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SIGLO DEL HOMBRE EDITORES S A 16/1212013

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!1~11R07nJ~R141 $59.000 UNAM

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO + INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

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TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS
DE LAJUSTIFICACIÓN EPISTÉMICA

VOLUMEN I
TEORÍAS DE LA JVSTIFICACIÓN
EN LA EPISTEMOLOGÍA ANALÍTICA
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS
DE LA JUSTIFICACIÓN EPISTÉMIC.A

VOLUMEN!
TEORÍAS DE LAJUSTIFICACIÓN
EN LA EPISTEMOLOGÍA AI\TALÍTICA

Compilación y textos introductorios:


Claudia Lorena García,
Ángeles Eraña y Patricia King Dávalos

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉ,XICO


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN FILOSOFÍA
Colección: FILOSOFÍA CONTEMPORANEA
Serie: ANTOLOGÍAS MÉXICO 2013
BD212
T46
Teorías contemporáneas de la justificación epistémica / com-
pilación y textos introductorios: Claudia Lorena García,
Angeles Eraii.a y Patricia King Dávalos. -México: UNAM, INTRODUCCIÓN GENERAL
Instituto de Investigaciones Filosóficas : Programa de
Maestría y Doctorado en Filosofía, 2013.
CLAUDIA LORENA GARCL!\
474 p.- (Colección Filosofía Contemporánea. Serie An-
tologías)
Contenido: v.l. Teorías de la justificación en la epistemo-
logía analítica Esta antología, cuya publicación hemos concebido en dos vo-
ISBN 978-607-02-3614-3
lúmenes, reúne ensayos representativos de las corrientes filo-
sóficas más sobresalientes en el ámbito de las teorías de la jus-
l. Justificación (Teoría del conocimiento). l. García, Clau-
dia Lorena, comp. II. Eraii.a, Angeles, comp. III. King Dáva- tificación epistémica de la segunda rnitad del siglo XX. El eje
los, Patricia, comp. IV. Ser. en torno al cual gira la mayoría de estos ensayos es la pregunta
sobre la mejor manera de entender el concepto de justificación
epistémica, es decir, el concepto normativo central del análisis
Cuidado de la edición: tripartito del conocüniento y, por ende, uno de los más impor-
Laura E. Manríquez
tantes de la episte1nología. Desde el Teeteto de Platón, el cono-
Composición y formación tipográfica: cirniento se ha equiparado con la creencia verdadera justifica-
J. Alberto Barraii.ón C. y Leonardo Castillo Me di na
da. Esto se conoce como "análisis tripartito del conocimiento";
Agradecemos al Posgrado en Filosofia de la Ciencia de la UNAM el apoyo
financiero otorgado para la traducción de los textos incluidos en esta
según este análisis, afirmaciones de la forma "S sabe que p"
antología. (donde "S" refiere a un sujeto y "p" a una proposición) son
DR © 2013 Universidad Nacional Autónoma de México analizables, por lo menos parcialmente, de la siguiente mane-
Primera edición: 15 de febrero de 2013. ra: S sabe que p sólo si (1) "p" es verdadera; (2) S cree que p; y
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio (3) S está episternológicamente justificado en creer que p. 1
sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Los ensayos contenidos en esta antología no sólo tocan la
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS justificación epistémica, sino también otros temas fundamen-
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, tales que competen a la teoría del conocilniento: el papel que
C.P. 04510, México, Distrito Federal la verdad debe o no desernpeñar en la epistemología; la exis-
Tels.: 5622 7437 y 5622 7504; fax: 5665 4991
tencia o no de criterios que todo epistemólogo debe aceptar al
Correo electrónico: libros@filosoficas.unam.mx
Página web: http://www.filosoficas.unam.mx construir una explicación filosófica de conceptos epistémicos
PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN FILOSOFÍA 1 Edmund Gettier escribió, en 1963, un ensayo titulado "Is Justified True
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, Belief Knowledge?", en el cual argumenta que estas tres condiciones no son
C.P. 04510, México, Distrito Federal suficientes para la verdad de afirmaciones de la forma "S sabe que p". Re-
Tel.: 5622 1820 cientemente, algunos filósofos han negado que el concepto de conocimiento
Todos los derechos reservados se pueda analizar en términos de la noción de justificación, y sostienen, en
Impreso y hecho en México consecuencia, que en epistemología esta noción no tiene la importancia que
la mayoría de los epistemólogos le atribuyen. Véase, por ejemplo, la introduc-
ISBN 978-607-02-3614-3
ción del libro de Timothy Williamson, Knowledge and Its Lirnits (2000).
CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN GENERAL 7
6

y, en caso de que existan, cuáles son esos criterios; la necesi- 1 . Teorías de la justificación en el siglo XX
dad o no de que el epistemólogo proceda de manera a priori al Nuestra intención ha sido reunir en dos volínnenes las corrien-
abordar las preguntas que tradicionalmente le han preocupa- tes epistemológicas sobre la justificación, porque correspon-
do, etcétera. den a ~os de las grandes tradiciones episte1nológicas surgidas
Uno de los oqjetivos de esta antología es presentar a los estu- en el siglo ~X, a partir de las críticas al positivismo lógico y
diantes de filosofía una buena parte de las teorías de la justifica- de_ las rea~cwnes a ~sas críticas: la epistemología analítica y la
ción epistémica de los últimos cuarenta o cincuenta años. Por epzstemologza naturalzzada. El prin1ero de estos dos volúmenes
sorprendente que parezca, prácticamente no existe ninguna an- co~1ti~ne varias secciones, cada una dedicada a alguna de las
tología en nuestra lengua que incluya alguno de estos ensayos pnnCipales corrientes epistemológicas de la tradición analítica:
originales que han marcado de manera crucial el rumbo de la el fundacionistno, el cohcrentismo, el fiabilismo, la discusión
epistemología contemporánea y sus tendencias actuales. Esta entre internis1no y externismo, y la episte1nología de las vir-
antología pretende remediar estas carencias, increíbles y escan- tudes. El segundo volumen (aún en preparación) se dedicará
dalosas, al publicar de manera co~junta en castellano una se- a l.a .epistemología naturalizada y se ocupará de la propuesta
lección de ensayos centrales sobre las teorías de la justificación onginal_ ~e :V.V.O. Quine, el neoprag1natis1no, algunas teorías
epistémica. del equilibno reflexivo, así como otras discusiones que se en-
Hemos escogido los ensayos tomando en cuenta las siguien- marcan dentro de esta tradición.
tes consideraciones: primero, en la medida de lo posible, he- La tra~~~-anal~~ es aquella que considera que la tarea
Inos buscado que sean daros, concisos, y accesibles a lectores de la ep1ste1nología, y de la filosofía en general, es el análi-
con poco entrenamiento filosófico, puesto que se trata de ofre- sis co;n~eptual: descubrir y siste1natizar de manera a priori -no
cer una introducción de los temas epistemológicos antes mencio- empinca- las verdades conceptuales constitutivas de f¡uestros
nados a lectores no familiarizados con ellos. Segundo, hemos co~~eptos más f~nd.amentales, como son conocilniento, justifi-
procurado incluir por lo menos un ensayo original y represen- caCion, verdad, significado, etc. Esta corriente filosófica se con-
tativo en defensa de cada una de las corrientes epistemológi- so~idó en a~gunos países de habla inglesa durante la segunda
cas aquí presentadas -el fundacionismo, el coherentismo, el mitad del siglo pasado, con la crítica de Donald Davidson a la
fiabilismo, etc.- y uno o más ensayos que desarrollen de un ~losofía d~ Quine, ~uien en algún momento defendió un empi-
modo inteligible e inteligente las objeciones más importantes r~smo ra(lical que niega la posibilidad del conocimiento a prio-
a esa corriente. Así, para cada corriente que examinemos en rz -~, c_on1o consecuencia, la posibilidad de una episte1nología
esta antología habrá, por una parte, un texto que la represente a jJrzorz-, atacando 1~ idea, aceptada de una manera u otra por
bien y la defienda; y, por otra, un texto que ofrezca una crí-
tica bien argumentada de ella. Adicionalmente, cada sección
la mayon~ d: los filosofas del pasado y del presente, de que hay
un conoCimiento cuya legitimación epistémica no se basa en la
-correspondiente a cada una de esas corrientes- abre con una evidencia empírica. 2 Así, una de las ideas que Quin e rechaza es
introducción, que explica de manera clara y concisa la historia que la epistemología, entendida como una disciplina filosófica,
de tal corriente, los principales problemas que intenta abor- deba dedicarse a la búsqueda de este tipo de conocimiento. Si
dar, su ubicación dentro de la geografía general de la episte- hemos, de estudiar el conocilniento 1nismo, dice Quine, esto
mología, lo que diferentes autores argumentan, las principales debera hacerse desde la perspectiva de una disciplina en1pírica
oqjeciones a que sus argumentos dan lugar, e incluye una bi- como la psicología.
bliografía complementaria que los lectores podrán usar para
2 V éanse principalmente los siguientes trabajos de Quin e: "Two Dogmas
profundizar en algunos de los ternas y problemas tratados.
ofEmpiricism" (1951), y su libro Word and Objert (1960).
8 CLAUDIA LORENA GARCLJ\ INTRODUCCIÓN GENERAL 9

Así, Quine y su propuesta de una epistemolog_í~.-~l!~éltur~li­ logía. Al principio de cada sección se ofrece una descripción
zag.a -es decir, de una epistemología básicarnente empírica- mucho más detallada de las posiciones sostenidas en cada en-
marcan la línea divisoria para los dos volúmenes de la presente sayo y de los argurnentos que se proponen en su defensa, y se
antología: Las teorías de la justificación en la epistemología analí- complernenta con una bibliografía rnás amplia relativa al terna
tica (vol. 1) y Epistemologías naturalizadas: racionalidad y justifi- al que se dedica esa sección.
cación epistémica (vol. 2). El segundo volumen de la antología
explorará la idea de una epistemología naturalizada tal y como 2 . Teorías de la justificación en la epistemología analítica
Quine la presentó originahnente en su artículo "Epistemology
Naturalized" (1969), y algunas de las críticas que epistemólo- En este prirner volurnen 'de la antología incluirnos cinco seccio-
gos analíticos en los años ochenta le hicieron a esta propuesta. nes que se abocan a la discusión de teorías de la justificación
En ese volumen incluiremos algunas de las corrientes episte- epistémica de los siguientes tipos: fundacionistas, coherentis-
m.ológicas que aparecieron más o menos sirnultáneamente y tas, fiabilistas, internistas y externistas:~)7-teorías de la justifica-
que, en diferentes sentidos aún por aclarar, pueden ser con- ción basadas en la noción de virtud intelectual.
sideradas epistemologías naturalizadas: corrientes que surgieron
2 . 1 . Teorías fundacionistas de la justificación epistémica
de propuestas tanto de algunos epistemólogos analíticos de-
sencantados con la idea misma de una filosofía analítica, como La primera corriente que incluimos es el fundacionismo epistémi-
de algunos estudiosos de la ciencia entrenados en la tradición co. Fundacionistas epistémicos ha habido muchos, y de muchos
sociohistoricista, quienes, sin embargo, reaccionaron ante la la- tipos, a lo largo de la historia de la filosofía. Descartes, por
mentable propensión de esta tradición a repudiar o ignorar ejemplo, era un fundacionista con respecto a nuestro conoci-
ternas propiamente epistemológicos relativos a la evaluación miento de lo que él llamaba las "verdades eternas e inmutables"
epistémica, al origen de las nonnas epistémicas, y a su cam- -p.ej., las verdades de la matemática-. Por otra parte, algunos
po de aplicabilidad y justificación. Las corrientes que presen- positivistas lógicos se podr~1an considerar fundacionistas del
taremos en ese segundo volumen de la antología incluyen el conocimiento empírico, pues sostuvieron que todas nuestras
neopragmatismo, 3 y las teorías del equilibrio reflexivo. Hemos creencias empíricas se justifican por sus relaciones con esta-
dejado fuera otra importante corriente dentro de la epistemo- dos de aprehensión de datos sensoriales -i.e., estados menta-
logía naturalizada, a saber, la epistemología evolucionista, por- les que no son creencias-. Ahora bien, a finales de los años
que existe ya una antología en castellano que cubre este tema 1970 se formularon con rnás claridad las tesis esenciales a cual-
de manera satisfactoria. 4 quier posición fundacionista, las cuales se distinguen de mane-
A continuación aparece una descripción breve pero concisa ra precisa de las que no lo son. De acuerdo con esto, cualquier
de las posiciones que se defienden en cada una de las secciones fundacionista epistérnico sostiene que aunque algunas de nues-
de las que se compone el primer volumen de la presente anto- tras creencias justificadas sí derivan su justificación de otras
3 Aunque no todo pragmatismo epistemológico tiene que estar compro- creencias, hay otras cuya justificación proviene de su relación
metido con la idea central de la epistemología naturalizada -la idea de que la con cosas que no son creencias. Las creencias que están justifi-
filosofía y la epistemología son disciplinas que no se diferencian de las cien- cadas, pero no por otras creencias -sino por su relación con
cias empíricas por el tipo de conocimiento que producen, disciplinas que, estados mentales de otros tipos (e.g., experiencias sensoriales),
por ende, no deberían presuponer la posibilidad de existencia de un cono- o por su relación con ciertos hechos del mundo- -se Tfáman
cimiento a priori-, las posiciones pragmatistas aquí examinadas son, todas
creencias básicas. El fundacionista argumenta que si no hubiera
ellas, epistemologías naturalizadas en este sentido, y por eso las incluimos en
el volumen 2 de esta antología. creencias básicas, entonces no podría haber ninguna creencia
4 Véase Martínez y Olivé 1997. justificada. Así, para el fundacionista, hay algunas creencias (i.e.,
10 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN GENERAL 11

las básicas) cuya just~ficación no consiste en tener razones a favor de externismo epistémico, problemas que explicaremos más ade-
esas creencias. lante~-~

En los ensayos que aquí presentamos se defienden y se criti-


can algunas versiones de esta idea. Por ~jemplo, William P. Al- 2 . 2 . Teorías coherentistas de la justificación epistémica
ston caracteriza una versión del fundacionismo a la que llmna La crítica de Bonjour al fundacionismo está muy orientada
"mínimo" fonnulando las tesis que, según é1,-son necesarias y hacia la defensa de su propia posición, que es coherentista.
suficientes para ser considerado un fundacionista. Alston ar- Al igual que con el fundacionismo, el coherentismo tiene una
gumenta -en contra de Frederick Will- que ninguna otra tesis larga historia dentro de la filosofía -quizá no tan larga como
es necesaria para ser un fundacionista; en particular, afirma la del fundacionismo pero igualmente venerable- y alcanzó
que no es necesario sostener que las creencias básicas (o inme- una fonnulación más precisa y escueta en la segunda mitad del
diatamente justificadas, como él las llama) sean incorregibles, siglo xx. Las objeciones más serias al coherentismo también
infalibles o ciertas, algo que los positivistas lógicos creían y se plantearon claramente por esos tiempos. Aquí incluimos la
que se les criticó mucho. Según Alston (y según todos los fun- impecable formulación y defensa que Laurence B9n]()ur hizo
dacionistas que lo sucedieron), todo lo que se necesita para ser de un coherentismo de nuestras creencias empíricas, así como
un fundacionista es sostener que existen ciertas creencias que las o~jeciones- que algunos otros filósofos le han puesto a su
derivan su justificación de cosas que no son creencias (i.e., que teoría.
hay creencias básicas) y que el resto de las creencias que no Ahora bien, coherentistas son aquellas posiciones que argu-
son básicas se justifican, directa o indirectamente, a partir de mentan que nuestras creencias sólo pueden justificarse a través
las creencias básicas. de sus relac:iones de inferencia con otras creencias y, en última
Partiendo de esta caracterización muy general del fundacio- instancia, -de la coherencia de estas relaciones en nuestro sis-
nismo, Laurence BonJour construye su crítica a esta posición tema toiaT-de creencias~~AsÍ caracterizado, el coherentismo se
señalando que el problema cen_!:ral del fundacionista estriba opone de manera directa al fundacionismo, por lo que las ob-
en su incapacidad para responder-de manera satisfactoria a la jeciones más agudas a éste suelen provenir de coherentistas,
pregl_lnta por la justificación de las creencias básicas. Si se dice y viceversa. Así, en oposición al fundacionista, el coherentista
q{le ias creencias básicas se justifican por ciertos estados men- cree que la just~ficación de cualquier creencia consiste en ten!!r._razo-
tales que no son creencias pero que sí son estados cognoscitivos, nes para esa creencia. En esta sección incluimos un ensayo clave
entonces surge de nuevo la pregunta acerca de cómo es que de Bo11Jour donde defiende su versión del coherentismo en
se justifican ellos mismos -y no parece satisfactorio responder contra de algunas de las o~jeciones más serias que se le pueden
que no requieren justificación aunque sí pueden conferirla-. plantear. El coherentismo que él defiende es sistémico u !!~fi_~ta,
Si, por otra parte, se dice que la justificación de las creen- ya que sostiene que el o~jeto principal de la justificación epis-
cias básicas se da en términos de ciertos estados mentales que témica no son las creencias particulares, sino el conjunto total
no son estados cognoscitivos, entonces no se plantea la pregunta de creencias que tiene un st~jeto en un 1nomento dado. Bonjour
por su justificación, pero sí la pregunta sobre cómo pueden dice que un siste1na total de creencias estará más justificado
conferir justificación a las creencias básicas si no están justi- cuanto más coherente sea. Por otra parte, las creencias parti-
ficados ni son siquiera estados cognoscitivos. Finalmente, si culares del st~jeto se justifican por su pertenencia a ese sistema
el fundacionista sostiene que las creencias básicas se justifi- y por las relaciones inferenciales particulares que sostenga con
can por el tipo de relación que tienen con hechos o sucesos otras creencias en el sistema.
no f!lentales -entidades "externas" al s~jeto~, entonc~7 ten- Las o~jeciones 1nás serias al coherentismo holista de Bon-
drá que resolver todos los problemas que, según él, tiene el Jour son las siguientes: en primer lugar, que puede haber sis-
12 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN GENERAL 13

temas de creencias empíricas rnuy justificados según su teoría, teaba. 6 El fiabilismo de Goldman sostiene que una creencia
pero que nQJi~nen nada que :v~rcon la eviq~gcia empírjca, está justificada cuando es el resultado Sªll~~! de un proceso de
pues no es necesario que admitan insumos del mundo ernpí- producción de creencias fiable -por "proceso fiable", Goldman
rico. En segundo, no es necesario que un sistema de creen- entiende un "proceso que tiende a producir más creencias ver-
cias empíricas muy justificado en el sentido coherentista sea, daderas que falsas"-. Así, el fiabilismo trae como consecuencia
sin embargo, probablemente verdadero. La teoría de Bonjour que un sujeto pueda tener creencias justificadas aun cuando no
deja abierta la posibilidad de que existan sisternas de creen- crea ni sepa que esas creencias suyas están justificadas. Para el
cias ernpíricas muy justificados que, a pesar de
ello, sean to- fiabilista, la justificación de una creencia no necesariamente de-
dos falsos. Para intentar responder a estas objeciones, BonJ6ur pende de que tengamos o no razones para esa creencia; basta con que
propone lo que él llatna "el requisito observacional", el cual esa creencia haya sido producida por un proceso fiable. Ésta es
exige que, para ser un sisterna de conocimiento empírico, un una de las críticas más serias que se le hacen al fiabilisrno -y
sisterna de creencias muy coherente debe admitir una gran can- no sólo al fiabilismo, sino también, como verernos rnás ade-
tidad de creencias perceptuales. lante, al externismo epistémico en general-. La razón es que
Por otra parte, el artículo de Fumerton incluido en esta sec- nuestro concepto de justificación epistémica es tal que tener
ción presenta otras objeciones al coherentismo epistémico que una creencia justificada parece ser sinónirno de tener razones
Bonjour no considera; por ejemplo, una objeción, derivada de para la creencia en cuestión, y el fiabilismo aparentemente no
la p(lradgj4 cie la lo!~::!a, en contra de la idea de BonJour (y puede incorporar esta connotación irnportante en su teoría de
de muchos coherentistas) de que la noción de coherencia im- la justificación. Esta objeción al externismo se examina en la
plica la noción de consistencia lógica. Según Fumerton, esta siguiente sección dedicada al debate entre internistas y exter-
paradoja trae como consecuencia que un sujeto pueda tener nistas.
dos. creencias genuinamente justificadas pero lógicamente in- Antes de pasar a ello, debemos hacer notar que existe otra
compatibles entre sí. Si esto es
así, continúa Fumerton, enton- objeción importante a un fiabilismo como el de Goldman, ob-
ces ninguna teoría de la justificación epistémica -incluida la jeción a la que se ha dado por llamar "el problema de la ge-
coherentista- puede ni debe exigir que, para que un sujeto neralidad":7 la fiabilidad, tal y corno la conciben los fiabilistas,
tenga cr~encias justificadas, el conjunto de todas sus creencias es una propiedad de tipos de procesos, y no de procesos indi-
en ese momento sea lógicamente consistente. viduales, procesos caso o procesos instancia (token). Pero un
proceso instancia -es decir, una serie de sucesos particulares-
2 . 3 . Teorías fiabilistas de la justificación epistémica pertenece a muchos diferentes tipos de procesos, los cuales pro-
bablernente posean grados de fiabilidad rnuy diversos: unos
Otra posición epistemológica de peso que surgió más o menos
son muy fiables, y otros muy poco fiables. Así, una teoría de
en la misma época y que hemos considerado en esta antología
la justificación epistémica que afirme que la creencia de un
es el fiabilisma. No se puede decir que el fiabilismo tenga una
sujeto está justificada en cierto grado, cuando es resultado de
historia previa dentro de la filosofía, antes de que el filósofo Al-
un proceso de producción de creencias fiable en ese grado,
vin Goldman la formulara en 1979. i'iene, sí, algunos ancestros
tiene que explicar qué tipo de proceso es aquel cuyo grado de
recientes en el siglo XX, en la epistemología nom_Qlogi~isJª_que
fiabilidad determina el grado de justificación de la creencia y
defendió, por ejernplo, David Armstrong, 5 y'(;; la-t;;oría cau-
al cual pertenece el proceso instancia que genera la creencia en
sal del conocimiento que Goldman rnismo sostuvo una década
6 Véase
antes y que abandonó debido a las serias dificultades que plan- Goldman, "A Causal Theory ofKnowing" (1967).
7Richard Feldman formuló por vez primera este problema en "Reliability
5 Véase Armstrong, Belief, Truth, and Knowledge (1973). andjustification" (1985).
14 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN GENERAL 15

cuestión. Si no se hiciera esto, entonces la teoría estaría radi- condiciones que determinan si la creencia de un sujeto está
calmente incompleta. Pero -continúa la objeción- no existe o no epistémicamente justificada puedan entrañar entidades
ninguna manera aceptable de especificar el tipo de proceso en que no son los estados mentales de ese sujeto -por t:;jemplo,
cuestión. Si esto es correcto, entonces el fiabilismo está con- relaciones con procesos u oqjetos "externos" al sujeto-. Así, el
denado irremediablemente a ser una teoría incompleta y, por fiabilismo de Goldman es una forma de externismo -aunque
ende, inaceptable. no todo externismo es necesariamente fiabilista-. Sin embar-
En "¿Cómo concebir la fiabilidad?", Alston elabora una res- go, al igual que el fiabilismo, todo externista es vulnerable a
puesta a este problema que formula así: el tipo de proceso per- la objeción de que, de acuerdo con su teoría, un s~jeto pue-
tinente -aquel cuyo grado de fiabilidad deterrrlina la justifica- de formarse creencias justificadas sin tener razón alguna para
ción de la creencia correspondiente- está dado por la función esas creencias y sin siquiera creer ni saber que están justificadas
psicol<Sgica.operativa, es decirl por la función que realmente lle- -todo lo que hace falta para que el s~jeto tenga creencias justi-
va a cabo el mecanismo psicológico responsable de la produc- ficadas es que se den ciertas relaciones entre esas creencias y el
ción de la creencia en cuestión. Alston piensa, además, que mundo-. En la sección titulada "Internis1no y externismo: ¿dos
cualquier solución al proble1na de la generalidad tiene que pa- aspectos de la justificación epistémica?" incluimos una revisión
sar por la aceptación de algún tipo de realismo psicológico. clara y concisa hecha por Hilary Kornblith de los argumentos
En respuesta a esto, Conee y Feldman argumentan que no y las oqjeciones que se. han expuesto en torno a la discusión
existe ninguna solución aceptable para el problema de la gene- entre internistas y externistas. Por una parte, algunos filósofos
ralidad. En particular, en relación con la propuesta de Alston, sostienen que el externismo episté1nico va en la dirección equi-
ellos dicen que ésta no muestra que exista un solo tipo de proceso vocada ya que no puede capturar las intuiciones centrales que
psicológico pertinente para la justificación (sino que simple- subyacen en nuestro concepto de justificación epistémica; a sa-
mente lo asume), y argumentan que, para cada creencia, exis- ber, las intuiciones de que nuestras creencias justificadas son
ten numerosas funciones que corresponden a diferentes tipos aquellas para las cuales tenemos razones y a las cuales llegamos
de procesos psicológicos (con distintos grados de fiabilidad) siendo epistémicamente responsables.
que subyacen en la producción de la creencia. Por otro lado, el internismo epistémico afirma la necesidad
de que todas las condiciones que determinan si un sujeto está
2. 4. El internismo y el externismo en las teorías o no justificado sean introspectivamente accesibles al sujeto.
de la justificación epistémica Para el internista, un sujeto no puede tener justificación para
Casi al mismo tiempo en que surgió el debate entre fundacio- sostener una creencia a menos que tenga acceso introspectivo
nistas, coherentistas y fiabilistas, se abrió una discusión entre a esa justificación -i.e., un tipo de acceso que presuntamente
dos posiciones más generales: externismo e internismo. El fia- tenemos respecto de todos y exclusivamente nuestros estados
bilismo y algunas clases de fundacionismos son tipos de exter- mentales-. La idea de que tenemos un acceso epistémico a
nismo, mientras que otros fundacionis1nos y el coherentismo nuestros estados mentales especial y distinto del que tenemos
son internistas. En epistetnología, un externista sostiene que las a otro tipo de entidades en el mundo es en esencia lockeana;
condiciones que determinan si una creencia está o no justifi- es la idea según la cual basta reflexionar sobre nuestros esta-
cada pueden incluir estados, procesos u oqjetos introspectiva- dos mentales para saber si los tenemos o no. El internista exige
mente no accesibles al sujeto que tiene la creencia. Si supo- que tengamos este tipo de acceso introspectivo a todas las con-
nemos, sólo por el 1nomento, que todos y exclusivamente los diciones que justifican nuestras creencias. Esto, argumentan
estados mentales de un st~jeto son introspectivamente accesi- los internistas, les permite capturar las intuiciones asociadas al
bles a ese sujeto, de esto se sigue, para un externista, que las concepto de justificación epistémica, de acuerdo con las cuales
16 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN GENERAL 17

una creencia está epistémicarnente justificada cuando podemos primaria de justificación: la creencia de un sujeto está justifi-
dar razones para ella y en tales circunstancias es, por ende, una cada cuando se adquiere a través del ejercicio de una o más
creencia a la cual llegamos de rnanera responsable. virtudes intelectuales. Así, para Sosa, "virtud intelectual" es la
Una objeción importante al internismo es que no puede noción norrnativa fundamental de la epistemología aplicable
mostrar que si una creencia está justificada (en el sentido in- a las personas, a partir de la cual se definen las propiedades
ternista), entonces es probablemente verdadera. Otra objeción normativas de las creencias. Hay que subrayar, además, que
atractiva y complicada al rnismo tiempo es la que articula Gold- Sosa entiende las virtudes intelectuales en términos fiabilistas,
man en su ensayo contra el internismo incluido en esta sección. es decir, corno aquellas habilidades, disposiciones o facultades
En esencia, la objeción de Goldman señala que el internismo de un sujeto que producen en él una alta proporción de creen-
está comprometido con una noción regulativa de la justifica- cias verdaderas.
ción según la cual decir que la creencia de un sujeto está jus- Existe una objeción iinportante a esta forma de entender las
tificada epistémicamente equivale a decir que la creencia, así virtudes intelectuales y la justificación de las creencias. 8 Esta
como ciertas condiciones del estado cognoscitivo del sujeto objeción se conoce como el nuevo problema del genio maligno. El
cumplen con ciertas reglas justificadas de decisión epistémica; genio maligno cartesiano de esta objeción cambia radicalmen-
por ejemplo, reglas para la adquisición de creencias. Adicional- te el medio ambiente de un sujeto de manera repentina, sin que
mente, el internista exige que, para poder tener creencias justi- el sujeto pueda percatarse de esos cambios radicales. El sujeto
ficadas, los sujetos tengan acceso introspectivo a estas reglas, y hasta ahora ha adquirido sus creencias usando aquellas dispo-
que sepan que están justificadas epistémicamente. Pero, ¿cómo siciones y habilidades cognoscitivas suyas que son virtuosas en
podrían los sujetos saber esto? Los sujetos tuvieron que ha- nuestro mundo -es decir, aquellas que en nuestro mundo ac-
ber elegido estas reglas epistémicas de manera racional como tual producen una alta proporción de creencias verdaderas-;
aquellas que están justificadas. Goldman después argumenta se trata de disposiciones corno considerar toda la evidencia
que, en estas condiciones, no existe ninguna estrategia racio- pertinente y disponible, mantener una mente abierta, etc. De
nal, accesible introspectiva1nente a los suj~tos, que puedan usar hecho, después de los cambios que ejecuta el genio maligno en
para hacer esta elección de manera racional: el internismo se su entorno, el sujeto sigue siendo virtuoso en este sentido, ya
socava a sí mismo. Si esto es correcto, entonces cualquier posi- que no puede percatarse de esos cambios. Pero en este nuevo
ción internista está en serios problemas. entorno, las disposiciones y habilidades que antes eran virtuo-
sas ya no lo son, pues, en el nuevo entorno, esas disposiciones
2 . 5 . La justificación en la epistemología de las virtudes
ya no generan una alta proporción de creencias verdaderas,
En su ensayo "La balsa y la pirárnide: coherencia versus funda- sino falsas. En el nuevo entorno, ignorar toda la evidencia per-
mentos en la teoría del conocimiento", Ernesto Sosa propone tinente y disponible, ser epistémicamente imprudente e intole-
una teoría de la justificación de las creencias basada en la idea rante, etc., son las disposiciones y habilidades virtuosas. Pero
de virtudes intelectuales. En particular, Sosa sostiene una teo- esto parece ser una consecuencia intuitivamente inaceptable de
ría de la justificación epistémica que distingue por lo menos una teoría fiabilista de las virtudes intelectuales y de la justifica-
dos tipos de nociones de justificación: (a) una justificación pri- ción de las creencias, pues parecería que, según esta teoría, 1.!-n
maria aplicable a lo que él llama "virtudes intelectuales", las sujeto puede adquirir creencias considerando toda la eviden-
cuales se caracterizan por ser disposiciones, facultades o ha- cia pertinente y disponible, siendo epistémicamente cuidadoso
bilidades cognoscitivas que producen una alta proporción de 8
De hecho, esta objeción puede formularse de un modo más general como
creencias verdaderas; y (b) una justificación secundaria, aplica- una objeción en contra de cualquier externismo. Véase el ensayo de Keith
ble a creencias, la cual se explica en términos de la noción Lehrer y Stewart Cohen, 'Justification, Truth, and Coherence" (1983).
18 CLAUDIA LORENA GARCLI\ INTRODUCCIÓN GENERAL 19

y prudente, siendo tolerante, y aun así, es posible que no esté responsabilidad o irresponsabilidad epistémicas se predican
justificado en ninguna de sus creencias. principalmente de sujetos considerados como entes capaces de
Sosa responde a esta objeción distinguiendo dos sentidos acciones intencionales y, por ende, sujetos activos.
de la noción secundaria de justificación, i.e., dos sentidos de la Podría decirse que Code acepta una teoría epistemológica
noción de justificación aplicable a las creencias: 9 (a) una creen- de las virtudes intelectuales que, en un sentido amplio, es aris-
cia e está justificada-apta (ajJt~justified) en un mundo posible M totélica y, al mismo tiempo, pone de relieve el papel activo del
sólo si e se adquiere en M a través del <:;jercicio de una ha- sujeto cognoscente al igual que la educación y el aprendiza-
bilidad o disposición cognitiva que prodl"!jera en M una alta je sociales en la adquisición de un carácter intelectualmente
proporción de creencias verdaderas; y (b) una creencia e está virtuoso. No obstante, Code se aparta de la teoría aristotélica
justificada-diestra (adroit~justified) en un mundo M sólo si e se de las virtudes en varios puntos importantes; por ejemplo, no
adquiere en M a través del <:;jercicio de una habilidad o dis- acepta la idea aristotélica de que hay algo así como la esencia
posición cognitiva que produjera en nuestro mundo actual una del ser humano (i.e., un conjunto de propiedades que todos y
proporción alta de creencias verdaderas. exclusivamente los seres humanos tienen), ni tampoco acepta
Distinguir estos dos sentidos de la noción de justificación de que el conocimiento consista en el descubrimiento de verdades
creencias le permite a Sosa afirmar que, una vez que el genio eternas y necesarias.
maligno ha cambiado radicahnente el entorno del sujeto imagi- El tercer ensayo incluido en esta sección es de John Greco,
nario, en un sentido el sujeto sigue teniendo creencias justifica- "La virtud, la suerte y el problema pirrónico", quien examina
das (i.e., justificadas-diestras), aunque ahora sean el resultado un argumento en contra de una epistemología de las virtudes
de disposiciones que, en su nuevo entorno, no producen una -como la de Sosa-, que entiende las virtudes intelectuales en
alta proporción de creencias verdaderas. Por supuesto, en otro términos de una noción de fiabilidad. El argumento que Gre-
sentido, el de la justificación apta, sus creencias ya no están co revisa concluye que la explicación de S?sa yerra puesto que
justificadas. En este nuevo entorno, el SL!jeto ya no es virtuoso. permite que pueda haber sujetos con creencias justificadas y
Sosa piensa que estas dos nociones de justificación capturan con conocimiento que no saben ni tienen creencia alguna con
dos connotaciones diferentes del concepto ordinario de justifi- respecto al estatus epistémico de sus propias creencias. El pro-
cación epistémica, y defiende su propuesta en contra de otras blema es que, para el fiabilista, un sujeto S puede estar justi-
oqjeciones. ficado en creer (o en saber) que p aun cuando S no sepa ni
Por otra parte, Lorraine Code también defiende una episte- crea justificadamente que está justificado, lo cual describe una
mología de las virtudes, pero rechaza la explicación que Sosa situación análoga a aquella en la que, por accidente, alguien
construye de las virtudes intelectuales en términos fiabilistas. encuentra oro en una caverna oscura; un sujeto así no sabe
Ella piensa que entender las virtudes simplemente como capa- que ha encontrado oro ni merece ningún premio como buen
cidades o disposiciones fiables (i.e., productoras de verdad) no buscador de oro.
pone suficiente énfasis en el sl"!jeto epistémico co1no alguien De manera similar -continúa el argumento- si aceptáramos
con un papel activo en la adquisición de creencias y otras ac- una explicación fiabilista de las virtudes, estaríamos equiparan-
titudes episté1nicas. Por esta razón, Code se inclina a aceptar do entonces al sujeto que es exitoso en la adquisición del cono-
una explicación de las virtudes que ve en la responsabilidad cimiento (o de lajustificación) con el SL!jeto que encuentra oro
epistémica la virtud intelectual primordial en relación con la por accidente. Esto nos llevaría a la conclusión de que ninguno
cual pueden entenderse las demás virtudes intelectuales. La de los dos st~etos merece ningún premio o recomendación,
9
Véase Ernesto Sosa, "Una epistemología de las virtudes", pp. 383-402 de aun cuando ambos sean exitosos, pues en ninguno de los dos
esta antología. casos el éxito se debe a alguna aptitud loable del sujeto.
20 CLAUDIA LORENA GARCLI\ INTRODUCCIÓN GENERAL 21

Greco responde que esta analogia no se sostiene en el caso de Investigaciones Filosóficas-UNAM/Paidós, México (Problemas
de aquellos fiabilistas que adoptan una explicación del conoci- Científicos y Filosóficos, 3).
miento y de la justificación en térrninos de virtudes intelectua- Quine, W.V.O., 1969, "Epistemology Naturalized", Ontological Rela-
les. La idea central de la respuesta de Greco es que, al entender tivity and Other Essays, Columbia University Press, Nueva York,
la justificación de una creencia como aquella que es resultado pp. 69-90.
del ejercicio de una cornpetencia o habilidad fiable, se puede - - , 1960, Word and Object,John Wiley, Nueva York.
- - , 1951, "Two Dogmas of Empiricism", Philosophical Review,
hablar no sólo de la evaluación epistémica de la creencia, sino
vol. 60, pp. 20-43. Reimpreso en From a Logical Point of View: 9
también de la evaluación de aquello que, siendo parte del suje-
Logico-Philosophical Essays, Harvard University Press, Cambridge,
to, le permitió adquirir creencias justificadas: aquella habilidad Mass., 1953, pp. 20-46. (Hay una segunda edición de 1961.)
o cornpetencia cognitiva fiable -y, por ende, epistémicarnente Sosa, E., 1980, "The Raft and the Pyramid: Coherence versus Foun-
exitosa- que el sujeto posee y por la cual se lo puede evaluar dations in the Theory of Knowledge", J\!Iidwest Studies in Philosophy,
como una buena persona, desde el punto de vista epistémico. vol. 5, no. 1, pp. 3-25. [Versión en castellano: "La balsa y la pirámi-
Esto permite concebir a un sujeto epistémicarnente virtuoso de: coherencia versus fundamentos en la teoría del conocimiento",
como alguien que, al adquirir creencias por rnedio de esas vir- Conocimiento y virtud intelectual, Universidad Nacional Autónoma
tudes, no llega a ellas ni por accidente ni corno "si se hubiese de México/Fondo de Cultura Económica, México, 1992, pp. 213-
topado con algo valioso en la oscuridad". 249.]
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Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos-UNAM/Instituto
I
Teorías fundacionistas
de la justificación epistémica
INTRODUCCIÓN

CLAUDIA LORENA GARCÍA

Un fundacionista de la justificación epistémica sostiene que si


tenemos creencias justificadas, no todas ellas están justificadas
por otras creencias (es decir, que no todas ellas están justifica-
das inferencialmente), sino que tiene que haber un subconjunto
de creencias justificadas que se justifican no inferencialmente. 1
A las creencias cuya justificación no se basa en otras creen-
cias -si es que las hay- se las conoce en epistemología como
creencias "básicas", "no inferenciales", o 'justificadas de mane-
ra inmediata".
Ahora bien, si consideramos ejemplos como el siguiente,
parecería que el fundacionista está en lo correcto al afirmar
que hay creencias básicas: mi creencia de que hay una mesa
frente a mí en este momento se basa simplernente en el hecho
de que estoy teniendo una experiencia visual en la que me pare-
ce que una mesa está frente a mí -un estado sensorial que no es
una creencia-. Así, aquélla bien podría ser una creencia básica.
Por otra parte, mi creencia de que Benito Juárez fue presidente
de México de 1858 a 1872 se basa en mis creencias justificadas
de que lo leí en ciertos libros de historia, y que esos libros pro-
bablemente contienen verdades sobre el pasado. Así, mi creen-
cia sobre Benito Juárez está justificada inferencialmente ya que
su justificación se basa en esas otras creencias justificadas.
1
El fundacionismo también puede ser una teoría acerca de la estructura
del conocimiento, una teoría que sostiene la imposibilidad del conocimiento
a menos que existan ciertos conocimientos básicos que no se fundamentan en
otros conocimientos. De hecho, si se acepta el análisis del conocimiento como
creencia verdadera y justificada, entonces por lo menos parcialmente se puede
construir un fundacionismo de las creencias justificadas como un fundacio-
nismo del conocimiento. Aquí, por obvias razones, nos centraremos en los
fundacionismos de la justificación epistémica.
26 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 27

Para ser más precisos, todo fundacionista afirma por lo me- (3) o bien infinita: una creencia X se justifica por su rela-
nos dos cosas: ( 1) si un s~jeto tiene creencias justificadas, en- ción con otras, y éstas por su relación con otras más,
tonces algunas de éstas son básicas y otras son no básicas; y así sucesivamente, hasta el infinito. Pero si la cadena
(2) todas las creencias justificadas no básicas de un sujeto se fuese infinita (y aun concediendo que los seres huma-
justifican en última instancia por referencia a sus creencias bási- nos fuéramos capaces de tener un número infinito de
cas justificadas. Digo "en última instancia", puesto que algunas creencias), entonces lo único que podríamos afirmar
de nuestras creencias se justifican inferencialmente por su rela- es que la creencia original X está justificada sólo si la
ción con otras creencias justificadas, cuya justificación se basa segunda lo está, y la segunda, a su vez, está justificada
también en otras creencias, ... y así sucesivamente. El funda- sólo si la tercera lo está, y la tercera sólo si la cuarta lo
cionista sostiene que esta cadena de creencias justificadas tiene está ... , etc., hasta el infinito; lo que no podríamos afir-
que terminar en ciertas creencias justificadas básicas, es decir, mar categóricamente es que la creencia original X esté
en ciertas creencias cuya justificación no se basa ya en otras justificada, ni que ninguna de las creencias de las que
creencias. Pero, ¿qué razones tiene el fundacionista para afir- la justificación de la creencia X depende esté justifica-
mar esto? Hay un argumento que todo fundacionista de cual- da; en otras palabras, ninguna creencia estaría justifi-
quier tipo usa para defender sus afirmaciones; éste se conoce cada;
como el argumento del regreso ya que afirma que, si se rechaza
el fundacionismo -si se rechaza la tesis de que hay creencias (4) o bien, la cadena de creencias es circular: 1ni creencia X
básicas en las que se funda1nenta la justificación de cualquier se justifica por su relación con la creencia A, y ésta se
creencia no b<isica-, entonces se incurre en un regreso episté- justifica por su relación con la creencia B, y ésta se jus-
mico vicioso. Veamos el caso. tifica .por su relación con la creencia e, y ésta por su
El argumento del regreso tiene la forma de un argumento de relación con la creencia D, y la creencia D se justifica
regreso al absurdo; la idea es que suponer que el fun_dacionismo por su relación con la creencia X. Parecería que éste es
es falso nos lleva a conclusiones absurdas que hay que evitar; un círculo vicioso pues lo único que podemos afinnar,
por ende, hay que aceptar el fundacionismo. La estructura del sobre la base de esta cadena, es que X está justificada
argumento es como sigue: sólo si X lo está; es decir, ninguna creencia estaría justi-
ficada;
( 1) Toda creencia se justifica por su relación con otras
creencias (o sea, supongamos por el momento que el directamente en las dos creencias siguientes: que esa información aparece
fundacionismo es falso). en ciertos libros de historia de México (creencia B) y que esos libros proba-
blemente contienen muy pocas falsedades (creencia C). Adicionalmente, mi
(2) Si esto es así, entonces se genera una cadena de creen- creencia de que la información sobre Benito .Juárez aparece en los menciona-
. que pue d e ser:-9
Cias dos libros de historia de México se basa, a su vez, en mi creencia de que vi
esa información en esos libros hace unos aúos (creencia D), y en mi creencia
2 De hecho, en la mayoría de los casos, lo que se genera no es una cade- de que mi memoria sobre hechos de este tipo es fiable (creencia E), etc. Lo
na lineal de creencias en la cual la primera se justifica sobre la base de una que resulta entonces es una estructura arbórea del tipo: la creencia A se justifi-
segunda, ésta se justifica sobre la base de una tercera, y así sucesivamente; ca por referencia a las creencias B y C; la creencia B se justifica por su relación
lo que se genera es, más bien, una estructura ramificada (tipo árbol), puesto con las creencias D y E; la creencia C, a su vez, se justifica por su relación con
que, para la mayoría de todas y cada una de nuestras creencias, existen dos las creencias F, G y H, etc. Ahora bien, en aras de la sencillez supondré que
o más creencias que justifican la creencia original y que son conjuntamente lo que solemos tener son cadenas lineales de justificación; sin embargo, la
necesarias para esa justificación. Por ~jemplo, mi creencia de que Benito Juá- corrección del argumento del regreso no se ve afectada por el hecho de que
rez fue presidente de México de 1858 a 1872 (llamémosla creencia A) se basa esta suposición sea, normalmente, falsa.
28 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 29

(5) o bien, la cadena se detiene en una creencia que no menta de manera ingeniosa que se puede concebir el sistema
está justificada: la creencia X se justifica sobre la base de creencias de un sujeto usando una metáfora visual como
de la creencia A, la cual se justifica por su relación con la de una red de rnúltiples y complejas conexiones lógicas, ex-
la creencia B, y ésta se justifica con base en la creen- plicativas, predictivas y evidenciales entre creencias, en lugar
cia e, la cual no está justiücada; pero esto significa que de la metáfora visual de un círculo lineal claramente vicioso. Si
ninguna de las creencias en la cadena está justificada, esto es así, y si se piensa que la noción de justificación epistémi-
pues X lo está sólo si A lo está, y A lo está sólo si B lo ca se aplica en primera instancia al sistema total de creencias de
está, y B lo está sólo si e lo está, pero e no lo está, un sujeto y en segunda instancia a cualesquiera de sus creen-
por lo que ni B ni A ni X lo están; es decir, ninguna cias particulares, entonces el apoyo mutuo que ellas se brindan
creencia estaría justificada. entre sí no es vicioso desde un punto de vista epistémico; y
si no lo es, entonces una teoría coherentista de la justificación
(6) Así, si asumimos que toda creencia se justifica por su -que sostenga, entre otras cosas, que todas nuestras creencias
relación con otras creencias, entonces la conclusión es se justifican por su relación con otras creencias- sería (aparte
que ninguna creencia está justificada -es decir, se si- del fundacionismo) otra manera en principio posible de evi-
gue un escepticismo radical-, conclusión absurda que, tar o bien un regreso infinito de creencias, o un escepticismo
en la medida de lo posible, debe evitarse. radical. 5
( 7) Pero puede evitarse esta conclusión radicalmente es- A principios del siglo XX, algunos positivistas lógicos, como
céptica si se acepta el fundacionismo: la idea de que las Moritz Schlick, 6 formularon y defendieron un fundacionismo
cadenas de justificaciones se detienen en creencias que muy influyente. Ellos sostenían que nuestras creencias empí-
se justifican pero no por su relación con otras creencias, es ricas se basan, en última instancia, en ciertas creencias fun-
decir, en creencias básicas justificadas. damentales acerca de la naturaleza intrínseca de nuestras
experiencias sensoriales -en particular, acerca de cómo son
Este argumento ha sido rnuy discutido en la bibliografía sobre estas experiencias, independientemente de sus relaciones cau-
episternología de los últimos cincuenta años. Por ejemplo, se sales y/ o conceptuales con los objetos físicos-. Pensaban que,
cuestiona la afirrnación (3) del argumento, diciendo que (a) los dado que estas creencias no hacían referencia a objetos físi-
seres humanos podemos tener, y de hecho tenemos, un nú- cos ni a sus propiedades (es decir, no hacían referencia a obje-
mero infinito de creencias, y (b) en una cadena infinita de tos de cuya existencia y propiedades pudiera dudarse racio-
creencias relacionadas inferencialmente bien podría generarse nalrnente), sino únicarnente a las experiencias mismas y sus
la justificación de todas las creencias de la cadena. 3 características intrínsecas e inmediatas, las creencias funda-
La afirmación (4) del argumento del regreso epistémico tam- mentales en cuestión serían incorregibles, ciertas e, incluso,
bién ha sido cuestionada. Laurence BonJ our, en su artículo infalibles. 7
en defensa del coherentismo incluido en esta antología, 4 argu- 5
Una defensa más amplia del coherentismo del conocimiento empírico se
3
Peter Klein (1998) sostiene ambas tesis. [Las referencias completas de las encuentra tanto en el artículo mencionado en la nota anterior, como en el
obras que aquí cito se incluyen en la bibliografía complementaria, pp. 34-36] libro de Laurence Bonjour, The Structure of Empirical Knowledge (1985).
6
Es difícil captar, sin embargo, cuál es su argumento en favor de (b ), mientras Véase Schlick 1959.
7
que el argumento en favor de (a), aunque se puede apreciar mejor, es cuestio- Decir que una creencia es incorregible equivale a decir que, una vez
nable. adquirida la creencia, no puede haber otras creencias que se puedan usar
4 Véase Laurence Bonjour, "La teoría coherentista del conocimiento empí- para corregir aquélla. Por otra parte, decir que una creencia es cierta equivale
rico", pp. 125-166 de esta antología. [Las referencias completas de las obras a decir que no puede nunca haber otras creencias que constituyan buenas
que aquí cito se incluyen en la bibliografía complementaria, pp. 34-36] razones para ponerla en duda. Finalmente, una creencia es infalible cuando,
30 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 31

Mucha de la filosofía pospositivista se abocó a cuestionar Will-, entonces la creencia básica tendría que ser incorregi-
racionalmente varios aspectos del positivismo lógico, por t:;jem- ble. De su incorregibilidad se seguiría su certeza, y de ésta,
plo, su teoría del significado empirista y reduccionista. 8 Se su infalibilidad. Si esto es correcto, añade Will, entonces todo
cuestionó ta1nbién el presupuesto mismo de que puede ha- fundacionismo tendría que ser rechazado puesto que es muy
ber creencias acerca de las cualidades de nuestras experiencias poco verosímil que existan creencias infalibles, ciertas o inco-
sensoriales que no hagan referencia alguna a objetos físicos y rregibles.
sus propiedades y que están en la base de todo conocimien- En respuesta, Alston argun1enta de manera convincente que
to empírico. 9 Paralelamente se puso en duda la idea de que estas implicaciones no existen, que del hecho de que una creen-
es posible que existan creencias ciertas, infalibles e incorre- cia sea incorregible no se sigue que sea cierta, y mucho menos
gibles.10 infalible. De manera más significativa, Alston muestra que hay
Hasta la fecha, la mayoría de estas críticas se consideran una posición a la que, con todo derecho, puede llamarse "fun-
acertadas. En particular, ningún filósofo contemporáneo acep- dacionista", la cual no concibe una creencia básica como aque-
ta la tesis de que podemos tener creencias sobre nuestras ex- lla que no puede estar justificada por otras creencias. Alston
periencias sensoriales que no involucran de ninguna manera sostiene que un fundacionista puede tener una noción más dé-
conceptos aplicables a oqjetos físicos, o que existan creencias bil de creencia básica, y concebirla como una creencia cuya
ciertas, infalibles o incorregibles. justificación, de hecho y en un momento dado, no se basa en otras
En ese momento -después de que fueron formuladas y creencias. Así, según Alston, una creencia básica no es esencial-
discutidas las críticas a las principales tesis del positivismo ló- mente básica; en otras palabras, una creencia puede ser básica
gico-, la opinión generalizada parecía ser que un fundacionis- en un momento dado y no básica en otro momento. La posi-
mo de nuestras creencias empíricas había sido completamen- ción a la que Alston llama "fundacionismo mínimo" incorpora
te derrotado. De hecho, el filósofo Frederick Will -a quien esta noción débil de creencia básica, 11 la cual no implica que
William Alston se refirió y se opuso en su artículo incluido una creencia básica tenga que ser incorregible, y mucho menos
en la presente antología- argumentó que la tesis de que las cierta o infalible, por lo que la oqjeción de Will en contra del
creencias fundamentales o básicas son incorregibles, ciertas e fundacionismo en general se derrumba.
infalibles tenía que ser una parte integral de cualquier funda- Aunque los argumentos de Alston sí responden satisfacto-
cionismo. Will argumentó que de la noción misma de creencia riamente a la objeción de Will, no se abocan a responder otras
básica se seguía que ésta tenía que ser lógicamente independien- objeciones, como las que formula BonJour en contra del funda-
te de cualquier otra creencia (en el sentido de que ninguna cionismo en "¿ruede el conocin1iento empírico tener un fun-
otra creencia podría ser parte de la justificación de aquélla). damento?". BonJour divide su crítica en dos partes: los argu-
De no ser así, entonces la supuesta creencia básica no podría mentos en contra de un fundacionismo internista y los que van
desempeñar el papel de "átomo epistémico" que, según Will, en contra de un fundacionismo externista. Veamos brevemente
toda creencia básica debería cumplir, y, por ende, no sería una a qué se refiere.
creencia básica. Además, si una creencia básica tuviese que ser En el ámbito de las teorías de lajustificación, una posición se
lógicamente independiente de cualquier otra creencia -dice denomina "internista" cuando presupone, implícita o explíci-
11
necesariamente, si un sujeto la tiene, entonces es verdadera, es decir, que su Nótese que lo que Alston llama "fundacionismo mínimo" es lo que Bon-
verdad se sigue del simple hecho de que el stueto la cree. Jour llama "fundacionismo fuerte" en el artículo en el que critica el funda-
8 Por ejemplo, Quine 1953. cionismo, incluido en esta sección de la presente antología (véase Laurence
9 Véanse Wittgenstein 1968 y Sellc:.rs 1997. BorU"our, "¿Puede el conocimiento empírico tener un fundamento?", pp. 81-
10 Véase, por ejemplo, Goodman 1973. 111 de esta antología).
32 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 33

tamente, que todas las condiciones que determinan el que una (A) Si no lo hace -si el estado rnental E no entraña un asen-
creencia esté justificada o no lo esté son introspectivamente ac- timiento-, entonces se puede apreciar cómo E no re-
cesibles al sujeto que tiene la creencia. 12 Por el contrario, una quiere ningunajustificación (puesto que no se asiente a
posición se identifica como "externista" cuando no presupone nada), pero no se aprecia, sin embargo, córno E puede
esto, es decir, cuando acepta la posibilidad de que por lo menos justificar una creencia básica; en otras palabras, pues-
algunas de las condiciones que determinan la justificación de to que E no supone tomar una posición con respecto
una creencia (si no es que todas) no sean introspectivamente a cómo son las cosas representadas en su contenido y,
accesibles al sujeto en cuestión. En otras palabras, para el in- por ende, no requiere justificación, no hay forma de
ternista, la justificación de mis creencias se determina por su hacer inteligible la idea de que E sí puede ser una ra-
relación con otros de mis estados mentales; mientras que, para zón o fundamento para sostener una creencia básica.
el externista, hay otros tipos de factores externos a mí -por (B) Si, por el contrario, E sí supone un asentimiento, en-
ejemplo, hechos o sucesos en el rnundo físico o sucesos en mi tonces se entiende córno E puede justificar una creen-
cerebro- que pueden determinar si mis creencias están o no cia básica, pero no se ve por qué E no requeriría justifi-
justificadas. cación.
Ahora bien, un fundacionista internista es aquel que sostiene
que las creencias básicas se justifican en relación con ciertos Bonjour concluye diciendo que lo que el fundacionista inter-
estados mentales que no son creencias, pero que sí son accesi- nista necesita en conexión con la justificación de las creencias
bles introspectivamente al sujeto; por ejemplo, algunas de sus básicas es algo análogo a un "motor inmóvil" -es decir, un
experiencias sensoriales (visuales, auditivas, táctiles, etc.). La justificador que no requiere justificación-. Este argumento de
objeción de Bonjour en contra de este tipo de fundacionis- Bo:q}our fue tan efectivo que, desde su formulación, ha habido
mo consiste en un argumento cuya conclusión advierte de la pocos fundacionistas internistas.
dificultad de ver cómo puede haber ciertos estados mentales En cuanto a un fundacionismo externista, Bonjour trata de
que: (a) no son creencias, (b) justifican las creencias básicas, argumentar -sin rnucho éxito, desde rni punto de vista- que
y (e) no requieren ellos mismos justificación. El argumento en esta posición entraña un cambio conceptual radical; tan radi-
cuestión tiene la siguiente forma: el estado mental E, que no cal que el concepto de justificación epistémica que el fundacio-
es una creencia pero que justifica una creencia básica, o bien nista externista propone en relación con las creencias básicas
involucra el asentimiento (o aceptación) de lo que el conteni- nada tiene que ver con aquello a lo que se refieren la rnayoría
do de E representa, o bien no involucra asentimiento alguno. de la gente y la tradición filosófica a partir de Sócrates cuando
hablan de justificación (lo cual es, a mi parecer, una exagera-
Examinemos este dilema:
ción). En lo que sí tiene razón Bonjour es en señalar que un
12 La idea de acceso imrospectivo -de un tipo de conocimiento que tene-
concepto externista de la justificación divorcia este concepto
mos con respecto a por lo menos algunos de nuestros estados mentales- ha de un conglomerado de nociones que tradicionalmente se han
sufrido varios cambios importantes desde que René Descartes introdujo la asociado de rnanera central con él: nociones como la de res-
idea de que un estado o suceso mental es aquello que conocemos de manera ponsabilidad epistérnica, la de tener y dar razones, y la de racio-
inmediata y cierta, de modo tal que no podemos dudar de que estamos te- nalidad. Lo anterior no irnplica que ningún externista retome
niendo ese estado mental mientras estamos en él. La idea de que lo mental alguna de las intuiciones que se asociaban tradicionalmente
necesariamente es aquello a lo cual tenemos este tipo de acceso epistémico ha
al concepto de justificación. De hecho, la connotación crucial,
sido cuestionada por un gran núm~ro de filósofos y científicos desde enton-
ces, empezando por Leibniz, Freud, y por buena parte de los representantes para la mayoría de las teorías externistas de la justificación, es
de la psicología cognitiva contemporánea. la que conecta justificación y verdad probable.
34 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 35

De cualquier 1nanera, la cuarta sección de esta antología se Howard-Snyder, D., 2002, "On an 'Unintelligible' Idea: Donald David-
centra en la discusión que han sostenido externistas e inter- son's Case Against Experiential Foundationalism", The Southern
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embargo, en los dos casos el ataque se dirige contra rasgos
del fundacionismo que de ninguna manera son esenciales y
que no aparecen en su fonna más defendible; a esta posición
la denominaré "fundacionis1no mínüno". Este artículo se de-
dicará a apoyar esta tesis y a proponer que si alguien desea
eliminar el fundacionisrno deberá tomar como blanco su for-
ma rnás fuerte.

1 . La crítica de Will
Will formula el fundacionismo así:

Hay una clase de afirmaciones, las cogniciones, a cuyo conoci-


miento se llega de una manera especial, directa, cierta e incorre-
gible; en ellas se asienta toda la autoridad epistémica. La pregun-
ta filosófica acerca del estatus epistémico de cualquier afirmación
es siempre una pregunta sobre la relación de esa afirmación con
esta clase de cogniciones pt"imeras. Una afirmación puede esta-
blecerse como un ejemplo genuino de conocimiento, o al menos
como una afirmación digna de algún tipo de aceptación razona-
ble, sólo si se puede revelar que, aun no siendo una cognición
primera en sí misma, sí está legitimada en algún grado por una
o más de tales cogniciones. Empezando con tales cogniciones y
pasando por un conjunto finito de pasos en un procedimiento
aceptable, debe ser posible de algún modo llegar a la afirmación
en cuestión como conclusión y, en virtud de ello, como un resul-
tado justificado. (Wi111974, p. 142)
38 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 39

En otros lugares, estas "cogniciones primeras" se caracterizan hay una diversidad de formas en las que cierta discriminación
como "infalibles" (p. 203), "indubitables" (p. 172), "autqjustifi- pudiera estar equivocada sin que se trate de un error, sin produ-
cadoras" (p. 190), y como si gozaran de "independencia lógica cir algo lo suficientemente cercano a una buena ~jecución como
con respecto a cualquier otra cognición posible" (p. 200). Las para que se le llame con razón un error. Existe también una di-
objeciones de Will a la posición se centran en las afirmacio- versidad de formas en las que cierta discriminación puede dar
muestras de su cotregibilidad aparte de ser una equivocación, de
nes de independencia e incorregibilidad, esta última entendida
producir de alguna manera una Ejecución individual no exitosa
como la imposibilidad de un rechazo o revisión justificados.
[ ... ]. Como cualquier otro modo de respuesta, los de discrimi-
nación sensorial ponen de manifiesto su posibilidad de cambiar,
La doctrina planteada en relación con estos supuestos primeros m~jorar, deteriorarse o volverse obsoletos en la dependencia que
pasos en la cognición, así como la concerniente a los subsecuen- muestran, en todos los sentidos, de las necesidades individuales
tes, es que [... ], al discriminar una cualidad de una experiencia y sociales, así como de las condiciones en las cuales se satisfacen
visual propia (por ejemplo, lo rqjo de la imagen fantasma), es- esas necesidades. (p. 207)
tamos participando en una práctica que se extiende mucho más
allá del sujeto como ser humano individual, y cuyo éxito depen- Si mi objetivo en este texto fuese analizar la solidez de las crí-
de de condiciones que se extienden mucho más allá de ese s~jeto
ticas de Will, habría varias cuestiones que debería abordar. Un
como ser humano individual. (p. 197)
primer punto es la cuestión de si Will piensa que el hecho de
que, por t:;jemplo, las discrüninaciones sensoriales dependan
Por esta misma razón, nuestra suposición de que nuestra sen- de las prácticas sociales contradice en sí mismo una idea central
sación es de cierto tipo es susceptible tanto de error como de del fundacionismo, o si sólo lo plantea para mostrar la corre-
revisión. gibilidad. Desde luego, todo esto depende de cómo interprete
la independencia que, según supone, el fundacionismo atribuye
si tener conocimiento de alguna verdad acerca de una sensación, a las cogniciones primeras. Aunque Will no es tan explícito
si tener realmente una sensación del tipo que se especifica en esa acerca de esto como desearíamos, hay indicios de que él pre-
verdad, entraña el empleo y el funcionamiento correcto de una supone que el fundacionismo está co1npro1netido con la idea
gran cantidad de equipo y recursos que se extienden más allá de que la posibilidad de las cogniciones primeras de ningu-
de cualquier individuo y de lo que puede concebirse como pro- na manera depende de la existencia de algo fuera del estado
pio de él, entonces no se puede descartar la posibilidad de que
mental momentáneo de un sujeto (por t:;jeinplo, p. 203); en
no se cuente con este equipo y recursos que no estén funcionan-
ese caso, la dependencia que él aduce (seguramente de ma-
do adecuadamente al explicar filosóficamente el conocimiento de
tal verdad. Si la discriminación apropiada de la sensación de X,
nera correcta) sería en sí misma un argu1nento en contra de
como X, puede hacerse únicamente utilizando de manera correcta tal posición. Tampoco queda claro que su vigoroso y pene-
algo más, digamos Y, y si en un caso como éste, se puede discri- trante ataque a la incorregibilidad reahnente esté fundado en
minar una sensación como X aunque, por algún motivo, no se la afinnación de que toda cognición depende de prácticas so-
esté usando Y correctamente, entonces la discriminación de X no ciales. Los argumentos de Will sobre la posibilidad inherente
necesariamente es apropiada. (p. 203) de usar mal cualquier procedimiento y sobre la posibilidad de
reemplazar cualquier esque1na conceptual por otro Int:;jor, no
El ataque de Will a la incorregibilidad y la infalibilidad expresa se aplicarían a una 1nente sin cuerpo que se encuentra sola en
un énfasis saludable en la posibilidad e importancia de que se el universo (suponiendo, contra Wittgenstein y \Vill, que po-
produzcan otras fallas que no sean errores. demos decir inteligiblen1ente de una n1ente solipsista que usa
procedünientos y esquemas conceptuales). Pero 1ni interés en
40 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 41

este texto se lirnita a mostrar que aun si concedernos de buen ( 1) Empecemos con un poco de terminología útil. Cuando
grado la fuerza de sus argumentos, todavía persiste una marca lo que justitlca una creencia incluye 3 la posesión de otras creen-
signitlcativa de fundacionismo. cias justificadas por parte del creyente (aquellas que incorpo-
Supongamos ahora que Will ha rnostrado tanto que toda ran su evidencia o razones para la creencia inicial), podemos
cognición depende (no sólo de hecho, sino -corno él atlrma- hablar de una creencia mediata mente (indirectamente) justitlca-
con una especie de necesidad teórica (pp. 198-199)) de prác- da. Cuando lo que justitlca una creencia no incluye tal cosa
ticas sociales, corno que no hay cognición incorregible. ¿Aca- (cualquier otra creencia justitlcada de esa persona), podemos
so esto echa abajo el fundacionisrno? Difícilmente. Aun cuan- hablar de una creencia inmediatamente (directamente) justitlcada.
do los fundacionistas han considerado frecuentetnente que sus En consecuencia, al caso de conocimiento en el cual el requi-
fundarnentos son incorregibles, 1 necesariamente lo han hecho sito de justitlcación queda satisfecho con una justitlcación rne-
para ser distintivarnente fundacionistas. Para precisar esta atlr- diata podríamos denominarlo conocimiento mediato (indirecto);
n1ación, formularé un "fundacionismo mínimo", la doctrina y al caso en el que el requisito de justitlcación queda satisfe-
más débil y, por ello, menos vulnerable, que tiene la fuerza cho con una justitlcación inmediata lo denominaremos cono-
sutlciente (del tipo apropiado) para rnerecer ese título. cimiento inmediato (directo).
Será útil construir la formulación en diversas etapas. En los (2) Debemos explicar con mucha mayor claridad córno exac-
términos rnenos especítlcos, un fundacionista es aquel que su- tamente se piensa que la justitlcación mediata depende de
pone que el conocimiento forma una estructura, la mayoría de creencias inmediatamente justitlcadas. La idea es que aunque
cuyos componentes se apoyan en cierto subco~unto de com- las otras creencias que intervienen en la justitlcación de una
ponentes que en sí rnismos no se apoyan en los primeros. Para creencia dada pueden ellas rnismas estar mediatamente justi-
hacer esto menos metafórico tenemos que especitlcar el tipo de tlcadas, si continuarnos determinando en cada etapa cómo se
apoyo involucrado. La mayoría de las fonnulaciones contem- justitlcan las creencias involucradas, llegaremos, tarde o tem-
poráneas (incluyendo aquellas de nuestros críticos) emplean prano, a un conjunto de creencias cada una de las cuales está
alguna forrna de concepción del conocimiento como creencia inmediatamente justitlcada. En general, no habría una única lí-
verdadera justitlcada (CVJ), puesto que consideran que algo nea descendente, pues lo usual es que la creencia mediatamen-
como S está justitlcado en creer verdaderamente que p es al te justitlcada con la que empezamos se base en varias creencias,
menos una condición necesaria para que S sepa que p. 2 En es- cada una de las cuales a su vez se basa en varias creencias. Así,
tos términos, podemos especitlcar la justitlcación como el tipo la imagen general es de una división en múltiples ramales a
pertinente de apoyo. El resto del conocimiento se sustenta en partir de la creencia original.
los fundarnentos y no al revés, sólo en el sentido de que de- Tomando en cuenta todo esto, podemos forrnular el funda-
pende de los fundamentos para la justitlcación de las creencias cionismo mínimo en las siguientes líneas:
involucradas, y no al revés. Dos consideraciones adicionales
nos permitirán hacer esta formulación más clara. (I) Toda creencia mediatarnente justitlcada se sitúa en la base
de una estructura (más o menos) arbórea de múltiples ra-
mas y en las puntas de cada una de las ramas se encuentra
1 El caso de la independencia es mucho más complicado. Véase más ade- una creencia inmediatamente justitlcada.
lante una discusión sobre este punto.
2 Muchas veces pasa inadvertido que Descartes y Locke, fundacionistas 3
Sólo "incluye" porque también se suelen imponer otros requisitos en es-
del siglo XVII a menudo considerados paradigmáticos, no trabajaban con esa tos casos, por ejemplo, que la primera creencia esté "basada" en otras creen-
concepción de conocimiento, y en consecuencia no vislumbraron la estructura cias y, a veces, que el creyente se percate de que esas otras creencias realmente
del conocimiento como una estructura de justificación de creencias. constituyen bases adecuadas para la primera creencia.
42 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 43

El conocilniento parece haberse perdido en el curso de nues- que "creencia" es el término que necesitamos, pero confío en
tra discusión, pero fácilmente lo volvemos a incorporar. Se sue- poder defender esto con éxito.
le pensar que el fundacionismo se ocupa del conocimiento sólo Lo que se relaciona directa1nente con nuestro propósito es
porque pensamos que las creencias justificadas en cuestión sa- que el objeto de la crítica de Will no se encuentra en el fun-
tisfacen las otras condiciones del conocimiento. Si se desea, dacionismo míniino. Lo que esta posición exige de un funda-
se puede incorporar en (I) una restricción explícita a casos de mento es sólo que esté inmediatamente justificado, justificado
conocimiento. por algo que no sea la posesión de otras creencias justifica-
das. Decir que cierta persona está inmediatamente justificada
(II) En cada caso de conocimiento mediato, la creencia me- al sostener cierta creencia equivale a no decir nada respecto de
diatamente justificada involucrada se sitúa en la base de si alguien más o en algún otro momento podría mostrar que
una estructura (más o menos) arbórea de múltiples ra- es defectuosa. 5 Mucho menos equivale a decir que la creencia
mas, en las puntas de cada una de las cuales se encuentra goza de la absoluta independencia a la que Will se opone. Un
una creencia inmediatamente justificada que satisface las fundamento mínilno es independiente de cualquier otra cogni-
otras condiciones del conocimiento. ción en cuanto que no deriva su justificación de ninguna otra.
Pero esto de ninguna manera implica que sea nomológicamen-
No obstante, el hecho es que la estructura definitiva del funda- te posible que tal creencia ocurra sin el apoyo de un contexto
cionismo entra en juego a través de la justificación de las creen- de prácticas sociales, y es este último tipo de independencia el
cias. De ahí que (I) proporcione lo esencial a esta posición, y que Will rechaza.
eso es lo que estaré discutiendo b~jo el título de "fundacionis- Will intenta mostrar que la independencia y la incorregibili-
mo mínimo".
dad "absolutas", así como la infalibilidad, son necesarias para
Hay ciertas diferencias entre (I) y la formulación de Will '-:ue que una cognición sirva como fundamento.
no son directamente relevantes para lo que nos interesa ahora.
Por ejemplo, WilJ concibe el fundacionismo en términos de
el aspecto crucial de las supuestas cogniciones primeras que, se-
cómo se puede mostrar que las creencias no básicas están justi-
gún se considera, se expresan en proposiciones empíricas básicas
ficadas, mientras que (I) lo concibe en términos de lo que sig- es su independencia lógica respecto de cualquier otra cognición
nifica para una creencia no básica estar justificada. 4 Pero, por posible. Este carácter de átomos epistémicos les es esencial, esen-
supuesto, se sigue de (I) que la manera en que se muestra que cial para su papel de bases autojustificadoras de otras afirma-
una creencia no básica está justificada es más o menos como ciones. Si no son lógicamente independientes, otras cogniciones
Willlo especifica. Insisto: (I) se formula en ténninos de "creen- pueden servirles de base, lo cual es incompatible con su papel
cia", mientras que Will emplea términos como "afirmación" y como miembros de la secuencia de justificaciones con la cual
"cognición". Cae fuera del ámbito de este artículo argumentar debe detenerse la secuencia de preguntas, porque posiblemente
no se pueda preguntar nada más. De su independencia se sigue
4
Hablar de una creencia "que está justificada" o de la '~justificación" de una su incorregibilidad, y dada esta incorregibilidad [ ... ] tendrán que
creencia es ambiguo. La justificación de una creencia podría ser el proceso de
5 Will también argumenta, esencialmente de la misma manera, en contra
mostrar que está justificada, o podría ser el estatus que se ha mostrado que tie-
ne. Asimismo, "su creencia estájustificada" podría significar que se ha mostra- de la suposición de que las afirmaciones derivadas pueden ser incorregibles.
do que tiene el estatus en cuestión, o podría significar simplemente que tiene Doy por sentado que es aún más obvio que el fundacionismo no necesita atri-
ese estatus. Esta ambigüedad suele dificultar la interpretación de discusiones buir incorregibilidad a las creencias no básicas, aun cuando exigiera que las
sobre justificación epistémica. En este texto restringiré ". . . está justificado" creencias básicas fueran incorregibles, pues los principios de la justificación
al segundo significado -tener el estatus epistémicamente deseable-. Usaré mediata podrían aceptar conexiones lógicas (por t;jemplo, algunas de tipo
" ... se ha mostrado que está justificado" para expresar el otro concepto. inductivo) que no transmiten incorregibilidad.
44 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 45

ser ciertas en un sentido muy fuerte que implica infalibilidad. En la cita anterior se dice que la capacidad de ser estable-
(pp. 200-201) cida sin depender de otras afirmaciones implica la "indepen-
dencia lógica". Quizá sea así, pero sólo en el sentido en el que
Diez páginas antes se encuentra una línea argumentativa simi- una contradicción implica cualquier cosa. No veo qué sentido
lar, que parte de la exigencia básica de un fundarnento que pueda dársele a mostrar o establecer que p sin aducir algu-
"pueda ser establecido en cornpleta independencia de otras nas bases q, no idénticas a p. Si cuando se me solicita mostrar
afirmaciones" (p. 190), lo que tomo rnás o menos como un que p simplemente reitero mi afirmación de que p, queda cla-
equivalente de ser "miembros de una secuencia de justifica- ro que no he mostrado que p; esto se sigue precisarnente del
ciones con la cual debe detenerse la secuencia de preguntas". concepto de rnostrar. Aun si mi creencia se autojustifica, de
De modo que tenemos una cadena de presuntas implicacio- modo que no haga falta nada aparte de esa creencia para que
nes que va de puede ser establecida sin depender de otras afir- se justifique sostenerla, lo que se sigue de eso, si es que se si-
maciones -t independencia de cualquier otra cognición -t incorre- gue algo relacionado con rnostrar, es que no hay necesidad
gibilidad -t infalibilidad. En contraste con esto, yo diría que de que muestre que p es verdadera; desde luego, no se sigue
no se ha mostrado que el fundacionisrno necesite ni el punto que puedo mostrar que p simplemente por afirmar que p. Así,
de partida ni cualquiera de los subsiguientes eslabones en la el requisito de que sea posible establecer que p sin depender
cadena. de otras cogniciones es autocontradictorio. Y el requisito más
Podría parecer que "puede ser establecida con total inde- sensato que hemos considerado intrínseco al fundacionismo
pendencia de otras afirmaciones" es justa y precisamente lo -que la afirmación esté justificada por algo que no sea su rela-
que hemos dicho que necesita el fundacionismo mínimo de ción con otras cogniciones- no implica que dicha afirmación
sus fundamentos. Sin embargo, existe una sutil pero altamen- sea "lógicamente independiente de todas las otras cogniciones
te significativa diferencia entre "está justificado sin depender posibles". En realidad no queda del todo claro qué significa
de otras afirrnaciones" y "puede ser establecida sin depender de esto último, pero supongamos que su negación entrafÍa lo que
otras afirmaciones". Podría muy bien estar inmediatamente jus- Will dice que entraña, esto es, que otras cogniciones pueden
tificado en creer, por ejemplo, que me siento deprimido, sin servir de base. ¿previene esto el supuesto fundamento de estar
ser capaz de "establecerlo" (esto es, mostrar que es verdadero), inmediatamente justificado? Will así lo piensa. "Se dice que las
ni dependiendo ni sin la dependencia de otras "afinnaciones". afirmaciones se autojustifican sólo cuando ellas mismas, y nin-
De hecho, no es del todo claro qué podría contar como demos- guna otra afirmación, pueden ofrecerse en su apoyo" (p. 201). 7
tración; quizá el candidato más fuerte sería mi demostración de Sin embargo, no veo rnérito en esto. Sostener que una creencia
que estoy justificado en creer que me siento deprimido. Pero, está inmediatamente justificada no es más que decir que hay
por supuesto, hacer esto requiere una mayor sofisticación con- condiciones suficientes para su justificación que no involucran
ceptual y dialéctica de la que normalrnente tendrían quienes ninguna otra creencia justificada de ese creyente. Esta condi-
están justificados en sostener tales creencias. En vista de eso, ción se podría satisfacer aun cuando el creyente tuviera otras
es una suerte que el fundacionismo mínimo no exija que los
en lugar de un regreso de estar justificado. Véase más adelante [final de la
sujetos sean capaces de mostrar que sus fundamentos tienen el sección 3] (pp. 58-59).
6
estatus requerido,. sino sólo que sí lo tienen. 7 Otra dificultad con el argumento bajo consideración es la incorrecta

identificación de "inmediatamente justificado" (sin relación con otras cogni-


G El que Will se incline por el requisito más fuerte sin duda se vincula ciones) y "autojustificado". Dejaremos pasar esto por el momento, y volvere-
con el hecho de que él, junto con muchos otros fundacionistas, interpreta el mos a ello cuando nos ocupemos de Lehrer, en cuyo argume"nto cumple un
argumento del regreso en términos de un regreso de mostrar la justificación, papel importante.
¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 47
46 WILLIAM P. ALSTON

creencias justificadas que pudieran servir como bases. La so- Finalmente cabe hacer notar que la derivación de infalibili-
bredeterminación es un fenómeno tanto epistémico como cau- dad a partir de la incorregibilidad está lc:jos de ser mejor, aun-
sal. Lo que permite a una creencia servir como fundamento que no es directamente pertinente para la crítica de Will.
es simplemente que no necesite otras creencias justificadas para
estar ella misma justificada. Puede ser aceptada haya o no haya Puesto que la incorregibilidad sin la verdad es un mérito dudoso
bases. Está claro que la existencia de bases no impide que tenga si lo tiene cualquier conjunto de afirmaciones de verdad, ya que
ese estatus. un error incorregible es del peor tipo, y dado que se considera
En relación con el siguiente eslabón de la cadena, supon- que la aspiración a la verdad de cualquier elemento en el corpus
go que si los fundamentos fueran "lógicamente independien- del conocimiento humano depende de estas presuntas afirmacio-
tes" de otras afirmaciones de manera tal que no sean sus- nes incorregibles, en su aislamiento total, ellas deben ser inco-
ceptibles de justificación mediata, de esto se seguiría, por la rregiblemente verdaderas. La infalibilidad como un requisito se
deriva en la teoría a partir de la incorregibilidad. (p. 190)
misma razón, que no s·e podría mostrar que son erróneas so-
bre la base de otras afirmaciones. Pero como ya hemos visto
que no hay razones para atribuir lo primero a los fundamen- Lo anterior puede indicar por qué la infalibilidad es atracti-
tos, nos quedamos sin base para la atribución de incorregibi- va para los fundacionistas (o para cualquier otro que busque
lidad. Will, en otra parte, ofrece otros argumentos a favor de la verdad), pero no sirve para mostrar que una afirmación no
la incorregibilidad, pero involucran rasgos que van más allá puede ser incorregible sin ser infalible; de hecho, al reconocer
del fundacionismo mínimo. Por ejemplo, "la incorregibilidad que un error incorregible es concebible, Will asiente a la nega-
se deriva de colocar ciertas afirmaciones en la posición de ini- ción de aquello. 9 Tampoco hace nada para mostrar que sólo las
8
cios f:Uos y absolutos en el proceso de justificación" (p. 191). afirmaciones infalibles pueden desempeñar el papel de funda-
Si pedimos que la estructura de la justificación tenga estabili- mentos. Sin duda, para ser un fundamento, una creencia debe
dad máxima, de verdad tendremos que excluir la posibilidad de portar una presunción fuerte de verdad; goza de ella en virtud
que cualquier fundamento pierda sus credenciales. Sin embar- simplemente de estar justificada. Pero esto es muy distinto de
go, todo lo que el fundacionismo mínimo requiere es que las la imposibilidad de falsedad. 10
creencias mediatamente justificadas que una persona tiene en
9
un momento descansen (en ese momento) en ciertas creencias Lehrer argumenta que la incorregibilidad sí implica infalibilidad; más
inmediatamente justificadas. Esto de ninguna manera implica específicamente defiende la contrapositiva "si lajustificación de creencias bá-
sicas no garantizara su verdad, entonces tales creencias estarían expuestas a
que el conjunto de creencias inmediatamente justificadas cam-
la refutación aduciendo que, aunque'se autojustifiquen, de hecho son falsas"
bie de un momento a otro sólo por agregar nuevos miembros. (p. 79). Sin embargo, queda por mostrar que la mera posibilidad de ser falsas
También se pueden descartar elementos, por refutación o de necesariamente conduce a la posibilidad de que deberíamos ser capaces de
alguna otra forma. Eso sólo significará que las creencias me- mostrar que son falsas.
10 En otro lado, Will apela a la idea de/Chisholm según la cual lo que hace
diatamente justificadas que dependían de manera esencial de
que un fundamento esté justificado es simplemente el hecho que lo hace ver-
aquellas creencias transgresoras también serán descartadas.
dadero (p. 201, nota 5). Cuando una creencia está justificada de esta manera
8 Cfr. Lehrer. "Si las creencias básicas pudieran ser refutadas por creencias
no puede estarjustificada sin ser verdadera; pero eso no quiere decir que nin-
guna creencia de este tipo pueda ser falsa. En todo caso, ésa es sólo una forma
no básicas, entonces todo lo justificado por las creencias básicas podría ser
posible dejustificación inmediata (véase más adelante la sección 2, pp. 50-52).
destruido cuando esas mismas creencias básicas fuesen refutadas. En tal caso,
Para una crítica iluminadora de otros argumentos cuyo oqjeto es mostrar
careceríamos de un fundamento para lajustificación" (1974, p. 79). Lehrer
que los fundamentos deben ser incorregibles o infalibles, véase Quinton 1973,
no puede ser completamente sincero al defender este argumento, pues poste-
capítulo 6.
riormente reconoce la posibilidad de fundamentos corregibles.
48 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 49

2 . La crítica de Lehrer por ejemplo, aquellas concernientes a nuestros propios esta-


dos de conciencia actuales, no hace falta ninguna "informa-
La formulación de Lehrer del fundacionisrno es la siguiente:
ción" más allá de la "información semántica" que se necesita
Es posible dar una caracterización más precisa de las teorías fun- para entender el significado de la afirmación, de ahí que esas
dacionistas si se especifican las condiciones que debe satisfacer creencias pueden autojustificarse (p. 111 ). Pero, ¿córno es po-
una creencia para ser básica. En primer lugar, una afirmación sible lo anterior? En particular, "¿cómo puede defenderse el
básica debe autojustificarse y no debe estar justificada por nin- principio epistemológico de que las creencias de este tipo se
guna creencia no básica. En segundo lugar, una creencia básica autojustifican?" (p. 112). Existe un extenso y, a mi juicio, per-
o bien debe ser irrefutable, o bien si es refutable de algún modo, suasivo argumento en contra de la postura común de que ta-
sólo debe ser refutable por otras creencias básicas. En tercer lu- les principios son verdaderos en virtud del significado de sus
gar, las creencias deben ser tales que todas las demás creencias términos (pp. 112-119). Las otras alternativas que él considera
justificadas o refutadas han de ser justificadas o refutadas por son que "la creencia de que el principio es verdadero es básica"
creencias básicas. En una teoría de la justificación con estos ras-
(p. 121), y que al tomar tales creencias como autojustificadas
gos habrá creencias básicas que se autojustifiquen, que no sean
lograremos explicar cómo se justifican otras creencias (p. 121).
refutables ni justificables por creencias no básicas, y que justifi-
quen y refuten todas las creencias no básicas justificadas o refu- La objeción a la primera de estas alternativas es que "esta ma-
tadas. Estas creencias básicas constituyen el fundamento de toda niobra, aunque lógicamente consistente, abre la puerta a las
la justificación. (197 4, pp. 76-77) más rarnpantes formas de especulación. Cualquiera que desee
argumentar que sabe algo puede entonces afirmar que lo que
Esta postura, al igual que el fundacionismo mínimo, está (o sabe es una creencia básica. Cuando se le pida defender esta
parece estar) formulada en términos de lo que significa estar afirrnación, puede responder otra vez que es una creencia bá-
justificado, y no de lo que significa mostrar justificación. Pero, sica que esa creencia es básica, y así sucesivamente" (p. 152).
al igual que Will, Lehrer añade un requisito de incorregibili- La segunda alternativa se rechaza sobre la base del argumento
dad (interpretado aquí como imposibilidad de error). Como que examinamos más adelante, el cual intenta rnostrar que el
se apuntó en las notas 8 y 9, Lehrer afirma, al igual que Will, fundacionismo no puede explicar la justificación de creencias
que la incorregibilidad y la infalibilidad son necesarias para empíricas no básicas.
los fundamentos. Lehrer dedica un capítulo relativamente lar- ¿Qué tan nociva es esta crítica al fundacionismo mínimo?
go (capítulo 4) a argumentar que no hay siquiera un número Tomándola au pied de la lettre, en ningún sentido es nociva.
suficiente de creencias incorregibles que sirvan de fundamento El fundacionismo mínimo no exige que ninguna creencia se
para otras. A pesar de ello, en el siguiente capítulo reconoce autojustifique, sino sólo que algunas creencias estén inmedia-
la posibilidad de concebir una teoría construida sobre funda- tamente justificadas; y lo primero sólo es una forma posible
mentos corregibles. Nuestra tarea aquí será determinar si sus de lo segundo. Una creencia se autajustifica, en sentido lite-
objeciones en contra de este segundo tipo de teoría pueden ral, si se justifica sólo en virtud de que alguien la sostiene,
usarse en contra del fundacionismo mínirno. sólo en virtud de ser el tipo de creencia que es (por ejem-
Lehrer ataca la teoría tanto en un nivel básico como en otro plo, la creencia sostenida por una persona de que actualmen-
no básico. En relación con el primero, examina si las creen- te está pensando en algo). Pero lo anterior no es, en ningún
cias que necesitamos como fundamentos se "autojustifican". sentido, el único tipo de justificación inmediata. Las siguien-
Después de argumentar que se requiere "infonnación inde- tes también constituyen posibilidades de justificación de, por
pendiente" para la justificación de las creencias preceptuales, ejemplo, la creencia de una persona que actualmente se siente
Lehrer admite que para la justificación de algunas creencias, deprimida.
50 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 51

( 1) Justificada por su verdad, en otras palabras por el hecho En primer lugar, notemos que éste es un problema para
que la hace verdadera, el hecho de que en este momento cualquier teoría epistemológica, fundacionista o no, que haga
se siente deprimida. 11 uso del concepto de justificación episté1nica. A cualquier teoría
epistemológica de ese tipo le corresponde especificar las bases
(2) Justificada porque el creyente se percata de su sentimien- de los principios que establezcan las condiciones para que las
to de depresión, donde éste es un tipo no proposicional creencias de cierto tipo cuenten como justificadas. Creo que
de percatarse que no necesariamente involucra alguna una evaluación seria de la situación revelaría que ninguna teo-
creencia o juicio, justificado o no. 12 ría epistemológica ha tenido éxito notorio en esta tarea. Antes
de usar tal exigencia como un arma en contra del fundacionis-
(3) Justificada por estar formada, o ser sostenida, en cier- mo, el crítico debería mostrarnos que la posición que defiende
to tipo de circunstancias, por ejemplo, encontrarse bien ha hecho un m~jor trab~jo. 14
despierta, estar alerta o en pleno uso de sus facultades. En lugar de perder más tiempo en consideraciones legalistas
acerca de la "carga de la prueba", deseo volver a un punto de
Si lo que se requiere para la justificación de mi creencia de que pertinencia más directa para mi interés de revelar las adiciones
estoy sintiéndome deprimido es lo especificado en ( 1), (2) o gratuitas hechas al fundacionis1no mínüno. Mi propia visión
(3), entonces se necesita algo más que la mera existencia de la de có1no el fundacionismo (o cualquier otra teoría epistemoló-
creencia. 13 gica) debe poner a prueba un principio de justificación es que
Pero aunque sea un punto extremadamente importante que debe usar evidencia e1npírica para determinar si las creencias
la justificación inmediata no se restringe a la autojustificación, aprobadas según tal principio son fiables, esto es, que se puede
ésta es una manera demasiado fácil de lidiar con el argumen- confiar en que son (al menos usualmente) correctas. Sospecho
to de Lehrer, pues sea cual sea el modo de la justificación in- que Lehrer, junto con la mayoría de mis lectores, reaccionaría a
mediata que pensamos que se les asocia a las creencias acer- lo anterior sosteniendo que sean cuales sean los méritos de esta
ca de nuestros estados de conciencia actuales, todavía puede propuesta para otras teorías epistemológicas, ésta obviamente
plantearse la pregunta de cómo puede defenderse el principio está fuera del alcance del fundacionismo. Debido a que es par-
epistemológico de que las creencias de este tipo están justifi- te definitoria de esta posición insistir en que un fundamento no
cadas en esas condiciones. É.ste es un problema profundo y depende de ninguna otra creencia para su justificación, ¿cómo
difícil que, desde luego, el fundacionismo debe afrontar, y no podría consentir el fundacionista el empleo de evidencia eln-
tengo esperanzas de discutirlo aquí propiamente. Me tendré pírica para validar los fundamentos? Bueno, para ver có1no es
que conformar con argumentar que Lehrer no ha mostrado posible lo anterior, tene1nos que poner de n1anifiesto una dis-
que lo anterior sea una dificultad fatal para el fundacionismo tinción cercana y análoga a la mencionada anteriormente entre
mínimo. el que una creencia básica esté just~ficada y sea establecida (o se
11
n1uestre que está justificada). La distinción en cuestión es entre
Véanse Shoemaker 1963, p. 216, y Chisholm 1966, pp. 26-27.
12
Véanse Russell 1912, p. 77; Moore 1922c, pp. 24-25, y Moore 1922b, (a) saber (estar justificado en creer) que estoy deprünido (cuan-
pp. 70-71. do ésta es una creencia básica), y (b) saber (estarjustificado en
13
"Autqjustificado" se usa comúnmente de manera indiscriminada, para creer) que sé (estoy justificado en creer) inmediata1nente que
abarcar en mayor o menor medida el terreno de la justificación inmediata. estoy deprimido. Claramente es definitorio del fundacionismo
Lehrer mismo, después de insistir en el requisito de que las creencias básicas
sostener que (a) no depende de la justificación de ninguna otra
se "autqjustifiquen", seií.ala que "los empiristas piensan que la experiencia
puede garantizar la verdad de las creencias básicas" (p. 78). Eso suena mucho 14
No hay duda de que Lehrer considera que ha mostrado esto en la expo-
más parecido a (2). sición de su postura en el capítulo 8. No puedo discutir eso en este texto.
52 WILLIAIVI P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 53

creencia, pero de ninguna rrmnera es esencial al fundacionis- Regrese1nos al argumento de Lehrer según el cual el funda-
Ino negar que (b) sí es dependiente. El fundacionismo mínimo cionisino no puede proveer razones adecuadas para aceptar un
estaría c01nprornetido con la segunda negación sólo si no pu- principio que declare que las creencias concernientes a los es-
diéramos estar inmediatamente justificados en creer que p, sin tados de conciencia actuales están inn1ediata1nente justificadas
estar también in1nediatamente justificados en creer que se está de alguna 1nanera, por ejemplo, que se autojustifican. Lo que
in1nediata1nente justificado en creer que p. Pero, ¿por qué su- conlleva el último párrafo es que este argumento funcionará
poner esto? Aun cuando la justificación en el nivel más bajo sólo si Lehrer puede excluir la posibilidad de que el fundacio-
traiga consigo necesariamente la justificación de la creencia de nista brinde apoyo empírico adecuado para tales principios. Y
que uno está justificado, de esto no se seguiría que la justifica- Lehrer sólo puede hacer lo anterior atribuyendo al fundacio-
ción de una creencia de nivel superior sea inmediata. Más bien nismo la exigencia gratuita de que además de que las creencias
podría ser que estar justificado en creer que p automáticamen- básicas estén in1nediatarnente justificadas, se debe estar inme-
te pone al sujeto en posesión de la evidencia que necesita para diatainente justificado en torr1arlas como inmediatamente jus-
estar mediatamente justificado en creer que está inmediatamen- tificadas. Una vez más, el argumento obra sólo en contra de
te justificado en creer que p. En cualquier caso, ¿por qué supo- una posición que hace reivindicaciones innecesarias para ser
ner que estar justificado en creer que p trae consigo necesaria- un fundacionismo.
mente estarjustificado en creer que uno está justificado de esa En el nivel de las creencias no básicas, el argurnento de
manera? Parecería que aquellos que rio han alcanzado el nivel Lehrer procede de lo que él deno1nina "la doctrina fundamen-
de reflexión epistemológica no tienen justificación para creer tal de las teorías fundacionistas", esto es, que "la justificación,
nada acerca de estar epistémicarr1ente justificados. Y cuando ya sea la autojustificación de las creencias básicas, o la justifica-
efectivamente llegarnos a estar justificados en aceptar alguna ción derivada de las creencias no básicas, garantiza la verdad"
creencia epistémica de nivel superior, ¿acaso no suele hacerse (pp. 78-79). Cuando consideramos lajustificación de las creen-
sobre la base del raciocinio? En particular, podría ser, como de cias no básicas que les da la evidencia, "la consecuencia que
hecho Lehrer lo sugiere, que tenga que formular algún prin- se sigue es que la evidencia nunca justifica completamente una
cipio general de justificación y encontrar razones adecuadas creencia de manera tal que garantice la verdad de la creencia
para aceptarlo antes de que pueda llegar a estar justificado en a menos que la probabilidad del enunciado sobre la base de la
creer que estoy in1nediatamente justificado en creer que p. En evidencia sea igual a 1" (p. 149). De hecho, podemos aplicar
este caso, quizá la evidencia empírica en favor de la fiabilidad estas mismas consideraciones a las creencias básicas. "Si con-
de las creencias que satisfacen este principio será la razón cru- sideramos ahora la cuestión de qué probabilidad debe tener
cial en apoyo de tal principio. 15 una creencia para estar autojustificada, un argumento análo-
go muestra que la creencia debe tener una probabilidad inicial
15 En mi artículo ''Two Types of Foundationalism" (1976) exploro las di-
de 1" (p. 150). Y esto implica que prácticamente ninguna creen-
ferencias entre el fundacionismo mínimo y un tipo de fundacionismo que
pide, para cada creencia básica, que d sujeto también esté inmediatamente
cia contingente podría estar justificada.
justificado en creer que está inmediatamente justificado en creerla.
En discusiones sobre fundacionismo es muy común establecer la posición to tiene que ser susceptible de ser entendida en completa independencia de
sólo para exigir la inmediata justificación o conocimiento en el primer nivel, la institución, y el instrumento de crítica y evaluación que la institución pro-
y luego deslizarse hacia el requisito más fuerte. La formulación de Will sobre vee" (p. 160) y "un nivel de elementos fundacionales en el conocimiento, cuyo
el fundacionismo citada líneas atrás no incorpora ningún requisito de que estatus como conocimiento no se pone en duda de ninguna manera especial"
uno tenga conocimiento inmediato del estatus epistémico de las "cogniciones (p. 175 ). En estos últimos pascyes, Will está presentando el fundacionismo
primeras". Sin embargo, lo encontramos diciendo cosas como "los primeros como si éste exigiera que el estatus epistémico de los fundamentos pueda ser
elementos del conocimiento [ ... ] cuya validación filosófica como conocimien- conocido sin depender de otras cogniciones.
54 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 55

Para cada función de probabilidad estrictamente coherente, nin- movido hacia una concepción intermedia entre "necesitar la
gún enunciado tiene una probabilidad inicial de 1 a menos que verdad" y "conllevar una presunción fuerte de verdad", pero
sea una verdad lógica, y en lenguajes infinitos no habría una sin decirnos exactamente qué es esto. De hecho, la única pis-
afirmación no general que tenga una probabilidad inicial de 1 a ta real que tenen1os es la afirmación antes citada de que una
menos que sea una verdad lógica. De ahí que, con excepción de creencia debe tener una probabilidad de 1 para que su justi-
ciertas afirmaciones generales en lenguajes infinitos, las creen- ficación garantice su verdad. Quizá sea algo como esto: decir
cias básicas completamente justificadas tendrían que estar res-
que la justificación de una creencia ga·rantiza su verdad signifi·
tringidas a las verdades lógicas, y las creencias no básicas com-
ca que se acerca todo lo posible a la necesidad de verdad de la
pletamente justificadas estarían restringidas a las consecuencias
lógicas de las creencias básicas completamente justificadas [ ... ].
creencia. Pero sea ésta o no la manera precisa de formularla,
Nos encontraríamos fuera del reino de lo contingente, donde el está claro que, aun cuando "la justificación garantiza la verdad"
escepticismo reinaría de manera absoluta. (p. 151) tiene consecuencias tanto para las creencias básicas como para
las no básicas presupuestas por Lehrer en el argumento pre-
N o tendré tiempo de entrar en detalle sobre la manera en sente, esa doctrina no forma parte del fundacionismo mínimo.
que Lehrer deriva estas conclusiones de la "doctrina funda- Es muy posible que algunas creencias estén inmediatamente
mental". De nueva cuenta, tendré que limitarme a examinar justificadas y otras creencias estén mediatamente justificadas
si el argumento, en caso de ser válido, afecta al fundacionis- sobre la base de las primeras, sin que a ninguna de ellas se le
mo mínimo. Y aquí, esto se reduce a la pregunta de si el fun- atribuya una probabilidad de l. Al menos no hay nada en las
dacionismo mínimo sostiene que "la justificación garantiza la nociones generales de justificación 1nediata e inmediata que
verdad". apoye tal requisito. Sin duda, entre más alta sea la probabili-
Por desgracia, no queda del todo claro qué es lo que esto sig- dad, mayor será la justificación, pero ¿por qué un fundacionista
nifica. Una interpretación natural sería que la justificación ne- tendría que insistir en una justificación máximamente fuerte?
cesita la verdad; que es imposible que una creencia justificada ¿Qué hace que elfundacionismo, a diferencia de sus rivales, ne-
sea falsa. Eso es lo que parece que Lehrer sostiene inicialmen- cesite tal exigencia? El punto distintivo del fundacionismo es
te. En el párrafo en el cual introduce la "doctrina fundamental" la estructura de la justificación que establece, y esta estructura
afirma: "las creencias básicas son básicas porque no pueden ser puede ser impuesta en justificaciones con diferentes grados de
falsas; su verdad está garantizada". Pero cuando, en el siguiente fuerza. Una vez más se ha confundido a un grupo de soldados
capítulo, Lehrer llega a reconocer la P<?sibilidad de que existan rasos con el destacamento principal.
creencias básicas corregibles, hace una analogía entre la garan-
tía epistémica de verdad y la garantía de buen estado de un 3 . El estatus del fundacionismo mínimo
producto que ofrece un fabricante, y señala que en ninguno de
los dos casos la existencia de la garantía es incompatible con la Se podría conceder que el fundacionismo mínimo no se ve
ausencia de lo que está garantizado (p. 102). ¿No haría esto que afectado por las críticas que hemos estado discutiendo y aun
la "doctrina fundamental" fuera vacua? Cualquier concepción así sentir que esto es de poca importancia debido justamente a
(sensata) de justificación conlleva al 1nenos una presunción que esa posición es tan 1nínima que ha perdido los rasgos que
fuerte de verdad, ¿no es acaso esa garantía como la garantía dan al fundacionismo sus contornos distintivos. Mi respuesta
de un fabricante? Parecería en este punto como si la "garan- a lo anterior consiste simplemente en seíi.alar que cuando se
tía de la verdad" se hubiera vuelto indistinguible de la 'justi- formula el argumento principal a favor del fundacionismo, el
ficación". Sin embargo, en el capítulo 6, donde se plantea el argumento del regreso, en la única n1anera en que sirve de
argutnento que estamos considerando, Lehrer parece haberse apoyo a esa posición, la versión que surge es precisa1nente lo
56 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 57

que he denorrlinado fundacionismo mínimo. El argumento del rama termina en una creencia inmediatamente justificada sin la
regreso se podría formular como sigue: necesidad de creencias justificadas adicionales, el regreso se de-
tiene una vez recorrida cada rama. Por lo tanto, la justificación
Supongamos que estamos tratando de determinar si S está mediata- se transfiere a lo largo de cada rama hasta volver a la creencia
mente justificado en creer que p. Para estar justificado de esta mane- original.
ra S tiene que estar justificado en creer algunas otras proposiciones (B) Para cualquier rama con la forma B, ningún elemento, incluyen-
q, r, ... , que se relacionan apropiadamente con p (para constituir ba- do la creencia original, está justificado, por lo menos en esta
ses adecuadas para p). Digamos que hemos identificado un conjunto estructura. Debido a que el punto final no está justificado, el
de esas proposiciones cada una de las cuales S cree. Así, S está justifi- elemento previo, el cual está justificado sólo si el punto final lo
cado en creer que p sólo si está justificado en creer cada una de esas está, no está justificado. Como no está justificado, su predece-
proposiciones. Y para cada una de estas proposiciones q, r-, ... que sor, el cual está justificado sólo si el punto final lo está, tampoco
S no está inmediatamente justificado en creer, él está justificado en está justificado, y así sucesivamente, retrocediendo a la creencia
creerla sólo si está justificado en creer algunas otras proposiciones original, la cual, por lo tanto, no está ella misma justificada.
que se relacionan adecuadamente con ella. Para cada una de estas
últimas proposiciones ... (C) Cuando tenemos una rama que forma un círculo cerrado, nue-
Así, el intento de dar una respuesta definitiva a la pregunta original vamente nada en esa rama, incluyendo el origen, está justificado,
nos lleva a construir una estructura arbórea más o menos extensa, en la medida en que su justificación depende de esta estructura
en la cual la creencia original y cada una de las supuestas creencias arbórea. Pues lo que la rama "dice" es que la creencia de que
mediatamente justificadas forman un nodo del cual se derivan una o p está justificada sólo si la creencia de que r está justificada,
más ramas, de manera tal que cada rama es parte de alguna rama que y esa creencia está justificada sólo si ... , y la creencia que está
sale de la creencia original. La pregunta es ahora: ¿qué forma debe justo antes de cerrar el círculo está justificada sólo si la creencia
asumir la estructura de justificación para que S esté mediatamente de que p está justificada. Así, lo que esta cadena de condiciones
justificado en creer que p? Las siguientes son las formas concebibles necesarias sostiene es que la creencia de que p está justificada
para una rama determinada. sólo si la creencia de que p está justificada. Lo anterior es co-
rrecto, pero insuficiente ya que deja sin resolver la cuestión de
(A) Termina en una creencia inmediatamente justificada. si la creencia de que p está justificada.
(B) Termina en una creencia injustificada. (D) Si hay una rama sin ningún punto final, eso significa que in-
(C) La creencia de que p ocurre en algún punto (posterior a su dependientemente de cuán lejos extendamos la rama, el último
origen), de modo que la rama forma un círculo. elemento seguirá siendo una creencia que está mediatamente
justificada si es que lo está. Así, hasta donde esta estructura con-
(D) La rama continúa infinitamente.
tinúa, sea cual sea el lugar en que dejemos de agregar elemen-
Por supuesto, algunas ramas podrían adoptar cierta forma y otras una tos, no se habrá mostrado que se satisface la condición necesaria
diferente. pertinente para la justificación mediata de la creencia original.
El argumento es que la creencia original estará mediatamente jus- De este modo, la estructura nunca muestra que la creencia ori-
tificada sólo si cada rama adopta la forma (A). Se argumentará, de ginal está mediatamente justificada.
manera positiva, que con esta forma se satisface la condición necesa-
ria pertinente para que la creencia original esté mediatamente justi- Por lo tanto, la creencia original está mediatamente justificada sólo
ficada; y, de manera negativa, se argumentará que si cualquier rama si toda rama en la estructura arbórea termina en una creencia inme-
adopta cualquier otra forma no se satisfará esa condición. diatamente justificada. De ahí que, cada creencia mediatamente jus-
tificada se sitúe en la base de una estructura (más o menos) arbórea
(A) Cuando cada rama tiene la forma A, esta condición necesaria se de múltiples ramas en cada una de cuyas puntas se encuentra una
satisface para cada creencia en la estructura. Debido a que cada creencia inmediatamente justificada.
58 WILLIAM P. ALSTON ¿HA QUEDADO REFUTADO EL FUNDACIONISMO? 59

No estoy sosteniendo que este argumento sea conclusivo; creo do. 16 En esta segunda versión, el argumento dice que si empe-
que está expuesto a objeciones de las que no podré ocuparme zamos con una creencia mediatamente justificada y procede-
en el presente texto. Sin embargo, lo que sí pienso se que brin- mos a mostrar que está justificada mencionando sus bases, y
da un apoyo al fundacionismo considerablemente más fuerte luego mostrando que están justificadas, y así sucesivamente ... ,
que otros argumentos del regreso. Además, es evidente que entonces nuevamente la única alternativa a la circularidad, al
ofrece como resultado, en el mejor de los casos, un fundacio- regreso al infinito o a terminar en algo que se muestre que no
nismo mínimo. Todo lo que se necesita para evitar las tres al- está justificado, es llegar, a lo largo de cada ramal de justifi-
ternativas consideradas inaceptables por el argumento es una cación, a alguna creencia que se pueda mostrar que está justi-
creencia en la punta de cada rama que de hecho esté inmedia- ficada de una manera que no suponga aducir otras creencias.
tamente justificada. Estas creencias no tienen por qué ser inco- Esta forma del argumento tiene de hecho una conclusión mar-
rregibles, infalibles o indubitables para ejercer su función. Su t cadainente más fuerte que el fundacionismo mínimo, pero, por
justificación no tiene por qué "garantizar" su verdad en algún desgracia como se señaló páginas atrás en relación con otro
sentido que vaya más allá de simplemente estar justificadas. No 1 punto, esta conclusión es lógicamente incoherente. Es concep-
1
tienen por qué no ser susceptibles de justificación mediata. Ni 1 tualmente imposible mostrar que una creencia está justificada,
!
siquiera tienen por qué ser verdaderas, aunque, si en general ! o mostrar alguna otra cosa, sin señalar las proposiciones que
fueran falsas, la estructura a la que dan apoyo sería de poco consideramos que estamos justificados en creer. De ahí que
1
interés. Su ocurrencia puede depender de varias condiciones esta forma de argumento no apoye ninguna forma de funda-
externas. No necesitan autojustificarse, en sentido estricto, a 1
1 cionismo ni ninguna otra posición.
diferencia de otros modos de justificación directa. Tampoco
es necesario que el creyente pueda mostrar que están inme- 4 . Conclusión
diatamente justificadas; ni mucho menos es necesario que el Mi propósito en este trabajo no ha sido defender el fundacio-
creyente inmediatamente sepa que están inmediatamente justi- nismo mínimo. De hecho, creo que hay fuertes objeciones para
ficadas. Todo lo que se necesita para satisfacer las exigencias 1
1 cualquier forma de fundacionismo, y pienso que algún tipo de
del argumento es que una creencia que está inmediatamente teoría coherentista o contextualista proveerá una orientación
justificada de un modo u otro termine cada cadena de justi- general más adecuada en la epistemología. Will y Lehrer tienen
1
ficación mediata. Dado que el fundacionismo mínimo garan- el Inérito de haber ofrecido, cada uno a su manera, importan-
11
tiza lo anterior, difícilmente puede sostenerse que carezca de tes aportaciones en cuanto a cómo desarrollar una epistemo-
la fuerza epistemológica distintiva que caracteriza al fundacio- 1 logía no fundacionista. N o obstante, para poder descartar con
nismo. 1
éxito el fundacionismo, se tiene que atacar su forma más de-
Por los límites de este texto, no puedo defender aquí apro- 1 fendible y no su forma 1nás vulnerable. Aunque Will y Lehrer
piadamente mi afirmación de que el argumento del regreso, .1 revelan debilidades en formas históricamente importantes del
1
tal como lo acabo de formular, sea la única versión que apoya f fundacionistno, mi propósito en este artículo ha sido mostrar
cualquier forma de fundacionismo, puesto que hacerlo supon-
dría examinar todos los argumentos. Sin embargo, diré algo !
1
que sus argumentos dejan incólume la fonna tnás modesta y
16
acerca de una versión que frecuentemente encontramos tanto Por la ambigüedad seii.alada en la nota 4, no suele quedar claro cuál
entre amigos como entre enemigos del fundacionismo, inclui-
dos Will y Lehrer. Ésta es la versión que, haciendo caso omiso
i. de las versiones se está exponiendo. Sin embargo, los dos autores que aquí
nos interesan se ocupan, de modo inconfundible, de la segunda versión. De
1 hecho, Will distingue explícitamente estas versiones (p. 178), y sus críticas se
de las "letras pequeñas", difiere de la anterior solamente por dirigen claramente en contra de la segunda versión (pp. 183-184). Para la
su interés en mostrar la ft(;stificación más que en estar justifica- discusión de Lehrer, véanse las pp. 15-16 y pp. 155-157.
60 WILLIAM P. ALSTON

rnenos vulnerable del fundacionisrno, a la que he denorninado


"fundacionismo rnínimo" -forma a la que se aproxirnan ver-
/ / . d . '/ 17
siones conternporaneas mas prormnentes e esta pos1non-.
Sería deseable que los interesados en despejar el camino para
una epistemología sin fundarnentos apuntaran sus armas críti- EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO
cas contra los fundacionistas más modestos y cuidadosos como
Chisholm, Danto y Quinton. ROBERT AUDI

[Traducción de Jonatan Ca reía Campos]


Cuando estoy sentado leyendo en una tranquila tarde de ve-
rano, a veces escucho un golpeteo particular fuera de mi ven-
BIBLIOGRAFÍA tana abierta. Inmediatamente creo que está lloviendo. Se me
puede ocurrir entonces que si no meto las sillas del jardín, los
Alston, W.P., 1976, "Two Types of Foundationalism", Thejournal of cojines se empaparán. Sin embargo, esto no lo creo inmedia-
Philosophy, vol. 73, no. 7, pp. 165-185. tamente, aun cuando el pensamiento me haya asaltado por un
Chisholm, R.M, 1966, Theory of K:wwledge, Prentice-Hall, Englewood instante; lo creo sobre la base de mi creencia previa de que está
Cliffs. lloviendo. La primera creencia es perceptual, fundada directa-
Danto, A.C., 1968, Analytical Philosophy ofKnowledge, Cambridge Uni- mente en lo que escucho. La segunda es inferencia!, basada
versity Press, Cambridge. no en lo que percibo, sino en lo que creo: mi creencia de que
Lehrer, K., 1974, Knowledge, Clarendon Press, Oxford.
está lloviendo expresa una premisa para mi creencia de que los
Moore, G.E., 1922a, Philosophical Studies, Routledge and Kegan Paul,
cojines se empaparán.
Londres.
- - , 1922b, "The Nature and Reality of Objects of Perception", en Existen muchas creencias de los dos tipos. La percepción
Moore 1922a, pp. 31-96. es una fuente constante de creencias; y, de las creencias que
- - , 1922c, "The Refutation of Idealism", en Moore 1922a, pp. 1- tenemos a través de la percepción, muchas surgen por inferen-
30. cia. Estas últimas, las creencias inferenciales, se basan entonces
Quinton, A.M., 1973, The Nature ofThings, Routledge and Kegan Paul, en las primeras, las creencias perceptuales. Cuando veo la luz
Londres. de un faro que entra por mi ventana y de inmediato creo, de
Russell, B., 1912, The Problems ofPhilosophy, T. Butterworth, Londres modo perceptual, que hay una luz brillante que se rnueve allá
(Home University Library of Modern Knowledge, 40). afuera, sobre la base de esa creencia, podría llegar a creer, in-
Shoemaker, S., 1963, Selj~Knowledge and Selfldentity, Cornell Univer- ferencialmente, que un automóvil viró hacia mi entrada. A su
sity Press, Ithaca. vez, a partir de esta proposición yo podría inferir que el tim-
Will, F.L., 1974, Jnduction andjustification: An Investigation ofCartesian
bre de mi casa está a punto de sonar, y a partir de eso podría
Procedure in the Philosophy of Knowledge, Cornell University Press,
seguir infiriendo más proposiciones. En el supuesto admisible
Ithaca.
de que conocimiento implica creencia, lo mismo se aplica al
conocimiento: mucho de éste se basa en la percepción, y mu-
cho de él es inferencial. 1 No existe un límite definitivo para la
17 La aproximación más cercana se encuentra en el trabajo de Quinton
1
al que previamente he hecho alusión. Las versio?es. de Ch~s~olm (1966) y No es indiscutible que conocer una proposición implique creerla, pero
Danto (1968) son mucho más cercanas al fundaoomsmo mm1mo que a las la mayoría de los epistemólogos admiten la implicación. Para una defensa de
posiciones atacadas por Will y Lehrer. esta última, véanse, por ejemplo, Barman 1973, y Audi 1988b.
62 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO 63

'
cantidad de inferencias que puede uno obtener en dicha ca- que llegamos a una proposición, digamos z, la cual creemos
dena, y la gente difiere en el número que tiende a obtener. sobre la base de p. El debate sobre estos temas continúa tanto
Sin e1nbargo, ¿podría ser que, a pesar de la aparente obviedad en filosofía de la mente como en epistemología. En filosofía de
de estos planteamientos, realmente no haya creencia o cono- la mente, el asunto es si el sistema cognitivo de una persona
cimiento no inferencia!, ni siquiera en los casos perceptuales? puede soportar un conjunto infinito de creencias o una cade-
¿podría toda creencia estar basada en alguna otra, y ninguna na cognitiva circular; en epistemología, la pregunta principal
creencia simple1nente estar fundada en la percepción? Si la in- es si, aun cuando se pudiera, ¿ayudaría esto a explicar el cono-
ferencia puede llevarnos hacia adelante indefinidamente más cimiento o la justificación?
allá de las creencias perceptuales, ¿por qué no podría llevarnos La posición epistemológica relacionada con la idea de que
indefinidamente hacia atrás a partir de éstas? Para ver cómo aun cuando pudiera haber cadenas de creencias circulares o
podría darse esto, debemos considerar de manera más siste- infinitas, éstas no podrían ser fuentes de conocimiento o jus-
mática cómo surgen las creencias, qué las justifica, y cuándo tificación, es el fundacionismo. El fundacionismo es una idea
están lo suficientemente bien sustentadas como para constituir arraigada y destacada de la epistemología; pero a pesar de la
conocimiento. gran atención que recibió en las décadas de 1970 y 1980, po-
cas veces se ha formulado en detalle y continúa siendo bastante
1 . Las fuentes de la creencia y del conocimiento incomprendido. 3 Se le llama fundacionisn1o porque considera
que el conocimiento -y de hecho la creencia justificada, a la
Imaginemos que cuando la lluvia comenzó yo no hubiera con- que comúnmente se considera una parte muy importante del
fiado en mis oídos. Podría entonces haber creído solamente conocimiento- sólo es posible a través de las creencias funda-
que había un sonido de golpeteo, y sólo sobre esa base, y des- cionales. Estas creencias se conciben como no inferencia!es tal
pués de considerar la situación, haber llegado a creer que es- como lo son las creencias perceptuales: basadas en la experien-
taba lloviendo. Sin embargo, no necesita1nos detenernos aquí, cia, más que en la inferencia. La idea subyacente es en parte la
pues supóngase que no confío para nada en mi sentido del siguiente: si el conocimiento o la creencia justificada surge a
oído. Podría sólo entonces creer que me parece que hay un través de la inferencia, entonces se requiere la creencia de al
golpeteo, y sólo sobre esa base creer que existe dicho sonido. menos una premisa, y esa creencia puede producir el conoci-
Muy bien, podríamos decir, pero sin duda esto no puede ir miento o la creencia justificada en una proposición que se in-
más lejos, y de hecho ni siquiera hay necesidad de llegar has- fiera de la premisa sólo si la creencia premisa es ella misma un
ta aquí. Pero, ¿podemos ir más lejos? ¿Qué razón teórica existe caso de conocimiento, o al menos está justificada. N o obstante,
para detenernos? No es como si tuviésemos que articular to- si la creencia premisa está justificada, debe estarlo en virtud de
das nuestras creencias. Poco de lo que creemos se encuentra algo -de lo contrario, estaría autqjustificada y, por consiguien-
alguna vez ante nuestra mente expresándose interna1nente. De te, sería, después de todo, un tipo de creencia fundacionista-.
hecho, tal vez podamos tener un número infinito de creencias, Sin embargo, si la experiencia no puede servir para justificar-
como algunos piensan que las tenemos cuando se trata de la la, entonces la creencia debe derivar su justificación todavía de
aritmética: se dice que creemos cosas como que dos es 1nayor otro conjunto de premisas, y el problema surge de nuevo: ¿qué
/ . 9
que uno, y que tres es mayor que d os, y as1 suceslvamente.- es lo que justifica a ese conjunto?
Otra posibilidad es un círculo cognitivo: creerr1os que p sobre
la base de q, q sobre la base de r, y así sucesivamente hasta 3
Para darse una idea de esta incomprensión, véanse, por ~jemplo, Alston
1976, y mi artículo Audi 1988a. Este ensayo, como los mencionados, busca
2 Véase, por ~jemplo, Foley 1979. He criticado la idea sobre la creencia formular el fundacionismo de una manera que concuerde con planteamientos
infinita en Audi 1982. contemporáneos aceptables de la tradición fundacionista.
EL FUNDACIONISMO CONTEMPORANEO 65
64 ROBERT AUDI

vez, podría pensar en el rrwdelo de un terrnórr1etro; éste pro-


A la luz de dichas observaciones, el fundacionista concluye
pone las conexiones causales que se acaban de esbozar, pero
que si -como el sentido común nos hace desde luego suponer-
tarnbién, y tal vez más que la rnetáfora del espejo, respuestas
algunas de nuestras creencias están justificadas o constituyen
fiables al mundo externo. 7 Desde esta perspectiva de las res-
conocimiento, entonces algunas de nuestras creencias están
puestas causales, considerar las creencias perceptuales como
justificadas o constituyen conocimiento, simplemente porque
inferenciales es, en el mejor de los casos, artificial: éstas no
(de cierto rrwdo) surgen de la experiencia. Si interpretamos la
se forman, por inferencia, a partir de algo más que se cree,
experiencia de rnanera suficientemente general como para in-
sino que reflejan directarnente los objetos y los sucesos que las
cluir la reflexión lógica y la intuición racional, entonces parece
causan. De modo que, para evaluar el fundacionismo, debe-
que existen al rr1enos cuatro fuentes básicas de conocimiento y
mos considerar si todo el conocimiento y todas las creencias
creencia justificada. La percepción es una fuente empírica; la
justificadas podrían surgir de un regreso o de un círculo, o si
conciencia es otra y fundamenta, por ejemplo, mi conocimien-
algunas deben ser no inferenciales y en ese sentido fundacio-
to de que estoy pensando en la estructura de la justificación;
nales, como las que se originan en la experiencia que refleja
la reflexión es incluso otra y es, por ejemplo, la base de mi
la realidad. Porque incluso un círculo finito puede generar un
creencia justificada de que si una persona A es mayor que B
regreso infinito al rotar repetidamente en torno a sí mismo, a
y B es mayor que C, entonces A es mayor que C. Y también
esto se le llama "el problema epistémico del regreso". El funda-
la memoria es otra fuente porque yo puedo estar justificado
cionista lo utiliza para producir un argumento a su favor. De
en creer que, digamos, dejé la luz encendida simplemente en
ese argumento me ocuparé a continuación.
virtud de la sensación de recordar haberlo hecho. 4
Especialmente en los casos perceptuales, el fundacionista
tiende a considerar la experiencia como un espejo de la na- 2 . El argumento epistémico del regreso
turaleza. 5 A los fundacionistas esto les parece una buena me- Corr1encemos por formular más claramente el problema del
táfora porque sugiere al menos dos cuestiones importantes: la regreso, y a continuación procedamos a plantear el argumento
primera, que algunas experiencias son producto de estados ex- del regreso que los fundacionistas proponen corno una solu-
ternos del mundo, en algún sentido como cuando la luz pro- ción parcial al problema. 8 En primer lugar, supongarnos que
duce imágenes especulares; y la segunda, que (normalmente) tengo conocirrliento, aunque sólo sea de algo tan simple como
las experiencias de cierta forrna corresponden a sus causas; por
ejemplo, en el color y la forma que percibo en mi campo vi- el que l~s experiencias caracterizadas por el color y la forma (como sea que esto
se anahce) representan los colores y las formas aparentemente ejemplificadas
sual. 6 Si rne quiero concentrar en una creencia perceptual a la
en el mundo externo.
7 Este modelo se le atribuye a D.M. Armstrong. Véase especialmente Arms-
4 Nótese que la memoria es diferente de las otras tres en lo siguiente: apa-
tron? 1973. Su teoría de la justificación y el conocimiento es Jiabilista porque
rentemente no es una fuente básica de conocimiento, como lo es de justifica-
considera que ambos pueden analizarse en términos de que se producen me-
ción; i.e., no podemos saber algo de memoria a menos que hayamos llegado a
diante procesos fiables o se sustentan en ellos (como la producción de una
saberlo de alguna otra forma, por ejemplo, mediante la percepción. Discuto
creencia táctil), aquellos que (normalmente) generan más a menudo creencias
esto en el capítulo 2 de Audi 1988b. Cfr. Ginet 1975, y Pappas 1987.
5 En Philosophy and the Mirror ofNature (1979), Richard Rorty critica am-
verdaderas que falsas. El fundacionismo puede ser fiabilista, pero no necesita
serlo, y este trabajo intenta ser neutral en cuanto a la elección entre las con-
pliamente la idea de que dicha experiencia es un espejo de la naturaleza. Sin
cepciones fiabilistas e internistas. He esbozado sucintamente el internismo en
embargo, tiene en mente una versión cartesiana del fundacionismo, que no
Audi 1993, y he determinado la importancia de la controversia entre estos dos
es la única y entraña características del "espejo" que no tienen que ver con los
tipos de teoría en Audi 1988d. Para una discusión más extensa, véanse Moser
usos supuestos en este ensayo.
6 Esto no implica que existan objetos en el campo visual que tengan sus pro-
1989, y Chisholm 1989. ·
8 Esta sección está inspirada en Audi 1988c.
pios colores y formas fenoménicos; la cuestión es sólo que hay un sentido en
66 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO 67

que hay un golpeteo fuera de mi ventana. ¿podría todo mi co- (4) Por lo tanto, si alguien posee algün conocimiento, esa
nocinliento ser inferencia!? Imagine1nos que esto es posible en persona posee un conocimiento directo. 9
virtud de un regreso epistémico Infinito ~a grandes rasgos,
una serie infinita de conocimientos, cada uno basado (inferen- Hacen falta algunas aclaraciones preliminares antes de evaluar
cialmente) en el siguiente-. Asu1namos sin1plemente que una este argumento. En primer lugar, la conclusión, al ser condicio-
creencia que constituye conocüniento inferencia! está basada nal, no presupone que haya algün conocimiento. Esto 1nantiene
en el conocüniento de alguna otra proposición, o al menos la neutralidad con respecto al escepticismo, como correspon-
en otra creencia de otra proposición; el otro conocüniento o de, porque el tema tiene que ver con necesidades conceptuales
creencia podría estar basado en el conocimiento todavía de para poseer el conocimiento. El argu1nento tendría trascenden-
algo más, o en la creencia de ese algo más, y así sucesivamen- cia existencial, y así no sería meramente conceptual, si supusie-
te. Llan1e1nos a esta secuencia cadena epistémica; ésta es simple- ra que hay conocimiento y, por consiguiente, que existe al me-
nlente una cadena de creencias, en la que, al menos la primera nos alguien que conoce. En segundo, considero que la prünera
creencia constituye conocüniento, y cada creencia se conecta línea del argumento implica que el conocimiento inferencia!
con la anterior por basarse en ella. La perspectiva estándar se- depende de por lo menos una cadena episté1nica debido a su
fiala que sólo existen cuatro tipos de cadenas: una cadena epis- condición de conocüniento. Considero, entonces, que el argu-
témica podría ser infinita o circular, por lo tanto, en cualquiera mento implica la conclusión adicional de que cualquier conoci-
de los dos casos interminable y, en ese sentido, regresiva; en tniento inferencia! que tenga1nos presenta dependencia epistémi-
tercer lugar, podría tern1inar con una creencia que no es cono- ca (inferencia!) de alguna conexión inferencia! adecuada, por
cimiento; y, por último, podría finalizar con una creencia que 1nedio de alguna cadena epistémica, con algün conocüniento
constituye conocimiento directo. El problema epi3témico del no inferencia! que tenga1nos. Por lo tanto, el argumento mues-
regreso sirve principaln1ente para evaluar estas cadenas co1no tra no sólo que si existe conocimiento inferencia!, hay conoci-
posibles fuentes (o al menos como portadoras) de conocimien- miento no inferencia!, sino también que si hay conocüniento
to o justificación. inferencia!, ese mismo conocimiento se puede rastrear hasta al-
La respuesta del fundacionista al problema del regreso con- gún conocimiento no inferencia! que sea su fundamento.
siste en ofrecer un argun1ento de regreso que favorezca la cuar- El segundo punto sugiere un tercero: si dos cadenas episté-
ta posibilidad co1no la única opción genuina. La 1nejor formu- micas deben intersecarse, como cuando una creencia de que p
lación del argumento es la siguiente: se basa de tnanera fundacionista en la experiencia y, además,
( 1) Si alguien tiene algún conocüniento, éste ocurre en una es parte de una cadena circular, entonces si la creencia es co-
cadena epistémica (posiblemente incluya el caso especial nocimiento, ese conocüniento sucede sólo en la prünera cade-
de un eslabón único, tal como una creencia perceptual na, aunque el conocüniento en cuanto creencia pertenezca a am-
o a priori, el cual constituye conocimiento en virtud de 9Ellocus classicus de este argumento es Analíticos segundos, libro II. Pero si
estar directatnente apoyado en la experiencia o en la bien la versión de Aristóteles concuerda con la dada aquí en la medida en que
razón). su conclusión principal es que "no toda ciencia es demostrativa", él también
dice que el regreso debe terminar: "en algún momento se han de saber las
(2) Los únicos tipos posibles de cadenas epistémicas son cosas inmediatas, y éstas necesariamente serán indemostrables" (72bl9-24),
los cuatro tipos mutuamente excluyentes que acabo de en tanto que yo sostengo que el conocimiento directo no tiene que ser inde-
esbozar. mostrable. Podría haber premisas apropiadas; la creencia fundamental de S
simplemente no está basada en ellas (también cuestiono la validez de la infe-
( 3) El conocimiento sólo puede suceder en el último tipo de rencia en la segunda cita, sin embargo sospecho que Aristóteles tenía razones
cadena. independientes para su conclusión).
68 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORANEO 69

bas cadenas. Entonces el conocirniento no sucede en una cade- su comprensión. Así, aunque pudiésemos leerla o considerarla
na sirnplemente porque la creencia que lo constituye lo haga. paso a paso, al mo1nento de llegar al final no podríamos recor-
Cuarto, el argumento tiene que ver con la estructura, no con dar lo suficiente de la primera parte con1o para entender y, en
el contenido, de un cuerpo de conocin1iento y de sus cade- consecuencia, creer lo que la forn1ulación expresa. De acuerdo,
nas epistémicas constituyentes. En consecuencia, el argumento podría1nos creer que la formulación que acabamos de leer ex-
puede utilizarse sin importar los supuestos elementos de cono- presa una verdad; pero esto no es suficiente para creer la verdad
cirniento a los cuales se aplica en cualquier persona en particu- que expresa. Esa verdad es una afirrnación mate1nática específi-
lar. Tener coi{ocirniento no supone que haya cosas específicas ca; creer, de una formulación que no podemos ni siquiera com-
que debantos creer, o que un cuerpo de conocirniento deba prender o recordar en su totalidad, que expresa una verdad
tener cierto contenido definitivo. matemática no es suficiente para creer, ni siquiera para enten-
Hay un argumento similar que es relevante para la justifica- der, el enunciado en cuestión. Como no podemos entender la
ción. Simplemente habla1nos de cadenas justificadoras y proce- formulación en su totalidad, no podemos entender esa verdad,
demos en una vía paralela, sustituyendo el conocimiento por la y lo que no podemos entender no lo pode1nos creer. Dudo que
justificación. La conclusión sería que si existen algunas creen- otras líneas de argun1entación muestren que podemos tener
cias justificadas, existen algunas creencias no inferencialmente conjuntos infinitos de creencias; tampoco queda claro córno, si
justificadas, y que si alguien tiene alguna creencia inferencial- pudiésemos tenerlas, las cadenas episté1nicas infinitas podrían
mente justificada, ésta tiene una dependencia justificadora (in- explicar algo acerca de nuestro conocimiento. Por lo tanto, pro-
ferencia!) en una cadena epistémica que la conecta adecuada~ pongo considerar solamente los otros tipos de cadenas.
mente a alguna creencia no inferencialmente justificada que Se ha tomado con mucha mayor seriedad la posibilidad de
alguien tenga, esto es, a una creencia fundacional. Cuando una cadena episténlica circular con1o base del conocimiento.
hable de fundacionismo, a 1nenudo rne centraré en la justifi- La objeción estándar ha sido que dicha circularidad es vicio-
cación. sa porque finahnente tendríamos que conocer algo sobre la
Es imposible hacer aquí una evaluación detallada del argu- base de sí mismo -diga1nos p sobre la base de q, q sobre la base
mento del regreso. Simplemente comentaré sobre algunos as- de r, y r sobre la base de p-. Una respuesta estándar ha sido
pectos importantes del mismo con el fin de facilitar una mejor que si el círculo es lo suficientemente amplio y su contenido
cotnprensión del fundacionis1no y de algunas de las principa- lo suficiente1nente rico y coherente, la circularidad es inofen-
les objeciones que se le plantean. siva. Evito este difícil tema porque creo que el coherentismo
A los filósofos, la posibilidad de una cadena epistémica infi- en su fonnulación n1ás convincente no depende de las cadenas
nita rara vez les ha parecido una solución posible al problema circulares. 10
del regreso. Permítanme sugerir una razón para pensar que La tercera alternativa, a saber, que una cadena epistémica
es dudoso que los seres humanos sean incluso capaces de tener termine en una creencia que no sea conocimiento, raramen-
coqjuntos infinitos de creencias. Recordemos la afirrnación que te se sostiene; y encontramos poca verosimilitud en la hipóte-
dice que podemos tener un conjunto infinito de creencias arit- sis de que el conocimiento pueda originarse a través de una
méticas, por ejemplo, que dos es dos veces uno, que cuatro es creencia de una proposición que la persona S no conoce. Si
dos veces dos, y así sucesivamente. Sin duda, para una mente fi- existen excepciones, éstas se dan cuando, aunque yo no conoz-
nita llegará algún momento en el que no pueda comprender la ca p, estoy justificado, hasta cierto punto, en creer que p, como
proposición pertinente. En algún momento en el camino "ha- 10 En Audi 1993, expongo dicho coherentismo. En cuanto a las versiones
cia" el infinito, la formulación necesaria (o la consideración de circulares, para examinar algunas de las grandes dificultades que enfrentan,
la proposición) se volvería de1nasiado larga como para permitir véase Audi 1978.
70 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORANEO 71

cuando se hace un cálculo aproximado razonable de que hay al to puede explicar de qué manera es directo (epistémicamente):
menos treinta libros en determinado estante. He aquí un caso surge no por inferencia -y así sin ninguna pren1isa intern1e-
diferente. Supongamos que vagamente me parece oír música. diaria que deba conocerse en el ca1uino- a partir (asun1iré) de
Si, sobre la base de la creencia resultante -hasta cierto punto alguno de los cuatro tipos clásicos de 1uaterial fundacionista,
justificada- de que se escucha música que suena, yo creo que es decir, de la percepción, la n1emoria, la introspección, o la
mi hija llegó a casa, y efectivamente así ha ocurrido, ao sé? razón.
La respuesta no es clara. Pero esto no ayudaría a alguien que Este basarse directamente en la experiencia (incluida la ra-
afinua que el conocimiento puede surgir de una creencia que zón) ta1ubién parece explicar por qué se puede esperar que
no constituye conocimiento. Ta1upoco queda muy claro, y por una creencia así basada sea verdadera: porque la experiencia
el mismo tipo de razón, que mi creencia de que hay música so- parece conectar las creencias que fundan1enta con la realidad
nando sea suficientemente razonable -diga1uos, en términos de que constituye su ol~jeto, de 1uan~ra tal que lo que se cree so-
qué tan buenas son mis bases perceptuales- como para dar- bre la realidad suele ser el caso. Esta, al 1nenos, parece ser la
me el conocimiento de que la música está sonando. Mientras Iut::;jor explicación de por qué tenen1os esas creencias. En todo
más fuerte sea nuestra tendencia a decir que sé que ella está caso, el conocüuiento del nivel básico no podría ser inferen-
en casa, n1ás fuerte será nuestra inclinación a decir que des- cia!; si lo fuera, la cadena no terminaría sin otro eslabón: toda
pués de todo sé que hay música en el aire. Nótese algo más. En inferencia necesita una pre1nisa. Penuítase1ue ilustrar todo lo
los únicos casos en los que parece probable que el tercer tipo anterior. N onuahnente cuando sé que la música está sonando,
de cadena sea la base del conocimiento (o justificación), existe es sólo porque la oigo; por lo tanto, la cadena que funda1uenta
un grado -aparente1uente un grado sustancial- de justifica- mi conocüuiento de que n1i h~ja ha llegado a casa se ancla en
ción. Si puede haber una cadena epistémica que acabe en una 1ui percepción auditiva, que a su vez reflt::;ja la realidad 1uusical
creencia que no es conocimiento sólo porque ésta acaba, así, en que mi conocimiento representa, y explica tanto mi percepción
justificación, entonces aparentemente nos encontramos en las cmuo, a través de ella, 1ui creencia en la proposición que sé
inmediaciones generales d~l conocimiento. Parece que, en el que es verdadera.
mejor de los casos, estamos a unos cuantos grados de distancia Dichas cadenas epistén1icas fundadas no inferencialn1ente
de la justificación. El conocimiento no. surge de la nada, por pueden variar de 1nuchas 1uaneras. Difieren comjwsicionalmen-
decirlo así (el escenario descrito originalmente por la tercera te, en los tipos de creencias que las constituyen, y causalmente,
alternativa), sino de algo característicamente parecido a él: una en el tipo de relación causal que guardan entre una creencia y
creencia verdadera justificada. Habría, por lo tanto, un funda- su sucesora. Por t::;jemplo, esta relación puede o no involucrar
mento después de todo: no un fundamento sólido, pero tal vez el que la creencia predecesora sea necesaria o suficiente para
cimientos que no obstante sean lo suficientemente finues co1uo su sucesora: tal vez yo habría creído, sobre una base que no
para producir un fundamento sobre el cual poda1uos construir. es la de la música, que tui h~ja estaba en casa, o tal vez no,
La cuarta posibilidad es que las cadenas epistémicas que tie- dependiendo del nún1ero de indicios a los que tuviera acce-
nen su origen en el conocüuiento terminen en conocimiento so. Dichas cadenas ta1ubién difieren estructuralmente, en el tipo
no inferencia!: conocimiento no basado por inferencia en otro de transmisión ejJistéJnica que n1uestran; ésta ptiede ser deduc-
conocimiento (u otra creencia justificada). A su vez, ese cono- tiva, como cuando infiero un teore1ua a partir de un aximua
cüuiento aparentemente tiene sus bases en la experiencia, esto mediante reglas estrictas de inferencia deductiva; o inductiva,
es, en mi impresión auditiva de la 1uúsica o en mi sentido intui- como cuando infiero a partir del buen desen1peí1o de un cuchi-
tivo de que si la persona A es más alta que B, entonces Bes más llo que otros cuchillos clel1uisn1o tipo tan1bién cortarán bien; o
b~ja que A. Este fundamento no inferencia! de mi conocüuien- la transn1isión del conocilniento o la justificación pueden cmn-
72 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO 73

binar elementos deductivos e inductivos. Las cadenas episté- derá de un conocimiento no inferencia! (como conse-
micas también difieren desde un punto de vista fundacionista, en cuencia, fundacional en un sentido) de S.
sus bases últimas, las anclas de las cadenas; como se ilustró, las
La segunda posición en relación con la justificación es la tesis
bases pueden ser perceptuales o racionales, y pueden variar en
de que
la fuerza de su justificación.
Diversos defensores de la cuarta posibilidad sostienen dife- (JI) Para cualquier S y cualquier t, la estructura del cuer-
rentes perspectivas en relación con el carácter del conocimiento po de creencias justificadas de S, en t, es fundacional
fundacionista, esto es, las creencias que constituyen el conoci- y, por lo tanto, cualesquiera creencias justificadas in-
miento que con1pleta el último eslabón y ancla la cadena en la ferencialmente (por ende no fundacionalmente) que
experiencia o la razón. Algunos, incluido Descartes, han pen- S tenga dependerán de creencias justificadas de mane-
sado que las creencias apropiadas deben ser infalibles, o al me- ra no inferencia! (por ende, fundacional en un sentido)
nos estar justificadas de manera irrevocable. 11 Pero, de hecho, de S.
todo lo que la cuarta posibilidad exige es conocimiento no in-
Diversas teorías fundacionistas pueden diferir en el tipo y gra-
ferencia!, conocimiento no basado (inferencialmente) en otro
do de dependencia que sostienen. En especial quiero contras-
conocimiento (u otra creencia justificada). El conocimiento no
tar las tesis falibilista (moderada) y fundacionista fuerte, espe-
· inferencia! no tiene que ser acerca de proposiciones de suyo
cíficamente en el caso de la justificación.
evidentes, ni necesita estar constituido por creencias justifica-
Considero el fundacionismo falibilista, aplicado a la justifica-
das de manera irrevocable, del tipo cuyajustificación no puede
ción, como la tesis inductivista según la cual:
ser derrotada. El caso de las creencias introspectivas, que son
paradigmas de aquellas que están justificadas de manera no (III) Para cualquier S y cualquier t, (a) la estructura del cuer-
inferencia!, respalda esta idea, y veremos otras razones para po de creencias justificadas de S, en t, es fundacional
sostenerla. en el sentido que la tesis 11 indica; (b) la justificación de
las creencias fundacionales de S es por lo menos típi-
3 . Fundacionismo Jalibilista camente revocable; (e) la transmisión inferencia! de la
Si el argumento del regreso es tan importante como pienso en justificación no necesita ser deductiva; y (d) las creen-
cuanto a que respalda y da forma al fundacionismo epistemo- cias justificadas de manera no fundacional no necesi-
lógico, entonces ahora podemos formular algunas tesis funda- tan derivar toda su justificación a partir de las que son
cionistas a la luz de éste. Comencemos con dos versiones· de fundacionales, sino sólo lo suficiente para permanecer
lo que llamaré fundacionismo genérico. La primera tiene que ver justificadas en caso de que (ceteris paribus) cualquier
con el conocimiento: otra justificación que tengan (por ejemplo, la prove-
niente de la coherencia) fuese eliminada. 12
(I) Para cualquier persona S, y cualquier tiempo t, la es-
tructura del conocimiento de S, en t, es fundacional, y Esto es falibilista por lo menos de tres maneras: las creen-
(como consecuencia) cualquier conocimiento inferen- cias fundamentales pueden resultar injustificadas o falsas, o
cia! (por lo tanto, no fundacional) que tenga S depen- 12
La cláusula (d) necesita la cláusula "ceteris paribus" porque la eliminaci6n
de la justificación de una fuente puede afectar la justificación de otra aunque
11 En la primera Meditación, por ejemplo, Descartes dice "la razón me per- no sea un fundamento de ella; y considero que el nivel de justificación en
suade que hay que abstenerse de asentir tanto a las opiniones que no son cuestión es (como en la formulación equivalente del coherentismo) casi el
completamente ciertas e indudables como a las que son completamente fal- apropiado para el conocimiento. La formulación debe ser válida, sin embargo,
sas" (Descartes 1987, p. 16). para cualquier nivel determinado.
74 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO 75

ambas; las creencias de la superestructura pueden estar jus- relacionado con él en la bibliografía específica sobre el funda-
tificadas sólo inductivamente, por lo tanto, de 1nanera falible, cionismo. Este tercer requisito es del que tengo más dudas que
por las fundacionales, y pueden entonces ser falsas aun cuando haya sostenido, pero no hay duda de que en las Meditaciones él
estas últimas sean verdaderas; y queda abierta la posibilidad de busca fundamentos que podamos citar, desde un nivel más ele-
encontrar un error o una falta de justificación, incluso en creen- vado de reflexión, como ciertos e indubitables. Para e1npezar,
cias fundacionales: se puede descubrir que entran en conflicto es más fácil entender el ca1nino que toma para intentar vencer
con otras creencias semejantes o con creencias de la superes- el escepticismo de la forma en que lo hace si asumimos que,
tructura bien sustentadas. Incluso el fundacionismo aplicado cuando él encuentra los fundamentos adecuados, supone que
al conocimiento puede ser falibilista; al admitir que las pro- se pueden conocer o al menos justificadamente considerarlos
posiciones falsas no pueden conocerse, el fundacionismo so- como tales. Sólo entonces -puedo haber pensado-, puede al-
bre el conocimiento no ünplica que las bases del conocinlien- guien realmente saber que el escéptico está equivocado.
to de alguien (en cualquier nivel) sean irrevocables. Las bases De modo que el fundacionismo falibilista es más débil que el
perceptuales, por t;jemplo, pueden invalidarse; y podemos no fundacionismo cartesiano; y como este último ha tenido mucha
conocer (o dejar de conocer) una proposición no porque sea influencia en cómo los filósofos han concebido el fundacionis-
falsa (o nos demos cuenta de que lo es), sino porque dejamos mo en general, deberemos tener presente este hecho cuando
de estar justificados en creerla. evalue1nos la posición fundacionista general. Además, pode-
El fundacionismo falibilista contrasta notablemente con lo Inos elaborar versiones del fundacionismo más débiles que la
que podríamos llamar fundacionismo cartesiano. Existen tres ele- tesis III. Por t;jemplo, simplemente podríamos sostener que las
mentos principales en esta perspectiva. El primero es el axioma- creencias justificadas fundacionales son condiciones necesa-
tismo sobre las bases, el requisito (que se remonta por lo menos rias para la existencia de creencias justificadas; esto permitiría
hasta Aristóteles) de que las proposiciones indubitables o cla- a la coherencia convertirse también en una condición nece-
ramente ciertas sean objeto de las creencias fundacionales: si saria. Se podría incluso sostener que las creencias justificadas
puedo dudar racionalmente que p, mi creencia sobre eso no es fundacionales no son necesarias, sino sólo suficientes, en cuyo
lo suficientemente fuerte como para ser un buen fundamento. caso podríamos tener una teoría fundacionista mixta que per-
El segundo es el deductivismo sobre la transmisión, el requisito Initiera que fuentes muy diferentes de la experiencia produje- .
de que una creencia de la superestructura -digamos p- pueda ran justificación. Pero no estoy buscando una formulación mí-
ser justificada por una creencia fundacional -digamos q- sólo nima, ni una teoría mixta; mi propósito sólo ha .sido presentar
si p se deduce válidamente de q. No es suficiente que ji ten- una versión contemporánea verosúnil de la teoría, y, adecuada-
ga el respaldo inductivo de q, con cierta probabilidad por alta mente esclarecida, la tesis III serviría muy bien como indicio
que sea, porque entonces p podría ser falsa incluso si q fuera de un tipo de fundacionismo que podamos defender en contra
verdadera. El tercero es un requisito de segundo orden en el sen- de las oqjeciones 1nás razonables que los coherentistas y otros
tido de que, para cualquier conocimiento o creencia justificada -especiahnente en las décadas recientes- han planteado en su
fundacional -pongamos por caso, que oímos 1núsica-, poda- contra. He exa1ninado esas oqjeciones en otro lugar. 13 Aquí
mos llegar a saber o creer justificadamente que es conocimien- simple1nente seúalaré algunas de las consideraciones más ge-
to o creencia justificada; por t;jemplo, podemos llegar a saber nerales que dan respaldo a un fundacionis1no falibilista.
que de hecho sabemos que hay música. Denomino cartesiana
a esta perspectiva no porque sea cierto que Descartes la haya B Para responder a algunas de ellas, véase mi artículo Audi 1993, y para
sustentado, sino porque algo cercano a ella es patente en su otra defensa del fundacionismo y un caudal de referencias relevantes, véanse
obra y, casi iguahnente in1portante, porque esa posición se ha Chisholm 1989 y Moser 1989.
ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORANEO 77
76

Primero, la teoría proporciona una solución admisible y ra- unificar otras, especialrnente aquellas que se basan en ellas;
zonablemente directa al problema del regreso. Selecciona la y su fuerza relativa, sus cambios y sus interacciones rnutuas se
que parece ser la rnejor opción de las cuatro, y no interpreta esa pueden explicar en el rnarco de las suposiciones fundacionistas
opción de rnanera que vuelva imposibles el conocimiento o la moderadas aquí propuestas.
justificación, como lo haría el escéptico, o demasiado fáciles de Cuarto, el fundacionismo falibilista sirve para integrar nues-
obtener, como ocurriría si no necesitasen ningún fundamento tra epistemología con nuestra psicología e incluso con nuestra
o si sólo necesitasen fundamentos que se pudieran obtener sin biología, particularmente en el caso decisivo de las creencias
el esfuerzo de observar, pensar, o que lo hicieran de alguna perceptuales: lo que causalmente explica por qué las sostene-
otra manera tomando en cuenta la experiencia. mos -la experiencia sensorial- es también lo que las justifica.
Segundo, al trabajar a partir de las fuentes racionales y em- Más aún, desde un punto de vista evolucionista, muchos de los
píricas que el fundacionismo falibilista considera básicas para tipos de creencias que la teoría considera justificadas no infe-
la justificación y el conocimiento, el fundacionismo falibilista rencialmente -creencias introspectivas y de memoria, así como
concuerda con el sentido común reflexivo: los tipos de creen- perceptuales- son claramente imprescindibles para sobrevivir.
cias que dicen que estamos justificados no por inferencia en Podríamos necesitar un mapa del mundo, y no simplemente
sostener, o que en general se pueda considerar que constitu- un espejo, para navegar en él; pero si la experiencia en general
yen conocimiento no inferennal, son más o menos aquellos no refleja la realidad, no estamos en posición de rnovernos al '
que, pensándolo bien, pensarnos que la gente está justificada en nivel abstracto en el que podemos trazar un buen mapa. Si un
sostener, o en suponer que es conocimiento, sin ninguna otra espejo sin un mapa no es lq suficientemente discriminatorio,
evidencia que la de los sentidos o la de la intuición. Por ejem- un mapa sin un espejo no es lo suficientemente fiable.
plo, normalmente no le preguntamos a la gente las razones Quinto, en contra de lo que muchas veces se ha pensado
que tiene para pensar que llueve cuando puede ver claramente sobre el fundacionismo en general, la versión falibilista no es
a través de una ventana sin obstrucciones y dice que está llo- dogmática; 15 por el contrario, nos lleva a esperar un pluralis-
mo cognitivo. Dado que distintas personas tienen diferentes
viendo; y si una persona diera una razón, "lo veo", ésta es una
experiencias, y que las experiencias de cualquiera cambian con
razón en general tan buena como cualquier otra. Prima Jacie, al
aceptar lo anterior estamos aceptando una base experiencia!, el tiempo, se debería esperar que una persona se diferenciara
de otra en sus creencias no inferencialmente justificadas y, en
no una inferencia!.
Tercero, el fundacionismo falibilista es verosÍlnil psicológica- su c~so, de sí misma con el paso del tiempo; y como la lógica
no diCta lo que se debe inferir de las premisas de alguien, se es-
rnente de dos formas principales: la explicación que éste súgie-
peraría que las personas también difirieran considerablemente
re sobre el origen experiencia! e inferencia! de rnuchas de nues-
en sus creencias inferenciales. La lógica ciertamente nos dice
tras creencias parece concordar con lo que se sabe sobre sus
qué puede inferirse, pero no obliga a hacer ciertas inferencias
orígenes y desarrollo; y lejos de proponer cadenas de creencias
ni selecciona de las permisibles cuáles harernos cuando las sa-
infinitas o circulares, cuya psicología es por lo menos un mis-
camos. Particularrnente en el caso de la inferencia inductiva
terio, 14 permite (de hecho, fomenta) una explicación bastante
corno cuando inferimos una hipótesis como la mejor explica:
simple de la estructura de cognición. Las creencias surgen a
ción de algún acontecimiento incomprensible, nuestra imagi-
partir de la experiencia y de la inferencia; algunas sirven para
nación entra en juego; e incluso si tuviéramos que construir
14 En Audi 1978 argumenté que las cadenas epistémicas circulares son, en
~ 5 .Lehrer (1974), ~or ejemplo, ha sostenido que el fundacionismo es dog-
el mejor de los casos, profundamente problemáticas, y en Audi 1982 expliqué
matJco. He respondido en general a la acusación de dogmatismo en Audi
algunas de las dificultades que plantea la idea de que tenemos conjuntos de
1988c.
creencias infinitas.
78 ROBERT AUDI EL FUNDACIONISMO CONTEMPORÁNEO 79

a partir de los mismos cilnientos que nuestros vecinos, muy a Descartes, R., 1987, Meditaciones metafísicas y otros textos, trad. y notas
menudo produciríamos superestructuras bastante diferentes. E. López y M. Grana, Credos, Madrid.
Por supuesto, estas cuestiones no establecen el fundacionis- Foley, R., 1979, 'Justified Inconsistent Beliefs", American Philosophical
Quarterly, vol. 16, no. 4, pp. 247-257.
mo; ésa es una gran tarea que va más allá del alcance de un solo
Ginet, C., 1975, Knowledge, Perception, and Niemory, D. Reidel, Dor-
ensayo. No obstante, sí resaltan algunas ventajas quizá inespe-
drechtjBoston (Philosophical Studies Series in Philosophy, 5).
radas de una versión lo suficientemente moderada de la teoría, Harman, G., 1973, Thought, Princeton University Press, Princeton.
y creo que, si se las considera en co~junto con una perspectiva Lehrer, K., 1974, Knowledge, Clarendon Press, Oxford.
equilibrada sobre los problemas que tienen las teorías alterna- Moser, P.K., 1989, Knowledge and Evidence, Cambridge University
tivas -muy en especial el coherentismo- constituyen un argu- Press, Nueva York.
mento sólido en favor de que un fundacionismo falibilista es Pappas, G.S., 1987, "Suddenly He Knows", en S. Luper-Foy (comp.),
una posición viable que hay que tener en cuenta sea cual sea la The Possibility of Knowledge: Nozick and His Critics, Rowman and
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[Traducción de Claudia Chávez Aguilar] sity Press, Princeton.

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Chisholm, R.M., 1989, Theory of Knowledge, 3a. ed., Prentice-Hall,
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¿puEDE EL CONOCIMIENTO EMPÍRICO
TENER UN FUNDAMENTO?

LAURENCE BüNJOUR

La idea de que el conocirniento ernpírico tiene, y debe tener,


un fundamento ha sido un principio común de la mayoría de
los epistemólogos tanto en el pasado como en el presente. Han
existido, como se verá más adelante, muchas variantes signifi-
cativamente diferentes de esta idea. Pero el cornún denomina-
dor entre ellas, la tesis central del fundacionismo epistemoló-
gico como lo entenderé aquí, es la afirmación de que ciertas
creencias empíricas poseen un grado de justificación episté-
mica o respaldo que no depende, ni inferencialmente ni de
otra manera, de la justificación de otras creencias empíricas,
ya que, más bien, es inmediato o intrínseco. Son estas creen-
cias no inferencialmente justificadas -los motores inmóviles (o
que se mueven a sí mismos) del reino epistémico, como Chis-
holm las ha llamado- 1 las que constituyen el fundamento so-
bre el cual supuestamente descansa el resto del conocimiento
empírico.
En los últimos años, las perspectivás fundacionistas más co-
nocidas han sido blanco de un ;:ttaque continuo y severo. Pero
este ataque rara vez se ha dirigido directamente contra la pro-
pia tesis central del fundacionismo, y con rapidez han surgido
nuevas versiones del mismo, a rnenudo propuestas por anti-
guos críticos. Por lo tanto, el fundacionismo se ha convertido
en una hidra filosófica, difícil de enfrentar y aparentemente
irnposible de matar. Los propósitos de este trabajo son, en pri-
mer lugar, distinguir y aclarar las principales variantes dialéc-
ticas del fundacionismo, considerándolas como respuestas a
un problema fundamental que es, al1nisrno tiempo, la motiva-
ción principal y el obstáculo primordial del fundacionismo; en
1
Chisholm 1966, p. 30.
82 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 83

segundo lugar, como consecuencia de esta discusión ofreceré principal base y apoyo argumentativo, un exa1nen cuidadoso
razones esque1náticas que ponen en duda si cualquier versión de éste también constituirá una exploración de la propia po-
del fundacionismo es finalmente aceptable. sición fundacionista. Las principales variantes dialécticas del
La principal razón de la impresionante durabilidad del fun- fundacionismo pueden entenderse mejor como intentos que
dacionisnlo no es alguna verosimilitud abru1nadora de la prin- difieren al resolver el problema del regreso, y la o~jeción 1nás
cipal tesis fundacionista en sí misn1a, sino más bien la exis- básica al enfoque fundacionista es que es incierto que cualquie-
tencia de un argumento aparenten1ente decisivo que parece ra de estos intentos pueda tener éxito. (En este texto me ocu-
descartar todas las alternativas no escépticas al fundacionis- paré del argumento del regreso episté1nico y del problema del
mo, con lo cual se muestra que alguna versión del fundacio- regreso epistémico sólo en lo que concierne al conocüniento
nismo debe ser verdadera (si se asu1ne que el escepticis1no es empírico. Es obvio que surja también un problema análogo
falso). En un planteamiento reciente de Quinton, este argumen- para el conocilniento a j1riori, pero en este caso parece proba-
to se fonnula así:
ble que el argumento tome un curso diferente. En particular,
un enfoque fundacionista podría ser inevitable en una explica-
Si cualquier creencia ha de estar de alguna manera justificada,
[... ] tiene que haber algunas creencias terminales que no de han
ción del conocimiento a priori.)
su[ ... ] credibilidad a otras. Para que una creencia esté justificada
no es suficiente que se la acepte, y mucho menos que simplemen- I
te se la considere: tiene que haber también una buena razón para
que se la acepte. Además, para que una creencia inferencia! esté El problema del regreso epistémico surge directamente de la
justificada, las creencias que la apoyan tienen ellas mismas que concepción tradicional del conocimiento como una creencia
estar justificadas. Por lo tanto, tiene que haber una especie de verdadera adecuadamente justificada 3 -se considere esto como
creencia que no deba su justificación al apoyo que otras le den. una definición completamente adecuada del conocimiento o,
A menos que esto sea el caso, ninguna creencia estaría justifica-
a la luz de los aparentes contraejemplos que Gettier descu-
da en lo absoluto, pues justificar cualquier creencia requeriría la
justificación precedente de una serie infinita de creencias. Las
creencias [... ] terminales que se necesitan para poner fin al re- 3 "Adecuadamente justificada" porque una creencia podría estar justifica-

greso de la justificación no tienen que ser por necesidad estricta- da hasta cierto punto sin estar lo suficientemente justificada para que valga
mente autoevidentes en el sentido de que éstas de alguna manera como conocimiento (si es verdadera). Pero no queda muy claro exactamente
se justifiquen a sí mismas. Todo lo que se requiere es que no de- cuánta justificación se necesita para la adecuación. Prácticamente todos los
episte~ólogos recientes están ele acuerdo en que la certeza no es necesaria.
ban su justificación a ninguna otra creencia. 2
Pero la paradoja de la lotería muestra que no se puede entender la adecuación
simplemente en términos ele algún nivel específico de probabilidad. (Para una
Llamaré a este argumento el argumento del regreso ej1istémico, y al explicación útil de la paradoja de la lotería, véase Ackermann 1972, pp. 39-
proble1na que lo genera, el j1roblema del regreso epistémico. Como 50.) Armstrong, en Belief, Truth and Knowledge (1973) argumenta que lo que
éste es el argumento que proporciona al fundacionismo su hace falta es que nuestras razones para la creencia sean "concluyentes", pero
el significado exacto de esto no es muy claro. En última instancia, puede ser
2
Quinton 1973, p. 119. Éste es un argumento extremadamente venerable, que el concepto de conocimiento sea simplemente demasiado rudimentario
que ha desempei'i.ado un papel central en la discusión epistemológica por lo para una discusión epistemológica refinada, y entonces en su lugar podría ser
menos desde que Aristóteles lo planteó en Analz'ticos segundos, libro I, capí- necesario hablar de grados de creencia y grados correspondientes de justifica-
tulos 2-3. (Algunos han descubierto una anticipación del argumento en el ción. Supondré (quizá esto sea polémico) que la solución apropiada para este
Teeteto, 209e-210b, pero la preocupación de Platón en ese pasaje parece ser problema no afectará los temas que se discuten aquí, y hablaré meramente ele
que la definición del conocimiento propuesta es circular, y no que conduce a las razones o la justificación que convierten la creencia en muy jnobablemente
un regreso dejustificación infinito.) verdadera, sin tratar de decir exactamente lo que esto significa.
84 LAURENCE BONJOUR CONOCii\IIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 85

brió, 4 siinplernente con1o una condición necesaria más no sufi- la creencia. 6 Parece claro que rnuchas creencias lo suficiente-
ciente-. (Asurniré, de principio a fin, que los elernentos de la rnente justificadas para satisfacer el criterio de justificación del
concepción tradicional son por lo rnenos necesarios para el conocimiento dependen, para su justificación, de inferencias
conocin1iento.) Ahora bien, la forma rnás natural de justifi- que no han sido explícitarnente formuladas y que, de hecho, no
car una creencia es produciendo un argurnento justificador: podrían fonnularse sin aplicarse a fondo en la reflexión (por
la creencia A está justificada al citar alguna otra creencia B ejernplo, rni creencia actual de que ésta es la misma hoja de
(tal vez conjuntiva), a partir de la cual A se puede inferir de papel sobre la que estaba escribiendo ayer). 7
una manera aceptable y que, por lo tanto, se ofrece como una Asurnarnos entonces que la creencia A está (supuestarnente)
razón para aceptar A. 5 Llamemos a esto justificación inferencia[. justificada a través de la inferencia, y entonces surge la pregun-
Está claro, como Quinton lo señala en el pasaje citado pági- ta de cómo la creencia-premisa justificadora B está justificada.
nas antes, que para que A esté genuinamente justificada en Aquí nuevarnente la respuesta puede darse en ténninos infe-
virtud de dicho argumento justificador, B misma debe estar renciales: B puede estar (supuestarnente) justificada en virtud
justificada de algún modo; el sünple hecho de que pueda in- de que puede inferirse de alguna otra creencia C. ~ero, enton-
ferirse a partir de una suposición o presentüniento sin funda- ces, se plantea la misma pregunta sobre la justificación de e,
mento, por ejernplo, no le concedería una justificación genui- y así sucesivamente, lo cual arnenaza con un regreso al infini-
na a A. to y aparenternente vicioso de la justificación epistérnica. Cada
Debo seíi.alar brevernente dos asuntos más sobre la justifica- creencia está justificada solarnente si una creencia epistémica-
ción inferencia!, como la entiendo aquí. Primero, no se tiene mente previa está justificada, y esa creencia epistémicamente
que haber llegado a la creencia en cuestión como resultado de previa está justificada solarnente si una creencia todavía previa
una inferencia para que esté justificada inferencialrnente. Esto está justificada, etc., con el resultado patente de que la justi-
es obvio, ya que una creencia a la que se llegue de algún otro ficación nunca puede cmnenzar -y, por lo tanto, que no hay
nwdo (por ejernplo, cmno resultado de un pensamiento de- justificación ni conocimiento-. Lo que el fundacionismo recla-
siderativo) puede posterionnente llegar a sostenerse solarnen- ma es que sólo adoptando alguna versión del fundacionismo
te porque ahora se considera justificable inferenciahnente. Se- se puede evitar esta consecuencia escéptica.
gundo, y rnenos obvio, una persona para quien una creencia Prima jácie, parece que sólo existen cuatro posibilidades bási-
está justificada inferencialmente no necesita haber formulado cas en relación con el resultado final de este regreso potencial
explícitan1ente a otros ni siquiera a sí misrna el argumento jus- de la justificación epistérnica: (i) el regreso puede detenerse
tificador en cuestión. Es suficiente con que la inferencia esté con creencias para las cuales ninguna justificación de ningún
disponible y pueda echar mano de ella si otros o ella nlisma tipo está disponible, aunque hayan sido ofrecidas antes como
ponen en duda la creencia (y la posibilidad de recurrir a ella premisas justificatorias; (ii) el ,regreso puede continuar hacia
tal vez no sea con1pletarnente explícita), y que la disponibilidad atrás hasta el infinito introduciendo cada vez más creencias-
de la inferencia sea, en el análisis final, su razón para sostener 6 Es .difícil ofrecer criterios exactos para definir cuándo una razón dada

es la razón para que una persona sostenga una creencia. Gilbert Harman, en
4 Véase Gettier 1963, pp. 121-123. También Ackermann 1972, capítulo V, Thought ( 1973 ), argumenta que para que una persona crea por una razón dada
y las referencias correspondientes. es que esa razón explica por qué sostiene esa creencia. Pero esta propuesta,
5 Por simplicidad, hablaré de relaciones de inferencia como relaciones en- aunque es útil desde un punto de vista heurístico, difícilmente ofi:·ece un
tre creencias más que, con mayor precisión, entre las proposiciones que se criterio que se pueda utilizar.
creen. "Inferencia" se entiende aquí en un sentido muy amplio; se considera- 7 Por lo tanto, es un error concebir el regreso como un regreso temporal,

rá inferencia! cualquier relación entre dos creencias que permita que una de como sería si hubiera que dar explícitamente cada argumento justificador
ellas, de ser aceptada, sirva como una buena razón para aceptar la otra. antes de que la creencia en cuestión estuviese justificada.
86 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 87

premisa nuevas que, a su vez, requieren justificación; (iii) el incierta excepción de Peirce, 9 parezca haber apoyado dicha
regreso puede volver en círculo sobre sí mismo, de modo que postura.
en algún punto se invocan nuevamente como premisas creen- La alternativa (iii), la perspectiva de que la justificación se
cias que aparecieron previamente en la secuencia de argumen- mueve en última instancia en una curva cerrada, es histórica-
tos justificadores; (iv) el regreso podría finalizar porque se lle- mente más sobresaliente, aunque a rnenudo sólo como un coin-
ga a creencias que están justificadas -a diferencia de las de plemento dialéctico del fundacionismo. A primera vista, esta
la opción (i)-, pero cuya justificación no depende inferencial- alternativa parecería incluso m_enos atractiva que la segunda.
mente de otras creencias empíricas y, por lo tanto, no suscita Aunque ya no esté presente el proble1na de que el que cono-
ningún otro problema de justificación en relación con dichas ce tenga que tener un nú1nero infinito de creencias, el r~~reso
creencias. 8 El fundacionista se inclina por la última opción. Su mismo, todavía infinito, parece ahora sin lugar a dudas VICioso,
argumento es que las otras tres conducen inexorable1nente al porque la justificación de cada una de las creencia~ ~tte ?gu-
resultado escéptico, y que la segunda y la tercera tienen, ade- ran en el círculo parece ahora presuponer su propza JUStifica-
más, defectos fatales adicionales, de manera que una versión ción epistémicamente anterior: paradqjicamente, dicha creen-
de la cuarta alternativa, la fundacionista, debe ser correcta (si cia debe estar justificada antes de que pueda estar justificada.
se asume que el escepticismo es falso)~ Los defensore~ de posiciones sem~jantes a la alternativa (iii)
En lo que toca a la opción (i), parece evidente que el funda- en general han tendido a responder a este tipo de objeción
cionista está en lo correcto. Si esta alternativa fuese correcta, adoptando una concepción holística de la justificación en la
el conocimiento empírico descansaría, en última instancia, en que la justificación de creencias individuales está subordinada
creencias que, al menos desde un punto de vista episté1nico, a la de los sistemas cerrados de creencias que dicha perspec-
serían completamente arbitrarias y, en consecuencia, incapaces tiva implica; la propiedad de dichos sisteinas a los que por lo
de conceder justificación genuina. ¿Qué pasa con las otras dos regular recurrimos como fundamentos para la justi~c~ción es
alternativas? la coherencia interna. Dichas teorías de la coherencia Intentan
El argumento de que la opción (ii) conduce a un resulta- evadir el problema del regreso abandonando la idea de que
do escéptico ya ha sido esbozado en la formulación original la justificación esencialmente supone un orden lineal de de-
del problema. Alguien que optara por esta alternativa tendría pendencia (aunque nunca se ha elaborado en detalle una pers-
la esperanza de evitar el escepticismo sólo afirmando que el pectiva no lineal de la justificación). 10 Más aún, dicha teoría
regreso, aunque es infinito, no es vicioso; sin embargo, no pa- de la coherencia del conocilniento einpírico está sujeta a va-
rece haber una forma razonable de defender dicha afirmación. rias otras objeciones conocidas y al parecer decisivas. 11 Así, la
Más aún, una defensa de la tesis del regreso infinito como ex- alternativa (iii) parece inaceptable, y d<:;ja únicainente la alter-
plicación de cómo está realmente justificado el conocimien-
9 Peirce parece sugerir una concepción virtuosa del regreso en "Questions
to empírico -a diferencia de cómo podría en principio estar
Concerning Certain Faculties Claimed forMan", en Peirce 1931-1958, v~l.,':,
justificado-, tendría que involucrar la aparente1nente dudo-
pp. 135-155. Pero la perspectiva se presenta metafóricamente, y es difiCil
sa tesis de que un conocedor ordinario sostiene realmente asegurar con exactitud a qué llega o hasta qué punto tiene relación con la
un número infinito de creencias distintas. Por eso, no es sor- cuestión presente. . .
prendente que ningún filósofo importante, con la más bien 10 Bernard Bosanquet hizo la primera afirmación de la perspectiva no lmeal

en Bosanquet 1920. Para discusiones más recientes, véanse Barman 1973 Y


8
Obviamente estas posiciones podrían combinarse, mant;jando de dife- Rescher 1974.
rentes maneras distintos t;jemplos del regreso. Aquí no examinaré esas com- 11 He intentado mostrar cómo podría defender una perspectiva coheren-

binaciones. En general, éstas simplemente heredarían todas las o~jeciones tista contra las más usuales de estas objeciones en Bonjour 1976 ["La teoría
relacionadas con las perspectivas más simples. coherentista del conocimiento empírico", pp. 125-166].
88 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 89

nativa (iv), la alternativa fundacionista, corno aparentemente La posición que se acaba de esbozar es, de hecho, una ver-
viable. sión bastante 1nodesta del fundacionismo fuerte. Los fundacio-
Formulado de esta manera, el argurnento del regreso episté'7 nistas fuertes típicamente han hecho afirmaciones notablernen-
mico hace una defensa innegablernente convincente del fun- te más fuertes en favor de las creencias básicas. Han afirmado
dacionismo. Sin embargo, co1no sucede con cualquier argu- que las creencias básicas no sólo tienen la suficiente justifica-
mento que procede por eliminación, no puede ser concluyente ción no inferencia! para que se las considere conocimiento,
hasta que la propia alternativa sobreviviente haya sido cuida- sino también para ser ciertas~ infalibles, indubitables, o incor"Tegi-
dosamente exarninada. La posición fundacionista puede resul- bles ( térrninos que por lo general no se diferencian cuidadosa-
tar vulnerable a objeciones igualmente serias, y así obligaría a rnente).13 En su mayoría, los principales ataques al fundacionis-
volver a examinar las otras opciones, a buscar otra alternativa mo se han centrado en estas afirrnaciones fuertes. Por lo tanto,
no escéptica, o posiblemente a aceptar con renuencia la con- es importante señalar que nada sobre la respuesta fundacionis-
clusión escéptica. 12 En particular, no queda claro hasta ahora, ta básica fuerte al problema del regreso exige que las creencias
con base en este argumento, si el fundacionismo mismo puede básicas estén más que adecuadamente justificadas. Por supues-
resolver el problema del regreso, y cómo lo haría; y en conse- to, podrían existir otras razones para pedir que las creencias
cuencia existe la posibilidad de que el argumento del regreso básicas tengan un nivel epistémico más elevado o para pen-
epistémico resulte ser una espada de dos filos, tan letal para el sar que de hecho lo tienen. Podría incluso existir algún tipo
fundacionista como para sus oponentes. de argumento indirecto que muestre que dicho nivel es una
consecuencia de los tipos de propiedades epistémicas que se
II
requieren directamente para solucionar el problema del regre-
La interpretación más inmediata de la alternativa (iv) conduce so. Pero mientras no se dé un argumento así (y es dudoso que
directarnente hacia una perspectiva que aquí llamaré fundacio- esto se logre), la cuestión de si las creencias básicas son o pue-
nismo fuerte. De acuerdo con el fundacionismo fuerte, las creen- den ser ciertas, infalibles, etc., permanecerá como un asunto
cias fundacionistas que ponen fin al regreso de la justificación secundario relativamente sin importancia.
poseen suficiente respaldo episténüco, independientemente de En efecto, muchos fundacionistas recientes han pensado que
cualquier tentativa de apelar a la inferencia a partir de otras incluso la versión relativamente moderada del fundacionismo
creencias empíricas (o a la coherencia que guarde con éstas), fuerte esbozada anteriormente es aún demasiado fuerte. Su al-
para satisfacer la condición de justificación del conocimiento ternativa, todavía bajo los auspicios generales de la posición
y contar como premisas aceptables justificadoras para otras fundacionista, es una perspectiva a la que puede llamarse fun-
creencias. Puesto que la justificación de estas creencias básicas, dacionismo débil. El fundacionismo débil acepta la idea cen-
como se ha llegado a llamarlas, supuestamente no depende tral del fundacionismo -a saber, que ciertas creencias empí-
entonces de la justificación de ninguna otra creencia empíri- ricas poseen un grado de justificación o respaldo epistémico
ca, entonces son las únicas capaces de proporcionar puntos de independiente que no proviene de relaciones de inferencia
partida sólidos para la justificación del conocimiento empírico o coherencia-. Pero el fundacionista débil sostiene que estas
y puntos en los que se detiene el regreso de la justificación. creencias fundacionales sólo tienen un grado muy bajo de res-
12
La suposición en contra de un resultado escéptico es fuerte, pero creo paldo, muy inferior al que les atribuyó el fundacionismo fuerte
que es un error tratarla como si fuera absoluta. Si no se puede encontrar nin- moderado, e insuficiente por sí rnismo para satisfacer la condi-
guna teoría no escéptica, lo cual es por lo menos razonablemente admisible ción de justificación del conocimiento o para que valgan como
por derecho propio, el escepticismo podría convertirse en la única alternativa
racional. 13
Para unas distinciones útiles entre estos términos, véase Alston 1971.
90 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 91

premisas justificadoras aceptables de otras creencias. Enton- sola idea de una creencia empírica episté1nica1nente básica es
ces, este respaldo independiente de algún 1nodo debe aumen- en extremo paradqjica. Pues, ¿sobre qué base se ha de justifi-
tar si el conocimiento ha de alcanzarse, y aquí la referencia car dicha creencia, una vez que se descarta la posibilidad de
habitual es a la coherencia con otras creencias mínimamente apelar a otras creencias empíricas? La analogía teológica de
respaldadas. Al combinar tales creencias en sistemas coheren- Chisholm, citada antes, es más apropiada: una creencia básica
tes cada vez más grandes -sostienen algunos-, su grado de es de hecho un primer motor episte1nológico inmóvil (o que se
respaldo mínimo e inicial puede aumentar gradualmente has- n1ueve a sí mismo). É.ste puede conceder justificación a otras
ta obtener finalmente el conocimiento. Así, el fundacionismo creencias, pero aparentemente no tiene necesidad de que se
débil, como las teorías de la coherencia puras que se mencio- le confierajustificación. Pero, ¿es acaso más fácil entender ese
naron antes aquí, abandona la concepción lineal de la justifi- estatus en epistemología que en teología? ¿cómo puede una
cación.14 creencia conferir "movüniento" epistétnico a otras creencias si
De modo que el fundacionismo débil representa un tipo de no está ella misma en "movimiento"? Y lo que es aun más para-
híbrido entre el fundacionismo fuerte y las perspectivas cohe- dójico, ¿cótno puede una creencia "1noverse" epistémicamente
rentistas que se discutieron con anterioridad, y a menudo se a sí misma?
cree que expresa las virtudes de ambas pero ninguno de sus Esta dificultad intuitiva con el concepto de creencia etnpíri-
vicios. Sin embargo, independientemente de que esto sea así o ca básica puede explicarse con mayor detalle y aclararse cuan-
no en otros aspectos relacionados con el problema del regre- do se reflexiona un poco sobre el concepto de justificación
so, el fundacionismo débil finalmente es vulnerable a la Inisma epistémica. La idea de justificación es genérica, y ad1nite en
objeción básica que se plantea contra el fundacionismo fuer- principio muchas variedades específicas. Por lo tanto, la acep-
te, y básicamente tiene las mismas opciones a su alcance para tación de una creencia empírica puede estar justificada mo-
enfrent;:trla. Como veremos, el problema clave para cualquier ralmente, esto es, justificada como obligatoria moralmente en
versión del fundacionismo es si por sí mismo puede resolver el relación con principios y normas morales; o puede estar justi-
problema del regreso, el cual motiva su existencia, sin recurrir ficada pragmáticamente, esto es, justificada en relación con las
a la estipulación esencialmente ad hoc. La distinción entre las consecuencias prácticas deseables que generará su aceptación;
dos principales fonnas de enfrentar este reto va más allá de o estar justificada religiosamente, por ejemplo, justificada en
la distinción entre el fundacionismo fuerte y el fundacionismo referencia a textos religiosos especificados o a dogmas teológi-
débil y, al mistno tietnpo, es 1nás básica. Siendo esto así, basta- cos, etc. Pero ninguna de estas otras variedades de justificación
rá aquí con que nos concentremos en el fundacionismo fuerte, puede satisfacer la condición de justificación del conocimien-
dejando en gran parte implícita la aplicación de la discusión al to. El conocimiento requiere justificación epistémica, y la carac-
fundacionismo débil. terística distintiva de esta especie particular de justificación es
El concepto fundamental del fundacionismo fuerte es ob- -sostengo yo- su relación esencial o interna con la meta cog-
viamente el concepto de creencia básica. Recurriendo a este nitiva de la verdad. Las tareas cognitivas están epistémicamen-
concepto se evita la amenaza de un regreso infinito, y se le da te justificadas, según esta perspectiva, sólo si están dirigidas a
un fundamento sólido al conocimiento empírico. Pero, ¿cón1o esta meta y en el grado en que lo están -lo cual significa, a
puede haber creencias empíricas que sean básicas en este sen- grandes rasgos, que aceptamos todas y solamente las creencias
tido? De hecho, aunque esto no siempre se haya señalado, la de las cuales tenernos una buena razón para pensar que son
verdaderas-. 15 Aceptar una creencia en ausencia de dicha ra-
14 Para discusiones sobre el fundacionismo débil, véase Russell 1948, par-
zón, por atractiva o incluso obligatoria que dicha aceptación
te II, capítulo II, y parte V, capítulos 6 y 7; Goodman 1952, pp. 160-167;
15
Scheffler 1967, capítulo V; y Firth 1964, pp. 545-557. ¿Qué tan buena debe ser la razón? Supuestamente una justificación au-
CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 93
92 LAURENCE BONJOUR

que la creencia es verdadera. Si "cj;" representa esta caracterís-


pueda ser desde otros puntos de vista, significa abandonar la
tica, entonces para que una creencia B pueda ser considerada
búsqueda de la verdad; dicha aceptación es -podríamos decir-
básic.a e~ una explicación fundacionista aceptable, las premisas
irresponsable epistémicamente. Mi tesis es que la idea de ser res-
del siguiente argumento justificador deben ellas mismas estar
ponsable epistémicamente es el meollo del concepto de justifi-
al menos justificadas. 17
cación epistérnica. 16
Un corolario de esta concepción de la justificación episté-
Inica es que una defensa satisfactoria de una norma particular (i) La creencia B tiene la característica cj;.
de justificación epistémica debe consistir en mostrar que con-
(ii) Es muy probable que las creencias que tienen la caracte-
duce a la verdad, esto es, mostrar que aceptar creencias según
rística cjJ sean verdaderas.
sus dictados probablemente conduzca a la verdad (y con más
probabilidad que cualquier alternativa propuesta). Sin dicha
1netajustificación, una norma propuesta de justificación epis- Por lo tanto, es muy probable que B sea verdadera.
téinica carece de base subyacente. ¿Por qué, después de todo,
el investigador epistémicamente responsable debería preferir
Nótese, además, que si bien cualquier premisa que se tome por
las creencias justificadas a las injustificadas, si no es porque
separado podría resultar justificable a priori (dependiendo de
las primeras tienen más probabilidades de ser verdaderas? In-
la ,elección particul.ar ~e cjJ ), parece claro que arribas no po-
sistir en que cierta creencia está epistérnicamente justificada,
d~Ia,n s~r entonces JUStificables de esa manera, pues B es por
y al mismo tiernpo confesar de una sola vez que este hecho
hipotesis una creencia empírica, y es difícil entender cómo una
no brinda una buena razón para pensar que es verdadera, sig-
creencia empírica particular podría estar justificada rneramen-
nificaría volver nimio todo el concepto de justificación epis- . . 18 y SI. ah ora asumimos, de manera suficientemente
t e a Pnon.
térnica. razo.nable, que para que B esté justificada para una persona
Estas observaciones generales sobre la justificación episté-
partiCular (en. un tiernpo particular) es necesario no simple-
mica se aplican completamente a cualquier posición fundacio-
mente que exista una justificación de B en lo abstracto, sino
nista fuerte y a su explicación constituyente de las creencias
que la persona en cuestión posea cognitivamente esa justifica-
básicas. Si las creencias básicas han de proporcionar un funda-
ción, entonces obtendremos el resultado de que, después de
Inento seguro al conocimiento empírico, si la inferencia a par-
todo, B no es básica porque su justificación depende de por
tir de éstas ha de ser la única base para la justificación de otras
lo rnenos otra creencia empírica. Si esto es correcto el funda-
creencias ernpíricas, entonces esa característica, cualquiera que
cionisrno fuerte es insostenible como solución al pr;blema del
ésta pueda ser, en virtud de la cual una creencia se considera
básica también debe constituir una buena razón para pensar 17 De hecho, las premisas probablemente tendrían que ser también verda-
~eras para evitar los contraejemplos tipo Gettier. Pero ignoraré aquí esta su-
menta si hay razones que hacen que la creencia tenga más probabilidades de tileza.
ser verdadera que de no serlo, por mínimo que sea el aumento, pero hace ~ 8 Por supuesto, en una teoría de probabilidad a priori estilo Carnap po-
falta mucho más que esto para hacer que la justificación sea adecuada para el dna ser: ~1 caso que las proposiciones empíricas muy generales tuvieran más
conocimiento. (Véase la nota 3, antes.) (La controversiaJames-Clifford acerca probabilidades de ser verdaderas que falsas, esto es, que las descripciones
de la "voluntad de creer" también es pertinente aquí. Estoy de acuerdo con de estados posibles en las que éstas son verdaderas sobrepasan en número
Clifford hasta el punto de decir que la justificación epistémica requiere una a aquellas en las que son falsas. Pero evidentemente esto no hace que sean
razón positiva en favor de la creencia y no sólo la ausencia de razones en probab~eme~t~_verdadera~ _en un sentido que permita la afirmación objetiva
contra.) ~e la P.I~pos1c1o~ en. cues~I-on (so pena de contradicción), y este hecho parece
16 Para un uso similar de la noción de irresponsabilidad epistémica, véase
nnpedn que esa JUSUficacwn sea adecuada para el conocimiento.
Sosa 1974, p. 117.
94 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 95

regreso (y un argu1nento análogo mostrará que el fundacionis- and Knowledge, 19 Armstrong presenta una versión del proble-
mo débil también es insostenible). ma epistémico del regreso (aunque formulada en términos de
El argumento anterior es, sin duda, excesiva1nente obvio. conocimiento más que de justificación), y defiende lo que él
Pero, ¿de qué n1anera debe el fundacionismo fuerte contes- llama una solución "externista".
tarlo? Prima jacie parece que sólo hay dos tipos generales de
respuestas que son incluso remotamente admisibles, siempre De acuerdo con las explicaciones "externistas" del conocimiento
no inferencia!, lo que hace que una creencia verdadera no in-
que el fundacionista fuerte permanezca en los confines de
ferencia! sea un caso de conocimiento es alguna relación natural
la concepción tradicional del conocüniento, evite tácitan1ente
existente entre el estado de creencia [ ... ] y la situación que hace
abrazar el escepticismo, y no se imponga el heroico cometido a la creencia verdadera. Es una cuestión de cierta relación que
de argu1nentar que ul)a creencia empírica podría estar justifi- existe entre el s~jeto de la creencia y el mundo. [p. 157]
cada meramente a priori. Prünero, él podría argumentar que
aunque en realidad es necesario para que una creencia esté El propio candidato de Annstrong para esta "relación natural"
justificada y, a fortiori, para que sea básica que un argumen- es "que debe haber una conexión legaliforme entre el estado de
to justificatorio del tipo esbozado anteriormente esté en prin- cosas BajJ [esto es, el que a crea que p] y el estado de cosas
cipio disponible en la situación, no siempre es necesario que que hace que 'jJ' sea verdadera tal que, dado Bap, tiene que ser
la persona para quien la creencia es básica (o para cualquier el caso que jJ'' [p. 166]. Una perspectiva similar parece estar
otra) sepa o incluso crea justificadamente que ese argumento implícita en la explicación de Dretske sobre el conocilniento
está disponible; en cambio, al menos en el caso de las creen- perceptual en Seeing and Knowing (1969), con la variación de
cias básicas, es suficiente que simplemente las premisas de ese que Dretske exige para el conocimiento no sólo que la relación
argumento de tipo general (o de alguna variedad particular fa- en cuestión exista, sino también que el supuesto conocedor
vorecida por dicho argu1nento) sean verdaderas, independien- crea que ésta existe -aunque no que esta creencia esté justi-
temente de que esa persona (o cualquier otra) crea o no jus- ficada-. 20 Además, parece probable que diversas perspectivas
tificablemente que son verdaderas. Segundo, el fundacionista de un tipo de lenguaje ordinario que recurren a hechos sobre
podría conceder que es necesario que dicha justificación exis- cómo se aprende el lenguaje, ya sea para justificar la creencia
ta y que la persona para quien la creencia es básica esté en básica o para respaldar la afirmación de que no se necesita jus-
posesión cognitiva de ella, pero podría insistir en que su comp- tificación, resultarían ser, bajo presión, posturas de este tipo
rensión cognitiva de las pre1nisas requeridas para esa justifica- general. Aquí me limitaré principalmente a Armstrong, el úni-
ción no entraña más creencias empíricas que luego necesita- co de estos filósofos que explícitan1ente se ocupa del problema
rían justificación, sino que más bien entraña estados cognitivos del regreso.
de un tipo más rudimentario que en sí mis1nos no requieren
19
justificación: intuiciones o percepciones inmediatas. Consideraré Armstrong 1973, capítulos 11-13. Las referencias que aparecen entre
corchetes en esta sección pertenecen a ese libro.
una por una estas alternativas. 20
Dretske 1969, capítulo III, especialmente las pp. 126-139. Sin embargo,
es difícil estar muy seguro de la perspectiva de Dretske, pues en ese libro no se
III ocupó de ofrecer una explicación general del conocimiento. Las perspectivas
que de alguna manera son similares a las de Armstrong y Dretske son las
El filósofo D.M. Annstrong es quien más se ha acercado a ha-
que ofrecen Goldman y Unger. Véanse Goldman 1967 y Unger 1968. Tanto a
cer una defensa explícita de la perspectiva de que las creencias Goldman como a Unger les interesa explícitamente el problema de Gettier,
básicas pueden estar justificadas aunque la persona para quien pero no les interesa nada el problema del regreso, por lo tanto, es difícil
éstas son básicas de ninguna 1nanera posea cognitiva1nente el saber de qué manera se relacionan sus perspectivas con el tipo de perspectiva
argumento justificatorio apropiado. En su libro, Belief, Truth externista que se está tratando aquí.
LAURENCE BONJOUR
CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 97
96

Existe, sin embargo, cierta incertidumbre sobre cómo se fundacionismo. Sin embargo, lo que bien puede ponerse en
han de interpretar adecuadamente las perspectivas de este tipo duda es si esta evasión merece ser considerada una solución,
en general y la perspectiva de Annstrong en particular. Por más que una evasión esencialmente ad hoc, del problema. Cla-
un lado, podría considerarse que AnTlstrong ofrece una expli- ramente el tipo de relación "externa" que Armstrong tiene en
cación sobre córno satisfacen las creencias básicas (y tal vez mente proporcionaría, si se conociera, un fundarnento para un
otras también) la condición de justificación adecuada del co- argumento justificatorio a grandes rasgos en los términos antes
nocirniento; mientras que, por otro lado, podría considerarse esbozados:
que simplemente repudia la concepción tradicional del cono- (i) La creencia Bes un ejemplo del tipo K.
cinliento y el concepto asociado de justificación epistémica, y
en su lugar ofrece una concepción sustituta -una concepción (ii) Las creencias del tipo K están conectadas de una mane-
que va 1nás de acuerdo con la cos1novisión "naturalista" que ra legaliforme con los tipos de estados de cosas que las
Armstrong prefiere-. 21 Pero sólo cuando se entiende el exter- harían verdaderas y, por lo tanto, tienen altas probabili-
nismo de la primera n1anera (para adoptar el útil término de dades de ser verdaderas.
Armstrong) tiene algún interés inmediato aquí, pues sólo de
acuerdo con esa interpretación constituye una versión del fun- Por lo tanto, es altamente probable que B sea verdadera.
dacionismo y ofrece una respuesta directa al argumento anti-
fundacionista presentado anteriorn1ente. Así que me concen- Pero precisamente lo que de entrada genera el problema del
traré principalmente en esta interpretación del externismo, y regreso es el requisito de que, para que una creencia B esté jus-
con1entaré sólo de manera breve, al final de esta sección, la tificada epistémicamente para una persona determinada P, es
interpretación alternativa. necesario, no sólo que haya premisas justificables o incluso pre-
Entendida de este 1nodo, la solución externista al problema misas verdaderas disponibles en la situación que, en principio,
del regreso es 1nuy sencilla: la persona que tiene una creen- podrían ofrecer una base para una justificación de B, sino que
cia básica no necesita poseer ninguna razón justificada para P misma sepa o al menos crea justificadarnente algún conjunto
su creencia y, es más, excepto en la versión de Dretske, no de premisas y, en consecuencia, esté en posición de emplear
necesita ni siquiera pensar que existe dicha razón; el estatus el argumento correspondiente. La posición externista parece
de su creencia como constitutiva de conocimiento (si es ver- simplemente abandonar este requisito general en casos donde
dadera) depende exclusivamente de la relación externa y, de la justificación adquiere cierta forma, y la pregunta es por qué
ningún modo, de su visión subjetiva de la situación. De modo esto debe aceptarse en estos casos cuando no se acepta en ge-
que no hay 1nás creencias e1npíricas que necesiten justificación neral. (Si en general fuese aceptado, entonces parecería que
y no hay regreso. cualquier creencia verdadera estaría justificada para cualquier
Ahora bien, queda claro que esa posición externista logra persona, y la distinción entre el conocimiento y la creencia ver-
eludir el problema del regreso y el argumento en contra del dadera se vendría abajo.) Dicho movimiento parece más bien
análogo a solucionar un regreso de causas con la simple esti-
2l Por un lado, Armstrong parece argumentar que no es un requisito para el
conocimiento que el stüeto de la creencia tenga "evidencia suficiente" para
pulación de que si bien la mayoría de los acontecimientos debe
su creencia, lo cual suena como un rechazo de la condición de la justifica- tener una causa, hay acontecimientos de cierto tipo que no lo
ción adecuada. Por el otro, parece querer decir que la presencia de la relación necesitan.
externa hace que sea racional para una persona aceptar una creencia, y parece Cualquier verosimilitud del externismo parece provenir del
(aunque esto no es claro) tener en mente una racionalidad epistémica; y al hecho de que si la relación externa en cuestión realmente su-
parecer no existe una diferencia sustancial entre decir que una creencia es
racional epistémicamente y decir que está justificada epistémicamente.
cede, entonces P no se equivocará al aceptar la creencia, y, de
98 LAURENCE BON.JOUR
CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 99

cierto rnodo, no es un accidente que esto resulte así. Pero sigue se obtenga la relación requerida entre el sujeto de la creencia
siendo confuso cómo se supone que estos hechos justifiquen y el rnundo, a la versión superficialmente menos radical que,
que P acepte B. Queda claro, por supuesto, que un observador según parece, sostiene Dretske, la cual requiere que P también
externo que supiera que P había aceptado B y que tan1bién crea que la relación externa se da, pero que no exige que esta
supiera que había una conexión legalifonne entre dicha acep- última creencia esté justificada. Esta perspectiva puede parecer
tación y la verdad de B estaría en condiciones de construir un un poco menos inadrnisible, pues al menos requiere que la per-
argumento que justifique su jlropia aceptación de B. De esta sona tenga alguna idea, si bien injustificada, de por qué B es
manera, P podría servir como un instrumento epistérnico útil, probablemente verdadera. Pero este carnbio no es suficiente
una especie de tennómetro cognitivo, para dicho observador
para salvar al externismo. Una manera de ver esto es supo-
externo (y, de hecho, el ejernplo del termórnetro es exactamen-
ner que la persona cree que la relación requerida se obtiene
te la analogía que Armstrong utiliza para ilustrar la relación
sobre una base totalmente irracional e irrelevante, e.g., como
que se supone que existe entre la persona que tiene la creencia
resultado de la lectura de h~jas de té o de estudiar las cartas
y el estado de cosas externo [pp. 166 y ss.]). Pero P misrna no
astrales. Si B fuera una creencia ordinaria, no básica, dicha
tiene ninguna razón para pensar que B es probablernente ver-
situación segurarnente impediría que estuviera justificada, y es
dadera. Desde su perspectiva, es un accidente que la creencia
difícil entender por qué el resultado debería ser diferente para
sea verdadera.--99
Y, por lo tanto, que .p. acepte B no es mas ra- >

una supuesta creencia básica.


cional o responsable desde un punto de vista epistémico de lo
Así que finahnente parece posible entender el externismo
que sería la aceptación de una creencia subjetivamente similar
sólo si pensamos que el externista simplemente abandona la
para la cual la relación externa en cuestión no existe. 23
noción tradicional de la justificación epistémica y junto con
Ni tampoco pa1 ;;ce de gran ayuda que las cosas pasen de
ella cualquier cosa que se asemeje a la concepción tradicional
la versión externista de Armstrong, la cual só]o necesita que
del conocimiento. (Como ya lo comenté, esto puede ser preci-
22
Una forma de plantear esto es decir que si una creencia tiene probabilida- samente lo que los partidarios del externismo piensan hacer,
des de ser verdadera o si, en contraste, es un accidente, el que sea verdadera aunque muchos de ellos no sean claros en este punto.) Con-
dependerá considerablemente de cómo se describa la creencia. Así, puede
siderernos entonces el resurnen final de Annstrong sobre su
ser verdadero de una o la misma creencia que sea "una creencia conectada
de una manera legaliforme con el estado de cosas que describe" y también concepción del conocimiento:
que sea "una creencia adoptada sin tomar como base ninguna evidencia pa-
tente''; y podría probablemente ser verdadera según la primera descripción e El conocimiento de la verdad sobre cuestiones de hecho particulaTes es
improbablemente ser verdadera en la segunda. La afirmación aquí es que es la una creencia que debe ser verdadera, donde el "debe" es una
propia concepción del sujeto de la creencia lo que se debería considerar para
cuestión de necesidad legaliforme. Dicho conocimiento es una re-
decidir si la creencia está justificada. (Algo análogo parece ser verdadero en
presentación fidedigna o "mapeo" de la realidad. (Armstrong
la ética: es correcto que el valor moral de la acción de una persona se juzgue
sólo en términos de la concepción subjetiva de esa persona sobre lo que está 1973,p.220)
haciendo, y no a la luz de lo que, al final, resulte de esto.)
2
:.¡ Obsérvese, sin embargo, que si resultara que las creencias que se encuen- Nada se menciona aquí sobre razones o justificación o eviden-
tran en la relación externa adecuada poseen alguna característica subjetiva-
cia o de tener derecho a estar seguro. De hecho, la idea misma
mente distintiva (tal como ser espontánea y demasiado convincente para el
stúeto de la creencia), y si el stúeto de la creencia notara empíricamente que del conocirniento como en esencia producto de la investiga-
las creencias que tienen esta característica son verdaderas la mayor parte del ción reflexiva, crítica y racional -central en la tradición epis-
tiempo, entonces él estaría en posición de construir una justificación para una temológica occidental- ha desaparecido aparentemente sin de-
creencia nueva del tipo esbozado al final de la sección II. Pero, por supuesto, jar rastro. Por supuesto que es posible que dicha concepción
una creencia justificada de esa manera ya no sería básica.
modificada del conocimiento pueda ser ineludible o incluso de
100 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 101

algún modo conveniente, sin embargo, constituye una solución directa1nente al mundo de lo no cognitivo; la diferencia crucial
al problerna del regreso o a algún otro problema que surja de es que para el partidario de la teoría de lo dado, a diferencia
la concepción tradicional del conocimiento sólo en el sentido del externista, el estado de cosas justifica torio en el mundo es
radical y relativamente poco interesante de que rechazar esa supuestamente aprehendido de alguna forma por el st~eto de la
concepción significa también rechazar los problernas que sur- creencia.
gen de ella. En este artículo me limitaré a soluciones rnenos La postura de lo dado que examinaré aquí es significativa-
radicales. mente más débil que las versiones más conocidas de la doc-
trina de la teoría de lo dado, por lo menos en dos aspectos
IV diferentes. En primer lugar, la presente versión no afirma que
La solución externista que acabarnos de discutir representa un lo dado (o, mejor dicho, la aprehensión del mismo) sea cierto
enfoque reciente de la justificación de las creencias básicas. La o incluso incorregible. Como se discutió antes, estas afirmacio-
segunda perspectiva que consideraré es, en contraste, tan vene- nes más contundentes no son esenciales para la solución del
rable que merece llamarse la solución fundacionista estándar al fundacionismo fuerte al problema del regreso. Si tienen algu-
problema en cuestión. Me refiero, por supuesto, a la doctrina na importancia en este contexto es sólo porque, como veremos,
tradicional de lo dado [givenness] cognitivo, que ha desempe- se puede pensar que el único y muy obvio panorama intuitivo
ñado un papel importante en las discusiones epistemológicas respecto de cómo se supone que funciona la perspectiva las
al menos desde Descartes. En años recientes, sin embargo, el implica. En segundo lugar, la teoría de lo dado, como se la
concepto de lo dado, corno el fundacionismo mismo, ha sido entiende aquí, no entraña la estipulación usual que sólo puede
objeto de ataques serios. Uno de los resultados finales de la darse a nuestros estados mentales privados y sensoriales. Es
discusión generada ha sido comprender que existen muchas posible que existan o no otras razones que nos hagan pensar
nociones diferentes de la teoría de lo dado, relacionadas unas que éste efectivamente es el caso, pero dicha restricción no for-
con otras de 1naneras complicadas, las cuales muy seguramen- Ina parte de la posición misma. Por lo tanto, posturas como la
te hacen agua o se vienen abajo. Por lo tanto, estaría bien co- de C.I. Lewis, para quien lo dado se limita a estados privados
menzar por formular la noción exacta de la teoría de lo dado, la aprehendidos con certeza, y posturas co1no la de Quinton, para
cual es pertinente en este contexto, y diferenciarla de algunas quien los estados de cosas físicos ordinarios son dados sin que
concepciones relacionadas. intervenga ninguna afirmación de certeza o incorregibilidad,
En el contexto del problema del regreso epistémico, la teoría serán consideradas como versiones de la teoría de lo dado.
de lo dado equivale a la idea de que las creencias básicas están Como ya vin1os, la idea de lo dado ha sido criticada rotun-
justificadas por referencia, no a otras creencias, sino más bien a darnente en la discusión filosófica reciente, y ha sido rechazada
estados de cosas en el mundo que "se perciben inmediatamen- como pieza de la mitología filosófica. Pero, por lo menos, gran
te" o "se presentan directamente" o "se intuyen". Esta justifica- parte de esta crítica tiene que ver con la afirmación de certeza
ción por referencia a estados de cosas no cognitivos supuesta- en favor de lo dado o con la restricción a los estados privados y
mente evita así la necesidad de cualquier otra justificación y, subjetivos. Y algunos de ellos por lo menos tienen que ver con
por lo tanto, detiene el regreso. De alguna forma, la estrategia temas de filosofía de la mente, los cuales están poco relacio-
básica de la teoría de lo dado (como llamaré a las posturas de nados con nuestras inquietudes epistemológicas actuales. Por
este tipo) se asemeja entonces a la de las posturas externistas lo tanto, aun si las objeciones que se ofrecen son eficaces en
consideradas anteriormente. En ambos casos, se evita apelar a contra de otras versiones rnás fuertes de la teoría de lo dado,
otras creencias en busca de justificación para las creencias bá- todavía no queda claro si se aplican a la versión más modesta
sicas, que es lo que genera el problema del regreso, apelando que se discute aquí ni cómo se aplican. Se plantea la posibili-
102 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO E1\t1PÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 103

dad de que probablemente la teoría modesta de lo dado no sea mente aprehendido no es él Inisino una creencia u otro estado
un mito, aun cuando otras variedades ambiciosas lo sean, re- cognitivo.)
sultado que daría al fundacionista epistemológico todo lo que Considérese entonces una supuesta creencia básica que-p, la
realmente necesita, incluso si a menudo, en un estado de co- cual se supone que está justificada por referencia a lo dado o
dicia filosófica, ha buscado mucho más. En lo que sigue, sin a un estado de cosas inmediatan1ente aprehendido que-p. Cla-
embargo, esbozaré un argu1nento que, si está en lo correcto, ranlente, lo que justifica la creencia no es el estado de cosas
mostrará que incluso la teoría modesta de lo dado es una pos- sirnjJliciter, pues pensar eso sería tanto cmno regresar a una for-
tura insostenible. 24 ma de externis1no. Para el partidario de la teoría de lo dado, lo
El argumento que me propongo desarrollar depende de un que justifica la creencia es la aprehensión inmediata o la intuición
problema dentro de la postura de lo dado que es sorprenden- del estado de cosas. Así, parece que tenernos tres elementos en
temente fácil de ignorar. Por lo tanto procederé de la siguiente la situación: la creencia, el estado de cosas que es el o~jeto de
manera. Primero estableceré el problema de manera inicial, la creencia, y la intuición o la aprehensión inmediata de ese
después lo ilustraré mostrando cómo surge en una versión re- estado de cosas. El problema que se plantea gira en torno a
ciente de la teoría de lo dado, y, por último, consideraré si es la naturaleza del últiino de estos elen1entos, la intuición o la
posible alguna solución convincente. (Para los propósitos de aprehensión in1nediata (de aquí en adelante utilizaré principal-
esta discusión, será útil establecer dos supuestos sencillos, sin mente el primer término). Parece haber un estado cognitivo,
los cuales el argumento sería 1nás complicado, pero que no lo tal vez de algún modo de un tipo 1nás rudimentario que una
alteran de un n1odo esencial. En primer lugar, supondré que la creencia, el cual involucra la tesis o la afirmación que-p. Ahora
creencia básica que estaría justificada por referencia a lo dado, bien, si esto es correcto, es bastante fácil entender en términos
o al estado de cosas inmediatamente aprehendido, es sólo la generales cómo puede servir una intuición para justificar una
creencia de que este n1ismo estado de cosas existe. En segun- creencia con este mismo contenido asertivo. El proble1na es
do lugar, asumiré que lo dado o el estado de cosas inmediata- entender por qué la intuición, que involucra co1no lo hace la
24
tesis cognitiva de que-p, no requiere ella rnisrna justificación.
Sospecho que algo parecido al argumento que expondré aquí está escon-
dido en alguna parte de "Empiricism and the Philosophy of Mind" (1963)
Si se re~ponde que la intuición está justificada por referencia
de Sellars (reimpreso en Sellars 1991, pp. 127-196), pero es difícil asegu- al estado de cosas que-p, entonces la pregunta será por qué
rarlo. Un argumento más reciente de Sellars, bastante más cercano en apa- esto no requeriría una segunda intuición u otra aprehensión
riencia al argumento que se ofrece aquí, está incluido en "The Structure of del estado de cosas para justificar la original, pues, de otra
Knowledge", las conferencias para la Fundación Machette que impartió en rnanera, uno y el Inisino estado cognitivo debe constituir, de
la Universidad de Texas en 1971, y que aparecen en Castaüeda 1975, Confe-
rencia III, secciones III-IV. También Neurath y Hempel plantearon una argu-
algún 1nodo, tanto una aprehensión del estado de cosas, como
mentación similar. Véase Otto Neurath, "Protocol Sentences", traducido en una justificación de esa nlisn1a aprehensión, con lo cual estaría
Ayer 1959, pp. 199-208; y Hempel 1934-1935. El artículo de Hempel es, en intentando no echar 1nano 1nás que de sus propios recursos
parte, una respuesta a la crítica fundacionista de Neurath que hizo Schlick cognitivos. Esto nos recuerda la afinnación de Chisholn1_ sobre
en "The Foundation of Knowledge", también traducido e incluido en Ayer que ciertos estados cognitivos se justifican a sí 1nismos, 2 ::> pero
1959, pp. 209-227. Schlick respondió a Hempel en "Facts and Propositions",
ese cmnentario su1na1nente paradójico difíciln1ente constituye
y Hempel respondió en "So me Remarks on 'Facts' and Propositions", ambos
textos incluidos en Analysis, vol. 2, 1934-1935, pp. 65-70 y 93-96, respecti- una explicación de cón1o es posible esto.
vamente. Aunque el argumento Neurath-Hempel fusiona temas que tienen Si, por otro lado, una intuición no es un estado cognitivo y,
que ver con la verdad y temas que tienen que ver con la justificación de una por consiguiente, no involucra una aprehensión cognitiva del
manera enredosa y confusa, saca a relucir la oqjeción fundamental a la teoría
de lo dado. 25
Chisholm 1964, pp. 270 y ss.
LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 105
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estado de cosas en cuestión, entonces se vuelve innecesaria una La dificultad con la explicación de Quinton sale a la luz más
justificación para la intuición, pero al alto costo de no. ent~n­ claramente en su discusión sobre la relación que guarda con la
der cómo se supone que la intuición justifica la creenna. Sr la teoría de la correspondencia de la verdad:
persona en cuestión no tiene una aprehen~ión cognitiva de. ese
La teoría de los enunciados básicos está conectada estrechamen-
estado de cosas (o de cualquier otro) en vrrtud de tener drcha
te con la teoría de la correspondencia de la verdad. En su forma
intuición, entonces ¿cómo la intuición le da una razón para pen- clásica, esa teoría sostiene que a cada enunciado verdadero, sea
sar que su creencia es verdadera o probablemente verdad~ra? cual sea su forma, corresponde un hecho de la misma forma. La
Parece que regresamos nuevame~te a una postura ~xter~rst~, teoría de los enunciados básicos indica el punto en el cual se esta-
que era todo lo que se buscaba evrtar con la categona de rntur- blece la correspondencia, en el cual el sistema de creencias crea
ción o de lo dado. su contacto justificatorio con el mundo. (Quinton 1973, p. 139)
Para ilustrar este problerr1a, considérese la versión de Quin-
ton sobre la teoría de lo dado, esbozada en su libro The Nature Y posteriormente observa que la verdad de los enunciados bá-
of Things (1973). 26 Como se observó ante:iormente, las cre.e/n- sicos "está determinada directamente por su correspondencia
cias básicas pueden, de acuerdo con Qurnton, tener rela~ron con el hecho" (p. 143). (Está claro que aquí "determinado" sig-
con estados de cosas perceptibles y ordinarios, y no necesrtan nifica "determinado epistémicamente".) Ahora bien, una cono-
ser ciertas o incorregibles. (Quinton utiliza la frase "creencia cida objeción idealista aunque todavía con fuerza que se plan-
intuitiva" como equivalente de "creencia básica", que yo he es- tea a la teoría de la verdad como correspondencia es que, si la
tado usando, y llama "enunciado básico" a la expresión lingüís- teoría fuera correcta, nunca podríamos saber si alguna de nues-
tica de una creencia intuitiva; también parece que pone poca tras creencias era verdadera, pues no tenemos una perspectiva
atención en la diferencia que hay entre creencias y enuncia- externa a nuestro sisterna de creencias desde la cual ver si co-
dos, términos que utiliza indistintamente. En general, yo haré rresponden o no corresponden. Sin embargo, Quinton parece
lo mismo que él.) Entonces, "este libro es rojo" podría ser, en suponer un tanto despreocupadamente que la intuición o la
un contexto apropiado, una afirmación básica que expres~ una conciencia directa proporciona justo dicha perspectiva, desde
creencia básica o intuitiva. Pero, ¿cómo se supone que diChos la cual podemos, en algunos casos, aprehender tanto las creen-
enunciados básicos (o las creencias correlativas) están justifica- cias como el mundo, y juzgar si corresponden o no. Además
dos? Aquí la explicación de Quinton, por encima de la insisten- ostensiva y afirmando, de hecho, que el tipo de conciencia involucrada en la
cia en que no están justificados por referencia a otras creen- justificación intuitiva de una creencia básica es la misma que la involucrada
cias, es seriamente confusa. Explica más bien vagamente que en una situación de definición ostensiva. Pero esa comparación no ayuda mu-
la persona está "consciente" (p, 129) o está "directamente cons- cho, al menos por dos razones. En primer lugar, como Wittgenstein, Sellars, y
otros han argumentado, la noción de definición ostensiva es en sí misma bas-
ciente" (p. 139) del estado de cosas apropiado, o que la persona
tante problemática. De hecho, una objeción completamente análoga a ésta en
tiene "conocimiento directo" (p. 126) de éste, pero no da una contra de la noción de creencia básica podría surgir en contra de la noción de
explicación real de la naturaleza o el estatus epistemológico de definición ostensiva; y esta objeción, si acaso refutable, sólo podría contestarse
este estado de "conciencia directa" o "conocimiento directo", si se interpretara la conciencia involucrada en la ostensión de tal manera que
aunque parece claro que se está suponiendo que se trata de un no fuera de ayuda para el fundacionista en la presente discusión. En segundo
estado cognitivo de algún tipo. (En particular, no queda claro lugar, más directamente, incluso si la noción de la definición ostensiva fuera
27 completamente inobjetable, no sería necesario para este tipo de conciencia el
el significado de "directo", más allá de "no inferencia!" .) que estuviera justificada. Si de lo que se trata es de aprender el significado de
26 En esta sección, las referencias que aparecen entre paréntesis son a este una palabra (o adquirir un concepto), entonces la justificación es irrelevante.
Por consiguiente, la existencia de definiciones ostensivas no mostraría cómo
libro.
27 Quinton nos aclara un poco aquí, recurriendo a la noción de definición
podría haber creencias básicas.
106 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO E:MPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 107

supone de algún modo que el terna de la justificación no surge pero no necesitan ser causados; semiexjJlanatia, los cuales pue-
para las aprehensiones hechas desde esta perspectiva, aunque den explicar, pero no necesitan ser explicados; y sernicreencias,
no da ninguna explicación de cómo o por qué es así. las cuales pueden justificar, pero no necesitan estar justificadas.
Mi propuesta aquí es que no se puede dar esa explicación. La cuestión no es que un movimiento así siempre esté equivo-
Corno se indicó antes, el partidario de la teoría de lo dado cado (aunque sospecho que lo está), sino simplemente que la
está atrapado en un dilema fundamental: si sus intuiciones o naturaleza y la posibilidad de un conveniente freno para el re-
aprehensiones inmediatas se interpretan corno cognitivas, en- greso necesite corno rnínilno establecerse y explicarse clara y
tonces ambas serán capaces de dar justificación y ellas mismas conYincenten1ente antes de que pueda constituir una solución
la necesitarán; si son no cognitivas, entonces no necesitan jus- satisfactoria para cualquier problema del regreso.
tificación, pero también son, aparentemente, incapaces de pro- La principal explicación que a menudo ofrecen los partida-
porcionarla. É.sta, en el fondo, es la razón por la que la teoría rios de la teoría de lo dado sobre dichos estados sernicognitivos
epistemológica de lo dado es un mito. 28 está bien planteada por los términos en los que se describen las
aprehensiones inmediatas o intuitivas: "inrnediato", "directo",
Una vez que se entiende el problema claramente, la única
"presentación", etc. La idea subyacente aquí es la de confronta~
solución posible parece ser establecer la diferencia afirrnando
ción: en la intuición, la n1ente o la conciencia se confronta di-
que una intuición es un estado sernicognitivo o cuasicogniti-
~ectarnen~e ~on su o~jeto, sin la intervención de ningún tipo de
vo, 29 el cual se parece a una creencia en su capacidad de pro-
rntern1edrano. Es en este sentido que el o~jeto se da a la mente.
porcionar justificación, mientras que difiere de una creencia
La metáfora fundarnental que subyace en todo este panorama
porque ella rnisrna no requiere justificación. De hecho, una
~s la vis.ión: la mente o la conciencia se compara con un ojo
concepción así parece estar implícita en la mayoría de las pos-
rnn;at~nal, y el o~jeto de la conciencia intuitiva es aquel que
turas de lo dado, si no es que en todas. Pero cuando se plantea
esta d1rectan1ente frente al qjo mental y abierto a su mirada.
de una manera tan llana, esta "solución" al problema parece
Si tornáramos en serio esta metáfora, se volvería relativamen-
irremediablemente artificiosa y ad hoc. Si ese movimiento es
te simple explicar cómo puede haber un estado cognitivo que
aceptable -nos inclinarnos a protestar- entonces una vez más
pueda justificar, pero que no requiera justificación. (Si la rne-
cualquier tipo de regresión podría resolverse de una manera si-
t~fora se tmna lo suficiente1nente en serio corno para hacer un
milar. Simplemente postular un término final en el regreso que
b1en real al fundacionista, se vuelve admisible sostener que los
sea lo suficientemente parecido a los ténninos previos en cuan-
estados cognitivos intuitivos resultantes tendrían, después de
to a satisfacer, en relación con el penúltimo término, el tipo
todo, que ser infalibles. Porque si se va a excluir toda necesi-
de necesidad o ímpetu que originalmente generó el regreso;
dad de justificación, al parecer la relación prevista de confron-
pero que sea suficientemente distinto de los términos previos
tación debe concebirse corno demasiado interna para pennitir
corno para no requerir él mismo satisfacción de otro término.
cu~lquie1~ posibilidad de error. En la medida en que esto sea
Por lo tanto, tendríamos sernisucesos, los cuales podrían causar
as1, los diferentes argurnentos que se han dado en contra de la
28 Obsérvese, sin embargo, que rechazar lo dado epistemológico no nece-
noción de estados cognitivos infalibles tarnbién valen en contra
sariamente descarta otras versiones de la teoría de lo dado que pueden ser de esta versión de la teoría de lo dado.)
importantes para otros problemas filosóficos. En particular, todavía puede Sin embargo, parece claro que, por desgracia, la metáfora
haber versiones factibles de la teoría de lo dado que representen un obstáculo del qjo rnental no resistirá un escrutinio serio. La mente, cual-
para las perspectivas materialistas de lo. filosofía de la mente. Para distinciones quier otra cosa que pueda ser, no es un qjo ni, hasta donde sa-
útiles entre distintas versiones de la teoría de lo dado, y para una discusión
bernos, nada parecido a un ojo. En última instancia, la metáfora
sobre su importancia en la filosofía de la mente, véase Cornman 1972.
29 Compárese la noción husserliana de "conciencia pre-predicativa". es den1asiado silnple corno para ser siquiera n1ínirnarnente ade-
108 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 109

cuada para la complejidad de los fenórnenos mentales y para la nar. N o parece haber una manera de explicar cómo un estado
diversidad de condiciones de las cuales dichos fenómenos de- cognitivo básico, llámese creencia o intuición, puede estar di-
penden. Esto no equivale a negar que existe un atractivo intui- rectamente justificado por el mundo sin caer nuevamente en
tivo considerable hacia el modelo de la confrontación, especial- el externismo -y de allí, en el escepticismo-. Concluiré con
mente cuando se aplica a la conciencia perceptual, sino sólo a tres con1entarios adicionales cuyo objeto es evitar ciertos tipos
insistir en que este atractivo es demasiado vago en su contenido posibles de malos entendidos. El prin1ero: es natural, en este
como para respaldar adecuadan1ente a los tipos muy específi- sentido, tratar de justificar las creencias básicas recurriendo a
cos de resultados epistemológicos que necesita el fundacionista la experiencia. Pero hay una ambigüedad común en el término
fuerte. En particular, incluso si el conocimiento empírico en "experiencia", que de hecho desdibuja la distinción crucial en
algún mon1ento involucra algún tipo de confrontación o apa- la cual descansa el argumento anterior. Entonces "experiencia"
rente confrontación, esto en sí misnw no proporciona ninguna puede significar experimentar ( i. e., un estado cognitivo) o algo
razón clara para atribuir justificación o fiabilidad epistémica, experimentado (i.e., un objeto de la cognición). Y una vez que
menos aún certeza, a los estados cognitivos resultantes, como se resuelve esta ambigüedad, el concepto de experiencia pare-
sea que se los llame. ce no servirle particularmente al partidario de la teoría de lo
Además, aparte de las vicisitudes de la metáfora del ojo men- dado. El segundo: me he enfocado, por n1era simplicidad, en
tal, existen poderosas razones independientes para pensar que la versión de la teoría de lo dado propuesta por Quinton, en la
intentar defender la teoría de lo dado haciendo uso de la idea cual los estados de cosas físicos ordinarios están entre las cosas
de un estado semicognitivo o cuasicognitivo es algo básicamen- que son dadas. Pero la lógica del argumento sería esencialmen-
te equivocado. La idea básica, después de todo, es distinguir te la misma si se aplicara a una versión más tradicional como
entre dos aspectos de un estado cognitivo, su capacidad para la de Lewis, en la que son las experiencias privadas lo dado, y
justificar otros estados y su propia necesidad de justificación, y no veo que el resultado final sea diferente -aunque tal vez se-
después tratar de encontrar un estado que posea sólo el primer ría difícil discernir, especialmente en casos donde la supuesta
aspecto y no el segundo. Pero al reflexionado parece claro que creencia básica es una creencia sobre otro estado cognitivo-. El
estos dos aspectos no pueden separarse, que es una y la mis- tercero: obsérvese cuidadosamente que el problema planteado
ma característica de un estado cognitivo, a saber, su contenido aquí con respecto a la teoría de lo dado es un problema lógico
asertivo, el cual le permite conceder justificación a otros esta- (en un sentido amplio de "lógico"). Por lo tanto, sería un error
dos y le exige que él mismo esté justificado. Si esto es correcto, pensar que puede resolverse simplemente señalando algún tipo
entonces no sirve de nada introducir estados semicognitivos en de estado que intuitivamente parecería tener los tipos adecua-
un intento por justificar las creencias básicas, ya que en alguna dos de características; el problema es entender cómo es posible
medida dicho estado es capaz de conceder justificación, y en que un estado tenga esas características. (El error sería análogo
esa misma medida requerirá justificación. De modo que aun si al que ocasionalmente se comete en relación con el problema
dichos estados existen, no le son útiles al partidario de la teoría del libre albedrío: el error de tratar de resolver el problema ló-
de lo dado para tratar de contestar la objeción que aquí está en gico de cómo una acción puede no estar determinada, pero
discusión. 30 tampoco ser meramente aleatoria, señalando un acto subjetivo
Por lo tanto, la respuesta que da el partidario de la teoría de esfuerzo o un estado similar, que parece satisfacer intuitiva-
de lo dado al argumento antifundacionista parece no funcio- nlente esa descripción.)
30
Por consiguiente, el fundacionismo parece estar condenado
Es interesante observar que Quinton parece ofrecer una crítica análoga
por su propio ímpetu interno. Parece no haber ninguna ex-
de la teoría de lo dado en un trabajo previo, "The Problem of Perception",
reimpreso en Swartz 1965, pp. 497-526; cfi: especialmente la p. 503. plicación disponible en cuanto a cómo una creencia ernpírica
110 LAURENCE BONJOUR CONOCIMIENTO EMPÍRICO Y FUNDAMENTACIÓN 111

puede estar justificada genuinamente en un sentido epistémico Chisholm, R.M., 1966, Theory ofKnowledge, Prentice-Hall, Englewood
Cliffs.
y, al mismo tie1npo, evitar cualquier referencia a más creencias
Cornman, J.W., 1972, "Materialism and Sorne Myths about Sorne
empíricas o cogniciones que requerirían ellas mismas justifica-
Givens", The Monist, vol. 56, no. 2, pp. 215-233.
ción. ¿cómo se resolverá entonces el problema epistémico del Dretske, F.I., 1969, Seeing and Knowing, Routledge and Kegan Paul,
regreso? La dirección natural en la cual hay que buscar una res- Londres.
puesta es la teoría de la coherencia del conocimiento e1npírico Firth, R., 1964, "Coherence, Certainty, and Epistemic Priority", The
y la concepción de justificación no lineal asociada, que breve- jouTnal of Philosophy, vol. 61, no. 19, pp. 545-557.
mente mencioné con anterioridad. 31 Pero los argumentos por Gettier, E.L., 1963, "Is Justified True Belief Knowledge?", Analysis,
eliminación son, en el m~jor de los casos, peligrosos: puede vol. 23, no. 6, pp. 121-123.
haber otras alternativas aún no formuladas; y todavía amenaza Goldman, A.I., 1967, "A Causal Theory of Knowing", The ]manal of
la posibilidad de que el problema del regreso epistémic? a la PhilosojJhy, vol. 64, no. 12, pp. :)57-372.
larga pueda servir de ayuda y consue1o so/1 o a 1 escept1co.
/ . 39- Goodman, N., 1952, "Sense and Certainty", Philosophical Review,
vol. 61, no. 2, pp. 160-167.
[Traducción de Claudia Chávez Aguilar] Barman, G., 1973, Thought, Princeton University Press, Princeton.
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31 Para una discusión sobre dicha teoría de la coherencia, véase Bonjour Philosophy, vol. 65, no. 6, pp. 157-170.
1976.
32 Estoy agradecido con mis amigos Jean Blumenfeld, David Blumenfeld,

Hardy.Jones,Jeff Pelletier y Martin Perlmutter por sus comentarios extrema-


damente útiles a una versión anterior de este artículo.
II
Teorías coherentistas
de la justificación epistémica
INTRODUCCIÓN

PATRICIA KING DÁVALOS

En la sección anterior hemos pasado revista a los principales


argumentos en pro y en contra de la propuesta fundacionista
para guiar el trab~jo de justificación epistémica de las creen-
cias. Toca ahora el turno -y no sólo por seguir un orden cro-
nológico, como vere1nos- de hacer otro tanto con la propuesta
coherentista. El argu1nento positivo descansa en el artículo de
1976 de Laurence BonJour "La teoría coherentista del cono-
cimiento e1npírico", que es justamente la referencia n1ás reco-
nocida. Este artículo ya recoge varias de las objeciones más im-
portantes que se le hacen, de suerte que el argumento negativo
se complementa en esta sección con el publicado por Richard
Fumerton en 1992, "Una crítica al coherentismo".
Se recordará, y ahora podrá apreciarse más concretamente,
que en la introducción general a este volumen se presentó al
coherentista de forma concisa como aquel que "cree que la
justificación de cualquier creencia consiste en tener razones para esa
creencia" (p. 12). Esta idea se precisaba definiendo el coheren-
tismo co1no la posición cuya orientación central para dirigir
y evaluar la justificación epistémica consiste en asumir que
"nuestras creencias sólo pueden justificarse a través de sus rela-
ciones de inferencia con otras creencias y, en última instancia,
de la coherencia de estas relaciones en nuestro sistema total de
creencias" (p. 12). Como aceptar esto implica rechazar la exis-
tencia de creencias básicas en sentido fundacionista, la misma
introducción concluye con una afirmación que ahora ya habrá
adquirido 1nayor contenido: "el coherentismo se opone de ma-
nera directa al fundacionismo" (p. 12).
El término "coherencia" dista mucho de tener un significa-
do tan preciso como, por ejemplo, el de "consistencia", al que
está fuertemente asociado pero respecto del cual quiere decir
116 PATRICIA KING DAVALOS INTRODUCCIÓN 117

algo más y tnás positivo: no sólo que no haya contradicción El propósito central de esta introducción es reflexionar en lo
entre dos creencias, sino que haya algún tipo de apoyo epis- dicho hasta aquí, a la luz de los textos que estamos por discutir,
témico entre ellas. Una serie de creencias sin relación alguna para precisar y evaluar los alcances y la profundidad que el pun-
entre sí no son inconsistentes, pero tatnpoco son coherentes; to de esta controversia puede encerrar dentro de sí, en especial
y una serie puede tener más relaciones de apoyo entre sí que con respecto a la pregunta sobre la tnejor 1nanera de conducir
otra, sin que ninguna de ellas tenga inconsistencias. Si sólo se los trabajos de justificación epistétnica y, 1nás en general, de
reconoce un tipo de apoyo, el deductivo, entonces el térrnino producción del conocirniento -pregunta que, como tan1bién
"coherencia" no tiene nada que aportar al de inferencia lógica. se decía en la introducción general, es el eje sobre el cual giran
Pero si se reconoce otro tipo de apoyo entre creencias, como el todos los textos aquí recopilados-. Esta reflexión, creo, ayuda-
probabilístico o el heurístico, entonces el ténnino "coherencia" rá a justificar que, después de que el fundacionismo fuera el
sí puede desempeñar un papel importante, aunque sin duda centro de nuestra atención (en esta antología y durante el siglo
difícil, para cor~jugarlos. pasado), le llegara al coherentismo el turno, no de ser el centro,
En la primera mitad del siglo XX, C.I. Lewis convirtió a pero sí de ser considerado seriamente.
Bosanquet y Reichenbach en prototipos para definir el cohe-
rentisrno como rival fundamental de su fundacionismo. Bon- l. El argumento de Bonjour
Jour retorna aspectos importantes de ambos para formular su
BonJ our se extiende en su propuesta coherentista para detener
versión "relativamente pura" del coherentismo. Reichenbach
el regreso. Para ello introduce algunas consideraciones. Con
había estudiado especialrr1ente la cuestión del apoyo probabi-
referencia a su distinción entre inferencia lineal y no lineal y,
lístico; para el fundacionisrno de Lewis, poner este tipo de apo-
en relación con ella, sus nociones de coherencia y de justifica-
yo como fundame11co equivalía a equiparar la credibilidad de
ción del siste1na de creencias en su conjunto (si es coherente,
una justificación epistérnica con la credibilidad de una ~ove­
entonces está justificado) como cornponente necesario para la
la de ficción. Por otro lado, Bosanquet era un neohegehano
justificación de cada creencia. Me parece que todo esto se ex-
que definía el apoyo entre creencias en términos que, si bien
pone con suficiente claridad en el texto de Bonjour (salvo por
son extremadatnente 1netaflsicos, no por ello dejan de tener su
su relación con la probabilidad, sobre la que tenemos que ha-
racionalidad. Entendía la lógica como naturaleza de la expe-
blar después). Boruour formula detenidamente cuáles son las
riencia, cuya "ley suprema" es aquel "impulso hacia la unidad
principales objeciones a las que, reconoce, está obligado a res-
y la coherencia" por el cual "cada fragmento se siente atraí-
ponder un coherentismo que quiera estar justificado. Se trata
do hacia el todo al cual pertenece"; y añadía que, por su na-
de tres objeciones que se han presentado en contra de su tesis
turaleza, la razón demanda de modo absoluto "la totalidad y
de que "si un sistema de creencias es coherente, entonces está
la consistencia". De cualquier forma, Bonjour reconoce, en el
justificado". Brevemente, las tres objeciones que se consideran
artículo que aquí incluimos, que el coherentismo --pero tan1-
"fatales" contra esa tesis son las siguientes:
bién el fundacionismo- requiere mucho más trabajo para pre-
cisar el concepto de coherencia. ( 1) para el coherentismo, dos siste1nas de creencias distin-
Aun con esta ambigüedad en el significado que hay que tos que sean igualmente coherentes estarían igualmente
darle al término "coherencia", me parece que, para empezar justificados;
esta nueva sección va están suficientemente claras dos cosas, el (2) para el coherentismo, una creencia empírica se podría
punto de controver~sia y su carácter excluyente: o algunas creen- justificar al rnargen de su insu1no o input del rr1undo,
cias están justificadas de manera no inferencia! o toda justifica- porque bastaría con que su inclusión en el sistema de
ción es necesariarnente inferencia!. creencias no lo volviera incoherente;
118 PATRICIA KING DAVALOS IN fRODUCCIÓN 119

(3) salvo que ta1nbién defina la verdad como mera cohe- vamente a cuatro proble1nas: el del regreso, el del relativismo,
rencia -lo que constituiría una metafísica absurda-, el el del conocimiento e1npírico, y el de la conexión conceptual
coherentismo rompería toda conexión entre la justifica- entre justificación y verdad. En otras palabras, ofrece una justi-
ción y la verdad y, por tanto, quedaría impedido de sa- ficación "tentativa" de su creencia de que el coherentismo puro
tisfacer un requisito mínimo de la justificación: que si 1nás el requisito observacional es la alternativa fundamental al
buscas creencias justificadas es probable que encuentres fundacionismo.
creencias verdaderas. Ante la insistencia de BoqJour en que sólo se trata de una
defensa, y de que, aun como mera defensa, es preliminar, ten-
En las secciones tercera y cuarta, Bonjour se propone res- tativa, no debe sorprendernos lo que 1nuestra el artículo de
ponder una por una estas objeciones reconociéndolas como ta-
Fumerton, escrito casi quince años después: que esos mismos
les, es decir, asumiendo que el coherentismo no sería una alter-
cuatro proble1nas, 1nás el relativo a la noción de coherencia,
nativa si tales objeciones estuvieran justificadas. BoqJour hace
siguen en discusión, además de que se han planteado otros.
una distinción entre las tres oqjeciones, según la cual la prime-
Fumerton añade a los problemas ya mencionados otro que,
ra es la más conocida, la tercera "es la más básica" (las cursivas
son mías) y la segunda es una "condición esencial" para res- en mi opinión, es especialmente relevante. El problema añadi-
ponder a las otras dos, de aquí el título del artículo: "La teo- do por Fumerton, conocido como "la paradqja de la lotería",
ría coherentista del conocimiento empírico", y de aquí también muy bien puede remontarnos de nuevo hasta aquella famosa
su definición de coherentismo "relativamente puro": un cohe- declaración de Lewis contra el probabilismo.
rentismo que debe satisfacer el "requisito observacional", es Discutámosla con un ~jemplo. Se venden un millón de bo-
decir, exigir que un sistema de creencias, para ser un sistema letos de lotería entre un nlillón de personas. Parece de sentido
de conocimiento empírico, debe incluir una serie de creencias común decir que estoy justificado en creer de cada persona que
generales (él las llama "principios") que sostienen, respecto de va a perder, y al mismo tiempo decir que estoy justificado en
una variedad de tipos de creencias espontáneas (por ejemplo, creer que alguna va a ganar. Esto, según Furnerton, es una in-
creencias perceptuales o introspectivas), que éstas son proba- consistencia en mi sistema de creencias. Corno el coherentismo
blemente verdaderas en determinadas condiciones. acepta que la coherencia implica consistencia, y mi sistema de
Lo más básico para Bonjour es, pues, responder positivamen- creencias es inconsistente, entonces no es coherente; ergo, no
te a (3), es decir, mantener la conexión entre justificación y está justificado. Por consiguiente, para el coherentismo tampo-
verdad. co estoy justificado en creer de cada persona que va a perder, ni
en creer que alguna va ganar. Así presentado, el coherentismo
2 . Los problemas sin resolver sería absurdo. Fu1nerton saca con1o conclusión algo que no se
sigue: que hay que admitir que existen creencias justificadas
En resumen, BonJour reconfigura el coherentismo como un
inconsistentes y que la coherencia no es una condición necesa-
coherentismo "puro" más un "requisito observacional", es de-
ria de la justificación. Sostiene, más en general, algo que sí es
cir, ( 1) toda creencia se justifica de forma inferencia! con base
cierto: que el siguiente razona1niento es una falacía:
en un sistema de creencias que esté justificado; (2) un sistema
de creencias está justificado en la medida en que es coherente
y, además, cumple con el requisito observacional. Sobre esta S cree justificada1nente que p
base, y aun asumiendo que la noción de coherencia requiere S cree justificadan1ente que q
mayor precisión, hace una defensa "preliminar" de este cohe-
rentismo en términos de su capacidad para responder positi- S cree justificadamente que j7 y q
120 PATRICIA KING DAVALOS INTRODUCCIÓN 121

(si S tiene dos creencias justificadas, que p y que q, entonces Davidson, D., 1986, "A Coherence Theory ofTruth and Knowledge",
S cree justificadarr1ente que p y q). En otras palabras, la creen- en Ernest LePo re (comp.), Truth and Inte·rpretation: Perspectives on
cia justificada no es distributiva respecto de la conjunción. the Philosophy of Donald Davidson, Blackwell, Oxford/Nueva York,
Lo que hay que notar es que los problemas que quiso resol- pp. 307-319.
ver Bonjour siguen abiertos a discusión; aunque también puso Earman, J., 1992, Bayes or Bust?: A Critica! Examination of Bayesian
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de rr1anifiesto nuevos, algunos de ellos más profundos. No obs-
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tante, el propósito de su artículo era que el coherentisrno fuera
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considerado seriamente como alternativa. N o cabe duda que
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LA TEORÍA COHERENTISTA
DEL CONOCIMIENTO EMPÍRICO

LAURENCE BüNJOUR

En un artículo escrito para un simposio conmemorativo sobre


la filosofía de C.l. Lewis, Roderick Firth señala que a Lewis
le gustaba confrontar a sus estudiantes de epistemología de
Harvard con una elección fundamental entre una teoría funda-
cionista del conocimiento basada en "lo dado", como la defen-
dida tan hábilmente en el propio libro de Lewis, y "una teoría
coherentista como la de Bosanquet". 1 Como señala Firth, hay
muchos puntos de vista filosóficos diferentes a los que se ha
llamado "teorías coherentistas", incluyendo teorías de la ver-
dad y del significado; pero lo que Lewis parecía haber tenido
primordialrnente en mente es una teoría coherentista de la jus-
tificación epistémica: el punto de vista de que el respaldo o la
autoridad epistémica de los enunciados empíricos deriva en-
teramente de la coherencia, de ninguna manera de algún tipo
de "fundamento". 2 Como la versión fuerte del fundacionismo
de Lewis está por ahora en decadencia en todas partes, parece
apropiado examinar la alternativa bosanquetiana.
El propósito de este artículo es explorar, y tentativamente de-
fender, un enfoque de tipo bosanquetiano, al cual llamaré "teo-
ría coherentista del conocimiento empírico" (TCCE). Como se
discute aquí, la TCCE no debe identificarse con ningún punto
de vista histórico específico, aun cuando tenga afinidades ob-
vias con alguno de ellos. Más bien intenta ser una reconstruc-

1 Firth 1964; reimpreso en Chisholm y Swartz 1973, p. 459. Los folios que

aquí se citan corresponden a esta edición.


2 Firth 1964, pp. 460, 463.
126 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 127

ción idealizada de una teoría relativamente pura de la coheren- obviamente, una condición necesaria para tal justificación in-
cia, que evita todas las versiones del fundacionismo. 3 ferencia! es que las creencias a las que se apela como premi-
Aunque a rnenudo puntos de vista como el de la TCCE se sas estén, de algún modo, ellas mismas justificadas; que una
e1nplean cmno espantajos dialécticos, rara vez se han tratado creencia se siga de creencias injustificadas no le provee jus-
como alternativas epistemológicas serias, ya que se han consi- tificación alguna. Ahora bien, las creencias-premisa también
derado s~jetos a obvias e insuperables objeciones. Por lo tanto, pueden estar justificadas inferencialmente, pero tal justifica-
el primer paso esencial en la defensa de tal punto de vista con- ción sólo introduciría otras creencias-pre1nisa que tendrían que
siste en ofrecer un bosquejo total de su forma y su razón, y estar justificadas de alguna manera, lo que por consiguiente
mostrar sobre esta base que esas supuestas o~jeciones fatales parece conducirnos a un regreso infinito vicioso de justifica-
se pueden contestar. Tal defensa preliminar de la TCCE, diri- ción epistémica. La justificación de una creencia requerirá la
gida a establecer su viabilidad epistemológica, es el o~jetivo de justificación lógica antecedente de otra u otras creencias, que
este artículo. asimismo requerirán la justificación lógica antecedente de otras
creencias adicionales, etc. El resultado, al parecer inevitable
I en la medida en que toda justificación es inferencia! en carác-
La principal línea que divide a la TCCE de los enfoques epis- ter, será que la justificación nunca podrá siquiera comenzar y,
temológicos rivales es un problema ya bastante conocido al por lo tanto, que ninguna creencia podría estar jamás genui-
que llamaré "el proble1na del regreso". É.ste surge directamen- namente justificada. 6 Cualquier posición epistemológica ade-
te de la condición de justificación de la explicación tradicional cuada debe ofrecer una solución a este problema, una manera
del conocimiento como una creencia verdadera adecuadamen- de evitar el resultado escéptico -y el carácter de esa solución
te justificada. 4 La manera 1nás obvia en la cual las creencias se determinará, más que cualquier otra cosa, la estructura bási-
justifican es la just~ficación inferencia!. En su forma más explíci- ca de la posición que la sostiene-.
ta, la justificación inferencia! consiste en ofrecer un argumen- Uno puede encontrar en la literatura epistemológica tres
to a partir de una o más de otras creencias co1no premisas, estrategias principales para lidiar con el problema del regreso
para llegar, como conclusión, a la creenciajustificandum. 5 Pero, tal como se aplica al conocimiento empírico. 7

~3 El que la perspectiva presentada aquí sea o no una teoría de la coherencia ción con una aceptación justificada de A ofrecerá una base para un argumento
del todo pura es principalmente una cuestión de taxonomía. Como se verá, justificatorio.
6 Nótese que el regreso importante aquí es de carácter lógico o epistémico,
no sostiene que el único factor que determina la aceptabilidad de un c01~unto
de proposiciones como pretendido conocimiento empírico sea su coheren- más que temporal. Si se pidiera como un requisito parajustificar una creencia
cia interna. Sin embargo, sí afirma que la justificación epistémica atribuida a que el argumento justificatorio fuera explícitamente dado (quizá sólo en el
una proposición empírica siempre deriva enteramente de consideraciones so- pensamiento) por la persona en cuestión, entonces queda claro que habría un
bre su coherencia -y, por consiguiente, que nunca es inmediata o intrínseca, regreso temporal vicioso de justificación, sin que se alcanzara nunca un punto
como afirma el fundacionista-. Véanse la p. 130 y la nota 27. donde detenerlo (en la medida en que todajustificación es inferencia!). Pero
4 Que ésta no puede ser una concepción completa del conocimiento es evi- no hay razón alguna para suponer de este modo que un proceso explícito
dente a partir del trabajo de Gettier y de quienes han continuado su enfoque. de justificación deba tener lugar realmente antes de que una creencia esté
Véase Gettier 1963, pp. 121-123. Pero ninguno de estos textos sobre el tema justificada. Parecería suficiente que hubiera una justificación que pudiese ser
ha desafiado seriamente el punto de vista de que las condiciones tradicionales ofrecida si se pidiera, y que esa justificación fuera, en efecto, la razón para
son al menos necesarias para el conocimiento, y esto es suficiente para generar sostener tal creencia; pero esto no necesita hacerse explícito (ni a otros ni
el problema que se discute aquí. siquiera a uno mismo), sino hasta que la cuestión se plantee y a menos que
5 esto suceda.
La noción de argumento debe tomarse aquí de manera muy general.
7
Cualquier tipo de relación inferencia! entre una creencia (o un co1~unto de La restricción al conocimiento empírico ha de ser supuesta a lo largo de
creencias) A y una nueYa creencia B que permita que B se justifique en rela- toda la discusión de este artículo, incluso donde no se haga explícita. En par-
128 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 129

(i) La solución históricamente rnás popular ha sido aqu~lla mo fuerte han apelado a hechos sobre el aprendizaje del len-
a la que se puede llarnar "fundacionismo fuerte", .una ver~1ón guaje, o sobre los antecedentes causales de la creencia (hechos
de la aproximación fundacionista básica a las cuestiones episte- que no necesitan ser sabidos por la persona cuya creencia está
rnológicas. La tesis básica del fundacionisrno en todas sus for- justificada -so pena de nuevo regreso-); y parece que algunos
1nas es que ciertas creencias empíricas contingentes tiener: un filósofos han sostenido, paradójicarnente, que las creencias bá-
grado de respaldo o justificación epistémica que es no In!e- sicas no necesitan justificarse de manera alguna para consti-
rencial en carácter, es decir, que no deriva de otras creennas tuir conociniiento y ofrecer prernisas justificadas convenientes
por vía inferencia! de una manera q~e ~·equie~·a que es_as ~tras para nuevas creencias, que la cuestión de su justificación "no
creencias estén justificadas con antenondad. El fundanon1srno se plantea". 9 Lo que todos esos enfoques tienen en común es
fuerte es el punto de vista de que el respaldo no inferencia! la idea de que las creencias básicas, si están justificadas de al-
de estas creencias es suficiente por sí mismo para satisfacer la guna manera, no lo están por algún tipo de recurso inferencia!
condición de justificación adecuada del conocimiento y para a nuevas creencias, el cual requeriría que esas otras creencias
calificarlas como premisas aceptables para la justificación infe- estuvieran justificadas y, así, desataría el regreso.
rencia! de otras creencias. Por lo tanto, estas "creencias bási- (ii) La principal alternativa tradicional al fundacionismo
cas" constituyen el "fundarnento" en el cual el resto de nuestro fuerte es la TCCE. En una prirnera aproximación, la TCCE
conocimiento empírico se basa; el regreso justificatorio termi- involucra dos tesis principales. La prirnera es que toda justifi-
na cuando se alcanzan tales creencias. cación epistémica para creencias en1píricas individuales es de
El fundacionismo fuerte tiene muchas variantes en la filoso- carácter inferencia! y, por lo tanto, no hay creencias básicas
fía reciente que difieren una de otra de maneras importantes, y ni un fundarnento para el conocirniento. La segunda es una
rnuchos ataques recientes al fundacionismo fuerte en realidad afirmación de dos caras: (a) que el regreso justificatorio no se
sólo se aplican a algunas de estas variantes. Una cuestión que sigue por siempre, lo cual involucraría un número infinito de
divide estas variantes es si las creencias básicas son o necesi- creencias distintas, sino que da vueltas alrededor de sí mismo,
tan ser infalibles, indubitables y/ o incorregibles, es decir, si forrnando, así, un sistema cerrado; y (b) que la unidad princi-
están sujetas a rechazos subsecuentes de la manera en que las pal de justificación epistémica es tal sistema, el cual se justifica
8 en términos de su coherencia interna. Los principales propo-
creencias no básicas lo están, y hasta qué punto lo están. Una
segunda cuestión es si las creencias básicas son siempre acerca nentes históricos de la TCCE fueron los idealistas absolutos,
de la experiencia subjetiva o si algunas veces pueden ser sobre aun cuando algunas veces tendieron a reducir (o confundir) la
objetos físicos ordinarios. Una tercera cuestión, q~izá la. má_s TCCE con una explicación coherentista de la verdad. Una pers-
importante, es si las creencias básicas están ell~s m1sma_s ~usti­ pectiva sirnilar tarnbién fue sostenida por algunos de los posi-
ficadas, y en qué grado lo están. El punto de vista tradiCional tivistas lógicos, especialmente por N eurath y Hempel. 10 Entre
es el de Lewis: están justificadas por referencia a la experiencia 9 Para la perspectiva de Lewis, véase Lewis 1946, capítulos II y VII. Quinton
"dada" (de modo que su justificación se deriva de otros estados apela al lenguaje-aprendizaje en su artículo "The Foundations of Knowledge"
cognitivos o, al menos, cuasicognitivos, per~ no de otras ~ree~­ (1966), reimpreso en Chisholm y Swartz 1973. Un ejemplo del punto de vista
cias). En cambio, otros proponentes de teonas de fundaoonis- de que las cuestiones de justificación no se plantean está en Austin 1962. Éstos
son sólo ejemplos de dos posiciones ampliamente sostenidas.
10 El más claro representante de este punto de vista idealista es Blanshard
ticular, está claro que una teoría coherentista del conocimiento a priori sería
imposible, ya que al menos algunas conexiones inferenciales a priori deben 1939. Véanse también Bradley 1914, y Bosanquet 1920. Para los positivistas,
ser presupuestas por cualquier concepción de coherencia. véase Neurath 1959 (1932-1933), traducido al inglés e incluido en Ayer 1959,
s Sobre la distinción entre infalibilidad, indubitabilidad e incorregibilidad, y Hempel 1934-1935a. El artículo de Hempel es, en parte, una réplica a
véase Alston 1971. la crítica que Schlick hizo a Neurath en "The Foundation of Knowledge"
130 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 131

los filósofos contemporáneos, Quine, Sellars y otros han soste- componentes. Russell y Goodman han propuesto versiones de
nido enfoques en alguna medida parecidos al de la TCCE. 11 fundacionismo débil, luego desarrolladas por Scheffler y, más
Sin embargo, para la 1nayoría de los filósofos, la TCCE parece ampliamente, por Rescher. 19-
ser afectada por dificultades insuperables. Es el problema del regreso el que ha ofrecido la motivación
(iii) La tercera perspectiva, relativamente recién llegada a la central y mucho del soporte argumentativo a los enfoques fun-
escena filosófica en los años 1970, equivale a un interesante dacionistas. La mayoría de los filósofos han pensado que la
híbrido de una teoría fundacionista del conocimiento con la TCCE era obviamente incapaz de ofrecer una solución adecua-
TCCE; se puede llamar "fundacionismo débil". En esta pers- da al problema y, por lo tanto, que alguna versión de funda-
pectiva, ciertas creencias empíricas ("creencias inicialmente ve- cionismo debía ser verdadera. Este argumento por elilninación
rosímiles") tienen un mínimo de respaldo epistémico de carác- los ha conducido a pasar por alto serios problemas no sólo
ter no inferencia!. Pero estas creencias no son básicas, en el propios de versiones particulares de fundacionismo, sino a la
sentido que se le dio antes a esta noción, ya que su grado de posición fundacionista misma en su co~junto.
respaldo no inferencia! es por sí mismo insuficiente para satis-
facer la condición de justificación adecuada del conocimiento, II
o para calificarlas como premisas justificatorias aceptables de La motivación subyacente para la TCCE es la convicción de
otras creencias; este mínimo de justificación inicial se ha de au- que todas las explicaciones fundacionistas del conocimiento
mentar apelando adicionalmente a la coherencia antes de al- empírico son insostenibles. El proble1na crucial es con mu-
canzar el conocimiento. De aquí que la solución al problema cho el mismo para ambas versiones de fundacionismo: ¿cuál
del regreso sea, presu1niblemente (aunque rara vez se enuncie es la fuente o razón del respaldo episté1nico no inferencia! que
esto), que, en última instancia, el regreso se mueve en un círcu- supuestamente acompaña a una creencia básica (en el funda-
lo, como en la TCCE, pero que el respaldo para el sistema cohe- cionismo fuerte) o a una creencia inicialmente verosímil (en
rente de creencias resultante se deriva tanto de la coherencia el fundacionismo débil)? Si una creencia empírica, contingen-
como del respaldo no inferencia! de algunas de sus creencias te, B, que no es cognoscible a priori, ha de tener tal respaldo
(1959), también traducido al inglés e incluido en Ayer 1959. Schlick replicó
para una persona dada, parece ser que ésta debe tener alguna
a Hempel en "Facts and Propositions" (1934-1935), y Hempel respondió en razón para pensar que Bes verdadera o probablemente verda-
"Some Remarks on 'Facts' and Propositions" ( 1934-1935b ). dera (el grado de probabilidad requerido dependerá de si B es
11
Véase "Two Dogmas ofEmpiricism" (Quine 1953); véase también Quine considerada básica o sólo inicialmente verosímil). Y es difícil
1960, capítulo 1, y Harman 1967-1968. Los artículos de Sellars sobre este ver en qué podría consistir tal razón si no en las creencias jus-
tema son muchos, pero entre los más importantes están: "Empiricism and the
Philosophy of Mind" ( 1963a; especialmente la sección VIII) y "So me Reflec-
tificadas (a) que B tiene una propiedad o característica c/J, y
tions on Language Games" ( 1963d); "Givem1ess and Explanatory Coherence" (b) que las creencias que tienen la propiedad o característica cjJ
(1973) y "The Structure of Knowledge" ( 1975 ), en las conferencias Machette, son probablemente verdaderas en un grado apropiado. Tales
impartidas en la Universidad de Texas en la primavera de 1971, especialmen-
12 Véase Russell 1948, parte II, capítulo II, y parte V, capítulos 6 y 7; Good-
te la tercera conferencia "Epistemic Principies". El punto de vista que este
artículo plantea se acerca al de Sellars y está, en algunos aspectos, fuerte- man 1952; Scheffler 1967, capítulo 5; y Rescher 1973. A pesar del título, la
mente influido por él, aunque no estoy seguro de hasta dónde Sellars estaría posición de Rescher en el libro que acabo de citar no es una versión de la
de acuerdo. Otros que han sostenido posturas de alguna manera similares TCCE y, menos aún, de una teoría coherentista de la verdad. En un libro
son Hall, Aune, Harman y Lehrer. Sobre la perspectiva de Hall, véase Our posterior, Methodological Pragmatism ( 1977), Rescher parece oscilar entre una
Knowledge of Fact and Value (1961). Los planteamientos de Aune se encuentran versión de la TCCE y una versión del fundacionismo débil. Véase mi estudio
en su libro Knowledge, Mznd, and Nature ( 1967). Para Harman, véase su libro crítico, Bonjour 1976. Firth (1964) también opta, aunquetentativamente, por
Thought (1973). En el caso de Lehrer, véase Knowledge (1974). una versión de fundacionismo débil.
132 LAURENCE BONJOUR
TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 133

creencias justificadas aportarían la base de un argurnento jus- a menos que ya esté justificada. Por lo tanto, ni ella ni nada que
tificatorio para B y, desde luego, la confianza puesta en ellas dependa de ella puede estar justificado. Con1o, de acuerdo con
significaría que, después de todo, B no era básica o inicialrnen-
la TCCE, la justificación siempre terrnina siendo circular de
te verosímil. Pero, ¿cómo puede una persona estar justificada
esta rnanera, en esta perspectiva no puede haber justificación
en aceptar una creencia contingente si no cree y, a fortiori, no
ni conocirniento genuinos.
sabe nada acerca de ella que la haga probablemente verdadera?
La prernisa tácita en esta aparentemente devastadora línea
Un estándar de justificación epistémica que genere este resul-
de argumentación es la idea de que la justificación inferencia!
tado clararnente parecería haber roto la conexión vital entre
es de carácter esencialmente lineal, e involucra una secuencia
justificación epistémica y verdad, quedándose por lo tanto sin
lineal de creencias a lo largo de la cual el respaldo se trans-
ninguna razón últirna. Por este tipo de razones la TCCE sos-
fiei·e de las primeras a las últirnas creencias de la secuencia a
tiene que la justificación de una creencia ernpírica particular
través de conexiones inferenciales. Es esta concepción lineal
siempre es de carácter inferencia! y que, en principio, no puede
de la justificación inferencia! la que genera, en última instan-
haber creencias empíricas básicas (o inicialmente verosímiles)
cia, el problema del regreso. Si se acepta, la idea de que la
ni fundamento para el conocirniento ernpírico. 13
justificación se mueve en un círculo será obviarnente inacepta-
Esta imagen de la TCCE, sin ernbargo, aun cuando acertada
ble y sólo un fundacionismo fuerte quedaría como alternativa.
hasta donde llega, es seriamente engañosa porque niega el ca-
(Ni siquiera el fundacionismo débil puede aceptar un punto de
rácter sisternático u holista de la perspectiva. La mejor rnanera
vista purarnente lineal de lajustificación, ya que sus creencias
de ver esto es retornando al problema del regreso.
iniciales verosÍiniles no están suficientemente justificadas para
Habiendo rechazado el fundacionismo, la TCCE debe sos-
servir como primeras premisas para todo lo demás.) De ahí
tener que el regreso de la justificación se rnueve en un círculo
que la respuesta básica de la TCCE al problema del regreso no
(o, al menos, en una curva cerrada), ya que ésta es la única
es apelar a la circularidad, que sería fútil por sí rnismo, sino,
alternativa a un regreso genuinarnente infinito que involucra
más bien, rechazar la concepción lineal de la justificación infe-
un número infinito de creencias distintas. Pero esta respues-
rencial.14
ta al problema del regreso parecerá obviamente inadecuada
para quien se aproxime al asunto con. una preconcepción fun·· La alternativa es una concepción holista o sisternática de la
dacionista, porque, con toda seguridad, se argumentará que tal justificación inferencia! (y, por lo tanto, de la justificación em-
apelación a la circularidad no resuelve el problema del regreso. pírica en general, ya que toda justificación empírica es infe-
Cada paso en el regreso es un argurnento cuyas premisas deben rencia! para la TCCE): las creencias están justificadas por estar
justificarse antes de que pueda conferir justificación a la conclu- relacionadas inferencialmente con otras creencias en el contex-
sión. Decir que el regreso se rnueve en círculo significa que, en to global del sistema coherente. Para aclarar esta perspectiva,
algún punto, una (o rnás) de las creencias que figuraban antes es necesario distinguir dos niveles en los que pueden surgir los
como conclusiones se utiliza ahora corno premisa justificatoria. proble1nas de justificación. Así, el problema que se presente
Esta situación, lejos de resolver el problema del regreso, gene- puede ser sólo justificar una creencia particular, o un pequeño
ra el re~ultado patentemente absurdo de que la justificación de conjunto de creencias, en el contexto de un sistema cognitivo
tal creencia (qua conclusión) depende de su propia justificación 14 La crítica original a la concepción lineal de la inferencia fue hecha por
lógicarnente anterior (qua prernisa): no puede estar justificada Bosanquet en Irnplication and Linear Inférence ( 1920). Una versión más reciente
13 Desde luego, algunas de las premisas justificatorias pueden ser de carác-
es la que ofrece Rescher en "Foundationalism, Coherentism, and the Idea of
Cognitive Systematization" (1974). La concepción de la inferencia que Har-
ter a priori. Pero la TCCE niega que éste sea siempre el caso para todas las
man plantea en Thought (1973) es de muchas maneras una versión moderni-
premisas que serían necesarias para justificar una creencia empírica.
zada de Bosanquet.
134 LAURENCE BON.JOUR
TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 135

cuya justificación global se da por sentada; o puede ser el pro- Así, la justificación explícita y completa de una creencia par-
blema global de la justificación del sistema cognitivo mismo. ticular entrañaría cuatro pasos distintos de argmnentación:
De acuerdo con la TCCE, el fundamental para la determina- ( 1) La posibilidad de inferir esa creencia particular a partir
ción de la justificación epistémica es el segundo, el problema de otras creencias particulares, y de relaciones inferen-
global. Sin e1nbargo, la confusión surge porque sólo problemas ciales adicionales entre creencias particulares.
como el primero, más limitados, son los que tienden a surgir
explícitamente en los casos comunes. (2) La coherencia del sistema cornpleto de creencias
En el nivel en el cual sólo está en juego la justificación de una
(3) La justificación del siste1na completo de creencias.
creencia particular (o de un pequeño cor~.junto de tales creen-
cias), la justificación aparece como lineal. Una creencia justifi- (4) La justificación de la creencia particular en cuestión en
candum dada se justifica explícitamente citando otras creencias- virtud de su pertenencia al sistema.
premisa a partir de las cuales aquélla se puede inferir. A su vez,
tales creencias-premisa pueden ser puestas en duda, y la justifi- Según la TCCE, cada uno de estos pasos depende de los que lo
cación les sería provista de la misma manera. Pero no hay nin- preceden. Soslayar los pasos (2) y (3), aquellos que pertenecen
gún peligro serio de regreso en este nivel, ya que por hipótesis explícitamente al sistema cognitivo, es la fuente principal de la
no está en juego la justificación de todo el sistema epistémico concepción lineal de la justificación y, por ende, del proble1na
(por consiguiente, tampoco la de la mayoría de sus creencias del regreso. Es un error atractivo. Dado que las mismas co-
componentes). Así, con rapidez alcanzamos creencias-premisa nexiones inferenciales entre creencias particulares intervienen
que son dialéctica1nente aceptables en ese contexto. tanto en el paso ( 1) como en el paso (4), es fatalmente fácil
Si, por otro lado, no se alcanza un punto de detención dia- fundirlos en uno, d~jando fuera los dos pasos intermedios que
lécticamente aceptable, si las creencias-premisa que se ofrecen suponen una referencia explícita al sistema.
como justificación continúan siendo desafiadas, entonces el De las tres transiciones representadas en este argumento es-
diálogo epistémico, si se continuara de forma ideal, a la larga quemático, sólo la tercera, la del paso (3) al (4), es razonable-
se movería en un círculo, dando la apariencia de un regreso y Inente no problemática, por depender, con1o lo hace, de las
desafiando, en efecto, todo el sistema cognitivo. Sin embargo, relaciones inferenciales que se obtengan entre la creencia justi-
en este nivel global, la TCCE ya no concibe la relación entre las ficandum y las otras creencias del sistema; en efecto, ésta es la
distintas creencias particulares como una dependencia lineal, transición que se hace cuando se ofrece una justificación infe-
sino, más bien, como un soporte mutuo o recíproco. Entre los rencia! en un contexto ordinario. Pero las otras dos transicio-
miembros de tal sistema no hay una relación de prioridad epis- nes son altamente problemáticas, y las cuestiones que plantean
témica que sea última y, consecuentemente, tampoco hay base son cruciales para entender y evaluar la TCCE.
alguna para un verdadero regreso. Las creencias componentes La transición del paso (1) al paso (2), de las relaciones infe-
se relacionan de tal forma que cada una puede estar justificada renciales obtenidas entre creencias particulares a la coherencia
en términos de las otras; la dirección en la cual se mueve de he- del sistema como un todo, se vuelve proble1nática por la seria
cho el argum.ento justificatorio depende de cuál creencia está vaguedad y la falta de claridad de la concepción central de
bajo escrutinio en un contexto particular. El aparente círculo coherencia. Está claro que la coherencia depende de varios ti-
justificatorio no es vicioso, porque la justificación de creencias pos de relaciones inferenciales, evidenciales y explicativas que
particulares no depende finalrnente de las otras creencias par- existen entre los n1iembros de un cOI-~junto de proposiciones,
ticulares, como en la concepción lineal de la justificación, sino especiahnente de las relaciones n1ás sistemáticas. Así, se pue-
de la totalidad del sistema y de su coherencia. de considerar que varias investigaciones detalladas, llevadas
136 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO El'vlPÍRICO 137

a cabo por filósofos y lógicos, sobre temas como explicación, quier otra alternativa disponible en el n10rnento. 18 Tercero, la
confirmación, etc., proporcionan algunos de los ingredientes coherencia está íntimamente vinculada al concepto de explica-
esenciales de una explicación general de la coherencia; sin em- ción. N o intentaré decir aquí exactarnente cuál es este vínculo;
bargo, la tarea principal de dar tal explicación general y, en pero queda claro que la coherencia de un sistema aurnenta en
particular, una explicación que ofrezca una base para evalua- la rnedida en que los hechos observados (en un sentido que
ciones comparativas de la coherencia, apenas ha comenzado. 15 explicarernos abajo) pueden explicarse en él, y se reduce en
N o obstante, si bien la ausencia de tal explicación represen- la rnedida en que éste no es el caso. Cmno la explicación y la
ta una laguna decisiva en la TCCE, no puede ofrecer la base predicción están alrnenos estrechamente vinculadas, lo mismo
para plantear una objeción definitiva o incluso muy seria con- se puede decir acerca de la predicción.
tra la teoría. Esto es así porque la coherencia (o algo que se Los problernas relacionados con la otra transición proble-
le asemeja mucho) es un ingrediente básico de las teorías epis- nlática del argurnento esquemático, la que va del paso (2) al
temológicas rivales, y parece que debe serlo. Ya hemos visto paso (3), son serios de un modo más inmediato. Lo que aquí
que el fundacionismo débil apela explícitamente a la coheren- está en juego es la cuestión fundan1ental de la conexión en-
cia; y parece que incluso el fundacionismo fuerte debe apelar tre coherencia y justificación: ¿por qué, si un cuerpo de creen-
a ella si pretende darle sentido al conocimiento del pasado, cias es coherente, está por ello epistémicamente justificado? La
al conocimiento teórico, etc. De hecho, todos los principales fuerza de esta cuestión se puede apreciar mejor formulando
proponentes de alternativas a la TCCE emplean la noción de tres objeciones relacionadas que se le plantean a la TCCE, en
coherencia (a veces con otros nombres) 16 en sus explicaciones. torno a este punto, y de las que se suele pensar que destruyen
Así, el problema de dar una explicación adecuada de la cohe- toda la verosimilitud que de otra manera podría tener:
rencia se puede dejar de lado, sin correr rnayor riesgo, por (I) De acuerdo con la TCCE, el sistema de creencias que
el tipo de defensa preliminar de la TCCE que aquí se ofrece. constituye el conocimiento ernpírico se justifica únicamen-
Hay, sin embargo, algunos puntos esenciales concernientes al te por referencia a la coherencia. Pero la coherencia nunca
concepto que se deben señalar. Primero, no se debe equiparar será suficiente para elegir un sistema de creencias, ya que
la coherencia con la consistencia. Un sistema coherente debe siempre habrá rnuchos otros sisternas de creencias alter-
ser consistente, pero un sistema consistente no necesita ser muy nativos e incompatibles iguahnente coherentes y, por lo
coherente. La coherencia tiene que ver con conexiones sistemá- tanto, igualmente justificados según la TCCE.
ticas entre los componentes de un sistema, no sólo con que no
entren en conflicto. 17 Segundo, la coherencia será obviarnente (II) De acuerdo con la TCCE, las creencias ernpíricas se justi-
una cuestión de grados. Para que un sistema de creencias esté fican sólo en ténninos de sus relaciones con otras creen-
justificado, de acuerdo con la TCCE, no sólo debe ser mera- 18
Es difícil dar una explicación exacta de la fiase "alternativa actual dis-
mente coherente en algún grado, sino más coherente que cual- ponible". Grosso modo, la idea es que las alternativas actuales disponibles son
aquellas que serían consideradas por un investigador razonable, cuidadoso y
15 En Hall 1961 se ofi:·ece una explicación útil, aunque preliminar. Véanse reflexivo. No abarcan todos los sistemas de alternativas teóricamente posibles
también Harman 1967-1968 y Lehrer 1974, para otra discusión útil. que se pueden construir idealmente; esto colocaría la justificación, así como
16 Así, Lewis la llama "congruencia" (congruence) y Chisholm "concurrencia"
la verdad, más allá de nuestro alcance, ya que de hecho nunca podríamos
(concunence). Véanse Lewis 1946, capítulo 11, y Chisholm 1966, capítulo 3. afirmar, ni ciertamente saber, que hemos considerado todas las alternativas.
17 Podría parecer que esto es demasiado obvio como para que valga la pena Por otro lado, el conjunto de alternativas actuales disponibles puede muy bien
mencionarlo, pero ocasionalmente ha sido pasado por alto, entre otros, por incluir más de las que de hecho haya considerado un investigador o una comu-
Scheffler 1967, capítulÓ 5. Y la muy idiosincrásica explicación de Rescher nidad de investigadores; existe una obligación epistémica implícita de buscar
1973 sobre la coherencia, en efecto, sólo se basa en la consistencia. dichas alternativas.
138 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 139

cías y con el sistema de creencias; en ningún punto inter- segura1nente constituye una reductio ad absurdum in1nediata de
viene una relación con el mundo. Pero esto significa que la teoría).
se priva al supuesto sistema de conocimiento empírico de Pero este argumento está equivocado. Descansa en la confu-
todo insumo proveniente del mundo. Lo cierto es que tal sión entre dos fonnas bastante diferentes en las cuales se puede
sistema de creencias cerrado no puede constituir conoci- decir que una creencia es inferencia! (o no inferencia!). En pri-
miento empírico. mer lugar está la cuestión de cómo se prod~jo la creencia, de
su origen en el pensamiento de la persona en cuestión: ¿se llegó
(III) Una teoría epistemológica adecuada debe establecer una a ella a través de un proceso real de razonainiento o inferencia
conexión entre su explicación de la justificación y su ex- a partir de otras creencias, o de otro modo? En segundo lugar
plicación de la verdad; es decir, debe mostrar que la jus- está la cuestión de có1no se justifica o respalda la creencia (si
tificación, tal como la concibe esa teoría, es conducente a es que está justificada o respaldada): ¿está justificada en virtud
la verdad, que quien busque creencias justificadas tiene al de relaciones inferenciales con otras creencias o de otra ma-
menos probabilidades de encontrar creencias verdaderas. nera? De esta forma, hay dos sentidos distintos en los cuales
Pero la única manera en que la TCCE puede hacer esto una creencia puede ser inferencia! (y sentidos correspondien-
es adoptando una teoría de la verdad como coherencia, y tes en los que puede ser no interencial). La fuerza inmediata
la absurda metafísica idea:ista que la acompaña. de la objeción antes mencionada descansa en que no se dis-
tingue entre estos sentidos, porque en el primer sentido (origen
De las tres objeciones, (III) es la más básica y (I) la más conoci-
inferencia! o no inferencia!) una creencia observacional es pa-
da. Sin embargo, es (II) la que se debe tratar primero, ya que
radigmáticamente no inferencia!; mientras que en el segundo
la respuesta a ella es esencial para ocuparse de las otras dos.
sentido (respaldo inferencia! o no inferencia!) la TCCE insiste
Fundamentalmente, lo planteado en (II) simplemente debe ser
en que todas las creencias justificadas deben ser inferenciales.
aceptado: tiene que haber cierto tipo de insumo del mundo
Y no hay nada de absurdo acerca de la idea de que se pue-
que entre en el sistema cognitivo. De este modo, la respuesta
de llegar a la creencia de alguna manera no inferencia! (por
a (II) debe consistir en mostrar cómo la TCCE permite tal insu-
~jemplo, como un presentimiento) y sólo después justificarla a
mo. Intentaré plantear la fundamentación de esto en la siguien-
través de la inferencia.
te sección, ofreciendo una explicación esquemática de cómo
Sin duda, los defensores de la teoría fundacionista argumen-
encaja el concepto crucial de observación en la TCCE, después
tarán que, en el m~jor de los casos, esta distinción sólo evita
de lo cual regresaré a las o~jeciones en la se~ción final.
momentáneamente la fuerza de la o~jeción, ya que las creen-
cias observacionales son de hecho no inferenciales en ambos
III
sentidos, aunque lo son más obviamente en el primer sentido,
Se puede pensar que la idea de que en la TCCE hay espacio por lo que la contradicción permanece. Por su parte, la TCCE
para apelar a la observación involucra una inmediata contra- sostiene que las creencias observacionales sólo son no inferen-
dicción en los ténninos. Porque seguramente -podría conti- ciales en el primer sentido, que su respaldo o autoridad episté-
nuar el argumento- es esencial para la concepción misma de mica deriva de su relación inferencia! con otras creencias y, por
observación que las creencias observacionales sean de carácter consiguiente, en última instancia, de la coherencia, tal co1no se
no inferencia!; y es igualmente esencial para la concepción de esbozó antes. La tarea inmediata aquí es explicar a profundi-
la TCCE, como se explicó antes, que todas las creencias justi- dad esta última perspectiva mostrando con cierto detalle de
ficadas sean inferenciales. Así, la TCCE no puede conceder un qué manera la justificación de las creencias observacionales
papel episté1nican1ente significativo a la observación (lo cual podría concebirse de manera verosímil como derivada de la
LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 141
140

inferencia. Al hacer esto dejaré de lado, por el momento, la tos elernentos juntos, estoy en posición de ofrecer la siguiente
justificación para mi creencia:
dimensión sisternática de la coherencia y rne concentraré 1nás
estrechamente en las relaciones inferenciales que pertenecen (i) Tengo una creencia visual espontánea de que hay un libro
inmediatamente a la observación, de acuerdo con la TCCE. rojo sobre el escritorio.
Lo mejor es comenzar examinando algunos ejernplos antes
de intentar una explicación más general. Considérese, como (ii) Las creencias visuales espontáneas sobre el color y la cla-
primer ejemplo, el siguiente ca~o simple. Cuando miro mi es- sificación general de objetos físicos de tamaño mediano
critorio, llego a tener la creencia, entre mucha~ otras, de. ~ue son, en ciertas condiciones (especificadas), muy probable-
hay un libro rojo en el escritorio. Esta cre~nCia e~ co~nzt~va­ rnente verdaderas.
mente espontánea: no he llegado a ella a traves de ningun tipo -
(iii) Las condiciones son como las especificadas en (ii).
de proceso consciente racional, s.i~o simplemente me ocur:e,
me golpea, de una manera coercitiva de la c~al no te~go nin-
gún control; por lo tanto, es claramente no InferenCia! en el
primero de los dos sentidos distinguidos líneas atrás .. Supon- Por lo tanto, mi creencia de que hay un libro rojo sobre
gamos, cmno ocurriría normalmente, que esta creencia. e~ en el escritorio es muy probablemente verdadera.
efecto un caso de conocimiento. Ahora la pregunta es: c.como
se justifica o respalda? El fun.daci_o~1ismo fuerte _d~rá .que o Por lo tanto, (probablemente) hay un libro rojo sobre el
escritorio. 19
bien la creencia es una creenCia basica, o que esta JUStificada
por medio de una inferencia a ~artir de otra, ~reencia, p~esu: Hay dos cuestiones acerca de este argumento justificatorio que
miblemente sobre mi experienCia, que es basica. Pero, c.que se pueden señalar rápidamente. Primero, todas las premisas
explicación puede ofrecer ~a Tcc: como ~ltern~tiva? ¿Qué son empíricas. Segundo, en lugar de asurnir una lista de con-
tipo de explicación inferencia! podna estar disponible para tal diciones, en (ii) y en (iii) pude haber hablado de "condiciones
creencia? estándar"; esto habría tenido el efecto de reducir el contenido
Una vez que la pregunta se plantea de esta rnanera, los ele- empírico de (ii) y, rnás bien, incorporar este contenido en (iii),
mentos principales de la respuesta s~~, creo, fácilmen~e d~scer­ pero ello no habría alterado nada ünportante.
nibles. Primero, la creencia en cuest10n es una creencia visual, Exarninemos ahora, más brevemente, algunos ejemplos con-
es decir, producto de 1ni sentido de la vista; y yo estoy introspec- trastantes. En todos los casos que siguen no tengo conocünien-
tivamente consciente de este hecho, o al menos puedo estarlo. to, pese a la presencia de una creencia visual espontánea. De
Segundo, las condiciones de observ~ció~ son ~e un tipo espe- acuerdo con la explicación ofrecida por la TCCE, la razón por
cificable: la iluminación es buena, mis OJOS estan funCionando la que no tengo conocüniento es que, en cada caso, una de las
normahnente y no hay circunstancias que interfieran; y, de nue- pre1nisas esenciales para un argumento justificatorio análogo
vo, yo sé o puedo saber esto~ hechos s~~re la~ condiciones, por no está disponible para mí. (a) Allá lejos, al otro lado del cam-
otras observaciones y por IntrospecCion. Finalmente, es una pus, una figura viene hacia mí. Yo creo espontáneamente que
ley verdadera acerca de mí (de hecho, ac~rca de ~na amplia es mi amigo Jorge, y de hecho lo es; pero la creencia no es co-
clase de observadores similares en un sentido pertinente) que nocimiento porque las creencias producidas bajo estas condi-
mis creencias visuales espontáneas en tales condiciones sobre ciones (es decir, a una gran distancia) no son fiables en general;
ese tipo de asuntos (i.e., objetos físicos de ta~~ño mediano)
19
son muy fiables, es decir, con muchas probabihdad~s de ser 1omo esto como un ejemplo de lo que Sellars llama "inferencia de un
nivel a otro" (trans-level injerence). Véase, por ejemplo, Sellars 1963c, p. 88.
verdaderas; y, una vez más, yo conozco esta ley. Poniendo es-
142 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 143

o, dicho de otra manera, no tienen suficientes probabilidades ejemplo ilustra es que las creencias visuales espontáneas son
de ser verdaderas. (b) Viendo el tráfico, creo espontáneamente fiables en dos sentidos distintos: no sólo son muy probable-
que el auto que está pasando es un Lotus, y en efecto lo es; mente verdaderas (en circunstancias especificables y sobre un
pero la creencia no es conocimiento aun cuando las condicio- asunto especificable), sino que también es muy probable que
nes de observación sean excelentes, porque no estoy tnuy fa- se produzcan (también en circunstancias especificables y sobre
miliarizado con autos y mis creencias perceptuales al respecto un asunto especificable )20 si fueran verdaderas cuando se pro-
no son muy fiables. (Soy propenso a pensar que casi cualquier ducen. Es este segundo tipo de fiabilidad el que me permite
auto deportivo de lujo es un Lotus.) (e) Escudriñando en la razonar en el caso en cuestión:
oscuridad, creo espontáneamente que hay un hombre entre los
(i) No tengo una creencia visual espontánea de que hay un
arbustos, y en efecto hay un ho1nbre ahí; pero la creencia no es
libro azul sobre mi escritorio.,
conocimiento, tanto porque las condiciones son malas cotno
porque soy un poco paranoico y bastante propenso a imagi- (ii) Si hubiera un libro azul sobre mi escritorio, entonces, en
nar que hay gente en los arbustos cuando no hay nadie ahí. ciertas condiciones (especificadas), sería altamente pro-
(d) En una casa de diversiones (una casa de los espt:;jos), creo bable que tal creencia se produjera.
espontáneamente que hay un pequeño hombre gordo directa-
tnente frente a mí, del otro lado del cuarto, y en efecto hay ahí (iii) Las condiciones son como se especifica en (ii).
un hombrecillo gordo, pero la creencia no es conocitniento,
porque no sé cuáles son las condiciones de percepción (que
de hecho son normales) y, por ende, no puedo dar la premisa Por lo tanto, (probablemente) no hay un libro azul sobre
apropiada. mi escritorio.
Admito que el contraste entre estos últimos casos, en los que
no tengo conocimiento, y el primero, donde sí tengo conoci- Es evidente que el conocimiento justificado de esta manera está
miento, así como entre casos análogos del mis1no tipo, ofrece estrechamente conectado con la observación, independiente-
buena evidencia de que, en efecto, argumentos como el esbo- mente de que debamos o no llamarlo observacional. (También
zado antes intervienen en la justificación del conocimiento ob- es una cuestión interesante, que no me detendré a discutir
servacional. Intentar dar una explicación de la diferencia entre aquí, si todo el conocimiento observacional negativo o rela-
~ionado con la observación debe ser justificado de esta forma
tales casos en términos del fundacionismo fuerte es un ejerci-
Indirecta).
cio interesante.
Hay otro tipo de caso que necesitamos discutir aquí. Viendo Lo crucial, para nuestros propósitos aquí, es que todas las
tni escritorio, llego a saber que no hay un libro azul sobre él. premisas de este argumento justificatorio (así como las del pri-
Este conocimiento surge claramente de la observación, pero mero) son premisas empíricas, incluida especialmente la cru-
el tipo de explicación esbozada líneas antes es inaplicable, ya cial premisa general (ii) de cada argumento. No es una verdad
que no tengo una creencia visual espontánea de que no hay un a. priori, sino más bien un descubrimiento empírico, que ciertos
libro azul sobre el escritorio, yo no veo de alguna manera la tipos de creencias cognitivamente espontáneas son epistémi-
ausencia de tal libro; 1nás bien lo que sucede es simplemente camente fiables y otros no; que las creencias visuales, cuando
esta~os despiertos, son fiables, y que las creencias visuales pro-
que no veo su presencia, es decir, no tengo una creencia visual
espontánea de que hay un libro azul sobre el escritorio, y 1ni duCidas en sueños, aun cuando similares en otros aspectos, no
creencia de que no lo hay es una inferencia que saco del hecho 20
Aquí, las condiciones pertinentes no tienen que ser las mismas que para
de que no creo espontáneamente que sí lo haya. Lo que este el otro tipo de fiabilidad y, de hecho, normalmente no lo serán.
144 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 145

son fiables. Hay tnundos posibles en los cuales las posiciones de al ntenos en gran medida, la posibilidad de un conocimiento
estos dos tipos de experiencia son exactamente al revés, en los observacional negativo.
que las creencias visuales fiables ocurren durante el sueño y las Tercero, y lo más intportante desde el punto de vista de la
no fiables durante la vigilia. (Desde luego, en tales tnundos, la TCCE, la persona debe saber todas estas cosas, al menos grosso
génesis causal de los sueños, y tatnbién la de las creencias visua- modo. Debe ser capaz de reconocer las creencias que son resul-
les cuando estamos despiertos, sin duda diferirán de rnanera tado del proceso en cuestión (aunque no necesita saber nada
importante, pero sus diferencias no tienen por qué reflejarse acerca de los detalles del proceso). Debe saber que tales creen-
en el carácter subjetivo de las creencias o en las condiciones cias son fiables en los dos sentidos especificados. Y, en caso
conocidas.) Así, la razón de que las creencias visuales percep- dado, debe saber que se satisfacen cualesquier condiciones ne-
tuales estén epistétnicatnente justificadas o respaldadas radica cesarias para la fiabilidad. Entonces estará en posición, en un
en que tenemos conocilniento ernpírico antecedente que nos caso particular, de ofrecer la siguiente justificación para tal
dice que las creencias de ese tipo específico son epistémica- creencia espontánea:
Inente fiables. Ésta es la tesis básica de la TCCE para todas las
(i) Tengo una creencia espontánea de que P (acerca del
variedades de observación. tema S), la cual es una instancia del tipo K.
Sobre la base de estos t:_jemplos, ofrezco el siguiente esque-
ma tentativo de un concepto de observación compatible con (ii) Si las condiciones e se satisfacen, es muy probable que
la TCCE. De acuerdo con esta perspectiva, cualquier modo de sean verdaderas las creencias espontáneas sobre S que
observación debe incluir tres elementos esenciales. son instancias de K.
Primero, debe haber un proceso de algún tipo que genere
creencias cognitivarnente espontáneas sobre cierta gama del
(iii) Las condiciones e se satisfacen.
tema en cuestión. El proceso en cuestión puede ser rnuy com-
plicado, e involucrar cosas tales cotno los órganos sensoriales;
el estado de la mente y/ o del cerebro con1o resultado de un en- Por lo tanto, mi creencia de que P es (probablemente)
trenamiento previo o de capacidades innatas; quizá también el verdadera.
tipo de entidades o sucesos a los que los filósofos se han refe- Por lo tanto, (probablemente) P.
rido varias veces mediante términos con1o "experiencia inme-
diata", "sentimientos brutos" y "datos de los sentidos"; instru- Y la persona también estará en posición de argurnentar una
mentos de varios tipos; quizá incluso capacidades ocultas de conclusión negativa con base en la observación:
algún tipo (como la clarividencia); etcétera.
(i) No tengo una creencia espontánea de que P (acerca del
Segundo, las creencias así generadas deben ser fiables con
tema S), la cual es una instancia de tipo K.
respecto al tema en cuestión de las dos rnaneras distintas discu-
tidas antes (bajo condiciones especificables ): por un lado, debe (ii) Si P, entonces, si las condiciones e se satisfacen, es muy
ser n1uy probable que tales creencias, cuando se producen, probable que yo tenga una creencia espontánea de que P,
sean verdaderas (si las condiciones requeridas se satisfacen); que sería una instancia de K.
y, por otro lado, si la persona está en una situación en la cual
una creencia particular acerca de esa garna de temas sería ver- (iii) Las condiciones e se satisfacen.
dadera (y si las condiciones requeridas se satisfacen), entonces
debe ser muy probable que tal creencia en efecto se produz-
ca. Este segundo tipo de fiabilidad es crucial; de él depende, Por lo tanto, (probablemente) no P.
146 LAURENCE BONJOUR
TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 147

Estos dos argu1nentos esque1náticos constituyen el esquema bá-


consciente de ellas. Tal pretensión de parte de la TCCE, y tam-
sico para la justificación del conocimiento observacional, de bién de las teorías fundacionistas, es obviamente 1nuy difícil de
acuerdo con la TCCE.
establecer. A fin de cuentas, simplemente debe aseverarse que
La explicación en curso de la observación es obviamente una cuidadosa reflexión de los casos comunes de conocimien-
muy esque1nática y requeriría una discusión más a fondo para to observacional revelará que algo como esto está tácitamente
estar con1pleta. Sin embargo, para nuestros propósitos, será su- involucrado, aun cuando en última instancia tal vez haya que
ficiente agregar cinco comentarios adicionales a modo de cla- conceder que cualquier explicación filosóficamente adecuada
rificación, elaboración y anticipación de posibles o~jeciones, del conocimiento es una idealización a la que la cognición co-
después de Jo cual regresaré a la discusión de la objeción prin- mún sólo se aproxima débilmente. (Sin ernbargo, vale la pena
cipal a la TCCE. sefíalar que el aparato inferencia! postulado por la TCCE, se-
En primer lugar, es necesario preguntar cuál se supone que gún la explicación anterior, es con seguridad más de sentido
es, en relación con el estado cognitivo actual de una perso- común y menos esotérico que el aparato análogo típicamente
na que tiene conocimiento observacional, el estatus exacto de postulado por las teorías fundacionistas.)
las diferentes inferencias perfiladas arriba, pues simplemen- En segundo lugar, es obvio que el conocimiento de las con-
te es demasiado obvio que dicha persona no necesita pasar diciones de observación, el conocimiento representado por las
explícitamente por cualquiera de tales procesos de inferen- terceras premisas de los argumentos justificatorios planteados
cia para tener conocimiento observacional (so pena de hacer páginas atrás de forma ilustrativa y esque1nática, nonnaln1ente
que las instancias comunes de conocimiento observacional se estará él mismo, en gran parte o por completo, basado en la
desvanezcan en algo raro). Pero es iguahnente obvio que las observación y debe ser justificado de la misma manera. Esto
inferencias en cuestión, para ser explicaciones correctas del significa que el elemento de coherencia interviene inmediata-
conocimiento observacional de tal persona, deben ser de algu- mente -con muchas creencias observacionales, las cuales pue-
na manera pertinentes para su estado cognitivo particular, no den ser del mismo sentido o de diferentes sentidos, que sirven
una mera explicación que un filósofo pueda afíadir totalmente (directa o indirectamente) como premisas para la justificación
desde fuera. Así, lo que la TCCE alega aquí (y, de hecho, lo una de la otra-.
que análogamente alegan las teorías fundacionistas para las in- En tercer lugar, como se enfatizó antes, las segundas premi-
ferencias que suelen postular) debe ser que tales inferencias sas de los diferentes argumentos son premisas empíricas. Más
intervienen de alguna manera tácita o implícitamente en el específicamente, cada una de ellas es una ley e1npírica acerca de
estado cognitivo de una persona que tiene conocimiento obser- ciertas clases de creencias. Pero es obvio que, en geúeral, no
vacional, aun cuando dicha persona no las haga explícitamente se puede considerar que se ha llegado a tales leyes de manera
y, de hecho, bien pueda ser incapaz de hacerlas incluso si se le inductiva, ya que los argumentos inductivos, tal como se inter-
plantea el desafío. N o es necesario que la creencia realmente se pretan nonnalmente, no serían posibles salvo que ya se esté en
origine a través de la inferencia, que sea tácita o inconsciente; posición de hacer observaciones respaldadas. La evidencia que
pero sí debe ocurrir que una aprehensión tácita de la disponi- las confirma está disponible desde dentro del sistema coherente
bilidad de la inferencia sea la base para continuar aceptando la para tales leyes, y cualquiera de ellas puede ser probada empí-
creencia y para la convicción de que está respaldada. En otras ricamente en el contexto de las otras; pero el sistema cognitivo
palabras, se debe pedir que tales inferencias sean en efecto como un todo no pudo haber sido desarrollado poco a poco
una dilucidación filosófica o explicación de lo que en reali- de abajo hacia arriba. 21
dad involucra el conocimiento observacional de una persona 21
Aquí me estoy extendiendo en algunos comentarios sugerentes plantea-
común, aun cuando dicha persona nunc!l esté explícitamente
dos por Sellars en "Givenness and Explanatory Coherence" (1973).
148 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO E1viPÍRICO 149

En cuarto, un problema rnás difícil es cómo han de justificar- ¿Córno, entonces, ha de manejar la TCCE el conocimiento
se las primeras premisas de los diferentes argumentos. Es obvio introspectivo -esto es, si no quiere caer en la tesis fundacionis-
que tales premisas, al menos en su rnayor parte, deben conside- ta de que las creencias introspectivas son básicas-? La clave de
rarse productos de la introspección, pero, ¿córno debe enten- la respuesta es que, aunque una creencia introspectiva podría
derse el conocirniento introspectivo en el rnarco de la TCCE? justificarse como en el primer esquerna justificatorio expuesto
Resulta tentador tratar la introspección sólo como un modo anteriormente (p. 145 ), sólo una de las tres premisas de tal
más de observación, el cual se justificaría entonces de acuer- argumento es en realidad indispensable para el trabajo de jus-
do con los esquemas justificatorios planteados anteriormente tificación. Así, la premisa (iii), concerniente a las condiciones
(p. 145 ). Sin embargo, por desgracia esto no funcionaría. Justi- de observación, puede omitirse porque la introspección, a dife-
ficar una creencia introspectiva de este modo requeriría como rencia de otros modos de observación, es casi enteramente in-
primera premisa la afirmación de que se tuvo una creencia sensible a las condiciones. Y tarnbién se puede prescindir de la
introspectiva espontánea de cierto tipo. Así, para regresar al premisa (i), la premisa que provocó nuestra dificultad actual. Es
ejemplo original de mi percepción de que hay un libro rojo un hecho acerca de los perceptores humanos que sus creencias
sobre el escritorio, si la premisa (i) del argumento justifica torio sobre cuestiones introspectivas coinciden con sus creencias in-
para la tesis (p. 141) se toma como la creencia introspectiva que trospectivas espontáneas y las reflejan. Ésta es una versión dé-
se va a justificar, la primera premisa del argumento justificato- bil y no problernática del acceso privilegiado, que puede pro-
rio tendría que ser: ceder del hecho de que, en cuestiones introspectivas, siempre
estamos en posición apropiada para tener creencias espontá-
(i) Tengo una creencia introspectiva espontánea de que ten- neas; y, de este modo, a diferencia de la situación con otros
go una creencia visual espontánea de que hay un libro
rojo sobre el escritorio. nera finita. Así, las premisas (ii) y (iii) parecen ser invariantes para todos los
argumentos de la serie, y las diferentes premisas (i) pueden ser especificadas
Esto está bien por sí mismo. Pero ahora, si se pide justificar recursivamente, ya que cada una es simplemente la premisa (i) del argumento
previo con una ocurrencia más del operador de la creencia preftiado; así, to-
esta premisa, e intentamos hacerlo de modo similar, la primera dos los argumentos de la serie pueden ser especificados recursivamente. Más
premisa necesaria para el nuevo argumento justificatorio será: aún, sobre esta base se puede argumentar que quien da explícitamente el pri-
mer argumento de la serie, tácitamente da, o al menos se compromete a dar,
(i) Tengo una creencia introspectiva espontánea de que ten- todos los otros: una vez afirmadas las premisas invariantes (ii) y (iii), y afirmada
go una creencia introspectiva espontánea de que tengo la primera premisa (i), se contrae el compromiso con todas las demás premi-
una creencia visual espontánea de que hay un libro rojo sas (i), debido al principio de la lógica epistémica cuya transgresión genera la
sobre el escritorio. "paradoja de Moore". De este modo, la objeción principal para interpretar la
justificación introspectiva como si involucrara esta jerarquía infinita de argu-
Y como el cuestiona1niento se puede repetir una y otra vez, mentos no es simplemente que es infinita, sino que es altamente cuestionable
que la gente de hecho crea, incluso disposicionalmente, el conjunto infinito
parece que hemos iniciado un nuevo regreso, el cual no puede
de primeras premisas. Y si esto es así, entonces la serie de argumentos no se
manejarse con la estrategia establecida antes, ya que está claro puede tomar como una explicación de cómo las creencias introspectivas están
que la cadena de argumentos no se mueve en un círculo. No de hecho justificadas, aun cuando posiblemente sea aceptable como una ex-
estoy convencido de que este regreso sea lógicamente vicioso, plicación de cómo podrían justificarse. Si, por otro lado, nos parece verosímil,
pero no representa una explicación verosímil de nuestro cono- como le parece, por ejemplo, a Lehrer (1974, p. 229), que quien cree que P
también cree que cree que P, entonces se vuelve verosímil sostener que se cree
cirniento introspectivo común. 22
la serie infinita de las primeras premisas siempre que se cree la primera. En
22La razón para dudar de que el regreso sea vicioso es que en este caso este caso, la serie infinita de argumentos representaría una posible alternativa
especial parece posible dar toda la serie infinita de argumentos de una ma- para la explicación de la justificación de la introspección dada en el texto.
150 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 151

modos de observación, no hay posibilidad de disparidad en- hacerse e1npíricamente. Cuando una creencia introspectiva se
tre nuestras creencias espontáneas potenciales y nuestras otras justifica apelando a la premisa (*), en últüna instancia se está
creencias sobre el mismo tema introspectivo por desarrollar. apelando todavía a la coherencia. Por lo tanto, de acuerdo :on
Por consecuencia, la fiabilidad que se vincula a las creencias la TCCE, aun cuando las creencias introspectivas desempenen
introspectivas espontáneas ta1nbién se vincula en general a las un papel único y de pivote en el conocimiento en1pírico, no
creencias acerca de temas introspectivos, sean espontáneas o constituyen un fundamento para ese conocimiento, tal como
no, y por lo tanto no hay necesidad de la pre1nisa (i) que esti- se ha entendido tradicionalmente esa noción; la tesis básica
pula que tengo tal creencia espontánea. del fundacionismo (p. 125 aquí) todavía puede rechazarse de
Así, la única premisa esencial para la justificación de las manera consistente. (En realidad, la TCCE no insiste en que
creencias introspectivas según lo que plantea la TCCE es la que una premisa como la premisa(*) tenga que ser mantenida por
corresponde a la premisa (ii) del argumento esquemático, eli- cualquier siste1na cognitivo aceptable. Es lógica1nente conce-
minando las referencias a las condiciones de observación y a la
bible que ninguna preinisa de ese tipo pueda ser verda~era,
espontaneidad cognitiva.
que ninguna variante de la introspección p~eda ser con.sisten-
(*) Es muy probable que las creencias introspectivas (de cier- temente fiable, de forma que ninguna preinisa de este tipo ha
to tipo) sean verdaderas. de producir resultados coherentes a largo plazo. Este pun~o .s~
examinará más adelante, junto con su relación con la posibili-
Aquí, la frase "creencias introspectivas" debe entenderse sim-
dad de conocinliento empírico.)
plemente como "creencias sobre temas introspectivos"; tales
En quinto lugar, vale la pena señalar explícitam.ente / ~ue
creencias no necesitan ser cognitivamente espontáneas. Es la
la concepción de observación aquí presentada es In1phCita··
premisa (*) la que subyace al conochniento introspectivo, de
mente mucho Inás amplia que las concepciones estándar de
acuerdo con la TCCE. 23
percepción sensorial y de introspección. E.n esta ~e.rspectiva,
Apelar a la premisa(*) quizá pueda dar la apariencia de que
cualquier proceso de generación de creencias einpincas cuyos
la TCCE es sólo verbalmente distinta del fundacionismo, ya
resultados sean epistémicamente fiables cuenta como un modo
que puede tomarse como equivalente de tratar las creencias
de observación, involucre o no los sentidos tradicionales. Así,
introspectivas como básicas o, al menos, como inicialmente ve-
por ejemplo, si hay gente que tiene creencias espontáneas cla-
rosímiles. Esto sería un error. La diferencia básica es que la pre-
rividentes o telepáticas fiables, entonces para esas personas la
misa(*), según la TCCE, es una premisa empírica que debe ser
clarividencia o la telepatía son, alinenos, un modo potencial de
justificada y de hecho lo es desde dentro del resto de nuestro
observación (aunque deben saber que las creencias en cuestión
sistema cognitivo, que está sujeta a ser reevaluada y modifica-
son fiables si pretenden tener conocüniento sobre esta base).
da a la luz de ese sistema. Este hecho acerca de (*) se refleja
O, lo que es más interesante, si (como a 1nenud? parece ser
en la cláusula entre paréntesis; no todos los casos de intros-
el caso) un científico que do1nina el uso de un Instrumento
pección son igualmente fiables, y la distinción entre ellos debe
--co1no el contador geiger o la cá1nara de niebla- desarrolla
23
Se puede pensar que justificar la creencia introspectiva usando la pre- la capacidad de tener creencias espontáneas fiables acerca de
misa(*) requiere todavía la premisa adicional de que la persona en realidad entidades y procesos teóricos -como la radiactividad o las par-
tiene la creencia introspectiva en cuestión -lo que sería suficiente para ge-
nerar el regreso-. No hay duda de que la tesis de que la persona tiene la
tículas subatótnicas-, 24 entonces estas creencias cuentan como
creencia introspectiva en cuestión figura en lajustificación. Sin embargo, voy 24 Desde luego, en el caso normal, tales creencias todavía serán causalmente
a argumentar que no figura como premisa que requeriría entonces una justi-
dependientes de procesos sensoriales normales. Lo que yo sostengo es que
ficación adicional, porque, en primer lugar, la existencia de esa creencia está
el científico entrenado, a diferencia del novato, no necesita tener jJrimero una
presupuesta por el surgimiento mismo de la cuestión de la justificación.
creencia observacional común acerca del estado del instrumento y luego infe-
152 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 153

observacionales en la presente explicación y se pueden justi- da.) De esta manera, la TCCE ofrece una explicación de cómo
ficar directamente, sin referencia a la experiencia sensorial, se puede poner a prueba un sistema de creencias frente a los
como lo hemos bosquejado aquí. resultados de la observación. 25
Así, la TCCE claramente adrnite la posibilidad de que un insu-
IV rno proveniente del mundo entre en el sistema cognitivo, una
posibilidad que de hecho se realiza en nuestro sistema cogni-
Esta explicación esquemática del papel de la observación en
tivo. Pero, ¿no admite también la posibilidad de conocimiento
la TCCE ofrece el ingrediente esencial para responder a las
ernpírico sin tal insumo proveniente del mundo? Supongamos
tres objeciones a la teoría que fueron planteadas antes, en la
que un sistema cognitivo o bien no logra atribuir fiabilidad a
sección II. Las primeras dos objeciones se pueden atacar de
cualquier creencia observacional, o bien no logra atribuir fia-
manera muy simple y directa, mientras que la tercera requerirá
bilidad a aquella~ creencias introspectivas necesarias para el re-
una discusión más extendida y, aun entonces, debe afrontarse
conocimiento fiable de otras creencias observacionales fiables.
aquí de un modo menos concluyente.
Tal estado de cosas podría incorporarse al sistema desde el
Comienzo con la objeción (II), que dice que una consecuen-
principio, o podría irse generando gradualmente a partir de
cia de la TCCE es que el conocimiento empírico no tiene insu-
la repetida revisión del sistema si los conflictos entre supues-
mo (input) proveniente del mundo. A la luz de la discusión de la
tas observaciones y otras creencias componentes se resolvie-
observación, debería estar claro ahora que la TCCE puede per-
ran siempre rechazando la observación. Claramente tal sistema
mitir que el insumo proveniente del mundo entre .en el sistema
carecería de insumas efectivos provenientes del mundo. Aun
cognitivo, y al mismo tiempo insist!r en que. es/te ~nsumo debe
así, según la explicación de la TCCE que hemos dado hasta
entenderse en términos causales mas que epistemiCos. El mun-
ahora, parece que tal sistema (o rnejor dicho, su parte contin-
do afecta el sistema de conocimiento causando creencias cog-
gente) podría constituir conocimiento empírico con sólo ser
nitivamente espontáneas de varios tipos, pero estas creencias
suficientemente coherente. Y, desde luego, éste es un resultado
están epistémicamente justificadas o respaldadas sólo dentro
absurdo.
del sistema, tal como lo hemos planteado aquí. Y, al menos en
Este punto es esencialmente sólido. Cualquier explicación
principio, cualquier tipo de impacto causal del m~~do ·q~ue lo-
adecuada del conocimiento empírico debe requerir, y no mera-
gre producir tales creencias de manera fiable podra JUStificarse
mente permitir, que insumas provenientes del mundo entren
como una especie de observación.
en el sistema cognitivo -porque sin tales insumas cualquier
Más aún, tales creencias observacionales no necesariamente
acuerdo entre el sistema y el mundo sería puramente fortuito,
se limitan a expandir el sisterna como un todo, sino que pue-
y entonces las creencias del sistema no serían conocimiento-.
den forzar la alteración o el abandono de una parte suya -ya
Así, la TCCE debe requerir que, aun para ser candidato al esta-
sea porque la creencia observacional es directamente inconsis-
tus de conocimiento empírico, un sistema cognitivo debe in-
tente con una o más creencias del sistema, o porque tal alte-
cluir leyes que atribuyan un alto grado de fiabilidad a una
ración habrá de incrernentar la coherencia total del sistema-.
variedad razonable de tipos de creencias cognitivamente es-
(Des<;le luego, la creencia observacional podría ella misma ser
pontáneas, incluyendo aquellos tipos de creencias introspecti-
rechazada por una razón similar, aunque, si se hace esto muy
a menudo, la ley que especifica el grado de fiabilidad de ese 25 Aquí, una explicación completa tendría que discutir la acción intencional

tipo de creencia observacional también tendrá que ser revisa- y cómo se relaciona ésta con nuestro sistema cognitivo, ya que en la mayoría
de los casos tal acción es obviamente necesaria a fin de estar en la posición
rir la creencia teórica; más bien puede llegar a esta última creencia de manera correcta para hacer una observación pertinente. Dejaré de lado este otro tema
no inferencia!. aquí. Para una discusión útil, véase Sellars 1963d.
154 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 155

vas que se requieren para el reconocimiento de otros tipos de cognitivamente espontáneas para vulnerar el requisito obser-
creencias fiables cognitiva1nente espontáneas. Llamemos a esto vacional. El requisito observacional no dice que tal resultado
"el requisito observacional". Este requisito ofrece la respuesta deba ser incorrecto, sino sólo que, si fuera correcto, no habría
básica a la objeción (II).2 6 conocimiento empírico.
Es ünportante entender clara1nente el estatus de este requisi- Así, el requisito observacional funciona en la TCCE como
to en la TCCE. La necesidad del requisito es a priori: de acuer- un metaprincipio regulador de la valoración epistemológica.
do con la TCCE, es una verdad a priori que, si un sistema cog- N o afecta directamente las operaciones de la maquinaria de
nitivo ha de contener conocimiento e1npírico, entonces debe la coherencia, sino que más bien ofrece una base parcial para
atribuir fiabilidad a las creencias cognitivamente espontáneas categorizar los resultados de ese proceso. Ésta es la diferen-
en el grado indicado. Pero no es una verdad a priori que el cia principal entre la TCCE y aquella muy débil versión del
antecedente de este condicional se satisfaga y, así, tampoco es fundacionismo débil que atribuiría verosimilitud inicial a toda
una verdad a priori que su consecuente se deba satisfacer. El creencia cognitivamente espontánea y luego pediría que se pre-
servara una proporción razonablemente alta de ellas. Para esa
que cualesquiera creencias cognitiva1nente espontáneas sean
de hecho fiables o no es una cuestión empírica que se debe versión del fundacionismo, es una verdad previa al funciona-
miento de la coherencia que las creencias cognitivamente es-
decidir en el sistema cognitivo únicamente sobre la base de
pontáneas tienen este grado mínimo de verosimilitud -para
la coherencia. Es lógicamente concebible, de acuerdo con la
la cual, entonces, no se ofrece nunca ninguna justificación
TCCE, que ninguna variedad de creencias cognitivamente es-
empírica-. Para la TCCE, en ca1nbio, todo respaldo epistémico
pontáneas sea suficientemente fiable y, por consiguiente, que
de las proposiciones empíricas es a fin de cuentas una cuestión
cualquier sistema que satisfaga el requisito observacional se
de coherencia. 27
vuelva incoherente a largo plazo, así que la coherencia sólo se
¿cuál es entonces el estatus de esas creencias contingentes
podría preservar negando la fiabilidad a suficientes creencias
y aparentemente etnpíricas que aparecen dentro de un sistema
26 El requisito observacional, tal como fue enunciado, puede parecer muy cognitivo que vulnera el requisito observacional? Yo diría que
débil. Cabe pensar que se deberían añadir al menos dos requisitos más: (a) que su estatus es bastante análogo, si no es que en realidad idéntico,
cada uno de los tipos de creencias cognitivas espontáneas en cuestión sea a aquel de las explicaciones imaginarias o ficticias. Es una con-
resultado de un único proceso causal; y (b) que los distintos procesos causa- secuencia del holisrno propugnado por la TCCE que la distin-
les en cuestión realmente generen creencias fiables. Estos requisitos adicio- ción entre la categoría de la descripción e1npírica y estas otras
nales son, en efecto, parte de la noción de observación, tal como se planteó
antes. Pero no es necesario incorporarlos como parte de ese requisito, porque
c.ategorías no se ha de establecer con respecto a creencias par-
no satisfacerlos haría extremadamente improbable que un sistema cognitivo ticulares, sino sólo en relación con sistemas de creencias. Y el
siguiera siendo coherente y a la vez continuara cumpliendo, a largo plazo, emp~je empírico de un sistema cognitivo está precisamente en
con el requisito observacional tal como fue enunciado. (Un planteamiento
27
que merece la pena ai'iadir es que la capacidad para tener creencias cogniti- Todavía se puede cuestionar si la TCCE es verdaderamente si no una ver-
vamente espontáneas y epistémicamente fiables se adquiere presumiblemente si~n de fundacionismo, una teoríajmm de la coherencia. ¿No se:-ía un enfoque
mediante entrenamiento, lingüístico o de otro tipo, ya que presupone haber mas puro de la coherencia decir simplemente que el sistema más coherente
aprehendido un sistema conceptual. Tal entrenamiento, sin embargo, aunque estájust~ficado, sin agregar el requisito observacional? Pero aunque ese punto
presumiblemente es en términos causales una condición necesaria para la de VIsta mvolucraría superficialmente una apelación más pura a la coherencia
satisfacción del requisito observacional, no forma parte de él.) en el nivel empírico, sería a priori erróneo -si acaso es correcta la afirmación
Se debería entender también que el requisito observacional incluye el requi- d_e ~ue el insumo proveniente del mundo es un requisito a priori para el cono-
sito, común a todas las teorías del conocimiento adecuadas, de que un usuario Cimiento empírico- y, por lo tanto, incoherente en el nivel metaepistémico de
del sistema debe hacer un intento razonable por buscar las observaciones per- la reflexión epistemológica. Por consiguiente, la TCCE parece ser una teoría
tinentes si pretende que sus resultados estén justificados. de la coherencia que es tan pura como defendible.
156 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 157

la exigencia implícita de que sus creencias componentes estén sistema en s~u conjunto, involucraran diferentes conceptos, de
de acuerdo, al menos en general, con aquellas clases de creen- forma que estos no fueran directamente conmensurables no
cias cognitivamente espontáneas que sostiene que son fiables. hay ~a:ón. para pensar que, a largo plazo, un mundo obj:tivo
Así, el requisito observacional se puede ver como un análogo segun·a alimentando de insurnos coherentes a sisternas incom-
débil del viejo criterio positivista de verificabilidad de la sig- patibles. 29
nificación empírica, ahora transpuesto para que se aplique a Esto nos conduce a la objeción (III), seguramente la más
sistemas más que a enunciados individuales. aguda y si??ificativa de las tres. La objeción (III) dice que la
La respuesta a la objeción (I) -la objeción de los sistemas TC~~ sera Incapaz d~ ~stablecer la conexión vital entre justi-
alternativos coherentes- ya está implícita en la discusión an- ficaoon y verdad, sera Incapaz de mostrar que su explicación
terior. Porque una vez que está claro que la TCCE entraña de la justificación conduce a la verdad, a menos que también
la posibilidad de que un sistema que es coherente en un mo- adopte la teoría coherentista de la verdad. Es correcto cierta-
rnento dado pueda volverse incoherente tras subsecuentes in- mente que cualquier epistemología adecuada debe establecer
sumos observacionales, y una vez que se acepta el requisito una conexión de este tipo, aun cuando rara vez se aborde este
de que cualquier supuesto sistema de conocimiento empírico asunto de una manera completamente explícita. La verdad es
debe permitir esta posibilidad, la objeción (I) se divide efec- desp~és. de todo,~ la. raison d'étre de la empresa cognitiva. Po;
tivamente en dos partes. La primera parte es la tesis de que cons.Igu~~nte, el ~ni~o respaldo último que puede tener una
en un momento dado puede haber muchos sistemas empíricos exphcacwn de la JUStificación epistémica debe consistir en m os-
igualmente coherentes, y la TCCE no ofrece base alguna para tra~ que, si se acepta tal explicación y se buscan creencias que
decidir entre ellos. La tesis es correcta, pero no ofrece base esten de acuerdo con ella, entonces es probable que conduz-
alguna para una objeción seria, ya que lo rnismo será verda- ca a la. verdad. o, ~l menos, más probable de lo que sería con
dero para cualquier teoría del conocimiento imaginable. La cua~quier exphcaoón alternativa. Asimismo, la objeción tiene
cuestión importante es si estos sistemas igualmente coheren- razon en que alguien que adopte una teoría coherentista de
tes se mantendrán igualmente coherentes y, sin embargo, dis- la justificación corre el riesgo de terrninar adhiriéndose tam-
28
tintos bajo el impacto de la observación a largo plazo. Así, bién dialécticamente a la teoría coherentista de la verdad, pues
la segunda parte de la objeción (I) -la parte crucial- será la la manera más fácil y directa de establecer una conexión en-
tesis de que, aun a largo plazo y bajo el impacto continuo de tre un~ explicaci?n c~herentista de la justificación y de la ver-
la observación, habrá múltiples sistemas empíricos igualmente dad misma consiste snnplemente en identificar la verdad con
coherentes entre los cuales no será posible decidir. Pero, una la justificación a la.rgo plazo, es decir, con la coherencia a largo
vez que se aprecia el papel de la observación en la TCCE, pa- plazo. En lo esencial, esto fue lo que hicieron los idealistas ab-
rece haber poca o ninguna razón para aceptar esta tesis. El
solutos!' de una ~anera diferente, Peirce. Aquí supongo que
papel de la observación mina la idea de que tales alternati-
tal teona coherentista de la verdad está equivocada, que la ver-
vas puedan sirr1plemente construirse a voluntad: tales sistemas
dad ~debe ser entendida, al menos grosso modo, conforme a la
pueden ser coherentes al principio, pero no hay razón para
teona correspondentista tradicional. Pero si esto es correcto
pensar que permanecerán así conforme se acumulen las obser-
vaciones. Esto es bastante obvio si los componentes observa-
en~on·c~es, la única forma de justificar la TCCE y contestar 1~
objecwn (III) es, a final de cuentas, ofrecer un argumento para
cionales de los diferentes sistemas involucran los mismos con-
ceptos. Pero incluso si los componentes observacionales, o el
. 29
Este planteamiento se explica más a fondo desde una perspectiva un poco
Aquí supongo, sin discusión, que podemos darle sentido a la noción de
28 d1fer~?teen la discusión de la verdad y de la objeción (III) que viene a conti-
identidad a través del cambio de los sistemas cognitivos. nuaciOn.
158 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 159

mostrar que, a largo plazo, es al menos probable que seguir los tir una y otra vez hasta alcanzar un completo acuerdo con la
estándares epistémicos establecidos por la TCCE conduzca a la realidad a muy largo plazo.
correspondencia. 30 Esto, como digo, es lo que podría suceder. Pero, ¿es probable
Creo que es posible dar tal argumento, aunque no me pue~o que suceda? Para mostrar que sí lo es, la mejor vía es considerar
comprometer a ofrecer aquí una exposición detallada del. mis- cada una de las distintas maneras aparentemente verosímiles
mo. La dificultad principal es extrínseca: hasta ahora, nadie ha en las que podría no suceder, pese a la falta de concordancia
tenido éxito en presentar una exposición adecuada de la teoría entre el sistema y la realidad estipulada antes, y mostrar que
todas ellas son improbables.
de la verdad co1no correspondencia, 31 y tal exposición es un
ingrediente indispensable del argumento aludido. Sin embar- Priinero. El proceso que acabamos de describir, mediante
go, es posible ofrecer un esbozo general de cómo proc~der.í~ el el cual se revisa el sistema con miras a un mayor acuerdo con
argumento, partiendo de una concepción muy tosca e IntuitiVa el mundo, depende esencialmente de la ocurrencia de creen-
de la teoría de la correspondencia: una proposición es verda- cias observacionales que están en conflicto con otras partes
dera si concuerda con una situación real en el mundo, y falsa si del sistema y de este modo fuerzan a revisarlo. Pero cualquier
no lo hace. (El argumento es relativo a la suposición de que se revisión como ésta supone elegir cuáles de las creencias en
puede satisfacer el requisito observacional; si no hubiera posi- conflicto hay que retener, y el sistema estará más acorde con
bilidad de un insumo fiable proveniente del mundo, entonces la realidad sólo si esa elección da como resultado la retención
ningún conjunto de estándares epistémicos tendría probabili- de las creencias observacionales y la exclusión de sus compe-
dades de conducir a la verdad.) tidoras. Así, la manera más obvia en la cual tal revisión con
miras a la verdad podría no ocurrir es que la elección se hiciera
Supongamos entonces que tenemos un sistema cognitivo hi-
consistentemente en favor de las creencias no observacionales
potético que es coherente y satisface el requisito observacional
en cuestión, rechazando las creencias observacionales. A corto
tal como fue estipulado páginas atrás, pero no concuerda con
plazo, es bastante probable que tal revisión produzca un resul-
la realidad. Nuestra tarea es mostrar que es improbable que tal
tado más justificado que la elección alternativa en favor de la
sistema siga siendo coherente (y continúe satisfaciendo el requi-
observación. Pero esto podría no suceder a largo plazo. Porque
sito observacional) a menos que sea revisado con miras a una
si un investigador o una comunidad de investigadores siguie-
mayor concordancia con la realidad. La manera en que dicl~a
ran a largo plazo, deliberadamente o no, la política de resolver
revisión podría realizarse es bastante obvia. Si la discrepancia
la mayoría de tales decisiones a favor del sistema antecedente
entre el sistema y la realidad involucra cuestiones observables,
y en contra de la creencia observacional, esto inevitablemente
entonces, si se hacen realmente las observaciones apropiadas,
tendría el efecto de minar la ley de que tales observaciones son
éstas provocarán inconsistencia o incoherencia en el sistema y
fiables y, de este modo, a la larga vulnerarían el requisito ob-
obligarán a revisarlo. Si las observaciones mismas no se .recha-
servacional. Así, esta primera posibilidad puede ser excluida.
zan en esa revisión, entonces el efecto es hacer que el sistema
Segundo. Otra manera en la cual la revisión prevista en fa-
concuerde más con la realidad. Y este proceso se podría repe-
vor de la verdad puede no tener lugar consiste en que, aunque
30
Para un argumento de que esto no se puede hacer y, por lo tanto, que la la situación en el mundo que entra en conflicto con el sistema
TCCE no puede evitar una teoría coherentista de la verdad, véase Blanshard sea de hecho observable, podría ocurrir que el investigador
1939, capítulos 25-26. o los investigadores en cuestión simplernente no estuvieran
31 Los escritos de Sellars sobre la verdad, si los he leído bien, intentan ofre-
nunca en la posición apropiada para hacer las observaciones
cer una explicación de la verdad desde una perspectiva epistemológica similar
requeridas, de forma que nunca descubrirían el conflicto entre
a la ofrecida aquí. Véase Sellars 1963e; y también 1968, capítulo V. Véase tam-
bién Boruour 1973. su sistema y el mundo. Esta posibilidad no se puede descartar
TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 161
160 LAURENCE BONJOUR

aprender a hacer las observaciones requeridas o se podrían


por cornpleto. Pero cuanto más largo sea el period~ de :a in:~s­
desarrollar nuevos instrumentos que permitieran crear una co-
tigación en cuestión, rnás improbable sera que esta s1tuanon
nexión causal apropiada entre esos aspectos y los órganos de
continúe, y su improbabilidad aumentará a medida que la su-
los sentidos de nuestros observadores. (V éanse los comentarios
puesta discrepancia entre el sistema y el mundo se haga mayor.
acerca de la observación instrumental al final de la sección III.)
Tercero. Hasta aquí hernos supuesto que la falta de acuerdo
Todas estas cosas podrían suceder, pero no hay forma de rnos-
entre el sistema y el mundo involucra aspectos del mundo que
trar que en general es probable que sucedan. Así, la vía más
son observables. Pero supongamos que éste no es el caso, que
importante por la cual se puede superar la situación de no ob-
los aspectos del mundo en cuestión son inobservables. Hay va-
servabilidad es el desarrollo de teorías que tratan los aspectos
rios modos en los que esto puede suceder. En primer lugar, y
no observables del rnundo. Es por la vía de la construcción de
más básicamente, podría ser el caso que los aspectos en cues-
teorías como llegamos a conocer los aspectos no observables
tión simplemente no tuvieran efectos causales que los órganos
del mundo.
sensoriales o las facultades sensitivas de nuestra comunidad
Pero, ¿hay alguna razón para pensar que es probable que la
de investigadores pudieran detectar, de modo que no habría
construcción de tal teoría tenga lugar? La única respuesta posi-
manera de que tales investigadores pudieran aprender a ob-
ble que puede ofrecer la TCCE, y en realidad cualquier teoría
servar esos aspectos. En segundo, puede ser el caso que, aun
del conocimiento, es que, si hay suficientes aspectos del mun-
cuando los aspectos en cuestión sí tuviesen impacto causal en
do que sean observables y sus aspectos no observables tienen
, nuestros investigadores, estos investigadores simplemente no
suficiente irnpacto causal sobre los observables; entonces una
hubiesen aprendido a hacer las observaciones del tipo apro-
explicación completamente coherente de los aspectos observa-
piado. En tercero, puede ser el caso que, aun cuando los aspec-
tos en cuestión fuesen en principio observables para nuestros bles conducirá a largo plazo a teorías acerca de los aspectos no
observables. Aquí, la consideración principal es que la coheren-
investigadores, hubiese barreras de algún tipo que les impidie-
ran realmente hacer observaciones. Tales barreras incluirían cia involucra esencialmente tanto la predicción como la expli-
cación. Una descripción del mundo observable que fuera inca-
distancia en el espacio o el tiempo, entornos inverosímilmente
paz de predecir y explicar los efectos observables de entidades
hostiles de varios tipos, etcétera.
y procesos no observables sería en esa medida incoherente. Así,
Este tipo de situación se debe reconocer corno posible e in-
suponer que se puede dar una descripción idealmente cohe-
cluso probable. La pregunta es si se puede superar, limitándo-
rente de los aspectos observables sin hacer ninguna mención
nos sólo a los recursos perrnitidos por la TCCE, y en caso afir-
32 de los aspectos no observables sería, en efecto, suponer, a la
rnativo, cuál es la probabilidad de que tal superación ocurra.
vez, que el rnundo se divide en dos partes, sin ninguna interac-
La respuesta a la primera parte de la pregunta es que se po-
dría superar de dos modos. En primer lugar, se podría superar
ción causal significativa entre ellas, y que esta división coincide
la no observabilidad de los aspectos del mundo en cuestión: con aquella entre lo observable y lo no observable. Seguramen-
se podrían traspasar las barreras, los investigadores podrían te esto es improbable, aun cuando no introduzcamos el hecho
de que la línea divisoria entre observable e inobservable no
32 Nótese, sin embargo, que exactamente el mismo problema afectará cual-
está f:Ua de una vez para siempre. 33
quier teoría fundacionista cuyas creencias básicas (o inicialmente verosímiles)
Cuarto. Hay otra rnanera aparenternente posible que debe
se limiten a aquellas que pueden contar como observacionales para la TCCE.
Como la categoría de creencias básicas suele estar más restringida (y no me- considerarse en la cual podría haber una falta de acuerdo en-
nos) que esto, entonces ese problema repercutiría prácticamente en todas las tre nuestro sistema cognitivo y la realidad sin que sea probable
teorías fundacionistas. Y como en este aspecto las teorías fundacionistas no 33 Para una sugerente descripción de la lógica de la construcción de teorías
tienen más recurso que el de la coherencia, sólo podrán resolver el problema
en este espíritu, véase Sellars 1963b.
si hay una solución de la que también pueda echar mano la TCCE.
162 LAURENCE BONJOUR
TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 163
que la revisión en la dirección de la verdad ocurra. Es difícil
sentado y el mundo real. Yo creo que esta afirmación tiene su
hacer del todo clara esta supuesta posibilidad, pero a grandes
mérito, pero resulta imposible defenderla aquí. 35 En cualquier
trazos va como sigue. Supongamos que la imagen conceptual
caso, para nuestros propósitos será suficiente hacer meramen-
dada por el siste1na cognitivo, aunque no está de acuerdo con
te la afirmación, más débil, de que este tipo de situación en la
el mundo, es isomorfa con éste del siguiente modo: para cada
cual los patrones inferenciales concuerdan pero los t~pos, etc.,
tipo de cosa K, propiedad P de estas cosas, etc., en el mundo,
se mantienen diferentes es muy improbable, es deCir, que el
hay un tipo de cosa K*, una propiedad P* de estas cosas, etc.,
hecho de que un cm~junto de patrones inferenciales sea re.flE;jo
en la imagen conceptual, que le corresponde pero es distinto
del otro es una muy buena razón para suponer que los tipos,
o distinta, y lo mismo ocurre para otros tipos, propiedades y
etc., son idénticos.
cualesquiera otras categorías de cosas que se encuentran en el
Las condiciones que hemos venido planteando intentan ha-
Inundo. Las disposiciones observacionales de la comunidad de
cer plausible la siguiente conclusión: es muy ilnprobable, aun-
investigadores son tales que tienen creencias observacionales
que no imposible, que un sistema cognitivo que ?o concor-
acerca de las K*, cuando de hecho lo que están observando
dó con el mundo y satisfizo el requisito observacwnal fuera
son las K, etc. En estas condiciones, la imagen conceptual del
coherente y siguiera siéndolo bajo el impacto de nuevas obser-
mundo sería completamente coherente y no estaría en peligro
vaciones, si no se revisa gradualmente con miras a un mayor
de volverse incoherente por las observaciones; y, sin embargo,
. / . no estana / d e acuerd o con e1 mun d o. 34 acuerdo con el mundo. Esto es así porque todas las maneras
por l11potesis
aparentes en las que tal revisión podría no ocurrir representan
Nótese, sin embargo, que para que esta situación ocurra, las
situaciones muy improbables. 36 Obviamente,
. /
este es so/1 o un
leyes, las conexiones conceptuales, etc., que pertenecen a los
esbozo de la argumentación que tendría que explicarse mucho
tipos representados conceptualmente, a las propiedades, etc.,
más a fondo en varios sentidos para ser realmente adecuada.
deben ser un reflejo exacto de aquellas que pertenecen a los
Aquí sólo pretendía sugerir el tipo de respuesta que la TCCE
tipos reales, las propiedades reales, etc., del mundo. Si es una
puede dar a la objeción (III), cómo puede establecer que ~u
ley verdadera del Inundo que las instancias de K1 siempre se
punto de vista sobre la justifi.cación conduc~ a la verd~d sin
acompañen de instancias de K 2 , entonces debe ser una ley en
recurrir al desesperado expediente de la teona coherentista de
la representación conceptual que las instancias de Ki siempre
la verdad.
se acompañen de las instancias de K2, etc. Esto es así porque
cualquier discrepancia que se dé en tales patrones inferenciales 35 Los puntos de vista de Sellars sobre el significado ofrecerían una base

entre la representación conceptual y el mundo daría pie a una para un argumento así. Véase especialmente Sellars 1953. Según la perspec-
tiva de Sellars, la explicación coherentista de la justificación descansa, por lo
potencial observación conflictiva. Pero, a pesar de este reflejo tanto, en una teoría coherentista del significado. , ,
exacto de todos los patrones inferenciales, aún debe ser el caso 36 Desde luego, hay otras formas lógicamente posibles en la~ cual~s podna
que los tipos, las propiedades, etc., del mundo no sean idénti- existir la falta de acuerdo entre un sistema cognitivo y la realidad sm que la
cos a los del sistema. Así, un defensor de la TCCE posiblemente observación opere para corregir el sistema por las vías sugeridas. La ~uposi­
respondería negando simplemente que este tipo de situación ción operativa aquí y en la discusión de la objeción (I) que se pl~nteo an~e~
seúala lo improbable de que un mecanismo para producir creenoas cogmtl-
sea en realidad posible, y aduciendo que los patrones inferen- vamente espontáneas conduzca a resultados coherentes a largo plazo a men~s
ciales asociados determinan completamente los tipos, las pro- que refl~je genuinamente la realidad o~jetiva. Por supuesto, no es necesano
piedades, etc., de forma que si éstos son los mismos no tiene que esto sea así: se puede concebir que los resultados coherentes sean pro-
cabida una diferencia entre el mundo conceptualmente repre- ducidos por alucinaciones, por un demonio cartesiano o incluso por el mero
azar. Lo que afirmo aquí es sólo que es improbable que sucedan todas estas
34
Este argumento me fue sugerido por Richard Diaz. cosas, que cada una representaría una coincidencia improbable con respecto
a la situación considerada.
164 LAURENCE BONJOUR TEORÍA COHERENTISTA Y CONOCIMIENTO EMPÍRICO 165

Así, las objeciones estándar contra perspectivas como la Firth, R., 1964, "Coherence, Certainty, and Epistemic Priority", The
TCCE resultan ser, de hecho, mucho menos concluyentes de lo Journal ofPhilosophy, vol. 61, no. 19, pp. 545-557. (Reimpreso en
Chisholm y Swartz 1973, pp. 459-470.)
que usuahnente se ha creído; y es razonable suponer que pue·
Gettier, E., 1963, "Is Justified True Belief Knowledge?", Analysis,
den ser respondidas con éxito una vez que se entiende y valora
vol. 23, no. 6, pp. 121-123.
cabalmente el papel de la observación en la teoría. Esto sugie-
Goodman, N., 1952, "Sense and Certainty", Philosophical Review,
re, a su vez, que perspectivas como la TCCE son explicaciones
vol. 61, no. 2, pp. 160-167.
potencialmente viables del conocirniento empírico, dignas de
Hall, E.W., 1961, Our- Knowledge ofFact and Value, University ofNorth
una atención mucho rnás seria de la que usualmente se les ha Carolina Press, Chapel Hill.
prestado. 37 Harman, G., 1973, Thought, Princeton University Press, Princeton.
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Prentice-Hall, Englewood Cliffs. - - , 1973, The CoheTence Theory of Truth, Ciaren don Press, Oxford.
37 Mis colegas Hardy Jones y Martín Perlmutter hicieron comentarios extre-
Russell, B., 1948, Human Knowledge: Its Scope and Limits, Simon and
madamente útiles a una versión anterior de este artículo. Schuster, Nueva York.
166 LAURENCE BONJOUR

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- - , 1968, Science and Metaphysics: Variations on Kantian Themes, ción. Como el fundacionista, el teórico de la coherencia usual-
Routledge and Kegan Paul, Londres. mente acepta el principio de que sólo las creencias justificadas
- - , 1963a, "Empiricism and the Philosophy of Mind", en Sellars pueden justificar otras creencias, pero, a diferencia del fun-
1963c,pp. 127-196. dacionista, el teórico de la coherencia quiere afirmar también
- - , 1963b, "The Language ofTheories", en Sellars 1963c, pp. 106- que lo único que puede justificar una creencia es otro conjunto
126. de creencias. La versión más cruda y menos verosímil de una
- - , 1963c, Science, Perception, and Reality, Routledge and Kegan teoría de la coherencia apoya simplemente la legitilnidad del
Paul, Londres.
razonamiento circular, al menos cuando los círculos son sufi-
- - , 1963d, "Sorne Reflections on Language Carnes", en Sellars
cientemente "grandes". Puedo justificar mi creencia de que P
1963c,pp.321-358.
apelando a E, justificar mi creencia de que E apelando a F,justi-
- - , 1963e, "Truth and 'Correspondence' ", en Sellars 1963c,
pp. 197-224. ficar 1ni creencia de que F apelando a G y justificar mi creencia
- - , 1953, "Inference and Meaning", Mind, vol. 62, no. 247, de que G apelando una vez más a P. Los teóricos de la coheren-
pp. 313-338. cia más sofisticados señalarán que esta caricatura de una teoría
de la coherencia subestima su característico rechazo de la no-
ción de justificación lineal en favor de una concepción holista
de la justificación. Cuando intentamos justificar una creencia
mostrando su coherencia con otras creencias, nunca apelamos
directamente a P como el único soporte de sí misma (como
en el ~jemplo anterior). Por el contrario, tratamos de justificar
nuestra creencia de que P apelando a la forma en la que P es
coherente con otras proposiciones que creen1os, Q, R, S y T.
Justificamos nuestra creencia de que Q apelando a su coheren-
cia con P, R, S y T; justificamos nuestra creencia de que S,
señalando su coherencia con P, Q, R y T, y así sucesivmnente.
Intenta1nos no tanto levantarnos del suelo valiéndonos exclu-
sivamente de nuestras propias fuerzas, sino sólo darnos unja-
loncito. Desde luego, hay muchas versiones diferentes de una
168 RICHARD FUMERTON UNA CRÍTICA AL COHERENTISMO 169

teoría de la justificación como coherencia. Algunos coherentis- La "elección" entre siste1nas de creencias parece total y com-
tas restringen su tesis a las creencias empíricas; otros atribuyen pletamente arbitraria. La reductio de un filósofo es a menudo la
un tipo de estatus epistémico privilegiado a un subconjunto consecuencia aceptada de la tesis de otro filósofo, y seguramen-
de creencias, más allá del cual la coherencia es la única fuente te muchos filósofos contemporáneos recibirán con los brazos
de justificación. En lo que sigue, restrinjo mis comentarios al abiertos esta subjetividad radical con respecto al concepto de
coherentismo puro y argumento que este coherentisrno puro justificación. Más aun, objetarán con razón mi descripción del
es fundarnentalrnente tnTóneo. El coherentismo puro es el en- dilema en términos de que plantea una "elección" arbitraria
foque de que todas las creencias han de estar justificadas en entre creencias. Por fortuna para nosotros, podrían decir, no
virtud de su coherencia con otras creencias. es tanto que nos toque elegir creencias, sino, más bien, que
El primer paso al evaluar una teoría de la coherencia es for- hay cosas que nos hacen tenerlas. De esta manera, no enfrenta-
zar al coherentista a que aclare su criterio de coherencia y su mos el insuperable problema de tener que hacer una elección
concepto de verdad, y que explique cómo ambos se correspon- no arbitraria entre un número infinito de sistemas de creen-
den. Quizá la teoría de la verdad que más naturalmente va con cias internamente coherentes. En la vida real, nuestra decisión
la teoría de la justificación como coherencia sea una teoría de consiste (usualmente) en hacer ajustes relativamente menores
la verdad corno coherencia, pero no podemos simplemente su- dentro de un sistema que ya existe, cuyo núcleo no cambia mu-
poner que las dos van juntas al argumentar en contra de una cho. En cuanto a la posibilidad de que exista otro tipo de ser
teoría de la justificación como coherencia. Sin embargo, los dos que tenga un sistema de creencias radicalmente distinto, con
enfoques cornparten varios problemas. todas sus creencias justificadas unas con respecto de otras, el
La preocupación más obvia con una teoría de la verdad coherentista probablemente admitirá tal posibilidad sin enco-
como coherencia es que ningún concepto de coherencia desa- gerse de hombros.
rrollado hasta ahora ha excluido la posibilidad de que dos sis- Hay, sin embargo, otro tipo de problema más serio, el pro-
temas coherentes de creencias internamente consistentes sean, blema del regreso, que afecta lo mismo a las teorías de la ver-
pese a ello, incornpatibles. Esta posibilidad parece forzar al pro- dad como coherencia que a las teorías de la justificación como
ponente de una teoría de la verdad como coherencia a abando- coherencia. Siempre me ha parecido que una teoría de la ver-
nar la ley de no contradicción, o bien a relativizar el concepto dad como coherencia es literalmente ininteligible, debido al
de verdad. Debido a que la mayoría de los coherentistas son tan regreso metafísico vicioso. La verdad de P ha de ser relativa a
amantes de la ley de no contradicción como cualquier otra per- un sistema de creencias, digamos P, Q, R y S. La verdad de P re-
sona, presumiblemente la alternativa más convincente es rela- lativa a este siste1na consiste en la coherencia de estas creencias.
tivizar la verdad. Estrictamente hablando, no deberíamos decir Pero la postulación misma de la teoría parece considerar no
que una proposición es verdadera; sólo deberíamos hablar de problemática la existencia de creencias. Sin embargo, dada la
que es verdadera en relación con un sistema de creencias dado, teoría, el que sea verdadero que yo creo que P debe estar defi-
donde, supongo, podemos distinguir tantas concepciones rela- nido en términos de coherencia, presumiblernente de coheren-
tivizadas de verdad como sistemas de creencias podamos dis- cia entre creencias en un conjunto que incluya la metacreen-
tinguir. cia de que yo creo que P. De nuevo, sólo será verdadero que
Esta radical relativización de la verdad corre paralela a una tengo la metacreencia "creo que P" si las metametacreencias
subjetividad radical con respecto a lajustificación en una teoría son coherentes de la manera pertinente. Pero, ¿cómo podemos
de la justificación como coherencia. Parece que podemos justi- alcanzar alguna vez algo que termine con este regreso para
ficar el creer cualquier proposición a condición de "elegir" el fundar realmente la verdad? De hecho, no tengo un número
resto de nuestras creencias de forma de evitar la incoherencia. infinito de metacreencias cada vez más complejas (es muy di-
170 RICHARD FUMERTON UNA CRÍTICA AL COHERENTISMO 171

fícil mantenerlas claras incluso después de los primeros tres o cia necesita un presupuesto doxástico. El presupuesto doxástico
cuatro niveles). Y aun si fuera posible tener un número infini- equivale al presupuesto de que 1nis creencias sobre lo que creo
to de metacreencias cada vez más complejas, no está claro que son correctas, pero cuando la neblina se disipa es obvio que
esto vaya a ofrecer una solución satisfactoria al problema del Bo~Jour debe reconocer que la creencia constituyente de esta
regreso, porque ni siquiera así podremos nunca alcanzar una presunción es una creencia i~justificada. ÉJ puede replicar que
base de la verdad hasta que se ponga fin al regreso. en la naturaleza de la presunción está el desviar las preguntas
Si una teoría de la verdad como coherencia enfrenta un re- sobre lajustificación, pero seguran1ente no será tan fácil disua-
greso ontológico vicioso, una teoría epistemológica de la justi- dir al escéptico de plantear la pregunta, obviamente pertinen-
ficación como coherencia (combinada, digamos, con una teo- te, acerca del estatus epistémico de mi creencia de que tengo
ría de la verdad como correspondencia) enfrentará un regreso estas creencias. Y en sus mo1nentos más cándidos, el propio
epistemológico vicioso. Casi todos los teóricos de la coherencia Bor~Jour parece reconocer que su teoría de la coherencia com-
aceptan explícita o implícitamente una versión de internismo. binada con internismo conduce a un escepticismo exhaustivo
A grandes rasgos, aceptan la idea de que las condiciones que con respecto a la creencia empírica. 1
definen que una creencia esté justificada son condiciones a las En pocas palabras, si pretendo ser un teórico de la coheren-
cuales el creyente tiene acceso o, al menos, podría tenerlo. No cia, más vale que abandone el internismo. Pero si abandona-
es suficiente que mis creencias sean de hecho coherentes entre mos el internisn1o, no queda claro qué motivación tendremos
sí para que estén justificadas. Debo percatarme de esa cohe- para ser teóricos de la coherencia, en particular cuando las
rencia, o al menos tener la capacidad de percatarme de ella. ver~ion~s 1nás directas del externismo (el fiabilismo, por ejem-
Así, por ejemplo, puedo tener un co~junto complejo de creen- plo) evitan algunos de los otros proble1nas del coherentismo
cias matemáticas que sean maravillosamente coherentes, pero (esbozados más adelante).
si soy completamente incapaz de percatarme de cualquiera de Aun cuando evitemos el problema del regreso que acabo de
las conexiones lógicas o probabilísticas entre esas creencias, es esbozar cornbinando (por ejemplo) una epistemología exter-
seguramente poco verosímil suponer que estas creencias están nista con la propia teoría de la justificación como coherencia,
justificadas para mí. Pero, ¿cómo entiende exactamente un teó- existen otros innumerables problemas técnicos para defender
rico de la coherencia nuestro acceso a nuestras creencias y la la posición. La mayoría de esos problemas suponen desarrollar
coherencia que se da entre ellas? Podríamos tratar de mante- una concepción verosímil de la coherencia. En The Structure
nernos en el marco de una teoría de la coherencia y sostener of Empirical Knowledge, Bonjour argumenta que el teórico de
que nuestra justificación para creer que tenemos cierta creen- la coherencia debe subrayar la importancia de las conexiones
cia consiste en que nos percatamos de que hay coherencia entre proba~il~sticas entre creencias. La mera coherencia lógica es
nuestra metacreencia de que creemos P y otras creencias. Pero muy debll. Podemos tener un conjunto lógicamente consistente
ahora tenemos que percatarnos de que hay coherencia entre ~e creencias que no tengan nada que ver entre sí. Bonjour pro-
nuestra metametacreencia de que, en efecto, tenemos la meta- sigue y sugiere (p. 97) que sería demasiado estricto exigir que
creencia de que P y otras creencias, y así sucesivamente, ad in:fi- cada creencia en un sistema de creencias se pueda deducir del
nitum. Una de las defensas más sofisticadas de una teoría de la resto, presumiblemente porque considera que sería demasiado
justificación como coherencia para las creencias empíricas ha difícil satisfacer ese requisito. De hecho, sin embargo, es proba-
sido propuesta por Laurence BonJour en su libro The Structure blemente den1asiadojácil satisfacer ese requisito, al menos para
of Empirical Knowledge (1985). Internista declarado, BonJour, alguien suficientemente afortunado para tener el concepto de
hay que reconocérselo, está muy consciente de este problema
1
e intenta atacarlo argumentando que el teórico de la coheren- Bo:qJour 1985; véase en particular el último párrafo de la p. 105.
172 RICHARD FUMERTON UNA CRÍTICA AL COHERENTISMO 173

implicación material y que esté dispuesto a hacer inferencias explicativo de creencias corno el sisterna en el cual la mayor
obvias. Siempre que creo que P y también creo que Q, creeré parte se explica con el rnenor número de explicaciones N-D.
que p implica 1naterialmente Q, y que Q irnplica materialmen- Otra cuestión que se debe resolver tiene que ver con la clase
te P. Pero si esto es así, mi creencia de que P estará implicada de comparación de sisternas de creencias pertinente a la que
por rnis otras creencias (Q y Q implica materialrnente P), rni nos referimos. ¿Debe irles rnejor a mis creencias que a todos
creencia de que Q estará implicada por rnis otras creencias (P y los demás sistemas de creencias posibles, o meramente que a
P irnplica materialrnente Q), y rni creencia de que P implica rna- todos los sistemas de creencias que tengo la capacidad concep-
terialmente Q estará irnplicada por mis otras creencias (P y Q). tual de considerar? 3
Pero es obvio que, en la medida en que mis creencias sean Puede parecer, inicialrnente, que la coherencia explicativa
lógicarnente consistentes y yo sea un lógico que entiende la im- es un criterio pertinente de justificación, en especial si nos in-
plicación material, sin duda cumpliré con el propio requisito clinamos a pensar que hay algo así como el razonamiento a
que BonJour pensó que era muy difícil de satisfacer debido a la mejor explicación, interpretado como alternativa al razona-
la rnuy fuerte concepción de coherencia que presuponía. Iróni- miento inductivo. 4 Sin embargo, es importante considerar que,
camente, los sistemas de creencias en los cuales cada creencia con una teoría explicativa de la justificación como coherencia,
está implicada por el resto abundan. En realidad, es más difícil no puedo simplemente darme creencias que estén justificadas
encontrar sistemas de creencias en los cuales haya numerosas de forma no problemática para las cuales pueda encontrar ex-
conexiones probabilísticas no deductivas. 2 plicaciones verosímiles. Las creencias explanandum deben a su
Algunos teóricos de la coherencia tratarán de "hacer más es- vez estar justificadas, presumiblemente en virtud del hecho de
tricto" el tipo pertinente de coherencia requerida para la justi- que explican otras creencias. Pero, ¿es de algún modo verosí-
ficación y apelarán a la coherencia explicativa como uno de los rnil suponer que la justificación para todas tus creencias -por
tipos n1ás importantes de coherencia que un sistema de creen- ejemplo, tu creencia de que tienes un dolor- consiste única-
cias debe ejemplificar. Así, por ejemplo, se puede decir que una mente en el hecho de que explica o es explicada por otras cosas
creencia está justificada si se adecua a un conjunto de creencias que tú crees? ¿cómo incorpora la teoría las creencias justifica-
en el cual cada creencia es explicada o explica "mejor" que en das en verdades analíticas, verdades sintéticas necesarias (si hay
un sistema alternativo de creencias. La interpretación de tal alguna) y principios de razonamiento? ¿Admiten siquiera tales
punto de vista descansa en buena rnedida en los criterios ofre- creencias la coherencia explicativa? ¿Ayuda en algo la teoría
cidos para determinar la buena explicación, criterios que en explicativa de la coherencia para resolver el problema radical
este contexto excluirán la referencia a la verdad del explanans. de la subjetividad esbozado páginas atrás? Desde luego, si algo
Por ejernplo, yo podría apoyar el farnoso modelo N-D (nomo- como el rnodelo N-D de explicación fuera correcto, no ten-
lógico deductivo) de Hempel aduciendo que captura la estruc- dríarnos ninguna dificultad en proponer sistemas de creencias
tura formal de una explicación, e interpretar el mejor sisterna que cumplieran los requisitos formales (excluyendo la verdad,
por supuesto) de una explicación adecuada, fuera cual fuera el
2 Bonjour (1985) se preocupa particularmente por la aparente incoheren-
cia de las creencias de una persona si el sistema de creencias de esa persona contenido de esas creencias. Si usáramos criterios como el de
contiene dos subconjuntos (llámense x y y) que no están lógicamente rela- exhaustividad y simplicidad de las explicaciones como una for-
cionados (p. 97). Pero, desde luego, el punto precedente se aplica aquí otra ma de elegir entre explicaciones alternativas, tendríamos que
vez. Además de las creencias que comprenden x y de las creencias que com- tratar con consecuencias contraintuitivas obvias. Si quieres un
prenden y, el sujeto puede ver fácilmente que estos subconjuntos justifican ejemplo de un sistema de creencias con máximo poder expli-
las creencias de que x implica materialmente y y de que y implica material-
mente x, y cuando añadimos estas creencias al sistema, de nuevo tenemos una 3 Véase la discusión de este asunto en Lehrer 1974, p. 161.
4
implicación lógica. Un punto de vista que he puesto en duda en Fumerton 1980.
174 RICHARD FUMERTON UNA CRÍTICA AL COHERENTISMO 175

cativo y simplicidad, pero intuitivamente inverosímil, hay que creencias justificadas inconsistentes acerca del resultado de la
ver la teoría de la percepción de Berkeley. Pero además, ne- lotería?
cesitamos explicar cómo una teoría de la justificación como En "A Solution to the Problem of Induction" (1984), John
coherencia admite que cosas tales como la simplicidad sean Pollock intenta resolver la "paradqja" de la lotería. Su estrategia
un criterio conveniente de verdad. Si teorías más sirnples son consiste en admitir que tenemos una razón prima Jacie para
verdaderas con más frecuencia que teorías complt:;jas, éste es pensar que la persona A perderá la lotería, al tiempo que señala
un hecho contingente, y mi creencia de que esto es así sólo que tenemos razones primafacie igualmente fuertes para creer
se podría justificar por su coherencia con otras creencias. No que B perderá, que C perderá, ... y que] perderá. Además,
podemos simplemente suponer la verdad de esta creencia al también sabemos que si By C ... y J pierden, A ganará. Estamos
defender una teoría de la justificación como coherencia. entonces en condiciones de presentar el siguiente argumento
Independientemente de cualquier otra cosa que pueda in- válido para la afirmación de que A ganará la lotería:
volucrar la coherencia, prácticamente todos los proponentes B perderá.
de teorías de la coherencia, tanto para la justificación como
para la verdad, han asumido siempre que la coherencia involu- e perderá.
cra mínimamente consistencia lógica. Párrafos antes sostuve que
la coherencia lógica era demasiado fácil de conseguir como
para ofrecer un criterio útil de justificación. También puede
ser un requisito demasiado fuerte para una creencia justificada.
Lt:;jos de ser suficiente para tener una creencia justificada, la
coherencia ni siquiera es necesaria. En ''Justified Inconsistent
Beliefs" (1979), Richard Foley argumenta (muy correctamen- J perderá.
te), apelando a ejemplos tipo lotería, que podemos creer jus- Si B pierde, y C pierde, y... J pierde, entonces A ganará.
tificadamente diferentes proposiciones (P, Q, R y S) tales que
su conjunción (P y Q y R y S) constituya una contradicción. Por lo tanto, A ganará.
Si las personas A a J tienen la misma probabilidad de ganar
la lotería, puedo creer justificadamente que A perderá, que Se supone que la disponibilidad de este argumento equilibra
B perderá, que C perderá, ... y que] perderá; y también puedo nuestra razón inicial para pensar que la persona A perderá,
creer justificadamente que o bien A o B o C. . . o bien J gana- d~jándonos así sin tener más razón para creer que A perde-
rá. Las proposiciones creídas son inconsistentes y, no obstante, ra que la que tenemos para creer que A ganará. Me resulta
cada una de ellas es creída justificadamente. El argumento es difí~~~ entender cómo podríamos aceptar una solución tan pa-
simple, pero apunta al corazón mismo de las intuiciones del radoJICa para una paradoja. Pollock está dando por bueno un
coherentista. Tal como puede esperarse de un argumento tan principio que parece problemático, para decir lo menos. Para
potencialmente decisivo, sus premisas no están libres de con- i~ferir de forma justificada la conclusión del argumento a par-
troversia. Un sorprendente número de filósofos creen que ahí tir de sus premisas, necesitamos estar justificados en creer la
hay una paradoja de la lotería, que hay algo erróneo en permitir conjunción de que B perderá, y C perderá y... , ] perderá. Y que
que alguien pueda estar justificado en creer que cada uno de po~amo.s creer justificadamente que cada uno de B a J perderá
los participantes en la lotería va a perder y que alguno de ellos no 1mphca que podamos creer justificadamente que todos van
va a ganar. Sin embargo, yo nunca he entendido dónde está la a perder. Más en general, parece obviamente falaz inferir, a
paradqja. ¿Qué razón hay para negar que alguien pueda tener partir del hecho de que yo creo justificadamente que P y creo
176 RICHARD FUMERTON UNA CRÍTICA AL COHERENTISMO 177

justificadarnente que Q, que yo puedo creer justificadamente Foley, R., 1979, 'Justified Inconsistent Beliefs", American Philosophical
que (Py Q). Quarterly, vol. 16, no. 4, pp. 247-257.
En Knowledge (1974), Lehrer ofrece una teoría de la cohe- Fumerton, R.A., 1980, "Induction and Reasoning to the Best Expla-
rencia altarnente sofisticada sobre lo que llama justificación nation", Philosophy ofScience, vol. 47, no. 4, pp. 589-600.
Lehrer, K., 1974, Knowledge, Clarendon Press, Oxford.
cornpleta, y discute la "paradoja" de la lotería en el marco de
Pollock, J.L., 1984, "A Solution to the Problem of Induction" Noils
esta teoría. Su principal preocupación es mostrar cómo en su vol. 18,no. 3,pp.423-461. ' '
teoría tiene cabida la intuición principal de que no podemos
estar completarnente justificados en creer de cualquier parti-
cipante particular que éste perderá la lotería, pero conforme
rnuestra esto argumenta que una persona idealmente racional,
interesada en maximizar las creencias verdaderas y minirnizar
las creencias falsas, no permitirá creencias inconsistentes en su
sisterna de creencias. Sospecho que él defendería esta afirma-
ción observando que, si tenemos creencias cuyos objetos, en
conjunción, son inconsistentes, al menos estamos seguros de
una creencia falsa, con lo que se garantiza que frustramos la
obtención de por lo menos uno de los fines de un buscador
ideal de verdad. Pero corno Lehrer rnismo lo hace notar, el
fin de una persona racional no es sólo evadir la falsedad. La
persona racional también está interesada en llegar a creencias
verdaderas, y purgándonos de creencias acerca del resultado
de la lotería garantizamos que renunciaremos a un gran núme-
ro de creencias verdaderas. Si S y R tienen el nüsmo conjunto
de creencias, excluyendo aquellas que tienen que ver con el re-
sultado de la lotería, y S cree de cada participante que perderá
mientras que R rehúsa creer en estas proposiciones, no es difí-
cil calcular que S terminará con un mejor porcentaje "ganador"
de creencias verdaderas sobre creencias falsas.
De hecho, no hay razón para suponer que no podernos te-
ner creencias justificadas inconsistentes; y como sí podemos,
ni siquiera el más n1ínimo tipo de coherencia es una condición
necesaria para la justificación.
[Traducción de Patricia King Dávalos]

BIBLIOGRAFÍA

BonJour, L., 1985, The Structure of Empírica[ Knowledge, Harvard Uni-


versity Press, Cambridge, Mass.
III
Teorías fiabilistas
de la justificación epistémica
INTRODUCCIÓN*

ÁNGELES ERAÑA

La epistemología tradicionalmente consideró que el conoci-


miento es una creencia verdadera y justificada. La aparición
del famoso artículo "Is Justified True Belief Knowledge?" [¿Es
la creencia verdadera y justificada conocimiento?] de Edmund
Gettier, en 1963, puso en crisis esta definición, ya que en él se
planteaba una objeción contundente a ella, a saber, las condi-
ciones para el conocimiento que presenta este análisis (aunque
necesarias) son insuficientes.
Ese artículo representó uno de los retos más importantes
para la epistemología y constituyó, en su momento, un punto
de inflexión para su desarrollo posterior. En primer lugar, el
texto de Gettier deja en claro que un sujeto puede tener una
creencia justificada, pero con la posibilidad de que sea acciden-
talmente verdadera. Con esto se hace patente que la preocupa-
ción platónica por explicar la diferencia entre el conocimiento
y la creencia verdadera sigue vigente. En el Teeteto, Platón sos-
tiene que una diferencia central entre una creencia verdadera
y otra que constituye conocimiento radica en· que esta última
no es verdadera como resultado de la suerte o del azar. Así, se
supone que dicha diferencia debería explicarse en términos de
aquel tipo de cosa que efectivamente prevenga que esto último
sea el caso, i.e., en ténninos de aquellos factores que garanti-
zan (o hacen muy probable) que la creencia que se adquiere
sea verdadera. Sin embargo, pareciera que la noción intuitiva
de 'justificación" con que la definición tripartita del conoci-
miento opera no logra fungir como "garantizadora de verdad"
y, por lo tanto, no nos ofrece una explicación verosímil de la
diferencia mencionada. Por otra parte, desde la aparición de
*Quiero agradecer a Miguel Ángel Fernández por sus útiles e iluminadores
comentarios a una versión previa de esta introducción.
182 ÁNGELES ERAÑA INTRODUCCIÓN 183

dicho artículo, 1nucha tinta se ha invertido en tratar de articu- Ade1nás, esta teoría adolecía de una falta grave: no podía ex-
lar una noción de conocimiento que no pueda "guetierizarse", plicar el conocimiento de hechos generales, ni el conocimiento
es decir, una noción tal que no sea posible encontrar c;jemplos del futuro (Dancy 1993; Klein 1976).
en los que se satisfagan las condiciones para el conocimiento y, Dados estos problemas) aflos después Goldman propuso ~-e­
sin embargo, no sea intuitivo afirmar que el sujeto de la creen- tomar la noción de justificación epistémica como elemento In-
cia tiene conocimiento. dispensable para cualquier análisis del conocimiento. En su
Algunas de las estrategias que se desarrollaron para este úl- artículo "¿Qué es una creencia justificada?", 1 afirma que su re-
timo fin fueron las siguientes; (1) buscar una cuarta condición chazo previo del concepto de justificación estaba dirigid? a ~as
para el conocimiento, tal que garantice que las condiciones explicaciones cartesianas de la justificación, esto es, exphcacw-
ofrecidas sean en cor:~junto suficientes para el conocimiento nes que presuponen, entre otras cosas, que una creenCia. p pue-
(e.g., Dretske 1971); (2) aseverar que debemos sustituir la cláu- de considerarse justificada sólo si el s~jeto de la creenCia sabe
sula de la justificación por alguna otra que garantice que las o cree justificadamente que está justificado en creer que p.
creencias que constituyen conocimiento no serán verdaderas Goldm~n, en cambio, no piensa que un requisito de "segundo
por azar (e.g., la teoría causal del conocimiento que más ade-
orden" de este tipo sea necesario para la justificación. Desde
lante se mencionará breve1nente), o (3) analizar el concepto de
su perspectiva, para que un s~jeto S esté justificado en. cr~er
'justificación" de modo tal que lajustificación de una creencia
que p, S no tiene que tener "acceso" a los factores que JUStifi-
no sea una mera cuestión de relaciones lógicas entre creencias
can su creencia.
(e.g., las teorías fiabilistas de la justificación epistémica). En lo
Al aseverar lo anterior, Goldman aborda los contraejemplos
que sigue no me detendré en los detalles de estas distintas es-
de Gettier abandonando una estrategia tipo (2) y optando por
trategias, sólo mostraré cómo la segunda y la tercera constitu-
una del tipo (3) de las ya n1encionadas; esto es, en vez de negar
yen el antecedente y la motivación de las teorías fiabilistas de
la justificación epistémica (Dancy 1993). que la justificación es un~ .c?ndición necesaria ,par~ el e~~~~
ciiniento, propone un anahs1s del concepto de JUStificacwn
1 . Motivaciones y antecedentes de las teorías fiabilistas tal que garantice un papel central para los factores cau~ale~
de la justificación epistémica en nuestras adscripciones de conociiniento. Podemos deCir as1
que en el origen de las teorías fiabilistas de lajustificación epis-
Alvin I. Goldman (1967), en su artículo ya clásico "A Causal témica se pone en 1narcha un intento más de enfrentar el reto
Theory of Knowledge" [La teoría causal del conocimiento], que Gettier dc;jó co1no legado a la epistemología.
afirmaba que los contrac;jemplos de Gettier n1ostraban la ne-
Uno de los rasgos característicos de las teorías fiabilistas
cesidad de renunciar a la noción de 'justificación" como con-
es que sostienen que el objeto del análisis epistémico no son
dición necesaria para el conocimiento. Desde su perspectiva,
las creencias particulares, sino los procesos a través de los cua-
tener razones para creer que p no garantiza ni hace más pro-
les se produc-en. La idea central es que la justificación episté-
bable la verdad de p. Así, Goldman planteó que una caracteri-
mica no es una propiedad de las creencias independiente del
zación adecuada del conocimiento exigía que la creencia que
modo como hayan sido formadas, y que una manera de preve-
se va a evaluar tuviera una relación causal apropiada con su
nir la verdad fortuita de nuestras creencias es utilizando pro-
oqjeto. Esta teoría, sin embargo, no lograba explicar a cabali-
cesos fiables de producción de creencias. Así, sus defensores
dad la diferencia existente entre una creencia verdadera y una
consideran que la '~justificación" no debe analizarse en térmi-
creencia que constituye conocimiento (si lo que hace verdadera
una creencia es lo mismo que lo que le da el estatus de conoci- 1 Véase Alvin I. Goldman, "¿Qué es una creenciajustificada?", pp. 199-231
miento, entonces ¿cuál es la diferencia entre estas dos cosas?). de esta antología.
184 ANGELES ERAÑA INTRODUCCIÓN 185

nos de las razones que un sujeto tiene (o puede ofrecer) para mejores que los ordinarios o diferentes de ellos, sino de com-
creer que p, sino del modo corno S llegó a creer que p. prender qué queren10s decir coinúninente cuando afirmamos
El giro involucrado en este nuevo examen del concepto de que una creencia está justificada.
'justificación" es más importante de lo que a simple vista pa- El fiabilismo busca rescatar la intuición de que la pregunta
rece. No sólo se trata de cambiar el analysans en el análisis de por la justificación de una creencia es la pregunta por el origen
la justificación; la cuestión es que no será posible establecer a de esa creencia. En otras palabras, no se trata de responder a
priori cuándo una creencia está justificada. Esto es, para saber la pregunta ¿por qué crees que p?, sino a la pregunta üómo llegaste
si una creencia está justificada será necesario tener un registro a creer que p? La idea puede ejemplificarse del siguiente modo:
(estadístico o tendencia!) de las verdades entregadas por los supongamos que Ana me dice "Está lloviendo". Ante su aseve-
distintos tipos de procesos que utilizamos en la producción de ración, puedo preguntar si lo sabe o sólo lo cree (con verdad).
creencias, y esto únicamente se puede hacer después de haber Para afirmar que Ana lo sabe no es necesario que ella ofrezca
utilizado de manera regular varios casos de estos tipos. Nótese una defensa ulterior de su afirmación; basta que nos describa
que recabar los registros del desempeño de distintos procesos cómo llegó a creer que éste es el caso. Yo podría preguntarle
de fonnación de creencias es una tarea claramente empírica, no a Ana "¿Cómo sabes que está lloviendo?" Ella podría respon-
a priori. der "Me asomé por la ventana y vi caer la lluvia". Para evaluar
Antes de examinar con más deteninliento algunas de las su creencia como conocimiento sería suficiente saber que Ana
ideas centrales del fiabilismo de la justificación epistémica, es tiene buena vista y que, en el momento en que se asomó a la
importante hacer notar que una diferencia entre las teorías cau- ventana, estaba en un estado normal (e.g., no estaba borracha
sales del conocimiento y las teorías fiabilistas de la justificación o alucinando).
es que las primeras buscan responder la pregunta de qué es Una de las tesis centrales de estas teorías es que el estatus
el conocimiento, mientras que las segundas se ocupan de la epistémico de "estar justificada" simplemente establece cuáles
pregunta sobre qué tipo de respaldo requieren nuestras creen- son las características que una creencia debe poseer para que
cias para que podamos sostener que constituyen conocimiento sea posible afirn1ar que tiene ese estatus, y que una creencia
(Goldman 2008). 2 adquiere esas características por haber sido formada de cier-
ta manera (esto es, por ser el resultado de cierto proceso de
producción de creencias). Con estas ideas generales, podemos
2 . Las teorías fiabilistas de la justificación epistémica
formular una primera versión del esquema para el fiabilismo
En su artículo "¿Qué es una creencia justificada?", Goldman de la justificación epistémica del siguiente modo: una creencia
afirma que una teoría adecuada de la justificación epistérnica está justificada si y sólo si fue producida mediante un proceso
debe ser una teoría explicativa, es decir, una teoría que dé ra- cognitivo fiable. Para entender mejor esta formulación es im-
zón, de manera general, de por qué ciertas creencias cuentan portante analizar con más cuidado las nociones de "proceso" y
(o se consideran) como creencias justificadas y otras no. Desde de "fiable".
su perspectiva, no se trata de prescribir estándares que sean
2 . 1 . La fiabilidad
2 En la literatura más reciente sobre epistemología hay un debate en torno Cuando se afirma que algo (e.g., un instrumento, una persona,
a la utilidad teórica misma del término 'justificación" para referirse al estatus
propiamente epistémico de las creencias. Es común, hoy en día, que se pre-
un proceso, etc.) es fiable, normalmente se dice que es algo en
fiera hablar de "respaldo" puesto que, en principio, este término es neutral lo que uno puede confiar; i.e., las personas o los instrumen-
respecto del compromiso de aceptar (como correcta) la definición tradicional tos son fiables cuando, si los consultamos, suelen ofrecer una
del conocimiento o el análisis tripartito del mismo. buena guía para alcanzar los fines que motivaron la consulta.
186 ÁNGELES ERAÑA INTRODUCCIÓN 187

La fiabilidad suele considerarse una propiedad disposicional; creer esta o aquella proposición en un momento dado. (Véase la
es decir, una persona, un proceso, un instru1nento tiene una p. 215 de esta antología.)
propensión a actuar o funcionar correctamente dadas ciertas
condiciones norn1ales para su funcionamiento. Podría pensarse que esta manera de analizar la noción de "pro-
Con estas breves consideraciones en mente podemos en- ceso de formación de creencias" hace que los determinantes
tender por qué se afirma que el fiabilismo de la justificación de la justificación sean (en última instancia) estados internos
epistémica es un tipo de teoría consecuencialista: un proceso de de un SL!jeto, e.g., otras creencias que sirven de insumo a un
producción de creencias es fiable (o "bueno" desde el punto proceso. Sin embargo, debemos ser cuidadosos en este punto.
de vista epistémico) si sus consecuencias son deseables desde Como Goldman lo afirn1a (1979, p. 9; p. 211 de esta antolo-
un punto de vista epistémico. En otras palabras, un proceso de gía), cualquier principio de justificación correcto debe ser un
producción de creencias P es "fiable" si, de ser usado, P nos principio que plantee requisitos causales; es decir, el tipo de
conduce a la consecución de ciertos fines. relación causal que hay entre la creencia y su o~jeto debe inter-
Hay distintos tipos de consecuencia (o fin) que se podrían venir al determinar cuándo está justificada la creencia. Así, el
valorar en epistemología. Sin embargo, las teorías que presen- fiabilismo de la justificación epistémica se entiende mejor si se
tamos en esta sección de la antología consideran que la verdad formula del siguiente modo: lo que determina la justificación
es el fin epistérrlico último, es decir, cualquier otra cosa que de una creencia es la fiabilidad del proceso que la produce, y
valoremos (e.g., la felicidad, el placer, el bien moral, etc.) se esta fiabilidad es un hecho estadístico, esto es, un hecho vincu-
puede alcanzar sólo si primero alcanzamos la verdad. Así, el fia- lado a la frecuencia con la cual produce creencias verdaderas.
bilismo de la justificación epistémica que nos interesa en este Si esto es correcto y si aceptamos que aquello que determi-
momento es el veritista. na la verdad de una creencia es su relación con el estado de
Con lo hasta aquí dicho podemos especificar un poco más cosas en el mundo, entonces podemos aceptar que los facto-
la propuesta general del fiabilismo de la justificación episté- res determinantes de la justificación no tienen que ver con las
Inica: el estatus justificatorio de una creencia es una función creencias del s"l!jeto en cuanto a la fiabilidad de los procesos
de la fiabilidad del proceso (o de los procesos) que la pro- que la produjeron, ni con la relación de su creencia actual con
duce(n), donde la fiabilidad consiste en la frecuencia con la el resto de sus creencias. Más bien, aquellos factores provienen
cual un proceso genera creencias verdaderas (o en la pro- del hecho de que el proceso de producción de creencias tiende
pensión del proceso a generar un mayor número de creencias a establecer relaciones causales apropiadas entre las creencias
verdaderas que falsas). que produce, los hechos en el mundo y otras creencias. Esto es
lo que garantiza (en cierto grado) la fiabilidad del proceso y,
2 . 2 . Los procesos de producción de creencias así, la obtención de creencias verdaderas (Kornblith 2001).
Como he dicho hasta aquí, según el fiabilismo de la justifica- Goldman afirma que su teoría es "histórica" o "genética" ya
ción epistémica, lajustificación es esenciahnente la cuestión de que una creencia sólo se considerará justificada si "está bien
que nuestras creencias hayan sido producidas mediante un pro- formada", y esto último significa tener como origen operacio-
ceso cognitivo fiable, o que un proceso de este tipo las sustente. nes fiables. Para que estas ideas queden más claras es ünpor-
Un proceso de formación de creencias es, según Goldman: tante apelar a la distinción entre tipos de procesos que propone
Goldn1an. Según él, hay procesos (a) "dependientes de creen-
una operación o procedimiemofuncional, es decir, algo que genera cias" y otros que son (b) "independientes de creencias". Los pri-
un mapeo de ciertos estados -los "insumos"- con otros estados meros generan creencias co1no función de creencias previas, es
-los "resultados"-. En este caso, los resultados son estados de decir, ton1an como insumo una o más creencias anteriores para
ANGELES ERAÑA
INTRODUCCIÓN 189
188
2 . 3 . Algunos corolarios del fiabilismo veritista
producir nuevas creencias (entre estos procesos se encuentran
la memoria, la inferencia, etc.). La fiabilidad de estos procesos El fiabilismo de lajustificación epistémica establece que (al me-
se determina en relación con la verdad de las creencias que les nos algunas) de las propiedades justificatorias de una creencia
sirven de insurrw. Así, diríamos que si las creencias que sirven se producen por cierto tipo de relación causal que involucra
de insumo a un proceso dependiente de creencias son resulta- de forrna apropiada los procesos del sujeto y su interacción
do de un proceso fiable, entonces es probable que aquellas que con el medio ambiente externo. Estas propiedades no necesa-
se producen como resultado del proceso que opera sobre ellas riamente son accesibles al sujeto de la creencia (y posiblemente
(si él mismo es fiable) sean verdaderas. Esto es a lo que Gold- nunca lo sean). Así, el fiabilismo aleja el foco del problema de
man llama "fiabilisrrw condicional". El segundo tipo de pro- la justificación de la pregunta por nuestra capacidad de ofrecer
cesos perrrlite la forrr1ación de creencias independientemente argumentos que nos permitan defender intelectualmente nues-
de estados anteriores de creencia, un ejemplo de este tipo de tras creencias, para acercarlo a la cuestión de que los procesos
proceso es la percepción. del sujeto estén en una relación causal apropiada con el medio
Con base en esta distinción, Goldman propone las siguien- ambiente.
tes condiciones para la conformación de un principio de justi- Es importante hacer notar que, desde esta perspectiva, las
ficación (véase la p. 218 de esta antología): condiciones para hablar de la justificación de una creencia no
(1) Si la creencia de S en p, en el momento t, resulta ("inmediata- dependen de que el sujeto que la sostiene sepa (o crea, o crea
mente") de un proceso independiente de creencias que es (in- justificada~ente) que su creencia está justificada; es posible
condicionalmente) fiable, entonces la creencia de S en p, en el que en el tiempo t en que un sujeto S sostiene una creencia p,
momento t, está justificada. S no sepa si p estájustificada y que, sin err1bargo, p esté justifica-
da precisamente porque satisface las condiciones para estarlo
(2) Si la creencia de S en p, en el momento t, resulta ("inmedia-
tamente") de un proceso dependiente de creencias que es (al (e.g., S puede no saber si los procesos que conforman el origen
menos) condicionalmente fiable, y si las creencias (si acaso hay causal de su creencia son generalmente fiables, pero si dichos
alguna) con base en las cuales este proceso opera al producir procesos son de hecho fiables, entonces la creencia p de S de
la creencia de S en p, en el momento t, están ellas mismas jus- hecho está justificada).
tificadas, entonces la creencia de S en p, en el momento t, está En este sentido, la justificación no depende de que el sujeto
justificada. de la creencia pueda ofrecer (o de hecho ofrezca) un argumen-
to en defensa de sus creencias. Más bien, la justificación es una
Ahora podemos formular la posición general del fiabilismo ve-
propiedad que adquieren las creencias en virtud de la fiabili-
ritista de procesos del siguiente modo: una creencia p puede
dad de los procesos a través de los cuales fueron producidas.
considerarse una creencia justificada sólo si p se produjo me-
diante un proceso fiable, donde el insumo sobre el que éste Esto significa, según el fiabilismo, que el hecho de que un su-
opera determina, en cierto grado, el resultado específico que jeto esté justificado no le surninistra una regla o un coi~unto
ofrecerá. El insumo, en este sentido, causa la creencia de que p de reglas que le sirva para escoger creencias, sino que toma
en el sujeto S y, sólo si p está en una relación causal apropiada en cuenta las creencias ya formadas del conocedor y dice qué
con el medio ambiente, el proceso operará correctamente, es características son necesarias y suficientes para que la creencia
decir, producirá creencias verdaderas como resultado. se considere justificada. Una creencia está justificada si de hecho
fue producida mediante un proceso que conduce a la verdad
independientemente de que el sujeto haya aceptado esa creen~
cia porque sabía que los procesos que la causaron eran fiables.
190 ÁNGELES ERAÑA INTRODUCCIÓN 191

En este sentido ta1nbién, se afirma que el fiabilismo de la jus- (esto es, el proceso particular) que produjo esta creencia par-
tificación epistémica es una teoría externista de la justificación ticular? Y ¿cuáles son los criterios de individuación tales que
epistémica. 3 nos pern1itan explicar que esta creencia es resultado de este
caso, y que este caso está asociado a este tipo y sólo a este tipo?
3 . Algunos problemas delfiabilismo de la justificación Wiliiam P. Alston cree tener una respuesta para estas pregun-
tas.4 Sin embargo, Earl Conee y Richard Feldman sostienen
El fiabilismo de la justificación epistémica ha sido objeto de que una solución al problema de la generalidad debe satisfa-
severas y variadas críticas. En lo que sigue mencionaré breve- cer tres condiciones: (i) ser universal; (ii) lograr que los tipos
mente tres de ellas: se afirma que una teoría fiabilista de la jus- identificados tengan una fiabilidad que, de un modo verosímil,
tificación epistémica (i) no nos ofrece criterios claros de identi- sea correlativa a la justificación de las creencias resultantes; y
ficación de procesos de formación de creencias; (ii) no provee (iii) mantenerse fiel al espíritu del enfoque fiabilista, algo que
las condiciones necesarias ni suficientes para la justificación ninguna de las respuestas ofrecidas hasta ahora satisface. 5
epistémica; y (iii) no es capaz de explicar qué hace valioso al
conocilniento. 3 . 2 . ¿Es necesaria o suficiente la fiabilidad
para la justificación epistémica?
3 . 1 . El problema de la generalidad
Uno de los supuestos dominantes entre los teóricos de la justi-
La idea central en esta objeción es que una creencia particu- ficación epistémica es que un análisis adecuado de esta noción
lar se genera 1nediante un proceso particular, pero un proceso debe ofrecer condiciones necesarias y suficientes para afirmar
particular no es el tipo de cosa que pueda ser 1nás o n1enos que una creencia está justificada. Muchos de los críticos de las
fiable. Esto se debe a que sólo es posible evaluar algo como fia- teorías fiabilistas se preguntan si la fiabilidad de un proceso es
ble si ese algo tiene múltiples casos, porque es su repetibilidad necesaria o suficiente para la justificación de una creencia.
lo que permite estimar la proporción de casos en l~s que ese Con respecto a la idea de que la fiabilidad sea una condi-
algo suministró respuestas favorables (o su tendencia a hacer- ción necesaria para la justificación de una creencia, se sostiene
lo). Así, el oqjeto de la evaluación epistémica no pueden ser que si éste fuese el caso, entonces no debería ser posible tener
los procesos particulares: tienen que ser los tipos a los que estos creencias justificadas que no fuesen resultado de un proceso de
procesos pertenecen. El problema, se afirma, es qu~ un proce- este tipo. Sin embargo, un proceso fiable en nuestro mundo real
so puede pertenecer a un número indefinido de tipos y, por podría no serlo en un mundo hipotético donde existiera un
lo tanto, para evaluar una creencia particular debemos poder demonio maligno que hiciera que las creencias resultantes de
identificar el tipo pertinente ~jetnplificado por el proceso que ese mismo proceso fuesen todas falsas. Por ejemplo, podemos
produjo esta creencia en esta ocasión parti~ular. , . concebir a un sujeto S que habita en un mundo en el que todas
Una solución al problema de la generalidad podna darse SI las percepciones de objetos físicos son (generalmente) no verí-
se lograra encontrar criterios claros de individuación de tipos dicas puesto que, en ese mundo, hay un demonio maligno que
de proceso. Las preguntas que debería poder responder el fia- se encarga de hacerlas no verídicas. Supongamos, además, que
bilista son ¿cómo se individúa el tijw al que pertenece el caso las creencias perceptuales de S son idénticas a las nuestras (es
3 Para una discusión, veáse la sección "Internismo y externismo: ¿dos as- decir, idénticas a las creencias que nosotros formamos a través
pectos de lajustificación epistémica?", de esta antología (pp. 313-372). Gold- 4
man interpreta "causa" de un modo amplio, porque incluye tanto los.f~ctores Véase William P. Alston, "¿Cómo concebir la fiabilidad?", pp. 233-273 de
que sostienen a una creencia ya formada, como los factores. que ongman o esta antología.
5
dan inicio a una creencia (es decir, los procesos que determman o ayudan a Véase Earl Conee y Richard Feldman, "El problema de la generalidad
sobredeterminar que una creencia siga siendo aceptada). para el fiabilismo", pp. 275-310 de esta antología.
INTRODUCCIÓN 193
192 ANGELES ERAÑA

para creer que p y que, aun así, hace falta trazar una distinción
de las percepciones de objetos físicos en nuestro mundo real,
entre las propiedades que debe tener una creencia para consi-
donde esas creencias tienden a ser verídicas). Dado que esto es
derarse justificada y aquello que guía a un sujeto en la acepta-
concebible, podernos pensar que los procesos perceptuales de
fonnación de creencias en el mundo de S no son fiables. Sin ción de una creencia (Goldrnan 1979, véanse las pp. 199-231
embargo, parece que sus experiencias perceptuales son feno- de esta antología, y 1986).
menológicamente idénticas a las nuestras. Puesto que nuestras
3 . 3 . El problerna del valor del conocimiento
creencias perceptuales rnuy probablemente están justificadas,
las creencias de S también deberían estar justificadas. Así, pa- La intuición en que descansa el llamado "problema del va-
rece posible tener creencias justificadas que no sean resultado lor del conocimiento" es que si bien la creencia verdadera
de procesos fiables y, por lo tanto, no parece razonable afirmar es algo valioso, en general consideramos que el conocimien-
que la fiabilidad es una condición necesaria para la justificación to es algo más valioso aún. De esto se desprenden distintas pre-
(Goldrnan 2008). guntas que, según se afirma, cualquier teoría que sostenga que
Una posible respuesta a esta objeción es que el dominio re- el conocirniento no es mera creencia verdadera debe respon-
levante para la evaluación de la fiabilidad de un proceso es der, e.g., ¿por qué consideramos más valioso el conocirniento
el mundo en el que el proceso opera; esto quiere decir que, al que la creencia verdadera?, ¿de dónde proviene su valor extra?
evaluar el e status justificatorio de la creencia hipotética de S de Como han rnostrado distintos autores (Zagzebski 1996; Sosa
que p, la fiabilidad del proceso generador de esa creencia debe 2007; Greco 1999), el punto más crítico para que el fiabilismo
evaluarse tomando como referencia nuestro mundo, que es el pueda responder a estas preguntas es su compromiso con el
mundo donde normalmente opera ese proceso. De esta mane- veritismo. Esto se debe a que, si la verdad es el valor episté-
ra, diríamos que las creencias de S están justificadas, pues su mico último, entonces el valor epistémico de la fiabilidad de
proceso de producción de creencias perceptuales es fiable en el un proceso será meramente instrumental con respecto al valor
mundo pertinente~ aunque en el mundo de S no lo sea (Goldman de la verdad. Pero parece que algo que no es más que instru-
1986). mentalmente valioso con respecto a la obtención de creencias
Respecto de la suficiencia de la fiabilidad para la justifica- verdaderas no puede añadirle valor a una creencia verdadera.
ción, suele afirmarse que es posible tener un proceso altamen- Ahora bien, si esto es así, entonces no queda claro cómo una
te fiable de producción de creencias y que, sin embargo, las creencia verdadera que es el resultado de un proceso fiable
creencias que tal proceso genera como resultado no estén jus- (que para el fiabilista es idéntica al conocimiento) puede ser
tificadas. Un ejemplo típico es el caso de una persona, digamos más valiosa que una mera creencia verdadera.
Juan, a quien se le implanta en el cerebro una herramienta de-
Para ilustrar estos planteamientos, Linda Zagzebski ( 1996)
tectora de temperatura que realiza su tarea de modo altamente
ha apelado a la idea general de que la fiabilidad de un proceso
eficiente. En consecuencia, las creencias de Juan acerca de la
a través del cual se produce algo no le añade ningún valor a
temperatura suelen ser verdaderas. No obstante, parece poco
esa cosa. Por ejemplo, una buena taza de café producida por
intuitivo afirmar que Juan está justificado en sus creencias res-
una cafetera fiable (es decir, una cafetera que generalmente
pecto de la temperatura. Así, parece que, para afirmar que las
produce buen café) no parece ser diferente ni más valiosa (me-
creencias de un st~eto están justificadas, hace falta algo más que
jor) que otra buena taza de café preparada por una cafetera
la fiabilidad de los procesos a través de los cuales se formaron.
no fiable (e.g., una cafetera que azarosamente hace buen café).
Una posible respuesta a esta objeción consiste simplemente
Si éste es el caso, entonces no tenemos por qué suponer que
en afirmar que se basa en la idea de que un sujeto sólo puede
el hecho de que una creencia haya sido generada mediante un
estar justificado en creer que p si es capaz de ofrecer razones
194 ÁNGELES ERAÑA INTRODUCCIÓN 195

proceso fiable de producción de creencias le añade algún valor Kornblith, H., 2001, "How Internal Can You Get?", en H. Kornblith
a nuestra creencia verdadera. (comp.), Epistemology: Externalism and lnternalism, Blackwell, Ox-
Si aceptamos que una buena teoría de la justificación episté- ford (Blackwell Readings in Philosophy, 2), pp. 111-125.
mica debe ser capaz de explicar aquello que hace diferente (que Sosa, E., 2007, A Virtue Epistemology: Apt Belief and R~flective Knowledge,
le otorga más valor) al conocimiento sobre la mera creencia vol. 1, Oxford University Press, Oxford.
verdadera, y si aceptamos la crítica que acabamos de plantear, Zagzebski, L., 1996, Virtues of the Mind: An lnquiry into the Nature of Vir-
entonces tendríamos que aceptar que el fiabilismo adolece de tue and the Ethical Foundations of Knowledge, Cambridge University
no poder ofrecer esta explicación. Recientemente, Goldman y Press, Cambridge.
Olsson (2009) han ofrecido argumentos en el sentido de que el
fiabilis1no puede evitar esta crítica.
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¿QUÉ, ES UNA CREENCIAJUSTIFICADA?

ALVIN l. GOLDMAN

El o~jetivo de este artículo es esbozar una teoría de la creencia


justificada. Lo que tengo en n1ente es una teoría explicativa:
una teoría que explique de una manera general por qué cier-
tas creencias se consideran justificadas y otras ir~justificadas. A
diferencia de algunos enfoques tradicionales, no intento pres-
cribir estándares de justificación que difieran de nuestros es-
tándares ordinarios o que los mt;joren. Simplen1ente trato de
explicar los estándares ordinarios, los cuales, creo yo, son muy
diferentes de los de muchas explicaciones clásicas, por ejem-
plo, las "cartesianas".
Un buen número de epistemólogos se han interesado en
la justificación por su supuesta estrecha relación con el cono-
cin1iento. Mi intención es conservar esta relación en 1a con-
cepción de creencia justificada que aquí presento. Si bien en
artículos previos sobre el conocimiento 1 he negado que la jus-
tificación sea necesaria para conocer, en esos casos pensaba yo
en las explicaciones "cartesianas" de la justificación. Según la
explicación de creencia justificada que aquí propongo, la justi-
ficación es necesaria para el conocimiento y se relaciona estre-
chamente con él.
El término 'justificado", supongo, es un término evaluativo,
un término de valoración. Cualquier definición correcta o si-
nónüno de él ta1nbién incluiría términos evaluativos. Asumo
que sería posible dar tales definiciones o sinónimos, pero no
me interesan. Lo que quiero es un conjunto de condiciones
sustantivas que especifiquen cuándo está justificada una creen-
cia. Haga1nos una comparación con el térn1ino moral "correc-
to". É-ste se podría definir en otros térn1inos o frases éticos, lo
1 Véanse Goldman 1967, 1975 y 1976.
200 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 201

cual sería una tarea adecuada para la metaética. La tarea de la sensación de rojo está justificada." Ésta no es la clase de princi-
ética normativa es, en cambio, establecer condiciones sustanti- pio que busco, pues, aun cuando sea correcto, deja sin explicar
vas para poder considerar que una acción es correcta. La ética por qué una persona que tiene la sensación de rojo y cree que
normativa trata de especificar condiciones no éticas que deter- la tiene, cree esto de rnanera justificada. No todo estado es
minen cuándo una acción es correcta. Un ejemplo conocido tal que si alguien está en él y cree que está en él, esa creen-
es el utilitarisrno de las acciones, el cual dice que una acción cia está justificada. ¿Qué es lo distintivo del estado de tener
es correcta si y sólo si produce, o ha de producir, al menos la sensación de rojo, o de los estados "fenoménicos" en gene-
tanta felicidad neta como cualquier otra alternativa de la que ral? Una teoría de la creencia justificada de la clase que busco
disponga el agente. Claramente, estas condiciones necesarias tiene que responder esta pregunta, y por lo tanto debe for-
y suficientes no involucran ninguna noción ética. De manera mularse en un nivel adecuadamente profundo, general o abs-
análoga, quiero una teoría de la creencia justificada que espe- tracto. ·
cifique, en términos no epistémicos, cuándo una creencia está En este punto son oportunas unas cuantas palabras intro-
justificada. Ésta no es la única clase de teoría de lo justificado ductorias acerca de mi explicandum. A menudo se da por sen-
que podríamos buscar, pero es una clase importante de teoría tado que cuando una persona tiene una creencia justificada,
y es la clase que aquí nos interesa. sabe que está justificada y sabe cuál es la justificación. Se da
Para poder evitar los términos epistémicos en nuestra teo- por hecho, además, que la persona puede enunciar o explicar
ría, tenemos que saber qué términos son epistémicos. Obvia- cuál es su justificación. Según esta perspectiva, una justifica-
mente, no es posible dar una lista exhaustiva, pero he aquí ción es un argumento, una defensa o un conjunto de razones
algunos ejemplos: 'justificado", "respaldado" [warranted], "tie- que se pueden aducir en apoyo de una creencia. Así, se estudia
ne (buenas) bases", "tiene razón (para creer)", "sabe que", "ve la naturaleza de la creencia justificada examinando lo que una
que", "aprehende que", "es probable" (en un sentido epistémi- persona podría decir si se le pidiera que defendiera o justificara
co o inductivo), "muestra que", "establece que" y "determina su creencia. N o hago ninguna suposición de esta especie aquí.
que". En cambio, he aquí algunas expresiones no epistémicas Dejo como una pregunta sin resolver si, cuando una creencia
de muestra: "cree que", "es verdadero", "causa", "es necesario está justificada, el sujeto de la creencia sabe que está justificada.
que", "implica", "es deducible a partir de" y "es probable" (sea También dejo abierta la pregunta de si, cuando una creencia
en el sentido de frecuencia o en el de propensión). En general, está justificada, el sujeto de la creencia puede enunciar o dar
las expresiones (puramente) doxásticas, rnetafísicas, modales, una justificación para ella. Ni siquiera supongo que cuando
semánticas o sintácticas no son epistémicas. una creencia está justificada hay algo que el sujeto de la creen-
Hay otra restricción que deseo imponerle a una teoría de la cia "posee" y a lo que se puede denominar 'justificación". Lo
creencia justificada, además de la restricción de que se formule que sí asumo es que una creencia justificada obtiene su esta tus
en un lenguaje no epistémico. Como busco una teoría explica- de estar justificada de algunos procesos o propiedades que la
tiva, esto es, una teoría que esclarezca la fuente subyacente del convierten en justificada. En surr1a, tiene que haber algunos
esta tus de justificación, no basta que una teoría establezca con- procesos o propiedades que confieren justificación. Pero esto
diciones necesarias y suficientes "correctas". Sus condiciones no implica que tenga que haber un argumento, una razón o
también deben ser apropiadamente profundas o reveladoras. cualquier otra cosa que el sujeto de la creencia "posee" en el
Supongamos, por ejemplo, que se ofrece la siguiente condi- momento de la creencia.
ción suficiente de creencia justificada: "Si S tiene la sensación
de rojo en t y S cree en t que está teniendo la sensación de
rojo, entonces la creencia de S en t de que está teniendo la
202 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 203

I un término epistémico, el principio ( 1) sería inadmisible según


esta interpretación, puesto que los términos epistémicos no
Una teoría de la creencia justificada será un conjunto de princi- pueden aparecer legítimamente en el antecedente de una cláu-
pios que especifiquen condiciones de verdad para el esquema sula base. Una segunda interpretación sortearía esta dificultad.
1
la creencia de S en p en el mo1nento t está justificada', esto es, Podríamos interpretar "jJ es indubitable para S" desde un pun-
condiciones para la satisfacción de este esquema en todos los to de vista psicológico, esto es, como si quisiera decir "S es psi-
casos posibles. Será conveniente formular teorías candidatas cológicamente incapaz de dudar de p". Esto haría que el prin-
en un formato recursivo o inductivo, el cual incluiría (A) una cipio (1) fuera admisible, pero, ¿sería correcto? Seguramente
o más cláusulas base, (B) un conjunto de cláusulas recursivas no. Un fanático religioso puede ser psicológicamente incapaz
(posiblemente nulas), y (C) una cláusula de cierre. En un for- de dudar de los principios de su fe, pero eso no hace que su
mato así, se puede permitir que el predicado "es una creencia creencia en ellos esté justificada. De manera parecida, durante
justificada" aparezca en cláusulas recursivas. Pero ni este predi- el caso Watergate, alguien podría haber estado tan cegado por
cado ni ningún otro predicado epistémico puede aparecer en el aura de la Presidencia que, aun después de que salieron a la
(el antecedente de) ninguna cláusula base. 2 luz las pruebas más pe~judiciales en contra de Nixon, todavía
Antes de pasar a mi propia teoría, quiero indagar sobre al- fuera incapaz de dudar de la veracidad de Nixon. De esto no se
gunos otros enfoques posibles c.e las creencias justificadas. La sigue que su creencia en la veracidad de Nixon haya estado jus-
identificación de problemas asociados con otras propuestas in- tificada.
tentadas brindará alguna motivación para la teoría que plan-
Un segundo principio candidato de cláusula base es el si-
tearé. Obviamente no puedo examinar todos los acerca1nientos
guiente:
alternativos, ni siquiera una gran cantidad de ellos; pero será
instructivo revisar unos cuantos de muestra.
(2) Si S cree que p en t, y p es autoevidente, entonces la
Concentrémonos en la tentativa de formular uno o más prin-
creencia de S en p en t está justificada.
cipios adecuados de cláusula base. 3 El siguiente es un candida-
to clásico:
Para evaluar este principio, de nuevo necesitamos una inter-
(1) Si S cree que p en t, y p es indubitable para S (en t), pretación de su término crucial, en este caso "autoevidente".
entonces la creencia de S en p, en el momento t, está Según una interpretación estándar, "evidente" es sinónimo de
justificada. '~justificado". Por consiguiente, "autoevidente" significaría algo
como 'justificado directamente", 'justificado intuitivamente" o
Para evaluar este principio, necesitamos saber qué significa "in- '~justificado no derivadamente". De acuerdo con esta lectura,
dubitable". Se puede entender cuando menos de dos maneras. "autoevidente" es una frase epistémica, y el principio (2) que-
En prÍiner lugar, "p es indubitable para S" podría significar: daría descalificado como un principio de cláusula base.
"S no tiene bases para dudar de p". Ahora bien, como "base" es Sin embargo, hay otras interpretaciones posibles de "p es
autoevidente" según las cuales ésta no es una frase epistémi-
2
Nótese que la elección de un formato recursivo no predispone el caso en ca. Una de esas interpretaciones es la siguiente: "Es imposible
favor o en contra de ninguna teoría particular. Un formato recursivo es total-
mente general. De manera específica, un cor~junto explícito de condiciones
entender jJ sin creerla. "4 Conforme a esta interpretación, las
suficientes y necesarias es sólo un caso especial de un formato recursivo, es
4 Una definición como ésa (aunque sin el término modal) es la que dan,
decir, un formato en el cual no hay cláusulas recursivas.
3
Muchas de las propuestas que examinaré han sido sugeridas por lo que por ejemplo, Quine y Ullian 1970, p. 21. Se dice que los enunciados son
plantea Alston 1971. autoevidentes sólo en caso de que "entenderlos sea creerlos".
204 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 205

verdades analíticas y lógicas triviales podrían resultar ser auto- convincente son las creencias en verdades necesarias. Así, otros
evidentes. Por consiguiente, cualquier creencia en una verdad principios de una cláusula base serán necesarios para explicar
así sería una creencia justificada, de acuerdo con (2). el esta tus de justificación de creencias en proposiciones contin-
¿Qué significa "es imposible entender p sin creerla"? ¿signi- gentes.
fica "humanamente imposible"? Esta lectura probablemente ha- La noción de un principio de cláusula base se asocia natu-
ría que (2) fuera un principio inaceptable. Bien puede haber ralmente con la idea de justificación "directa", y en el ámbito
proposiciones que los humanos tengan una disposición innata de las proposiciones contingentes con frecuencia se les ha asig-
e irreprimible a creer, por ejemplo, "Algunos sucesos tienen nado este papel a las proposiciones de "estados mentales actua-
causas". Pero parece poco probable que la incapacidad de las les de primera persona". En la terminología de Chisholm, esta
personas para abstenerse de creer en una proposición como concepción se expresa por medio de la noción de un estado o
ésa haga que toda creencia en ella esté justificada. proposición "que se autopresenta". La oración "Estoy pensando"
¿Deberíamos entonces entender "imposible" como "imposi- expresa, por ejemplo, una proposición de autopresentación.
ble en principio", o "lógicamente imposible"? Si ésa es la in- (Al menos llamaré "proposición" a este tipo de contenido, aun-
terpretación que se le da, sospecho que (2) es un principio va- que sólo tenga un valor de verdad dada cierta atribución de
cuo. Dudo que incluso las verdades lógicas o analíticas triviales un sujeto que emite o considera el contenido y un momento
satisfagan esta definición de "autoevidente". Podemos asumir en que lo considera.) Cuando una proposición así es verdade-
que cualquier proposición tiene dos o más componentes que ra para la persona S en el momento t, S está justificado para
están organizados o yuxtapuestos de algún modo. Para enten- creerla en t: en la terminología de Chisholm, la proposición es
der la proposición tenemos que "captar" los componentes y "evidente" para S en t. Esto sugiere el siguiente principio de
su yuxtaposición. Ahora bien, en el caso de verdades lógicas cláusula base.
complejas, hay operaciones psicológicas (humanas) que son su- (3) Si pes una proposición que se autopresenta, y pes verda-
ficientes para captar los componentes y su yuxtaposición, pero dera para S en t, y S cree p en t, entonces la creencia de S
que no bastan para producir la creencia de que la proposición en p, en el momento t, está justificada.
es verdadera. Pero, ¿no podemos cuando menos concebir un
¿Qué significa exactamente "se autopresenta"? En la segunda
conjunto análogo de operaciones psicológicas ni siquiera para
edición de Theory of Knowledge, Chisholm ofrece esta defini-
las verdades lógicas simples, operaciones que tal vez no estén
ción: "h se autopresenta para S en =df· hes verdadera en t; y,
en el repertorio de los sujetos cognoscentes humanos, pero que
necesariamente, si hes verdadera en t, entonces hes evidente
podrían estar en el repertorio de algunos seres concebibles?
para S en t." 5 Por desgracia, como "evidente" es un término
Esto es, ¿no podemos concebir operaciones psicológicas que
epistémico, "se autopresenta" también se convierte en un tér-
sean suficientes para captar los cornponentes y la yuxtaposi-
mino epistémico según esta definición, con lo cual (3) queda
ción composicional de estas proposiciones simples, pero que
descalificada como una cláusula base legítirna. Hay que ofrecer
no basten para producir creencia en las proposiciones? Creo
alguna otra definición de "autopresentación" si queremos que
que podemos concebir tales operaciones. Por lo tanto, para
(3) sea un principio de cláusula base adecuado.
cualquier proposición que se elija, será posible entenderla sin
Otra definición de autopresentación viene de inmediato a
creerla. la mente. La "autopresentación" es un sinónimo aproximado
Finalmente, aun cuando hagamos a un lado estas dos obje-
de "autoindicación", y se puede decir que una proposición es
ciones, tenemos que hacer notar que la "autoevidencia" en el
autoindicadora si y sólo si cuando es verdadera de una persona,
mejor de los casos puede conceder esta tus de justificación a un
número relativamente reducido de creencias, y el único grupo 5 Véase Chisholm 1977, p. 22.
206 ALVIN l. GOLDMAN
¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 207

esa persona la cree. Dicho con más exactitud, podemos dar la se realiza cada vez que esta1nos en el estado cerebral B. 7 Se-
siguiente definición. gún (3N), cualquier creencia así está justificada. Pero con toda
claridad esto es falso. Fáciln1ente podemos imaginar circuns-
(AP) La proposición p se autopresenta si y sólo si: necesaria- tancias en las cuales una persona entra en el estado cerebral B
mente, para cualquier S y cualquier t, si jJ es verdadera y, por :onsiguiente, tiene la creencia en cuestión, aunque esta
para S en t, entonces S cree p en t. creen o~ no ~stá de ningún modo justificada. Por ejemplo, po-
demos Imaginar que un neurocirujano que opera al sujeto S
Conforme a esta definición, queda claro que "se autopresen-
indu:e artificialmente el estado cerebral B. Desde un punto
ta" no es un predicado epistémico, de modo que (3) sería un
d~ :Ista fenomenológico, esto da como resultado que S crea
principio admisible. Además, hay una verosimilitud inicial en
subitamente --como por arte de magia- que está en el estado
la propuesta de que es este rasgo de las proposiciones "de esta-
cerebral B, sin ninguna creencia antecedente pertinente. En un
dos mentales actuales de primera persona" -es decir, su verdad
caso así, difícilmente diríamos que la creencia de S de que está
garantiza el que sean creídas- el que hace que las creencias en
en el estado cerebral B está justificada.
ellas estén justificadas.
Examinemos ahora la versión lógica de (3) -llamémosla
Empleando esta definición de autopresentación, ¿es correc-
"(3L)" en la cual una proposición se define como que se auto-
to el principio (3)? Esto no se puede decidir mientras no defina-
presenta sólo en caso de que sea lógicamente necesario que si
mos autopresentación con mayor exactitud. Como el operador
"necesariamente" se puede interpretar de diferentes maneras,
P es verdadera para S en t, entonces S cree p en t. Esta versión
1nás fuerte del principio (3) podría parecer más prometedo-
hay distintas formas de autopresentación y, en consecuencia,
ra. Sin embargo, no tiene de hecho más éxito que (3N)· Sea p
diferentes versiones del principio (3). Centrémonos en dos de
la proposición "Estoy despierto" y supongamos que es lógica-
estas interpretaciones: una lectura "nomológica" y una lectura
mente necesario que si esta proposición es verdadera para una
"lógica". Considérese, en primer lugar, la interpretación nomo-
~e:~ona S y u~ momento t, entonces S cree p en t. Esta supo-
lógica. Según esta definición, una proposición se autopresenta
SICion es consistente con el supuesto adicional de que S fre-
sólo en caso de que sea nomológicamente necesario que si p es
cu~ntemente cree p cuando es falsa, por ~jemplo, cuando está
verdadera para S en t, entonces S cree p en t. 6
¿Es correcta la versión nomológica del principio (3) -llamé- sonando. En estas circunstancias, difícilmente aceptaríamos la
mosla "(3N)"-? Para nada. Podemos imaginar casos en los cua- afirmación de que la creencia de S en esta proposición siem-
pre está justificada. Pero, ¿acaso tan1poco deberíamos aceptar
les el antecedente de (3 N) se satisface, pero no diríamos que la
creencia está justificada. Supongamos, por ~jemplo, que p es la afirmación de que la creencia está justificada cuando es ver-
dad~ra? La verdad de la proposición garantiza lógicamente que
la proposición expresada por la oración "Estoy en un estado
se tzene la creencia, pero ¿por qué debería garantizar que la
cerebral B", donde "B" es la forma abreviada de cierta descrip-
creencia está justificada?
ción de un estado neural altamente específico. Supongamos
además que es una verdad nomológica que cualquiera que esté La crítica anterior sugiere que tenemos las cosas al revés.
en un estado cerebral B creerá, ipso facto, que está en el estado La ide~ de la autopresentación es que la verdad garantiza la
cerebral B. Dicho de otra manera, imaginemos que una creen- creencia. Esto no confiere justificación porque es compatible
cia ocurrente con el contenido "Estoy en el estado cerebral B" 7
Esta suposición vulnera la tesis que Davidson llama "El anomalismo de lo
6 Asumo, desde luego, que "nomológicamente necesario" es de re con res- mental". Cfr. Davidson 1970. Pero no queda claro que esta tesis sea una verdad
pecto a "S" y "t" en esta construcción. No me centraré en los problemas que n.ecesaria. Así, parece justo asumir que es falsa a fin de producir un contra-
~!~mplo. El ejemplo ni entrai1a ni excluye la teoría de la identidad mental-
pueden surgir en este aspecto, dado que mis principales intereses se dirigen
flSlca.
a otros problemas.
208 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 209

con que haya creencia sin verdad. Así, lo que parece necesario tuita, como pretende ilustrarlo el ejen1plo del estado de creen-
-o al menos suficiente- para la justificación es que la creen- cia/ estado cerebral. Para apreciar el planteamiento, considé-
cia garantice la verdad. Esta noción ha pasado habitualmente rese la siguiente posibilidad relacionada. La estructura mental
bajo la etiqueta de "infalibilidad" o "incorregibilidad". Se puede de una persona podría ser tal que cada vez que cree que p será
definir de la siguiente rnanera: verdadera (de él) una fracción de segundo después, entonces
p es verdadera (de él) una fracción de segundo después. Esto
(INC) La proposición p es incorreg·ible si y sólo si: necesa- obedece -podemos suponer- a que el que lo crea hace que
riamente, para cualquier S y cualquier t, si S cree p sea el caso. Pero, seguramente, en tales circunstancias no es~
en t, entonces p es verdadera para S en t. taríamos obligados a decir que una creencia de este tipo está
justificada. Entonces, ¿por qué el hecho de que S cree p garan-
U sando la noción de incorregibilidad, podernos proponer el tiza la verdad de p debería ünplicar precisamente en el momento
principio (4). de la creencia que la creencia está justificada? N o hay ninguna
verosirnilitud intuitiva en esta suposición.
(4) Si p es una proposición incorregible, y S cree p en t, en-
La noción de incorregibilidad lógica ocupa una posición de
tonces la creencia de S en p, en el rnomento t, está justifi-
más respeto en la historia de las concepciones de justificación.
cada. Pero creo que incluso el principio (4L) adolece de defectos si-
Tal como fue verdadero de la autopresentación, hay diferentes milares a los de (4N ). El mero hecho de que la creencia en p
variedades de incorregibilidad, en correspondencia con dife- garantice lógicamente su verdad no le confiere esta tus de justi-
rentes interpretaciones de "necesariamente". En consecuencia, ficación a dicha creencia.
tenemos diferentes versiones del principio (4). Una vez más, La primera dificultad con (4L) surge de las verdades lógicas
concentrémonos en una versión nomológica y en una versión o mate1náticas. Cualquier proposición verdadera de lógica o
lógica, (4N) y (4L) respectivamente. rnatemáticas es lógicamente necesaria. Por consiguiente, cual-
Fácilmente podemos construir un c0ntraejemplo de (4N) en quier proposición p de ese tipo es lógicamente incorregible,
la línea del contraejemplo estado de creencia/ estado cerebral puesto que es lógicarnente necesario que, para cualquier S y
que refutó (3N ). Supongamos que es nomológicamente nece- cualquier t, si S cree p en t, entonces p es verdadera (para S
sario que si alguien cree que está en el estado cerebral B, en- en t). Ahora supongamos que Nelson cree en cierta verdad
tonces es verdadero que está en el estado cerebral B, pues la rnate1nática rnuy compleja en el momento t. Como una propo-
única manera en que este estado de creencia se realiza es a tra- sición de ese tipo es lógicamente incorregible, (4L) implica que
vés del estado cerebral B misrno. De esto se sigue que "Estoy la creencia de N elson en esta verdad en t está justificada. Pero
en el estado cerebral B" es una proposición nomológicamente podemos suponer fácilrnente que esta creencia de N elson no
incorregible. Por lo tanto, según (4N), cuando cualquiera cree es de ningún modo el resultado de un razonamiento matemá-
esta proposición en cualquier momento, esa creencia está jus- tico apropiado, ni siquiera el resultado de apelar a la autoridad
tificada. Pero podemos de nuevo construir un ejemplo con un fidedigna. Tal vez N elson crea en esta verdad compleja debido
neurocirujano, en el cual alguien llegue a tener una creencia a un razonamiento del todo confuso, o debido a una conjetura
así pero la creencia no esté justificada. apresurada y mal fundada. Entonces su creenciá no está justifi-
Aparte de este contraejemplo, el planteamiento general es cada, en contra de lo que (4L) implica.
el siguiente: ¿por qué el hecho de que S cree p garantiza la Hay que admitir que el caso de las verdades lógicas o ma-
verdad de p debería implicar que la creencia de S está justifi- temáticas es peculiar, pues la verdad de estas proposiciones
cada? La naturaleza de la garantía podría ser totalmente for- está asegurada con independencia de cualesquiera creencias.
210 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ, ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 211

~odría parecer, en consecuencia, que podemos captar mt::jor la


Idea de "creencia que garantiza lógicamente la verdad" en casos
en que las proposiciones en cuestión son contingentes. Tenien- II
do esto en Inente, podríamos restringir (4L) a proposiciones
incorregibles contingentes. Ahora bien, ni siquiera esta enmien-
Tratemos de diagnosticar lo que ha ido mal con estos intentos
da puede salvar (4L ), ya que hay contraejemplos de ella que
de producir un principio de cláusula base aceptable. Nótese
involucran proposiciones puramente contingentes.
que cada uno de los intentos anteriores confiere el estatus de
Supongamos que Humperdink ha estado estudiando lógi-
':justificado" a una creencia sin restricción sohre por qué se tiene
ca -o, más bien, pseudológica- con Elmer Fraude, en quien,
la creencia, es decir, sobre qué inicia causalmente la creencia o
como lógico, Humperdink no tiene razón para confiar. Fraude
la sustenta casualmente. Queda muy claro que las versiones lógi-
ha enunciado el principio de que cualquier proposición disyun-
cas de los principios (3) y (4), por ejetnplo, no ponen ninguna
tiva que consista en al menos cuarenta disyuntos diferentes es
restricción en las causas de las creencias. Lo mismo es cierto
muy probablemente verdadera. Humperdink encuentra enton-
de las versiones nomológicas de (3) y (4), ya que los requisitos
ces la proposición p, una proposición contingente con cuaren-
ta disyuntos, el séptimo de los cuales es: "Yo existo". Aunque no1nológicos pueden ser satisfechos por leyes de simultaneidad
Humperdink capta la proposición plenamente, no nota lo que o transversales, tal como lo ilustran nuestros <::jemplos del esta-
entraña "Yo existo". Más bien está sorprendido por el hecho do cerebral/estado de creencia. Sugiero que la ausencia de re-
de que cae bajo la regla de disyunción que Fraude ha enuncia- quisitos causales explica el fracaso de los principios anteriores.
do (una regla que, según asumo, Humperdink no está Justifi- Muchos de nuestros contraejemplos son de un tipo en el que la
cado para creer). Con esta regla presente, Humperdink forma creencia es causada de una manera extraña o inaceptable, por
una creencia en p. Ahora bien, nótese que p es lógicamente ejemplo, mediante eltnovimiento accidental de la mano de un
neurocir~jano, por basarse en un principio pseudológico ilíci-
incorregible. Es lógicamente necesario que si alguien cree p,
entonces p es verdadera (de él en ese momento). Esto simple- to, o por el aura cegadora de la Presidencia. En general, una
mente se sigue del hecho de que, en primer lugar, el que una estrategia para vencer un principio no causal de la condición
persona crea algo entraña que esa persona existe, y segundo, de justificado consiste en encontrar un caso en el cual el ante-
"Yo existo" entraña p. Como p es lógicamente incorregible, el cedente del principio se satisfaga, pero la creencia sea causada
principio (4L) implica que la creencia de Humperdink en p está por algún proceso de formación de creencias defectuoso. Lo
justificada. Pero seguramente, dado nuestro ejemplo, esta con- defectuoso del proceso de formación de creencias nos inclina··
clusión es falsa. La creencia de Humperdink en p no está de rá, intuitivamente, a considerar la creencia como i~justificada.
ningún modo justificada. Así, los principios correctos de la creencia justificada deben
Una cosa que va por mal camino en este <::jemplo es que ser principios que planteen requisitos causales, donde "causa"
si bien la creencia de Humperdink en p ünplica lógicamente se interpreta de manera amplia para incluir a los sostenedores
su verdad, Humperdink no reconoce que el que la crea impli- así como a los iniciadores de la creencia (es decir, los procesos
que su verdad. Esto podría impulsar a un teórico a revisar (4L) que determinan, o ayudan a sobredeterminar, el que se siga
añadiendo el requisito de que S "reconozca" que ji es lógica- sosteniendo una creencia). 8
mente incorregible. Pero esto, desde luego, no funcionará. El 8 El ~jemplo de Keith Lehrer del abogado gitano tiene por objeto mostrar
término "reconoce" es obviatnente un término epistémico, y lo inapropiado de un requisito causal. (Véase Lehrer 1974, pp. 124-125.) Pero
así la revisión sugerida de (4L) daría como resultado una cláu- me parece que este ~jemplo es poco convincente. En la medida en que me
sula base inadmisible. imagino claramente que el abogado ftia su creencia exclusivamente como
212 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 213

La necesidad de requisitos causales no se restringe a los El estatus de justificación de una creencia es una función de
principios de cláusula base. Los principi?s recursivos ta.m?~én la fiabilidad del proceso o los procesos que la causan, donde
necesitarán un cornponente causal. Podnamos suponer IniCial-: (coino priinera aproximación) la fiabilidad consiste en la ten-
rnente que el siguiente es un buen principio recursivo: "Si dencia de un proceso a generar creencias que son verdaderas
S justificadainente cree q en t, y q irnplica p, y S cr?~ p t, :n más que falsas.
entonces la creencia de S en p, en el momento t, esta JUStifica- Para poner a prueba esta tesis aún más, nótese que estar jus-
da." Pero este principio es inaceptable. La creencia de S en P tificado no es un concepto puramente categórico, aunque aquí
no recibe su esta tus de justificación siinplemente por el hecho lo trato como categórico en aras de la sencillez. Podemos con-
de que q ünplique p y S justificadamente crea q. Si lo que causa siderar, y de hecho consideran1os, que ciertas creencias están
que S crea p en t es enteramente diferente, la creencia de S rnás justificadas que otras. Lo que es más, nuestras intuicio-
en p bien puede no estar justificada. La situación. t~:npoco se nes del grado relativo de justificación coinciden con nuestras
puede remediar añadiendo al antecedente la condiCion de que creencias acerca del grado relativo de fiabilidad de los procesos
S cree justificadamente que q implica p. Aun cuan~o ~1 crea que causan creencias.
esto, y crea q tmnbién, no podría poner estas creenn~s JUnt~s. Considérese el caso de las creencias perceptuales. Suponga-
Podría creer p como resultado de algunas otras consideraCio- mos que Jones cree que acaba de ver una cabra montés. Nues-
nes por completo ajenas. Así, una vez más, l~s condicio~es que tra evaluación de lo justificado de la creencia está determinada
no exigen causas apropiadas de una creencia no garantizan su por el hecho de si alcanzó a vislumbrar a la criatura a una
condición de estar justificadas. gran distancia, o si. tuvo una buena vista de ella a unos diez
Una vez concedido que los principios de la creencia justifi- metros de distancia. En este segundo tipo de caso, su creen-
cada tienen que hacer referencia a las causas de la creencia, cia está (ceteris paribus) más justificada que en el primero. Y, si
¿qué tipos de causas confieren el carácter d~ jus~ificado? Tal su creencia es verdadera, estamos más dispuestos a decir que
vez logrernos entender mejor este problema SI revisamos algu- sabe en el segundo caso, que en el primero. La diferencia en-
nos procesos defectuosos de formación de creencias, es decir, tre los dos casos parece ser la siguiente. Las creencias visuales
procesos cuyas creencias resultantes se podrían clasificar coino formadas a partir de un breve y apresurado vistazo, o cuando
injustificadas. He aquí algunos ejemplos: el razonamiento con- el objeto perceptual está a una distancia alejada, tienden a ser
fuso, el pensamiento desiderativo [wishful thinking], el torr:a~ erróneas rnás a rnenudo que las creencias visuales formadas a
como base el apego emocional, la mera corazonada o adivi- partir de una rnirada detallada y sin prisas, o cuando el objeto
nación y la generalización apresurada. ¿Qué tienen en común está razonablemente cerca. En suma, los procesos visuales de
todos estos procesos defectuosos? Comparten el rasgo de la no la prirnera categoría son menos fiables que los de la segunda.
fiabilidad: tienden a producir error una buena part.e, del tiempo. Un planteamiento similar vale para las creencias basadas en
En cambio, ¿qué especies de procesos de formac10n de creen- la memoria. Una creencia que es resultado de una impresión
cias (o de sostenimiento de creencias) son intuitivamente las indistinta y vaga en la rnernoria cuenta corno menos justifica-
que confierenjustificación? Entre ellas se incluyen los ?rocesos da que una creencia que surge de una impresión memorística
perceptuales estándar, los recuerdos, el buen razonamiento y}a distinta, y nuestra inclinación a clasificar estas creencias como
introspección. Lo que estos procesos parecen tener en comun "conocimiento" varía de la rnisma manera. De nuevo, la razón se
es la fiabilidad: las creencias que producen son generalmente asocia a la fiabilidad comparativa de los procesos. Las impre-
verdaderas. Mi propuesta positiva es, entonces, la siguiente. siones memorísticas vagas e indistintas son en general indica-
resultado de las cartas, parece intuitivamente equivocado decir que sabe -o dores menos fiables de lo que realmente sucedió; así, es menos
tiene una creencia justificada de- que su cliente es inocente. probable que las creencias formadas a partir de estas impre-
214 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ. ES UNA CREENCIA .JUSTIFICADA? 215

siones sean verdaderas que las creencias formadas a partir de naria de lo justificado, y con1o nuestra concepción ordinaria es
impresiones distintas. Además, considérense las creencias ba- vaga en esta cuestión, es conveniente d~jar la teoría vaga en el
sadas en inferencias hechas a partir de muestras observadas. 1nismo aspecto.
Una creencia acerca de una población que se basa en un mues- Necesita1nos decir más acerca de la noción de "proceso" de
treo aleatorio, o en casos que manifiestan gran variedad, intui- formación de creencias. Entendamos por "proceso" una opera-
tivamente está más justificada que una creencia basada en un ción o procedimiento funcional, es decir, algo que genera un ma-
muestreo sesgado, o en casos extraídos de un estrecho sector jJeo de ciertos estados -los "insun1os"- con otros estados -los
de la población. Una vez más, el grado en que algo está justi- "resultados"-. En este caso, los resultados son estados de creer
ficado parece ser una función de la fiabilidad. Las inferencias esta o aquella proposición en un 1nomento dado. Según esta in-
basadas en muestras aleatorias o variadas tenderán a producir terpretación, un proceso es un tijJo en cuanto opuesto a un caso.
menos error o inexactitud que las inferencias basadas en Inues- Esto es totahnente adecuado, pues sólo los tipos tienen propie-
tras no aleatorias o no variadas. dades estadísticas como producir la verdad en un ochenta por
Volviendo a un concepto categórico de la condición de es- ciento de las veces; y son precisan1ente tales propiedades esta-
tar justificado, podríamos preguntar simplemente cuán fiable dísticas las que determinan la fiabilidad de un proceso. Desde
tiene que ser un proceso de formación de creencias a fin de luego, también queremos hablar de un proceso como causante
que sus creencias resultantes estén justificadas. No se debería de una creencia, y parece como si los tipos fueran incapaces
esperar una respuesta precisa a esta pregunta. Nuestra concep- de ser causas. Pero cuando decimos que una creencia es cau-
ción de justificación es vaga en este aspecto. Parece claro, sin sada por un proceso dado, entendido como un procedimiento
embargo, que no se exige la fiabilidad perfecta. Hay procesos funcional, podemos interpretar que esto quiere decir que es
de formación de creencias que a veces producen error y aún causado por los insumas particulares que entran al proceso (y
así confieren justificación. De esto se sigue que puede haber por los sucesos intervinientes "a través de los cuales" el proce-
creencias justificadas que sean falsas. dimiento funcional convierte los insumos en el resultado) en
He caracterizado los procesos que confieren justificación la ocasión en cuestión. ·
como aquellos que tienen una "tendencia" a generar creencias ¿cuáles son algunos ~jemplos de "procesos" de formación
verdaderas más que falsas. El término "tendencia" podría ha- de creencias interpretados como operaciones funcionales? Un
cer referencia o bien a la frecuencia a largo plazo real, o a una ejemplo son los procesos de razonamiento, donde los insu-
"propensión", esto es, los resultados que ocurrirían en realiza- mos incluyen creencias antecedentes e hipótesis contempla-
ciones meramente posibles del proceso. ¿cuál de estos casos se das. Otro eje1nplo son los procedimientos funcionales cuyos
busca? Por desgracia, creo que nuestra concepción ordinaria insumos incluyen deseos, esperanzas o estados emocionales
de la condición de justificado es vaga también en esta dimen- de varias clases Uunto con creencias antecedentes). Un tercer
sión. En la mayoría de los casos, simplemente asumimos que ejemplo es un proceso de memoria, que toma como insumo
la frecuencia "observada" de verdad contra error se replicaría creencias o experiencias en un tie1npo anterior y genera como
aproximadamente en el largo plazo real, y también en situacio- resultado creencias en un tiempo posterior. Por ejemplo, un
nes contrafácticas pertinentes, esto es, aquellas que son muy proceso de me1noria podría tomar co1no insumo, en t¡, una
"realistas", o que se conforman estrechamente a las circunstan- creencia de que Lincoln nació en 1809 y generar como resulta-
cias del mundo real. Como de ordinario asumimos que estas do una creencia, en t11 , de que Lincoln nació en 1809. Un cuarto
frecuencias son más o menos las mismas, no hace falta que ejemplo son los procesos perceptuales. En este caso, no queda
coordinemos esfuerzos para distinguirlos. Como el propósito claro si los insu1nos deberían incluir estados del entorno, co1no
de mi teorización actual es capturar nuestra concepción ordi- la distancia a la que se encuentra el estín1tllo con respecto al su-
216 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 217

jeto cognoscente, o sólo sucesos del interior o en la superficie beríarnos restringir el alcance de los procesos de fonnación de
del organismo, e.g., las estünulaciones a los receptores. Volveré creencias a sucesos "cognitivos", esto es, sucesos que ocurren
a este punto en un m01nento. dentro del sistema nervioso del organis1no? Yo elegiré la se-
Un problema crítico en relación con nuestro análisis es el gunda opción, aunque con cierta vacilación. La razón general
grado de generalidad de los procesos-tipo en cuestión. Las re- por la cual decido esto es, en líneas generales, la siguiente. La
laciones insurno-resultado se pueden especificar muy en gene- condición de justificado parece ser una función de cómo un
ral o de una 1nanera 1nuy limitada, y el grado de generalidad stüeto cognoscente maneja su insurno ambiental, es decir, la
determinará parcialmente el grado de fiabilidad. Se podría se- buena o mala calidad de las operaciones que registran y trans-
leccionar un proceso-tipo de una manera tan limitada que sólo forman la estinmlación que le llega a él. (Desde luego, "maneja"
llegue a ocurrir una vez un caso de él, y por lo tanto el tipo no significa acción intencionada; tarnpoco se restringe a la ac-
es o completamente fiable o completamente no fiable. (Esto tividad consciente.) Una creencia justificada es, por decirlo así,
supone que la fiabilidad es sólo una función de la frecuencia una creencia resultado de operaciones cognitivas que, en tér-
real.) Si se seleccionaran esos procesos-tipo tan delimitados, se Ininos generales, son buenas o exitosas. Pero las operaciones
podría decir que creencias intuitivamente injustificadas son re- "cognitivas" se interpretan de la manera más verosímil como
sultado de procesos totalmente fiables; y se podría decir que operaciones de las facultades cognitivas, esto es, del equipa-
creencias intuitivamente justificadas son resultado de procesos ~iento "de procesamiento de información" interno del orga-
de ningún modo fiables. nisino.
Es evidente que nuestro pensamiento ordinario sobre los Con estos planteamientos en mente, podemos ahora propo-
procesos-tipo los corta de manera general, pero en este mo- ner el siguiente principio de cláusula base para la creencia jus-
mento no puedo dar una explicación precisa de nuestros prin- tificada.
cipios intuitivos. Una propuesta verosímil, ernpero, es que los
(5) Si el que S crea p en t es resultado de un proceso (o con-
procesos pertinentes son neutrales en cuanto al contenido. Cabría
junto de procesos) de formación de creencias cognitivas
argumentar, por ejemplo, que el proceso de infeTir p cada vez
fiable, entonces la creencia de S en p, en el momento t,
que el Papa afirma p podría plantearle problemas a nuestra teo-
está justificada.
ría. Si el Papa es infalible, este proceso será totalmente fiable;
sin embargo, no consideraríamos que las creencias resultantes Como "proceso de fonnación de creencias fiable" ha sido de-
de este proceso están justificadas. La restricción de neutralidad finido en térrninos de nociones tales corno creencia, verdad,
en cuanto al contenido evitaría esta dificultad. Si se exige que frecuencia estadística y sin1ilares, entonces no es un término
los procesos pertinentes admitan como insumas creencias (u epistérnico. Por lo tanto, (5) es una cláusula base admisible.
otros estados) con cualquier contenido, el proceso antes men- Podría parecer como si (5) prornetiera ser no sólo una cláu-
cionado no contará, pues las creencias que ha tenido como in- sula base exitosa, sino también el único principio necesario,
sumos tienen un contenido proposicional restringido, es decir, aparte de una cláusula de cierre. En otras palabras, podría pa-
"el Papa afirrna p". recer co1no si fuera una condición necesaria así como suficien-
Además del problema de "generalidad" o "carácter abstrac- te de la condición de justificado que una creencia sea produci-
to", está el problema antes mencionado del "alcance" de los pro- da por procesos cognitivos t1ables de formación de creencias.
cesos de formación de creencias. Está claro que la ascendencia Pero esto no es del todo correcto, dada nuestra definición pro-
causal de las creencias suele incluir sucesos que ocurren fuera visional de "fiabilidad".
del organismo. ¿Han de ser estos sucesos incluidos entre los Nuestra definición provisional implica que un proceso de
"insumas" de los procesos de formación de creencias? ¿o de- razonanüento es fiable sólo si en general produce creencias
218 ALVIN l. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 219

verdaderas, y asimismo, que un proceso de men1oria es fiable 1nento t, están ellas mismas justificadas, entonces la creen-
sólo si en general produce creencias que son verdaderas. Pero cia de S en ji, en el momento t, estájustificada. 10
estos requisitos son demasiado estrictos. No se puede esperar
Si a (6A) y (6B) les añadimos la cláusula de cierre estándar, ten-
que un procedimiento de razonamiento produzca una creencia
dreinos una teoría completa de la creencia justificada. La teo-
verdadera si se aplica a premisas falsas. Y no se puede esperar
ría dice, en efecto, que una creencia está justificada si y sólo si
que la memoria genere una creencia verdadera si la creencia está "bienformada", esto es, tiene una ascendencia (ancestry) de
original que intenta retener es falsa. Así que lo que necesi- operaciones cognitivas fiables y/ o condicionalmente fiables.
tamos para el razonamiento y la memoria es una noción de (Como una creencia fechada puede estar sobredeterminada,
':fiabilidad condicional". Un proceso es condicionalmente fiable es posible que tenga varios árboles genealógicos distintos. No
cuando una proporción suficiente de sus creencias resultantes es necesario que todos estén llenos de procesos fiables o condi-
son verdaderas dado que sus creencias-insumo son verdaderas. cionalmente fiables. Pero al menos un árbol genealógico debe
Teniendo presente este planteamiento, distingamos proce- tener procesos fiables o condicionalmente fiables en toda su
sos cognitivos dependientes de creencias e independientes de creen- extensión.)
cias. Los primeros son procesos algunos de cuyos insumos son Así, la teoría de la creencia justificada aquí propuesta es una
estados de creencia. 9 Los segundos son procesos ninguno de teoría histórica o genética. Contrasta con el enfoque dominante
cuyos insu1nos son estados de creencia. Podemos entonces de las creencias justificadas, un enfoque que genera lo que po-
reemplazar el principio (5) con los dos principios siguientes, demos llamar (tomando prestada una frase de Robert Nozick)
el primero es un principio de cláusula base y el segundo un teorías "de las porciones actuales" [current time-slice theories]. Una
principio de cláusula recursiva. teoría de las porciones actuales hace que el esta tus de justifica-·
ción de una creencia sea por completo una función de lo que
(6A) Si la creencia de S en p, en el momento t, resulta ("inlne- es verdadero del sujeto cognoscente en el momento de la creen-
diatamente") de un proceso independiente de creencias cia. Una teoría histórica hace que el estatus de justificación de
que es (incondicionalmente) fiable, entonces la creencia una creencia dependa de su historia previa. Como mi teoría
de S en p, en el momento t, está justificada. histórica subraya la fiabilidad de los procesos de generación
de creencias, se puede llamar ''fiabilismo histórico".
(6B) Si la creencia de S en p, en el momento t, resulta ("in- Los t;jemplos más obvios de teorías de las porciones actua-
les son las teorías fundacionistas "cartesianas", que rastrean el
mediatamente") de un proceso dependiente de creencias
origen de todos los estatus de justificación (por lo menos de
que es (al menos) condicionalmente fiable, y si las creen-
cias (si acaso hay alguna) con base en las cuales este pro- 10
Se puede o~jetar que los principios (6 4 ) y (6 8 ) están cor~untamente abier-
ceso opera al producir la creencia de S en p, en el mo- tos a análogos de la paradqja de la lotería. Una serie de procesos compuesta
por procesos fiables pero menos que totalmente fiables puede ser en extremo
poco fiable. No obstante, aplicaciones de (6A) y (6 8 ) conferirían el carácter
9 Esta definición no es exactamente lo que necesitamos para nuestros pro- de justificado a una creencia causada por una serie así. En respuesta a esta
pósitos actuales. Como Ernesto Sosa lo seüala, la introspección resultará ser objeción, podríamos indicar simplemente que la teoría tiene por objeto cap-
un proceso dependiente de creencias, pues a veces el insumo que entra al turar nuestra noción ordinaria de lo justificado, y esta noción ordinaria se ha
proceso será una creencia (cuando el contenido del que se hace introspección formado sin reconocer este tipo de problema. La teoría no está equivocada
es una creencia). Intuitivamente, sin embargo, la introspección no es el tipo im cuanto teoría de la concepción (ingenua) ordinaria de lo justificado. Por
de proceso que simplemente pueda ser condicionalmente fiable. N o sé cómo otra parte, si queremos que una teoría haga más que capturar la concepción
refinar la definición en aras de evitar esta dificultad, pero es un punto peque- ordinaria de lo justificado, se podrían fortalecer los principios para evitar los
fío y aislado. análogos de la paradqja de la lotería.
220 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 221

las proposiciones contingentes) a los estados mentales actua- o pueda lograr, conocimiento o creencia verdadera acerca de
les. Las variedades habituales de teorías de la coherencia son, este est~tus. ~~í como una persona puede saber sin saber que
empero, igualn1ente concepciones de las porciones actuales, sabe, as1 tarnb1en puede tener una creencia justificada sin saber
pues también ellas hacen que el estatus de justificación de una que está justificada (o creer justificadarnente que está justifi-
creencia sea totalmente una función de los estados de cosas cada).
actuales. No obstante, para las teorías de la coherencia, estos Un caso c~racterístico en el cual una creencia está justificada
estados actuales incluyen todas las demás creencias del sujeto aunque el SUJeto cognoscente no sepa que lo está ocurre cuan-
cognoscente, que el fundacionisrno cartesiano no consideraría do la ~videncia original en favor de la creencia ha quedado en
pertinentes. ¿Ha habido otras teorías históricas de la creencia el olvido d~sde hace mucho tiempo. Si esa evidencia original
justificada? Entre los autores contemporáneos, Quine y Popper fuera convincente, la creencia original del sujeto cognoscen-
tienen epistemologías históricas, aunque la noción de ''justifi- te puede haber estado justificada; y este esta tus de justificación
cación" no es su explicandum declarado. Entre los autores clási- puede haberse conservado a través de la rnemoria. Pero como
cos, podría parecer que Locke y Hume tenían teorías genéticas el sujeto cognoscente ya no recuerda cómo o por qué llegó a
de ciertos tipos. Pero creo que sus teorías genéticas eran sólo c~eer, tal vez no_ se~a que la creencia está justificada. Si se le
teorías de las ideas, no del conocimiento ni de la justificación. pi~e ah~ra que J~Stifique su creencia, puede ser que no sepa
Sin embargo, la teoría de las reminiscencias de Platón es un que denr. Aun asi, la creencia está justificada, aunque el sujeto
buen ejemplo de una teoría genética del conocimiento. 11 Y se cognoscente no pueda de1nostrarlo o establecerlo.
podría argumentar que Hegel y Dewey tenían epistemologías ~a teoría histórica_ ~e la creencia justificada que defiendo
genéticas (si acaso se puede decir que Hegel tuvo de algún esta conectada en esp1ntu con la teoría causal del conocimiento
rnodo una episternología clara). que he presentado en otro sitio. 13 Tenía esto en mente cuando
La teoría que (6A) y (6B) articulan podría verse como un subrayé casi al principio de este artículo que Ini teoría de la
tipo. de "fundacionisrno", por su estructura recursiva. No tengo creencia justificada hace que la condición de justificado resulte
ninguna objeción a esta etiqueta, siempre y cuando tengamos estar en estrecha relación con el conocimiento. Las creencias
presente cuán diferente es esta forma "diacrónica" de funda- justificadas, como los casos de conocimiento, tienen historias
cionismo si se compara con el fundacionismo cartesiano o con apropiadas; pero tal vez no sean conocimiento porque son fal-
otras variedades "sincrónicas". sa~ o porqu_e zozobran en alguna otra exigencia del conoci-
Las teorías de las porciones actuales asumen característica- miento del tipo que se discutió en el negocio del conocimiento
mente que el estatus de justificación de una creencia es algo posgetteriano.
que el sujeto cognoscente es capaz de conocer o determinar en Hay una variante de la concepción histórica de la creencia
el momento de la creencia. Chisholm, por ejemplo, hace esto justificada que vale la pena mencionar en este contexto. Se
explícito. 12 La teoría histórica que suscribo no hace tal suposi- ~uede intro~ucir de la siguiente manera. Supongamos que S
ción. Existen muchos hechos acerca de un sujeto cognoscente tiene un conJunto B de creencias en el momento t0 , y algunas
a los cuales él no tiene "acceso privilegiado", y considero que de e_stas creencias son injustificadas. Entre to y tb él razona
el esta tus de justificación de sus creencias es una de esas cosas. partiendo de todo el conjunto B para llegar a la conclusión p,
Esto no significa que un sujeto cognoscente necesariamente ig- que luego acep_ta en t¡. El _procedimiento de razonamiento que
nore, en cualquier momento dado, el esta tus de justificación de usa es muy sohdo, es decir, un proceso condicionalmente fia-
sus creencias actuales. Sólo niega que él necesariamente tenga,
13 Cfr. Goldman 1967. El aspecto de fiabilidad de mi teoría también tiene
11 Estoy en deuda con Mark Pastin por haberme hecho notar esto. sus precursores en artículos previos que escribí sobre el conocimiento: Gold-
12 Cfr: Chisholm 1977, pp. 17, 114-116. man 1975 y 1976.
222 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 223

ble. Hay un sentido o aspecto en el cual nos sentimos tentados de dar cuenta de los procesos computacionales que de hecho
a decir que la creencia de S en p en t 1 está '~justificada". En emplean.
todo caso, es tentador decir que la persona tiene justificación Una segunda o~jeción al fiabilismo histórico se centra en
para creer p en t. Relativo a su estado cognitivo antecedente, el ele1nento de fiabilidad más que en el elemento causal o his-
se desempeñó tan bien como se podía esperar: la transición tórico. Como la teoría pretende abarcar todos los casos posi-
de su estado cognitivo en t 0 a su estado cognitivo en t¡ fue bles, parece implicar que para cualquier proceso cognitivo e,
totalmente sólida. Aunque podemos reconocer esta clase de si e es fiable en el mundo posible M, entonces cualquier creen-
condición de justificado -podría llamarse "jiabilismo de la fase cia en M que sea resultado de e está justificada. Pero, ¿acaso
terminal"-, no es un tipo de condición de justificado relacio- esto no da entrada a contra~jemplos fáciles? Seguramente po-
nado tan estrechamente con conocer. Para que una persona demos imaginar un mundo posible en el cual el pensamiento
conozca la proposición p, no es suficiente que la Jase final del desiderativo sea fiable. Podemos imaginar un mundo posible
proceso que conduce a su creencia en p sea sólida. También es donde un demonio benévolo arregle las cosas de tal modo que
necesario que toda una historia del proceso sea sólida (esto es, las creencias formadas por pensamiento desiderativo resulten
fiable o condicionalmente fiable). habitualmente verdaderas. Esto haría que el pensamiento de-
Volvamos ahora a la teoría histórica. En la siguiente sección siderativo fuera un proceso fiable en ese mundo posible, pero
del texto aduciré razones para fortalecerla un poco. Sin embar- con toda seguridad no quere1nos considerar que las creencias
go, antes de examinar estas razones deseo revisar dos objecio- resultantes del pensamiento desiderativo están justificadas.
nes bastante. diferentes a la teoría. Hay varias maneras posibles de responder a este caso y no es-
En primer lugar, un crítico podría argumentar que algunas toy seguro de cuál respuesta sea la m~jor, en parte porque mis
creencias justificadas no derivan su estatus de justificación de propias intuiciones (y las de otras personas a las que he consul-
su ascendencia causal. En particular, se podría argumentar que tado) no son del todo claras. Una posibilidad es decir que, en el
las creencias acerca de nuestros estados fenoménicos actuales mundo posible imaginado, las creencias que son resultado del
y las creencias intuitivas sobre las relaciones conceptuales o ló- pensamiento desiderativo están justificadas. En otras palabras,
gicas elementales no derivan su estatus de justificación de esta rechazamos la afirmación de que el pensan1iento desiderativo
manera. No me convence ninguno de estos dos ejemplos. Creo no podría conferir nunca, intuitivamente, condición de justifi-
que la introspección se debería considerar como una forma de cado.15
retrospección. Así, una creencia justificada de que estoy sin- Sin embargo, para quienes sienten que el pensamiento de-
tiendo dolor "ahora" obtiene su estatus de justificación de una siderativo no podría conferir condición de justificado, ni si-
historia causal pertinente, aunque breve. 14 La aprehensión de quiera en el mundo imaginado, hay dos salidas. En primer
relaciones lógicas o conceptuales es también un proceso cog- lugar, se puede proponer que el criterio adecuado de la condi-
nitivo que ocupa tiempo. El proceso psicológico de "ver" o "in- ción de justificado sea la propensión de un proceso a generar
tuir" una verdad lógica simple es muy rápido, y no podemos so- creencias que son verdaderas _en un entorno no manipulado, esto
meterlo introspectivamente a un análisis pormenorizado para
15
descomponerlo en sus partes constituyentes. 'N0 obstante, hay Desde luego, si las personas en el mundo M aprenden inductivamente que
operaciones mentales el?- curso, tal como hay operaciones Inen- el pensamiento desiderativo es fiable, y regularmente basan sus creencias en
esta inferencia inductiva, es simple y llano que sus creencias están justifica-
tales que ocurren en los idiots savants, quienes son incapaces
das. El único caso interesante es cuando sus creencias se forman puramente
14 La idea de que la introspección es retrospección fue tomada por Ryle, Y por pensamiento desiderativo, sin usar inferencias inductivas. La propuesta
antes de él (como Charles Hartshorne me lo señaló) por Hobbes, Whitehead contemplada en este párrafo del texto es que, en el mundo imaginado, aun el
y posiblemente Husserl. puro pensamiento desiderativo conferiría carácter de justificado.
224 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 225

es, un entorno en el cual no hay un arreglo intencionado del névolo que, flojo hasta ahora, pronto ernpezará a arreglar las
mundo ni para concordar ni para entrar en conflicto con las cosas para que nuestros deseos se hagan realidad. La ejecución
creencias que se forman. En otras palabras, la idoneidad de a corto plazo del pensamiento desiderativo será muy buena, y
un proceso de forrnación de creencias es sólo una función de P?r lo tanto aun ~a nueva interpretación de la teoría implica-
su éxito en situaciones "naturales", no situaciones del tipo que ra que las creencias resultantes del pensamiento desiderativo
involucra demonios benévolos o malignos, ni ninguna otra (en nuestro mun~o) están justificadas. Sin embargo, esto segu-
criatura manipuladora como ésas. Si reformularnos la teoría ramente contraviene nuestro juicio intuitivo sobre el asunto.
para que incluya esta salvedad, se sorteará el contraejernplo en Tal vez la enseñanza del caso sea que el formato estándar
cuestión. de un "análisis conceptual" tiene sus deficiencias. Permítaseme
Alternativarnente, podemos reformular nuestra teoría, o re- apartarme de ese formato y tratar de dar una mejor versión de
interpretarla, como sigue. En lugar de interpretar que la teoría nuestro objetivo y la teoría que trata de lograr ese objetivo. Lo
dice que una creencia en el mundo posible M está justificada que realmente querernos es una explicación de por qué conta-
si y sólo si es resultado de un proceso cognitivo que es fiable mos, o contaríamos, ciertas creencias corno justificadas y otras
en NI, podemos interpretarla como si dijera que una creencia corno irúustificadas. Esa explicación tiene que hacer referen-
en un mundo posible M está justificada si y sólo si es resulta- cia a nuestras creencias acerca de la fiabilidad, no a los hechos
do de un proceso cognitivo que es fiable en nuestro mundo. En reales. La razón por la que contamos las creencias como justifi-
surna, nuestra concepción de la condición de justificado se de- cadas es que están formadas mediante lo que creemos que son
riva de la siguiente forma. Nos percata1nos de ciertos procesos procesos de forrnación de creencias fiables. Nuestras creencias
cognitivos en el mundo real, y formamos creencias acerca de acerca de qué procesos de formación de creencias son fiables
cuáles de éstos son fiables. Aquellos que creemos que son fia- pueden ser erróneas, pero eso no afecta la suficiencia de la
bles son entonces considerados como procesos que confieren explicación. Como creemos que el pensamiento desiderativo es
justificación. Al reflexionar sobre las creencias hipotéticas, las un proceso de formación de creencias no fiable, consideramos
consideramos justificadas si y sólo si son resultado de procesos que las creencias formadas por pensamiento desiderativo son
ya seleccionados como procesos que confieren justificación o injustificadas. Lo que importa, entonces, es qué creemos acerca
procesos 1nuy similares a ellos. Como el pensarniento desidera- del pensamiento desiderativo, no qué es verdadero (a largo pla-
z~) acerca del pensamiento desiderativo. No estoy seguro de
tivo no está entre esos procesos, una creencia fonnada en un
mundo posible M por pensamiento desiderativo no contaría como expr.esar ~sto en el form~to estándar del análisis concep-
como justificada, ni siquiera si el pensan1iento desiderativo fue- tual, pero Identifica un punto Importante para entender nues-
tra teoría.
ra fiable en 1\1. No estoy seguro de que ésta sea una reconstruc-
ción correcta de nuestro esquema conceptual intuitivo, pero
III
daría cabida al caso del demonio benévolo, al rnenos si lo que
hay que decir en ese caso es que"las creencias causadas por Volvamos, sin embargo, al formato estándar del análisis con-
pensamiento desiderativo son ir~ustificadas. cep.t~al, y examinem~s una nueva objeción que exigirá algunas
Ahora bien, aun adoptando esta estrategia persiste un pro- revisiones en la teona hasta ahora propuesta. Según nuestra
blema. Supongamos que el pensamiento desiderativo resulta teoría, una creencia está justificada en caso de que sea causada
ser fiable ien el mundo real! 16 Esto podría obedecer a que, sin por un proceso que es efectivamente fiable, o por un proceso
que lo supiéramos en este momento, existe un demonio be- que en general creernos que es fiable. Pero supongmnos que
aunque una de las creencias de S satisface esta condición, S no
16 En este caso estoy en deuda con Mark Kaplan. tiene razón para creer que lo hace. Peor aún, supongamos que
226 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 227

S tiene alguna razón para creer que su creencia es causada por su creencia p ha sido causada de esa forma, entonces la
un proceso no fiable (aunque de hecho su ascendencia causal es creencia de S en p, en el momento t, está justificada.
totalmente fiable). ¿No negaríamos en tales circunstancias que
Pero esto no servirá. Supongamos que Juan cree que sus creen-
la creencia de S está justificada? Esto parece mostrar que nues-
cias memorísticas son causadas de manera fiable a pesar del
tro análisis, tal como está formulado ahora, está equivocado.
testimonio totalmente contrario (fidedigno) de sus padres. El
Supongamos que a Juan le dicen, con base en una autori-
principio (8) estaría satisfecho, y ni siquiera diríamos que estas
dad totalmente fiable, que cierta clase de sus creencias basadas
creencias están justificadas.
en la memoria están casi todas equivocadas. Sus padres fabri-
En seguida podríamos tratar (9), que es rnás fuerte que (8) y,
can una historia totalmente falsa de que Juan sufrió amnesia
a diferencia de (7), formalmente admisible como una cláusula
cuando tenía siete años, pero más adelante desarrolló pseu-
base.
dorrecuerdos de ese periodo. Aunque Juan escucha lo que sus
padres le dicen y tiene una razón excelente para confiar en (9) Si la creencia de S en p, en el momento t, es causada
ellos, él persiste en creer los recuerdos aparentes de su pasado a mediante un proceso cognitivo fiable, y S cree en t que
los siete años de edad. ¿Están estas creencias memorísticas jus- su creencia jJ ha sido causada de esa manera, y esta meta-
tificadas? Intuitivamente, no están justificadas. Pero como estas creencia es causada mediante un proceso cognitivo fiable,
creencias son resultado de recuerdos genuinos y percepciones entonces la creencia de S en p, en el momento t, está jus-
originales, que son procesos adecuadamente fiables, nuestra tificada.
teoría dice que estas creencias están justificadas.
¿ruede revisarse la teoría para superar esta dificultad? Una Una primera objeción a (9) es que equivocadamente excluye a
propuesta natural es que la fiabilidad real de la ascendencia de las criaturas no reflexivas -criaturas como los animales o los
una creencia no es suficiente para que esté justificada; además niños pequeños, que no tienen creencias acerca de la géne-
de ello, el sujeto cognoscente debe tener justificación para creer sis de sus creencias- de tener creencias justificadas. Si alguien
que la ascendencia de su creencia es fiable. Así, podríamos comparte mi punto de vista de que la creencia justificada es, al
pensar en reemplazar (6A), por ejemplo, con (7). (En aras de menos en general, una creencia bien formada, seguramente los
la sencillez, dejo de lado algunos de los detalles del primer animales y los niños pequeños pueden tener creencias justifi-
análisis.). cadas.
Un segundo problema con (9) tiene que ver con su razón
(7) Si la creencia de S en p, en el momento t, es causada me-
diante un proceso cognitivo fiable, y S justificadamente subyacente. Como (9) está propuesta para sustituir a (6A), se
cree en t que su creencia p ha sido causada de esa mane- implica que la fiabilidad de la propia ascendencia cognitiva de
ra, entonces, la creencia de S en p, en el momento t, está una creencia no la hace justificada. La propuesta parece ser,
empero, que la fiabilidad de la ascendencia de una metacreencia
justificada.
confiere la condición de justificada a la creencia de primer or-
Es evidente, sin ernbargo, que (7) no funcionará como una den. ¿por qué debe esto ser así? Tal vez nos sentimos atraídos
cláusula base, ya que contiene el término epistémico '~justifi­ por la idea de un efecto "escurrimiento": si una creencia de
cadamente" en su antecedente. nivel n + 1 está justificada, su justificación se escurre a una
Se podría proponer en seguida una revisión ligeramente creencia de nivel n. Pero aun cuando la teoría del escurrimien-
rnás débil, sin ese rasgo problemático: to sea correcta, no ayuda aquí. N o hay garantía, a partir de
(8) Si la creencia de S en p, en el momento t, es causada la satisfacción del antecedente de (9), de que la metacreencia
mediante un proceso cognitivo fiable, y S cree en t que misrna esté justificada.
228 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 229

Para obtener una rnejor revisión de nuestra teoría, volvamos clara, no trataré de mejorar la formulación aquí. Un segundo
a examinar el caso de Juan. Él tiene fuerte evidencia en contra problema atañe a la noción de "al alcance" en los procesos de
de ciertas proposiciones relacionadas con su pasado. Juan no formación de creencias (o fonnación de estados doxásticos).
usa esta evidencia, pero si se decidiera a usarla adecuadamente, ¿Qué significa que un proceso esté "al alcance" de un sujeto
dejaría de creer estas proposiciones. Ahora bien, el uso adecua- cognoscente? ¿Estaban los procedimientos científicos "al alcan-
do de la evidencia sería un ejemplo de un proceso (condicio- ce" de la gente que vivió en las etapas precientíficas? Además,
nalrnente) fiable. Entonces lo que podernos decir sobre Juan es parece poco convincente decir que se deben usar todos los pro-
que no usa cierto proceso (condicionalmente) fiable que podría cesos "al alcance", por lo menos si incluirr10s procesos como
y debería haber usado. Hay que adrrlitir que si hubiera usado la recopilación de nueva evidencia. Segurarnente una creen-
este proceso, habría "empeorado" sus estados doxásticos: ha- cia puede a veces éstarjustificada aun cuando la recopilación
bría reerr1plazado algunas creencias verdaderas con suspensión de evidencia adicional dé por resultado una actitud doxástica
del juicio. Sin embargo, no habría podido saber esto en el caso diferente. Lo que creo que debemos tener presente aquí son
en cuestión. Por lo tanto, no hizo algo que, epistémicamente, otros procesos, como traer a la mente evidencia adquirida pre-
debería haber hecho. Este diagnóstico sugiere un cambio fun- viamente, evaluar las implicaciones de esa evidencia, etc. Esto,
damental en nuestra teoría. El estatus de justificación de una hay que admitirlo, es algo vago, pero aquí de nuevo nuestra
creencia no sólo es una función de los procesos cognitivos r-eal- noción ordinaria de la condición de justificado es vag~, así que
mente empleados al producirla; también es una función de los es apropiado que nuestro análisis exprese el mismo tipo de va-
procesos que se podrían y se deberían emplear. guedad.
Con estos planteamientos en mente, podemos proponer ten- Esto completa el esbozo de mi explicación de la creencia
tativatnente la siguiente revisión de nuestra teoría, donde de justificada. Antes de concluir, sin ernbargo, es esencial señalar
nuevo nos centramos en un principio de cláusula base, pero que hay un uso importante de '~ustificado" que esta explicación
omitimos ciertos detalles en interés de la claridad. no captura, pero que puede ser capturado por otra relacionada
estrecharnente.
(10) Si la creencia de S en p, en el momento t, es resultado de Hay un uso de '~ustificado" en el cual no está implicado
un proceso cognitivo fiable, y no hay un proceso fiable o presupuesto que haya una cr-eencia que esté justificada. Por
o condicionalmente fiable al alcance de S que, de haber ejemplo, si S está tratando de decidir si ha de creer p y pide
sido usado por S además del proceso realmente usado, nuestro consejo, podemos decirle que está '~ustificado" el que
hubiera dado corr1o resultado que S no creyera p en t, lo crea. Con ello no implicamos que tenga una cr-eencia justi-
entonces la creencia de S en p, en el momento t, está ficada, pues sabemos que todavía está suspendiendo el juicio.
justificada. Lo que queremos decir, en términos generales, es que estada
o podr-ía estar justificado que creyera que p. El estatus de jus-
Existen varios problemas con esta propuesta. En primer lu- tificación que atribuimos aquí no puede ser una función de
gar, hay un problema técnico. No podemos usar un proceso las causas de que S crea p, puesto que no hay creencia de S
adicional de formación de creencias (o formación de estados en p. Así, la explicación de lo justificado que hemos dado has-
doxásticos) así como el proceso original si el adicional va a dar ta ahora no puede explicar este uso de '~ustificado". (De aquí
como resultado un estado doxástico diferente. No estaríamos no se sigue que tal uso de '~ustificado" carezca de conexión·
usando para nada el proceso original. De modo que necesi- con ascendencias causales. Su uso apropiado puede depender
tamos una formulación ligeramente diferente del contrafáctico del antecedente causal del estado cognitivo del sujeto cognos-
pertinente. Ahora bien, co1no la idea básica es razonablemente cente, aunque no de la ascendencia causal de que crea p.)
230 ALVIN I. GOLDMAN ¿QUÉ ES UNA CREENCIA JUSTIFICADA? 231

Distingamos dos usos de '~justificado": un uso ex post y un real en la proposición que esté justificada. Sin embargo, como
uso ex ante. El uso ex post ocurre cuando existe una creencia, y muchos epistemólogos están interesados en la condición de jus-
decimos de esa creencia que está (o no está) justificada. El uso ex tificado ex ante, es apropiado que una teoría general de la justi-
ante ocurre cuando no existe tal creencia, o cuando deseamos ficación intente ofrecer también una explicación de dicho con-
ignorar la pregunta de si tal creencia existe. Aquí decimos de la cepto. Nuestra teoría hace esto de manera muy natural, pues
persona, independientemente de su estado doxástico en cuanto la explicación de la condición de justificado ex ante sale direc-
a p, que p es (o no es) adecuada para que la crea. 17 tamente de nuestra explicación de la condición de justifi~ado
Como hemos dado una explicación de la condición de justi- ex jwst. 18
ficado ex post, será suficiente si podemos analizar la condición [Traducción de Laura E. Manríquez]
de justificado ex ante en términos de ella. Creo que ya contamos
con este análisis. S está justificado ex ante para creer p en t sólo
en caso de que su estado cognitivo total en t sea tal que a partir
BIBLIOGRAFÍA
de ese estado pueda llegar a creer p de una manera tal que esta
creencia esté justificada ex post. Dicho con más exactitud, está Alston, W.P., 1971, "Varieties of Privileged Access", American Philo-
justificado ex ante para creer que p en t sólo en caso de que una sophical Quarterly, vol. 8, no. 3, pp. 223-241.
operación de formación de creencias fiable esté a su alcance, Chisholm, R.M., 1977, Theory of Knowledge, 2a. ed., Prentice-Hall,
tal que la aplicación de esa operación a su estado cognitivo Englewood Cliffs.
total en t daría como resultado, más o menos inmediatamente, Davidson, D., 1970, "Mental Events", en L. Foster y J.W. Swanson
el que crea p y esta creencia estaría justificada ex post. Expresa- (comps. ), Experience and Theory, University of Massachusetts Press,
do formalmente, tenemos lo siguiente: Amherst, pp. 79-101.
Firth, R., 1978, "Are Epistemic Concepts Reducible to Ethical Con-
( 11) La persona S está justificada ex ante para creer p en t si cepts?", en A.I. Goldman y J. Kim (comps.), Values and Morals: Es-
y sólo si hay una operación de formación de creencias says in Honor of William Frankena, Charles Stevenson, and Richard
fiable al alcance de S que sea tal que si S aplicara esa Brandt, D. Reidel, Dordrecht (Philosophical Studies Series in Phi-
operación a su estado cognitivo total en t, S creería p losophy, 13), pp. 215-229.
en t-más-delta (para una delta adecuadamente pequeña) Goldman, A.l., 1976, "Discrimination and Perceptual Knowledge",
y esa creencia estaría justificada ex post. The]ournal of Philosophy, vol. 73, no. 20, pp. 771-791.
- - , 1975, "Imute Knowledge", en S.P. Stich (comp.), Innate Ideas,
Para que el analysans de ( 11) se satisfaga, el estado cognitivo University of California Press, Berkeley, pp. 111-120.
total en t debe tener una ascendencia causal adecuada. Por lo - - , 1967, "A Causal Theory of Knowing", Thejournal of Philosophy,
tanto, ( 11) es implícitamente una explicación histórica de la vol. 64, no. 12, pp. 357-372.
condición de justificado ex ante. Lehrer, K., 1974, Knowledge, Clarendon Press, Oxford.
Tal como se indicó, el grueso de este artículo se dirigía a la Quine, W.V.O. y J.S. Ullian, 1970, The Web of Belief, Random House,
condición de justificado ex post. Éste es el analysandum apropia- Nueva York.
do si lo que nos interesa es la conexión entre la condición de
18 La investigación sobre este artículo empezó mientras el autor era becario
justificado y el ~onocimiento, pues lo que resulta crucial para
de la.John Simon Guggenheim Memorial Foundation y del Centro de Estudios
que una persona sepa una proposición es si tiene una creencia Avanzados en Ciencias del Comportamiento. Agradezco su apoyo. He recibi-
17
La distinción entre lo justificado ex post y lojustificado ex ante es similar a do comentarios y críticas muy útiles de Holly S. Goldman, Mark Kaplan, Fred
la distinción que establece Roderick Firth entre respaldo [warrant] doxástico y Schmitt, Stephen P. Stich, y de muchas otras personas de varias universidades
pmjwsicional. Véase su artículo Firth 1978. donde presenté versiones previas del texto.
¿cóMO CONCEBIR LA FIABILIDAD?

WILLIAM P. ALSTON

I
En los últimos tiempos han destacado las teorías de la justifica-
ción epistémica y del conocimiento en términos de fiabilidad.
Típicamente éstas explican la justificación de la creencia en tér-
minos de la fiabilidad, y entonces tener una creencia justificada
de que p se considera un requisito necesario para tener cono-
cimiento de que p. Entre quienes han propuesto teorías de este
tipo se encuentran Alvin Goldman, 1 Marshall Swain 2 y Frede-
rick Schmitt. 3 La idea básica intuitiva de una teoría fiabilista
de la justificación es que la creencia justificada es la creencia
resultante de un proceso fiable de formación de creencias. 4

Si el que S crea que p en t es resultado de un proceso [ ... ] de for-


mación de creencias cognitivas fiable, entonces la creencia de S
en p, en el momento t, está justificada. (Goldman 1979, p. 13
[217])

1
Véanse Goldman 1979 ["¿Qué es una creencia justificada", pp. 199-231
de esta antología], y 1986.
2 Véase Swain 1981.
3
Véase Schmitt 1992.
4
¿Es ésta una afirmación conceptual o no? ¿se sostiene que el concepto de
creencia justificada es el concepto de creencia fiablemente formada? ¿o se ex-
plica el concepto de creencia justificada de alguna otra manera, y la formación
fiable de creencias se presenta como una condición suficiente (y posiblemente
necesaria) para interpretar la creencia justificada de esta manera? Cualquiera
de las dos podría ser correcta. Goldman· es bastante explícito en que para él
la fiabilidad funciona de la segunda manera, mientras que en Swain tenemos
lo que parece una afirmación de que, cuando decimos que una creencia está
justificada, lo que queremos decir es que está formada de un modo fiable (sim-
plificando en extremo la formulación actual de Swain).
234 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 235

En este artículo no me dedicaré a exponer, defender o atacar ordinario es más común atribuirles fiabilidad o no fiabilidad
una explicación fiabilista de la justificación o del conocimiento. a mecanismos, como los termómetros, los carburadores y los
De hecho, no me ocuparé directamente de cuestiones episte- relojes, o a medicamentos, o a fuentes de información, como
mológicas. Mi tema será el concepto de formación fiable de creen- personas, libros o periódicos. Éstas son todas sustancias, cosas
cias. Lo que me lleva a hacer esto es el hecho de que, entre las de uno u otro tipo, y aquí la repetibilidad y los casos no aparecen.
muchas críticas que la epistemología fiabilista ha despertado, N o obstante, se puede establecer una analogía. Aunque un re-
las críticas conceptuales ocupan un lugar importante. Más de lqj o una enciclopedia o un n1edicamento no sea "repetible", es
una vez se ha sostenido que la noción de creencia formada por un algo que se puede poner en funcionamiento, consultar o usar
proceso fiable es demasiado indeterminada como para permitir 1nuchas veces, así que aquí hay algo parecido a la repetibilidad,
cualquier respuesta satisfactoria y objetiva a la pregunta de si esto es, un uso repetido. De modo que el argumento general
se aplica en un determinado caso. Si esto es así, la teoría no es que para que algo pueda evaluarse como fiable o no, algo
puede funcionar. Si nuestra comprensión de la fiabilidad es tal debe proveer, real o potencialmente, un espectro de casos del
que, en principio, somos incapaces de decir si una determinada tipo apropiado. Esto se debe a que la fiabilidad es siempre algo
creencia se ha formado de manera fiable o no, no podemos dar que tiene que ver con la incidencia de los resultados favorables
ni siquiera el primer paso para preguntarnos si, por ejemplo, en una multiplicidad de casos o usos de la cosa en cuestión.
una creencia está justificada si y sólo si está formada de manera Si no existe ni siquiera la posibilidad de tal multiplicidad, la
fiable. Los epistemólogos fiabilistas, incluyendo a Goldman y a cuestión de la proporción de los casos favorables ni siquiera se
Schmitt, han tomado tales críticas de manera muy seria y han plantea. Lo que cuenta como un casofavorable es diferente, por
intentado responderlas. Me parece que en sus intentos no han supuesto, de una aplicación a otra. Para los medicamentos, es
tenido demasiado éxito. 5 En este ensayo espero obtener mejo- cierto tipo de m~joría médica. Para los relojes, marcar la hora
res resultados. Mi objetivo es articular una noción de formación correcta. Para los mapas, la representación fiel de la ubicación
fiable de creencias que se pueda usar para plantear una teoría y la distancia. Para el caso que nos ocupa -los procesos de for-
fiabilista de la justificación epistémica que, como mínimo, no mación de creencias-, la verdad. Un proceso fiable de forma-
sea internamente incoherente. ción de creencias es aquel que normalmente da como resultado
creencias verdaderas. Para regresar al punto original, un proce-
JI so particular que tiene lugar en un tiempo preciso particular
no es el tipo de cosa que tenga o no una proporción favorable
La crítica en la que me concentraré atañe a lo que Richard de creencias verdaderas entre sus productos. Sólo ocurre una
Feldman ha llamado el problema de la generalidad. 6 El pro- vez: la única creencia que produce es o verdadera o falsa, y eso
blema surge de la siguiente manera. Una creencia particular se es todo. Por ende, como suelen afirmar amigos y enemigos,
genera por medio de un proceso psicológico particular. Pero es un tipo de proceso cognitivo, no un proceso particular (un
un proceso particular, con cierta ubicación espacio-temporal, caso) cuya fiabilidad puede ser evaluada. Considérese un caso
no es algo que puede ser más o menos fiable. La fiabilidad particular de inferir una generalización a jmrtir de cierta cantidad
o su contrario sólo se asocian a lo que es repetible, a lo que de casos. Si queremos preguntar en qué grado es fiable ese pro-
tiene, real o potencialmente, cierta cantidad de casos. Cuando ceso, tenemos que tomar en cuenta el tipo de inferencia al que
menos esto es cierto si estamos pensando en sucesos o proce- pertenece y buscar la proporción de generalizaciones correctas
sos, como típicamente lo hacen los fiabilistas. En el lenguaje entre los productos (reales o posibles) de los casos de ese tipo.
5 Lo que sigue ilustra esto, al menos con respecto a Goldman. Antes de continuar, es m~jor que explicite que la fiabilidad
6 Véase Feldman 1985. es un concepto gradual. Un instrumento, un libro o una per-
WILLIAM P. ALSTON
¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 237
236

sona pueden ser más o rnenos fiables. Por ende, cuando usa- que ser aquel cuya fiabilidad sea pertinente para la evaluación de
mi creencia. Intuitivamente, parece claro que la fiabilidad general
mos "fiable" o "no fiable" en términos absolutos de sí o no, si
de los procesos que tienen lugar los miércoles o de los procesos
queremos decir algo sensato se debe tener en rnente cierto gra- que llevan a creencias verdaderas no son pertinentes para la eva-
do de fiabilidad corno condición necesaria para hablar de que luación de mi creencia. La fiabilidad de los procesos visuales o
una cosa es fiable o no. No queremos ser demasiado rígidos de los procesos perceptuales puede, en cambio, ser importante.
sobre este asunto. La noción de fiabilidad que tenemos, como Digamos entonces que, para cada caso de proceso de forma-
muchos otros conceptos, puede no ser totalmente precisa sin ción de creencias, hay un tipo "pertinente" tal que es la fiabilidad
carecer de contenido. Ser fiable podría concebirse corno algo de ese tipo la que determina la justificabilidad de la creencia pro-
que "normalmente" o "muy a rnenudo" rnuestra casos favora- ducida por ese caso. Por ende, la teoría de la fiabilidad se puede
bles, o corno algo que tiene "una gran proporción" de casos formular de la siguiente manera:
favorables, o en lo que "la mayoría" de los casos son favorables, (TF) La creencia de S de que p está justificada si y sólo si el
en vez de pensarlo en términos de un porcentaje mínimo pre- proceso que llevó a la creencia de S en p es un caso de
ciso. 7 Sólo menciono este punto para poder hacerlo a un lado un proceso cuyo tipo de proceso pertinente es fiable.
inrnediatamente. Aunque es importante para el desarrollo de
Para poder evaluar (TF) necesitamos alguna explicación de
una epistemología fiabilista, no es relevante para las cuestiones
cuáles son los tipos de procesos de formación de creencias per-
que discutiré en este ensayo. tinentes. Sin tal explicación, no tenemos ninguna idea de qué
Éstos son los elementos rudimentarios de la situación. Has- consecuencias puede tener la propuesta, ya que no tenemos nin-
ta el rnomento no ha surgido ninguna dificultad, pero aún no guna idea de cuáles tipos de procesos son pertinentes para eva-
nos hemos adentrado mucho. Si intentamos determinar si una luar cualquier creencia particular. (Feldman 1985, pp. 159-160)
creencia particular está justificada o no determinando si fue
producida mediante un proceso fiable, lo dicho antes nos in- Aquí hay otra formulación del mismo reclamo, por parte de
dica que tenemos que determinar si el tipo de proceso de for- Alvin Plantinga.
tnación de creencias del que esta forrnación de creencias es
un caso normalmente genera o generaría creencias verdade- El principal problema, tal como lo veo yo, aún persiste. Nóte-
ras. Pero la dificultad es que no hay un único tipo que cumpla se, ante todo, que cualquier caso particular -cualquier secuencia
con esta descripcion. Cualquier proceso particular es un caso pertinente de sucesos concretos- será un caso de muchos tipos
de una cantidad indeílnida de tipos de procesos. Dejaré que diferentes. Considérese un proceso visual específico en Paul, don-
Feldman explique esto. de el insumo consiste en la estimulación retinal, digamos, y el re-
sultado consiste, para una escena particular e en su televisión, en
su creencia de que ve e. El proceso en cuestión presumiblemente
[E]l caso específico del proceso que lleva a cualquier creencia involucrará un gran número de sucesos; sin duda incluirá un su-
será siempre un caso de muchos tipos de procesos. Por ejemplo, ceso que consiste en que algo se le aparece a Paul de una manera
el caso del proceso que lleva a mi creencia actual de que hoy es característica. Ahora bien, esta secuencia de sucesos será un caso
un día soleado es un caso de todos los tipos siguientes: el pro- de muchos tipos diferentes: el proceso cognitivo, el proceso vi-
ceso perceptual, el proceso visual, los procesos que tienen lugar sual, el proceso cognitivo que tiene lugar un jueves, el proceso
los miércoles, los procesos que llevan a creencias verdaderas, etc. visual que tiene lugar en un hombre de mediana edad, el proce-
Nótese que no todos estos tipos de procesos tienen el mismo gra- so visual que tiene lugar en un hombre de mediana edad bajo
do de fiabilidad. Obviamente, entonces, uno de estos tipos tiene ciertas condiciones de iluminación, el proceso visual que tiene
lugar en un hombre de mediana edad cuando luz de cierto tipo
7 Véase una discusión valiosa de los temas aquí involucrados en Goldman
estimula sus retinas, y muchos más.
1986, sección 5.5.
238 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 239

Son estos tipos los que se tienen que evaluar en relación con su el tipo pertinente para cada caso de inferencia fuera el tipo "in-
fiabilidad (ya que, como recordamos, el grado de justificación ferir", entonces (TF) ·tendría la consecuencia inaceptable de que
que tiene la creencia en cuestión es una función de la fiabilidad las conclusiones de todas las inferencias estarían igualmente bien
del tipo de proceso (que lo causa); sin embargo, es obvio que es- justificadas (o injustificadas) porque se cree que son resultado de
tos tipos varían mucho entre sí con respecto a la fiabilidad. ¿cuál procesos del mismo tipo pertinente.
es el tipo pertinente? ¿cuál es el tipo cuya fiabilidad determina El problema para los defensores del fiabilismo es, entonces,
la justificación que Paul tiene para la creencia en cuestión? (Plan- proporcionar una descripción de los tipos pertinentes que sea
tinga 1988, pp. 28-29) 8 suficientemente amplia como para evitar el "problema del caso
único", pero no tan amplia como para encontrar el "problema de
Así que no hay un único tipo al que el caso particular de la no distinción". Llamemos al problema de encontrar tal descrip-
un proceso pertenece. Cada caso pertenece a un número inde- ción el "problema de la generalidad". (Feldman 1985, pp. 160-
finidamente grande de tipos. Por lo tanto, para construir una 161)9
teoría fiabilista de la justificación tenemos que encontrar una
manera de elegir, entre esta enorme cantidad, un tipo con base Feldman continúa argumentando extensamente que los inten-
en el cual elaborar el juicio de fiabilidad de esta particular for- tos de solucionar este problema no han sido exitosos, y sugiere
mación de creencias. Y, continúan los críticos, parece que no que las posibilidades de hacerlo m~jor son pocas. 10
hay manera satisfactoria de hacer esto. He aquí cómo describe
Feldman la situación. III

Para llegar a una explicación de los tipos pertinentes, los defenso-


Ahora bien, si aceptara el desafío de Feldman en sus términos
res de la teoría de la fiabilidad tienen que guiarse por el siguiente e intentara responderle, estaría haciendo lo que dije que no iba
punto. Si los tipos pertinentes se caracterizan de manera muy a hacer en este ensayo, esto es, entrar en los méritos y demé-
restringida, entonces el tipo pertinente para algunos o todos los ritos de las teorías fiabilistas de la justificación. Esto se debe a
casos de procesos tendrá sólo un caso (esto es, el caso mismo). que, para encontrar una forma de especificar "tipos pertinen-
Si ese caso lleva a una creencia verdadera, entonces su tipo perti- tes" que evite andar entre Escila y Caribdis, hay que encontrar
nente es completamente fiable y, de acuerdo con (TF), la creencia una manera de asignar casos a tipos que haga que los prime-
que produce está justificada. Si ese caso lleva a una creencia fal- ros se alineen con los juicios intuitivos de la justificación del
sa, entonces su tipo pertinente es completamente no fiable y, de modo correcto, y he negado cualquier intención de hacer esto
acuerdo con (TF), la creencia que produce está injustificada. Esto aquí. En cambio, lo que haré será poner en duda el supuesto
es claramente inaceptable y, en el caso extremo en el que cada
básico que está detrás de tal desafío, esto es, que no hay hechos
tipo pertinente tenga un solo caso, (TF) tiene la consecuencia
psicológicos objetivos que elijan un único tipo como aquel del
absurda de que todas las creencias verdaderas están justificadas y
todas las creencias falsas están injustificadas. Podemos decir que que un proceso particular es un caso. Sólo si este supuesto es
si los tipos pertinentes se caracterizan de una manera demasiado verdadero, el epistemólogo fiabilista se enfrentará a la tarea
estricta, se llega al "problema del caso único". desalentadora de proporcionar una manera adecuada de se-
Una caracterización demasiado amplia de los tipos pertinen- leccionar un único ganador entre esta multitud de candidatos.
tes de procesos de formación de creencias lleva a lo que podemos Nótese que aunque tal tarea fuera exitosa, el epistemólogo to-
llamar el "problema de la no distinción". Éste surge cuando casos davía estaría expuesto al reclamo de que la asignación de cada
que son del mismo tipo pertinente (amplio) producen creencias
9 Plantinga (1988, pp. 29-30) se hace eco de esta presentación de Feldman,
con un estatus epistémico obviamente diferente. Por ~jemplo, si
y Pollock (1987) también emite afirmaciones similares.
8
Véase también Pollock 1987, pp. 116-121. 10 Plantinga y Pollock ofrecen una evaluación similar.
240 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 241

caso a un único tipo ha sido manipulada para acomodar una responsable es aquella que cumple con todos los cotnpromisos
decisión anterior sobre el estatus epistémico de la creencia, con que ha adquirido o con la mayoría de ellos. Un instrumento
lo cual se da pie a la sospecha de que la fiabilidad, después de fiable es aquel que normalmente da resultados favorables en
todo, no es el deterrninante más básico de la justificación. Por una ~ama apropiada de casos si éstos ocurren. El mismo plan-
lo tanto hay mucho en juego en el supuesto de que no hay he- tearntento puede hacerse, con los ajustes apropiados, para los
chos objetivos no epistémicos que deterrrlinen la asignación de tipos de procesos. Un tipo de proceso de fonnación de creen-
un único tipo para cada caso de formación de creencias. Lo cias es un tipo fiable sie1npre que los casos de ese tipo gene-
que me propongo rechazar es justamente este supuesto. ren creencias verdaderas en un gran porcentaje de los casos
Sin err1bargo, antes de dedicarrne a ello puedo recurrir a adecuados.
consideraciones purarnente conceptuales, no epistémicas, para Al negar que la fiabilidad sea una cuestión de frecuencias
rrwstrar córno evitar la Escila de Feldman, el "problema del reales, no estoy negando que la tnanera rnás directa de evaluar
caso único". Éste puede descartarse simplemente haciendo ex- si un mecanismo o un tipo de proceso es fiable sea estable-
plícito que la fiabilidad no es una cuestión de trayectoria real, ciendo la frecuencia de los resultados favorables en una gama
sino, más bien, una noción de "propensión" o "disposición". adecuada de casos. N o es la única 1nanera, pero ciertarr1ente es
Decir que un terrr1ómetro, medicamento o atlas es fiable no la rnás directa. Y si no pudiéramos usar este acercamiento para
supone hacer un inforrne de la frecuencia relativa de resulta- muchas propiedades disposicionales, no estaríamos en condi-
dos favorables en los casos en los que ha sido usado hasta este ciones de err1plear procedimientos menos directos que exigie-
n1omento. Es posible que aún no se haya usado, pero esto no le ran saber ya cómo aplicar otros conceptos disposicionales. Por
impide ser fiable o no fiable. Tal vez no estemos en condicio- lo tanto, habiendo establecido, por el recuento de frecuencias
nes de decir cuán fiable es si todavía no se ha usado, pero aquí, reales, que ciertos procesos perceptuales humanos de forma-
como en otras partes, es un gran error confundir que X sea P ción de creencias son fiables, tenemos cierto fundamento para
con el hecho de que establezcamos, o estemos en condiciones inferir que también es probable que los procesos suficiente-
de establecer, que es P. Un termómetro puede ser perfectamen- mente similares a ellos sean fiables. Pero la última inferencia
te fiable, como tal vez lo descubratnos con el tiempo, aunque requiere que ya hayamos hecho algo de trabajo preliminar de
acabe de salir de la cadena de montaje y todavía no haya sido conteo de frecuencias de ciertos procesos.
puesto a prueba. Tampoco la fiabilidad de un artefacto es una Nótese que yo he dicho que necesita1nos explicitar que la fia-
función de la proporción de resultados favorables de sus usos bilidad es una noción de disposición o propensión, no una no-
en toda su vida útil: pasado, presente y futuro. Un atlas puede ción de registro. No dije que necesitamos desarrollar la noción
ser perfectamente fiable aunque nadie lo abra ni lo consulte en esta dirección o modificarla para que torr1e esta forrna. Me
para ningún propósito. A este respecto, la fiabilidad funcio- parece perfectamente claro que el término "fiable" tal como
na corno otras propiedades de disposición. Una banda elástica lo usamos ordinariamente funciona de la manera en que lo he
puede ser elástica aunque nunca se la haya estirado y nunca descrito. Feldman presenta la interpretación de la propensión
haya tenido la oportunidad de manifestar esa disposición. La como algo a lo que un teórico de la fiabilidad podría llegar
aplicabilidad de un término disposicional depende de que las para responder a objeciones. 11 Y hasta Goldman es demasiado
manifestaciones apropiadas sean resultado de la satisfacción de permisivo al respecto.
las condiciones antecedentes pertinentes en una gama apropia-
da de casos, independientemente de que tal conjunto de casos, He caracterizado los procesos que confieren justificación como
o cualquier caso, se realice alguna vez. Una sustancia elástica aquellos que tienen una "tendencia" a generar creencias verdade-
es aquella que retoma su forrna si se la deforma. Una persona 11 Véase Feldman 1985, p. 168.
242 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 243

ras más que falsas. El término "tendencia" podría hacer referen- la creencia de S en p, en el m0mento t, están ellas mismas jus-
cia o bien a la frecuencia real a largo plazo, o a una "propensión", tificadas, entonces la creencia de S en p, en el momento t, está
12
esto es, los resultados que ocurrirían en realizaciones meramente justificada. (Goldman 1979, pp. 13-14 [218-219])
posibles del proceso. ¿cuál de estos casos se busca;¡. Por deso-rac1'a
b '
creo que nuestra concepción ordinaria de la condición de justifi- Dividir la situación de esta 1nanera nos permite evaluar la fia-
cado es vaga también en esta dimensión. ( Goldman 1979 p. 11 bilidad del proceso sin preocuparnos del estatus epistémico
[214]) '
de los insun1os y luego usar ese resultado, junto con el esta-
tus epistémico de los insu1nos, a fin de dar condiciones para
" Pero, ~~' pu~do ent~n~er cómo .alguien podría pensar que que la creencia satisfaga las condiciones fiabilistas para la jus-
tendencia quiere deCir frecuenCia real a largo plazo". Tain- tificación. Con los procesos independientes de creencias no se
poco puedo entender cómo alguien podría suponer de manera necesitan estos dos pasos, ya que los insumos (experiencias) no
razonable que "fiable" (éste es el ténnino que va1nos a discutir son el tipo de cosas con estatus epistémico.
no 'justi~cado") es v~go en la distinción entre propensión ; La aplicación de mi planteamiento acerca de que la fiabi-
frecuenCia real. Definitivamente, no me parece que estos tér- lidad es una noción de propensión a las preocupaciones de
minos funcionen de esta 1nanera. Feldman en torno al "problema del caso único" es bastante
Antes de proseguir con el argumento principal, es mejor directa. Como la fiabilidad no depende de la frecuencia real,
que explicite una distinción importante entre dos tipos de pro- no hay ninguna excusa para suponer que si un tipo de proceso
cesos de fonnación de creencias. En "¿Qué es una creencia de fonnación de creencias sólo se realiza una vez y produce
justificada?", Goldman distingue entre procesos "independien- una creencia verdadera es perfecta1nente fiable, mientras que
tes de cree~cias" y "dep:ndientes de creencias". Los primeros si produce una creencia falsa en su única instanciación es por
no toman Insumos doxasticos; los segundos pueden tomar al completo no fiable. Su lugar en la dimensión de la fiabilidad
menos algunos. Goldman caracteriza la fiabilidad de manera depende de cuál sería la proporción de creencias verdaderas en
diferente para estos dos tipos, y lo seguiré en esto. La formula- una gama adecuada de instanciaciones, no de cuál es realmente
~i~n que ~cabamos de dar se aplica directamente a los procesos
el resultado cuando se realiza.
Independientes de creencias. En su caso, la fiabilidad es simple-
12 El lector notará que estas dos formulaciones difieren con respecto a si
mente la proporción de resultados verdaderos que resultarían
de. una gama apropiada de casos. Pero la segunda división es lo que se transfiere en la inferencia es la verdad o la justificación. Esto no sig-
nifica que Goldman se haya contradicho. Puede sostenerse consistentemente
mas complicada, en ese caso tenemos que ocuparnos por sepa- que para ser "condicionalmente fiable" un proceso dependiente de formación
rado de la transferencia del estatus epistémico entre la inferen- de creencias tiene que ofrecer resultados verdaderos de insumos verdaderos, y
cia y el estatus que se está transfiriendo. Goldman man~ja esto que este requisito tiene que cumplirse para que un proceso dependiente dé
tratando por separado la fiabilidad del proceso y la formación como resultado una creenciajustificada a partir de insumosjustificados. Y, sin
fiable de la creencia-resultado. embargo, parecería sin fundan1ento exigir esto para la justificación del resulta-
do. Esto implicaría que una inferencia no deductiva nunca da como resultado
conclusiones justificadas de premisas justificadas; puesto que tal inferencia
U1: proceso es condicionalmentefiable cuando una proporción su- no siempre genera conclusiones verdaderas a partir de premisas verdaderas.
fioen~e ~e sus creencias resultantes son verdaderas dado que sus (Por supuesto, Goldman presenta la fiabilidad condicional del proceso sola-
aeenczas-znsumo son verdaderas. [ ... J mente como una condición suficiente para obtener conclusiones justificadas
Si la creencia de S en p, en el momento t, resulta ("inmedia- de premisas justificadas. Pero como no menciona otra condición suficiente,
tamente") de. ~n proceso dependiente de creencias que es (al naturalmente suponemos que también toma esta condición como necesaria).
menos) condiciOnalmente fiable, y si las creencias (si acaso hay Sin embargo, para los propósitos de mi artículo estos problemas se pueden
alguna) con base en las cuales este proceso opera al producir pasar por alto.
244 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 245

Al contrastar una interpretación en términos de trayectoria supuesto que la introspección en todo caso sólo debe generar
con otra de propensión, he presentado la segunda en términos verdades, y algunos han considerado que la aprehensión de
de la frecuencia que mostraría una gama "adecuada" o "apro- proposiciones es evidente y goza de una inmunidad al error
piada" de casos. ¿Qué hace que una gama de casos sea "ade- similar. Adernás, si nos concentrarnos, como lo he estado ha-
cuada"? Prirnero, tienen que ser suficienternente nurnerosos. ciendo, en evaluar los procesos inferenciales en ténninos de
Lo que cuenta como suficiente varía según cada contexto o si- fiabilidad condicional, entonces, si ignora1nos las dudas cartesia-
tuación. Por experiencia aprendemos cuánta homogeneidad o nas sobre el a priori, parece que en ninguna situación posible
heterogeneidad esperar en un núrnero de casos de cierto tipo. los procesos inferenciales deductiva1nente válidos dejarán de
Cuanta 1nás variación hayarnos aprendido a esperar de un caso ser condicionalmente fiables. Pero considérese la percepción y
a otro, más grande tendrá que ser la muestra. Como las varia- el razona1niento no deductivo. Para cualquier rnecanismo per-
ciones entre las personas son bastante más que las de una sus- ceptual que produce en su rnayoría verdades en las situaciones
tancia quírnica, necesitamos una rnuestra más grande para una en las que realmente se ejerce, hay situaciones posibles en las
investigación de opinión o actitud que para deter~inar el pe- que esta fiabilidad sería mucho más reducida. Y no sólo en si-
so atómico. Segundo, los casos tienen que ser sufie1enteme~te tuaciones lógicamente posibles. Aunque el de1nonio cartesiano
variados en sus rasgos pertinentes para eliminar en la med1da sea sólo lógicamente posible, está en nuestro poder arreglar
de lo posible la hipótesis de que los resultados se deben a otros ambientes en los que una persona normal, usando mecanis-
factores diferentes de la característica que se está poniendo a mos normales de formación de creencias perceptuales que nos
prueba. Si estamos poniendo a prueba la ha?i~idad aritmé~i:~' sirven bien en situaciones corrientes, nonnalmente o siempre
no queremos reducirnos a problemas muy fae1les o muy dlflCl- sería engañada. Sólo necesitamos construir casos parecidos de
les: en la prueba queremos incluir una amplia gama de grados modo suficientemente realista o hacer algo 1nás a1nbicioso con
de dificultad. De 1nanera sirnilar, si estamos poniendo a prueba hologramas, o algo todavía más ambicioso co1no la estimula-
la fiabilidad de un proceso perceptual de formación de creen- ción cerebral directa. Si la ga1na de casos en cuyos términos
cias, querríamos variar los casos con respecto a factores como el proceso se evalúa como fiable se restringiera a situaciones
el "ruido" distractor de otros insumas psicológicos y del grado como éstas, el puntaje sería muy bajo; aunque el puntaje sería
de discriminación requerido entre insumas cercanos los unos alto cuando se probara en situaciones más comunes. Para ilus-
a los otros en el tiempo o el espacio. Estos dos puntos son apli- trar el problema con respecto al razona1niento no deductivo,
caciones a este tema de criterios que se utilizan en cualquier necesitamos recurrir a posibilidades más sofisticadas. Parece
procedimiento estadístico o de rnuestreo. de verdad al menos lógicamente posible que el mundo sea tal
Pero además hay que tomar en cuenta otro factor. Lo que que los modos de razonamiento no deductivo en los que más
el último párrafo sugiere es que un proceso de formación de confiamos no produzcan sobre todo creencias verdaderas de
creencias será considerado fiable si su aplicación a un núrnero premisas verdaderas, y por ende tengan un puntaje muy bajo
y una gama adecuados de casos da como resultado una el~­ en fiabilidad relativa. Examinernos la inducción por enume-
vada proporción de creencias verdaderas. Pero esto parecena ración simple. Seguramente hay mundos posibles en los que,
ser falso para rnuchos de los procesos que normalmente con- cuando hay una alta proporción de Fs en Gs en lo que conside-
sideraríamos fiables, si no se ponen restricciones a las circuns- ramos una rnuestra adecuadarnente constituida, suele suceder
tancias en las que los procesos tienen lugar. Muchos procesos que, en conjunto, la Inayoría de los e no son F. Si todo lo de-
humanos de fonnación de creencias rnostrarían grados muy más fracasa podemos introducir a un genio cartesiano que se
diferentes de fiabilidad en la ga1na completa de situaciones divierta arreglando las cosas de n1anera que tales inferencias,
concebibles. Esto puede no ser cierto de todos. Algunos han normal o invariablemente, queden anuladas.
246 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 247

Por lo tanto nos enfrentamos a un problerna en relación sa, por medio de la visión, cuándo estoy enfrente de una haya,
con la gama de situaciones en que un proceso debe generar, no sería una refutación a esto señalar que no lo podría hacer si
en la mayoría de los casos, creencias verdaderas para que cuen- estuviera recibiendo una estimulación directa de la corteza ce-
te como fiable. Si requerimos fiabilidad en todas las situacio- rebral en un laboratorio de fisiología. Cuando hago un juicio
nes posibles, en el mejor de los casos nos quedaremos con un de fiabilidad -para un instrumento, una fuente documental,
co~unto muy reducido de hábitos humanos de formación de un 1necanismo psicológico o lo que sea- tengo en mente, al
creencias fiables. Y si no es así, ¿cómo vamos a demarcar las 1nenos ünplícitamente, una gama de situaciones con respecto
situaciones que la muestra debe incluir para ofrecer un resul- a las cuales se hace tal afirmación. Lo que suceda fuera de esa
tado pertinente? ga1na es sünplemente irrelevante para la afinnación.
No se 1ne ocurre una Int:;jor respuesta a esta pregunta que
IV
la siguiente. El requisito para la fiabilidad es que el proceso dé
como resultado una elevada proporción de verdades en una Ahora puedo regresar a mi tarea central: poner en duda el su-
amplia gama de situaciones del tipo que generalmente encontra- puesto de que no hay hechos no epistémicos que determinen
mos. Obvia1nente, esto está lejos de ser preciso. No traza una un único tipo al que un proceso de formación de creencias
frontera clara entre lo típico y lo atípico. Además, deja abierta dado pertenece. Por supuesto, de algún modo estoy de acuer-
la posibilidad de que la frontera, tal como es, cambie con el do en que un caso dado de un proceso no pertenece a un solo
paso del tiempo. Lo que era atípico hasta ahora puede volver- tipo. Con un caso de un proceso, como con cualquier otro par-
se típico debido a cambios culturales, tecnológicos o de otro ticular, puede decirse que cualquiera de sus propiedades está
tipo. Sin embargo, creo que esta propuesta tiene la clase y el correlacionada con el tipo al que pertenece; y sus propiedades
grado correctos de imprecisión para el concepto de fiabilidad son indefinida1nente numerosas. Sin embargo, algunos tipos,
que queremos con fines epistémicos. Elimina sin dejar duda en este sentido lógico máxin1amente generoso, están ontológi-
situaciones claramente atípicas -genios cartesianos, cerebros camente enraizados, son fundamentales o importantes de ma-
en cubetas y otras parecidas-. 13 Y hace que el juicio de fiabili- neras en las cuales otro número indefinidamente grande de
dad dependa de nuestra situación actual como seres humanos ellos no lo está. Aunque sea cierto que usted y yo pertenecemos
en los ambientes en los que nos solemos encontrar. Esto es lo a una cantidad indefinida de clases, como o~jetos que pesan más
que necesitamos para captar la noción intuitiva de fiabilidad de cinco kilos, objetos que existen en el siglo XX, objetos mencionados
involucrada en epistemologías fiabilistas. Si afirmo que mi ter- en este artículo, etc., etc., es aún el caso que la pertenencia a
mómetro es fiable, no es una refutación decir que no daría la la clase de los seres humanos es fundamental para lo que somos
temperatura correcta en el sol. De manera similar, si digo que de una manera diferente de lo que sucede con las otras cla-
estoy en condiciones de deternlinar de manera bastante preci- ses, ya que es la clase natural a la que pertenece1nos. Sugeriré
13
que algo parecido sucede para los procesos de fonnación de
Un escéptico podría cuestionar si sabemos que tales situaciones son "cla-
creencias: que hay ciertas consideraciones funda1nentales que
ramente atípicas". ¿cómo podemos saber, se preguntaría, que no estamos
siempre en una situación del genio cartesiano? No es mi intención aquí res- indican, para cada caso de estos procesos, un tipo que es algo
ponder al escepticismo o discutirlo de cualquier modo. Sólo indicaré que esta así corno su "clase natural"; por ende, al pensar en tipos de
última reserva de mi descripción, junto con el resto de mis propuestas, supone procesos de formación de creencias, no estan1os tan perdidos
la falsedad del escepticismo radical. Mi propuesta supone que tenemos una en un n1ar de indeterminación co1no Feld1nan y cmnpaii.ía su-
considerable capacidad para determinar cuándo las condiciones especificadas
ponen.
en esas propuestas se satisfacen o no. Vale la pena mencionar que si el escepti-
cismo radical fuera correcto, todo el resto colapsaría, incluida mi descripción
Para llevar a cabo esto tendre1nos que pensar en los procesos
de la fiabilidad. El escepticismo no es un problema sólo para ella, de forn1ación de creencias de un n1odo un poco diferente de
248 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 249

como suelen hacerlo los amigos y los enemigos del fiabilismo. ser estos sucesos incluidos entre los "insumos" de los procesos de
Primero, tendremos que trazar fronteras más ceñidas alrede- formación de creencias? ¿o deberíamos restringir el alcance de
dor de los procesos de como se suele hacer. La rnayoría de las los procesos de formación de creencias a sucesos "cognitivos", esto
discusiones sobre este te1na no son muy específicas en cuanto al es, sucesos que ocurren dentro del sistema nervioso del organis-
mo? Yo elegiré la segunda opción, aunque con cierta vacilación.
alcance de los procesos en discusión. Una pregunta crucial es si
La razón general por la cual decido esto es, en líneas generales,
tendríamos que pensar que el proceso incluye toda la genealo-
la siguiente. La condición de justificado parece ser una función
gía causal de la creencia o sólo una parte de ella. En particular, de cómo un sujeto cognoscente maneja su insumo ambiental, es
¿deberíamos incluir sucesos fuera del organismo o limitarlos decir, la buena o mala calidad de las operaciones que registran y
a ciertos eventos internos del organismo, o intrapsíquicos, que transforman la estimulación que le llega a él. [... ] Una creencia
funcionan corno causas1 próximas de la creencia? Los críticos justificada es, por decirlo así, una creencia resultado de operacio-
normalmente siguen la pauta de algunos fiabilistas y dejan esto nes cognitivas que, en términos generales, son buenas o exitosas.
en la vaguedad. Como un ejemplo de esto último, la versión de Pero las operaciones "cognitivas" se interpretan de la manera más
Armstrong del fiabilismo dice algo parecido a esto. La creencia verosímil como operaciones de las facultades cognitivas, esto es,
de S de que p está formada de manera fiable si S tiene cierta del equipamiento "de procesamiento de información" interno del
propiedad, H, tal que es nomológicamente necesario que si un organismo. (Goldman 1979, pp. 12-13 [216-217])
sujeto que es H forrna la creencia de que p, esta creencia sea
verdadera. 14 Esta formulación no es explícitamente en térmi- Me parece que esto es lo que un fiabilista tendría que decir
nos de procesos, pero podría reescribirse en esos térrninos del sobre este punto. Si el estatus epistémico de una creencia es
siguiente modo: la creencia de S de que p está formada de ma- una función de la fiabilidad del proceso que genera la creen-
nera fiable si el proceso que generó esa creencia tiene cierta cia, lo que es crucial es la fiabilidad del proceso psicológico. Al
propiedad, H, tal que es nornológicamente necesario que cual- examinar la formación de creencias perceptuales, no importa
quier creencia generada por un proceso con esa propiedad es qué tan ejemplar sea la trayectoria de los rayos de luz de la su-
verdadera. Obvian1ente esto no restringe de ninguna forma el perficie del objeto percibido a la retina, y no importa qué tan
alcance del proceso. Cualquier caracterización del proceso que sofisticadas sean las transformaciones neuronales involucradas
dé como resultado la necesidad nomológica en cuestión asegu- en el camino del ojo al cerebro, si la creencia no está formada
rará la fiabilidad de la formación de creencias. 15 Respecto de sobre la base de presentación consciente (y/ o su correlato neu-
los críticos, Feldman y Pollock toman en consideración proce- ronal) de una manera que conduce a la verdad, la creencia no
sos perceptuales que incluyen factores externos al sujeto, como tendrá el desideratum epistérnico subrayado por el fiabilismo.
la distancia del objeto o las condiciones de iluminación. Este último paso es funda1nental. N oto que cuando escribió
Sin embargo, Goldman, nuestro fiabilista paradigmático, es Epistemology and Cognition (1986), Goldman ya había perdido
más específico. la "vacilación" de la que habla en el fragmento anterior. En
este libro, desde el inicio trata de procesos psicológicos. Véase
Además del problema de "generalidad" [ ... ] está el problema en particular el capítulo cinco.
antes mencionado del "alcance" de los procesos de formación de Pero lilnitar los procesos de formación de creencias a la psi-
creencias. Está claro que la ascendencia causal de las creencias que no reduce significativamente la enorme cantidad de tipos
suele incluir sucesos que ocurren fuera del organismo. ¿Han de involucrados. Un proceso de formación de creencias puramen-
14 Véase Armstrong 1973, p. 170.
te cognitivo tarr1bién será de muchos tipos indefinidos, inclu-
15 En el curso de esta discusión, Armstrong le pone ciertas restricciones yendo algunos indeseables como tener lugar un miércoles y gene-
a H, pero ninguna tiene como efecto limitar el alcance del proceso. rar una creencia verdadera. Además, pertenecerá a tipos de todos
250 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 251

los niveles de generalidad. Si es un proceso de formación de "mecanicista" o porque amenaza con poblar la mente-cerebro
creencias visual, será del tipo formar una creencia sobre la base de con un número ingobernable de cc~jas negras separadas, po-
tal o cual tipo de presentación visual, formar una creencia sobre un demos usar otros términos. Podemos pensar que la realización
árbol, formar una creencia sobre algo en las cercanías, formar una psicológica de una función es el hábito de fonnar una creen-
creencia sobre la base de la visión, formar una creencia sobre la base cia con cierto contenido proposicional que es cierta función
de la percepción, etc. Todavía hay demasiada indeterminación. de ciertos rasgos del insumo, o una disposición a hacer esto. Si
Pero una ayuda decisiva está cerca. En efecto, su semilla se usted prefiere la psicología de los actos, podemos pensar que
encuentra en el ensayo de Goldman que he estado citando, un s~jeto tiene el poder de "tomar en cuenta" ciertos rasgos de
aunque, como veremos, él no usa esta idea para resolver el los insumos y, sobre la base de ese tomar en cuenta, forma una
problema de la generalidad. creencia con un contenid0 que es cierta función de esos rasgos.
El hilo conductor que sigue todo esto es que forma parte de la
Necesitamos decir más acerca de la noción de "proceso" de for- constitución de la psique el estar dispuesta de tal manera que
mación de creencias. Entendamos por "proceso" una operación o cuando se le presentan ciertos tipos de insumo, se genera una
procedimiento funcional, es decir, algo que genera un mapeo de creencia con un contenido que es cierta función de ciertos ras-
ciertos estados -los "insumos"- con otros estados -los "resulta- gos de ese insumo. Recordando la diversidad de terminología
dos"-. En este caso, los resultados son estados de creer ésta o
disponible, en lo que sigue hablaré alternadamente de hábitos
aquella proposición en un momento dado. (Goldman 1979, p. 11
y de mecanismos.
[215])
Dejen1os estos elevados niveles de generalidad y tomemos
en cuenta ciertos t;jemplos. Considérese la formación de la
Lo fundamental aquí es que cada formación de creencias en-
creencia perceptual visual de que un arce está enfrente de no-
traña la activación de ciertafunción psicológicamente realizada.
sotros. El insumo será una "presentación" visual de cierto tipo,
Esta activación produce una creencia con un contenido propo-
sicional que es cierta función (la función cuya realización psi- una presentación que entraña que el objeto percibido se vea de
cológica está activada aquí) del insumo próximo. La función en cierta manera. 17 El mecanis1no que se activa tomará en cuenta
cuestión determinará tanto cuáles rasgos del insumo influyen ciertos rasgos fenoménicos de la presentación, mientras que
en la creencia-resultado, como qué influencia tienen, esto es, otros no tendrán ningún papel. Ciertos rasgos de la forma,
cómo el contenido de la creencia está determinado por tales ciertos rasgos del color, la distribución espacial de las regiones
rasgos. 16 Para acercar lo que estamos didendo de la fiabilidad
l7 Los detalles de esta descripción variarán según la teoría de la percepción
de una creencia a s~jetos paradigmáticos de atribución de fia- que estemos defendiendo. Como no quiero entrar en estas cuestiones aquí,
bilidad como los termómetros, los medicamentos y los atlas, estoy buscando la mayor neutralidad. Sin embargo, al hablar de "presenta-
digamos que una función de formación de creencias psico- ciones" muestro mi preferencia por una teoría del aparecer, según la cual
lógicamente realizada constituye un mecanismo psicológico. Si la experiencia perceptual consiste básicamente en objetos, usualmente o~je­
esta terminología no es de su agrado, porque suena demasiado tos físicos externos, que se nos aparecen de ciertas maneras. En consecuen-
cia, los teóricos de los "datos sensoriales" [sense data], los adverbiales y los
16 Aquí estoy hablando de unafunción en el sentido matemático, en el cual, conceptuales-proposicionales de la experiencia perceptual no apreciarán mi
para tomar un ~jemplo muy simple, una suma es una función. Dados dos o manera de poner las cosas. Creo, sin embargo, que los argumentos que estoy
más números, la función de la adición dará como único resultado su suma. planteando aquí respecto de los rasgos de la formación de creencias que son
Una función en este sentido es, por supuesto, algo abstracto, por eso tuve que pertinentes para las evaluaciones de la fiabilidad son neutrales respecto de
especificar que un proceso de formación de creencias involucra la activación las diferentes descripciones de la conciencia perceptual. Invitaría a quienes
de una función psicológicamente realizada, no sólo la función como habitante o~jetan mi formulación a replantear lo que estoy diciendo en sus términos
del espacio lógico. favoritos.
¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 253
252 WILLIAM P. ALSTON

Para concentrarnos por ahora en la formación de creencias


coloreadas de manera variada, y los contrastes con el campo
perceptuales, la función podría ser tan específica como para
circundante serán "elegidos" por el rnecanismo, mientras que
tomar como insumo sólo ciertos rasgos experienciales precisa-
otros serán ignorados. Entre estos últirnos, hay que conside-
rnente definidos, y dar corno resultado sólo creencias con un
rar que muchos detalles de la presentación habrían podido ser
cierto contenido proposicional. Los ejemplos anteriores refle-
diferentes sin que carnbiara el contenido de la creencia genera-
jan esta postura; pero hay otras posibilidades. Considérense
da. El árbol podría haberse visto más grande o más pequeño,
las atribuciones de color a objetos percibidos. Aquí tenemos lo
la corteza podría haberse visto rnás áspera o más suave, y así
que convincentemente se puede considerar una única función
sucesivarnente. 1bdo depende de cuál sea la función operativa.
que alinea la posición de ciertos aspectos de un insumo visual
Obviamente, si resultara que la función suministra una creen-
respecto de varias dimensiones pertinentes en cuanto a los co-
cia sobre el tamaño o distingue finamente la textura de la cor-
lores, con una creencia de que el objeto visto es de cierto color.
teza, los rasgos que son irrelevantes para la simple creencia de
Aquí podemos confiar en que la función sea unitaria debido
que hay un arce enfrente de nosotros cobrarían pertinencia.
al carácter sistemático del alineamiento. Sin embargo, consi-
En este ejemplo he asu1nido que sólo la experiencia visual
dero que esto es la excepción, no la regla, para la formación
(presentación) funcionaba como insumo. Hay un acuerdo ge-
de creencias perceptuales. Para la mayoría de los contenidos
neral de que en cada caso de formación de creencias percep-
proposicionales no tenemos la posibilidad de un alineamiento
tuales otras creencias del sujeto intervienen para darle forma
sistemático como para el color. Por ende, pensaré generalmen-
al resultado doxástico. Suceda esto o no, está claro que en mu-
te que las funciones perceptuales de formación de creencias
chos casos el insumo es en parte doxástico. Como ejemplo,
son máxirnamente específicas.
considérese un caso de "reconocimiento individual", en lugar
Ahora examinemos un par de formaciones inferenciales de
de un caso de "reconocimiento de tipo", corno el anterior. Des-
creencias. Debería quedar claro que, según el enfoque que es-
pués de ver una casa, formo la creencia de que es tu casa. De
toy proponiendo, las "funciones" pertinentes en cuanto a la in-
hecho, a primera vista hay cierta cantidad de casas en el mun-
ferencia deductiva serán principios de inferencia. Piénsese en
do que son iguales que la tuya. Pero la tuya es la única en esta
el caso del silogismo hipotético. Yo reflexiono que si rechazo
manzana de esta calle en esta ciudad que luce como la tuya. Por
t~ solicit~d de aument~ de sueldo, renunciarás a tu trabajo, y
lo tanto, digamos, en mi identificación de la casa corno la tuya
s1 renuncias a tu trabaJO, no lograré encontrar a un sustituto
(mi formación de la creencia de que ésta es tu casa) influye mi
a tiempo para atender un gran contrato que está por llegar.
conocimiento (creencia) de que estoy en esta manzana de esta
Yo, naturalmente, infiero que si rechazo tu petición de aumen-
calle en esta ciudad, así como rasgos de la presentación visual.
to salarial, no podré encontrar a un sustituto a tiempo para
Estos ejemplos pueden dar la impresión de que la función
ese contrato. La función que produce una creencia que está
que interviene en cualquier formación de creencias perceptua-
relacionada de esa manera con las creencias de insumo es una
les es extrernadamente específica, y relaciona rasgos muy deta-
realización psicológica del principio de inferencia llamado "si-
llados del insumo experiencia! con un único contenido de la
logismo hipotético". Obviamente, no deberíamos suponer que
creencia. En vista de la tormenta desatada por Feldman y otros
sólo los principios válidos de inferencia deductiva se realizan
en torno al problema de navegar entre un tipo de proceso per-
psicológicarnente. Por desgracia, algunas personas están cons-
tinente demasiado específico y otro demasiado general, tiene
tituidas de tal manera que regularmente forman creencias re-
sentido que examinemos por un momento dónde se encuen-
lacionadas con las creencias de insumo según un patrón que se
tran al respecto las funciones de forrnación de creencias psico-
conoce como "afirmación del consecuente". Tal función daría
lógicamente realizadas. En pocas palabras, la respuesta es que
como resultado la creencia de que llovió anoche a partir de las
la función operativa puede tener varios grados de generalidad.
254 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 255

creencias insumo de que si hubiera llovido anoche el césped estaría de formación de creencias que consiste en que el insumo da
mojado y el césped está mojado. origen al resultado de acuerdo con la función. Lo único que
La inferencia no deductiva presenta un panorama más com- cambia es que en lugar de pensar, de manera poco específi-
plicado. Si llego a la generalización por el conocimiento de ca, en el proceso como algo indefinido que interviene en la
varios casos, típicamente tomo en consideración no sólo los ca- historia causal de la creencia, he limitado la perspectiva a la
sos en cuestión, sino también hechos sobre el tema que indican etapa próxima de tal proceso y lo he interpretado conforme al
qué tipo de muestra necesito para pasar de 1nanera justificada modelo insumo-función-resultado.
a la generalización. Como apunté antes, algunas ga1nas de he-
chos son más homogéneas que otras y requieren menos canti- V
dad y variedad en la muestra para hacer una generalización co- Ha llegado el momento de aplicar esto al problema de la ge-
rrecta. Por supuesto, no debemos olvidar en ningún mo1nento neralidad. La aplicación es muy simple; probablemente ya ha
que aquí nos estamos ocupando de qué funciones realmente se saltado al ojo del lector. La función determina el tipo per-
realizan psicológicamente, no sólo de las que son fiables. Pero tinente. Formo la creencia visual de que un coche está esta-
creo que podemos suponer, sin temor a equivocarnos, que en cionado frente a mi casa. ¿Qué tipo de proceso de formación
muchos casos las consideraciones como las que acabamos de de creencias es tal que su fiabilidad es crucial para el estatus
mencionar aparecen en el insumo de una inducción por sim- epistémico de esa creencia, de acuerdo con la epistemología
ple enumeración. Por otra parte, considérese la inferencia a la fiabilista? El tipo definido por la función operativa, esto es, las
mejor explicación. Si estoy intentando explicar la presencia de formaciones de creencias que proceden de acuerdo con la función que
un charco de agua en el piso de mi sótano, los insumas per- interviene aquí. En otras palabras, el proceso particular, en vir-
tinentes incluirán no sólo creencias sobre el estado de cosas tud de ser un mapeo funcional de los rasgos de insumo con el
actual en mi sótano, sino también una lista de posibles causas contenido del resultado, tiene ya una generalidad incorporada
de por qué el agua está allí, y consideraciones sobre qué tan que le proporciona la función. La función es algo inherente-
probable es que cada una de estas causas haya tenido efecto. mente general, y define el tipo cuya fiabilidad, de acuerdo con
Sin duda alguna, el lector habrá notado que hasta cierto el fiabilismo, es crucial para el estatus justificatorio de la creen-
punto en las líneas anteriores pasé de hablar de procesos de for- cia en cuestión.
mación de creencias a hablar de hábitos de formación de creen- Permítaseme decir algo más sobre exactamente por qué el
cias (mecanismos, disposiciones ... ). Esto puede generar la im- tipo definido por la función operativa es el que hay que con-
presión de que mi interpretación de la formación de creencias siderar si lo que nos interesa es, desde el punto de vista de
a partir de la activación-de-lasjunciones-realizadas es silnplemen- la epistemología fiabilista, el grado de fiabilidad con que se
te un enfoque diferente de la cuestión que no tiene ninguna forn1ó esta creencia particular en esta ocasión. El tipo deter-
importancia para ese enfoque en términos de la fiabilidad de minado por la función tiene este estatus especial sólo porque
los procesos de formación de creencias. Pero no es el caso. Hábi- refleja o expresa la dinámica real del proceso: lo que es respon-
to y proceso son dos aspectos del mismo fenómeno: la forma- sable de que esta creencia con este contenido se haya formado
ción de creencias. Sigo hablando de procesos de formación de sobre estas bases. Por ende, si suponemos, como lo hace la epis-
creencias pero, en la línea de Goldman, he especificado 1nás la temología fiabilista, que el estatus epistémico de una creencia
noción de tales procesos concibiéndolos como la operación de es una función de su historia causal próxima, de lo que llevó
un hábito como el que he estado describiendo. Cada vez que a su adquisición, entonces éste es el tipo cuya fiabilidad debe-
está en operación un hábito de formación de creencias que en- ría considerarse. Desde luego, este supuesto puede disputarse,
trafia cierta función insun1o-creencia resultado, hay un proceso pero este problema rebasa los límites de este ensayo, el cual se
256 WILLIAM P. ALSTON
l ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 257

ocupa de esclarecer problernas conceptuales en la epistemolo- de las creencias de que Jaime vendrá si se siente bien y de que
gía fiabilista. Jaime se siente bien, entonces la creencia aquí formada estará
Para regresar a la creencia visual de que hay un coche esta- formada de manera fiable si nlÍ principio de inferencia es con-
cionado frente a mi casa, sería un trabajo enorrne precisar la dicionahnente fiable -tal que lleve de verdades a verdades, y las
función que aquí interviene con todos los detalles, ya que esto creencias de insurno hayan sido fonnadas de un rnodo fiable-.
significaría enumerar los rasgos de la presentación visual que La prirnera de estas dos condiciones se realizará si el princi-·
me condujeron a identificar lo que vi corno un coche estacio- pio que constituye la función realizada en el rnecanismo que
nado en rni entrada. (Especificar el lado de los resultados de llevó a tener esta creencia es un modus ponens. En este caso, el
la función -el contenido de la creencia- no es un problema.) tipo pertinente es tal que no sólo se genera una gran cantidad
Por supuesto, puedo identificar con precisión, aunque no de de creencias verdaderas a partir de procesos de ese tipo que
rnanera analítica, el insurno experiencia! usando el contenido toman como insunw creencias verdaderas; invariablemente el
de la creencia resultado. Puedo decir que el mecanismo gene- proceso produce creencias verdaderas a partir de creencias de
ró la creencia de que hay un coche estacionado en mi entrada insurno verdaderas.
sobre la base de un insurno que consistía en que aparecióseme a La inferencia no deductiva, como hemos visto, presenta un
la manera de "coche-estacionado-en-mi-entrada", o en su ser exacta- panorama n1ás desordenado. Aquí, para que sea significativa-
mente como si estuviera viendo un coche estacionado en mi entrada, mente fiable, una función tiene que ser sensible no sólo a las
o en un objeto que se parece a un coche estacionado en mi entrada. propiedades formales del argurnento, por ejemplo, que se tra-
Pero, sea que identifiquemos el insurno perceptual en términos te de una generalización de casos, sino tarnbién a una varie-
analíticamente iluminadores o en términos dependientes del dad de consideraciones más sustantivas: las características de la
resultado, el planteamiento básico es el mismo. El tipo de pro- rnuestra si es un caso de generalización, varios conocimientos
ceso cuya fiabilidad es pertinente para la evaluación epistémica pertinentes previos, el campo de las explicaciones rivales si es
de la creencia es el que está definido por la función, el cual a una inferencia explicativa, etc. Sin embargo, por muy comple-
su vez está definido por cierta manera de ir de los rasgos del jas que sean las funciones de inferencia no deductiva, el punto
insumo a los rasgos del resultado. La pregunta de la fiabilidad básico es el rnismo. De acuerdo con el fiabilismo, el estatus
que es significativa para el estatus epistémico de esta creencia epistémico de una creencia particular depende de la fiabilidad
es la pregunta acerca de cuán fiable es este hábito, el hábito de- condicional del mecanismo operativo, esto es, hasta qué punto
finido por esta función. I ,a pregunta es acerca de la proporción la función realizada por ese mecanismo produciría resultados
de creencias verdaderas entre los resultados de este hábito en que son creencias verdaderas a partir de insumas verdaderos
una cantidad suficienternente amplia de casos adecuadamente en una gama adecuada de casos, nrás el estatus epistémico del
variados, en circunstancias típicas. En otros términos, la pre- insumo. Para ponerlo en términos de procesos, la cuestión cru-
gunta es acerca de la fiabilidad de fonnar una creencia como ésta cial es la fiabilidad condicional del proceso que va del insumo
sobre la base de una presentación perceptual como ésta, donde a la creencia-resultado, de acuerdo con esa función, junto con
los rasgos pertinentes de la sernejanza están determinados por el estatus epistémico de los insumas.
la constitución de la función realizada en este mecanismo. Así que cuando pensarnos en la fiabilidad de los procesos
Corno ya hemos visto, esto puede plantearse de una mane- de formación de creencias de esta manera, ya no nos enfren-
ra más clara con mecanismos inferenciales de formación de tamos a una indefinida y enornre multiplicidad de tipos entre
creencias, ya que en ellos la función puede especificarse con los cuales tenemos que encontrar una manera de elegir. Gra-
más facilidad, al menos para las inferencias deductivas. Si for- cias a la luz que arroja esta n1anera de interpretar los procesos
mo la creencia de que Jaime vendrá a la fiesta a partir del insumo de formación de creencias, el "problema de la generalidad",
258 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 259

tal como lo interpretaron Feldman, Plantinga y Pollock, se di- cía sensorial. ¿Acaso esto no quiere decir que otra vez he1nos
sipa como neblina ante el sol de la 1naíi.ana. Por supuesto, si- fracasado en elegir un único tipo pertinente?
gue siendo cierto que el caso particular de un proceso es un N o. Por lo n1enos no seguimos enfrentándonos a ese pro-
caso de una variedad indefinida de tipos de procesos, inclu- blema si los supuestos que he hecho están respaldados. Para
yendo algunos bastante tontos como procesos que tienen lugar los responder de 1nanera adecuada a la objeción anterior necesito
miércoles y procesos que tienen lugar en la ducha. Pero ahora que distinguir los lados del insu1no y del resultado. Para este úl-
pensamos en los procesos de formación de creencias como el timo, poden1os asu1nir sin riesgo que el contenido se puede
funcionamiento de un mecanismo que expresa una función de especificar de 1nanera determinada. Sólo tenen1os un caso de
insun1o-resultado, podemos ignorar todo esto. La función defi- formación de creencias si tenemos una creencia, una creencia
ne el tipo epistémican1ente pertinente, y nos podemos olvidar con un contenido proposicional particular. Éste es nuestro pun-
del resto. to de partida. Así que si tenen1os un caso a la n1ano, no so1nos
libres de especificar el lado del resultado de la función de di-
VI versas 1naneras. Si la creencia cuya formación esta1nos conside-
rando es una creencia de que hay un arce enfrente de mí, esto
Pero aunque la pluralidad de candidatos a la posición de tipo fija el lado del resultado, y no hay posibilidades de elegir entre
pertinente se haya reducido significativamente, ¿no sigue ha- diferentes 1naneras de caracterizarlo. Sin duda, esta creencia
biendo todavía alternativas serias entre las cuales la concepción pertenece a varias clases más amplias de creencias -que cierta
"funcional" de los procesos de formación de creencias no eli- planta está enfrente de mí, que algo está enfrente de mí, que algu-
ge? ¿No hay n1uchas maneras diferentes de dividir la psique en na planta está espacialmente relacionada conmigo, etc.-; pero nin-
distintos mecanismos o hábitos de formación de creencias? De- guna de estas especificaciones nos da la descripción precisa
pendiendo de cuáles de ellos elijamos, terminaremos con una o completa del contenido de la creencia en cuestión. Por lo
u otra asignación de un proceso particular a un hábito general, tanto, cualquier 1necanis1no que haya producido esta creencia
hábitos que difieren por su grado de fiabilidad. Regresemos a no puede ser uno que exprese concretamente una función que
mi formación de la creencia visual de que hay un arce enfrente va de cierto insu1no a una creencia con uno de esos contenidos
de mí. ¿No puedo pensar que el hábito involucrado aquí es 1nás generales, ya que ésta no es la creencia que en efecto se
(a) llegar a creer que hay un arce enfrente de mí sobre la base prod~jo en este caso. De 1nodo que no tene1nos que preocu-
de una presentación visual con tales y cuales características, o parnos por la laxitud con la cual se especifica el extre1no del
(b) llegar a creer que hay un arce enfrente de mí sobre la base resultado de la función operativa.
de la experiencia sensorial, o (e) llegar a creer que cierta plan- El lado del insu1no y la función involucrada son un poco
ta está relacionada espacialmente conmigo de cierta manera, más proble1náticos, ya que no están tan a la vista, especialmen-
sobre la base de la experiencia sensorial, o ... ? Esto es, parece te la función. No es tan obvio qué rasgos del insumo escoge
que puedo pensar que este hábito activado posee cualquiera de el mecanis1no y có1no los "usa" la función para determinar
los muy variados grados de generalidad. Y bien puede ser que rasgos del resultado (esto es, exactamente cuál es la función).
estos hábitos difieran en grados de fiabilidad. Presumiblemen- En este punto queda claro que la o~jeción actual 1ne obliga
te, la fiabilidad del hábito de formar creencias sobre arces que a ser 1nás explícito sobre un supuesto básico de mi enfoque
están enfrente de mí sobre la base de presentaciones visuales del problema, en específico su realismo psicológico. Supon-
exactamente con estos rasgos es mucho más alta que la fiabi- go que siempre (¿casi siempre?) hay una única respuesta a la
lidad del hábito más general de formar creencias sobre arces pregunta "¿Exactamente qué mecanismo, con1o expresión con-
que están enfrente de mí sobre la base de una u otra experien- creta de exactamente qué función, operó en la generación de
¿CÓMO CONCEBIR LA FL\ BILIDAD? 261
260 WILLIAl'vi P. ALSTON

en operación. Una de las objeciones de Plantinga al fiabilismo


esta creencia?" Supongo que sólo una manera de generalizar se plantea de la manera siguiente.
a partir de esta relación insumo sensorial-creencia resultado
refleja la dinárnica psicológica real de la situación. Cuando Ini-
De hecho, si, como Goldman sugiere, el tipo pertinente se tie-
ro afuera de la ventana y formo la creencia de que allí hay un
ne que especificar en términos psicológicos o fisiológicos, no es-
arce, hay, en lo abstracto, muchas funciones que podrían dar taríamos en c~n:iiciones de especificar ninguno de estos tipos;
cmno resultado una creencia con ese contenido a partir de la nuestro conoCimiento es demasiado limitado para eso. (Plantinga
presentación visual de ese tipo. La transición podría basarse 1993, p. 199)
en la forma de la hoja, la forma general del árbol, el color de
las hojas, el tipo de corteza, el tamaño, etc., o alguna combi- En este ensayo no puedo dedicanne a una defensa completa
nación de estos rasgos. Pero estoy suponiendo que en ese caso del realismo psicológico. Lo que más me interesa señalar en
sólo una de estas posibilidades se está realizando. El mecanis- este momento es que la viabilidad de la teoría fiabilista de la
mo que estaba en operación expresaba una de estas maneras justificación o del conocimiento depende de la viabilidad del
de tomar ciertos rasgos del insumo concreto en lugar de otras realismo psicológico. Si no hay ningún hecho objetivo sobre
como aquellas que producen una creencia con ese contenido. qué función insumo-resultado está siendo utilizada en una for-
Una vez más, cuando mis creencias de que Juan vendrá a la mación de creencias dada, entonces los fiabilistas están inde-
fiesta si está bien y que Juan está bien producen la creencia de fensos ante el problema de la generalidad, y pueden 1nejor ha-
que Juan vendrá a la fiesta, hay.muchas posibilidades abstrac- cer su equipaje e irse a casa. Por eso dije que las cuestiones
tas sobre el principio de inferencia involucrado. El mero hecho que plantea la objeción actual son tan importantes. Van direc-
de que la inferencia presente la forma de un modus ponens no ta~er:t.e al corazón de lo que el fiabilismo necesita para ser una
garantiza que éste sea el principio que estaba operando des- pos1b1hdad real para la epistemología.
de un punto de vista psicológico. Yo podría haber estado utili- Pero sin llegar a una defensa cotnpleta, diré lo siguiente. Pri-
zando una función que genera esa creencia con base en cual- I~e~·o, no deberíamos inflar sin razón los requisitos epistemo-
quier creencia sobre Juan, o con base en cualquier conjunto de logiCos para el realismo psicológico acerca de los mecanisn1os
creencias uno de los cuales es condicional, o ... Sin embargo, de formación de creencias. Por supuesto, si nuestra posición
de acuerdo con 1ni realismo psicológico, exactamente una de frente a tales mecanistnos fuera de total ignorancia, la cosa no
esas posibilidades se realiza en este caso. Y sea cual sea la que valdría la pena. Pero deberíamos ser sensibles a la cuestión de
se realice, es la fiabilidad de esa función (o del rnecanismo o que es altamente razonable suponer que hay muchos hechos
proceso correlacionado) la crucial para el e status epistémico ?bjetivos que nunca conocerernos e incluso hechos que somos
de la creencia. Incapaces de conocer. Los detalles sobre la vida pasada de la
Como cualquier forrna de realis1no, ésta también puede ser humanid~d, la Tierra, el siste1na solar y, de manera más gene-
criticada. Podemos dudar o negar que la psique realmente esté ral, el uniVerso ofrecen muchos ejemplos de esto. Por lo tanto,
determinada de esa n1anera; y podemos sostener que, por lo las incapacidades epistémicas humanas con respecto a X no son
tanto, somos libres de hacer una de muchas indefinidas eleccio- necesariamente fatales para un realismo acerca de X.
nes al elegir una determinada función para los fines de evaluar Mi segundo punto es que nuestro acceso cognitivo a los me-
una creencia dada por su grado de fiabilidad. Y aquí, como canismos de forrnación de creencias no es tan escaso como mi
en otras partes, los motivos epistemológicos para el antirrealis- oponente antirrealista considera que es. Aunque, obviamente,
mo son prominentes. Se puede afirmar que no tenemos acce- no pode1nos mirar dentro de una psique con un instrmnento
so a los detalles de los procesos cognitivos que se requerirían y observar las pequeñas funciones insumo-resultado haciendo
para determinar, en cada caso, exactamente qué función está
262 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 263

su trabajo, estamos en una situación silnilar con respecto a mu- rivales que hayamos eliminado sobre cuál es la función en una
chas otras cosas de las que sí sabemos algo; y los enfoques que ocasión dada, siempre se ciernen más amenazas en el horizon-
usamos en estos casos también están disponibles en éste. Cuan- te. Sin embargo, usando técnicas como éstas, nos situamos en
do se trata de qué función operó en 1ni caso, a veces tengo un una posición mucho mt:;jor que la de una ignorancia total con
"conocimiento participativo" al respecto. Aunque mi conoci- respecto a la función que está operando en un caso dado de
miento de mis propios mapeos insumo-resultado esté lejos de formación de creencias.
ser idealmente cmnpleto, y aunque no sea yo in1nune al error Otra cuestión sobre el realisn1o psicológico. No quiero sub-
en estos casos, reflexionando sobre lo que está sucediendo, tí- rayar demasiado la detenninación y la precisión de las fun-
picamente puedo tener un grado significativo de comprensión ciones de formación de creencias o, lo que es más, de los
en torno a qué me llevó a fonnar cierta creencia. En los casos contenidos de las creencias. Las indeterminaciones que son
perceptuales, aunque no pueda detallar las pistas perceptuales propias de todos los estados y operaciones psicológicos tam-
"atómicas" que me perrnitieron reconocer que lo que estaba bién aparecen aquí. Algunos de mis hábitos de formación de
viendo era un arce, de todas maneras puedo entender hasta creencias, o todos ellos, pueden ser tales que haya cierta liber-
cierto grado qué "aspecto" del o~jeto me dio la pista; y puedo tad de acción acerca de exactamente dónde deben encontrarse
reconocer aspectos con silnilitudes pertinentes cuando vuelven ciertos rasgos perceptuales sobre las dimensiones pertinentes
a presentarse. En los casos inferenciales, si tengo inclinaciones (de tamaño, color, tono, etc.) para generar cierto contenido
analíticas, a menudo puedo fonnular los principios (o el prin- de creencia. Aun cuando la sensibilidad al insumo sea perfec-
cipio) de inferencia en los que me estaba basando; o ·al me- tamente precisa, puede haber cierta laxitud en la manera en
nos puedo reconocer inferencias con similitudes pertinentes la cual los rasgos del insumo determinan el contenido de la
cuando éstas tienen lugar. Para los casos de tercera persona, creencia. Exactamente los 1nismos rasgos podrían, en un rno-
si quiero saber qué función estaba operando en la inferencia mento, generar la creencia de que un arce está presente y, en
de Sam acerca de si Juan viene a la fiesta, puedo ponerlo a otro momento (con el "mismo mecanismo" en operación), ge-
prueba en otros casos con y sin la estructura del modus jwnens, nerar la creencia más específica de que un arce de azúcar está
y con o sin los otros rasgos 1nencionados antes. De esta forma, presente. Muestras indistinguibles podrían generar en diferen-
puedo intentar encontrar patrones consistentes en la 1nanera tes ocasiones creencias generales con parámetros estadísticos
en la que él deriva conclusiones; y aunque el éxito no esté en alguna medida diferentes o con diferentes grados de con-
garantizado, puedo llegar a algunos resultados bastante sóli- fianza. Y así sucesivamente. El realismo psicológico que defien-
dos. Los casos perceptuales son de nuevo más difíciles, pero do está comprometido única1nente con un grado de determi-
aquí también puedo variar las relaciones insumo-resultado de nación de los mecanismos de formación de creencias que es
tal modo que pueda darme la oportunidad de encontrar pa- suficiente para que valga la pena invocarlos al pensar en la fia-
trones consistentes y bastante estables de relación entre rasgos bilidad de la formación de creencias así como en muchos otros
de presentación-perceptual y contenido de las creencias. Estas asuntos.
técnicas dan resultados que no llegan a ser máxima1nente con- Aquí hay otras dos complt:;jidades que tendrían que recono-
cluyentes por varias razones. En prilner lugar, una persona po- cerse en una teoría de los procesos de formación de creencias y
dría estar usando una función dada en una ocasión aunque no en una episte1nología fiabilista adecuada. Para en1pezar, podría
lo haga regularmente, 1nuy seguido o de manera consistente. haber más de un hábito involucrado en la generación de una
Los hábitos de formación de creencias, como los otros hábi- creencia particular. Mi creencia de que lo que veo estacionado
tos, pueden ser más o menos estables, y definitivamente están en mi entrada es el coche de mi esposa puede estar generada
sujetos al cambio. En segundo, sean cuantas sean las hipótesis por un mecanismo perceptual que to1na en cuenta los rasgos
264 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 265

de tni experiencia visual actual, y por un rnecanismo inferen- función insumo-resultado, no haya aprovechado esta idea para re-
cia! que toma como insumo la creencia de que ella me dijo solver el problema de la generalidad. Esto es lo que dice sobre
cuando salí por la mañana que iba a estar en casa todo el día. ese problema en el mismo ensayo donde se expuso esa inter-
No creo que este tipo de sobredeterrninación le plantee ningu- pretación funcional.
na dificultad especial a la psicología cognitiva, pero sí exige que
el epistemólogo fiabilista decida cuál mecanisrno es tal que su Un problema crítico en relación con nuestro análisis es el grado
fiabilidad es crucial para el esta tus justificatorio de la creencia. de generalidad de los procesos-tipo en cuestión. Las relaciones
Corno he dicho, en este artículo no me propongo desarrollar insumo-resultado se pueden especificar muy en general o de una
una epistemología fiabilista. Pero diré, de pasada, que si cada manera muy limitada, y el grado de generalidad determinará par-
proceso hubiera sido suficiente para producir por sí sólo esa cialmente el grado de fiabilidad. [... ]
creencia, parecería razonable que el fiabilista sostuviera que la Es evidente que nuestro pensamiento ordinario sobre los pro-
creencia está justificada siempre que cualquiera de los procesos cesos-tipo los corta de manera general, pero en este momento
sea suficientemente fiable. no puedo dar una explicación precisa de nuestros principios in-
La segunda complicación es la siguiente. He estado hablan- tuitivos. Una propuesta verosímil, empero, es que los procesos
do como si toda creencia fuera generada por un único ma- pertinentes son neutrales en cuanto al contenido. Cabría argumen-
tar, por ejemplo, que el proceso de inferir p cada vez que el Papa
peo momentáneo insumo-resultado. Pero, como todos sabe-
afirma p podría plantearle problemas a nuestra teoría. (Goldman
mos, a algunas creencias se llega sólo después de un periodo 1979, p. 12 [216])
más o menos prolongado de deliberación, búsqueda de evi-
dencia o razones, ponderación de las consideraciones en favor
o en contra, etc. ¿cómo podemos hacer que esto encaje en N o hay ningún indicio de que la identificación de la función
el panorama que estoy desarrollando? En este caso creo que que interviene en la adquisición de una creencia particular
quien tiene que trabajar más es el psicólogo, no el epistemólo- pueda servir ella misma para definir el tipo pertinente de pro-
go. Al desarrollar la psicología de la forrnación de creencias, ceso. La discusión en el libro de Goldman Epistemology and Cog-
el psicólogo cognitivo tiene que decidir cómo representar la nition (1986) va más allá de lo dicho antes, pero, aparte de usar
estructura de estos procesos deliberativos prolongados. Para la noción de fiabilidad como propensión para disolver el pro-
empezar, hay más en juego que mapeos insumo-creencia resul- blema del caso único, lo que propone además es lo siguiente.
tante. Las búsquedas de evidencia pertinente y la ponderación
de las consideraciones en favor y en contra son procesos de ¿pero cómo se determina, en cada caso específico, cuál tipo de
diferente carácter. Quizá lo que haya que decir es que el pro- proceso es crítico? [ ... ] Permítaseme proponer una conjetura so-
ceso de formación de creencias sólo tiene lugar al terminar bre la selección de tipos de procesos, sin plena seguridad. La
la deliberación y que cuando ocurre es del tipo simple e ins- conjetura es: el tipo crítico es el tipo más limitado que está causal-
tantáneo del que he estado hablando, o quizá sería preferible mente operativo cuando se produce la creencia-caso en cuestión.
alguna otra interpretación. En cualquier caso, me da gusto de- (Goldman 1986, p. 50)
jarle esta tarea al psicólogo cognitivo. Hasta donde puedo ver,
una episternología fiabilista puede trabajar con cualquier expli- Pero si mis observaciones en este ensayo aciertan, sólo hay un
cación que parezca la mejor desde el punto de vista de la teoría "tipo", esto es, sólo hay una función realizada, que está cau-
psicológica. salmente operativo en un caso dado, además de los casos de so-
Es interesante que Goldrnan, quien, como hemos visto, pro- bredeterminación. La función, y el tipo de proceso que define,
puso la noción de procesos de formación de creencias como puede, por supuesto, caracterizarse de varias maneras, corno
266 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 267

hemos visto, porque tiene varias propiedades, intrínsecas y re- En esta sección haré un breve cornentario en estas líneas sobre
lacionales, además de la constitución de la función que especi- lo que Feldman lla1na el "proble1na de la no distinción".
fica su carácter epistémico pertinente. Pero cuando lo que nos Se recordará que Feldman presenta este problema de la si-
interesa es saber qué tipo de procesos hay que verificar en tér- guiente 1nanera.
minos de fiabilidad para evaluar la creencia epistémicamente,
la función realizada que de hecho estaba en operación en la
Una caracterización demasiado amplia de los tipos pertinentes
generación de la creencia nos da una única respuesta a esto (si de procesos de formación de creencias lleya a lo que podemos
sabemos lo suficiente sobre el caso particular para sacar vent~ja llamar el "problema de la no distinción". Este surge cuando ca-
de esta posibilidad). sos del mismo tipo (amplio) pertinente producen creencias de
¿por qué los filósofos no han visto esto, ni siquiera filósofos estatus epistémico obviamente diferente. Por ~jemplo, si el tipo
como Goldman que se han dado cuenta de que un proceso pertinente para cada caso de inferencia fuera el tipo "inferir",
de formación de creencias es, en esencia, la operación de una entonces (TF)* tendría la consecuencia inaceptable de que las
función insumo-resultado realizada? Otra vez, sospecho que la conclusiones de todas las inferencias estarían igualmente bien
renuencia a ser un realista psicológico a este grado desempe- justificadas (o injustificadas) porque se cree que ellas son el re-
. . . 18
ña aquí un papel muy importante. Si simplemente hablamos de sultado de procesos d e1 m1smo t1po pertmente.
"procesos", cada uno de los cuales pertenece a una indefinida y
enorme cantidad de clases o tipos de procesos, no estamos ha- Por supuesto, el fiabilista intentará hacer asignaciones de tipo
ciendo suposiciones psicológicas tan fuertes. Pero, como dije de manera tal que no sea inverosímil que todas las creencias
antes, si no estamos dispuestos a ser realistas en cuanto a la producidas por casos de un único tipo tengan el mismo esta-
psique, deberíamos dejar de intentar ser fiabilistas en episte- tus epistémico. La cuestión es, para mí, si los tipos epistémi-
mología. camente pertinentes elegidos de la manera como he sugerido
pasan la prueba de la no distinción. ¿Las funciones de forma-
VII ción de creencias reales son suficientemente homogéneas epis-
Esto completa mi tarea central en este trabajo: mostrar una témicamente? No intentaré responder a esta pregunta en este
base psicológica no epistémica para identificar un único tipo artículo. En lugar de ello, señalaré cómo puede verse que las
en cuyos términos se pueda evaluar un caso particular de for- razones aducidas por Plantinga y Feldman para dudar de que
mación de creencias para ver si la creencia se formó de manera cualquier tipo satisface este requisito no se sostienen si nos li-
fiable. No es el caso que todas las asignaciones de tipo basadas mitamos a los tipos psicológicamente realistas. Y terminaré con
en propiedades del proceso estén al mismo nivel. En todos los unas cuantas consideraciones que sugieren que las funciones
casos hay una que refleja la dinámica real de la formación de de formación de creencias en la psique humana bien podrían
creencias, y naturalmente ésta es la que deberíamos examinar ser epistémicamente homogéneas. En esta discusión supondré
si estamos interesados en saber qué tan fiable es esa formación que las funciones en cuestión son máximamente específicas, ya
de creencias particular. que cualquier diferencia en el insu1no que la función registre
He dicho más de una vez que no forma parte de mi intención indicará una función diferente.
aquí adentrarme en las cuestiones que surgen cuando intenta-
mos construir sobre la base de este resultado a fin de desarro- *(TF) aparece definida antes, en la p. 237. (N. de la t.)
18 Plantinga y Pollock dan otra vuelta de tuerca a esta formulación. Am~os
llar una explicación fiabilista de la justificación y/ o el conoci- sostienen que el fiabilista necesita encontrar un tipo homogéneo en el sentido
miento. Sin embargo, los resultados anteriores se pueden usar de que no hay un subtipo de ese tipo cuya fiabilidad sea diferente de la del
para arrojar luz sobre algunas otras objeciones a ese proyecto. tipo más amplio (véase Plantinga 1988, p. 30, y Pollock 1987, p. 119).
268 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 269

Un caso usado por Feldrnan, siguiendo a Goldrnan, tiene padecen heterogeneidad epistémica. En cuanto a la inferencia
que ver con reconocer visualmente una cabra 1nontés. Feld1nan no deductiva, si intentáramos tratarla formalmente conforme
ha planteado el argurnento obvio de que un tipo tan amplio al modelo de la deducción, caeríarnos en el "problema de la
como formación de creencias visuales no pasa la prueba de la no no distinción". Piénsese en la función inductiva formal: pro-
distinción. Luego cita la afirrnación de Goldman de que ver un ducir la creencia de que La ma_yoría de los F son e a partir
objeto cercano es un proceso diferente que ver un objeto dis- del insurno de cien F que son e sin ningún F que no sea e.
tante. Feldrnan supone que esta diferencia debe plantearse en Obviarnente, esto funciona mejor para ciertos F y e que para
térrninos de condiciones externas de observación. 19 Pero éste otros. Obtenemos una fiabilidad más alta si F es perro labrador
no es el caso. Los rasgos pertinentes de la experiencia sensorial y e es afectuoso que si F es libro y e es tiene una portada roja.
obviarnente serán diferentes en arnbos casos, y así se activará Pero parece claro que las funciones de inferencia no deduc-
una función diferente. En una etapa posterior, Feldman torna tiva generalmente internalizadas no son de este tipo. Por lo
en consideración casos límite como aquellos a los que se suele contrario, están diseñadas para ser sensibles a particularidades
enfrentar un árbitro cuando marca bolas y strikes. "Algunos de del tema, así corno al tipo de inferencia involucrada. Una vez
los objetos que esta persona ve pueden tener claramente la pro- más, una función de "argumento a la mejor explicación" será
piedad en cuestión, mientras que otros no. En consecuencia, sensible a una gran cantidad de información específica sobre
algunas creencias de que el objeto tiene la propiedad pueden el explanandum, así como sobre las explicaciones rivales y los
estar mejor justificadas que otras" (Feldman 1985, pp. 164- factores que afectan su evaluación comparativa. Y con respec-
165). Y por eso los productos del "proceso" son epistémica- to a las funciones de creencias perceptuales, mientras limiten
Inente heterogéneos. Pero, una vez más, es verosímil suponer los insurnos a un conjunto de rasgos experienciales, quizá junto
que el sujeto es sensible a las diferencias entre casos que son con creencias antecedentes pertinentes, e involucren una única
visualmente claros y casos que no lo son. Por ende, habrá al forrna de rnapearlas en el contenido de las creencias-resultado,
menos dos diferentes funciones que intervienen. parecería no haber manera en la que un subconjunto de sus
Me parece posible resolver todos los casos de Feldrnan de usos involucrara una proporción significativamente mayor de
esta manera, una vez que pensamos en los tipos pertinentes en creencias verdaderas que otros.
términos de las funciones insumo-resultado. Por supuesto, esto Pero dado que, como me he esforzado en señalarlo, nuestro
no muestra que todas las funciones de formación de creencias conocimiento de los detalles de las funciones humanas de for-
sean epistémicamente hornogéneas, como tampoco Feldman rnación de creencias es, en el mejor de los casos, imperfecto,
°
ha mostrado que rnuchas de ellas no lo son. 2 Como antici-
no podemos estar seguros de que no haya funciones que zo-
pé, terminaré presentando algunas consideraciones pertinen-
zobren ante el "problema de la no distinción". Quizá algunas
tes para examinar esta cuestión.
personas, o muchas, ejemplifican funciones puramente forma-
Primero, está claro que no hay posibilidades de heterogeni-
les de inferencia no deductiva con este defecto. Además, como
dad epistémica para las funciones inferenciales deductivamen-
el editor del núrnero donde apareció originalmente publicado
te válidas, como el modus ponens, que tienen la garantía lógi-
este texto me lo indicó, aun cuando ninguna función humana
ca de generar una conclusión verdadera a partir de premisas
de forrnación de creencias sea epistémicamente heterogénea,
verdaderas sea cual sea su terna. Fuera de este carnpo no tene-
hay seguramente posibles sujetos que ejemplifiquen estas fun-
mos el mismo tipo de garantía. Pero aun así parece verosímil
ciones. ¿y acaso una epistemología fiabilista no aspira a mane-
que los tipos de funciones que hemos estado discutiendo no
jar casos posibles y reales? Dejando de lado esta última cues-
19
Véase Feldman 1985, p. 163. tión, concluiré discutiendo la posibilidad de una única función
20 Él no afirma haberlo hecho. perceptual realizada humanamente que no pase la prueba de
270 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 271

la "no distinción" en virtud de ofrecer una creencia con cierto sofisticada. Y las consideraciones teóricas parecerían ir en otra
contenido proposicional sobre cualquiera de una diversidad de dirección. Después de todo, la única razón para suponer que
insumas. tiene que haber una función unificada aquí es la semt::janza del
Piénsese en el caso conocido de los mietnbros de una mis- contenido de la creencia-resultado. Además del hecho de que
ma clase con diferente aspecto. Considérese "perro", "árbol", los insumas incluyen rasgos de presentaciones perceptuales,
"pino" o "casa". Hay una enorme diversidad en los tipos de pre- ésa es la única cosa que cubre todo el territorio. Los rasgos
sentación perceptual que una persona particular regularmente experienciales particulares varían mucho, y las maneras en las
tomará como indicadores de que un o~jeto percibido es un pe- que estos rasgos se alinean con el contenido de la creencia va-
rro o un árbol o una casa. N o todos los perros ni todas las casas rían de acuerdo con ello. Por ende, sólo tenemos la más leve
tienen el mismo aspecto, ni por asomo. Y bien puede suceder de las excusas para suponer que hay una única función, dado
que mi identificación de algo como un perro usando uno de que la noción básica de función de formación de creencias está
estos insumas componentes sea mucho más fiable que otras. El ligada con cierta manera de alinear los rasgos del insumo con el
aspecto de ciertos perros es tnás parecido al de un lobo o de contenido de la creencia-resultado, y dado que muchas maneras
un zorro que el de otros. Algunos pinos son más difíciles de están juntas aquí en una supuesta única función compleja, hay
distinguir de otras coníferas que otros pinos. Y si es correcto fuertes razones para suponer un gran número de funciones
en casos como éstos contar todas mis maneras de ir del aspecto perceptuales de reconocimiento de perros, y en ausencia de
de X a la creencia de que X es un perro, o un pino, como ejer- mt::jores razones del otro lado, ésta es la mejor opción, además
cicios de un único hábito, entonces si determinatnos el estatus de las exigencias de la teoría epistemológica.
de fiabilidad de una creencia particular determinando la fiabi- Por lo tanto no tiende a preocuparme mucho el "problema
lidad del hábito cuya activación dio pie a esa creencia, parece de la no distinción" en casos como éste. Desde luego, para toda
que nos topamos con un considerable número de casos en los función perceptual de formación de creencias, por específica
que la evaluación epistémica de la creencia particular será in- que sea, habrá cierta variación en sus insumas experienciales.
determinada por la heterogeneidad del hábito que produjo esa Aun cuando estoy mirando el arce en mi jardín delantero, exac-
creencia. tamente a la misma distancia y desde el mismo ángulo y a la
Pero ésta es una preocupación seria sólo si es una posibili- misma hora del día, aun así habrá pequeñas variaciones de-
dad seria de que haya hábitos de formación de creencias unita- bidas a la calidad de la luz, la condición del árbol, etc. Pero
rios de este tipo. Y esto es dudoso. De ningún modo es obvio, necesitamos recordar que los insumas efectivos para un hábi-
por introspección y otros medios ordinarios de acceso, exac- to, lo que éste "toma en cuenta" al formar una creencia, son
tamente qué hay que decir sobre estos casos. Cuando hay una rasgos abstractos de la presentación, no la presentación en toda
única relación funcional y unificada que podatnos formular y su concreción. Por lo tanto, los insumas pueden ser los mismos
que sea verosímil considerar como el contenido de un hábito aunque haya una considerable variación en el carácter total de
real de formación de creencias, como con atribuciones per- la p~esentación.
ce~tu~les de color, entonces tene1nos una razón obvia para
VIII
atnbutr a las personas un hábito de formación de creencias
que exprese esa función bastante amplia. Pero aquí no dispo- Para resumir, he sugerido que pensemos en la formación de
nemos de estas razones. ¿por qué deberían1os suponer que al- creencias de una manera psicológicamente realista, como si in-
guien posee una única función que incluye todas sus 1naneras volucrara un rnecanismo (hábito) insumo-resultado que genera
de identificar perceptualmente un perro o un pino? Si tenen1os creencias-resultado como una cierta función de rasgos perti-
alguna base para hacer esto, tiene que ser una base teórica más nentes de los insumas. Si hacemos esto, podemos escapar del
272 WILLIAM P. ALSTON ¿CÓMO CONCEBIR LA FIABILIDAD? 273

dilema de qué elección hacer, para una evaluación episté1nica este ensayo, estaremos en condiciones de eliminar las dificul-
de la fiabilidad, sobre el tipo al que un proceso particular de tades supuestamente fatales del concepto de fiabilidad plantea-
formación de creencias pertenece. Esta elección está resuelta das en críticas como las de Feldrr1an. Esto dejaría el camino
para nosotros por la identidad de la función involucrada en despejado para una evaluación de los méritos y deméritos de
la formación de creencias en cuestión, ya que esa función es las epistemologías fiabilistas.
algo que ya trae consigo una generalidad. En otras palabras,
una formación de creencias particular es la activación de un [Traducción de Laura Maure]
mecanismo (hábito) general que opera de acuerdo con cierta
función. El mecanisrno (hábito) es la realización psicológica de
esa función. Sobre esta base, podernos decir qué es una creen- BIBLIOGRAFÍA
cia formada de rnanera fiable:
Armstrong, D.M., 1973, Beliej; Truth, and Knowledge, Cambridge Uni-
versity Press, Cambridge.
I. Una creencia está formada de manera fiable si y sólo Feldman, R., 1985, "Reliability andjustification", The Monist, vol. 68,
si fue formada por la activación de un hábito fiable de no. 2, pp. 159-174.
formación de creencias. Goldman, A.I., 1986, Epistemology and Cognition, Harvard University
Press, Cambridge, Mass.
y - - , 1979, "What Isjustified Belief?", en G. Pappas (comp.),justi-
fication and Knowledge:· New Studies in Epistemology, D. Reidel, Dor-
II. Un hábito de formación de creencias es fiable si y sólo drecht, pp. 1-23. [La versión en castellano de este texto se publica
en esta antología, véanse las pp. 199-231.]
si ha de dar como resultado una elevada proporción
Plantinga, A., 1993, Warrant: The Current Debate, Oxford University
de creencias verdaderas en un número suficientemen- Press, Nueva York.
te alto y variado de ejecuciones en situaciones como las - - , 1988, "Positive Epistemic Status and Proper Function", en
que típicamente encontramos. J.E. Tomberlin (e d.), Philosophical Perspectives, vol. 2, Epistemology,
Ridgeview, Atascadero, pp. 1-50.
En conclusión, permítaseme recordarle al lector lo que rr1e pro- Pollock, J.L., 1987, Contemporary Theories of Knowledge, Rowman and
Littlefield, Totowa.
puse hacer y no hacer en este ensayo. Mi única preocupación
Schmitt, F., 1992, Knowledge and Beliej; Routledge, Londres.
ha sido explicar los conceptos de fiabilidad que se pueden usar
Swain, M., 1981, Reasons and Knowledge, Cornell University Press,
en teorías fiabilistas de la justificación episté1nica y del cono- Ithaca.
cimiento. No he presentado teorías particulares de este tipo,
mucho menos las he defendido o atacado. Mi objetivo ha sido
únicarr1ente eliminar las que se suele creer que son dificulta-
des conceptuales internas en estas teorías. Lo que me movió
a dedicarme a esto fue el hecho de que quienes han criticado
las epistemologías fiabilistas aduciendo incoherencia concep-
tual, así como aquellos que han respondido a estas críticas, no
han sido sensibles a la manera de entender la fiabilidad que
he desarrollado aquí. Mi propuesta es que si pensamos en una
creencia formada de manera fiable tal como lo he expuesto en
EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD
PARA EL FIABILISMO

EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN

1 . Introducción

A . El fiabilismo y el problema de la generalidad


El fiabilismo es la teoría epistemológica conte1nporánea 1nás
ampliamente discutida, y la versión n1ás ampliamente discuti-
da del fiabilismo es el fiabilismo de procesos, el cual confiere
un papel epistémicamente crucial a los procesos que causan y
sustentan creencias. La idea central de las teorías de la justi-
ficación epistémica basadas en la fiabilidad de los procesos es
ésta:

(JF) Una creencia está justificada si y sólo si ha sido producida


mediante un proceso que conduce fiablemente a creen-
cias verdaderas. 1

Una teoría fiabilista totalmente articulada debe identificar


con suficiente claridad la naturaleza de los procesos que invoca.
Al hacer esto, la teoría se enfrenta a lo que se ha llegado a
conocer como "el problema de la generalidad". 2
1
Algunos autores discuten explicaciones del conocimiento basadas en la
fiabilidad de los procesos más que explicaciones de lajustificación epistémica.
En lo que sigue no se hará ningún planteamiento que gire en torno a las
diferencias entre conocimiento y justificación.
2
Alvin Goldman (1979 ["¿Qué es una creencia justificada?", pp. 199-
231 de esta antología], y 1986) defiende las explicaciones de lajustificación
epistémica emanadas del fiabilismo de procesos. En esos trabajos, Goldman
reconoce la existencia del problema de la generalidad. Véanse en especial
Goldman 1979, p. 11, y 1986, pp. 49-51. El problema se pone de relieve en
Feldman 1985. También lo discute Pollock 1984. Sobre respuestas al proble-
276 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 277

Un ejernplo sencillo nos ayudará a mostrar la naturaleza del Los seguidores del fiabilisrno de procesos que se han percata-
problema. Supongamos que Susana tiene buena vista y está fa- do de esto han buscado la fiabilidad necesaria en los tipos de
miliarizada con las diferencias visibles entre especies comunes procesos de los cuales las secuencias causales particulares son
de árboles. Susana se asorna por una ventana de la casa una casos. 3
tarde soleada y ve que cerca hay un arce clararnente visible. Corno muchos fiabilistas lo han reconocido, cada proceso-
Se fornm la creencia de que hay un arce cerca de la casa. Su- caso que causa una creencia particular es de varios tipos dife-
poniendo que todo lo demás en el ejemplo sea normal, esta rentes de fiabilidad muy variable. La secuencia-de-sucesos caso
creencia está justificada y Susana sabe que hay un arce cerca de nuestro ejemplo de ver el arce es una ejemplificación de los
de la casa. Las teorías fiabilistas de procesos llegan al veredicto siguientes tipos, entre otros: proceso de formación de creen-
de que este caso es correcto sólo si es verdadero que el proce- cias iniciado visualmente; proceso de una imagen retina! de
so que causó la creencia de Susana es fiable. Y podríamos pen- tales y cuales características específicas que conducen a una
sar que el proceso es obviamente fiable. Sin embargo, antes de creencia de que hay un arce cerca; proceso de confiar en la
dar por buena esta conclusión, deberían1os pensar cuidadosa- forma de una hoja para formar un juicio de clasificación de
mente sobre cuál es exactan1ente ese proceso y en qué consiste árboles; proceso perceptual de clasificar por especie un árbol
su fiabilidad. situado detrás de una obstrucción sólida, etc. La cantidad de
La luz proveniente del árbol y sus alrededores se refleja en tipos es ilimitada. Son tan numerosos como las propiedades
los ojos de Susana. El resultado son sucesos neurales ópticos, que tiene el proceso de formación de creencias. Así, las teorías
los cuales producen otros sucesos neurales dentro del cerebro de la fiabilidad de procesos afrontan la pregunta de cuál tipo
de Susana. Las ocurrencias concretas particulares, que involu- ha de ser fiable para que la creencia resultante esté justificada.
cran estimulación neural sensorial en combinación con con- Queda claro que la respuesta a esta pregunta afectará signifi-
diciones con1plejas permanentes en el cerebro de Susana, dan cativan1ente las implicaciones de la teoría. Por ejernplo, si bien
como resultado que ella se forme la creencia. Esta secuencia las creencias formadas visualmente parecen en general ser bas-
de sucesos concretos es el proceso que causó la creencia. Así, si tante fiables, los procesos que usan una experiencia visual ca-
consideramos que el proceso que tiene que ser fiable está com- racterística de hoja de arce para juzgar que hay un arce cerca
puesto por sucesos causalmente activos que generan la creen- parecen de una fiabilidad mucho rnás elevada, y los procesos
cia, entonces el fiabilismo exige para la justificación que una perceptuales que conducen a la creencia de que un árbol, que
secuencia de sucesos concretos sea fiable. está detrás de un objeto sólido que obstruye la vista, es de una
La fiabilidad es, sin en1bargo, un tipo de tendencia. La no- especie particular parecen generalrnente poco fiables, a pesar
ción de fiabilidad se aplica directmr1ente sólo a mecanismos del hecho de que en algunas de sus ejemplificaciones -como
perdurables, como un ojo o todo un sisten1a visual, y a ti- es el caso presente- el objeto sólido sea transparente. El caso
pos repetibles de procesos, con1o lo es el tipo: fornración de de proceso es tarnbién de infinitamente muchos otros tipos,
creencia~ iniciada visualmente. La fiabilidad no se aplica de
3
ninguna rnanera obvia a la secuencia particular de sucesos Es posible construir una versión de fiabilismo de procesos que sea sólo
concretos que causaron la creencia de Susana en esta ocasión. acerca de casos de procesos y no confronte el problema de la generalidad. Esto
Cada suceso de la secuencia ocurre sólo una vez y la secuencia hace frente a un problema enorme al interpretar la afirmación de que una
secuencia-de-sucesos caso tiene alguna tendencia a producir creencias cuya
causa cualesquiera creencias que resulten sólo en tal ocasión. razón de verdad constituiría su "fiabilidad". Además, los problemas que afec-
ma, véanse los trabajos de William Alston, Ralph Baergen, Mark Heller, Fre- tan a (SN3) más adelante, en virtud de los tipos que sólo tienen un contenido
derick Schmitt, Ernesto Sosa y Charles Wallis, que citamos y discutimos más de creencia en sus resultados, también afectan a las teorías de la fiabilidad
adelante. que sitúan un tipo de fiabilidad en los casos de procesos.
278 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 279

tipos de fiabilidad extremadamente variada. Así, ¿qué tipo ha un tipo de proceso servirá para los propósitos que aquí nos
de ser suficientemente fiable? ocupan:
Los partidarios del fiabilismo de procesos deben resolver
este problema de la generalidad. Una solución identifica el tipo (F) Un tipo de proceso es fiable si y sólo si genera una alta
cuya fiabilidad determina si un caso de proceso genera justifi- proporción de verdades en una amplia gama de situacio-
cación.4 Este tipo es "el tipo pertinente" para ese caso. Así, nes de la clase con la que típicamente nos encontramos. 5
no es el caso de proceso casualmente activo el que ha de ser
suficientemente fiable, según los fiabilistas, sino el tipo perti- B . Condiciones necesarias para una solución al problema
nente del proceso. Necesitamos saber qué determina este tipo de la generalidad
de pertinencia.
Una solución al problema de la generalidad tiene que satisfacer
Sin una especificación del tipo pertinente, el fiabilisn1o de
las tres condiciones siguientes.
procesos está radicalmente incompleto. Sólo una vez que se ha
En primer lugar, tiene que estar basada en principios. Dada
identificado a un poseedor de fiabilidad logra la teoría tener
la multiplicidad de tipos de procesos de formación de creen-
algunas implicaciones acerca de la justificación de creencias en
cias y sus variaciones en cuanto a fiabilidad, es fácil hacer se-
casos particulares. Los filósofos a menudo pasan por alto esto.
lecciones ad hoc caso por caso de los tipos que coinciden con
Se proponen determinar si una creencia dada está justificada
nuestras intuiciones. Pero las selecciones caso por caso de tipos
o no, de acuerdo con el fiabilismo, usando nada más que una
pertinentes no equivalen a elaborar una teoría fiabilista de la
descripción del proceso que causa la creencia. Ninguna infe-
justificación.
rencia así es aceptable. La teoría tiene que elaborarse primero
La afirmación de que la fiabilidad de "tipo pertinente" del
al menos lo suficientemente para implicar con exactitud qué
proceso de formación de creencias es lo que determina la jus-
tipo de proceso ha de ser fiable en el caso en cuestión. Una
tificación de la creencia es análoga a la afirmación de que
teoría fiabilista de la justificación totalmente general tiene que
"el tipo adecuado" de caballo es lo que produce la victoria
hacer esto para todos los casos en que haya un hecho.
en una carrera hípica. A falta de mayor explicación, este uso
Una segunda tarea necesaria para los fiabilistas de procesos
de "adecuado" carece de un contenido definido. Por sí sola, la
consiste en especificar qué situaciones de la operación de un
5
tipo de proceso determinan el que dicho tipo sea o no sea fia- Alston 1995 ["¿Cómo concebir la fiabilidad?", pp. 233-273 de esta antolo-
ble. La fuerza de la fiabilidad podría fijarse por medio de la gía]. La propuesta mencionada aquí aparece en la p. 10 [246]. Si existiera una
solución satisfactoria para el problema de la generalidad, valdría la pena abor-
frecuencia con la cual el proceso realmente produce creencias dar en detalle las dificultades de esta propuesta. Para empezar, no queda cla-
verdaderas o, más bien, por su razón de verdad-falsedad resul- ro a quién se supone que alude el "nos encontramos": a toda la humanidad,
tante en ciertas circunstancias contrafácticas. El problema de la o a toda la vida sensible en la Tierra, o a toda la vida sensible existente en
generalidad surge independiente1nente de cómo se responda todo el universo, etc. Por otro lado, tampoco queda claro qué situaciones de
a esta pregunta acerca de la fiabilidad. La sensata especifica- formación de creencias son "típicas". Supuestamente, las situaciones raras
de laboratorio de psicología son atípicas. Pero, ¿es la percepción durante un
ción de William Alston de lo que determina la fiabilidad de
viaje espacial atípica, independientemente de cuán común se vuelva? ¿son
las situaciones de fatiga, intoxicación y excitación atípicas? Otra dificultad
4
Tal vez no haya siempre un hecho. En los ejemplos aquí usados, la creen- es que podemos ser especialmente perceptivos en condiciones de urgencia
cia es o bien definitivamente justificada o definitivamente injustificada. La inusuales. Si éstas son situaciones atípicas, entonces las creencias justificadas
fiabilidad de los tipos pertinentes para casos de procesos que conducen a a partir de estas percepciones podrían resultar no ser de tipos generalmente
creencias cuyo estatus epistémico es poco claro será de menos valor para lo fiables. En todo caso, si el presente trab~o es correcto en su tesis principal,
que aquí nos interesa, pues esos casos son menos útiles al evaluar las teorías entonces no merece la pena abordar estas dificultades porque el problema de
epistemológicas. la generalidad es irresoluble.
280 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 281

frase "el tipo adecuado de caballo" no nos dice nada acerca la fiabilidad de procesos. i Así que la regla de pertinencia de
de qué es lo que hace que los caballos ganen carreras. Si no alguna manera tiene que implernentar la idea básica de que
hay mayor explicación y rnás bien lo que se nos ofrece son can- lo que fija el estatus epistérnico de la creencia es la fiabilidad
didatas caso por caso a "propiedades que constituyen lo ade- de un proceso de fonnación de creencias, especificado en tér-
cuado", candidatas elegidas una vez que se sabe qué caballos minos no epistémicos. Los fiabilistas de procesos característi-
son los ganadores, entonces la afirmación no está más cerca camente piensan que una creencia está justificada porque el
de tener un contenido definido. Evidenternente, hace falta una funcionarniento del proceso que la produjo (o la sustentó) es
base general para identificar lo adecuado si queremos que la suficientemente propicio para generar creencias verdaderas.
afirmación diga más que simplemente que una cosa u otra hace Una solución al problema de la generalidad especificaría ese
que cada caballo ganador gane su carrera. De manera sirnilar, funcionamiento para confirmar esta idea. Por consiguiente,
tendremos una teoría fiabilista informativa del conocimiento una solución no puede identificar el tipo pertinente de un pro-
o la justificación sólo una vez que se nos haya dicho lo que ceso de un rnodo que simplemente introduzca con artimañas
deterrnina "el tipo pertinente" en general. una evaluación epistémica no fiabilista en la caracterización de
Aunque una solución tiene que basarse en principios, no los tipos pertinentes. Por ejemplo, podríamos desarrollar una
hace falta que enuncie condiciones necesarias y suficientes de forrna de "fiabilismo" que simplemente re formulara una teoría
pertinencia que sean precisas o siempre estén determinadas. evidencialista de la justificación dando un rodeo. El pseudofia-
Las afirmaciones en el sentido de que una creencia está "episté- bilismo de esta clase sostiene que sólo hay dos tipos pertinentes
micamente justificada" podrían ser vagas y ser sensibles al con- de proceso de formación de creencias. Un tipo es la "creencia
texto de varias formas. Una solución tiene que ser universal basada en evidencia adecuada" y el otro tipo es la "creencia ba-
sólo en el sentido de que tiene que especificar el tipo pertinen- sada en evidencia inadecuada". Suponiendo que el primero de
te cuando hay hechos definidos acerca de la justificación. éstos sea fiable y el segundo no, esta versión de fiabilismo lo-
El segundo requisito para resolver el problema de la genera- grará resultados convincentes (o al menos resultados que a un
lidad es que la regla tiene que hacer clasificaciones epistémicas evidencialista le parecerían convincentes). 8 Pero esta teoría es
defendibles. Enunciar una regla general de pertinencia que se
7 Las teorías fiabilistas que echan mano de la fiabilidad de los indicado-
limite a asignar un tipo u otro a cada caso de proceso no cons-
tituye una solución adecuada para el problerna de la genera- res o mecanismos de formación de creencias no son entonces nuestro tema.
Pero los problemas para la teoría de la pertinencia (SN3) que se plantea más
lidad. 6 Los tipos identificados deben tener una fiabilidad que adelante se extienden directamente a muchas teorías de los indicadores fia-
esté correlacionada de rnanera convincente con lajustificación bles. Asimismo, hay un problema similar al problema de la generalidad en
de las creencias resultantes. relación con "el mecanismo" que produce una creencia dada. Por ejemplo,
Finalmente, una solución tiene que seguir siendo fiel al es- cuando un juicio visual se basa sólo en la discriminación en blanco y negro,
píritu del enfoque fiabilista. Estamos abordando las teorías de ¿es todo el aparato visual de la persona el mecanismo pertinente, o sólo lo es
la porción sensible al blanco y al negro de dicho aparato, o sólo la parte activa
6 En algunos pas~jes, Alston 1995 parece interpretar el problema de la ge- de esa porción? ancluye "el mecanismo" de las creencias recordadas partes
neralidad de una manera un poco diferente. Para sus propósitos, una solución del cerebro activas en la formación de la creencia, o sólo partes activas en
sólo necesita mostrar que hay "hechos psicológicos objetivos que elijan un su almacenamiento y recuperación? Estas preguntas pueden tener respuestas
único tipo como aquel del que un proceso particular es un caso" (p. 5 [239]). que sean atractivas para los fiabilistas, pero, tal como sucede con el problema
De modo que se contenta con identificar tipos pertinentes, y deja como un de la generalidad, el reto es identificar un principio que implique todas y
problema diferente la cuestión de la aceptabilidad de la teoría fiabilista resul- únicamente las respuestas correctas a tales preguntas.
8 Los resultados de esta teoría pueden ser poco creíbles en "mundos de de-
tante. El problema aquí discutido atañe a lograr formular la teoría y que sea
correcta. Cualquier regla de pertinencia que seleccione un tipo para cada caso monios" en los cuales un demonio se asegure ele que creer en consecuencia
generará una u otra teoría fiabilista, la mayoría de ellas ridículas. con la evidencia que tenemos a nuestro alcance no conduce de manera fiable
282 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 283

una versión de fiabilismo sólo verbalmente. Menciona los pro- "adivinar", parecen ser no fiables y parecen generar creencias
cesos de formación de creencias únicamente para caracterizar iqjustificadas. . /
la calidad de la evidencia en favor de la creencia. Esto es pa- Si, coino argumentaremos, los tipos de sentido c?~~n no
tentemente incompatible con el espíritu del fiabilismo de pro- funcionan, entonces la siguiente fuente con má~ posi~Ih~ades
cesos. de pertinencia es la clasificación cient~fica. Los. tipos oentificos
de procesos de formación de creencias son tipos que corres-
C . Nuestra tesis ponden a los predicados que interv~en~n en !as leyes y en la~
explicaciones de la ciencia. En seguida Investigaremos la posi-
Nuestra tesis es que las posibilidades de encontrar una solución bilidad de resolver el problema de la generalidad identificando
al problema de la generalidad para el fiabilismo de procesos tipos pertinentes con estos tipos científicos. . .
son peores que desoladoras. Investigaremos los Inéritos de los Otro planteamiento razonable es que hay tipos dife.rentes
enfoques t:;jemplificados por varias propuestas recientes. Nin- que son pertinentes para la justificaci~n en c?ntextos diferen-
guno de estos enfoques ofrece un progreso significativo, ni en tes, así como hay clases de comparaCiones diferentes que de-
lo individual ni combinándolos. La idea básica del fiabilisino terminan la aplicación de térnünos como "pequeño" y "lej.ano:'
de procesos simplemente no funciona. en contextos diferentes y así como hay clases de referencia di-
Es razonable buscar una solución al problema de la genera- ferentes que determinan el valor de verdad de los juici?s de
lidad en tres lugares: el sentido común, la ciencia y el contexto. probabilidad en contextos diferentes. P?r lo tanto, exan:unare-
El sentido común es la fuente con más posibilidades. Como mos en seguida los méritos de las solucwnes contextuahstas al
veremos pronto, la primera explicación del fiabilismo ofrecida problema de la generalidad. .
por Alvin Goldman debe mucho de su atractivo inicial a la Argumentareinos que ninguno de estos enfoques funCiona.
correlación prima facie entre creencias justificadas y creencias Esto podría generar la inquietud de que nuestra m.a?era de
producidas por tipos de procesos de sentido común que son plantear el problema de la generalidad para el fiabihsm~ de
probablemente fiables. Goldman de inmediato se dio cuenta algún modo está mal concebida. Cabrí~ J?ensar q~e los tipos
de que hacía falta cierto refinamiento de estos tipos de senti- pertinentes son obvios cuando la cuestion se entiende a~~o­
do común, por razones que ilustraremos más adelante. Pero a piadamente, o que no hace falta realmente ninguna. soluoon
primera vista es atractivo pensar que hay tipos de proceso de general. También retomaremos esta línea de pensamiento.
sentido común, como la "percepción cuidadosa", el "recuerdo Esto agota los acercamientos filosóficos razo.nables al pro-
vívido" y similares, que son fiables. Así, cobra sentido continuar blema de la generalidad. Si todos ellos son fallidos, entonces
con la idea fiabilista de que estos tipos de procesos generan
también lo es el fiabilismo de procesos.
creencias justificadas por su fiabilidad. En cambio, los tipos de
procesos de formación de creencias de sentido común, como
2. Tipos de sentido común
a verdades. Que ésta sea una objeción decisiva a nuestro pseudofiabilismo evi-
En su defensa pionera del fiabilismo de pro~esos, Al;in Gold-
dencialista dependerá en parte de cómo se mida la fiabilidad. La objeción tal
como se la suele describir hace la cuestionable suposición de que un proceso man apela a los tipos de procesos de sentido comun en .un
es fiable en un mundo sólo si conduce de manera regular a verdades en ese esfuerzo por transinitir la verosimilitud de la teoría. Escnbe
mundo. En cambio, véase por t:;jemplo la propuesta de William Alston, enun- Goldman:
ciada como (F) antes. Ésta no implica que la falta de fiabilidad en un mundo
de demonios entrañe una falta de justificación. Lo que (F) vuelve decisivo
es, en líneas generales, la razón de verdad de la producción de creencias en ¿qué tipos de causas confieren el carácter d~ just.ificado? Tal vez
situaciones más típicas. logremos entender mt;jor este problema s1 revisamos algunos
284 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 285

procesos defectuosos de formación de creencias, es decir, pro- cuántas hojas tiene el árbol. Las clasificaciones de sentido co-
cesos cuyas creencias resultantes se podrían clasificar como injus- mún simples son, por lo tanto, demasiado amplias para hacer
tificadas. He aquí algunos ejemplos: el razonamiento confuso, el las distinciones epistémicas correctas entre creencias.
pensamiento desiderativo [wishful thinking], el tomar como base
En una discusión reciente del problema de la generalidad,
el apego emocional, la mera corazonada o adivinación y la gene-
ralización apresurada. ¿Qué tienen en común todos estos proce-
William Alston a veces llama "hábitos" de formación de creen-
sos defectuosos? Comparten el rasgo de no fiabilidad: tienden a cias a los tipos que él propone como tipos pertinentes. 10 Igual-
producir erroT una buena parte del tiempo. En cambio, ¿qué espe- mente, Charles Wallis apela a "estrategias" de formación de
cies de procesos de formación de creencias (o de sostenimiento creencias. 11 Hábito y estrategia son clasificaciones de sentido
de creencias) son intuitivamente las que confieren justificación? cornún de algunas de las rnaneras en que formamos creencias.
Entre ellas se incluyen los procesos perceptuales estándar, los re- Al clasificar árboles por especies, un experto naturalista tie-
cuerdos, el buen razonamiento y la introspección. Lo que estos ne rutinas de identificación que difieren considerablemente
procesos parecen tener en común es la fiabilidad. 9 de las que usan novatos mal informados al clasificar árboles,
aun cuando todos ellos juzguen a partir de la experiencia de
Concebir el fiabilismo en términos de estos tipos es lo que da las mismas vistas de los árboles. El experto tiene mejor justi-
a la teoría su atractivo inicial. ficación. Así, hay cierta verosimilitud inicial en la idea de que
Sin embargo, los tipos de sentido común tienen dos des- es la "rutina", el "hábito de la mente" o la "estrategia" que se
ventajas que les impiden servir de base para una solución al emplea al formar una creencia dada lo que determina su nivel
problema de la generalidad. En primer lugar, hay demasiados de justificación. 12 Esto sugiere:
tipos de sentido común como para ofrecer una única identifica- (H) El tipo pertinente para cualquier caso de proceso de for-
ción del tipo pertinente para cada caso de proceso. En nuestro mación de creencias es el hábito de la mente, o la estrate-
ejemplo inicial, la creencia del arce que Susana forma visual- gia de formación de creencias, que instancia.
mente es resultado de un proceso que ilustra todos los tipos
siguientes de sentido común: proceso visual, proceso de per- Para una gran clase de casos, es dudoso que (H) sirva para
cepción, proceso de identificación de árboles, proceso diurno, identificar un solo tipo pertinente. Esto obedece a que muchos
proceso en interiores, etc., etc. Estos tipos difieren mucho en su casos de procesos son ejemplificaciones de más de un hábito.
fiabilidad. De modo que todavía hace falta que nos digan cuál Susana, nuestra identificadora de arces, puede tener un hábi-
determina el esta tus justificatorio de la creencia resultante. to de concentrarse mientras hace juicios visuales cuidadosos,
El otro problema principal con los tipos que Goldman men- 10 Alston 1995, pp. 13 y ss. [253 y ss.].
11
ciona es que ni siquiera todas las creencias resultantes de un Véase Wallis 1994, especialmente la p. 266. Wallis se basa en las estrate-
proceso de ese tipo tienen aproximadamente la misma justifica- gias de formación de creencias como parte de su respuesta a problemas que
discute de las teorías del conocimiento basadas en la fiabilidad. No queda
ción. Considérese otro tipo de sentido común al que Goldman
claro que él esté intentando resolver el problema de la generalidad, que es
se refiere, la exploración breve y apresurada. A veces, con base el tema de este ensayo. Una razón que explica esta falta de claridad es que
en una exploración breve y apresurada podemos hacernos de Wallis está trabajando sobre un concepto de conocimiento que se relativiza
creencias extremadamente bien justificadas, como cuando de a la especificación de una tarea, a diferencia del concepto tradicional que es
un vistazo notamos que hay un árbol en el patio de atrás. Otras nuestro tema. En cualquier caso, no pretendemos atribuirle a él una simple
dependencia de las estrategias como una solución plena.
veces una exploración breve y apresurada no genera una creen- 12 Lo que sigue es una posible solución al problema de la generalidad
cia justificada, como cuando la creencia atañe exactamente a -sugerida por algo de lo que dice Alston-, y merece que se le dé un breve
vistazo. No se trata de lo que Alston propone; retomaremos su propuesta en
9 Goldman 1979, pp. 10-11 [212]. breve.
286 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD

un hábito de invocar en su mente tipos de árboles que se sabe los contenidos de las creencias resultantes. A menudo no que-
que existen en el área cuando hace clasificaciones de especies, da claro qué ''nivel de generalidad" tiene una creencia. Pero
y un hábito de contar las puntas de las hojas para identificar ár- si hay algún mérito en el enfoque que (G) representa, enton-
boles caducifolios. Algunos de sus casos de procesos de forma- ces dos juicios estarán en el mismo nivel de generalidad si sus
ción de creencias son resultado de emplear esos tres hábitos. contenidos consisten en clasificar a un individuo por especie.
Así que no habría algo así como "el hábito" empleado en esas Por lo tanto, las siguientes creencias basadas en una experien-
ocasiones, y en consecuencia ningún tipo pertinente según la cia visual están todas en el mismo nivel de generalidad: ésta
propuesta presente. es una cabra montés, ésta es una jirafa, éste es un cocodrilo,
Existen, además, casos en los cuales las creencias justificadas éste es un caimán. (G) implica que todas las creencias clasifi-
se forman de un modo que no es, en ningún sentido intuitivo, catorias como éstas son resultado del mis1no tipo pertinente,
"habitual" o "rutina" o que "emplea estrategias". Por ~jemplo, y en consecuencia todas están igualmente justificadas. Pero es
Susana podría llegar a notar que hay un cardenal en una rama evidente que esto no es así. Por ejemplo, algunas de esas creen-
del arce y, con ello, tener justificación para creer que ahí hay cias se basan en rasgos perceptibles que dan más justificación
un cardenal. Susana no está empleando ninguna estrategia o que otros. Para un observador medio, unajirafa cercana es algo
hábito o rutina en la formación de esta creencia. En consecuen- bastante obvio, mientras que un cocodrilo cercano se confunde
cia, una teoría que requiere una fiabilidad bastante alta para el fácilmente con un caimán. Los procesos que generan creencias
tipo pertinente concluiría aquí que la creencia no está justifi- igualmente generales no ofrecen la misma justificación.
cada, pues no hay ningún hábito o estrategia que sea o fiable Una idea similar sería distinguir procesos en términos de
o no fiable. Sin embargo, en muchos casos así la creencia está la identidad de sus creencias resultantes particulares, de modo
claramente justificada. que las diferentes creencias que acabamos de mencionar serían
Además, el mismo hábito de formación de creencias puede resultado de diferentes tipos pertinentes de procesos. Esto, sin
producir algunas creencias justificadas y algunas no justifica- embargo, también tiene varios resultados inaceptables. Eviden-
das. Juan podría hacerse un hábito de juzgar el tema de un temente hay ~jemplos de creencias justificadas e i~justificadas
artículo de filosofía leyendo sólo el párrafo con el que conclu· en la misma proposición.
ye. A veces, el tema se presenta claramente ahí y entonces Juan N o hay razón para pensar que cualquier invocación a los ti-
tendrá justificación para su creencia. Otras veces, el párrafo pos de sentido común simples resolverá el problema de la gene-
final no deja claro lo que el artículo plantea y Juan no tendrá ralidad. Su principal desventaja es que son demasiado amplios
justificación e:npleando este procedimiento. para diferenciar apropiadamente entre los niveles de justifica-
Otro enfoque que usa clasificaciones de sentido co1nún con- ción de nuestras distintas creencias. Es posible construir tipos
sistiría en sostener que la solución al problema de la generali- menos simples conjuntando las clasificaciones de sentido co-
dad es clasificar juntos procesos que generan creencias igual- mún amplias que hemos estado discutiendo. É,stas pueden ser
mente generales: mucho más reducidas, por ejemplo: proceso visual que causa
una creencia que clasifica por especie un objeto opaco cercano,
(G) Dos casos de procesos son del mismo tipo pertinente si y cuya vista no es obstruida por nada, a plena luz del día. Pero
sólo si generan creencias en el mismo nivel de generali- los miembros de tales tipos aun así varían en su grado de jus-
dad.
tificación dependiendo de cosas como si el que observa está
(G) no promete mucho corr1o solución al problema de la familiarizado con la apariencia visual de la especie desde el
generalidad. El proble1na de encontrar el tipo pertinente no se ángulo de visión, si su vista es normal, si está ebrio, si está a la
reduce al de encontrar el nivel correcto de generalidad para espera de un truco visual, si está destrozado emocionalmente,
288 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 289

etc. N o hay ninguna buena razón para creer que aun esas clases Por lo tanto, los tipos de sentido corr1ún no pasan la prueba
estrechas incluirán sólo creencias igualmente justificadas, por como candidatos a ofrecer una solución satisfactoria al proble-
detallada que sea su especificación, mientras usen sólo catego- ma de la generalidad.
/ no ep1stem1cas
nas . / . d e sent1'do cornun.
/ 13
13
3. Ciencia
Goldman 1979 ("¿Qué es una creencia justificada?", pp. 199-231 de esta
antología] introdujo una distinción entre procesos de formación de creencias Coincide con el espíritu "naturalista" de las teorías fiabilistas
dependientes de creencias y procesos de formación de creencias independien-
buscar ayuda para la clasificación en las ciencias naturales. Un
tes de creencias. Los primeros toman las creencias, así como otros factores,
como insumos y generan nuevas creencias como resultados. Los segundos hilo de pensarniento tentador es que los fiabilistas pueden con-
no toman las creencias previas como insumos. Los procesos dependientes de tar con la psicología cognitiva para identificar los tipos de pro-
creencias son fiables cuando, en una gama adecuada de casos, generan creen- cesos de formación de creencias que serán útiles para su teoría.
cias verdaderas si sus creencias insumo son verdaderas. Además, una creencia Las propuestas de una concepción como ésta se pueden encon-
resultante de un proceso dependiente de creencias está justificada sólo si las trar en escritos de Alston, Goldman y Ralph Baergen. 14
creencias insumo están ellas mismas justificadas. Podríamos tener la esperan-
za de apelar a esta distinción para ayudar a manejar algunos de los ejemplos
discutidos en esta sección y en otros pasajes de este texto. Por ejemplo, si nues- A . Clases naturales
tras creencias antecedentes forman parte de la causa de nuestras creencias de
clasificación de animales, entonces las diferencias en el grado de justificación
La mención de Alston de hábitos mentales no es su propuesta
de las creencias aquí mencionadas podrían ser atribuibles a diferencias en el teórica para hacer frente al problema de la generalidad. Más
grado de justificación de las creencias de las cuales dependen. En consecuen- bien, él sugiere que los casos de procesos de formación de
cia, podríamos ser capaces de mantener la tesis de que un tipo pertinente es creencias pertenecen a las clases naturales y que estas clases
responsable de todas las creencias de clasificación de especies. son los tipos a los cuales los fiabilistas deben apelar. Escribe
Los defensores del fiabilismo no han recurrido de manera significativa a la
Alston:
distinción entre dependientes de creencias e independientes de creencias en
sus intentos por resolver el problema de la generalidad. Han tenido buenas
razones para no hacerlo. En primer lugar, es probable que prácticamente to- Con un caso de un proceso, como con cualquier otro particu-
das las creencias que los humanos adultos se forman sean parcialmente cau- lar, puede decirse que cualquiera de sus propiedades está corre-
sadas por otras creencias. Por consiguiente, prácticamente todas nuestras lacionada con el tipo al que pertenece [ ... ]. Aunque sea cierto
creencias son resultado de procesos dependientes de creencias. Es dudoso, que usted y yo pertenecemos a una cantidad indefinida de clases,
por lo tanto, que haya alguna manera aceptable en que los fiabilistas den cuen- como objetos que pesan más de cinco kilos, objetos que existen en el si-
ta del estatus epistémico diferente de las creencias antecedentes en los ejem- glo XX, objetos mencionados en este artículo, etc., etc., es aún el caso
plos que estamos discutiendo. Además hace falta una explicación de los tipos
que la pertenencia a la clase de los seres humanos es fundamental
fiables de procesos dependientes de creencias. Si se los identifica, digamos,
en términos de patrones ele inferencia, entonces el fiabilismo ele procesos rutas por las cuales llegaron a esa creencia interviene de algún modo en la
resulta ser equivalente a la idea de que una creencia está justificada si es re- determinación del tipo que usaron. Una de ellas podría estar hc:ciendo una in-
sultado de una inferencia que es probable que sea preservadora de verdad a ferencia inválida a partir de premisas justificadas, mientras que la otra podría
partir de creencias justificadas. Esta idea común vulnera el espíritu del fiabi- estar haciendo una clasificación exacta basada en conocimiento antecedente.
lismo de procesos, ya que usa los procesos sólo como una manera indirecta Una teoría que emplea (G) incorrectamente evalúa las dos creencias de la
de hacer referencia a relaciones inferenciales. Finalmente, es difícil ver exac- misma manera.
tamente cómo se puede usar la distinción entre dependiente de creencias e Como las soluciones propuestas en la literatura especializada existente se
independiente de creencias en conjunción con las propuestas específicas aquí discuten más adelante, se invita al lector a notar que, al igual que (G), no atri-
discutidas. Considérese, por ejemplo, (G). Según (G), el tipo pertinente está buyen ningún papel a la diferencia entre procesos dependientes de creencias
determinado por el nivel de generalidad de la creencia resultante. Así, de e independientes de creencias.
acuerdo con (G ), si dos personas terminan creyendo que hay una jirafa cerca, 14
Más adelante se discute cómo desarrollan Alston y Baergen esta idea.
han usado procesos del mismo tipo pertinente. Ninguno de los detalles de las Goldman menciona esta clase de enfoque en 1986, p. 50.
EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 291
290 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN

para lo que somos de una manera diferente de como son las o~ras B . Realismo psicológico
clases, ya que es la clase natural a la que pertenecemos. Qmero Los casos de procesos pertenecen entonces a varias clases na-
proponer que algo parecido sucede para los procesos de forma- turales. Alston sostiene, sin embargo, que para cada caso de
ción de creencias: que hay ciertas consideraciones fundamentales
proceso de fonnación de creencias hay sólo un tipo que es
que indican, para cada caso de estos procesos, un tipo que es algo
"psicológica1nente real". Su propuesta es que este tipo es el
así como su "clase natural" . 15
tipo pertinente.
Según Alston, todo caso de proceso ilustra lo que él llama
Aunque ésta no es la explicación final que Alston da del asunto, una "función", y estipula que este ténnino ha de entenderse
es importante notar que hace falta 1nás. Citar meramente el en su sentido matemático. En el caso de creencias formadas
hecho de que cada proceso de fonnación de creencias cae en con base en la experiencia perceptual, estas funciones to1nan
una clase natural no ofrece una regla de pertinencia adecuada. como insu1nos rasgos de experiencia a los cuales responde1nos
Para ver esto, nótese lo inadecuado de la siguiente solución al y generan creencias como resultado. Alston está consciente de
proble1na de la generalidad. que cada par insumo/resultado particular está dentro de la ex-
tensión de muchas funciones matemáticas, pero afirma que hay
(SNl) El tipo pertinente para cualquier caso de proceso de sólo una de esas funciones de la cual todo proceso de forma-
formación de creencias es la clase natural a la cual perte- ción de creencias es reahnente una "activación". Sólo ésa es
nece. psicológicamente real. 16
La pretendida solución al proble1na de la generalidad pare-
Los casos de procesos pueden pertenecer a clases naturales. ce ser:
Aun así, no hay una buena razón para pensar que cada caso
pertenece precisamente a una sola clase natural, y por lo. :anto (SN2) El tipo pertinente para cualquier caso de proceso es
no hay razón para pensar que (SN 1) · ofrece una solunon al la clase psicológica natural correspondiente a la fun-
problema de la generalidad. Si bien lo que son las clases natu- ción que es realmente operativa en la formación de la
rales de procesos de fonnación de creencias está pendiente, las creencia.
leyes de cada una de las distintas ciencias cate??rizan de m~lti­
ples maneras cada caso de proceso de formanon de creennas. (SN2) sí reduce el conjunto de candidatos a tipos pertinen-
De acuerdo con la ciencia actual, todas éstas parecen ser cla- tes. Además, la psicología sí aspira a ofrecer explicaciones psi-
ses naturales del proceso. Las candidatas razonables a clases cológicas de al menos todas las creencias adquiridas normal-
naturales de un proceso visual típico de formación de creen- mente.17 Si esta aspiración se cumple, habrá tipos psicológicos
cias incluyen el proceso electroquímico, el proceso orgánico,
el proceso perceptual, el proceso visual y el proceso de r~~ono­ 16
Alston 1995, sección VI [258 y ss.].
17 Los filósofos a menudo invocan t::jemplos en los cuales las creencias son
cimiento facial. Todos los casos de procesos de formacwn de
resultado de golpes en la cabeza o tumores. Puede ser que tales creencias no
creencias están entonces en una multiplicidad de clases natura-
sean resultado de ningún tipo de proceso de formación de creencias psico-
les. De modo que (SNl) no distingue un tipo pertinente para lógico. Quizá las explicaciones de esas creencias tengan que provenir de una
ningún proceso así. Estas clases naturales difieren amplialnen- ciencia diferente o tal vez la psicología tenga que ser lo suficientemente inclu-
te en su fiabilidad. Por lo tanto, (SNl) no resuelve el problema yente para poder también dar cuenta de ellas, simplemente porque son efectos
de la generalidad. mentales. Si algunas creencias carecen de causa psicológica, esto plantearía
un problema para (SN2), pues hasta estas creencias pueden ser evaluadas en
cuanto a su justificación, y por consiguiente deben tener un tipo pertinente.
15 Alston 1995, p. 11 [247].
292 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 29~

de procesos de fonnación de creencias para todas esas creen- soriales. En rnuchos casos, todas estas relaciones causales fun-
cias. cionales, y n1uchas otras tarnbién, serían reahnente operativas
Si (SN2) ofrece una solución al problerna de la generalidad, en la fonnación de la creencia ele Susana. La disposición de Su-
debe ser que sólo hay un tipo "psicológicarnente real" realn1en- sana a fonnar esa creencia particular que se fonnó con base en
te operativo para cada proceso de formación de creencias. En la forma particular que notó es parte de estas disposiciones cla-
aparente apoyo de esto, rnientras discute la aplicación de (SN2) sificatorias rnás amplias. El solo suceso de fonnación ele creen-
a creencias resultantes de la visión, Alston subraya que hay un cias las n1anifiesta todas. Así, en éste y en otros casos típicos,
hecho en cuanto a qué elernentos de una escena visual respon- hay una multitud de tipos psicológicos reahnente operativos.
de una persona al forrnarse una creencia sobre lo que está pre- Un ejernplo de otro dorninio puede ayudar a aclarar más
sente. Por lo tanto, en nuestro ejemplo acerca de Susana y el este plantearniento. Supongamos que se pone al fuego una olla
arce, Susana podría forrnar su creencia basándose en que nota de agua a nivel del mar hasta llevarla a ebullición. Ahí ocurrió
ciertos rasgos de la forma de las hojas. En consecuencia, el cierta secuencia de sucesos concretos que condt~eron a la ebu-
proceso-caso va de estos rasgos insurno a esa creencia. En otros llición del agua. Esta secuencia ejemplifica cualquier cantidad
ejernplos, cuando se encontrara ante la rnisma escena, Susana de tipos, todos "físicarnente reales". Podemos identificar estos
podría echar mano de rasgos como la forma general del árbol o tipos en términos de las funciones que describen su etapa final.
la textura de la corteza, en lugar de guiarse por la forma de las A una presión dada, hay una función que alinea agua con cierta
hojas. Estas consideraciones n1uestran que el tipo pertinente ternperatura -su punto de ebullición-. Esto corresponde con
en el caso original debe ser tal que"corresponda a una función el proceso "llevar el agua a ebullición en una presión atrnosféri-
que tenga corno par insumo/resultado los rasgos de la forma ca de nivel del mar". Existe un tipo más an1plio: "llevar el agua
de las hojas a los cuales Susana responde y la creencia que se a ebullición". La función correspondiente a este segundo tipo
forrna. tmna cmno insun1os el agua y diferentes presiones, y genera
Esto puede limitar ele algún rnodo el número de candida- un punto de ebullición para el agua a cada ternperatura. Una
tos a tipos pertinentes, pero en el caso de Susana hay todavía función todavía rnás an1plia ton1a como insunws tripletes de
varias relaciones funcionales que se intersecan, y tipos de pro- ternperaturas, presiones y tipos de líquido y genera el punto'
cesos psicológicos correspondientes, que incluyen el par insu- de ebullición para cada uno de ellos. Esto corresponde al tipo
mo/resultado que hernos identificado. Hay una función muy "llevar líquidos a ebullición". El proceso-caso de nuestro ejern-
limitada que va precisarnente de la forma de la hoja que Susa- plo es una instanciación de todos estos tipos. No sucede que
na nota como insurno, a precisarnente el resultado de la creen- sólo uno sea "físicarnente real". Todos ellos caracterizan exacta-
cia particular de Susana de que hay un arce cerca. Existe otra rnente lo que ocurrió en la olla. Iguahnente, una gran cantidad
función, una que alinea una diversidad de insurnos bastante si- de funciones son "psicológicarnente reales". Todas ellas corres-
milares, incluida la forma particular que Susana notó, con una ponden a clases psicológicas naturales. Por lo tanto, (SN2) no
u otra creencia en el sentido de que hay un arce cerca, incluida identifica el tipo pertinente.
la creencia que Susana se forma. Existe una función rnás am-
C . Especificidadrnáxima y tipos causales estrechos
plia, la cual alinea una diversidad de insumas de algún modo
semejantes, todos los cuales involucran fonnas visuales, con la Alston tarnbién propone que su realisn1o psicológico in1plica
creencia de que hay un arce cerca o con la creencia de que hay una especificación diferente de los tipos pertinentes, o al n1e-
un roble cerca o con la creencia de que hay un olmo cerca, etc. nos es cmnpatible con ella; esa especificación se basa en fun-
Hay todavía tipos rnás arnplios que incluyen el par original, y ciones causahnente específicas en su totalidad. Asurne que "las
añaden nuevos insumas que involucran varias otras pistas sen- funciones en cuestión son rnáxirnarnente específicas, ya que
294 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 295

cualquier diferencia en el insu1no que la función registre in- ne graves defectos. (SN3) clasifica en el n1is1no tipo pertinente
dicará una función diferente" .18 Echar mano de esta idea de sólo creencias que comparten todos los predecesores causales
especificidad tnáxima es una manera de tratar de tener éxito internos. Así, suponiendo de 1nanera razonable que el conte-
con base en la idea de que sólo una función es "operativa" en nido de cualquier creencia forn1ada norrnalmente está deter-
la formación de cualquier creencia. 19 minada causalmente por sus causas psicológicas antecedentes,
En cualquier caso en el que una persona forma una creen- según (SN3) cada tipo pertinente sólo puede tener un conte-
cia con base en una experiencia perceptual, algunos rasgos de n1.do para su creencia. res u 1tante. 99
-- Esto provoca problemas en
la experiencia contribuyen a una secuencia causal de forma- casos en los cuales la proposición creída dicta la razón de ver-
ción de creencias que empieza con la experiencia. Otros rasgos dad de todos los tipos de procesos que conducen sólo a ella. En
de la experiencia no cumplen ningún papel causal. Lo mismo tales casos, la fiabilidad del tipo pertinente se resuelve por la
vale para los siguientes sucesos en la secuencia que conduce a mera identidad de la creencia. Por lo tanto, el tipo pertinente
la creencia. Algunos rasgos de estos sucesos ayudan a causar la de un proceso que conduce a cualquier verdad necesaria tiene
creencia; otros no. La propuesta de la especificidad máxima es que ser absolutamente fiable. El tipo pertinente de cualquier
la idea de que el tipo pertinente incluye todos y exclusivamente proceso que conduce a cualquier falsedad necesaria tiene que
los casos de procesos con los mismos rasgos causales: todos etn- carecer absolutamente de fiabilidad. También absolutamente
piezan con experiencias que tienen los mismos rasgos causal- fiables serían los tipos pertinentes de todos los procesc,s que
mente activos, les siguen sucesos subsecuentes con los mismos conducen a cualquier creencia que se autoconfirma) como la
rasgos causales, y tienen la mis1na creencia como resultado. creencia de que alguien cree algo. El tipo pertinente de las
En algún m01nento, Alvin Goldman sugirió una solución muy siguientes creencias carecería absoluta1nente de fiabilidad: la
sem<=:jante para el problema de la generalidad. 20 Podemos for- creencia de que no hay creencias, y la creencia de que nada
mular esta propuesta de la siguiente manera: es causado. Como parece claro que en todos estos casos las
creencias pueden tener un nivel de justificación que es distinto
(SN3) El tipo pertinente para cualquier caso de proceso de
del extremo iinplicado, estos ejemplos son contrarios a (SN3).
formación de creencias t es la clase natural que incluye
Los problemas de las teorías fiabilistas basadas en (SN3) no
todos y exclusivamente aquellos casos que comparten
se confinan a las creencias en necesidades, ünposibilidades o
con t los mismos rasgos causalmente concurrentes desde
a las creencias relativa1nente inusuales que acabamos de men-
la experiencia insumo hasta la creencia resultante. 21
cionar. Supongamos que Juan exatnina con mucho cuidado un
(SN3) sí genera un tipo único para cada caso de proceso; árbol y se fonna la creencia de que es una haya con base en
pero la teoría fiabilista de la justificación que emplea (SN3) tie- que ve rasgos del árbol que de hecho son distintivos de las ha-
18 Alston 1995, p. 26 [267]. yas. Mientras resulte que la experiencia de esos rasgos ayude a
19
A lo largo de esta sección, cuando hablamos de funciones o tipos máxima- persuadir a Juan para que crea que es una haya, a (SN3) no le
mente específicos, queremos decir funciones o tipos psicológicos máximamente ünporta por qué lo hacen. Puede ser por buenas razones, por
específicos. malas razones, o por ninguna razón en absoluto. Recuérdese
20 Goldman 1986, p. 50.
21 .Las temias pueden diferir exactamente en cuanto a qué cuenta como (F), que nos dice que la fiabilidad de un tipo está detenninada
insumo. El tipo de proceso podría comenzar en la superficie de la piel; o más 22 En sentido estricto, tal vez la suposición sólo implique que el conteni-
adentro: en algún punto donde empiece la experiencia consciente; o más afue-
do "limitado" de las creencias resultantes de un tipo pertinente dado será
ra: en una causa externa de la experiencia. Alston se inclina por las experien-
el mismo. Ningún planteamiento hecho aquí depende de la diferencia entre
cias perceptuales como paso inicial (1995, pp. 12 y ss. [249 y ss.]), pero no
defiende esta selección. Ningún planteamiento hecho aquí depende de nin- contenido limitado y contenido amplio. Asimismo, véase la nota 17 antes, en
gún comienzo particular de la secuencia causal que constituye el proceso. relación con la completitud de la explicación psicológica.
296 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 297

por la razón de verdad a largo plazo de su resultado cuando el árbol cuya hoja tiene en la 1nano tras contar los dienteci-
funciona en condiciones típicas. En los rnundos normales usa- llos distintivos del oln1o por todo el borde de una hoja y di-
dos para evaluar la fiabilidad del proceso de identificación de vidir el nínnero resultante entre seis, su "nú1nero de árbol".
árboles de Juan, ninguna otra cosa salvo una haya le da a Juan Dada (SN3), los tipos pertinentes para sus procesos son rnáxi-
exactamente los rasgos que inician el proceso causal que con- rnamente específicos. Estos tipos son totalrnente fiables puesto
duce a su creencia. 23 Esto por sí rnismo es suficiente para que que ninguna otra cosa salvo un olrno causaría exacta:mente ese
la teoría ünplique que la creencia de Juan está justificada, inde- insumo en alguna fracción significativa de los mundos cerca-
pendienternente de cuánta infonTlación resulte tener él acerca nos. El hecho de que uno de los dos sepa cómo se ve un olmo
de có1no se ven las hayas. Como los factores causales muy es- y el otro no y el hecho de que un proceso pase por la absurda
pecíficos que condt~eron a su creencia son de hecho indicios aplicación de una tontería basada en supersticiones no afecta
exclusivos de las hayas, su creencia tiene que estar justificada,, la fiabilidad de los tipos rnáxirnamente específicos que (SN3)
conforrne a esta teoría. En los rnundos que detenninan la fiabi- especifica. 24 Es justamente esta clase de diferencia a la que el
lidad del tipo pertinente, sólo las hayas causan la clase de expe- fiabilis1no de procesos atribuye importancia. Se supone que es
riencia que lo condujo a su creencia de que hay una haya cerca. sensible a la posibilidad de que el proceso que una persona
Así este tipo 1náximamente específico es máximamente fiable. usa no sea en general fiable, mientras que el que la otra per-
Las teorías fiabilistas basadas en (SN3) son entonces incapaces sona usa es generahnente fiable aun cuando resulte que en el
de distinguir el estatus epistémico de los aciertos por casua- caso que estmnos tratando ambas personas hayan empezado
lidad que resultan estar basados en rasgos distintivos de los sus respectivos procesos notando lo que es de hecho un indi-
juicios expertos fundados en clasificaciones bien entendidas. cador extre1nadamente fiable de la respuesta correcta. Dicho
Otro probl-ema es que (SN3) genera una versión de fiabilis- de otra manera, se supone que las teorías de la fiabilidad del
rno que no es afín con el espíritu del fiabilisrno de procesos. proceso apelan a tipos pertinentes mucho más arnplios.
Como acabamos de ver, (SN3) suele dejar los detalles del pro-
ceso que intervienen entre un insumo y una creencia resultan- D . Categorías provenientes de la ciencia
te corno carentes de pertinencia. En particular, supongamos Ralph Baergen discute varios ejernplos, y explica lo que los fia-
que tanto Juan como Susana responden a los mis1nos rasgos bilistas podrían decir sobre ellos. Generalizando a partir de
de un insumo visual con la creencia de que tienen ante sí un sus observaciones es posible vislurnbrar otra 1nanera en que
olmo. Supongamos que este insurno ocurrirá sólo cuando haya los fiabilistas podrían apelar a la ciencia para resolver el pro-
un olmo presente -se trata de la vista distintiva de una hoja de blen1a de la generalidad. Ésta es tarnbién una segunda forma
olmo, digarnos, la apariencia visual de una cantidad particular de intentar traducir la observación de Alston de que sólo un
de dientecillos en todo su contorno-. Finalmente, supongarnos tipo de proceso es "realmente operativo" en la formación de
que Susana conoce lo que está viendo, mientras que Juan está creencias.
aplicando alguna clase ridícula e injustificada de numerología Hay un ejemplo, discutido en la literatura especializada por
al asunto. Juan se saca de la manga la idea de que el núrnero Richard Feldn1an, que atañe a una persona que ve algo en una
1nágico para los olmos es el nueve, y obtiene un nueve para colina distante. 25 Esa persona se fonna la creencia de que lo
23 Con seguridad podemos asumir que muchas de nuestras claras y vívi- 2-1 Podríamos pensar que el hecho de que Juan se base en creencias antece-
das experiencias de cosas ordinarias complejas como los árboles son produ- dentes injustificadas tiene alguna relación con este ejemplo. Ese pensamiento
cidas sólo por estas mismas cosas ordinarias en todas las situaciones de la parece correcto; pero (SN3) ignora este hecho y no sugiere nada acerca de
clase que típicamente encontramos. Los hologramas, las alucinaciones y las cómo usarlo al defender una teoría fiabilista de proceso. Véase la nota 13.
23
reproducciones perfectas son, en el mejor de los casos, muy atípicos. Feldman 1985. El ejemplo se discute en las pp. 164 y ss. de ese texto.
298 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 299

que ve es un animal y la creencia de que es una cabra montés. que implica que las clasificaciones perceptuales son resultado
Feldman señala que la creencia más general bien puede estar de procesos que se organizan por los niveles de generalidad
mejor justificada que la más específica. Así, concluye que los de las creencias resultantes. Baergen plantea que los fiabilis-
fiabilistas tienen que encontrar una manera de distinguir entre tas pueden identificar tipos pertinentes de alguna manera que
los tipos de procesos que causan las creencias. aprovecha este hecho. Sin embargo, Baergen no aclara cómo
Baergen propone una manera de hacer esto. 26 Apela a la teo- desarrollar una explicación general de los tipos pertinentes a
ría de la visión formulada por David Marr, la cual sostiene que partir de este ejemplo.
al clasificar o~jetos tomando como base la percepción visual, Una posibilidad, sugerida por la forma en que Baergen usa
generamos un modelo del o~jeto que "se cmnpara con las des- la psicología, es que los tipos pertinentes son los tipos a los
cripciones en una especie de catálogo. Este catálogo se ordena que apelan las m~jores teorías psicológicas de la formación de
en niveles, de modo que las categorizaciones 1nenos refinadas creencias. La idea aquí es que si bien cualquier caso pertene-
ocurren en los niveles inferiores, seguidas de discriminaciones ce a varios tipos que son psicológicamente reales, sólo uno
más finas en los niveles superiores. "27 Baergen sugiere que ha- de esos tipos entrará en la mejor teoría psicológica que ex-
gamos uso de esta idea al identificar tipos pertinentes: plica la creencia resultante. Ese tipo es el tipo pertinente. La
teoría de Marr puede haber sido usada para ilustrar cómo po-
Nuestra explicación de los procesos bien podría reflejar esto dría aplicarse esto en el caso de la formación de creencias vi-
diciendo que las categorizaciones menos refinadas son genera-
suales.
das por proceso[ s] diferente[ s] de los que generan categorizacio-
nes finas. Aplicada al caso de Feldman, la creencia en la cabra Podemos formular esta idea como sigue:
montés es generada por un proceso diferente del que generó la
(SN4) El tipo pertinente para cualquier caso de proceso de
creencia en el animal, puesto que involucran niveles diferentes de
categorización. Asimismo, es probable que el proceso que generó
formación de creencias t es la clase psicológica que es
la creencia en el animal sea más fiable, dado que es probable que parte de la mejor explicación psicológica de la creencia
haya menos situaciones cercanas en las cuales esto genere una que resulta de t.
creencia falsa de las que hay para el proceso de la cabra montés.
De modo que el fiabilismo puede ofrecer resultados intuitivamen- Es posible que Alston haya tenido en mente algo como (SN4)
te correctos en este caso. 28 cuando dijo que sólo un tipo era "realmente operativo".
(SN4) s.e basa en la dudosa suposición de que hay una única
Sin duda, los fiabilistas pueden formular una regla de perti- "mejor" explicación psicológica para cada creencia. El valor
nencia que produzca los resultados intuitivamente correctos de una explicación depende del uso al que se le destine. Una
"en este caso". Pero el fiabilismo necesita una regla totalmen- explicación 1nuy específica y delimitada podría ser de mayor
te general. Baergen reporta parte de una teoría de la visión valor para algunos propósitos, mientras que una explicación
29
26 Baergen 1995, p. 99. En contra de lo que Baergen dice, Feldman no aseve-
más amplia podría ser de mayor valor para otros fines.
ra que los procesos sean del mismo tipo. ÉJ meramente sei'íala la consecuencia
Aun cuando (SN4) efectiva1nente identificara tipos únicos,
indeseable de la proposición de que son del mismo tipo. Es de notar que esta no sería posible evaluar sus implicaciones para el fiabilismo de
clase de ejemplo muestra que los tipos de procesos de sentido común, como procesos sin saber qué son esos tipos. No existe ninguna buena
el proceso de formación visual de creencias, no producen creencias de igual razón para pensar que los tipos que son del 1nayor valor para
justificación aun cuando se relativicen a una especificación totalmente deta-
llada de las circunstancias externas. 29 Compárese el ~jemplo del agua hirviente antes. No parece haber ninguna
2 7 Baergen 1995, p. 100.
razón para pensar que la explicación en un nivel de generalidad sea necesa-
28 Baergen 1995, p. 100.
riamente m~jor que una explicación en cualquier otro nivel.
300 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 301

la explicación psicológica sean uniformernente útiles para las razón para pensar que las clasificaciones científicas ofrecen las
teorías fiabilistas de la justificación. herramientas para resolver el problema de la generalidad.
Para entender por qué los tipos que son particularmente úti-
les para la explicación psicológica podrían no ser de rnucha 4 . Soluciones sin una condición necesaria y suficiente
ayuda para los fiabilistas, consideremos los tipos que Baergen Algunos filósofos han respondido al problema de la generali-
menciona. Su propuesta vincula los tipos pertinentes para las dad negando explícitamente que el problema exija una resolu-
creencias clasificatorias basadas en la percepción visual con ción general. Exarninaremos dos respuestas de esa índole en
el nivel de generalidad de la creencia resultante, y él sugie- esta sección.
re, convincenternente, que un tipo que produce creencias re-
lativamente generales es rnás fiable que los tipos que produ- A . Restricciones
cen creencias rnás específicas. Una versión del fiabilismo de
procesos que echara rnano de esta idea haría, por lo tanto, Frederick Schmitt propone cinco restricciones a qué tipos de
que las creencias clasificatorias rnás generales estuvieran me- proceso son pertinentes, y luego apela a esas restricciones al
jor justificadas que clasificaciones más específicas. Éste es un describir casos problemáticos. 30 Según Schmitt, "los procesos
resultado inaceptable. A veces, una creencia que se aplica a pertinentes son procesos cognitivos". 31 Sus restricciones exi-
una clasificación más amplia no está tan bien justificada corno gen, entre otras cosas, que los tipos pertinentes sean prorni-
lo está una creencia que se aplica a otra 1nás lirnitada. Por nentes, que sean tipos de procesos de la psicología popular, y
ejemplo, Juan podría usar una base visual para su creencia que los casos del mismo tipo sean intrínsecamente semejantes.
de que el árbol que está cerca es un olmo y para su creen- Estas restricciones no tienen por objeto componer lo que
cia de que el árbol que está cerca es un árbol caducifolio. Schmitt llama un "criterio de pertinencia": una condición nece-
Es posible que no tenga tan buena justificación para creer lo saria y suficiente para los tipos pertinentes. Schrnitt cree que no
segundo, a pesar de que se aplica una clasificación más am- hace falta ningún criterio así. Más bien, se supone que las res-
plia. Esto podría ser cierto porqu~ Juan no se ha percatado tricciones identifican las clases de factores que consideramos
de que todos los olrnos son caducifolios y sólo tiene una com- que irnportan cuando hacemos juicios sobre la justificación.
prensión endeble basada en pistas visuales de los árboles ca- Para explicar por qué no hace falta ningún criterio de perti-
ducifolios, aunque tiene un buen entrena1niento en el recono- nencia, Schmitt escribe:
cirniento de olmos. Igualmente, una persona puede saber de
un vistazo que una cosa que ve es una ballena, pero no te- [T]enemos intuiciones acerca de qué procesos son pertinentes.
Al juzgar si un sujeto tiene justificación para una creencia in-
ner tan buena justificación en su creencia de que se trata de
ferencia!, verificamos para ver qué proceso inferencia! aplica el
un mamífero. Por lo tanto, a veces la creencia más general es
sujeto -por ejemplo, si es inducción a partir de una cantidad su-
la más justificada, y a veces no. De modo que la generalidad ficiente de casos o una afirmación del consecuente-. Tenemos la
de una creencia clasificatoria basada en lo visual no determi- intuición de que éstos son los procesos pertinentes que hay que
na un tipo pertinente que genere una versión satisfactoria del considerar. En el caso de la creencia perceptual, verificamos qué
fiabilisrno. No hay entonces ninguna razón para pensar que condiciones ambientales existen -si está soleado o hay niebla- y
las clasificaciones científicas particulares que Baergen men- si el sujeto es cuidadoso y se muestra atento en la percepción o se
ciona generan tipos que son totalmente útiles para el fiabi- apresura y se distrae. Aquí de nuevo tenemos intuiciones acerca
lismo. de qué procesos son pertinentes. El fiabilismo puede explicar por
Aunque la ciencia sí ofrece las herramientas para limitar 30 Schmitt 1992, capítulo VI.
los candidatos a tipos pertinentes, no existe ninguna buena 31 Schmitt 1992, p. 169.
302 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 303

qué las creencias perceptuales o inferencia! es están justificadas o de una teoría de los tipos pertinentes. Las restricciones que
injustificadas tomando como base esas intuiciones. 32 Schmitt describe no hacen esto por sí solas. Ellas ofrecen una
diversidad de criterios en conflicto. En su discusión de los ca-
La existencia de estas intuiciones no libera a los fiabilistas de sos, Schmitt otorga a las restricciones pesos diferentes para lo-
procesos de la responsabilidad de ofrecer una explicación acer- grar el resultado deseado. 33 Ponderando un factor con más
ca de por qué invocan la pertinencia. Concediendo que las in- peso en un caso, y otro factor diferente con más peso en otro,
tuiciones existen, la pregunta que hemos estado planteando si- tal vez sea posible manipular las restricciones de una manera
gue en espera de respuesta: según el fiabilis1no, ¿qué tipo debe que parezca dar al fiabilismo resultados aceptables. P~r~ esto
ser fiable para que una creencia particular esté justificada? no es un triunfo para el fiabilismo. Bien podríamos deor, Igual-
Además, Schmitt está equivocado en cuanto a qué intuicio- mente, que la justificación de una creencia es una función de
nes tenemos exactamente. Él dice que "tene1nos intuiciones factores epistémicamente carentes de pertinencia tales como la
acerca de qué procesos son pertinentes". Como Schmitt está duración del caso del proceso cognitivo que lo causó, la dis-
abordando el problema de la generalidad, esta afinnación pa- tancia de la causa externa próxima del proceso desde el centro
rece tener por objeto implicar que "pertinente" en el uso fia- de la Tierra, y la cantidad de energía que el proceso consumió.
bilista de "el tipo pertinente del proceso" de algún modo se Ponderando ad hoc estos factores, podríamos obtener resulta-
aplica intuitivamente a los ejetnplos. Pero esto no es así. El uso dos aceptables. La teoría, sin embargo, no tiene ningún mérito.
fiabilista de "el tipo pertinente" es totalmente técnico. La ex-
Un co~junto de restricciones flexibles no soluciona el pro-
presión podría también haber sido "el tipo que determina la
blema de la generalidad. Hay, desde luego, términos en nuestro
justificación de acuerdo con la teoría filosófica conocida como
lenguaje cuya aplica5=ión está regida por un conju~to de facto-
'fiabilismo' ". Nadie tiene intuiciones preanalíticas acerca de
res flexibles y variables. Por ejemplo, cuando deomos que al-
este tema. Depende de los teóricos de la fiabilidad asignar la
guien es un "buen atleta", existe una diversidad de factores que
referencia al término partiendo de cero.
intervienen en nuestras evaluaciones, entre los que se podrían
Tanto los filósofos como otras personas hacen juicios intui~
incluir la velocidad, la fuerza y la resistencia, entre otras cosas.
tivos sobre qué rasgos de los ejemplos son "pertinentes" para
Pero no hay un peso ftio que se les otorgue uniformemente a
el estatus justificatorio de las creencias. Schmitt tiene toda la
estos factores. En diferentes contextos, estos distintos factores
razón cuando dice que al evaluar creencias inferenciales nos
se pueden sopesar de manera diferente y sería un error pedir
inclinamos a juzgar pertinente el patrón de inferencia segui-
un ordenamiento inamovible de la importancia de estos distin-
do, y al evaluar creencias perceptuales juzgamos pertinentes
tos factores en las evaluaciones de capacidad atlética. Aunque
las condiciones ambientales y el grado de atención de quien
Schmitt no dice esto, es posible que él intente proponer que las
percibe. También juzgamos pertinentes la calidad y la canti-
evaluaciones de procesos en cuanto a fiabilidad funcionan has-
dad de las pruebas que el creyente tiene. Solemos juzgar que
ta cierto punto de la misma manera. 34 En 1a siguiente
. . .'
seccwn
el día de la semana en que la creencia se forma y el color de
los calcetines de los creyentes carecen de pertinencia. É.stas no nos ocuparemos de una propuesta en estas líneas.
son intuiciones acerca de qué tipos de procesos son pertinen- 33 Por ~jemplo, Schmitt dice acerca de un ~jemplo que una restricción, la
tes; son intuiciones que atañen directamente a qué determina cual favorece un tipo pertinente amplio, tiene más peso que otras ~os q~e
la justificación episté1nica de una creencia. favorecen un tipo más limitado (p. 171 ). En otro caso, se dice que la existencia
La existencia de intuiciones sobre qué factores son pertinen- de dos restricciones que favorecen un tipo más limitado tiene más peso que
tes para la justificación no elünina la necesidad del fiabilismo otra que apunta en una dirección diferente (p. 157). . . ,
34 Schmitt sí dice que la pertinencia es un "asunto mtnncado mas contex-
32 Schmitt 1992, pp. 141-142. tua!" de lo que algunos podrían pensar (p. 159).
304 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 305

B. Contexto dice "ese proceso es fiable", la persona puede hacer referen-


Mark Heller sostiene que exigir "un principio general para se- cia a un caso de proceso y decir algo verdadero. Lo que la
leccionar el nivel correcto de generalidad [de los tipos perti- persona afirma es verdadero siernpre que se diga con justa ra-
nentes ... ] es insensato". 35 Él piensa que los factores contex- zón que el tipo determinado contextualmente para ese caso
tuales determinan los tipos pertinentes y de esa rnanera solu- es "fiable" en el contexto de atribución. Si Heller está en lo
cionan el problema de la generalidad. Heller elabora sus tesis correcto, entonces el contexto determina dos rasgos de nues-
sobre el papel del contexto de la siguiente forma: tras predicaciones de "fiable" a casos. Uno tiene que ver con
el estándar de la fuerza de la fiabilidad requerida para que el
"Fiable" es una palabra totalmente ordinaria que en situacio- término se aplique en el contexto. Ese rasgo no ayuda para
nes totalmente ordinarias se aplica a casos que son ejemplifica- nada en la determinación del tipo pertinente. El otro rasgo
ciones de varios tipos, donde esos tipos tienen diferentes grados tiene que ver con la identificación del tipo que debe satisfacer
de fiabilidad. Aun así, de algún modo logramos usar esta palabra esos estándares. N os referirerr1os a estos últimos tipos como
sin dificultad en el discurso ordinario. 36 "tipos determinados contextualmente". Así, se supone que una
frase de la forma "el proceso que conduce a la creencia de S
Heller dice que la tarea primordial de su texto es defender la de que p" tiene, relativo a un contexto, un tipo determinado
tesis de que "fiable" es ampliamente sensible al contexto del contextualrnente.
evaluador. Todo esto es inobjetable. La palabra "fiable" segu- Se puede construir una solución al problema de la genera-
ramente es sensible al contexto. Es decir, que a una cosa se la lidad a partir de estas ideas. La propuesta que formularemos
llame con exactitud "fiable" o que no se la llmne así depende- combina lo que Heller sostiene sobre la dependencia del con-
rá en parte-de los estándares establecidos por el contexto de texto de la palabra "fiable" con la postura contextualista episté-
la atribución. Estos estándares varían, dependiendo, por ejem- mica de que los estándares para evaluar el valor de verdad de
plo, de cuán ünportante sea confiar en aquello que se dice que las atribuciones de conocirrliento y justificación depende del
es fiable. Éste es, como mucho, un prirr1er paso hacia la solu- contexto de quien hace las atribuciones. 38
ción del problema de la generalidad. Necesitarr10s ver cómo
(C) En cualquier contexto, C, si una persona dice algo de la
la sensibilidad al contexto ayuda con la identificación del tipo
forrna "S sabe que p" o "S está justificado en creer que p",
pertinente. 37
el tipo pertinente del proceso de formación de creencias
Heller no afirma simplerr1ente que los estándares para la
es el tipo determinado contextualmente para la frase "el
aplicación de "fiable" sean dependientes del contexto. Él ade-
proceso que conduce a la creencia de S de que p" relativo
más hace la afirmación de que entendernos perfecta1nente apli-
al contexto C.
caciones de "fiable" a casos de procesos que son ejeinplifica-
ciones de muchos tipos. Por consiguiente, cuando una persona (C) plasma la idea de que la descripción "del proceso que con-
35
duce a la creencia de S de que p" tiene un tipo de proceso
Heller 1995, p. 502.
36 Heller 1995, p. 502. 38
Aunque mucho de lo que Heller escribe sugiere la siguiente tesis, ésta
37
Sosa 1991 sugiere una respuesta contextualista al problema de la genera- va más allá de las propuestas explícitas en el texto de Heller. Además, no echa
lidad. Él plantea de una manera programática que los tipos pertinentes son mano de pasajes que sugieran que un enfoque de alternativas pertinentes
aquellos sobre los que nosotros, "como la comunidad epistémica del" creyen- a una teoría del conocimiento resuelva el problema de la generalidad. Esta
te, podemos "generalizar útilmente" (p. 284). Sosa no explica más a fondo segunda propuesta por sí sola no parece convincente, ni tampoco hay ma-
esta idea, la cual forma parte de una teoría compleja. Lo que sí dice no parece nera de incorporar en ella el tema central del texto de Heller concerniente
identificar un tipo único, pues sobre tipos múltiples se puede "generalizar a la importancia de la sensibilidad del contexto de "fiable" para resolver el
útilmente". problema de la generalidad.
306 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 307

determinado contextualmente. (C) pone la idea al servicio del general ninguna clase de tipos de procesos de formación de
fiabilis1no identificando tipos determinados contextuahnente creencias se habría hecho contextualmente prominente. Y nin-
con los tipos pertinentes necesarios para completar las teorías guna otra cosa sobre los contextos típicos aísla cualquier tipo.
fiabilistas del conocimiento y la justificación. Así que simplemente no es verdad que en el contexto de atri-
Una o~jeción fundamental a (C) es que los factores contex- buciones de conocimiento haya tipos determinados contextual-
tuales no suelen generar un tipo de proceso determinado para mente para la frase "el proceso que causó esta creencia".
la frase "el proceso que conduce a la creencia de S de que p". Para ver que esto es así, exanlinemos nuestro ejemplo inicial
En consecuencia, las teorías fiabilistas construidas con base en en el cual Susana llega a saber que hay un arce cerca al verlo
el principio (C) no generarán el valor de verdad correcto para ahí. Supongan1os que Juan, quien está sentado en la habitación
muchas atribuciones de conocimiento o justificación claramen- con Susana, dice:
te determinadas.
Hay algunas situaciones en las cuales frases que hacen refe- (K) "Susana sabe que hay un arce cerca."
rencia a casos de procesos funcionan aparentemente tal como
Heller describe. Por ejemplo, supongamos que Juan dice: "ten- Para que la versión del fiabilismo que plantea Heller fun-
go tres maneras de arrancar mi vieja carcacha: en prilner lu- cione, tiene que haber, relativo al contexto de la observación
gar, poniendo el vehículo en velocidad mientras desciendo por de Juan, algún tipo determinado contextualmente para la frase
una colina; en segundo, pasándole corriente con unos cables "el proceso que causó la creencia de Susana". ¿cuál sería ese
y otra batería, y en tercero, haciendo girar la llave para dar- tipo? Nada excepto las intenciones del hablante parece limitar
le marcha después de rezar. Sólo los dos primeros 1nétodos el conjunto de candidatos en este tipo de t::jemplo. Tal vez Juan
funcionan." Supongamos que Juan entonces arranca su auto estaba pensando en algo con1o la percepción de objetos conoci-
pasándole corriente con unos cables. Él comenta: dos a cierta distancia razonable, o tal vez en algo más estrecho,
como la percepción visual de árboles conocidos bien ilumina-
(P) "El proceso mediante el cual acabo de arrancar mi auto dos a cierta distancia razonable. Tal vez Juan no tenía en mente
es fiable." ningún tipo de proceso de formación de creencias. Después de
Aquí, Juan menciona explícitamente los tres tipos y esto sirve todo, no dUo nada acerca de procesos de formación de creen-
para limitar drásticamente los tipos en consideración. El caso cias y no hay razón para pensar que estaba pensando algo al
que se menciona en (P) es solamente de uno de esos tipos. Así, respecto. Así que no hay razón para pensar que, en esta clase
éste es un caso en el cual "fiable" se predica explícitamente de ejemplo mundano, existe algo así como el tipo determinado
de un caso de proceso y no tenen1os ningún problema para contextualmente para la frase "el proceso que causó la creen-
entender qué tipo debe ser fiable para que la predicación sea cia de Susana". Además, no hay razón para pensar que el valor
verdadera. de verdad de la atribución de conocimiento de Juan a Susana
En las atribuciones típicas de conocimiento, sin embargo, depende, de alguna manera, de cuál de estos tipos tiene Juan
no ocurre ninguna delimitación contextua! de los tipos de pro- en mente, si acaso tiene alguno.
cesos candidatos. Si acaso ésta se diera, entonces cuando una Es más, aun cuando un atribuidor de conocimiento efectiva-
persona dUera que alguien sabe algo, habría comúnmente una mente tenga en mente algunos tipos de procesos de formación
gama de tipos de procesos contextualmente pro1ninentes tal de creencias, los pensamientos del atribuyente no identifican
que el proceso-caso que conduce a la creencia de la persona tipos pertinentes de una manera que sea uniformemente útil
ejemplificara sólo uno. Pero esto no sucede de ningún modo para los fiabilistas. Un atribuidor de conocimiento puede equi-
para la 1nayoría de las atribuciones de conocimiento. Por lo vocarse acerca de las razones de la creencia de una persona, y
308 EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN EL PROBLEMA DE LA GENERALIDAD 309

por consiguiente puede estar pensando en los tipos de proce- te a uno de ellos. Como nuestras n1entes no suelen orientarse
sos que el proceso-caso del sujeto ni siquiera eje1nplifica. Por científicamente, las intenciones de los hablantes ofrecen mu-
ejernplo, suponga1nos que Juan es testigo de que Susana identi- chas rnenos probabilidades de estrechar los tipos científicos.
fica un ave corno perteneciente a cierta especie después de ha- Tmnpoco lo hace ninguna otra cosa acerca de un contexto de
berle dado apenas un muy breve vistazo en 1nalas condiciones proferencia. Por lo tanto, el contexto no soluciona el problema
de ilurninación. Juan dice que la creencia de Susana es injusti- de la generalidad.
ficada y que entonces Susana carece de conocimiento. Juan sí
tiene en mente algún tipo de proceso para la creencia de Susa- 5 . Conclusión
na, algo así como la forrnación de una creencia clasificadora de
Ésta es toda la variedad de enfoques que existen para resolver
aves tras darle un breve vistazo en 1nalas condiciones de ilumi-
el problerna de la generalidad. A falta de una idea totalmen-
nación. Supongarnos, sin embargo, que Susana ha forrnado su
te nueva acerca de los tipos pertinentes, el problerna parece
creencia tornando como base que ha escuchado el canto del pá-
irresoluble. En consecuencia, las teorías de la justificación y el
jaro, un método de identificación en el que Juan ni siquiera ha
conocimiento basadas en la fiabilidad de los procesos parecen
pensado. Lo que es n1ás, Susana sí tiene, por ende, conocirnien-
no ofrecer esperanzas. 39
to. Si el fiabilisrno de procesos se acerca de algún modo a la ver-
dad en cuanto al conocimiento y la justificación, lo que importa [Traducción de Laura E. Manríquez]
aquí es la fiabilidad de algún tipo de proceso por el que Susa-
na haya pasado realmente. Así, el problema de la generalidad
tiene que solucionarse apelando a hechos acerca de los pro-
BIBLIOGRAFÍA
cesos realrnente involucrados en la formación de Lt creencia,
no apelando a pensamientos posiblemente equivocados sobre Alston, W.P., 1995, "How to Think about Reliability", Philosophical
estos procesos en la mente de quienes atribuyen conocimiento. Tapies, vol. 23, no. 1, pp. 1-29. [La versión en castellano de este
(C) es incorrecta. Simple1nente no hay tipos contextualmen- texto se publica en esta antología, véanse las pp. 233-273.]
te determinados en rnuchos, quizá en la mayoría, de los con- Baergen, R., 1995, Contempomry Epistemology, Harcourt Brace College,
textos típicos en los cuales las afirmaciones de conocimiento y Fort vVorth.
justificación tienen un claro valor de verdad. Es cierto que el Feldman, R., 1985, "Reliability andjustification", The Monist, vol. 68,
contexto ayuda a determinar los estándares que un tipo de pro- no. 2, pp. 159-174.
ceso debe cumplir para que se lo pueda describir correctamen- Goldman, A.I., 1986, Epistemology and Cognition, Harvard University
te corno "fiable". Pero el contexto del atribuyente no se acerca Press, Cambridge, Mass.
- - , 1979, "What Is Justified Belief?", en G.S. Pappas (comp.),
para nada a seleccionar un tipo pertinente de cada proceso de
Justification and Knowledge: New Studies in Epistemology, D. Reidel,
formación de creencias, y los tipos de procesos prominentes Dordrecht (Philosophical Studies Series in Philosophy, 17), pp. 1-
para el atribuyente pueden carecer por entero de pertinencia 23. [La versión en castellano de este texto se publica en esta
en cuanto a la verdad de las afirmaciones de conocimiento. antología, véanse las pp. 199-231.]
Esta sección se ha centrado en tipos de procesos de forma- Heller, M., 1995, "The Simple Solution to the Problem ofGenerality",
ción de creencias basados en el sentido común. Existen tam- N mis, vol. 29, no. 4, pp. 501-515.
bién muchos tipos científicos que clasifican cada proceso de 39
Una primera versión de este texto füe presentada en un simposio en la
formación de creencias. Queda claro que nada acerca de los American Philosophical Association en diciembre de 1996. Agradecemos a
contextos típicos de creencia, o los contextos típicos de atribu- William Alston sus comentarios. También damos las gracias a Ralph Baergen
ción de conocimiento o justificación, distingue uniforrnemen- y John Bennett por sus comentarios a versiones previas.
:no EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN

Pollock,J.L., 1984, "Reliability andjustified Belief", Canadian]ournal


of PhilosojJhy, vol. 14, no. 1, pp. 103-114.
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Wallis, C., 1994, "Truth-Ratios, Process, Task, and Knowledge", Syn-
these, vol. 98, no. 2, pp. 243-269. Internismo y externismo:
¿dos aspectos de la justificación epistémica?
INTRODUCCIÓN

PATRICIA KING DÁVALOS

Recapitulemos el hilo principal de los acontecimientos episte-


mológicos que hemos recorrido hasta aquí. Notemos que to-
dos los artículos que podríamos considerar iniciadores de las
propuestas que hemos exarninado en las primeras cuatro sec-
ciones, incluida la que aquí introducimos, se publicaron por
primera vez entre 1976 y 1980. 1 Los artículos posteriores bus-
can trazar un panorama de cuál es la situación actual de aque-
llas propuestas, pero su núcleo (contenido, relaciones, oposi-
ciones) se constituyó básicamente en aquellos cinco años. En
ese quinquenio, pues, se reconfiguró de forma importante el
campo epistemológico.
A grandes rasgos, y limitándonos al universo de la filosofía
analítica, la epistemología había vivido hasta antes de 1976 una
situación general que podríamos caracterizar como unipolar,
presidida por el fundacionismo fuerte del tipo como el de C.I.
Lewis. Al llegar a 1976, este fundacionismo ya se había "eclipsa-
do en todas partes" (dicho sea para utilizar la forrnulación más
moderada, la de BorUour) y se replegó en torno al fundacio-
nismo mínimo. Al mismo tiempo, empezó a perfilarse de for-
rna prelirninar un segundo polo o alternativa, el coherentisrno.
Cuando esta incipiente bipolaridad del mundo epistemológico
apenas llevaba tres años de estarse conformando, surgió una
1
Alston 1976, "¿Ha quedado refutado el fimdacionismo?" (propuesta del
fundacionismo mínimo); BonJour 1976, "La teoría coherentista del cono-
cimiento empírico" (propuesta del coherentismo), 1978, "¿Puede el conoci-
miento empírico tener un fundamento?" (crítica al fundacionismo) y 1980,
"Externalist Theories of Empirical Khowledge" (crítica al externismo); Gold-
man 1979, "¿Qué es una creencia justificada?" (propuesta del fiabilismo)
y 1980, "La concepción internista de la justificación" (crítica al internismo y
propuesta del externismo). (Con excepción de BonJour 1980, todos los demás
han sido incluidos en esta antología.)
314 PATRICIA KING DÁVALOS INTRODUCCIÓN 315

tercera alternativa, el fiabilismo, que no tomaba partido por ceptuales involucrados, considere1nos los compromisos que el
ninguno de los anteriores ni tampoco éstos parecían capaces fiabilis1no le propone a la epistemología, tal como los plantea
de asimilarla o aislarla. En 1980 aparece una controversia en el artículo de Gold1nan que aparece en esta sección.
el seno de la epistemología: la disyuntiva entre internisn1o y
externismo. l. Los compromisos que propone y el compromiso
Como se mencionó en la sección anterior y en la introduc- que mmj1e el fiabilismo
ción general, esta oposición se plantea, entre otras cosas, la
Goldman propone básica1nente cuatro compromisos:
siguiente pregunta: para que una creencia esté justificada ¿es
una condición necesaria que quien tiene la creencia conozca ( 1) no considerar meramente las creencias tal como se nos pre-
esa justificación? El "internismo" se define como la posición sentan, ya fonnuladas en proposiciones y relaciones lógicas
que responde afirmativamente esta pregunta. El "externis1no" y probabilísticas entre proposiciones, sino también los pro-
responde que no, aduciendo que el acceso a aquello que la cesos causales que las producen;
justifica no constituye un requisito.
El fiabilismo surge planteando el problema explícitamente (2) reconocer que, en los casos en los que la voluntad cu1nple
al defender un externismo. La idea era que si las creencias son o puede cu1nplir un papel en el proceso de producción de
producto de procesos altamente fiables, entonces son proba- creencias, éste es un tipo particular de proceso de toma
blemente verdaderas; ¿por qué pedir, ade1nás, que quien tiene de decisiones que debemos analizar como tal;
esas creencias sepa o crea que son fiables para considerarlas
justificadas? (3) así como la definición tripartita del conocimiento distin-
Partimos entonces de una nueva configuración del campo gue entre el hecho de que una creencia sea "objetivamente"
epistemológico, pues la distinción internismo/ externismo es verdadera y el hecho de que quien la tiene crea "subjetiva-
ortogonal con respecto a la distinción ya existente entre funda- Inente" que es verdadera, así también debemos distinguir
cionismo y coherentismo principalmente. Como es natural, las entre una justificación "objetiva" y una justificación "subje-
relaciones entre estas posiciones (en cuanto compromisos com- tiva" de cualquier creencia;
partidos y en cuanto oposiciones) se vuelven más complejas: el (4) las tres condiciones anteriores ünplican que adoptar la
fundacionismo puede ser internista o externista; y queda por perspectiva interna de quien tiene la creencia no sea una
resolver la pregunta acerca de si un coherentismo totalmente condición ni necesaria ni suficiente para que la creencia
internista es defendible. 2 esté justificada. El cmnpromiso tradicional con la perspec-
Toda esta reconfiguración de la epistemología se produjo en
tiva interna debe romperse.
tan sólo cinco años. ¿Hasta qué punto se debe esto a la fuerza
propia de las propuestas emergentes? ¿Hasta qué punto a la fra- Estos cuatro co1nprornisos presentan una imagen de la epis-
gilidad de la episte1nología tal como estaba configurada previa- telnología en la que la justificación no transcurre en un mundo
mente? En cualquier caso, lo que más nos interesa aquí es la re- de creencias y de relaciones entre creencias. El epistemólogo ya
configuración conceptual, los compromisos que se comparten no aparece sobre este mundo con1o aquel que añade una nue-
y ]os que son materia de debate. Para ver los contenidos con- va creencia: creo que una creencia está justificada si y sólo si se
2 establecen tales o cuales relaciones entre ella y las demás. La
Por <:;jemplo, un coherentismo social podría apelar a la coherencia en las
ided.s, ya no de quien tiene la creencia que se intenta justificar, sino de tal evaluación de las creencias ya no es una n1era confrontación
o cual comunidad a la que ese sujeto pertenece, tal vez acompai'iada de un entre creencias, de forma que, por c;jemplo, sólo pueden re-
requisito de educación (véase Kvanvig 2008). futarse poniéndolas en contradicción consigo mismas. Ahora
316 PATRICIA KING DAVALOS INTRODUCCIÓN 317

tenemos un mundo donde todas esas creencias, con todas sus segunda función, en cambio, el sujeto sí tiene que tener acce-
relaciones lógicas y probabilísticas, forman parte de los proce- so al criterio, de lo contrario no curnpliría su función como
sos causales del mundo natural y de los procesos de toma de guía. Al primer tipo de función que debe cumplir un criterio o
decisiones de seres de carne y hueso. principio de decisión, Goldtnan lo llarna "función teórica"; al
Sin duda, se trata de una irnagen mucho más realista del segundo, "función regulativa". El fiabilisrno histórico es un ins-
mundo epistemológico. Buena parte de la fuerza del fiabilis- trumento para evaluar, pero no se le puede pedir que funcione
mo provino de haber hecho explícito lo que todos daban por bien para guiar, es decir, que cumpla la función regulativa.
supuesto, tan por supuesto que no se detenían a sacar sus con- A continuación Goldman elabora un criterio o principio de
secuencias, aunque en el fondo reconocían que debía tenerlas. decisión doxástica (PDD) apropiado para cumplir la función
Lo decisivo era mostrarlas; Goldman lo hizo y, con ello, se im- regulativa, es decir, que sea un instrumento para guiar la elec-
puso el reconocimiento de esta imagen más realista. ción de qué creer. Se refiere a él con el nombre de PDD total
Pero una cosa es reconocer que esta imagen es rnás realis- correcto, en el sentido de que es un co~unto único y comple-
ta, y otra reconocer que las consecuencias epistémicas de los to de criterios que prescriben todas las creencias que puedo
procesos causales y de toma de decisiones sean las que dice tener en un momento dado, considerando rnis percepciones,
Goldman, o incluso, que esos procesos quedan bien descritos recuerdos, etc. Entonces yo estaría justificado en creer que p
en la forma en que él lo hace. De cualquier modo, sea que cues- en un momento dado si, y sólo si, 1) tengo el PDD total co-
tionernos lo primero o cuestionemos lo segundo, ya estarnos rrecto y, 2) al aplicarlo a las condiciones pertinentes en que
reafi'rmando y haciendo explícito un cornpromiso compartido: me encuentro, da corno resultado la prescripción "cree que p".
tales procesos son relevantes para la epistemología. Sobre esta Aquí parece que la irnagen realista del fiabilismo empieza a
base de acuerdo ya se puede pasar a discutir lo demás. alejarse de la realidad, pero Goldman tiene cierta conciencia
El contenido de estos compromisos, así corno las objecio- de ello y trata de salir del paso. Plantea dos preguntas: cuáles
nes que se le han hecho fueron, en buena medida, objeto de son las "condiciones pertinentes" a las que se aplica el PDD y
discusión en la sección anterior. La discusión en esta cuarta qué hace que un deterrninado PDD sea correcto.
sección se limita al argurnento según el cual, a partir de los tres A las "condiciones pertinentes" sólo les pone dos requisitos:
prirneros cornpromisos, se concluye (y se explica) el cuarto: el que sean accesibles para quien va a usar el principio -si no,
compromiso contra el internismo. no podría servirle como instrumento para guiarse en su elec-
ción de creencias- y que no incluyan juicios epistémicos sobre
creencias -si lo hicieran, habría circularidad-.
2. La práctica epistémica de la justificación
La segunda pregunta planteada por Goldman lleva este pro-
Goldman distingue dos funciones que puede cumplir un crite- blema más lejos. ¿cómo determinar si un PDD es correcto?
rio o principio de decisión doxástica: servir como instrumento Depende de los objetivos de la cognición. De acuerdo: siempre
para hacer evaluaciones teóricas de las creencias y servir como que ese "depende" se considere condición necesaria, porque
instrumento para guiar la formación de mis creencias. Nótese los objetivos de la mera cognición no son suficientes para resol-
que la primera función es un instrumento para alcanzar un fin, ver precisamente la cuestión sobre las condiciones pertinentes.
evaluar la creencia en cuestión, determinar los rasgos que debe Entendamos entonces lo dicho por Goldman como condición
tener para conferirle un estatus epistémico como justificada o necesaria; y el objetivo de la cognición que él propone es el si-
no justificada. Aquí no importa si el sujeto que tiene la creencia guiente: el PDD correcto será el que, a largo plazo, sea óptimo
puede o no utilizar esos rasgos para aceptarla o no: el estatus en térrninos de producir creencias verdaderas y evitar creen-
es objetivo, la creencia tiene o no, de Jacto, esos rasgos. En la cias falsas. Pero tener un PDD así, reconoce Goldman, desean-
318 PATRICIA KING DÁVALOS INTRODUCCIÓN 319

sa en una perspectiva externista, la de un observador semejante llano de este texto se publica en esta antología, véanse las pp. 125-
a Dios. Tendrá que resolver este problema, pero desde luego 166.]
queda claro que no se puede aspirar a tal PDD desde la pers- Burge, T., 1979, "Individualism and the Mental", lv1idwest Studies in
pectiva interna. El resto del ensayo de Gold1nan se concentra Philosophy, vol. 4, no. 1, pp. 73-121.
Chisholm, R.M., 1977, Theory of Knowledge, 2a. ed., Prentice-Hall, En-
en mostrar que no puede haber ningún criterio adecuado para
glewood Cliffs.
escoger un PDD total correcto desde una perspectiva interna. Conee, E. y R. Feldman, 2001, "Internalism Defended", en Kornblith
De cualquier 1nodo, es indudable que la epistemología se 2001,pp. 231-260.
reconfiguró de una forma muy importante -aunque no defi- Foley, R., 1985, "What's Wrong with Reliabilism", The Monist, vol. 68,
nitiva, como se verá en la siguiente sección-. Al empezar los no. 2,pp. 188-202.
años 1980, la epistemología era completamente distinta de la Fumerton, R., 1995, Metaepistemology and Skepticism, Rowman and
de 1976, tanto por la estructura de sus posiciones como por los Littlefield, Lanham.
compromisos que compartía y por los que seguían en juego. - - , 1988, "The Internalism/Externalism Controversy", Philosophi-
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sophical Studies, vol. 30, no. 5, pp. 281-312. [La versión encaste-
1

1¡.
1
INTERNISMO Y EXTERNISMO:
BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

HILARY KORNBLITH

Un punto central del trabajo en episternología durante por lo


menos los últimos veinte años ha sido el debate entre internis-
mo y externismo. Lo que se discute es la forma rnisma que ha
de tener una teoría epistemológica y, con ello, las concepcio-
nes rivales del quehacer epistemológico. En esta introducción
ofrezco algunos antecedentes históricos que ayudarán a situar
al lector.

1 . Los términos "internismo" y "externismo"


Los términos "internismo" y "externismo" se usan en filosofía
en una variedad de sentidos diferentes, 1 pero su uso en epis-
temología para referirse a lo relacionado con las principales
posiciones que han abordado el tema data de 1973. Con n1ayor
precisión, la palabra "externismo" fue introducida por David
Armstrong2 en su libro Belief, Truth and Knowledge ( 1973) del
siguiente rnodo:

De acuerdo con las explicaciones "externistas" del conocimiento


no inferencia!, lo que hace que una creencia no inferencia! ver-
dadera sea un caso de conocimiento es cierta relación natural que
ocurre entre los estados de creencia, Ec, y la situación que hace
1
Además de su uso en epistemología, estos términos se emplean para eti-
quetar muchos pares de posiciones bastante diferentes en filosofía moral y
en filosofía del lenguaje y de la mente. En cuanto a las teorías del contenido
mental, ahora discutidas muy ampliamente, la cuestión que divide a los inter-
nistas de los externistas no es del todo ajena al grado en que la perspectiva
de la primera persona es epistemológicamente privilegiada, pero no se trata
del mismo problema.
2
Armstrong da crédito a Gregory O'Hair por introducir el término en un
texto inédito.
322 HILARY KORNBLITH INTERNISMO Y EXTERNISMO 323

verdadera la creencia. Se trata de cierta relación que ocurre entre mente con estar en una posición, en algún sentido pertinente,
el creyente y el mundo. Es importante advertir que, a diferencia para generar un argumento apropiado a favor de la creencia
de las teorías "cartesianas" y de "credibilidad inicial", las teorías en cuestión. El rasgo distintivo de las teorías externistas delco-
externistas se desarrollan regularmente como teorías de la na- nocimiento, como lo observó Armstrong, es que no requieren
turaleza del conocimiento en general y no sólo como teorías del justificación, al 1nenos en el sentido tradicional. Tener cono-
conocimiento no inferencia!. (p. 157)
cüniento sólo requiere tener una creencia verdadera que esté
apropiadatnente conectada con el mundo.
Así, en el uso de Armstrong, el "externis1no" es una postura Pero mientras que, para Armstrong, las teorías fiabilistas del
sobre el conocin1iento, según la cual, cuando una persona sabe conocüniento rechazan la idea de que tener conocimiento re-
que una afinnación particular p es verdadera, es p_orque se quiere tener una creencia verdadera justificada, Alvin Gold-
da algún tipo de "relación natural" entre la creenCia de esa man propuso una manera bastante diferente de considerar la
persona de que p y el mundo. Una de esas posturas, propue~­ importancia de ese tipo de teorías. En "¿Qué es una creencia
ta en 1967 por Alvin Goldman, fue la teoría causal del conocz- justificada?" (1979), Goldman sugirió que, en lugar de pensar
miento (Goldn1an 1967). Según esta teoría, una persona sabe que las teorías fiabilistas del conocilniento rechazan la afirma-
que p (por ejemplo, que está lloviendo) cuando la creencia ción de que tener conocimiento requiere tener una creencia
de que p de esa persona fue causada por el hecho de que p. verdadera justificada, debemos abrazar una explicación que
Una posición relacionada, defendida por Armstrong y más tal~­ identifique las creencias justificadas con creencias producidas
de también por Goldman, es la explicación fiabilista del conocz- de manera fiable. Las teorías fiabilistas del conocimiento, así
miento, de acuerdo con la cual una persona sabe que p cuando entendidas, ofrecen una explicación no tradicional de lo que
la creencia de esa persona es tanto verdadera como fiable en requiere una creencia para estar justificada. Este artículo de
algún sentido: para algunas posiciones, la creencia ti~ne _que Goldman y su a1nplio desarrollo subsecuente de esta idea han
ser un indicador fiable de que p; para otras, la creencia tiene estado en el centro de la discusión epistemológica desde en-
que ser producto de un proceso fiable, esto es, de un proce- tonces.3
so que tiende a producir creencias verdadera~. FI~~nk Ra~_sey El volumen de 1980 de Midwest Studies in PhilosojJhy se de-
( 1931) fue pionero en la defensa de una exphcacwn fiabihsta dicó al trabajo en epistemología, y dos ensayos de ese volu-
del conocimiento. Algunos trabajos particularmente influyen- men inauguraron el uso actual de los términos "externismo"
tes en el desarrollo de dicha explicación fueron ta1nbién los e "internismo". El ensayo de Laurence BonJour, "Externalist
de Brian Skynns (1967), Peter Unger (1968) y Fred Dretske Theories of Empirical Knowledge" (1980), presenta un argu-
(1971). mento en contra de las explicaciones que identifican el conoci-
Las explicaciones del conocimiento externistas en el sentido miento con tener una creencia verdadera producida de manera
de Armstrong marcan una importante ruptura con la tradición, fiable. Pero aun cuando BonJour afirma estar usando el tér-
según la cual el conocimiento es una especie de creencia ver- mino "externista" tal como lo hace Armstrong, y aun cuando
dadera justificada. Confonne a las explicaciones tradicional~s, su ensayo se titula "Teorías externistas del conocimiento" (cur-
una tarea central de la episte1nología es explicar en qué consis- sivas mías), BonJour usa el término de una manera diferente
te la justificación, en parte porque ésta es un ingrediente _e~:n­ que Armstrong, de hecho, con diferencias ünportantes. Para
cial del conocilniento. Asiinis1no, de acuerdo con la tradicwn, BonJ our, la ünportancia de las teorías contra las que discute
lo que se requiere para que una persona esté j_ustifi~ad~ en ~~s­ es que parecen ofrecer -independientemente de que sus auto-
tener una creencia es que esa persona tenga cierta JUStificacwn
para esa creencia, y tener una justificación se identifica típica- Véase, especialmente, Goldman 1986.
HILARY KORNBLITH INTERNISMO Y EXTERNISMO 325
324

res lo pongan o no en estos ténninos- teorías fiabilistas de la decisión doxástico] no debe ser "heterónomo", o "dictado desde
justificación. El término "externismo", como BonJ~u~·lo.usa, se fuera". Tiene que ser "autónomo", una ley que podamos darnos
a nosotros mismos contando con bases para hacerlo. La optima-
aplica principalrr1ente a explicacior:es ~e la creen na JU~:I~cada,
lidad objetiva de un [principio de decisión doxástico], desde esta
y sólo de manera derivada a exphcacwnes del conocuniento.
perspectiva, no lo hace correcto. Un [principio de decisión doxás-
Así, BonJour advierte: tico] cuenta como correcto sólo si se "puede validar" desde dentro.
(Goldman 1980, p. 32)4
Visto desde la posición general de la tradición epistemológica
occidental, el externismo representa una desviación [.departure]
Goldman arguye que una concepción internista de la justifica-
muy radical. Parece seguro decir que, hasta muy reCl~ntemen­
ción es cornpletamente insostenible.
te, ningún epistemólogo ser-io habría s~ña~o con sugenr que las
creencias de una persona pueden estar JUStificadas desde un pun- De modo que Goldman y BonJour, independiente y simultá-
to de vista epistemológico simplemente en virtud de hechos o re- neamente, dieron nombre a esta distinción fundamental. Gold-
laciones externos a su concepción subjetiva. Seguramente a Des- Inan arguye que cualquier teoría defendible de la justificación
cartes, por ejemplo, le habría resultado muy poco convincente tendrá que rechazar _el internismo; sólo el externismo podrá
la propuesta de que sus creencias problemáticas sobre el m':ndo tener éxito. BonJour arguye que cualquier teoría defendible de
externo estarían justificadas por el solo hecho de estar relaCiona- la justificación tendrá que rechazar el externismo; sólo el inter-
das de manera fiable con el mundo -independientemente de que nismo podrá tener éxito.
él tuviese o no alguna razón para pensar que ~ste era el c,aso-. El debate sobre la forma apropiada de una teoría de la creen-
Queda claro que su concepción, y la de generaCiones de fil_?sofos
cia justificada ha ocupado un lugar central en las discusiones
que le siguieron, era que dicha relación. podía desempenar un
epistemológicas incluso antes de que las piezas de esta termino-
papel justificatorio sólo si el creyente tuviera razones adecuadas
para pensar que dicha relación existía. (Bonjour 1980, p. 56) logía fueran acuüadas. Como lo avalan diversos ensayos sobre
la materia, este tema se conecta de una manera fundamental
con cuestiones acerca de la naturaleza misma y las 1netas de la
BonJour arguye que las t~orí:s fiabi~ista~, de la :ree·n~cia ~~sti­ teorización epistemológica.
ficada -que él llama teonas externistas de la JUStlfl_cac~on­
hacen caso omiso de intuiciones importantes sobre la JUStifica-
2 . El legado de Descartes
ción y, peor aún, ni siquiera consideran los asuntos :entrales
de la epistemología. De acuerdo con BonJour, las teon~s exter- Aunque la terminología de "internismo" y "externismo" fue
nistas de la justificación no solamente yerran en cu_estwnes de acuüada hace relativarr1ente rr1uy poco tiempo, el asunto en
detalle, sino que están fundarnentalmente mal onentadas en cuestión es muy antiguo. Quizá el mejor modo de entender
su concepción. ., . . el debate entre internistas y externistas sea ver cómo surgió del
En ese misn1o volumen, en "La concepcwn Internista de fracaso de la epistemología cartesiana.
la justificación", Alvin Goldman introduce el término "inter- La interpretación cartesiana de la naturaleza de los pro-
nismo". blemas epistemológicos los ubica directamente dentro de la
perspectiva de la prirr1era persona. Las Meditaciones metafísi-
La epistemología tradicional [... ] ha sido predo~inantemente in- cas, escritas en un estilo confesional, introducen al lector en
ternista 0 eo-océntrica. Desde esta [... ] perspectiva, la tarea de la las preocupaciones de Descartes, quien reconoce que, al igual
epistemolo~a es construir un principio o p_roce_din_ü~nto do~á~­
4 Véáse "La concepción internista de la justificación", p. 341 de esta anto-
tico desde dentro, desde nuestro punto de vista mdividual pnvi-
legiado. Para adoptar la terminología kantiana, un [principio de logía.
326 HILARY KORNBLITH INTERNlSMO Y EXTERNISMO 327

que todos nosotros, ha tenido creencias erróneas en el pasa- Si Descartes hubiera podido hacer esto, habría logrado algo
do y que, por lo tanto, es inevitable que su cuerpo actual de bastante extraordinario. En prüner lugar, habría descubierto
creencias tan1bién contenga errores. Descartes desea tener un un cor~junto de principios de forn1ación de creencias que, des-
entendimiento exacto del mundo que lo rodea, y si lo edifi- de su propia perspectiva subjetiva, parece óptüno para llegar
cara simplemente sobre las creencias que ya tiene, tomándo- a la verdad. N o formaría ninguna creencia particular sin cum-
las tal cual, esto supondría seguramente edificarlo sobre esas plir con sus propios estándares sul~jetivos. En segundo lugar,
mismas creencias erróneas. Así, para lnt;jorar su entendimien- habría descubierto un cor~junto de principios que, de hecho,
to del mundo decide suspender la creencia en cualquier afir- serían óptimos para llegar a la verdad. Así, todas las creencias
lnación que pudiera estar equivocada; esta idea conduce muy formadas cumplirían de hecho con estos estándares objetivos.
rápidamente, por medio del argumento del sueüo, a la total En tercer lugar, habría ideado una prueba, desde dentro de
suspensión de las creencias. Descartes debe empezar otra vez, su propia perspectiva su~jetiva, que aseguraría que los princi-
tiene que formar sus creencias de nuevo, "desde los primeros pios que cumplen sus estándares subjetivos son de hecho o~je­
fundamentos", co1no él dice. tivamente exitosos. El que sus estándares su~jetivos fueran ob-
Ahora bien, uno de los elementos interesantes del proyecto jetivalnente correctos de ninguna n1anera dependería, por lo
epistemológico cartesiano es que Descartes sostiene que puede tanto, de accidentes fortuitos; todas las condiciones necesarias
entender con precisión, desde esta perspectiva interna, có1no para la validez objetiva estarían completamente disponibles y
debe seguir adelante. Además, Descartes sostiene que los prin- se podrían validar desde dentro de la perspectiva subjetiva de
cipios de adquisición de creencias que él llega a defender tie- Descartes. Esta combinación de características le permitiría res-
nen la garantía de generar creencias exactas sobre el mundo ponder efectivamente al escéptico en sus propios términos.
que lo rodea. Descartes fue mucho más optimista que cualquier Descartes podría probar concluyentemente que sus creencias
otro filósofo hasta entonces, pero es precisamente su optimis- son verdaderas.
mo acerca de las capacidades de la razón humana lo que sienta Ahora bien, los problemas que surgen de este proyecto no
las bases para el debate entre internismo y externismo. dependen del optimismo de Descartes al pensar que había des-
Por un lado, Descartes avanza desde la primera persona, cubierto principios que iban a garantizar que sus creencias fue-
pensando los problemas epistemológicos como lo haría cual- ran verdaderas. Pues si tan sólo Descartes hubiera pensado que
quier internista. Está interesado en comprender cuáles princi- había descubierto principios que iban a garantizar la verosimi-
pios de razonamiento parecen ser los mejores; después quiere litud, en algún sentido objetivo, de que sus creencias fueran
tomar esos principios y aplicarlos para formar creencias que se verdaderas, su posición habría seguido siendo proble1nática.
adecuen a los principios que ha aprobado. Procediendo de este To1nemos a un individuo que razona muy mal, e imagine1nos
modo, Descartes forma sus creencias de una n1anera completa- que este individuo, lejos de ser alguien al que no le preocu-
mente responsable: no está simplemente adquiriendo creencias pa obtener la verdad, tiene mucho cuidado en tener creencias
al azar, sino de una manera cuidadosa, autoconsciente y calcu- verdaderas y, antes de formar cualquier creencia, exa1nina la
lada, cuyo o~jeto es conducirlo a la verdad. evidencia a favor y en contra de ella. Más precisamente, exalni-
Pero esto no es todo lo que Descartes pretende lograr. Des- na la evidencia a favor y en contra de ella en la n1edida de sus
cartes no cree haber descubierto meramente un conjunto de capacidades; y sus capacidades no son para nada buenas. Desde
principios que jwrecen ayudarlo en su objetivo de llegar a en- dentro, él está consciente de que trata con gran esfuerzo de for-
tender el mundo tal como es reahnente; él cree más bien haber mar creencias verdaderas, y de hecho, lo está intentando con
mostrado, desde dentro de su propia perspectiva su~jetiva, que todas sus fuerzas. Está pensando todo lo que puede en asuntos
estos principios de hecho tienen que lograr llevarlo a la verdad. episten1ológicos. Pero su habilidad para razonar sünplemente
328 HILARY KORNBLITH INTERNISMO Y EXTERNISMO 329

no satisface ningún estándar objetivo razonable. Por desgracia, te entre internistas y externistas intenta responder a esta pre-
vive en un paraíso de tontos: cree que está razonando bien; gunta.
cree que está razonando perfectarnente, pero en realidad está He sido intencionalrnente impreciso respecto de cuáles exac-
razonando de un modo muy deficiente. Aunque este individuo tamente son los compromisos que contraen el internismo y el
ha satisfecho completamente sus propios estándares subjetivos externismo. Si bien los amplios contornos de estos dos enfo-
de buen razonamiento, y aunque ha rnostrado a su entera satis- ques son suficienternente claros, lo que cada posición defiende
facción que sus propios estándares subjetivos no pueden fallar es en sí te1na de actual controversia. Así, sería un error ofrecer
para llegar a una adquisición real de la verdad, está razonando descripciones precisas de estos dos enfoques en este texto de
con tantas deficiencias que un muy amplio porcentaje de sus carácter introductorio; el estado en el que se encuentra el de-
creencias están completarnente equivocadas. bate no lo perrnite.
Parece seguramente que bien pudiera haber un individuo [ ... ]
semejante y, si esto es correcto, entonces necesitamos saber [Traducción de Ricardo Vázquez]
cómo podría rnostrar Descartes que no está en la rnisma po-
sición en la que se encuentra el tonto de nuestro ejemplo. Pa-
rece bastante claro que no podría hacerlo, pues mostrar que él BIBLIOGRAFÍA
satisface sus propios estándares subjetivos no lo distinguiría de
nuestro tonto; y nwstrar, por medio de sus propios estándares Armstrong, D.M., 1973, Beliej,' Truth, and Knowledge, Cambridge Uni-
subjetivos, que él genuinarnente logra una adquisición real de versity Press, Cambridge.
la verdad, ta1npoco lo distinguiría. Bonjour, L., 1980, "Externalist Theories of Empirical Knowledge",
Ahora bien, si concedemos que esto es correcto, tendre- Midwest Studies in Philosophy, vol. 5, no. 1, pp. 53-74.
Dretske, F., 1971, "Conclusive Reasons", Australasian]ournal ofPhilos-
mos que conceder que posiblernente el proyecto que Descar-
ophy, vol. 49, no. 1, pp. 1-22.
tes intentó llevar a cabo no podía tener éxito. Por una parte,
Goldman, A.I., 1986, Epistemology and Cognition, Harvard University
hay una meta encomiable en Descartes de formar creencias de Press, Cambridge, Mass.
una manera que manifieste una especie de integridad intelec- - - , 1980, "The Internalist Conception of Justification", Midwest
tual: él desea forrnar creencias que satisfagan completamen- Studies in Philosophy, vol. 5, no. 1, pp. 27-51. [La versión en caste-
te sus propios estándares subjetivos. Por otra parte, él tiene llano de este texto se publica en esta antología, véanse las pp. 331-
otra meta digna de mérito: desea formar creencias de rnane- 372.]
ras que conduzcan a alguna posesión objetiva de la verdad. El - - , 1979, "What Is Justified Belief?", en G.S. Pappas (comp.),
internista es alguien que identifica la creencia justificada con justification and Knowledge: New Studies in Epistemology, D. Reidel,
creencias que satisfacen algo parecido a la primera de estas Dordrecht (Philosophical Studies Series in Philosophy, 17), pp. 1-
metas. El externista, por otra parte, es alguien que identifi- 23. [La versión en castellano de este texto se publica en esta an-
tología, véanse las pp. 199-231.]
ca la creencia justificada con algo parecido a la segunda me-
- - , 1967, "A Causal Theory ofKnowing", Thejournal ofPhilosophy,
ta. Descartes pensó que tenía una prueba de que cualquier
vol. 64, no. 12, pp. 357-372.
cosa que alcanzara la prin1era meta automáticamente alcanza- Ramsey, F., 1931, The Foundations of Mathematics, and Other Logical
ría también la segunda. Pero ahora parece que esto no es así; Essays, ed. R.B. Braithwaite, Routledge and Kegan Paul, Londres.
y si no es así, entonces la idea de que podríamos tener una Skyrms, B., 1967, "The Explication of X Knows that p", Thejournal
concepción de creencia justificada que alcance ambas metas ofPhilosophy, vol. 64, no. 12, pp. 373-389.
simultáneamente también se debe rechazar. ¿Dónde debemos Unger, P., 1968, "An Analysis of Factual Knowledge", The Journal of
ubicar entonces el concepto de creencia justificada? El deba- Philosophy, vol. 65, no. 6, pp. 157-170.
LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN

ALVIN GOLDMAN

Un posible o~jetivo de la epistemología es aconsejar a los s~je­


tos cognoscentes sobre cómo elegir adecuadamente creencias
u otras actitudes doxásticas. Con frecuencia este o~jetivo ha
sido parte de la metodología científica: decirles a los científi-
cos cuándo tendrían que aceptar una hipótesis dada o por lo
menos concederle cierto grado de credibilidad. Esta función
regu1ativa se relaciona naturalmente con la noción de justifica-
ción epistémica. Podría sugerirse, en efecto, que un sujeto cog-
noscente está justificado en creer algo sólo en el caso en que
las reglas del procedimiento epistétnico adecuado prescriban
tal creencia. Los principios que establecen estas prescripciones
doxásticas podrían también de ese modo "hacer las veces" de
principios de justificación.
En la primera parte de este artículo comparo la concepción
regulativa de la justificación con otra concepción igualmente
defendible. Luego, después de señalar una preocupación fun-
dainental sobre la aplicabilidad de la concepción regulativa,
procedo a explicarla con 1nás detalle. El estatus regulativo de
la justificación de una actitud doxástica para la persona S en el
momento t depende de (a) el cm~junto correcto de instruccio-
nes doxásticas, y (b) los estados en los que S se encuentra en (o
justo antes de) t.
Por sí 1nisma, la concepción regulativa es neutral sobre las
instrucciones doxásticas correctas. Pero la pregunta surge de
manera natural: ¿qué hace que éste o aquel conjunto de instruc-
ciones sean las instrucciones correctas? El resto del artículo se
ocupa de esta pregunta. Se identifican dos enfoques: externismo
e internismo. El internismo se inspira en una perspectiva que
ha do1ninado la episten1ología desde la época de Descartes.
332 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 333

Intento rnostrar que esta perspectiva no genera ninguna res- habilidad subjetiva más alta de producir la rnayor felicidad. Un
puesta definida o adecuada a la pregunta que se plantea aquí; principio de decisión diferente que podría formar un par con
no ofrece ninguna concepción adecuada sobre cuáles instruc- el utilitarismo de las acciones es elegir el acto que, dadas las
ciones doxásticas son correctas. Esto deja al externisrno corno probabilidades subjetivas de la persona, tiene el grado más al-
la única opción disponible, y yo defiendo su verosimilitud. to de felicidad "esperada". (Estos dos principios no son equiva-
Partes de este artículo son positivas y constructivas; pero en lentes. El primero de estos principios pero no necesariamente
su mayoría es negativo, ya que intenta rninar una perspectiva el segundo impondría una acción cuya probabilidad subjetiva
epistemológica clásica rnostrando que no puede responder a de generar la mayor cantidad de felicidad es ligeramente más
la pregunta: ¿cuáles son las instrucciones doxásticas correctas? alta que la de cualquier otra, pero con una posibilidad no in-
Yo mismo tarnpoco he intentado responder esa pregunta. Pero significante de ocasionar un desastre.) Cualquiera que sea el
termino el artículo en un tono optirnista, con el esbozo de un principio de decisión que se asocie al utilitarismo de la acción,
marco teórico en el que se le podría dar respuesta. el problema general es que hay diferentes tipos de principios:
uno para la "evaluación teórica" y otro para la guía práctica de
I la acción.
El concepto de justificación epistémica requiere una distin-
En "Doing the Best One Can", 1 Holly S. Goldman distingue ción análoga entre tipos de teorías o principios. Por un lado,
dos posibles funciones de un principio moral. Primero, pue- un principio de justificación podría especificar los rasgos de
de servir de instrumento para evaluar teóricamente acciones. las creencias (o de otras actitudes doxásticas) que confieren
Segundo, puede servir de instrurnento que el agente puede em- estatus epistémico. Estos rasgos pueden o no estar en condi-
plear para guiar sus actividades. Un principio moral puede no ciones de ser utilizados por el sujeto cognoscente para tomar
ser igualmente útil para estos dos propósitos. Por ejemplo, el la decisión doxástica. Por otro lado, un principio de justifica-
principio estándar del utilitarismo de las acciones -una acción ción se puede diseñar específicamente para guiar a quien co-
es correcta si y sólo si produce al menos tanta felicidad neta noce cuando regula o elige sus actitudes doxásticas. Aquí los
como cualquier alternativa disponible- es perfectamente ade- criterios de justificación tienen que ser de un tipo tal que el
cuado (lo que no quiere decir que sea correcto) como instru- sujeto cognoscente pueda apelar a ellos en el proceso de tomar
mento para la evaluación teórica. Especifica condiciones que una decisión doxástica. Que las funciones teóricas y regulati-
determinan si una acción es correcta o está equivocada. Pero vas de los principios de justificación pueden ser distintas es
este principio no es totalrnente adecuado como principio para algo que se hace patente en la descripción de creencia justifi-
guiar la acción. En el momento de la acción, un agente puede cada que he propuesto en otro artículo. 2 Dejando los detalles
no saber qué acto ha de producir la rnayor cantidad de felici- de lado, esta explicación -que yo llamé "fiabilismo histórico"-
dad; tal vez ni siquiera crea, de un acto determinado, que éste dice que una creencia está justificada sólo cuando su genealo-
ha de producir la mayor cantidad de felicidad. Por lo tanto, gia causal consiste en procesos fiables de formación de creen-
no queda claro córno ha de usar el principio del utilitaris1no cias, esto es, procesos que generalmente conducen a la verdad.
de las acciones para guiar su conducta. En un artículo inédito, Como especificación teórica del estatus epistémico, tal explica-
"Moral Decision Principies", Holly S. Goldman sugiere que ne- ción es totalrnente adecuada. Pero un sujeto cognoscente no
cesitamos principios distintos para tornar decisiones. Un prin- puede usar esta teoría o principio para tomar una decisión
cipio posible para la toma de decisiones que se podría asociar doxástica, ni se pretende que pueda hacerlo. En primer lugar,
con el utilitarismo de las acciones es elegir la acción con la pro-
2 Véase Goldman 1979 ["¿Qué es una creencia justificada?", pp. 199-231

1 En Goldman y Kim, 1978; véase la p. 194. de esta antología].


334 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 335

en el momento de la creencia, el sujeto cognoscente puede gulativo, tenga o no que ver con el concepto de conocimiento
no saber, ni estar en condiciones de averiguar, la genealogía proposicional.
causal de su creencia; y el s~jeto cognoscente puede no saber, He introducido la concepción regulativa de la epistemología
o estar en condiciones de decir, si los procesos que forman por medio de una analogía con la ética. No obstante, es discu-
parte de esta genealogía son generalmente fiables. Por ende tible que la analogía sea perfecta. A la ética le interesan, sobre
no hay ninguna garantía de que el st~jeto cognoscente pue- todo; las acciones individuales, y las acciones desde luego es-
da aplicar la teoría del fiabilismo histórico a su propio caso. tán s~jetas al control voluntario, y por ende son objetos apro-
En segundo lugar, el fiabilismo histórico simplemente no es piados de autoguía o regulación. Pero es problemático decir
una regla o prescripción para elegir creencias u otras actitudes que los estados o actitudes doxásticos están s~jetos al control
doxásticas. Toma en consideración una creencia ya formada de (directo) voluntario, y en consecuencia es problemático decir
un sujeto cognoscente y dice qué aspectos son necesarios y su- si tiene caso formular principios de decisión doxásticos. Sos-
ficientes para que esa creencia cuente como justificada. N o le pecho que la formación, la retención y la revisión de los esta-
dice qué hacer (en términos doxásticos) a quien está intentan- dos doxásticos no están sujetas al control voluntario, excepto
do decidir qué actitud doxástica adoptar frente a una proposi- quizá en un ámbito restringido. El voluntarismo doxástico es
ción dada. una doctrina dudosa, aunque haya sido muy apreciada por Des-
Los epistemólogo.s se han interesado en teorías de la justi- cartes y otros epistemólogos. Para los fines de la discusión, sin
ficación por al menos dos razones. En primer lugar, muchos embargo, procedamos (aunque sea momentáneamente) con el
han pensado que una condición necesaria de conocer una pro- supuesto de que el voluntarismo doxástico es verdadero, que
posición es tener una creencia justificada en esa proposición. el sujeto cognoscente puede decidir o elegir si creer o no en
Entonces un análisis completo del conocimiento exige una in- una proposición dada en un momento dado. Podemos enton-
dicación de las condiciones en las que la creencia está justi- ces entender que un principio de justificación es aquel que les
ficada. En segundo, muchos epistemólogos se han interesado da instrucciones a los sujetos cognoscentes para adoptar o re-
en los "principios doxásticos de decisión", esto es, reglas para tener ciertas creencias (u otras actitudes doxásticas) en varias
la formación de creencias o de otras actitudes doxásticas, por circunstancias. Un principio de justificación sería análogo a un
ejemplo, las probabilidades subjetivas. La prueba cartesiana de principio moral cuyo objeto es ejercer una función regulativa
la claridad y la distinción pretendía ser un criterio para de- o de toma de decisiones.
cidir qué creer, y el bayesianismo contemporáneo instruye a Seamos más precisos sobre la relación entre la condición de
los s~jetos cognoscentes para tener funciones de credibilidad, justificado de una creencia y los principios de decisión doxásticos
esto es, conjuntos de probabilidades su~jetivas que satisfagan (para abreviar, PDD). Podemos representar un PDD como una
los axion1as del cálculo de probabilidades. Muchos epistemó- función cuyos insumas son ciertas condiciones de un sujeto
logos, creo, han unido estos dos intereses. Han supuesto que cognoscente -por <::jemplo, sus creencias, campo perceptual
una noción regulativa de lajustificación es la 1nisma noción de y supuestos recuerdos- y cuyos resultados son prescripciones
justificación que la que aparece en el análisis del conocilniento para adoptar (o retener) ésta o aquella actitud doxástica -por
proposicional. Considero que este supuesto está equivocado. eje1nplo, creer que p, suspender el juicio respecto de p, o te-
La mejor candidata para ser incluida en el análisis del conoci- ner alguna probabilidad subjetiva particular respecto de p-. Si
miento es la concepción de lo justificado del fiabilismo histó- no se indica otra cosa, cuando diga PDD me estaré refiriendo
rico, y esta noción no es regulativa. Para los fines del presente a un PDD total, esto es, un único conjunto completo de princi-
artículo, sin embargo, este asunto es irrelevante, pues lo que pios que prescriben todas las actitudes doxásticas que un sujeto
quiero explorar aquí es la idea de justificación en su papel re- cognoscente debería tener en un momento particular. Un PDD
336 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 337

total supuestarnente usará una variedad de insumas diferentes, Dado este enfoque del esta tus de justificación, obviarnente
incluidos aquellos que tienen que ver con la percepción, la me- varias preguntas se vuelven rnuy importantes. Primero, ¿qué
moria, la inducción y semejantes. tipos de condiciones de insutno para un PDD son admisibles?
El esta tus de justificación de creer en una proposición dada, ¿Qué estados del sujeto cognoscente son pertinentes para el
por ejetnplo p, para el sujeto cognoscente S en el tiernpo t su- esta tus de justificación de una actitud doxástica? Segundo, ¿va-
puestamente depende en parte de las condiciones en las que se mos por buen carnina si suponernos que sólo hay un PDD co-
encuentra S, en t o inmediatamente antes; por ejemplo, qué rrecto? Tercero, si este supuesto es correcto, ¿qué hace que cier-
evidencia posee S. Pero que S esté justificado o no en creer to PDD sea correcto?
que p en t -que S "deba", en términos epistémicos, creer que p
en t- también dependerá del PDD correcto. Supongamos que II
un solo PDD es correcto o está bien. Entonces S está justificado
en creer que p en t si y sólo si el PDD correcto, cuando se apli- Ernpecemos con la pregunta sobre cuáles insumas son admi-
ca a las condiciones pertinentes que caracterizan a S en t, da sibles. Al ilustrar las condiciones de insumo, he mencionado
como resultado la prescripción "cree que p". De rnanera más varios estados cognitivos de una persona, por ejemplo, sus
general, S está justificado en tener la actitud doxástica D frente a p creencias y supuestos recuerdos. Sin embargo, vale la pena pre-
en t si y sólo si el PDD correcto, cuando se aplica a las condiciones de guntar por qué las condiciones de insumo pertinentes deberían
insumo pertinentes que caracterizan a S en t, da como resultado la ser estados cognitivos o, en todo caso, por qué tendrían que ser
prescripción r adopta la actitud D frente a p 1 . Esta relación general estados de la persona. ¿por qué las condiciones de insumo no
constituye el marco básico de la visión regulativa de la justifica- podrían ser estados del mundo o del medio externo? En tér-
ción que estará presupuesta en el resto de nuestra discusión. 3 minos puramente formales, lo siguiente podría servir como un
PDD: "Para cualquier proposición p, si p es verdadera, enton-
3 Un problema general con este enfoque es el supuesto de que hay un
ces cree que p (en cualquier momento t)." Las condiciones de
único PDD correcto. Supongamos, en cambio, que dos o más PDD están insumo para este PDD no son estados del sujeto cognoscen-
"empatados" en ser el mejor y que algunos de ellos ofrecen prescripciones
en conflicto. En particular, supongamos que un PDD le dice a S que crea
te; por el contrario, son los valores de verdad de las diversas
la proposición p y otro le dice que no la crea. ¿Qué actitud doxástica está proposiciones o los "estados del mundo" que hacen que es-
justificado en adoptar S respecto de p? La solución es decir que quien conoce tas proposiciones sean verdaderas o falsas. Pero, ¿por qué no
está justificado en tener la actitud doxástica D sobre p en t si y sólo si hay al permitir un PDD con condiciones de insurno de este tipo? Hay
menos un PDD óptimo que prescriba D respecto de p en t. Esto equivale a decir que admitir que, intuitivarnente, este PDD no es apropiado.
que quien conoce está justificado en adoptar D respecto de p sólo cuando se
le permita tener D sobre p, y se le permite tener D sobre p si al menos un PDD
Pero, ¿qué es exactamente lo que lo hace inapropiado?
óptimo lo prescribe. Esto sí es bastante convincente. De hecho, aparte del La respuesta es inmediata. Para que un PDD realmente pue-
problema de los múltiples PDD correctos, hay mucho que decir con respecto da usarse en la to1na de decisiones deliberadas, las condiciones
a vincular la justificación con un permiso para adoptar la actitud doxástica que sirven como insumo tienen que ser accesibles o estar disponi-
indicada en lugar de que hacerlo sea una prescripción. Incluso un único PDD bles para quien tome la decisión en el momento de tomarla. El
puede contener permisos, al igual que prescripciones y prohibiciones, y es
verosímil decir que una actitud doxástica está justificada si está permitida.
agente tiene que estar en condiciones de decir, respecto de cual-
Sin embargo, por razones de sencillez no me ocuparé de estas cuestiones. quier condición de insurno, si la condición se cumple en el
Primero, vincularé la condición de estar justificado a lo que está prescrito y rnomento en cuestión. Ahora bien, para que el valor de verdad
no a lo que está permitido. Segundo, en general asumiré que hay un único de cualquier proposición escogida al azar sea una condición de
PDD correcto. De manera más precisa, ignoraré el problema de los "empates".
En una discusión posterior, cuando de hecho admito la posibilidad de que no empates, sino la posibilidad de que lo correcto esté relativizado a diferentes
haya únicamente un PDD correcto, tendré en mente no la posibilidad de los sujetos de conocimiento.
338 ALVIN GOLDMAN
LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 339
insumo posible, el st~jeto cognoscente tendría que poder decir,
si y sólo si lo estaba. Puedo olvidar o recordar mal mis estados
respecto de cualquier proposición, si es o no verdadera. Este
cognitivos anteriores. Por esta razón, la genealogía cognitiva no
requisito no está satisfecho. Por ende, la clase general de ver-
está entre las condiciones que pueden servir como insu1nos
dades y falsedades no puede servir como el dominio apropiado
para un PDD. Por ende, queda excluida una teoría "histórica"
(es decir, co1no condiciones de insumo) para un PDD.
como teoría de la justificación regulativa.
Pode1nos ver entonces por qué los estados cognitivos actua-
Vale la pena explorar algunas otras consecuencias del re-
les son una clase verosúnil de condiciones de insumo. Es via-
quisito que pusimos a las condiciones de insumo. Los episte-
ble defender que de tales estados una persona puede decir, en
mólogos comúnmente incluyen las relaciones lógicas entre sus
cualquier Inmnento, exactamente en cuál de ellos se encuentra
reglas epistémicas. Por ejemplo, una regla puede decir "si estás
en ese 1nomento. Así que estas condiciones de insumo satis-
justificado en creer que Q, y Q lógicamente implica P, entonces
facen el requisito de ser "accesibles" o de estar "disponibles"
cree que P". Un insumo para esta regla es que se dé una impli-
para quien tmna la decisión. Pero, ¿qué es exactamente lo que
cación lógica, pero, según nuestro requisito, éste no es un in-
queremos decir cuando deci1nos que una persona "puede decir"
sumo aceptable. No es en general verdadero que una persona
respecto de una condición dada si esa condición se cumple o
pueda decir, para cualesquier proposiciones Q y P, si Q implica
no? Aquí hay una respuesta razonable: "Para cualquier perso-
lógicamente P. Parece, entonces, que muchos de los ~jemplos
na S y momento t, si S se pregunta en t si la condición e se está
favoritos de reglas epistémicas no serán (fragmentos de) PDD
dando o no en el momento en cuestión, entonces S creerá que
legítilnos.
la condición e se da en ese 1nomento si y sólo si se da en ese
momento. "4 La regla del párrafo anterior plantea otra pregunta sobre
las condiciones de insumo admisibles. ¿Es el estatus de jus-
Nótese que los estados cognitivos pasados no cumplen este
tificación de una actitud doxástica una condición de insumo
requisito. No es verdad, en general, que si me pregunto en el
legítima? ¿Es estar justificado en creer q·ue Q, a diferencia de sim-
momento t si yo estaba o no en cierto estado cognitivo e en
plemente creer que Q, un insumo admisible? Si admitimos el
un motnento anterior t0 , entonces creeré que estaba en e en to
esta tus de justificación (regulativo) como una condición de in-
4
ms esta explicación de "puede decir" demasiado fuerte? Por supuesto, sumo, tendremos el peligro de la circularidad en nuestra teo-
puede ser discutible si incluso los estados mentales actuales cumplen con el ría. El o~jetivo de especificar una clase de insumos y un PDD
requisito tal y como ha sido formulado. Es probable que estados tales como correcto es proporcionar una teoría de la justificación. Si (la
las creencias almacenadas, especialmente la totalidad de nuestras creencias al- noción de) e status de justificación aparece ella misma entre las
macenadas, no cumplan este requisito. Pero podemos vivir con estas con-
secuencias. La concepción regulativa no tiene por qué intentar decidir pre-
condiciones de insumo, nuestra explicación parecerá circular.
cisamente qué estados (si es que hay algunos) satisfacen su requisito sobre La acusación de circularidad no debería ser lanzada de ma-
los insumos. Esto sólo lo tendría que decidir quien buscara usar o aj,licar la nera tan precipitada. Si se diera una explicación recursiva de
concepción regulativa. Por simplicidad estoy asumiendo que una variedad de la justificación, no sería objetable tener una cláusula recursiva a
estados cognitivos actuales satisface este requisito. través de la cual el e status de justificación de creer que Q ayuda-
Sin embargo, podemos contemplar la perspectiva de debilitar la explicación
del texto. Pero algo como esto parece hacer falta. Un principio no puede ser
ra a determinar el estatus de justificación de creer que P. 5 Sin
un principio de decisión genuino a menos que una persona de hecho pueda 5
Dicho de manera más precisa, no nos interesa una "explicación" recursi-
guiarse por él, esto es, actuar en conformidad con él. La persona debe estar en
va de la justificación, sino un PDD recursivo, esto es, un conjunto recursivo
condiciones de indicar que ~jecuta la prescripción del resultado cuando y sólo
de principios doxásticos. El consecuente de un principio doxástico no será
cuando la condición de insumo correspondiente se cumple. Parece que para
algo con la forma "estás justificado en creer que Q" sino algo parecido a
hacer esto tiene que tener el poder de decir, o detectar, cuándo se cumple o
"cree que Q". Por ende, quizá un m~jor esquema para un miembro inductivo
no cada condición de insumo (antecedente de un principio).
(o recursivo) de un conjunto recursivo de principios sea éste: "Si, dados tus
340 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 341

enrbargo, esta explicación recursiva también necesitaría cláu- que buscamos en un PDD es alguna cornbinación de creencia
sulas de base, y para evitar la circularidad estas cláusulas de verdadera y evasión de error. 6
base tendrían que especificar condiciones no justificacionales Dado el objetivo de la creencia verdadera y la evasión de
-sustantivas o "factuales"- para el esta tus de justificación. En- error, el PDD correcto es aparentenrente el que produzca re-
tonces el estatus de justificación de creer que P en última ins- sultados óptimos en términos de creencia verdadera y evasión
tancia se rernitiría a estas condiciones sustantivas, que pueden de error. Sería el PDD que tuviera tales resultados óptimos a
considerarse corno los insumos pertinentes. En consecuencia, largo plazo para la suma total de los sujetos cognoscentes. O,
es apropiado agregar la siguiente restricción al requisito que suponiendo que lo que es mejor para un sujeto cognoscente
pusirnos para los insumos: los insumos tienen que ser condi- (humano) es lo mejor para los otros, el PDD correcto es el que
ciones purarnente factuales, no epistémicas. produce resultados óptirnos para cualquier sujeto cognoscen-
Esto es todo lo que tengo que decir sobre cuáles son los te en lo individual. Es el PDD que Dios, en su omnisciencia,
insumos aceptables para un PDD. Ocupérnonos ahora de la recomendaría.
pregunta sobre qué hace que algo sea el PDD correcto, y si, Por desgracia, la caracterización anterior del PDD con ec-
en efecto, se puede exigir que sólo haya un PDD correcto. to deja de lado un aspecto crucial de la epistemología tradi-
cional. La concepción anterior descansa en una perspectiva
III "externista": la perspectiva de un observador semejante a Dios
que, conociendo todas las verdades y falsedades, puede selec-
La elección de un PDD depende claramente de los objetivos de cionar el PDD que de manera óptinra conduce a la creencia ver-
la cognición o de la formación de actitudes doxásticas. Un con- dadera y a la evasión de error. La epistemología tradicional no
junto muy versÍinil de objetivos son los frecuentenente cita- ha adoptado esta perspectiva externista; ha sido predominante-
dos objetivos de creer la verdad -la rnayor cantidad de verdad mente internista o egocéntrica. Desde esta últüna perspectiva,
posible- y evitar el error. (Otros objetivos se examinarán más la tarea de la epistemología es construir un principio o proce-
adelante.) Ahora bien, estos dos desiderata que suelen ir uni- dimiento doxástico desde dentro, desde nuestro punto de vista
dos tienden a cmnpetir entre sí. Un PDD "conservador" pres- individual privilegiado. Para adoptar la terminología kantiana,
cribe rnás suspensión del juicio que un PD D "emprendedor". un PDD no debe ser "heterónomo", o "dictado desde fuera".
Un mayor conservadurismo tendería a producir menos creen- Tiene que ser "autónomo", una ley que podamos darnos a no-
cias falsas, lo que está bien, pero tanrbién nrenos creencias ver- sotros mismos contando con bases para hacerlo. La optimalidad
daderas, lo que está rnal. Cuál de los dos PDD es preferible, objetiva de un PDD, desde esta perspectiva, no lo hace correcto.
en general, es una función de cónro se pondera la totalidad de Un PDD cuenta como correcto sólo si se "puede validar" desde
creencia verdadera comparada con la cantidad de error. Una dentro.
posibilidad sería que una única creencia falsa pesara más que Para ilustrar este punto, supóngase que se propone un PDD
una gran cantidad de verdad. Otra posibilidad sería que hu- que consiste en una lista extrernadarnente larga de proposicio-
biera tanto valor positivo en una única verdad (modesta) corno
valor negativo en un único error (modesto). Para mis propó- 6 El objetivo indicado puede sesgar la elección de un PDD a favor de prin-

sitos, este espinoso problema se puede evitar. Los temas que cipios de "creencia", en oposición a principios de "probabilidad subjetiva".
quiero tratar en este artículo son independientes del problema Para evitar este sesgo, podemos detallar el objetivo dándole valor positivo
a las asignaciones de probabilidades subjetivas mayores que 0.5 a verdades, y
de la ponderación. Así que sigarnos bajo el supuesto de que lo
valor negativo a las asignaciones de probabilidades subjetivas mayores que 0.5
insumas presentes, este PDD te indica que creas que Q, y Q tiene tal y cual a falsedades. En el resto de nuestra discusión, sin embargo haré caso omiso
de esta complicación. ' '
relación con P, entonces cree que P."
342 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 343

nes que hay que creer: proposiciones sobre sucesos y estados sulta ser óptirna no es correcta excepto que sepamos, o estemos
de cosas individuales, leyes de la naturaleza, etc. La creencia justificados en creer, que es óptima.
en estas proposiciones se prescribe de manera incondicional, Hasta aquí he dado una caracterización bastante vaga de la
independientemente de los estados cognitivos del agente. En concepción internista de la justificación. En el resto del artículo
pocas palabras, las condiciones de insumo para este PDD son quiero explorar esta concepción de manera crítica. Argumen-
el conjunto vacío. Además, supóngase que todas las proposicio- taré que la concepción internista es fundamentahnente confusa
nes que se prescriben en esta larga lista son verdaderas. ¿Hace o imposible de satisfacer. O bien (A) no hay un cor~junto defi-
esto que este PDD sea un candidato fuerte a PDD correcto? nido y aceptable de condiciones que articulen la vaga idea del
Según el internismo, de ninguna manera. Es un PDD que un internista, o bien (B) aunque se pueda especificar este co~junto
observador parecido a Dios nos podría dar, no el tipo que le- definido de condiciones, no hay nada -ningún PDD o regla de
gítimamente podríamos darnos a nosotros mismos. De manera justificación- que satisfaga estas condiciones. En resumen, lo
más cautelosa, si estamos en posición de darnos ese PDD a no- que parece una concepción de la justificación comprensible y
sotros mistnos, debe ser porque hemos usado otro PDD, más atractiva desaparece cuando se exan1ina con cuidado. Para ter-
fundamental, para averiguar cuál es el conjunto pertinente de minar, argumentaré que el externismo ofrece una concepción
verdades. Ese PDD más fundamental es el que hay que propo- de la justificación perfectamente satisfactoria.
ner como el PDD genuinamente correcto.
El E;jernplo anterior, hay que aceptarlo, tiene rarezas que son IV
irrelevantes para lo que estamos discutiendo. El PDD en cues-
tión es contraintuitivo porque no contiene instrucciones gene- La pregunta crucial para el internismo es: ¿cuál es el PDD co-
rales, ningún precepto para generar nuevas creencias a partir rrecto? No intentaremos precisar qué PDD particular es correc-
de las viejas, ninguna indicación sobre cómo aprender de la to según el internismo (ni tampoco el que es correcto según
experiencia. Todos estos rasgos serían de esperar naturalmen- el externismo ). Más bien intentaremos ver si hay un conjunto
te en un buen PDD. Por esta razón, ilustremos la idea internista definido y aceptable de condiciones que determinen lo que el
con otro ejemplo más familiar: el problema de la inducción. internismo jwdría considerar como PDD correcto. Podemos in-
Supóngase, por mor del argumento, que hay una única regla dicar el tipo de condición que se está buscando formulando la
inductiva que sería realmente óptima para fines predictivos. condición apropiada según el externismo, esto es ( 1)
(La especificación de una regla inductiva probablemente re-
( 1) Un PDD X es correcto si y sólo si: X es realmente óptimo.
queriría, para aliviar las preocupaciones de Goodman, o bien
una enumeración de predicados proyectables o un co~junto de Con "óptimo" me refiero, por supuesto, a óptimo en producir
reglas de proyección. Supóngase que éstos están incorporados creencias verdaderas y evitar el error. Cmno se indicó anterior-
en la regla en cuestión.) El mero hecho de la optimalidad, sin mente, la ponderación exacta de creencia verdadera y evasión
embargo, no sería considerado por el internismo como una de error se deja aquí de lado.
solución al problema de la inducción. De acuerdo con el inter- Por las razones indicadas antes, ( 1) no satisface al internista.
nismo, una regla inductiva es correcta sólo si podemos justificar ¿Qué, entonces, lo haría? Juzgando por nuestra primera carac-
la afirmación de que es óptima, esto es, sólo si podemos mostrar
terización del internistno, la condición que parece expresar la
que nos llevará a la verdad, o que probablemente nos llevará a
concepción internista es la siguiente:
la verdad, o que (sólo) ella supera una prueba de optimalidad
más débil (por ejemplo, la de Reichenbach). La optimalidad de (2) Un PDD X es correcto si y sólo si: estarnosjustificados en
facto no satisface al internista. Una regla que simplemente re- creer que X es óptin1o.
344 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 345

Sin embargo, hay un problerr1a de funestas consecuencias rrecto? ¿Que las actitudes doxásticas (epistémicarnente hablan-
con (2): lusa la noción de justificación! Como se indicó antes, do) deberían estar formadas de acuerdo con X? Seguramente
el fin de una teoría de la justificación es asignar el estatus de no. El internisrno supuestarnente no quiere que la corrección
justificación en térrrlinos no justificativos. En particular, el fin de un PDD se deterrnine por mera excentricidad, por razones
de una teoría regulativa de la justificación es proporcionar ins- frívolas o por casualidad.
trucciones sobre las actitudes doxásticas que no presupongan Éstas son exactamente el tipo de consideraciones que rno-
la existencia previa, o el establecimiento previo, de cualquiera tivan la propuesta (2). Pero no podernos regresar a (2). ¿Hay
de estas prescripciones. Si la noción (regulativa) de la justifica- algo parecido a (2) que no vulnere la restricción formal en la
ción se admite entre la(s) condición(ones) para que un PDD sea que (2) falla? Podría parecer prometedor recordar que existe
correcto, a todas luces se estaría vulnerando este requisito. Por- una teoría no regulativa de la justificación de la creencia: el fia-
que la corrección de un PDD es uno de los dos componentes bilismo histórico. Puede sugerirse que no se caería en ninguna
básicos de una teoría de la justificación. En resumen, la pro- circularidad si se usara la noción no regulativa de la justifi-
puesta (2) es abiertamente circular, e inad1nisible por motivos cación en nuestra teoría de la noción regulativa. De manera
puramente "formales". todavía más importante, ya que el fiabilismo histórico es una
No nos ayudaría demasiado decir, en lugar de (2), que un teoría forrnulada en térrninos no epistérnicos, ¿por qué no usar
PDD se tiene que "poder validar" como óptirrw, o que debe- la sustancia de esta teoría sin emplear el término "justificación"
rnos tener "motivos" para creer que es óptimo. Términos como (o cualquiera de sus cognados)? Esto daría como resultado lo
"poder validar" y "motivos" son ellos rnis1nos epistérnicos, rnás siguiente:
o menos sinónimos de 'justificado". Todos estos térrninos son
igualmente inadmisibles para los propósitos actuales. Por des- (4) Un PDD X es correcto si y sólo si:
gracia, el primer esbozo de la concepción internista utilizaba (A) creemos que X es óptimo, y
exactamente estos términos. Esto sugiere que (2) expresa co- (B) esta creencia fue causada por procesos cogniti-
rrectamente la idea intuitiva detrás dei internismo, aunque al vos fiables.
final esta idea resulte ser inaceptable. Pero puede haber otras
rnaneras, no objetables, de caracterizar con más detalle el in- Desgraciadamente, (4) falla en otra restricción, una restricción
ternismo. Exploremos otras posibilidades. peculiar del internismo. La idea básica del internismo es que
En lugar de (2) podemos intentar con (3): tendría que haber un acceso epistémico garantizado a la correc-
ción de un PDD. 7 Ninguna condición de la corrección de un
(3) Un PDD X es correcto si y sólo si: nosotros creemos que
PDD es aceptable si no tenernos acceso epistémico al PDD que
X es óptimo.
de hecho satisface esa condición, esto es, si no podemos decil·
Es evidente que (3) evita el problema formal al que se enfrenta- 7 Es parte de la concepción regulativa en general -por ende com, n a.
ba (2). ¿Pero es verosímil? No lo creo. Supóngase que creemos externismo y al internismo- que el sujeto cognoscente tenga que es1 a, e11
que algún PDD X es óptirrw por razones que (intuitivamen- condiciones de decir qué condiciones de insumo se satisfacen. Pero c.~, 1uí es-
te hablando) son muy malas, o por ninguna razón. Podemos tamos discutiendo lo que hace que un PDD sea correcto, no las condLiones
creer que es óptimo por un pensamiento meramente desidera- de insumo. La concepción regulativa misma no impone ningún requisito de
acceso epistémico al PDD correcto. Sólo dice que una actitud doxás' i.c está
tivo, clara confusión o pura intuición o adivinanza. Podemos
justificada si es prescrita por un PDD que de hecho es correcto, lo ~ p<t o no
creer que es óptimo simplernente porque se nos ocurre o por- quien conoce. El internismo va más allá intentando hacer que sea l ,a, ondi-
que se nos aparece en sueños. ¿Tiene el internismo el compro- ción para que un PDD sea correcto el que quien conoce pueda sat o decir
rniso de decir, en estas circunstancias, que X es realrr1ente co- que es correcto (u óptimo).
346 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 34 7

cuál PDD la satisface. La objeción internista a la condición ex- frentarían (3*) y (4"') tal como fueron planteadas, un problema
ternista de corrección, esto es, la optimalidad real, es precisa- relacionado con el que esa relativización se proponía resolver.
mente que los sujetos cognoscentes pueden no tener ninguna Se suponía que la relativización tenía que resolver la objeción
manera de decir qué PDD la satisface. Por lo tanto, la propia de que el 1nismo PDD podría no ser considerado óptimo por
condición de corrección del internismo tiene que ser tal que todos. Pero también tenemos que notar que algunos podrían
cualquier sujeto cognoscente pueda decir cuál PDD la satisface. no creer de cualquier PDD que es óptimo. En efecto, dado
Pero (4) no cumple esta restricción. En general, no estamos que la noción del PDD es una noción difícil, y que difícilmente
en condiciones de decir cómo fue causada alguna de nuestras alguien que no sea filósofo esté familiarizado con ella, es muy
creencias; tampoco está garantizado que podamos decir cuáles probable que la mayoría de la gente no crea de ningún PDD
de nuestros procesos cognitivos son fiables y cuáles no. que es óptimo. Se seguiría de (3*) y (4*) que ningún PDD será
Además de las oqjeciones anteriores (que son suficientemen- correcto para la gran mayoría de la gente. Esto parecería impli-
te concluyentes), hay otros problemas con (2), (3) y (4). Un pro- car que estos individuos no se rigen por ninguna instrucción
blema común a las tres es el uso del término "nosotros". ¿A doxástica, así que no habría ninguna actitud doxástica que esta-
quién se supone que hace referencia este pronombre? ¿A todos? rían justificados (o no justificados) en elegir. Desde luego, esto
Esto implica, en el caso de (3) y (4), que un PDD es correcto no puede ser lo que el internismo quiere decir. Por lo tanto, lo
(según el internismo) sólo si iodos creen que es óptimo. Pero que el internismo necesita es una condición de corrección que
seguramente este consenso universal es difícil de alcanzar y es no requiera que un sujeto cognoscente tenga la creencia real en
poco razonable exigirlo. la optimalidad de un PDD.
¿cómo se puede resolver esta dificultad en cualquier pro- Para cumplir con este requisito, el internista podría decir
puesta futura? ¿Deberíamos tomar el "nosotros" como si se re- que el PDD X es correcto para la persona S en el tiempo t
firiera a la mayoría de la gente? ¿A una pluralidad en favor de sólo cuando S creería que X es óptimo, dados los estados men-
un solo PDD comparado con cualquier otro PDD? Ninguna de tales antecedentes de S. Pero lo creería. . . ¿si qué? ¿si S formó
estas propuestas es atractiva. Una solución más prometedora esta creencia de acuerdo con el PDD correcto? Obviamente el
es relativizar la corrección del PDD a un sujeto cognoscente (y internista no puede decir esto, porque sería una circularidad
un tiempo determinado). Esto daría los siguientes análogos de flagrante. Lo que sí se podría decir, sin embargo, es que S cree-
(3) y (4): ría que X es óptimo si S usara X mismo. En otras palabras, X es
correcto para S en t sólo en el caso en que X se "autoprescribe"
(3*) Un PDD X es correcto para S en t si y sólo si: S cree en t
para S en t. Esto puede expresarse como (5 ):
que X es óptimo.
(4*) Un PDD X es correcto para S en t si y sólo si: (5) Un PDD X es correcto para S en t si y sólo si: si X se
aplica a los ínsu1nos (pertinentes) de S en t, X prescribe la
(A) S cree en t que X es óptimo, y
creencia de que 1 X es óptimo 1 .
(B) esta creencia fue causada por procesos cogniti-
vos fiables. Un problema con (5) es que puede no cumplir la restricción
internista de que el sl'!jeto cognoscente sea capaz de decir cuál
La solución de la relativización es un paso serio que no debe-
ría tomarse a la ligera. Pero por el momento d~jemos de lado el relación se formularía entonces de la siguiente manera: S está justificado en
tener la actitud doxástica D frente a p en t si y sólo si el PDD correcto (o el
examen de esta cuestión. 8 Hay aún otro problema al que se en-
PDD que es correcto para S en t), cuando se lo aplica a las condiciones de insumo
8 Si la reiativización está permitida, necesitamos una ligera corrección en perinentes que caracterizan S en t, da como resultado la prescripción r adopta
la relación básica entre la justificación y el que un PDD sea correcto. Esta la actitud S frente a p'·
348 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 349

PDD cumple la condición. Si un PDD es muy complejo, puede to objetivamente y subjetivamente. 9 Se dice que un acto es obje-
ser difkil decir qué prescribe, en particular, si prescribe o no tivamente correcto sólo si satisface realmente las condiciones
la creencia en su propia optimalidad. Un segundo problerr1a para ser rr10ralmente correcto. Se dice que un acto es subje-
es todavía más grave. Dos o más PDD incompatibles pueden, tivamente correcto sólo si, en términos generales, las creen-
cada uno, satisfacer (5) para la misma persona en el mismo cias o la evidencia del agente respecto de las circunstancias o
momento. Supongamos que Y es un PDD que, entre otras co- consecuencias de ese acto sugieren que es objetivamente co-
sas, prescribe el uso del "método científico" (suponiendo que rrecto. Ser subjetivamente correcto entraña la relativización a
sólo exista un método así). Supongamos que Z es un PDD que, las creencias o la evidencia del agente en el momento de la
entre otras cosas, prescribe la creencia de acuerdo con apa- acción. Ahora bien, podría sugerirse que el estatus moral de
rentes revelaciones (en lugar del método científico). Entonces la corrección objetiva es análogo a la concepción externista
bien podría suceder que, dados los insumas de S en t, Y pres- de lo que es un PDD, correcto, y que la concepción internis-
cribe la creencia en r Y es óptimo 1 y Z prescribe la creencia en ta de lo que es un PDD correcto es análoga al estatus moral
rz es óptimo 1 . De acuerdo con (5), ambos, Yy Z, son correctos de lo subjetivamente correcto. Como la noción moral entraña
para S en t. Pero como son incompatibles, generarán prescrip- relativización, es correcto que la noción epistémica también
ciones doxásticas incompatibles. ¿cuál de estas prescripciones entrañe relativización.
rivales tendría que seguirse? ¿Cuál se tendría que usar para Además de la cuestión de la relativización, la idea de lo sub-
evaluar el estatus de justificación de las actitudes doxásticas jetivamente correcto en ética podría ayudarnos en nuestra si-
de S? (5) no puede responder estas preguntas y es por ende tuación actual. Después de todo, la noción ética de lo subjetiva-
inaceptable. mente correcto suele ser considerada con niveles tolerables de
claridad. ¿Por qué no tomar prestado su análisis para establecer
V las condiciones para que un PDD sea correcto?
Desgraciadamente, la cuestión no es tan sencilla. Parece ha-
Regreserr10s ahora a la cuestión de la relativización. De la es- ber dos estrategias básicas para analizar la corrección subjetiva
trategia de relativización se sigue, por supuesto, que un PDD en ética: (A) la acción A es subjetivamente correcta si y sólo
que es correcto para quien conoce puede no serlo para otra si el agente cree que A es objetivamente correcta; o (B) la ac-
persona. ¿puede el internismo aceptar este "relativismo epistemo- ción A es subjetivamente correcta si y sólo si el agente está
lógico"? En mi opinión, es patente que los internistas general- justificado en creer que A es objetivamente correcta. Podemos
mente no han tenido la intención de defender ningún relativis- llamar a estos enfoques, respectivamente, enfoques "doxástico"
mo de este tipo. Norrr1almente han supuesto que un conjunto y "epistémico". Ninguno de ellos funciona bien cuando se apli-
uniforme de principios doxásticos debería regir a todos los su- ca a nuestro tema actual. Cuando se traslada a nuestro tema,
jetos cognoscentes humanos. Los fundacionistas piensan que el enfoque doxástico conduce a (3) o (3*), que resultaron ser
el fundacionismo (en la rr1edida en que genera prescripciones bastante insatisfactorias. (Algunas de las misrr1as críticas se po-
doxásticas) es correcto para todos. Los coherentistas piensan drían aplicar también a la noción moral.) Además, el enfoque
que el coherentismo es correcto para todos. Los bayesianos epistémico daría como resultado nuestra propuesta (2) (o una
piensan que el bayesianismo es correcto para todos. Así que versión relativizada de (2) ), lo cual es totalmente inadmisible.
necesitaremos un argumento especial y sólido para defender
9 Para una distinción entre la justificación objetiva y subjetiva en episte-
la idea de que el internismo debería incorporar el relativismo.
mología, véase Pollock 1979. Se puede argumentar que la posición de Lehrer
Una posible línea de argumentación intentaría trazar una 1974 es una forma de subjetivismo o relativismo. Por otro lado, se podría
analogía con la distinción que se hace en ética entre ser corree- considerar también como un tipo de coherentismo no relativista.
350 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 351

El teórico moral tiene derecho a usar una noción epistémica cusable no quiere decir que la actitud doxástica resultante esté
para aclarar su concepto de corrección subjetiva, pero noso- justificada. Una actitud doxástica está justificada sólo si es re-
tros no tene~os derecho a usar una noción epistémica, porque comendada por un procedimiento adecuado, y la descripción
nuestro explzcandum es epistémico él mismo. del caso presupone que el PDD W no es un procedimiento
En ética, la noción de corrección suqjetiva resulta entonces adecuado, es decir, que no es el PDD correcto. Por supuesto,
tener menos utilidad para nuestros propósitos de lo que cabría será difícil para este sujeto de conocimiento, en su entorno
esperar. Aun así podría ayudarnos a defender la idea de relati- histórico-cultural, identificar el PDD correcto. É.sta es la razón
vización. Lo que necesitamos, no obstante, no es simplemente por la que no lo culparíamos por su acto doxástico. Sin embar-
la a~alogía ~ partir de la ética, sino un t;jemplo particular que go, no hay necesidad de considerarlo just?ficado en creer que H,
motive esta Idea en la esfera epistémica. He aquí un ejemplo ni tampoco hay necesidad de decir que W es, en algún sentido,
diseñado para este fin. · un PDD 'correcto'. El único PDD correcto es el PDD objeti-
Considérese el caso de dos personas que pertenecen a dos vamente correcto. Incluso el internismo insistiría en un PDD
culturas distintas en diferentes periodos históricos. La primera objetivamente correcto, aunque no sea equivalente al PDD 'óp-
pertenece a una comunidad precientífica o científica temprana, timo' ." 10
en la que nunca se ha soñado con tener métodos precisos de Me inclino a defender esta respuesta del objetivista y a con-
experimentación ni técnicas estadísticas. La segunda pertene- cluir que el ejemplo en cuestión no debería llevar al internista a
ce a una cultura científicamente avanzada y ella misma ha sido ser un relativista. Por otra parte, aunque el internista quiera ser
entrenada en metodologías y técnicas estadísticas. Imaginemos un relativista, no hemos identificado todavía condiciones que
que cada una de estas personas tiene la misma hipótesis cientí- expresen una versión adecuada del internismo, relativista o no
fica, H, y que cada una tiene los mismos datos de observación relativista. Por lo tanto, todavía tenemos que dar un sentido
para.proba_r H_· De acuerdo con el PDD que la primera persona convincente a las intuiciones vagas que motivan al internismo.
considera optimo, se debería creer que H. Según el PDD que la Hasta ahora, el internismo es simplemente una quimera.
segunda persona cree óptimo, no se debería creer que H. Aho-
ra bien, supongamos que cada una de ellas adopta la actitud
doxástica respecto de H que su PDD favorito prescribe. ¿N 0
está cada una justificada en adoptar esta actitud doxástica? En 10 Holly Goldman propone un caso más difícil. Supóngase que un sujeto de
~articular, ¿no está el miembro de la cultura precientífica jus- conocimiento usa el PDD correcto -llamémoslo R- para decidir cuál PDD es
tificado -aunque sea "suqjetivamente justificado"- en adoptar correcto, y R prescribe la creencia en la proposición falsa de que el PDD W
su actitud doxástica? Después de todo, por hipótesis, todavía no es correcto. Entonces este sujeto de conocimiento estájustijicado en creer que
W es correcto. (Supóngase también que W prescribe la creencia de que es
se han inventado las sofisticadas técnicas de la ciencia avanza-
correcto.) Ahora supóngase que el stueto considera si creer que p, y que
da. No se le puede criticar por proceder lo mt;jor que puede, a W prescribe la creencia en p. Por otro lado, R prohíbe la creencia en p. Está
la luz de lo que sabe. ¿No es el PDD que usa al1nenos "correcto justificado ese sujeto en creer que p? De acuerdo con la estructura básica
para él"? del enfoque regulativo (véase la sección I), no está justificado, ya que el PDD
Aunque este ejemplo resulta creíble, no es totalmente con- correcto no prescribe la creencia en que p. Por otra parte, sin embargo, está
la fuerte tentación de decir que está justificado en creer que p. Después de
vincente. Un defensor del "oqjetivismo epistemológico" podría
todo, está justificado en creer que está justificado en creer que p, y es un
responder de la siguiente manera: "Por supuesto, se puede ex- principio atractivo que si alguien está justificado en creer que está justificado
cusar o perdonar que un miembro de una comunidad precien- en creer que p (Jjp), entonces está justificado en creer que p (Jp). Sin em-
tífica acepte su propio PDD -llamémoslo W- y que forme las bargo, no estamos obligados a aceptar este principio, y es acons~jable que un
actitudes doxásticas que le prescribe W. Pero decir que es ex--· objetivista epistemológico no lo acepte.
352 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 353

VI cisa, no será un único PDD el que pueda generarse. 12 En re-


En este rnomento, el internista podría objetar que he omitido sumen, aunque (6) sea una condición que expresa de manera
la manera más obvia y directa de especificar su concepción. Al satisfactoria el espíritu del internismo, no elige o determina
rnenos desde tiempos de Descartes ha habido una idea razona- un PDD que haya que preferir. En este sentido la concepción
blemente bien definida de la "perspectiva interna" en epistemo- internista de un PDD correcto es "imposible de cumplir".
logía. Se trata de la idea de un punto de partida epistemológi- La amenaza de un regreso vicioso es una dificultad mera-
co, una posición a partir de la cual se tienen que tomar todas mente aparente de elegir un PDD desde una perspectiva inter-
las decisiones doxásticas. Para tomar decisiones doxásticas, sin na. La elección de un PDD requiere un criterio de selección, y
ernbargo, necesitamos un PDD, y por lo tanto es natural de- se puede suponer que este criterio tiene que ser él mismo un
cir que el PDD tarnbién tiene que ser elegido desde el mismo PDD: un metaPDD. ¿Pero cómo se elegirá este PDD? ¿por me-
dio de un metametaPDD? ¿y así hasta el infinito? Esta preocu-
punto de partida "interno". Ésta era la práctica de Descartes,
pación parte de una confusión. Un PDD no es una proposición
ya que su criterio de "claridad y distinción" se propuso y de-
sino una política o un conjunto de prescripciones condicionales.
fendió exactarnente desde este punto de vista privilegiado. 11
(Que el PDD tal y cual es óptimo es una proposición, pero el PDD
Tenemos, entonces, una manera natural de formular la condi-
no es una proposición.) Como un PDD no es una proposición,
ción internista para que un PDD sea correcto:
la adopción de un PDD no es la adopción de una actitud doxás-
(6) Un PDD X es correcto si y sólo si: X es el PDD que se debe tica. Como no se está eligiendo ninguna actitud doxástica, no
elegir si elegimos un PD D desde la perspectiva interna. se requiere un PDD. Por supuesto, se necesita algún criterio de
selección, lo que, como veremos, plantea algunos problemas.
Forrnulado de esta manera, el internismo ciertamente contras- Pero el criterio en cuestión puede ser un criterio de selección
ta con el externismo, ya que no hay ninguna garantía de que el conocido, como maximizar el valor esperado, no un PDD. Por
PDD elegido adecuadamente desde la perspectiva interna sea lo tanto, no se cae en un regreso al infinito.
idéntico al PDD óptimo. Un problema en cierta medida análogo, sin embargo, es
¿Es (6) una condición clara y precisa para que un PDD sea el problema central al que se enfrenta la tentativa de elegir
correcto? Esto depende de la claridad y precisión con que po- un PDD desde la perspectiva interna. Aunque la elección de un
damos definir la idea de una perspectiva interna y los crite- PDD único no requiere un (meta)PDD anterior, sí necesita ac-
rios para una "elección adecuada". Defenderé que, aunque esta titudes doxásticas antecedentes en las cuales basar la elección.
idea y estos criterios se puedan definir de manera clara y pre- Para evaluar las consecuencias probables de ésta o aquella polí-
tica de formación de creencias sobre el mundo físico, por ejem-
11 Sin embargo, no queda claro que todos los epistemólogos tradicionales
plo, necesitamos algunas actitudes doxásticas hacia las propo-
hayan intentado seleccionar un PDD desde el punto de vista interno. Muchos
siciones que describen sucesos típicos del mundo físico y las
simplemente han presupuesto algún PDD (inadecuadamente especificado) y
han explorado la cuestión de si este PDD, cuando se aplica a la perspecti- relaciones entre el mundo físico y nuestros estados mentales.
va interna, prescribe nuestras creencias de sentido común, por ejemplo, la Pero tales actitudes doxásticas están ausentes en la perspectiva
creencia en el mundo externo. Así, lo que aquí estoy llamando "internismo" interna.
puede no describir correctamente la mayor parte de la epistemología histó- Para aclarar este punto, podemos ser más precisos sobre la
rica. N o obstante, si la epistemología acepta el proyecto regulativo doxástico, naturaleza de la perspectiva interna. Como se indicó, se su-
la selección de un PDD es absolutamente central, y los criterios para que un
PDD sea correcto son igualmente decisivos. Una vez que se ha planteado este
pone que este punto de vista es un punto de partida episte-
problema, parece acorde con la tradición epistemológica sugerir que, para 12 De hecho, ni siquiera hay un pequeño grupo de PDD que se puedan elegir
juzgar si un PDD es correcto, se debe hacer desde una perspectiva interna. como los mejores.
354 ALVIN GOLDMAN
LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 355

mológico. En ese punto, tendríamos que ser epistemológica- La anterior caracterización de la perspectiva interna está ob-
mente neutros o sin compromisos. De manera más específica, viamente 1nodelada sobre la forma de proceder de Descartes.
se exige neutralidad doxástica. Toda la cuestión de elegir un Sin embargo, el propio Descartes no es lo suficiente1nente me-
PDD es, después de todo, autorizar ciertas actitudes doxásticas ticuloso. Defiende la estrategia de suspender el juicio sobre las
seleccionadas. Hasta que se haya elegido adecuadamente un proposiciones proble1náticas en el punto de partida epistemo-
PDD, no se puede autorizar ninguna actitud doxástica, al me- lógico. Pero la suspensión del juicio es en sí una forma de acti-
nos ninguna actitud doxástica hacia proposiciones epistemoló- tud doxástica. ¿Qué justificación tiene Descartes para adoptar
esa actitud hacia las proposiciones en cuestión? Parte del su-
gicamente problemáticas. Así que la perspectiva interna tiene
puesto de que cuando la evidencia no es concluyente hay que
que desautorizar el uso o la invocación de actitudes doxásticas
suspender el juicio. Pero éste es en sí un PDD parcial y, como
previas que pudiéra1nos tener. Como en la "posición original"
cualquier PDD, prünero se tiene que defender. Antes de ele-
de Rawls, la perspectiva interna es una perspectiva en la que los
gir un PDD no podemos decir que la actitud adecuada sea la
principios deben elegirse detrás del "velo de la ignorancia".
suspensión del juicio. Esto no es neutralidad doxástica.
He dicho que no se puede invocar ninguna actitud doxásti-
Debe admitirse, sin e1nbargo, que la suspensión del juicio
ca hacia proposiciones epistemológica1nente "proble1náticas".
podría ser la mejor aproximación a la neutralidad o la nulidad
¿Qué proposiciones son problemáticas? Prácticamente todas
doxástica. Si se tiene en mente cualquier proposición, ¿qué otra
las proposiciones contingentes han sido consideradas en gene-
manera hay de evitar el compro1niso?· Así que permitámonos
ral problemáticas, y, desde luego, las actitudes doxásticas hacia
usar la suspensión del juicio en la perspectiva interna. Sin em-
éstas deberían ser eliminadas de una perspectiva interna. Una
bargo, la suspensión del juicio no se tiene que equipar con
posible excepción serían las proposiciones en primera perso-
una probabilidad subjetiva de 0.5. Tal actitud doxástica sería
na sobre estados mentales actuales, que suelen ser considera-
cierta1nente perjudicial.
das poco problemáticas aunque sean contingentes. Podemos
Veamos ahora cómo la ausencia de actitudes doxásticas que
permitir que en la perspectiva interna se usen creencias en es-
se pueden usar en la perspectiva interna hace imposible ele-
tas proposiciones, aunque sólo sea por mor del argumento. 13
gir un único PDD. El criterio de selección más popular en la
En todo caso, es poco probable que esto ayude de manera sus-
teoría de la decisión es la maximización del valor esperado. Supon-
tancial al proyecto del internista.
gamos que este criterio se utiliza al intentar tomar la decisión.
13
En el caso presente, maximizar el valor esperado significa ele-
Podría pensarse que la concepción regulativa misma automáticamente
confiere un estatus especial a las proposiciones en primera persona sobre es-
gir el PDD que tiene el mayor valor esperado si se mide en
tados mentales actuales, ya que la concepción regulativa (CR) presupone que términos de creencia verdadera y evasión de error. Para cada
los sujetos de conocimiento pueden formar creencias de manera infalible so- PDD, se calcularían las consecuencias veritistas "esperadas" de
bre sus propios estados mentales actuales. Sin embargo, deberíamos evitar los adoptarlo y luego se elegiría el PDD con el mayor valor es-
malentendidos. La CR sólo indica una restricción a las condiciones de insumo perado. El proble1na, sin embargo, es que la noción de valor
(los antecedentes de los PDD), esto es, que tienen que cumplir con el requisi-
"esperado" es, en parte, una función de la~ probabilidades sub-
to de "puede decir". La CR no dice qué condiciones especificas cumplen este
requisito, si acaso hay algunas. Yo afirmé que los estados cognitivos de una jetivas. El valor "esperado" de adoptar un PDD dado es una
persona -al menos muchos de estos estados- cumplen de manera convin- función de nuestra estimación de que ese PDD lleve a la verdad
cente este requisito. Pero la CR no se compromete per se sobre este punto. y aleje del error. Pero ya hemos visto que no se puede apelar
En todo caso, aunque sea verdadero que tal o cual estado mental cumple este a ninguna probabilidad subjetiva de este tipo frente a un tema
requisito, de ahí no se sigue que las creencias en proposiciones que describen
contingente -al menos una cuestión física- en la perspectiva
estos estados sean permitidas en el punto de vista interno. Estas proposiciones
podrían seguir siendo epistemológicamente problemáticas. interna. Por ende, el criterio de maxin1izar el valor esperado
356 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 357

no se puede usar en el punto de vista interno para seleccionar resultados. Por lo tanto, podría parecer que maximin generaría
un único PDD. la elección de un único PDD desde la perspectiva interna, esto
Un ejernplo concreto podría ayudar. Supongamos que estás es, el PDD del escéptico.
intentando decidir entre elegir un PDD que incorpora la regla: ¿pero por qué usar el criterio de maximin al elegir un PDD
"Cada vez que experimentes cierta secuencia de sensaciones, desde la perspectiva interna? ¿por qué no usar, por ejernplo,
cree en la proposición: 'Hay un picaporte enfrente de rní' ." el criterio de maxinmx? Máximax te dice que tienes que ele-
Para tomar esta decisión se necesita una evaluación de las con- gir la opción (aquí, el PDD) cuyo mejor resultado posible sea
secuencias de incluir esta regla. ¿La adopción de ésta tenderá a al menos tan bueno como el mejor resultado posible de cual-
producir creencias verdaderas o errores? ¿En qué proporción? quier otra opción (PDD). Obviamente, maximax generaría una
A no ser que se tenga una estimación (doxástica) de estos re- elección de PDD muy diferente que maximin, si es que llega
. sultados, no se puede evaluar el valor esperado de esta regla. a generar una elección única. 14 Maximax dictaría un PDD que
Pero toda estimación de este tipo es una actitud doxástica ha- prescribe creencias de la manera más liberal (de hecho, despil-
cia una proposición contingente y, por ende, está excluida de la farradora), ya que el mejor resultado posible de ese PDD -esto
perspectiva interna. Esto es así aunque el fenornenalismo ~ea es, que todas las creencias que recomienda sean verdaderas-
verdadero. Aunque el fenomenalismo sea verdadero, cualquier sería insuperable.
secuencia dada de sensaciones es compatible no sólo con que Quizá algunas situaciones podrían dictar una preferencia
haya un picaporte enfrente de ti, sino también con, por ejem- por maximin en vez de maximax, y otras situaciones, la pre-
plo, que estés alucinando la sensación de tocar un picaporte. ferencia inversa. Pero la perspectiva interna no permite ningu-
Como la secuencia de sensaciones es compatible con ambos na preferencia. Por hipótesis la perspectiva interna no contie-
estados de cosas, una estimación de las consecuencias veritis- ne ninguna actitud doxástica hacia proposiciones contingentes
tas de adoptar la regla en cuestión dependerá de una estima- (problemáticas), así que no hay bases ni para el optimismo ni
ción de la frecuencia con la cual encuentras realmente picapor- para el pesimismo en nuestras elecciones. Sin una base para
tes en lugar de sólo alucinar tales encuentros. Pero este tipo de seleccionar un único criterio de elección, no se puede generar
estimaciones no están permitidas en la perspectiva interna. un único PDD desde la perspectiva interna.
Mi argumento a favor de la irnposibilidad de elegir un PDD ¿He sido demasiado restrictivo al excluir actitudes doxásti-
desde la perspectiva interna se basaba hasta este momento en cas hacia prácticamente todas las proposiciones contingentes
un criterio de decisión particular: rnaxirnizar el valor esperado. desde la perspectiva interna? ¿Podríamos no especificar así la
Pero la teoría de las decisiones tiene un inventario n1ás amplio perspectiva interna para adrnitir n1ás actitudes doxásticas, has-
de reglas de decisión, y algunas de ellas pueden dictar una ta creencias? Bueno, desde luego podríamos, como han hecho
elección sin las actitudes doxásticas indicadas. Considérese el muchos epistemólogos al admitir "premisas" sobre la unifor-
criterio de maximin, por ejemplo. Este criterio le dice a quien rnidad de la naturaleza, o la credibilidad o fiabilidad inicial de
toma la decisión que tiene que elegir la opción (aquí, un PDD) la memoria. ¿pero sobre qué bases podemos imputar tales ac-
cuyo peor resultado posible sea al menos tan bueno como el titudes doxásticas a la perspectiva interna? ¿cómo podríamos
peor resultado posible de cualquier otra opción (PDD). D~ nla- elegir las actitudes doxásticas particulares? Supuestamente la
nera trivial, el peor resultado para un PD D que recomienda selección no se podría hacer al azar o de manera arbitraria.
cualesquier creencias es el resultado en el que todas las creen- 14 Es dudoso que maximax seleccione un único PDD. Hay un número infi-
cias recomendadas son falsas. Así que el peor resultado de un nito de PDD incompatibles que prescriben la formación de creencias igual-
PDD que nunca recomienda ninguna creencia -el PDD del es- mente abundantes. Los mejores resultados de cada uno de ellos serán buenos
céptico o del agnóstico- es a todas luces el mejor de los peores por igual.
LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 359
358 ALVIN GOLDMAN

no estaría dispuesto a defender ni (i) "Si tú crees que por te-


¿Deberíamos elegir creencias que están muy difundidas entre
lepatía has hecho que una persona piense el pensamiento T,
los sujetos cognoscentes humanos? Ésta sería una mala razón,
entonces debes creer la proposición de que alguien (1nás) está
ya que las creencias difundidas podrían no tener ningún dere-
pensando el pensan1iento T", ni (ii) "Si tú crees que por clari-
C~1o a la prioridad epistemológica. ¿Deberíamos imputar creen-
videncia adivinas que x va a pasar, entonces debes creer la pro-
Cias que nos parecen epistémicamente sólidas? Este tipo de es-
posición de que x va a pasar". ¿Por qué habría que defender el
trategia parece descansar en estándares epistémicos previos, al-
principio ostensible sobre la percepción, pero no los principios
~n compromiso previo con un PDD. Pero toda la razón para
ostensibles sobre la telepatía o la clarividencia? Chisholm pro-
Inventar la perspectiva interna es precisamente elegir un PDD
cede suponiendo que "tene1nos a nuestra disposición algunas
(ipor primera vez!). Basar esta elección en un PDD anterior es
~jemplificaciones que las reglas tendrían que aprobar o per-
de hecho una autoderrota y alienta la posibilidad del regreso
mitir y otras que las reglas tendrían que rechazar o prohibir"
al infinito.
(Chisholm 1977, p. 24). En otras palabras, confia1nos en nues-
Es posible que algunos lectores no estén totalmente conven-
tras intuiciones o juicios de sentido co1nún sobre lo que sabe-
cidos con mi ataque a la posibilidad de generar un único PDD
mos, o sobre cuáles son los estándares epistérnicos apropiados
desde la perspectiva interna. Podrían pensar que episteinólo-
(Chisholm 1977, p. 16). Esto sugiere que la elección de Chis-
gos recientes en la tradición fundacionista han logr;do produ-
holm de los principios epistémicos se basa en normas episté-
cir principios doxásticos co1no los que tengo en mente (si no es
micas anteriores, lo cual contradice la idea del internismo. Para
que un PDD con1pleto ), por ~jemplo, epistemólogos como Ro-
decir esto de manera un poco diferente, Chishohn parece dedi-
derick Chisholm o John Pollock. 15 ¿N o son estos epistemólogos
carse simplemente a codificar o sistematizar la práctica doxás-
buenos representantes del internismo y no logran acaso rnos-
tica antecedente, al menos la práctica doxástica reflexiva. Pero
trar las perspectivas favorables para el internismo?
no se puede asumir que esta práctica o las normas epistémicas
Aunque Chisholm y Pollock pueden ser, en efecto, fundacio-
que ésta expresa se derivan de una perspectiva interna. Sin em-
nistas, no creo que sean internistas a cabalidad en el sentido de
bargo, no hay garantía, ni por asorno, de que nuestros juicios
la noción que he especificado. Cualesquiera que sean los méritos
episté1nicos intuitivos pudieran haber sido elegidos correcta-
de su trabajo, no han logrado defender nuestra versión del in-
mente desde la perspectiva interna. Por lo tanto, nada en la
ternismo.
discusión de Chishohn resuelve las dificultades del internis1no.
Los principios epistérnicos de Chishohn se podrían conside-
Más o menos lo mismo vale para Pollock, quien dice que "la
rar PDD parciales. Estas reglas asignan estatus epistémico a las
tarea episten1ológica básica" es "explicar detalladamente" las con-
proposiciones, y esta asignación de estatus epistémico es más o
menos equivalente a prescribir, permitir o prohibir creencias. diciones de justificación de las afirmaciones en diferentes áreas
del conocimiento (1974, p. 21). Aparente1nente, esto significa
Decir, en la terminología de Chisholm, que una proposición es
"evidente" para una persona es decir, más o menos, que esa que la episte1nología tendría que aclarar el co1~junto de condi-
persona debe creerla. La pregunta crucial es cómo se supo- ciones de justificación (a grandes rasgos, el PDD) que acepta-
rnos de 1nanera antecedente o basados en el sentido con1ún.
ne que se derivarían los principios de Chisholm. Por ejemplo,
Chisholm defiende el principio "Si tú crees que percibes que Cierto, Pollock sostiene que los significados de nuestras afinna-
algo tiene la propiedad F, donde F es una característica sensi· ciones ordinarias sobre oqjetos físicos, afinnaciones sobre el
ble, entonces debes creer la proposición de que hay algo que pasado, etc., consisten en criterios de justificación. Pero aun-
tiene la propiedad F (frente a ti)." 16 Supuestamente Chishohn que esto sea correcto, sólo implica que hen1os elegido usar las
palabras de una 1nanera que nos compron1ete con ciertos prin-
15
Véase Chisholm 1977, y Pollock 1974. cipios de justificación (un PDD). No hay ninguna seguridad,
16
He reformulado un poco esta cita.
360 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 361

sin embargo, ni siquiera una insinuación, de que estos princi- también es problernático si tuvieras que conservar la creencia
pios se hayan elegido, o se hayan podido elegir, desde la pers- en la supuesta implicación lógica, quizá se debería abandonar
pectiva interna. Así que Pollock, como Chisholm, no le ofrece esa creencia.
ninguna ayuda al internismo tal corno yo lo he delineado. Una posible corrección ulterior es la siguiente: "Si tú crees
de manera justificada que Q lógicamente implica P, y tú crees de
VII manera justificada que Q, entonces cree que P." Esta corrección
Las dificultades epistemológicas de la posición cartesiana o podría dar cabida a la duda de Harman, pero el principio re-
egocéntrica son conocidas, y la sección anterior sólo reformula sultante puede servir sólo como un principio recursivo y hace
estas dificultades dentro de cierta estructura o marco de refe- que nuestra atención se centre en la necesidad de cláusulas de
rencia. (Creo, sin embargo, que este marco presenta los pro- base sobre las relaciones lógicas (por ejemplo, proposiciones
blemas de manera más clara que como se suele hacer.) En par- de la forrna "Q lógicamente implica P"). A la luz de nuestras
ticular, es un hecho conocido que para la perspectiva interna restricciones anteriores (véase la sección Il), estas cláusulas de
resulta difícil autorizar la creencia en proposiciones contingen- base deben especificar condiciones no epistémicas en las cuales
tes. De todas maneras, el dominio de la lógica podría parecer deberíamos creer las verdades lógicas.
un terreno totalmente distinto. Después de todo, es un domi- Los bayesianos y los teóricos de la confirmación de varias
nio (supuestamente) a priori. ¿N o debería la perspectiva inter- corrientes con frecuencia han dicho que a toda tautología o
na estar en condiciones de autorizar actitudes doxásticas hacia verdad lógica se le debería asignar una probabilidad subjetiva
proposiciones de la lógica? ¿No debería estar en .condiciones de 1.0. En nuestro marco, esto equivale al principio "Para cual-
de generar algunos principios doxásticos (PDD parciales), esto quier proposición p, si p es una verdad lógica, entonces cree
es, principios que derivan de la lógica? que p (o ten la certeza total de que p)". Pero esto no cumple
La posibilidad relativa de tratar estos temas es una ilusión. nuestro requisito "puede decir" sobre los insumos. Dejando
Primero consideremos cómo generar principios doxásticos de lado este requisito por el momento, debería quedar claro
desde la lógica. Un principio inicialmente atractivo es el si- que este principio está mal dirigido. En términos de nuestra
guiente: "Para cualesquiera proposiciones Q y P, si Q lógica- concepción regulativa, dice que una persona está automática-
mente implica P y tú crees que Q, entonces cree que P." Hay rnente justificada en creer (de hecho, en tener certeza de) cual-
dos objeciones a este principio. Primero, como Gilbert Bar- quier proposición que sea una verdad lógica. Tal principio no
man lo indica (1973, p. 157), puede ser mejor abandonar la es atractivo. Confunde el estatus modal o lógico de una pro-
creencia en Q en esas circunstancias que adoptar una creen- posición con su estatus epistémico. Téngase en mente que el
cia en P. Segundo, este principio incumple nuestro requisito estatus lógico de una proposición es un asunto, como cualquier
sobre la admisibilidad de los insumas (corno indicamos en la otro, en el que errores y confusiones son posibles. 17 Es todavía
sección II). La gente en general no puede decir de manera in- más probable que una persona que no está entrenada o con un
falible si una supuesta implicación lógica lo es en efecto o no; rnal entrenamiento en lógica cometa errores, o no "capte" o
por ende, esta condición no puede servir como antecedente de "intuya" una relación lógica cuando está presente. Por lo tanto
un principio doxástico. no es verosímil afirmar, de cualquier persona, que cuando con-
El principio se podría corregir para que dijera: "Si tú crees templa una proposición que es una verdad lógica, está justifica-
que Q lógicamente implica P, y crees que Q, entonces cree do en creerla (de hecho, en tener certeza total de ella).
que P." Esto cumple con el requisito de admisibilidad pero
no supera la objeción de Harman. En efecto, el argumento 17 Hume, entre otros, subraya esto. Véase Tratado sobre la naturaleza humana,
de Harman es doblemente problemático al respecto, ya que libro I, parte IV, sección I.
362 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 363

H~sta este punto las dificultades que hemos esbozado sobre probabilidades. Se ha señalado muchas veces, sin embargo, que
cuestiones de lógica son un problema tanto para el externismo la mera consistencia (en cualquiera de las dos formas) es un
como pa~a el internismo. Pero nuestra discusión pone énfasis fin increíblemente modesto. Es demasiado fácil (hablando de
en dos dificul~ades peculiares para el internismo. En primer manera relativa) obtener un conjunto de creencias meramente
luga~, ~emos VIsto que las, ~roposiciones de la lógica son episte- consistentes. Por otro lado, no queda claro en esta perspecti-
mologicamente. ~roblematicas. Por consiguiente, las creencias va por qué los científicos y los especialistas consideran que la
~n tales proposiCiones no se pueden permitir en la perspectiva acumulación de más evidencia y llevar a cabo nuevas pruebas
Inte:na; no se pueden usar para elegir un PDD. Esto exacerba y experimentos son empresas intelectuales valiosas. Si nuestro
la dificultad. ~e. elegir un PDD desde una perspectiva interna, fin es la mera consistencia, la nueva evidencia y los nuevos ex-
ya que es .dificil resolver qué estrategias doxásticas emplear si periinentos son irrelevantes. Podemos conservar creencias con-
no es posible usar (creencias en) verdades de la lógica para sistentes cuya base de evidencia sea tan escasa como se quiera.
ello. En segundo lugar, nuestra discusión nos recuerda el he- Es obvio que recogemos más evidencia porque (asumimos que)
cho de que una estrategia doxástica apropiada ante proposicio- más evidencia contribuirá a mayor adquisición de la verdad y/ o
nes de la. lógica ~ep?~~e en parte de nuestras capacidades de evasión de error.
razonam1~nto e In.tuiciOn. Instrucciones doxásticas bien elegi- Se han propuesto otras formas de coherencia, cuyo ejem-
das debenan refleJar la amplitud y la precisión de nuestras fa- plo más significativo es la coherencia explicativa. La noción de
cultades imaginativas y computacionales. La naturaleza exacta 18
coherencia explicativa no es, e1npero, de1nasiado clara. Ade-
de e~tas capacidades y facultades, sin embargo, es una cuestión más, es difícil entender por qué se debería considerar como
contingente, así que no puede haber actitudes doxásticas sobre el fin de la cognición, a menos que las mejores hipótesis ex-
ellas en la perspectiva interna. Esto agrega todavía otra razón plicativas tengan probabilidades de ser verdaderas. Así que la
p~r la cual de.s¿e la pe:sp:c.tiva interna no se puede generar verdad vuelve a surgir como el desiderátum cognitivo funda-
n1n?~na elecoon de pnnopws doxásticos para el dominio de
Inental.
la logica. Se pueden mencionar brevemente otros candidatos a oqje-
tivos. Peirce consideraba que el fin de la investigación era la
VIII
"fijación" de la creencia, con lo cual quería decir la formación
Los internistas pod~ían objetar que no he sido totalmente justo de creencia de tal manera que se evite un cambio subsiguiente.
con ellos. Reco~ooendo la fuerza de las dificultades que he ¿pero por qué se debería buscar la mera fuación de la opinión?
planteado, podnan apresurarse a decir que estas dificultades Además, es un fin detnasiado fácil de alcanzar, al menos si el
surgen en ?~~n parte del supuesto de que el objetivo indicado voluntarismo doxástico es verdadero. Un tipo de PDD que al~
d: la cogniCIOn es la creencia verdadera con evasión de error. canza este fin es un PDD que les indica a los s~jetos cognos-
SI se planteara un objetivo distinto, podría ser más fácil elegir centes que retengan las creencias que han tenido en el pasado.
un PDD desde la perspectiva interna. Desgraciadamente, hay muchos PDD totales diferentes quepo-
,¿~ay algún objetivo alternativo convincente? Un candidato drían contener esta indicación. No hay ninguna manera de ele-
clasiCo es la coherencia entre las actitudes doxásticas. Sin embar- gir entre estos PDD, ya que todos alcanzan el fin especificado.
go,~~ coh~rencia es un concepto notoriamente ambiguo. Una Esto muestra que el fin es de1nasiado laxo.
V~fSIOn la Interpreta COmO consistencia: un coruunto de creen- Otro desiderátum posible, derivado de la tradición pragma-
CiaS ~s .coherente si y sólo si las proposiciones que se creen tista, es el oqjetivo de "mitigar el agnosticismo". El tratamiento
son. lo.gicamente consistentes. Un cm~junto de probabilidades
suq]etiVas es coherente si y sólo si se conforman al cálculo de 18 Véase Lehrer 197 4, capítulo 7.
LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 365
364 ALVIN GOLDMAN

la justificación. Pero pretendo argumentar que estaríamos to-


de Isaac Levi hace que esto sea equivalente al fin de maximi-
talmente satisfechos con el externismo, ya que nos ofrece todo
zar el "contenido" de la creencia (Levi 1967). Pero Levi une
lo que razonablerr1ente podemos esperar (si no es que todo lo
esto con el objetivo de evitar el error, y esto otra vez introdu-
que siempre hemos querido) en una teoría de la justificación.
ce un elemento que el internismo no puede rnanejar muy bien.
Una objeción al externismo es que no garantiza el acceso
Queda claro, además, que la rrmximización del contenido por sí
epistémico al PDD óptimo, el PDD que el externismo dice que
misrno es un desideráturr1 exclusivo inverosímil. Un PDD podría
es correcto. Pero no se debería confundir este hecho con la te-
promover este objetivo prescribiendo la creencia en toda pro-
sis de que el PDD óptimo es necesariamente inaccesible. Nada
posición, incluyendo las proposiciones contradictorias, lo cual
en la concepción de un PDD óptimo impide la posibilidad de
es radicalrnente contraintuitivo. Tampoco es verosímil unir la
maximización del contenido con la rnera evasión de la incon- que se logre identificar el PDD óptimo. Además, como dos
sistencia. Hay un número indefinido de conjuntos consistentes PDD totales distintos pueden compartir una gran cantidad
pero detallados de creencias posibles. ¿cuál de ellos se debería de instrucciones, en mayor o menor rr1edida numerosos PDD
subóptimos pueden aproximarse al PDD que es únicamente
elegir? Sobre la base de este objetivo doble no habría ningún
óptimo. Podemos "acercarnos" al PDD óptimo, aunque no ten-
criterio de selección entre estos conjuntos.
Concluyo que adquisición de verdad y evasión de error es el gamos exactarnente correctos todos los detalles. Y si regulamos
mejor candidato para el objetivo de la cognición (o la forma- nuestras actitudes doxásticas de acuerdo con algún PDD ligera-
ción de actitudes doxásticas ). Por supuesto, postular este ob- mente subóptimo, todavía podemos "hacer" casi todo de mane-
jetivo plantea problemas para el internismo, pero esto es un ra correcta, esto es, de manera justificada, porque la gran ma-
19 yoría de nuestras actitudes doxásticas pueden conformarse con
daño para el internismo, no para el objetivo.
el PDD correcto ( = óptirno ), así como con nuestra aproxima-
IX ción a él.
Ahora bien, en cualquier momento dado, podemos no con-
Hernos revisado varios intentos de articular la idea vaga sobre tar con el PDD correcto. ¿ruede esto conciliarse con la práctica
la que reposa el internismo. La mayoría de estos intentos re- común de la gente de hacer evaluaciones epistémicas? Claro
sultaron insatisfactorios. Cuando finalmente formulamos una que se puede. Las evaluaciones de la gente sobre las actitu-
condición que no parecía a todas luces inadecuada, esto es, (6), des doxásticas, como justificadas o injustificadas, reflejan sólo
encontramos buenas razones para creer que no podría gene- sus creencias sobre la justificación, no los hechos de la justifica-
rarse un único PDD 20 a partir de esta condición. Parece, enton- ción. Cuando Susana juzga que la creencia de Juan está jus-
ces, que no hay manera de cumplir con la concepción internis- tificada (en el sentido regulativo), esto indica que Susana cree
ta del PDD correcto. ¿Deberíamos concluir que el internismo que la creencia de Juan concuerda con el PDD correcto. Esto
es un espejismo, una concepción que nos seduce sin ningu- no significa que la creencia de Juan concuerde de hecho con el
na posibilidad real de satisfacción? Muchos epistemólogos se PDD correcto, ni siquiera que Susana esté justificada en creer
estremecerían con esta conclusión, ya que sólo nos dejaría el que concuerda (aunque sin duda alguna Susana piensa que está
externismo para satisfacer nuestra necesidad de una teoría de justificada).
19 Otro posible objetivo es la satisfacción de necesidades o deseos. Pero para No obstante, mucha gente tiene una gran confianza en sus
el internismo no es más fácil generar un PDD con este objetivo que con el de evaluaciones epistémicas, ¿ruede esto conciliarse con la con-
creencia verdadera con evasión de error. En efecto, la satisfacción de una cepción externista, que hace que el PDD correcto sea difícil
necesidad o un deseo dependerá en buena medida de la adquisición de la de identificar? Parte de la respuesta es que la gente común
verdad y la evasión de error. y corriente no tiene idea de los problemas y las dificultades
2° Ni siquiera un pequeño conjunto de los mejores PDD.
366 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 367

teóricos, y como consecuencia tal vez tenga una confianza in- tras tanto? y ¿cuál PDD deberíamos usar para buscar el PDD co-
fundada en sus evaluaciones. Con mayor sofisticación, parte de rrecto según el internismo? Estas preocupaciones no generan
esta confianza podría desaparecer; lo mismo es cierto de los una presunción especial contra el externismo, ya que tienen el
juicios morales. El mero hecho de que la gente común y co- mismo peso para el internismo.
rriente suela tener gran confianza en sus juicios morales no Además, hay una razón importante por la que estas inte-
muestra que la norma moral correcta (suponiendo que ésta rrogantes y preocupaciones probablemente no tengan ninguna
exista) sea de fácil acceso. La confianza de la persona común aplicación, ni para el externismo ni para el internismo. La cues-
en sus evaluaciones morales podría estar mal ubicada. tión descansa en la probable falsedad del voluntarismo doxásti-
¿pero los filósofos, los lógicos y los estadísticos no suelen co, al menos de la versión radical de esta doctrina que dice que
tener también gran confianza en sus evaluaciones epistémicas, las actitudes doxásticas sólo se pueden elegir, que no se pueden
que son tan difíciles de desechar como infundadas? Sí, pero formar por medio de procesos no deliberativos. Por el contra-
muchas de estas evaluaciones son negativas, y es mucho más fá- rio, hay procesos doxásticos innatos, o constitutivos, que ge-
cil encontrarle un defecto a un razonamiento, o a una conclusión, neran creencias independientemente de nuestra voluntad e in-
que defenderlos. Si logras darte cuenta de que cierto patrón de dependientelnente de la selección deliberada de un PDD. Los
razonamiento sistemáticamente lleva a error, puedes concluir procesos perceptuales automáticamente producen representa-
de manera convincente que algún otro patrón de pensamiento ciones que, si no son inhibidas por otras cogniciones, sirven de
es mejor, y por lo tanto que la conclusión en cuestión no ha creencias. De manera parecida, todos somos inductivistas de
sido autorizada por el PDD óptimo. Puedes hacer todo esto sin nivel básico. La expectativa basada en la experiencia pasada
pretender saber exactamente cuál es el PDD óptimo. forma parte de nuestra herencia animal. De modo que sí te-
Finalmente, ni siquiera las evaluaciones epistémicas positivas nemos medios de formar actitudes doxásticas antes de elegir
implican un supuesto conocimiento del PDD óptimo total. De- principios doxásticos. Los hábitos doxásticos innatos hacen que
cir que cierta actitud doxástica concuerda con el PDD óptimo la selección de principios doxásticos no sea estrictamente nece-
no indica que se puede especificar ese PDD, como tampoco saria. Cuando finalmente elegimos principios doxásticos, esta
decir que cierto acto se conforma a (es decir, no viola) un códi- elección puede estar basada en creencias formadas por hábitos
go penal implica que se pueden especificar los detalles de ese doxásticos antecedentes. No se necesita un metaPDD.
código en su totalidad. De hecho, se puede presentar un argumento todavía más
Tal vez lo más perturbador en el externismo sea, sin embar- contundente. No sólo es posible basar la elección de un prin-
go, algo totalmente diferente. Supóngase que el PDD realmen- cipio doxástico en hábitos doxásticos, es necesario hacerlo. Si
te óptimo se pueda encontrar sólo con dificultad y esfuerzo. toda elección de PDD se apoya en actitudes doxásticas que son
¿Qué se supone que tendríamos que hacer mientras tanto? ¿cómo resultado de una elección previa de PDD, habría un regreso al
deberíamos formar nuestras actitudes doxásticas? ¿cómo de- infinito de elecciones de PDD. Tal regreso al infinito es imposi-
beríamos buscar el PDD óptimo? ¿cuál (meta)PDD deberíamos ble (al menos físicamente imposible). Así que si hay elecciones
usar en el procedimiento de búsqueda? de PDD, éstas tienen que descansar, en última instancia, en
Lo primero que hay que notar es que el internismo se en·· hábitos doxásticos.
frenta a los mismos problemas. Cualquiera que se suponga que Esta conclusión cuadra con la reconstrucción más convin-
sea el PDD correcto según el internis1no, no pode1nos espe- cente de cómo se llegan a elegir los principios doxásticos. Al
rar que nos caiga del cielo. Probablemente tendríamos que tra- inicio, una criatura forma creencias a partir de procesos doxás-
b;:~.jar para alcanzarlo. Surgen entonces las mismas preguntas: ticos automáticos, preprogramados; estas creencias son en su
¿cómo deberíamos fonnar nuestras actitudes doxásticas 1nien- mayoría sobre su ambiente inmediato. En una etapa más tardía
368 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 369

de su desarrollo, al menos en una criatura compleja, se forman ta, este orden se invertiría. Las creencias vienen antes que la
creencias sobre sus propios procesos de formación de creen- selección de un PDD. Al reflexionar sobre ello, es difícil ver
cias. La criatura llega a creer que algunos de sus procesos de cómo podrían las cosas ser diferentes, dado el tipo de criatura
formación de creencias suelen llevar a error y que otros son que somos.
más fiables. Este tipo de creencias surge de la siguiente manera. Si la discusión anterior es correcta, las respuestas a las pre-
La criatura predice cierto suceso, esto es, cree que ocurrirá. La guntas que planteamos páginas atrás son claras. De hecho te-
criatura observa luego que no ha sucedido, esto es, cree que no nemos una rnanera de formar actitudes doxásticas antes de
ha ocurrido. Si la criatura recuerda su creencia anterior, pue- nuestra elección (inicial) de un PDD: tenemos nuestros pro-
de llegar a la conclusión de que su creencia anterior era falsa, cesos doxásticos innatos, preprogramados. También hay una
por lo tanto que el proceso que la generó es (en cierta medi- respuesta clara a qué deberíamos hacer al intentar identificar
da) no fiable. Estas creencias presuponen, desde luego, que la el PDD óptimo. En primer lugar deberíamos (y tenemos que)
criatura tiene una concepción de la verdad y de la falsedad. usar nuestros hábitos doxásticos constitutivos. Una vez que es-
No tiene que ser una teoría filosófica de la verdad, sino simple- tos hábitos generan la elección de un PDD, ese PDD se debería
mente una concepción rudimentaria de ella. (Tal concepción usar (junto con los hábitos a los que no desplaza del todo) para
parecería ir de la mano con una concepción de la creencia, formar nuevas ideas sobre el PDD óptimo.
ya que creer una proposición es creer que es verdadera.) Una Realmente es una pregunta abierta si se puede influir delibe-
vez que la criatura distingue entre procesos de formación de radamente en cualquier proceso doxástico. Si todos los proce-
creencias más o menos fiables, ha dado el prin1er paso hacia sos doxásticos son, en la terrninología de Hume, "permanen-
la evaluación doxástica. Puede entonces introducir una noción tes e irresistibles", entonces toda la concepción de un PDD
(no regulativa) de lo justificado; las creencias están justificadas carece de aplicación. Sin embargo, es posible encontrar una
si y sólo si son producto de procesos de formación de creen- posición intermedia. Algunos procesos doxásticos pueden ope-
cias (relativamente) fiables. La criatura puede también empe- rar con independencia de la voluntad y no se pueden rnodificar
zar una autocrítica doxástica, en la que se proponga a sí mis- por medio de la voluntad; otros procesos doxásticos pueden es-
ma principios regulativos. 21 En el supuesto de que los estados tar sujetos a una dirección reflexiva y voluntaria. En este caso
doxásticos estén al menos parcialmente sujetos a una decisión -que es el más conveniente para nuestros propósitos actuales-,
deliberada, la criatura puede formular y defender los PDD que habría puntos de aplicación para los PDD, pero también habría
puedan evitar errores o sesgos en sus procesos innatos. procesos automáticos que operan antes de la aparición de una
Lo que vale la pena destacar de esta reconstrucción es que elección reflexiva en el dorninio doxástico.
la noción de lo justificado, especialmente la noción regulati- Nótese que incluso si el dominio doxástico no admite una
va, llega bastante tarde. No aparece hasta que la criatura tie- intervención voluntaria, sigue habiendo margen para una au-
ne ya creencias y una concepción de la verdad. Esto invierte toguía deliberada en la esfera intelectual. Indudablemente hay
el escenario que el internismo suele defender. El internismo otros sucesos o estados -distintos de los estados doxásticos
promueve la idea de que la elección de un PDD debería ser mismos- que se pueden controlar voluntariamente y tener in-
anterior a toda creencia, que primero tenemos que elegir un fluencia indirecta en las actitudes doxásticas. La búsqueda de
criterio de verdad -un principio para decidir qué proposicio- evidencia (por ejemplo, el despliegue del aparato sensorial en
nes son verdaderas- antes de formar cualquier creencia. Pero direcciones elegidas con determinación) y la búsqueda de hipó-
si mi descripción de cómo pasan reahnente las cosas es correc- tesis sobre temas deliberadamente elegidos, o la atención que
21 No quiero que se entienda aquí que una concepción no regulativa de la
se presta a ellas, son ejemplos de procesos voluntarios con un
justificación debe preceder temporalmente a la concepción regulativa. gran impacto en nuestras creencias. Así que ni siquiera la false-
370 ALVIN GOLDMAN LA CONCEPCIÓN INTERNISTA DE LA JUSTIFICACIÓN 371

dad del voluntarismo doxástico minaría la orientación regulativa En el metanivel, "¿Cómo podemos tratar de identificar el PDD
de la episten1ología. 22 Sin embargo, quizá tendríamos que sus- correcto?", adopto una posición contextualista. Pero en el nivel
tituir la idea de un PDD --un principio doxástico de decisión- básico, "¿Cuál PDD es el PDD correcto?", cualquier respuesta
con la idea de un PCD -un principio cognitivo de decisión--. es viable (en principio). 23
La perspectiva presentada en nuestra discusión reciente tie- El lector podría sentir que justamente esta flexibilidad es
ne destacados puntos de contacto con el "contextualismo" epis- una debilidad de mi discusión. Si no he especificado el PDD
ternológico, por ejemplo, la versión de este enfoque adoptada correcto, ni siquiera la forma general del PDD correcto (fun-
por W.V.O. Quine. Quine subraya que no hay un punto de exi- dacionista, coherentista, etc.), ¿qué hemos conseguido? Creo
lio cósmico (1960, p. 275). Hablando epistemológicamente, te- que se han conseguido dos cosas importantes. Primero, he1nos
nemos que partir de las creencias que tenemos en un momento dilucidado la idea general de una concepción regulativa de la
dado. Del mismo modo, Karl Popper enfatiza que la investiga-· condición de justificado, y hemos mostrado có1no el estatus de
ción racional solamente puede consistir en la crítica de una justificación, así concebido, depende de (a) los estados actuales
creencia que ya se tiene. Empezamos y de hecho tenemos que del sujeto de conocimiento y (b) el PDD correcto. Segundo, he-
empezar partiendo de un co~junto de opiniones o estructura mos articulado la única concepción defendible sobre qué signi-
mental que ya poseemos de manera no crítica (Popper 1972, fica que un PDD sea correcto (externismo) y hemos rechazado
pp. 71-72). C.S. Peirce defiende la misma opinión: una ilusoria concepción rival (internismo) que la episteinolo-
gía tradicional propone. Por lo tanto, hemos ofrecido dos ele-
sólo hay un estado mental del que se puede "partir", y es exac- mentos fundamentales para cualquier epistemología regulativa
tamente el estado mental en el que de hecho te encuentras en
totalmente detallada, al menos cualquier epistemología regula-
el momento en que efectivamente "partes": un estado en el que
tiva que intenta guiar las elecciones doxásticas. 24
estás cargado de una inmensa masa de cognición ya formada, de
la que no podrías liberarte aunque quisieras[ ... ]. (1955, p. 256)
[Traducción de Laura Maure]
Mi contextualismo, sin embargo, es sólo una posición desde 23
Podríamos pensar que la concepción regulativa (CR) está sesgada a favor
un nivel metateórico. Sólo responde a la pregunta: ¿córno debe- del fundacionismo. ¿No está comprometida con la idea de que tenemos ac-
ríamos proceder para elegir un criterio de lo justificado, esto ceso infalible a nuestros propios estados cognitivos? ¿y no es ésta una idea
es, un PDD? Mi respuesta a esta pregunta es totalmente neutral característica del fundacionismo? Es necesario hacer dos comentarios. Prime-
respecto del criterio específico de la condición de justificado ro, como se indicó en las notas 4 y 13, la CR no dice cuáles estados de una
persona, si es que hay algunos, tienen este estatus especial. Sólo indica un
que en última instancia habría que elegir, esto es, el PDD óp-
requisito que tienen que cumplir los insumos. Segundo, no es cierto que el ac-
timo. Este PDD podría resultar ser un tipo de PDD 'Jundacio- ceso infalible a los estados cognitivos sea una tesis peculiar del fundacionismo.
nista ". Sus prescripciones de creencias podrían refl~jar la idea El coherentismo está comprometido con el mismo tipo de tesis. En particular,
de que hay una clase especial de proposiciones que deberían está comprometido con la suposición de que podemos decir cuáles son nues-
creerse de manera bastante independiente de otras creencias tras creencias actuales. A no ser que podamos decir cuáles son (todas) nuestras
y a partir de las cuales todas las otras creencias deberían infe- creencias actuales, no podemos decir si satisfacen el requisito de coherencia
(sea cual sea exactamente este requisito), ni podemos ajustarlas para cumplir
rirse. No pretendo defender este tipo de fundacionismo. Lo cito con él.
sólo para ilustrar la cuestión de que Quine, por ejemplo, es un 24
Algunas de las ideas de este artículo surgieron durante la investigación
completo opositor del fundacionismo, mientras que mi teoría auspiciada por la Fundación John Simon Guggenheim y el Centro de Estu-
de dos niveles me da más margen de flexibilidad epistemológica. dios Avanzados en Ciencias del Comportamiento. Estoy en deuda con Holly
Goldman, Louis Loeb y Terence Horgan, por sus muchas y útiles sugerencias
22
Este argumento también se plantea en Goldman 1978. y críticas.
372 ALVIN GOLDMAN

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INTRODUCCIÓN

CLAUDIA LORENA GARCÍA

Una epistemología de las virtudes es una teoría filosófica que


defiende la idea de que las nociones de justificación y/ o co-
nocimiento han de explicarse usando alguna noción de vir-
tud episté1nica, la cual debe ser central en la epistemología.
En general, cualquier epistemología de la virtud entiende las
virtudes intelectuales como características que promueven el
desarrollo intelectual de un sujeto, o como constitutivas de un
sujeto epistémico excelente.
Las teorías epistemológicas de la virtud usualmente se cla-
sifican bajo dos grandes rubros: teorías fiabilistas y teorías
responsabilistas de la virtud. Por ejemplo, Ernesto Sosa llama
"epistémicamente virtuosas" a las facultades o capacidades cog-
nitivas fiables de un sujeto (facultades como la percepción sen-
sorial, la intuición o la memoria, que tienden a producir una
proporción alta de creencias verdaderas); mientras que para
Lorraine Code, quien defiende una teoría responsabilista, las
virtudes intelectuales son ciertos rasgos del carácter de una perso-
na, tales como la prudencia intelectual, la inteligencia y la res-
ponsabilidad episté1nica. Así, para Code, la virtud epistémica
se predica principalmente del sujeto mismo. 1 Examinen1os con
más detalle las posiciones de cada uno de estos autores.
Ernesto Sosa -en "Una epistemología de las virtudes" inclui-
do en esta sección de la antología- defiende la idea de que la
creencia de un Sl~jeto está epistémican1ente justificada cuando
es resultado de] t::jercicio de una o rnás capacidades cognitivas
del sujeto que son epistérrlicatnente virtuosas -y una capacidad
1
Puede haber teorías híbridas para las cuales tanto las facultades cogniti-
vas como ciertos Dsgos estables del carácter de una persona son epistémica-
mente virtuosos.
376 CLAUDIA LORENA GARCL~ INTRODUCCIÓN 377

cognitiva es virtuosa cuando tiende a producir una proporción ejercicio de una o rnás virtudes intelectuales que
alta de creencias verdaderas-. son virtuosas en M).
Uno de los problernas que afectan cualquier fiabilismo -in-
cluyendo el de Sosa- es el que surge del llamado "argtnnento }DIESTRA (Para todo [mundo posible} M) (e está justificada-
del nuevo genio maligno", una variante del argumento escép- diestra en M sólo si e se ha adquirido en M a tra-
tico del genio maligno que Descartes formuló en la primera vés del ejercicio de una o más virtudes intelectuales
de sus Meditaciones metajisicas. Este argumento considera ca- que son virtuosas en nuestro mundo real). 2
sos de engaño sisternático, casos en los cuales las creencias de
un sujeto son el resultado de ejercer ciertas capacidades que De acuerdo con la primera noción de justificación, las creen-
a nosotros nos parecerían fiables -cmno la percepción visual cias empíricas del sujeto que está siendo sistemáticamente en-
normal, la memoria, etc.-; sin embargo, la gran mayoría de gaüado por el genio rnaligno son el resultado de usar una o
sus creencias son falsas ya que, por ejernplo, en un momento rnás facultades que, en el mundo del sujeto en cuestión, no son
dado un genio maligno lo ha transportado a un ambiente ra- fiables (y, en consecuencia, tampoco virtuosas), por lo que
dicalmente diferente y al rnismo tie1npo ha inducido en él el las creencias del sujeto no están justificadas. }APTA responde a
mismo tipo de experiencias sensoriales que siernpre ha tenido una de las intuiciones preteóricas antes mencionadas. Por otra
pero que ahora son engañosas. Otro ejemplo de este tipo de parte, la segunda noción de justificación que propone Sosa,
engaño sistemático es el representado en la farnosa película The }DIESTRA, tiene como consecuencia que las creencias empíri-
Matrix. cas del sujeto del engaüo sistemático están justificadas, ya que
La intuición preteórica en este tipo de casos es la que nos son el resultado de ejercer ciertas facultades (peceptuales, etc.)
lleva a decir que, puesto que el sujeto sigue usando las 1nismas que son fiables (ergo, virtuosas) en nuestro mundo real. Así, esta
capacidades o facultades que nosotros considerarnos virtuosas, segunda noción se ajusta a otra de nuestras intuiciones.
sus creencias estarán justificadas. Ahora bien, la teoría de Sosa Sosa considera entonces algunas objeciones que se podrían
parecería afirmar que las creencias del sujeto en cuestión no hacer a su propuesta de que el contexto del evaluador deter-
están justificadas pues sus facultades perceptuales, en su nuevo mina, en cada caso, cuál de las dos nociones de justificación
entorno, tienden a producir una proporción alta de creencias se está usando. También responde a la objeción que dice que
falsas. Hay pues un desfasamiento entre lo que la intuición pre- su noción de }DIESTRA no capta la intuición internista que de-
teórica nos dicta en estos casos y lo que la teoría de Sosa diría. bería captar, es decir, la intuición de que el sujeto del engaño
Al rnismo tiempo, Sosa sostiene -y con razón- que existe otra sistemático está justificado en sus creencias puesto que ha se-
intuición en nosotros que nos indica que el sujeto del engaño guido siendo igualrnente responsable desde un punto de vista
sistemático no está justificado pues sus facultades perceptuales epistémico -aun cuando, sin saberlo, el rnundo a su alrededor
ya no son fiables. haya cambiado radicalmente-.
Para captar estas dos intuiciones incompatibles, en el artícu- Por otra parte, y en contraste con la teoría de Sosa, Lorraine
lo mencionado Sosa distingue dos nociones de justificación, y Code propone una epistemología de las virtudes que se inspi-
argumenta que el contexto del que evalúa la creencia de un su- ra marcadarnente en la ética y la epistemología de Aristóteles.
jeto determina cuál de las dos nociones se está usando en un Para Code, "la responsabilidad epistémica es la virtud central
momento dado: a partir de la cual las virtudes irradian otras virtudes [intelec-

}APTA (Para todo [mundo posible} M) (e está justificada- 2Ernesto Sosa, "Una epistemología de las virtudes", pp. 383 y 384 de esta
apta en M sólo si e se ha adquirido en M a través del antología.
378 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 379

3
tuales ]" -y uno puede determinar si un sujeto posee o no esta Code-. En el ensayo incluido en la presente sección, titulado
virtud intelectual únicamente a partir de la observación de su "La virtud, la suerte y el problema pirrónico", Greco argumen-
conducta cognitiva general-. Para Code, el entorno social de un ta que el problema del escéptico del conocimiento empíric~ y
sujeto (el cual incluye su educación y sus influencias intelectua- el problema de la suerte moral tienen una estructura comun,
les) nos da claves para entender por qué y cómo el sujeto es por lo que ambos pueden solucionarse de una maner~/ muy
intelectualmente virtuoso, y las responsabilidades intelectuales parecida. En particular, él muestra que apela~ ,a la noc1on de
que su pertenencia a una comunidad epistémica específica im- virtud intelectual permite forrnular una solue1on al problema
plica. Además, al destacar la responsabilidad epistémica como del escepticismo al entender las relaciones que existen entre
la virtud intelectual central, Code subraya la naturaleza activa los conceptos de suerte, éxito y reconocimiento de éxito. Para
del sujeto y el elemento de elección en su actividad cognitiva. Greco, el conocimiento es un tipo de logro que se alcanza a tra-
Otras de las virtudes intelectuales que Code menciona y vés de la virtud epistémica; y el agente se hace digno de mérito
que, según ella, se entienden en su relación con la virtud de por tener ese conocimiento al ser epistémicamente virtuoso.
la responsabilidad epistémica son: la inteligencia (entendida
como la habilidad de observar de manera cuidadosa y clara una
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
determinada situación y de evitar influencias indebidas de las
SOBRE LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES
emociones al razonar), la prudencia (en ciertas condiciones),
y la capacidad de autoconocimiento. Sin embargo, Code aclara
Axtell, G., 1997, "Recent Work on Virtue Epistemology", American
que ésta no es una lista exhaustiva de las virtudes intelectuales.
Philosophical Quarterly, vol. 34, no. 1, pp. 1-26.
Debe notarse que, a diferencia de Sosa y de la mayoría de Axtell, G. y A. Carter, 2008, 'just the Right Thickness: A Defense
los filósofos aquí considerados, Code no parece estar buscan- of Second-Wave Virtue Epistemology", Philosophical Papers, vol. 37,
do llegar a una teoría que formule condiciones necesarias y¡ o no. 3, pp. 413-434.
suficientes de "S está justificado en creer que p" o de "S sabe Baehr, J., 2010, "Epistemic Malevolence", Metaphilosophy, vol. 41,
que p" -ni tampoco parece estar interesada (como Goldman y nos. l-2,pp. 189-213.
Sosa lo están) en una explicación exhaustiva, en términos no epis- - - 2008 "Four Varieties of Character-Based Virtue Epistemol-
témicos, de la responsabilidad epistémica-. Según Code, esta o~", The,Southern]ournal of Philosophy, vol. 46, no. 4, pp. 469-5~2.
virtud puede muy bien caracterizarse de manera diferente en - - , 2006a, "Character in Epistemology", Philosophical Studzes,
diferentes culturas o comunidades -por lo que la explicación vol. 128, no. 3, pp. 479-514.
cmnpleta de lo que es la responsabilidad epistémica (y de las - - , 2006b, "Character, Reliability, and Virtue Epistemology", The
virtudes intelectuales que involucra) en una cultura detennina- Philosophical Quarterly, vol. 56, no. 223, pp. 193-212.
da hará referencia a factores sociales, políticos y económicos Battaly, H., 2010, "Epistemic Self-Indulgence", Metaphilosophy, vol. 41,
complejos que bien pueden variar o ir cambiando con el paso nos. 1-2,pp.214-234.
del tiempo-. - - , 2008, "Virtue Epistemology", Philosophy Compass, vol. 3, no. 4,
El úliimo de los autores incluidos en esta sección, John Gre- pp. 639-663.
Brogaard, B., 2006, "Can Virtue Reliabilism Explain the Value of
co, defiende la idea de que las virtudes intelectuales están ín-
Knowledge?", Canadian Journal of Philosophy, vol. 36, no. 3,
timamente ligadas a la responsabilidad epistémica, y también
pp. 335-354. .
son fiables, en el sentido de Sosa -por lo que la posición
DePaul, M. y L. Zagzebski (comps.), 2003, lntellectual Vzrtue: Perspec-
de Greco es una posición intermedia entre la de Sosa y la de tivesfrom Ethics and Epistemology, Oxford University Press, Oxford.
3
Lorraine Code, "Hacia una epistemología de la responsabilidad", Descartes, R., 1987, Meditaciones metafísicas y otros textos, trad. Y notas
pp. 410-411 de esta antología. E. López y M. Grana, Gredos, Madrid.
380 CLAUDIA LORENA GARCÍA INTRODUCCIÓN 381

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componentes:
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- - , 2003, "The Place of Truth in Epistemology", en DePaul y Zag- Va X es una virtud intelectual sólo si X produce una
zebski 2003, pp. 155-179. alta proporción de creencias verdaderas.
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Known?", Philosophical Tapies, vol. 26, nos. 1-2, pp. 373-384. virtudes intelectuales.
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Cambridge University Press, Cambridge. He aquí una manera de interpretar Vb (en la que "M' abarca
Zagzebski, L., 2009, On Epistemology, Wadsworth, Belmont. el dominio de los mundos posibles):
- - , 2003, "The Search for the Source of Epistemic Good", Metaphi-
losophy, vol. 34, nos. 1-2, pp. 12-28. ]-APTA (Para todo M) (e está justificada-apta en M sólo si e
- - , 2001, "Recovering Understanding", en M. Steup (comp.), se ha adquirido en M a través del t:jercicio de una o
Knowledge, Truth, and Duty: Essays on Epistemic Justification, Respon- más virtudes intelectuales que son virtuosas en M).
sibility, and Virtue, Oxford University Press, Oxford, pp. 235-251.
- - , 1999, "What Is Knowledge?", en]. Greco y E. Sosa (comps.), Las propuestas como }APTA son contrarias al problema del
The Blackwell Cuide to Epistemology, Blackwell, Malden, pp. 92-116. nuevo genio maligno 1 de la siguiente manera: la víctima del ge-
- - , 1996, Virtues ofthe Mind: An Inquiry into the Nature ofVirtue and nio maligno cartesiano parece no estar desprovista de una jus-
the Ethical Foundations of Knowledge, Cambridge University Press, tificación ordinaria dado que sus creencias aún provienen de
Cambridge. fuentes que reconocemos que confieren justificación: experien-·
cia sensorial, memoria, etc. El ambiente cambia radicalmente,
pero la víctima conserva y usa un repertorio de virtudes intelec-
tuales. Es cierto que, ya que el ambiente es radicalmente anor-
mal e inadecuado para sus virtudes normales, dichas virtudes
pueden no calificar como virtuosas en relación con ese ambien-
te. Pero, a pesar de lo que ]-APTA establece, las creencias de la
1Una objeción en contra del externismo se debe a Stewart Cohen y Keith
Lehrer (1983).
384 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 385

víctima aún están justificadas en algún sentido pertinente. Así, cen virtuosamente un alto porcentaje de creencias
}APTA no es una explicación lo suficienternente cornpleta e ilu- verdaderas).
minadora de todo lo que puede entrañar el hecho de que una
creencia esté ')ustificada". He aquí un componente adicional: En contra de V-APTA y V-DIESTRA (de aquí en adelante "las
explicaciones V") se ha objetado que las personas no tienen
}DIESTRA (Para todo M) (e está justificada-diestra en M sólo verdaderamente la inclinación a relativizar de la rnanera en que
si e se ha adquirido en M a través del ejercicio de estas explicaciones V lo requieren. 4 ¿Hasta qué punto es dañi-
una o más virtudes intelectuales que son virtuosas na esta objeción?
en nuestro rnundo real). 2 Las explicaciones V surgen de un "análisis conceptual" de la
Esto no queda expuesto a las objeciones en contra de }APTA justificación epistémica; se originan en una reflexión a priori.
antes señaladas. En particular, las creencias de la víctima pue- Dicho análisis conceptual aparece en dos variedades que vale la
den ser diestras incluso si no son aptas. 3 pena distinguir. En primer lugar tenemos un análisis del signi-
Digamos ahora que V-APTA y V-DIESTRA son principios que ficado, el cual conduce a conclusiones que posiblemente nadie
combinan Va conJ-APTA y Vb conj-DIESTRA respectivarnente, podría rechazar a menos que malentendiera uno u otro de los
dando lugar a lo siguiente: conceptos constitutivos y, por lo tanto, a conclusiones que na-
die podría rechazar y punto. 5 En segundo lugar hay un análisis
V-APTA (Para todo M) (e está justificada-apta en M sólo si sustantivo, el cual conduce a conclusiones que son a priori y
e se deriva en M del ejercicio de una o más vir- necesarias, pero tan difíciles que Ul). error no necesariamente
tudes intelectuales que en ese mundo M producen pondrá de manifiesto un fracaso en la comprensión.
virtuosamente un alto porcentaje de creencias ver- Supuestamente las explicaciones V se presentan como re-
daderas). sultados de un análisis sustantivo. Necesitamos recordar esto
cuando consideramos la afirmación de que la gente no se incli-
V-DIESTRA (Para todo M) ( C, en M, está justificada-diestra sólo
na a relativizar las virtudes y los vicios. Compárese: "él es alto"
si e se deriva en M del ejercicio de una o más vir-
aplicada por un niño o por un basquetbolista profesional. "Es
tudes intelectuales que en nuestro mundo real produ-
de día" dicha en Nueva York o dicha en Tokio. O considérese
2 Me parece mejor entender aquí "real" como un deíctico, de manera que "está nevando": ¿dónde buscamos nieve cayendo? Muy a menu-
con }DIESTRA relativizamos tomando en cuenta la naturaleza contextua! de do relativizamos sin darnos cuenta usando rasgos contextuales
nuestra afirmación, en la que el contexto se establece como el mundo del que no están presentes en la conciencia del (los) hablante(s).
sujeto que afirma (a través del habla o del pensamiento). Quizá ésa sea la clase de relativización propuesta por las expli-
3 El uso que hago aquí de las palabras "apta" y "diestra" es, desde luego,

muy estipulativo, especialmente con respecto al contraste implícito entre am-


caciones V; quizá las personas sí relativizan con bastante fre-
bas, en el que la "aptitud" de una creencia se deriva de la calidad epistémica cuencia, a la manera contextua! de los deícticos, tal y como
de sus fuentes en el mundo donde dicha creencia es producida poT esas fuentes, y ocurre en nuestros ejemplos.
en el que la "destreza" de una creencia se deriva más bien de la calidad de Así, las explicaciones V dilucidan la justificación epistémica,
sus fuentes en el mundo donde esa creencia es evaluada por el evaluador. al rnenos parcialmente, combinándose para dar lugar a una
La única objeción de Alvin Goldman en contra de }DIESTRA, contenida en
la sección 11 de su artículo "Epistemic Folkways and Scientific Epistemology"
explicación que no es vulnerable al nuevo problema del genio
(1992, pp. 155-163), es que "no hay evidencia de la relativización por parte 4
Objeción hecha, por ejemplo, por Goldman 1992.
de las personas" ni hay tampoco una "cualidad epistémica relativizada a cada 5 Conclusiones que nadie podría rechazar al menos negándolas in propria
mundo posible o ambiente". Cabe suponer que por esta razón Goldman re- peTsona. Desde luego, podríamos rechazar indirectamente proposiciones que no
chazaría tanto }APTA como }DIESTRA. Examino detalladamente esta objeción entendemos, por ejemplo, como en "la proposición afirmada en cierta página
en mi artículo "Goldman's Reliabilism and Virtue Epistemology" (Sosa 2001). de cierto tratado".
386 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 387

maligno. Se suele o~jetar en contra de las explicaciones V que norma, dado que tu manera de proceder no "depende" enton-
"no hay evidencia a favor de que las personas se inclinen a re- ces de ti, sino que se deriva exclusivamente de factores de tu
lativizar las virtudes y los vicios", no obstante, esto se ve supe- psicología ante los cuales no puedes hacer nada. De ahí que
rado por el hecho de que la relativización puede ser contextua! la justificación epistémica internista no parece completamente
e ifnplícita. explicable a través de la mera carencia de culpa. ¿cómo hay en-
tonces que entenderla? Antes de ocuparnos de esta pregunta
2 . Externismo y justificación enfrentemos la siguiente objeción.

Estamos discutiendo el externismo: algunas de las principales O~jeción:

o~jeciones en su contra y las diversas maneras de modificarlo Supóngase que consideramos el rf'spaldo, aproximadamente,
o complementarlo para intentar responder a esas o~jeciones. A como cualquier cosa que debe ser agregada a la creencia ver-
muchos les parece que la justificación epistémica es una cues- dadera para producir conocimiento, y que insistiinos en el aná-
tión interna desligada de nuestra ubicación contingente. Esto lisis fiabilista de línea dura de dicho concepto de la siguiente
recuerda la perspectiva kantiana según la cual lo moral se de- manera:
riva de lo que sucede en la mente del sujeto y no, por ejemplo,
de rasgos contingentes externos que producen consecuencias RF La creencia de S de que jJ tiene un respaldo en el
causales de sus políticas y decisiones, y así determinan hasta mundo M si y sólo si la creencia de S de que jJ es
qué punto resultan bien éstas en el mundo real. producida por un proceso de formación de creen-
En epistemología, hay un análogo de esta perspectiva kan- cias que es fiable en M.
tiana: lo epistémicamente valioso debe derivarse de cualidades RF sirve para enfrentar el problema del nuevo genio maligno.
de la mente del s~jeto y no de rasgos externos contingentes Pero ¿por qué no tomar una línea "heroica" como respuesta?
que determinan ( 1) los orígenes causales de las creencias del "Sí, los habitantes del mundo gobernado por el genio maligno
sujeto y sus patrones de inferencia, y (2) hasta qué punto sue- carecen de respaldo para la mayoría de sus creencias." Si piensas
le ser fiable en nuestro mundo real dicha determinación cau- que esta respuesta es extravagante, considera lo siguiente: a
sal de las creencias y los patrones de inferencia para condu- menos que estemos dispuestos a sostener que todas nuestras
cirnos a la verdad. Supongamos que de hecho la justificación intuiciones forman un todo bien ordenado y coherente, pare-
epistémica sí depende exclusivamente de dichos factores inter- ce muy claro que cualquier teoría epistemológica tendrá que
nos, con independencia de la ubicación contingente del sujeto. revisar al 1nenos algunas de ellas. La respuesta heroica conta-
¿cómo debemos entonces concebir, de una manera más positi- ría como un ~jemplo de dicha revisión, y la pregunta entonces
va y completa, dichajustificación? Algunos autores han tratado sería: ¿es ésta una revisión que exige deinasiado? (o quizá: aas
de entenderla co1no una cuestión de estar exento de culpa o de intuiciones que podrían llevarnos a favorecer el fiabilismo que-
evitar cualquier violación indebida de las normas epistémicas dan obviamente superadas por la intuición de que las creen-
requeridas para la formación correcta de creencias. Pero esta cias de las víctimas del genio maligno tienen un respaldo?) Por
forma de entender la justificación epistémica nos lleva sólo has- supuesto, algunas intuiciones epistémicas preteóricas son resis-
ta ahí y se queda corta: si te hacen un lavado de cerebro o te tentes, o al menos mucho más difíciles de abandonar: así es qui-
educan epistémicamente en una comunidad supersticiosa, es zá la intuición de que es posible para un stüeto saber que está
posible que no sea tu culpa el que tengas creencias y patro- viendo una mano (real, de carne y hueso). ¿cuán resistente es
nes de inferencia inadecuados desde un punto de vista epis- la intuición de que las creencias de las víctimas de un mundo
témico. No estás entonces "violando indebida1nente" ninguna gobernado por el genio maligno tienen un respaldo? Bueno,
388 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 389

se trata, después de todo, de un mundo posible rnuy extrava- del genio maligno no está justificada, intuición que coincide
gante. ¿Está claro que cualquier intuición acerca de córno son con la respuesta "heroica". Es esta intuición a la que respon-
epistémicarnente las cosas en ese mundo será lo suficientemen- de nuestra explicación V-APTA, según la cual, las creencias de
te fuerte como para que queramos abandonar el fiabilismo y la víctima no calificarían como justificadas-aptas. (Así que el
unirnos a la oposición? concepto de justificación-apta es nuestro correlato para la cla-
Un fiabilista que apele a la respuesta heroica puede agregar se de "respaldo" que figura en el enfoque "heroico" del fiabi-
tarnbién que, si bien las víctilnas del genio rr1aligno están in- lisrno de línea dura.)
justificadas, ciertamente no son culpables de tener las creen- En este punto, los epistemólogos internistas plantean otro
cias que tienen. ¿permanece fuerte la intuición de que las vícti- problema. ¿No existe acaso una noción de justificación epis-
mas del genio maligno cuentan con respaldo para sus creencias témica, quizá una noción alternativa, que sea también intuiti-
si esta concepción deontológica se distingue claramente de la varnente atrayente (independientemente de cómo pueda estar
concepción de "lo que se debe agregar a la creencia verdadera relacionada con el conocimiento y con la clase de respaldo con-
para llegar a ser conocimiento"? 6 tenido necesaria1nente en el conocimiento), alguna otra noción
según la cual la víctima del genio maligno estaría aún justifica-
Respuesta:
da? Ésta es la noción que los fundacionistas clásicos explican
Esa objeción tiene fuerza si nuestro mundo gobernado por el en términos de un fundamento de donde se toma lo dado y
genio rnaligno es un mundo en el cual nuestras virtudes actua~ una superestructura que se construye sobre dicho fundamen-
les nos desvían de la verdad muy a menudo. Considérese, por to a través de razonamientos válidos. A veces los epistemólo-
ejemplo, un mundo en .el que las personas, e incluso los seres gos internistas incluso afirman que los tradicionales problemas
racionales en general, erraran norrnalmente al confiar en su epistemológicos tienen que ver sólo con este tipo de justifica-
experiencia. En este mundo especialmente hostil gobernado ción racional, y que nuestro enfoque en el "conocirniento" y la
por el genio maligno es verosímil que tus creencias carezcan fiabilidad, enfoque relacionado con Gettier, es una desafortu-
de respaldo, aun cuando hayan sido forrnadas confiando en la nada desviación. 8 Tradicionalmente el proyecto ha consistido
experiencia, o de alguna otra manera que sea fiable en nuestro en responder al escéptico, y esto en general ha consistido en
mundo real. Es esta noción de respaldo la que presuntamente mostrar cómo, a pesar de lo que el escéptico tiene que decir,
se invoca cuando contemplarnos la posibilidad de que existan aún esta1nos 'justificados" en varias de nuestras creencias im-
seres superiores que obtienen conocimiento mediante la for- portantes acerca del mundo que nos rodea, de nuestros ami-
mación apropiada y fiable de creencias ("respaldadas"), a pe- gos y sus pensamientos, etc. Es esta clase de justificación la que
sar de que sus procedimientos epistémicos son acertados en su -según los internistas- todavía puedes tener aun cuando cir-
mundo, resultarían rotundarnente inadecuados en el nuestro. 7 cunstancias desafortunadas hagan que no puedas confiar en
Relacionada con esto se encuentra la intuición de que la víctima tus mecanisrnos animales.
6 David Matheson me hizo esta objeción, sin necesariamente sostenerla él
Dado lo anterior, el proyecto para los externistas consiste en
mismo.
rnostrar cómo podemos entender dicha noción de justificación
7 Me parece que las personas entenderían naturalmente dicha especula- en el contexto de un externismo amplio y de una epistemología
ción y no vacilarían en atribuir conocimiento y una formación apropiada de conectada con la verdad. Éste es un proyecto en el que partici-
creencias a los seres superiores. Así, dudo que sea posible apoyar de un modo pan nuestras explicaciones V, específicamente por la inclusión
convincente la epistemología antropocéntrica de línea dura de Goldman, se- de V-DIESTRA y no solarnente por la de V-KPTA.
gún la cual provincianamente sólo reconocemos la justificación de nuestra
comunidad, que de manera rígida vincula la virtud con nuestras listas de lo 8 Tal y como ocurre con Laurence Bonjour en su libro sobre lo a priori, In

que funciona en el mundo real. Defense ofPure Reason (1998).


390 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 391

3 . justificación contextua[ realmente se quiere decir. Por consiguiente, si lo que busca-


mos es aclarar el concej1to de justificación epistémica, entonces
Considérese la expresión crucial dependiente del contexto
la pregunta sigue siendo pertinente incluso si el concepto re-
" rea 1" que aparece en V-DIESTRA. Es esta dependencia contex-
sulta ser deíctico o contextua! de alguna otra fonna. Pero es
tualla que puede ayudarnos a hacerles justicia a las intuiciones
más problemático cómo responder a una pregunta que pide
internistas. Compárese cómo lo siguiente es algo más que sim-
una elaboración científica o metafísica de la propiedad de estar
plemente verdadero por accidente:
aquí, o de ser ahora, o de ser yo. Y luego podríamos pensar
X está aquí ssi X está donde yo estoy. igualmente acerca de la cuestión de qué es estar justificado,
entendida con1o una petición de aclarar la naturaleza de una
Pero sería falso decir, acerca de una situación hipotética, que supuesta propiedad. Esto no quiere decir de ninguna mane-
determinaríamos si un o~jeto está entonces aquí determinando ra que no haya un contenido 1netafísicamente interesante en
si en esa situación el objeto estaría (ahí) en la misma ubicación el (los) concepto( s) de justificación epistén1ica (contenido que
que yo. para el epistemólogo de las virtudes seguramente entrañará
Según esta explicación podemos decir que, si fuéramos una una virtud intelectual), ni que los conceptos de aquí, ahora y
víctima del genio maligno, nuestro propio desempeño intelec- yo carezcan de su contenido 1netafísicarnente interesante, que
tual aún podría ser diestro Qustificado-diestro ). Es decir, en un supone respectivamente el espacio, el tiempo y el yo.
mundo M en el que fuéramos una víctima, nuestras creencias
adquiridas a través de nuestras facultades perceptuales norma-
les serían resultado de procesos que en nuestro mundo real 4 . Las exigencias del internismo
son fiables, y por lo tanto dichas creencias en ese mundo serían Podría responderse que realmente no hemos hecho justicia a
diestras Qustificado-diestras). las intuiciones internistas relativas a la justificación epistémica,
Sin embargo, si atribuimos dicho carácter contextua! a nues- si es que a los internistas les preocupa la justificación su~jetiva
tro concepto de justificación, podría parecer entonces igual- o la creencia subjetivamente adecuada. He aquí algunos razo-
~ente erróneo preguntarse en qué consiste estar realmente jus-
narnientos en este sentido:
tificado. Como mínimo habrá que investigar con precisión qué
puede significar eso. ¿Qué significa que un tiempo sea realmen- Objeción:
te ahora, o que un lugar sea realmente aquí, o que una persona
s~a realmente yo? Al igual que en otras expresiones, tales expre-
Los internistas exigen una clase de racionalidad interna como
SIO~es pueden carecer de un sentido claro hasta que se haya es-
condición necesaria para el conocimiento, aunque no suficien-
penficado un contraste: ¿"realmente" en oposición a qué? Qui- te. En todo caso, aun cuando no sea un requisito para el cono-
zá deberíamos renunciar al término "realmente" siempre que cimiento, esa racionalidad interna constituye un estatus epis-
fuera posible; sin embargo, una vez que lo hiciéramos aún pen- témico importante que una creencia puede o no tener, y las
dería un aire de incomodidad en preguntas como: "¿Qué es es- explicaciones V no logran captarlo; en particular, V-DIESTRA
tar aquz? (¿en qué consiste la aquidad de estar aquí?) ¿Qué es no logra captarlo y V-APTA aún menos. Dicho de otra manera,
ser ahora? (¿en qué consiste la ahoridad de estar ahora?) ¿Qué existe la intuición de que hay algo correcto en las creencias de
es ser yo? (¿en qué consiste la yoidad de ser yo mismo?)" Y una la víctima desde su propia perspectiva, por decirlo así, algo sub-
i~quietud semt;jante se extendería entonces hasta "¿en qué con- jetivamente adecuado en dichas creencias. Pero la idea de que
Siste estar just~ficado?" Esta pregunta bien puede ser apropiada sus creencias se originan en facultades que serían virtudes en
sólo a la luz de indicadores contextuales que aclaren lo que nuestro n1undo no logra captar esta intuición.
392 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 393

Para continuar con el misrno asunto, considérese la última (aproximadamente). 9 Por supuesto que el sujeto en el escenario
afirrnación del párrafo anter"ior: "el término justificado también del genio maligno bien puede ser racional a la Foley, y ésta es,
puede estar sujeto a diferentes clases de determinaciones con- por lo demás, una manera epistémicamente buena de ser racio-
textuales. Esto es, los índices en relación con los cuales reciben nal, pero alguien profundamente supersticioso y no cornpleta-
asignaciones semánticas los usos de justificado' pueden deter- mente racional podría calificar igualmente corno racional a la
minarse de varias maneras". Pero parece que ninguna asigna- Foley. Tampoco servirá de mucho apelar simplemente al he-
ción capta la idea de que las creencias de S son subjetivarnente cho de estar exento de culpa, dado que alguien con profundas
adecuadas o apropiadas, o que están subjetivamente justifica- deficiencias epistérnicas, con deficiencias internas, P.odría toda-
das en ese sentido. Si la asignación hace que una afirmación vía estar exento de culpa. Así, la pregunta es: ¿a qué estado
de justificación sea acerca de la fiabilidad en el rnundo de S, interno adicional podríamos estar apelando al suponer que la
entonces la afirmación resultará falsa. Si la asignación hace víctima está justificada interna y racionalmente? Podríamos de-
que una afirmación de justificación sea acerca de la fiabilidad cir: bueno, al llegar a su creencia y sustentarla, ella razona bien,
en nuestro mundo, no tendrá nada que ver con la adecuación y toma en cuenta su experiencia bien y recuerda bien. El problema
subjetiva. ¿por qué la adecuación subjetiva de la creencia de S es que todas éstas son cuestiones que se derivan de estados del
debería ser una cuestión de si sus facultades resultarían fiables sujeto y de la red causal de tales estados, o de relaciones moda-
en nuestro mundo? les subjuntivas o de otro tipo, de dichos estados con el asunto
En suma, el punto de la defensa de V-DIESTRA es que se que les concierne, que incluirán la configuración del mundo
supone que explica nuestras intuiciones de que la víctima del externo.
genio maligno tiene creencias justificadas, pero no lo logra si
Al razonar así, supongo que las nociones de tomar en cuenta
nuestras intuiciones apuntan a que las creencias de la víctima
diestramente la propia experiencia (e incluso la noción de razonar
son en cierto sentido subjetivamente adecuadas o apropiadas,
inductivamente bien) no pueden ser completamente indepen-
y que ésa es una clase importante de estatus epistémico posi-
dientes de las relaciones modales entre los contenidos de los
tivo. Los internistas tienen la intuición de que hay algo bueno
estados de insumo y el contenido de los estados de resultado,
en las creencias de S en relación incluso con su mundo, que
cuando tomamos en cuenta la propia experiencia y razonamos
están subjetivamente justificadas en algún sentido, y que no es
yendo de unas creencias a otras. Así, la experiencia visual de
solamente que sus creencias estén formadas por facultades que
como si hubiera algo blanco y redondo frente a mí es una razón para
resultarían virtuosas en nuestro mundo.
creer que tal cosa está ahí frente a mí, pero solamente porque
Las recurrentes menciones internistas a la responsabilidad y
en el mundo real dicha experiencia visual se relaciona fiable-
al deber manifiestan su atención en alguna noción similar de
rnente con que dicha cosa esté ahí, esto es, lo que se requiere
adecuación subjetiva, aun cuando se equivoquen al expresar-
las en términos del cumplimiento del deber, del voluntarismo es que en el mundo real dicha experiencia visual revele, en con-
doxástico, etcétera. diciones normales, la presencia de tal cosa frente al sujeto que
percibe. Como es natural, uno desearía que el estado del suje-
Respuesta: to que percibe y que se puede describir como "la experiencia
Hay (al menos) tres esta tus epistémicos que vale la pena distin- visual de como si hubiera algo blanco y redondo frente a él",
guir aquí: uno corresponde a V-APTA, otro a V-DIESTRA y uno fuera por necesidad tal que revelara normalmente la presencia
más a la racionalida<;l de tipo Foley, esto es, al estatus que la de tal objeto frente al sujeto que percibe. De lo contrario, ese
creencia adquiere cuando sobrevive a una profunda reflexión
del st~eto a la luz de sus más profundos estándares epistémicos 9 Cfr: Foley 1987 y 1993.
394 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 395

mismo estado no se podría describir propiamente co1no tal ex- la experiencia tendría garantía de fiabilidad, simplemente por
periencia. el hecho de que supondría creer que tal y cual bas.ado. en .las
Otra posibilidad es que podríamos suponer que hay un esta- experiencias de como si tal y cual, donde ni la exp~nenCia. ni la
do con un carácter mental intrínseco cuyo carácter mental in- creencia podrían tener el contenido (tal y cual) s.I no .tuvieran
trínseco hace que se pueda caracterizar propiamente como un una conexión causal apropiadamente fiable con situaciOnes ex-
estado de experimentar así (como un estado de experimentar ternas donde fuera el caso que tal y cual. 10
una cosa blanca, redonda, o algo parecido), y esto con inde-
pendencia lógica de cualquier relación modal que ese estado, 5 . Escepticismo y circularidad
con dicho carácter intrínseco, pudiera tener con la presencia
o ausencia de cosas blancas y redondas. El problema para esta Podríamos insistir en hacer otra pregunta en nombre del es-
perspectiva consistirá en explicar cómo podrían dichos estados céptico: ¿qué tal si el mundo real es, él mismo, un. m1~ndo go;
dar una razón para creer que hay algo blanco y redondo frente bernado por el genio maligno? ¿Estamos entonces JUStificados.
a nosotros. Se podría sostener que simplemente lo hacen. Y en- Considérese el siguiente condicional:
tonces enfrentaríamos la siguiente perspectiva: la necesidad de
un cofÜunto infinito de principios cada uno con un estatus fun- (D) Si el Inundo real es un mundo gobernado por el
genio Inaligno, entonces las creencias adquiridas a
damental, que asocien varios estados mentales caracterizados
través de nuestros procesos perceptuales normales
intrínsecamente formando pares con hechos externos de clases
específicas. Aunque no haya ninguna relación modal entre un están justificadas.
estado mental intrínseco dado y el tipo de hecho externo que ¿Es verdadero este condicional? Bueno, o es un condicional
constituye su par, aun así ese estado puede servir como una
material en indicativo, o es un condicional en subjuntivo (o
razón para creer en el hecho con que se asocia; y esto será así
en cualquier caso modalmente fuerte) disfrazado. Si es un
aun cuando, como ocurre en el mundo del genio maligno, esa
condicional material indicativo, entonces es vacuamente ver-
clase de estado mental intrínseco pueda ser de hecho -cuando
dadero, porque su antecedente es falso. Y si es más bien un
se combina con la presencia modalmente estable del genio con-
condicional subjuntivo, entonces volvemos a nuestro razo~a­
trolador- una contraindicación modal de la clase de hecho ex-
miento anterior. Así, el condicional D parece ser verdadero In-
terno con que se ha asociado. Cada una de estas relaciones
dependientemente de cómo se interpre.te. (Por sup.uesto, tam-
racionales que unen las supuestas parejas mental/externo se
bién es vacumnente verdadero el condiCional matenal opuesto
postularía como si se sostuviera primitivamente, a pesar de no
que comparte el antecedente de D pero niega su cons~c~~nte.)
haber ninguna relación modal entre los miembros de la pareja,
Podría replicarse que esto es incurrir en una peticiOn de
e incluso cuando el estado mental contraindique modalmente
principio frente al escéptico, puesto que se as1_1me q1_1e el mun-
el hecho externo con que se asocia (suponiendo que la presen-
do real no es un mundo gobernado por el genio maligno. Pero
cia del genio maligno sea modalmente estable en relación con
ese mundo). ni siquiera el escéptico más temible quiere tomar como. pr.e-
misa que el mundo real es un mundo gobernado por el genio
Si queremos evitar esa perspectiva desagradable, es difícil
maligno; más bien to1na como premisa que el mundo real jJu~de
identificar otra alternativa que no sea apelar a la asociación
ser un mundo gobernado por el genio maligno. Y su premisa
mental/ externo mediante una conexión modal en el mundo
no es que hasta donde sabemos el mundo real es un mundo gober-
real; sea que esos pares ya estén determinados por el conte-
nido mismo de la experiencia o no. Si el par ya está determi- lO y algo similar ocurriría con el razonamiento in~u~tivo, ~unque éste sería
nado de esta manera, entonces por supuesto que confiar en un problema incluso más complc:jo, con una vasta b1bhografia al respecto.
396 ERNESTO SOSA. UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 397

nado por el genio maligno. No, ésa es más bien su conclusión, tales? Después de todo, no parece que seamos infalibles acerca
o algo cercano a ella. Su prernisa es sólo que metajisicamente (o de todo en dichos dominios; ni parece que no podamos nunca
al menos lógicamente) el rnundo real puede ser un mundo go- cometer un error en ellos. Y aun cuando nos consideremos
bernado por el genio maligno. Por supuesto, podernos aceptar infalibles e incorregibles acerca de algunas de nuestras creen-
esa premisa y, no obstante, al mismo tiempo rechazar la conclu- cias, al n1enos en estos donlinios, ¿cómo sabríamos cuáles de
sión escéptica. esas creencias están realmente protegidas contra el error? ¿Aca-
Hay un escéptico menos ternible, al cual se puede contestar so no necesitaríamos emplear, para demostrar nuestro conoci-
de manera más sencilla, si acaso es necesario responderle. Se miento, las misrnas facultades que el escéptico pone o podría
trata del escéptico que afirma que es metafísicarnente posible poner en tela de juicio? ¿cómo podríamos entonces derrotar a
que nos encontremos en el rnundo del genio maligno y que no ese escéptico sin incurrir en petición de principio?
podemos simplemente asumir o presuponer que no estamos Podría replicarse que, si estarnos en lo correcto al menos en
en él, pues parte de su escepticismo consiste no sólo en ar- lo que se refiere a esas áreas restringidas en las que tenemos el
güir que no sabemos lo que consideramos que sabernos, sino éxito asegurado si somos suficientemente cuidadosos, entonces
también, de hecho, en poner en duda todo nuestro supuesto podremos ver cómo disfrutamos de algo realmente especial en
conocimiento del mundo externo contingente que nos rodea. relación con esos dominios restringidos. Es en dichos dominios
Nótese bien que esto significa no sólo preguntar si estamos donde estamos exentos de depender de la suerte de nuestra
equivocados en algo parecido a la siguiente sola hipótesis: que ubicación en el mundo, de la suerte de contar con una vía cla-
la mayoría de nuestras creencias son verdaderas. No, también pone ra y con un medio favorable. En relación con esos dominios
en duda, junto con esa hipótesis, cada una de nuestras creen- especiales no hay tal dependencia de una vía o rnedio, así que
cias contingentes, generales o particulares, acerca del mundo nuestro control y nuestra libertad respecto de los favores de
externo. Así, no será suficiente para el dogmático simplernente la suerte se encuentran al n1áximo nivel. No es de sorprender
dar por sentados ciertos condicionales contingentes; el escéptico que el conocimiento del que disfrutarnos en dichos casos haya
precisamente no está concediendo nada de esto. Al contrario, sido tan exaltado en nuestra tradición y que incluso haya sido
está poniendo en tela de juicio todos esos condicionales, junto elevado al nivel del único conocimiento verdadero. Tampoco es
con cualquier otra verdad contingente acerca del mundo ex- de sorprender que muchos otros se hayan visto tentados a ser
terno. Así, se incurriría en petición de principio en contra del "escépticos" respecto de cualquier otro conocimiento: el resto
escéptico si se' diera por supuesta una respuesta a aquello mis- del conocirniento se encontraría razonablemente debajo del ni-
mo que está en duda. vel exaltado, comprendido con suficiente claridad, ya que de-
Es verdad que, si perrnitimos que el escéptico ponga todo pendería de cuestiones que escapan a nuestro verdadero con-
eso en duda de un solo golpe, entonces no habrá manera de trol, y están sujetas a la suerte de la vía o medio, o de otras
derrotarlo sin incurrir en petición de principio. Bueno, de he- circunstancias externas.
cho quizá haya una manera, puesto que podemos formularle Sin ernbargo, incluso si secundamos decididamente estas re-
un cargo de arbitrariedad. 11 ¿por qué está poniendo en duda flexiones, ¿no deberíamos preguntarnos igualmente acerca de
todas las proposiciones sobre el mundo externo y no las relati- la suerte de contar con la enseñanza adecuada, con la educa-
vas al dominio de la necesidad o al de sus propios estados men- ción adecuada, con la constitución adecuada? Y si todas esas
11 Una famosa objeción reidiana, de la cual Descartes también parece muy
cuestiones escapan también en un grado importante de lo que
consciente (irónicamente, pues la acusación de Reidera una objeción en con-
somos capaces de controlar, si lo inteligentes que somos, lo per-
tra de Descartes), como lo sugiere la verdadera profundidad del escepticismo sistentes, lo paciente y profundamente reflexivos, si todo esto
que él adopta, el cual es de hecho pirrónico y no sólo cartesiano. es, en un grado irnpresionante, una cuestión de suerte consti-
398 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 399

tutiva (como con el simple CI), entonces lo bien que nos desem- aquí. Lo que tienen que pensar es que la mesa está donde noso-
peñemos incluso en tales cuestiones dependerá, para poner un tros ~stamos ahora. Esto sugiere que la terminología episténlica
ejemplo claro, de si somos Ramanl!jan* o deficientes mentales. como ')ustificación epistémica" no se parece mucho a la termi-
Y eso parecería en buena medida una cuestión de suerte, algo nología deíctica como "aquí". Pero incluso si esta conclusión es
fuera de nuestro control. Así, ¿exacta1nente por qué la suerte difícil de negar, nuestra terminología epistémica aún podría ser
de nuestra ubicación en el mundo es tan pe1judicial para el altamente contextua!. Compárese lo que ocurre con el término
conocimiento, mientras que la suerte de nuestra constitución "cerca". Podría pensarse que
no es importante? ¿Qué tal si, en comparación con nuestra
ubicación, se pudiera alterar nuestra constitución más fácil- (a) "x está cerca" es equivalente a "x está cerca de aquí"
mente de una manera que incidiera en nuestro conocimien- (donde por simplicidad interpretamos que compar-
to? ¿Qué tal si nuestras vías y medios externos pertinentes son tir la misma ubicación es un caso límite de la proxi-
bastante estables modalmente, mientras que los aspectos perti- midad).
nentes de nuestra constitución también lo son pero en menor Pero esto es discutible si comparamos las siguientes dos afir-
medida? ¿Debemos aún evaluar las creencias dependientes de maclünes:
las vías estables con1o conocimiento inferior en comparación
con las creencias dependientes de nuestra menos estable cons- (b) Si yo estuviera l~jos de aquí, esta mesa aún estaría
titución pertinente? Tal vez sí, pero de ser así, necesitamos una aquí.
razón para creerlo. 12
(e) Si yo estuviera lejos de aquí, esta mesa aún estaría
cerca.
6 . Una objeción a la justificación contextua!
Finalmente, hay un problema más para nuestras explicacio- La afirmación (e) parece falsa, la afirmación (b) parece verda-
nes V. Considérese qué es lo que los sujetos en el mundo M dera; pero si nos valemos de la equivalencia expresada en (a),
estarían pensando si pensaran que una creencia e en ese mun- entonces la afirmación (e) es equivalente a (d):
do está justificada. Tendrían que estar pensando que e se deri- ( d) Si yo estuviera l~jos de aquí, esta mesa aún estaría
va de un proceso que es de hecho suficientemente virtuoso en cerca de aquí.
nuestro mundo real, pero eso parece absurdo.
Compárese, sin embargo, con lo que los sujetos en otro lu- Pero esto se sigue de (b) y, por lo tanto, no puede ser falsa si
gar tienen que estar pensando si piensan que cierta mesa está (b) es verdadera. Así, la supuesta equivalencia que expresa (a)
es falsa después de todo. 13
*Srinivasa Aiyangar Ramanujan (1887-1920) fue un prodigio matemáti- El término ')ustificado" también puede estar sujeto a va-
co hindú autodidacta, quien, con muy poco entrenamiento matemático, hizo
riedades de determinaciones contextuales; esto es, los índices
contribuciones sustanciales en el análisis matemático y la teoría de números.
(N. del t.) relativos a los cuales los usos de '~justificado" obtienen asig-
12
Que no se diga, de ninguna manera, que en esencia estamos constituidos naciones semánticas pueden determinarse de varias maneras.
precisamente como lo estamos, de modo que no debemos aceptar ninguna va- Como un ~jemplo más considérese el término "alto": cuando se
riación en nuestra constitución. Seguramente podríamos haber sido un poco
diferentes tanto en aspectos constitucionales como circunstanciales. Podríamos 13 O así lo parece al menos en una manera de interpretar el término "cerca".

haber tenido un poco menos o un poco más de inteligencia, paciencia, persis- Quizá podríamos leer "cerca" de manera que (a) fuera verdadero, y entonces
tencia, etc., y todavía ser numéricamente los mismos, aunque, por supuesto, (e) parecería verdadero en lugar de falso. A mí esta interpretación me parece
cualitativamente diferentes. posible.
400 ERNESTO SOSA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES 401

dice que alguien es "alto", suele haber alguna clase de referen- seguridad, de virtudesjiables y de per"Spectiva epistémica. 14 Aunque
cia deterrninada contextualmente, pero cuando atribuimos una este ensayo no es una defensa exhaustiva de dicha explicación
creencia de que alguien es alto, esta atribución puede cambiar completa, espero haber dicho lo suficiente para ayudar a pro-
el contexto de manera tal que se seleccione una nueva clase vocar un debate interesante, y cuento con que esto suceda.
de referencia. Así, un antropólogo puede decirnos que ciertos
pigmeos que sabían que eran altos nunca llamarían su atención [Traducción de Jorge Ornelas]
sobre su propia altura. Queda claro que el antropólogo no es-
taría usando nuestros estándares normales de estatura al hacer
esa atribución. Especialmente, no es el caso que las creencias BIBLIOGRAFÍA
de los pigmeos deban ser evaluadas en su valor de verdad utili-
zándonos a nosotros mismos como la clase de referencia. Algo BonJour, L., 1998, In Defense ofPure Reason: A Rationalist Account ofa
similar puede ocurrir al pasar de nuestro caso en el rnundo priori]ustification, Cambridge University Press, Cambridge.
real, cuando evaluamos nuestras creencias corno justificadas Cohen, S. y K. Lehrer, 1983, 'Justification, Truth, and Coherence",
o no, a la víctima del genio rr1aligno, quien supuestamente rea- Synthese, vol. 55, no. 2, pp. 191-207.
liza evaluaciones similares. Cuando la víctima evalúa una deter- Foley, R., 1993, Working without a Net: A Study ofEgocentric Epistemol-
minada creencia como justificada, es su rnundo, no el nuestro, ogy, Oxford University Press, Nueva York/Oxford.
el índice contextua! pertinente. Sin embargo, a pesar de esto, - - , 1987, The Theory of Epistemic Rationality, Harvard University
desde nuestros contextos podemos atribuir tales creencias a los Press, Cambridge, Mass.
pigmeos y a las víctimas del genio maligno. 14 Sin embargo, hace falta decir mucho más sobre la clase de ascenso doxás-

tico que aparentemente se requiere. Sería absurdo exigir que en cada nivel
7 . Conclusión ascendamos al nivel inmediato superior en busca de justificación. Pero pare-
Una epistemología de las virtudes más cornpleta incluiría no cería no menos absurdo que una creencia C' de un metanivel pudiera ayudar
sólo las explicaciones V, Va y Vb, junto con los principios V- a justificar una creencia C en el nivel de los objetos, aun cuando C' misma
no alcance su la justificación. Lo que el estatus epistémico apropiado y el
APTA y V-DIESTRA, sino también lo siguiente respecto del cono-
valor de una creencia de hecho requieren es más bien que ésta sea parte de
cimiento y su relación con la creencia, la verdad, la justificación un cuerpo de creencias con una coherencia adecuadamente integral. Dicho
y las facultades epistémicas. cuerpo de creencias integralmente coherente tendría que incluir metacreen-
Si una facultad opera para darnos una creencia, y por lo cias acerca de las creencias del nivel de los objetos, acerca de las facultades
tanto un conocimiento directo, debemos tener cierta concien- en las que se originaron, y acerca de la fiabilidad de dichas facultades. Sin
embargo, también necesitaríamos permitir que, en algún nivel del ascenso,
cia de nuestra propia creencia y de su fuente, y del carácter
para garantizar el estatus epistémico y el valor de la creencia bastara que ésta
virtuoso de dicha fuente tanto en lo general como en el caso fuera verdadera de una manera no accidental debido a su fuente virtuosa, y
específico. Por esto debe suceder que en las circunstancias por su ubicación en un sistema de creencias articulado e integralmente cohe-
(muy probablemente) creeríamos que P sólo si P fuera el caso; rente, sin necesidad de que ella misma sea el objeto de creencias todavía más
esto es, nuestra creencia debe ser segura; o, dicho en térrninos elevadas. Esto esboza mi alternativa preferida, pero obviamente sólo hemos
más estrictos, la creencia debe estar basada en un indicio, en considerado algunas condiciones necesarias para el conocimiento o la jus-
tificación. Como vimos antes, sería un error,suponer que dicha coherencia
algo que una fuente virtuosa nos entrega de manera segura. Y, integral ha de ser por sí misma suficiente para producir la justificación de
finalmente, debemos captar que nuestra creencia refleja de un sus creencias conectadas, ya que, para empezar, se debe satisfacer también
modo no accidental la verdad de P a través de la aceptación de el requisito de engranaje con la experiencia. Así, queda claro que el esbozo
un indicio de que P, y así manifiesta una virtud cognitiva. Por aquí presentado, al igual que su defensa, están incompletos, por lo que tengo
lo tanto, la explicación completa combinaría los requisitos de previsto completar esta tarea en otro lugar.
402 ERNESTO SOSA

Gold~,an, .~.1., 199~, "Epistemic Folkways and Scientific Epistemol-


ogy , Lzazsons: Phzlosophy Meets the Cognitive and Social Sciences, The
MIT Press, Cambridge, Mass., pp. 155-175.
Sosa, .E., 20?1, "Goldman's Reliabilism and Virtues Epistemology",
Phzlosophzcal Tapies, vol. 29, nos. 1-2, pp. 383-400.
HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA
DE LA RESPONSABILIDAD

LORRAINE CODE

1 . "La balsa y la pirámide"


En un artículo importante, "The Raft and the Pyramid" (1980),
Ernesto Sosa propone un enfoque potencialmente fructífero de
la teoría del conocimiento. Después de mostrar que la pirámi-
de fundacionista no tiene funda1nentos últimos y que la balsa
coherentista debe encontrarse inevitablemente a la deriva, Sosa
sugiere que el "fiabilismo", como él lo llama, puede ofrecer una
mejor ruta para establecer condiciones de justificación para
las afirmaciones de conocimiento. Ésta sería una explicación
del conocirniento y de la justificación en términos de virtudes
intelectuales y basada en ella. Una epistemología así sería más
o menos paralela a una posición ética basada en virtudes mo-
rales; sería análoga a tal posición, pero no se derivaría de ella.
El artículo de Sosa contiene dos líneas de pensamiento es-
trechamente relacionadas que son de particular importancia
para mis propósitos. Primero, seíi.ala reiteradamente que las
discusiones sobre conocimiento o sobre creencias o sobre am-
bos son discusiones sobre el conocimiento o las creencias de
alguien. En consecuencia, tanto al s~jeto cognoscente, como a
aquello que se conoce se les concede importancia epistemoló-
gica. Segundo, donde el coherentismo y el fundacionismo pa-
recen encontrar dificultades, Sosa traza analogías con el pen-
samiento ético. Esto lleva a la afirmación concluyente de que
ver la epistemología en analogía con la ética provee una pers-
pectiva útil para las preguntas epistemológicas, que no es ni
puramente coherentista, ni estrictamente fundacionista.
En su interpretación de los enfoques fundacionista y cohe-
rentista del conocimiento, Sosa muestra, por ejemplo, que una
404 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 405

preocupación central de cada teoría es preguntar córno se re- o justificación epistemológica. Cuando pregunto, "Pero quién te
lacionan las creencias en una determinada mente (Sosa 1980, dijo que Nixon realn1ente fue un buen presidente", desde lue-
p. 4), que un epistemólogo tiene que considerar la condición, go, no quiero sugerir que si te lo dijo X tiene que ser verdad,
la estructura o el contenido de un cuerpo de conocimientos pero que si te lo dijo Y tiene que ser falso. Más bien quiero
que alguien posee (p. 5 ), que cuando hablarnos de conocirnien- decir que afirmar la integridad de tu fuente es un con1ponente
to o de creencias estarnos hablando, de hecho, del conoci- esencial en rni decisión acerca de si acepto o no lo que tú di-
miento o de las creencias de un st~eto particular en un rnomen- ces, o incluso si he de considerarlo seriarnente. Mi estimación
to dado -de lo que S cree en t (p. 5)- y que el coherentismo es de tu fiabilidad para transmitir un testimonio es igualmente
una posición acerca de las relaciones entre las creencias de los importante.
sujetos (p. 18). En rni opinión, no es la intención de Sosa suge- El problema es complejo. Lo que sostengo no es que si X te
rir que el fundacionismo y el coherentismo declaran de rnanera dijo algo y X es fiable, entonces debe ser verdadero, usando
uniforrne o explícita la importancia episternológica de los su- la fiabilidad de X como un funda1nento alternativo de acepta-
jetos cognoscentes; rnás bien, Sosa pretende hacer explícita la ción, que está expuesto a todas las dificultades bien conocidas
hasta ahora implícita importancia de los sujetos cognoscentes del fundacionismo estricto. Lo que quiero decir es, más bien,
o sujetos cognoscentes en potencia y de lo que podríamos lla- que entre mis consideraciones para evaluar una afirmación de
mar su "ubicación epistérnica" -en un tiempo, un espacio y en conocimiento destaca la evidencia con respecto a si la persona
circunstancias epistemológicamente pertinentes-. de quien provino la afirrnación está en posición de conocer. 2
Otorgar importancia a las circunstancias epistemológicas de La integridad intelectual de esa persona cuenta como una parte
los sujetos no está exento de dificultades. En el centro de éstas importante de la evidencia, casi de la misma forn1a en que, en
se encuentra el riesgo de dar la impresión de que se está defen- cuestiones morales, la integridad moral de una persona es un
diendo una epistemología abiertamente subjetivista; 1 pero esto factor determinante en la decisión de si deben1os confiar en
sería sacar una conclusión demasiado apresurada. La afirma- ella. Estas variedades de integridad se pueden describir objeti-
ción de que los sujetos cognoscentes son epistemológicamente vamente, aunque no sea posible describirlas de forma exhaus-
importantes de ninguna manera implica la afirmación adicio- tiva, final o fundacional. Por lo tanto, la importancia otorgada
nal de que una explicación de la naturaleza de sus circunstan- a las personas corno sujetos cognoscentes se les concede en la
cias cognitivas puede llevar el peso completo de la explicación medida en que se pueden explicar con detalle las condiciones
1 Se presume que ésta es parte de la motivación de Karl Popper cuando in-
(un conjunto abierto) en las cuales es razonable respetar sus
afinnaciones de conocimiento en conjuntos o tipos específicos
tenta prescindir del sujeto cognoscente; por ejemplo, en "Epistemology with-
out a Knowing Subject". En su preocupación por rechazar lo que interpreta de circunstancias.
como la naturaleza individualista de la epistemología tradicional, Popper pro- Las analogías de Sosa con la ética ayudarán a ampliar y cla-
pone la objetividad completa como una alternativa más deseable. Pero los "in- rificar estos puntos. Estas analogías se establecen, en primer
dividuos" de la tradición que pretende rechazar no son personas en ningún lugar, como consecuencia de su demostración de que el funda-
sentido significativo. Yo también abogo por que nos apartemos de la tradición
cionismo estricto, para el cual la justificación de las creencias
individualista, cuyos sttietos no son realmente personas. En su lugar, sin em-
bargo, defiendo un enfoque de la epistemología que reconozca la importancia depende parasitariatnente de ciertas relaciones lógicas entre
de sujetos cognoscentes realmente humanos y el carácter comunitario de la proposiciones, no puede evitar caer en el regreso al infinito
empresa cognitiva, con las responsabilidades que este reconocimiento impli- en su búsqueda de creencias fundamentales últilnas no justifi-
ca. Es fundamental para mi punto de vista que las comunidades de sujetos cadas por otras creencias. Lo que Sosa argumenta no es que
cognoscentes estén conformadas por personas, que hacen afirmaciones de co-
2 Sosa ofrece una útil discusión acerca de qué entraña estar en posición de
nocimiento. La calidad del producto depende de la calidad en la combinación
de sus esfuerzos o de que estén dirigidos a la cooperación. conocer. En "How Do You Know?" (1974).
406 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 407

todo regreso sea necesariamente vicioso, sino que a menos tivamente de una justificación intelectualista, para mostrar más
que el fundacionismo permita que las propiedades evaluativas claramente cómo la justificación superviene sobre factores no
(esto es,justificatorias) supervengan sobre propiedades natura- epistémicos, al igual que la justificación de las prácticas mismas
les, no epistémicas, no puede, de hecho, estar fundamentado. superviene sobre consideraciones extrínsecas a esas prácticas.
En segundo lugar, Sosa n1uestra que el coherentismo depen- Esto sería análogo al camino que podríamos tomar para eva-
de, para su contacto con la realidad, de algo que equivale a luar una creencia moral.
afirmaciones fundacionistas. Si un sistema coherentista no ha En una ética consecuencialista, se juzga que una acción es
de estar simplemente flotando libremente y, por lo tanto, no correcta o equivocada en virtud de las consecuencias a las que
ha de tener el mismo valor explicativo que cualquier otro sis- da lugar. Lo correcto o equivocado de esas consecuencias deri-
tema coherente, debe, en algún punto, apegarse a sucesos o va de un principio moral supre1no -tan supremo como se su-
circunstancias del mundo. Tal requisito inevitablemente da lu- pone que un principio puede serlo- acerca de qué tipos de con-
gar a preguntas acerca de cómo se corrobora o fundamenta secuencias son buenos para los seres humanos y de qué tipos
su afirmación de que ofrece una explicación correcta de es- son malos. La "supremacía" del principio, dentro del contexto
tas circunstancias: es claramente una cuestión de fundamentos. del sistema de justificación, evita caer en el regreso. (Al tra-
Los intentos por responder a tales preguntas en términos pu- zar esta analogía, mi objetivo no es recomendar el consecuen-
ramente fonnales estarían expuestos a las mismas dificultades cialismo como la mejor teoría moral posible sino, trayendo a
del regreso que cualquier posición fundacionista. Por lo tanto, la memoria cómo funciona el razonarniento 1noral dentro de
las analogías con la ética se introducen para mostrar que, así un marco consecuencialista, proponer una posibilidad análoga
como es "un oqjetivo de la ética explicar cómo la corrección para el razonamiento episte1nológico.) Las consecuencias de
ética de una acción superviene sobre lo que no es éticamen- una acción nunca pueden mostrar que la acción está absoluta-
te normativo o evaluativo", así también es "un oqjetivo de la mente justificada, pero, según los consecuencialistas, sí pueden
epistemología explicar cómo la justificación epistémica de una demostrar su justificación para un agente (o agentes) particu-
creencia superviene sobre lo que no es epistémicamente eva- lar( es) en ciertas circunstancias. Análogamente, las consecuen-
luativo o normativo" (Sosa 1980, p. 16). cias prácticas de sostener ciertas creencias tienen una relación
Sosa atribuye los problemas del coherentismo y del funda- importante con lo razonable que es para S mantener en t la
cionismo que ha analizado, al menos en parte, al dominante creencia.
apoyo epistemológico de lo que llama "el modelo intelectualis- Por supuesto, estos argu1nentos deben elaborarse con cau-
ta de la justificación" ( 1980, p. 8), según el cual, siempre se ha tela. No pretendo respaldar una forma fácil de oportunismo
de buscar la justificación de una afirmación de conocimiento epistémico, de acuerdo con el cual es correcto que crea lo que
en una proposición, que es, en algún sentido, más fundamental quiera mientras el resultado sea ventajoso en algún sentido.
que la afirmación misma. En vez de buscar que las proposiciones (Por lo tanto, podría haber creído que Nixon fue un buen pre-
ofrezcan fundamentos para otras proposiciones y, así, deslizar- sidente justatnente cuando su integridad estaba b~jo escruti-
se inevitablemente hacia un regreso al infinito, la propuesta es, nio, si sostener esa creencia hubiera sido benéfico.) Lo que
entonces, que examinemos las prácticas en las que se muestra sostengo es más bien que, en el campo epistemológico, algo
que una creencia estájustificada. La cuestión no es simplemen- podemos aprender de la manera en la que se fundamentan
te que si una creencia funciona cuando se actúa con base en los juicios éticos en una teoría consecuencialista. Ton1ando un
ella, entonces automáticamente está justificada, sin importar la ejemplo simple, actuar conforme a la creencia de que el fuego
naturaleza y/ o el valor del contexto práctico. Es, más bien, que no puede quemarme tendría consecuencias prácticas serias. Es-
localizar una creencia en la práctica cognitiva se al~ja construc- tas consecuencias muestran no sólo que es il~justificable que yo
408 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 409

sostenga esa creencia, sino también que esa creencia es falsa. teoría análoga a la ética deontológica. Al basar los juicios en
Ahora bien, este ejemplo está mejor definido de lo que lo es- hechos acerca del carácter de quien afirma conocer, se permiti-
tarán la mayoría de los ejernplos de ética y de la epistemología, ría que la justificación tuviera fuentes que ni los fundacionistas
debido al grado en que es concluyente, pero lo que plantea es estrictos ni los coherentistas pueden aceptar por hipótesis.
que las creencias están sustentadas por lo que pasa en el mun- Debemos mencionar un paso más que precede el tránsito de
do, no por las implicaciones entre proposiciones. Una pregunta Sosa hacia el "fiabilisrno". Sosa dirige la atención a la verosimili-
distinta es si las creencias o las afirrnaciones de conocimiento tud de suponer que "los seres con mecanismos observacionales
son o pueden ser válidas en cualquier momento, o si incluso radicalrnente diferentes de los nuestros" (1980, p. 20) también
las creencias que damos por sentadas, como la que acabo de son capaces de adquirir conocimiento de su entorno. El fun-
mencionar, son corregibles o falibles. dacionismo, con su insistencia en basar el conocimiento en la
Para seguir la analogía con la ética, el siguiente paso se- experiencia sensorial expresable en proposiciones de lenguaje
ría preguntarnos si (como insisten muchos fundacionistas) una natural, debe restringir el título "conocimiento" a productos de
creencia debe ser infalible para desempeñar el papel de funda- la empresa cognitiva humana. Esta restricción, según sostiene,
rnento. Un movimiento crucial aquí es hacer de la justificación trae corno consecuencia un supuesto no respaldado acerca de
un punto central, de manera que pueda reconocerse que aque- la singularidad de la cognición humana. Ahora bien, aunque
llo que está justificado está bien respaldado, debido a que no no me interesa especiahnente dar cabida a la posibilidad de
hay razones apreciables en su contra, aunque no tiene por qué que seres extraterrestres (como en el ejemplo de Sosa) tengan
considerarse como necesariamente verdadero. De esta forma conocimiento, no tengo razones para suponer que no puedan
se declara la inutilidad de una búsqueda de verdades finales o tenerlo, si acaso existen. De mayor interés, sin embargo, es que
absolutas. Tal vez en ética nunca sea posible determinar que aceptar lo anterior supone poder dar cabida, dentro de la teoría
una acción es absolutamente correcta, en el sentido de ser la del conocimiento, al hecho de que otros seres sensibles con los
mejor de las acciones posibles en ciertas circunstancias; sin em- que estamos familiarizados tienen, a todas luces, conocimiento
bargo, hay muchos momentos en la experiencia humana en los de su entorno. 3
cuales se declara razonablemente que ciertas acciones están Resumiendo la propuesta de Sosa, nuestro conocimiento no
justificadas. De rnanera análoga, existen creencias justificadas puede estar fundamentado, pero un cuerpo coherente de co-
que pueden no ser verdaderas en un sentido intemporal abso- nocimiento requiere todavía un vínculo cuasifundacional con
luto, y mucho menos, infalibles o incorregibles. La creencia de la realidad. La ortodoxia proposicional es sospechosa, y los su-
que la Tierra es plana es un buen ejemplo: en su época fue una puestos implícitos, estrictamente fundacionistas, acerca de que
creencia razonable, aunque, por supuesto, no infalible, sobre la nuestro modo (hu1nano) de conocer debe tener una base infali-
cual se fundó un co~unto de creencias secundarias. Sostener ble y que éste es el único que merece ser llamado "conocimien-
dicha creencia es menos razonable en nuestros días, aunque se to" están equivocados. Una teoría adecuada del conocimiento
podría decir que no es completamente irresponsable. requiere un principio fundamental, similar a una versión ge-
Cambiando la atención hacia el "carácter" intelectual de los neralizada del principio de utilidad, con la capacidad de apli-
sujetos cognoscentes, Sosa propone una teoría epistemológica carse en una multitud de situaciones y de sujetos cognoscentes
de cualidades o caracteres que pueda perrnitir "la supervenien- potenciales. No obstante, el principio se inclinaría a poner én-
cia de la justificación epistémica sobre hechos no epistérnicos 3 Al respecto, considérese el caso del perro de Bradley, que "dicotomiza
como la totalidad de las creencias del sujeto, su historia cogni- el mundo entre lo apestoso y lo no apestoso, usando como criterio 'lo que
tiva y experiencia!, así como muchos otros hechos no epistémi- es huele, y lo que no huele no es nada'" (Bradley 1922, cit. en Emmet 1966,
cos que parezcan pertinentes" ( 1980, p. 18). Se trataría de una p. 26).
410 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 411

fasis en lo deontológico; quizá, de hecho, se interpretaría con epistemología, la responsabi~idad epist~mica es una virtu~ cen-
mayor precisión como una amalgama de lo mejor de esos dos tral a partir de la cual irradian otras virtudes. E.sto es anal~go
enfoques, coherentista y deontológico, otorgando algo más de a la forma en la que, para los hedonistas, la felicidad es el bien
peso a este último. Ese principio no debería estar atado (esto central y, para Kant, la buena voluntad e~ el. único bien en sí
es, ·no debería atar conocimiento y justificación per se) a cier- mismo, del cual se derivan todos los demas bienes.
to tipo de seres sensoriales con ciertos tipos de circunstancias
históricas y espaciales. 2 . .Antecedentes epistemológicos
En una teoría del conocimiento reformulada de acuerdo con
La afirmación de que hay un vocabulario con notables ele-
estos puntos, el centro de atención epistémica se convertirá en
mentos en común en el lenguaje de la moralidad y en el de
una analogía intelectual de las virtudes y de las disposiciones
la epistemología no es nueva ni so~:pr~nde~te. Ha~lam~s por
estables. Así como, en gran medida, las acciones de una per-
igual de acciones que es "correcto y .equivocad~ reahza~ o
sona pueden juzgarse con referencia a su fiabilidad moral, así
que "deben" realizarse, que de creencias qu~ es. cor~ecto e
también la actividad cognitiva y sus productos se pueden juz-
"incorrecto" sostener (con base en la evidenCia disponible), ~e
gar con referencia a la fiabilidad epistémica de los sujetos cog-
proposiciones que se "deben" creer. Es ':permisible" c?ndunr-
noscentes potenciales. En este enfoque se encuentra implícito
se de ciertas maneras si las circunstancias son apropiadas, es
el reconocimiento del grado eu el cual situaciones de búsqueda
"permisible" trazar ciertas conclusiones .si los hechos son apro-
del conocimiento y situaciones en que se evalúan las afirmacio-
piados. Atribuimos integridad n1oral e I~~electual a l.as pe~so­
nes de conocimiento invocan preguntas acerca de en quién se
nas las declaramos racionales en la accwn y en la Investiga-
está dispuesto a confiar y por qué. En una postura ética de esta
ció~, las condenamos tachándolas de moral o intelectualmente
naturaleza, la justificación principal se apega a las virtudes mo-
descuidadas.
rales, a disposiciones estables para actuar en cierto sentido. Se
La gran familiaridad con esta afi~i~a~ tan cerc~na entre la.s
otorga una justificación secundaria a actos particulares por sus
formas del discurso moral y el epistemico, ampliamente evi-
fuentes de virtud, aunque, como explicaré, esta conexión no es
simple, automática o directa. dente en la literatura, puede sugerir que la propuest~ de Sos~
no sea tan novedosa como lo sostengo. Por lo tanto, es Instructi-
Para la epistemología modelada conforme a este paradig-
vo examinar algunos ejemplos de textos donde esta coin~id~n­
ma, el peso recaerá sobre la justificación de creencias o afir-
cia semántica sea evidente, para observar si, de hecho, 1nd~ca
maciones de conocimiento particulares de S en t, no sobre la
una afinidad sustantiva subyacente entre los dos campos de In-
justificación en general o en abstracto. Se otorgará importan~
vestigación. Por supuesto, lo que voy a presentar es sólo ~na
cía evaluativa a la disposición intelectual de S, que de mane-
pequeña muestra, para mí representativa, a la que se podnan
ra clara es de cierto tipo, en la medida en que adopta cier-
añadir muchos más ejemplos.
tas virtudes intelectuales. Este intento apelará, necesariamente,
Consideremos The Problem C!f Knowledge (1956), donde Ayer
a los criterios sociales de la conducta cognitiva virtuosa. En
habla del conocimiento como "tener el derecho de estar segu-
otras palabras, el juicio epistemológico no es sólo asunto de
ro" .4 ÉJ escribe acerca de "estar acreditado" para hablar acerca
evaluar la conducta individual jJer se, sino de evaluarla como
de que algo es verdadero (p. 22), y de "los derechos a ~epro­
una manifestación de prácticas sociales justificables y enfoques
charme" si mis credenciales epistémicas no cumplen CI~r~os
de investigación. Es crucial reconocer a los individuos como
estándares (p. 17). Pero, para Ayer, las afinidades con la e,tic~
seres sociales, como miembros de comunidades con todas las
que esta explicación pueda implicar son puramente semanti-
obligaciones que implica la membresía, tanto en las actividades
intelectuales, como en las morales. Argumentaré que, para esta 4 Véase Ayer 1956, pp. 31 y ss.
412 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 413

cas. N o hay ninguna propuesta de que la episternología se en- Estos argurnentos sólo tienen cierta pertinencia para mi pos-
tienda corno una búsqueda análoga a la de la ética, ni de que tura. La tienen porque tratan algo más que pura sernántica, en
los modelos de razonamiento sean semejantes. Los derechos y particular, el último trabajo. Indican que no sólo el discurso,
las acreditaciones en cuestión dependen completarnente de los sino también los presupuestos y razonamientos involucrados
criterios empiristas habituales para hacer afirmaciones de co- en ética y epistemología son marcadamente semejantes. Esto
nocimiento justificadas. No hay ningún indicio de que los teó- sugiere, aunque Chisholrn no lo explora, que sacar a la luz las
ricos del conocirniento pudieran beneficiarse de reestructurar posibilidades explicativas inherentes a las semejanzas podría
su búsqueda para sacar provecho de una afinidad sustantiva llevarnos a una mayor comprensión tanto en ética corno en
con la teoría rnoral. epistemología. N o queda claro si, para Chisholm, las semejan-
Con Chisholm, la cuestión es un poco distinta, y lo es de zas son meramente metodológicas o también sustantivas. Aun
una manera aleccionadora. Él observa que el razonamiento y así, es razonable interpretar que permite alguna de las dos po-
el discurso epistémicos son notablemente semejantes al razo- sibilidades o ambas.
namiento y el discurso éticos, que muchas características que En todo caso, a Chisholm estas semejanzas no le parecen de
los filósofos "han pensado que son propias de los enunciados mucha importancia, o, al menos, su postura es ambivalente.
éticos también se aplican a los enunciados epistémicos" (Chis- Por el contrario, en mi opinión, entender el concepto ')usti-
holm 1969, p. 4). Posteriormente, conectando las afirmacio- ficar" en su sentido ético de hecho puede ayudar a distinguir
nes éticas y las epistérnicas con afirmaciones de sentirnientos entre "conocirniento y creencia verdadera que no es conoci-
y emociones, sostiene que ninguno de estos tipos de afirma- miento". Cuando menos, puede proveer nuevas ideas que ayu-
ciones puede ser ni verdadero ni falso (p. 160). Esto esboza den a entender precisamente lo que es importante, y lo que no
una línea de argurnentación central en la posición filosófica lo es, acerca de la distinción. De hecho, la distinción puede
posterior de Chisholm, según la cual no existen proposiciones volverse inútil en sentido filosófico. Cabe la posibilidad de que
en primera persona, sino sólo atribuciones de propiedades a desarrollar el enfoque consecuencialista esbozado arriba mos-
uno mismo (por lo tanto, no afirmamos "Veo rojo", sino "Se trara que, en la medida en que tengamos buenas razones para
me aparece rojamente"). 5 La conexión con la ética sugiere aquí considerar que nuestras creencias verdaderas son verdaderas y
que lo rnismo será verdad en el discurso moral. sin tener ninguna razón en contra, el hecho de que éstas sean o
En "A Version of Foundationalism" ( 1980), publicado en los no conocimiento no constituye ninguna diferencia significati-
va. Los filósofos prefieren no dar la designación (honorífica) de
Midwest Studies V, Chisholm, más o menos de pasada, llama
"conocimiento" cuando -sin que la persona que cree lo sepa-
la atención hacia la forma en que "las presuposiciones de la
la creencia es verdadera pero no está justificada conforrne a
teoría de la evidencia son análogas, en aspectos fundamenta-
los procedimientos y principios epistémicos aceptados. Pero
les, a los presupuestos de la ética". Concluye el artículo con
una reconstrucción del argumento al estilo consecuencialista
la afirmación de que, aunque, en su opinión, entender el con-
podría mostrar que la diferencia, aunque de hecho interesan-
cepto ')ustificar" en su sentido ético no ayuda a clarificar la
te, carece de importancia filosófica. Siguiendo una argumenta-
distinción entre "conocimiento y creencia verdadera que no
ción similar acorde al modelo deontológico, una afirmación de
es conocimiento", él pretende "dejar abierta la posibilidad de
conocimiento bien podría adquirir una cada vez mayor credibi-
que el sentido epistémico de justificación se pueda explicar en
lidad para S en t en vista de que su fuente reside en procedi-
términos puramente éticos" (1980, p. 563).
mientos (epistémicamente) virtuosos. De nuevo, la distinción
entre conocimiento y creencia verdadera que no es conoci-
5 Véase Chísholm 1981, pp. 93-95. rniento vería disrninuida su importancia. (Según esta línea de
414 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 415

razonamiento, aquello que puede realmente contar como co- afirmaciones éticas que expresan principios fundamentales de
nocimiento en un sentido definitivo será, de hecho, muy poco su teoría del conocimiento. 7
-lo que llamamos conocimiento está constituido realmente en Una cosa es afirmar, como lo hace Chisholm en el artículo
su mayoría por creencias bien respaldadas-. Pero ésta no es sobre Lewis (pp. 225-226), que defendemos nuestras creen-
una mala situación, ni en ética ni en epistemología. Es realista cias y conclusiones en formas muy semejantes a aquellas en las
y representa un reto.) que defendemos nuestras acciones morales, y otra, significati-
La propuesta con que concluye Chisholm es que debe man- vamente diferente, es afirmar que nuestros principios epistémi-
tenerse abierta la pregunta acerca de si el sentido epistémico de cos son principios morales tout court. De nuevo, la diferencia no
'justificación" se puede explicar en términos puramente éticos es meramente semántica. Es por completo razonable argumen-
(1980, p. 563). Si bien la propuesta anterior no permitía sufi- tar, de un modo convincente y concluyente, como lo hace Firth,
ciente, esta última concede de1nasiado, debido a que Chisholm por ejemplo, que los conceptos epistémicos no son reducibles
muestra sus posibles implicaciones con el ejemplo de que te- a conceptos éticos; 8 pero es un asunto muy diferente propo-
nemos derecho a creer lo que queramos mientras nadie más ner, como lo hago yo, que estructuramos nuestro razonamiento
resulte afectado. Esto fundiría la justificación epistémica con epistemológico en analogía con nuestro razonamiento moral.
la justificación ética de una forma no particulannente ilumi- Esto no equivale a insistir en que separemos los usos mora-
nadora. Es cierto, por supuesto, que en una gran variedad de les y epistémicos de términos como "correcto", "incorrecto",
casos puedo creer lo que quiera o, más rigurosamente, puedo "bueno", "malo", 'justificado", "injustificado". Lo importante
creer aquello que me funcion;;t, mientras no lastime a nadie es entender las semejanzas y diferencias en los procesos de ra-
o tenga un efecto adverso en alguien más. Este planteamiento zonamiento que garantizan la aplicación de esos términos.
es casi puramente moral. La pregunta más interesante, para Para Chisholm, la posición de Lewis es que juzgar acerca de
mí, es si puedo estructurar mi epistemología de manera que la calidad o el carácter de una creencia constituye el aspecto
resulte epistémicamente incorrecto sostener ciertas creencias, ya ético de la epistemología: que, según Lewis, no es necesario
que mis principios epistémicos no lo permiten. La concesión tener un sentido específicamente epistémico para interpretar
de Chisholm al discurso moral no aborda este tema. las designaciones "correcta" e "incorrecta" de las creencias. Sin
embargo, yo pienso que, particularrnente en su artículo "The
Espero que hasta aquí quede claro que esta reorientación
Rational Imperatives" (1969), Lewis no está escribiendo acerca
del énfasis epistémico no se debe entender como una propues-
de la ética de las creencias per se, sino, más bien, acerca de algo
ta de que la investigación epistemológica se vea simplemente
muy parecido a lo que yo defiendo en este texto: concentrarse
como el estudio de la ética de las creencias. 6 Por momentos, se
en aspectos reveladores de la analogía que se puede establecer
tiene la impresión de que Chisholm se resiste a desarrollar una
entre el razonamiento moral y el epistémico.
analogía entre la ética y Ía epistemología, porque no quiere que
En ese artículo, Lewis contrasta una forma de crítica mo-
las preguntas epistemológicas se entiendan simplemente como
ral que sostiene que el agente es responsable "exclusivamente
una especie más de pregunta ética. Esta impresión es especial-
del valor moral de sus intenciones y no de su validez cognitiva
mente fuerte en su artículo "Lewis' Ethics of Belief" (1966), en
como predicciones" (p. 163), con formas de crítica en las cuales
el cual interpreta las afirmaciones de Lewis acerca de las creen-
cias justificadas e injustificadas, correctas o incorrectas, como 7 Véase Chisholm 1966, p. 232.
8 Firth 1978. No estoy convencida de que "reducible" sea el término apro-
6 piado en este caso, pues usarlo implica que si la respuesta fuera afirmativa,
Desarrollo este punto más a fondo en el capítulo 4 de EjJisternic ResjJonsi-
bility ( 1987), donde muestro la relación entre mi posición y varias discusiones los términos epistémicos perderían importancia y estatus. Por ello, hay cierto
'acerca de la ética de las creencias. grado de petición de principio en él.
416 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 417

el agente es considerado responsable de la validez cognitiva de ría que la validez de esto es un ideal. Peirce observa que "el
sus intenciones morales. Este contraste sugiere que, para él, las autocontrollógico es un espejo perfecto del autocontrol ético"
dos son cuestiones distintas, si acaso complen1entarias. En este (1934d, p. 288, § 419) (aunque yo los considero análogos), y
contexto, se refiere a un "sentido en el que la corrección cogni- sus observaciones de que "el contenido [purport] de cualquier
tiva es ella rnisma una preocupación moral, [ ... ] en la acepción concepto es la relación que concebimos que tiene con nuestra
amplia de moral" (p. 163). Éste es el sentido que yo preferiría conducta" (1934c, p. 312, § 460) captan un rasgo central de mi
llamar analógico, para indicar que el razonarniento también es postura.
análogo al razonmniento rnoral, pero no es idéntico a él; por
consiguiente, ninguno subsurne al otro. Hacia el final de su 3 . Responsabilismo
artículo, Lewis examina si en algún mornento es correcto creer La pregunta es, entonces, precisamente qué implicaciones ten-
sin una justificación cognitiva, y sólo hasta entonces formula drá colocar la responsabilidad episténlica en un lugar central
preguntas que pertenecen propiamente al contexto de la éti- de la teoría del conocirniento. Sosa escribe acerca de su pro-
ca de la creencia. Hasta este punto, examina las interrogantes puesta "fiabilista":
sobre corrección objetiva, contundencia en el razonamiento y
validez cognitiva como preguntas que no constituyen de una En epistemología, hay razones para pensar que la noción más
manera obvia simplernente un tipo de pregunta ética. Esto es útil y reveladora de virtud intelectual probará ser más amplia de
lo que yo propongo: que reconozcamos y aprendamos de las lo que sugeriría nuestra tradición y debe otorgar el debido peso
sernejanzas entre los dos rnodos de investigación sin confun- no sólo al sujeto y a su naturaleza intrínseca sino también a su
dirlos. entorno y a su comunidad epistémica. 9
En rni interpretación de los escritos de Sosa y en la posi-
ción que procederé a desarrollar, hay algunas afinidades con Una elaboración de esta noción de virtud intelectual, junto con
la teoría de la investigación de Peirce; por ejernplo, en el desa- una consideración de cómo otorgar importancia epistémica a
cuerdo con el fundacionismo estricto y con la visión crítica del la naturaleza del sujeto, su entorno y su comunidad epistémica,
modelo intelectualista de la justificación; en la exhortación a proveerán una respuesta preliminar a la pregunta anterior.
concentrarse en las prácticas; en el énfasis en la importancia En contraste con el "fiabilismo" que propone Sosa, llamo
de las consecuencias, y en el acuerdo irnplícito hacia el "falibi- a mi postura "responsabilismo", al menos cuando lo que está
lisn1o". Le concedo mayor importancia al carácter intelectual en discusión es el conocimiento humano; esto porque el con-
de los sujetos cognoscentes que Peirce, aunque podría decir- cepto "responsabilidad", a diferencia del concepto "fiabilidad",
se que esa importancia se encuentra iinplícita en su posición. permite poner el énfasis en la naturaleza activa de los sujetos
A diferencia de Peirce, no considero que el rnétodo científico cognoscentes/ creyentes. 10 En mi opinión, un sujeto cognos-
sea el método paradigrnático de investigación; tampoco estoy cente/ creyente tiene una amplia gama de posibilidades de elec-
convencida de que toda investigación se acercará, a fin de cuen- ción acerca de las formas de estructuración del conocirniento
tas, a la verdad, a una única e idéntica verdad. Peirce sugiere y será responsable de esas elecciones, mientras que un sujeto
que éste es el objetivo de la investigación, por ejernplo, en su 9 Sosa 1980, p. 23. El autor elabora su teoría del fiabilismo con más detalle
caracterización de la actividad del pensamiento corno aquella
en Sosa 1985.
"mediante la cual llegamos, no adonde deseamos, sino a un 10 De cualquier manera, debo admitir que "fiabilidad" guarda una conexión

objetivo predeterminado[ ... ] [una] opinión predestinada[ ... ] más cercana con la verdad y el respaldo que la que puede establecer "respon-
condenada a ser, a fin de cuentas, aquello con lo cual todos sabilidad"; a pesar de esta clara desventaja, opto por "responsabilismo" por
los que investigan concuerdan" ( 1934b, § 407). Y yo concede- las ventajas citadas.
418 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 419

cognoscente "fiable" podría ser sólo una grabadora precisa y mano debe tomar en cuenta la calidad de esa actividad. Por
relativamente pasiva de experiencias. En general, hablamos de "actividad cognitiva" quiero decir percibir, recordar, razonar,
una computadora "fiable", y no de una computadora "respon- conocer, creer, hablar, imaginar, fantasear, actividades que se
sable". Podemos juzgar que una persona es responsable o irres- originan en la experiencia del mundo y de nosotros mismos
ponsable sólo si la distinguimos claramente como agente (en como parte de éste, es decir, en la conciencia y la autoconcien-
este caso, un agente cognitivo) en las circunstancias en cues- cia. La actividad cognitiva es primordial para ser humano, en
tión. Una evaluación de la búsqueda humana del conocimien- el sentido de que casi siempre se lleva a cabo, quizá incluso
to en ténninos de responsabilidad es instructiva, precisamente cuando dormimos (al1nenos, tal vez en los suei1os). Además,
por la naturaleza activa y creativa de esa empresa. esta actividad es fundamental para todo lo que hacemos, desde
realizar nuestras actividades cotidianas como tomar una pluma
3 . 1 . Virtud y virtudes intelectuales para estampar nuestra finna, hasta responder a otras personas,
Según Aristóteles, la virtud del ser humano descansa en su ex- hacer razonamientos filosóficos o llevar a cabo aquellas accio-
celencia particular qua ser humano: la virtud es "el nwdo de nes de las cuales emitimos juicios morales. De cualquier mane-
ser por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza ra, no es la función genuina y esencial de un ser humano, ni en
bien su función propia". 11 La virtud es una concepción teleo- el sentido de que sea una función exclusiva que los seres huma-
lógica en el sentido de que poseerla y ejercerla nos conduce nos no comparten con otros seres vivos sensibles, ni tampoco
con toda confianza a la realización de ciertos fines. El ~jerci­ en el sentido de que un ser humano sólo sea auténticamente
cio de virtudes específicas como la generosidad o la bondad humano cuando emprende una tarea cognitiva.
produce o incrementa el bien moral en su poseedor y también N o insisto en la posición central de la actividad cognitiva
puede au1nentar el bienestar de sus asociados. En resumen, las simplen1ente para insinuar que nos podrían juzgar intelectual-
virtudes son cualidades valiosas de quienes las poseen, pues, mente virtuosos por nunca cometer errores al estampar nues-
en general, parece que actuar bien nos hace 1nejores personas tra firma. Ser intelectualmente virtuoso no consiste sólo en ob-
y más felices; a menudo, las virtudes también acarrean benefi- tener una buena puntuación en términos de las tareas cogniti-
cios para otros, dado que una conducta virtuosa casi siempre vas emprendidas que han resultado correctas. La virtud intelec-
se dirige a otras personas y tiende a ser agradable para ellas. tual tiene más que ver con poseer un conjunto de cualidades y
capacidades bastante estables y en las que se puede confiar, las
De acuerdo con Aristóteles, la "función propia" de los seres
cuales se 1nanifiestan en nuestra orientación respecto del mun-
humanos quedará clara a partir del conocilniento de la esen-
do, respecto de nuestro propio yo en busca de conocimiento
cia humana. Aunque no pienso que exista una "humanidad"
y respecto de otros seres como yo que forman parte del Inun-
esencial, sí pienso que la actividad cognitiva es tan importante
do. En 1ni opinión, esta descripción es sirnilar, por ejemplo,
en la vida humana que cualquier evaluación del carácter hu-
a lo que John McDowell tiene en mente cuando sostiene que
11 Aristóteles, Ética nicomáquea, libro II, capítulo 4. Es útil retomar la expli- los conceptos de virtudes particulares se utilizan "para marcar
cación de las vitudes que proporciona Aristóteles, pues en muchos sentidos sü similitudes y diferencias entre las manifestaciones de una sen~
obra sobre el tema no ha sido superada. Philippa Foot defiende una opinión sibilidad individual que, en general, constituye lo que la virtud
similar acerca del valor del trabajo de Aristóteles en el ensayo que da nombre es: una capacidad para reconocer los requisitos que las situacio-
a su libro Virtues and Vices ( 1978). Mi deuda con su discusión sobre las vir-
nes imponen a nuestra conducta" (1979, p. 333). Las virtudes,
tudes en ese volumen quedará manifiesta en las páginas siguientes. Alasdair
Maclntyre en After Virtue (1981) defiende de manera convincente la pertinen- tanto rnorales como intelectuales, tienen que ver más con las
cia perenne de una explicación aristotélica de la virtud moral; por extensión, formas de relacionarse con el mundo que con el "contenido"
mucho de lo que afirma es pertinente para explicar la virtud intelectual. de acciones o afirmaciones de conocimiento particulares.
420 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 421

Aristóteles designó la sabiduría, la inteligen_cia y la pruden- zón, se puede predicar sabiduría de las actividades intelectua-
cia como las virtudes intelectuales prünarias (Etica nicomáquea, les del raciocinio, que son, adernás, experünentales, creativas
libro I, capítulo 13). Ésta no es una lista exhaustiva de todas las y constructivas; de hecho, es predicable de toda la gama de
virtudes posibles de este tipo, pero aquí no es tan importante actividades cognitivas, aunque probablernente en ciertos nive-
trazar un catálogo de virtudes como sí lo es exarninar el papel les cotidianos del sentido común no sea tnuy apropiado usar
de la virtud en la vida epistétnica. Voy a considerar que estas tan a la ligera el ténnino. (En el otro extremo de la escala,
tres virtudes son apropiadas pero no abordaré como terna de perrnitir que la sabiduría incluya la razón intuitiva, como lo
interés central hasta qué punto está con1pleta la lista. hace Aristóteles, podría tener in1plicaciones importantes para
Para Aristóteles, la sabiduría es el "rnedio o instrumento esta última. A pesar de las críticas que en el ámbito filosófico
para aprehender los prirneros principios" (Ética nicomáquea, li- a menudo provocan las afinnaciones basadas en la razón intui-
bro VI, capítulo 6) y conocer "la verdad sobre esos principios" tiva, es tnás probable que las consideremos favorablemente y
(libro VI, capítulo 7). Para él, ésta es la virtud intelectual supre- les concedamos credibilidad, cuando las hace alguien a quien
ma, al menos, cuando se entiende como sabiduría general, en tenemos razones para considerar sabio.)
oposición a una excelencia particular (por ejemplo, para reali- La sabiduría y la responsabilidad epistémica están tan es-
zar un arte específico). Con toda precisión, se declara a la sabi- trechamente relacionadas que son casi intercambiables. Es evi-
duría como atributo de una persona en reconocirniento de la dente que una persona sabia será epistémicamente responsable
excelencia de la parte especulativa de su alma; su dominio es en la mayoría de los casos en los que el término es aplicable,
la contemplación de las verdades científicas eternas, de los pri- y que una persona epistémicatnente responsable se esforzará
meros principios y de las inferencias a las que se puede llegar por lograr la sabiduría. Sin ernbargo, prefiero considerar la
a partir de ellos. No tiene nada que ver con el descubrimiento. responsabilidad epistémica co1no la virtud prin1aria por las si-
Comparto la opinión de que la sabiduría es una virtud inte- guientes razones: primero, a pesar de que rechazo la división
lectual de importancia fundamental, pero rechazo la doctrina aristotélica del alma, la cual coloca en una posición central a
de la división del alma que da lugar a ésta en el pensamiento la sabiduría, este término, con su larga tradición, conlleva una
aristotélico y la postura de que la ciencia es una disciplina cuyos connotación contemplativa que niega o minüniza la naturale-
objetos son inmutables y eternos. Según 'la entiendo, la sabidu- za activa de la vida cognitiva hunmna. Segundo, aunque po-
ría se relaciona con saber cuál es la rnejor n1anera de abordar damos estipular su significado, la sabiduría conserva en gran
la justificación de las creencias y las afirmaciones de conoci- medida la cualidad estática que tiene para Aristóteles: es difícil
tniento. Cuando digo "la mejor manera" no quiero decir ni la concebir que un hon1bre sabio deje de serlo (en la medida en
rnás "ingeniosa" ni la Inás "habilidosa" sino, "con la mayor ho- que esté en. pleno uso de sus facultades). Tercero, la sabiduría,
nestidad intelectual y el debido cuidado". Esto implica hacerse como propone Aristóteles, parece ser una cualidad apropiada
una buena idea del grado en el cual hay que esforzarse antes a cierta edad; la responsabilidad epistémica no. Es menos pro-
de que sea razonable afirmar conocimiento o sostener alguna bable que hablemos de una persona sabia de dieciséis años que
creencia; lo que es más importante, para distinguir nítidamen- de alguien episténücamente responsable a esa edad. Por ello,
te entre ingenio y sabiduría de rnanera 1nás llana, esta últiina prefiero considerar a la sabiduría como el objetivo último, tal
supone conocer qué fines cognitivos vale la pena perseguir, y vez inalcanzable, por el cual lucha una persona epistétnicatnen-
entender qué valor tiene observar las etnpresas cognitivas par- te responsable.
ticulares en contexto, para hacer una valoración exacta de su Es adecuado incluir la inteligencia dentro de las virtudes in-
importancia. Tampoco es adecuado restringir el alcance de la telectuales en la medida en que no implica ni una capacidad
sabiduría sólo a las actividades especulativas. Con bastante ra- intelectual de la que estamos dotados genéticamente, ni tampo-
422 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 423

co, co1no para Aristóteles, la realización de distinciones "mera- ticularn1ente precavida y conservadora, 1nás preocupada por
, ·
mente cntiCas " . 19- s·1 1a enten d emos como la virtud
· que opera evitar el error que por la creatividad y la exploración de nuevas
cuando intentamos observar clara y cuidadosa1nente una situa- posibilidades. Dentro de la esfera más amplia donde viven los
ción, para no d~jarnos llevar indebidamente por la afectividad, buenos sujetos cognoscentes ha de tener cabida el moscardón
la inteligencia pertenece a las virtudes intelectuales. Subrayo socrático y aquellos que adoptan posiciones extravagantes para
"indebidamente" porque no creo que siempre nos quedemos 1nantener a la comunidad epistémica alerta y evitar que caiga
inconmovibles o impasibles ante lo que nos impacta cogniti- en la complacencia o la inercia. Al respecto, viene a la mente
vamente, aunque sea de manera ligera; tarnpoco creo que de- Nietzsche, con sus cuestionamientos a las pautas de pensamien-
bamos luchar por permanecer así. En este punto, la doctrina to moral y epistemológico, así como Feyerabend y su cuestio-
del término medio de Aristóteles (Ética nicomáquea, libro II, namiento a la propia noción de tnetodología científica.
capítulo 5) es apropiada. Conceptuahnente es problemático acomodar a este tipo de
También es apropiada cuando se trata de la virtud de la pru- pensadores dentro de una teoría basada en la responsabilidad.
dencia. Desde mi perspectiva de la virtud intelectual, hay que Nadie tiende a poner en duda su interés en conocer bien; el pro-
interpretar la prudencia de manera hasta cierto punto diferen- blema conceptual surge, más bien, porque esos proyectos alien-
te de la que la división aristotélica del alma implica, con su tan la conclusión paradójica de que algunas veces podría hacef
distinción entre la sabiduría teórica y la práctica. Según Aris- falta ser episten1ológicmnente irresponsable, al menos a los ojos
tóteles, se recurre a la prudencia, en el m~jor de los casos, de la comunidad, para ser responsable. 13 Entonces, los suje-
para evaluar los fines a los que puede servir el conocimiento tos cognoscentes, que están abierta y responsabletnente com-
de manera responsable. Tal como yo lo entiendo, la prudencia prometidos a entender el mundo de la mejor manera posi-
intelectual está estrechamente relacionada con la sabiduría y ble (en particular, si "mejor" se puede etnpatar, hasta cierto
posee una influencia considerable sobre los juicios de respon- punto, con la "creatividad" y la "inventiva"), no pueden sim-
sabilidad epistémica. En otras palabras, hay cierto sentido en el plemente condenar una rebelión episté1nica ni los experimen-
que la prudencia, en contraste con la imprudencia, sé emplea tos Inentales aparentemente extravagantes, subversivos del dis-
en contextos tanto epistémicos como éticos. Ésta supone juzgar curso "recibido", por engaflosos o rechazarlos por irracionales.
qué líneas de investigación es prudente o no seguir, tener no- Se puede propiciar un aco1nodo conceptual de estas posturas,
ción de nuestras limitaciones y tener la capacidad de observar aunque no sea total, haciendo referencia a la teoría de los ca-
las dificultades irresolubles que ciertas líneas de investigación racteres ~jemplares de Maclntyre que expongo en el capítulo 2
podrían presentar; una vez que aparecen tales dificultades; hay de Epistemic Responsibility ( 1987). La credibilidad intelectual de
que resolverlas, pero bien podrían ignorarse sin dañar la inves- Sócrates, Nietzsche y Feyerabend permite que cada uno, a su
tigación como tal. Lo que está en juego aquí es, sobre todo, un manera, pueda dese1npeñar el papel de n1oscardón y señalar
juicio preciso acerca del grado de nuestras capacidades. Esta 13 Constantine Boundas atrajo mi atención hacia esta paradoja. En su ex-
virtud intelectual es de tal naturaleza que, si se busca en exce- ploración (wittgensteiniana) de las formas que pueden adoptar las desviacio-
so, se convierte en timidez intelectual. nes de la moral tradicional, Sabina Lovibond observa que "una característica
La caracterización de la prudencia es una tarea difícil de esencial de los juegos es que sus reglas se pueden modificar en cualquier
alcanzar, porque poner demasiado énfasis en ella lleva no sólo momento, según la voluntad de cualquiera de los jugadores o de todos ellos
a la timidez sino a una concepción de la vida epistémica par- con miras a hacer más disfrutable el juego. Tales cambios, además, pueden
iniciarse a partir del comportamiento experimental de uno de los jugadores
12
Ética nicomáquea, libro VI, capítulo 2. Cuando nos referimos a la disposi- que, como 'el anarquista epistemológico' de Paul Feyerabend, 'puede afirmar
ción genética de la capacidad intelectual, el término más adecuado que pode- lo que quiera y a menudo afirmar cosas absurdas con la esperanza de que esto
mos emplear es el "fiabilismo" de Sosa. conduzca a nuevas formas de \ida'" (citado en Lovibond, p. 171).
LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 425
424

las grietas en el edificio del conocimiento "establecido", de tal En su discusión acerca de la virtud y la vida buena en The
forrna que otros pensadores responsables tengan que tomar car- Sovereign~y of Good (1970), 14 Iris Murdoch (con quien, por lo
tas en el asunto. Los catalizadores del cambio cognitivo desem- demás, sin1patizo en general) 1nás bien considera poco ·impor-
peñan un papel tan vital en las comunidades de los sujetos tante el autoconocirniento corno objetivo de alguien virtuoso
cognoscentes como el de los conservadores de las prácticas es- (pp. 67-68). Estoy en desacuerdo con ella al respecto; el au-
tablecídas. toconocinüento es crucial, precisarnente porque el yo tiende a
Las virtudes intelectuales aristotélicas redefinidas de esta imponerse insistente1nente en todas las actividades humanas,
forrna llevan a cabo, en gran medida, la misma función en las en todos los intentos de ser "objetivos". Necesitamos saber si el
actividades cognitivas que la que Sosa le atribuye a la virtud in- concepto del yo, que se entrornete en todo, es de hecho válido;
telectual. Él sostiene que a cada facultad hurnana le correspon- además, tenemos que conocernos a nosotros nüsmos para al-
de un conjunto distintivo de logros, de manera que la virtud de canzar una estimación exacta del grado en el cual conocemos,
cualquier facultad se rnanifiesta en su fiabilidad para alcanzar creemos justificadamente, nos autoengañamos o incumplimos
esos logros. Una virtud intelectual es "una cualidad dirigida a nuestra responsabilidad episté1nica. No está claro, como Mur-
nmximizar nuestro excedente de la verdad sobre el error" (Sosa doch parece creer, que el yo se entrometerá más y, por lo tanto,
1985, p. 227); es "una capacidad arraigada en el sujeto para de forma indebida como consecuencia de nuestro empeño en
distinguir la verdad del error de forma infalible o, al menos, alcanzar el autoconocimiento. Me parece que a lo que se refiere
fiablemente en un campo correlacionado" (p. 243). Sin duda, es que, a menudo, aquello que pasa por autoconocimiento es
la sabiduría, la inteligencia y la prudencia se encuentran entre autoengaño, pero, por la naturaleza comunitaria de la mayor
las cualidades de este tipo. Sosa considera que la razón intui- parte de la actividad cognitiva, es razonable suponer que nues-
tiva, la razón deductiva, la memoria proposicional, la intros- tras autopercepciones están expuestas al desafío de la comuni-
pección y la percepción son facultades cuyo ejercicio podría dad y, por lo tanto, a su revisión y corrección. Aquí también hay
ofrecer razones para juzgarlas virtuosas. Para mi explicación, grados de responsabilidad epistémica, aunque las dificultades
prefiero pensar en la acumulación de las virtudes en su posee- de evaluación sean grandes por la irnposibilidad de separar al
dor más que en lf!s facultades mismas; en particular, cuando el sujeto cognoscente de lo conocido. Sin embargo, a pesar de la
propósito es derivar atribuciones de responsabilidad epistémi- aparente circularidad de esta empresa, es importante aspirar al
ca a partir de la conducta cognitiva general de un individuo. autoconocimiento con el objetivo de evaluar el grado de nues-
Es más apropiado asignar tales atribuciones a las personas que tra propia responsabilidad, tanto epistémica como moral. No
a las facultades. podemos mejorar ese grado si no lo conocemos; la reflexividad
La virtud intelectual es también un asunto de orientación
respecto de nuestro propio yo en busca de conocimiento. En l4 En este trabajo, Murdoch sostiene que el amor es un concepto central en
otras palabras, para alguien intelectualmente virtuoso, el au- la moralidad. Parecería que esta opinión es exclusiva de la virtud moral y que
toconocimiento es tan importante como el conocimiento del no tendría nada que ver con la vida intelectual, pero, en mi opinión, éste no
mundo, y de hecho lo complementa. Aparentemente, para al- es el caso y tampoco parece serlo para Murdoch. El amor, entendido como
"la atención objetiva, asentimental, desapegada, humilde ... [la] capacidad
canzar la virtud debemos ser buenos en la introspección, y po- intelectual de percibir lo que es verdad, que es automáticamente y al mismo
demos cultivar esta capacidad, así como las demás cualidades tiempo una supresión del yo" (p. 66), está en consonancia con una teoría de
mencionadas, en nosotros mismos, aunque haya limitaciones la virtud intelectual en la misma medida en que lo está con una teoría de la
cruciales, conscientes e inconscientes, acerca del grado en el virtud moral. Se encuentra en el centro de la preocupación por conceder
cual se puede alcanzar o afirmar el autoconocimiento, incluso fuerza normativa al realismo, tal como lo argumento en el capítulo 6 de
Epistemic Responsibility ( 1987).
a través de la introspección.
426 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 427

es una realidad de la capacidad humana y (al menos, potencial- sueño o ilusión, y considera mt;jor saber, a pesar de la como-
mente) un valor. 15 didad y la complacencia tentadoras que una vida de fantasía o
ilusión (o una bien teñida de fantasía o ilusión) puede ofrecer.
3 . 2 . Carácter virtuoso
Es más fácil creer que la teoría que preferimos es verdadera
Entonces, ¿cómo vamos a delinear con mayor precisión la na- y suprimir las dudas persistentes que seguir las implicaciones
turale~a de ~n carácter intelectualmente virtuoso? Ya dtje que ae esas dudas y riesgos, y tener que nwdificar la teoría. Algu-
una virtud Intelectual es, sobre todo, una cuestión de cómo nas veces también es más sencillo creer que no podemos reali-
nos orientamos respecto del mundo y respecto de nosotros lnis- zar cierta tarea (esto es, engañarnos a nosotros mismos creyen-
mos en calidad de buscadores de conocimiento en el mundo. 16 do que es demasiado difícil), que, después de una evaluación
S~ lle:amos esta idea un poco más lt;jos, es útil pensar que el precisa de nuestras capacidades, reconocer la posibilidad de
bien Intelectual tiene una orientación realista. Sólo quien lu- realizarla y e1nprenderla. Alguien intelectualmente virtuoso,
cha ~or hacer justicia al objeto -al mundo que quiere conocer en las mismas condiciones, se inclina por la segunda opción en
~an bien como sea posible- es quien puede aspirar a la virtud cada caso.
Intelectual. En este contexto (como en el caso de Gosse antes Para la persona intelectualmente virtuosa, el conocimiento
de su crisis intelectual), el mismo término "realista" se usa con es bueno en sí misn1o y no sólo instrumentalmente; aunque,
. 17 u na persona Intelectualmente
f uerza normativa. . virtuosa va- como sucede en todas las afirmaciones aparentemente categó-
lora el conocimiento y la comprensión de cómo son las cosas ricas acerca de la virtud, este postulado es Inás complejo de
e~ realidad; resiste la tentación de vivir con explicaciones par- lo que parece. Dudamos en atribuir virtud intelectual a un co-
Cla~es cuando es posible alcanzar explicaciones más completas; leccionador voraz de datos, como el autodidacta de Sartre, o
resiste la tentación de vivir en la fantasía o en un mundo de a un acumulador de información con una mente "enciclopédi-
15
K.V. Wilkes, en su artículo "Response to C. Hookaway's 'Conscious Belief
ca". La duda surge de la creencia implícita de que es posible,
and Deliberation'" (1981) escribe: "hay fallas o defectos que nos permiten sos- al menos teóricamente, conocer todo y no entender nada. Las
tener [ ... ] ~reencias injustificadas, por ~jemplo, [ ... ] la negligencia, el ocio, capacidades evaluativas estarán bien cultivadas en un carácter
los pensamientos basados en deseos, la cobardía, el conformismo el autoen- virtuoso, cuya conciencia de la necesidad de comprender la
gaño [. · .] el descuido [ ... ]. Ya que, para aplicar el método soc~ático hace trascendencia del esfuerzo y de proceder en consecuencia será
falta hon~s.tidad, humildad y trabajo duro y ya que somos libres de ser pere-
zosos o. diligentes en la materia, a la actividad en cuestión se le pueden apli- manifiesta.
car noCiones como la de responsabilidad" (p. 100). Es evidente que, si somos Aunque doy por sentado que las virtudes son cualidades hu-
responsables en esa actividad, debemos tratar de conocer nuestros posibles manas benéficas, no siempre queda claro a quiénes benefician.
defectos y fortalezas; así como reconocer cuándo tenemos responsabilidad en A lo largo de la historia, la respuesta tal vez podría ser diferente
la actividad y cuándo no.
16 para las virtudes 1norales y para las intelectuales. En el primer
John McDowell contempla lo siguiente respecto de la virtud moral: "Una
buena pe:son~ tiene_ una sensibilidad fiable hacia ciertos tipos de requisitos
caso probablemente el beneficio sea mayor, a fin de cuentas,
que _la_s_ situaoone: Imponen al co~portamiento" (1979, pp. 331-332). La para los otros que para el poseedor, al menos para alguien a
sensibilidad se entiende aquí como un tipo de capacidad perceptual; algo de quien no le importan las recompensas celestiales. Las virtudes
e~ta na_turaleza está en la base de la orientación que estoy discutiendo para la rnorales son difíciles de alcanzar y de n1antener, y bien podría-
VIrtud mtelectual así como para la virtud moral. mos llevar una vida 1nás feliz y muy probablemente más fácil
17
Ésta es la misma fuerza que tiene el término en la manera en que Mur-
sin ellas. N o obstante, en términos de autorrespeto -y no de-
d~c~ lo emplea (véase en particular 1979, pp. 64 y ss.), aunque ese uso está im-
phCito a lo largo de todo el libro. Examino con mayor detalle las implicaciones bernos subestilnar su importancia- quizá estemos en mejores
de usar "realismo" normativamente en el capítulo 6 de Epistemic Responsibility circunstancias siendo virtuosos que viciosos. Desde un punto
(1978). de vista social, alguien virtuoso (aunque no alguien excesiva-
428 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 429

mente virtuoso) tiende rnás a ejecutar buenas acciones morales 3 . 3 . La naturaleza del sujeto, el arnbiente
y, en este sentido, la sociedad sale claramente beneficiada. y la cornunidad epistémica
De cualquier forma, las virtudes intelectuales, tal y como En una caracterización de la virtud, ya sea moral o intelectual,
se han entendido tradicionalmente, parecerían beneficiar, ante deben1os reconocer que lo que se describe es un ideal quizá
todo, a quien las posee. A nrenudo parece que a nadie rnás le nunca realizable a cabalidad, pero que, al misrno tiempo, man-
importa hasta qué punto somos epistérnicarnente responsables, tiene sus requisitos al alcance de los seres humanos cornunes,
si nos quedamos con la información que nos llega de oídas o de 1nanera que puede haber muchas personas virtuosas, aun-
con la que obtenernos en un genuino intento de conocer, si . ' 90 Afirrme' an t es que
que quizá ninguna lo sea a la per eteccron.-
suspendemos la creencia hasta que parece ser la única opción los seres hurnanos virtuosos se esfuerzan en desarrollar las ha-
razonable o si nos preocuparnos de aquello que sabemos. Esta bilidades que les permitirán ejecutar bien su función propia;
irnpresión tiene su origen en un juicio equivocado acerca de sin embargo, lo que argumento no es que esa "función propia"
la importancia de estas virtudes, en particular, acerca de las se pueda concebir como un tipo de programa que todo s~r
aplicaciones prácticas y sociales de aquello que un sujeto cog- humano que quiera ser virtuoso deba esforza:se e.n cumphr.
noscente intelectualmente virtuoso afirmaría conocer; pero hay Las formas posibles de la bondad hurnana son rnfinrtas, tal vez
razones históricas en sustento de este juicio que se pueden dis- las formas posibles de la bondad epistérnica sean n1enos, pero
tinguir muy fácilmente. Existe una larga tradición epistemoló-
aun así, son variadas.
gica para la cual la búsqueda del conocimiento es una empresa
Por supuesto, en la naturaleza de las personas, en el am-
esencialmente individualista, para la cual ejemplos, aislados y
biente y en la comunidad epistémica donde las tareas cog-
bastante simples, basados en la percepción son paradigrnas de
nitivas tienen lugar, existen factores que influyen de manera
conocimiento; y para la cual sólo es digno de llarnarse cono-
decisiva en la forma que la virtud intelectual puede adoptar.
cüniento aquello que se ha descubierto mediante el trabajo in-
Sería poco razonable sostener que una persona daltónica es
dependiente de un investigador. Un punto de vista como éste
irresponsable por no aprender a distinguir la diferencia entre
otorga muy poca importancia a la interdependencia cogniti-
rojo y verde, o que lo es una persona disléxic~ por no apren-
va de los seres humanos, al hecho de que, en la mayoría de
der a leer un conjunto de indicaciones. Debrdo a esas defi-
los temas más cornplejos e interesantes de los que podemos
ciencias en sus capacidades, tal vez haga falta imponer cier-
pretender que sabemos, incluso en nuestra propia área de es-
tas restricciones prácticas a las actividades de esas personas,
pecialización, dependernos de la autoridad cognitiva de otros
en lo que atañe a conducir vehículos motorizados o n:a~e­
que están rnejor informados o son sujetos cognoscentes con
jar sustancias tóxicas; sin embargo, imponer esas rest.nc,Cl~­
una especialización diferente, cuya virtud intelectual evidente-
nes es diferente de declarar que esas personas son eprstemr-
mente importa. 18 Uno de los efectos de ampliar la noción de
camente irresponsables. Ellas tarnbién son capaces de virtud
virtud intelectual y hacerla del interés de los epistemólogos de-
intelectual, aunque haya áreas de experiencia en las cuales
bería ser colocar su valor público n1ucho más cerca de su valor
privado. 19 no podrían pretender que son fiables. ~e nuevo: no e~, tanto
el contenido específico lo que cuenta, srno la onentaoon ge-
18
Discuto las implicaciones de esta idea más ampliamente en el capítulo 7 neral.
de Epistemic Responsibility ( 1987).
1
9 En opinión de Sosa, "En términos de prudencia, es una cuestión de in- epistémica en lo colectivo. El testimonio es d~ la mayo.r imp?rtancia para
terés para el propio sujeto saber qué tan fiables y fidedignos son sus juicios el bien epistémico y para el progreso de cualqmer especie social que use el
en diversas categorías. Además, también en términos de prudencia, esto es de lenguaje" (1985, p. 241).
importancia para sus colegas, así como de importancia social para su clase 20 Jim MacAdam me recordó este punto.
430 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 431

Consideraciones análogas surgen respecto del ambiente y de témica de una naturaleza más opresiva que las que enfrenta un
la comunidad epistémica. Sería absurdo declarar irresponsable investigador "promedio". Él era una de esas personas que dan
a un científico soviético simplemente por no haber leído todos forma a los estándares de la investigación responsable; por lo
los tratados científicos occidentales relevantes sobre un tema tanto, su caso sería especialmente difícil de juzgar cuando se
específico (es decir, aquellos que estaban prohibidos en la an- mostrara ya incapaz de definir esos estándares; en particular,
tigua Unión Soviética), como lo sería condenar a un ateniense por el aparente valor de sus razones. Los maestros, los miem-
de la Antigüedad por postular teorías sobre los cuerpos celes- bros del clero, los médicos y los científicos, entre otros, enfren-
tes no basadas en observaciones telescópicas. Las restricciones tan exigencias epistémicas especiales en su t::jercicio profesio-
de este tipo rara vez son absolutas: un científico excesivamen- nal. De hecho, podríamos ser reacios a juzgar intelectualmente
te diligente habría logrado conseguir textos no disponibles, así virtuoso a un profesor (o a un médico o a un científico) que
como un científico excepcional fue, a fin de cuentas, el prünero es epistémicamente responsable en su desempeño profesional,
en utilizar el telescopio. Sin embargo, los criterios de respon- pero que es dogmático, descuidado e inescrupuloso en su vida
sabilidad no pueden ser tan rigurosos como para exigir que se privada. 21 Las expectativas de integridad se relacionan estre-
traspasen, por mucho, los límites que el entorno y la condición chamente con las atribuciones de la virtud intelectual, aunque
de conocimiento en una comunidad epistémica imponen a la aquí, de nuevo, es pertinente la doctrina del término medio:
actividad cognitiva, por elásticos que puedan ser esos límites. otorgar muy poco valor a la integridad vuelve a todas luces
Sin e1nbargo, la comunidad epistémica impone requisitos de inapropiada la atribución de virtud; una insistencia demasiado
22
responsabilidad epistémica. Quienes hagan afirmaciones de co- rígida en la integridad puede rayar en el dogmatismo.
nocimiento que merezcan respeto se habrán esforzado por fa-
miliarizarse con la información en el momento disponible en 4 . Recomendaciones
cuanto a las afirmaciones que desean realizar. Las afirmaciones
Ahora, la tarea es unir esta discusión acerca de las virtudes
acerca de la biología, la física nuclear, la política o la economía
intelectuales con la discusión de Sosa acerca de la epistemo-
realizadas por alguien que no se ha preocupado por familiari-
logía fundacionista y coherentista, con el objetivo de ver qué
zarse con "el estado de la cuestión" son, por lo general, epis-
podemos lograr con esa yuxtaposición. Por la naturaleza de la
témicamente irresponsables. Las consideraciones acerca de la
virtud intelectual, es obvio que ninguna teoría en la materia
naturaleza del entorno y de la comunidad epistémica de nin-
podrá brindar una alternativa sólida a los fundamentos tradi-
guna manera eximen de la ignorancia. A menudo, éstos impo-
cionales, ni directrices alternativas para alcanzar la coherencia
nen condiciones y requisitos sine qua non para la aceptación o
a fin de resolver los problemas coherentistas. Una teoría de la
atribución de responsabilidad epistémica. (La pertinencia de
virtud intelectual tampoco puede ofrecer un cálculo sencillo
estos temas para la situación de Philip Gosse es 1nanifiesta.)
para evaluar las afirmaciones de conocimiento y de creencias,
También es evidente que ciertos roles y co1~juntos de cir-
ni proveer una escala de toma de decisiones con la cual sea
cunstancias imponen estándares de logro intelectual, además
de los que se esperan de las personas simplemente en su cali- 21 Hay que observar que esta actitud está implícita en el hecho de que
dad de personas. Como consecuencia de la dedicación con que estas personas se encuentran entre aquellos a quienes se considera garantes
realizó su trabajo, la cual lo llevó a ser un científico respetable apropiados de transacciones oficiales, como la firma de las solicitudes de
y miembro de la Royal Society, Gosse tenía responsabilidades pasaporte.
22 Acerca de esta conexión, véase Taylor 1981. En su respuesta al artículo
epistémicas que, en algún sentido, estaban por encima de las de Taylor, publicada en el mismo volumen, R. Gaita dirige la atención hacia
de los miembros "comunes" de una comunidad epistémica. De el delicado proceso de malabarismo que hace falta para que la integridad no
esta manera, é] enfrentaba exigencias de responsabilidad epis- desemboque en el dogmatismo.
432 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 433

posible medir afinnaciones de conocilniento específicas para verde (y no "verdul"), o por qué es más razonable creer que
validarlas; de hecho, no puede proveer ninguna respuesta de- tenemos una silla en frente de nosotros cuando tenemos una
finitiva y final. experiencia visual "semejante a una silla" que sospechar que
Ahora bien, una teoría de la virtud intelectual puede hacer pudiéramos ser cerebros en cubetas estimulados electrónica-
mucho para incrementar nuestra c01nprensión de la experien- mente. Con fi.-ecuencia, los estudiantes se preguntan después
cia cognitiva hurnana y para promover nuestros intentos de sa- de leer la República de Platón exactamente cómo podríamos sa-
ber bien. La teoría funciona básicamente mediante el eje1nplo, ber, tras exarninar el caso de dos agentes que realizan cada uno
en dos formas principales. En prirner lugar, aunque Aristóte- una acción que entre sí son aparenternente de un tipo indistin-
les no puede ofrecer una regla general para alcanzar la virtud, guible, quién de ellos actuó a partir del conocimiento del bien
ni una lista de las acciones que debernos realizar para hacer- y quién solarnente ejecutó una buena acción (casualmente). Y
nos autornáticamente virtuosos, puede 1nost:rarnos mucho, y lo no hay una respuesta sencilla a esta pregunta. De rnanera sirni-
hace, acerca de las rnanifestaciones de la virtud en la vida hu- lar, es difícil, si no imposible, realizar pronunciamientos acerca
mana y sobre su lugar en la comunidad humana. Ve1nos có1no de la responsabilidad relativa de dos distintas pretensiones de
la conducta del virtuoso define la conducta de aquellos que conocer sobre un "simple" hecho empírico. En Platón, los jui-
aspiran a ella, así co1no las concepciones de la virtud misma. cios de la responsabilidad epistémica, al igual que los juicios
l\1ediante la comprensión de esas concepciones y mediante la acerca de la dikaiosyne, tienen lugar dentro de un contexto de
observación de lo que suponen tales conductas (en el proceso la actividad cognitiva más amplio. De cualquier manera, si una
de alcanzar la madurez 1noral e intelectual), adquirimos for- persona pareciera estar acumulando un historial evidentemen-
mas de discernir cuándo una conducta y (análogamente) una te consistente de carencia de fiabilidad en situaciones percep-
afirmación de conocimiento son responsables y cuándo no lo tuales simples, cuando rnenos cornenzaríarnos a preguntarnos
son. Esta habilidad se desarrolla incluso aunque no podamos por su capacidad de conocer responsablemente, tanto en esas
escribir responsablemente una "guía para el reconocimiento de situaciones como en otras más complejas.
afirmaciones de conocimiento responsables". De hecho, a Ine- De esta discusión sobre la responsabilidad epistérnica se de-
nudo es más fácil reconocer afinnaciones claramente irrespon- riva la idea de que una epistemología viable debe tomar en
sables que declarar que alguna afirmación es verdaderamente cuenta de manera adecuada en qué medida la actividad cog-
responsable. Pero ésta es una forma muy respetable de alcanzar nitiva es un proceso comunitario. Desde el principio de su
una mayor precisión en el entendimiento. Al buscar respuestas vida cognitiva, una de las tareas más in1portantes que enfrenta
para sus preguntas del tipo "¿Qué es x?", Sócrates procede, un sujeto cognoscente potencial es aprender en quién se pue-
en gran medida, de esta forrna: exa1nina qué no podría ser la de confiar, no sólo en asuntos tradicionalrnente considerados
justicia o la piedad, con el objetivo de rnostrar con rnayor clari- rnorales sino, de un Inodo más importante y fundamental, en
dad qué es lo que sí son. A partir de la lectura de los diálogos, cuestiones sobre el conocirniento y las creencias. El niño lobo
podernos comprender algo acerca de lo que está en disputa, de Aveyron sabe muy poco, si acaso sabe algo, en comparación
pero también acerca de cómo dirigir nuestra propia conducta con lo que sabe un ser humano "prornedio". Su ignorancia no
para aproximarnos a los ideales en discusión. se puede explicar con el argumento de que el rnundo no está
En segundo lugar, una episte1nología de la responsabilidad ahí a su alcance para que lo pueda experimentar y conocer;
no será capaz de proveer una solución directa a muchos de tampoco se puede explicar adecuadarnente por su falta de len-
los problemas que tradicionalmente han intrigado a los epis- guaje humano. El hecho más importante para explicar su igno-
temólogos. No puede mostrarnos exactamente por qué es jus- rancia es que no ha tenido acceso a una comunidad humana de
tificable asumir que la siguiente es1neralda que veamos será sujetos cognoscentes. N o estoy sugiriendo que no sepa nada:
434 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 435

desde luego que sabe mucho de lo que saben los lobos. Cito el siderar seriamente la afirmación, incluso aceptarla (al menos,
ejemplo para ilustrar la dependencia vital de quienes buscan provisionalmente). Si Y, quien es notoriamente irresponsable,
el conocüniento respecto de su comunidad epistémica. también afirmara que p, sería mucho menos razonable dar por
Seguramente los lectores no dudarán en reconocer en qué buenas sus palabras. Como sugieren estos ejemplos, e~1 cierta
medida el aprendiz~je de la infancia depende de la crianza; sin medida una noción amplia de virtud intelectual tendra conse-
embargo, mi afirmación es 1nás general. También los adultos, cuencias sobre los procedünientos de búsqueda de evidencia y
incluso los más reflexivos e intelectualmente competentes (in- de justificación y, de algún modo, inclus~ d~ctará la ~aturaleza
cluso investigadores solitarios), son igualmente dependientes y el espectro razonable de esos procedimJentos; mientras. se
del testimonio de otros: de sus amigos con sus historias por desplaza el centro de atención para incluir el carácter de quie~
contar e información por transmitir, de los reporteros de los busca el conocimiento, así como la naturaleza de los procedi-
diarios, de los lectores de noticias, de quienes elaboran tra- mientos mismos. Este proceso se ilustra en mi discusión del
bajos académicos, de los índices de hallazgos científicos, de caso de Gosse.
colegas que afinnan estar infonnados, y de "especialistas" en Las cuestiones acerca de la filosofía de la ciencia no son mi
todas las materias, tanto esotéricas como cotidianas. 23 La de- preocupación específica en este texto; sin embargo, podría afir-
pendencia de ninguna manera es absoluta. Una persona pers- marse que la ciencia padece también las dificultades que en-
picaz siempre elegirá y considerará antes de aceptar cualquier frentan el fundacionis1no y todos los intentos de establecer
explicación; sin embargo, creemos y afirmamos saber mucho afinnaciones de conocimiento o siste1nas ele conocilniento y
más de lo que posiblemente jamás experimentaremos de pri- creencias. En cierto sentido, la ciencia es un tipo ele conoci-
mera mano. El éxito de la empresa del conocimiento en su miento especial y excepcional al que muchas de ~is. obser~a­
conjunto depende de algo similar a un acuerdo de buena in- ciones parecerían no aplicarse; parece fiable en SI mismo, sm
tención y cooperación entre quienes brindan información y importar de quién viene, y su fiabilidad parece aumentar cons-
quienes buscan conocimiento, aunque ese acuerdo sea tácito. tantemente. (En este caso, el término "fiabilidad" de Sosa es el
En algunas ocasiones, los participantes en ese pacto intervie- apropiado.) Esta fiabilidad extraordinaria es consecuencia, en
nen como proveedores y en otras como buscadores; sin embar- parte, de una metodología peculiar y exitosa que, de la 1nanera
go, en ambas circunstancias, la responsabilidad episté1nica es más impersonal posible, dicta la naturaleza del proceso y con-
esencial.
forma así el resultado.
Ampliar el concepto de virtud intelectual y ensanchar su es- A pesar de todo, el conocimiento científico no se queda por
pectro epistemológico no nos exime de la necesidad de cumplir completo al margen de esta discusión. Sus fundament~s no son
los procedimientos estándares de búsqueda de evidencia y de de ningún modo tan absolutos como durante mucho tiempo se
justificación. Como he indicado, el hecho de que X, quien es ha creÍdo. El éxito continuo de la empresa científica depende
epistémicamente responsable, crea o afirme saber que jJ, no por lo menos de un compromiso responsable de la comu~i­
hace que p sea verdadero. Sin embargo, si de hecho X se ha dad de practicantes. En este caso también exist~ ~na espene
mostrado ser epistémicamente responsable, es razonable con- de acuerdo tácito y básico. Parte de la responsabilidad de este
23 compromiso implica aceptar la necesidad de examinar consta~­
Hardwig 1985 discute un ejemplo excepcional de esta interdependencia.
Reproduce la carátula del informe de un experimento en física, en el cual co- temente el método mismo, así como los procesos que se reali-
laboraron noventa y nueve "coautores" y apunta: "[N]inguna persona podría zan en él, aun cuando el escrutinio impusiera la necesidad ~e
haber hecho el experimento[ ... ] y muchos de los autores de un artículo como modificar el método o de rel~jar las exigencias de su ortodoxia.
éste ni siquiera sabrían cómo se llegó a cierta cifra en el artículo" (p. 34 7). Aun La ciencia es sólo un tipo de conocimiento entre muchos, aun-
así, el artículo vale como un informe de conocimiento del nivel más avanzado. que sea distintivo e importante, pero no es un paradigma del
436 LORRAINE CODE HACIA UNA EPISTEMOLOGÍA DE LA RESPONSABILIDAD 437

conocimiento en general, de suerte que sólo las metodologías Emmet, D., 1966, The Natu·re of Jl!letaphysical Thinking, Macmillan,
modeladas a partir de él merezcan respeto filosófico. Londres (Papermacs, 171 ).
Dirigir el foco de atención de la investigación epistemológi- Firth, R., 1978, "Are Epistemic Concepts Reducible to Ethical Con-
cepts?", en A.I. Goldman y J. Kim (comps.), Values and Moral,
ca hacia un estudio de la virtud intelectual y de la responsabili-
D. Reidel, Dordrecht (Philosophical Studies Series in Philosophy,
dad epistémica mejorará la confianza que se pueda prestar a las
13), pp. 215-229.
afirmaciones de conocimiento, aun cuando se considere impo- Foot, P., 1978, Virtues and Vices and Other Essays in Moral Philosophy,
sible la certeza absoluta. En un pasaje de la Ética nicomáquea ci- Basil Blackwell, Oxford. [Versión en castellano: Las virtudes y los vi-
tado a menudo, Aristóteles observa que "es propio del hornbre cios y otros ensayos de filosojia moral, trad. Claudia Martínez, Instituto
instruido buscar la exactitud en cada materia en la medida en de Investigaciones Filosóficas-UN AM, México, 1994. J
la que la admite la naturaleza del asunto" (libro I, capítulo 2). French, P.A., T.E. Uehling y H.K. Wettstein (comps.), 1980, Midwest
De la misrna forma, hago el exhorto de que, como teóricos del Studies in Philosoph_y V. Studies in Epistemology, University of Min-
conocimiento, necesitamos ser razonables en nuestras expecta- nesota Press, Mineápolis.
tivas, para no obstruir auténticas posibilidades de cornprensión Hardwig, J., 1985, "Epistemic Dependence", The journal ofPhilosophy,
por imponer objetivos inalcanzables. La responsabilidad epis- vol. 82, no. 7, pp. 335-349.
témica es un requisito estricto, pero no imposible. La certeza Lewis, C.l., 1969, "The Rational Imperatives", Values and lmperatives:
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1 . El trilema de AgrijJa
Consideremos un problema escéptico conocido. Todo el cono-
cimiento, afirma el escéptico, debe basarse en buenas razones.
Sin embargo, no cualquier razón es una buena razón: debe1nos
tener razones para creer que nuestras razones son verdaderas.
Pero, a su vez, esto asegura que cualquier intento de basar el
conociiniento en buenas razones sea por fuerza inadecuado,
puesto que (a) las razones caerán en un regreso al infinito,
(b) volverán en círculo, o (e) terminarán de manera arbitraria.
Pero ninguno de estos resultados es satisfactorio, ya que nin-
guno provee conocimiento basado en buenas razones. Por lo
tanto, concluye el escéptico, el conocimiento es imposible.
El externismo, en general, y el fiabilismo, en particular, ofre-
cen una respuesta sencilla al problema anterior. De hecho, mu-
chos dirían que la respuesta es demasiado fácil. Revisemos pri-
lnero cuál es la respuesta y analicemos luego por qué algunos
filósofos han creído que la respuesta es demasiado fácil.

2. La respuesta delfiabilista
De acuerdo con el fiabilismo, el conociiniento es, dt;jando a
un lado los detalles, una creencia verdadera producto de un
proceso fiable. En los detalles se podría incluir una cláusula
para 1nanejar los problemas tipo Gettier, y quizá una cláusu-
la para restringir qué tipo de procesos fiables pueden servir
de base para el conocimiento. Pero ninguno de estos detalles
afectará los rasgos esenciales de la explicación fiabilista: el co-
nocimiento es (esenciahnente) una creencia verdadera resulta-
do de un proceso fiable. Pero entonces el fiabilismo tiene una
440 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 441

respuesta fácil al razonamiento escéptico que acabamos de re- N orman, en ciertas condiciones que se suelen satisfacer, es un
visar, a saber, el fiabilista puede negar el prirner supuesto de tal clarividente completamente fiable con respecto a cierto tipo de
asuntos. N o posee evidencias o razones de ningún tipo en favor
razonarniento -que todo el conocilniento debe estar basado en
o en contra de la posibilidad general de que exista un poder
buenas razones-. Algunos procesos fiables contienen una base
cognitivo como ése, ni en favor o en contra de la t~sis de qu:
de buenas razones, pero no todos los procesos fiables la tie- lo posea. Un día, Norman llega a creer que el presidente esta
nen. La percepción, por ejernplo, podría ser altamente fiable, en Nueva York, aunque no tiene ninguna prueba en favor o en
pero en ella no intervienen inferencias a partir de buenas razo- contra de esta creencia. De hecho, la creencia es verdadera y
nes. De rnodo muy verosímil, la introspección es también así, proviene de su poder de clarividencia en circunstancias en las
al igual que la intuición lógica y la memoria. Y quizá haya ade- que éste es completamente fiable. ( 1980, p. 62)
más otros tipos de procesos fiables que no son inferenciales. La
idea del conocimiento que resulta es fundacionista en cuanto a A Keith Lehrer tampoco le satisface la respuesta fiabilista al
su estructura: un fundamento de conocimiento no inferencia!, problema del regreso por razones similares:
producido por procesos no inferenciales pero fiables, provee
la base para conocimientos adicionales producidos por infe- Sin embargo, hay una objeción general a todas las teorías exter-
rencias fiables a partir de los fundamentos. Según esta explica- nistas que es tan simple de establecer como fundamental: la rela-
ción, el escéptico simplemente se equivoca al pensar que todo ción externa podría ser incomprensible para el sujeto, quien no
el conocimiento tiene que basarse en buenas razones. Para po- tiene idea de que un proceso de formación de creencias fiable
nerlo de otro modo, el escéptico simplemente se equivoca al o una facultad cognitiva que funciona apropiadamente produce,
pensar que todos los procesos que producen conocimiento son causa o sostiene casualmente sus creencias [... ]. Todas las teorías
procesos de razonamiento. externistas comparten un defecto común: proporcionan explica-
ciones de la posesión de información, las cuales pueden ser poco
claras para el sujeto, más que de la obtención de conocimiento
3 . Una réplica pirrónica
transparente. (2000, p. 185)
Al parecer, algunos no están satisfechos; ahí tenemos a Lau-
rence BonJour, que dice: Lehrer ejemplifica su "objeción de opacidad" con el caso del
señor Verotemp:*
Si bien el motivo dialéctico precedente para el externismo es
abundantemente claro, aun así no queda del todo claro que el Supongamos que una persona, Verotemp, se somete a una opera-
resultado sea una explicación verosímil de la justificación episté- ción de cerebro en manos de un cirujano experimental inventor
mica [... ];de hecho, se podría muy bien sospechar que tales pos- de un pequeño dispositivo que es al mismo tiempo un termó-
turas son meramente ad hac en relación con las dificultades que metro exacto y una computadora capaz de generar pensamientos
surgen a partir del problema del regreso epistémico [... ]. [ ... ]. Supongamos que el dispositivo computemp es muy fiable,
¿cómo puede el hecho de que una creencia se haya producido de modo que los pensamientos de temperatura que genera son
fiablemente (o en realidad cualquier tipo de hecho que haga que correctos. Dicho lo anterior, el dispositivo ejecuta un proceso de
una creencia sea probablemente verdadera) convertir mi acepta- formación de creencias fiable y provee una facultad cognitiva que
ción de esa creencia en racional y responsable cuando el hecho funciona apropiadamente.
mismo me es enteramente inaccesible? (2003, pp. 26-27)
*Lehrer hace un juego de palabras en inglés al denominar al sujeto "True-
temp". El nombre está compuesto de los términos "true", que signific~ ver-
BonJour ilustra este punto con el muy conocido caso del dadero, y "temperature", que significa temperatura. Para mantener el mismo
clarividente fiable: juego de palabras, utilizamos "Verotemp". (N. de los t.)
442 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 443

Imaginemos ahora, por último, que Verotemp no tiene idea de auténtico requiere que la creencia del agente se produzca ~e
que le han insertado el dispositivo computemp en el cerebro, y manera fiable, pero además que el agente vea que su creencia
que sólo se encuentra ligeramente desconcertado al no lograr ex- se produce de manera fiable.
plicarse por qué piensa obsesivamente en la temperatura; sin em-
bargo, nunca revisa un termómetro para determinar si sus pen- ¿Qué privilegia el conocimiento reflexivo sobre ~1 ü~reflexivo? Re-
samientos acerca de la temperatura son correctos. Verotemp los cm-demos que la adquisición reflexiva del conocimiento es_ c_o~o
acepta irreflexivamente, por efecto del dispositivo computemp. la adquisición de oro con buena luz, mientra~ ~~~ la adqmsiCIOn
Así, piensa y acepta que la temperatura es de 40 oC, lo cual es irreflexiva del conocimiento es como la adqms1oon de oro en la
cierto. Pero, ¿sabe Verotemp que esto es cierto? Seguramente no. oscuridad. En todo caso, la primera se distingue de la segunda
No tiene ni idea de si él o sus pensamientos acerca de la tempe- en que es un suceso más admirable, y en que se podría adscribir
ratura son fiables. (2000, p. 187)
a su protagonista con adnüración como obra suya. (Sosa, 1997,
p. 241)
Ernesto Sosa está de acuerdo con BorD"our y Lehrer en que
el conocimiento necesita más que la fiabilidad de Jacto. Así, sus- Los pirrónicos rechazan [ ... ] el externismo porque dignifica el
cribe el siguiente pasaje de Sexto Empírico: mero "andar a tientas en la oscuridad" dándole el título de co-
nocimiento. Los pirrónicos ponen de relieve el conocimi~nto en
Imaginemos que algunas personas están buscando oro en un condiciones de iluminación apropiadas, adquirido y sostemdo en
cuarto oscuro lleno de tesoros [... ]. Ninguna de ellas estará con- conciencia de nuestras acciones epistémicas. Sólo éste es "cono-
vencida de que ha encontrado oro aun cuando alguna haya dado cimiento" digno de ese título. (Sosa, 1997, p. 242)
con él. De la misma manera, una gran cantidad de filósofos vie-
nen al mundo como si entraran a una enorme casa en busca de la Bonjour, Lehrer y Sosa no son escépticos. Má~ bien, con~i­
verdad. Sin embargo, es razonable que el hombre que aprehende deran que se puede proveer el tipo de perspectiva necesano
la verdad dude de haberlo logrado. (1997, p. 231) 1 para disipar la oscuridad. En otras palabras, todo.s nuestros.~­
lósofos coinciden en que se necesita una perspectiva para disi-
Sosa comenta: par la oscuridad. El escéptico piensa que/ es~a nec_esidad no s~
puede satisfacer, mientras que los no esceptiCos piensan qu~ SI
La mayoría no desdeñaría la buena suerte de quienes dan con una se puede. Más específicamente, el escéptico cree que cualquier
fortuna en la oscuridad, pero sin duda éste es un estado inferior intelito de proporcionar la perspectiva necesaria caerá en un
al de encontrar oro guiados por una buena visión en condiciones círculo vicioso, en suposiciones arbitrarias o en un regreso al
de iluminación apropiadas. El descubrimiento en condiciones de infinito, y con ello nos d~jará en algún cuerno de este trilema.
iluminación apropiadas, o iluminado, es más admirable que cual- Nuestros filósofos no escépticos piensan de otro modo: creen
quier suerte comparable que premiara el andar a tientas en la
que se puede alcanzar la perspectiva y evitar el trile~a.
oscuridad. En primera, porque el logro del descubrimiento en
É.sta es una disputa interesante, que plantea cuestiOnes com-
condiciones de iluminación apropiadas es atribuible al agente,
no así un golpe de suerte en la oscuridad. (1997, p. 231) plicadas acerca de la naturaleza de n~estra co~dició? epistémi-
ca. La más interesante de estas cuestiones esta relaciOnada con
el tipo de circularidad que entraña nuestra condición episté-
De acuerdo con Sosa, el descubrimiento en condiciones de
iluminación apropiadas requiere una perspectiva sobre la fiabi-
mica, y si tal circularidad es viciosa o virtuosa,. o al m~n?s ?e-
nigna. Una cuestión in1portante es si la circulandad epistemic~
lidad de las facultades cognitivas del agente. El conocimiento
(del tipo en que estamos Inetidos) es compatible con el_ conoCI-
1
Sexto Empírico, Adversus mathematicos, VII, 259. miento. Otra cuestión es si tal circularidad es compatible con
444 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 445

un entendimiento "satisfactorio" de nuestro conocirniento. De Estoy de acuerdo con la premisa ( 1) de este razonamiento,
ahí que Barry Stroud escriba: pero deseo rechazar la premisa (2). En otras palabras, deseo
rechazar la idea de que el conocimiento requiere una perspec-
Si pregunto cómo es posible mi propio conocimiento del mundo tiva sobre la fiabilidad del agente. Otra rnanera de formular
que me rodea, puedo explicarlo con un argumento "externis- la cuestión es preguntarnos si la metáfora pirrónica es apta:
ta" mostrando que es un conjunto de creencias que he adqui- ¿es pertinente decir que una creencia verdadera producida de
rido a través de la percepción gracias a mecanismos de forma- manera fiable, sin una perspectiva de la fiablidad, es como en-
ción de creencias fiables [... ]. Como buen externista [ ... ] pienso contrar oro en la oscuridad? Deseo responder negativamente.
que de hecho conozco o tengo buenas razones para creer mi teo- Si la metáfora es apta, entonces el escéptico está en lo correc-
ría; creo que cumplo las condiciones que, según la teoría misma, to al concluir que una creencia sin perspectiva no equivale a
son suficientes para conocer o tener buenas razones para creer- conocimiento. Lo que plantea la metáfora es que la persona
la. ¿Tengo entonces un entendimiento satisfactorio de mi cono- que encuentra oro en la oscuridad es afortunada, y que este
cimiento del mundo? ¿He quedado satisfecho con mi respuesta
tipo de suerte es incompatible con darle mérito por el logro.
a la pregunta filosófica de cómo es posible mi conocimiento del
mundo? Respondo con un "no". (1994, pp. 301-302)
Como Sosa sostiene:

el descubrimiento en condiciones de iluminación apropiadas, o


No trataré de resolver esta difícil cuestión en este artículo, iluminado, es más admirable que cualquier suerte comparable
en lugar de eso, deseo centrarme en el punto de acuerdo entre que premiara el andar a tientas en la oscuridad. [... ] el logro
nuestros filósofos más que en el punto en disputa. En particu- del descubrimiento en condiciones de iluminación apropiadas es
lar, todos nuestros filósofos suscriben un razonamiento como atribuible al agente, no así un golpe de suerte en la oscuridad.
el siguiente.
Como Bonjour sostiene:
El argumento del pirrónico
[S]in duda soy muy afortunado si mis creencias perceptuales e in-
( 1) El conocirniento es un logro por el cual el agente es digno trospectivas resultan estar [pmducidas de manerafiable] [.. .]. Pero
de mérito. nada de esto tiene que ver con la cuestión de la justificación epis-
témica, que se relaciona, como se argumentará, con la racionali-
(2) La creencia verdadera sin una perspectiva es, en un sentido dad o la irracionalidad de las creencias del agente, y no con lo
pertinente, como encontrar oro en la oscuridad: es un lo- que parece ser, desde el punto de vista del creyente, una mera
gro debido merarnente a la suerte y, por lo tanto, un logro suerte cognitiva.
por el cual el agente no es digno de mérito.
4 . Una estrategia para decidir sobre la polémica
Por lo tanto, entre pirrónicos y Jiabilistas
De este modo, nuestra cuestión se resume en las siguientes pre-
(3) La creencia verdadera sin una perspectiva no cuenta como
guntas: ¿es correcta la premisa (2) del argumento anterior? ¿Es
conocimiento. 2
una creencia verdadera sin perspectiva como encontrar oro en
2
Sosa y Stroud defienden algo similar, aunque ambos insistirían en algunos la oscuridad, un mero golpe de suerte, y, por lo tanto, un logro
matices. Parecería que BonJour y Lehrer apoyan la presente línea sin tales en el cual el agente no tiene ningún mérito? Eso depende de
reservas, como lo harían nuestros escépticos. cuestiones complicadas que tienen que ver con lo que significa
446 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 44 7

que un logro se obtenga por suerte, y con la relación entre la digna de mérito moral por el logro en cuestión. De la misma
suerte y la atribución de mérito por el logro obtenido. Mien- manera, atribuir conocimiento a alguien es evaluar la posición
tras estas cuestiones pern1anezcan sin solución, quedarán sin epistémica de esa persona: esto equivale a decir que es digna de
r~solver los desacuerdos con respecto a si la metáfora pirró- mérito epistémico (o intelectual) por el logro en cuestión. Aho-
nica es apta. Los escépticos y sus simpatizantes considerarán ra empiezan los problemas, pues ¿cómo pueden las evaluacio-
la metáfora como efectivamente apta, e insistirán en la con- nes del agente depender, como ciertamente parecen depender,
clusión escéptica o harán grandes esfuerzos para evitarla. Los de factores que son externos a la agencia? En otras palabras,
fiabilistas no considerarán apta la metáfora. Estarán de acuer- ¿cómo pueden esas evaluaciones depender de la suerte o de lo
do en que el conocimiento es incompatible con la suerte en que es externo al pensamiento, a la decisión y a la actuación
algunos sentidos, pero insistirán en que una creencia produci- propios del agente?
da de manera fiable no es resultado de la suerte en el sentido El problema de la suerte moral se ilustra al comparar a dos
pertinente. Podrían continuar preguntándose por qué se arma conductores en estado de ebriedad. Supongamos que alguien
tanto alboroto y por qué algunos nunca están satisfechos. se embriaga en una fiesta y decide mant::jar a casa en ese es-
Usaremos como etiqueta la palabra "pirrónicos" para deno- tado. En su camino a casa, pierde el control del automóvil, se
tar a los escépticos y a sus simpatizantes. En otras palabras, sube a la acera y mata a un transeúnte. Consideremos ahora el
usaremos la etiqueta para denotar a cualquiera que piense que caso de un segundo conductor, quien también se embriaga en
la metáfora pirrónica es apta, y que la creencia verdadera irre- una fiesta y decide manejar a casa en ese estado. En su camino
flexiva no equivale a conocimiento porque es muy similar a a casa, el segundo conductor pierde el control de su automó-
encontrar oro en la oscuridad. ¿Cómo podemos resolver la vil y se sube a la acera, sin embargo, no mata a nadie porque
controversia entre pirrónicos y fiabilistas, cuando estos últimos no había nadie sobre la acera. Luego, este segundo conductor
no piensan que la metáfora sea apta? Propongo que podemos recupera el control de su automóvil y conduce a salvo a casa.
avanzar si examinamos un problema de teoría moral relacio- Por un lado, deseamos evaluar a ambos conductores de Ina-
nado. En particular, deseo examinar el proble1na de la suerte nera diferente: deseamos sostener que el primer conductor es
o fortuna moral, donde hay cuestiones acerca de la suerte y el moralmente culpable de matar a alguien, y que eso afecta su
mérito que desempeñan un papel central. Mi propuesta es que posición como agente moral. Por otro lado, la única diferencia
el problema escéptico que hemos estado analizando cmnpar- entre el primer conductor y el segundo en cuanto a matar a un
te una estructura común con el problema de la suerte moral y transeúnte es algo ajeno o externo a la agencia de ambas per-
que, en ese sentido, los dos problemas co1nparten una solución sonas, a saber, que había un transeúnte sobre la acera donde
común. el primer conductor la invadió, mientras que no había nadie
He aquí un esquema de la estructura en con1ún. En prüner donde el segundo conductor lo hizo. ¿cómo pueden los dos
lugar, algo es cuestión de suerte en relación con algún agente conductores merecer diferentes evaluaciones como agentes? Pa-
sólo en caso de que no sea obra del agente. Puesto de Inane- rece equivocado pensar que así sucede.
ra diferente, algo es cuestión de suerte sólo en caso de que Considere1nos ahora el caso de un sujeto perceptor fiable
sea externo al pensa1niento, decisión o actuación propios del que, sin e1nbargo, carece de una perspectiva epistémica sobre
a?~nte. En segundo lugar, los juicios que atribuyen responsa- su fiabilidad, y comparemos a esta persona con Verotemp,
bthdad moral, como los juicios que atribuyen conocilniento, quien tampoco sabe que es fiable. Supongamos que el suje-
sup~nen esencialmente evaluaciones del agente. Por eje1nplo, to perceptor irreflexivo observa un termómetro que funciona
elogiar moralmente a alguien por algún suceso es evaluar la bien y sobre esa base forma la creencia de que la temperatu-
posición moral de esa persona: esto equivale a decir que es ra es de 40 °C. Supongamos que Verotemp forma la misma
448 JOHN GRECO
1 LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 449
1 '

creencia, sólo que, en su caso, es por el dispositivo cornputernp (4) S1 tarnpoco tiene mérito (o culpa) por X. (1, 2, 3)
implantado en su cerebro. Por un lado, deseamos evaluar al
sujeto perceptor y a Verotemp de manera diferente: deseamos i En cada ejernplificación del esquema tenemos un problema en
sostener que el sujeto perceptor sabe que la temperatura es de 1 la medida en que deseamos resistirnos a la conclusión de que
40 oc, mientras que Verotemp no lo sabe. Por otro lado, la úni- 1 S1 no tiene mérito (o culpa) del tipo pertinente. De ahí que el
ca diferencia entre el sujeto perceptor irreflexivo y Verotemp "problen1a" de la suerte moral sea un problerna en la 1nedida
en relación con la captación de esta verdad yace fuera de la en que desearnos decir que el prirner conductor es culpable de
agencia de ambas personas, a saber, el sujeto perceptor está 1
matar al transeúnte. Tenemos un problema análogo de suerte
l epistémica en la medida en que deseamos decir que los sujetos
dotado (sin saberlo) de una percepción fiable, mientras que
Verotemp está dotado (sin saberlo) de un dispositivo compu- 1 perceptores ordinarios pueden tener conocimiento perceptual.
ternp fiable. Así, ¿cómo podrían el st~eto perceptor irreflexivo Varios autores han sugerido que un acercarniento a la evalua-
y Verotemp merecer diferentes evaluaciones cotno agentes? Pa- ción rnoral desde la teoría de las virtudes explica cómo es posi-
recería equivocado pensar que así sucede. 1 ble la suerte moral. En otras palabras, explica córno las evalua-
El objetivo de la metáfora pirrónica es hacer entender esta ciones epistémicas de los agentes pueden ser apropiadas aun
última intuición. La única diferencia entre una persona que en el contexto de la suerte. Quiero defender y desarrollar esta
encuentra oro y otra que encuentra granito es externa a la propuesta, y argurnentar que el mismo acercarniento funciona
agencia, esto es, externa a cualquier cosa que la persona haga, también en la epistemología. Un enfoque desde la teoría de
decida o piense. De ese rnodo (lobviamente!), la persona que las virtudes explica cómo las evaluaciones epistémicas de los
1
encuentra oro valioso no tiene más rnérito por su logro que ¡ agentes pueden ser apropiadas aun en el contexto de la suerte.
l
aquella que encuentra granito sin valor. El resultado será que la metáfora pirrónica no sea apta después
Podemos ver que cada uno de estos casos comparte la si-
1
de todo. Para decirlo de otro modo, la prernisa (2) del razona-
guiente estructura, donde S1, S2 y X están delimitados por miento pirrónico es falsa.
cuantificadores universales en la prenlisa ( 1) y no lo están en
1 Tornará algún tiernpo desarrollar esta argumentación. En
1
particular, será necesario prestar atención al problema de la
las otras: !
; suerte rnoral en sus propios ténninos. Ésta será la tarea de
1 la sección 5. En la sección 6, mostraré córno se puede generali-
Esquema 1
zar el problerna de la suerte moral y córno varios problernas en
(1) Si las personas S1 y S2 son exactamente iguales con respec- epistemologia, incluyendo el problema escéptico que nos con-
to a algún suceso X, excepto en lo que concierne a factores cierne, se relacionan con este problerna general. En la sección 7
que son externos a la agencia de cada persona, entonces propondré una solución al problema de la suerte moral y en
S 1 y S2 rnerecen evaluaciones iguales como agentes en rela- la sección 8 mostraré cómo se puede aplicar esa solución a la
ción con X. epistemología. Lo anterior nos permitirá ver, por último, por
qué la rnetáfora pirrónica no es apta y por qué la premisa (2)
(2) S1 y S2 son exactamente iguales con respecto al suceso X, del razonarniento pirrónico es falsa.
excepto en lo que concierne a factores que son externos a
la agencia de cada persona. 5 . El problema de la suerte moral
(3) Es evidente que S2 no tiene mérito (o culpa) por X. El problema de la suerte o fortuna moral surge porque parece
que agentes que son similares en ciertos aspectos deben reci-
Por lo tanto, bir evaluaciones morales semejantes. En particular, parece que
450 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 451

agentes que son similares excepto por cuestiones que no están (2) el y e2 son exactamente iguales con respecto a la muerte
bajo su control deben recibir evaluaciones similares de elogio de un transeúnte, excepto en lo que concierne a factores
y reproche morales. Para hacer el problema más explícito, re- que no se encuentran b~jo el control de cada uno de ellos.
cordeinos el ejemplo de los conductores en estado de ebrie-
dad. ~1 prilner conductor (llamémoslo e 1) va a una fiesta y se (3) e 2 no merece ser culpado por matar a un transeúnte.
embnaga en ella, de todos modos decide irse en su auto a casa
y conduce en estado de ebriedad. En el camino a casa pierde el Por lo tanto,
control del automóvil, se sube a la acera y mata a un transeún-·
te. El_ segundo conductor (llamémoslo e 2) va a una fiesta y se (4) el tampoco merece que lo culpen por nlatar a un transeún-
embnaga en ella, de todos modos decide irse en su auto a casa te. (1, 2, 3)
y conduce en estado de ebriedad. En el camino a casa pierde
el control del automóvil, se sube a la acera, pero no mata a Hasta ahora no hemos llegado a ninguna conclusión gene-
nadie debido a que no hay nadie sobre la acera. e 2 recupera el ral acerca de la responsabilidad moral. Todo lo que muestra el
control de su automóvil y llega a salvo a casa. argumento 1, si es que muestra algo, es que e 1 no tiene la culpa
Por un lado, tenemos la intuición de que e 1 y e 2 merecen de matar a un transeúnte. Sin embargo, no podríamos conside-
diferentes evaluaciones morales. En particular, deseamos soste- rar que esa conclusión es inaceptable. Se podría proponer que
ner que el es moralmente culpable de matar a un transeúnte, la culpa sustancial está localizada en las acciones de una perso-
mientras que e2, por supuesto, no lo es. Por otro lado, parece na y no en las consecuencias de esas acciones. Lo que debemos
que la suerte no debe afectar la responsabilidad moral y que concluir de los dos casos, según la propuesta anterior, es que
sólo fue cuestión de suerte que hubiera un transeúnte sobre la tanto el como e2 tienen la culpa sustancial de ingerir alcohol y
acera cuando el perdió el control de su automóvil, y que no conducir. 3
hubiera nadie cuando e2 perdió el control del suyo. Pero en- Ahora bien, consideremos el caso de eg, quien va a una
tonces el no puede ser más culpable de matar a un transeúnte fiesta, se embriaga y decide conducir a casa de todos modos,
que e2. Para insistir en este punto, parece equivocado decir que pero se desmaya antes de que pueda encender su automóvil.
el es peor persona que e2 por haber lllatado a un transeúnte, N o podemos culpar a e3 de embriagarse y conducir, debido
pues, una vez más, la única diferencia entre ellos fue cuestión a que no lo hizo, aun cuando pudo ser sólo una cuestión de
de suerte. suerte que e 3 se desmayara antes de conducir en estado de
Sin embargo, ahora tenemos un problema: ie2 obviamente ebriedad, mientras que el y e2 no Sé; desmayaron. Podríamos
no es culpable de matar a un transeúnte debido a que e 2 no suponer que los tres ingirieron alcohol en la misma cantidad,
mató a nadie! Por lo tanto, parece que e 1 tampoco es respon- pero que e 3 (sin saberlo) es portador de un virus que reduce
sable de matar a un transeúnte. Podemos plantear el problema su tolerancia al alcohol. ¿cómo podemos entonces apoyar la
más formalmente como sigue: afirmación de que e 1 y e 2 tienen más culpa que e 3? De hecho,
parece incorrecto sostener que e3 es mejor persona que e 1 o
Argumento 1 e 2 en virtud del hecho de que e3 no condujo en estado de
ebriedad. Parecería que la culpa sustancial tiene que situarse
(1) Si las personas S1 y S2 son exactamente iguales con respec-
to a algún suceso X, excepto en lo que concierne a factores en algún otro lado.
que no se encuentran bajo el control de cada una de ellas, 3 La distinción entre la culpa sustancial e insustancial se toma de Zimmer-
entonces SI y s2 tienen la misma responsabilidad moral en man 1998. De acuerdo con Zimmerman, la culpa sustancial es la única que
relación con X. "cuenta" en contra de la posición moral de la persona.
452 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 453

El siguiente lugar donde podernos indagar es obvio, pues Argumento 2


aunque e3 no haya conducido en estado de ebriedad, decidió
(1) Si las personas S 1 y S2 son exactamente iguales con respec-
hacerlo. Considererrws, sin embargo, a una cuarta persona.
to a algún suceso X, excepto en lo que concierne a factores
C4 ni siquiera decidió conducir en estado de ebriedad, pero sólo
que no se encuentran bajo control de ninguna de ellas, en-
porque tuvo que trabajar esa noche. Podernos imaginar que si
tonces SI y s2 tienen la misma responsabilidad lnoral en
e4 no hubiera tenido que trabajar esa noche, habría podido ir relación con X.
a la fiesta y habría podido decidir libremente ingerir alcohol y
conducir su automóvil o no hacerlo. Supongamos que, siempre (2) Para cualesquiera S y X tales que S podría ser moralmen-
que le es posible, e4 decide ingerir alcohol y conducir, y que te culpable de X, podemos describir a otra persona S' tal
precisamente eso habría hecho esa noche si hubiese tenido la que (a) no exista diferencia entre S y S' en relación con X
oportunidad de hacerlo. ¿Es C4 moralmente superior a e1 , C2 excepto por factores que no están bajo control de ninguna
o e3 por no haber decidido conducir en estado de ebriedad? La de ellas, y (b) S' no es culpable de X.
respuesta parecería ser "no"; y de nuevo parecería ser sólo una
cuestión de suerte que e4 haya tenido que trabajar la noche de Por lo tanto,
la fiesta, y sólo una cuestión de suerte que el, e2 y e3 no hayan
tenido que hacerlo esa rnisma noche. (4) No hay ningún suceso tal que alguien sea moralmente cul-
Por último, consideremos a una quinta persona, C5 , quien pable de su ocurrencia. Nadie es moralrnente culpable de
ni siquiera es el tipo de persona que decide ingerir alcohol y nada. (1, 2)
conducir si se da la oportunidad, pero sólo porque (desafortu-
nadamente) perdió a un amigo cercano por estas causas y de
6. El problema generalizado
ese modo ha tomado conciencia de los peligros de ese tipo de
corr1portamientos. Podemos imaginar que los conductores e1 , El problema de la suerte moral expresado en el argumento 2
e2' e3 y c4 son todos de ese tipo, y que si hubieran perdido a un está articulado en ténninos de responsabilidad moral y de con-
amigo cercano por conducir en estado de ebriedad, también se trol, esto es, la suerte se entiende como aquello que no está
habrían convertido en personas que no decidirían libremente dentro del control del agente y, en este sentido, se dice que es
conducir en ese estado. Una vez más, lo que separa a e5 de los incompatible con la responsabilidad moral. Podemos genera-
otros conductores es sólo una cuestión de suerte. Pero enton- lizar el argumento ampliando la noción de responsabilidad y
ces si no podemos culpar a e5 de ser el tipo de persona que reduciendo la noción de suerte.
decidiría ingerir alcohol y conducir un automóvil si se le diera Primero, podemos sustituir la noción de responsabilidad
la oportunidad, ¿cómo se puede culpar a los otros conductores moral de un suceso por una noción más general de respon-
de serlo? sabilidad (moral o de otro tipo) de un suceso. De este modo
La serie de casos revisados sugiere el siguiente principio ge- ampliamos el alcance del argumento hasta incluir el rnérito in-
neral: para cualesquiera S y X tales que S podría ser moralmen- telectual por la creencia verdadera. Segundo, podemos reducir
te culpable de X, podemos describir a otra persona S' tal que la noción de suerte arr1pliando la noción de agencia. En el pro-
(a) no exista diferencia entre S y S' en relación con X excepto blema de la suerte moral, la suerte se oponía a la agencia y ésta
por factores que no están bajo control de ninguna de ellas, y se entendía en términos de control. Una noción más amplia
(b) S' clararr1ente no es culpable de X. Si se coloca este principio de agencia incluye todas las actividades del agente y no sólo
junto a la premisa (1) del argurr1ento 1, obtenerrws el siguiente aquellas que están, en un sentido pertinente para la evaluación
argumento. moral, bajo control del agente. En este sentido más amplio,

;t
~--------------------------------------------------------------------------~

LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 455


454 JOHN GRECO

Como hemos visto, una 1notivación para aceptar SR es que


algo es interno a la agencia sólo en caso de que sea propio del
los juicios acerca de la responsabilidad por un suceso son un
obra_r del agente, pero ahora en un sentido amplio de "obrar"
tip~ de evaluación del agente; y, en general, parece erróneo
q~e Incluye todo lo que el agente piensa, así como lo que de-
que las diferencias externas a la agencia deban establecer dife-
nde y hace. Al ampliar la noción de agencia de este modo, se
rencias en la evaluación del agente. (Vamos a llamar a este prin-
~igue identific~ndo la suerte con lo que es externo a la agencia,
cipio SA.) Por consiguiente, una motivación para aceptar SR es
pero ahora se Incluyen actividades cognitivas del agente como
el principio que vimos antes sobre la relación entre la suerte y
Internas a la agencia.
la evaluación del agente en general. Una vez más, entonces,
De~pués de haber revisado las nociones de responsabilidad,
vemos que todos nuestros problemas comparten la siguiente
agencia y suerte como lo hemos hecho, ya podemos articular
un problema más general de responsabilidad y suerte, del cual estructura:
el problema de la suerte moral es un ~jemplo. El problema
moral general invoca el siguiente principio sobre la suerte y la Esquema 2
responsabilidad: (1) (SA) Si S1 y S2 son exactamente iguales con respecto a al-
gún suceso X, excepto en lo que concierne a factores que
(SR! Si SI y S2 son exactamente iguales con respecto a son externos a la agencia de cada persona, entonces SI y
algun suceso X, excepto en lo que concierne a factores S merecen evaluaciones iguales como agentes en relación
que son externos a la agencia de cada persona, entonces 2
con X.
SI y s2 son igualmente responsables en relación con X.

Por ejemplo, si C1 y C2 son tan similares en cuanto a matar Por lo tanto,


a un transeúnte, entonces ambos son igualmente culpables res- (2) (SR) Si S 1 y S2 son exacta1nente iguales con respecto a al-
pecto de matar a un transeúnte. Si un observador ordinario y gún suceso X, excepto en lo que concierne a factores que
Verotemp son tan similares respecto de creer que la tempera- son externos a la agencia de cada persona, entonces sl y
tura es de 40 oc, entonces ambos tienen por igual el mérito S 2 son igualmente responsables en relación con X. ( 1)
de creer esa verdad. La segunda parte del problema general es
que a todas luces uno de los dos no es responsable del suceso (3) S 1 y S2 son exactamente iguales con respecto al suceso X,
en cuestión. Así, C2 evidentemente no merece que lo culpen excepto en lo que concierne a factores que son externos a
por matar a un transeúnte, ya que no mató a nadie. Queda cla- la agencia de cada persona.
ro que a Verotemp no se le puede atribuir el mérito de tener
una creencia verdadera sobre la temperatura, ya que la causa (4) S2 no es digno de mérito (o de censura) por X.
de su creencia es el dispositivo computemp implantado en su
cerebro. 4 Por lo tanto)
4
Otros problemas en epistemología comparten también esta estructura.
(.5) S 1 tatnpoco tiene tnérito (o culpa) por X. (2, 3, 4)
Por ejemplo, _la víctima del demonio cartesiano y un perceptor fiable son
exactamente Iguales en cuanto a sus creencias sobre el mundo excepto por exactamente en la misma posición con respecto a esta creencia, excepto por
factores que son externos a la agencia. Como la víctima claramente carece de cuestiones externas a su agencia, que alguien que cree lo mismo con base en
mérito por las creencias verdaderas acerca de su entorno (no tiene ninguna), la misma evidencia, pero cuando nadie en la oficina es dueño de un Ford.
tampoco el ~,erceptor corporalizado lo tiene. Los problemas tipo Gettier habi- Puesto que esta segunda persona carece de mérito por su creencia verdadera
tuales tambien comparten esta estructura. Por <:;jemplo, S tiene una creencia
(no tiene ninguna), a S tampoco se le puede atribuir.
verdadera de que alguien en su oficina es dueño de un Ford. Pero S está
456 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 457

7 . Una solución al problema de la suerte moral de ebriedad. En todos esos ejemplos, cornparamos a dos per-
sonas con respecto a un suceso, y juzgarnos que una de ellas
Podemos regresar ahora al argumento 2, que articula el pro-
no era rnoralmente mejor o peor que la otra en virtud de dicho
blerna de la suerte rnoral. Como hemos visto, la prernisa ( 1) de
suceso. Este juicio se utilizó luego para apoyar la conclusión
dicho argurnento está motivada por nurnerosos ejemplos en
de que las dos fueron iguales en r-esponsabilidad respecto de
íos que intervienen conductores en estado de ebriedad y con-
ese suceso. Por ejemplo, juzgamos que e1 no es peor perso-
d_u~tores ~ue podrían estarlo. Además, está motivada por prin-
na que e2 por haber matado a un transeúnte y, en consecuen-
CipiOs mas generales sobre la suerte, la responsabilidad y la
cia, que el no es culpable de matar al transeúnte, ya que e2 no
evaluación del agente (SA y SR). Sin embargo, la premisa (1) es
lo es.
falsa, corno lo son la mayoría de los principios generales que
Ahora bien, una vez expuesto con claridad, este punto de
han estado motivándola.
vista sobre la relación entre el historial del agente y el valor
¿por qué la premisa ( 1) y los dos principios anteriores pare-
del agente parece clararnente falso, pues el historial del agen-
cen verosímiles? Yo planteo que esto se debe a que las discu-
te depende de lo que realmente hace, mientras que su valor
siones acerca de la suerte rnoral y la responsabilidad tienden
(virtud o vicio) depende de lo que está dispuesto a hacer. Di-
a rnezclar dos tipos de evaluación del agente: (a) evaluaciones
cho de otro modo, el historial del agente es una función de lo
de la responsabilidad (o historial) del agente, y (b) evaluacio-
que sucede en el rnundo real, en tanto que el valor del agente
nes del valor (o virtud) del agente. Las evaluaciones del his-
es una función de lo que sucede en el mundo real y en los
torial del agente son juicios sobre aquello de lo que el agente
mundos posibles pertinentes. Esto concuerda con la idea de
es responsable: éste puede ser elogiado o reconocido por cier-
que el valor del agente tiene que ver con el carácter del agen-
to logro, o culpado por cierto fracaso. Las evaluaciones con
respecto al valor del agente son juicios acerca del tipo de per- te, y este carácter tiene que ver con lo que uno está dispues-
to a hacer, a diferencia (simplemente) de lo que uno realmen-
sona que es el agente: virtuoso o vicioso, o mejor o peor que
alguien más. Las discusiones sobre la suerte y la responsabili- te hace.
1
dad tienden a mezclar estos dos asuntos. Por lo menos, en ellas Desde esta posición, el valor moral queda desligado de la
1 suerte moral, al menos en cierto grado. Esto se debe a que el
se tiende a interpretar que el mérito del agente se relaciona l
l
estrecharnente con su historial (quizá esté enterarnente deter- valor moral está determinado no sólo por lo que se hace real-
1
minado por él). 5 mente en las circunstancias en las que de hecho se vive, sino
Este mismo punto de vista está presente en la manera en la 1 por lo que uno haría en una gama de circunstancias, la mayo-
que interpretamos los ejemplos de los conductores en estado ría de las cuales no son reales. Esto preserva nuestra intuición
de que el no es peor persona que e2 por haber matado a un
. 5 Así, Nagel (1979, p. 25) escribe: "cuando culpamos a alguien por sus ac-
1 transeúnte, ya que ahora podemos decir que e2 habría matado
CIOnes no estamos simplemente diciendo que está mal que éstas hayan sucedi- a un transeúnte en las circunstancias de e}, y el no habría
do o qut: está mal que él exista: estamos juzgándolo, diciendo que ese alguien
1
es malo, lo cual es diferente de que su obrar sea algo malo". Zimmerman 1
matado a un transeúnte en las circunstancias de e2 . Las dispo-
(1987, p. 375) sigue a Nagel cuando afirma: "En este sentido de 'responsabi- siciones de los dos conductores son las mismas en este aspecto,
lidad', si alguien es responsable de algún suceso, entonces merece elogios o y en esa rnedida comparten el rnismo valor moral. Por supues-
culpa por ese suces9 [ ... ]. [D]ichos elogios y reproches son[ ... ] juicios acer- to, lo mismo vale para las otras personas de los ejemplos. Por
1
ca de la posición moral o valor moral de la persona a la luz del suceso en la manera en que se describieron los ejemplos, los cinco con-
cuestión." Thomson (1989, p. 210) define la culpa en términos del valor del 1
agente: "Una persona P tiene más o menos culpa por hacer (o ser) tal y cual
ductores en estado de ebriedad real y potencial comparten el
[ ... ] sólo en caso de que el que haya hecho (o sea) tal y cual sea una razón 1 mismo valor moral en la medida en que comparten las mismas
más fuerte o más débil para pensar que Pes una mala persona." disposiciones.

1
458 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 459

Además, una vez que tenemos estas distinciones claras en que son externos a la agencia de cada persona, entonces
la me~~e, nuestros ejemplos ya no producen conclusiones pro- S 1 y S2 son igualmente responsables en relación con X.
blematic~s .sobr: la responsabilidad moral; esto es, una vez que
hemos distinguido claramente entre historial moral y valor mo- Una vez más, al marcar una clara distinción entre el historial
ral, Y abandonamos la idea de que el valor está enteramente del agente y el valor del agente, y hacer a un lado la idea de que
d.eterminado por el historial, ya no tenemos razón para de- el valor está enteramente determinado por el historial, se mer-
Cir que e1 no es culpable de matar a un transeúnte. El hecho ma la verosimilitud de ambos principios. Ahora reconocemos
de que el no sea peor persona que e2 por haber matado a un dos tipos de evaluación del agente. SA sigue siendo verosímil
transeúnte ya no motiva la conclusión de que e 1 no es culpa- como principio acerca de las evaluaciones del valor del agente,
ble de haberlo matado. Asimismo, el hecho de que e 3 no sea pero ya no lo es como principio acerca de evaluaciones del his-
peo~ persona que e4 por haber decidido manejar ebrio ya no torial del agente. Por las mismas razones, SR ya no es verosímil
~otiVa la co~clusi~n de que e 3 no es culpable por haber deci- de ningún modo.
dido condunr ebno. Llegatnos a esas conclusiones sólo en la Debemos detenernos a considerar una objeción a la presen-
medida en que pensábamos que la igualdad en el valor moral te explicación. Podría pensarse que hemos solucionado un pro-
tenía que implicar igualdad en la responsabilidad moral. Una blema de suerte moral sólo para dar paso a otro. Esto se debe a
vez abandonado este supuesto ya no es contraintuitivo pensar que la explicación convierte el valor del agente en una función
que la suerte afecta el historial moral o aquello de lo que uno de nuestras disposiciones, pero qué disposiciones tenemos es
es. moralmente responsable. De hecho, esta posición nos per- también, en parte, una cuestión de suerte. Por consiguiente, la
mite pre~er:ar todas las intuiciones que queremos preservar. explicación hace que el valor del agente sea una cuestión de
Por c~nsiguiente, ~odemos decir (a) que las personas pueden suerte y esto en sí mismo es contraintuitivo.
ser dtgnas de elogio y culpables por lo que deciden y hacen La respuesta a esta objeción es la siguiente: es verdad que
r~al~ente, y ~b) que las personas que actúan de manera muy la presente explicación convierte, en parte, el valor moral en
distinta podnan, no obstante, tener el mismo valor moral. De una cuestión de suerte, pero no en un sentido que sea contra-
hecho, es posible apoyar estas afirmaciones como las obvieda- intuitivo, no en un sentido que dé lugar a un problema de suerte
des que son, en la medida en que el historial moral tiene que moral. A todas luces, el carácter real de cada uno está determi-
ver con lo que hacemos, mientras que el carácter moral tiene nado en parte por la suerte, ya que está determinado en parte
que ver con cómo somos. por los accidentes de la historia de cada quien. Además, hay res-
. Las mismas consideraciones muestran por qué los princi- tricciones sobre la identidad personal que hacen imposible que
piOs más generales que motivan la premisa ( 1) también son la misma persona esté precisamente en cualquier situación con-
falsos. Tales principios eran los siguientes: trafáctica. N o puedo imaginarme a mí mismo coherentemente
en cualquier circunstancia, sea la que fuese, pues si los cam-
(SA} Si S1 y S2 son exactamente iguales con respecto a bios que me imagino son suficientemente radicales, no será a
algun suceso X, excepto en lo que concierne a factores mí mismo a quien esté imaginando. Por consiguiente, diferentes
que son externos a la agencia de cada persona, entonces personas enfrentan diferentes elecciones (real y posiblemente),
S1 y S2 merecen evaluaciones iguales como agentes en y tienen la oportunidad de llevar a cabo diferentes acciones
relación con X. (real y posiblemente). Pero esto por sí mismo es una obviedad.
Desde luego, de esto no se sigue que no exista el valor moral
(SR} Si S1 y S2 son exactamente iguales con respecto a ni nada que se le parezca, tampoco se sigue que nadie ten-
algun suceso X, excepto en lo que concierne a factores ga valor moral ni que todos tengan el n1ismo valor moral. En
460 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 461

resumen, la presente posición desliga suficientemente el valor el enfoque iinpone una restricción en cuanto al tipo de proceso
moral de la suerte como para evitar que surja cualquier para- fiable que puede dar lugar al conocirniento: sólo lo hacen aque-
doja o problema; y, de este modo, no soluciona un problema llos procesos que están basados en las capacidades o facul~a?;s
sólo para dar paso a otro. 6 del sujeto de la creencia. Es apropiado llarnar a esta p.o~roon
"fiabilisrno del agente", ya que convierte al agente cognitivo en
8 . La aplicación a la epistemología depositario de la fiabilidad.
De acuerdo con este enfoque, entonces, el conocirniento es
Nos ocupamos del problema de la suerte rnoral porque quería-
una creencia verdadera basada en las capacidades cognitivas
mos entender mejor la relación entre la suerte y la responsabili-
(o virtudes) del creyente. Dicho con más exactitud: en casos de
dad para explicar los logros. Dicha relación parecía problemá-
conocimiento, S cree la verdad porque S cree con base en una
tica porque las evaluaciones de la responsabilidad del agente
virtud intelectual. Según este mismo enfoque, en casos de co-
parecían en cierto modo incompatibles con la influencia de la
nocimiento, S goza de mérito por creer la verdad. Esto se debe
'suerte. En particular, parecía que dos agentes iguales en todos
a que, necesariarnente, se acumula un tipo especial de mérito
los aspectos internos a la agencia debían merecer las rnismas
cuando el logro se basa en la virtud. Así, de acuerdo con la
evaluaciones como agentes. Hernos solucionado este problema
presente explicación, el conocimiento es un logro basado en la
estableciendo una distinción e1tre dos tipos de evaluación del
virtud.
agente: evaluaciones de responsabilidad (o historial) del agente
N o todo mérito otorgado por un logro es de este tipo es-
y evaluaciones del valor (o virtud) del agente. Esto nos perrni-
pecial. Por ejemplo, si un jugador de bás9uetbolla~za un tiro
tió decir que la suerte puede influir en la responsabilidad, y
afortunado con el que su equipo gana el JUego, obtiene de to-
preservar la intuición de que el valor del agente, al Inenos en
dos rnodos reconocimiento por anotar esos puntos; pero no es
aspectos importantes, es inmune a las influencias de la suerte.
el rnismo tipo de reconocimiento que se obtiene por anotar a
Ahora quiero aclarar la solución propuesta y relacionarla de
base de destreza. Asimismo, si un corredor gana una carrera
modo más preciso con un enfoque basado en la teoría de las
porque su oponente se tropezó, de todos modos ~btien~ reco-
virtudes en episten1ología. Esto supone explicar de una mane-
nocimiento por ganar la carrera, pero no es el mismo tipo de
ra rnás clara córno, con base en un enfoque del conocimiento
reconocimiento que se obtiene por ganar a base de destreza.
basado en la teoría de las virtudes, las atribuciones de conoci-
Este último tipo de reconocimiento de mérito es el que le in-
miento suponen evaluaciones de la responsabilidad o del histo-
teresó a Aristóteles. De acuerdo con él, sólo la acción virtuosa
rial del agente. Una vez que hayamos explicado esto, podremos
es digna de elogio, y por "acción virtuosa" entendía una acción
ver con mayor nitidez cómo dicha explicación hace que ciertos
fundada en el carácter virtuoso.
tipos de suerte sean compatibles con el conocimiento.
En los casos de conocirniento, S goza de este tipo de mérito
Según el enfoque que defiendo, el conocimiento debe en-
por creer la verdad, ya que S cree la verdad con:o resultado
tenderse como una creencia verdadera basada en la virtud in-
de una virtud intelectual. Sin ernbargo, la creencra verdadera
telectual, donde una virtud intelectual se entiende como una
nunca es resultado exclusivo de la virtud; más bien siempre es
capacidad o facultad cognitiva fiable. Este enfoque es una ver-
resultado de la virtud acompañada de la cooperación del mun-
sión del fiabilismo, ya que entiende el conocimiento corno una
do. Esto, además, es una verdad completamente general acerca
creencia verdadera generada mediante un proceso fiable; pero
de la virtud y el logro. El logro virtuoso, ya sea intelectual,
6
Defendí antes esta solución al problema de la suerte moral en Greco atlético, moral o de cualquier otro tipo, nunca es result~do ex-
1995. Véase ese trabajo para una presentación más detallada de la explica- clusivo de la virtud, sino que siempre es resultado de la virtud Y
ción, y para otras réplicas a las objeciones. de las circunstancias que lo hacen posible. De ahí que un bom-
462 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 463

bero moralmente valiente no logre salvar a nadie si el piso se cuentra por medio de un proceso fiable. Dicho con mayor pre-
derrumba durante su intento de rescate. Tampoco el jugador cisión, esta persona no encuentra oro por una capacidad, sino
de básquetbol hábil gana nada si se desata un incendio justo que éste es precisamente el sentido en el que el hecho de haber
antes de que lance el tiro ganador. Si definimos suerte como hallado oro es demasiado fortuito para contar como logro por
aquello que es externo a la agencia, entonces, esto equivale a el que esta persona sea digna de mérito: en realidad su logro
decir que el logro siempre necesita suerte, esto es, incluso el se debe en buena medida a circunstancias externas y no sufi-
logro virtuoso necesita circunstancias favorables. Incluso ello- cientemente a una capacidad s11ya.
gro virtuoso exige que el mundo coopere. Consideremos ahora a una persona que encuentra oro en la
N o obstante, este tipo de suerte no necesariamente socava la oscuridad, pero fiablemente, debido a una capacidad suya para
responsabilidad. Al contrario, si la naturaleza nos ha concedi- hallarlo en esas condiciones, quizá debido a que puede oler
do virtudes atléticas y la oportunidad de hacer gala de ellas el oro o a que puede identificar su peso característico. ¿Debe
con éxito, mereceremos reconocimiento por ello. Asimismo, si considerarse éste un "mero logro fortuito"? No, en absoluto,
hemos sido dotados de virtudes morales o intelectuales y de precisamente porque es un logro por capacidad. Supongamos
la oportunidad de hacer gala de ellas con éxito, mereceremos que esta persona no puede explicar cómo encuentra oro en la
reconocimiento por ello. Esto no significa que la responsabili- oscuridad tan fiablemente o que no tiene creencias acerca de
dad sea consistente con cualquier tipo de suerte. En general, su fiabilidad (quizá sea una persona demasiado modesta o esté
la responsabilidad del agente es inconsistente con el tipo de confundida o simplemente sea alguien que no reflexiona en
suerte que deja fuera la agencia. En particular, el tipo espe- tales cosas). Esto no va en detrimento del hecho de que, para
cial de mérito debido al logro virtuoso es inconsistente con el empezar, posee la capacidad en cuestión ni de que merezca re-
tipo de suerte que deja fuera la agencia virtuosa. No obstante, conocimiento por su logro debido a esa capacidad, como tam-
ambos son consistentes con el tipo de suerte que hace posible la poco merma el mérito de una atleta virtuosa que sea modesta o
agencia virtuosa, esto es, ambos son consistentes con aquellas esté confundida o no reflexione en sus capacidades. Asimismo,
circunstancias externas a la agencia que hacen posible el logro el logro debido a una virtud intelectual es mérito de quien cree,
virtuoso. independiente1nente de su perspectiva sobre esas virtudes.
Estas mismas consideraciones explican por qué Verotemp
9. ¿Es apta la metáfora pirrónica?
no sabe cuál es la temperatura a pesar de que sus creencias al
¿Es apta la metáfora pirrónica? ¿Acaso una creencia verdadera respecto se producen de manera fiable, es decir, Verotemp no
producida fiablemente, como encontrar oro en la oscuridad, cree debido a una capacidad. Por el contrario, el dispositivo
es demasiado fortuita para contar como logro cuyo reconoci- computemp es responsable de su logro, y lo es de un modo tal
miento se pueda atribuir a quien la cree? Estamos ahora en que Verotemp no es digno de mérito por ese logro. Esto tam-
posición de decir "no". En general, el logro debido a una vir- bién explica por qué, en este caso, una perspectiva sobre su
tud goza de un tipo especial de mérito. En particular, creer creencia le daría conocimiento por primera vez. Esa perspec-
la verdad debido a una virtud intelectual goza de ese tipo de tiva es lo único que se necesita para hacer que el mecanismo
mérito. En consecuencia, la creencia verdadera producida por fiable y su funcionamiento sean internos a la agencia, y, por
la percepción fiable no es un mero logro fortuito. En gran me- consiguiente, lo único que se necesita para que el logro de Ve-
dida, no es "fortuito" en ningún sentido que socave el recono- rotemp pueda acreditársele. 7 No obstante, sería erróneo pen-
cimiento por el logro. sar que dicha perspectiva es necesaria siempre para hacer que
Podemos explicar ahora por qué la metáfora pirrónica no es
apta: la persona que encuentra oro en la oscuridad no lo en- 7 Aquí estoy en deuda con Daniel Breyer. Véase también McKinnen 2004.
464 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 465

la fiabilidad y el logro sean internos a la agencia. En general, (AE) Si sabemos que p, y además aprehendemos (corn-
nuestras capacidades o facultades son las que poseemos, sea prendenlos) la proposición de que sabemos que p, en-
cual sea la perspectiva que adoptemos sobre ellas. En particu- tonces debemos estar justificados en creer que sabemos
lar, nuestras virtudes intelectuales son las que ya poseemos, sea que p (en creerlo al menos implícitamente, en el sentido
cual sea nuestra perspectiva respecto de dichas virtudes. de que si nos preguntáramos si sabemos que p, asenti-
¿Qué debemos decir acerca de la clarividente de BonJour? ríamos).
De nueva cuenta, que la clarividente sepa o no dependerá de
Sosa nos ofrece dos consideraciones en favor de AE. Consi-
si n1erece reconocimiento o no por su creencia verdadera, lo
deremos cada una por separado.
que a su vez dependerá de si el hecho de que crea una verdad
En primer lugar, Sosa argumenta que es preferible estar "re-
es resultado o no de la agencia virtuosa. ¿Lo es? Ello depende
flexivamente en lo correcto" respecto de algún asunto a estar
de los detalles del caso. Si la clarividente tiene buena evidencia
irreflexivamente en lo correcto.
en contra de su creencia -evidencia que, a sus ojos, la obliga a
no emitir ningún juicio o incluso a creer otra cosa-, entonces
Supongamos que, en relación con cierto asunto, te preguntas
confiar sólo en la clarividencia no constituye agencia virtuosa. si sabes, y tienes que responder "Definitivamente no" o "¿Quién
Por otra parte, podemos imaginar casos en los que la cr~encia sabe?" En ese caso, ¿no hay algún sentido inequívoco y amplia-
de la clarividente sea bastante coherente con otras creencias su- mente compartido en el cual no sabes realmente? [... ]
yas y en los que la clarividencia fiable esté bien integrada con
sus otros poderes cognitivos. En casos de este tipo, el agente Todo esto puede equivaler simplemente a lo siguiente: es mejor
cognitivo es muy diferente de nosotros y está dotado de capaci- creer y actuar de maneras que sean reflexivamente correctas que
dades cognitivas muy diferentes de las nuestras. Aun así, éstas de maneras que resultan ser correctas, pero que lo son irreflexiva-
podrían ser virtudes después de todo. En casos de este tipo, mente. (Sosa 1997, pp. 231-232)
sugiero, dejaría de ser contraintuitivo que fuera posible saber
debido a la clarividencia. Está bien. Vamos a dar por supuestas arnbas cosas por mor
del argumento. Pero de ninguna de las dos se sigue AE. Aun
Apéndice: ¿hay aquí algo más que una metáfora? cuando sea rnejor estar reflexivamente en lo correcto que es-
tarlo irreflexivamente, de ahí no se sigue que el conocimien-
Se podría objetar que el pirrónico se apoya en algo más que
to exija estar en lo correcto reflexivamente. Asimismo, aunque
una metáfora en la presente discusión con el fiabilista acerca de
haya algún sentido en el cual uno realmente no sabe si no está
la necesidad de una perspectiva epistémica. En virtud de ello,
reflexivamente en lo correcto, de ahí no se sigue que el conoci-
Sosa ofrece un argumento en favor del siguiente "principio del
miento per se lo exija, o que el conocimiento en algún sentido
criterio", del cual se sigue de inmediato la necesidad de una
ordinario lo exija.
perspectiva del conocirniento del sujeto.
Volvamos ahora a la segunda consideración de Sosa en favor
(PC) Sabemos que p y aprehendernos (comprendemos) la de AE. Sosa sostiene:
proposición de que sabemos que p, sólo si estamos justifi-
cados en creer que las fuentes de nuestra creencia de que Vamos ahora a centrarnos en el conocimiento o la justificación
p son mínimamente fiables (esto es, no extremadamente reflexivos, conocimiento o justificación, como sugiere la analogía
poco fiables). de Sexto, "iluminados". Si sabemos (reflexivamente), entonces de-
bemos creer que sabemos, al menos implícitamente, de tal modo
El argumento de Sosa en favor del PC descansa en un principio que si respondiéramos la pregunta conscientemente, asentiría-
de "ascenso epistémico": mos. Pero hay más: sin duda, esta creencia, la creencia de que uno
466 JOHN GRECO LA VIRTUD, LA SUERTE Y EL PROBLEMA PIRRÓNICO 467

sabe, difícilmente podría apoyar que se está en un estado de cono- BIBLIOGRAFÍA


cimiento reflexivo de la más alta calidad si fuera o bien (a) falsa,
o (b) arbitraria o irracional, o (e) injustificada de cualquier otra Bonjour, L., 2003, "A Version of Internal_ist Fo~?d~tionalism", _en
manera o de b~ja calidad epistémica. Sin duda, esta creencia tie- L. Bonjour y E. Sosa (comps.), Epistemzc justifzcatwn: lnternalzsm
ne que estar ella mismajustificada. Así llegamos a [AE]. (1997, vs. Externalism, Foundations vs. Virtues, Blackwell, Oxford, pp. 3-96.
p. 232) - - , 1980, "Externalist Theories of Empirical Knowledge", Midwest
Studies in Philosophy, vol. 5, no. 1, pp. 53-73.
Pero, otra vez, supongamos que aceptamos que el conoci- Greco, J. (comp.), 2004a, Ernesto Sosa and His Critics, Oxford, Black-
n1iento reflexivo requiere este tipo de reflexión. Supongamos, well.
incluso, que esto es verdadero por definición. Aun así, de esto - - , 2004b, "How to Preserve your Virtue while Losing your Pers-
pective", en Greco 2004a, pp. 96-105.
no se sigue que el conocimiento per se exija ese tipo de re-
- - , 2004c, "Motivations for Sosa's Epistemology", en Greco 2004a,
flexión, y esto es lo que AE afirma. De igual manera, PC, al
pp. xv-xxiv.
cual AE supuestamente apoya, se propone como principio so- - - , 1995, "A Second Paradox Concerning Responsibility and
bre el conocimiento per se, más que sobre el conocimiento de Luck", fl.1etaphilosophy, vol. 26, nos. 1-2, pp. 81-96.
algún tipo especial "de la n1ás alta calidad". Esto es como de- Lehrer, K., 2000, Theory of Knowledge, 2a. ed., Westview, Boulder.
bería ser, puesto que la conclusión escéptica carece de interés McKinnen, C., 2004, "Agent Reliabilism and the Subjective Justifica-
si concierne sólo al conocimiento de algún tipo especial. Por el tion Requirement", ponencia presentada en la reunión de la Pacific
contrario, se supone que la conclusión escéptica es sobre el co- Division, 2004, APA.
nocimiento "digno de este título" y eso es lo que la hace inte- Nagel, T., 1979, Mortal Questions, Cambridge Uni:versity Press, Cam-
resante. bridge. [Versión en castellano: Ensayos sobre la vzda humana, 2a. ed.,
Podemos concluir, entonces, que el pirrónico no nos ofrece trad: Héctor Islas, Fondo de Cultura Económica, México, 2000.]
Sosa, E., 1997, "How to Resolve the Phyrronian Problematic: A Les-
ningún argumento independiente en favor del requisito de una
son from Descartes", Philosophical Studies: An International journal
perspectiva sobre el conocimiento per se. Ni nos ofrece ningún
Jor Philosophy in the Analytic Tradition, vol. 85, nos. 2-3, PP· 229-
argumento acerca de que el conocin1iento en algún sentido
249.
ordinario exija una perspectiva. Todo lo que tenemos es una Stroud, B., 1994, "Skepticism, 'Externalism', and the Goal of Episte-
metáfora y una pregunta respecto de si esa metáfora es apta. s, 9 mology", Proceedings of the Aristotelian Society, vol. supl. 68, pp. 290-
307.
[Traducción de jonathan García Campos Thomson,JJ., 1989, "Morality and Bad Luck", Metaphilosophy, vol. 20,
y Ricardo Vázquez Gutiérrez] nos. 3-4,pp.203-221.
Zimmerman, M J., 1988, An Essay on Moral Responsibility, Rowman and
Littlefield, Totowa.
- - , 1987, "Luck and Moral Responsibility", Ethics, vol. 97, no. 2,
8
Esto es, no se ofrece ningún argumento independiente en el contexto pp. 374-386.
presente. En otra parte, Sosa plantea diferentes consideraciones en favor de la
necesidad de una perspectiva. Para la discusión de éstas, véase Greco 2004b y
2004c.
9
Quisiera agradecer a las audiencias en Aberdeen, Brown, Fordham y
Stirling la útil discusión. En especial doy las gracias a Dan Breyer, Stephen
Grimm, Ernesto Sosa y Linda Zagzebski por sus comentarios a versiones pre-
vias de este texto, y a Martha Nussbaum, Margaret Walker y Michael Zimmer-
man por sus comentarios a trabajos relacionados.
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS

Los artículos incluidos en esta antología aparecieron original-


lnente en otras publicaciones. Agradecemos a los autores,
cuando fue el caso, y a los editores su amable autorización para
reproducirlos en este volumen. Tarnbién queremos expresar
nuestro agradecimiento a Laura Pérez León y Carlos Hernán-
dez Mercado por su invaluable ayuda con los trámites para la
obtención de dichos permisos de publicación.

William P. Alston, "¿Ha quedado refutado el fundacionismo?":


"Has Foundationalism Been Refuted?", Philosophical Studies,
vol. 29, no. 5, 1976, pp. 287-305. © 1976, D. Reidel Publishing
Company, Dordrecht-Holland. Se traduce y publica con la au-
torización del autor y de Springer Science and Business Media.

Robert Audi, "El fundacionismo contemporáneo": "Contempo-


rary Foundationalism", en Louis P. Pojman (cornp. ), The Them~y
of Knowledge: Classical and Contemporary Readings, 1, E. Wads-
worth, Belmont, 1993, pp. 206-213. © 1993, Wadsworth, parte
de Cengage Learning, Inc. Se traduce y publica con la autori-
zación del autor y de Cengage Learning, <www.cengage.com/
permissions >.

Laurence Bonjour, "¿Puede el conocimiento emp1nco tener


un fundamento?": "Can Empirical Knowledge Have a Foun-
dation?", American Philosophical Quar'teTzy, vol. 15, no. 1, 1978,
pp. 1-13. Se traduce y publica con la autorización del autor y
de American Philosophical Quarterly.
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS 471
470 PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS

Laurence BonJour, "La teoría coherentista del conocimiento Readings in Philosophy, 2), pp. 1-9. © 200~, B~~ckwell Pub-
lishers Ltd. Se traduce y publica con la autonzacwn del autor
empírico": "The Coherence Theory of Empirical Knowledge",
Philosophical Studies, vol. 30, no. 5, 1976, pp. 281--312. © 1976, y de Blackwell Publishing Ltd.
D. Reidel Publishing Company, Dordrecht-Holland. Se traduce
Alvin l. Goldman, "La concepción internista de la justifica-
y publica con la autorización del autor y de Springer Science
ción": "The Internalist Conception of Justification", Midwest
and Business Media.
Studies in Philosophy, vol. 5, no. 1, 1980, pp. 27-51. © 19~0,
Richard Fumerton, "Una crítica al coherentismo": "A Critique University of Minnesota. Se traduce y publica con la autonza-
of Coherentism", en Louis P. Pojman (comp.), The Theory of ción del autor y de University of Minnesota Press.
Knowledge: Classical and Contemporary Readings, Wadsworth,
Belmont, 1993, pp. 241-245. © 1993, Wadsworth, parte de Ernesto Sosa, "Una epistemología de las virtudes": "A Virtue
Cengage Learning, Inc. Se traduce y publica con la autoriza- Epistemology", en L. BonJour y E. ~osa, Epist~mic justification:
ción del autor y de Cengage Learning, <www.cengage.com/ Internalism vs. Externalism, Foundatzo,ns vs. Vzrtues, Blackwell,
permissions>. Malden, 2003, pp. 156-170. © 2003, Laurence BonJour y Er-
nesto Sosa. Se traduce y publica con la autorización del autor Y
Alvin l. Goldman, "¿Qué es una creencia justificada?": "What de Blackwell Publishing Ltd.
Is Justified Belief?", en G.S. Pappas (comp.),]ustification and
Knowledge: New Studies in Epistemology, D. Reidel, Dordrecht, Lorraine Code, "Hacia una epistemología de la responsabili-
1979 (Philosophical Studies Series in Philosophy, 17), pp. 1- dad": "Toward a 'Responsibilist' Epistemology", en Epistemic
23. © 1979, D. Reidel Publishing Company. Se traduce y pu- Responsibility, University Press of New England, Hanov~r/L~n­
blica con la autorización del autor y de Springer Science and dres, 1987, pp. 37-67. © 1987, Trustees of Brown UniVersit~.
Business Media. Se traduce y publica con la autorización de la autora y de Unl-
versity Press of N ew England.
William P. Alston, "¿Cómo concebir la fiabilidad?": "How to
Think about Reliability", Philosophical Topics, vol. 23, no. 1, John Greco, "La virtud, la suerte y el probl~~a pi_rrónic_o":
1995, pp. 1-29. © 1996, Board of Trustees of the University "Virtue, Luck and the Pyrrhonian Problemat1c , Phzlosophzcal
of Arkansas. Se traduce y publica con la autorización del autor Studies, vol. 130, no. 1, 2006, pp. 9-34. © 2006, Spring~r. Se
y de Philosophical Topics. traduce y publica con la autorización del autor y de Spnnger
Science and Business Media.
Earl Canee y Richard Feldman, "El problema de la generalidad
para el fiabilismo": "The Generality Problem for Reliabilism",
Philosophical Studies, vol. 89, no. 1, 1998, pp. 1-29. © 1998,
Kluwer Academic Publishers. Se traduce y publica con la au-
torización de los autores y de Springer Science and Business
Media.

Hilary Kornblith, "Internismo y externismo: breve introduc-


ción histórica": "Internalism and Externalism: A Brief Histor-
ical Introduction", en H. Kornblith (comp.), Epistemology: Ex-
ternalism and Internalism, Blackwell, Mal den, 2001 (Blackwell
ÍNDICE

CLAUDIA LORENA GARCÍA, Introducción general..... . . 5

I. TEORÍAS FUNDACIONISTAS
DE LA JUSTIFICACIÓN EPISTÉMICA

CLAUDIA LORENA GARCÍA, Introducción.............. . 25


WILLIAM P. ALSTON, ¿Ha quedado refutado el
fundacionismo?....................................... 37
ROBERT AUDI, El fundacionismo contemporáneo........ 61
LAURENCE BONJOUR, ¿Puede el conocimiento empírico
tener un fundarnento?................................. 81

II. TEORÍAS COHERENTISTAS


DE LAJUSTIFICACIÓN EPISTÉMICA

PATRICIA KING DÁVALOS, Introducción ................. 115


LAURENCE BONJOUR, La teoría coherentista del
conocimiento empírico ................................ 125
RICHARD FUMERTON, Una crítica al coherentismo ...... 167

III. TEORÍAS FIABILISTAS


DE LAJUSTIFICACIÓN EPISTÉMICA

ÁNGELES ERAÑA, Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181


ALVIN l. GOLDMAN, ¿Qué es una creencia justificada? ... 199
474 ÍNDICE

WILLIAM P. ALSTON, ¿cómo concebir la fiabilidad? ..... 233


EARL CONEE Y RICHARD FELDMAN, El problema de la
generalidad para el fiabilismo ......................... 275

IV. INTERNISMO Y EXTERNISMO:


¿DOS ASPECTOS DE LA JUSTIFICACIÓN
EPISTÉMICA?
Teorías contemporáneas de la justificación epistémica l. Teorías
PATRICIA KING DÁVALOS, Introducción ................. 313 de la justificación en la epistemología analítica, publicado por
HILARY KORNBLITH, Internismo y externismo: breve el Instituto de Investigaciones Filosóficas, se terminó de im-
introducción histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321 primir el 15 de febrero de 2013 en los talleres de Ediciones
del Lirio, S.A. de C.V. (Azucenas no. 10, colonia Sanjuan
ALVIN GOLDMAN, La concepción internista de la
Xalpa, delegación Iztapalapa, C.P. 09850, México, D.F.).
justificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
Para su impresión en offset se usó papel cultural de 90 g; en
su composición y formación, realizadas por computadora,
V. LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS VIRTUDES se utilizaron el programa Jb.TEX 2é y tipos New Baskerville.
El tiraje consta de 1 000 c;:jemplares.
CLAUDIA LORENA GARCÍA, Introducción ............... 375
ERNESTO SOSA, Una epistemología de las virtudes ....... 383
LORRAINE CODE, Hacia una epistemología de la
responsabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
JOHN GRECO, La virtud, la suerte y el problema
pirrónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439

Procedencia de los textos ................................. 469

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