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DEL SÉPTIMO DÍA
Dudley Marvin Canright, 1914
Capítulo 7
EL SANTUARIO
Los Adventistas del Séptimo Día hacen girar todo alrededor de su interpretación del
santuario. Es vital para ellos. Si se equivocan en esto, toda su teoría se viene abajo. Por lo
tanto, el lector debería estudiar este tema cuidadosamente. Ellos hablan de él
constantemente, y afirman que son los únicos en toda la cristiandad que tienen la luz sobre
este tema. Le dedicaré sólo unas pocas páginas, justo lo suficiente para mostrar la falacia de
su sistema.
Basaron sus cálculos de 1844 en Daniel 8: 14: "Hasta dos mil y trescientos días, y el
santuario será purificado". El santuario era la tierra.
Habría de ser purificada por medio del fuego a la segunda venida. Los 2300 días
terminaron en 1844. En consecuencia, Cristo debía regresar ese año. Lo probaron todo por
medio de la Biblia, así que no podía haber error, decían. Pero Cristo no vino. ¿Ahora qué? El
fanatismo tarda en desaparecer, a los hombres positivos no les gusta ceder. Así que ahora
descubren que el santuario no significa la tierra para nada, como ellos decían, sino un
edificio de verdad en el cielo, exactamente como el tabernáculo que Moisés construyó. Éste
era una carpa con dos compartimientos, el Lugar Santo, que contenía la mesa, el
candelabro, y el altar de oro; el Lugar Santísimo, que contenía el arca, en la cual estaban
las tablas de piedra, y sobre la cual estaban el propiciatorio y los querubines. Véase Heb. 9:
17. Los sacerdotes ministraban en el primer compartimiento cada día del año, pero sólo el
sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo, y eso sólo el último día del año. Lev. 16. Ese
día purificaba el santuario de los pecados confesados allí durante el año. Todo esto era un
tipo de un edificio semejante en el cielo, donde Cristo ministra. Heb. 8: 15; 9: 19, 24. En
1844, abandonó el Lugar Santo y entró al Lugar Santísimo para purificar el santuario
celestial, el cual, realmente, es el juicio. Esto explica su desencanto. Jesús entró al Lugar
Santísimo del santuario celestial para comenzar el juicio en 1844, en vez de venir a la
tierra, como al principio esperaban y predicaban. Para probar todo esto, presentan largos
argumentos deductivos, que están abiertos a objeciones por todos lados.
1. ¿SABEN los Adventistas que están en lo correcto acerca de esta cuestión? No.
2. Si este tema es tan claro y tan importante como ellos dicen, es extraño que nadie jamás
lo encontrara antes.
3. Después de haberme familiarizado completamente con su punto de vista acerca de este
tema, y conociendo todos sus argumentos, me siento seguro de que están errados.
1. Dios envió a los Adventistas con un solemne mensaje a la tierra, del cual dependía el
destino de la iglesia y del mundo. Lo primero que hicieron fue escoger el año equivocado,
1843 en vez de 1844. Luego, cuando corrigieron eso, en vez de anunciar el verdadero
evento que habría de tener lugar, el cambio de la obra de Cristo en el santuario celestial,
dijeron que Jesús habría de venir a la tierra, levantar a los muertos, y quemar el mundo,
¡cuando nada de esto habría de ocurrir!
2. Ni uno de cada cincuenta Adventistas originales descubrió nunca el verdadero error que
habían cometido. Ni un solo dirigente Adventista, como Miller, Himes, Litch, etc., aceptó
jamás esta explicación del santuario. Apenas un puñado de la gran masa de los Adventistas
de 1844 averiguó la verdad acerca del santuario, y éstos eran hombres de no poca monta
en la obra de Miller.
3. Miller mismo se opuso al movimiento de los Adventistas del Séptimo Día, rechazando
las ideas del santuario, el sábado, y el mensaje del tercer ángel. ¡En qué desesperado
enredo se encontraba esa obra Adventista! No es de extrañar que la gente la rechazara.
¿Qué habría ocurrido si Moisés se hubiera opuesto a Josué, y Juan el Bautista se hubiese
opuesto a Jesús? ¡Miller fue enviado a hacer una obra, no la entendió, y luego se opuso a
los que finalmente la entendieron bien!
4. En vez de recibir la "luz" sobre la cuestión del santuario de la visión de la Sra. White, o
del cielo, la recibieron de O. R. L. Crosier. Pero éste pronto renunció a ella considerándola
errónea, y se ha opuesto al Adventismo del Séptimo Día durante muchos años. Le va mal a
una teoría cuando sus mismos autores renuncian a ella.
5. Al principio, los Adventistas del Séptimo Día adoptaron la doctrina del santuario para
probar que la puerta de la misericordia se cerró en 1844, una teoría que la Sra. White y
todos ellos sostenían en ese tiempo.
He aquí mi prueba sobre este punto:
Ann Arbor, Mich., Dic. 1, 1887. Pastor D. M. Canright: "Guardé el séptimo día por casi un
año, como en 1848. En 1846, expliqué la idea del santuario en un artículo en un número
doble extra del Day Star, de Cincinnati, Ohio. El propósito de ese artículo era apoyar la
teoría de que la puerta de la misericordia se había cerrado, una teoría que yo y casi todos
los Adventistas que habíamos adoptado los puntos de vista de William Miller sostuvimos
desde 1844 hasta 1848. Sí, YO SÉ que Ellen G. Harmon ahora la Sra. White sostenía la
doctrina de la puerta cerrada en ese tiempo". Atentamente, O. R. L. Crosier.
Ahora escuchemos a la Sra. White:
Topsham, Maine, Abril 21, 1847. "... El Señor me mostró en visión hace más de un año que
el Hermano Crosier tenía la verdadera luz acerca de la purificación del santuario, etc., y
que era Su voluntad que el Hno. Crosier pusiera por escrito el punto de vista que nos dio en
el Day Star (extra) de Feb. 7, 1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor para
recomendar ese número extra a cada uno de los santos...". E. G. White, "Una Palabra a la
Manada Pequeña", págs. 11, 12.
Aquí tiene Ud. el origen y el objeto de esa teoría del santuario. Tengo delante de mis ojos
"The Present Truth" [La Verdad Presente], Vol.I, No. 6, de Diciembre 1849, por James
White. "La Puerta Cerrada Explicada" es el artículo principal, en el cual se arguye, a partir
del tipo en Lev. 16: 17, que, cuando el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo, no podía
haber más perdón por el pecado. "En este día de expiación, él es sumo sacerdote SÓLO
PARA AQUÉLLOS cuyos nombres están inscritos en el pectoral del juicio", pág. 44. No más
salvación para los pecadores, es lo que se quería probar con su teoría del santuario. El libro
entero está lleno de esta idea.
6. Su argumento a partir del tipo sobre este punto era correcto. en el tipo, ningún pecado
podía ser confesado y trasladado al santuario después de que el sumo sacerdote entraba al
Lugar Santísimo. Lev. 4: 17; 16: 17, 23, 24. Así que, si esto era un tipo de la entrada de
Cristo al Lugar Santísimo en el cielo en 1844, entonces la puerta de la misericordia
efectivamente se cerró allí, y todos los pecadores están perdidos.
7. Absolutamente ninguna obra había de hacerse en el día de expiación, o en el día en que
el santuario era purificado. Lev. 23: 2732. La ley era muy estricta. Si el argumento
Adventista acerca del santuario es correcto y el día de expiación comenzó en 1844,
entonces ellos no deberían haber trabajado ni un solo día desde entonces. Por esto, después
de 1844, muchos Adventistas sostenían que era pecado trabajar; pero el tiempo y el hambre
los obligó a trabajar nuevamente.
9. Pero ahora han abandonado este concepto del santuario, y sostienen que todos los que
honestamente busquen a Dios pueden salvarse sin nada de esta "luz" acerca del santuario.
Así, ya han sostenido cuatro diferentes posiciones acerca de la cuestión del santuario:
1. Era la tierra.
2. La puerta de la misericordia se cerró para los pecadores en 1844.
3. Esta puerta estaba abierta sólo para aquéllos que estaban enterados del cambio
efectuado por Cristo en 1844.
4. Ahora está abierta para todos. ¿Qué sostendrán después?
Después de investigar concienzudamente el tema entero del santuario, estoy seguro de que
están en un gran error sobre este punto.
1. El trono de Dios estuvo siempre en el Lugar Santísimo del santuario, entre los
querubines, sobre el arca, y nunca, ni una sola vez, en el Lugar Santo. Para la prueba de
este punto, véase Lev. 16: 2; Núm. 7: 89; I Sam. 4: 4; II Reyes 19: 15. Smith arguye que el
trono de Dios estuvo algunas veces en el Lugar Santo, y se refiere a Éx. 33: 9. Pero aquí el
Señor aparecía FUERA del tabernáculo, y no en el Lugar Santo en absoluto. Así que este
texto le falló a Smith.
2. Cuando Jesús ascendió al cielo, hace mil ochocientos años, fue directamente a la diestra
de Dios y se sentó en su trono. Heb. 8: 1. Por esta razón, debe haber entrado al Lugar
Santísimo entonces, en vez de en 1844.
4. "Delante del trono", Apoc. 8: 3. El pastor Smith asegura que "el trono de Dios estaba en
el primer compartimiento del santuario," porque se dice que las siete lámparas y el altar de
oro estaban "delante del trono", Apoc. 4: 5; 8: 3. Es una causa desesperada la que echa
mano de una prueba como esa. El mismo argumento probaría que el arca y el trono de Dios
estuvieron siempre en el primer compartimiento del santuario terrenal, lo cual sabemos que
es falso. Como había un solo velo que dividía el Lugar Santo del Lugar Santísimo, donde
estaba el trono de Dios, se decía que las cosas en el Lugar Santo estaban "delante del
Señor", pues estaban muy cerca del trono, que estaba situado justamente detrás de la
cortina. Prueba: Éx. 27: 20, 21; 30: 68; 40: 2325; Lev. 4: 6, 15, 18. Aún completamente
fuera del tabernáculo, donde las bestias eran muertas, era "delante del Señor", como lo
muestra Lev. 4: 15. Abraham anduvo "delante del Señor", Gén. 24: 40, y sin embargo,
estaba en la tierra, y el Señor estaba en el cielo.
5. No puede encontrarse ni un solo texto en toda la Biblia que diga que el arca, los
querubines, y el trono estaban en el Lugar Santo del santuario terrenal, el tipo; y sin
embargo, en el antitipo, ellos ponen el trono de Dios en el Lugar Santo, no en ninguna
ocasión especial, sino todo el tiempo durante 1800 años, ¡exactamente lo contrario del tipo!
6. Los Adventistas siempre suponen, y dicen que "el templo de Dios es el Lugar Santísimo".
Santuario, pág. 234, por Uriah Smith. Pero esto es falso. El Lugar Santísimo, o el oráculo,
era UN COMPARTIMIENTO EN EL TEMPLO, pero no era el templo mismo. En realidad, las
Escrituras distinguen cuidadosamente entre el templo y el oráculo o Lugar Santísimo. Véase
I Reyes 6: 5, 16, 17, 19, 23; 7: 50. El templo era la casa, el edificio entero. I Reyes 7: 50; II
Reyes 11: 13; I Sam. 3: 3; Mat. 21: 12; Lucas 1: 9; Apoc. 11: 19.
7. ¿Cuándo se abrió el templo en el cielo, Apoc. 11: 19? Los Adventistas usan este texto
para probar que el Lugar Santísimo en el santuario celestial no se abrió sino hasta 1844.
Pero esto les falla: 1) Porque, como hemos probado más arriba, el templo no es el Lugar
Santísimo, sino el edificio entero. 2) Porque el templo celestial se abrió cuando Cristo inició
su ministerio allí, hace 1800 años. Heb. 8: 1, 2; 9: 812. 3) Porque el versículo 19 de Apoc.
11 pertenece correctamente con Apoc. 12, e inicia esa nueva línea de profecía, en vez de
cerrar la línea en el Cap. 11. La versión siríaca lo divide así. Clarke, Barnes, Scott, y cada
uno de los comentaristas que he consultado, conectan este versículo con el Capítulo 12
como la introducción. Dice Scott: "Vers. 19 Este versículo introduce un nuevo tema, y
debería haber sido colocado al comienzo del siguiente capítulo". Ciertamente, porque,
¿ cuándo se abrió el templo en el cielo? Cuando Jesús entró allí para iniciar su ministerio,
por supuesto. Heb. 9: 812. Así fracasa el principal sostén de la teoría Adventista del
santuario.
Hasta ahora, he argumentado, según sus propias bases, que hay un edificio real en el cielo,
tal como había un santuario en la tierra. Pero todo eso es extremadamente custionable.
1. Así como a los niños se les enseñan lecciones morales mediante lecciones objetivas, Dios
les enseñó a los judíos verdades espirituales por medio de lecciones objetivas de los tipos de
adoración. Por esta razón, no se sigue que en la adoración cristiana debe haber las cosas
materiales que se usan en el cielo. Más bien, la presunción es contra esto.
2. Todo el servicio del templo era para el sacerdocio aarónico; pero Cristo no es sacerdote
según el orden de Aarón, sino según el orden de Melquisedec, Heb. 7: 11. Melquisedec no
tenía templo ni servicio del templo, así que Cristo no debería tener ninguno. Desde Adán
hasta Moisés, no hubo templo ni servicio sacerdotal en el cielo. Smith admite esto: "No
había lugares santos abiertos, y ninguna obra sacerdotal se estableció en el cielo".
Santuario, pág. 238. Exactamente, porque eso era bajo el sacerdocio de Melquisedec, tal
como ahora. Si no se necesitó templo allí durante 4000 años, no se necesita ninguno allí
ahora.
3. Pablo afirma directamente que los tipos de la ley "NO eran la imagen misma de las
cosas" que representan, Heb. 10: 1. Pero los Adventistas construyen su argumento en la
suposición de que eran imágenes exactas de las cosas en el cielo, ignorando así la
afirmación de Pablo.
4. Pablo dice que Cristo es ministro de un tabernáculo más amplio y más perfecto, Heb. 9:
11. Así que debe ser diferente del terrenal.
5. Pablo dice que es un tabernáculo "no hecho de manos", Heb. 9: 11. Esto muestra que no
es un edificio material.
6. Pablo dice que la carne de Jesús es el velo. Heb. 10: 20. Esto muestra que el templo era
sólo figurado.
7. Difícilmente uno de los tipos tuvo un antitipo exactamente como él. Así, los corderos y
los bueyes eran el tipo del cual Jesús era el antitipo. Pero él era HOMBRE y ellos eran
BESTIAS. Los cuerpos de aquellas bestias eran QUEMADOS, Heb. 13: 11, 12, pero Cristo, el
antitipo, no fue quemado. Ellas eran muertas a la puerta del santuario, Lev. 17: 3, 4, pero
Jesús no fue muerto a la puerta del santuario. La sangre de las bestias era llevada dentro
del templo y puesta sobre el altar, Lev. 4: 6, 7, pero la sangre de Cristo fue vertida en el
suelo. Los sacerdotes levíticos hacían ofrendas diarias, pero Cristo fue ofrecido una vez para
siempre, Heb. 9: 25, 26, 28; 10: 10, 12, 14. El pastor Smith dice. "El hecho de que Moisés
hizo dos compartimientos semejantes a los del templo celestial es una DEMOSTRACIÓN de
que éste último tenía dos compartimientos también". Nuevamente: "Los sacerdotes aquí en
la tierra, en ambos compartimientos, servían en el templo a semejanza del servicio en el
cielo". Ahora, Jesús es el único sacerdote en el cielo, y debe llevar a cabo este "'servicio
semejante'".
Los sacerdotes terrenales ofrecían cada día el sacrificio de la mañana y el de la tarde,
rociando la sangre de las víctimas recién sacrificadas en el atrio exterior. Así, por más de
mil ochocientos años, Jesús, de acuerdo con el Sr. Smith, debe haber ofrecido sus propia
sangre recién derramada en el compartimiento exterior del santuario celestial dos veces
cada día; eso es más de 1.300.000 veces desde la ascensión hasta 1844. Este es el resultado
lógico de la 'demostración' del Sr. Smith. En Heb. 7: 27, el apóstol dice: "Esto lo hizo una
vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo". De esta manera, la 'demostración' contradice de
plano las Escrituras". G. W. Morton. La ley que regulaba el servicio de los sacerdotes y el
templo fue cambiada, Heb. 7: 12. Entonces, ciertamente no se está llevando a cabo en el
cielo ahora. ¡Los Adventistas quieren que la ley levítica entera del santuario sea transferida
al cielo y ejecutada allí! Esto es lo absurdo de su sistema. En Heb. 7: 1128, Pablo hace
notar varios puntos de diferencia entre los tipos y los antitipos. La mesa del Señor estaba en
el templo en tiempos de los judíos, Mal.1: 7, pero ahora la mesa del Señor está en la iglesia.
I Cor. 10: 21; 11: 20. Las siete lámparas en el templo celestial "son los siete espíritus de
Dios", Apoc. 4: 4. Entonces no son lámparas literales. Así que es más que probable que
ninguna de las cosas mencionadas como que están alli sea literal. En un lugar se dice que
los santos en el cielo están "vestidos de vestiduras blancas", Apoc. 7: 9, pero en otro lugar
se explica esto como la justicia de los santos, Apoc. 10: 8. En Apoc. 8: 3 se dice que las
oraciones de todos los santos se ofrecen en el altar de oro. Es de lo más evidente que esto
no ha ser tomado literalmente, sino sólo como referencia a la manera judía de adorar. Col.
2: 16, 17, dice que las carnes, las bebidas, los días de fiesta, las lunas nuevas, y los días de
sábado eran una sombra de Cristo. Razonando como razonan los Adventistas acerca del
santuario terrenal, Heb. 8: 5, esperaríamos encontrar algo en el evangelio exactamente
como estos tipos, carnes, bebidas, días de fiesta anuales, días de fiesta mensuales, etc. Pero,
¿dónde están? En el evangelio no hay nada en absoluto como estos tipos.
Pablo dice directamente que el lugar al cual Jesús entró era "el cielo mismo, para
presentarse ahora por nosotros ante Dios", Heb. 9: 24. La simple verdad de todo esto es que
la época de los tipos, las lecciones objetivas, las formas exactas, las ceremonias establecidas,
los lugares consagrados, y los vasos sagrados todo esto terminó en la cruz, Col. 2: 17. La
respuesta de Jesús a la mujer junto al pozo viene exactamente al punto. Ella dijo: "Nuestros
padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe
adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en
Jerusalén adoraréis al Padre. ... Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren", Juan 4: 2024. Bajo el evangelio, un lugar no es más santo
que otro. Con los lugares santos, desaparecieron todos los vasos sagrados, los sacrificios, el
incienso, las tablas de piedra, y todo. Pedro dice todo esto en una palabra: "Vosotros
también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para
ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo". I Pedro 2: 5. Con
el mismo significado, Efe. 2: 2022; I Cor.6: 19. Ahora estamos bajo un nuevo pacto; Heb.
8: 613, un sumo sacerdote de un nuevo orden, Heb. 7: 11, venimos a Dios de una nueva
manera, Heb. 10: 20, por nuevas ordenanzas, Mar. 15: 1516; I Cor. 11:2326, por un
templo diferente, y un mejor sacrificio. Por esto, no hay necesidad de un templo en el cielo
como el antiguo templo judío.
La idea de los Adventistas del santuario en el cielo es un absurdo. En Early Writings, págs.
114, 115, la Sra. White fue llevada al cielo y se le mostró todo. Vio el edificio exactamente
como el que había en la tierra. En él estaban el candelero, la mesa con los panes de la
proposición, el altar, las cortinas, el arca; y "en el arca, las tablas de piedra que contenían
los Diez Mandamientos". Ahora, piense: ¿Qué necesidad hay de un candelero literal en la
inmediata presencia de Dios, cuya gloria está por encima de la del sol? "Y no tienen
necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará". Apoc.
22: 5. ¿Y qué necesidad hay allí de una mesa literal para los panes de la proposición?
¿Comen el pan los ángeles o el Señor? ¡Verdaderas tablas de piedra en el cielo! ¡Y el Señor
sentado sobre el arca encima de las tablas! ¡Qué ideas tan pueriles! Oigamos a Pablo vetar
esa idea: "No en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón". II Cor. 3: 3. Luego,
pensemos en lo absurdo de tener al Dios Todopoderoso y a todos los "millares de millares"
de ángeles alrededor de su trono, morando en un edificio literal con cortinas, lámparas,
mesas, paredes, etc. Tendría que ser más amplio que un estado entero. Que los Adventistas
lean esto: "Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano". Hechos 7: 48.
"Pero, ¿no dice Pablo que el templo judío era una sombra, una figura, un modelo de cosas
celestiales", Heb. 8 y 9? Sí; y dice también que las ofrendas y días santos del antiguo pacto
eran sombras de Cristo, Col. 2: 16, 17. Pero, ¿dónde están nuestros días de fiesta, nuestras
lunas nuevas, nuestras carnes, etc. bajo el evangelio? En ninguna parte, en un sentido
espiritual. Así pues, Pablo dice que el templo terrenal era sólo FIGURA de un "tabernáculo
no hecho de manos". Heb. 9: 911. ¿Cómo podría él decir más claramente que las cosas
celestiales no son literales? ¿Ministró Cristo en un templo literal en el cielo desde Adán
hasta la cruz, durante cuatro mil años? No. ¿Tenía Melquisedec un templo? No. Gén. 14:
1820. Como Cristo es sacerdote según su propio orden, no necesita ningún templo literal.
De acuerdo con los Adventistas, el Lugar Santísimo del santuario celestial estuvo
enteramente vacío y desocupado desde la ascensión de Jesús hasta 1844. ¡Ni siquiera Cristo
entró en él ni una sola vez! Finalmente, todo su argumento sobre el santuario depende de
poder probar que las setenta semanas de Dan. 9 son parte de los dos mil trescientos días de
Dan. 8: 14. Pero, ¿dice la Biblia que lo son? No; ni tampoco pueden probarlo los
Adventistas. Lo mejor que pueden hacer es hacer parecer plausible que lo son.