donde brillan opacos, a través de la niebla, los fuegos de hojarascas ardiendo, y la espesura cubre la estatua pétrea y tiene aspecto de una informe escultura enverdecida. Ni para qué entrar en los cuartos, donde en ventanas rotas y espejos herrumbrosos bailan sombras movidas por el viento, y el color ha escapado del papel de los muros. No puede absolver a nadie al forastero a quien le concedieran un plazo más aún sobre la tierra; tampoco adentro habría que romperse el grillete que le aprieta la frente.
Mejor es huir lejos,
atravesar el puente sin barandas, o ver abajo del agua color hierro, donde su rostro es óvalo deforme, y su boca un rectángulo crispado.
ÁGNES NEMES NAGY
Para el infierno
Un tranvía con luces y vacío.
Un hospital de guerra. Hubo aquí un tiempo una herrería. Un montoncito gris de nieve. Parque infantil en ruinas, Cadena de columpio. Una estación de tren desierta. Marca El reloj media noche. (Noche: sandía llena de agujeros).