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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Filosofía y Letras

Letras Hispánicas

Estudios de Poética

José Javier Villarreal

Efraín Huerta, el diamante

Osvaldo Miguel Sánchez Ipiña

1562730

San Nicolás de los Garza a 29 de mayo de 2019


Introducción

Efraín Huerta, poeta y periodista mexicano, nació en Guanajuato en 1914 y falleció

en 1982 en la ciudad de México, autor de numerosos libros de poesía entre los cuales destaco

los hombres del alba, Estrella en alto y De estampida de Poeminimos de los cuales extraje

la mayor parte de las citas.

En la memorable colección de Libros del Rincón, pequeños ejemplares localizados

en los salones de clase de primaria, encontré un ejemplar de Poeminimos de Efraín Huerta.

Aquel primer acercamiento a la poesía me pareció una revelación; la poesía se me presentaba

como un juego, un ingenioso chiste que se quedó grabado en la memoria y regresa para dar

las palabras indicadas en situaciones difícil de explicar, las cuales abundan en la infancia.

No podía permanecer callado, compartí a todos mis conocidos al menos uno de aquellos

Poeminimos, intenté lograr que más personas lo leyeran, sin éxito, compartiendo un

fragmento de la contraportada: “Los Poeminimos le han dado fama a Huerta como poeta

juguetón y humorista”. Frase que también me servia para defender aquella obra de quien se

atrevió a decir que eso no era poesía.

Poco más de diez años después de aquel encuentro accidental que definió mi vocación

vuelvo a Huerta buscando más humor, más de lo mismo, sin embargo, ya en el prólogo de

uno de sus primeros libros -decidí leerlo en forma cronológica- encuentro una descripción

del poeta que me hace desconocerlo, ¿No me abre equivocado? ¿No estaré leyendo a un

homónimo? ¿Quizá mi recuerdo acerca de Huerta es erróneo y he estado cambiándole el

nombre tantos años? Una búsqueda rápida por internet me confirma: es el mismo.
En el prólogo del libro Los hombres del Alba, Rafael Solana menciona que “La poesía

de Efraín Huerta es desagradable en la misma forma que lo son las pinturas de Orozco”

(Huerta, 2014) o bien cuando dice:

Es el poeta sin sonrisa, el poeta despiadado, y, sin embargo, no es un poeta triste, ni

un poeta amargo, ni un poeta de lo sucio y lo bajo, sino, a su manera, un poeta

creyente, aspirante, que quisiera lo mejor, que lo concibe, lo sueña y lo pide, pero sin

gracia, severa y rectamente; es un poeta cuáquero, un protestante, que desecha, airado,

los lujos y los halagos, que rechaza los colores, y sólo pide luz, pura, dura, fría.

(Huerta, 2014)

Inmediatamente en los primeros poemas de Los hombres del alba descubro que la

descripción no es equívoca, sin embargo, su poesía va evolucionando y cambiando de

temática conforme a los cambios que el poeta experimenta durante su vida; se ve afectado

por su alrededor, por su compromiso de artista. Por ello he decidido, después de haber leído

su obra, categorizar los poemas por el tema al que refieren e ir apreciándolos. La categoría

en las que he encasillado al poeta es de temáticas universales, pero su tratamiento se

diferencia de otros poemas que he leído. Como un diamante de múltiples caras, que separan

el espectro de luz y forman un arcoíris, asimismo, los diferentes momentos de la poesía de

huerta dejan entrever una personalidad muy compleja, que habita su entorno y que termina

en una luminosa sonrisa con los Poeminimos.


Efraín Huerta, el diamante

En el poemario los hombres del alba (1944) la principal temática es la ciudad como

entorno en el que habita el hombre, y que no es un mero escenario, sino que afecta en él. Los

espacios comunes de la urbe se encuentran habitados por “toda esa robusta cantidad de

índices que señalan al viento, /que se desangran en el vacío cobarde de una plaza pública.

Problematizar lo cotidiano, de lo conocido por rutinario y a su vez desconocido por lo ajeno

que resulta ser lo urbano, los habitantes anónimos; cercanos y alejados unos de otros, que

lleva a sus habitantes a “caminar por tus calles como sombra o neblina”. El poemario no solo

es descripción, es a su vez una declaración de odio, la descripción de un “estar simplemente

como delgada carne ya sin piel”.

Amplia y dolorosa ciudad donde caben los perros,

La miseria y los homosexuales,

Las prostitutas y la famosa melancolía de los poetas,

Los rezos y las oraciones de los cristianos.

La cohabitación en la metrópoli no elimina la soledad, una marea de rostros

desconocidos a diario ocasiona el rechazo, pero no a las personas en particular sino a la

aglomeración de cuerpos involuntarios. El poeta habla en plural, como se debe hablar en

ciudad; incluyéndonos dentro de esa masa, “Te declaramos nuestro odio perfeccionado a

fuerza de sentirte cada día más inmensa”. O bien declarar que su voz es resultado de otros

tantos silencios, que su trabajo viene con una responsabilidad de visibilizar aquella “sombra

o neblina” y decir “soy el llanto invisible de millares de hombres. […] el fastidio echo carne.”
Posteriormente, en los años de 1962 a 1964 creó poemas políticos para apoyar a la

causa socialista en la cual fue muy activo y que causaría su enemistad con Octavio Paz

(Flores) . Las ciudades vuelven a ser el tema, pero ahora lo que busca es otro objetivo; las

quiere convertir en emblemas, es así como el poema Palomas sobre Varsovia se aleja tanto

del tono acido y de denuncia de los poemas anteriores llegando a decir “Varsovia socializada,

hecha de cristal por los campeones del trabajo/ Varsovia juvenil que no se ha dado por

vencida”. Utiliza adjetivos de forma diferente, se podría decir que en un tono soñador muy

contrario a su estilo anterior donde los adjetivos permiten una mirada limpia a las imágenes

que transmite y al mismo tiempo lograr un verso mordaz. A esta etapa también pertenecen

los poemas Silaba dorada y Rio y la paloma, y asimismo algunos poemas dedicados a la

ciudad de México y su identidad nacional donde las descripciones y las metáforas parecen, a

mi parecer, escritas por otra persona, tal es el caso de avenida Juárez, Buenos días Diana

cazadora y El tajín.

De esta manera, se percibe a un poeta que transforma su poesía conforme su identidad

es afectada por su entorno, convirtiendo a la poesía en su herramienta de expresión personal

y de vía para consolidar su compromiso social.

La última etapa de Efraín Huerta como poeta es una gran sorpresa, si bien es cierto

que en una relectura de su obra se hace visible la ironía, en el libro La estampida de

Poeminimos (1980) logra un humor más descarado y cercano al chiste; lo cual lo hace

destacar entre tantos poetas serios con obras intimas e intelectuales con los que comparte la

cima de los más reconocidos. Sin embargo, en los pequeños poemas existen definiciones de

su escritura de forma sintetizada y clara, su compromiso social queda expresado en Ay poeta:

Primero

Que nada:
Me complace

Enormísimamente

Ser

Un buen

Poeta

De segunda

Del

Tercer

Mundo (Huerta, Poesía completa, 2014)

En este poemario cabe de todo, desde los refranes rehechos hasta las ingeniosas

creaciones donde emplea el espacio para recrear la oralidad y maximizar el efecto, como en

el siguiente poema paseo I, donde el último verso sirve de perfecto ejemplo:

Ahorita

Vengo

Voy a dar

Un paseo

Alrededor

de

mi

vida

ya vine (Huerta, Poesía completa, 2014)


O bien utilizar lo que parece ser el final de una larga reflexión, los pensamientos los

agrega el lector y los antecedentes son nuestras propias experiencias, de esta forma nos

apropiamos de la expresión, tal es el caso de Eh y Aa dicen:

Después

De todo

Todas

Han sido

El amor

De

Mi

Vida (Huerta, Poesía completa, 2014)

Vale la pena leer a Efraín Huerta y empezar por cualquiera de sus libros porque tiene

algo que decirnos. Tuve la fortuna de empezar a leerlo por su última faceta, de una lucidez e

ingenio infantil y cotidiano, pero tratado con maestría y técnica. En la relectura necesaria

para realizar el presente trabajo he tenido una amena conversación con el poeta a través de

su obra, he interpretado y echo míos tantos versos que revivirán cuando los ande citando por

ahí, esperando que alguien más lo reconozca y se reconozca en su poesía.


Trabajos citados
Flores, O. F. (s.f.). Efraín Huerta y Octavio Paz dos trayectorias de la literatura social. México:
UNAM.

Huerta, E. (2014). Los hombres del alba. México: Conaculta.

Huerta, E. (2014). Poesía completa. México: FCE.

Huerta, E. (2017). Antología Poetica Efraín Huerta. México: FCE.

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