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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS. DEPARTAMENTO DE QUÍMICA

“APRENDA MEJOR CON UN MÉTODO DE ESTUDIO”

Material escrito para estudiantes de primer semestre de la carrera de Química

ELABORADO POR:

ELISEO AVELLA MORENO


Profesor Asistente

Bogotá D. C. II Semestre del 2001


APRENDA MEJOR CON UN MÉTODO DE ESTUDIO

Material escrito para los Estudiantes de Primer Semestre de la Carrera de


Química, Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, por el
Profesor ELISEO AVELLA MORENO.

INTRODUCCIÓN

Asumo que Usted ha decidido voluntariamente ingresar a la Universidad para hacerse un Profesional, capaz de dar su
contribución al desarrollo personal, familiar y comunitario dentro del contexto de la Sociedad Colombiana. Confío que
no ha llegado al ámbito universitario movido apenas por la presión familiar, por el afán de ostentación de un título, por
tener una actividad alternativa, o únicamente por relacionarse con un nuevo grupo de personas y vivir la experiencia
de estar en la “U”.

Con la autoridad que me da haber recorrido ese camino con éxito, afirmo que este es un compromiso muy serio, que
demanda una actitud sistemática, y definitivamente una nueva disciplina. Probablemente perciba estos conceptos
como revaluados por la sociedad actual, que insta a la masificación de criterios y aprueba con facilidad la renuncia al
derecho del disfrute de las libertades individuales, pretextando un nuevo ejercicio de las relaciones humanas (que,
bien pensado, no debería pugnar con el disfrute de aquellas) y presiona sutilmente a permanecer dentro de alguna
línea dominante del comportamiento humano (de alguna mayoría, con razón o sin ella) con mecanismos audaces que
Usted reconocerá fácilmente en la heterogeneidad característica de los primeros semestres en la Universidad, de la
cual Usted ya hace parte. Eso origina un proceso difícil de adaptación al medio, que exige del individuo firmeza de
carácter, claridad en sus objetivos, tenacidad en su esfuerzo e inteligencia en la selección de los contenidos y medios
que ya le instruyen, o ya le dispersan su atención, con igual facilidad, y que pueden acarrearle resultados
desalentadores en el aprendizaje, que constituye, generalmente, el objeto central en los primeros semestres
académicos del estudiante que se dirige hacia un aprovechamiento más productivo de los niveles superiores de la
carrera.

Con lo anterior sólo quiero decir que Usted (y soy enfático en el uso de la tercera persona del singular, porque esta
es una empresa, al igual que el título que recibirá finalmente, netamente personal) debe asignar prioridad a sus
actividades, reservarles un tiempo adecuado y ejecutarlas en él y, definitivamente, adoptar un método de estudio,
como actitud nueva y sistemática para un mejor logro del aprendizaje, para no entrar a conformar la alta cifra de
deserción escolar que es típica en los inicios de carrera por causas predecibles y evitables desde la posición del
estudiante. Hacia este objetivo encamino la serie de recomendaciones incluidas en este escrito, las cuales, espero,
Usted podrá implementar con poco esfuerzo y evaluar su bondad, posteriormente, a través de sus resultados.
“Aprenda mejor con un método de estudio” 1
Eliseo Avella Moreno
Profesor Asistente. Facultad de Ciencias. Departamento de Química. Universidad Nacional de Colombia

EL SITIO DE ESTUDIO

Cuando se ha decidido hacer una sesión de estudio con el objeto de aprender, no sólo de informarse, conviene tener
en cuenta aspectos tales como:

1. El sitio de estudio debe ser exclusivo para ese objeto: adecue un espacio en su casa que esté destinado
únicamente para realizar su sesión de estudio. Al principio, es posible que tenga alguna dificultad en
acostumbrarse a él; pero con el tiempo y el uso reiterado, la sola observación del sitio le instará a estudiar,
debido a que se habrá implantado como hábito. La costumbre de estudiar en cualquier parte de la casa dispersa
la atención y disminuye la motivación para emprender una sesión de estudio.

2. El sitio de estudio debe ser bien aireado: el oxígeno es requerido por el cuerpo para mantener muchas de las
actividades necesarias para el aprendizaje; su carencia en el lugar de estudio, propicia sueño, sensación de
fatiga, desatención y desagrado a la acción en curso.

3. El sitio de estudio debe ser sobrio y ordenado: sin carecer de los elementos mínimos necesarios para la
sesión de estudio (libros, cuadernos, diccionario, calculadora, bolígrafo, lápiz, papel, elementos auxiliares de
dibujo, etc.) debe disponerse en él solamente lo imprescindible de modo tal que siempre esté al alcance de la
memoria y de la mano; lo demás (afiches vistosos, juego s electrónicos, decoraciones abigarradas, elementos
suntuosos con algún efecto emotivo, etc.) sólo contribuyen a distraer la atención y a dificultar la concentración.

4. El sitio de estudio no debe ser muy caliente, ni muy frío: cualquiera de estos dos estímulos hace perder
concentración por atender a la sensación desagradable que originan cuando se dan en exceso.

5. El sitio de estudio no debe ser ruidoso: aún cuando dejar de percibir el ruido o la música altisonante sea un
buen índice de concentración en la lectura, inconscientemente uno sigue oyendo y atendiendo las dos fuentes de
sensaciones (la lectura y el sonido), esto realmente dispersa la atención sin que uno se percate.

6. El sitio de estudio no es un lugar comunitario de la casa: a diferencia del comedor o de la sala este no es el
lugar para la tertulia, para recibir visitas o para consumir alimentos; cualquiera de estas actividades debe
realizarse fuera del sitio de estudio; de otro modo estas se volverán poco a poco un hábito difícil de erradicar que
acabará haciendo de su sesión de estudio un banquete o una hora social muy lejana de su propósito de
aprender.

7. El sitio de estudio no debe ser la antesala del sensacionalismo: las ventanas, miradores o puertas que
permitan interactuar con el exterior del l ugar de estudio no deben dirigir nuestra atención a hechos u objetos que
causen alguna sensación capaz de distraer nuestra atención. En este concepto se incluyen imágenes, olores y
sonidos. Todos hemos notado que en la biblioteca se distraen de su labor más fácilmente quienes se hallan
sentados cerca y hacia las ventanas, en la proximidad de la puerta de entrada o cerca de la ventanilla donde
solicitan los libros.
8. El sitio de estudio debe estar bien iluminado: para las personas diestras (que escriben con la mano derecha)
la luz debe llegar del frente por la parte izquierda superior; mientras que para los zurdos (que escriben con la
mano izquierda) esta debe llegar del frente por la parte derecha superior. En todo caso la intensidad de la luz ha
de ser tal que no fatigue por su brillo ni por su opacicidad y nunca debe reflejarse en la superficie de la página
directamente a los ojos. El exceso de luz fatiga la vista y la escasez de esta causa somnolencia y pereza. A este
respecto da buenos resultados usar bombillas de luz día, las cuales iluminan bien, generan poco calor y causan
menor fatiga.
“Aprenda mejor con un método de estudio” 2
Eliseo Avella Moreno
Profesor Asistente. Facultad de Ciencias. Departamento de Química. Universidad Nacional de Colombia

9. El sitio de estudio debe ser amplio y permitir el respeto de la ergonomía: los espacios estrechos pueden
convertirse en un reto a la creatividad al momento de ser utiliza dos para una sesión de estudio.

La silla y lo que sea que sirva como escritorio ha de ofrecer la comodidad necesaria para permanecer sentado
correctamente (con la espalda en posición recta, apoyada al espaldar de la silla, los pies plenamente soportados
en el piso y las piernas dobladas en ángulo recto, a la altura de las rodillas) y para poder escribir o leer sin
experimentar tensiones o adoptar malas posturas (los brazos deben descansar naturalmente sobre el escritorio
estando doblados, por los codos, formando un ángulo recto o ligeramente menor). No es recomendable usar un
sofá o un diván o cualquier otro asiento cuya condición de comodidad resulte excesiva a punto tal que incite al
sueño o a recostarse más que a mantenerse sentado en él. Por ningún motivo debe usarse una cama o un sofá
cama como asiento para una sesión de estudio (sólo en muy pocas ocasiones la gente sueña el contenido que
debe estudiar para el examen).

En todo caso, el escritorio no debe ser muy alto o muy bajo y de preferencia debe presentar una inclinación de
unos 10 a 15 grados, con el lado más alto lejos del estudiante. Cuando el escritorio no tiene esta inclinación es
aconsejable el uso de un atril portátil para soportar el libro durante la lectura prolongada. La distancia de los ojos
a la página que se lee idealmente ha de estar entre 20 y 25 cm. y la posición del material de lectura ha de ser tal
que no obligue a flexionar el cuello para bajar la cabeza y que no fatigue las vértebras cervicales o induzca
distorsión permanente de la posición de esta u otras regiones de la columna vertebral (escoliosis, lordosis o
sifosis). No hay razón alguna, y de hecho no debe haberla, para que la disposición corporal que se adopte al
estar sentado implique tensiones musculares excesivas. Si nota que le ocurre esto, es hora de darse un
descanso, respirar profundo y relajarse.

EL ESTADO DE ANIMO

Este quizás es uno de los aspectos más importantes al momento de tener una buena sesión de estudio. Cuide de
procurarse el mejor estado de ánimo antes de gastar su tiempo intentando aprender.

1. Cuídese del estrés: esa preocupación persistente, incisiva y agobiante que casi siempre surge de la
acumulación de compromisos no cumplidos a cabalidad, puede llegar a atribular a tal punto que no permite
concentrarse en nada. Generalmente surge por la falta de un orden de prioridades entre las distintas actividades
y por un mal uso o falta de distribución correcta del tiempo. Cuando se ha caído a ese punto, conviene respirar
profundo, establecer prioridades, trivializar un poco lo trascendental, restarle importancia a unos cuantos
elementos del todo que nos preocupa y saber reírse de sí mismo. Si hasta reírse de Usted mismo y trivializarlo
todo, no logran restituir su capacidad de concentración es tiempo de consultar al psicólogo. No intente hacer una
sesión de estudio cuando se halle bajo el influjo del estrés, sólo conseguirá un elemento más para la colección de
aquellos que lo están preocupando, porque tendrá mucha dificultad en concentrarse. Ni se le ocurra que tomar
algún tipo de fármaco le solucionará el problema; muy posiblemente terminará siendo un adicto.

2. Separe la vida sentimental de la intelectual: por mucho que quiera a su compañero o compañera, no le
permita que se convierta en su distracción permanente y consiga no convertirse en ello para la otra persona. Las
estadísticas de deserción escolar podrían tener una buena justificación en la frase: “se quisieron hasta
destruirse”. Mientras le sea posible deje los problemas personales, familiares y sociales al entrar a la Universidad,
no venga con ellos a clase y no los lleve a su sitio de estudio. Tal vez sea de los mayores esfuerzos que se le
pida en estas recomendaciones, quizás le resulte un poco difícil; pero si lo consigue, este control es uno de los
que da mejores resultados. Un consejo: “no espere, de alguien o de algo, tanto, que el no alcanzar lo esperado
pueda desilusionarlo y no se apegue a nada para que no sienta que su pérdida lo entristece o que su posesión lo
halaga, uno y otro estado de ánimo condicionan la libertad, perjudican la atención y son efímeros”.
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3. Consiga concentrarse: haga siempre una sola cosa cada vez; asegúrese que esta sea la prioritaria del
momento. En lo posible olvídese de cualquier otro compromiso o tarea y dedique su esfuerzo únicamente a la
acción actual. Recuerde que “quien a dos patronos sirve a alguno de los dos le falla”.

Para empezar, respire profundo, pregúntese aspectos que le permitan motivarse respecto a la acción que
emprenderá, piense positivamente que la tarea no es una obligación sino una oportunidad de continuar
capacitándose, fije su atención en el objeto de estudio, no en las razones, motivos o circunstancias que
condicionan la sesión de estudio, concédale vacaciones al egoísmo, deje de compararse, deje de envidiar, quite
esa actitud contemplativa, es bien seguro que ese tiempo que gasta en esas distracciones le será muy útil
aprendiendo. Si persiste la dificultad para concentrarse revise si hay algún factor en el medio que cause la
distracción y elimínelo, o intente alguna ayuda, por ejemplo: dibuje líneas en espiral, o círculos o polígonos
concéntricos, de fuera hacia dentro; esto le facilitará concentrarse. Si definitivamente no puede concentrarse,
deseche el intento de sesión de estudio, haga cualquiera otra cosa y vuélvalo a intentar nuevamente. No todos
los momentos del individuo son aptos para iniciar una sesión de estudio.

1. Distribuya correctamente su tiempo: el ejercicio de elaborar y cumplir un horario, además que indica una
organización, ya es una predisposición y aceptación tácita de la ejecución de la acción. En ese sentido la
distribución correcta del tiempo se convierte en un promotor de la atención enfocándola hacia las tareas de mayor
prioridad que uno ha establecido. Si aún no ha distribuido las horas y las actividades correspondientes de cada
día, esta es una invitación a que lo haga y ante todo a que aprenda a cumplirle a su propio horario.
Inconscientemente tendrá una convocatoria a desarrollar la actividad, la cual se activa, de igual manera, en el
momento oportuno evitándole fallar a sus compromisos. Incluya todo tipo de actividad en su horario; sólo excluya
lo que no hará.

2. No inicie una sesión de estudio si tiene hambre, sed, llenura, sueño, frío o cualquier otra indisposición
causada por el medio o por enfermedad: para empezar tendrá en ello una buena coartada para no estudiar.
Atienda siempre a satisfacer estas necesidades; no confíe que podrá postergar acciones como comer, beber,
dormir, abrigarse, curarse o ponerse cómodo sin que estas reclamen su atención durante toda la sesión de
estudio. Con seguridad estas necesidades primarias, serán capaces de distraerlo todo el tiempo que dure la
sesión y de todas maneras, tarde o temprano tendrá que satisfacerlas.

3. No intente proseguir la sesión de estudio cuando note que ha perdido la concentración: el cuerpo indica
cuando necesita un receso y la pérdida de concentración es su mejor indicativo. En ese caso atienda ese
requerimiento, tómese un par de minutos para recrearse (hacer todo aquello distinto a la actividad que estaba
haciendo previamente), observe si ha aparecido algún factor de distracción que implique una pérdida grande de
tiempo, decida entre acatar o eliminar la distracción que reclama su atención y luego retome la sesión. Después
de e sto, generalmente, uno consigue concentrarse fácil y rápidamente. De este modo se pierde menos tiempo
que si caprichosamente se intentara continuar la sesión sin hacer esta interrupción. En esto vale más la calidad
que la cantidad de tiempo invertido. Además recuerde que “no hay personajes distraídos; sino atentos en otra
cosa ”.

Una mala respiración es muchas veces responsable de la falta de concentración por fatiga o somnolencia. Si al
inhalar Usted no llena completamente sus pulmones con el aire seguram ente está admitiendo una carencia
paulatina de oxígeno en sus células (incluidas las del cerebro) y seguramente estas enviarán un mensaje, algo
así como: ¡basta! o ¡no más por favor!, que si no es atendido se hace clamor y finalmente desconcentra.

LOS SUJETOS DE ESTUDIO

Con esta designación quiero referirme a los elementos con los cuales, generalmente, se hace y fundamenta una
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sesión de estudio:

1. Libros: es común encontrar varias ediciones de un mismo título, traducciones desde otros idiomas, versiones
mejoradas y reimpresiones. En todo caso uno debe estar atento a saber en qué libro está o estuvo estudiando y
hacer fichas bibliográficas a fin de poder reproducir el ejercicio sin perder el esfuerzo de la primera búsqueda.
Para ello debe tenerse a mano una libreta de anotaciones que se use exclusivamente para consignar
referencias bibliográficas y citas muy importantes que surjan como resultado de una visión sintética de lo leído
y otra para consignar las referencias recomendadas o citadas en el texto, las cuales conviene consultar
posteriormente. La información contenida en ellas no estará completa si no consigna el nombre del autor o
autores, el año de publicación, el nombre del trabajo o texto, el número de la versión, edición o reimpresión, el
nombre del traductor, el idioma del cual se hizo la traducción y aquel al que se tradujo, la editorial que responde
por la publicación y la página que fue o será consultada.

Por lo común, y con mayor razón cuando el libro objeto de estudio no está escrito en la lengua madre del lector,
conviene disponer de un buen diccionario que ayude a la comprensión del contenido que se estudia y de una
calculadora por si hay que verificar o hacer cálculos.

2. Cuadernos de anotaciones de clase: no son pocas las veces que uno se encuentra sin material apropiado de
estudio por lo especializado del tema visto en clase o por la incorrección en la toma de notas. Resulta muy
preocupante que unas cuantas horas antes del examen uno se percate que no entiende sus propias notas, o que
estas fueron incompletas o no son suficientemente claras, que de todos modos tampoco entiende las que
hicieron los compañeros y que el tema aunque se encuentra en los libros abarca dos o tres capítulos copiosos en
detalles y de difícil lectura. Entonces uno entiende la importancia de tomar notas de clase correctamente. Daré a
continuación algunos consejos al respecto que en su momento me resultaron útiles:

No necesita anotar hasta los suspiros del expositor: basta con saber escuchar e inteligentemente, aprovechar el
buen uso del lenguaje y de la entonación del mismo. Con algo de lógica, el expositor presentará su tema
haciendo una introducción, un desarrollo y algunas conclusiones.

Probablemente en la introducción recurrirá a recordar, aclarar o introducir conceptos elementales que le serán
útiles cuando haga el desarrollo de su tema. En ese momento de la exposición le conviene anotar cada nuevo
concepto a modo de enumeración precedida por alguna observación como: “teniendo en cuenta que:”, “dado
que:”, “sabemos que:”, “por otra parte:”, “según el autor ... :”, “en resumen de lo anterior:”, “considerando:”,
“definiendo”, “habíamos visto”, etc.. Si le resulta imprescindible haga una anotación breve del significado de los
términos más novedosos, conservando la esencia de la definición (puede usar abreviaturas, si está seguro de
entenderlas luego al estudiar).

En el desarrollo del tema es posible que el expositor introduzca:

-. La definición de nuevos términos o temas (los pronunciará con énfasis, dará su definición y probablemente los
dejará consignados en el tablero, si no vienen como parte de la diapositiva o transparencia que exhibe), conviene
anotar los términos y temas y sus definiciones (difícilmente los recordará más tarde y en el peor de los casos no
los h allará fácilmente en ese orden o con esa claridad en los libros).

-. Alguna comparación o estudio de datos numéricos mediante un cuadro, una tabla o una gráfica (la traerá como
recurso para sustentar una afirmación o establecer una conclusión). Anote esa afirmación o conclusión que se
desprende de la comparación o estudio de datos numéricos, posteriormente puede pedirle al expositor la fuente
de donde sacó la información o una copia de la que le ha presentado. No se olvide de consignar claramente: las
variables que estaban en juego, las unidades en las que se expresaban estas variables y los valores notables (los
mínimos y los máximos locales o absolutos) con alguna observación relativa a la tendencia general mostrada por
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los datos (monótona creciente, monótona decreciente, pasa por un máximo, pasa por un mínimo, tiene relación
de proporcionalidad directa con ..., tiene relación de proporcionalidad inversa con..., está acotada hacia..., tiende
a..., los valores cambian de signo, etc.),

-. Una o más ecuaciones o inecuaciones de cuya deducción o resolución no se ocupa en la exposición (la
presentará dentro del contexto de algunas consideraciones previas y para sustentar o demostrar algo). Anote los
antecedentes y consecuentes de la ecuación o inecuación (la razón por la cual se llevó a comentario y la
implicación o significado breve de la ecuación o inecuación), copie la ecuación o inecuación, la definición de las
abreviaturas de todos y cada uno de los términos de ella (puede preceder la definición de las abreviaturas con la
palabra “donde:”) y las unidades de medida en que se expresan los términos de la ecuación o inecuación (usando
las abreviaturas correctas, correspondientes).

-. Una inducción o deducción matemática que explica con detalle (lo hará ordenadamente, de manera clara y
enfática porque lo considera muy importante). Anote las palabras conjuntivas del argumento matemático, desde
el planteamiento del problema hasta el desarrollo y conclusión del mismo (podría usarse argumentos como:
“Sean: ... ”, “dado que:”, “y”, “ó”, “si ...”, “Siempre que”, “se cumple:”, “cuando”, “entonces”, “para todo”, “existe”,
“que pertenece a”) y otros argumentos tales como “teniendo en cuenta que”, “derivando por partes”, “operando
miembro a miembro”, “amplificando por”, simplificando por”, “derivando”, “Integrando”, “sumando las ecuaciones
...”, “despejando ... de la ecuación ... y reemplazando en la ecuación ...”, todas las expresiones matemáticas, los
condicionales que hacen válido el tratamiento (por ejemplo, “en soluciones diluidas”, “a dilución infinita”, “en
soluciones acuosas”, “en reacciones de segundo orden”, etc.) y el significado de toda abreviatura o valor
constante usado en el tratamiento matemático, junto con sus unidades de medida.

-. Un experimento desarrollado en clase (empezará indicando los implementos necesarios, los contenidos o
reactivos, llamará la atención sobre el estado inicial, sobre los estados intermedios y sobre el estado final y
establecerá algún tratamiento teórico para explicar lo sucedido). Anote una descripción detallada del experimento
(no olvide instrumentos, reactivos, circunstancias, cambios observados con referencia a los estados inicial,
intermedios y final) y la justificación teórica que surge como conclusión de la observación. Si tiene tiempo en
clase haga un dibujo que describa el experimento (de todos modos hágalo, aunque sea en su tiempo libre).

-. Algunas referencias bibliográficas. Anótelas y posteriormente consúltelas para perfeccionar su conocimiento del
tema. No deje acumular tantas de ellas sin consultar, esto le causará inseguridad y estrés al momento de
evaluarse.

-. Algunas estructuras químicas o ecuaciones de reacción. Conviene consignarlas con alguna observación al
margen que permita establecer la pertinencia de estas dentro del contexto del tema.

Al final de la exposición presentará sus conclusiones. Conviene emplear estas como una sinopsis del tema
tratado. Puede hacer un diagrama de ideas con base en ellas.

Dedique unos minutos después de clase para hacer una sinopsis (títulos, subtítulos y observaciones especiales,
breves) del tema tratado y para complementarlo con las averiguaciones en los libros.

He aquí un ejemplo:

QUÍMICA ORGÁNICA I. Clase del 19 de Mayo de 1999.

HIDROCARBUROS ALIFÁTICOS: ALCANOS


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1. Fuentes:

1.1 Petróleo: destilación fraccionada a presión atmosférica y con vacío.

1.2 Síntesis: hidrogenación de alquenos, hidrólisis de reactivos de Grignard, síntesis de Corey-


House, reducción de haluros de alquilo, otros.

2. Propiedades físicas y químicas: fases, densidad, puntos de ebullición Vs. Peso molecular y Vs.
estructura, solubilidad (H2O, NaOH(ac.), H2SO 4), estabilidad química, polaridad, absorción de IR, UV,
color, absorción de radiofrecuencia (RMN), fragmentación por impacto con electrones de alta energía
(EM).

finalmente revise que sus apuntes sean legibles y expresen ideas lógicas dentro de alguna temática continua.
Inserte, si es necesario, algunas palabras, signos de puntuación o abreviaturas que mejoren la legibilidad posterior
de sus apuntes. La necesitará al momento de la sesión de estudio y sólo puede mejorarla ahora que aun recuerda
los detalles del tema.

3. Cuaderno de ejercicios: la química es una materia de estudio que requiere del Estudiante, mucho ejercicio
escrito para mecanizar los conceptos. En consecuencia, tenga siempre a mano un cuaderno en el que pueda
desarrollar ejercicios y desde le cual recopile la historia de su aprendizaje. Este como el cuaderno de anotaciones
en clase debe llevarse ordenadamente y debe resultar legible y comprensible su contenido en cualquier momento
que resulte necesaria su lectura. En este u otros cuadernos, los contenidos erróneos no deben tachonarse; basta
trazar una línea sobre ellos y hacer una anotación al margen que explique la causa de su incorrección.

LA LECTURA DE ESTUDIO

El comentario “leo y leo y no consigo aprender nada” es más común de lo que uno cree. Muchos intentan superar este
problema mediante la repetición (hasta el agotamiento) de un ejercicio de lectura poco provechoso que a la postre
además de cansancio les deja malos resultados en la evaluación a que se someten luego.

A continuación presento algunas estrategias útiles para conseguir aprender mediante la lectura rápida con buena
eficiencia en la asimilación de contenidos. En efecto recomiendo:

1. Inspeccione el contenido objeto de estudio: para ello simplemente lea los títulos y subtítulos y luego lea entre
líneas, de manera rápida, los párrafos. Con esto nadie pretende aprender inmediatamente el contenido; pero en
cambio se hace una idea panorámica del tema o temas a tratar, se intuye un poco su importancia, se establece
un ordenamiento mental y jerarquía de los temas y se detectan las partes de la temática que resultan
sorprendentemente más novedosas, es decir más desconocidas para el lector (a las cuales deberá dedicar
atención especial). “En esta etapa está formateando su cerebro (el disco duro); destinará recursos de memoria
para un número limitado de carpetas y archivos”.

2. Pregúntese acerca de ese contenido: esto le ayudará a motivar la lectura de estudio, le permitirá convertirse en
un interlocutor del libro o de los apuntes, le planteará inquietudes que probablemente antes no se le habrían
ocurrido y por ende le justificará el ejercicio de extensión del tema a través de la búsqueda en otros libros o
fuentes de consulta. Para la construcción de las preguntas, basta recurrir a las palabras simples: ¿qué?,
¿porqué?, ¿cuando?, ¿cómo?, ¿donde?, ¿para qué?, ¿cuanto?. Es saludable anotar en un papel esas
preguntas, a fin de verificar si la lectura cuidadosa, que se hará posteriormente, permite responderlas.
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3. Lea cuidadosamente párrafo por párrafo: correlacione hasta donde sea posible con las preguntas que se hizo
anteriormente, razone si estas quedan respondidas o no. Busque, si es necesario, mayor explicación en otras
fuentes y anote aquellas inquietudes que no quedan completamente respondidas.

4. Explique con sus propias palabras: cuidando de conservar el sentido estricto de las ideas y verificando cuanto
pued e explicar y qué le resulta difícil aún. Esto le permitirá seleccionar algunas partes del tema que debieran ser
repasadas. Para ese repaso debe aplicarse lo indicado en los numerales uno a cuatro nuevamente, restringiendo
la lectura a las partes indicadas. Como es obvio, debe mantener el libro o el cuaderno cerrado mientras hace su
explicación; de otro modo estará tentado a hacer sólo un ejercicio de copia o de lectura en voz alta. Las
dificultades que prevalezcan hasta este momento pueden resolverse con la consulta de otros libros o con ayuda
del Profesor. ¡Lo importante, ya está hecho: fueron detectadas!.

5. Replique por escrito el tema: para ello suponga que escribe un libro el cual deberá explicar a otros que no
saben nada del tema. Este ejercicio le permitirá ver la facilidad que tiene para presentar en forma escrita el
conocimiento que acaba de adquirir. Podrá ver las dificultades que tiene al hacerlo. Esas podrían presentársele
durante el examen y no tendría tiempo para superarlas. En este ejercicio tendrá el tiempo y la oportunidad de
superarlas, ¡aprovéchelo!. Además pruebe a elaborar ejercicios de aplicación del tema o problemas que
requieran del conocimiento recién aprendido para su solución. En lo posible, explíquele el tema a otro que no lo
sabe y evalúe qué le ha entendido y busque recursos para hacerle entender lo que le resulte difícil. Cuando
llegue a este punto, habiendo aplicado lo anterior; ¡felicitaciones!, ¡está listo para el examen!.

LA PRESENTACIÓN DEL EXAMEN

La presentación del examen no es otra cosa que la oportunidad que Usted tiene de mostrar a otros sus adelantos en
los conocimientos propios de una asignatura. No hay razón para que el día de examen sea diferente a los demás días.
En este, igual que en otros días, debe permanecer tan tranquilo como siempre. El miedo y el nerviosismo, previo y
durante el examen no contribuyen, a resolver el problema de contestar bien su examen; ellos surgen de la inseguridad
y esta no debe existir si se ha hecho una sesión de estudio correcta. El examen no puede exceder al alcance de los
ejercicios planteados en el numeral 5 de la sección anterior y usted debe asegurarse de realizar bien ese punto. ¡Es
mejor esto que comprar un seguro o recurrir al devocionario popular!.

Fisiológicamente una persona con miedo o nerviosismo aumenta su ritmo cardíaco, no necesariamente su ritmo
respiratorio, esto ocasiona un desfase entre la llegada del oxígeno al pulmón por inhalación de aire y el acceso de la
sangre carente de oxígeno al pulmón, de tal modo que cada vez que la sangre retorna por la vena pulmonar al
corazón lleva menos oxígeno y un poco más de dióxido de carbono; así los órganos del cuerpo, entre ellos el cerebro,
van experimentando carencia de oxígeno (envenenamiento). En los procesos mentales esto resulta en respuesta
tardía, cansancio e incapacidad para razonar, semejante al cuadro generado por una taquicardia. En estas
condiciones una prueba objetiva, como un examen escrito, no puede medir el conocimiento adquirido y puede causar
una mala calificación.

Para la presentación del examen no es aconsejable, dormir mal la noche anterior ni llegar sin comer a la prueba; una y
otra cosa son manifestaciones de miedo o malestar, que repercuten luego en el desempeño durante el desarrollo de la
prueba. Lo ideal es llegar a la prueba descansado y libre de temores. Recuerde que sólo se juega un número; no es
un caso de vida o muerte. ¡Basta con un poco de responsabilidad; no requiere auto flagelarse!.

Ya frente al tema del examen, lea todo antes de proceder a contestar y asegúrese de haberlo entendido bien.
Conteste primero lo que a su juicio es sencillo y fácil y luego sí dedíquese un poco más a aquello que le parece más
complicado. Si un punto resulta demasiado complicado, no se deje desesperar por esto. Trate los demás y deje para
el final el difícil. Recuerde, mantenga siempre un buen ritmo respiratorio y cardíaco no se deje alterar por un simple
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punto de examen. De verdad que su salud física y mental vale más que la nota de la prueba escrita que tiene ahora en
sus manos. ¡De nada vale un cinco en el parcial del estudiante que sufre un infarto ocasionado por la alteración que le
produce la prueba!. ¡Con esa susceptibilidad, podría morir al recibir el diploma, o un poco antes, durante cualquier
examen!.

EL MANEJO DE LOS COMPROMISOS

Los individuos, si sobreviven a la experiencia del nacimiento y llegan a hacerse adultos, parece que tienen libertad de
hacer de sus vidas lo que a bien tengan; solo los limita la observancia del respeto debido a los derechos ajenos. En
este orden de ideas nadie debe sentirse obligado a adquirir compromisos por fuerza mayor. Uno debe aprender a
decir NO cuando así lo considere necesario, independientemente de que muchos o pocos estén de acuerdo o en
desacuerdo con uno. Es más responsable decir no quiero o no puedo hacerlo que decir lo haré y al fin de cuentas no
hacerlo. Así pues, no se cargue de compromisos que a buen juicio no pueda cumplir en el tiempo, en el lugar y
dentro de las condiciones que tiene. Decir no a algunos compromisos no es ningún gesto de cobardía, ni una falta
de solidaridad, ni expresión alguna de malas relaciones; por el contrario, puede ser un gesto de franqueza y un indicio
de buen juicio y mesura.

En particular, aplazar los compromisos en el tiempo, algo que es muy popular entre nosotros, además de que
constituye la aceptación tácita de ellos, es acumularlos con otros que terminarán cumpliéndose con alguna
simultaneidad. Es muy común que Usted acceda a la tentadora propuesta de postergar la realización de un parcial, la
entrega de un trabajo escrito o la ejecución de un informe, con el único objeto de descongestionar de actividades una
semana de trabajo normal. Lo que Usted aún no sabe, y no tiene porqué saberlo, es que vendrán semanas de
actividad más congestionada (presentación de varios parciales, entrega de unos cuantos informes, celebración de un
cumpleaños, etc.) y que en ese momento puede estar superponiendo actividades para una fecha de alguna de esas
semanas. Esto, generalmente, es catastrófico cuando se juzga por los resultados (algunas materias en riesgo, pérdida
del sueño de varias noches, cansancio acumulado, estrés bien nutrido, etc.). Sería mucho mejor cumplir con los
primeros compromisos, justo cuando estos surgen; así estaremos disponibles para a ceptar los venideros, sin tener
que atender simultáneamente a unos y a otros.

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