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Cuatro (4) tipos de muerte

1. La muerte física
Pone fin a una existencia. Somos una composición de elementos reunidos por Dios. La ciencia los
llama átomos. En nosotros hay aluminio, hierro, cobre y cuando está todo eso Dios añade aliento
de vida.

La muerte es la separación del alma del cuerpo, los elementos de nuestro cuerpo vuelven a la
tierra o el aire. Nuestra desintegración es un proceso natural que lleva cada partícula a las plantes
y las flores.

2. Muerte Espiritual
No se le aconseja a nadie. Efe 2:1-2

Salvos por gracia

Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y


pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia.

Nosotros estábamos muertos en pecado. Antes del evangelio que nos fue predicado, el
arrepentimiento, la conversión, el bautismo y ser sellados con el Espíritu Santo, si moríamos
en esa condición, estaríamos condenados eternamente.

El hombre que no tiene a Cristo es un muerto que camina. El mundo está muerto. Espiritualmente
muerto porque esta sin Dios y él es la vida. Él la da. ¿En qué momento este tipo de muerte
pasa a otro plano? Cuando cree al evangelio. Hch 3:19, Luc 13:3 y Mat 4:16-17

Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados;
para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo. Hch
3:19

Os digo: ... si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. Luc 13:3

El pueblo que habitaba en tinieblas vio gran luz, y a los que habitaban en
región de sombra de muerte, luz les resplandeció». Desde entonces comenzó
Jesús a predicar y a decir: «¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado!». Mat 4:16-17

El arrepentimiento, la conversión, el bautismo y ser sellados con el Espíritu Santo, son pasos que
en conjunto denomina el evangelio, nuevo nacimiento. Hch 2:36-42

»Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien
vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo». Al oír esto, se
compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: –Hermanos,
¿qué haremos? Pedro les dijo: –Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en
el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del
Espíritu Santo, porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para
todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llame. Y con otras
muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: –Sed salvos de esta
perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y
se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de
los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las
oraciones.

La medicina para eliminar la muerte espiritual es celestial. El que entra a ese plano ya no espera la
muerte sino que pasa a ese plano que dice Isa 11:10

…su habitación será gloriosa.

El inconverso en su mente y corazón es extraño y enemigo de estas cosas. No las entiende. Solo
cuando Dios se revela a su vida es reconciliado. Col 1:21

También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por


vuestros pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha
reconciliado

La reconciliación consiste en un cambio de posición ante Él. Apo 1:5-7

…Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de


los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos ha lavado de nuestros pecados
con su sangre y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre, a él sea
gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con
las nubes: Todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron;
y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él.
Sí, amén.

Mientras otros se pierden, nosotros somos salvos. Nuestro verdadero hogar es el cielo.
2Co 2:15-16

Triunfantes en Cristo

Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y
que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su
conocimiento, porque para Dios somos grato olor de Cristo entre los que
se salvan y entre los que se pierden: para estos, ciertamente, olor de
muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida para vida.

En la dimensión de la vida hay olor a perfume. Arregle las cosas con Dios. Hay solución.
3. Muerte Eterna
Es posterior a Efe 2:1-2, la persona persistió en la corriente de esté mundo y murió en esa
condición. Ya no hay remedio, el destino de ese individuo es la condenación eterna. Apo
20:6 y Apo 20:11-12

Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la


segunda muerte no tiene poder sobre estos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo y reinarán con él mil años. Apo 20:6

El juicio ante el gran trono blanco

Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Y vi los
muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras. Apo 20:11-12

No juegue con su salvación mire hacia donde se dirige. Apo 21:7-8

El vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero
los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y
hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el
lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».

Es el momento de hacer un alto, reflexionar y ajustar las cosas con Dios. ¿Creé que lo esperará
hasta cuando usted quiera? Se necesita de la muerte correcta.

4. Muerte a la carne
Es espiritual con un destino diferente. Es la muerte que se da en esta vida. Gál 2:20

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual
me amó y se entregó a sí mismo por mí.

El apóstol Pablo estaba vivo y sin embargo dice que estaba muerto. Flp 3:7 Conoció a un Dios
divino. Cuando se encontró con él, aunque lo tenía todo dijo: aquel que vivía para la vanidad y
la vanagloria ya no existe. Ya no vivo yo. Esta es una buena muerte.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida
por amor de Cristo.

El apóstol añade. Col 3:1-4

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba,
no en las de la tierra, porque habéis muerto y vuestra vida está
escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste,
entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

El premio es habitar con Él en gloria. Se necesita una vida nueva. Cuando el diablo le busca no lo
encuentra, él le busca entre los vivos en la carne, los vivos del mundo, pero usted está
muerto(a). Col 3:5-9

La vida antigua y la nueva

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,


pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. Por
estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las
cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en
ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo,
malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los
unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos

De esta muerte dice la biblia que aparece... Rom 8:1-11

Vida en el Espíritu

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu,
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley
del pecado y de la muerte. Lo que era imposible para la Ley, por cuanto
era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de
pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la
justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu. Los que son de la carne piensan en
las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del
Espíritu. El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu
es vida y paz, por cuanto los designios de la carne son enemistad contra
Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden; y los
que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no
vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa
del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de
aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó
de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que está en vosotros.

Se trata de cederle mi voluntad a Él para que mi vida esté escondida en Él. Rom 6:8

Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él, y sabemos
que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte
no se enseñorea más de él. En cuanto murió, al pecado murió una vez
por todas; pero en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros
consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro.

Antes de esa muerte, -todos-, estábamos sentenciados a la condenación eterna. Metidos en un


problema gravísimo, se nos culpaba por nuestros delitos y pecados.

De esta vida espiritual se desprenden 3 privilegios. El privilegio número uno (1) es que ya no reina
en usted el pecado. Los del mundo no pueden resistir la ansiedad de pecar. Los que están aquí
sí. Se necesita morir si está cargado de todo tipo de contradicciones. Mediante la muerte de
Jesucristo en la cruz recibimos una nueva vida sin problemas para entrar al cielo. Col 2:13-15

Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra


carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. Él
anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz. Y despojó a los
principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando
sobre ellos en la cruz.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas
pasaron; todas son hechas nuevas. 2Co 5:17

Al estar en la posición crucificado, todo es victoria. El privilegio número dos (2) es que andamos en
vida nueva. Rom 6:1-4

Muertos al pecado

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia


abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?, porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de
que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.

Sepultados juntamente con él, en esa nueva vida aparecen nuevas esperanzas, nuevos propósitos,
nuevas aptitudes, nuevas amistades, una nueva agenda todos los días. El bautismo tiene dos
significados. Esa pila con agua donde el creyente se sumerge es una tumba donde usted
(simbólicamente) es enterrado. De allí emerge un hombre diferente, lleno de fe, que quiere
ser consagrado, santo, que crece en el conocimiento de Dios y en la comunión con los santos.
1Ti 6:11-12

La buena batalla de la fe

Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas (el mundo) y sigue la justicia,
la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena
batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

El privilegio número tres (3) es que nace de nuevo por voluntad de él. Este misterio que hoy se te
declara es para quienes él quiere. Efe 3:1-3
Ministerio de Pablo a los gentiles

Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los
gentiles...Seguramente habéis oído de la administración de la gracia de
Dios que me fue dada para con vosotros, pues por revelación me fue
declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente.

La naturaleza humana nos aferra a lo terrenal, nos atrae al mundo y nada más. Pero, la naturaleza
divina no está sujeta al mismo efecto. Hay dentro suyo una fuerza que lo hala a usted a Dios.
Le atrae a Él. El inconverso es un individuo de un solo nacimiento que se mantiene en el reino
de las tinieblas, fuera del reino de los cielos. El creyente tiene dos nacimientos, además del de
papa y mamá, el que lo inserta en la familia de Dios. Jua 3:3-7

Respondió Jesús:

–De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el
reino de Dios. Nicodemo le preguntó:–¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su
madre y nacer? Respondió Jesús: –De cierto, de cierto te digo que el que
no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo
que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No
te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo”.

Quienes le creen a Dios, ocupan una nueva posición, un nuevo lugar. La posición de aquel nacido
de nuevo. Jua 1:12-13

Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni
por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.

Por medio del sacrificio amoroso de Cristo en la cruz, nosotros fuimos trasladados de las tinieblas
a la luz. Col 1:11-14

y, con gozo, daréis gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas
y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados.

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