ORACIÓN ARQUIDIOCESANA POR EL PLAN

PASTORAL
Dios, Padre misericordioso.
Tus hijos de la Iglesia del Cusco
te agradecemos por habernos iluminado con la luz del Espíritu Santo
para tener nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano,
el que hemos preparado en comunión eclesial
conjuntamente con tu amado Hijo Jesús
y la presencia maternal de María.
Te pedimos que sea asumido y vivido
por todos los que conformamos tu gran familia en el Cusco:
el Obispo, los sacerdotes, diáconos, vida consagrada, seminaristas y fieles
laicos.
Ayúdanos con tu fuerza y tu gracia
para que en cada una de nuestras comunidades parroquiales
se construya nuestra iglesia católica como:
Una Casa y Escuela de Comunión y Participación,
a imagen de la Santísima Trinidad y las primeras comunidades cristianas,
con las puertas abiertas para todos: niños, jóvenes, familias, ancianos,
enfermos, pobres y marginados. Que nadie se sienta excluido.
Que sientan la parroquia como su casa espiritual llena de misericordia.
¡Qué todos sean UNO en la fe y en el amor!
Una Escuela de Formación de los discípulos misioneros de Jesucristo,
para que iluminados por la Palabra de Dios
anuncien a todos que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida.
Que conocerlo, amarlo y seguirlo es el regalo más grande que Dios nos ha
concedido.
Que la alegría del discípulo misionero es salir a las calles y a las periferias
para llevar este mensaje de salvación,
especialmente para la FAMILIA y la JUVENTUD.
¡Con Jesús queremos un mundo mejor!
Una Escuela de Solidaridad y Misericordia, que forme cristianos:
sensibles y solidarios con los dolores de los más necesitados,
que defiendan la dignidad y los derechos a una vida digna de todas las
personas,
que luchen por la Paz, la Verdad y la Justicia
inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia,
que cuiden y protejan nuestra casa común para las futuras generaciones.
Que la caridad y la unidad sean el signo más visible de nuestras comunidades
parroquiales, para que el mundo crea en ti Señor.
Confiados en tu infinita misericordia,
en la presencia eucarística y resucitada de Tu Hijo, animados por el Espíritu
Santo
y la intercesión de María, madre y modelo de los discípulos misioneros de
Jesucristo,
trabajaremos nuestro Plan Pastoral con tu paternal bendición.
Amén.