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RUSIA

SOCIALISMO EN RUSIA

La Revolución Rusa que dio origen al socialismo impuesto por el Estado, duró
apenas 70 años, fue el sistema político-económico más corto de la historia de la
humanidad. El agrario se prolongó por miles de años pero fue terriblemente
ineficiente, el mercantilismo estuvo en vigencia tres siglos, pero fracasó por
favorecer a un limitado grupo de personas y el capitalismo tiene más de 200 años
y va para largo. Sorprendentemente Marx y Engels, escritor y editor,
respectivamente, de la obra El Capital, donde se critica a los liberales ingleses
Smith, Ricardo, Mill y al estadounidense Franklin, ignoraron lo que había
sucedido en la historia medieval inglesa, cuando los reyes reconocieron que las
tierras comunitarias no alentaban la producción y optaron por asignarlas
individualmente a sus súbditos para que las trabajen. La propiedad privada se
convirtió en uno de los cimientos del desarrollo económico inglés.

El socialismo, nacido de una transformación sangrienta que coarta las libertades


individuales y crea una estructura estatal centralista, ordenando a los ciudadanos
lo que tienen que hacer, está condenado al rotundo fracaso como efectivamente
sucedió y sucederá. El socialismo soviético fracasó porque por definición era un
sistema que no premia al emprendedor, aquel individuo que crea bienes y
servicios que antes no existían, y que es capaz de identificar las necesidades
insatisfechas de los consumidores. No puede existir creatividad e innovación en
las sociedades socialistas, lo que explica la ausencia de inventos.

Los socialistas de actualidad, que tanto se llenan la boca atacando la


globalización se olvidan que el Politburo soviético, pretendió globalizar el nefasto
sistema a todos los continentes; lo intentó en Europa, África, Asia y América. En
todas las regiones creó miseria; ejemplos sobran: China, Corea del Norte, India,
Alemania Oriental, Angola, Congo, etc. La magnitud de la tragedia se conoció
después de la caída del muro de Berlín, como revelan las cifras
macroeconómicas durante los regímenes socialistas. Chávez también pretendía
globalizar el socialismo y se repetirá la historia.

La propia Rusia, durante los últimos años de gobiernos socialistas, tuvo que
importar enormes cantidades de granos de Estados Unidos, por el consistente
fracaso de las cosechas de trigo y demás cereales. Cuando surgió el Glasnost
(liberalización de la información) y Perestroika (reformas económicas), cada
república buscó su futuro sobre estrategias comunes: terminar con la intromisión
del Estado en el sector privado, acabar con las tierras comunitarias, liberalizar la
economía, apoyar la libertad económica y establecer el imperio de la ley e
institucionalidad. En unos países las transformaciones fueron casi inmediatas,
en otros, más lentas, pero la mayoría comenzó a transitar por el camino hacia la
prosperidad, a través del irrestricto apoyo al sector privado. Se dedicaron a
exportar, dar la bienvenida a la inversión extranjera y aplicar demás políticas de
libre mercado.

CAPITALISMO EN RUSIA

La Rusia de Vladimir Putin se parece cada vez más a la Unión Soviética


esclerótica y estancada de la era de Leonid Brezhnev. Sin embargo, en un área,
el régimen de Putin continúa siendo un régimen innovador: en el área de la
corrupción. De hecho, durante el presente año, el décimo octavo año de gobierno
de Putin, una nueva forma de capitalismo de amiguetes ha estado tomando
fuerza.

Durante la última década, Putin ha supervisado una importante renacionalización


de la economía rusa. El sector estatal se expandió desde el 35% del PIB en el
año 2005 al 70% en el 2015. Utilizando las palabras de Lenin, parecería que el
Estado hubiese recuperado el control de las “puestos de alto mando” de la
economía.

Y, a pesar de ello, también parecería que las empresas estatales, como por
ejemplo las gigantes energéticas Gazprom y Rosneft, operan como negocios
modernos. Al fin y al cabo, tienen normas y políticas de gobierno corporativo,
consejos de administración y supervisión y celebran reuniones anuales de
accionistas. Se someten a auditorías internacionales independientes, publican
informes anuales y mantienen juntas directas con directores independientes.

Pero las apariencias pueden ser engañosas. Las principales normas y políticas
de las empresas estatales son meras formalidades. Ni siquiera son empresas
que realmente están dirigidas por el Estado. Por el contrario, son empresas
controladas por un grupo pequeño de amiguetes –formado por exfuncionarios de
la KGB, ministros altos funcionarios de la administración del presidente de la
República –quienes actúan como representantes personales de Putin–.

El sistema hace que perduren las características distintivas del antiguo modelo
feudal descrito por Richard Pipes de la Universidad de Harvard en su obra
clásica Russia under the Old Regime : un sistema que otorga un máximo de
libertad al gobernante, quien a su vez delega tareas a los señores feudales. En
efecto, las empresas estatales rusas han transformado la propiedad pública en
un nuevo modelo de propiedad zarista.

Los inversionistas internacionales se han dado cuenta de esta situación.


Compran acciones rusas, pero solo por los considerables dividendos que pagan
dichas acciones –no por la influencia que pudiesen tener en su calidad de
accionistas–. No es de extrañar, por lo tanto, que la capitalización de mercado
de Gazprom se haya derrumbado desde un máximo de 369.000 millones de
dólares en mayo del año 2008 a unos 55.000 millones de dólares en la
actualidad.

Las operaciones de las llamadas corporaciones estatales son particularmente


problemáticas. Legalmente, estas firmas, que incluyen a Vnesheconombank
(VEB) y a Russian Technologies (Rostec), son organizaciones no
gubernamentales independientes. Pero, se las establece a través de la donación
de fondos o bienes estatales: cuando se crearon seis corporaciones de este tipo
en el año 2007, se les transfirió unos 80.000 millones de dólares de activos y
unos 36.000 millones de dólares de fondos estatales frescos. Esto las pone bajo
el control directo de Putin.

El capitalismo de Estado suele asociarse con estrategias de inversión y


desarrollo tecnológico dirigidas públicamente. Y, de hecho, las corporaciones
estatales de Rusia están supuestamente enfocadas en promover el interés
público o en crear bienes públicos. Pero la realidad es que los gerentes hacen lo
que quieren, como favorecer a amigos a través de procesos de adquisiciones
discrecionales o mediante ventas de activos a precios por debajo de los precios
de mercado.
¿Putin es un dictador comunista?
Por primera vez en 70 años se vieron en Rusia limosneros sin empleo, sin techo,
sin alimentos ni atención médica. Millones empezaron a añorar el sistema
comunista con todo y sus defectos y fracasos. Rusia necesitaba un líder fuerte
que impusiera el orden, y surgió Vladímir Putin, un culto y elegante exagente de
la KGB convertido en político carismático.

Putin gobierna hoy un país capitalista. No es comunista ni “técnicamente” un


dictador, pero ejerce un gobierno autoritario en el marco de su Constitución.
Políticamente no es igual dictadura que autoritarismo.

La Federación de Rusia tiene un Parlamento bicameral: la Duma o Cámara Baja,


y el Congreso de la Federación o Cámara Alta. Tiene un sistema judicial
independiente, salvo cuando Putin considera necesario ejercer su influencia.

El Ejecutivo lo ejerce el presidente de la Federación de Rusia con amplios


poderes que le permiten gobernar con amplitud de facultades, teniendo como
principal colaborador al presidente del Gobierno (digamos, un primer ministro),
su mano derecha, Dmitri Medvédev.

Esa amplitud de poderes que constitucionalmente tiene Putin, los usa con mano
fuerte y ha logrado restablecer el orden, organizar al país, combatir la
delincuencia e impulsar la economía con buenos resultados.

La reelección es permitida en Rusia, pero consecutivamente no más de dos


veces. Putin tiene 19 años gobernando Rusia como presidente de la Federación
o como primer ministro.

Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, Vladímir Putin goza


de una inmensa popularidad, situándose muy lejos de sus rivales políticos. El
prestigioso diario español, El País, calificó como confiables las últimas
elecciones presidenciales rusas, con estos resultados: Partido Rusia Unida,
Socialdemócrata, (Vladímir Putin) 76.69 %. Partido Comunista (Pável Grudinin)
11.77 %.

Partido Liberal (Vladímir Zhirinovsky) 5.65 %. Otros siete partidos obtuvieron


porcentajes menores. La Universidad Complutense de Madrid y El País
coinciden en atribuir la popularidad de Putin a su habilidad política para
restablecer el orden, reorganizar un país en caos y bancarrota, mejorar
notablemente la economía y mostrarle al pueblo un camino progresista,
recuperando el prestigio de Rusia como potencia militar, alimentando el orgullo
nacional. Todo ello a pesar de que en su gobierno no está ausente la corrupción,
aunque mucho menor que en la de su antecesor, Boris Yeltsin.

Ya no existe la “guerra fría” entre las potencias rivales URSS y EE. UU.
(comunismo vs. capitalismo). Hoy Rusia es un país capitalista y supuestamente
democrático, aunque con un gobierno autoritario.
CUBA

CAPITALISMO EN CUBA

Las fuerzas militares estadounidenses aprovecharon en los años finales del siglo
XIX la coyuntura de una España agotada por la combatividad de las armas
cubanas insurrectas y la decadencia global del imperio ibérico, para
desencadenar su primera guerra imperialista.
Muchos estudiosos de la historia consideran que el objetivo
geopolítico esencial de Estados Unidos en aquella época era apoderarse de las
islas Filipinas y todo el sistema colonial español, ya que Cuba no constituía una
urgencia, dado que, por su cercanía geográfica, estaba llamada a caer
inevitablemente en sus manos “cual fruta madura” por ley natural de gravedad.
Pero el pretexto para la guerra lo pudieron fabricar de manera más expedita en
Cuba, haciendo estallar su acorazado “Maine” en el puerto de La Habana cuando
realizaba una visita amistosa a las autoridades coloniales españolas, imputando
a sus anfitriones el cruento acto. Así, al intervenir en el conflicto insular
declarando la guerra a España, frustraron la victoria insurrecta y la proclamación
de un país libre e independiente, objetivo por el que habían venido luchando y
muriendo muchos miles de cubanos desde 1868 movidos por una flamante
conciencia de nación soberana.
Cuba pasó así, directamente, de una condición colonial a una situación
neocolonial.
Cuando a los cubanos se les habla hoy de las bondades del capitalismo y se les
trazan planes de ayuda para la transición a ese orden socio-económico, se está
suponiendo en este pueblo una amnesia histórica contra la cual los cubanos
están vacunados.
Con la sociedad de consumo estadounidense como paradigma, todos los
factores formadores de conciencia, desde la enseñanza hasta la prensa,
enfilaban en Cuba hacia un modelo de nación capitalista, profundamente dividida
en lo interno por razones de raza, género, ingreso económico, partidos políticos
y cuantos demás factores cuadraban a los intereses de dominación del poderoso
vecino.
Los gobiernos eran electos según propuestas de candidaturas de los diferentes
partidos políticos. Los comicios eran espectáculos trágico-cómicos que iniciaban
etapas de
promesas-fraudes-burlas-malversaciones, en ocasiones interrumpidas por ciclos
de violencia que incluían intervenciones estadounidenses, golpes de estados,
represión, asesinatos, torturas… Hasta llegar al inicio de un nuevo ciclo parecido
al anterior.
Cada uno de los pasos en esta cadena de acontecimientos debía contar con la
aprobación de la Embajada estadounidense que, en ocasiones, asesoraba a los
dos bandos en pugna.
El gobierno, corrupto, encabezaba una superestructura que incluía un sistema
judicial, un sistema policial, una administración pública y una prensa, todos
igualmente corruptos, con excepciones muy aisladas pero honrosas.
A las fuerzas armadas, dotadas todas ellas de asesores estadounidenses les
tocaba cuidar el orden, especialmente en lo que concierne a garantizar la
tranquilidad y la seguridad de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros.
Estos últimos, los verdaderos dueños del país, no eran tan conocidos –ni tan
atacados- como los políticos, quienes eran siempre, primero, alabados por sus
promesas y luego vilipendiados por sus actos corruptos y sus crímenes. Más
bien se les situaba por sobre la política y las leyes, eran los que mandaban, pero
lo hacían
anónimamente, por intermedio de los políticos y los represores. Ni siquiera se
les achacaba la responsabilidad por los cientos de miles de niños pordioseros
que colmaban las calles de las ciudades deambulando descalzos y hambrientos.
O de un número aún mayor de desempleados, subempleados o autoempleados.
Tampoco respondían ellos por los niños sin escuelas, los ancianos sin asistencia,
las decenas de miles de mujeres forzadas a la prostitución por la miseria.
Algunos políticos se mantenían por mucho tiempo alterándose en el poder según
sus habilidades para el engaño. Muchos lograban ascender a la escala de los
grandes capitalistas mediante la malversación de las arcas públicas y otros
delitos que llegaban a hacerlos socialmente tolerados.
Aunque crueldades tales como el bloqueo económico durante casi medio siglo
son verdaderas vacunas contra la amnesia histórica, el deslumbrante espejismo
del paraíso terrenal que proyecta la propaganda del modo de vida
estadounidense –que invisibiliza los 48 millones de estadounidenses que viven
por debajo de la línea de pobreza, las crecientes tensiones raciales o la penuria
de los cubanos emigrados a Estados Unidos después de 1980– lo invade todo y
es casi imposible escapar de sus nocivos efectos.
Para las nuevas generaciones de cubanos no es fácil imaginar tanta inequidad y
corrupción en un pasado reciente que les puede parecer lejano.
La emigración y las manifestaciones neo anexionistas son la válvula de escape
en la olla que incendió el capitalismo en Cuba y el bloqueo y demás agresiones
han impedido sofocar totalmente
SOCIALISMO EN CUBA

El régimen cubano ha decidido decir adiós formalmente al comunismo. El


concepto ha sido eliminado en el anteproyecto de reforma constitucional en
curso, según han avanzado este sábado los medios oficiales de la isla. Inmerso
en un proceso de liberalización controlada del modelo económico, el Gobierno
de Cuba incluye en el nuevo texto el reconocimiento de la propiedad privada y
se desprende de la referencia a la ideología comunista, aunque explicita que el
socialismo sigue siendo política de Estado.

La Constitución vigente, de 1976 y redactada a imagen y semejanza de las del


bloque socialista, incluye en su artículo 5 el objetivo del "avance hacia la
sociedad comunista". Con la reforma constitucional, esa idea se esfumaría. Un
cambio de enorme trascendencia histórica que el gobierno presenta como mera
adaptación del lenguaje a la nueva fase de continuidad revolucionaria. "No quiere
decir que renunciemos a nuestras ideas, sino que en nuestra visión pensamos
en un país socialista, soberano, independiente, próspero y sostenible", dijo el
viernes el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo.

Ideológicamente, Cuba se quedará en la paradójica situación de desprenderse


de la idea del comunismo en su Constitución sin dejar de reconocer como
máximo órgano de dirección del país al Partido Comunista de Cuba. El
anteproyecto de reforma, según el diario oficialista Granma, “ratifica el carácter
socialista de la Revolución y el papel rector del Partido” y la “irrevocabilidad del
modelo político y económico”. El gobierno comenzó la remodelación del modelo
económico –y la contención de la narrativa comunista– en 2011 con la
elaboración de los llamados Lineamientos de la Política Económica y Social del
VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

El borrador abre la puerta también a la legalización del matrimonio entre


personas del mismo sexo, un fuerte reclamo de la comunidad LGBT en la isla,
impulsada nada menos que por la hija del ex presidente Raúl Castro.

El proyecto de reforma constitucional cubana propone también definir el


matrimonio como la "unión entre dos personas", lo que abriría la puerta a la
legalización de las bodas homosexuales, uno de los principales reclamos del
colectivo LGTBI en el país.

La Constitución vigente (1976) define el matrimonio "como la unión concertada


voluntariamente entre un hombre y una mujer", lo que impedía la aprobación de
una modificación en el código de familia que legalizara las uniones entre
personas del mismo sexo, ya que habría resultado inconstitucional.
El secretario del Consejo de Estado de la isla, Homero Acosta, explicó este
sábado a los diputados que el concepto de matrimonio se modifica de forma que
ahora "no especifica de qué sexo son las personas que lo conformarían".

"No dice que se trata del matrimonio igualitario, solo rompe con esa barrera de
modo que en el futuro se podría incorporar", dijo Acosta en la televisión estatal.

Por otro lado, el artículo 21 del nuevo texto sometido a debate reconoce "otras
formas de propiedad como la cooperativa, la propiedad mixta y la propiedad
privada", y admite la inversión extranjera como "una necesidad y un elemento
importante del desarrollo".

Estos cambios buscan adaptar la Constitución a la nueva realidad económica de


Cuba, donde al calor de las reformas económicas impulsadas durante la
presidencia de Raúl Castro han surgido numerosos negocios privados, y atraer
divisas para aliviar la endémica crisis económica del país.

Los artículos dedicados a la economía en el nuevo texto marcan una gran


diferencia respecto a la actual Carta Magna, que solo reconoce la propiedad
estatal y la cooperativa agropecuaria, en línea con el modelo de Estado
comunista aplicado al país por el fallecido ex dirigente Fidel Castro tras la
Revolución de 1959.

Aún así, el anteproyecto sometido a debate remarca el papel del Estado al


establecer que "la empresa estatal es el sujeto principal de la economía como
generador de la riqueza del país" y que "la propiedad socialista de todo el pueblo
es el núcleo fundamental", según lo adelantado.

En el ámbito político, el texto del borrador confirma que no habrá cambios en el


"carácter socialista del sistema político y social" y mantiene como "fuerza
dirigente superior" al Partido Comunista de Cuba (único legal), aunque instituye
la figura del presidente de la República, limita su mandato a diez años y propone
la creación de un primer ministro.
CHINA

CAPITALISMO EN CHINA
Nadie predijo que la “modernización socialista” que el gobierno chino post-Mao
lanzó en 30 años resultaría ser lo que los académicos denominan hoy la gran
transformación económica de China. Cómo las acciones de los campesinos,
trabajadores, académicos, y legisladores chinos se combinaron y derivaron en
esta consecuencia no intencionada es la historia que intentamos contar. Hoy, no
necesitamos presentar datos estadísticos para convencerlo del auge de la
economía china, aún cuando China todavía se enfrenta a retos enormes. Muchos
chinos todavía son pobres, muchos menos chinos tienen acceso a agua pura
que a los teléfonos celulares, y todavía se enfrentan a muchos obstáculos
cuando se trata de proteger sus derechos y ejercer su libertad. No obstante,
China ha sido transformado desde adentro a lo largo de los últimos 35 años. Esta
transformación es la principal historia de nuestra época. La lucha de China, en
otras palabras, es la lucha del mundo.

En contra de la sabiduría convencional, tomamos el fin de 1976 como el inicio de


la reforma post-Mao y argumentamos que China básicamente se convirtió en
una economía de mercado para fines de los noventa y antes de que se uniese a
la Organización Mundial de Comercio en 2001. En el nuevo milenio, la economía
china ha mantenido su ímpetu de crecimiento y se ha vuelto más integrada con
la economía global. Siendo un relato de cómo China se volvió capitalista, nuestro
libro se enfoca principalmente en las dos primeras décadas de reformas. Dentro
de este periodo, nuestro relato está dividido en dos partes por un suceso
divisorio, el Movimiento Estudiantil de 1989.

La primera parte del relato se trata acerca de dos reformas. Una fue diseñada
por Pekín; su objetivo era revitalizar el sector estatal y salvar al socialismo. La
otra resultó de iniciativas que vinieron desde abajo. La reforma liderada por el
Estado se dio en dos partes. La primera empezó en 1976 bajo Hua Gofeng. Hua
era el sucesor designado por Mao, quien consolidó su base de poder luego de
arrestar a “ La Pandilla de los Cuatro” y poniéndole fin a la Revolución Cultural.
Aunque era leal a Mao, Hua era un reformador económico.

Con el respaldo total de Deng Xiaoping y otros líderes chinos, Hua lanzó su
programa económico modernización, que luego sería criticado desdeñado como
“El Salto al Exterior”. Esencialmente, era un programa liderado por el Estado y
por las inversiones, con un enfoque en la industria pesada; es un buen ejemplo
de lo que los economistas denominaron “la industrialización del gran empuje”.
Pero el programa duró poco más de dos años. Se canceló a principios de 1979,
en parte debido a sus propios defectos y en parte debido al cambio de liderazgo:
a fines de 1978 el Comité Central tuvo una reunión, en la cual Deng Xiaoping
y Chen Yun volvieron al poder y Hua ya no estaba al mando.

Deng Xiaoping es ampliamente conocido en Occidente. La biografía reciente


de Ezra Vogel ha documentado en detalle el papel que jugó Deng en las
reformas de China. En comparación, Chen Yun es una figura obscura. Pero Chen
era la principal autoridad de China a cargo de los asuntos económicos. Él fue el
arquitecto del primer Plan Quinquenal de China en 1953 y un ferviente partidario
de la planificación central. Desde que creció y estudió en Shanghái, antes de
convertirse en un revolucionario, Chen también percibió un papel limitado pero
crítico para el sector y el mercado privados bajo el socialismo. Chen perdió su
posición cuando Mao inició el Gran Salto Adelante en 1958, política a la que
Chen se oponía. Él volvió al poder junto con Deng a fines de 1978 y recibió el
trabajo de diseñar una programa de reforma económica.

Chen creía que la economía china desde hace mucho había sufrido de un
desbalance estructural: demasiada inversión en industria pesada en relación a
la industria ligera y la agricultura, y los sectores y la planificación estatales eran
ensalzados excluyéndose a los sectores y mercados privados. En su opinión, el
programa económico de Hua, que se enfocaba en la industria pesada, empeoró
la economía china. Por eso Chen acabó de manera forzada con “El Gran Salto
Afuera”, enfrentándose a una fuerte oposición del Consejo de Estado e impuso
su política económica. Esto marcó la segunda ronda de reformas lideradas por
Pekín. Esta ronda de reformas lideradas por el Estado tuvo dos elementos:
ajustes a nivel macro y reformas en las empresas estatales al nivel micro. Los
ajustes estructurales fueron impuestos a través de toda la economía. Por
ejemplo, más inversiones fueron canalizadas desde los bienes capitales hacia la
producción de bienes de consumo. Más dinero se asignó a la agricultura. El
gobierno elevó los precios de compra para los productos agrícolas en mas de un
20 por ciento en 1979 y aumentó significativamente las importaciones de granos.
Pekín también tomó medidas para descentralizar el comercio extranjero y le dio
más autonomía fiscal a los gobiernos provinciales. Al nivel micro, el énfasis se
puso en lo que era visto como la base económica del socialismo, las empresas
propiedad del Estado. La estrategia era devolverle algunos derechos a las
empresas estatales y permitirles quedarse con algo de las ganancias. Desde
1979 y durante toda la década de los ochenta, el gobierno chino estuvo
preocupado con fomentar las empresas estatales.

La reforma desde los márgenes

No hay duda de que el gobierno post-Mao realizó una serie de reformas. Pero
hoy, con el beneficio de la retrospectiva, sabemos que las fuerzas económicas
que realmente estaban transformando la economía china durante la primera
década de reforma fueron la agricultura privada, las empresas municipales y de
las aldeas, los negocios privados en las ciudades, y las Zonas Económicas
Especiales. Ninguna de estas fue iniciada por Pekín. Fueron jugadores
marginales operando fuera de los límites impuestos por el socialismo. A estas
fuerzas marginales, el gobierno chino estaba contento de ignorarlos siempre y
cuando no amenazaran al sector estatal o al poder político del Partido. Esto creó
espacio para lo que denominamos “revoluciones marginales”, las cuales trajeron
de vuelta a China las fuerzas del emprendimiento y del mercado durante la
primera década de la reforma.

Una de estas reformas marginales es la agricultura privada. La agricultura


privada ciertamente no era algo nuevo en China. Antes de 1949, había existido
durante milenios. A principios de la década de los cincuenta, Mao trató de
colectivizar despiadadamente la agricultura. Algunos campesinos creyeron en
Mao y esperaban que la colectivización les ofrecería una nueva oportunidad para
salir de la pobreza. Luego de 20 años de una agricultura colectivizada y de 40
millones de muertes por hambrunas, ellos sabían qué les convenía. Muchos
volvieron a la agricultura privada luego de que muriese Mao, incluso cuando
Pekín todavía estaba tratando de fortalecer el sistema de las comunas. En
septiembre de 1980, Pekín fue obligado a permitir la agricultura privada en zonas
donde “la gente había perdido su confianza en la colectividad”. Pero una vez que
se le abrieron las puertas al agro privado, este ya no podía ser controlado. Para
principios de 1982 esto se volvió una política nacional. La agricultura china fue
des-colectivizada. Después en el recuento oficial de la reforma, Pekín se
atribuiría el crédito de haber lanzado la reforma agrícola. Pero la reforma
implementada por Pekín simplemente elevaba los precios de compra de los
granos y aumentaba las importaciones de granos; el agro privado, que es lo que
en realidad transformó la agricultura china y liberó a los campesinos, no vino de
Pekín.

Las empresas municipales y de las aldeas fueron operaciones industriales


ubicadas en áreas rurales. Durante las primeras dos décadas de reformas, estas
fueron el sector más dinámico de la economía china. Como operaban fuera del
plan estatal, no tenían acceso garantizado a materias primas controladas por el
Estado pero tenían que comprarlas en el mercado negro a un precio más alto.
También estaban excluidas del sistema de distribución controlado por el Estado
para vender sus productos, pero tenían que contratar sus propios equipos de
ventas para que viajen alrededor de China con el objetivo de encontrar mercados
para sus productos. En otras palabras, tenían que operar como verdaderas
empresas de negocios. Esto es lo que hicieron. Y no tardó mucho para que ellos
superen con su desempeño a las empresas estatales, las cuales tenían todos
los privilegios y protecciones del Estado y que simplemente dejaron de ser
emprendedoras.

Los primeros negocios en las ciudades chinas fueron iniciados por personas que
no tenían un trabajo en el sector estatal. Muchos fueron jóvenes citadinos que
recientemente habían vuelto del campo. Durante la era de Mao, 20 millones de
graduados de los primeros años de secundaria (jóvenes desde 15 a 18 años) en
las ciudades fueron enviados al campo en parte porque el gobierno no podía
crear suficientes empleos. Después de la muerte de Mao, ellos volvieron, pero
no encontraron empleo alguno en el sector estatal. Jóvenes, desempleados, y
ansiosos, se tomaron las calles y bloquearon el paso de los trenes. Esta
creciente presión obligó al gobierno a abrir la puerta al auto-empleo. Las tiendas
privadas empezaron a surgir en las ciudades chinas; rápidamente acabaron con
el monopolio estatal de la economía urbana.

Entre las cuatro revoluciones marginales, las Zonas Económicas


Especiales fueron las más controversiales. Fueron establecidas para cooptar
el capitalismo y salvar al socialismo. La idea era permitirles experimentar con la
economía de mercado, importando tecnología avanzada y conocimientos
administrativos, vendiendo productos a los mercados globales, creando empleos
y estimulando el crecimiento económico. Pero los experimentos estuvieron
limitados a unas cuantas zonas para que no socavaran el socialismo en otras
partes, y por si acaso los experimentos fracasaran, su daño al socialismo sería
insignificante.

SOCIALISMO EN CHINA
De acuerdo a su concepción evolucionista de la historia, Marx estableció
sucesivas etapas del desarrollo social, determinadas por el modo de producción.
La primera fue el comunismo primitivo, a continuación el esclavismo, luego el
feudalismo, y el capitalismo. Ninguna de ellas fue pensada previamente como un
proyecto; es decir que esos modos de producción se fueron dando
espontáneamente. “El hombre hace la historia, dedujo Marx, pero de espaldas a
ella”. La siguiente etapa sería el comunismo, pero eso sería posible cuando las
fuerzas productivas del capitalismo llegan a contradicciones insolubles entre sus
fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.

A esta transformación la llamó revolución. Pero el requisito indispensable para


que ocurra es la plenitud del capitalismo, lo cual incluye el desarrollo global de la
ciencia, de la técnica y de la conciencia humana. En este caso, a diferencia de
las etapas anteriores, se necesita planificar y coadyuvar al parto inevitable de la
nueva forma de organización social. De lo anotado se desprende que el
comunismo es imposible en una sociedad que no haya alcanzado los más altos
niveles capitalistas. Por esto, Lenin y los bolcheviques de principios del siglo XX,
malinterpretando a Marx, dividieron el proceso revolucionario en dos etapas, a
saber, el socialismo y el comunismo. En el socialismo, como etapa previa, el
Estado propiciaría la eliminación de todos los rezagos del feudalismo,
impulsando planificadamente el desarrollo capitalista, la superación de la
pobreza, el atraso tanto de la estructura como de la superestructura de la
sociedad. Esto se debía, según Lenin, a que el capitalismo, y todas las etapas
históricas de la sociedad, tienen un desarrollo desigual. Para superar el
problema, Stalin inventó la tesis del socialismo en un solo país, y Trotsky propuso
la revolución permanente, es decir la lucha para lograr el desarrollo global del
capitalismo y del proletariado. Es decir que Lenin, Stalin y Trotsky tergiversaron
a Marx. Además, todos los socialismos del siglo XX fueron variables del
capitalismo de Estado, y sus teóricos, incluyendo a los marxistas críticos, como
Gramsci, los pensadores de la “Escuela de Frankfurt”, o el euro-socialismo,
discutieron y propusieron modificaciones tomando como punto de referencia la
experiencia de la URSS, como si hubiese sido la única válida y posible.

Y en Rusia, el país más atrasado de la Europa de ese entonces, se llamó


socialismo a una dictadura que impuso el capitalismo por decreto, reprimiendo
la disidencia y asesinando a millones de personas acusadas de traidores porque
fallaban los planes quinquenales, porque disentían o por supuestos agentes del
imperialismo. También China compartía esta estrategia revolucionaria. Pero a
raíz del fracaso de la Revolución Cultural y del Gran Salto Adelante, propiciado
y dirigido por Mao Zedong, la dirección del partido comunista chino inició un
proceso de evaluación y autocrítica de la revolución. Llegaron a la conclusión de
que la economía planificada no conduce a la riqueza, es decir al desarrollo
integral del capitalismo, y Deng Xiaoping propuso y logró que se adopte la
producción y la legalidad de acuerdo a la economía del mercado. Y a finales del
siglo XX se re-estableció legalmente la propiedad privada. Todo esto sin la
eliminación del Partido Comunista, ni la supresión de una dictadura a la que no
llaman del proletariado. La permanencia del partido comunista permite suponer
que sus líderes evaluaron el papel del capitalismo de Estado de la antigua URSS,
su estancamiento después de 70 años en el poder, hasta el punto de que
Kruschev, acorralado por la guerra fría, tuvo que proclamar la coexistencia
pacífica entre el capitalismo occidental y el soviético. También cabe suponer que
los chinos, trataron o tratan de llegar al comunismo de acuerdo a las tesis
iniciales de Marx, es decir permitiendo el superdesarrollo del capitalismo, así sea
con el capital transnacional. Hay poco información acerca de estos supuestos.
Los marxismos sobrevivientes, es decir el de Corea del Norte, Cuba y Venezuela,
nada dicen del actual proceso marxista-capitalista de China.

Sus gobiernos actúan como si no existiera ese proceso, acaso pensando, con el
dogmatismo de antaño, que los chinos son traidores, por lo cual dieron el paso
que los sobrevivientes no se atreven, aun cuando les tengan envidia.
CORRIENTES POLITICAS

DERECHA POLITICA

Se llama gobierno de derecha a cualquier forma de gobierno cuya conducción


política proviene de los sectores conservadores de la sociedad, es decir, de
aquellos que adhieren más o menos a las políticas tradicionales o a una
concepción más tradicional del mundo.

No existe una definición concreta y única para lo que la derecha política significa
y, por lo tanto, no todos los gobiernos de derecha son iguales. Uno puede ser
democrático y otro un régimen de facto; uno puede ser moderado y otro radical;
uno puede ser popular y el otro corporativista, etc.

Es común que un gobierno de derecha esté en manos de representantes de las


clases altas y/o empresariales ya que lógicamente el sector social con la mayor
cantidad de ventajas y privilegios es el que menos simpatía siente por el cambio.

DERECHA POLITICA. Se entiende por derecha al segmento del espectro


político de las naciones que, a grandes rasgos, comulga con la mayoría
de los planteamientos conservadores de la sociedad, esto es, con la
mayoría de los siguientes postulados:

 Las diferencias sociales son naturales e inevitables.


 El individualismo y la libertad personal son más importantes que el
bien colectivo.
 La propiedad privada es un derecho que siempre amerita
defenderse.
 La “mano invisible” del mercado debe ser el único regulador de la
oferta y demanda de bienes económicos.
 La iglesia y la religión deben ocupar un rol en la conducción de la
sociedad.
 El Estado debe brindar el marco mínimo legal y de seguridad que
permita el trabajo de la iniciativa privada, interfiriendo lo menos
posible o nada.

CORRIENTES POLITICAS.

La derecha no es un movimiento uniforme ni homogéneo, sino que


entraña una serie de corrientes diferentes, tales como:

 Democracia cristiana. Persigue la aplicación de los principios


filosóficos y morales del cristianismo (sobre todo católico) a la
conducción del Estado y de sus políticas públicas.

 Conservadurismo democrático. Tiende a la preservación de


un status quo económico y social, en el que se defiendan la
democracia, la moral, las buenas costumbres y la propiedad
privada, así como las libertades individuales.
 Liberalismo. Aspira a la mayor capacidad posible de libertades
económicas y sociales, que permitan que “la mano invisible” del
mercado regule todo en base a la oferta y la demanda como una
ley “natural”. El Estado debe intervenir lo menos posible en los
asuntos de la sociedad, simplemente para garantizar un marco
mínimo de orden.

IZQUIERDA POLITICA
El concepto de izquierda política es una clasificación sobre las posiciones
políticas que agrupa a estas que tienen como punto central la defensa de
la igualdad social, frente a la derecha política que considera las diferencias
sociales como algo inevitable, normal o natural. La izquierda política se divide
actualmente en una multitud de ramas ideológicas que se pueden agrupar en la
izquierda democrática-reformista, la izquierda revolucionaria y el anarquismo.

CORRIENTES POLITICAS

 Izquierda democrático-reformista
La izquierda democrático-reformista es la que propugna que el
principal marco de actuación deben ser las elecciones libres (en
que no existe coacción sobre el votante y se presentan los
resultados de manera transparente), la acción parlamentaria y las
reformas progresivas y con amplio consenso en amplios sectores
sociales. Es el tipo de izquierda predominante en la mayor parte de
los sistemas democráticos de principios del siglo XXI.
Ideológicamente rechaza los sistemas políticos dictatoriales y
marca distancia con cualquier teoría que inspire dicho tipo de
sistemas dictatoriales. Actualmente son las corrientes mayoritarias
dentro de la izquierda democrática-reformista:
 Socialdemocracia: Persigue la consecución de la igualdad
social dentro de una democracia liberal. Durante los últimos
años, en determinados países se está relacionada con
el Socioliberalismo, como en el caso del laborismo británico.

 Eurocomunismo: Se distingue de la socialdemocracia por ser


más críticos del sistema capitalista y por centrarse más en las
problemáticas sociales. Están relacionadas con
el ecosocialismo y defienden el socialismo democrático como
sistema político.
Esta rama de la izquierda usualmente está desvinculada de
otras opciones de izquierda, como la izquierda
revolucionaria que propugna cambios estructurales radicales y
relativamente rápidos y abruptos. Así la izquierda democrático-
reformista antepone el progresismo y el reformismo, a métodos
más expeditivos y que pudieran topar con un mayor grado de
rechazo en ciertos sectores socioeconómicos que podrían
oponerse a esos cambios, especialmente si se realizan de
manera acelerada y sin el consenso suficiente.

 Izquierda revolucionaria
Este tipo de izquierda se remonta al siglo XIX, y tuvo un papel
destacado en periodo revolucionario europeo de 1848. La revolución
rusa de 1917 o la revolución alemana de 1918 contaron con una
amplia participación de movimientos de izquierda revolucionaria, y
tendrían una considerable influencia en las décadas posteriores tanto
en Europa como América. En el período 1960-70, existió un número
importante de grupos armados insurgentes y de guerrillas de extrema
izquierda. Estos grupos lucharon por hacer caer a regímenes
ideológicamente opuestos a ellos y propugnaban la equidad y
la igualdad, frecuentemente desde postulados marxista-leninistas.
Este tipo de guerrillas y grupos fueron especialmente frecuentes en
Latinoamérica (y en menor medida en África y Asia), donde la
constante pobreza e inequidad de sus sociedades llevaron a sectores
de las clases menos favorecidas a la subversión. También han existido
agrupaciones políticas de izquierda revolucionaria que conforman
partidos políticos y se presentan a elecciones, mostrándose en contra
del modus operandi del foco guerrillero.
Por lo general, estos grupos de izquierda son conocidos como extrema
izquierda o ultraizquierda debido a que los detractores
del comunismo (pro-capitalistas, liberales, etc.) suelen usar esos
términos de connotación peyorativa como una generalización sobre
cualquier posición que critique al sistema capitalista, a la propiedad
privada y a la economía de mercado, por lo que es frecuente que
la derecha considere a la izquierda revolucionaria como "extremista".
Cabe aclarar que en la actualidad, todas las fuerzas políticas
socialistas o comunistas están organizadas en partidos políticos y
luchan por un cambio hacia el socialismo mediante la democracia.

 Marxismo-Leninismo: Defiende la conquista del poder por el


proletariado, la extinción de la propiedad privada sobre los medios de
producción y la desaparición de las clases sociales.

 Maoísmo: Versión del marxismo-leninismo aplicado a los países semi-


feudales y semi-coloniales diferenciándose de los países capitalistas,
llamándose "pensamiento de Mao Zedong".

 Trotskismo: Defiende la abolición de cualquier organismo estatista, la


organización bajo la superestructura del socialismo y la abolición de la
diferencia entre las clases sociales, todo de una forma voluntaria y
gradual, según un Programa de Transición que conduzca a la clase
trabajadora a desarrollar la Revolución Permanente en pos de
la Emancipación.

 Marxismo libertario: Defiende el estado como forma transitoria de


organizar la sociedad, pero propone una organización federal y un
gobierno no autoritario.
 Anarquismo
El anarquismo propugna la desaparición de todo gobierno obligatorio y
del Estado, en pos de la libertad del individuo y colectiva en un régimen
voluntario; niega la democracia representativa afirmando que la función
del Estado en ese campo es nula o supresora. Aunque históricamente al
anarquismo se lo ha vinculado a la izquierda o extrema izquierda, muchos
anarquistas son escépticos en considerar que formen parte de tal
colectivo político. El anarquismo es una ideología que tiene sus raíces en
el concepto -entre otros- de adaptarse permanentemente a los cambios
sociales sin perder su esencia libertaria. Desde su aparición ha ido
incluyendo a un amplio espectro de fuerzas desde el individualismo radical
(del hiperracionalismo de Godwin al egoísmo de Stirner) pasando por las
corrientes anarcosindicalista, socialismo o comunismo libertario,
el anarcopacifismo de Gandhi, hasta los movimientos punk,
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cyberlibertarios y anarcocapitalistas de hoy en día. También dentro de
la tendencia existen distintas posturas respecto a la organización
económico/social que podrían ser enmarcadas dentro de la izquierda
clasista. Generalmente la mayoría de los anarquistas que se consideran
de izquierda pertenecen a las corrientes:

 Mutualismo: Defiende una organización social basada


en cooperativas autogestionadas de trabajadores federadas
libremente. Se elimina la propiedad privada en beneficio del usufructo.

 Colectivismo: Persigue la organización social según la teoría del valor


trabajo, eliminándose la propiedad privada de los medios de
producción pero manteniéndose un reparto de la producción según la
parte correspondiente al salario de cada uno. La sociedad quedaría
organizada en colectividades libres de productores y consumidores
federadas entre sí.
 Comunismo libertario: Defiende la sustitución del aparato estatal por
una federación de comunas de productores regidas mediante
mecanismos de democracia directa como asambleas o consejos.
Igualmente, considera que la producción es una actividad social y que,
por tanto, tanto los medios de producción como lo producido debería
pertenecer a la comuna por entero, repartiéndose el trabajo según la
capacidad de los individuos y la producción según sus necesidades.

 Anarquismo individualista: Propone la eliminación de cualquier tipo de


autoridad sobre el individuo, incluyendo las imposiciones propias de la
colectividad, no habla de destruir la sociedad sino de liberar al
individuo y permitirle su organización desde la "unión libre".

 Movimientos sociales

 Movimientos sociales que se suelen vincular con la Izquierda:


 Sindicalismo: Reivindica los derechos de los trabajadores y controla
sus manifestaciones.
 Ecologismo: Propone una sociedad respetuosa con el medio
ambiente.
 Antiespecismo: Defiende la igualdad social, jurídica y moral entre
seres humanos y animales. Estrechamente relacionado con
el veganismo.
 Pacifismo: Rechaza las guerras y cualquier tipo de violencia con fines
políticos.
 Feminismo: Persigue la equiparación social entre hombres y mujeres.
 Antiracismo: Rechaza cualquier discriminación entre seres humanos
por motivo de raza o etnia.
 Antifascismo: Oposición a las ideologías ultraderechistas.
 Movimiento LGBT: Defiende la no discriminación y reivindicación de
derechos de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.
 Movimiento anticonsumismo: Oposición al consumo exagerado y
artificial producido por el mercado.
 Movimiento antiglobalización: Denuncia las desigualdades provocadas
por la llamada globalización.
 Laicismo: Propone un estado sin religión dominante, o sea Laico
 Teología de la liberación: Reivindicaciones y objetivos de la izquierda
política en el seno del movimiento católico en favor de los más pobres.
En gran medidas estos movimientos sociales propugnan cambios en la
organización política, económica y social y son críticos con estructuras,
leyes y patrones imperiantes, y por eso sus acciones están dirigidas a
alterar, cambiar o modificar dichas estructuras, leyes o patrones.

POLITICA EN EL MEDIO ORIENTE

Sistemas Políticos del Medio Oriente

Monarquía: Forma de gobierno, en la cual, el poder supremo reside en una sola


persona.

*La Monarquía será absoluta cuando el monarca reúna o represente él solo los
3 poderes-ejecutivo, legislativo y judicial -, teniendo en torno a él unos
funcionarios que le ayudan en su tarea de gobierno, pero desempeñas tan sólo
un papel consultivo, de preparación o de ejecución, sin que se les pueda llamar
gobernantes al no participar en las decisiones del gobierno
*La monarquía en la cual el poder del rey está limitado por leyes y costumbres
se llama Monarquía Constitucional. El Monarca sólo representa el Poder
Ejecutivo, compartiendo el legislativo con parlamentos y asambleas, cuyo
ejercicio respectivo está determinado por leyes que se contienen en la
constitución

La monarquía puede ser electiva o hereditaria, según la designación del monarca


de una elección por parte de la nación, o que el sucesor sea, según las leyes del
país, tal o cual pariente de su predecesor.

República: Forma de gobierno representativa, en que los poderes del jefe de


Estado, (presidente de la república) provienen de la voluntad popular expresada
a través de su elección. Característica esencial de la república es que el
presidente sea elegido por un período determinado de tiempo (estipulado por la
constitución) y su función, en ningún caso, puede convertirse en hereditaria o
vitalicia.

*República presidencial: existe plena separación de los poderes públicos. El


Presidente de la República desarrolla las funciones de Jefe de Estado y Jefe de
Gobierno

*República parlamentaria: El Poder Ejecutivo se dividen un jefe de Estado y un


Jefe de Gobierno, constituido por el primer ministro del Gabinete Ministerial y
elegido por la mayoría en la cámara parlamentaria. El Jefe de Gobierno y los
ministros dependen de la confianza o aceptación del Parlamento o Poder
legislativo.
Algunas de las naciones árabes tales como Irak, Libia y Arabia Saudita, entre
otras, tienen un sistema político dictatorial en el cual el líder es vitalicio, el
parlamento se encuentra absolutamente controlado por el partido oficial, no
existen partidos de oposición y la represión es utilizada para aplacar la disidencia
y el descontento público.
Otros de los países en Oriente Medio como lo son Egipto, Túnez, Argelia y
Jordania están haciendo intentos de llevar a cabo prácticas democráticas tales
como la apertura del sistema político para la creación de regímenes
pluripartidistas, la aceptación de partidos de oposición y la realización de
elecciones parlamentarias. Sin embargo, las perspectivas de cambio aun son
escasas.

Algunos países que pertenecen a ésta región: su forma de gobierno y la


religión que profesan.
1. Arabia Saudita
Arabia Saudita es una monarquía. El gobierno está basado en la sharia, la
ley islámica, que es interpretada de acuerdo al estricto rito Hanbalí por el
más antiguo sabio religioso, o ulama. Arabia Saudita no tuvo Constitución
escrita hasta marzo de 1992, en que una serie de reales decretos
establecieron una lista de derechos, incrementaron los poderes de los
gobiernos provinciales y dotaron al país de un consejo consultivo de
sesenta miembros designado por el monarca.
Poder ejecutivo y legislativo

El jefe oficial del gobierno y autoridad religiosa de Arabia Saudita es el


rey.
Poder judicial
El sistema judicial de Arabia Saudita se basa en la sharia, que deriva del
Corán (el libro sagrado del Islam) y de Hadit (tradiciones) del profeta
Mahoma.
2. Egipto
Según la Constitución, Egipto es una República árabe con un sistema
democrático donde el islam es la religión oficial del Estado y las normas
jurídicas están basadas en el Corán, aunque se atribuye al Estado la
obligación de permitir el cambio de cualquier religión. De hecho es una
república presidencialista, con un Estado confesional islámico de carácter
moderado.

Legislativo
El poder legislativo, Majlis Al-Shaab, elegida para un mandato de cinco
años. Integrada por 444 miembros elegidos y 10 adicionales nombrados
por el Presidente.

Ejecutivo
El poder ejecutivo se ejerce a través de un Consejo de Ministros presidido
por el Primer Ministro.

3. Israel

Israel es una república parlamentaria formada por el poder legislativo, el


ejecutivo y el judicial. Sus instituciones son la presidencia, la Knéset (el
parlamento unicameral de Israel), el gobierno (gabinete de ministros), el
contralor del estado y el sistema judicial.

El sistema se basa en el principio de separación de poderes, en que el poder


ejecutivo depende del voto de confianza del poder legislativo (la Knéset). La
independencia del poder judicial está garantizada por ley.
Knéset
La Knéset está formada por 120 diputados elegidos por sufragio universal y
proporcional cada cuatro años. El Parlamento elige al presidente de la
república (un cargo protocolario, no ejecutivo) para un solo periodo de siete
años, ejerce el poder legislativo y delega el ejecutivo en el primer ministro,
que debe ser uno de sus miembros.

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