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Cárcel del Buen Pastor: proyecto de

resocialización o aparato reproductor del


delito*
Laura Andrea Bruges Garavito15/Angélica María Gómez Cardona16

Resumen

El sistema carcelario en Colombia ha establecido


que el principal fin de la pena no es castigar al suje-
to que cometa delitos sino brindarle un tratamiento
que permita su resocialización y posterior reintegro
a la sociedad, fin que se encuentra tipificado en los
artículos 9 y 10 de la Ley 65 de 1993, por la cual se
expide el código penitenciario y carcelario, y en el
Artículo 4 del Código Penal Colombiano.

El presente artículo tiene como objetivo mostrar


la incongruencia existente entre la normativi-
dad creada por el Estado, en su afán de erigir una
política criminal que le genere seguridad jurídica
a la sociedad, y la verdadera realidad que pone de
manifiesto las crueles condiciones en que se en-
cuentran los reclusos en las cárceles, que no per-
miten un proceso de resocialización; lo anterior fue
verificado con una investigación desarrollada en
torno a la Cárcel del Buen Pastor de Barranquilla,
donde fueron aplicados diferentes métodos como:
la encuesta y la investigación de campo que nos
permitieron comprobar la inexistencia de estos
procesos de resocialización.

Palabras claves

Resocialización, tratamiento penitenciario, reinci-


dencia, sistema carcelario y hacinamiento.

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U R Í D I C A
J
C T U A L I D A D

Colombia ha establecido en su constitución políti- Colombia tiene 174 cárceles y las estadísticas in-
ca principios, valores y derechos que constituyen dican que dichos centros de reclusión tienen una
el pilar y el fundamento de todo el ordenamiento capacidad para 50.000 presos, pero en la actuali-
jurídico, como lo son: la justicia, la convivencia, la dad la población carcelaria es de 75.000 presos en
dignidad humana y la paz; para poder hacer efec- total. Lo que se traduce en un hacinamiento del
tivo estos derechos se han creado medidas y ac- 200% en cárceles de diferentes ciudades, constitu-
ciones de control como, por ejemplo, la pena que yéndose en una de las causas que impide la efecti-
A

constituye un mecanismo en poder del Estado que vidad del tratamiento penitenciario brindado a los
permite el normal funcionamiento de la sociedad. reclusos.
El principal fin de la pena consagrado en los Artícu-
los 9 y 10 de la Ley 65 de 1993 es el de la resociali- Para comprobar la poca efectividad de los proce-
zación, que podemos definirlo como: sos de resocialización desarrollados al interior de
las cárceles colombianas tomaremos como referen-
cia la Cárcel del Buen Pastor de Barranquilla, obje-
to de esta investigación, que tiene capacidad para
“La capacidad de un individuo para anticipar- albergar a 1274 internas, pero en realidad allí se
se a la aparición de un problema socialmente encuentran 1439, lo que demuestra un sobre cupo
relevante, basado en el diálogo y una prácti- de 165 personas.
ca social, profesional, científica y comunitaria
orientada a generar cambios culturales que pro- El estudio realizado al interior de la Cárcel
duzcan nuevas actitudes y estilos de vida, y que del Buen Pastor de Barranquilla nos permitió inferir
a su vez le permitan al individuo un reintegro a que la idea de la resocialización ha sido difícil de
la sociedad.”17 llevar a la práctica por dos razones principales: pri-
mero, porque no existe una infraestructura física
ni el recurso humano suficiente que permitan ga-
Al interior de las cárceles deben existir tratamien- rantizar un esquema de intervención y tratamien-
tos penitenciarios enfocados a desarrollar activida- to para lograr el cambio propuesto por el modelo
des educativas, instructivas, laborales, recreativas, resocializador. Segundo, no hay políticas bien de-
deportivas, de actividad cultural y de relaciones de finidas en torno al trabajo, educación, recreación,
familia que tienen como “objetivo preparar al con- asistencia alimentaria y ocupacional.
denado, mediante su resocialización para la vida La existencia de una infraestructura física y de un
en libertad”18. recurso humano insuficientes son limitantes para el
La pena privativa de la libertad siempre debe estar desarrollo de un adecuado proceso de resocializa-
orientada hacia la reeducación para la reinserción ción en la Cárcel del Buen Pastor, ya que ésta cuen-
social, por tanto, la misión de las instituciones pe- ta con instalaciones y celdas no aptas para albergar
nitenciarias no es otra que la de conseguir la recu- la cantidad de reclusas que actualmente existen y
peración social del sentenciado. Esta finalidad de la que es mayor a la capacidad para las cuales fue-
pena no es desarrollada a cabalidad al interior de ron creadas generando hacinamiento; las instala-
los centros penitenciarios, los cuales tienen más de ciones de este centro presentan deficiencias como,
cuarenta años de construidos y fueron diseñados por ejemplo: humedad, daños en paredes, pisos y
sin medir el crecimiento de las poblaciones y el ín- deterioro de sistemas eléctricos; situación que trae
dice delincuencial, por lo que en estos momentos como consecuencia graves problemas de salud,
las capacidades son insuficientes para albergar a violencia, indisciplina, carencia en la prestación de
todas esas personas que por una u otra razón han servicios (trabajo, educación, asistencia social y ali-
infringido la ley19. mentaria, deportes, visita conyugal, servicios mé-
dicos con una clara violación de la integridad física
y mental de las reclusas, de su autoestima y dig-
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nidad humana). Además, el recurso humano con
que cuenta la cárcel no es suficiente para brindarle Bibliografía
todo el apoyo y la guía al considerable número de Castro A., Hadechiny F., Peña O. & Martínez W. (1998)
internas existente en la cárcel en estos momentos. Tesis (Especialista en Gerencia Pública) -- Uni-
versidad del Norte. Programa de Especializa-
La educación es un medio efectivo para crecer, me- ción en Gerencia Pública, 1998. Resocialización
jorar, consolidar conocimientos y contar con me- en las cárceles del distrito de Barranquilla,
jores oportunidades en la vida. Ésta no debe fal-
tar en las cárceles, y debe tener un plan educativo
acorde a la situación de estar en prisión; sin em- Código Penitenciario y Carcelario, Ley 65 de 1993, artí-
bargo, cuando no se cuentan con los instrumentos culo 142
pedagógicos y dinámicos esta finalidad no puede
ser llevada a cabo de manera efectiva y, por lo tan-
to, los resultados obtenidos no demuestran el cam- Jacquin R. (1993). Cárceles. Revista “Compromiso”, año
1995, Edición no. 2
bio pretendido.

Si bien es cierto que en las cárceles se han desarro-


llado talleres y programas que les permitan a las
internas tener un desenvolvimiento económico una
vez hayan finalizado su pena, no menos cierto es
que estos talleres resultan deficientes por la falta
de recursos asignados a las reclusiones para el de-
sarrollo de los planes, programas y proyectos que
impulsan el sistema progresivo.

La alta tasa de reincidencia delincuencial registra-


da en Barranquilla evidencia el mal manejo de los
procesos de resocialización desarrollados en la cár-
cel; situación que pone de manifiesto que aún se
sigue la idea clásica de que la función primordial de
las cárceles es imponer un castigo que retribuya el
daño causado; es decir, una función simplemente
sancionatoria en donde poco importa el bienestar
del recluso.

Si el sistema penitenciario no le ofrece al condena-


do una opción de cambio por medio de un trata-
miento adecuado, los establecimientos carcelarios
se convierten en humillantes depósitos de perso-
nas y en un aparato reproductor de delincuencia y
perfeccionamiento del delito.

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