Sei sulla pagina 1di 24

LA DISCRIMINACION, EN ELCODIGO PENAL VIGENTE, ARTICULO

202 bis.

A la ley sustantiva penal guatemalteca, se Incorporó el artículo 202 bis que configura
el delito de DISCRIMINACIÓN, mediante la nueva reforma al cuerpo legal punitivo,
contenida en el decreto número 57-2002 del legislativo. Y se introduce en el Título
IV De los Delitos contra la libertad y seguridad de la persona, precisamente en su
Capítulo I, referente al rubro de los delitos contra la libertad individual. Esta reforma,
se aprobó con el voto unánime del pleno y de urgencia nacional. Es el inicial
proyecto de la ley, su cobertura sólo tocaba ciertas áreas de este flagelo que azota
a la población guatemalteca, principalmente a los guatemaltecos y guatemaltecas
del área rural es decir a las personas Indígenas. En el entorno de la región de las
Verapaces, se registran hechos discriminatorios en las regiones idiomáticas, étnicas
o relativas a la indumentaria especialmente con mujeres que, constituyen junto a la
cosmovisión quekchí o pocomchí, la identidad de estos pueblos.

La nueva y última reforma al Código Penal, pues, tipifica el delito que se dé por
comisión u omisión. Para la emisión del decreto legislativo número 57-2002, las
diferentes corrientes representadas en el hemiciclo, consensuaron y se dio un
ángulo coyuntural. Pero, nos preguntamos ¿qué fue lo que inspiró al legislativo a
emitir esta normativa?

Veamos su literal: "Se entiende por discriminación, señala:

a) Toda distinción;

b) Toda exclusión;

c) Toda restricción,

d) Toda preferencia. Basada en motivos de: Género, Raza, Etnia, idioma, Edad,
Religión, Situación Económica, Enfermedad, Estado Civil, o cualesquiera otra
circunstancia o motivo, razón que impidiere, o dificultare a una persona o grupo de
personas, el ejercicio de un derecho contiene la reforma al Código Penal que
introduce el delito de discriminación. Pareciera paradójico, pero los indígenas a
quienes supuestamente beneficia la normativa aprobada no la apoyan.

Las razones que se han expuesto, son válidas si se considera que a través de
organizaciones indígenas desde 1995, se viene trabajando una propuesta y que la
ley aprobada tergiversa en gran manera.

Con el mencionado decreto, en su parte considerativa se pretende justificar el


cumplimiento de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación y del Convenio sobre Pueblos Indígenas y legítimamente
establecido, Y aquí está lo establecido y que planteamos en "latu sensu" o en
sentido más amplio de la palabra DISCRIMINACIÓN. Y sobre su comisión u
omisión, configura el nuevo delito que ya echaron a andar los diputados.

Por lo tanto es una ley vigente, desde el momento de su sanción por el poder
ejecutivo. Por tales circunstancias y, en ese orden estricto de ideas, cualquier
guatemalteco, puede accionar al sentirse discriminado. Y quien viole esa norma
punitiva, tendrá dos penas:

Prisión de uno a tres años y Multa que oscila de Q.500.00 a Q. 3,000.00. Así de
claro y sencillo. Y el mismo nuevo artículo señala que la pena se agravará en una
tercera parte, cuando la discriminación se practique por funcionario o empleado
público en el ejercicio de su cargo, o cuando el hecho sea cometido por un particular
en la prestación de un servicio público. Sanción estipula pena de 1 a 3 años de
prisión y multa de Q. 500.00 a Q. 3,000.00.
ARTÍCULOS CONSTITUCIONALES:

Artículo 4.- Libertad e igualdad. En Guatemala todos los seres humanos son libres
e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la mujer, cualquiera que sea su
estado civil, tienen iguales oportunidades y responsabilidades. Ninguna persona
puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad.
Los seres humanos deben guardar conducta fraternal entre sí.

Artículo 5.- Libertad de acción. Toda persona tiene derecho a hacer lo que la ley no
prohíbe; no está obligada a acatar órdenes que no estén basadas en ley y emitidas
conforme a ella. Tampoco podrá ser perseguida ni molestada por sus opiniones o
por actos que no impliquen infracción a la misma.

SECCIÓN TERCERA

COMUNIDADES INDÍGENAS

Artículo 66.- Protección a grupos étnicos. Guatemala está formada por diversos
grupos étnicos entre los que figuran los grupos indígenas de ascendencia maya. El
Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradición es,
formas de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres,
idiomas y dialectos.

Artículo 67.- Protección a las tierras y las cooperativas agrícolas indígenas. Las
tierras de las cooperativas, comunidades indígenas o cualesquiera otras formas de
tenencia comunal o colectiva de propiedad agraria, así como el patrimonio familiar
y vivienda popular, gozarán de protección especial del Estado, asistencia crediticia
y de técnica preferencial, que garanticen su posesión y desarrollo, a fin de asegurar
a todos los habitantes una mejor calidad de vida.

Las comunidades indígenas y otras que tengan tierras que históricamente les
pertenecen y que tradicionalmente han administrado en forma especial, mantendrán
ese sistema.
Artículo 68.- Tierras para comunidades indígenas. Mediante programas especiales
y legislación adecuada, el Estado proveerá de tierras estatales a las comunidades
indígenas que las necesiten para su desarrollo.

Artículo 69.- Traslación de trabajadores y su protección. Las actividades laborales


que impliquen traslación de trabajadores fuera de sus comunidades, serán objeto
de protección y legislación que aseguren las condiciones adecuadas de salud,
seguridad y previsión social que impidan el pago de salarios no ajustados a la ley,
la desintegración de esas comunidades y en general todo trato discriminatorio.

Artículo 70.- Ley específica. Una ley regulará lo relativo a las materias de esta
sección.
Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas
El Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas fue firmado el 31
de marzo de 1995, en México, D. F., y forma parte del Acuerdo de Paz Firme y
Duradera (APFD), el cual concluyó el proceso de negociaciones de paz que duró
alrededor de una década y fue suscrito el 29 de diciembre de 1996 (Procuraduría
de los Derechos Humanos, 2001). De acuerdo con Condore (2007, p. 48), el
Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas es el acuerdo que ha
motivado más reacciones de rechazo –tanto en la sociedad civil y política, como en
las esferas de gobierno–, tal como lo evidencia la negativa de población
guatemalteca a aprobar las propuestas de reformas a la Constitución Política de la
República de Guatemala durante la Consulta Popular de 1999.

La descendencia directa de los mayas contemporáneos de los antiguos mayas. En


el Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas, el Gobierno y la
URNG acordaron reconocer la identidad de los pueblos Maya, Xinca y Garífuna, y
adoptar una serie de medidas para desarraigar la opresión y la discriminación, que
han padecido los pueblos indígenas y les ha negado el pleno ejercicio de sus
derechos y participación política (“Acuerdo sobre identidad”, 1997). En ese sentido,
los firmantes acordaron reconocer:

 La procedencia de los idiomas mayas de una raíz maya común.


 La cosmovisión maya que se basa en la relación armónica de todos los elementos
del universo, en el que el ser humano es sólo un elemento más, la tierra es la
madre que da la vida, y el maíz es un signo sagrado, eje de su cultura.
 El papel de la mujer maya en la transmisión de su cosmovisión.
 La particular vulnerabilidad e indefensión de la mujer indígena frente a la doble
discriminación como mujer y como indígena, con el agravante de una situación
social de particular pobreza y explotación.
 La auto identificación.
 Los derechos culturales de los pueblos indígenas.
A través del Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas, el
Gobierno y la URNG acordaron llevar a cabo las siguientes acciones (“Acuerdo
sobre identidad”, 1997):

 La promoción de la tipificación de la discriminación étnica y del acoso sexual como


delito.
 La creación de la Defensoría de la Mujer Indígena.
 La lucha para la erradicación de la discriminación.
 La construcción de la unidad nacional basada en el respeto y ejercicio de los
derechos políticos, culturales, económicos y espirituales de todos los
guatemaltecos.
 La promoción de una reforma de la Constitución Política de la República que liste
el conjunto de los idiomas existentes en Guatemala que el Estado está
constitucionalmente comprometido en reconocer, respetar y promover.
 La promoción del uso de todos los idiomas indígenas en el sistema educativo, a
fin de permitir que los niños puedan leer y escribir en su propio idioma o en el
idioma que más comúnmente se hable en la comunidad a la que pertenezcan,
promoviendo en particular la educación bilingüe e intercultural.
 La promoción del uso de los idiomas de los pueblos indígenas en la prestación de
los servicios sociales del Estado a nivel comunitario.
 Garantizar el derecho constitucional al uso del traje indígena en todos los ámbitos
de la vida nacional.

Vigencia

El Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas cobró vigencia a


partir de la firma del Acuerdo de paz firme y duradera, según lo estipulado en la
siguiente cláusula: “todos los acuerdos integrados al Acuerdo de Paz Firme y
Duradera cobran formal y total vigencia en el momento de la firma del presente
Acuerdo” (“Acuerdo de paz”, 1997, p. 419).

Según el Perfil de Gobernabilidad de Guatemala (2005, p. 20), la aplicación de este


acuerdo generó un debate en torno al racismo y la discriminación, la Consulta
Popular de 1999, la creación de la Defensoría de la Mujer Indígena en 2004, la
tipificación del delito de discriminación en el Código Penal en 2002, la aprobación
de la Ley de Idiomas Nacionales en 2003 y, entre otras cosas, la instauración de la
Comisión Presidencia contra la Discriminación y el Racismo en 2005. Sin embargo,
dicho documento subraya que estos pasos positivos “distan mucho de revertir una
situación que ofrece grandes retos y cuya transformación requiere tanto de una
voluntad política decidida como de una movilización de la población afectada” (2005,
p. 20).

Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto:

Resarcir a las víctimas está en el centro del Acuerdo entre el Gobierno Nacional y
las FARC-EP. En tal sentido en la Mesa de Conversaciones de La Habana, hemos
discutido y llegado a acuerdos sobre el punto 5 de la Agenda “Víctimas” que incluye
los subpuntos: 1. Derechos humanos de las víctimas y 2. Verdad, tratando de dar
contenidos que satisfagan las reivindicaciones de quienes han sido afectados por la
larga confrontación respecto a cuya solución política hoy, mediante estos nuevos
consensos e importantes medidas y acuerdos de desescalamiento, hemos dado un
paso fundamental de avance para la construcción de la paz estable y duradera y la
finalización de una guerra de más de medio siglo que ha desangrado al país.

El Gobierno Nacional y las FARC-EP, considerando la integralidad que debe


caracterizar el desarrollo de los numerales comprendidos en el punto Víctimas,
iniciamos nuestro análisis del punto asumiendo la “Declaración de principios” del 7
de junio de 2014. Estos principios fueron tenidos en cuenta a lo largo de todo el
trabajo para el desarrollo del Punto 5 – Víctimas, y deberán irradiar su
implementación:

1. El reconocimiento de las víctimas: Es necesario reconocer a todas las


víctimas del conflicto, no solo en su condición de víctimas, sino
también y principalmente, en su condición de ciudadanos con
derechos.
2. 2. El reconocimiento de responsabilidad: Cualquier discusión de este
punto debe partir del reconocimiento de responsabilidad frente a las
víctimas del conflicto. No vamos a intercambiar impunidades.
3. Satisfacción de los derechos de las víctimas: Los derechos de las
víctimas del conflicto no son negociables; se trata de ponernos de
acuerdo acerca de cómo deberán ser satisfechos de la mejor manera
en el marco del fin del conflicto.
4. La participación de las víctimas: La discusión sobre la satisfacción de
los derechos de las víctimas de graves violaciones de derechos
humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario con
ocasión del conflicto, requiere necesariamente de la participación de
las víctimas, por diferentes medios y en diferentes momentos.
5. El esclarecimiento de la verdad: Esclarecer lo sucedido a lo largo del
conflicto, incluyendo sus múltiples causas, orígenes y sus efectos, es
parte fundamental de la satisfacción de los derechos de las víctimas,
y de la sociedad en general. La reconstrucción de la confianza
depende del esclarecimiento pleno y del reconocimiento de la verdad.
6. La reparación de las víctimas: Las víctimas tienen derecho a ser
resarcidas por los daños que sufrieron a causa del conflicto.
Restablecer los derechos de las víctimas y transformar sus
condiciones de vida en el marco del fin del conflicto es parte
fundamental de la construcción de la paz estable y duradera.
7. Las garantías de protección y seguridad: Proteger la vida y la
integridad personal de las víctimas es el primer paso para la
satisfacción de sus demás derechos.
8. La garantía de no repetición: El fin del conflicto y la implementación de
las reformas que surjan del Acuerdo Final, constituyen la principal
garantía de no repetición y la forma de asegurar que no surjan nuevas
generaciones de víctimas. Las medidas que se adopten tanto en el
punto 5 como en los demás puntos de la Agenda deben apuntar a
garantizar la no repetición de manera que ningún colombiano vuelva
a ser puesto en condición de víctima o en riesgo de serlo.
9. Principio de reconciliación: Uno de los objetivos de la satisfacción de
los derechos de las víctimas es la reconciliación de toda la ciudadanía
colombiana para transitar caminos de civilidad y convivencia.
10. Enfoque de derechos: Todos los acuerdos a los que lleguemos sobre
los puntos de la Agenda y en particular sobre el punto 5 “Víctimas”
deben contribuir a la protección y la garantía del goce efectivo de los
derechos de todos y todas. Los derechos humanos son inherentes a
todos los seres humanos por igual, lo que significa que les pertenecen
por el hecho de serlo, y en consecuencia su reconocimiento no es una
concesión, son universales, indivisibles e interdependientes y deben
ser considerados en forma global y de manera justa y equitativa. En
consecuencia, el Estado tiene el deber de promover y proteger todos
los derechos y las libertades fundamentales, y todos los ciudadanos
el deber de no violar los derechos humanos de sus conciudadanos.
Atendiendo los principios de universalidad, igualdad y progresividad y
para efectos de resarcimiento, se tendrán en cuenta las vulneraciones
que en razón del conflicto hubieran tenido los derechos económicos,
sociales y culturales.

Sobre la base de estos principios llegamos a acuerdos centrales sobre: 1. Sistema


Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición; y 2. Compromiso con la
promoción, el respeto y la garantía de los derechos humanos.
Decreto-Ley No. 105-82

30 de noviembre de 1982

EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA,
CONSIDERANDO:
Que la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
en su resolución 2106 A (XX) de fecha 21 de diciembre de 1965, quedó abierta a la
adhesión de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas o de algún
organismo especializado;

CONSIDERANDO:

Que Guatemala es miembro de las Naciones Unidas y la Convención relacionada


en el considerando anterior desarrolla uno de los propósitos de dicha Organización,
cual es el de promover y estimular el respeto universal y efectivo de los derechos
humanos y de las libertades fundamentales de todos, sin distinción de motivos de
raza, sexo, idioma o religión;

CONSIDERANDO:

Que el artículo 23 numeral 1 del Estatuto Fundamental de Gobierno prohibe


cualquier tipo de discriminación que tenga por motivo la raza, el color, el sexo, la
religión, el nacimiento, la posición económica o social o las opiniones políticas,
razones por las cuales es procedente decretar la aprobación de la mencionada
Convención Internacional,
DECRETO 18-71

ACUERDO GUBERNATIVO NÚMERO 143-2014

Guatemala, 14 de abril de 2014


EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO

Que la Constitución Política de la República establece que Guatemala está formada


por diversos grupos étnicos y que todos los seres humanos son libres e iguales en
dignidad y derechos y que es deber del Estado garantizarles la vida, la libertad, la
justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona para la realización
del bien común.
CONSIDERANDO

Que la Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que toda persona tiene
todos los derechos y libertades enunciados en la misma, sin distinción alguna, en
particular por motivos de raza, color u origen nacional y que la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial
establece que los Estados partes condenan la discriminación racial y se
comprometen a seguir, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una
política encaminada a eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a velar
porque todas las autoridades e instituciones públicas, nacionales y locales, actúen
de conformidad con esta obligación, sin permitir que las autoridades ni las
instituciones públicas nacionales o locales promuevan la discriminación racial o
inciten a ella.

CONSIDERANDO

Que la Ley del Organismo Ejecutivo establece que dentro del marco de las
funciones y atribuciones constitucionales y legales de los órganos que lo integran,
compete a este organismo el ejercicio de la función administrativa y la formulación
y ejecución de las políticas de gobierno con las cuales deben coordinarse las
entidades que forman parte de la administración descentralizada.
ACUERDO 461-82

ACUERDO GUBERNATIVO NÚMERO 505-82

Palacio Nacional: Guatemala, 21 de diciembre de 1982,

El Presidente de la República

CONSIDERANDO:

Que por medio del Decreto Ley número 112-82, fueron aprobados, en Consejo de
Ministros, la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera
de la enseñanza y el Protocolo para instituir una Comisión de Conciliación y Buenos
Oficios, facultada para resolver las controversias a que pueda dar lugar la
Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la
enseñanza, adoptados por la Conferencia General de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el 14 de diciembre de
1960 y el 10 de diciembre de 1962, respectivamente;
CONSIDERANDO:

Que la Convención y el Protocolo relacionados en el considerando anterior no


contrarían a las leyes del país, sino antes bien benefician a los intereses nacionales,
razón por la cual es procedente ratificarlos,

Potrebbero piacerti anche