Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Introducción
El equipo de salud familiar liderado por el médico familiar debe trabajar centrado en los
pacientes, sus familias y la comunidad, con los lineamientos de la atención primaria para la
salud. Al respecto, en este módulo se abordarán y revisarán los conceptos necesarios para
entender la dinámica familiar a través del ciclo vital familiar, y los momentos en que se
pueden anticipar las crisis familiares tanto normativas como no normativas. Se deben tener
en cuenta los cambios que continuamente experimentan las familias que son atendidas,
pues existen muchas variables que las afectan, y hay que estar alerta para detectar cuándo
es necesario emplear nuevas formas de afrontar las diferentes crisis, pues las familias son
sistemas dinámicos en continuo cambio (Christie-Seely, 1984).
1
Objetivos
La familia tiene su propio ciclo vital, incluyendo las etapas de inicio en la formación de
pareja, expansión, consolidación, apertura posparental y disolución. Como organización,
presenta interacciones entre sus miembros (sistemas parental, filial y fraternos), además de
contemplar las interacciones con las familias extensas de cada uno. Posee jerarquías,
alianzas, límites o fronteras, funciones y formas de control del comportamiento (Sauceda &
Maldonado, 2003).
Desde el punto de vista social, es un sistema con afinidades y características sociales, metas
que se construyen en pareja y se completan con la llegada de los hijos. Tiene una serie de
valores relacionados con roles de autoridad, leyes, costumbres, hábitos, desarrollos,
creencias, formas de religión, modelos de autoridad, nivel social, educación y salud.
2
hogar”. Esta definición se considera la más completa, pues se adapta a nuestros tiempos,
cuando existen dinámicas familiares con integrantes diferentes a los que se contemplaban
en otras épocas (Arias, Montero, & Castellanos, 1990).
Por otra parte, hay familias o parejas que no buscan la reproducción, sino su satisfacción
erótico-afectiva. Estas parejas pueden ser heterosexuales, personas solteras o separadas que
no comparten la unidad habitacional ni la función económica, y no desean uniones estables.
También existe el “amaño”, que sirve para ensayar la viabilidad de una formalización
posterior. Están asimismo las parejas de homosexuales que conforman díadas sexuales sin
el componente de la reproducción. En ocasiones, estos han educado niños aportados por su
pareja bisexual; las parejas de lesbianas, por ejemplo, pueden tener hijos propios de uniones
previas, o educar niños que no son propios, sino sus sobrinos o extraños. Otro fenómeno es
la familia monoparental, como en el caso del madresolterismo y del padresolterismo, las
madres por inseminación artificial o los matrimonios separados donde un progenitor queda
a cargo de los hijos (Gutiérrez de Pineda, 2005).
El ciclo vital se compone de eventos que aparecen en el tiempo y que la familia enfrenta
como grupo, desde el noviazgo hasta la disolución al morir uno de los cónyuges. Se divide
en diferentes etapas, fases y estadios. Durante el ciclo vital familiar se desarrollan las
3
funciones de la familia a medida que transcurre la vida de esta, mediante las vivencias que
cada uno de los integrantes va adquiriendo, en conjunto, para la construcción de un futuro
compartido. Esto permite el crecimiento de cada miembro, a fin de que se pueda conseguir
la individualización de los hijos. El individuo nace, crece y se desarrolla en su núcleo de
origen, que es la familia. De allí toma los elementos que garantizarán su supervivencia
durante los primeros años de vida y aprende todo lo necesario para adaptarse a su medio
ambiente sociocultural, originándose en este proceso la mayoría de sus hábitos, actitudes,
comportamientos, realidades vitales y forma de encarar la enfermedad e incluso la muerte.
En el ciclo vital familiar se presentan de forma descriptiva las tareas evolutivas y los
peligros o crisis de cada etapa, o en otras palabras, las crisis normativas que abren espacio a
la promoción de la salud y prevención en cada etapa del ciclo vital, con miras a anticipar
crisis y otorgar elementos necesarios para el acompañamiento e intervención oportuna de
estas. Por otra parte, las crisis no normativas corresponden a los cambios que aparecen
súbitamente y perturban la unidad familiar, pues son eventos inesperados que hacen que la
familia crezca y aprenda de ellas, para así mantener su salud y evitar secuelas. En el cuadro
que se presenta a continuación se incluye el ciclo vital familiar completo, aunque de
manera resumida; en esta sección se revisa la etapa de formación, el estadio del noviazgo y
el caso del matrimonio sin hijos (Arias et al., 1990).
Esta etapa comprende los eventos de la etapa del ciclo vital familiar que incluyen los
aspectos del galanteo, la elección de pareja y la adaptación marital.
Galanteo o cortejo
Se refiere a la forma como se busca o selecciona la pareja. Es el paso inicial para llegar al
matrimonio. Se considera también la interrelación afectiva que determina la formalización
de la relación y permite el conocimiento de la pareja. Se produce el acoplamiento mutuo en
todas las esferas. Se adecúan límites de la relación y tipo de lenguaje íntimo característico
de cada pareja. Se inicia la construcción de la relación afectiva y de las metas comunes y
propias. Se aporta a la relación los elementos que caracterizan a cada individuo, sus
vivencias previas; los integrantes de la pareja tratan de mostrar que son idóneos para
formarla, y de modo involuntario habrá elementos que continuarán ocultos y aparecerán
luego a medida que sean necesarios dentro de la relación marital. Estos elementos se
adquieren en la vida de cada integrante de la pareja en su familia extensa respectiva; son
vivencias que corresponden a sus costumbres, hábitos, maneras de imponer límites y de
criar a los hijos.
En esta etapa intervienen también los gustos de cada uno, se aporta su origen cultural y su
estatus, y se presenta la idealización del ser amado. Se construyen canales de comunicación
entre la pareja y hay momentos en que se comparte tiempo, espacio y dinero. Cabe señalar
que en algunas comunidades del país se conserva la costumbre de la selección de parejas
por conveniencia para preservar clanes, casos en los cuales el galanteo se realiza después
del matrimonio. Otro tipo de matrimonio es el forzado por un embarazo no planeado, donde
se obliga a los futuros padres a casarse para responder por la nueva familia.
Dentro de las bases del matrimonio están algunas características, como la libre elección de
la pareja, que pueden ser determinadas por la proximidad geográfica, la clase social, la
aceptación de las familias, las creencias religiosas y los grupos culturales a los que
pertenece el individuo. Se dice que este tipo de escogencia lleva a tener parejas con cierta
5
similitud psicológica y complementaria, lo que las hace más fuertes y estables. Por otra
parte, es preciso señalar que en la actualidad, con la globalización y el uso de la tecnología
y las redes sociales, hay una mayor apertura a nuevas formas de relación, por fuera de los
grupos sociales antes mencionados. Una constante en las relaciones actuales es la búsqueda
del amor, la comunicación, la complementariedad, para tratar de desarrollar matrimonios
satisfactorios y razonablemente estables.
Adaptación marital
Si se considera que los integrantes de la pareja tienen el ciclo vital individual de un adulto
joven (20-44 años), según Erik Erikson, esta es la etapa de intimidad vs. aislamiento, donde
este puede generar temor y puede haber pérdida de identidad al formar relaciones íntimas.
Se encuentran en una etapa donde prima la gran actividad física, la actividad intelectual por
la iniciación de la vida laboral, donde tiene lugar la consolidación de la pareja y luego la
conformación de la familia; a su vez, los peligros de esta etapa son el aislamiento y la
inestabilidad de los miembros de la pareja. Erikson señala:
Duval plantea la existencia de diferentes aspectos en esta etapa del ciclo vital familiar, que
son: conformación de un hogar, sistema de patrones de responsabilidad mutua, relaciones
sexuales mutuamente satisfactorias, sistema de comunicación característico de la pareja,
relaciones interpersonales funcionales con las dos familias de origen, acuerdos de
interacciones con amigos previos de cada uno, filosofía de vida como pareja y
establecimiento de metas conjuntas, y preparación ininterrumpida de ambos cónyuges o de
uno de ellos, según el caso (Medalie, 1981).
6
Al establecer un nuevo hogar, la pareja se estabiliza en lo económico, lo ocupacional, lo
educacional y lo social; se presenta una carga pesada que requiere el apoyo de familiares,
amigos del entorno y la sociedad en general. Si la nueva pareja decide cambiar de ciudad,
tendrá una carga adicional, al no contar con la presencia y el apoyo de sus familias extensas
y amigos.
Existen además algunos acuerdos vitales, como el manejo del dinero, la toma de decisiones
en conjunto, la definición de quién tomará las riendas del hogar y quién va a aportar en qué
gasto, por lo que la comunicación debe ser fluida y constante para evitar conflictos. Desde
el punto de vista de la sexualidad, se genera un acoplamiento en la búsqueda de la
satisfacción sexual mutua y recíproca. Los patrones que se pueden encontrar en este sentido
dependen mucho de las preferencias sexuales de cada miembro y de ambos como pareja.
El modelo del ciclo vital familiar asume que, en su desarrollo, las familias experimentan
cambios predecibles o crisis normativas. Las crisis normativas son las situaciones que
generan tensión y conflictos dentro de los miembros de la familia, y se producen con los
cambios propios de cada ciclo vital familiar. Estas crisis normativas son esperadas, como el
nacimiento de un hijo, su partida del hogar y la enfermedad crónica de un familiar anciano.
Cada momento del ciclo vital familiar tiene expectativas, tareas y peligros, y de acuerdo a
la funcionalidad familiar será el modo de presentación de las crisis, con el correspondiente
estímulo para el uso de los recursos familiares a fin de superarlas saludablemente.
Sin embargo, junto a estas fases previsibles hay otras fases inesperadas, conocidas como
crisis no normativas, las cuales exigen un gran esfuerzo adaptativo de la familia y pueden
contribuir a la aparición o agravamiento de cualquier síntoma físico o psíquico.
− Incapacidad de los miembros para desempeñar los roles y las tareas habituales, así
como el cuidado de las personas más frágiles (niños, enfermos y ancianos).
− Incapacidad para tomar decisiones y resolver problemas.
− Cambio de foco de búsqueda de la supervivencia familiar y la supervivencia
individual.
7
Crisis normativas de adición
Tareas
8
nuevo trabajo; cambio de roles (trabajo, matrimonio, colegio, nivel de vida); éxito o
falla en el logro de las metas (de colegio, negocios, deporte).
Crisis no normativas
Las crisis no normativas son situaciones de estrés generadas por eventos imprevistos que
pueden sucederle a la familia en cualquier etapa de su ciclo vital, y los acontecimientos
vitales y estresantes que comprenden situaciones externas que, en mayor o menor medida,
producen desequilibrio o disfunción tanto individual como en las relaciones entre miembros
de la familia, o entre familia y comunidad. Estos eventos han sido estudiados por Holmes y
Rahe, y se refieren a situaciones como encarcelación, juicios y problemas legales; despido
del trabajo, reajuste del negocio o desempleo; cambio de residencia o colegio, entre otros;
generan mayor impacto en la función familiar que las crisis normativas (ver Anexo 2).
Las crisis no normativas externas (un desastre natural, terremoto, desplazamiento forzado
causado por guerras) producen una disfunción familiar transitoria. Las familias parecen
responder a estas crisis activando los recursos que les permiten sobrevivir a pesar de las
circunstancias. El nivel de recuperación con el que se recobra una familia es más alto que el
que tenía antes de la crisis. El alto nivel de funcionalidad familiar, sin embargo, puede
deteriorarse en la medida que se elimina la amenaza. De esto se deduce que, entre menos
estrés se requiere, se necesita menor nivel de recursos en la interacción entre los miembros
de la familia.
9
Las crisis no normativas internas, como la infidelidad marital, el divorcio, el alcoholismo y
la criminalidad, usualmente comprometen más la función familiar que las crisis externas.
Las crisis se suelen asociar con largos periodos de disfunción familiar en que los miembros
tienen dificultades al identificar los recursos para resolverlas; así, se recobran tardíamente y
vuelven a caer en el nivel previo a la crisis de su funcionamiento (Smilkstein, 1978).
Los problemas más comunes en el área sexual son por lo general debidos a inexperiencia,
ignorancia y susceptibilidad de uno de los integrantes de la pareja o de ambos. Si se realiza
la educación requerida se resolverán fácilmente, con el fin de que no produzcan desajustes
más serios.
10
uretritis, cistitis bacteriana o enfermedad de transmisión sexual, por lo que amerita
un estudio con exámenes.
− Eyaculación precoz: Definida por Masters y Johnson como falta de control de la
eyaculación que impide la satisfacción de la compañera. Esta alteración es frecuente
y se puede presentar en los primeros contactos sexuales premaritales, por temor al
desempeño; y en los primeros meses del matrimonio mientras ocurre el
acoplamiento. Puede ocurrir durante la convalecencia después de un padecimiento
grave, o ser una secuela de trastornos emocionales. Se debe realizar su manejo
desde el inicio para disminuir la tensión emocional, ya que este puede ser un factor
de aumento de la disfunción.
− En la historia clínica, es importante explorar el tipo de relación de la pareja, la
personalidad de cada uno, sus antecedentes previos, sus costumbres de pareja y su
conocimiento del ciclo sexual de hombre y mujer; esto último, ya que el hombre
puede buscar la penetración cuando su esposa todavía está en fase de excitación y
aún no está lista por no haber suficiente lubricación, lo que le puede generar
dispareunia. También hay que explorar si el varón ha tenido experiencias previas
con relaciones rápidas desde su adolescencia o con parejas en sitios públicos a
modo de hábito, lo cual se debe tratar de resolver. Es importante informar a la
pareja sobre la fase refractaria del varón, cuando este necesita tiempo para
reponerse y poder tener otra relación sucesiva, mientras que la mujer puede
recobrarse y tener varios orgasmos en un periodo corto si cuenta con buena
estimulación sexual y deseo. El manejo de este problema debe iniciarse con la
educación e involucrando a la esposa en su manejo, para que el varón pueda
aprender a controlar la eyaculación. Si no se resuelve, debe remitirse al prestador
complementario para su manejo, bien sea el médico familiar entrenado, el sexólogo
o el psiquiatra.
− Frigidez primaria o secundaria: Puede presentarse cuando la mujer nunca ha
experimentado un orgasmo o por causa de vaginitis, dispareunia, miedo al coito,
lesiones en genitales, o rechazo a la relación sexual por temor al dolor o por abuso
sexual en la adolescencia o niñez.
−
Enfermedades sistémicas que alteran la sexualidad, como las no transmisibles
producidas por medicamentos, los tumores en hipófisis, los trastornos hepáticos o
las malformaciones en genitales (Medalie, 1981).
11
empeorará las enfermedades crónicas o no transmisibles. Los pacientes y sus familias, en
general, no consultan directamente por problemas psicosociales, sino por manifestaciones
somáticas que constituyen una forma de comportamiento metafórico de su verdadera causa
de consulta. Dichas manifestaciones pueden no concordar con un tipo de patología
conocida, por lo que el médico debe desarrollar la capacidad de ver más allá de lo que
refiere verbalmente el paciente.
Es muy útil el uso de instrumentos de medicina familiar, como el APGAR, que evalúa si la
familia presenta disfunción; el ecomapa, que examina el entorno de la familia y el paciente;
el familiograma, que evidencia, además de la composición familiar, interrelaciones,
conflictos, alianzas, patrones de enfermedad, factores genéticos y hábitos aprendidos en la
familia; o la escala de reajuste psicosocial de Holmes y Rahe, que evalúa eventos
estresantes capaces de incidir en la función familiar.
Estos instrumentos detectan dificultades en las familias o comunidades, como paso previo
para su manejo en equipo. Otro instrumento que se puede considerar es la relación médico-
paciente y la capacidad de escucha entre los integrantes del equipo y al momento de la
consulta con el médico familiar. A modo de síntesis, las señales que permiten detectar
problemas de salud mental pueden ser: 1) pacientes con síntomas y signos mal definidos; 2)
pacientes con problemas de depresión, ansiedad, obsesiones, fobias; 3) consultas frecuentes
donde el paciente expresa problemas que considera no resueltos; 4) no adherencia al
tratamiento; 5) uso y abuso de alcohol o sustancias ilícitas; 6) Crisis normativas y no
normativas (Zurro, Cano, & Gené, 2014).
12
Violencia del compañero íntimo Mujeres en edad reproductiva; referir a
servicios de intervención
Clamidia Mujeres sexualmente activas de <25 años;
se incluyen mujeres mayores con riesgo
Hepatitis C Una vez para nacidos entre 1945 y 1965
VIH Una vez entre los 15 y 65 años; conducta
de riesgo más frecuente
Dislipidemias Perfil lipídico en ayunas quinquenal en
hombre de 35 o más; en mujeres de alto
riesgo, a los 45 años
Cáncer de cérvix Citología cada tres años de 21 a 65 años, y
cada cinco años de 30 a 65 años, más test
de HPV
Cáncer de mama Mamografía cada dos años de los 50 a 74
años; individualizar antes de los 50 años
Cáncer de colon Colonoscopia cada diez años entre los 50 y
75 años, o sangre oculta en materia fecal
anual
Inmunización
Influenza Anual
DPT DTAP cada 10 años
Varicela Sin exposición previa o inmunidad previa,
dos dosis
HPV Mujeres de 19 a 26 años y hombres de 19 a
21 años, tres dosis
Herpes Zoster De 60 años o más, una vez
MMP Nacidos después de 1956 y sin inmunidad,
una o dos dosis
Condiciones de alto riesgo: medicaciones Asesoría en cada consulta
preventivas
13
Consejería y educación a pacientes
Dieta
Ejercicio
Los pacientes deben recibir al menos una breve prescripción sobre el ejercicio, incluyendo
la selección de un programa que provea una actividad física regular de acuerdo a su estado
de salud y estilo de vida. El ejercicio regular con intensidad moderada (75 minutos por
semana) o vigorosa (150 minutos por semana) puede mejorar la fuerza, la flexibilidad y el
estado físico cardiovascular.
Abuso de sustancias
Incluye asesoría sobre la cesación del uso del tabaco, la limitación del consumo de alcohol,
los efectos sobre la salud de otras drogas, y evitar conducir o realizar actividades peligrosas
bajo la influencia de sustancias tóxicas. La consejería básica para la cesación del uso del
tabaco debe incluir:
Conducta sexual
Tomar una historia sexual completa que incluya orientación sexual e identidad de género.
Incluir consejería para prevenir ETS, VIH y embarazos no deseados. Los adultos
sexualmente activos deben recibir orientación en cuanto a que la estrategia más efectiva
14
para prevenir infecciones es la abstención o la relación mutuamente monógama con una
pareja no infectada. Las recomendaciones sobre “sexo seguro” incluyen la selección de
pareja y el uso de condón. Las mujeres en edad fértil deben ser advertidas de los peligros
del VIH y HVP durante el embarazo. Esta asesoría debe incluir empatía y confidencialidad.
Las opciones de anticoncepción deben ser discutidas con adultos sexualmente activos en
edad fértil que no desean embarazo, incluyendo información sobre las limitaciones de la
eficacia y el uso apropiado de técnicas anticonceptivas disponibles.
Prevención de lesiones
Cáncer de piel
Salud oral
Referencias bibliográficas
Arias, L., Alarcón, J. D., Ruiz, C. E., Mora, S. L., Dallos, M. I., Erazo, C. A., Rojas, A. E.
(2008). Fundamentos en Salud Familiar. ASCOFAME.
Christie-Seely, J. (1984). Working with the family in primary care. New York: Praeger.
Arias, L., Montero, J. T., Castellanos, J. (1990). Interacción humana, integralidad y ciclos
vitales. Bogotá: Ministerio de Salud.
15
Gutiérrez de Pineda, V. (2005). Modalidades familiares de fin de siglo. Disponible en:
http://www.bdigital.unal.edu.co/42006/1/Modalidadesfamiliaresdefindesiglo.pdf
Smilkstein, G. (1978). The family in Crisis. In: Taylor, R., Family Medicine: Principles
and Practices (p. 235). New York: Springer Verlag.
Zurro, A. M., Cano, J. F., Gené, J. (2014). Atención primaria: Principios, organización y
métodos en Medicina Familiar (7a ed.). Elsevier.
Paulman, P. M., Paulman, A. A., Jarzynka, K. J., Falk, N. P. (2015). Taylor’s Manual of
Family Medicine (4th ed.). Lippincott Williams and Wilkins.
16
Anexo 1. Tipos de familia
17
Anexo 2. Escala de reajuste social de Holmes y Rahe
18
42 Temporada navideña 12
43 Transgresiones menores de la ley 11
Total
Puntajes >150 pueden afectar a la familia o al estado de salud de algunos de sus miembros.
19