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Psicologico

Estados Unidos
psicología del deporte
El experto en temas relacionados a las actividades deportivas y psicología pionero en los Estados
Unidos, fue C. Griffith. Este personaje fue el fundador del primer Laboratorio de Psicología del
Deporte en la Universidad de Illinois. En donde tuvo el cargo de director.

Este laboratorio se vio constituido por varios sectores, entre los más resaltantes que se relacionan
a la investigación de sectores psicológicos y deportivos. En donde se relacionaban estas
actividades con la educación filosófica y otras áreas de la psicología. Algunas que las
investigaciones son:

Destrezas motrices
Educación deportiva
Desempeño físico
Cuando inicia la segunda guerra mundial en los Estados Unidos se impulsa el crecimiento de los
estudios relacionados a las destrezas motores. Las investigaciones efectuadas debido a la situación
que vivía el país tuvieron que adaptar los métodos a las fuerzas armadas.

En donde se desenvuelven con entrenamientos que colaboran con un mejor desenvolvimiento en


la guerra. Tomando en cuenta habilidades relacionadas a las actividades motoras.

Al iniciar la segunda guerra mundial resaltan los investigadores soviéticos de la psicología más
resaltantes de la época. A Peter Puni y Alexander Rudik. Los cuales efectuaron estudios
relacionados a la psicología y el deporte y su desempeño en las competiciones.

Gracias a estas investigaciones, fue considerada e impuesta como una disciplina en la Unión
Soviética. Que dio un precedente para otros países. La culminación de la segunda guerra mundial.
Trajo consigo el inicio de preparación de la psicología deportiva en los Estados Unidos. Con el
objetivo de instar a los deportistas a tener mayor espíritu deportivo. Se desarrollaron métodos
que colaboraban con los instructores deportivos del este.

2.Europa -España
psicología del deporte
En países como España la psicología relacionada a las actividades deportivas. Comenzó a resaltar
gracias a expertos como José María Cagigal, el pedagogo Josep Roig Ibáñez y el psiquiatra Josep
Ferrer Hombravella. Acompañados del Centro especialista en Medicina Deportiva de Barcelona.

La década de los 60 se crea el primer laboratorio encargado en la psicología y deporte, gracias a


Roig Ibáñez. En donde se procede a ejecutar pruebas relacionadas a las teorías que se comienzan a
investigar.
En Roma se realiza el primer congreso de psicología deportiva, en el año 1965. Es gracias a ello que
se instituye la disciplina de psicología deportiva a nivel mundial, luego de este acontecimiento. Es
en el evento efectuado en Roma en donde se concentran diversidad de profesionales relacionados
a esta actividad física y la psicología.
Posterior a el desarrollo de nuevos metodos deportivos se crea la Sociedad Internacional de la
Psicología Deportiva. En los años 70, debido a las investigaciones constantes. Resaltan las teorías
de circuito cerrado efectuada por Adams en el año 1971. También la denominada esquema
realizada por Schmidt en el año 1975.

Gracias a los constantes nuevos estudios en los años 70, se inician con nuevos métodos en el
aprendizaje motor. Desarrolla métodos que efectúan procesos centrados en la labor motriz
básica. Se realizan procedimientos mentales y neutrales, capaces de determinar los movimientos
de una persona. Se efectúan con gran cantidad de investigaciones que confirmar las teorías
propuestas.
3.Inicios de la psicología del deporte en México: Décadas de los sesenta y setenta.
Las primeras aproximaciones en psicología del deporte, tal como lo señala Morán y Rodríguez
(2009) tienen sus orígenes en el ámbito aplicado, más desde una perspectiva de la psicología
general que propiamente como psicología aplicada al deporte. Específicamente es dentro del
fútbol profesional donde se dan las primeras intervenciones de carácter psicológico. Isidro Galván
en los años sesenta trabajo con el equipo de Cruz Azul de primera división y posteriormente
participó como encargado de la atención psicológica de la selección mexicana de fútbol que
represento a México en las Olimpiadas del 68. Este trabajo tal como lo refleja algunos artículos
que hablan de la experiencia de los jugadores, no fue del todo comprendido por parte de los
seleccionados nacionales ni los medios de comunicación, llegándose a calificar por algunos
jugadores como innecesario y poco beneficioso.

Hacia la formación y la difusión de la Psicología del Deporte (finales de los años setenta y época de
los ochenta).
Los esfuerzos iniciados a nivel de cancha llega a las aulas cuando en el Dr. Rivas imparte por
primera vez el módulo de “Psicología Aplicada al Fútbol” dentro del Centro de Capacitación
(CECAP) de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) a finales de los años setenta, espacio que ha
logrado trascender hasta nuestros días, como parte del proceso de formación de los Directores
Técnicos del país. Las Instituciones de Educación Superior comienzan a su vez propuestas de
difusión y formación. En 1978, la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, organiza el I Simposium Internacional de Psicología del Deporte, el cual cuenta con la
participación de destacados psicólogos de Estados Unidos como Richard Suinn, Andrew W. Meyers
y Ronald M. Bale, constituyéndose como el primer evento académico en el país de calidad
internacional en el ámbito de la Psicología del Deporte. Por su parte, a principios de los años
ochenta la Facultad de Psicología de la UNAM, organiza el coloquio titulado “Psicología Aplicada al
Deporte” donde intervienen organismos gubernamentales como la Comisión Nacional de Cultura
Física y Deporte (CONADE), el Instituto Mexicano del Seguro Social, (IMSS), la Escuela Superior de
Educación Física y promoción Deportiva del Distrito Federal.

Desarrollo y expansión de la Psicología del Deporte en México: Década de los noventa.


La década de los noventa está marcada por una serie de acontecimientos que fueron significativos
para el desarrollo de la psicología del deporte en el país. Los pobres resultados deportivos
obtenidos por las delegaciones olímpicas mexicanas llevaron al gobierno mexicano a crear en 1988
la Comisión Nacional del Deporte (CONADE) actual Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte,
como organismo rector del deporte a nivel nacional. Con una partida presupuestaria importante,
en 1990 se crea la Dirección de Medicina y Ciencias Aplicadas de la CONADE, la cual se convierte
en un espacio valiosísimo para la incursión de psicólogos del deporte en el ámbito del alto
rendimiento. Con la coordinación de la psicóloga Cristina Fink se instituye el departamento de
Psicología del Deporte y se integra el primer grupo de psicólogos deportivos que trabajan de
manera directa con las selecciones nacionales para el ciclo olímpico de Barcelona ´92, entre los
que se encontraban Jorge García, Carlos Morán, Jesús Oliva y Miguel Ángel Santibáñez.

Motivación.
La motivación es una variable psicológica de suma importancia en el desarrollo de cada persona ya
que esta puede definir de inmediato el comportamiento, desarrollo y éxito de una persona,
así como, el fracaso, problemas o consecuencias negativas, en este caso daremos a conocer un
caso de abandono de actividad física en el cual es sujeto posteriormente tuvo regreso a esta, en
ese regreso en precisamente en donde vamos a relacionar el abandono y el regreso a la actividad
física con la motivación intrínseca y extrínseca
La motivación intrínseca.

De manera sencilla se ha definido como la conducta que se lleva a cabo de manera frecuente y sin
ningún tipo de contingencia externa. El propio incentivo es intrínseco a la actividad misma, es
decir, es la realización de la conducta en sí misma lo que nos mueve, los motivos que conducen a
la activación de este patrón conductual son inherentes a nuestra persona sin necesidad de
estímulos externos. De ahí que este tipo de comportamiento se considere intrínseco a las
motivaciones personales de cada uno. Por ejemplo: cuando ponemos en práctica un hobby,
cuando realizamos una actividad por el hecho de superarnos a nosotras mismas. Por lo general
suele verse de forma más fácil en la motivación deportiva y también cuando tenemos una
motivación personal sobre un proyecto nuestro que tiene mucho valor para nosotros aunque de
cara a los demás pueda carecer de un sentido práctico. Seguramente te has encontrado con
alguna película en la que había un momento emotivo en el cual la motivación deportiva y la
motivación personal estaban a flote en mitad de un discurso que inspiraba al equipo a ganar en el
último segundo apelando a este tipo de deseos personales de cada jugador.

La motivación extrínseca.

Son aquellas actividades en las cuales los motivos que impulsan la acción son ajenos a la misma, es
decir, están determinados por las contingencias externas. Esto se refiere a incentivos o
reforzadores negativos o positivos externos al propio sujeto y actividad. Por ejemplo: es muy
frecuente que se de una motivación en el trabajo que sea extrínseca basada en conseguir
determinados objetivos. Si se logra satisfacer las expectativas en el trabajo entonces se logra un
premio de recompensa. Generalmente es el propio salario del trabajo la principal motivación
laboral que existe cuando hacemos algo a cambio de un bien material. Cuando el premio es
extrínseco en lugar de intrínseco el rendimiento disminuye. En las últimas décadas, se está
empezando a valorar otro tipo de incentivos que no sean económicos tales como descansos,
reconocimiento que busca alentar al trabajador con frases motivadoras y resaltando sus puntos
fuertes, aunque se mantiene el factor material con mucha diferencia como gran incentivo.

Problema.
El problema a tratar en este trabajo es la situación de un joven deportista que empezó muy bien
sus actividades físicas, con el paso del tiempo empezó a subir de categoría de acuerdo a su edad,
pero al llegar a la categoría juvenil le toca un cambio de entrenador, es aquí donde comienza un
tipo de cambio en el, ya que en una breve platica con el joven, asegura que la manera de hablarle
del entrenador no es la correcta, por lo cual el joven tuvo un abandono en el equipo y asi mismo a
la práctica de actividad física.

Socio afectivo
1.Fomentar la educación socioafectiva desde la Escuela sigue siendo un reto. Cada vez adquiere
más fuerza la idea de que la Escuela y la Administración han de incluir las habilidades emocionales
de forma explícita en el sistema escolar, cobrando más importancia el papel que desempeñan los
educadores en el proceso educativo (FERNÁNDEZ BERROCAL &EXTREMERA,2002;EXTREMERA
&FERNÁNDEZBERROCAL, 2002). Es innegable que la educación de la afectividad tiene interés para
ayudar a conseguirla madurez emocional, la responsabilidad y las virtudes personales y sociales. Si
bien es cierto que como postula Hernández (2005: 7), “educar, además de ser una de las
ingenierías más difíciles, es fundamentalmente un proyecto de valores”. La pertinencia de esta
idea está claramente justificada en nuestro momento histórico: en un mundo cambiante,
complejo y desafiante, en que debemos enfrentarnos a situaciones, problemas y retos muy
diferentes, a los que se deben dar respuestas adecuadas que conduzcan hacia el bienestar
personal, a la vez que contribuyan a la mejora de nuestra sociedad. Es evidente que existe un
estrecho vínculo entre educación y sociedad. La pregunta es ¿nuestra Escuela está adaptándose a
las necesidades del mundo y de la vida?, ¿se usan los conocimientos para aplicar educación
socioafectiva en la Escuela? Al hablar de educación socioafectiva hemos de referirnos tanto al
proceso de enseñar como a los modos por los que se adquiere dicha educación. En primer lugar,
nos referiremos al significado primero de enseñar(poner algo in signo), que es indicar, mostrar,
poner de manifiesto aquello que no resulta patente o claro de entrada. En tal sentido el profesor
enseña, es decir, muestra, hace patente al alumno aquellos saberes para que se los apropie. Cabe
señalar que los maestros han de educar en sentido amplio. Lo hacen necesariamente dado que
siempre se influye: sólo por el mero hecho de estar físicamente –o no estar– influyen. En este
sentido, no se concibe la enseñanza sin la participación de las emociones. Éste es el motivo por el
cual la educación socioafectiva es el alma motriz en la Escuela Fernández Berrocal & Extremera
hacen hincapié en que “enseñar y aprender son actividades inevitablemente emocionales por
naturaleza”. Por consiguiente, “enseñar es un acto emocional por acción o por omisión, por diseño
o por defecto” (FERNÁNDEZ BERROCAL &EXTREMERA, 2003: 497). Sin olvidar que un factor muy
importante a la hora de influir en las actitudes y en los hábitos de los alumnos es la personalidad
del profesor. Tal como apuntaba Claxton (1987: 220): “sea lo que sea lo que se enseñe, se enseña
la propia personalidad”
2. Si miramos a nuestro entorno, nos encontramos con que las dimensiones emocionales son
educables. La Escuela, sin embargo, no cumple aún las exigencias para una educación
socioafectiva porque tradicionalmente ha primado el conocimiento por encima de las emociones,
sin tener en cuenta que ambos aspectos no se pueden desvincular. La dimensión afectivo–
emocional debe ser planteada como eje vertebrador del desarrollo integral de las personas. Este
es un punto que demanda una urgente profundización y que, como ya hemos destacado antes,
tiene una ambigua proyección del deporte en el momento actual. De todos modos, como
subrayan Darder (2000), Bach & Darder (2002) y Bisquerra (2000, 2005), se necesita un
entrenamiento y una formación continuada de los maestros. Por ello, los profesores,
especialmente desde su formación inicial, han de ser considerados como objetivo especial de
atención. Como ya hemos apuntado en otras ocasiones (TERUEL, 2000, 2001; FERNÁNDEZ
&TERUEL, 2005), dentro de los contenidos curriculares, junto con los conceptos y los
procedimientos están las actitudes, que son una dimensión capital para el desarrollo de los valores
y de las emociones de la propia personalidad

Segun (GARDNER 2000: 89). A partir de los seis o siete años, los chicos están en condiciones de
comenzar a integrar equipos deportivos
En los que se los orientará al trabajo conjunto, la cooperación, la participación activa y la sana
competencia. Antes de ello, se iniciarán en el juego y el conocimiento de las reglas de los deportes
individuales o grupales pero estarán aún en etapa de exploración a través de estrategias lúdicas de
inserción.
Los deportes grupales facilitan el desarrollo de habilidades sociales y asertividad (la capacidad para
obtener aquello que se quiere y necesita, sin atentar contra las necesidades de los otros) porque
suponen trabajo conjunto y colaboración en pos de una meta.
En los deportes de equipo el chico necesita aprender a participar respetando turnos, alternando
los espacios de participación con sus compañeros, adecuándose a las reglas impuestas por la
actividad y siguiendo instrucciones dadas por el líder (el entrenador). Todas esas conductas
suponen habilidades sociales que sostienen la interacción de una persona en un grupo. Y son
ensayadas y ejercitadas en cada entrenamiento y en cada partido.
Por otra parte, todos los deportes de equipo exigen al jugador el desarrollo del hábito de leer la
cancha. Leer la cancha supone poder anticipar el juego de los otros para integrarlo al propio
haciéndolo más efectivo. Ello supone la estimulación directa de una capacidad natural que
tenemos los seres humanos y base fundacional de muchas habilidades sociales: la teoría de la
mente. La teoría de la mente es la capacidad de hacer predicciones acerca de lo que otras
personas piensan y harán en consecuencia. En la cancha, la teoría de la mente, funciona
prácticamente en modo automático, llegando poco a la conciencia pero en estado activo,
permitiendo predecir movimientos e intenciones ajenas. En la vida diaria, ser más o menos
habilidoso desde el punto de vista de la teoría de la mente puede, muchas veces, marcar la
diferencia.
Hacia la adolescencia, el deporte es una de las variables que protege a los chicos del consumo de
sustancias y las conductas adictivas.
Sin duda, orientar a los niños a la práctica del deporte y acompañarlos en la experiencia, es una
más entre tantas variables que, sostenidas por los padres con conciencia, estimulan el desarrollo
sano.
Cognitiva
1.En esta línea, Seirul-lo (1996), ha planteado que según la estructura clásica de entrenamiento,
las capacidades cognitivas se refieren a la “táctica”, las capacidades coordinativas se refieren a la
“técnica” y las capacidades condicionales se refieren a la “condición física”. Por lo que los
entrenadores deben crear “situaciones”de entrenamientos “simuladoras”“preferenciales” (hacia
una determinada capacidad mediante la interacción de todas las estructuras). Así es que se han de
fijar unas determinadas condiciones de trabajo que aseguren una acción diferenciada sobre algún
sistema funcional orgánico (sustrato condicional); concretar el tipo de tareas motrices por realizar,
que potencien las capacidades coordinativas soporte de la técnica específica del deportista
(coordinativo) y proponer información relevante que hay que procesar (implicar estructuras
cognitivas).

Se puede observar que es necesario tener en cuenta el desarrollo de los distintos tipos de
capacidades condicionales y coordinativas, para que sean aplicados de manera eficaz a las diversas
situaciones de juego que exigen los deportes de situación, como el fútbol, el básquetbol, o el tenis.
Nosotros consideramos, en coincidencia con Vizuete (2004) y Seirul-lo (2005), que al desarrollo de
capacidades condicionales orientado al entrenamiento cognitivo, se debe sumar el trabajo de las
capacidades coordinativas, pudiendo obtener de esta manera un desarrollo integral de las
capacidades cognitivas, ofreciéndole al deportista un amplio abanico de posibilidades para ofrecer
respuestas óptimas ante las distintas y variadas situaciones de los deportes abiertos. Así es que se
favorecería un desarrollo integral de la agilidad deportiva en este tipo de modalidades deportivas.
2.El profesor de Educación Física de Córdoba Mario Di Santo, uno de los pioneros en la región,
sostiene que la estimulación cerebral no es sólo para aumentar el rendimiento, sino también para
mejorar la postura, prevenir lesiones y corregir falencias técnicas.
“Entendemos que el sistema nervioso no es patrimonio exclusivo de psiquiatras o psicólogos. Los
profesores de educación física podemos estudiar el cerebro y extraer consecuencias prácticas para
mejorar funciones cognitivas llevadas el plano del rendimiento deportivo”, dice Di Santo, quien se
desempeña en el alto rendimiento con jugadores de Talleres y de Atenas, además de decenas de
deportistas de otras disciplinas.

“La capacidad cognitiva es ‘entrenable’ –afirma–. El deportista muy rápidamente adquiere,


perfecciona y estabiliza. Su cerebro podría entrar en una suerte de zona de confort a menos que
haya un permanente desafío de variabilidad y de nuevos aprendizajes, nuevos retos motores. No
podemos entrenar más fácil y menos complejo que lo que realmente sucede en el campo de
juego. Los jugadores de fútbol, rugby o básquet, tienen que saltar, girar, correr, resolver con la
presión del tiempo, con factores emocionales, con dolores y lesiones. Por eso, nunca el ámbito del
entrenamiento puede ser más fácil”.

Según el profesional, mediante ejercicios, un deportista puede aumentar la capacidad de su


cerebro. “Mejorar depende de las condiciones genéticas y de las estimulaciones tempranas que
haya habido su vida. Si bien todos venimos condicionados, la ‘entrenabilidad’ es significativa. El
juego mismo la desarrolla”, apunta.

3. El biólogo Estanislao Bachrach reconocido tanto por sus libros como por sus conferencias,
sostiene que, antes que cualquier cualidad atlética, es el cerebro el que le posibilita a una persona
patear una pelota o golpearla con una raqueta.

“Utilizamos neuronas. La mente no es el cerebro. El cerebro son neuronas y cables. Se puede tocar
y medir. Es materia. En cambio, la mente no es materia, no se puede tocar. Son pensamientos y
emociones. ¿Dónde está la mente? En el cerebro. No sentimos porque tenemos corazón, sino
porque tenemos cerebro”, dice en una de sus charlas más populares en YouTube.

Para el profesional, decirle a un jugador “no podés hacerlo” es limitarlo para siempre. “Cuando a
tu cerebro le decís ‘no lo hagas’, es la frase más feliz que puede escuchar porque no tiene que
esforzarse. Si creés que no tenés el talento, el cerebro no te va a ayudar. El jugador profesional se
la cree en el buen sentido. Quiere probar, intentar. Piensa: ‘¿por qué a él le sale en dos
entrenamientos y a mí no?’. Si el entrenador lo limita, chau, murió. Debe estimularlo a creer que
puede”, agrega.

Según Bachrach, el impedimento de cualquier deportista de realizar una acción no es una cuestión
técnica, sino cerebral. “El cerebro decide qué podes y qué no. Después viene el talento. ¿Qué es el
talento? Aquello que la ciencia no puede explicar”, dice.
Jugadores inteligentes

Diego Maradona o el propio Lionel Messi calzan como un guante en el modelo de jugador
“inteligente” por naturaleza. Di Santo ensaya una explicación sobre el talento del crack surgido en
Villa Fiorito. “Es un caso fantástico. Probablemente, a Diego lo ayudó una estimulación en
condiciones adversas en edades tempranas. Quizás, quedarse jugando al fútbol sin luz diurna y
esquivando pozos le permitió desarrollarse más. Pero no son los únicos factores que
contribuyeron a que el producto final sea el de la excelencia de Diego Maradona. Por eso digo que
si un nene va a una escuelita de fútbol y alguien decide por él inhibe su toma de decisiones. En el
potrero pasa lo contrario”, cierra.
Valores
1.Los deportistas de élite son iconos y modelos de éxito, envidiados e imitados por muchos,
alcanzan una gran notoriedad y son atentamente seguidos en los medios sociales. Hace unos días
este diario presentaba los resultados de un estudio de la Fundación BBVA según el cual la mitad de
los españoles es incapaz de citar el nombre de un solo científico. Por el contrario, el conocimiento
sobre deportistas de élite españoles era muy amplio. Además del éxito, los valores del deporte
permiten superar las dificultades. Buena prueba de ello es el impacto positivo que el deporte tiene
sobre las personas con algún tipo de discapacidad. Los Juegos Paralímpicos y los Special Olympics
son dos claros ejemplos de cómo el deporte contribuye a la integración de estas personas en la
sociedad. Sin embargo, los beneficios de la práctica deportiva se han revelado también un vehículo
para la transformación social.

En el 2004 la empresa Danone, en colaboración con la Asociación de Deportistas para una Infancia
Mejor (Addim), decidió poner en marcha las Escuelas Deportivas Danone, un programa social que
a través de la práctica del fútbol y con el apoyo de padrinos como Vicente del Bosque, Pep
Guardiola, Quini, Granero y Fernando Hierro, entre otros, ha conseguido tras ocho años de
funcionamiento mejorar hábitos, comportamientos y el rendimiento escolar de niños con edades
comprendidas entre los 6 y los 12 años. Las diecisiete Escuelas Deportivas Danone están ubicadas
en centros escolares de barrios con necesidades socioeconómicas especiales de las principales
provincias del territorio.

El programa cuenta con cuatro pilares: entrenamiento deportivo –dos veces por semana–, clases
de apoyo escolar y clases de educación en valores –ambas una vez por semana– y competición.
Cada escuela cuenta con un padrino, futbolista o exfutbolista de élite, que de forma voluntaria
visita periódicamente a los niños y comparte con ellos su tiempo. En estas escuelas se transmiten
dos principios: por un lado, para ser buen deportista hay que ser primero buena persona y buen
estudiante. Y por otro, las buenas notas y el buen comportamiento son condiciones para poder
jugar al fútbol.

Tras ocho años de funcionamiento, el programa se ha convertido en una alternativa de ocio


positivo para más de 5.000 niños y niñas y se ha podido constatar que la práctica deportiva ha
contribuido a que estos niños y niñas sean mejores estudian- tes, mejores deportistas y más sanos
y mejores ciudadanos.

A través de un seguimiento trimestral y el posterior estudio de impacto realizado por Esade se ha


observado una mejora en el rendimiento académico y en la asimilación de hábitos y
comportamientos relacionados con la higiene, la alimentación, el civismo, la relación con otros
compañeros y con sus familiares. El rendimiento académico ha mejorado gracias al refuerzo en
lectura comprensiva y al estímulo de poder participar en las competiciones deportivas. Los
alumnos que afirman mejorar las notas alcanzan casi el 40%.

La adquisición de hábitos y comportamientos positivos también se ha constatado en múltiples


aspectos: en una alimentación más equilibrada; en la relación con los compañeros y rivales, dado
que el deporte deja de ser una simple competición y pasa a ser un juego de equipo, trascendiendo
esta cooperación más allá del ámbito deportivo y reflejándose en el comportamiento de los
alumnos con sus monitores, tutores y padres (el 40% dice que se pelea menos), y en el propio
éxito deportivo. Algunos de los niños que han finalizado su actividad en estas escuelas han
continuado jugando a fútbol en categorías inferiores de equipos de primera fila; el programa ha
trascendido al ámbito familiar y al entorno de la escuela, integrando a las familias y a los centros
escolares, rompiendo barreras culturales y sociales.

En definitiva, se ha demostrado que la práctica deportiva contribuye a mejorar las actitudes y


comportamientos de los niños y niñas de las Escuelas Deportivas Danone porque les exige en
primer lugar un desarrollo personal basado en el esfuerzo, el compromiso, la perseverancia y la
disciplina y, además, les proporciona un estímulo para mejorar las notas al apoyarse en elementos
emocionales como los padrinos y la participación en las competiciones deportivas.

MANUEL ALFARO E ISMAEL VALLÈS Observatorio para el Estudio del Comportamiento, Sociedad y
Consumo de Esade (URL)

2.La Clave
Fue Aristóteles quien dejó escrito que los hábitos buenos adquiridos en la juventud son los que
marcan la diferencia. Es necesario un deporte bien enfocado donde se destaque el sacrificio, el
trabajo, el espíritu de superación, la búsqueda de soluciones, la aceptación de unas reglas, el
respeto, el acato de la autoridad, el sentimiento de formar parte de un equipo (bueno para la
integración) y el aprendizaje de aceptar la derrota, el fracaso…

Hemos de tener muy claro que es falso aquello que comentan algunos padres: “Mientras mi hijo
practique deporte estoy tranquilo porque está haciendo algo sano”. Hemos de ser conscientes de
la naturaleza ambivalente del deporte. La práctica deportiva puede ser fuente de educación, de
salud, de integración, pero puede ser también motivo de ignorancia, enfermedad, violencia y
exclusión. Desgraciadamente, la mayor parte de los niños que practican un deporte están dirigidos
por personas que no saben absolutamente nada de todo esto. Sin embargo, esos niños están
perdiendo la mejor oportunidad de su vida de aprender algo esencial en su formación integral.

Un proyecto de formación en valores a través del deporte significa, por parte de las personas que
intervienen, una dedicación de tiempo y de esfuerzo considerable. ¿Estamos dispuestos realmente
a entregarla? Nuestros deportistas profesionales, en muchas ocasiones, no son un modelo
deportivo ni profesional para los jóvenes, sino todo lo contrario, y eso hace mucho daño. No
podemos permitir que el mal ejemplo sea el espejo donde se miren nuestros jóvenes deportistas.

¿Es el deporte una herramienta interesante para conseguir valores? Por supuesto que sí. Es más,
diría que es un medio educativo extraordinario para la formación de nuestros hijos que en muchas
ocasiones echamos a perder. Fundamentalmente, el problema está en no darse cuenta de que el
deporte tiene una finalidad como juego que es ganar, pero que si se pone como único fin estamos
perdidos, porque la competición deportiva se convierte en un campo difícil al buscar derrotar al
otro como sea. Si es un medio para seguir mejorando, entonces, si se pierde no pasa
absolutamente nada porque esa derrota nos lleva a reconocer nuestros fallos para seguir
mejorando. Estamos hablando ya de valores: humildad, espíritu de superación, esfuerzo, respeto...
El deporte como tal no educa en valores, todo depende de la utilización que se hace de él.

PEDRO MARCET Director pedagógico de la Fundación Marcet

Gutiérrez (1995) distingue entre los valores sociales y los personales y dentro de ellos agrupa los
valores que pueden desarrollarse en y a través del deporte.
Una vez planteados los valores que pueden trabajarse con la práctica deportiva, llega el momento
de hablar sobre cómo tiene que ser el deporte para incidir positivamente en la educación en
valores de las personas.
Para educar en valores, el deporte debe plantearse de forma que permita:
Fomentar el autoconocimiento y mejorar el autoconcepto.
Potenciar el diálogo como la mejor manera de solucionar los conflictos que se presenten.
La participación de todos y todas en el análisis, la toma de decisiones y, en general, el
funcionamiento del grupo.
Potenciar la autonomía personal de los individuos implicados en los diferentes niveles de
intervención.
Aprovechar el fracaso como elemento educativo.
El respeto y la aceptación de las diferencias individuales.
Potenciar la actividad deportiva como un escenario de aprendizaje de conductas y hábitos
coherentes con los planteamientos aceptados por el grupo.
Aprovechar las situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales encaminadas a favorecer
la convivencia, no sólo entre los miembros del grupo, sino entre ellos y otras personas y colectivos
implicados.
El juego y el deporte, son las formas más comunes de entender la Educación Física en nuestra
sociedad. Por ello debe aprovecharse como elemento motivador potenciando actitudes y valores
positivos.
En la etapa de Educación Primaria debe favorecerse el desarrollo partiendo de las habilidades
básicas hacia las específicas, necesarias para una práctica deportiva adaptada, al final de la etapa.
En la práctica de Educación Física debemos tener en cuenta lo siguiente:
En los diferentes juegos y actividades predeportivas o deportivas, será de interés tratar la
aceptación del nivel de destreza y el reconocimiento de las propias limitaciones.
Se debe enfocar el deporte con fin educativo. Si se insiste sobre la técnica, el deporte deja de ser
educativo.
Para la aplicación del deporte se deben tener en cuenta las etapas evolutivas, es decir, la
psicología evolutiva.
Una progresión técnica o táctica puede servir para el conocimiento del propio cuerpo, lo cual es
educativo.
En el deporte se deben potenciar las cualidades y aptitudes del individuo.
Dar más valor al proceso que al producto.
Deberíamos mantener una visión humanista del deporte, donde lo que tenga valor sea la persona,
sus intereses y sus necesidades y donde todo el resto quede subordinado a esta premisa.
Nutrición

1.La masa corporal determina el costo energético total de la carrera a pie, mientras que la grasa
corporal significa un peso muerto que se debe transportar a lo largo del camino. Un bajo nivel de
peso y grasa corporal ayuda a la economía del movimiento. Existe evidencia de que los corredores
Elite muestran niveles bajos de grasa en los miembros inferiores (Legan y Easton 2005).
Si bien el tamaño del cuerpo de los corredores de larga distancia es variable, muchos de los
competidores de mas alto nivel tienen cuerpos pequeños y compactos. Se propuso la teoría de
que un cuerpo pequeño ofrece ventajas en cuanto a la regulación de la temperatura corporal en
eventos de larga distancia en condiciones de calor. Se reduce la cantidad total de calor producido
(menor masa corporal) y esto logra que se disipe de manera mas eficiente el calor generado por el
cuerpo (mejor relación superficie-volumen). Teoría propuesta en un laboratorio (Dennis y Noakes,
1999).
2.Los nadadores especialmente los de velocidad, se caracterizan por tener el cuerpo y los brazos
largos, y un gran desarrollo muscular en las piernas y la parte superior del cuerpo. Un estudio
oficial de la antropometría de los nadadores del Campeonato Mundial de Perth, Australia, en
1991, informo que las alturas y masas corporales promedio eran de 171,5 cm y 63,1 kg para las
mujeres y 183,8 cm y 78,4 kg para los hombres (Carter y Ackland, 1994). Existen algunas
diferencias físicas de los nadadores de diferentes estilos; los de distancia y pecho tienden a ser
mas pequeños (menos altura y menor masa corporal) que los especializados en velocidad y
espalda.
La natación es una disciplina con soporte de peso. Aunque los deportistas mueven su propia masa
corporal, están sostenidos por la flotación en el agua, reduciéndose el costo energético asociado
con ese movimiento. Como resultado, aunque los nadadores son mas delgados que sus
contrapartes sedentarias, son mas delgados y presentan en general mayores niveles de grasa
corporal que otros deportistas de resistencia.

Atleta: Anna Santamans, nadadora profesional de Francia. El entorno cultural de la natación ejerce
una presión enorme sobre las mujeres para que sean delgadas.
Los programas de entrenamiento de los nadadores se asocian con un aumento de la masa magra y
una perdida de grasa corporal a lo largo de la temporada (Petersen y cols., 2006). Recientemente,
sin embargo los niveles de grasa típicos de nadadores de elite disminuyeron gradualmente, y el
logro de un bajo nivel de grasa corporal es una de las preocupaciones principales en la natación.
De hecho, un estudio que investigo la correlación entre el desempeño y las características físicas
de un upo de nadadoras informo que la grasa corporal (medida por densitometría) tenia poca
importancia como factor predictor del desempeño en la competencia (Stager y cols., 1984). En
cambio la masa magra, resulto ser un mejor factor de predicción de los resultados. A veces, se
alega que un cierto nivel de grasa es útil para el nadador, ya que mejora la flotabilidad y la
posición del cuerpo en el agua, o brinda superficies corporales mas redondeadas que tienen
mejores características de arrastre que las formas angulares.
3. Las características fisiológicas sobresalientes de los ciclistas de carretera de elite son la alta
capacidad aeróbica y la habilidad de mantener producciones de potencia a una fracción alta de la
capacidad aeróbica (es decir una alta capacidad anaeróbica). Mujica y Padilla (2001) resumen las
características de los ciclistas varones profesionales de equipos de clase mundial, encontrando una
edad promedio de 26 años (rango entre 20-33 años), una altura de 180 cm (160-190 cm), una
masa corporal de 69 kg (53-80 lo ideal), y un VO2max conformar según original de 79 mL-kg-
1*min-1 (70-85 mL-kg-1*min-1 lo ideal).

Atleta: Pauline Ferrand-Prevot. Ciclista profesional francesa, quien parece ser el nuevo rostro del
ciclismo femenino en la modalidad de ruta.
La razón de tal variabilidad es la especialización de los ciclistas de acuerdo con los diferentes retos
que se presentan en carrera (p. ej., especialistas en ascenso de montaña o escaladores, ciclistas de
llano, cilcistas de contrarreloj, velocistas).
A pesar de que todos los ciclistas buscan tener bajos niveles de grasa corporal para mejorar la
relación potencia-peso que se aplica al movimiento en general, la masa comporarl tiene un fecto
distinto y especial en el ciclismo de ascenso ya que es determinante de la resistencia dependiente
de la gravedad. Como resultado, los especialistas en ascenso son mas pequeños y livianos que los
demás.

En el Downhill se sugiere mayor masa magra que se traduce en mayor peso corporal (evitando
niveles excesivos de grasa corporal), esto les permite descender a una velocidad superior.
Los especialistas en pruebas de contrarreloj en llano tienen mayor tamaño corporal y peso que los
demás ciclistas, ya que una mayor masa muscular es capaz de generar mayor potencia, y su menor
superficie corporal en relación al peso mejora la resistencia aerodinámica.
Coordinacion
Tipos de coordinación. Clasificación

Tras realizar un análisis de varias propuestas de autores como Le Boulch (1997), Gutiérrez
(1991), Contreras (1998), Escobar (2004), vamos a concretar una clasificación general sobre la
Coordinación, en función de dos aspectos importantes:

A. En función de si interviene el cuerpo en su totalidad, en la acción motriz o una parte


determinada, podemos observar dos grandes tendencias:

Coordinación Dinámica general: es el buen funcionamiento existente entre el S.N.C. y la


musculatura esquelética en movimiento. Se caracteriza porque hay una gran participación
muscular.

Coordinación Óculo-Segmentaria: es el lazo entre el campo visual y la motricidad fina de cualquier


segmento del cuerpo. Puede ser óculo-manual y óculo-pédica.

B. En función de la relación muscular, bien sea interna o externa, la coordinación puede ser:

Coordinación Intermuscular (externa): referida a la participación adecuada de todos los músculos


que se encuentran involucrados en el movimiento.

Coordinación Intramuscular (interna): es la capacidad del propio músculo para contraerse


eficazmente.

2. Proceso evolutivo de la coordinación


1ª Infancia (0-3 años): Se adquiere la suficiente madurez nerviosa y muscular como para asumir las
tareas de manejo del propio cuerpo. La mayoría de las coordinaciones son globales, aunque ya
comienzan las primeras coordinaciones óculo-manuales al coger objetos. Entre los 18-24 meses, se
aprecia un mayor desarrollo pudiendo abrir y cerrar puertas, ponerse los zapatos, lavarse,
etc. (Trigueros y Rivera, 1991).
Educación Infantil (3-6 años): El repertorio de posibilidades crece con los estímulos que le llegan al
niño. Las acciones coordinadas dependerán de la adquisición de un perfecto esquema corporal y
del conocimiento y control del propio cuerpo. La actitud lúdica propia de estas edades es
protagonista por excelencia de la formación tanto motriz como cognitiva y hacen que las formas
motoras se vayan enriqueciendo y complicando.
Educación Primaria (6-12 años): Se determina el desarrollo del sistema nervioso y, por tanto, los
factores neuro-sensoriales de la coordinación, de ahí que sea la etapa ideal para la adquisición de
experiencias motrices. La mala aptitud de retención motriz en el primer ciclo y parte del
segundo exige en estas edades una profundización del aprendizaje a partir de la repetición de los
ejercicios, contribuyendo de esta manera a la automatización del movimiento. Al final del segundo
ciclo y todo el tercer ciclo, debido al desarrollo sensitivo y cognitivo, se refleja una buena
capacidad perceptiva y de observación. Los ajustes motores son muy eficaces.
Educación Secundaria y Bachillerato (12-18 años): Desde comienzos de la pubertad hasta finales
de la adolescencia, tiene lugar la maduración sexual y un crecimiento general del cuerpo, esto
conllevará un retroceso en la coordinación de los movimientos. Más tarde, la coordinación
mejorará en función de la mejora de las cualidades físicas.
3. Evaluación de la coordinación

Siguiendo a Picq y Vayer (1977), vamos a evaluar la Coordinación general y óculo-segmentaria


basándonos en el Examen Psicomotor que estos autores proponen. Teniendo en cuenta las dos
etapas que distinguen en la evaluación de la psicomotricidad: la 1ª etapa (2 a 6 años) y la 2ª etapa
(6-12 años), algunas de las pruebas que se pueden utilizar, son:

Coordinación Dinámica General

2-6 años:

Con los ojos abiertos recorrer 2 m en línea recta, poniendo alternativamente el talón de un pie
contra la punta del otro.

6-12 años:

Posición de pie, una rodilla flexionada en ángulo recto, brazos a lo largo del cuerpo, impulsar por
el suelo una caja de cerillas durante 5 m.

Salto al aire flexionando las rodillas para tocar los talones por de tras con las manos.

Coordinación óculo-segmentaria

2-6 años:

Seguir un laberinto con una línea continua en 80” con la mano dominante y 85” con la otra.

6-12 años:

Con una pelota de goma, dar a un blanco de 25x25 cm situado a 1,5 m de distancia, con ambas
manos.
Recibir una pelota lanzada desde 3 m con una mano (Alternamos).

Otro instrumento muy utilizado para evaluar la coordinación general el es Test perceptivo-
motor de Survey (citado por Picq y Vayer, 1977). En él se pide al sujeto que camine hacia delante,
atrás, de lado, que salte sobre un pie, sobre el otro... que imite determinados movimientos, etc.

Además de las pruebas ya mencionadas, sería conveniente utilizar más instrumentos para llevar
a cabo una evaluación más exhaustiva de la coordinación óculo-segmentaria, ya que el uso de lápiz
y papel en la escuela ponen de manifiesto la necesidad de una correcta coordinación viso-manual,
especialmente en la escritura. Algunos de esos instrumentos (citados por Mariscal), podrían ser:

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