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ENSAYO

LEALTAD

La lealtad es el cumplimiento de aquello que exigen las leyes de la fidelidad y el honor.


Según ciertas convenciones, una persona de bien debe ser leal a los demás, a ciertas
instituciones y organizaciones tales como puede ser el lugar de trabajo el hogar a su propio
negocio.

Una persona debe caracterizarse por sus virtudes como lo es la lealtad ser sincero llegar a
ser una persona de mucho amor si quiere tener un buen futuro ya que la honestidad y
fidelidad, su veracidad y su amorosa bondad hacia todas las personas que lo rodean lo
harán resaltar como una persona admirable y de confianza. Todos esperamos la lealtad de
los demás. A nadie le gusta ser traicionado, o saber que un amigo habló mal de nosotros.
Por supuesto que nos parece terrible cuando, tras muchos años de trabajar en una
empresa, somos despedidos sin pensar en todos los años que le invertimos. La lealtad es
un corresponder, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso. Es un
compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso el concepto de la
lealtad se da en temas como la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. Cuando algo o
alguien nos han dado algo bueno, le debemos mucho más que agradecimiento. La lealtad
es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Debemos ser leales con aquello que nos
ha ayudado: un amigo que nos defendió, un país que nos acoge como patria, una empresa
que nos da trabajo. La lealtad es defender a quien nos ha ayudado, "sacar la cara". Cuando
somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda.
Todos podemos tener un amigo superficial, o trabajar en un sitio simplemente porque nos
pagan. Sin embargo, la lealtad implica un compromiso que va más hondo: es el estar con un
amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque
tenemos un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la
sociedad misma. Respeto que debe haber entre padres e hijos, la empresa con los
empleados, entre los amigos, los alumnos hacia su escuela…- Es necesario reconocer los
valores que representan las instituciones o aquellos que promueven las personas con sus
ideas y actitudes. Nunca será buena idea que una persona que se preocupa por vivir los
valores, trabaje en un lugar donde se hacen fraudes o impera la corrupción. - Se deben
buscar y conocer los valores permanentes para cualquier situación, de otra forma se es
"leal" mientras se comparten las mismas ideas. La persona que convive en un ambiente de
diversión malsana y excesos, pronto se alejará y comenzará a hablar mal de aquellos que
dejaron de participar de sus actividades. - La Lealtad no es consecuencia de un sentimiento
afectivo, es el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto. El mentir
para encubrir las faltas de un amigo (en la casa, el trabajo o la escuela) no nos hace leales,
sino cómplices. - Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos, se pierde el
sentido de cooperación. La persona que participa de una actividad sólo por el éxito que se
tiene, fácilmente abandona la empresa porque las cosas no salen bien o simplemente deja
de obtener los beneficios a que estaba acostumbrado. - Lo importante es vivir los valores
por lo que representan, no por las personas que en algún momento dictan una norma.

Se habla de lealtad, además, para hacer referencia a la gratitud, compañerismo y amor que
algunos animales son capaces de mostrar a las personas. El perro y el caballo suelen ser
mencionados como animales leales, capaces de arriesgar sus propias vidas para salvar a
sus familiares humanos. Con respecto a esta visión en particular, es necesario hacer ciertas
aclaraciones. El perro cuando siente que su amo llega del trabajo se inclina para que lo
acaricie para hacerle saber que siempre estará con él a pesar de las cosas malas que a uno
le pueda suceder ya sea en el trabajo en lo económico o en el estudio.

LEALTAD: Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre circunstancias
cambiantes. Un valor sin el cual nos quedamos solos y que debemos vivir nosotros antes
que nadie.

La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente
hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una
persona más evolucionada.

La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás. Es un


compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La lealtad es un valor, pues
quien es traidor se queda solo. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier
otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, o trabajar
en un lugar simplemente porque nos pagan. Sin embargo, la lealtad implica un compromiso
que va más hondo: es el estar con un amigo en las buenas y en las malas, es el trabajar no
solo porque nos pagan, sino porque tenemos un compromiso más profundo con la empresa
en donde trabajamos, y con la sociedad misma.

La lealtad es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos. La
lealtad es un valor que no es fácil de encontrar. Es, por supuesto, más común aquella
persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando
dejamos de serle útil nos abandona sin más. Es frecuente saber que alguien frecuenta un
grupo contrario porque le da más beneficios. Y lo que acaba ocurriendo es que nadie confía
en ese tipo de personas.

La lealtad es esencial en la amistad. Los conocidos se hacen amigos a través de la lealtad


mutua. La lealtad es un esencial en la amistad que se ha desarrollado en el compromiso de
corazones entre dos personas. En una relación de corazón a corazón la lealtad desarrolla la
confianza mutua.

Es nuestro deber el ser leal a aquellos que dependen de nosotros: familia, amigos, nuestros
empleados o nuestro empleador. La lealtad es amor bondadoso en acción. La lealtad es
potenciada por la energía que viene hacia nuestro cuerpo al cuidar nuestras actitudes y
pensamientos. La lealtad desarrolla nuestra alma en conciencia, transformándonos en la
creación más hermosa posible de un ser humano.

Como vemos, la lealtad se relaciona estrechamente con otras virtudes como la amistad, el
respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras.

Podemos ver como actitudes desleales:

 Las críticas que se hacen de las personas, haciendo hincapié en sus defectos, lo
limitado de sus cualidades o lo mal que hacen su trabajo.
 Divulgar las confidencias que se nos han hecho.
 Quejarnos del modo de ser de alguien y no ayudarlo para que se supere.
 Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca trascendencia.
 El poco esfuerzo que se pone al hacer un trabajo o terminarlo.
 Cobrar más del precio pactado.
No basta contradecir las actitudes desleales para ser leal, es necesario detenernos a
considerar algunos puntos:

 En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas. Como la confianza y


el respeto que debe de haber entre padres e hijos, la empresa con los empleados,
entre los amigos, los alumnos hacia su escuela.
 Se deben buscar y conocer las virtudes permanentes para cualquier situación, de
otra forma se es “leal” mientras se comparten las mismas ideas.
 La lealtad no es una consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del
discernimiento para elegir lo que es correcto.
 Si se coloca como valor fundamental el alcance de objetivos, se pierde el sentido de
cooperación. La persona que participa en una actividad sólo por el éxito que se tiene,
fácilmente abandona la empresa porque las cosas no salen bien o simplemente deja
de obtener los beneficios a que estaba acostumbrado.
 Lo importante es vivir las virtudes por lo que representan, no por las personas que en
algún momento dictan una norma.
 Con todo lo anterior veremos que aún sin darnos cuenta, las relaciones que hemos
sabido mantener se deben en gran medida a la vivencia del valor de la lealtad.

De la lealtad

Una preocupación hace bullir mi mente y un dolor ensombrece mi alma. Seres sin
escrúpulos de conciencia, que pretenden imponer su voluntad por encima de todo, lograr
unos fines -por demás inconfesables- sin reparar en la honestidad de los medios. Ninguno
cuenta con el libre albedrío de la persona que pretenden doblegar.

Insultos, amenazas, calumnias..., son sus armas. Armas que poco dicen a favor de quien las
utiliza. Alianzas pactadas en la sombra porque no se atreven a obrar a la luz del día.
Aprovechar debilidades ajenas para lograr sus objetivos. Jugar descaradamente con
lealtades.

Y, en medio de todo este asunto, está en juego mi sentido de la amistad y la fidelidad.


Tengo la conciencia muy tranquila. Las ideas muy claras. Sé perfectamente lo que tengo
que hacer: caso omiso a quienes no merecen el apelativo de personas. No ignoro qué
pretenderán atacarme. Se volverán contra mí. Pero tengo a mi favor que han olvidado
totalmente contar con mi propio discernimiento y voluntad de acción.

No me importa recibir una serie de golpes, por muy traicioneros que sean, si con ello un
amigo se ve libre.

Por mantener incólume una amistad, por evitar un daño a un amigo, me enfrento a quien
sea. Porque tengo unos principios más honestos, porque la bajeza y ruindad de algunos no
me da miedo, porque no abandono a los míos cuando las cosas se ponen feas... porque, en
definitiva, soy leal.

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