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SOCIALISMO EN RUSIA
La Revolución Rusa que dio origen al socialismo impuesto por el Estado, duró
apenas 70 años, fue el sistema político-económico más corto de la historia de la
humanidad. El agrario se prolongó por miles de años pero fue terriblemente
ineficiente, el mercantilismo estuvo en vigencia tres siglos, pero fracasó por
favorecer a un limitado grupo de personas y el capitalismo tiene más de 200 años
y va para largo. Sorprendentemente Marx y Engels, escritor y editor,
respectivamente, de la obra El Capital, donde se critica a los liberales ingleses
Smith, Ricardo, Mill y al estadounidense Franklin, ignoraron lo que había
sucedido en la historia medieval inglesa, cuando los reyes reconocieron que las
tierras comunitarias no alentaban la producción y optaron por asignarlas
individualmente a sus súbditos para que las trabajen. La propiedad privada se
convirtió en uno de los cimientos del desarrollo económico inglés.
La propia Rusia, durante los últimos años de gobiernos socialistas, tuvo que
importar enormes cantidades de granos de Estados Unidos, por el consistente
fracaso de las cosechas de trigo y demás cereales. Cuando surgió el Glasnost
(liberalización de la información) y Perestroika (reformas económicas), cada
república buscó su futuro sobre estrategias comunes: terminar con la intromisión
del Estado en el sector privado, acabar con las tierras comunitarias, liberalizar la
economía, apoyar la libertad económica y establecer el imperio de la ley e
institucionalidad. En unos países las transformaciones fueron casi inmediatas,
en otros, más lentas, pero la mayoría comenzó a transitar por el camino hacia la
prosperidad, a través del irrestricto apoyo al sector privado. Se dedicaron a
exportar, dar la bienvenida a la inversión extranjera y aplicar demás políticas de
libre mercado.
CAPITALISMO EN RUSIA
Y, a pesar de ello, también parecería que las empresas estatales, como por
ejemplo las gigantes energéticas Gazprom y Rosneft, operan como negocios
modernos. Al fin y al cabo, tienen normas y políticas de gobierno corporativo,
consejos de administración y supervisión y celebran reuniones anuales de
accionistas. Se someten a auditorías internacionales independientes, publican
informes anuales y mantienen juntas directas con directores independientes.
Pero las apariencias pueden ser engañosas. Las principales normas y políticas
de las empresas estatales son meras formalidades. Ni siquiera son empresas
que realmente están dirigidas por el Estado. Por el contrario, son empresas
controladas por un grupo pequeño de amiguetes –formado por exfuncionarios de
la KGB, ministros altos funcionarios de la administración del presidente de la
República –quienes actúan como representantes personales de Putin–.
El sistema hace que perduren las características distintivas del antiguo modelo
feudal descrito por Richard Pipes de la Universidad de Harvard en su obra
clásica Russia under the Old Regime : un sistema que otorga un máximo de
libertad al gobernante, quien a su vez delega tareas a los señores feudales. En
efecto, las empresas estatales rusas han transformado la propiedad pública en
un nuevo modelo de propiedad zarista.
Esa amplitud de poderes que constitucionalmente tiene Putin, los usa con mano
fuerte y ha logrado restablecer el orden, organizar al país, combatir la
delincuencia e impulsar la economía con buenos resultados.
Ya no existe la “guerra fría” entre las potencias rivales URSS y EE. UU.
(comunismo vs. capitalismo). Hoy Rusia es un país capitalista y supuestamente
democrático, aunque con un gobierno autoritario.
CUBA
CAPITALISMO EN CUBA
Las fuerzas militares estadounidenses aprovecharon en los años finales del siglo
XIX la coyuntura de una España agotada por la combatividad de las armas
cubanas insurrectas y la decadencia global del imperio ibérico, para
desencadenar su primera guerra imperialista.
Muchos estudiosos de la historia consideran que el objetivo
geopolítico esencial de Estados Unidos en aquella época era apoderarse de las
islas Filipinas y todo el sistema colonial español, ya que Cuba no constituía una
urgencia, dado que, por su cercanía geográfica, estaba llamada a caer
inevitablemente en sus manos “cual fruta madura” por ley natural de gravedad.
Pero el pretexto para la guerra lo pudieron fabricar de manera más expedita en
Cuba, haciendo estallar su acorazado “Maine” en el puerto de La Habana cuando
realizaba una visita amistosa a las autoridades coloniales españolas, imputando
a sus anfitriones el cruento acto. Así, al intervenir en el conflicto insular
declarando la guerra a España, frustraron la victoria insurrecta y la proclamación
de un país libre e independiente, objetivo por el que habían venido luchando y
muriendo muchos miles de cubanos desde 1868 movidos por una flamante
conciencia de nación soberana.
Cuba pasó así, directamente, de una condición colonial a una situación
neocolonial.
Cuando a los cubanos se les habla hoy de las bondades del capitalismo y se les
trazan planes de ayuda para la transición a ese orden socio-económico, se está
suponiendo en este pueblo una amnesia histórica contra la cual los cubanos
están vacunados.
Con la sociedad de consumo estadounidense como paradigma, todos los
factores formadores de conciencia, desde la enseñanza hasta la prensa,
enfilaban en Cuba hacia un modelo de nación capitalista, profundamente dividida
en lo interno por razones de raza, género, ingreso económico, partidos políticos
y cuantos demás factores cuadraban a los intereses de dominación del poderoso
vecino.
Los gobiernos eran electos según propuestas de candidaturas de los diferentes
partidos políticos. Los comicios eran espectáculos trágico-cómicos que iniciaban
etapas de
promesas-fraudes-burlas-malversaciones, en ocasiones interrumpidas por ciclos
de violencia que incluían intervenciones estadounidenses, golpes de estados,
represión, asesinatos, torturas… Hasta llegar al inicio de un nuevo ciclo parecido
al anterior.
Cada uno de los pasos en esta cadena de acontecimientos debía contar con la
aprobación de la Embajada estadounidense que, en ocasiones, asesoraba a los
dos bandos en pugna.
El gobierno, corrupto, encabezaba una superestructura que incluía un sistema
judicial, un sistema policial, una administración pública y una prensa, todos
igualmente corruptos, con excepciones muy aisladas pero honrosas.
A las fuerzas armadas, dotadas todas ellas de asesores estadounidenses les
tocaba cuidar el orden, especialmente en lo que concierne a garantizar la
tranquilidad y la seguridad de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros.
Estos últimos, los verdaderos dueños del país, no eran tan conocidos –ni tan
atacados- como los políticos, quienes eran siempre, primero, alabados por sus
promesas y luego vilipendiados por sus actos corruptos y sus crímenes. Más
bien se les situaba por sobre la política y las leyes, eran los que mandaban, pero
lo hacían
anónimamente, por intermedio de los políticos y los represores. Ni siquiera se
les achacaba la responsabilidad por los cientos de miles de niños pordioseros
que colmaban las calles de las ciudades deambulando descalzos y hambrientos.
O de un número aún mayor de desempleados, subempleados o autoempleados.
Tampoco respondían ellos por los niños sin escuelas, los ancianos sin asistencia,
las decenas de miles de mujeres forzadas a la prostitución por la miseria.
Algunos políticos se mantenían por mucho tiempo alterándose en el poder según
sus habilidades para el engaño. Muchos lograban ascender a la escala de los
grandes capitalistas mediante la malversación de las arcas públicas y otros
delitos que llegaban a hacerlos socialmente tolerados.
Aunque crueldades tales como el bloqueo económico durante casi medio siglo
son verdaderas vacunas contra la amnesia histórica, el deslumbrante espejismo
del paraíso terrenal que proyecta la propaganda del modo de vida
estadounidense –que invisibiliza los 48 millones de estadounidenses que viven
por debajo de la línea de pobreza, las crecientes tensiones raciales o la penuria
de los cubanos emigrados a Estados Unidos después de 1980– lo invade todo y
es casi imposible escapar de sus nocivos efectos.
Para las nuevas generaciones de cubanos no es fácil imaginar tanta inequidad y
corrupción en un pasado reciente que les puede parecer lejano.
La emigración y las manifestaciones neo anexionistas son la válvula de escape
en la olla que incendió el capitalismo en Cuba y el bloqueo y demás agresiones
han impedido sofocar totalmente
SOCIALISMO EN CUBA
"No dice que se trata del matrimonio igualitario, solo rompe con esa barrera de
modo que en el futuro se podría incorporar", dijo Acosta en la televisión estatal.
Por otro lado, el artículo 21 del nuevo texto sometido a debate reconoce "otras
formas de propiedad como la cooperativa, la propiedad mixta y la propiedad
privada", y admite la inversión extranjera como "una necesidad y un elemento
importante del desarrollo".
CAPITALISMO EN CHINA
Nadie predijo que la “modernización socialista” que el gobierno chino post-Mao
lanzó en 30 años resultaría ser lo que los académicos denominan hoy la gran
transformación económica de China. Cómo las acciones de los campesinos,
trabajadores, académicos, y legisladores chinos se combinaron y derivaron en
esta consecuencia no intencionada es la historia que intentamos contar. Hoy, no
necesitamos presentar datos estadísticos para convencerlo del auge de la
economía china, aún cuando China todavía se enfrenta a retos enormes. Muchos
chinos todavía son pobres, muchos menos chinos tienen acceso a agua pura
que a los teléfonos celulares, y todavía se enfrentan a muchos obstáculos
cuando se trata de proteger sus derechos y ejercer su libertad. No obstante,
China ha sido transformado desde adentro a lo largo de los últimos 35 años. Esta
transformación es la principal historia de nuestra época. La lucha de China, en
otras palabras, es la lucha del mundo.
La primera parte del relato se trata acerca de dos reformas. Una fue diseñada
por Pekín; su objetivo era revitalizar el sector estatal y salvar al socialismo. La
otra resultó de iniciativas que vinieron desde abajo. La reforma liderada por el
Estado se dio en dos partes. La primera empezó en 1976 bajo Hua Gofeng. Hua
era el sucesor designado por Mao, quien consolidó su base de poder luego de
arrestar a “ La Pandilla de los Cuatro” y poniéndole fin a la Revolución Cultural.
Aunque era leal a Mao, Hua era un reformador económico.
Con el respaldo total de Deng Xiaoping y otros líderes chinos, Hua lanzó su
programa económico modernización, que luego sería criticado desdeñado como
“El Salto al Exterior”. Esencialmente, era un programa liderado por el Estado y
por las inversiones, con un enfoque en la industria pesada; es un buen ejemplo
de lo que los economistas denominaron “la industrialización del gran empuje”.
Pero el programa duró poco más de dos años. Se canceló a principios de 1979,
en parte debido a sus propios defectos y en parte debido al cambio de liderazgo:
a fines de 1978 el Comité Central tuvo una reunión, en la cual Deng Xiaoping
y Chen Yun volvieron al poder y Hua ya no estaba al mando.
Chen creía que la economía china desde hace mucho había sufrido de un
desbalance estructural: demasiada inversión en industria pesada en relación a
la industria ligera y la agricultura, y los sectores y la planificación estatales eran
ensalzados excluyéndose a los sectores y mercados privados. En su opinión, el
programa económico de Hua, que se enfocaba en la industria pesada, empeoró
la economía china. Por eso Chen acabó de manera forzada con “El Gran Salto
Afuera”, enfrentándose a una fuerte oposición del Consejo de Estado e impuso
su política económica. Esto marcó la segunda ronda de reformas lideradas por
Pekín. Esta ronda de reformas lideradas por el Estado tuvo dos elementos:
ajustes a nivel macro y reformas en las empresas estatales al nivel micro. Los
ajustes estructurales fueron impuestos a través de toda la economía. Por
ejemplo, más inversiones fueron canalizadas desde los bienes capitales hacia la
producción de bienes de consumo. Más dinero se asignó a la agricultura. El
gobierno elevó los precios de compra para los productos agrícolas en mas de un
20 por ciento en 1979 y aumentó significativamente las importaciones de granos.
Pekín también tomó medidas para descentralizar el comercio extranjero y le dio
más autonomía fiscal a los gobiernos provinciales. Al nivel micro, el énfasis se
puso en lo que era visto como la base económica del socialismo, las empresas
propiedad del Estado. La estrategia era devolverle algunos derechos a las
empresas estatales y permitirles quedarse con algo de las ganancias. Desde
1979 y durante toda la década de los ochenta, el gobierno chino estuvo
preocupado con fomentar las empresas estatales.
No hay duda de que el gobierno post-Mao realizó una serie de reformas. Pero
hoy, con el beneficio de la retrospectiva, sabemos que las fuerzas económicas
que realmente estaban transformando la economía china durante la primera
década de reforma fueron la agricultura privada, las empresas municipales y de
las aldeas, los negocios privados en las ciudades, y las Zonas Económicas
Especiales. Ninguna de estas fue iniciada por Pekín. Fueron jugadores
marginales operando fuera de los límites impuestos por el socialismo. A estas
fuerzas marginales, el gobierno chino estaba contento de ignorarlos siempre y
cuando no amenazaran al sector estatal o al poder político del Partido. Esto creó
espacio para lo que denominamos “revoluciones marginales”, las cuales trajeron
de vuelta a China las fuerzas del emprendimiento y del mercado durante la
primera década de la reforma.
Los primeros negocios en las ciudades chinas fueron iniciados por personas que
no tenían un trabajo en el sector estatal. Muchos fueron jóvenes citadinos que
recientemente habían vuelto del campo. Durante la era de Mao, 20 millones de
graduados de los primeros años de secundaria (jóvenes desde 15 a 18 años) en
las ciudades fueron enviados al campo en parte porque el gobierno no podía
crear suficientes empleos. Después de la muerte de Mao, ellos volvieron, pero
no encontraron empleo alguno en el sector estatal. Jóvenes, desempleados, y
ansiosos, se tomaron las calles y bloquearon el paso de los trenes. Esta
creciente presión obligó al gobierno a abrir la puerta al auto-empleo. Las tiendas
privadas empezaron a surgir en las ciudades chinas; rápidamente acabaron con
el monopolio estatal de la economía urbana.
SOCIALISMO EN CHINA
De acuerdo a su concepción evolucionista de la historia, Marx estableció
sucesivas etapas del desarrollo social, determinadas por el modo de producción.
La primera fue el comunismo primitivo, a continuación el esclavismo, luego el
feudalismo, y el capitalismo. Ninguna de ellas fue pensada previamente como un
proyecto; es decir que esos modos de producción se fueron dando
espontáneamente. “El hombre hace la historia, dedujo Marx, pero de espaldas a
ella”. La siguiente etapa sería el comunismo, pero eso sería posible cuando las
fuerzas productivas del capitalismo llegan a contradicciones insolubles entre sus
fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción.
Sus gobiernos actúan como si no existiera ese proceso, acaso pensando, con el
dogmatismo de antaño, que los chinos son traidores, por lo cual dieron el paso
que los sobrevivientes no se atreven, aun cuando les tengan envidia.
CORRIENTES POLITICAS
DERECHA POLITICA
No existe una definición concreta y única para lo que la derecha política significa
y, por lo tanto, no todos los gobiernos de derecha son iguales. Uno puede ser
democrático y otro un régimen de facto; uno puede ser moderado y otro radical;
uno puede ser popular y el otro corporativista, etc.
CORRIENTES POLITICAS.
IZQUIERDA POLITICA
El concepto de izquierda política es una clasificación sobre las posiciones
políticas que agrupa a estas que tienen como punto central la defensa de
la igualdad social, frente a la derecha política que considera las diferencias
sociales como algo inevitable, normal o natural. La izquierda política se divide
actualmente en una multitud de ramas ideológicas que se pueden agrupar en la
izquierda democrática-reformista, la izquierda revolucionaria y el anarquismo.
CORRIENTES POLITICAS
Izquierda democrático-reformista
La izquierda democrático-reformista es la que propugna que el
principal marco de actuación deben ser las elecciones libres (en
que no existe coacción sobre el votante y se presentan los
resultados de manera transparente), la acción parlamentaria y las
reformas progresivas y con amplio consenso en amplios sectores
sociales. Es el tipo de izquierda predominante en la mayor parte de
los sistemas democráticos de principios del siglo XXI.
Ideológicamente rechaza los sistemas políticos dictatoriales y
marca distancia con cualquier teoría que inspire dicho tipo de
sistemas dictatoriales. Actualmente son las corrientes mayoritarias
dentro de la izquierda democrática-reformista:
Socialdemocracia: Persigue la consecución de la igualdad
social dentro de una democracia liberal. Durante los últimos
años, en determinados países se está relacionada con
el Socioliberalismo, como en el caso del laborismo británico.
Izquierda revolucionaria
Este tipo de izquierda se remonta al siglo XIX, y tuvo un papel
destacado en periodo revolucionario europeo de 1848. La revolución
rusa de 1917 o la revolución alemana de 1918 contaron con una
amplia participación de movimientos de izquierda revolucionaria, y
tendrían una considerable influencia en las décadas posteriores tanto
en Europa como América. En el período 1960-70, existió un número
importante de grupos armados insurgentes y de guerrillas de extrema
izquierda. Estos grupos lucharon por hacer caer a regímenes
ideológicamente opuestos a ellos y propugnaban la equidad y
la igualdad, frecuentemente desde postulados marxista-leninistas.
Este tipo de guerrillas y grupos fueron especialmente frecuentes en
Latinoamérica (y en menor medida en África y Asia), donde la
constante pobreza e inequidad de sus sociedades llevaron a sectores
de las clases menos favorecidas a la subversión. También han existido
agrupaciones políticas de izquierda revolucionaria que conforman
partidos políticos y se presentan a elecciones, mostrándose en contra
del modus operandi del foco guerrillero.
Por lo general, estos grupos de izquierda son conocidos como extrema
izquierda o ultraizquierda debido a que los detractores
del comunismo (pro-capitalistas, liberales, etc.) suelen usar esos
términos de connotación peyorativa como una generalización sobre
cualquier posición que critique al sistema capitalista, a la propiedad
privada y a la economía de mercado, por lo que es frecuente que
la derecha considere a la izquierda revolucionaria como "extremista".
Cabe aclarar que en la actualidad, todas las fuerzas políticas
socialistas o comunistas están organizadas en partidos políticos y
luchan por un cambio hacia el socialismo mediante la democracia.
Movimientos sociales
*La Monarquía será absoluta cuando el monarca reúna o represente él solo los
3 poderes-ejecutivo, legislativo y judicial -, teniendo en torno a él unos
funcionarios que le ayudan en su tarea de gobierno, pero desempeñas tan sólo
un papel consultivo, de preparación o de ejecución, sin que se les pueda llamar
gobernantes al no participar en las decisiones del gobierno
*La monarquía en la cual el poder del rey está limitado por leyes y costumbres
se llama Monarquía Constitucional. El Monarca sólo representa el Poder
Ejecutivo, compartiendo el legislativo con parlamentos y asambleas, cuyo
ejercicio respectivo está determinado por leyes que se contienen en la
constitución
Legislativo
El poder legislativo, Majlis Al-Shaab, elegida para un mandato de cinco
años. Integrada por 444 miembros elegidos y 10 adicionales nombrados
por el Presidente.
Ejecutivo
El poder ejecutivo se ejerce a través de un Consejo de Ministros presidido
por el Primer Ministro.
3. Israel