, importa. Y
este trabajo de Aída Rodríguez y Nicolás Loureiro será bien recibido porque reúne los
elementos necesarios: 1) ubicación histórica del títere, su universalidad y perpetuidad,
datos que otorgan otra significación a lo que puede parecer un juego, una mera diversión; 2)
la divulgación de las diferentes técnicas de animación que nos acerca otras maneras de
hacer títeres, junto a las ya conocidas del guante y la marioneta, y 3) lo que yo considero
más importante: el títere en la escuela.
Aún cuando en el extranjero se ha escrito bastante sobre los títeres, no es mucho lo
que hay en español sobre el tema y menos los textos que relacionen esta forma expresiva con
la escuela; generalmente se pone el acento sobre cómo se construyen los muñecos, cómo se
prepara la pasta de harina, agua y papel picado para modelar las cabezas, técnica que ha
hecho sucumbir muchas ganas de hacer títeres. Lenta, cansadora, agota el interés del niño
antes de que éste pueda levantar un muñeco en su mano. Las formas sencillas que divulga
este trabajo permiten al maestro llegar rápidamente a lo que interesa: que el niño se
exprese, moviendo su títere,
dialogando, haciéndolo seguir el compás de una música, etc. "El maestro enriquece su
función dando a los alumnos oportunidades y medios para la expresión creativa."
Pienso sí que hace falta un estudio sobre el títere en nuestro país. En el Uruguay
contemporáneo, ése que va desde la década del treinta hasta hoy, período en el cual una
decena de conjuntos hicieron y hacen títeres: qué técnicas abordaron, cuáles son los caminos
seguidos, qué influencias recibieron, etc. Pero ese estudio es otra historia; Rodríguez y
Loureiro están demasiado metidos en esto para intentar una avaluación objetiva del mo-
vimiento titiritesco nacional. Alguien tiene que escribir esa otra historia, pero el texto y
las ilustraciones que hoy nos llegan son muy importantes y, así lo creo, "Como son los
Títeres" marca un momento en la historia del títere en la América Latina.
Rolando Speranza.
Setiembre - 1968.
INTRODUCCIÓN
HISTORIA
.En esta reseña se trata de dar una idea general de la historia del títere y su desarrollo
moderno, con datos extraídos del material bibliográfico accesible. De la intensa actividad del
títere en nuestros días, se citan solamente algunos manipuladores o grupos, cuya calidad
artística e innovaciones expresivas han merecido una mayor atención, sin desconocer la la-
bor permanente de creación y difusión llevada a cabo por gran número de titiriteros que han
permitido esta valorización actual del teatro de títeres.
Antigüedad y popularidad de los títeres.
Son tan viejos como la historia; desde la antigüedad hay trazas de SL existencia. Los
documentos escritos son escasos y sólo algunas reliquias: realizadas en tierra cocida, madera
o cartón, se han salvado de la destrucción. Sin embargo, alcanzan para establecer la
universalidad y perpetuidad de los títeres.
Según Gastón Baty: "Cuando las fuerzas sobrenaturales reciben nombre y se vuelven
dioses, no demoran en ser figurados, y el ídolo preside las ceremonias mágicas.
Encontramos por todos lados estatuas móviles cuyas cabezas y brazos están movidos por
cuerdas y contrapesos, que representan al dios. La magia primitiva se basa sobre la
analogía: un gesto de la imagen traerá el gesto correspondiente de la divinidad que ella
representa. Más tarde, cuando la liturgia se haga más complicada y dramatizada, obligará
a la imagen a intervenciones más difíciles, a gestos menos simples y será necesario
arriesgarse a reemplazarla por el hombre. Por lo menos, se tratará se salvaguardar en lo
posible el aspecto de la estatua que reemplaza; se ocultará el rostro con pintura, se le
cubrirá con una máscara, se perderá la forma de su cuerpo en trajes rellenos; realzados
por coturnos, se hará lo posible para que siga pareciéndose al ídolo, ese gran títere."
Popularidad
ASIA
INDIA
JAVA
En Java, wayang significa teatro. Han recibido este teatro de los hindúes que
colonizan la isla en el siglo III, imprimiéndole c a r a c t e r í s t i c a s muy propias, en
cuanto a la plástica y manipulación. Hacia el siglo XV ocurre la invasión del Islam, pero
la nueva religión no llega a atacar la popularidad de los wayangs, ni en su actuación ni
en su forma.
Ya se trate de títeres tridimensionales, planos o sombras, tos largos brazos articulados
en el hombro y codo se accionan por medio de varillas, unidas a las manos. Los miembros
inferiores son rígidos. Los muñecos, siempre de perfil, miden de 30 a 80 centímetros; los
más pequeños representan a hombres y dioses, los mayores a los espíritus demoniacos.
El tipo usado es el títere de hilo, decorado con gran riqueza y refinamiento. El titiritero
birmano presenta sus espectáculos con la finalidad de entretener. Se suceden distintos bailes
humorísticos de animales, cada uno con su música característica; realizan con gran destreza,
graciosos e intrincados movimientos, una cigüeña estilizada abre y cierra el pico y agita sus
párpados al compás de la música; luchas entre un dragón y un campesino.
Otros temas son episodios de la vida de antiguos reyes birmanos, respetando el ropaje y
las costumbres de su época.
TURQUÍA
Se sabe de la existencia de las sombras turcas desde el siglo XVI, según testimonios de
viajeros. Responde al modo de expresión impuesta por el Corán, que prohíbe toda
representación humana en tres dimensiones.
Los personajes, de 20 a 30 centímetros, están recortados en piel de búfalo, calados y
pintados con colores transparentes y se proyectan en color sobre la pantalla. Se articulan en
la cintura, piernas y a veces en los brazos; la manipulación se hace por medio de una o dos
varillas; el titiritero, de pie, apoya la silueta sobre la pantalla y manipula las varillas per-
pendicularmente a la misma. La sombra de las varillas es tan imprecisa que a poca distancia
se vuelve invisible.
Este sistema da a las siluetas turcas total independencia con respecto al suelo; los
personajes pueden hacer una pirueta completa, subir a un árbol o volar sobre la superficie de
la pantalla, lo que los emparenta con el dibujo animado.
Aparece aquí un célebre descendiente de Vidouchaka, Karagoz, héroe de todas las
historias que los turcos impondrán a lo largo del Mediterráneo musulmán. Karagoz, bajo un
aire aparentemente honesto, es brutal, lujurioso y esencialmente astuto; físicamente grotesco,
usa un gran sombrero para ocultar su calvicie. Su compadre Hadcivad, arregla las situaciones
más comprometidas, no siendo retribuido más que con golpes y desagradecimiento.
Aparecen además muchos otros personajes locales típicos.
En las piezas menos tradicionales, Karagoz pertenece a la oposición; es el burgués burlón
o el hombre del pueblo, cuyo buen sentido critica los actos de las autoridades secundaria y
lucha contra ellas; siempre desafía los sablazos y la horca.
Una especie de Karagoz existía en Argel en la época de la conquista francesa; su
oposición a la ocupación hizo prohibir sus representaciones.
CHINA
JAPÓN
Los chinos enseñaron el arte de fabricar muñecos a los japoneses. Se da como fecha de
aparición de los títeres en el Japón, el siglo XII.
Se utilizan los títeres de hilo y la forma especial del teatro Bunraku; los
manipuladores toman un nombre que significa: "Apto para cambiar el espíritu del árbol" o
"Apto para dar vida a la madera".
Alcanza su apogeo en el siglo XVIII, impulsado por la rivalidad de dos compañías de
títeres; en esa época sobrepasan en importancia al teatro tradicional japonés, debilitado por
su rígida estilización y ritualismo. El teatro de títeres es más vital y el mejor dramaturgo de
la época escribe para ellos.
Sigue un período de decadencia y resurge en Osaka en 1871, con las creaciones de la
compañía Bunraku, que impuso su nombre para designar a este tipo de teatro.
Los muñecos, de más de un metro de altura, tienen gran movilidad; son manipulados
por la espalda, donde está ubicado el control de los sistemas de hilos muy complejos que
permiten mover la cabeza, ojos, cejas y boca, brazos y piernas. Cada muñeco debe ser
accionado postres manipuladores.- el manipulador principal toma el muñeco con el brazo
izquierdo y hace mover con el derecho la cabeza y sus elementos, y también el brazo
derecho del muñeco; otro manipulador hace mover el brazo izquierdo y el tercero los pies,
todos con la correspondiente coordinación, lo que se logra con un largo aprendizaje. Los
manipuladores están a la vista del público, pero éste, siguiendo el juego escénico, pronto
deja de advertirlos.
El argumento es siempre la lucha del bien y el mal, y el triunfo final de la justicia,
historias de caballería con gran poesía. La música integra de tal manera el espectáculo
que se podría considerar más bien drama musical.
EUROPA
GRECIA
Se han encontrado restos de muñecos de barro cocido, con brazos y piernas articuladas,
suspendidos de una barra para su manipulación.
Hay informaciones de Jenofonte y Aristóteles sobre representaciones religiosas que se
celebraban en los templos, utilizando estatuillas llamadas neuropastas, movidas
ingeniosamente, mientras un locutor explicaba al público las escenas. En su origen, el
mecanismo estaba constituido por nervios, que, al extenderse con los cambios
atmosféricos, cambiaba la actitud de la figura.
Informaciones del siglo V, momento del esplendor ateniense, testimonian sobre
espectáculos de títeres en el Teatro de Dionisios, así como de la existencia de teatros de
aficionados en casas de particulares.
ROMA
Entre los romanos encontramos el mismo origen religioso. Rápidamente los títeres se
convierten en juego popular.
Los autores latinos hablan poco de ellas; Marco Aurelio considera que los títeres están
en el escalón más bajo de las distracciones populares.
Comparándolo con el teatro popular de la época, sería de carácter satírico y el personaje
Maccus presenta aspectos muy similares a los ya citados en otras regiones.
EDAD MEDIA
Es difícil seguir su evolución antes del siglo XV. El títere debió casi desaparecer con el
imperio romano; el cristianismo naciente, por el secreto que reclamaba en su origen y por,
reacción contra el antropomorfismo pagano, prohibió toda representación humana.
Posteriormente, como lo indica la posición tomada por un Concilio del siglo Vil, la
Iglesia debe recurrir a medios más accesibles, la representación visual de la Pasión o
pasajes de la Historia Santa, para responder a las necesidades de un proselitismo
creciente. Y como en las demás culturas, el títere vuelve a renacer en los templos, no ya
con el carácter mágico que tuvo en las sociedades primitivas, sino como medio para la edi-
ficación de los fieles.
El sacerdote narra las escenas animadas por los muñecos. Luego ei espectáculo se instalará
en las puertas de la Iglesia, en las ferias; la imaginación popular modificará los temas
sagrados, provocando la intervención de las autoridades eclesiásticas para limitar o
prohibir estos espectáculos.
El Concilio de Trento en 1545 se pronuncia violentamente contra el fetichismo que
aumenta con la popularidad de los títeres. En efecto, el perfeccionamiento técnico da al títere
una aparente autonomía que contribuye a estimular la magia y la brujería. Los
manipuladores, amenazados de muerte, usan medios más rudimentarios,
El juglar, acompañado por los sones del rabel, reúne al auditorio y relata las escenas;
en su retablo hace desfilar a caballeros y santos, ángeles y vírgenes, traidores e incrédulos.
Durante los primeros siglos del cristianismo, Europa Occidental conoció sobre todo al
títere de guante, mientras que los títeres de hilo prosperaban en Oriente. Luego se
generalizaron los dos sistemas.
La animación de los pesebres, tipo especial del teatro popular de títeres, —donde los
personajes característicos del folklore de la región, comentarios de la crónica local, se
mezclan a los personajes sagrados— es a menudo muy simple, pero en algunos casos
poseen un mecanismo complejo; algunos tienen un sistema interior para la manipulación
del títere, fijado por una varilla a una planchuela que se desliza sobre la escena para evitar
los saltos.
En Francia, en Inglaterra, en Alemania, en Polonia con la "szopka" o pequeño retablo,
en Hungría donde el teatro portátil tiene forma de iglesia, en Ucrania, donde el teatro
presenta dos pisos —el más alto para la pastoral, el otro para historias satíricas locales—
los episodios de la Historia Santa, ligadas a las grandes fiestas del calendario cristiano
continúan siendo representadas en el correr de los siglos.
Por toda Europa, los titiriteros tienden a adornar el viejo drama con un
pintoresquismo propio. Los manipuladores ambulantes presentan títulos como "José
vendido por sus hermanos", "El sacrificio de Abraham", "La el más exitoso, "La tentación
de San Antonio", donde la gravedad del tema muerte de Abel", "El Paraíso perdido", "El
diluvio universal" y sobre todo, no excluía la irreverencia de los diablitos tentadores.
Quizás a partir del siglo X los titiriteros toman los temas que ofrecen la leyenda y la
epopeya histórica; desde el siglo XV se imponen como clásicos del género "Genoveva de
Brabante", "Lancelot", "Amadís de Caula", "Los cuatro hijos Aymon".
La gesta de Carlomagno fue particularmente fecunda; la ocupación de Sicilia por los
normandos y angevinos en el siglo XIII la introdujo allí dando el tema favorito de los
títeres sicilianos hasta hoy: "Al son de un organito, las altas y pesadas marionetas, revestidas
de armaduras deslumbrantes, intercambian fuertes golpes en una batahola ensordecedora,
mientras el manipulador golpea el piso con su pie, para marcar el ritmo y, a la vez,
acrecentar el carácter aterrador de la batalla."
En España, Cervantes describe magníficamente un espectáculo sobre el romance de
Melisendra y Don Gaiferos: el retablo ambulante de Maese Pedro resplandece con
candelillas encendidas en el patio de la posada y suenan los atablaes y trompetas en la
introducción; luego, el ayudante relata la historia, señalando con una varilla las figuras
que hace desfilar Maese Pedro, oculto detrás del retablo.
En Lieja, Tchanchet —el héroe principal— tiene por compañeros a Carlomagno,
Rolando y otros personajes; sus enemigos tradicionales son los sarracenos. A la manera de
las miniaturas medievales, Carlomagno tiene una talla superior a los demás.
Entre los temas universales, el más completo lo proporciona el drama de "Fausto": "La
fuerza legendaria del héroe, aumentada por los elementos fantásticos que rodearon su vida
y su muerte, se distingue por la profundidad y amplitud del tema; el misterio de la
existencia y del conocimiento imposible interesan a los espíritus exigentes, mientras que
el carácter dramático de las situaciones y la magia inquietante de Mefistófeles, los efectos
escénicos espectaculares, alcanza a los espíritus más simples. Finalmente, la presencia de un
personaje popular, Hnaswurst, criado de Fausto, aporta la nota satírica y grotesca."
Personajes populares.
AMERICA
Después de la segunda guerra mundial,, en los países europeos del área socialista, los
teatros de títeres surgen en gran número, dado el interés creciente que despierta esta rama a
el arte. Los grupos de aficionados anteriormente existentes y los formados a partir de ese
momento, ven aumentadas sus posibilidades creativas con las subvenciones estatales, que
les permite una actuación permanente en salas propias, con escenarios adecuados,
instalaciones, talleres y personal especializado. Cada teatro puede presentar de tres a cinco
programas por año y profundizar en problemas de orientaciones de repertorio, artísticas y
técnicas, en base a una experiencia colectiva, adquirida mediante un trabajo intenso y
permanente.
El títere está destinado fundamentalmente a los niños, pero paralelamente se incursiona
en el espectáculo para adultos: ". . . s e hace cada vez más frecuente, a medida que el teatro
de títeres se desarrolla y sus posibilidades aumentan, a medida que toman impulso los
titiriteros, quienes, en verdaderos artistas, quieren dirigirse a todos, por lo tanto a los
adultos y, en el lenguaje de sus muñecos, expresar sus juicios sobre la vida."
"Como en todo medio artístico joven, aparecen antagonismos fundamentales
(concernientes al sentido y carácter específico de este teatro), entre los animadores de
títeres, y aunque se han logrado resultados muy hermosos, las búsquedas prosiguen."
Checoslovaquia, país de gran tradición, organiza en 1852 el primer teatro de títeres en el
Instituto Pedagógico de Praga, sintiendo ya la necesidad de una reforma que se manifiesta
en la elección más severa de las piezas y como reacción contra la tradición decadente. Los
títeres penetran en las escuelas públicas. En 1920, Josef Skupa crea el personaje más po-
pular, Speibl y luego a su hijo Hurvlnek, con técnica de hilo, que mostraron su espíritu
combativo frente al nazismo. Luego de un período de inactividad durante la ocupación, la
recuperación fue rápida. Actualmente Checoslovaquia tiene 2.000 grupos de aficionados,
teatros profesionales y una cátedra para la enseñanza del títere. Se organiza periódicamente
el Festival de Títeres de Chrudim, con la participación de conjuntos de aficionados,
seleccionados entre los mejores del país, complementado con debates
y discusiones entre los participantes y profesionales. En Praga funciona el secretariado
general de U . N . I. M . A . (Unión Internacional de Marionetas) que afilia a los titiriteros
de todo el mundo.
En Polonia, donde en 1928 se organiza el Teatro Baj, con autores, artistas y pedagogos,
se crean, a partir de 1945, numerosos teatros: Lalka y Guliwer de Varsovia, Groteska de
Cracovia, Arlekin de Lodz, Marcinek de Poznan, Miniatura de Dancing, entre otros, cada uno
de ellos con una orientación estética muy definida. Es así que: "Se plantean discusiones
fervorosas sobre el repertorio ideal de los teatros de títeres y de lo que debe diferenciar
esencialmente ese repertorio del de los teatros dramáticos. ¿Es necesario que sea casi como
un libreto donde la música domina al diálogo, o bien casi un guión cinematográfico donde
la acción juega el papel principal, en que los diálogos apenas intervengan o bien sea un
cuadro hecho de composiciones plásticas desprovistas de una ligazón estrecha, vibrante de
movimientos, dinámico, donde las manchas de color no estén unidas entre ellas por ningún
contenido y.cuya belleza está dada por la expresión vigorosa de la forja? Tal es la
orientación de las búsquedas y aspiraciones artísticas de numerosos teatros de Polonia. Los
otros se contentan, por convicción o por falta de repertorio, con un arte tradicional,
realista, con un tema claro y un héroe principal, cuya suerte constituye el contenido del
espectáculo, un contenido límpido y por el cual el público infantil da pruebas de una gran
inclinación. Estos teatros cometen a menudo un gran error desde el punto de vista del
carácter específico que reviste el arte de los títeres. Obligan a la criatura convencional que
es el títere a imitar los rasgos exteriores del hombre."
El teatro profesional de títeres comienza en la Unión Soviética posteriormente a la
revolución de Octubre. Se organizan teatros con la incorporación de pintores, escultores,
artistas, directores, músicos. Sergio Obraztsov, luego de una larga carrera como creador,
ocupa la dirección del Teatro Central de Títeres de Moscú, uno de los conjuntos que agrupa
más especialistas en esta disciplina.
Bulgaria, Hungría, Yugoeslavia, en sus intervenciones en los Festivales Internacionales,
aportan el resultado de las búsquedas llevadas a cabo por sus teatros nacionales.
En Rumania aparece el primer teatro permanente en 1945, formado por un grupo de
pintores; en 1949, subvencionado por el Estado, el teatro Tandarica amplía sus actividades,
con funciones para niños y adultos, con la mayor diversidad de técnicas. Dos expertos de
este teatro, colaboran en 1949 en la formación del Teatro de Títeres de El Cairo,
subvencionado por el Gobierno de la República Árabe Unida.
Inmediatamente después de la Liberación, China crea una Sección de Títeres en el
Instituto Central de Arte Dramático; con la finalidad de favorecer la permanencia y
desarrollo de las artes populares, se incorpora a los antiguos titiriteros ambulantes
dispersos durante la guerra. En 1953 inaugura el Teatro Nacional de Títeres, que cuenta en
su repertorio con piezas tradicionales renovadas al lado de obras con temática actual.
Con un repertorio basado en los mismos principios y con un carácter satírico muy
pronunciado, el Teatro Central de Títeres de Vietnam del Norte y centenares de grupos de
aficionados, prosiguen una tradición que data del siglo XII. Además de los títeres de hilo
o varilla, se emplea la forma original de actuación sobre el agua. Los manipuladores,
desde una cabaña de bambú construida en medio de un estanque y ocultos por una cortina,
dirigen a los muñecos que se mueven sobre la superficie del agua, por medio de varas
largas y de cuerdas.
Ya en 1929, en México, el Estado toma a su cargo tres conjuntos de títeres para actuar
en los barrios pobres de la Capital y sus alrededores. Posteriormeme, el Departamento de Bellas
Artes incorpora otros grupos que actúan en las escuelas públicas, con la misión de entretener
y educar. En más de 30 años de actividad se acrecentó el número de equipos dependientes
de distintas Secretarías e Institutos. Entre ellos, el Teatro Petul es sin duda el más
interesante: "la población indígena concentrada especialmente en el Estado de Chiapas, no
habla español y vive al margen de la vida económica del México moderno, con un retarde
cultural de cuatro siglos; el Instituto Indígena, con la intención de integrar a esta
población a la vida nacional, sin atentar contra sus costumbres e "instituciones, usa como
un medio eficaz el teatro de títeres, hablado en su lengua, con resultados sorprendentes."
En 1963, se funda en La Habana el Teatro Nacional de Guiñol, formado por titiriteros en
actividad desde antes de la Revolución, quienes en 1961, con anterioridad a la creación del
Teatro Nacional, organizan grupos de títeres en provincias. Dependientes del Consejo
Nacional de Cultura funcionan en Cuba los conjuntos profesionales de Santiago de Cuba,
Cama-güey, Las Villas, Matanzas, La Habana y Pinar del Río, algunos con salas estables,
pero realizando todos permanentemente jiras por las provincias.
SOMBRAS
COPIA DE UNA ESCENA DEL MANUSCRITO "HORTUS DELICIARUM"
(SIGLO XII)
"Así fueron ¡lustradas y cantadas!”
“WAYANG GOLEK” TITERES DE VARILLA
JAVA
La herencia hindú se adapta en la isla de Java, imprimiéndole un sello inconfundible.
A lo largo de 13
siglos, el titiritero
hindú ha recreado
con sus muñecos la
historia de los
héroes legendarios.
Títere de Hilo.
Nota: El original cuenta con 120 Págs. A continuación se transcribe el contenido.
INDICE:
Prólogo.
Introducción.
Historia.
Técnicas, descripción
El Títere y el niño.
El Títere en la escuela.
Bibliografía.