Sei sulla pagina 1di 19
SPeciodisane Todeteneme" Seleccion Je met: i Reco motes Je Emc que Prolog dD libco Marty Novene Guillerao Katchadjan —jovenytlenoro periods ubied y fotografi las notas de Raab que forman parte de esta selecién Eltrabsjo exedié el mero acopio:sus observaciones permitieron guna a eens e interpretaciSn El detlle obsesvo con gue fordend y coment el material esun efuerzo que suele destinarse 4 proyectos propos. Bntiendo que esta trea lo habrs vuelto easbioo” PROLOGO. Por qué no hay un mito Enrique Raab? © aunque sea un tmayor resonocimiento. Quizis porque el desconfiaba de las palabras sacralizadas que vven eave as slaps de los libros y no cultive la novels —ese género fico que per- rite psar los pepers— 0 la investigacign a lo grande (a nacionalidad no hubira sido un problema cuando Carlos Gardel era uruguayo o francés, y Julio Cortisar, begs). ‘Seri porque no pertneca al grupo mayortario en lami Thaneiarevolucionaris? Porque su desobediencia als he terosenualidad obligatori no fsvorecta el mito para una izquierda que ain ratadeasimilaraun Néstor Perlongher, pero sampoco adv, como tantosdsidentessexuales que riliteban en a organizacions poltces ~cs otro mito ho- ‘mofSbico pensar el deseo de borne hombre y de majer ‘mujer como aguel que compromete el ser tad de quien 13 detecta—, la arsiulacion entre poitia y polities sexual 0 Ja dajé para mis tarde? 20 porguclos eronias populares suelenserpopulistasy eno eraniuna cosa alata? ;Pore aque era algo mis complicado que lo que Carlos Monsivdis definis como “conista” (en miembro de as minorlas que habla en nombre de las mayorise aceon)? Me dio por tlfono Felsa Pinto, quien veces se define como eronista del café society, otras como eronizt 3 seas yy muestra gue el exilo en todos lor que pasaron por ls Fedacciones de Jacobo Timerman fue una epidemia de la ‘gue nadie se cars: Era un periivta para periodists con aire de chevalier seroan, de palabras medidas y ordenadas, muy preci, pero ro agvien que genera anéedowas. Yo lo conecia por medio de [isabel Ferner Bencgas,elamiga de Marche. No supe del Std ERP, pero tarapoce ten el perfil del desaparecdo, Pero ‘ho ern fivol, sno alguien que andaba por los reservados {el show off para eta al cant de todo. A Raab lo recuerdo ‘con un agpecto muy maclino, como de se discret sobre ‘ana pain lcerate oo correspondid, Para imagingracl hay gue tener en cuenta el entourage de Alberto Taba, Edgardo ‘Conarnaky, el mismo Luzbel. Eramer expaces de competir ‘en quien evanabs nia temprano paairauna dsquern de Belgrano adonde habianlegedo unos pocos discos de Zarah Leander ode, luego de ler El perseguidor de Cortex, esc char todo Charly Parker amos as iberia dl eine de Din- fgonal Narcea comprar el Gkimo libro sobre Ingsar Bergman, alcinedlab siempre: Noa csnobismojcreo que éramosiemds tno dar consumidores de todo el set dal siglo XX. Lo que dice Felisa Pinto es que Enrique Raab era un atoms de ev época. Un anfibio entze los cinechubistas faniticos —forma parte de Gence de Cine, luego de Na- cleo, los militantes revolucionarios —fue militante det PRT (Partido Revalacionario de los Trabsiadores)— y los periodisassindicalizados —integré Is agrupscién Emilio ‘uregui— 0 por Is combinacién de las tres cosas, se hizo conocido en las revistas modernas de las décadas de 1960 1970 que se caracterizaban por ser resccionarias en sus primeras piginas —las destinadas a la politica e imper- tinentes y contesatarias en las que el ambiente denomina periodismo herabra: artes y especticulos, vida cozidians, ‘culeura, Si Jacobo Timerman fue el inventor del modelo y un epigono crollo del ciudadano Kane, Enrique Raab pa- reci6 haber pasado n0 solo por los medios que este digi, sino por a mayoria: Confirmado, Primens Plana, Analisis, Siete Dias, La Razén, Clarin y hasta la efimera Todo, de donde un furioso Bernardo Newstadt lo eché debido a sus ‘Quien quiera hacerse vaabioso con bibliografia puede cer Enrique Rash, claver de una biografia critica, Perio~ ddismo, cultura’ milicancia antes del golpe de Maximo Ese- ‘versiy Crinicasejemplares. Diez aos de periodismo antes del horror (1963-1973) de Enzigue Raab y con selecciéa y prélogo de Ana Basualdo, Una vida Raab habia nacido en Viena en 1932, Luego del Ans- ‘chluss, sus padres emigraron con él ala Argentina. Tenia seis aos. Sus recuerdos def nazismo deben haber quedado sumergidos por los que uao de sus coterrincos Sigmund Freud) lamé “recuerdos encubridores’. Una memoria ma- rerna —transmitida a su amiga periodista Susana Visa y transcripts en su biografia— certifies que era may blanco ‘con mofletes sonrosados y que wna vecina italiana se los pellizeaba diciéndole: “Muy lindo, Enrique, cachetudo y gordo como un chancho"; que aprendiéespatol enseguid’ ‘ysepuso leer desde Mandrake el mago en adelante. Aun- ‘que la palabra “nacional” siempre le despert6 sospechas ¥ dliseusi6 con los que la urilizaban aun con las mejores inten- ciones, sistié al Colegio Nacional de Buenos Aires como tantos argentinos,incluido su enemigo politico Mario Fir menich. Como para asegurarse el honor laico propio delos {grandes periodistas de época, pero también como parte de ‘un zasgo argentina —Domingo Faustino Sarmiento y Jorge Luis Borges fueron autodidactas, lo mismo que Ezequiel Martinez Estrada— no se recibié, “quedindose” con una materia por diferencias con tu profesoe: Historia. Para volver a esa Europa perdida en la amnesia infan muy joven se empleé en wna agencia de vies —hablabs ‘cuateo idiomas hasta que se encontré con el periodismo, tun oficio en el que recalé par estar interesado en todo ¥ no al evs, es decir que a partir de ese trabajo todo se vole vig transformable en informacién. Es por eso por lo que cl marxista pop Roberto Jacoby no lo recuerda haciendo anilisis teSricos en elacibn con determinados movimien- tos dela clase obrera ode a situacin de esta en la causa la- ‘inoamerieana, ino confiando en el dato que exteala desde algin rincén de la ciudad y que era siempre sorprendente. Envucko en wn impermeable de detective de ficcién, mo- vvediza —eljefe de personal de Le Opinin detestaba verlo sentado sobre su escritorio, solis ir por eada rine de Jas redacciones conspirando en medio de un ambiente que Jacoby asocia con e de la pelicula Casablanca Fuera de los medios masivos, Raab escribié en la revis~ ta Nuevo Hombre, fundada antes del gobierno de Héctor ‘Cémpors, a partie de 1974, en manos del PRT y a lz que su entonces director, Mansel Gaggero, llamaba EI Comba Tegal, en alusisn 3 Fl Comhatiente, el diario de la organi- zacién, Alli Raab no firmaba, aunque dicen que era facil descubrie ss estilo. También tabsjé en Informacién, delos Montoneros, que solo sse6 un nmero y en El Ciudadano, de la misma organizaciSn, un proyecto en el que participa~ bbs cuando su cass fue allanada y l secuescrado a mediados de abril de 1977. En ninguno de estos medios cedié a una pluma pedagogica ni dejs de traslucir su vision personal y hhasta se gans las iranias de sus compateros de militancia por su defensa ieoligica de una pelicula coma Infierna cn la torre Ls ria de a prenes argentina ~ura dels menos inte- ligemes y mis pedantes dl mundo ha ratidoelfendmeno de tne ne tore con algerie wbradoraqpe In carter: scontumbrda dese ace aos a pclog smo yl limo, ob logrado ver en et soperprodvetsn ‘leinade ans mane dod el mondo varane ntl ue {finde mene itn dein pocenciaimpera lst dig aio asin low ooo aia dese mpeio como slo des colonise. Esa nopinna debe naar en fst cterony poco taginatvs glnaores de Bergman y de Pelin para qienr einen crentve eine uncbmadarapolin para us igesioes see aco "ica a soleday angen cabulos de ball ela roblemitin pequto burguesn. En 1974, Ediciones de la Flor le peblicé a Enrique Raab €l libro Cuba: vida cotidiana y revolucién —por paciencia « insistencia de Daniel Divinshy—, una recopilacién de sus articulos aparecidas en La Opinién. Un libro pondersto- tio, pero lejos de la complacencia partidaria y que no cay bien en la sla: sobre todo —supongo— el estimonio so- bre “siete eubanos reunidos estudiando y discutiendo un fragmento de Fl diario del Che, coma si fuera un passje especialmente arduo de la Cabala™ La ironia sera contea- rrevolucionara; ese y un trabsjo sobre Luchino Visconti cditado por Gente de Cine son sus inicos libros, También hizo un cortometrsje, Jo sobre un texta de Ricardo Halac {que gané en 1962 el primer premio del Concurso Anal de CCinematogeafis, lo que e hizo pensar a su amigo Edgardo CCozarinsky que la verdadera pasion de Raab ers el cine: Fueun artist frastrado que lew al peiodisma la intel gencia ya sensiblidad que no loge encauzar en la ereaién Sus aotsspertnecen aun peiodismo difel de concebic en Tos aos del “eterno ala democracia", con su conformismo bienpensaate,y que slo hoy aroma en el culkivo dels exi= nica, No pudo gozar del independeneiay dl consigwiente

Potrebbero piacerti anche