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Tema
“La Ingeniería Civil aplicada en Las Casonas más Antiguas de Arequipa”
Autor
Andrade Flores Juan José
Profesor
Dr. Villalta Mejía Víctor
AREQUIPA-PERÚ
2019
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
INTRODUCCION
Arequipa es conocida como la "Ciudad Blanca" por la especial blancura del "sillar",
material volcánico abundante por esta zona, con la que fueron construidos sus magníficos
Fundador además de casonas coloniales como la de Tristán del pozo o Rickets y la gran
casona del Moral. Su belleza, su luz especial y sus paisajes cautivan al visitante.
Por su clima extraordinario, seco y límpido, con más de 300 días de sol al año, con
temperaturas que no suben de 25 grados y muy rara vez bajan de los 10, Arequipa también
Arequipa has sido nombrada por la UNESCO en el mes de noviembre del 2000 como
ingeniería civil en la construcción de tales casonas, con son la Casona de Tristán del Pozo,
investigación se quiere aportar un conocimiento más detallado de las casonas y cómo fue
“Sobre una estructura sólida y definida se teje un muralismo floral. Encima de los altos
enredaderas, cactus, hojas de acanto, parras, sirena y pájaros combinadas con alegorías
anagramas y cruces, toda esta textura barroca se corona con frisos que flanquean a
apologética cristiana. Mezcla igualmente el águila bicéfala de los Austrias, símbolo del
considerable para los muros (metro o metro y medio para los muros domésticos, más de
dos para los templos); aparejados con argamasa de cal y arena, con los interiores de
tabique rellenos con piedra rosada, adquirían consistencia. La escasez de madera impuso
la bóveda en las coberturas, sea en ladrillo o en sillar, dando a las edificaciones una solidez
de su estructura”.
monumentos religiosos que otras ciudades también los tienen. Se debe principalmente a
La presente monografía tiene por objetivo informar cual fue la influencia de la ingeniería civil
en la construcción de las casonas más antiguas de Arequipa, en este caso trataremos la Casona
de Tristán del Pozo, Casona de Santa Catalina y la Casona Irriberry o Arrospide, aportando así
materiales usados y el por qué se construyeron de esa manera, aportando así también un
estas construcciones para mantener nuestra identidad como una ciudad histórica.
GENERALIDADES:
casonas en estudio (La Casona de Tristán del Pozo, Casona de Santa Catalina y la Casona
periodo. En primer término es necesario señalar las épocas de la arquitectura española que
Perú, son: El Renacentista, de que se destaca el plateresco, con sus reminiscencias góticas y
arábigas y principales del clasicismo; abarca el período de la conquista y primeros años del
Virreinato. El estilo barroco, se inicia a comienzos del siglo XVII y se extiende hasta fines del
siglo XVIII, en que se nota la influencia del Rococó y el Neoclásico. El Neoclásico, se inicia
conveniente indicar que se siguen utilizando los que existen en cada región: en la costa adobe
y en la sierra piedra.
La arquitectura arequipeña, del periodo colonial, pasa por varias etapas sujetas al material de
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construcción, siendo las más reconocidas tres. La primera se caracteriza por sus muros de tierra
o adobe y techos de tijerales de madera y paja, corresponde al siglo XVI en general; la segunda
incorpora a sus muros ladrillos y sus techos excepcionalmente son de tejas y corresponde los
dos primeros tercios del siglo XVII, y la tercera, la más representativa porque tanto sus muros
como sus techos son de sillar y comprende el periodo de las tres últimas décadas del siglo XVII
y hasta el siglo XIX por supuesto que el sillar se utiliza desde mediados del siglo XVI aunque
Los factores principales que actúan, y muchas veces determinan, la formación de una
más definidos sean estos factores, la arquitectura tendrá mayor carácter y originalidad.
Los frecuentes movimientos sísmicos arruinan constantemente la ciudad; sin embargo ésta sabe
rehacerse con mayor vigor. Mientras la naturaleza destruye el hombre tercamente construye y
reconstruye, se observa una lucha perenne entre la naturaliza y el hombre. Desde mediados del
siglo XVII y durante todo el XVIII la ciudad progresa enormemente desde el punto de vista
levantan los principales templos y conventos; mientras que en el siglo XVIII predomina la
arquitectura civil, se identifican los principales palacios y casonas solariegas. Arequipa, es paso
obligado de los comerciantes y mineros que levantan las iglesias y construyen sus hermosas
y la escasez de madera.
Los edificios del centro histórico de Arequipa son representativos de la fusión de las técnicas
maestros de obras españoles y los albañiles criollos e indígenas. Esa fusión se patentiza en los
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robustos muros de las edificaciones, las arcadas y bóvedas vistas en su mayoría en arquitectura
en sus templos.
El enorme espesor de los muros de sillar es una necesidad en los arranques de las bóvedas y al
mismo tiempo, constituyen una garantía contra los movimientos sísmicos y un aislador del frío
espesor de sus muros de sillar. Por otra parte, la piedra sillar se emplea con frecuencia en las
portadas y ventanas.
LA ARQUITECTURA CIVIL
El temor a los temblores impuso a la casa arequipeña caracteres que le son propios y sus
La arquitectura civil alcanza su mayor esplendor en el siglo XVIII, en que florecen los palacios
caracteriza porque es de una sola planta, con macizos muros, crujías estrechas y elevadas
cubiertas de bóvedas, construido todo en piedra sillar. Un zaguán de ingreso a un amplio patio
carente de galerías y sus frentes concebidos como fachadas con puertas y ventanas tan
decoradas, a veces como las fachadas de la calle. Los muros se prolongan ocultando las
bóvedas recortándose su borde sobre el cielo o rematándose, a lo más, con una simple moldura.
Unas gárgolas, por lo general zoomorfas, viertan las aguas al patio o al exterior. La puerta de
ingreso y las ventanas ofrecen espacio a la fantasía decorativa; las jambas de estas se prolongan
de puma estilizadas. El vano de la ventana, pequeño, muy bajo en relación con la altura del
muro, tan bajo que se podría pensar en la posibilidad de un segundo piso, lo forman dos anchas
jambas salientes y una serie de altos dinteles superpuestos, el último de los cuales es una faja
Toda la ventana así compuesta se espiga con ritmo vertical aplicando sus galas sobre el muro
que queda ornamentado por una especie de tapicería blanca, larga y maciza. Toda esta
originalísima composición exterior que podría parecer un capricho u obedecer tan solo a un
En cuanto a la superposición de los dinteles en las ventanas, estos tienen un sentido plástico
perfectamente expresivo y rítmico en relación con las diferentes etapas constructivas, desde el
El palacio Tristan del Pozo es uno de los más notables ejemplos representativos del estilo
barroco arequipeño. Como en todas las portadas arequipeñas, el vano adintelado con pilastras,
pone una nota de sobriedad y fuerza, y las columnas embutidas en las pilastras evocan los
tiempos lejanos del plateresco español en Santa Cruz de Toledo según Marco Dorta. El amplio
frontón de lados curvos rebasa la altura de la fachada, y en el tímpano, un arbusto con 5 ramas
en las que florecen otras tantas cantutas, forman a manera de un candelabro, sosteniendo sendos
medallones con los monogramas de Jesús, María, José, Ana y Joaquín, representando, de esta
manera, el árbol genealógico del Salvador, en tanto que un tallo serpenteante con hojas y
El Palacio de Diego Peralta Cabeza de Vaca, más conocida como Casa del Moral de fines del
siglo XVIII, es el más intenso por su carácter y más pintoresco por su larga fachada. Las
ventanas presentan curiosas variedades en relación con la construcción misma; algunas son
muy bajas porque el nivel del suelo interior es inferior al de la calle, y para que no aparezcan
sus coronaciones demasiado erguidas se les ha suprimido uno de sus tres dinteles. Otras al
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contrario son muy altas, pues para que su último dintel ornamental no se confunda con los
escalonamientos e remate del muro se han cortado estos y se han dejado pasar entre ellos un
techo inclinado de piedra que corona aisladamente las ventanas. La solución es, en verdad,
notable. En cuanto a la portada, es una de las más sugestivas de Arequipa. Los finos capiteles
de sus extremos, la clave central hecha como notas de lana, la cabecilla de ángel que aparece
en lo alto del tímpano, hondamente labrado entre hojas y pétalos como una mariposa, son
formas y detalles que unidos a los caracteres ya familiares de orden indígena, dejan al
observador pensativo sobre todo en verdadero origen de ciertas influencias decorativas que aún
también como palacio Chávez de la Rosa, la casona de Santa Catalina, el palacio del obispo
José Sebastián de Goyeneche, la Casona Irribery y muchas otras del siglo XVIII.
Finalmente, deseamos señalar que los constantes temblores y terremotos que destruyeron la
es en su mayor parte del siglo XVIII, en cuanto a muros se refiere, pero como sus techos
cilíndricos han sido destruidos por los terremotos, estos pertenecen al siglo XIX o a comienzos
del XX; de la Arequipa del siglo XVI no queda nada, de la del siglo XVII los muros de las
iglesias, pues con sus techos ocurre lo mismo que con las casonas.
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A inicios de la colonia, en el siglo XVI, se construían casas con techos de par y nudillo - sistema
que consistía en la construcción de un armazón hecho con maderos amarrados con cueros sobre
los que se colocaba esteras, carrizos o paja y posteriormente se ponía tejas de arcilla; pero a
consecuencia de los frecuentes movimientos telúricos, las tejas de los techos se caían y
producían la muerte de mucha gente, por lo que el Cabildo prohibió su uso a fines del siglo
XVII y principios del siglo XVIII; por lo que surge el típico estilo de la construcción
arequipeña, caracterizado por bóvedas y muros de sillar.
El peso de las bóvedas era diez a quince veces mayor al de los techos de par y nudillo, lo que
obligó a ensanchar los muros hasta 0,80 m y a veces a 1,10 m. Estos anchos muros conocidos
como muros de “cajón”, estaban compuestos en realidad por dos paredes de sillar que se
mantenían unidas por un relleno compuesto de cal, arena y canto (piedras de diferentes
tamaños), al que se le adicionaba la baba de la penca de tuna o clara de huevo para mejorar su
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adherencia.
Estas antiguas residencias coloniales construidas en piedra de sillar típica de la región,
presentan fachadas de muros lisos cuya única ornamentación suele concentrarse en el tímpano
sobre el portón de la entrada, en la parte superior de las ventanas y en las gárgolas que
descargan el agua de lluvia de los techos y que generalmente representan animales felinos.
Desde los portones principales se distingue el patio en torno al cual discurren las dependencias
del edificio, con sus ventanas y puertas que siguen el mismo tipo de ornamentación de las
fachadas exteriores.
Esta particular decoración arquitectónica se debió a las confluencias étnico-culturales que
permitieron que lo indígena y lo hispanoeuropeo se manifestaran en un estilo con alma y perfil
propios, dando origen a la arquitectura mestizo-colonial. Entre las casonas más destacadas que
mantienen este tipo de arquitectura se encuentran:
Las casonas como la Casa del Moral, la Casona de Santa Catalina, la Casa Tristán del Pozo, la
Casa de la Moneda, o la Casa Irriberri, integradas al conjunto monumental, así como las calles
y las plazas, aseguran la armonía y la integridad del paisaje urbano dando a la ciudad un valor
excepcional.
Otros notables monumentos del Centro Histórico son el Monasterio de Santa Catalina de Siena,
las estructuras del complejo de San Francisco, las capillas y conventos de San Agustín, La
Merced y la Iglesia de Santa Marta, así como los conventos de Santa Teresa y Santa Rosa, el
Puente Real, hoy Puente Bolognesi, y el Puente Grau.
El material básico empleado para estas construcciones fue el sillar, piedra volcánica de fácil
trabajo y más resistente a los movimientos sísmicos que los otros materiales usados en la época,
como son el adobe y la quincha. Por este motivo predominan los muros anchos, crujías altas
con techos de bóveda y de una sola planta. La influencia aborigen se percibe particularmente
en la decoración.
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DATOS HISTORICOS
La hermosa casa que actualmente es sede del Banco Continental en la ciudad de Arequipa data
del siglo XVIII. Fue edificada entre 1736 y 1738 para el General don Do- mingo Carlos Tristán
del Pozo, sobre un solar de la antigua calle de la Alcantarilla Alta, hoy de San Francisco,
comprado por éste y su mujer. Doña Ana María Carazas, a don Andrés de Rosas y sus
hermanos, en fecha 24 de junio de 1736.
Se incorporó a este solar “un pedacillo de solar en el fondo de las tiendas de la calle de los
Mercaderes. Estas tiendas, en número de 27, eran propiedad de la Compañía de Jesús y tenían
en la parte posterior un callejón que servía de pasadizo, que ha sobrevivido hasta hoy como
pasaje público al costado derecho de la casa. El “pesadillo de solar” que se destinó para el
canchón o huerto de ésta, fue vendido a don Domingo por el R.P. Rector de la Compañía el 15
de setiembre de 1735. La fecha de terminación de la construcción, 1738, sería la que figura en
el bajorrelieve colocado sobre el arco del zaguán de ingreso al primer patio.
El General don José Joaquín Tristán, hijo de don Domingo, heredó la casa a la muerte de su
padre, pero la propiedad permaneció en la familia Tristán solamente 40 años. Ya que el 5 de
mayo de 1778, don José Joaquín la vendió al Doctor don Manuel Abad y Llana. Obispo de
Arequipa quien a su vez la cedió, al año siguiente. A los Padres Agonizantes de la Orden San
Camilo, acto que Consta en una carta de fecha 23 de noviembre de 1779. Pero la donación a
los Padres de San Camilo no pudo hacerse efectiva. Porque sobre el inmueble pesaba un
gravamen de 21.500 pesos de 8 reales por concepto de censos principales, que no habla sido
redimido, por lo que la casa fue rematada en 1793 y adquirida por el Coronel don Raymundo
Gutiérrez de Otero, quien a .la sazón la tenía alquilada.
Don Raymundo tomó posesión de ella el 7 de julio de 1796. Mientras tanto, había sobrevenido
el terremoto del 13 de mayo de 1784, por lo que es dable suponer que por esta época la casa
fue objeto de trabajos de resane o reparación.
El 31 de enero de 1804, el Superior del Colegio de los Padres Agonizantes solicitó al Virrey
posesión de la casa donada a la orden por el Obispo Abad, pero unos meses después, luego de
realizado un proceso administrativo para dilucidar el asunto, el Superior de la orden aceptó el
remate al que había obligado el gravamen no redimido.
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Más tarde, heredaron la casa los descendientes del Coronel Gutiérrez, familias Gutiérrez y
Cossio, y Ugarteche y Gutiérrez, mencionándose como sucesivos propietarios, hacia mediados
del siglo XIX , a don Manuel Ballón y sus herederos, a doña Juana Gómez Ballón, a don
Joaquín del Carpio y a doña Juana Manuela Gómez. , hacia fines de siglo, a don Roberto
Reinecke. Quien la adquirió en 1887, es decir; 20 años después del devastador terremoto del
13 de agosto de 1868, a raíz del cual la casa debe haber sido nuevamente reparada.
La casa perteneció luego a don José Domingo Montesinos, cuyos herederos la vendieron, por
escritura de 5 de mayo de 1917, a la sociedad Guillermo Ricketts e Hijos, cuyas oficinas
funcionaban desde hacía algún tiempo en ella. Al convertirse en sede, y luego propiedad, de la
firma Ricketts, la casa que había sido originalmente de los Tristán pasó a llamarse Casa
Ricketts, vocablo éste, de casa, que en la presente instancia debe entenderse más en el sentido
figurado de almacén o firma comercial, que en el original de residencia o casa solariega. La
historia de la transmisión de la propiedad de la casona termina con su adquisición por el Banco
Continental.
Edificada en 1738, en el siglo XVIII, hecha de sillar, con una extensión aproximada de 2 mil
metros cuadrados, de estilo barroco mestizo, por llevar figuras correspondientes a la época pre-
inca, presenta una sola calle y un solo cuerpo, con una portada hecha de sauce que es
rectangular, tachonada o decorada con clavos de la época y sus respectivos llamadores.
A los costados de la portada se observa las jambas con apariencia de pilastras laterales de fustes
huecos dentro de los cueles se encuentras columnas dóricas toscanas empotradas, encima de
ellas hay un ancho entablamento se contrastan espacios lisos con otros decorados de
cuadrifolias y una repisa (ménsula) escalonada en el centro, se levanta el prominente tímpano
circundado de una amplia cornisa que concluye en roleos, en los extremos se encuentran
pináculos piramidales que aligeran y dan un sentido de verticalidad sobre la fachada.
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El espacio central del tímpano concentra un movido juego de diseños en el que parece
adivinarse la representación de un candelabro que reposa sobre una base semicircular. Los
brazos del mismo estarían formados por cinco, tallas y flores de cantuta sobre los que están
labrados monogramas dedicados a Cristo, la virgen María, San José, Santa Ana y San Joaquín.
Quizá como lo indica Enrique Marco Dorta, representa el árbol genealógico de Jesús. El resto
de la decoración está formado por relieves planiformes de tallos ondulantes, hojas y rosas.
Posee un tímpano circular partido que termina en roleos, en medio hay un querubín rematado
con un abanico y hacia los costados dos pináculos piramidales.
El paño central y los espejos laterales de éste se cubren con una rica decoración en sillar tallado
que forma como un tejido grueso y tipido. Los motivos de la roseta y de la flor estilizada de
cuatro u ocho pétalos, tan frecuentes en la arquitectura de Arequipa aparecen en dos tamaños
y tiene una serie de variantes tanto aquí como en el friso.
Las ventanas de la fachada son en número de tres, una en el paño corto de la izquierda y dos
en el mayor de la derecha. Ellas corresponden exactamente al modelo característico de la
ventana colonial arequipeña, formada por una repisa sobre la que se elevan pilastras que
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acompañan la ventana. Los entablamentos que normalmente se apoyan sobre las pilastras se
convierten en estas ventanas, en coronaciones tan altas como las mismas aberturas, a fin de
lograr una forma que cubra adecuadamente la considerable distancia que existe entre los
dinteles, que deben colocarse por debajo de los arranques de las bóvedas, y el borde superior
de la fachada artesanos del lugar transformaron profundamente al interpretarlos a su manera,
imprimiéndoles un sello inconfundiblemente peruano-andino.
Los capiteles de las pilastras y los centros de las cornisas de coronación de las ventanas se
adornan con querubines y los extremos de éstas con grandes flores, que aparecen también en
las molduras de los arquitrabes y repisas. En las coronaciones se disponen paños decorados
con flores similares a las de la portada y medallones apaisados, con orlas de volutas y flores,
que contienen inscripciones religiosas. La de la derecha dice: “Purísima”; las de la izquierda
“sin pecado” y la otra “concebida”. Aparte de la portada y las ventanas, el tercer elemento en
el que se manifiesta el original estilo arequipeño son las gárgolas a manera de pumas o leones
estilizados suspendidos en alto, en cuyas formas parece reflejarse algo de la tendencia a la
abstracción de la escultura y la cerámica prehispánicas, aquí encontramos 5 de estos.
Al lado de la casona hacia la calle Mercaderes se aprecia un pasaje que se le llama el cañón y
va a dar de la calle San Francisco a la calle Jerusalén y viceversa, pero que hoy ya no se usa.
La vida en la Colonia, orientada y normada por la Iglesia, se caracterizó por la manera en que
lo civil y lo religioso se compenetraban y casi se confundían, lo que en la arquitectura
determinó que el empleo de los símbolos y emblemas cristianos, así como de las imágenes y
las inscripciones de carácter litúrgico, no se circunscribiera a los templos, sino se extendiera
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también a los edificios civiles y a las viviendas. La Casa Tristán constituye uno de los casos
más notables de este uso de inscripciones sagradas, que, en la fachada y particularmente en el
primer patio, se distribuyen de acuerdo a un programa y siguen una sentencia.
La planta de la casa forma un doble anillo cuadrado que encierra dos patios. Al ingresar se ve
un zaguán con bóveda de cañón, y hacia el lado derecho hay un patilla que es una especie de
asiento de sillar adosado a la pared que servía para que la gente se ayudara para montar su
caballo y antes de ingresar al primer patio rectangular hay una puerta metálica con rejas y en
la parte superior en el dintel esta esculpido el año en que se construyó “1738”.
En torno al primer patio estuvieron las habitaciones principales: salones de recibo, el oratorio y el
principal, ubicado al fondo del patio frente al zaguán, es posible que algunas de estas habitaciones
del primer patio hayan sido recámaras y alcobas de los señores de la casa. Todas las construcciones
Entre puertas y ventanas suman trece que anteriormente fueron las habitaciones de la
residencia, hoy en la actualidad sirven para hacer exposiciones tienen la misma ornamentación
que las ventanas de afuera y en los frisos los entablamentos tiene inscripciones que leídas de
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izquierda a derecha dice: SNS (Santus) DEUS (dios), SNS (Santus) FORTIS (fuerte), SNS
(Santus) INMORTALIS (inmortal), MSR (Miserere Nobis = misericordia de nosotros), luego
sigue otros arco abovedado que en la parte superior tiene una inscripción: ANO DOMINI,
siguiendo con las inscripciones dice: OPN (orad por nosotros), AN (Anna), JNP (Joaquín),
MAR (María), IHS (Jesús),JSP (José),este lado representa a la familia de Jesús es decir,
nuevamente, la Sagrada Familia y los padres de la Virgen. De esta manera, la relación que en
lo artístico o formal existe entre la fachada y el patio, adquiere un valor trascendente y
fundamental, al apoyarse en el significado o contenido religioso que las inscripciones le
transmiten a la arquitectura.
Las puertas están talladas en estilo churrigueresco, en el centro del patio hay una pequeña acequia que servía
para que discurra el agua que regaban la huerta interiormente, también tiene gárgolas en forma de pumas o
leones estilizados o leones emplumados todos diferentes estilos.
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La casona poseyó primitivamente una gran riqueza colorística, los muros de los patios estuvieron cubiertos
con un enjalbegado o lechada de cal teñida de amarillo oro y las pilastras y coronaciones de los vanos fueron
probablemente blancas. La capa de cal poseía además la función de proteger el sillar de la intemperie. Las
puertas y ventanas de madera eran verdes, los muros de las habitaciones estaban decorados con pintura mural,
y las molduras de las bóvedas llevaban policromía y, en algunos de sus perfiles pan de oro. En los salones a la
derecha del primer patio se conservan vestigios de esta decoración y de la policromía cuyo uso se mantuvo en
el siglo XIX republicano, como lo atestiguan en la casa los restos de pintura mural del senador.
El segundo patio de ancho similar al del primer patio pero de menor longitud, tenía un carácter
familia y la cocina, unida al patio por dos arcos y que aún conserva el hollín: en sus muros y
bóveda, provista de un hueco para la salida del humo. En este patio hay una arquería muy
hermosa, cubierta con bóveda de arista, que conduce a una escalera algo escarpada, pero ancha,
de acceso a la azotea, donde hay muros y puertas que muestran que también los techos se
Existe una diferencia bastante marcada entre la zona del primer patio y la del segundo. La
primera posee una gran prestancia, que se debe principalmente a sus proporciones, su
homogeneidad y a la riqueza y adorno de su arquitectura. La segunda es más simple y modesta,
aunque no menos bella. Asimismo, las habitaciones que forman la parte izquierda del segundo
patio y que lo cuadran al fondo, tienen sus techos más bajos que el resto y su construcción son
algo ruda y menos fina comparada con la de los aposentos del primer patio.
ARQUITECTURA
La Casa Tristán, que resistió, presumiblemente sin sufrir daños de gravedad, los terremotos de
1784 y 1868, esta excepcionalmente bien edificada e ilustra admirablemente el sistema de
construcción colonial arequipeño, basado en el uso de los techos abovedados y del sillar,
material originalísimo y característico de Arequipa. En la fábrica de lo muros y las bóvedas
(aunque para éstas ocasionalmente se empleó también el ladrillo), mientras que se limitaba al
máximo el empleo de la madera, que era escasa y que se utilizó principalmente para hacer las
puertas, las ventanas y los muebles. Las paredes de la casa tienen un espesor de
aproximadamente 1.20 m. y están formadas por un núcleo o alma de hormigón de cal y arena
y trozos de sillar sin labrar, contenido entre dos caras de sillar labrado en forma de bloques
rectangulares.
El sistema se continúa en las bóvedas, sobre cuyo intradós o parte interna de sillar labrado se
asienta una gruesa capa o carga” de hormigón y sillares en bruto. El sistema permitía que los
muros y las bóvedas formaran una masa monolítica sumamente rígida y pesada, y. por lo tanto,
capaz de resistir los temblores.
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
Por la calidad de la composición y del adorno de su fachada y primer patio, la Casa Tristán se
coloca en un lugar prominente entre los monumentos de la ciudad. Es posible que en Arequipa
haya otras casas tan hermosas como ésta, pero no hay ninguna que la supere.
La fachada y el primer patio, que están vinculados en lo matemático por el eje que une la
portada con la puerta del principal, se relacionan además, estrechamente por la semejanza en
la forma de sus vanos y el adorno y motivos de sillar tallado de éstos. El adorno corresponde a
lo que los historiadores de la arquitectura suelen llamar el “estilo mestizo”, que floreció desde
la segunda mitad del siglo XVII en Arequipa y la región del lago Titicaca. Y en el que se
entrecruzaron supervivencias platerescas y manieristas con la
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predominante influencia del barroco, aportes éstos que los arquitectos artesanos del lugar
transformaron profundamente al interpretarlos a su manera, imprimiéndoles un sello
inconfundiblemente peruano-andino.
LA RESTAURACION Y ADAPTACION
Esta casona ha sido refaccionada en tres oportunidades desde su construcción. La primera
luego del terremoto de 1784; la segunda tras otro devastador sismo el de 1868, y una ultima
reparación hace algunos años cuando el banco continental la hizo suya como sede bancaria.
Al ser utilizada como local comercial, la casa fue objeto de una serie de agregados, consistentes
principalmente en construcciones de materiales modernos que ocupaban buena parte del
segundo patio y los techos. También se había instalado una pequeña vía férrea para el transporte
de la mercadería desde la entrada hasta los depósitos que se erigieron al fondo che la casa. Sin
embargo, en lo fundamental, la fábrica estaba entera, conservándose en estado relativamente
bueno la decoración tallada en sillar, así como las puertas y ventanas de madera, que en el
primer patio son de sauce y están primorosamente talladas por fuera, y la gran puerta de
entrada, digna de una iglesia y provista de grandes clavos che bronce y tocadores altos
inspirados en las formas de los grutescos renacentistas.
La buena calidad de su talla y el hecho que, de cierta manera, los nuevos sillares labrados ya
se habían incorporado a la historia de la casa. Aunque fuera a su historia más reciente, se
consideraron corno razones suficientes para utilizarlos en la nueva ventana con la que se
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sustituyó la puerta de tienda.
Bajo el nombre de Complejo Cultural Chávez de la Rosa se agrupan dos bellas casonas del
centro de la ciudad, que son propiedad de la Universidad Nacional de San Agustín y, que
además mantienen comunicación por el fondo con otras dos propiedades universitarias.
La llamada Casa Arróspide o también Iriberry, ubicada en la esquina que forman las calles San
Esta casona, denominada por algunos como parlante, por las diferentes inscripciones que luce,
es la base del Complejo Cultural Chávez de la Rosa, vinculándose por un costado con otra
casona cuya fachada está sobre la primera cuadra de la calle San Agustín.
La Casa Arróspide o Iriberry luce en su portada la jaculatoria del Viernes Santo: "Santus Deus,
Sobre una de las portadas del primer patio de esta casona se puede leer otra jaculatoria:
"Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar" y, en el pórtico que separa el primero del
construcción de la casa y de un pedido del anónimo constructor: "Esta casa se hiso el año de
primera, además de ofrecer los servicios de una librería universitaria y cabina pública de
Internet, tiene ambientes destinados a la celebración de actos académicos como son la colación
de nuevos profesionales.
A través de esta segunda casona, con frontis sobre la calle San Agustín, se mantiene por el
fondo, comunicación con la sede del Rectorado de la Universidad Nacional de San Agustín,
cuya portada se encuentra ubicada en la esquina que forman las calles Santa Catalina y Moral.
Esta a su vez se encuentra unida con la casa en la que naciera el doctor Víctor Andrés Belaunde
Diez Canseco, presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas (1959). Esta última tiene su
Mientras que las casonas del Complejo Cultural Chávez de la Rosa, son representativas de la
arquitectura colonial, las otras dos destinadas a la sede central de la Universidad Nacional de
Con el número 115 de la calle San Agustín está signada una casona conocida por muchos años
con el nombre de “Pensión Wagner”, y como tal, figura en guías y planos de la ciudad durante
las décadas 30 y 40 del presente siglo como casa de huéspedes, otras casas con la misma
La casa en estudio imponente edificio de dos plantas, destaca en la primera cuadra de la calle
San Agustín por su estilo diferente del edificio de la Universidad que queda enfrente. Para el
comunes a este tipo de estudios, se presentó una hipótesis distinta, y que significa una nueva
de ubicar una batería de servicios higiénicos sin alterar la estructura del edificio, por lo tanto
investigación de manera singular, es decir, estudiar la casa 115 como si fuese algo aislado, sino
pocos, que ocupan un cuarto de manzana, por lo que vimos conveniente estudiar la casa 115
no de manera aislada sino en relación con las vecinas, en particular con la signada con el
número 101 de la calle san Agustín, también de propiedad de la universidad, y con la que
suponíamos debía existir una relación en el pasado, y por lo tanto, para fines de la restauración
de los inmuebles, pudiera reintegrarlas en una unidad que permitiera solucionar los problemas
arquitectónicos que se presentaban y desde luego, que los trabajos a realizar estuvieran más de
acuerdo a los nuevos fines a los que se destinaría el edificio: servir de un local cultural.
ARQUITECTURA
La casa está construida sobre un solar de 23 metros de frentera con 56 de fondo, en este el
ancho es solo de 22 metros. La distribución de la planta, por la gran superficie que ocupa, es
las habitaciones principales, casi formando un eje con el zaguán está el pasaje de comunicación
con el segundo patio, más pequeño y que cuenta con un pequeño claustro, que comunica a las
habitaciones de este sector, al frente del claustro está la doble escalera de ascenso a la terraza
y al extremo norte de este patio el pasaje para llegar al tercer patio, posiblemente en otro tiempo
huerta o corral.
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
La planta asimétrica en la parte delantera, presenta algunos problemas, al parecer la idea
original fue distinta: hacer una gran casa de fachada simétrica, es decir con dos ventanas a cada
lado del portón pero posteriormente no se realizaron, lo que se verá posteriormente, cuando
tratemos de la fábrica.
cuerpos, uno central con un gran portón de madera, con postigo y tachonado de clavos
decorativos; en la parte superior, una saliente cornisa enriquecida con elementos decorativos
neoclásicos. Dos ventanas, una a cada lado de la puerta están decoradas por pilastras, encima
de las ventanas enrejadas hay dos monogramas que registran la fecha de la construcción:
“1832”.
Al lado derecho un cuerpo compuesto de una ventana enrejada, encima de la cual se encuentra
un medallón de bajo relieve, este culmina con una pequeña cornisa seguramente destinada a
sostener el balcón; al otro lado la fachada queda truncada, porque no fue completada por la
ventana y balcón correspondiente, más aún, la fila de dos tiendas que pertenecen a la casa
Por las observaciones realizadas en el edificio se puede notar que la fecha de construcción del
diferente, tanto en la obra de carpintería como en el hierro forjado, por ejemplo, las ventanas
forjadas del primer piso son diferentes a las barandas con molduras fundidas del segundo, estas
hay una escalera de granito para el acceso a la segunda planta a la que se nota que se introduce
en la saliente cornisa del balcón interior de la segunda planta, por otro lado esta escaleta cubre
Por último a falta de documento escrito la observación de la presente fotografía nos indica que
no era evidente la existencia de la segunda planta antes del sismo de 1968 se nota claramente
que la casa más alta de la cuadra es la del palacio del obispo Chávez de la Rosa, donde hasta
hace pocos años funcionara la Facultad de derecho, a la izquierda, encima del portal San
Agustín, la pared con los dos vanos parece ser parte del segundo piso del local de la
muestra en pilastras, arcos, monogramas y medallón, todos de podo relieve en los que se nota
poco interés de trabajar el volumen, sino que la intenciones más bien decorativa, los motivos
que, en la república tendría auge. Los elementos decorativos de esta fachada son distintos a los
banco de la vivienda, que presenta en la severa cornisa superior elementos del entablamento
griego; triglifos y metopas, que junto con las pilastras de orden jónico. El neoclásico muestra
complementaba con una cubierta para el balcón, que como se conoce, era de norma alrededor
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
de 1900, esto último, considerando el poco relieve de la decoración de la fachada, nos sugiere
del balcón central hubiera decoración pintada, como se aprecia en otros edificios de la época.
ambiente del segundo patio, de una hornacina de clara tradición barroca, así, en conclusión la
casa se puede situar en el momento de transición entre la expresión neoclásica de fines del
siglo XVIII y la influencia decorativa francesa del periodo republicano propiamente dicho.
Si bien la planta de la casona sigue siendo casi la misma desde su primitiva construcción, en
cambio, los diferentes momentos de la evolución arquitectónica se notan de manera clara por
sucesión. La más antigua forma un damero de sillar y cantos rodados, este tipo de pavimento
es persistente en la arquitectura arequipeña, ya sea porque las casas que los tienen no han
cambiado en el curso de los años, o que, lo que cambió fue la fábrica y no el patio. En el caso
que nos ocupa, parece que el primer pavimento fue cubierto a propósito de nivelar los restos
de la arquitectura que se producían por los sismos, esto último se comprueba por la existencia
presenta pavimento de ladrillo, el que no tiene la resistencia necesaria, por lo que, finalmente,
se cubrió con un piso de cemento, el que es anterior a los actuales trabajos de restauración.
EVOLUCIÓN DE LA PROPIEDAD
Los propietarios de los edificios solariegos, determinan casi siempre, la función de las
propiedades, así, podríamos hacer una relación cronológica de los propietarios de la casa que
estudiamos, pero es bueno recordar que además del trabajo de recomponer la historia de la
casa, teníamos el desafío de demostrar la posible vinculación con la casa vecina, la que tiene
el número 101 de la calle Santa Catalina, esto último se presentaba como la hipótesis principal
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
historia de una sola propiedad sino que, en adelante veremos la historia de ambas propiedades
de conjunto, así, demostrar que en el pasado las vinculaciones entre ambas se han producido y
por lo tanto justifican plenamente su reintegración, más aún que en la actualidad, como en el
Al surgir el nombre del Obispo Chávez de la Rosa como propietario de ambos inmuebles en
correspondían a la casa 101 de la calle Santa Catalina, es así que el año 1730 el R.P.FR. Diego
Butrón al entrar de religioso a la Recoleta, renunció a sus bienes en beneficio del Monasterio
del Carmen, estos constaban de una hacienda en Santa Ana de Siguas, una casa en la calle
de Peralta en diez mil pesos, la venta comprende las otras casas enfrente de la catedral, y sirvió
para redimir unos censos que tenían el Deán y cabildo, el mismo día del año 1731, la casa dejó
el P. Butrón en Santa Catalina, se vendió en 4200 pesos con los que se redimieron dos censos
que tenía el monasterio de Santa Catalina y otros 2400 pesos en la viña de Siguas, las que
El comprador de las propiedades José Vilches Peralta, este es el padre de Josefa, primera esposa
del Despositario Benavides se anota aquella “llevó la casa al matrimonio”, así, la casa que los
historiadores denominan “del despositario Benavides” era en realidad de los Vilches de peralta
o en todo caso de los Butrón porque su matrimonio con la Vilches se realizó en 1736 años
después de la compra.
matrimonio con Da. María Gregoria Vizcardo y Zea en 1778 que era hermana del Precursor
Don Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, al fallecer el Despositario Da. María Gregoria queda
como administradora de los bienes de los hijos del segundo matrimonio, que fueron tres, y se
Despositario, este recibió la casa que aportó al matrimonio, su esposa; le añadió uno que otro
cuarto, así, inició diversos procedimientos por los que la parte que correspondía a los hijos del
primer matrimonio fue comprada por Benavides, y de la misma manera su viuda como
administradora de los bienes de los hijos del segundo matrimonio, transfiere los derechos de
estos a una hacienda viña que tenía en el valle Vítor llamada “La Grande”, la propiedad queda
El 1796, María Gregoria Viscardo, vende la casa de calicanto que está en la calle que baja del
monasterio de Santa Catalina a la Plaza mayor frente al callejón que sube a la casa del Tnte.
Coronel D. Raymundo Gutiérrez de Otero”, la venta es a favor del Obispo José Chávez de la
Rosa, y se hace bajo los linderos que constan de los instrumentos desde la primera adquisición,
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los mismo que se manifiesta se entregaron al comprador. Por lo anterior podemos suponer que
era parte de un complejo de varias casonas que limitaban calle por medio con el callejón que
baja de la casa de Gutiérrez, aquel es el actual callejón de la Catedral y esta, la casona de Tristán
El obispo Chávez de la Rosa había comprado la casa para destinarla a palacio, compró al año
siguiente la casa contigua, con frente a la calle San Agustín, con la intensión de “agregarla” al
palacio como residencia obispal, de esta manera volvemos a nuestra casa de la calle San
Agustín cuando ante Josef de Salazar el diez de diciembre anota “...el día de ayer hubo y
compro de Francisco Javier y Manuela Lizárraga con los demás interesados una casa solar que
hubieron y heredaron de Da. Nicolasa Lizárraga... situada en la calle que hace frente a la
portería de Ntro. Pe. San Agustín y está contigua al palacio de su Señoría...” en el precio de
2000 pesos de contado “para agregarla al Palacio que ha hecho su Señoría Ilma, en la casa que
compró de Da. María Gregoria Viscardo viuda...”, Lo anterior nos ilustra que el imponente
El propósito del Obispo fue el de dotar a sus sucesores de un palacio, para lo que serviría la
casa principal con frente a la calle Santa Catalina y la de San Agustín como residencia, su
donación incluía el mobiliario con el mandato “que de ningún modo ni con ningún título lo
puedan enajenar”, pero la donación no se concreta, por lo que el Obispo exige mediante oficio
a los donatarios que hagan constar la falta de aceptación o, indiquen sus representantes para
perfeccionar la donación, pero finalmente, la donación no se realizó, por lo que el año 1804
El comprador, tiene que seguir ante el Virrey un proceso de “amparo de la propiedad” que la
culmina con el Superior Decreto del 12 de febrero de 1805, dado en Lima, por el cual se ampara
a Carlos Santos González en la posesión en que se halla con título legítimo de traslación en la
casa situada en la calle que de la plaza mayor va para el monasterio de Santa Catalina. Más
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
tarde, el 5 de marzo, ante la presencia del Sr. Bartolomé María de Salamanca y testigos se le
Para los fines de nuestra investigación es necesario hacer algunas menciones de carácter
genealógico, necesarias para explicar la relación entre las propiedades en estudio, y al mismo
tiempo, más allá de los fines propuestos se nota que en los años que estudiamos existía un
comercial, por el matrimonio de naturales de España con damas arequipeñas, por otro lado, es
evidente que existe el interés de mantener unidad las propiedades, por lo que es frecuente el
Carlos Santos González casó con María Teresa de Silva y Cornejo, tuvieron varios hijos, entre
ellos Paula González y Silva “Mujer legítima de Don. Juan Baustista Arróspide natural de los
reinos de España”, que como yerno acompañó a Carlos Gonzáles en el proceso de amparo de
este matrimonio, hay varios hijos que originan ramas familiares, de las que interesan las
formadas por Francisco Javier Arróspide Gonzáles, casado con Nicolasa Rafaela Rodríguez La
Rosa y Recabarren que son padres de D. Clemente Arróspide, y por otro lado, la formada por
Da. Tomasa Arróspide y Gonzáles, casada en 1819 con D. Juan Manuel Aldecoa y Echevarría,
la casa y la tienda serían para sus hijas, Águeda y Nicolasa, el terreno de cultivo para su hijo
Mariano. Para entonces doña Águeda aparece casada con su primo hermano Clemente
Arróspide en que al fallecimiento de las hermanas Aldecoa las hereda, la testamentería declara
la propiedad de una casa con los linderos siguientes: Por el pie casa de la señora María Llosa
de Nava; por el frente, local de la Universidad de San Agustín calle por medio; por un costado
(arriba) casa del Coronel Forga e hijos y la de Clemente Arróspice, y por el otro lado la
Influencia de la ingeniería civil en las Casonas de Arequipa
El mismo año se consolida la propiedad a favor del coronel Clemente Arróspide, antes debemos
anotar que durante el matrimonio el coronel Arróspide integró la propiedad de su casa: Santa
Catalina 101, con la de su esposa; así en la primera de dominio de la casa de la señora María
Llosa, hoy de propiedad de la Universidad de San Agustín, en la calle el Moral, se anota como
en la suma de 16000 soles, en la escritura consta que los compradores hipotecan el fundo a
Al fallecer Carlos Wagner, el año 1903, la propiedad pasa a su viuda que cancela la deuda a
los herederos Arróspide, y además, sigue un proceso de rectificación de área que culmina con
el mandato judicial del 28 de septiembre de 1912 que ordena anotar la extensión de 1164 metros
cuadrados más un decímetro, de acuerdo a la mansura realizada por el Dr. Olidoro N. Del Prado
La casa 115 de la calle San Agustín es hipotecada varias veces hasta que, pasa a los hijos de la
1152 libras y 301 milésimas “por adjudicación y parte de pago de esta finca”. La casa por estos
años estaba dedicada a casa de huéspedes y era conocida como la “Pensión Wagner”, esta tenía
Beneficencia Pública de Arequipa por el valor de 577 391.15, a cambio de una renta vitalicia.
Finalmente, la casa es comprada por la Universidad Nacional de San Agustín, siendo rector el
Dr. Humberto Núñez Borja, por la suma de 880 000 soles como consta de la escritura ante el
Las casas en estudio tienen un origen común y que, aunque en diferentes momentos de su
historia se hayan separado; sin embargo, se vivieron a integrar por sus propietarios, esta
una mejor adecuación a las finalidades culturales a las que están destinadas. De esta manera la
EN LA FUNDACIÓN
dividido en 49 manzanas, siendo la central destinada a la Plaza Mayor, hoy conocida como
Plaza de Armas.
El fundador, don Garcí Manuel de Carvajal y los miembros del Cabildo de la recién fundada
Villa, fueron los encargados de cumplir las disposiciones del Capitán General y Gobernador
del Perú, Don Francisco Pizarro, sobre la planta básica que tendría Arequipa.
entregada por el propio Don Francisco Pizarro, a mediados de julio de 1540, cuando
igualmente dispuso se decidiera, por votación de los vecinos, el lugar más adecuado para su
ubicación.
La Ingeniería Civil aplicada en Las Casonas de Arequipa
La ciudad quedó limitada por las calles o jirones que hoy se conocen con los nombres de
Ayacucho y Puente Grau por el norte, San Camilo y Consuelo por el sur, Villalba y Cruz
Los solares fueron asignados a los casi 89 primeros vecinos que se trasladaron desde el valle
de Camaná o desde el Cusco, en los primeros dos años. El solar, era la cuarta parte de una
La asignación del número de solares por vecino, se verificó teniendo en consideración los
De acuerdo con la usanza virreinal, ubicada la Plaza Mayor, se asignaron los solares
destinados a la Iglesia Mayor y para el Cabildo, uno al frente del otro, y en los alrededores de
la Plaza, los solares reservados para las casas del Capitán General del Perú, del Obispo del
El propio fundador de la Villa se reservó dos solares, a las espaldas de la Iglesia Mayor, y que
años después logró separarlos mediante la apertura de un callejón, que hasta hoy se conserva.
Entre los primeros vecinos y pobladores del Valle de la Villa Hermosa de Arequipa, figuró
uno de los “Trece de las Isla del Gallo”, además de licenciados y doctores que llegaron al
Perú para dirigir los rumbos administrativos de la Colonia y, los soldados de fortuna que
Entre ellos y entre los primeros artesanos que se ubicaron inicialmente en Camaná, se
Con exactitud, poco o nada se puede decir sobre cuál de los solares fue asignado a tal o cual
personaje. Es más, pasados los primeros años, turbulentos por la convulsión de las guerras
fraticidas entre los españoles, la tenencia de la tierra o de los solares se alteró con la venta,
Lo que se puede afirmar con plena y total seguridad es que la esquina que hoy conforman las
calles Ugarte y Santa Catalina, formó parte del casco germinal de la hoy ciudad de Arequipa.
DOCUMENTACIÓN HISTÓRICA
Aunque la historia documental más remota vinculada a la Casona es la que se registra el dos
de febrero de 1829, en que por fallecimiento de doña María Bustamante, quedan instituidos
como herederos y propietarios sus hijos José Mariano, Mateo Fructuoso, Juana y Manuela
Cossio Bustamante, la propiedad tiene origen en los bienes de los padres de la difunta. Por
eso doña María Bustamante y de la Fuente, tenía un tercio de la propiedad de la casona que
compartía con sus hermanas doña Mercedes y doña Catalina Bustamante y de la Fuente.
Las tres hermanas Bustamante y de la Fuente, eran hijas de don Manuel Lorenzo Bustamante
junio de 1783.
Don Manuel Lorenzo Bustamante y Diez Canseco fue hijo del Depositario General y Alcalde
de Arequipa en los años 1746 y 1747 don Domingo Bustamante y Benavides y, de doña
Petronila Diez Canseco y Moscoso. Don Manuel Lorenzo, también fue Alcalde de Arequipa
Doña María Toribia de la Fuente y Loayza, estuvo casada en primeras nupcias con el Capitán
Benito Fernández Gandarillas, con quien procreó a don José y don Manuel Gandarillas. Ella
en segundas nupcias se casó, como queda dicho, con don Manuel Lorenzo Bustamante y Diez
Canseco. Doña María Toribia fue hija de don Basilio de la Fuente y Aro, Alcalde Provincial
Loayza Portocarrero.
Doña María Toribia dio poder para testar a su marido el Teniente Coronel don Manuel
de 1792.
El matrimonio Bustamante Diez Canseco – de la Fuente y Loayza, tuvo como hijos, tal como
como legado de sus padres, la casona de la esquina Santa Catalina – Santa Marta (Hoy
Sólo María de la Asunción Bustamante y de la Fuente se casó. Las otras dos hermanas,
quedaron solteras.
Doña María de la Asunción Bustamante y de la Fuente se casó con don José Mariano de
José Mariano de Cossio y Urbicaín fue hijo del Brigadier, Caballero de la Orden de Santiago,
don Mateo Vicente de Cossio y la Pedrera y de doña Joaquina Urbicaín y Carasa. Don José
Doña María Asunción y don José Mariano procrearon a don Mateo Fructuoso, doña Juana y
Al fallecer doña María de la Asunción Bustamante y de la Fuente, dejó como herederos a sus
hijos habidos en el matrimonio con don José Mariano de Cossio Urbicaín. Ella dejó poder
para testar a su esposo, en escritura pública ante el Notario Dr. Matías Morales, el 2 de
febrero de 1829.
Don Mateo Fructuoso, doña Juana y doña Manuela Cossio y Bustamante, heredaron un tercio
de la casa de la esquina Santa Catalina – Santa Marta (Hoy Ugarte). Los otros dos tercios
Doña Mercedes Bustamante y de la Fuente dejó como heredera, del tercio del predio antes
citado, a su hermana Catalina y a la muerte de ésta a sus sobrinos: don Mateo Fructuoso,
doña Juana y doña Manuela Cossio Bustamante, según testamento otorgado el 26 de mayo de
La Ingeniería Civil aplicada en Las Casonas de Arequipa
sobrina doña Manuela Cossio y Bustamante, según testamento otorgado ante el Notario
casa de sus padres Lorenzo Bustamante y Diez Canseco y doña María Toribia de la Fuente y
Loayza.
Dr. Isidoro Cárdenas, hizo renuncia del tercio que le dejó su hermana Mercedes Bustamante y
la casa, por partes iguales: doña Catalina Bustamante y de la Fuente y sus sobrina doña Juana
Bustamante asumió la tercera parte que su tía le dejó en escritura pública el 8 de agosto de
1860.
Doña Manuela de Cossio y Bustamante, soltera, instituyó por su heredera a doña Mercedes
Tejeda Cossio, hija de don Baldomero Tejeda y de su sobrina nieta doña Mercedes Cossio
Berenguer, según testamento otorgado ante el Notario Dr. Abel Ygnacio Campos, el 20 de
enero de 1902.
Don Mateo Fructuoso Cossio y Bustamante, nacido el 22 de junio de 1821, hijo, como queda
1845 con doña Dominga Berenguer Berrogaray y Portu. Ésta, fue hija de don Buenaventura
Berenguer Gómez de Hosta, natural de Chile y, de doña María Ignacia Berrogaray y Portu.
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Ellos procrearon a don Mariano, doña Mercedes, don Manuel, don José María y don Eduardo
documento fue aprobado en Auto de 20 de febrero de 1867, expedido por el Juez de Primera
Instancia, Dr. Mariano Cornelio García, siendo Actuario don Andrés Llerena. Luego fue
protocolizado ante el Notario Dr. Mariano García Calderón. Don Mateo Fructuoso Cossio y
1880.
Al fallecimiento de don José María Cossio los derechos que tenía en este predio pasaron a sus
hermanos don Mariano, doña Mercedes, Don Manuel Alejandro y don Eduardo Cossio
Instancia, Dr. José Santos Talavera y refrendado por el Actuario don Mateo Garzón Zegarra
en Auto del 27 de junio de 1900. Al no existir el original del documento se siguió un nuevo
doctor M. C. Zereceda quien tuvo como Actuario a don Emilio Bernal, el 30 de noviembre de
1922. El nuevo Auto fue protocolizado ante el Notario doctor J. Enrique Osorio.
Don José Mariano Cossio y Berenguer, hijo de don Mateo Fructuoso Cossio y Bustamante y
Margarita de la Torre y Valcárcel. Ella, doña Margarita, fue hija del doctor don Enrique de la
Al fallecimiento de don José Mariano Cossio y Berenguer pasaron sus derechos en el predio
estudiado a sus hijos: doña Margarita, don Mateo, don Enrique y don Alberto Cossio y de la
Torre. Ello en virtud de su testamento, firmado ante el Notario doctor José María Tejeda el 18
de diciembre de 1900.
Don Mateo M. de Cossio y de la Torre, quien fue Diputado por Arequipa entre 1924 y 1929,
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Don Enrique Cossio y de la Torre, aunque estaba casado con doña Luisa Urrutia y al no tener
descendencia, optó por dejar sus derechos a su madre, doña Margarita de la Torre. Su
decisión consta en el testamento que otorgó ante el Notario doctor Higinio Talavera, el 27 de
octubre de 1907.
La señora doña Margarita de la Torre viuda de Cossio y sus hijos doña Margarita y don
Alberto Cossio y de la Torre vendieron sus derechos a la señorita Mercedes Tejeda Cossio.
Lo hicieron mediante escritura que pasó ante el Notario doctor Abel Ygnacio Campos, el 18
de junio de 1913.
La venta se realizó por un monto de 1449.92 soles. Doña Margarita de la Torre viuda de
Cossio y sus hijos don Mateo y Margarita Cossio y de la Torre, tenían derechos en la casona
estudiada, que los recibieron en herencia de doña Juana Cossio y Bustamante viuda de
García.
El doctor don Mateo M. y su hermano don Eduardo de Cossio y de la Torre vendieron sus
derechos al comunero don José Carmen Chávez. El primero de ellos, lo hizo a través de su
apoderado el doctor Juan de la Cruz Corrales Díaz mediante documento registrado por el
Don José Carmen Chávez, un comunero de la hacienda de Tambo, se hizo de los derechos del
don Mateo M. Cossio al pagar al Banco de Perú y Londres una hipoteca que grababa sus
Por su parte don Eduardo de Cossio y de la Torre, vendió sus derechos al referido don José
Carmen Chávez, anteladamente, mediante escritura que pasó el 2 de octubre de 1896, ante el
Don Manuel Alejandro Cossio Berenguer permutó por igualación sus derechos en la casona
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de Santa Catalina con los que tenía la señorita Mercedes Tejeda Cossio en una finca rústica
de Tambo. La permuta se realizó mediante escritura pública que pasó ante el Notario doctor
A su vez don José Carmen Chávez, mediante su apoderada y esposa, señora Rosalía Almonte
de Chávez vendió los derechos en la Casona de Santa Catalina, a favor del doctor Lucio
Fuentes Aragón, mediante escritura otorgada ante el Notario doctor Manuel Ygnacio
El abogado doctor Lucio Fuentes Aragón vendió estos mismos derechos a doña Mercedes
Tejeda y Cossio, por el valor de 710.16 soles, según escritura que pasó ante el Notario doctor
judicialmente, por sus herederos a sus hijos: Mercedes, Alejandro, Zoila, Carlos, Oscar, Rosa,
Roberto, Eduardo, Celia y Baldomero Tejeda y Cossio. Todos éstos, con excepción de don
Eduardo Tejeda y Cossio, vendieron sus derechos en la Casona a la señorita Mercedes Tejeda
y Cossio. El acto se efectuó mediante escritura de 30 de junio de 1913 que pasó ante el
Notario doctor Abel Ygnacio Campos. Don Eduardo Tejeda y Cossio vendió sus acciones en
la Casona al señor Cura don Manuel A. Barrios, el 1 de junio de 1914 y éste a don José
Carmen Chávez. Estos derechos fueron comprendidos en una permuta antes indicada.
Doña Mercedes Tejeda Cossio vendió toda la propiedad de la Casona de Santa Catalina, en el
precio de 800 mil soles, a doña Cristina Tejeda Pacheco, según Escritura de Venta que pasó
el 2 de febrero de 1970 ante el Notario doctor Eduardo Benavides Benavides. Doña Cristina
Propiedad el 18 de febrero de 1970 bajo el Nro. 243 del TM. 51 del Diario; Legajo E-5190
del Diario.
La Casona fue usada durante muchos años como local de la Escuela Primaria de Segundo
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El Banco de la Vivienda del Perú, adquirió el dominio del inmueble comprándolo de doña
Cristina Tejeda Pacheco en el precio de 238 millones de soles, según contrato suscrito el 16
de noviembre de 1983 y que fue inscrito, con legalización notarial de firmas, en los Registros
Mediante Resolución Jefatural del Instituto Nacional de Cultura Nº 523 del 6 de septiembre
de 1988, la Casona de Santa Catalina fue declarada Monumento Histórico. Esta declaración
fue inscrita en los Registros Públicos a solicitud del director del Instituto Departamental de
Banco de la Vivienda del Perú la suma de 162 mil dólares americanos. El documento de
compra-venta firmado el 17 de octubre de 1994 pasó ante el Notario de Lima, doctor Ricardo
Fernandini Barreda.
El respectivo Título de Propiedad fue presentado ante los Registros Públicos de Arequipa el
28 de junio de 1995 en el asiento 74547 del TM uno del Diario, Legajo E-00074210.
Remodelada la Casona, desde 1998 hasta el 2003 sirvió, cedida en uso por la empresa
propietaria del inmueble, como sede del Museo de Santuarios de Altura de la Universidad
Católica Santa María. Durante esos años diversos cuerpos de niños sacrificados y congelados,
rescatados de los altares incaicos ubicados en las cumbres andinas, fueron expuestos ante el
turismo internacional. Entre esos cuerpos congelados, exhibidos allí, figura el conocido como
virtud de la transferencia de dominio por fusión, que realizó con Inmobiliaria 301 S.A. Esto
se efectuó en mérito a la fusión por absorción, bajo la modalidad de fusión simple, celebrada
mediante escritura, el 18 de Enero del 2004, ante el Notario doctor Carlos Enrique Gómez de
la Torre Rivera. El valor asignado para el inmueble fue de 4 millones 714 mil 357.78 nuevo
soles. El título fue presentado ante Registro Públicos el 1 de octubre del 2004 bajo el Nro.
2004-0001671-01 y 15791-13.
Turísticos Santa Catalina S.A., inscrita en la Partida Registral Nro. 11044368 del Registro de
Servicios Turísticos Santa Catalina S.A. pagó la suma de 350 mil dólares americanos, según
consta en la Escritura Pública que pasó ante el Notario doctor Carlos Enrique Gómez de la
Torre Rivera. El correspondiente título de propiedad fue presentado ante Registros Públicos
De los 3125 m2, que inicialmente debió tener la Casona que nos ocupa, su área quedó
reducida a sólo 1 157.50 m2. Superficie ésta que, como unidad, fue registrada el 15 de enero
de 1910.
Posteriores mediciones señalan para el inmueble un área total de 1 258.03 m2, área muy
ARQUITECTURA
que se han efectuado en cuatro siglos y medio de historia, es factible que muchos de los
ambientes que exhibe tengan sus raíces a mediados del siglo XVIII, después de los
terremotos del 8 de enero de 1725 y del 13 de mayo de 1784. Es lógico también considerar
La Ingeniería Civil aplicada en Las Casonas de Arequipa
que la Casona de Santa Catalina 201 fue reacondicionada después del terremoto del 13 de
agosto de 1868.
Y en este siglo, los terremotos del 15 de enero de 1958 y del 13 de enero de 1960, causaron
severos daños, especialmente en las casonas construidas sobre la base de sillar y calicanto. A
mediados del siglo XVIII, cuando se debió levantar la Casona de Santa Catalina, el
historiador don Ventura Travada y Córdova afirma sobre la forma de construir que:
“… el porfiado tesón de labrar casas de cal y canto, ha creado tantos oficiales peritos en la
arquitectura que labran pedestales, levantan pilastras y columnas capiteles y si les preguntan
lo que hacen responderán que mejor lo saben hacer que decir, porque es la natural
arquitectura en que los tiene la práctica tan aleccionados. De esta suerte se ve todos los días
hacer fábricas en la ciudad, no solamente casas regulares, sino también de eminentes torres,
Las viviendas arequipeñas de mediados del siglo XVII, en su mayoría contaban con dos
reciclando los restos que quedaron en pie, se alteraron las fachadas y en algunos casos se
reforzaron las paredes con contrafuertes. Las fachadas fueron tornándose neoclásicas y
En todo caso, es desde 1784 en adelante que las paredes de sillar adquieren una gran sección,
paredes de sillar, una interna y otra externa, rellenadas en medio con retazos de sillar o
Estas anchas paredes, posibilitaron sostener bóvedas de sillar, aun cuando se carecía de los
conocimientos y técnicas de la resistencia estructural. Los alarifes de los siglos XVIII y XIX
optaron por construir los edificios y las viviendas aprovechando la gravedad, al hacer
depender la solidez de las bóvedas en paredes anchas y en la presencia de las dovelas, o cuñas
de cierre.
La Ingeniería Civil aplicada en Las Casonas de Arequipa
Los vanos son salvados con el empleo de arcos, los que son dintelados horizontales en el caso
de luces pequeñas y con arcos de medio punto para vanos de mayor dimensión.
Ocasionalmente se emplearon otras variantes de arcos como los ojivales y los de herradura.
aceite que cada propietario colocaba frente a las fachadas de sus casas.
La presencia de alacenas y hornacinas, así como una arquería destinada generalmente como
comedor fueron otras de las características que adquirieron las viviendas arequipeñas, que por
otro lado lucían decoraciones pintadas en casi todos sus ambientes. El sillar cara vista que
hoy ostentan las casonas del Centro Histórico de Arequipa, declarado Patrimonio Cultural de
CONCLUSIONES:
bibliográfica y de campo, podemos concluir que la ingeniería civil en las casonas más
antiguas de Arequipa no tuvo la influencia debida, esto se debió al poco avance tecnológico
Otro punto importante es el hecho de que la mayoría de las casonas tienen mucha similitud en
como el de 1784 y 1868, en pocas palabras se puede decir que la construcción de las casonas
de Arequipa tuvo que adaptarse los temblores y terremotos a los que esta expuesto la ciudad.
BIBLIOGRAFIA:
http://dantezegarra.blogspot.com/2005/08/casona-de-santa-catalina-una-
casona.html?m=1
http://arquitecperu.blogspot.com/2012/10/el-centro-historico-de-arequipa.html?m=1
http://www.arquiwebmaster.net/arqcol/evolucion.html
https://www.bbva.com/es/tristan-del-pozo-la-casa-del-arte-arequipa/