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FALSA MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO – Concepto / FALTA DE

MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO – Concepto / FALSA Y FALTA DE


MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO – Diferencias

La validez del acto administrativo depende de que los motivos por los cuales se
expide sean ciertos, pertinentes y tengan el mérito suficiente para justificar la
decisión que mediante el mismo se haya tomado. Es decir, que correspondan a los
supuestos de hecho y de derecho jurídicamente necesarios para la expedición del
acto administrativo de que se trate, y que se den en condiciones tales que hagan
que deba preferirse la decisión tomada y no otra. Se trata de un requisito material,
en cuanto depende de la correspondencia de lo que se aduzca en el acto
administrativo como motivo o causa del mismo, con la realidad jurídica y/o fáctica
del caso. El vicio de falsa motivación se presenta cuando la sustentación fáctica
del acto carece de veracidad o de coherencia entre el hecho y el supuesto de
derecho; es decir, o no es cierto lo que se afirma en las razones de hecho, o no
hay correspondencia entre tales razones y los supuestos de derecho que se
aducen para proferir el acto. Ahora bien, debe precisarse que una cosa es la falsa
motivación y otra la falta de motivación: la primera, es un evento sustancial, que
atañe a la realidad fáctica y jurídica del acto administrativo, y la segunda, es un
aspecto procedimental, formal, ya que corresponde a la omisión en hacer
expresos o manifiestos en el acto administrativo los motivos del mismo. La falsa
motivación plantea para el juzgador un problema probatorio, de confrontación de
dos extremos, como son lo dicho en el acto y la realidad fáctica atinente al mismo,
con miras a comprobar la veracidad; también plantea un juicio lógico de
correspondencia entre la realidad constatada y la consecuencia jurídica que se
pretende desprender de ella, cuando la primera resulta demostrada. De otro lado,
la falta de motivación le significa un problema de valoración directa del cuerpo o
contenido del acto sobre si se expresan o indican razones para su expedición, y si
lo dicho es suficiente como para tenerse como motivación.

TRANSPORTE – Regulación / SUPERINTENDENCIA DE PUERTOS Y


TRANSPORTE - Potestad reglamentaria a nivel de subordinación jerárquica y
normativa. Poder normativo / CENTROS DE RECONOCIMIENTO DE
CONDUCTORES - Reglamentación de las características técnicas de los
sistemas de seguridad / RESOLUCIÓN 7034 DE 2012 – Legalidad / PRINCIPIO
DE RESERVA LEGAL – No se vulnera con la expedición del acto que
reglamenta las características técnicas de los sistemas de seguridad de los
centros de reconocimiento de conductores / REITERACIÓN DE
JURISPRUDENCIA

[L]o que advierte la Sala es que los actores confunden el concepto de falsa
motivación con el de falta de competencia, pues aluden a que la decisión
enjuiciada debió haber sido proferida por el Presidente de la República en
consideración a que es la autoridad investida constitucionalmente para ese efecto,
cuestión que permite resolver el primer interrogante planteado en la fijación del
litigio negativamente, dado que no es susceptible de enjuiciar por falsa motivación
el acto que expide la Superintendencia de Puertos y Transporte con base en
facultades que recibe del Legislador, cuando se aduce que ellas corresponden
única y exclusivamente al Presidente de la República. Siendo ello así, y visto que
la Sección primera ya resolvió el cargo de falta de competencia en el proceso
número 11001-03-24-000-2013-00211-00, basta con prohijar lo dicho allí para
desestimarlo

DESVIACIÓN DE PODER – Concepto


[L]a jurisprudencia ha entendido que se entiende que este vicio se configura
“cuando un órgano del Estado, actuando en ejercicio y dentro de los límites de su
competencia, cumpliendo las formalidades de procedimiento y sin incurrir en
violación de la ley, utiliza sus poderes o atribuciones con el propósito de buscar
una finalidad contraria a los intereses públicos o sociales, en general, o los
específicos y concretos, que el legislador buscó satisfacer al otorgar la respectiva
competencia”. Por ende, su declaración precisa acreditar tanto (i) la competencia
del ente que expide el acto, como (ii) el cumplimiento de las formalidades
legalmente impuestas, y en especial (iii) el fin torcido o espurio que persiguió la
autoridad al promulgar la decisión cuestionada, distinto al señalado por la ley para
el caso concreto. Esto último implica tomar en consideración tanto los fines
generales (bien común) como los específicos impuestos por la legalidad a la
actuación concreta enjuiciada (protección de la seguridad documental, agilización
de trámites, defensa del patrimonio público, etc.) y contrastarlos con los que el
demandante afirma que motivaron la decisión cuestionada; de modo que allí
donde se acredite que se procuró un fin distinto al señalado por la ley (el personal
de quien tomó la determinación, el de un tercero, el de la misma entidad, el de otra
entidad, etc.), pese a la apariencia de legalidad de lo actuado y resuelto, habrá
lugar a su anulación. Pero ello presupone, se reitera, la prueba efectiva de los
intereses desviados del fin legalmente prescrito.

CENTROS DE RECONOCIMIENTO DE CONDUCTORES - Reglamentación de


las características técnicas de los sistemas de seguridad / DATOS
SENSIBLES – Concepto / DATOS PERSONALES DE LOS USUARIOS DE LOS
CENTROS DE RECONOCIMIENTO DE CONDUCTORES – Tratamiento y
protección / REITERACIÓN DE JURISPRUDENCIA

[S]e tiene que en la demanda se controvierte la validez del acto acusado por
considerar que en él se adopta un sistema de vigilancia, monitoreo y captura de
video que permite el acceso a datos sensibles de los usuarios en contravía de lo
dispuesto en la Constitución y en la Ley, en especial de los dispuesto en el artículo
7 de la Ley 1581 de 2012 que protege a niños, niñas y adolescentes. […] Pues
bien, con miras a resolver el cargo expuesto la Sala debe también prohijar la
postura asumida en la sentencia del 29 de abril de 2’015, a que tantas veces se ha
aludido, pues lo que allí se expuso en relación con la posible vulneración de los
artículos 5 y 6 de la Ley 1581 de 2012, resulta perfectamente concordante para el
caso concreto, en el sentido de indicar que la exigencia referida por la parte
actoras no se predica de la Superintendencia sino de las entidades que tienen a
su cargo la recopilación de datos sensibles, discernimiento este que resulta
consonante con lo expuesto por el artículo 12 de la Ley 1581 de 2012. Allí,
también se trajo a colación la existencia de la Circular Externa No. 34 del 14 de
agosto de 2013 que expidió la demandada para destacar que las obligaciones de
la Superintendencia para instruir a los CRC en aras de garantizar la reserva y
protección de los derechos de los usuarios frente al manejo de datos se
salvaguardaba con las directrices allí vertidas, de tal suerte que no habría lugar a
acceder a la nulidad así invocada por la parte actora.

FUENTE FORMAL: LEY 1581 DE 2012 – ARTÍCULO 5 / LEY 1581 DE 2012 –


ARTÍCULO 6 / LEY 1581 DE 2012 – ARTÍCULO 12 / CIRCULAR EXTERNA 34 DE
2013 SUPERINTENDENCIA DE PUERTOS Y TRANSPORTE

NORMA DEMANDADA: RESOLUCIÓN 7034 DE 2012 (17 de octubre)


SUPERINTENDENCIA DE PUERTOS Y TRANSPORTE (No anulada)
CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION PRIMERA

Consejero ponente: OSWALDO GIRALDO LÓPEZ

Bogotá, D.C., tres (3) de diciembre de dos mil dieciocho (2018)

Radicación número: 11001-03-24-000-2013-00328-00

Actor: JAIME ORLANDO SALAZAR CHÁVEZ Y FEDERACIÓN NACIONAL DE


CENTROS DE RECONOCIMIENTO DE CONDUCTORES – FEOLCRC

Demandado: NACIÓN – SUPERINTENDENCIA DE PUERTOS Y TRANSPORTE

La Sala procede a decidir en única instancia la demanda de nulidad interpuesta


por el señor Jaime Orlando Salazar Cháves, actuando en nombre propio y en
representación de la Federación Nacional de Centros de Reconocimiento (en
adelante FEOLCRC), por medio del cual pretende la declaratoria de nulidad de la
Resolución No. 7034 del 17 de octubre de 2012, proferida por la Superintendencia
de Puertos y Transporte, “Por la cual se reglamentan las características técnicas
de los sistemas de seguridad de los Centros de Reconocimiento de Conductores,
garantizando la legitimidad de los certificados y la protección al usuario de la
falsificación”.

I. LA DEMANDA

En ejercicio de la acción de nulidad consagrada en el artículo 837 del Código de


Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (en adelante
CPACA), el señor Jaime Orlando Salazar Cháves, actuando en nombre propio y
en representación de la Federación Nacional de Centros de Reconocimiento (en
adelante FEOLCRC), por medio del cual pretende la declaratoria de nulidad de la
Resolución No. 7034 del 17 de octubre de 2012, proferida por la Superintendencia
de Puertos y Transporte, “Por la cual se reglamentan las características técnicas
de los sistemas de seguridad de los Centros de Reconocimiento de Conductores,
garantizando la legitimidad de los certificados y la protección al usuario de la
falsificación”.
1.1. Normas violadas y concepto de la violación

El actor señala como violadas las siguientes disposiciones: artículos 2, 4, 5, 6,


numeral del artículo 189 de la Constitución Política; artículo 89 de la Ley 1450 de
2011, y artículos 5, 6, 7 y 23 de la Ley 1581 de 2012.

1.1.1. Sostuvieron que la entidad demandada carecía de competencia para


ejercer la potestad reglamentaria al recaer ésta exclusivamente en cabeza
del Presidente de la República. Agregó, en ese mismo sentido que, había
excedido el marco de su competencia dado que sólo estaba facultada para
reglamentar asuntos relativos a la seguridad documental de los Centros de
Reconocimiento de Conductores (en adelante CRC), y sin embargo, reguló
sobre sistemas de vigilancia, monitoreo y captura de video en los citados
centros.

1.1.2. Arguyeron que las disposiciones demandadas desconocían la normativa de


protección de datos, pues allí se adoptaba un sistema de vigilancia de
monitoreo y video que permite el acceso y tratamiento de datos personales
y sensibles, dentro de los cuales se encuentra información de niños., niñas
y adolescentes.

1.1.3. Los accionantes afirmaron en su escrito que la Resolución impugnada se


encontraba falsamente motivada en consideración al siguiente argumento:

“Si como primera autoridad del Poder Ejecutivo y representante del


Gobierno Nacional, el Presidente de la República debe ejercer
directamente la potestad reglamentaria o delegar la función en los
Ministros del Despacho, en el presente asunto la Superintendencia, por
expreso mandato de la ley (Sic) 1450 de 2011 recibió facultades
directamente del Legislador para expedir “(…) la reglamentación de las
características técnicas de los sistemas de seguridad documental que
deberán implementar cada uno de los vigilados, para que se garantice
la legitimidad de esos certificados y se proteja al usuario de la
falsificación. (…)” y en ese sentido profirió el acto demandado
desconociendo que dicha facultad corresponde ejercerla única y
exclusivamente al Presidente de la República, de donde se desprende
que el acto demandado, expedido con fundamento en ella, estaría
afectado de falsa motivación”.1

1.1.4. Sobre la presunta desviación de poder indicaron que:

“por cuanto si el ejercicio de la potestad reglamentaria corresponde


únicamente al Presidente de la República, como quedó visto, pero por
vía del fenómeno de la INTERPRETACIÓN de la Ley debemos
comprender que tal potestad puede ser ejercida o delegada por el
Legislador, como sucede con el parágrafo del citado artículo 89 de la
Ley 1450 de 2011, al efecto debe señalar que, en ejercicio de las
facultades allí otorgadas el Superintendente excedió su tarea de
reglamentar las características técnicas de los sistemas de seguridad
documental e incursionó en la materia no sólo para CREAR e
IMPLEMENTAR los sistemas de seguridad propiamente dichos sino
que de manera directa los estableció para los Centros de
Reconocimiento de Conductores e igualmente implanto una serie de
requisitos nuevos para la operación de dichos centros, situación ésta
que tiene un carácter legislativo cuya competencia no le corresponde a
él y, por consiguiente, en este aspecto el acto demandado estaría
afectado de desviación de poder.

Sabido es que los actos administrativo emitidos en ejercicio de la


potestad reglamentaria solamente pueden desarrollar el contenido de la
ley, es decir, que su contenido debe circunscribirse a la voluntad
expresada por el legislador sin alterar o suprimir su espíritu como que
tampoco le es dado reglamentar y menos crear o implementar materias
cuyo contenido esté reservado al Legislador” 2

1.1.5. Por último, en lo atinente al cargo de infracción de normas superiores,


concretamente las disposiciones contenidas en los artículos 7 y 23 de la
Ley 1581 de 2012, arguyeron lo siguiente:

“Respecto de la infracción del artículo 7 de esta norma Estatutaria la


infracción resulta aún más evidente dado que versa sobre el
tratamiento de los datos de los niños, niñas y adolescentes para cuyo
efecto exige extremar las medidas de seguridad que garanticen el
respecto a sus derechos por el valor prevalente que tienen.

Destáquese que en este numeral se prohíbe el tratamiento de datos


personales de niños, niñas y adolescentes salvo aquellos datos que
sean de naturaleza pública, hecho que en la práctica será de muy difícil
cumplimiento por cuanto el artículo 3º de la Resolución 7034
demandada, al establecer los requisitos del sistema de control y
vigilancia, en el numeral 5º obliga a que el usuario aspirante a obtener
su certificado médico deberá permitir que se haga una lectura
biométrica de su huella dactilar con la connotación que deben tener la
funcionalidad de dedo vivo, hecho que permitirá consultar su
1
Folio 62 del Cuaderno Principal.
2
Folios 62 y 63 del Cuaderno Principal.
información sensible que, como se dijo, tiene restricciones generales
para su tratamiento y muy específicas tratándose de menores de edad.

En este caso en específico la Administración (sic) olvidó que es tarea


de las autoridades, de todo tipo, prevenir los eventuales riesgos a los
que se enfrentan los niños, niñas y adolescentes respecto del
tratamiento de sus datos personales, en estos casos velando para que
su uso no sea indebido y se mantenga su derecho a la privacidad y
protección de su información personal.

No obstante lo anterior y la circunstancia especifica de que el acto


demandado y la Ley 1581, fueron expedidas en la misma fecha, esto
es, el 17 de octubre de 2012, y que en esta última se dispuso que el
gobierno nacional reglamentaria la materia entre los seis (6) meses
siguientes a su promulgación, la Administración (sic) decidió incluir
dentro del acto demandado las disposiciones a que nos hemos referido
sin que se hubiera dado el citado proceso de reglamentación, hecho
que podría dar lugar a pensar que para esa época la voluntad
legislativa aún no podía aplicarse.

Pero adicionalmente, en el artículo 23 de la Ley 1581 se dieron


facultades especificas a la Superintendencia de Industria y Comercio
para imponer a los encargados del tratamiento de dichos datos,
responsables de los efectos que ello pueda tener, entre lo que se
encuentran, los Centro de Reconocimiento de Conductores, sanciones
entre las que se encuentran multas de carácter económico, suspensión
y cierre temporal y definitivo de las actividades que involucre el
tratamiento de datos sensibles.

Como estas medidas tienen carácter estatutario, cuya naturaleza tiene


una importancia superior en cuanto al daño, entre otros casos, a la
regulación de derechos de carácter fundamental, su observancia tiene
un carácter obligatorio e ineludible y, sin embargo, la Administración no
sopeso estas circunstancias al expedir el acto demandado y, por
consiguiente, es un elemento adicional que recomienda su decreto de
suspensión provisional y posterior nulidad”3.

II. CONTESTACIÓN

El apoderado de la Superintendencia de Puertos y Transporte allegó contestación


de la demanda refiriéndose al cargo de falta de competencia, violación de la Ley
1581 de 2012 y exceso en la potestad reglamentaria.

En relación con el primer y último cargo sostuvo que no estaba llamado a


prosperar en atención a que, de conformidad con múltiples pronunciamientos de la
Corte Constitucional sobre la potestad reglamentaria qu7e transcribió
parcialmente, se ha reconocido a los organismos y a las autoridades que en la
jerarquía administrativa le suceden al Presidente de la República, una cierta
3
Folios 73 a 74 del Cuaderno Principal.
competencia regulativa, de carácter residual, accesorio o auxiliar, que los habilita
para insertar la voluntad del Legislador en las últimas posibilidades de aplicación
de la norma general.

Trajo a colación la Circular Externa No. 34 de 2013 expedida por la misma


Superintendencia, a través de la cual, sostuvo, pretendió darle cabal cumplimiento
a la Ley 1581 de 2012, como quiera que a través de ella se les exige a los CRC la
obligación de garantizar la protección y reserva que deben ofrecer a los usuarios
sobre el manejo de los datos que son recopilados con ocasión del servicio de
certificación, o para la obtención de la licencia de conducción.

También, adujo, se impuso el deber de adoptar procedimientos, dentro de su


sistema de gestión o similares, para cumplir con lo dispuesto en la ley de datos
personales, teniendo en cuenta que la información que se maneja es la
denominada por la citada ley como “Dato sensibles”, todo lo cual redunda en la
legalidad de las disposiciones que se controvierten.

III. AUDIENCIA INICIAL

El Despacho Sustanciador adelantó la audiencia de que trata el artículo 180 del


CPACA, el 26 de noviembre de los corrientes, según consta a folios 226 a 245 de
este Cuaderno, agotándose cada una de las etapas allí contenidas, y declarando
de oficio la cosa juzgada parcial en relación con los argumentos que pasan a
transcribirse de manera textual:

I.2. “Cosa juzgada

En consideración al informe secretarial, el Despacho estudiará si hay


lugar a declarar de oficio la excepción de cosa juzgada en lo
relacionado con el estudio de legalidad de la resolución No. 7034 de
2012 expedida por la Superintendencia de Puertos y Transporte, puesto
que tal disposición fue demandada en su totalidad en el proceso
número 11001-03-24-000-2013-00211-00 y parcialmente, en el proceso
número 11001-03-24-000-2013-00374-00.

El concepto de cosa juzgada que se predica de las sentencias


judiciales se refiere a los atributos de imperatividad, coercibilidad e
inmutabilidad de que están revestidas las sentencias ejecutoriadas. De
conformidad con lo dispuesto en el artículo 303 del Código General del
Proceso, aplicable a este asunto en virtud de la remisión normativa del
artículo 306 del CPACA, para que opere el fenómeno de la cosa
juzgada es preciso que se reúnan los siguientes elementos: 1. Que el
nuevo proceso verse sobre el mismo objeto; 2. Que se funde en la
misma causa anterior y 3. Que en los procesos haya identidad jurídica
de parte. El último requisito, identidad jurídica de las partes, no es
aplicable en procesos de nulidad, por los efectos erga omnes que le
otorga el artículo 189 del CPACA a las sentencias que la declaran y los
efectos erga omnes en cuanto a la causa petendi en las que la niegan,
implica que son oponibles a cualquier demandante que pretende, por
los mismos motivos, iniciar nuevamente el debate judicial, ya que en
éstos la parte actora no promueve la acción en interés particular, sino
todo lo contrario, en interés del orden jurídico.

A efectos de determinar si en el caso sub examine se configura o no el


fenómeno de la cosa juzgada, resulta indispensable examinar si el
objeto y la causa de la demanda incoada por la parte actora coinciden
total o parcialmente con aquellas objeto y causa de la que ocupó la
atención de la Sala en los procesos atrás anotados, que culminaron con
sentencias calendadas el 29 de abril de 2015 y 15 de diciembre de
2016, respectivamente.

I.2.1. Proceso número 11001-03-24-000-2013-00211-00.


Sentencia del 29 de abril de 2015

I.2.1.1. Objeto

a. En el proceso radicado con el núm. 11001-03-24-000-2013-00211-00


fue el siguiente: “obtener la declaratoria de nulidad de la Resolución No.
7034 del 17 de octubre de 2012, expedida por la Superintendencia de
Puerto y Transporte, “Por la Cual se reglamentan las Características
Técnicas de los Sistemas De Seguridad de los Centros de
Reconocimiento de Conductores, garantizando la Legitimidad de los
certificados y la Protección al usuario de La falsificación” 4.

b. En el proceso que actualmente adelantamos su objeto consiste en “Que


se decrete la NULIDAD de la Resolución No. 7034 del 17 de octubre de
2012, expedida por la Superintendencia de Puerto y Transporte, “Por la
Cual se reglamentan las Características Técnicas de los Sistemas De
Seguridad de los Centros de Reconocimiento de Conductores,
garantizando la Legitimidad de los certificados y la Protección al usuario
de La falsificación”5.

I.2.1.2. Causa

a. En el proceso radicado con el núm. 11001-03-24-000-2013-00211-00 la


causa petendi consistió en la supuesta violación de los artículos 2, 4, 5,
6, 15 y 189 de la Constitución Política de Colombia y a los artículos 89
de la Ley 1450 de 2011 y 5 y 6 de la Ley 1581 de 2012 6.

Los cargos formulados fueron falta de competencia, exceso en la


potestad reglamentaria e infracción de normas superiores.
4
Página 1 de la sentencia que resolvió negar las pretensiones en el citado proceso.
5
.Folio 79 del Cuaderno Principal.
6
Página 1 de la sentencia que resolvió negar las pretensiones en el citado proceso.
b. Entre tanto, en el proceso de la referencia (actual) la causa o motivo
para solicitar la nulidad de la Resolución No. 7043 de 2012 proferida
por la Superintendencia de Puertos y Transporte, fue la violación de:

“1- Con la expedición del acto demandado la Administración ha


infringido entre otros, los siguientes preceptos de orden Constitucional:
Artículo 2, 4, 5, 6, 15 y 189.
2- En cuanto a normas de carácter legal estimamos que, entre otras se
han desconocido las siguientes: Parágrafo del artículo 89 de la Ley
1450 de 2011 y los artículos 5, 6, 7 y 23 de la Ley 1581 de 2013” 7

Los cargos que se expusieron fueron los de falta de competencia,


exceso en la potestad reglamentaria, infracción de normas superiores,
falsa motivación y desviación de poder.

De lo hasta aquí señalado se advierte con claridad por el Despacho que


los dos procesos coinciden en el objeto y causa, en tanto que se
demanda la totalidad de la Resolución No. 7034 de 2012, expedida por
la Superintendencia de Puertos y Transporte, y además, invocan las
mismas disposiciones vulneradas, a excepción de los artículos 7 y 23
de la Ley 1581 de 2013, que en el proceso de la referencia aparecen
como disposiciones desconocidas, con fundamento en las cuales se
pretende la invalidez del acto, y de los cargos de falsa motivación y
desviación de poder.

En esa medida, y ateniendo a que los cargos en los dos procesos van
orientados a demostrar la falta de competencia, el exceso en la
potestad reglamentaria y la presunta vulneración del régimen de la Ley
1582 de 2012 en cuanto al tratamiento de los datos sensibles, es claro
que existe cosa juzgada en esos aspectos, ya que hay plena
coincidencia en la pretensión, en la formulación de los cargos y en las
normas invocadas como vulneradas; salvo lo atinente a la
inconformidad presentada frente a los artículos 7 y 23 de la Ley 1581
de 2012 y los cargos de falsa motivación y desviación de poder, puesto
que, se reitera, sobre ellos no hubo pronunciamiento alguno en la
sentencia del 29 de abril de 2015, razón que impone continuar con el
agotamiento de las etapas procesales correspondientes en relación con
estos tópicos, no sin antes estudiar la posibilidad de configuración de la
cosa juzgada en relación con el fallo dictado en el proceso número
11001-03-24-000-2013-00374-00.

I.2.2. En relación con el proceso número 11001-03-24-000-2013-00374-00.


Sentencia del 15 de diciembre de 2016

I.2.2.1. Objeto

a. En el proceso radicado con el núm. 11001-03-24-000-2013-00374-00


fue el siguiente:
Nulidad parcial de los artículos 2, 3, 4 y 5 de la Resolución No. 7034 de
2012, “Por la cual se reglamentan las características técnicas de los
7
Folio 64 del Cuaderno Principal.
sistemas de seguridad de los Centros de Reconocimiento de
Conductores, garantizando la legitimidad de los certificados y la
protección al usuario de la falsificación”.

Y, como “consecuencia de lo anterior y como pretensión subsidiaria se


declaren nulas las Resoluciones números. 191 del 25 de enero de
2013, “Por la cual se expide el anexo técnico para la homologación de
los sistemas de Control y Vigilancia ordenado a través de la Resolución
7034 del 17 de octubre de 2012 y se modifica el término para su
exigibilidad”; 4205 del 17 de abril de 2013, “Por la cual se fija un
término para que los Centros de Reconocimiento de Conductores –
CRC implementen y apliquen el Sistema de Control de Vigilancia
señalado en la resolución 7034 del 17 de octubre de 2012”; y 5782 del
18 de junio de 2013, “Por la cual se establece fecha para hacer exigible
a los Centros de Reconocimiento de Conductores – CRC el sistema de
Control y Vigilancia de que trata la resolución 7034 del 17 de octubre de
2012”, todas ellas expedidas por la Superintendencia de Puertos y
Transporte.

b. En el proceso que actualmente adelantamos su objeto consiste en “Que


se decrete la NULIDAD de la Resolución No. 7034 del 17 de octubre de
2012, expedida por la Superintendencia de Puerto y Transporte, “Por la
Cual se reglamentan las Características Técnicas de los Sistemas De
Seguridad de los Centros de Reconocimiento de Conductores,
garantizando la Legitimidad de los certificados y la Protección al usuario
de La falsificación”8.

I.2.2.2. Causa

a. En el proceso radicado con el núm. 11001-03-24-000-2013-00374-00 la


causa petendi consistió en la supuesta violación del numeral 11 del
artículo 189 de la Constitución Política y del artículo 89 de la Ley 1450
de 20119.

Los cargos que se esgrimieron fueron los de falta de competencia,


exceso en la potestad reglamentaria y desviación de poder.

b. Entre tanto, en el proceso de la referencia (actual) la causa o motivo


para solicitar la nulidad de la Resolución No. 7034 de 2012 dictada por
la Superintendencia de Puertos y Transporte, fue la violación de:

“1- Con la expedición del acto demandado la Administración ha


infringido entre otros, los siguientes preceptos de orden Constitucional:
Artículo 2, 4, 5, 6, 15 y 189.
2- En cuanto a normas de carácter legal estimamos que, entre otras se
han desconocido las siguientes: Parágrafo del artículo 89 de la Ley
1450 de 2011 y los artículos 5, 6, 7 y 23 de la Ley 1581 de 2013” 10

8
Folio 79 del Cuaderno Principal.
9
Página 4 de la sentencia de 15 de diciembre de 2016.
10
Folio 64 del Cuaderno Principal.
Como ya se anotó, los cargos que se pusieron a consideración fueron
los de falta de competencia, exceso en la potestad reglamentaria,
infracción de normas superiores, falsa motivación y desviación de
poder.

Sobre el punto, es menester anotar que en la sentencia que dirimió la


controversia vista en el expediente 11001-03-24-000-2013-00374-00, la
Sala de la Sección Primera declaró la existencia de cosa juzgada en
relación con el fallo emitido el 29 de abril de 2015 en el proceso 11001-
03-24-000-2013-00211-00, sobre los cargos de falta de competencia y
exceso en la potestad reglamentaria, es decir, sobre la vulneración de
los artículos 189 numeral 11 de la Carta y 89 de la Ley 1450 de 2011.

En lo concerniente a la desviación de poder la encontró infundada por


no haberse acreditado la sindicación de haber expedido el acto
acusado para favorecer económicamente a los CRC.

Vistas así las cosas, y dado que el cargo de desviación de poder que
proponen los demandantes en el proceso de la referencia no coincide
con el esgrimido por la parte actora en el proceso número 11001-03-24-
000-2013-00374-00, queda reafirmada la necesidad de no decretar en
ese respecto la configuración del citado fenómeno, y por ello, pasará a
analizarse dicho cargo en la fijación del litigio.

Conclusión: El Despacho decreta probada de oficio la excepción de


cosa juzgada en lo que hace a la vulneración de los artículos 2, 4, 5, 6,
15 y 189 numeral 11 de la Constitución Política; artículo 89 de la Ley
1450 de 2011; y artículos 5 y 6 de la Ley 1581 de 2012, que se
ventilaron y resolvieron en el proceso número 11001-03-24-000-2013-
00211-00, en el cual también se controvirtió la legalidad de la
Resolución No. 7034 de 2012, proferida por la Superintendencia de
Puertos y Transporte, acto este que es objeto de la pretensión de
nulidad en el caso sub examine.

En consecuencia, la Sala de la Sección Primera deberá pronunciarse


sobre la pretensión de nulidad de dicho acto con fundamento en los
cargos por violación de los artículos 7 y 23 de la Ley 1581 de 2012, el
cargo de falsa motivación y el de desviación de poder, tal y como se
dispondrá en la siguiente etapa de la audiencia”.

Escuchadas a las partes, y teniendo en cuenta que la decisión a que se ha aludido


quedó en firme, el Despacho, en aplicación del inciso tercero del artículo 179 del
CPACA, dispuso integrar la Sala de la Sección Primera por la totalidad de sus
miembros y proceder a escuchar los alegatos de conclusión de las partes, hasta
por el término de veinte (20) minutos cada uno, en el siguiente orden: primero a la
parte demandada y luego al señor Delegado del Ministerio Público, teniendo en
cuenta que la parte actora no compareció a la diligencia.
IV. ALEGATOS DE CONCLUSIÓN

El apoderado de la Superintendencia de Puertos y Transporte sostuvo que no


se acreditó la presunta extralimitación de funciones, debido a que no se demostró
que con la expedición de la norma acusada se contrariara la Ley 1450 de 2011,
pues los documentos que expiden los CRC corresponden a los certificados de
aptitud física y mental y de coordinación motriz en sujeción al orden jurídico que le
sirve de fundamento.

V. CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO

El Agente del Ministerio Público que actúa como delegado ante esta
Corporación se mostró partidario de negar las súplicas de la demanda trayendo al
proceso los siguientes argumentos:

Adujo que no se evidenciaba vulneración alguna de los derechos de protección al


buen nombre y a la identidad de los menores, toda vez que la resolución acusada
no introduce ninguna disposición que pueda ser violatoria de dichos derechos,
circunstancia que se evidencia en el fallo proferido con ponencia del Magistrado
Guillermo Vargas Ayala en el proceso con radicación número 11001 03 24 000
2013 00211 00.

En lo que hace a la desviación de poder consideró que tal cargo no fue formulado
de manera adecuada, pues lo que realmente controvierte la parte demandante es
la falta de competencia y un exceso de las atribuciones reglamentarias, y no que
se haya buscado sobrepasar las funciones de salvaguarda del interés general al
expedir la decisión censurada.

VI. DECISIÓN

No observándose causal de nulidad que invalide lo actuado, procede la Sala a


decidir el asunto sub lite, teniendo en cuenta que, en aplicación del numeral
segundo del artículo 182 del CPACA, en la audiencia de alegaciones y
juzgamiento llevada a cabo el 26 de noviembre de los corrientes informó el sentido
del fallo, es decir, negó las pretensiones de la demanda.
En consecuencia, y en observancia de tal mandato, se consignan a continuación
las razones de la decisión.

VII. CONSIDERACIONES

VII.1. Competencia.

De conformidad con lo expuesto en el artículo 237 de la Constitución Política y de


lo previsto en los artículos 11, 13, 34, 36, 39 y 49 de la Ley Estatutaria de
Administración de Justicia, así como de lo expuesto en el artículo 149 del Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo y del artículo
13 del Acuerdo 58 de 1999 expedido por la Sala Plena de esta Corporación, el
Consejo de Estado es competente para conocer del asunto de la referencia.

VII.2. Fijación del litigio

Conforme se definió en la Audiencia Inicial el objeto del presente proceso consiste


en:

“El Despacho observa que, en relación con los hechos, las partes están
de acuerdo en lo siguiente:

- El Congreso de la República expidió la Ley 1450 el 16 de junio de 2011,


en cuyo artículo 89, facultó al Superintendente de Puertos y Transporte
para reglamentar “las características técnicas de los sistemas de
seguridad documental que deberán implementar cada uno de los
vigilados, para que se garantice la legitimidad de esos certificados y se
proteja al usuario de la falsificación”.

- En virtud de esas facultades la Superintendencia de Puertos y


Transporte profirió la Resolución No. 7034 del 17 de octubre de 2012.

Sin embargo, y de acuerdo con el razonamiento expuesto al momento


de resolver la excepción de cosa juzgada, las partes muestran
desacuerdo en el cargo de infracción de normas superiores, falsa
motivación y desviación de poder, circunstancia que amerita que sean
los siguientes problemas jurídicos, los que, en su momento, deba
resolver la Sala de la Sección Primera:
7.1. La parte actora fundó el cargo de falsa motivación en consideración a
que el acto censurado había sido expedido por una autoridad que no se
encontraba facultada ni constitucional ni legalmente para ello, dado que
era al Presidente de la República a quien correspondía y no al
Superintendente de Puertos y Transporte, aun cuando mediara
autorización del Legislador para este último funcionario.

En tal orden, y bajo esa arista los problemas a resolver son los
siguientes:

Se debe precisar si es susceptible de enjuiciar por falsa motivación el


acto que expide la Superintendencia de Puertos y Transporte con base
en facultades que recibe del Legislador, aduciendo que ellas
corresponden única y exclusivamente al Presidente de la República.

De encontrar positiva la respuesta a tal cuestionamiento, habrá de


establecerse si es cierto que la Superintendencia de Puertos y
Transporte expidió el acto enjuiciado con base en facultades que recibió
del Legislador.

Teniendo en cuenta las respuesta dadas a los interrogantes anotados,


deberá concluirse si está viciada de nulidad por falsa motivación la
Resolución No. 7034 de 2012, objeto del presente litigio.

7.2. En el libelo introductorio la parte accionante indicó que la


Superintendencia de Puertos y Transporte incurría en desviación de
poder al expedir el acto administrativo censurado, por cuanto que había
excedido su tarea de reglamentar las características técnicas de los
sistemas de seguridad documental en la expedición de los certificados
a cargo de los CRC, al punto de crear requisitos para la operación de
dichos centros no previstos en norma legal alguna, suplantando así
competencia que es del resorte exclusivo del Legislador.

Es por ello, que también se ocupará la Sala de determinar si es pasible


de impugnarse por desviación de poder el acto administrativo que
expide la Superintendencia de Puertos y Transporte aduciendo que se
excedió en la facultad que le confirió el Legislador para expedir la
reglamentación sobre las características técnicas de los sistemas de
seguridad de los CRC, dictando normas que son de competencia del
Congreso.

De encontrar afirmativa la respuesta al anterior interrogante, la Sala


deberá establecer si es cierto que el acto administrativo que se enjuicia,
expedido la Superintendencia de Puertos y Transporte, se encuentra
viciado de nulidad por desviación de poder en cuanto que se excedió
en la facultad que le confirió el Legislador para expedir la
reglamentación sobre las características técnicas de los sistemas de
seguridad de los CRC, dictando normas que son de competencia del
Congreso de la República.

Visto lo anterior, y con miras a resolver el presente caso, deberá


concluirse si está viciada de nulidad por desviación de poder la
Resolución No. 7034 de 2012, que ocupa la atención de la Sala.
7.3. Por último, deberá precisarse si la Resolución No. 7034 del 17 de
octubre de 2012, emitida por la Superintendencia de Puertos y
Transporte, trasgrede los artículos 7 y 23 de la Ley 1581 de 2012, en
cuanto al tratamiento de datos sensibles de menores, adolescentes y
adultos.”11

En desarrollo de la fijación del litigio anotada, la Sala lo resolverá atendiendo


primero los cargos de falsa motivación, para luego pasar a la desviación de poder
y finalizar con el análisis de la infracción a los artículos 7 y 23 de la Ley 1581 de
2012.

7.4. Falsa motivación

7.3.1. Resulta pertinente referirnos al concepto de falsa motivación como causal


de nulidad de los actos administrativos.

La validez del acto administrativo depende de que los motivos por los cuales se
expide sean ciertos, pertinentes y tengan el mérito suficiente para justificar la
decisión que mediante el mismo se haya tomado. Es decir, que correspondan a los
supuestos de hecho y de derecho jurídicamente necesarios para la expedición del
acto administrativo de que se trate, y que se den en condiciones tales que hagan
que deba preferirse la decisión tomada y no otra.

Se trata de un requisito material, en cuanto depende de la correspondencia de lo


que se aduzca en el acto administrativo como motivo o causa del mismo, con la
realidad jurídica y/o fáctica del caso.

El vicio de falsa motivación se presenta cuando la sustentación fáctica del acto


carece de veracidad o de coherencia entre el hecho y el supuesto de derecho; es
decir, o no es cierto lo que se afirma en las razones de hecho, o no hay
correspondencia entre tales razones y los supuestos de derecho que se aducen
para proferir el acto.

Ahora bien, debe precisarse que una cosa es la falsa motivación y otra la falta de
motivación: la primera, es un evento sustancial, que atañe a la realidad fáctica y
jurídica del acto administrativo, y la segunda, es un aspecto procedimental, formal,
11
Folios 239 a 241 de este Cuaderno.
ya que corresponde a la omisión en hacer expresos o manifiestos en el acto
administrativo los motivos del mismo. La falsa motivación plantea para el juzgador
un problema probatorio, de confrontación de dos extremos, como son lo dicho en
el acto y la realidad fáctica atinente al mismo, con miras a comprobar la veracidad;
también plantea un juicio lógico de correspondencia entre la realidad constatada y
la consecuencia jurídica que se pretende desprender de ella, cuando la primera
resulta demostrada. De otro lado, la falta de motivación le significa un problema de
valoración directa del cuerpo o contenido del acto sobre si se expresan o indican
razones para su expedición, y si lo dicho es suficiente como para tenerse como
motivación.

7.3.2. Al respecto, lo que advierte la Sala es que los actores confunden el


concepto de falsa motivación con el de falta de competencia, pues aluden a
que la decisión enjuiciada debió haber sido proferida por el Presidente de la
República en consideración a que es la autoridad investida
constitucionalmente para ese efecto, cuestión que permite resolver el
primer interrogante planteado en la fijación del litigio negativamente, dado
que no es susceptible de enjuiciar por falsa motivación el acto que expide la
Superintendencia de Puertos y Transporte con base en facultades que
recibe del Legislador, cuando se aduce que ellas corresponden única y
exclusivamente al Presidente de la República.

Siendo ello así, y visto que la Sección primera ya resolvió el cargo de falta de
competencia en el proceso número 11001-03-24-000-2013-00211-00, basta con
prohijar lo dicho allí para desestimarlo:

“4.3.1.- Según lo aduce la parte actora en su demanda, la


Superintendencia de Puertos y Transporte no tiene competencia para
ejercer potestad reglamentaria toda vez que esta es exclusiva del
Presidente de la República al tenor de lo dispuesto en el artículo 189.11
de la Carta Política. Además, señala que la facultad legal otorgada por
el artículo 89 de la Ley 1450 de 2011 limita a la Superintendencia a
tomar medidas para garantizar la seguridad documental y no la
seguridad de los centros de reconocimiento de conductores.
Finalmente, sostiene que las medidas de seguridad adoptadas en el
acto administrativo demandado son contrarias a las obligaciones que
para el manejo de datos sensibles dispuso la Ley 1581 de 2012.

4.3.2.- Teniendo en cuenta lo anterior, debe la Sala definir si la


expedición de la Resolución 7034 de 2012 entraña el ejercicio de la
potestad reglamentaria a la que se refiere el artículo 189.11 de la
Constitución Política. Para tal efecto es importante empezar por
destacar que a partir de lo consagrado en el aludido precepto
constitucional, la potestad reglamentaria tiene como fin lograr la
cumplida ejecución de la Ley a partir de la valoración e indagación de
su objeto, lo que supone que su ejercicio se encuentra sometido y
limitado a la Ley. De ahí que, de tiempo atrás, se hayan fijado los
criterios de necesidad y competencia según los cuales sólo se debe
ejercer la potestad reglamentaria cuando se requiere desarrollar el
texto legal para su cabal realización, sin que sea dable ampliarlo,
restringirlo o modificarlo en su contenido.

4.3.3.- En este contexto, la potestad reglamentaria es exclusiva del


Presidente de la República como suprema autoridad administrativa y se
torna inalienable, intransferible e inagotable. No obstante, la Sala ya ha
tenido oportunidad de precisar que esto no implica que las demás
autoridades administrativas carezcan de poder normativo. En tal
sentido se tiene la providencia de 24 de agosto de 2000 en la cual se
explicó que (…)

(…)

4.3.5.- Pues bien, teniendo en cuenta que la Resolución 7034 de 2012


fue dictada en virtud del parágrafo del artículo 89 de la Ley 1450 de
201112 se concluye que no existe usurpación alguna de la potestad
reglamentaria que consagra en cabeza del Presidente de la República
el artículo 189.11 de la Carta Política, sino que constituye una
manifestación del poder normativo de la Superintendencia por mandato
expreso de la ley, lo cual conlleva a que se niegue el cargo propuesto
en la demanda.

7.4. Desviación de poder

7.4.1. Sobre la desviación de poder, la jurisprudencia ha entendido que se


entiende que este vicio se configura “cuando un órgano del Estado,
actuando en ejercicio y dentro de los límites de su competencia,
cumpliendo las formalidades de procedimiento y sin incurrir en violación de
la ley, utiliza sus poderes o atribuciones con el propósito de buscar una
finalidad contraria a los intereses públicos o sociales, en general, o los
específicos y concretos, que el legislador buscó satisfacer al otorgar la
respectiva competencia”13. Por ende, su declaración precisa acreditar tanto
(i) la competencia del ente que expide el acto, como (ii) el cumplimiento de
las formalidades legalmente impuestas, y en especial (iii) el fin torcido o

12
“PARÁGRAFO. Facúltase a la Superintendencia de Puertos y Transporte para que en un plazo de 15
meses expida la reglamentación de las características técnicas de los sistemas de seguridad documental que
deberán implementar cada uno de los vigilados, para que se garantice la legitimidad de esos certificados y se
proteja al usuario de la falsificación”.
13
Ver Sentencia C-456 de 1998.
espurio que persiguió la autoridad al promulgar la decisión cuestionada,
distinto al señalado por la ley para el caso concreto.

Esto último implica tomar en consideración tanto los fines generales (bien común)
como los específicos impuestos por la legalidad a la actuación concreta enjuiciada
(protección de la seguridad documental, agilización de trámites, defensa del
patrimonio público, etc.) y contrastarlos con los que el demandante afirma que
motivaron la decisión cuestionada; de modo que allí donde se acredite que se
procuró un fin distinto al señalado por la ley (el personal de quien tomó la
determinación, el de un tercero, el de la misma entidad, el de otra entidad, etc.),
pese a la apariencia de legalidad de lo actuado y resuelto, habrá lugar a su
anulación. Pero ello presupone, se reitera, la prueba efectiva de los intereses
desviados del fin legalmente prescrito.

7.4.2. Vuelve nuevamente la parte actora a cometer un yerro en cuanto al alcance


de la causal de nulidad que invoca, toda vez que la argumentación que
presenta en el plenario va orientada más hacia la demostración de un
exceso en la potestad reglamentaria que a la desviación de poder, puesto
que asevera que el acto acusado está creando requisitos nuevos sin ningún
respaldo legal, todo lo cual se enmarca, se repite, en una extralimitación de
la facultad de reglamentación.

En tal contexto, el problema indicado sobre este tópico en la fijación del litigio
también debe desatarse negativamente, puesto que no es pasible de impugnarse
por desviación de poder el acto administrativo que expide la Superintendencia de
Puertos y Transporte, cuando se invoca un exceso en la facultad que le confirió el
Legislador para expedir la reglamentación sobre las características técnicas de los
sistemas de seguridad de los CRC.

Igualmente, sobre ese particular, esto es, el exceso de la potestad reglamentaria y


la violación del principio de reserva legal, la Sala se pronunció en el fallo dictado
en el proceso número 11001-03-24-000-2013-00211-00, cuando resolvió:

“4.3.6.- El siguiente de los aspectos a estudiar tiene que ver con el


desbordamiento de la facultad normativa en cabeza de la
Superintendencia, ya que el actor considera que el parágrafo del
artículo 89 de la Ley 1450 de 2011 limita la reglamentación a aspectos
relativos a la seguridad documental y no a la seguridad de los centros
de reconocimiento.

Al respecto la Sala considera que el cargo no tiene vocación de


prosperidad como quiera que, tal y como lo sostiene el Ministerio
Público, el sistema de vigilancia y control establecido en la norma
acusada se encuentra dirigido a garantizar la fidelidad y autenticidad
del certificado de aptitud física, mental y de coordinación motriz, lo que
se traduce en reglamentar las características técnicas de los sistemas
de seguridad documental.

Lo anterior se fundamenta en que la Resolución No 1555 de 2005,


vigente para la época de expedición del acto acusado, señalaba que el
certificado de aptitud física, mental y de coordinación motriz “es el
documento expedido y suscrito por un médico que actúa en nombre y
representación del Centro de Reconocimiento de Conductores, en el
que se certifica, ante las autoridades de tránsito, que el aspirante a
obtener por primera vez, recategorizar y/o refrendar la licencia de
conducción posee la aptitud física, mental y de coordinación motriz
adecuada a las exigencias que se requieren para conducir un
vehículo”.

Vistas así las cosas es claro que no se defrauda la norma en la cual se


sustenta la potestad normativa si no que por el contrario se evidencia la
formulación de técnicas, métodos y procedimientos que garantizan el
cabal cumplimiento de su objeto, que no es otro que garantizar la
seguridad documental para proteger a los usuarios, lo cual se consigue
adoptando los requerimientos necesarios inmersos en la Resolución
7034 de 2012 que tienden por asegurar que la información contenida
en los documentos expedidos por los centros de reconocimiento de
conductores obedezca a las reales aptitudes que se requieren para
obtener, refrendar o recategorizar la licencia de conducción.”.

En los términos anotados quedaría entonces resuelta la controversia que plantea


en este sentido la parte demandante.

7.5. Infracción de los artículos 7 y 23 de la Ley 1581 de 2012

7.5.1. Ahora bien, se tiene que en la demanda se controvierte la validez del acto
acusado por considerar que en él se adopta un sistema de vigilancia,
monitoreo y captura de video que permite el acceso a datos sensibles de
los usuarios en contravía de lo dispuesto en la Constitución y en la Ley, en
especial de los dispuesto en el artículo 7 de la Ley 1581 de 2012 que
protege a niños, niñas y adolescentes. La siguiente es la norma que se
presenta como desconocida:
“Artículo 7o. Derechos de los niños, niñas y adolescentes. En el
Tratamiento se asegurará el respeto a los derechos prevalentes de los
niños, niñas y adolescentes.

Queda proscrito el Tratamiento de datos personales de niños, niñas y


adolescentes, salvo aquellos datos que sean de naturaleza pública.

Es tarea del Estado y las entidades educativas de todo tipo proveer


información y capacitar a los representantes legales y tutores sobre los
eventuales riesgos a los que se enfrentan los niños, niñas y
adolescentes respecto del Tratamiento indebido de sus datos
personales, y proveer de conocimiento acerca del uso responsable y
seguro por parte de niños, niñas y adolescentes de sus datos
personales, su derecho a la privacidad y protección de su información
personal y la de los demás. El Gobierno Nacional reglamentará la
materia, dentro de los seis (6) meses siguientes a la promulgación de
esta ley.”.

Pues bien, con miras a resolver el cargo expuesto la Sala debe también prohijar la
postura asumida en la sentencia del 29 de abril de 2’015, a que tantas veces se ha
aludido, pues lo que allí se expuso en relación con la posible vulneración de los
artículos 5 y 6 de la Ley 1581 de 2012, resulta perfectamente concordante para el
caso concreto, en el sentido de indicar que la exigencia referida por la parte
actoras no se predica de la Superintendencia sino de las entidades que tienen a
su cargo la recopilación de datos sensibles, discernimiento este que resulta
consonante con lo expuesto por el artículo 12 de la Ley 1581 de 2012. Allí,
también se trajo a colación la existencia de la Circular Externa No. 34 del 14 de
agosto de 2013 que expidió la demandada para destacar que las obligaciones de
la Superintendencia para instruir a los CRC en aras de garantizar la reserva y
protección de los derechos de los usuarios frente al manejo de datos se
salvaguardaba con las directrices allí vertidas, de tal suerte que no habría lugar a
acceder a la nulidad así invocada por la parte actora. Vale la pena mostrar el
entendimiento de la Sala en la anotada oportunidad:

“Para la Sala no existe duda de que la implementación de las técnicas


de seguridad exigidas a través de la Resolución No. 7034 de 2012
implica el manejo de datos sensibles de los usuarios de los centros de
reconocimiento de conductores. Basta con repasar el contenido de los
artículos 5 y 6 del acto administrativo para constatar que la información
que se solicita al interesado puede calificarse de esa manera. En
efecto, se requiere que el usuario de sus datos personales entregue la
identificación biométrica de su huella dactilar, sea fotografiado y se le
practiquen exámenes médicos cuyos resultados quedan en poder del
centro de reconocimiento correspondiente.

La anterior afirmación se sustenta en lo dispuesto en el artículo 5 de la


Ley 1581 de 2012 que establece que los datos sensibles son aquellos
“que afectan la intimidad del Titular o cuyo uso indebido puede generar
su discriminación, tales como aquellos que revelen el origen racial o
étnico, la orientación política, las convicciones religiosas o filosóficas, la
pertenencia a sindicatos, organizaciones sociales, de derechos
humanos o que promueva intereses de cualquier partido político o que
garanticen los derechos y garantías de partidos políticos de oposición
así como los datos relativos a la salud, a la vida sexual y los datos
biométricos.”

En tal sentido le asiste razón al actor cuando reclama que esta


circunstancia obliga a la adopción de mecanismos que garanticen el
buen uso de los datos recogidos por los centros de reconocimiento de
conductores a fin de garantizar los derechos a la intimidad y habeas
data. Sin embargo la exigencia a la que hace referencia la parte
demandante no se predica de la entidad demandada sino del sujeto a
cuyo cargo está la recopilación de los datos sensibles, de ahí que el
artículo 12 de la Ley 1581 de 201214 establece que el responsable del
tratamiento de la información es quien debe informar de manera clara
y expresa al usuario cuál será el tratamiento al que serán sometidos
sus datos personales y su finalidad, así como el carácter facultativo de
la respuesta a las preguntas que le sean hechas cuando estas versen
sobre datos sensibles o sobre los datos de las niñas, niños y
adolescentes y los derechos que le asisten como titular de la
información entre otras.

Por lo visto, es a los centros de reconocimiento a quienes se les debe


exigir el cumplimiento de los postulados de la Ley 1581 de 2012 para
garantizar los derechos consagrados en el artículo 15 de la Carta
Política, de allí que, tal y como lo recalcan tanto la entidad demandada
como el Ministerio Público, la Superintendencia haya expedido la
circular externa No. 0000034 de 14 de agosto de 2013, en la cual
instruye a los centros de reconocimiento de conductores en el sentido
de recordarles la obligación que tienen de garantizar la reserva y
protección de los derechos de los usuarios frente al manejo de los
datos que son recopilados con ocasión del ejercicio de las actividades
de certificación que tienen a su cargo.”

7.5.2. Finalmente, no encuentra la Sala ninguna razón que la lleve a decretar la


nulidad de la Resolución No. 7034 de 2012 por la vulneración del artículo
23 de la Ley 1581 de 2012, pues lo único que propone la parte demandante
en lo concerniente a ese reparo es que la Superintendencia no sopesó las
consecuencias sancionatorias descritas en la norma legal siempre que la
conducta del CRC se encuadrara en una de ellas.

14
“ARTÍCULO 12. DEBER DE INFORMAR AL TITULAR. El Responsable del Tratamiento, al momento de
solicitar al Titular la autorización, deberá informarle de manera clara y expresa lo siguiente:
a) El Tratamiento al cual serán sometidos sus datos personales y la finalidad del mismo;
b) El carácter facultativo de la respuesta a las preguntas que le sean hechas, cuando estas versen sobre
datos sensibles o sobre los datos de las niñas, niños y adolescentes;
c) Los derechos que le asisten como Titular;
d) La identificación, dirección física o electrónica y teléfono del Responsable del Tratamiento.
PARÁGRAFO. El Responsable del Tratamiento deberá conservar prueba del cumplimiento de lo previsto en el
presente artículo y, cuando el Titular lo solicite, entregarle copia de esta”.
La formulación de los accionantes es una simple consecuencia de una eventual
conducta reprochable de los CRC, en cuanto que de incurrir en las causales
previstas en el anotad artículo 23, serían acreedores a la sanción allí prevista.

Vistas así las cosas, y debido a que no se logró desvirtuar la presunción de


legalidad del acto acusado, se negarán las pretensiones de la demanda.

Por lo expuesto, el Consejo de Estado en Sala de lo Contencioso Administrativo,


Sección Primera, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley,

FALLA

NEGAR las pretensiones de la demanda, por las razones expuestas en la parte


motiva de esta providencia.

Cópiese, notifíquese y cúmplase,

La anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por la Sala en su sesión del
3 de diciembre de 2018.

HERNANDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ


Consejero de Estado
Presidente

OSWALDO GIRALDO LÓPEZ ROBERTO AUGUSTO SERRATO VALDÉS


Consejero de Estado Consejero de Estado

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