Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Resumen
El análisis de las variables agroclimáticas es esencial para la implementación de estrategias de
prevención y adaptación de sistemas agrícolas ante las situaciones de cambio climático emergentes.
En ese sentido la implementación de metodologías que permitan la estimación de estos cambios se
vuelven indispensables para la toma de decisiones. Se realizó un análisis climatológico del municipio
de Sampués en el departamento de Sucre en condiciones normales y en condiciones de cambio
climático, y su relación con los sistemas productivos más importantes de la zona. A partir del balance
hídrico, se obtuvo que actualmente los meses aptos para la siembra son los meses de abril a diciembre,
pero en condiciones de cambio climático estos se reducirían de mayo a junio y de agosto a septiembre.
Adicionalmente, la velocidad del viento se vería reducida y la evapotranspiración aumentaría. De la
evaluación de tres de los cultivos más importantes de la zona, se encontró que la yuca muestra la
mayor tolerancia al escenario del cambio climático debido a su fisiología, además de ser el cultivo que
presenta mayor resistencia a plagas y enfermedades como trips, araña roja, Phaeoramularia spp y
Sphaceloma spp y, por último, es la producción en donde agricultores de la zona realizar mejores
prácticas agrícolas. Por estos factores el cultivo de yuca se perfila como una especie de interés en
investigación, enfocada en obtener una mayor productividad.
Palabras clave: Sampués, clima, balance hídrico, variables agroclimáticas, cultivos.
1. Introducción
Sampués es un municipio del Departamento de Sucre ubicado en el sector occidental en la región que
constituye el declive de de los Montes de María, limita al norte con Sincelejo la capital del
departamento, al oriente con el municipio de Corozal y al sur y occidente con el municipio de Chinú,
en el departamento de Córdoba. Este municipio comprende alrededor del 2 % del territorio del
departamento con un área aproximada de 209 km2 d e los cuales 119 km2 pertenecen al área rural y 90
km2 al área urbana. Está ubicado a una altitud de 160 msnm con una temperatura media de 26.99 °C y
tiene una precipitación anual de 1303.63 mm y una humedad relativa del 81.19 %. A nivel
departamental, Sampués es considerado uno de los municipios más prósperos de la región, su
economía está basada en actividades como la ganadería, la agroindustria, las artesanías y la
agricultura. Pese a esto, los suelos del departamento están catalogados por el IGAC como los más
vulnerables en todo el país a los fenómenos climáticos debido a los continuos procesos de
deforestación, el uso inadecuado, la subutilización y la sobre explotación que se le ha dado al mismo
1
(Imagen 1).
La agricultura tiene una dependencia directa de las condiciones ambientales que determinan en gran
medida la viabilidad y el desarrollo de las producciones agrícolas (Ferreras, 2002), es así que el
estudio de las condiciones climáticas se hace imprescindible a la hora de elaborar estrategias de
adaptación de los sistemas productivos que permitan afrontar los riesgos climáticos emergentes, como
el aumento considerable de la temperatura y la disminución en las precipitaciones, las cuales inducen
cambios en la escorrentía y en la disponibilidad de los recursos hídricos.
Por esta razón, el presente artículo está orientado al estudio de las variables agroclimáticas
suministradas por la estación metereológica de la Universidad de Sucre en el municipio de Sampués,
donde se pretende analizar de manera detallada cada una ellas y darles un enfoque a los principales
sistemas agrícolas del municipio. Además, se tendrá en cuenta un potencial cambio climático con un
aumento en la temperatura de 2.5ºC y una disminución en la precipitación de un 25 % con el fin de
evaluar el comportamiento de cada uno de estos cultivos y el desarrollo de sus respectivas plagas y
enfermedades.
2. Materiales y métodos
Inicialmente, se obtuvieron los datos mensuales de la estación metereológica de la Universidad de
Sucre correspondientes a la precipitación media (mm), el número de días con lluvia, la temperatura
media, máxima y mínima (ºC), el brillo solar (horas/día), la humedad relativa (%), la evaporación
(mm) y la evapotranspiración potencial (mm), a partir de los cuales se realizaron los cálculos de
algunas variables climáticas en relación a la elaboración de un balance hídrico.
2
T: Temperatura media mensual (ºC)
I: Índice de calor anual
a: exponente empírico en función de I
El índice de calor anual y el exponente empírico fueron calculados mediante las siguientes fórmulas:
Sabiendo que:
3
2.3. Evapotranspiración por el método de Hargreaves
Esta fórmula es una alternativa en situaciones en que no se tienen muchos datos, sólo requiere datos
de temperatura y radiación solar.
4
2.7. Variación de la reserva o almacenaje de agua útil (ΔAlm)
Este cálculo es el resultado de la diferencia entre el valor de almacenaje de agua útil. Si la diferencia
resulta ser positiva significa reposición de humedad en el suelo y es simbolizado con la letra R, por
otro lado si la diferencia resulta ser negativa significa la utilización de la humedad en el suelo y se
simboliza con la letra U.
Ahora bien, con el balance hídrico ya hecho y las demás variables por mes con las que ya contábamos,
procedimos a realizar una clasificación del municipio por medio de la aplicación de índices de
clasificación climática:
Tabla 1. Fórmulas índice de Lang y Martonne
Y según las cifras obtenidas, se lleva a clasificar la zona de acuerdo a estos parámetros:
5
Tabla 2. Zonificación de acuerdo al índice de Lang
6
3. Resultados y discusión
De acuerdo a la gráfica 4, se tiene que la oscilación térmica anual tiene valores que se encuentran
entre 8.44 °C en el mes mayo y 11.47 °C en febrero, con un valor promedio anual de 9.43 °C.
7
Gráfica 4. Oscilación térmica mensual
La velocidad del viento calculada tiene un valor mínimo de 1.05 m/s en el mes de marzo y un valor
máximo de 1.47 m/s en el mes de septiembre (gráfica 5), con una velocidad promedio anual de 1.24
m/s. En cuanto a la precipitación se obtiene que el periodo con mayor precipitación se encuentra entre
los meses de abril a noviembre, siendo septiembre el mes más lluvioso del año con una precipitación
de 187.62 mm y enero el menos lluvioso con 19.41 mm (gráfica 6), y la precipitación total anual es de
1303.63 mm. De acuerdo a esto, se observa una relación entre la velocidad del viento y la
precipitación, ya que ambas variables tienen su valor máximo en el mes de septiembre y en sus
gráficas se observa que la curva tiene la misma tendencia entre los meses de junio y diciembre.
Para la evaporación, se tiene que en los meses de enero a abril y noviembre a diciembre esta supera
considerablemente a la precipitación, siendo enero el mes más crítico (gráfica 7). En estos meses se
hace necesario la implementación de sistemas de riego. En cuanto al ombrotérmico (gráfica 8), este
sugiere que hay déficit de agua en los meses de enero a marzo y en diciembre, ya que la precipitación
es inferior a la temperatura. De acuerdo a esto, se puede decir que estos meses son secos, por lo que se
requeriría de riego. Así, tanto la gráfica 7 y 8 sugieren lo mismo en cuanto al riego.
8
Gráfica 7 y 8. Precipitación y evaporación mensual y ombrotérmico.
Al calcular la evapotranspiración por los tres métodos, se obtuvo que la evaporación anual por el
método de la FAO es de 1362.78 mm, por Thornthwaite es de 1676.76 mm y por Hargreaves es
1535.36 mm (gráfica 9). El valor máximo de evapotranspiración por FAO es 128.90 mm en el mes de
marzo, por Thornthwaite es 145.05 mm en abril y por Hargreaves es 142.05 mm en marzo. La
evapotranspiración que más difiere de las otras es la calculada por FAO, obteniéndose un valor mucho
menor a las calculadas por los otros dos métodos. Esto puede deberse a que el el método de la FAO
considera más variables climáticas a la hora de realizar el cálculo, por lo que, es el más preciso para
calcular la evapotranspiración.
Con la temperatura media mensual y la evapotranspiración mensual se llevó a cabo el balance hídrico
(tabla 1). Teniendo en cuenta la relación ETR/ETP, los meses aptos para cultivar son los meses de
abril a diciembre ya que en estos esta relación es mayor a 0.60 y, por lo tanto, hay agua disponible
para las plantas. El periodo en el que debe aplicarse riego es en los meses de enero a marzo, ya que
esta relación es menor a 0.60 y, por lo tanto, no hay agua disponible para las plantas. La cantidad
anual de agua que debe añadirse es por lo menos la cantidad del déficit que sería 382.27 mm. Los
meses en donde habría que aplicar riego concuerdan con la gráfica de precipitación y evaporación
(gráfica 7) y la del ombrotérmico (gráfica 8), las cuales sugieren lo mismo en cuanto al riego.
9
Tabla 6. Balance hídrico
Con los datos de precipitación y temperatura, se realizó la clasificación climática de la zona con
diversos índices (tabla 2). Con el índice de Lang se obtuvo que la zona es semiárida, con el de
Martonne es húmeda, con el de Caldas es cálida, con el Caldas Lang es cálida semiárida, con el índice
de Holdrige es cálida seca y la zona de vida es bosque seco tropical.
10
Gráfica 10 y 11. Temperatura mínima y máxima mensual con cambio climático
La velocidad del viento pasaría de tener un valor mínimo de 1.05 m/s a 0.69 m/s en el mes de marzo y
un valor máximo de 1.47 m/s a 1.04 m/s en el mes de septiembre (gráfica 13), con una velocidad
promedio anual que pasaría de 1.24 m/s a 0.85 m/s. De acuerdo a esto, se observa que hay una
disminución de la velocidad del viento con el cambio climático. En cuanto a la precipitación, el
periodo con mayor precipitación seguiría siendo entre los meses de abril a noviembre (gráfica 14), sin
embargo, la cantidad de precipitación se reduce. El mes de septiembre seguiría siendo el mes más
lluvioso del año, pero la precipitación pasaría de 187.62 mm a 140.72 mm, y enero el menos lluvioso,
cuya precipitación pasaría de 19.41 mm a 14.56 mm, y la precipitación total anual se reduciría de
1303.63 mm a 977.72 mm. Se sigue observando la misma relación entre la velocidad del viento y la
precipitación, ya que ambas variables siguen teniendo su valor máximo en el mes de septiembre y en
sus gráficas se observa que la curva tiene la misma tendencia entre los meses de junio y diciembre.
11
Gráficas 13 y 14. Velocidad del viento mensual y precipitación mensual con cambio climático
En cuanto al ombrotérmico (gráfica 15), sigue sugiriendo que hay déficit de agua en los meses de
enero a marzo y en diciembre, ya que la precipitación es inferior a la temperatura, por lo que, se sigue
requiriendo de riego.
La evaporación anual por el método de la FAO pasaría de 1362.78 mm a 1426.49 mm, por
Thornthwaite de 1676.76 mm a 2051.98 mm y por Hargreaves de 1535.36 mm a 1621.67 (gráfica 16).
El valor máximo de evapotranspiración por FAO pasaría de 128.90 mm a 133.36 mm en el mes de
marzo, por Thornthwaite de 145.05 mm 177.68 mm en abril y por Hargreaves de 142.05 mm a 149.95
mm en marzo (gráfica 16). De acuerdo a esto, se observa que hay un aumento de la
evapotranspiración con el cambio climático.
12
Gráfica 9. Evapotranspiración mensual con cambio climático
Teniendo en cuenta la relación ETR/ETP de acuerdo al balance hídrico realizado con cambio
climático (tabla 8), los meses aptos para cultivar son los meses de mayo a junio y de agosto a octubre
ya que en estos esta relación es mayor a 0.60 y, por lo tanto, hay agua disponible para las plantas. El
periodo en el que debe aplicarse riego es en los meses de enero a abril, el mes de julio y de noviembre
a diciembre, ya que esta relación es menor a 0.60 y, por lo tanto, no hay agua disponible para las
plantas. La cantidad anual de agua que debe añadirse es por lo menos la cantidad del déficit que sería
890.24 mm. Con esto, se tiene que hay una reducción en la cantidad de meses aptos para cultivar ya
que los meses de abril, julio, noviembre y diciembre pasan de ser aptos para cultivar a requerir de
riego. Adicionalmente, el déficit de agua aumenta, pasando de 382.27 mm a 890.24 mm.
Tabla 8. Balance hídrico con cambio climático
Al realizar la clasificación climática de la zona (tabla 9), se obtuvo que con el índice de Lang la zona
es árida, con el de Martonne es subhúmeda, con el de Caldas es cálida, con el Caldas Lang es cálida
árida, con el índice de Holdrige es cálida seca y la zona de vida es bosque seco tropical. De acuerdo a
esto, se tiene que hay un cambio de clasificación para los índices de Lang, Martonne y Caldas Lang,
en donde la zona baja en una categoría.
13
Tabla 9. Clasificación climática con cambio climático
Se seleccionaron tres de los cultivos basados en la importancia que estos tienen en la economía
municipal y regional: yuca, maíz y frijol. La yuca, que es la materia prima de la agroindustria local, el
municipio de Sampués produce el 90 % de almidón y 10 % de la yuca seca del departamento de
Sucre. El maíz, cuya área ha venido en un incremento notable (10% del total departamental de maíz
mecanizado), debido a la proliferación de enfermedades como la antracnosis que ha afectado a otros
cultivos. El frijol por el interés que tiene para los investigadores de la región el desarrollo de
variedades más resistentes y nutritivas, que a su vez protejan al suelo de procesos de degradación
como lo es la erosión.
14
(Barrera,2016), debido a que los cambios de la temperatura, ya sea por debajo o por encima del
óptimo, generan una disminución en el número de semillas por vaina, reducción del crecimiento y
disminución de la eficiencia fotosintética. Bajo estos tipos de estrés la planta no puede movilizar los
carbohidratos y, por lo tanto, genera una acumulación de carbohidratos no estructurales en la hoja,
disminuyendo los que se pueden almacenar en los órganos vegetativos. En cuanto a la humedad
relativa la región tiene un promedio anual del 80% con meses en que puede llegar a alcanzar un 84%,
bajo un escenario de aumento de la temperatura esta humedad disminuiría. Sin embargo no se
afectaría el rendimiento debido a que el cultivo puede tolerar hasta un 60 % de estrés hídrico y en
dado caso se podría complementar con riego. La estimación de la precipitación indica que es viable el
cultivo bajo el nuevo escenario, sin embargo se deben modificar las temporadas de siembra de tal
manera que esta se haga entre el mes de agosto y octubre considerando que este tiene un ciclo de 3
meses.
Las condiciones climáticas óptimas para el desarrollo de mosca blanca, especialmente Bemicia tabaci
son las condiciones de clima cálido o ambientes donde las lluvias son escasas, pero se dispone de
riego, por lo cual un escenario con mayor temperatura y un requerimiento de riego puede generar
proliferación y una mayor incidencia de esta especie. Igualmente, las especies del género Empoasca
spp se ven favorecidas por un aumento de la temperatura y ausencia de lluvias. Y directamente se
incrementaría la diseminación de hongos fitopatógenos por estos vectores.
Cultivo de Frijol
15
yuca no es problema, ya que esta muestra tolerancia a niveles inferiores de lluvia en relación a
diferentes cultivos gracias a la gran reserva de carbohidratos almacenados en la raíz, en donde al
encontrarse en estrés hídrico utiliza pequeñas proporciones de estos para mantener un desarrollo
activo (Morrobel & Hernández, 2009).
Por la parte de plagas y enfermedades existen variedades de yuca que muestran resistencia a este tipo
de estreses abióticos, como con el caso del trips y araña roja, en los que usa la muerte celular
programada en los sectores de la lámina de la hoja donde se realiza la inserción del aparato bucal, para
muchos cultivos el ataque de estas plagas representan las mayores pérdidas en producción, añadiendo
que condiciones de altas temperaturas con baja humedad incrementan la propagación de esta plaga en
el cultivo (Bellotti, 2000).
Cultivo de Yuca
16
Tabla 12. Variables climáticas y cultivo de maíz
Cultivo de Maíz
4. Conclusiones
El cultivo de la yuca en la región muestra alta resistencia a plagas y enfermedades, además de una
capacidad para adaptarse al cambio climático superior a otras especies que se cultivan actualmente y
se perfila como una especie de interés en investigación enfocada en obtener una mayor productividad.
Se puede observar los efectos negativos del cambio climático en la historia de la producción agrícola
de la región, disminuyendo cada año el porcentaje de área sembrada de diferentes cultivos, como el
caso del algodón.
La presión ejercida sobre los sistemas productivos que actualmente se siembran en la región por el
aumento de la temperatura y la disminución de las precipitaciones genera una necesidad de desarrollo
de variedades resistentes al estrés hídrico, e implementación de nuevas tecnologías que permitan
aprovechar los recursos de la manera más eficiente.
5. Bibliografía
17
Leihner, D. (1983). Yuca en cultivos asociados: manejo y evaluación. CIAT. Cali. Colombia. 80 p.
Montaldo, A. (1991). Cultivo de Raíces y tubérculos Tropicales .IICA, San José Costa Rica. 480 p.
Morrobel, J. & Hernández, R. 2009. Proyecto Opciones para mejorar la capacidad productiva y de
generación de ingresos de productores/ as de yuca en Palmarejo, Santiago Rodríguez. Informe final.
Idiaf. 61 p.
MinAgricultura. (2014). Cadena Agroindustrial de la Yuca en Colombia. En linea:
https://sioc.minagricultura.gov.co/Yuca/Documentos/002%20-%20Cifras%20Sectoriales/Cifras%20S
ectoriales%20-%202014%20Diciembre.pdf
Ocampo, O. (2011). El cambio climático y su impacto en el ago. Revista de ingeniería. Universidad de
los Andes. Bogotá D.C. pp(115-123)
Pedrol, H., Castellarín, J., Salvagiotti, F. & Rosso, O. (2006). El cultivo de maíz y las condiciones
climáticas. EEA Oliveros INTA. Argentina
18